Tradición y Modernidad en América Latina. Real de Azua.

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    Capa>v. 1, n. 1 (2008)> Espeche

    TRADICIN Y MODERNIDAD EN AMRICA LATINA:CARLOS REAL DE AZA Y SUS ANLISIS DE RELATOS DE VIAJES POR URUGUAY

    Ximena Espeche1

    Resumen: En este trabajo nos interesa, en primer lugar analizar cmo el intelectualuruguayo Carlos Real de Aza (191619!!" re#le$iona sobre los relatos de %iajerossobre &ruguay, y tambi'n sobre Ro de la )lata* All pone en consideracin, entreotros temas, uno de los ejes +ue tendr %ital importancia en su produccin crtica- las%inculaciones complejas entre .tradicinmodernidad/ en Am'rica 0atina en general yen &ruguay en particular* En segundo lugar, +ueremos analizar cmo a partir de eseeje Real de Aza critica al denominado batllismocomo matriz identitaria en &ruguay*

    Palabras clave:Carlos Real de Aza* Ensayo* iajeros* 2radicinmodernidad*

    In!"#$cc%&n

    En la copiosa literatura publicada por el intelectual uruguao Carlos !eal de "#$a (%ontevideo,1&1'1&) * +ue inclue desde crtica literaria hasta estudios historiogr-icos, o traba/osvinculados a disciplinas como ciencia poltica o sociologa ha un grupo de tetos dedicados a losrelatos de via/eros. !elatos en tanto +ue narraciones descripciones de +uienes llegaron al Conour en diversos momentos del siglo XX XX de/aron sus observaciones (como parte de susvariadas actividades diplom-ticas, comerciales o polticas) sobre lo acontecido en estas orillas. Esnotorio el conocimiento +ue trasuntan sus escritos sobre los relatos de via/eros por el !o de la3lata4 de las ediciones inglesas, rancesas rioplatenses4 de las traducciones4 de los traba/oscrticos, de los historiogr-icos.El inter5s de !eal de "#$a en esos relatos es menos una sorpresa para +uien atraviesa el resto desu producci6n * donde se encuentra el mismo car-cter erudito divulgador * +ue unareairmaci6n de a+uellos e/es problem-ticos +ue la alimentan7 c6mo dentro de +u5problem-ticas interpretar a rugua. us an-lisis estudios sobre los relatos de via/eros ponanen primer plano varios de sus intereses, pero principalmente uno +ue tena a rugua comocentro. Entre esos varios intereses, el de la crtica literaria, el del an-lisis sociol6gico poltico, noseran menores sino +ue, por el contrario, permitan darle a esos documentos una entidadespecica, esto es, 9uentes: de un tenor particular, de una pertenencia compartida comotestimonio como una escritura v-lida o valiosa como literatura. (!;CC", 1&88, p.

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    poltica. A +ue, para muchos, haba ingresado deinitivamente al cuadro de pases 9modernos:.Bos5 atlle ;rd6De#, del partido Colorado, presidente electo en dos perodos 1&0=1&041&111&1

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    . Pares conflictivosEn ese rugua, +ue adem-s se haba sostenido laico, Carlos !eal de "#$a descenda de unaamilia colorada cat6lica * por va materna. A tambi5n sera educado en instituciones cat6licas.(C;GE?;, 1&8). i a mediados de los =0 la maora de los /6venes intelectuales uruguaosvivaban a la !ep$blica en la Juerra Civil EspaDola, el estudiante de derecho !eal de "#$arecordaba con honores a 3rimo de !ivera. En 1&2 sera invitado por el Conse/o de Iispanidad a

    EspaDa , a su vuelta, se distanciara de sus vivas anteriores, eectivi#ara esa distancia * susra#ones * en Espaa, de cerca y de lejos, de 1&=.En el pasa/e de una a otra posici6n (entre el ida vuelta), !eal de "#$a hi#o del catolicismo unapauta vital, una dimensi6n poltico social, un marco de la 9intolerancia:, una airmaci6n de losetremos en un 9pas de medianas: +ue, adem-s, 9le sirve para deinir su relaci6n con el mundomoderno:. (I"?3E!H @;HJI, 1&8). "ntes de su via/e, el catolicismo pareca ser a+uello +uedeterminaba la salvaci6n de occidente. Mrente a una sociedad +ue se supona en disoluci6n, losla#os m-s all- de lo material permitiran un reencuentro con la comunidad2. Era, tambi5n, salir alencuentro de una hispanidad +ue haba sido para muchos desestimada como undadora de unaeperiencia compartida +ue, sin embargo, para !eal de "#$a era de una importancia meridiana.Especicamente en contra de un capitalismo +ue se supona deshumani#aba al hombre, elcomple/o de relaciones +ue lo emparentaban con el mundo a/6n=. Era una crtica +ue, adem-s,planteaba un e/e en el +ue se ligaban necesariamente 9modernidad: 9moderni#aci6n: (sin hacer

    una distinci6n taativa entre ambos t5rminos), 9capitalismo:, 9liberalismo:, etc. rente a un +uiebrede los valores de la comunidad, a la constancia de la 9tradici6n: (+ue a su ve# se vinculaba cont5rminos tales como 9espritu:). i bien a+u no haremos un seguimiento por los dierentessigniicados atendibles ba/o los t5rminos 9modernidad:, 9moderni#aci6n:, 9tradici6n:, etc. +uehan producido una innumerable cantidad de estudios perspectivas, s nos interesa tener encuenta +ue para !eal de "#$a todos ellos se anudaban en la posibilidad de comprender +u5 habasucedido con las transormaciones en el desarrollo econ6mico, poltico, social cultural derugua." su retorno, el ida vuelta de EspaDa signiic6 casi una conversi6n7 !eal de "#$a volvi6comprometido con la democracia, adverso al ran+uismo a una glesia +ue comulgaba con 5ste.?o +ue haba visto en EspaDa lo llev6 a reconsiderar antiguas iliaciones con la causa de la Malange,o me/or dicho, a revisar +u5 lo haba hecho concordar con ella especiicar gruesos matices.

    "nticapitalismo, sobre todo4 anticomunismo, tambi5n7 9i no somos comunistas, no esciertamente en la trinchera reaccionaria capitalista del Nanticomunismo> (con ese Nanti>est5ril, repelente tmido) +ue nos sentimos deinimos: (!E"? @E "O", 1&=, p. 10').?a EspaDa de Mranco era una EspaDa capitalista, totalitaria violenta4 la hispanidad era 9unapropuesta tan anacr6nica como hacer 9imperio: 9romanidad:. (C;GE?;, 1&8, p. 28). A as,aclaraba7

    Cosa poco usual en tiempos de total beligerancia, se trata a+u de comprender el #enmeno

    totalitario* 3e comprenderlo sobre la realidad de un pas dado- Espa4a* 5osotros, a di#erencia del

    alemn de eimar, no creemos +ue 7comprenderlo todo es disculparlo todo8* Aspiramos a +ue

    nuestro repudio del totalitarismo, nuestro escrupuloso repudio, sea considerado ms total, ms

    orgnico, y sobre todo ms creador, +ue ciertas #ciles e$altaciones, e#icaces como dinamismo,

    e#icaces como barrera, pero necesitadas como nunca de la conjugacin del pensamiento* (REA0

    3E A:A, 19;

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    !odrgue# %onegal, sera al mismo tiempo la echa +ue dara nombre a una generaci6n decreadores ( +ue, tambi5n, haca coincidir con su ingreso a la direcci6n de la secci6nLiterariasdelsemanario Marcha)

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    la mirada, mucho m-s +ue a+uellas monograas +ue deseaban, en alg$n sentido, abarcarlo todo.A, tambi5n, encontraba +ue en esas interpretaciones 9actuales: de esos 9via/eros:contempor-neos, haba una clave +ue permita leer de otro modo a esas visionese*tranjeras(puesto +ue as llam6 a 5ste artculo7 -os visiones e*tranjeras del !ruguay). ;, me/or,+ue el an-lisis de 5sas visiones permitan ver una alta en rugua7

    )ocas ausencias son tan perceptibles entre nosotros (pocas, en esa opulenta ausencia +ue es laliteratura nacional" como la de una .literatura de lo nacional/* A juzgar por nuestras meditaciones

    (o, a lo menos, por sus resultados" esa entidad colecti%a +ue es &ruguay, esa estructura =entre

    otras= de nuestro e$istir como seres sociales, la de ser uruguayos, parecen pri%adas de cual+uier

    elemento especi#icador, de cual+uier in#luencia determinante sobre nuestros particulares,

    irremisibles destinos* 2oda una 'poca =medio siglo bien contado de un %i%ir nacional sobre modo

    de ser puramente racionalistas, doctrinarios y uni%ersales nos >a ocultado debajo de los pies esa

    incanjeable #ormalidad +ue se porta en la >istoria por ministerio de cual+uier %alor, de cual+uier

    otra #uerza, llam'mosla tierra, cielo, instinto o sangre, +ue escape a lo inteligible o a lo mecnico*

    (REA0 3E A:A, 19?@, p* @1"*

    $s+ueda de un elemento 9especiicador:, entonces, lo +ue estaba en /uego. A, en particular, era lapregunta por un 9modo de vivir: +ue haba +ue discutir7 si s6lo importaba entonces ese 9vivirnacional sobre modo de ser puramente racionalistas, doctrinarios, universales:, si la modernidadpoda ser entendida en esos t5rminos, la 9tradici6n: implicaba 9cercanas:, 9particularismos:, peroentendidos en los t5rminos de algo +ue 9escape a lo inteligible o a lo mec-nico:. Era al mismotiempo un an-lisis de lo +ue supona eran los condicionantes de la sociedad uruguaa, +ue paramuchos estaban en el anudado cosmopolitismo de su ciudad capital, %ontevideo, con una crtica acu-nto de ese cosmopolitismo se aincaba en una dimensi6n similar de lo mec-nico. Esto es7cu-nto del an-lisis de lo 9hiperintegrado: 9cosmopolita: (+ue pareca ser la marca de lo

    9verdaderamente uruguao:) de/aba de lado otras realidades.!eal de "#$a eplicitaba +ue lo +ue altaba eran ensaos al estilo de los +ue escribieron JilbertoMrere para rasil, E#e+uiel %artne# Estrada para "rgentina o en/amn ubercaseau en Chile."$n m-s, reclamaba la actura de escritos tales como a+uellos producidos en rugua en 5pocasanteriores (como los escritos por Bulio %artne# ?amas o Pngel Mloro Costa) e incluso m-s tetos

    del tenor de los +ue publicaban otros escritores en esos aDos

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    En 1&', de hecho, publicaba un libro +ue * reci5n muchos aDos despu5s * sera piedraundamental de an-lisis historiogr-icos, polticos, sociol6gicos sobre el batllismo en rugua. Estoes, sobre las condiciones en +ue rugua se inscribi6 en las primeras d5cadas del siglo XX comouna democracia poltica social, +ue puso a rugua en el cuadro de la ecepci6n si se locomparaba con el resto de "m5rica ?atina. Ese libro ue El impulso y su freno% +res d/cadas debatllismo y el origen de la crisis actual, se transormara en una mirada 9can6nica: para los

    investigadores +ue veinte aDos despu5s +ueran eplicar +u5 haba pasado con el 9impulso: de esaecepcionalidad de rugua ero#mente detenido&.?a pregunta de !eal de "#$a era 9Spor +u5 se detuvo el impulso progresivo +ue un partido * elatllismo * imprimi6 al rugua en las primeras d5cadas de este sigloT:. ?a respuesta esgrimidahaca de la virtud per/uicio. @e venta/a comparativa, el batllismo se transormaba en el principalproblema. A as su autor citaba a un 9eminente eiliado: +ue habra dicho +ue 9por ir m-s adelantenos habamos +uedado m-s atr-s0. En otras palabras, haca responsable al batllismo 9por suincapacidad para trascender sus limitaciones abriendo paso a una verdadera 9transormaci6n:,a+uella +ue evoluciona por su propia din-mica, es decir +ue mantiene su impulso m-s all- de laacci6n de su inspirador:. (@E%", 200). El reno estaba tambi5n, seg$n !eal de "#$a, ena+uellos 9m6viles sociales: sin una 95tica social: coherente. Ese ue un peligro +ue acechante secumpla no s6lo en el batllismo sino tambi5n en otros movimientos polticos. En el caso particular+ue a !eal de "#$a (1&'b, p. 1) le interesaba, 9a medida +ue los elementos heredocristianos

    se han ido volatili#ando de la supericie social, la incapacidad moderna en hacer uncionar enmedianos t5rminos de decoro, desinter5s, impersonalidad eiciencia un r5gimen poltico social,se hi#o patente tambi5n en nuestro pas.:Entonces, eran esos elementos 9heredocristianos:, +ue se 9volatili#aban: en la vida moderna, los+ue caba sino recuperar por lo menos tener en cuenta como eistentes. i retomaba a+u suscomien#os de cat6lico militante o, si en cambio, los revisaba a la lu# de otro momento hist6rico+ue implicaba /ustamente hacerse eco del paso del tiempo, sera un largo tema para otro traba/o.?o +ue s estaba claro es +ue haba en sus an-lisis una pregunta +ue se ormulaba una otra ve#, +ue ad+uirira en su releiones sobre el batllismo uno de sus puntos m-s uertes. En alg$nsentido, el traba/o de 1&' sobre el batllismo eplicitara de +u5 orma el reno al estadobeneactor estaba entre otras cosas en una din-mica +ue haba de/ado de lado a+uellos elementos

    9heredocristianos:, lo +ue 5stos tenan +ue ver con una orma particular de pensar la vinculaci6n

    entre tradici6n modernidad. i, en eecto, haba habido un impulso, +ue tena +ue ver con unaespecica manera de entender los avances de la modernidad, el reno * pareca airmar !eal de"#$a * implicaba de/ar de lado a+uellas variables +ue, en alg$n sentido, invocaban un principioantiliberal. En otros t5rminos, +ue haba una idea sobre la din-mica de modernidad +ue se dabade bruces en los hechos. A ese problema diagnosticado en los t5rminos de una inadecuaci6n entrelos 9hechos: la 9doctrina: apareci6 claramente estipulado en otro de sus traba/os sobre via/erosde 1&erentes con su en#o+ue total y delinean un programa

    poltico cuya importancia %ale la pena subrayar* Este programa es un programa .conser%ador/,

    pero conser%ador a la europea y sobre todo .conser%ador/ a la britnica* Asentado sobre los

    grandes dogmas de nuestra edad alu%ial- progreso econmico, europeizacin, inmigracin y

    comunicaciones, presenta notas +ue lo distinguen de la realizacin oligr+uica y lo con#igurancomo una %a >istrica no transitada literalmente en ispanoam'rica* Blo C>ile =y parcialmente

    lo ensay slo algunos porta%oces de las clases ganaderas lo re#ormularon en el siglo DD, ya

    tardamente y en otro marco social, todo con un carcter de#ensi%o y seguramente reaccionario

    +ue no tena en el calor progresista de los sesenta* (Reyles e rureta Foyena lo >icieron, por

    ejemplo, entre nosotros"* Ese programa, en 1G6H, importaba una %i%a simpata a nuestras

    estructuras y modo de %ida tradicionales (en todo cuando no estorbaran al .progreso/"* aca

    justicia a las #ormas sociales del caudillismo* Benta una %i%a admiracin =no una nostalgia

    est'tica= por el >ombre nati%o* )ero lo +ue ms apasionadamente >aca era erguirse ante ese

    di%orcio de la doctrina y el >ec>o, del paramento y la sustancia +ue (desde las nstrucciones del

    a4o D y an desde las leyes de ndias >asta el C* de )recios y el Estatuto del Iuncionario",

    parece el rasgo proteico e inabandonable de nuestra >istoria >ispanoamericana* inc>li##

    #recuentemente se4ala con irona los colapsos de la libertad entre las teoras de la libertad, las

    retricas de la libertad, y la realidad republicanodesptica de nuestra sociedad tradicional*

    (REA0 3E A:A, 19?6a, p* @

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    ?a cita es larga, pero nos permite advertir varias cuestiones undamentales. ?a primera de ellastiene +ue ver con el modo en +ue !eal de "#$a dotaba a la mirada etran/era una capacidadparticular, +ue tena +ue ver con la perspectiva concreta del observador, especicamente suprocedencia, nglaterra, lo +ue esto importaba en t5rminos de una cultura en particular. A,adem-s, con el modo en +ue esa perspectiva permita cierta 9distancia: para evaluar con alg$ntipo de e+uilibrio a las 9ormas sociales del caudillismo:4 ni nostalgia est5tica, ni ab/urar de esa

    entidad como s * parece airmar !eal de "#$a * haban hecho ciertos representantes de la eliteterrateniente a principios de siglo XX11. En unci6n de esa distancia, tambi5n, estaba la 9vivasimpata a nuestras estructuras modo de vida tradicionales:. impata +ue, de nuevomanteniendo distancia, poda valorar esas estructuras modos de vida siempre cuando 9noestorbaran al progreso:. 3ero a 9progreso: !eal le ad/unt6 unas comillas, desplegando as elentrecomillado hacia otras relaciones. Esto es, cuando airmaba de +u5 orma el via/ero ingl5s separaba respecto de lo +ue evaluaba como divorcio entre sustancia hecho.?o +ue se puede apreciar en esta cita es +ue el uso de 9tradicional: al mismo tiempo reiere a lamanera en +ue los via/eros evaluaban positivamente una orma de vida al ad/etivo de una

    9sociedad: ( as utili#aba una categora propia de la sociologa cl-sica). En el primer sentido, haalgo de lo tradicional +ue merece entrar en una valoraci6n desde el presente. En el segundosentido, 9tradicional: apunta directamente a la utili#aci6n de otro t5rmino propio de una disciplina+ue todava en rugua no tena sus especiicidades normativas, pero +ue as epuesta pareca

    implicar la distancia ob/etiva +ue se lograra en el uso de un t5rmino 9cientico:. Es en ambos usosdesde donde se podra advertir cierto desli# entre la valoraci6n de lo tradicional, en cuanto algo delo +ue los estudios historiogr-icos deberan reponer (esas 9ormas sociales:), lo tradicional comoparte de un compuesto de origen disciplinar12.?os relatos del via/ero ingl5s eran un testimonio s, pero sobre todo ledo desde el -ngulo +ue !ealde "#$a elega, eran tambi5n punteos clave +ue originaban preguntas al presente. 3or e/emplo, Sa+u5 se llamaba 9progreso: en el rugua de los aDos

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    Nuc>os de ellos sir%ieron los #ines de esa e$pansin por+ue el sentido de la >istoria as lo +uiso*

    Nuc>os de ellos =sin embargo +uisieron, pensaron y >asta trabajaron concretamente en #ines,

    >umanitarios, cient#icos y >asta deporti%os, totalmente distintos al #in imperialista* (REA0 3E

    A:A, 19?6b, p* @H"*

    "dem-s, distingua el uso +ue se haca del vocablo 9nativo: en los tetos de Iinchli de los usos

    dados a ese vocablo por otros via/eros imperiales. "s, en esa distinci6n, para !eal de "#$a podananali#arse las variantes de las ormas en +ue se haba reali#ado la penetraci6n europea enudam5rica desde el siglo XX hasta el XX. 3ara ello, estableca una discutible eplicaci6n de lostipos de 9occidentali#aciones: +ue se haban sucedido a lo largo del tiempo en todo el planeta.3or una parte, estaba la 9occidentali#aci6n: de "m5rica ?atina, c6mo 5sta se haba producido enuna especie de 9sobreimpresi6n: de 9;ccidente: sobre 9;ccidente:, eceptuando algunos espaciosdonde haba una 9cultura indgena madura pero descaecida:. (!E"? @E "OQ", 1&os relatos, esos muc>os in#ormes, esas muc>as

    monogra#as de tantos y tantos diplomticos, marinos, >ombres de empresa, cient#icos y >asta

    simple turistas* )ero, como tu%imos no >ace muc>o tiempo oportunidad de e$aminarlo, tambi'n

    actuaba en ellos, a tra%'s de una #ormacin romntica y de una %ida percepcin de lo pintoresco,

    una despierta curiosidad y una = en algunos ejemplares casi religiosa = simpata por la in#inita%ariedad uni%ersal de los >ombres, las cosas, las tierras y las costumbres* (REA0 3E A:A,

    19?G, p* @@"*

    e podra decir +ue rescataba de esos 9muchos inormes:, de esas 9muchas monograas: a+uello+ue adem-s las haca, de alg$n modo, material en algo coniable en la 9-vida percepci6n de lopintoresco:, no meramente dependientes *aun+ue lo ueran de un determinado in, el de las

    9necesidades de la epansi6n comercial imperialista:. Era claro +ue a !eal le interesaba destacarlos matices en esos relatos, a uera respecto de la entidad de +uienes los escriban, el estilo eltono +ue cada teto tena o la vinculaci6n de esos tetos esos autores con la 5poca en la +ueesos escritos haban sido compuestos. 3ero, sobre todo, tambi5n le interesaba eplicar en +u5medida esos relatos permitan anali#ar con maor proundidad eactitud algunos problemas +ueconsideraba undamentales en rugua. En este $ltimo sentido, a partir de la relei6n sobre un

    9;ccidente: sobreimpreso a 9;ccidente:, poda especiicar un vnculo entre la orma en +ue losvia/eros vean en el espacio rioplatense un recuerdo de sus tierras, pero un recuerdo de ellas 9enel pasado:. (6lo as esa idea de 9sobreimpresi6n: poda cobrar para 5l alg$n sentido.) A +ueadem-s hacan hip6tesis relativas al desarrollo de estos territorios, esto es, perspectivas sobre eluturo. "l mismo tiempo, seg$n !eal podan apreciar desde sus particulares es+uemas de visi6n demundo la dualidad entre lo 9reinado: lo 9natural:. En otras palabras, +ue los via/eros habanpodido percibir disrutar, e incluso encarnar, una 9doble eperiencia sudamericana de aventura de recuerdo, de comprobaci6n de reencuentro:. (!E"? @E "OQ", 1&

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    9modernidad:4 aun+ue s pueden ser puestos en t5rminos an-logos para ver c6mo uncionaba para!eal de "#$a la comprobaci6n de un problema en un momento dado7 +ue a la causa de 9lonacional:, de la cultura nacional, de una relei6n sobre lo nacional, haba +ue redeinir elproblema de la separaci6n +ue haba habido entre cada uno de esos t5rminos. Era un problema de

    9divorcio: entre 9arraigo: 9evasi6n:4 entre 9tradici6n: 9modernidad:.

    K. !na matri.9Gradici6n: 9modernidad:, la relaci6n conlictiva +ue !eal de "#$a les asign6 en la9occidentali#aci6n: de "m5rica, pueden considerarse como una matri# +ue atraviesa toda suvariada producci6n ensastica1=. A +ue, adem-s, como se airm6 anteriormente, esa matri#inclu6 una perspectiva cat6lica. 3ero a+u cabe hacer dos salvedades. ?a primera tiende aentender c6mo esa matri# no supuso * en el derrotero +ue va de EspaaLa otros de sus ensaos* +ue !eal de "#$a hiciera una negaci6n del mundo por 9moderno:, de la circulaci6n productividad de las ideas, de la comunicaci6n entre culturas. ; +ue opusiera a lo moderno una

    9tradici6n: +ue hiciera del 9gaucho: * por e/emplo * su undador. (Esto +uedaba claro, pore/emplo, en los artculos +ue public6 tambi5n en Marchaen 1&

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    el curso de la pasada centuria, a las pautas +ue 'ste sigui, a los e+u%ocos +ue arrastr, a los

    logros +ue alcanz y las p'rdidas +ue no dej de conlle%ar y +ue tan pesadamente gra%itaran sobre

    nuestro destino* )ues la cuestin es 'sta (y su importancia no se restringe a nuestro continente"-

    O&ruguay, Argentina y sus %ecinos de >emis#erio pudieron y debieron modernizarse, lo >icieron

    e#ecti%amente, siguiendo las lneas de la modernizacin europea occidentalP 0o +ue tal proceso

    representaK*Orepresent la %a ms idnea para lograr el crecimiento de nuestros pueblos, su

    desarrollo armnico, su desembarazado crecimiento #uturo, el per#ilamiento y la sal%acin de susposibles peculiaridades %aliosasP

    Estaba entonces abierto un problema +ue se desenvolva coneo entre lo 9local: lo 9universal:4entre lo 9particular: lo 9general:4 entre lo 9nacional: lo 9internacional:. A +ue, adem-s, seormulaba en otras discusiones +ue tenan al antiimperialismo latinoamericano como protagonista4o * me/or dicho * +ue los discursos antiimperialistas (desde por lo menos los aDos 20 del siglo XX)ponan en primer plano esos pares sus tensiones. @espu5s del in de la egunda Juerra esasreleiones estuvieron condicionadas por el nuevo escenario en el +ue la Juerra Mra era uno de losprotagonistas1'.

    K. PerspectivasKolvamos ahora al primer artculo sobre los 9via/eros: (+ue para !eal no lo eran 9en puridad:). ?ostetos de 3endle Jilles, tetos contempor-neos, pecaban para !eal de "#$a al airmar el

    9sentido com$n: sobre el +ue se asentaba la autopercepci6n de los uruguaos, aincada en unamirada batllista. 3or el contrario, podemos pensar hasta +u5 punto los tetos de los via/eros 9enpuridad: permitan entonces una maor amplitud de miras7

    )ero toda%a se pueden registrar otras constantes en el modo con +ue nos %ean* ay en ellos, por

    ejemplo, una curiosa #orma de contemplarnos desde muy lejos y desde muy cerca, una #acultad de

    apresarnos como un todo y de mirar con sorprendente atencin, entre una especie de limpidsimos

    par'ntesis, un objeto +ue es >abitual para nosotros y +ue recupera de ese modo una e$tra4a

    no%edad* 5o es +ue nos .juzguen/ como pas, sino otra suerte de en#o+ue muy distinto, +ue

    pertenece totalmente al ngulo de la %isin y la emocin* (REA0 3E A:A, 19?6b, p* @1"*

    Huevamente aparece una dualidad +ue est- e+uilibrada7 el cerca el le/os. 3odan entonces esosvia/eros mane/ar dos variables de la distancia, de la perspectiva, devolver un 9todo:, en alg$nsentido una 9unidad:. A, tambi5n, pareca +ue tuvieran un mane/o del tiempo de la observaci6n,por+ue podan ver 9no en presente, sino en uturidad:. SUu5 era lo +ue veanT En principio, todaslas posibilidades del progreso. 3ero una cosa era la 9visi6n etran/era: otra la del habitante +uelo +ue haca era

    dejar simplemente al margen la realidad para preparar el edi#icio, real y meta#ricro, de un #uturo

    +ue la descartara, de acuerdo a una dial'ctica cuya operacin no se pre%ea, pero +ue no se

    enraizaba = para empezar = en una trans#ormacin del presente desde el presente mismo*

    )i'nsese, por ejemplo, en un sistema de comunicaciones tendido sobre el desierto, en el abandono

    del gauc>o, en ciertas ostentaciones ar+uitectnicas, lujo de la miseria, en unas cartas polticas y

    en una legislacin puramente #ormularias* Bi era un gran #uturo el +ue nos esperaba, poco

    importaba +ue %i%i'ramos entre tumbos sin #in y nada +ue la letra no se ajustase jams al espritu*

    (REA0 3E A:A, 19?6b, p* @@"*

    Esos relatos de via/eros recuperaban para la lectura de !eal un dato ero# del presente, +uetambi5n iguraba en el pasado7 una especie de 9divorcio:, de distancia entre el 9hecho: la

    9doctrina: +ue haba animado el 9progreso: rioplatense. Uue en alg$n sentido para !eal tambi5nhaba animado el 9impulso: batllista +ue en 1&

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    decir, el perodo en el +ue el teniente outcher se detuvo en %ontevideo, entre 182= 182

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    "rtigo recebido em 20102008. "provado em 0801200&.

    Tradition and Modernity in Latin America: Carlos Real de Aza and his analysis of the travel tales in Uruguay

    Abstract:e are interested in analyzing >o t>e intellectual Carlos Real de Aza (191619!!" studies t>e tra%ellersS narrations o#

    &ruguay, and also o# t>e Rio de la )lata* n t>ose te$ts >e considers, among ot>er topics, t>e comple$ relations beteen .traditionmodernity/ at 0atin America in general and &ruguay in particular, one o# t>e a$es o# >is critical production* e ant to analize t>en >o

    >e uses t>at a$e to criticize t>e battlismoas t>e constructor o# t>e &ruguayan identity*

    Keywords:Carlos Real de Aza* Essay* 2ra%elers* 2raditionmodernity*

    1?ic. en ?etras (MM? * niversidad de uenos "ires). @octoranda en el nstituto de @esarrolloEcon6mico ocialniversidad Jeneral de Jeneral armiento. @ramaturga por la Escuela%unicipal. Este traba/o es una primera aproimaci6n a los ensaos de !eal de "#$a en el marco de

    mi investigaci6n de tesis doctoral, llevada el 3rograma doctoral de @EHJ7 9El intelectual enrugua7 estrategia letrada viabilidad nacional. 1&

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    Cotelo asegura +ue !eal estuvo en contacto, por e/emplo, con escritos de Iobsba\n. !occa hacelo propio cuando airma +ue en 1&' haba tenido contacto con los escritos de "dorno (traducidos publicados por la editorialAriel de arcelona). Ganto C6telo como !occa insisten en laactuali#aci6n disciplinar (uera en historia, sociologa o ciencias polticas) +ue llevaba a cabo !ealde "#$a. En7 Cotelo, 1&8 !occa, 1&88, respectivamente.

    8!occa en su artculo de 1&88 sigue de cerca la respuesta de 3endle a la crtica de !eal de "#$a.Ker nota al pi5 n. 2.

    &"+u seguimos con inter5s el traba/o +ue reali#6 Carlos @emasi sobre la orma en +ue secanoni#6 una perspectiva sobre el an-lisis del batllismo en los aDos 80 retomando El impulso sureno: como teto indiscutido desde donde estudiarlo. C. @E%", 200.

    10El uso de 9aluvial: necesariamente * creemos * puede remitirse a los traba/os de Bos5 ?uis!omero. !eal de "#$a conoca la producci6n de !omero ( haba reali#ado una reseDa del libro Lasideas polticas en Argentina, en la revista Escritura, n. 2, noviembre de 1&). @e hecho, adem-s,!omero estuvo estrechamente vinculado con la niversidad de la !ep$blica, a partir de 1&8,dictando seminarios conerencias durante veinticinco aDos. C. O??"J", 1&&, p. 1=21

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    (18&1)4 Jeorge C. %orant (18&1)4 Mernando !esasco (18&1)4 R.!. ^enned (18&2)4 Compte deaint Moi (18&2)4 Charles Edmond "Zers (18&=)4 ;.K. "plin (18&)4 "ngelo calabrini (18&)4Mernando Killamil (18&

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    ______. S" d6nde va la cultura uruguaaT . Marcha. %ontevideo,n. 88