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Trazando la sobreutilización ecológica de la economía humana Mathis Wackernagel, Niels B. Schulz, Diana Deumling Alejandro Callejas Linares, Martin Jenkins, Valerie Kapos, Chad Monfreda, Jonathan Loh, Norman Myers, Richard Norgaard y Jorgen Randers http://www.pnas.org/cgi/content/full/99/14/9266 Editado por Edward O. Wilson, Harward University, Cambridge, MA y aprobado el 16 de mayo de 2002 www.pnas.org. La sostenibilidad exige vivir dentro de la capacidad regeneradora de la biosfera. Con el propósito de medir hasta qué punto la humanidad satisface este requisito usamos los datos existentes para representar la demanda humana sobre el medio ambiente como el área necesaria para la producción de comida y otros bienes, junto con la absorción de residuos. Nuestras cuentas indican que la demanda humana puede haber excedido la capacidad regeneradora de la biosfera desde 1980. Con arreglo a esta determinación preliminar y exploratoria, la carga humana representaba en 1961 el 70% de la capacidad global de la biosfera y creció al 120% en 1999. Contabilizacion del Uso Humano de la Biosfera Global La economía humana depende del capital natural del planeta, que proporciona todos los servicios ecológicos y los recursos naturales. La detracción del capital natural por encima de su capacidad de regeneración da lugar al agotamiento del stock de capital natural. Por medio de una contabilización de todos los recursos que compare la demanda humana con la capacidad biológica del globo, debería ser posible detectar este agotamiento y ayudar a definir un sendero hacia la sostenibilidad. El propósito de este estudio es desarrollar tal patrón de contabilización y medir el alcance de la demanda actual de la humanidad sobre la capacidad bioproductiva del planeta. Utilizaremos para ello muchos intentos previos de crear medidas omniabarcadoras del impacto humano sobre

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SPANISH TRANSLATION OF THE ENGLISH ORIGINAL"TRACKING THE ECOLOGICAL OVERSHOOT OF THE HUMAN ECONOMY", PUBLISHEC BY www.pnas.org

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Trazando la sobreutilización ecológica de la economía humana Mathis Wackernagel, Niels B. Schulz, Diana Deumling Alejandro Callejas Linares, Martin Jenkins, Valerie Kapos, Chad Monfreda, Jonathan Loh, Norman Myers, Richard Norgaard y Jorgen Randers http://www.pnas.org/cgi/content/full/99/14/9266

Editado por Edward O. Wilson, Harward University, Cambridge, MA y aprobado el 16 de mayo de 2002 www.pnas.org.

La sostenibilidad exige vivir dentro de la capacidad regeneradora de la biosfera. Con el

propósito de medir hasta qué punto la humanidad satisface este requisito usamos los datos

existentes para representar la demanda humana sobre el medio ambiente como el área

necesaria para la producción de comida y otros bienes, junto con la absorción de residuos.

Nuestras cuentas indican que la demanda humana puede haber excedido la capacidad

regeneradora de la biosfera desde 1980. Con arreglo a esta determinación preliminar y

exploratoria, la carga humana representaba en 1961 el 70% de la capacidad global de la

biosfera y creció al 120% en 1999.

Contabilizacion del Uso Humano de la Biosfera Global

La economía humana depende del capital natural del planeta, que proporciona todos los

servicios ecológicos y los recursos naturales. La detracción del capital natural por encima de su

capacidad de regeneración da lugar al agotamiento del stock de capital natural. Por medio de

una contabilización de todos los recursos que compare la demanda humana con la capacidad

biológica del globo, debería ser posible detectar este agotamiento y ayudar a definir un sendero

hacia la sostenibilidad.

El propósito de este estudio es desarrollar tal patrón de contabilización y medir el alcance de la

demanda actual de la humanidad sobre la capacidad bioproductiva del planeta. Utilizaremos

para ello muchos intentos previos de crear medidas omniabarcadoras del impacto humano sobre

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la biosfera. Por ejemplo, Vitousek et al.1 utilizaron estimaciones de consumo para determinar la

apropiación humana de la Productividad Primaria Neta (PPN) de la biosfera. Concluyeron que

la economía humana se apropió de material orgánico equivalente al 40% de la PPN de los

ecosistemas terrestres en 1980. Odum desarrolló una base conceptual para contabilizar los

flujos de la energía a través de los ecosistemas y las economías humanas, pero no produjo

cuentas globales2. Fischer-Kowalski y Hütter3 introdujeron el concepto “metabolismo social”,

usando el análisis de flujos materiales como un nuevo indicador del comportamiento

medioambiental de las sociedades. El Escenario Medioambiental Global 20004 y los Recursos

Mundiales 2000-20015 describen en detalle los impactos humanos en varios tipos de

ecosistemas, pero ambos carecen de un balance agregado de los impactos. Otros han analizado

la integridad de los componentes de la biosfera, tales como el ciclo del carbono 6, el uso del

agua dulce7-8 y el ciclo del nitrógeno9; han asignado valores monetarios aproximados a los

servicios ecológicos de los que depende la humanidad10 o establecido patrones para las cuentas

monetarizadas del capital natural de las naciones 11.

Este estudio exploratorio y preliminar demuestra una aproximación agregada a la

contabilización del capital natural en unidades físicas. Una amplia variedad de usos humanos

1 Vitousek, P. M. , Ehrlich, P. R. , Ehrlich, A. H. & Matson, P. A. (1986) BioScience 34, 368-373. 2 Odum, H. T. (1996) Environmental Accounting: EMERGY and Environmental Decisionmaking (Wiley,

New York). 3 Fischer-Kowalski, M. & Hüttler, W. (1998) J. Ind. Ecol. 2, 107-137. 4 United Nations Environment Programme & Stockholm Environment Institute. (1999) Global

Environment Outlook 2000 (Oxford Univ. Press, New York). 5 World Resources Institute, United Nations Development Programme, United Nations Environment

Programme & World Bank. (2000) World Resources 2000-2001, People and Ecosystems: The Fraying Web of Life (Oxford Univ. Press, New York).

6 Schimel, D. (1995) Global Change Biol. 1, 77-91 7 Postel, S. L. , Daily, G. C. & Ehrlich, P. R. (1996) Science 271, 785-788[Abstract] 8 Gleick, P. H. (2000) The World's Water 2000-2001: The Biennial Report on Freshwater Resources

(Island Press, Washington, DC) 9 Vitousek, P. M. , Aber, J. D. , Howarth, R. W. , Likens, G. E. , Matson, P. A. , Schindler, D. W. ,

Schlesinger, W. H. & Tilman, D. G. (1997) Ecol. Apps. 7, 737-750. 10 Costanza, R. , d'Arge, R. , de Groot, R. , Farber, S. , Grasso, M. , Hannon, B. , Limburg, K. , Naeem, S.

, O'Neill, R. V. , Paruelo, J. , et al. (1997) Nature (London) 387, 253-260[CrossRef][Medline] 11 Hamilton, K. & Clemens, M. (1999) World Bank Econ. Rev. 13, 333-356[Abstract/FreeFullText]

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de la naturaleza son identificados, medidos y expresados en unidades que permiten la

comparación directa de las demandas humanas con la oferta de servicios ecológicos de la

naturaleza.

Los resultados del cálculo y la hoja anotada de 1999 han sido publicados como información

soporte en la web del PNAS, www.phas.org.

Nuestras cuentas globales se construyen sobre determinaciones de la “huella ecológica” de la

humanidad12-13. Tales determinaciones están basadas en seis asunciones:

1. Es posible guardar un registro de la mayoría de los recursos consumidos por la

humanidad y de la mayoría de los desechos que genera.

2. La mayoría de estos flujos de recursos y desechos puede ser medida en términos del

área biológicamente productiva necesaria para mantener dichos flujos (aquellos flujos

de recursos y desechos que no pueden ser medidos son excluidos de la determinación).

3. Ponderando cada área en proporción a su productividad de biomasa utilizable (esto es,

su potencial de producción de biomasa que es de interés económico para la gente), las

diferentes áreas pueden expresarse en hectáreas estandarizadas. Estas hectáreas

estandarizadas que llamamos “hectáreas globales” representan hectáreas con

productividad de biomasa igual a la productividad promedio mundial en el año

considerado.

4. Porque las áreas implican usos mutuamente excluyentes, y cada hectárea global

representa la misma cantidad de producción de biomasa utilizable, pueden ser sumadas

para obtener el total que representa la demanda humana agregada.

5. La oferta de servicios ecológicos de la naturaleza puede ser también expresada en

hectáreas globales de espacio biológicamente productivo.

12Wackernagel, M. , Onisto, L. , Bello, P. , Callejas Linares, A. , López Falfán, I. , Méndez García, J. , Suárez Guerrero, A. & Suárez Guerrero, G. (1999) Ecol. Econ. 29, 375-390[CrossRef]

13 Wackernagel, M. , Lewan, L. & Borgström Hansson, C. (1999) Ambio 28, 604-612

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6. La demanda de área puede exceder la oferta de área. Por ejemplo, un bosque talado a

una tasa doble a la de su regeneración es representado en la cuentas como dos veces su

área. Este fenómeno es denominado “sobreutilización ecológica”14-15.

Por lo tanto, el impacto ecológico de la humanidad es medido como el área de tierra y agua

biológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos y asimilar los

desechos generados por la humanidad, bajo las prácticas de gestión y producción predominantes

en cualquier año considerado. No sólo las demandas humanas sobre la naturaleza, sino también

las ofertas de la naturaleza cambian por la innovación tecnológica y en los métodos de gestión,

cambios en el uso de la tierra y daños acumulativos de los impactos pasados.

Reconocemos que reducir la complejidad del impacto humano sobre la naturaleza a la biomasa

apropiada ofrece solo una determinación parcial de la sostenibilidad global. Es un requisito

necesario pero no suficiente para que la demanda humana, medida por nuestras cuentas, no

exceda la capacidad biológica del globo.

Los Componentes del Impacto

Nuestras cuentas incluyen seis actividades humanas que exigen espacio biológicamente

productivo. Son las siguientes:

(i) Cultivo de granos para comida, alimentación animal, fibra, aceite y caucho;

(ii) Pasto de animales para carne, pieles, leña y leche;

(iii) Tala para madera, fibra y combustible;

(iv) Pesca fluvial y marina:

(v) Infraestructura para vivienda, transporte, producción industrial y generación

hidroeléctrica; y

(vi) Quema de combustibles fósiles.

14 Catton, W., Jr. (1980) Overshoot: The Ecological Basis of Revolutionary Change (Univ. of Illinois Press, Urbana).

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En cada categoría y por cada año de la serie temporal de los años, calculamos tanto la demanda

humana como la capacidad existente.

Nuestros cálculos descansan en fuentes de datos gubernamentales públicamente disponibles, y

usan estimaciones conservadoras en caso de incertidumbre.

1. El cultivo de grano requiere la tierra más productiva. La FAO estima que existen hoy

1.500 millones de hectáreas destinadas a grano en el mundo -1.300 millones de

hectáreas de cultivos y 200 millones de hectáreas de tierras no cultivadas que

proporcionan pastos temporales y tierra de barbecho, plantaciones fallidas y zonas de

seguridad y reserva y otras no cultivadas- 16.

2. La alimentación animal exige pasto. La FAO define el pasto permanente, que

actualmente representa 3500 millones de hectáreas, como “tierra usada

permanentemente (cinco años o más) para cultivos herbáceos de forraje, bien cultivados

o salvajes (pradera salvaje o tierra de pasto)”16. Calculamos la demanda de pasto de

cada año estimando las necesidades metabólicas de las poblaciones de las cinco clases

mayores de ganado: vacuno, ovino, caprino, equino y camélido. De esa cifra se restan

las necesidades dietéticas cubiertas con otros cultivos y residuos de cultivos para

determinar la cantidad proporcionada por los pastos.

3. La obtención de madera exige bosques naturales o plantaciones. De acuerdo con la

estimación de FAO 2000, hay 3.800 millones de hectáreas de tales bosques en el

mundo, que experimentaron una tasa de deforestación anual del 0,2% entre 1990 y

200017. Antes de 1990, estimamos el área de bosque pasada partiendo de la base previa

de la FAO y de las tasas de deforestación anual 16. Las productividades se calcularon

usando las tasas de crecimiento tropical publicadas por el Panel Intergubernamental

15 Odum, E. P. (1997) Ecology: A Bridge Between Science and Society (Sinauer, Sunderland, MA). 16 Food and Agriculture Organization. (1999) FAOSTAT 98 (Food and Agriculture Organization, United

Nations, Rome). 17 Food and Agriculture Organization Forestry Department. (2000) Forest Resource Assessment 2000

(Food and Agriculture Organization, Rome).

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sobre el Cambio Climático18 y las tasas de crecimiento en las áreas templadas y boreales

del UNECE y de la determinación de Recursos del Bosque Boreal19.

4. La pesca exige pesquerías productivas. Del área oceánica total, el 6% concentrado a lo

largo de las costas continentales mundiales proporciona más del 95% de las capturas

masivas 20. Asumiendo que estos números reflejan la distribución de productividad, ello

se traduce en 2.000 millones de hectáreas productivas de un total de 36.300 millones de

hectáreas de área oceánica. Las aguas interiores representan 300 millones de hectáreas

adicionales. Usamos las cifras de capturas de la FAO, incluyendo capturas asociadas16-

21 y las comparamos con la “productividad máxima sostenible” de la FAO de 93

millones de toneladas/año22. Los 93 millones de toneladas se expresan entonces como

su Requerimiento de Producción Primaria (RPP) por hectárea, de acuerdo con el nivel

medio trófico de 1996 y de 35 categorías de peces, moluscos, crustáceos y otros

animales acuáticos y de las capturas asociadas. Las descargas en puerto se calculan

deduciendo la producción por acuicultura de estas 35 categorías, siendo el remanente

las capturas salvajes. Las capturas son convertidas al Requerimiento de Producción

Primaria (RPP) y comparadas con el RPPP sostenible, documentando el efecto de la

pesca en las cadenas tróficas inferiores, en la forma descrita por Pauly et al23.

5. El uso de infraestructura para vivienda, transporte, industria y producción hidroeléctrica

determina la edificación del territorio. El espacio ocupado por estas infraestructuras es

el menos documentado, porque las imágenes de baja resolución por satélite no capturan

18 Intergovernmental Panel on Climate Change, Organisation for Economic Cooperation and Development & International Energy Agency. (1997) Revised 1996 IPCC Guidelines for National Greenhouse Gas Inventories: Workbook Volume 2 (United Kingdom Meteorological Office, Bracknell).

19 Food and Agriculture Organization & United Nations Economic Commission for Europe. (2000) Temperate and Boreal Forest Resource Assessment 2000 (United Nations Economic Commission for Europe/Food and Agriculture Organization, Rome).

20 Pauly, D. & Christensen, V. (1995) Nature (London) 374, 255-257[CrossRef][ISI]. 21 Food and Agriculture Organization Fisheries Department. (2000) FISHSTAT PLUS (Food and

Agriculture Organization, Rome). 22 Food and Agriculture Organization Fisheries Department. (1997) The State of the World's Fisheries

and Aquaculture 1996 (Food and Agriculture Organization, Rome). 23 Pauly, D. , Christensen, V. , Dalsgaard, J. , Froese, R. & Torres, F. (1998) Science 279, 860-

863[Abstract/Free Full Text].

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la estructura dispersa y las carreteras. Usamos una estimación de 300 millones de

hectáreas, una estimación mínima de área de la infraestructura mundial actual, y

asumimos que la tierra edificada reemplaza tierra cultivable, tal y como ha sido

documentado en los Estados Unidos.24. Estimamos el área edificada consultando los

datos de Tellus PoleStar25 y la Unión Europea26.

6. La quema de combustibles fósiles libera CO2 en la atmósfera. Calculamos la necesidad

de área por este concepto estimando el área biológicamente productora necesaria para

secuestrar emisiones de carbono o suficiente para evitar un incremento en la

concentración de CO2 atmosférico. Como los océanos del mundo absorben cerca del

35% de las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles27-28,

computamos sólo el 65% restante, con base en la capacidad promedio anual de los

bosques mundiales para capturar CO2. Esta capacidad es estimada tomando un

promedio ponderado de biomasa de 26 bosques en la forma utilizada por el PICC y la

FAO 18,28,29,30. La capacidad de captura no permanecerá constante en el futuro. De

hecho, el cambio en las concentraciones de CO2 atmosférico y la temperatura global

pueden incrementar el nivel de saturación de la biomasa y la tasa a la cual dicho nivel se

alcanza. Algo de la captura forestal y de la absorción oceánica pueden disminuir a

medida que más ecosistemas forestales alcancen la madurez. En algún momento la

aforestación se saturará y la tasa neta de captura de CO2 será cero.

24 Imhoff, M. L. , Lawrence, W. T. , Elvidge, C. , Paul, T. , Levine, E. , Privalsky, M. & Brown, V. (1997) Remote Sens. Environ. 59, 105-117[CrossRef]

25 Stockholm Environment Institute. (1998) Conventional Worlds: Technical Description of Bending the Curve Scenarios (Stockholm Environment Institute, Stockholm), PoleStar Series Report no. 8.

26 European Commission. (2000) Towards Environmental Pressure Indicators for the EU (Eurostat, Luxembourg).

27 Intergovernmental Panel on Climate Change, World Meteorological Organization & United Nations Environment Programme. (2000) in Land Use, Land-Use Change, and Forestry, eds. Watson, R. T., Noble, I. R., Bolin, B., Ravindranath, N. H., Verardo, D. J. & Dokken, D. J. (Cambridge Univ. Press, Cambridge, U.K.).

28 Intergovernmental Panel on Climate Change. (2001) Climate Change 2001: The Scientific Basis (Cambridge Univ. Press, Cambridge, U.K.).

29 Food and Agriculture Organization Forestry Department. (1997) State of the World's Forests 1997 (Food and Agriculture Organization, Rome).

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Alternativamente al enfoque de captura, el requerimiento de área para un sustituto, a partir

de biomasa, del combustible fósil, usando la tecnología disponible, da lugar a demandas de

área o espacio similares o mayores31-32. De hecho, la energía equivalente procedente de

madera cultivada en bosques con la productividad promedio anual, produciría

aproximadamente también la misma área, mientras que el reemplazo de los combustibles

fósiles líquidos con la misma cantidad de energía de biomasa no refinada exigiría un área un

56% mayor .Por los datos no concluyentes acerca de la demanda de área a largo plazo de la

energía nuclear, incluimos la energía nuclear con los mismos requerimientos de área que la

energía fósil.

Agregando los Impactos

Par agregar el impacto de los distintos componentes, ajustamos las áreas de tierra y mar –

cultivos, edificaciones, pastos, bosques y pesquerías- con arreglo a su bioproductividad,

multiplicando cada categoría de uso por un factor de “equivalencia”. Estos factores escalan el

área de cada categoría de uso en proporción a su máximo potencial de productividad en la forma

calculada para las Zonas Agro-Ecológicas Globales de la FAO y el Instituto Internacional de

Análisis de Sistemas Aplicados 33. Usamos GAEZ para determinar el índice de idoneidad

agrario (SI) de cada categoría de uso: cultivos, edificaciones, pastos y bosques. En el caso de

las pesquerías, creamos un SI comparando la capacidad de las pesquerías de proporcionar

proteína animal con la capacidad de los pastos de proporcionar la misma proteína.

Para cada, año determinamos el factor de equivalencia de cada una de las categorías de uso

dividiendo su SI por el promedio global del SI.

30 Dixon, R. K. , Brown, S. , Houghton, R. A. , Solomon, A. M. , Trexler, M. C. & Wisniewski, J. (1994) Science 263, 185-190[Abstract/Free Full Text]

31 Lynd, L. R. , Cushman, J. H. , Nichols, R. J. & Wyman, C. E. (1991) Science 251, 1318-1323[Abstract/Free Full Text]. 32 Giampietro, M. , Cerretelli, G. & Pimentel, D. (1991) Agric. Ecosyst. Environ. 38, 219-244. 33 International Institute for Applied Systems Analysis & Food and Agriculture Organization. (2000)

GLOBAL AGRO-ECOLOGICAL ZONES 2000 (Food and Agriculture Organization/International Institute for Applied Systems Analysis, Rome).

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El área promedio global (de un año dado) recibe el factor de equivalencia de 1. Por tanto, las

áreas actuales de categorías bioproductivas y aquellas ajustadas con los factores de equivalencia

totalizan el mismo importe global (ver tabla 1). Una vez los impactos humanos son expresados

en tales “hectáreas globales”, los agregamos en un número: el espacio biológicamente

productivo exigido por una población humana dada. Expresado como ecuación:

,. AEP ii =∑

Donde P son las hectáreas físicas de tierra (o mar) del tipo i. E es el factor de equivalencia para

el área de cada tipo i. El factor de equivalencia pondera P con base a su productividad relativa

comparada con la del promedio de productividad biológica. A es la demanda de área expresada

en hectáreas globales, tal y como se muestra en la tabla 1.

Table 1. Summary of equivalence factors, humanity's area demands, and earth's biological capacity in 1999 (per capita)

Average global area demand (per capita)

Existing global biocapacity (per capita)

Area

Equivalence factor, gha/ha

Total demand, ha (per capita)

Equivalent total, gha

(per capita)

World area, ha

(per capita)

Equivalent total, gha

(per capita)

Growing crops 2.1 0.25 0.53 0.25 0.53 Grazing animals 0.5 0.21 0.10 0.58 0.27 Harvesting timber 1.3 0.22 0.29 0.65 0.87 Fishing 0.4 0.40 0.14 0.39 0.14 Accommodating infrastructure

2.2 0.05 0.10 0.05 0.10

Fossil fuel and nuclear energy

1.3 0.86 1.16 0.00 0.00

Total 2.33 1.91 1.91

To make aggregation reflect differences in bioproductivity, areas are expressed in standardized global hectares (gha), which correspond to hectares with world average bioproductivity.

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Puesto que los usos de la tierra cambian con el tiempo, cada año tiene su propio conjunto de

factores de equivalencia. Por ejemplo, en áreas donde la agricultura ha ocupado zona de

bosques, la indicada idoneidad del área ocupada cambia de bosque a cultivo. También, la

cantidad total de espacio biológicamente productivo sobre el planeta ha estado descendiendo por

la urbanización y degradación del suelo catalogada como “fuerte” o “extrema”, lo que significa

que no puede reconvertirse a cultivo o sin restauración posible34. Todos estos factores se

incluyen en nuestras cuentas por el cambio temporal de los factores de equivalencia.

El Filtro de la Biodiversidad

Entre otros muchos bienes y servicios medioambientales35, la biodiversidad de la tierra

proporciona resistencia y otros factores de estabilidad en los ecosistemas grandes y pequeños.

Estos valores medioambientales derivan fundamentalmente del espectro planetario de las

especies y sus poblaciones. El efecto de filtrado está bien reconocido en principio, aunque solo

es moderamente entendido en la práctica36-37. Una aproximación de “póliza de seguros” exige

que la humanidad mantenga el mayor filtrado posible.

La protección de la biodiversidad depende altamente de la disponibilidad de hábitats y sistemas

de apoyo de la vida. De aquí el significado de los análisis de “puntos sensibles” de Myers et

al38, demostrando que 25 lugares, que ocupan meramente un 1,4% de la superficie de la tierra,

contienen los hábitats exclusivos del 44% de especies de plantas vasculares y el 35% de las

34 Oldeman, L. R. , Hakkeling, R. T.A. & Sombroek, W. G. (1991) World Map of the Status of Human Induced Soil Degradation: An Explanatory Note, Global Assessment of Soil Degradation (GLASOD) (International Soil Reference and Information Centre, United Nations Environment Programme & Winand Staring Centre-International Society of Soil Sciences-Food and Agriculture Organization-International Institute for Aerospace Survey and Earth Sciences, Wageningen, The Netherlands)

35 Daily, G. (1997) Nature's Services: Societal Dependence on Natural Ecosystems (Island Press, Washington, DC).

36 Tilman, G. D. , Duvick, D. N. , Brush, S. B. , Cook, J. R. , Daily, G. C. , Heal, G. M. , Naeem, S. & Notter, D. (1999) Benefits of Biodiversity (Council on Agricultural Science and Technology Task Force Report 133, Iowa State University, Ames, IA).

37 Walker, B., Steffen, W., Candell, J. & Ingram, J., eds. (1999) The Terrestrial Biosphere and Global Change: Implications for Natural and Managed Ecosystems (Cambridge Univ. Press, Cambridge, U.K.).

38 Myers, N. , Mittermeier, R. A. , Mittermeier, C. G. , Da Fonseca, G. A. B. & Kent, J. (2000) Nature (London) 403, 853-858[CrossRef][Medline]

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especies en cuatro o cinco grupos de vertebrados. Si estos puntos sensibles fueran preservados,

se reduciría la presente extinción masiva en al menos un tercio.

Pero el espacio agregado bajo protección no es el único factor de protección de especies.

Ciertas áreas pueden usarse para actividades humanas y mantenerse como hábitats de otras

especies. Esto requiere, sin embargo un manejo cuidadoso de la intervención humana,

especialmente cuando implica un uso intensivo de la tierra. No es posible determinar con

precisión cuánta área bioproductiva debe ser reservada para ≈ 7-14 millones de especies que

comparten con nosotros el planeta. Algunos ecologistas y biogeógrafos han recomendado al

menos un 10% de la superficie de la tierra39 (y una cantidad crítica aunque intedeterminada del

espacio marino). Otros científicos proponen al menos el 25%40. El Informe Brundtland

“Nuestro Futuro Común”41, encargado por Naciones Unidas después de la Cumbre de la Tierra

en Río en 1992, propuso proteger el 12% de la biosfera con este propósito.

Resultados

Para cada año desde 1961, comparamos la demanda humana de capital natural y la

productividad biológica de la tierra. El cálculo proporciona evidencia de que las actividades

humanas han sobrepasado la capacidad de la biosfera desde 1980. Esta sobreutilización puede

expresarse como la medida en que la demanda humana de área excede la oferta de la naturaleza:

Mientras que la carga humana en 1961 era equivalente al 70% de la capacidad de la biosfera,

este porcentaje creció el 120% en 1999.

En otras palabras, una sobreutilización del 20% significa que sería necesaria 1,2 tierras, o una

tierra por 1,2 años para regenerar lo que la humanidad utilizó en 1999. (La figura 1 muestra los

resultados globales. La figura 2 proporciona el detalle del incremento global en cada categoría

de uso terrestre y marino).

39 McNeely, J. A. (1999) Mobilizing Broader Support for Asia's Biodiversity: How Civil Society Can Contribute to Protected Area Management (Asian Development Bank, Manila, Philippines).

40 Soule, M. E. & Sanjayan, M. A. (1998) Science 279, 2060[Abstract/Free Full Text] 41 World Commission on Environment and Development. (1987) Our Common Future (Oxford Univ.

Press, Oxford).

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(Figura 1)

(Figura 2)

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Aunque la figura 1 presenta una situación de sobreutilización, no muestra nada acerca de cómo

de rápido se está agotando el stock natural o por cuánto tiempo puede continuar tal agotamiento,

evidente a través de la deforestación, colapso de las pesquerías o incremento antropogénico del

CO2 atmosférico.

La reserva de un 12% del área biológicamente productiva siguiendo la sugerencia del Informe

Brundtland desplaza el punto crítico desde los años 80 a los tempranos 70 e incrementa la

sobreutilización desde un 20% hasta cerca del 40%.

La demanda global de área per cápita de 1999 fue de 2,3 hectáreas globales por persona (ver

tabla 2). Ello es significativamente inferior a las demandas de área en los países

industrializados, como Estados unidos (9,7 hectáreas globales por persona) o el Reino Unido y

Alemania (5,4 y 4,7 hectáreas globales por persona respectivamente)42.

La figura 2 señala el gran impacto del uso de la energía fósil, incluso bajo las estimaciones

conservadoras de la absorción del 65% de las emisiones y del uso de tasas de captura a largo

plazo optimistas.

La tasa de crecimiento desigual en la demanda global de captura de CO2 en la figura 2 refleja

cambios en el uso de la energía influenciados por las dos crisis del petróleo de los años 70. La

primera crisis en 1972 estimuló el uso de carbón con una alta intensidad de carbono, mientras la

segundo condujo al incremento en el uso del gas fósil.

La recesión económica global de los 80 pudo ser la primera razón para la moderación del

componente energético de origen fósil.

Nuestras cuentas miden impactos humanos que utilizan o comprometen la capacidad de

regeneración de la biosfera. Por ello, los recursos no renovables están incluídos en las cuentas

no como stocks limitados sino en la medida en que su uso daña la biosfera. Unas cuentas

completas incluirían todos los impactos debidos a la minería, procesamiento y consumo de estos

42 World-Wide Fund for Nature International, United Nations Environment Programme, World Conservation Monitoring Centre, Redefining Progress & Center for Sustainability Studies. (2002) Living Planet Report 2002 (World-Wide Fund for Nature, Gland, Switzerland).

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recursos, pero por falta de datos solamente hemos registrado la energía incorporada asociada al

uso de los recursos no renovables.

Hemos dejado fuera usos de recursos para los que no disponemos de datos, tales como servicios

procedentes de la biodiversidad, impactos locales por uso de agua dulce, o la perdida de

biocapacidad debido a la liberación de deshechos líquidos, sólidos o gaseosos distintos del CO2.

También, en estas cuentas iniciales solo incluimos aquellos impactos de la economía humana

que la biosfera puede potencialmente regenerar –las actividades que sistemáticamente erosionan

la capacidad de regeneración de la naturaleza han sido omitidas-. Por ejemplo, la biosfera no

tiene capacidad significativa para asimilar plutonio o PCBS.

El análisis de sensibilidad revela el rango de posibles modificaciones por cambio en las

asunciones. Por ejemplo, la exclusión de las cuentas de la energía nuclear (que la incluyen con

el mismo impacto que la energía fósil) reduce la demanda de área de la humanidad un 4%. Si

computamos el 100 de las emisiones de CO2 de origen antropogénico, la demanda de área se

incrementa un 27%. O si el incremento de productividad inducida por la irrigación es excluido

para tener en cuenta su presión en las fuentes de agua dulce, la demanda de área se incrementa

un 12%.

Relevancia de Estas Cuentas para el Análisis Económico

Hay varias razones por las que la agregación de indicadores biofísicos es un complemento útil

de la perspectiva económica. En primer lugar, la visión económica actualmente dominante en el

mundo sólo proporciona una guía útil si uno asume que todos los actores individuales del

mercado están bien informados. Desde luego, este no es siempre el caso. Los agricultores, por

ejemplo, cometen errores y actúan ineficientemente cuando solo se centran en los aspectos

económicos de su actividad e ignoran tanto los factores que determinan la erosión del suelo

como sus consecuencias en su productividad futura. Aunque la información perfecta nunca es

posible, más información es mejor en la medida en que obtenerla no es muy costosa y en la

medida en que la falta de información afecta a la organización de la economía43.

43 Alchian, A. A. & Demsetz, H. (1972) Am. Econ. Rev. 62, 777-795[ISI].

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La valoración medioambiental propuesta aquí proporciona un indicador biofísico de

sostenibilidad que, si bien no es perfecto, es fácilmente determinable y puede ayudar en

elecciones informadas de producción.

Segundo, el modelo económico estándar de uso de recursos a lo largo del tiempo, el modelo

“Hotelling”44, asume que los actores económicos estén informados acerca de la disponibilidad

total de un recurso a lo largo del tiempo. Sobre esta base, la senda de equilibrio eficiente en el

uso temporal del recurso es mantenida por actores económicos que constantemente determinan,

en términos de recursos reales, si el recurso se agotara temporalmente cuando el precio del

recurso iguale a aquel de un recurso y tecnología sustitutivos. Brevemente, los datos biofísicos

no sólo son necesarios para que la producción individual sea eficiente, sino para mantener al

mercado mismo sobre una senda eficiente a lo largo del tiempo.

Tercero, la teoría económica reconoce que los precios de mercado no reflejan todos los costes y

deberían ajustarse en los costes soportados por terceros, los costes sociales, incluyendo el coste

de las generaciones futuras, ajustes conocidos como “precios en sombra”. Pero para hacer tales

ajustes en los precios de mercado, los economistas necesitan datos biofísicos, del tipo de los

presentados en estas cuentas45.

Cuarto, hay muchos conjuntos posibles de precios eficientes, incluso cuando todos los efectos

sobre terceros han sido incorporados, despendiendo de la distribución de partida de los derechos

a utilizar lo recursos. Los valores económicos dependen de cómo los derechos de acceso estén

distribuidos entre la gente, generando individuos ricos y pobres o igualdad relativa, tanto como

generando diferencias entre generaciones actuales y futuras. Ahora está bien establecido que la

consecución de la sostenibilidad no es simplemente una cuestión de incluir los efectos sobre

terceros sino también de cuidar que las generaciones futuras tengan suficientes derechos sobre

los recursos 46. Las decisiones sobre la distribución de los derechos de acceso a los recursos

deben hacerse sobre la base de datos biofísicos y criterios éticos, no de valores económicos,

44 Hotelling, H. (1931) J. Political Econ. 39, 137-175[CrossRef]. 45 Bishop, R. C. & Woodward, R. T. (1995) in The Handbook of Environmental Economics, ed. Bromley,

D. W. (Blackwell, Oxford), pp. 543-567. 46 Howarth, R. B. & Norgaard, R. B. (1995) in The Handbook of Environmental Economics, ed. Bromley, D. W. (Blackwell, Oxford), pp. 111-138.

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porque los valores derivan de la distribución y no a la inversa. Los indicadores agregados como

los aquí presentados proporcionan indicadores acerca de las consecuencias de la distribución

actual del acceso a los recursos entre las generaciones actuales y futuras,. A partir de los

mismos, y de criterios morales, podrán conseguirse nuevas distribuciones de derechos.

El propósito de estas cuentas globales no es ilustrar meramente un método de medición de la

demanda humana sobre la bioproductividad, sino de ofrecer una herramienta para la medición

del efecto potencial de las políticas restauradoras. Por ejemplo, las cuentas pueden usarse para

calcular el efecto probable de varios cambios tecnológicos, tal y como se ha indicado al

mencionar los análisis de sensibilidad.

Las tecnologías emergentes de producción de energía renovables o la imitación de procesos

biofísicos son medidas prometedoras para tales cálculos. Por ejemplo, usando la mejor

tecnología disponible, el consumo de recursos en el trasporte terrestre y en la vivienda podría

ser reducido en un factor de cuatro, manteniendo el mismo nivel de servicios47

Más aún, la contabilización de recursos aquí intentada, podría ayudar a guiar una potencial

reacción a la sobreutilización. Combinadas con determinaciones regionales o nacionales

ofrecidas en otro lugar 12,13,48,49,50, nuestras cuentas podrían ayudar a determinar cuánto está

contribuyendo cada nación o región al impacto global de la humanidad. Y una vez precisadas,

podría ayudar a evaluar las estrategias posibles para dirigirse a la sostenibilidad.

47 von Weizsäcker, E. U. , Lovins, A. & Lovins, H. (1997) Factor Four: Doubling Wealth, Halving Resource Use (Earthscan, London).

48 Folke, C. , Jansson, A. , Larsson, J. & Costanza, R. (1997) Ambio 26, 167-172 49 Matthews, E. , Amann, C. , Bringezu, S. , Fischer-Kowalski, M. , Hüttler, W. , Kleijn, R. , Moriguchi,

Y. , Ottke, C. , Rodenburg, E. , Rogich, D. , et al. (2000) The Weight of Nations: Material Outflows from Industrial Economies (World Resources Institute, Washington, DC).

50 Haberl, H. (1997) Ambio 26, 143-146[ISI]

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Hasta donde conocemos, ningún gobierno utiliza cuentas para evaluar la medida en que el uso

humano de la naturaleza es compatible con la capacidad biológica de los ecosistemas existentes.

Valoraciones como la presentada aquí permiten a la humanidad, usando datos existentes,

monitorizar sus logros en relación con una condición ecológica necesaria para la sostenibilidad:

la necesidad de mantener la demanda humana en la cuantía que la naturaleza puede suministrar.

Mathis Wackernagel, Niels B. Schulz, Diana Deumling Alejandro Callejas Linares, Martin Jenkins, Valerie Kapos, Chad Monfreda, Jonathan Loh, Norman Myers, Richard Norgaard y Jorgen Randers http://www.pnas.org/cgi/content/full/99/14/9266

Traducción de Guillermo G. Ruiz Zapatero. Abogado http://gruizlegal.blogspot.com/

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