TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

12
TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI POR NOEMI ULLA Universidad de Buenos Aires Enlaliteratura del Rio de LaPlatalos cuentos de Julio Ricci podrian definirse como unos de aquellos ligados de manera muy estrecha al realismo de tradici6n urbana. Sin embargo, la critica ala burocracia, a la inercia del sistema social, al desarrollo de la tecnologfa y sus efectos en un pafs poco desarrollado, revelan con ironia y humorismo, matices del grotesco y del absurdo que emparientan mis de una de sus invenciones con la literatura fantAstica. Fecundo y tardfo, este escritor uruguayo reine en el ceiiido periodo de diecisiete afios, cinco libros de cuentos. 2 Muchas veces fiel ala construcci6n de los cuentos cultivados por los grandes maestros del ginero, otras veces las narraciones de Julio Ricci se aproximan al relato, introducen cartas ("El gamex6n" y "El laburo", El Grongo), son cartas los relatos mismos ("La carta", Cuentos civilizados) o aparecen como anotaciones ("Las cerillas II", Cuentos civilizados). Al mismo tiempo suelen incorporarse al texto referencial de otros campos, como tablas de valores, listas, balances, cuestionarios, cuadros, noticias necrol6gicas, fragmentos de alguna noticia periodistica, y esto pareceria traducir una necesidad -casi hiperrealista- de consigner la verosimilitud, pero tambien de burlarse de lo Kitsch, en la transcripci6n de ingenuos textos de tarjetas, invitaciones, participaciones, todos ellos grAficamente seialados. Estas presencias, en cuentos como "Los domingos no los paso mAs en casa de mi sefiora", "El Shoijet", "Los coleccionistas de escupidas", "El profesor" (El Grongo), "Las ideas parsimoniosas del Sefior F. 1 En ocasi6n del Coloquio Internacional sobre Tango, que se realiz6 en Toulouse en noviembre de 1984, Giovanni Meo Zilio me obsequi6 su estudio "El neorrealismo de Julio Ricci entre onirismo y gestualidad: apuntes estilisticos" (separata de la Revista Iberoamericana, 123-124, abril-septiembre 1983). Hasta entonces desconocia a Julio Ricci, y la dificultad para conseguir sus libros en Buenos Aires me hizo recurrir directamente al Uruguay. Esto pone de manifiesto, una vez mis, la paradoja de estos pafses hermanos en cercania y notablemente incomunicados en su producci6n literaria. 2 Julio Ricci, Los manidticos (Montevideo: Alfa, 1970); El Grongo (Montevideo: G6minis, 1976); Ocho modelos de felicidad (Buenos Aires: Macondo, 1980); Cuentos civilizados (Montevideo: G6minis, 1985); Los mareados (Montevideo: Monte Sexto, 1987).

Transcript of TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

Page 1: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

POR

NOEMI ULLAUniversidad de Buenos Aires

Enlaliteratura del Rio de LaPlatalos cuentos de Julio Ricci podrian definirsecomo unos de aquellos ligados de manera muy estrecha al realismo de tradici6nurbana. Sin embargo, la critica ala burocracia, a la inercia del sistema social,al desarrollo de la tecnologfa y sus efectos en un pafs poco desarrollado, revelancon ironia y humorismo, matices del grotesco y del absurdo que emparientanmis de una de sus invenciones con la literatura fantAstica. Fecundo y tardfo,este escritor uruguayo reine en el ceiiido periodo de diecisiete afios, cinco librosde cuentos.2

Muchas veces fiel ala construcci6n de los cuentos cultivados por los grandesmaestros del ginero, otras veces las narraciones de Julio Ricci se aproximan alrelato, introducen cartas ("El gamex6n" y "El laburo", El Grongo), son cartas losrelatos mismos ("La carta", Cuentos civilizados) o aparecen como anotaciones("Las cerillas II", Cuentos civilizados). Al mismo tiempo suelen incorporarse altexto referencial de otros campos, como tablas de valores, listas, balances,cuestionarios, cuadros, noticias necrol6gicas, fragmentos de alguna noticiaperiodistica, y esto pareceria traducir una necesidad -casi hiperrealista- deconsigner la verosimilitud, pero tambien de burlarse de lo Kitsch, en latranscripci6n de ingenuos textos de tarjetas, invitaciones, participaciones,todos ellos grAficamente seialados. Estas presencias, en cuentos como "Losdomingos no los paso mAs en casa de mi sefiora", "El Shoijet", "Los coleccionistasde escupidas", "El profesor" (El Grongo), "Las ideas parsimoniosas del Sefior F.

1 En ocasi6n del Coloquio Internacional sobre Tango, que se realiz6 en Toulouse ennoviembre de 1984, Giovanni Meo Zilio me obsequi6 su estudio "El neorrealismo de JulioRicci entre onirismo y gestualidad: apuntes estilisticos" (separata de la RevistaIberoamericana, 123-124, abril-septiembre 1983). Hasta entonces desconocia a JulioRicci, y la dificultad para conseguir sus libros en Buenos Aires me hizo recurrirdirectamente al Uruguay. Esto pone de manifiesto, una vez mis, la paradoja de estospafses hermanos en cercania y notablemente incomunicados en su producci6n literaria.2 Julio Ricci, Los manidticos (Montevideo: Alfa, 1970); El Grongo (Montevideo: G6minis,1976); Ocho modelos de felicidad (Buenos Aires: Macondo, 1980); Cuentos civilizados(Montevideo: G6minis, 1985); Los mareados (Montevideo: Monte Sexto, 1987).

Page 2: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMI ULLA

Szomogy"(Ocho modelos de felicidad) imponen una especie de orden hiperb6licoque da a la literatura el car6cter ilusorio de documento, transgrediendo aquelorden supuesto de las "bellas letras", contra el cual el autor manifiesta -en lasmismas narraciones y en el pr6logo el El Grongo- su desacuerdo.

A pesar de la variedad que ofrecen sus cuentos por los argumentos y losdesarrollos igualmente diversos,3 la relaci6n con ellos tendr aquf un ejepreferencial, que es el de mi hip6tesis de trabajo sobre las particularidades dela escritura rioplatense en el marco de los aios sesenta y setenta.

EL L1XICO EN EL CONTEXTO DE LA ESCRITURA LITERARIA RIOPLATENSE

En el nivellexicolos textos de Julio Ricciregistranitalianismos,lunfardismosy uruguayismos,4 pero ademAs prestan ofdo a una nueva entonaci6n, la delinmigrante europeo no espaiol ni italiano sino hiingaro, al centroeuropeo quehabla el espaiol rioplatense imprimidndole su propio acento nativo.

Las observaciones sobre la entonaci6n del extranjero que usa un castellanoinseguro aparecen en sus cuentos y recuerdan al linguiista que hay en el;5 susaber en este campo compone un rasgo -entre otros- de su escritura, la de lamimesis del habla del acento no nativo, como lo hicieron hasta 1930 losescritores que intentaban exaltar nuestra identidad rioplatense o simplementeregistrarlapresenciadelainmigraci6nextranjera. EnEljugueterabioso, RobertoArlt transcribia usos sintActicos y f6nicos del andaluz, mediante el zapatero queinicia a Silvio Astier en el placer de la lectura, y particularidades f6nicas ysintacticas del italiano dialectal a traves de la pareja duefia de lalibreria dondetrabaja el protagonista. En "Hombre de la esquina rosada" Jorge Luis Borgespresentaba el discurso coloquial rioplatense de tpica entonaci6n criolla yorillera en el mon6logo del narrador. Felisberto Hernandez, desde aquellostextos que mis tarde se compilaron con el nombre de Primeras invenciones(1969)y que se publicaron entre 1925 y 1939, escribi6 con un espaiol rioplatensesin huellas de italianismos ni lunfardismos, en tanto que Juan Carlos Onettiregistr6 lunfardismos e italianismos en el orden lexico y sintActico a partir deEl pozo (1939)." La presencia del acento de los inmigrantes, que tanto haimpregnado la producci6n del sainete y que se tuvo muy en cuenta para dar al

3 Fernando Ainsa, Jose Angeles, Fernando Butazzoni y Martha Canfield, entre otros, hanobservado diversos aspectos de la narrativa de Julio Ricci.4 Giovanni Meo Zilio, en "El neorrealismo de Julio Ricci entre onirismo y gestualidad:apuntes estilisticos", op. cit. seiala con precisi6n la diversidad de este 16xico.b Julio Ricci (Montevideo, 1921) egres6 del Institute de Estudios Superiores y suespecialidad es la Lingifstica. Ejerci6 la docencia en el Institute Iberoamericano deGotemburgo (Suecia), en Florida State University Tallahassee (Estados Unidos), enF.S.U. Study Center of Florencia yen Uruguay, hacia fines de 1985.sNoemf Ulla, La escritura coloquial en torno a 1930. Cuatro textos iniciales rioplatenses,(Buenos Aires: Cat6logos) (en prensa).

1066

Page 3: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESI6N EN LOS CUENTOS ...

discurso color local -los Cuentos de Fray Mocho, a fines y a principios de siglo,sabian que esto era una garantia para la recepci6n por parte del publico7- fuetambien, en los alrededores de 1920 y 1930, un rasgo comun a las letras de lostangos, cuando este goz6 de su esplendor ciudadano.8 Los cuentos de Julio Ricci,en especial los que agrupan Los maniditicos y El Grongo, se alinean en estavertiente de textos que dan -sin que esto sature el texto- las varianteslingiiisticas rioplatenses (voseo y sus formas verbales correspondientes), lasparticularidades de un Montevideo tambien cosmopolita, senalado a vecesgraficamente en la entonaci6n de un hungaro:

T6tal, para que queremos dos -termin6, sin poder evitar su fuerte acentohuingaro de siempre (El Grongo 56).-Mire, yo he venido de canciyeria, pues c6nfieso gran Admiraci6n por su pais-expuso con un acento que detecte era huingaro (Ocho modelos de felicidad, 119).

Montevideo, asimismo Argentina y en especial Buenos Aires, es el referentegeografico que se nombra, se exhibe, se repite, tratando de crear la ilusion de loverosimil en la trama del texto, de manera singular en Los manidticos, El Grongoy Ocho modelos de felicidad. Este "callejero" que es el narrador tipico de suscuentos, conoce los bares, las plazas, los lugares apartados, el centro, losparques, que distingue el Puerto, el Cerro, Pocitos, Malvin, Villa Muiioz, PuntaGorda, Carrasco, la Ciudad Vieja de Montevideo, que nombra los barrios y lascalles, que se detiene en connotaciones axiologicas e ideol6gicas, en observacionesde orden fisiol6gico -que nunca abandona la presentaci6n del cuerpo-ingresaen la tradici6n de los narradores de laliteratura urbana o del montevideanismo,,como la design6 Arturo Sergio Visca,9 de la que Mario Benedetti es quizas elreferente literario mas pr6ximo.

A mi en realidad me gustaba mucho caminar por 18 porque vela las luces de lossemAforos, algunas que otras viejas que sallan de las tiendas [...] esa mezclaheterogenea de blancos, menos blancos, morochos, pardos, etc. Eran rengos,bien vestidos (algunos), andrajosos (algunos mas), mujeres con piernas conelefantiasis (siempre me preguntaba por que tantas) y coches, desorden y vidaentreverada (Ocho modelos de felicidad 91).

7 Noemf Ulla, veanse los capitulos sobre Fray Mocho: "El registro oral", "La escritura parala recepci6n", "El discurso amoroso de criollos e inmigrantes", en La escritura coloquial(en prensa).8 El tango y sus letras estAn en los cuentos de Julio Ricci como presencia que late en el ritmode la ciudad. En "El apartamento" (El Grongo) la evocaci6n del tango y sus interpretesse da como homenaje (83-84), tanto como el nombre Los mareados, su ultimo libro decuentos, al tango hom6nimo.9 Arturo Sergio Visca, "Panorama de la actual narrativa uruguaya", Ficcidn, 5 (BuenosAires, enero-febrero 1957), y "Nativismo y urbanismo en la literatura uruguaya de hoy",Comentario, 54 (Buenos Aires, mayo-junio, aflo 14, 1967).

1067

Page 4: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMI ULLA

Asi reflexiona un empleado de banco que asiste a un compafiero de trabajo, cuyomachismo se ve absorbido y degradado, con mordacidad y tragedia, por unamujer autoritaria.

La puntual presencia de la ciudad con sus exteriores se advierte en loscuentos de El Grongo:

El frio siempre himedo y pegajoso de los inviernos montevideanos (117).... esas tardes iluviosas y grises del invierno montevideano (22),

tambidn como un lugar del que sera necesario huir, mediante el discurso referidode los "pesimistas":

... fugar de Montevideo, de ese Montevideo gris y an6mico, de ese Montevideode veredas rotas, calles deshechas, casas sin pintura, basurales inmundos yyiras madaneras (El Grongo, 125).

El referente explicito o la "ilusi6n" del referente explicito se consigna al detalle,insistiendo en la necesidad de que el verosimil, con todo su peso, logre susefectos: representar tambien los lugares que frecuenta, los articulos queconsume y los lugares donde los consume la amplia clase media, la clase baja,los marginales, observados todos ellos por ese "caminador" que afirma en untexto de Los mareados: "Las ventanas de los cafes eran siempre algo asi comopequefios palcos ante el espectAculo del mundo" (20).

La serie de referentes precisos -del tipo que sefialo al pie' 0 - vadesapareciendo en los iltimoslibros, casi no existen en Cuentos civilizados yLosmareados, salvo en uno u otro texto, ya que la tendencia a marcar laindiferenciaci6n, la tecnificaci6n y la masificaci6n opera como intensificador enuna escritura que va connotando, en el triunfo del apetito o la incentivaci6n delconsumo, la desaparici6n del valor que diferencia lo local, la procedencianacional de lo extranjero, en individuos que ain no habian sido absorbidos (Losmanidticos, El Grongo, Ocho modelos de felicidad) per la dominaci6n y eldesarrollo mayor de las empresas extranjeras en el pais. En tal sentido, lailtima escritura de Julio Ricci parece acertar con uno de los pron6sticos que

10 Leemos en Los manidticos: "las alpargatas azules que habia comprado en Soler" (23),"el polio relleno que compraste ayer en el Lion d'Or" (25), "Ella se tapaba la cabeza con lafrazada Campomar" (62), "una especie de palangana chata que compr6 un domingo en laferia de TristAn Narvaja" (71); en El Grongo: "fueron a Alta Gracia y las Cataratas delIguazdii en luna de miel" (17), "hicimos el viaje de bodas a Buenos Aires (9), "El cognacAubigny que le habian traido de Buenos Aires". Los hombres no se rednen y tomansimplemente un caf6, sino en "el Facal Chico" (Ocho modelos de felicidad, 83), en el de"Arenal Grande" (67), "en el Sorocabana" (14), "el bar Welcome de la calle Piedras" (15)de Los manidticos; en "un bar de Libertad y Br. Espana. En el Congreso. O tal vez en elFray Mocho", (Los mareados, 26), "en el caf6 de Ellauri" (El Grongo, 10).

1068

Page 5: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS ...

Angel Rama hacia en 1965, respecto del provincianismo cultural.1 1 En efecto,los recursos descriptivos, los referentes tan puntuales de las primerasnarraciones, incluso y sobre todo, el afecto que denotaban aquellos connotadoresgeograficos, topograficos, de los libros arriba mencionados, estan enrepresentativa ausencia -en general- por la masificaci6n que reflejan, tantocomo el nombre de su penultimo libro Cuentos civilizados. Textos alliincluidos,como "La pared", "Lanecesidad de ser esquizofr6nico", "El cronista de obituarias","La jerarqufa", "El gerente", "La baba", y aun "La carta", son testimonio de latecnificaci6n y de la escritura que registra los correspondientes referentes conironfayhumorismo: "los necesariospsicofirmacos(Nubex, Fildopon, Stupident,Piltrafac, Dormentin, etc.)" (Cuentos civilizados, 20). Precisamente en "Lapared", simbolo delas operaciones que montan y desmontan papeles y empleados,el narrador observa ideol6gicamente:

Con la nueva tecnologfa que habla sido introducida en el pals y que provenia delextranjero, de los benditos pases desarrollados, la pared longitudinal podfaalzarse y tirarse diez veces por dia. Se esperaba acelerar mas el ritmo (Cuentoscivilizados, 27).

y sin partidismos simplificadores:

El que ha sido tocado por la varita magica de unajerarqufa es en cierto modoel noble en un pals socialista (Cuentos civilizados, 23).

Uno de los narradores de Los mareados, un ascensorista -que habiendoquedado sin vivienda deambula buscando piezas de alquiler sin resolverse porninguna ("La pieza")- es quien percibe, en el silencio ya deshumanizado, lacosificaci6n que invade el ambito de su trabajo al cambiarse el viejo ascensor porel nuevo. La perfeccion electr6nica ha anulado su capacidad y su intervenci6n;la gente, por lo mismo, entra y sale del ascensor en forma tambien automaticay 61 no recibe los "gracias, hace calor, hace frfo" que acompanaban antes surutina, porque todo es futural, adjetiva ir6nicamente el narrador incorporandouna de las tantas invenciones y combinaciones lingiiisticas que se diseminancon generosidad en los textos. 2

"1 "Imposible pensarla cultura de nuestro pals en su pr6xima etapa de desarrollo dindmicosin la implicancia de las condiciones econ6micas y espirituales de la actual civilizaci6nnorteamericana, aunque no necesariamente sociales, dada nuestra condici6n (Toynbee)de proletariado externo de ella" (Angel Rama, "Del provincianismo cultural", en CarlosReal de Azia, selec., El Uruguay vistopor los uruguayos (Montevideo-Buenos Aires: CentroEditor de Am6rica Latina, 1968), t. I, 158.u Leemos en Los manidticos: "cavilando y recavilando" (60), "coleantes" (43), "grisoides"(45); en El Grongo: el mismo t6rmino Grongo es invenci6n del autor, "futurofuturible" seacompania, como otras veces, del comentario metadiscursivo "como decfan los optimistas";en Ocho modelos de felicidad: "variedades engullicias" (32), "universo sexivo" (87), "se

1069

Page 6: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMf ULLA

LA SINTAXIS LOCUTIVA

Como sus compatriotas Felisberto Hernandez, Juan Carlos Onetti, MarioBenedetti y como los argentinos Julio Cortazar, Manuel Puig, GermanRozenmacher, Julio Ricci presenta en muchos tramos de sus cuentos y encuentos enteros, una sintaxis particularmente coloquial. La sintaxis locutivaque participa mss del habla que de la escritura con sintaxis literaria, y quesuscita teorizaciones en lingiiistas estadounidenses que consideran el habla yla escritura del idioma ingl6s en la literatura de ese mismo idioma, 13 tiene en elRio de La Plata, a mi criterio, si no una genesis, sf una practica de mayor enfasisen la decada de 1960, sustentada en convicciones ideol6gicas socialistas quefueron arraigandose en forma notoria en algunos escritores, a partir del triunfode la revoluci6n de Cuba (1959) y la propuesta de hacer una literatura

latinoamericana afianzada en descubrir las particularidades del espanol en los

paises americanos de habla hispana.La brevedad de este trabajo solo me permite puntualizaciones sumarias en

torno de tan amplio tema, que en otra parte de mi investigacion desarrollo; 14

valga por ahora una casi obvia aserci6n: el reconocimiento del peso social de los

marginados afirmo el derecho a documentar las particularidades de su habla en

la escritura de los narradores de los anos sesenta. Y esta es buena parte de la

herencia de Julio Ricci, cuya entonacion coloquial se ve favorecida a menudo por

la elecci6n de un yo narrador -casi siempre es el observador callejero tipico-

que seduce a la concurrencia con el ritmo presuroso de su relato, como seduciael narrador de los cuentos de Montevideanos de Mario Benedetti. En Cuentos

civilizados el ritmo precipitado parece acentuarse. Otras veces el narradorsorprende con el desarrollo de un discurso cuidadosamente evocativo, de ritmolento y elaborado, y la utilizaci6n de ciertas interferencias lxicas y que cambianel punto del ritmo, al dinamizarlo, como en "El Shoijet": "Se me prendio la

lamparita", "yo parabala oreja", "aunque hacidndome el zonzo", "no daba pie con

incriminaban, como dicen las seriales americanas" (107), "un dia de despegue, comohubiera dicho un economista"(115); en Cuentos civilizados: "funcionariado" (19), "jefaturial"

(22), "insonrientes" (24), "minirromanticas" (129), "eg6logo" (98), ironiza sobre elpsicoanalisis. En Los mareados: "orgasmorreaba" (11), "criptoinvolucrados" (13),"introatenci6n" (33), "minifeliz" (45), "denuedo limpieril" (50), "torta seisvelitera" (51), semantuvo escuchante" (63), "maullidosaliment6filos" (80), "sexollamadas" (80), "neocasado"(112), "un morallmetro" (55). (Los subrayados son mios).13 Douglas Biber, "Spoken and Written Textual Dimensions in English: Resolving theContradictory Findings", Language, v. 62, n9 2 (1986), 384-414. Tambien el investigadorcheco Emil Volek desarrolla un estudio sobre el lenguaje coloquial en la estructuranarrativa en Metaestructuralismo (Madrid: Fundamentos, 1985), 95-122.14 "El lenguaje rioplatense en los iltimos cincuenta aiios. Las transcripciones del hablaen los escritores del 30: su expansi6n y metamorfosis en la decada del 60", es el trabajoque realizo en el Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas.

1070

Page 7: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESI6N EN LOS CUENTOS ...

bola", "ique se yo!" (El Grongo). Estos recursos, dentro de un texto de sintaxisliteraria, rompen graciosamente el ritmo del relato, y los he encontrado en untipo de escritura como la de Armonfa Somers,15 nada vuelta hacia la presenciaausente del destinatario,16 en tanto que estos contrastes son escasos en los textosde Julio Ricci, ya que la practica constante del discurso donde el destinatarioesta siempre o casi siempre implicito, los vuelve infrecuentes.

En "El marcapaso" (Ocho modelos de felicidad) el narrador inicia lapresentacion de Juanita Perez con sintaxis coloquial que de inmediato quiebrapara pasar a la de la literatura tradicional, oponiendo el juego del contrapuntode dos discursos que se relacionan, de algun modo, con las protagonistas y queno obedece al mero azar. Hay en sus textos, como tambien en los de MarioBenedetti y Juan Carlos Onetti, un saber de las diferencias que la entonaci6noral del rioplatense marca con claridad en el idioma espaniol, de los italianismosprovenientes de la inmigraci6n, de los lunfardismos que caracterizan el hablaciudadana, de los vulgarismos y de la sintaxis locutiva que, en la escritura yvueltos al destinatario, hacen que el rioplatense se reconozca de inmediato. Deotro modo que en el texto de Roberto Arlt o de Manuel Galvez, entre otros, cuyoslunfardismos aparecfan casi siempre encomillados, el texto de Julio Ricci asumela integridad de la enunciaci6n, sin marcar comillas en los lunfardismos. 17

LA RECEPCION DEL INMIGRANTE

La evidente simpatia por aquellos marginados de 1936 -la llamada "ley deindeseables" restringi6lainmigraci6n al pafs- se advierte en este narrador queno clausura su registro en la intimidad local, sino que se abre a lo cosmopolita.La presencia de los extranjeros no es exclusiva en sus textos, pero si notoria yse apega a un referente explfcito. Observa Juan Antonio Oddone 18 que ademasde los inmigrantes habituales, como los italianos y los espanioles, una oleada depolacos, rumanos y balticos, serbios y croatas, alemanes y austro-hungaros,sirios y armenios lleg6 al Uruguay en los afios 1930, en la etapa mayor de laultima inmigraci6n espontanea, asentandose especialmente en Montevideo y

aportando "una nota de inusitada diversificaci6n cultural y religiosa" (109).

16 NoemUlla, "Metonimiay connotaciones ideol6gicas en el discurso amoroso de 'Requiempara Goyo Ribera', de Armonfa Somers", en Claves para Armonta Somers (Montevideo,Linardi y Risso) (en prensa).16 Tomo la designaci6n de Gerard Genette, Figures III (Paris: Seuil, 1972), 262.17 En su estudio sobre la cita, Antoine Compagnon (La seconde main ou le travail de lacitation, Paris: Seuil, 1979) ha definido con exactitud el texto que prescinde de lospolimorfismos.18 Juan Antonio Oddone, "Inmigraci6n y modernizaci6n", en Carlos Real de Aziua, selec.,El Uruguay vistopor los uruguayos (antologfa) (Montevideo-Buenos Aires: Centro Editorde Am6rica Latina, 1968), t. 2, 109.

1071

Page 8: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMf ULLA

Mas de una de las narraciones de este escritor exaltan la cultura del pueblojudfo o de otras del centro de Europa, pero tambien suelen ejercer la ironfa, laburla, y hasta un piadoso humorismo, en rApidas observaciones. En "Las ideasparsimoniosas del sefior F. Szomogy" la altivez de la madre y el hijo muestransu superioridad ante los latinoamericanos (Ocho modelos de felicidad 13); en"Las amistades del Sr. Szomogy" el narrador protagonista marca la excesivacorrecci6n de su asiduo visitante del consulado "No lograba ir mas alla de lacorreccin rigidayrepetida,mono-estructurada, herencia quiza de un feudalismode boyardos torturadores y de atilas avasallantes" (Ocho modelos de felicidad121); en "El regalo para el amigo de Hungria" el narrador imagina a su amigohungaro con la apariencia de un perro europeo "desconocido aquf" (El Grongo58). Pero el verdadero homenaje parece darlo el cuento "El Shoijet" (El Grongo19-33), cuya descripci6n del rabino es un singular retrato literario, con lamirada de asombro del ninio no judfo que observa la particularidad de otrareligi6n y otra cultura (23). Como en ninguno de sus textos, el afecto y laexaltaci6n se encuentran reunidos en una suerte de investigacion y viaje haciael encuentro de un amigo de infancia. La busqueda del amigo perdido, LazaroDor6n, Ileva al narrador -hombre de setenta anios- a realizar un breve vuelode Montevideo a Buenos Aires, que por obra de la misma busqueda -caminataspor la calle TucumAn porteiia y sus laterales, por el barrio del Once ("las callesdel ghetto como le llamaban los portenos" El Grongo 26)- se transforma demaneraprodigiosaen otro viaje hacia el descubrimiento de un mundomaravillosoy deseado:

Los nombres nomAs me trafan reminiscencias de cosas extrailas, de ciudadesimaginadas, de pafses casi fe6ricos: Mercerfa Koldonski, Roperia Malamud,Bazar Goldberg, Sastreria Chicurel ... (El Grongo 26).

La fascinaci6n por el bazar ("los bazares asiAticos llenos de maravillas ymisterios infinitos", El Grongo 27) que esconde en su interior sorpresas adescubrir, 19 muestran a ese personaje tfpico de sus cuentos: el caminador, elhombre que recorre la ciudad y penetra en los recovecos para conocer sushistorias y los modos de vida de la gente.

EL CUERPO Y SU LENGUAJE

Quizas la real transgresi6n al "esteticismo", la verdadera marginalidad enlos cuentos de este escritor uruguayo este en la insistencia de un motivo que en

19 Walter Benjamin supo descubrir el vertigo de esa b1squeda en los bazaresy en las calles,en sus escritos sobre Baudelaire en el Paris del Segundo Imperio, en Poesta y capitalismo.Iluminaciones 2 (Madrid: Taurus, 1980), segunda edici6n, especialmente el capftulo "Elflaneur".

1072

Page 9: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESI6N EN LOS CUENTOS ...

los afios de la decada del sesenta se desarroll6 con timidez. Julio Cortdzar,David Vifias, Manuel Puig, entre otros en Argentina, Armonia Somers, L. S.Garini, Cristina Peri Rossi, entre otros en Uruguay, presentaban ya el lenguajedel cuerpo. Julio Ricci Ilevari esto al enfasis, centrando la atencion en lasnecesidades meramente organicas, y no en la sexualidad, que la narrativa de losautores mencionados sf se habfa atrevido a abordar, y que estA casi ausente enlos textos de este narrador.

Los textos que componen Los manidticos -junto con El Grongo y Ochomodelos de felicidad- reiteran con holgura lo "bajo", las necesidades naturalesy sus olores, tan propios de la literatura del realismo grotesco, que sin embargola tradici6n urbana -y valga el adjetivo- donde se situa la narrativa de esteautor, ha desdenado en su mayorfa. Tal vez un extrano antecedente podriareconocerse en Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, quienes en Un modelopara la muerte (Buenos Aires: Oportet & Haereses, 1946) y con el seud6nimode B. Suarez Lynch, escandalizaron el entorno literario con un breve y famosopasaje.

Aunque la menci6n de Mijail Bajtfn ha impreso en los ultimos afiossocorrida obligatoriedad, no puedo evitar la evocaci6n de uno de sus estudios, elque se relaciona con este aspecto que se observa en los textos de Julio Ricci. Merefiero al vinculo existente entre la tradici6n de la cultura c6mica popular2 y lafaz de lo "bajo corporal" en Rabelais.

El primer cuento de Los manidticos, "Pivoski", es uno de los retratos masvfvidos de un anciano polaco que habita en la miseria y el olvido de la CiudadVieja de Montevideo. En la insistente descripci6n del deterioro del cuerpo y lafalta de higiene, hay particular detenimiento:

Pase y lo seguf. Habia un intenso olor a vetustez y a podredumbre mezcladas.Se respiraba el olor que hay en las casas que no se ventilan por afios y afios yparecia como si hubiera un gato o algdn otro animal muerto hacia tiempo (Losmanidticos 10-11).

Por la confesi6n de Pivoski, narrador del cuento, se sabe que el cadaver descansadesde hace anios en un bail de las habitaciones. Pero las sospechas del narradormientras espera que el anciano abra la puerta de calle, rebelan tambien supropia fruici6n en la referencia a las necesidades fisiol6gicas:

A lo mejor Pivoski estaba orinando o liberando el intestino (10).Con todo, debajo del catre divise una escupidera cargada de orines que a lo queparecia oficiaba de excusado (11).Los olores eran insoportables, la falta de luz [...] pero habia en cambio un calorhumano inefable, una intimidad inexpresable, que yo habfa imaginado siempre

20 Mijail Bajtfn, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contextode Francois Rabelais (Barcelona: Barral, 1974).

1073

Page 10: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMI ULLA

como peculiar de la Europa Central y de los Balcanes (11). ... luego abri6 lapuerta de la habitaci6n de la madre y entr6. Habia un olor repugnante,Anico.(20)

Otro de los mani6ticos que ve frustradas sus especulaciones con la adquisici6nde una cmara fotografica traida de Alemania y que le es robada de inmediato,acompaia esas manfas con dificultades fisiol6gicas que el narrador describe conrigurosa precisi6n, humorismo y fidelidad al referente:

Record6 entonces que desde hacia axos [...] solfa ir al bafio con la firme decisi6nde liberar a su intestino de impurezas. Una vez adentro, levanta la tapa, hacf acorrer el agua, colocaba un papel [...] con el fin de acelerar sus procesos deevacuaci6n (Los manidticos, 42).Unos minutos mas tarde [...] lo cual demostraba que esta vez se habia puesto deacuerdo con su intestino (Los manidticos 42).... habia estado muy seco de vientre ... (Los manidticos 45).

En el cuento "La cola" la vida de la gente que la compone se transforma enuna suerte de infierno, los integrantes esperan poder cumplir determinadostramites, mientras transcurren los inviernos y los veranos infinitos y todo se vadegradando:

En general habia muy mal olor en torno a los tramitantes y como no existianservicios higienicos, los insectos se acumulaban [...] Las necesidades se hacianen un baldfo cercano y esto aumentaba el bicherfo (El Grongo 46).

En un estudio sobre Juan Carlos Onetti,2 1 sefiale que en El pozo las escasasimAgenes o referencias corporales aparecen desprovistas de gozo, siguiendo unextra-io desd6n por la materialidad del cuerpo como productor de placer, y porligazones con nuestra tradici6n espaiola y cristiana. Precisamente AngelRama habia observado en la presentaci6n que acompafia a una de las edicionesde El pozo,w que las "situaciones chocantes" -se referfa a las libertades deexpresi6n- y las "violencias verbales" presentes en el texto, no se habiandiseminado suficientemente en las obras de los escritores uruguayos. En lanarrativa de Julio Ricci ocurre lo contrario, si bien el infasis y la frecuencia delas precisiones corporales de lo "bajo" son claras, nadaestercargado de desagrado,y la naturalidad acompafia estos motivos y hasta a veces, como en el realismogrotesco, convive con el agrado y la ironia o el humorismo. En "Pivoski" elnarrador confiesa respecto de la casa del anciano:

21 NoemiUlla, "El sentido de las imAgenes corporales", en Clavespara Onetti (Montevideo:Linardi y Risso) (en prensa).2 Angel Rama, "Origen de un novelista y de una generaci6n literaria", en Juan CarlosOnetti, El pozo (Montevideo: Arca, 1969), 54 edici6n, 53-107 (el estudio de Angel Ramaeste fechado en 1965).

1074

Page 11: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

TRADICI6N Y TRANSGRESI6N EN LOS CUENTOS ...

En casa tenia luz, calefacci6n, limpieza, todo lo que el mundo y la tecnicamodernos han dado. Pero faltaba algo que nunca habia podido determinar, algoque generaba en mi una tristeza infinita. Aquf, en cambio, en esta pocilgahigubre y hedionda recuperaba pronto mi felicidad y me sentia de nuevo hombre(Los manidticos 12).

La insistencia sobre el motivo corporal como nucleo de algunas narraciones ("Elnene", Los manidticos, "Los coleccionistas de escupidas", El Grongo) o como unapresencia fuerte ("El apartamento", "La cola", El Grongo, "La camara", Losmanicticos, "Las amistades del Sr. Szomogy", Ocho modelos de felicidad), vinculana este escritor con Quevedo y Rabelais y recuerdan esa confluencia de elementosque Erich Auerbach 2' describia en el estilo del segundo, como la mezcla delrealismo con la satira y lo didactico, las bufonadas groseras, el poder deimitaci6n verbal, el nivel estilfstico c6mico del grotesco, que Giovanni Meo Zilioha analizado en su estudio sobre la repetici6n en los cuentos de este escritor.25

El narrador de "El apartamento", despues de haber destacadolaimportanciade la acci6n de defecar en la vida del hombre, de evocar los artefactos del baniode Hemingway y el perfeccionamiento de la moderna industria en "la grandezade esta ceremonia", puntualiza por medio de observaciones criticas, un discursoque tiende a modificar la concepci6n tradicional sobre ese acto:

La gente no era consciente, pero hablaba mucho de esto aunque en t6rminostabuadosyjocoso-despectivos. Estoyestrefiido, ando mal, seco devientre, tengoque tomar un laxante, eran frases corrientes que denotaban la preocupaci6n delos hombres por la vida del intestino y que a veces se mezclaban con estrofastangueras "tu piel, tu piel, magnolia que bes6 la luna" (El Grongo 97).

Es posible advertirlaconnotaci6nideol6gica al sefialarla presencia del lenguajealusivo -en lo que atafie a estos hechos naturales- para desterrar tal actitud.La observacion no se detiene en el desenmascaramiento, actua con energia enla misma escritura. Y mAs que puntualizaciones oportunas y casuales, estas,

en su diseminaci6n, forman parte de la estetica de la narrativa de Julio Ricci,quien en el prblogo de El Grongo (i-vii) es bien explicito, cuando hace referenciaal cultivo de "la literatura asqueante", olvidada por la estetica tradicional. El

3 Domingo Luis Bordoli observa en el pr6logo al tercer libro de Julio Ricci: "No hay palabraque no tenga transito en este desenfadado rabelesiano. Sorprende el papel que desempeilanlas necesidades organicas. Estan casi siempre al servicio de situaciones c6micas" (en JulioRicci, Ocho modelos de felicidad, op. cit., 7-8)."' Erich Auerbach, Mimesis. La representaci6n de la realidad en la literatura occidental(Mexico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1979), 2" reimpresi6n, "El mundo en la boca dePantagruel", 245-264.m Giovanni Meo Zilio, "Un estilema sintomaitico en Julio Ricci, Materiales para un estudiodel cuento uruguayo", Thesaurus (Bogota: Boletin del Institute Caro y Cuervo, 1986), t.41, 1-50.

1075

Page 12: TRADICI6N Y TRANSGRESION EN LOS CUENTOS DE JULIO RICCI

NOEMI ULLA

pr6logo, mss que un fugaz principio introductorio a los relatos, componetambien la escritura de esos motivos marginales de la literatura como prActicadecidida e intencionalidad expresa, con claras connotaciones axiol6gicas eideol6gicas -la elecci6n del motivo siempre rechazado por los escritores por serabyecto, las necesidades fisiol6gicas, la menci6n de lo "bajo" y parece querercambiar de manera consciente las relaciones que nuestra cultura y por lomismo, nuestra literatura, ha establecido con el cuerpo y su funcionamiento.

A pesar de la estetica que lo cijie dentro de la literatura del realismo urbanoy social, este escritor tiene mss de un puntoen comin con Felisberto HernAndez 2 6

y es a traves de esta relaci6n con Felisberto c6mo algunos cuentos suyoscomparten con textos de escritores uruguayos en apariencia alejados de sunarrativa como Tarik Carson o Armonia Somers, extranias asociaciones,invenciones no menos extraias y tambidn el ejercicio del discurso poetico, msallA de las semejanzas con L. S. Garini, que algunos criticos han sefialado conacierto. Sus cuentos, en la propuesta de la representaci6n del lenguaje popular,tienen el don de inventar nuevas situaciones y nuevas palabras, no siempreorientadas por el "buen gusto" sino por la satira. Textos como "El gamexAn" -

inico en que el paisaje, cielo y mar montevideanos acompafian el relato connotoria presencia-, "Las amistades de Sr. Szomogy", "El Shoijet", "Lasoperaciones del amor", "Juancito" entre otros, son seguramente antol6gicos.Desafiando los temas vedados a las convenciones de la literatura tradicional,por ejemplo la crueldad, este autor describe de manera tan densa como elmemorable "El pajarito delos domingos"(Elsonido blanco) de Maria Montserrat,o el absurdo de la solitaria vida de un viajero rioplatense en Italia, que vibrafelisberteanamente, con la fantasia de amor por una silla en "El apartamento"(El Grongo). Asi, este narrador cuya manifiesta libertad de imaginario convivecon buena parte de los escritores uruguayos,2 integra una de las franjas mssingulares de la literatura rioplatense actual.

26 Matilde Bianchi, "El lunatismo en la obra de Felisberto Hernandez y de Julio Ricci". Hevisto los originales de esta ponencia lefda en Paris el 5 de diciembre de 1987, en la sesi6n"Autour de Julio Ricci", por gentileza de la autora (en prensa).2 V6ase en referencia aesto miestudio "Discurso ficcionaly discurso critico en dos cuentosdelas escritorasuruguayasArmonfa Somersy CristinaPeriRossi",Femmes desAmdriques(Universitk de Toulouse Le-Mirail, 1986), 241-247.

1076