Trabajo Practico sobre Teoria de las relaciones internacionales

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Israel, la paz y el destino de los palestinos Debate. Shlomo Ben Ami Benjamin Netanyahu, el Primer Ministro de Israel, ha quemado puentes con la comunidad internacional, en particular los Estados Unidos, el aliado y benefactor más indispensable de Israel. No sólo procuró sabotear las negociaciones del Presidente Barack Obama con el Irán alineándose con los oponentes republicanos de Obama, sino que, además, dos días antes de las elecciones, renegó de repente de su compromiso con la solución de dos Estados, la piedra angular de la opinión de la comunidad internacional para lograr la paz en Oriente Medio. En vista de todo ello, ¿por qué han recompensado los votantes israelíes a Netanyahu con un tercer mandato de Primer Ministro (de hecho, con su margen de victoria más cómodo desde su primera elección en 1996)? Pura y simplemente, porque la mayoría de los israelíes están de acuerdo con Netanyahu en un sentido fundamental: un país pequeño rodeado de enemigos, en una región caótica de Estados fallidos y crueles participantes no estatales como Hamas, Hezbolá y ahora el Estado Islámico, no puede permitirse el lujo de presentarse a las elecciones con programas relativos a asuntos socioeconómicos, como si fuera un pacífico ducado europeo occidental. Al fin y al cabo, antes de ocuparse del costo de la vida, hay que asegurar esta última. Como su Primer Ministro, esos electores cada vez más numerosos no confían en los árabes, incluidos los que son compatriotas suyos. Sin embargo, hay otra razón para la victoria de Netanyahu. Las elecciones israelíes son en ciertos sentidos un asunto tribal; se vota en función de recuerdos, insultos, sensibilidades religiosas y agravios grupales. El predominio político actual de la derecha israelí se alimenta con un anhelo generalizado de las raíces judías, un miedo arraigadísimo a los árabes y una desconfianza inquebrantable de un “mundo”, la llamada comunidad internacional, con el que los judíos llevan siglos disputando. El anhelo de paz por parte de la izquierda está considerado ingenuo, si no un ejercicio de demencia política

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Comparación entre diferentes teorías de las RIN.

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Israel, la paz y el destino de los palestinosDebate. Shlomo Ben AmiBenjamin Netanyahu, el Primer Ministro de Israel, ha quemado puentes con la comunidad internacional, en particular los Estados Unidos, el aliado y benefactor ms indispensable de Israel. No slo procur sabotear las negociaciones del Presidente Barack Obama con el Irn alinendose con los oponentes republicanos de Obama, sino que, adems, dos das antes de las elecciones, reneg de repente de su compromiso con la solucin de dos Estados, la piedra angular de la opinin de la comunidad internacional para lograr la paz en Oriente Medio.En vista de todo ello, por qu han recompensado los votantes israeles a Netanyahu con un tercer mandato de Primer Ministro (de hecho, con su margen de victoria ms cmodo desde su primera eleccin en 1996)? Pura y simplemente, porque la mayora de los israeles estn de acuerdo con Netanyahu en un sentido fundamental: un pas pequeo rodeado de enemigos, en una regin catica de Estados fallidos y crueles participantes no estatales como Hamas, Hezbol y ahora el Estado Islmico, no puede permitirse el lujo de presentarse a las elecciones con programas relativos a asuntos socioeconmicos, como si fuera un pacfico ducado europeo occidental. Al fin y al cabo, antes de ocuparse del costo de la vida, hay que asegurar esta ltima.Como su Primer Ministro, esos electores cada vez ms numerosos no confan en los rabes, incluidos los que son compatriotas suyos. Sin embargo, hay otra razn para la victoria de Netanyahu. Las elecciones israeles son en ciertos sentidos un asunto tribal; se vota en funcin de recuerdos, insultos, sensibilidades religiosas y agravios grupales. El predominio poltico actual de la derecha israel se alimenta con un anhelo generalizado de las races judas, un miedo arraigadsimo a los rabes y una desconfianza inquebrantable de un mundo, la llamada comunidad internacional, con el que los judos llevan siglos disputando. El anhelo de paz por parte de la izquierda est considerado ingenuo, si no un ejercicio de demencia poltica (y, en cualquier caso, una imperdonable traicin a la identidad juda).Lograr una solucin con dos Estados sera una tarea descomunal, aun cuando Israel no hubiera votado explcitamente contra ella. De hecho, la esperanza de que los oponentes de Netanyahu lograran un gran avance estaba fuera de lugar. Al fin y al cabo, los palestinos nunca aceptaron las propuestas de paz de la izquierda a lo largo de los aos y la fragmentacin actual de la poltica palestina, determinada por una OLP dbil y un Hamas obsesionado con una irracional opcin en pro de la guerra, no da margen para mucho optimismo.Desde luego, no se puede esperar que la izquierda israel, despus de aos de oposicin, descifre el cdigo de la laberntica poltica de Israel y dirija el pas hacia un acuerdo de paz con Palestina. Para que los palestinos se salven del triste destino de los kurdos, la mayor nacin sin Estado del mundo, y para que Israel se libre de su suicida marcha hacia un Estado con apartheid, las dos partes necesitan al mundo para que las salve de s mismas, pero, acaso tiene el mundo el deseo y la cordura para hacerlo?Shlomo Ben AmiVicepresidente del Centro Internacional por la Paz de Toledo. Ex ministro de Asuntos Exteriores de IsraelCopyright Project Syndicate, 2015.

El problema es la poltica, no las personalidadesStephen Walt es profesor de relaciones internacionales en la Harvard Kennedy School

MARC BASSETSWashington21 MAR 2015 - 03:34CETStephen Walt es profesor de relaciones internacionales en la Harvard Kennedy School y coautor, con John Mearsheimer, deEl lobby de Israel y la poltica exterior de EE UU, un libro sobre la influencia de los grupos de presin proisraeles en la diplomacia estadounidense. Walt respondi a un cuestionario sobre las recientes tensiones entre Estados Unidos e Israel.PREGUNTA:Cundo fue la ltima vez que las relaciones entre los Gobierno de Estados Unidos e Israel fueron tan malas?RESPUESTA:La primera Administracin Bush suspendi brevemente las garantas de los prstamos a Israel en 1992 para indicar su descontento con la continua construccin de asentamiento por parte de Israel. Antes de esto, quiz el punto ms bajo fue la guerra de Suez en 1956, cuando Israel, Gran Bretaa y Francia atacaron Egipto y no informaron a Estados Unidos con antelacin.P:Cmo han llegado a este punto EE UU e Israel, Barack Obama y Benjamn Netanyahu?R:Obama y Netanyahu claramente no se respetan demasiado el uno al otro, pero el problema verdadero aqu es la poltica, no las personalidades. Hay dos problemas principales. Primero, Estados Unidos cree que una solucin de dos Estados es la nica manera de resolver el conflicto israelo-palestino de una manera justa y equilibrada. Esto responde al inters de Amrica. Pero Netanyahu se ha opuesto a la solucin de dos Estados durante su carrera y contina oponindose. Segundo, a Estados Unidos y a la Unin Europea les gustara alcanzar un acuerdo negociado sobre el programa nuclear iran. Netanyahu est rotundamente en contra de esto, y abiertamente se ha puesto junto a los republicanos de Estados Unidos para descarrilar las conversaciones.P:Existe algn precedente de EE UU aislando a Israel en la ONU, como ahora se plantea?R:Realmente no. Estados Unidos ha apoyado o se ha abstenido en resoluciones del Consejo de Seguridad crticas con Israel en una o dos ocasiones, pero normalmente usa su poder de veto para proteger a Israel en el Consejo de Seguridad, y presiona a otros Estados para que tambin voten en contra de estas resoluciones.P:Qu consecuencias tendr la controversia actual en las relaciones entre EE UU e Israel?R:El problema central es que los intereses de ambos estados no son idnticos, e Israel est girando bruscamente a la derecha. Su tratamiento de los palestinos y de sus propios ciudadanos rabes desentona de forma aguda con los valores de EE UU y con la opinin mundial y ha socavado de forma significativa la posicin internacional de Israel. Lo que sobre todo preserva ahora la relacin especial entre EE UU e Israel es la influencia poltica de AIPAC [el principal lobby proisrael en EE UU] y del resto del lobby de Israel, pero es posible que no sea suficiente si Israel contina en el curso actual.P:Recuerdo que en verano de 2014, tras la ltima guerra en Gaza, que tambin provoc tensiones entre Obama y Netanyahu, usted me dijo que las relaciones entre EE UU e Israel no cambiaran sustancialmente. Cambiarn ahora? Esta vez es distinto de otras crisis entre presidentes de EE UU y primeros ministros israeles?R:S, porque el choque de intereses entre ambos pases cada vez es ms aparente y el propio comportamiento de Israel hace que a sus seguidores en Estados Unidos les resulte cada vez ms difcil defenderlo. El apoyo bipartito tambin est en declive, y muchos demcratas empieza a cuestionarse si Estados Unidos debera seguir dando a Israel un apoyo incondicional. El apoyo de EE UU no se desvanecer de la noche a la maana, pero probablemente hayamos dejado atrs el punto culminante de la amistad entre EE UU e Israel.

ENTREVISTANo creo que jams haya habido una relacin personal tan malaElliott Abrams fue miembro de la Administracin Bush y est adscrito al Consejo de Relaciones ExterioresMARC BASSETSWashington21 MAR 2015 - 03:34CETElliott Abrams, especialista en Oriente Prximo del Consejo de Relaciones Exteriores, asesor a George W. Bush durante los aos de la guerra de Irak. Es uno de los miembros ms destacados del movimiento neoconservador. El viernes respondi por telfono a unas preguntas sobre las recientes tensiones entre Estados Unidos e Israel.PREGUNTA:Muchos presidentes americanos han tenido enfrentamientos con primeros ministros de Israel. Qu es diferente ahora?RESPUESTA:Si quiere retrotraerse a la mayor diferencia poltica, piense en 1956, en Suez. Siempre habido diferencias polticas. Lo diferente ahora es, creo, el grado de odio personal, y creo que no es una palabra demasiado dura, que la administracin siente hacia Netanyahu. Y creo que esto es nuevo. Otros presidentes han tenido descauerdos de varios tipos. Pero a veces era en el contexto de una relacin personal muy buena, como la que [George W.] Bush tena, o [Bill] Clinton. A veces era en un contexto de ninguna relacin personal, como el Bush mayor e [Isaac] Shamir. No creo que jams haya habido una relacin tan mala [como la de Barack Obama con Benjamn Netanyahu]. Uno de los motivos para esto es Irn, claro. Si hay un acuerdo con Irn, me pregunto si esto cambiar un poco, porque la administracin teme que Netanyahu sea capaz de ayudar a oponerse al acuerdo con Irn. Si se cierra el acuerdo con Irn y se firma, y hay una resolucin de la ONU, entonces quiz, quiz esto se reduce un poco.P:Porque el presidente Obama querr tener la ayuda de Netanyahu?R:No, lo digo en el sentido de que no ser tan importante. Si hay un acuerdo con Irn, ya estar hecho. No creo que pueda hacerse nada para mejorar la relacin entre Netanyahu y Obama. Lo que me choca es el deseo de la Casa Blanca de no mejorarlo. En otras ocasiones he puesto el ejemplo de la relacin entre George W. Bush y Jacques Chirac. No se llevaban nada bien, pero la Casa Blanca, claro, no quera que el problema personal interfiriese en las relaciones entre Estados Unidos y Francia. En ello trabajamos, esencialmente a travs de los dos consejeros de seguridad nacional. La Casa Blanca [ahora] no parece querer hacer esto. Parece estar perfectamente contenta con una relacin muy mala.P:Cmo influye la mala relacin personal entre los lderes en la relacin entre ambos estados?R:Hasta ahora no ha influido demasiado en la relacin de inteligencia o militar. Pero el impacto se nota en la relacin poltica. Con esto me refiero a cosas como la ONU. Lo primero que ocurri tras la eleccin [en Israel] es que se empezaron a escuchar a personas de la Casa Blanca diciendo en privado que quiz Estados Unidos no vetara ciertas resoluciones del Consejo de Seguridad. El nivel de ayuda lo fija el Congreso y sobre esto la Administracin no puede hacer nada, pero en el Consejo de Seguridad el Congreso no puede hacer nada. Esto lo controla el presidente. Y es importante, porque existe un esfuerzo por parte de varias personas y organizaciones de criticar a Israel, de aislar a Israel, de boicotear a Israel. Y creo que el nivel de resistencia, la pasin en la resistencia, depende en parte de la posicin de Estados Unidos. As que, si Estados Unidos resiste menos, [estas personas y organizaciones] tendrn ms xito, particularmente en Europa.P:Habla usted de la relacin entre Chirac y Bush. Tambin fue mala la relacin personal entre Bush y el presidente espaol Jos Luis Rodrguez Zapatero tras retirar este las tropas espaolas de Irak. Era una situacin similar?R:El presidente Bush tena muy buena relacin con Aznar y no con Zapatero. La cuestin era: podemos aislar [este problema]? La contribucin espaola a Irak no era importante militarmente sino simblicamente. Pero la idea era que era necesario aislar las reas de desacuerdo porque Espaa, por ejemplo, es un miembro de la OTAN. Mi recuerdo es que tenamos una relacin de trabajo con el embajador espaol. En el caso de Francia tenamos una relacin con el embajador francs, que era Jean-David Levitte. Levitte haba sido consejero de seguridad nacional y embajador ante la ONU. Creo que lo gestionamos bastante bien, pero lo logramos porque queramos. Creo que ahora [con Israel] no quieren.P:Cuando a Casa Blanca habla de revisar su posicin en la ONU. Es una amenaza retrica o realmente Estados Unidos podra aislar a Israel?R:Existe la posibilidad de un voto. Durante tiempo se ha hablado sobre si Obama presentara un plan de paz americano. Se pens en ello durante el primer mandato de Obama [2009-2013] y todos sus consejeros dijeron que no lo hiciera porque no tendra xito, parecera un fracaso, y lo que ocurrira sera que tanto en el lado israel como en el palestino aplaudiran las partes que les gustaran y discreparan de las que no les gustaran. As que, para qu hacerlo? No lo hagas. Y Obama no lo hizo. Tampoco creo que ahora lo haga. Pero en su lugar podra haber una resolucin de la ONU [en vez de una propuesta de EE UU]. Tradicionalmente Estados Unidos vetara una resolucin de este tipo con el argumento de que el nico camino a la paz es una negociacin directa entre israeles y palestinos. La ONU no puede reemplazar las negociaciones directas. As que esto representara un cambio. Y sera una prueba interesante para los demcratas y, en particular, para Hillary Clinton [probable candidata a la presidencia]. Si usted fuera presidenta, vetara una resolucin como esta? Y hay otro problema: parece que, si hay un acuerdo con Irn, llegar al Consejo de Seguridad de la ONU. como resolucin del Consejo de Seguridad. Y usted sabe que muchas personas en el Congreso, incluidos muchos demcratas, piensan que esto es una mala idea: el Congreso debera votar sobre esto, no la ONU. Si Obama va a la ONU por el acuerdo con Irn y va a la ONU por una resolucin sobre el conflicto israelo-palestino, ests tentando a muchos demcratas en el Congreso, y quiz a Hillary Clinton, para que digan, no estoy de acuerdo.

Netanyahu pone fin a la solucin de los 2 EstadosPor Thierry MeyssanRED VOLTAIRE| DAMASCO (SIRIA)| 23 DE MARZO DE 2015Durante su campaa electoral, Benyamin Netanyahu afirm contoda franqueza que, mientras lviva, lospalestinos nuncatendrn supropio Estado. Con esa declaracin, Netanyahu puso fin a un proceso de paz que vena prolongndose desde los acuerdos de Oslo, firmados hace msde 21aos. As termina el espejismo de la solucin de los 2Estados.Netanyahu ha asumido la postura de un bravucn, capaz degarantizar la seguridad pblica de la colonia juda aplastando a la poblacin autctona.Aport su apoyo a al-Qaeda en Siria;atac al Hezbollah en la frontera del Goln, matando a un general de los Guardianes de la Revolucin iranes y a Jihad Moghniy, dirigente del Hezbollah;Desafi al presidente Obama en Washington denunciando ante el Congreso estadounidense los acuerdos que su administracin est negociando con Irn.Los electores israeles optaron por la va de Netanyahu, que es la de la fuerza.Sin embargo, un anlisis ms detallado muestra que todoeso notiene nada de especialmente glorioso y, sobretodo, notiene futuro.En la frontera del Goln, Netanyahu sustituy la fuerza de interposicin de la ONU por el Frente al-Nusra, la rama local deal-Qaeda. Ledio apoyo logstico atravs de la frontera y pos para los fotgrafos junto a jefes terroristas en un hospital militar israel. Sinembargo, la guerra contra Siria es una derrota para Occidente y las monarquas del Golfo. Segn la ONU, laRepblica rabe Siria logra garantizar la seguridad slo en el60% de su territorio, cifra engaosa yaque elresto del pas es un vasto desierto, pordefinicin incontrolable. Pero, tambin segn la ONU, los revolucionarios y las poblaciones que los apoyan, ya sean yihadistas o moderados (osea, abiertamente proisraeles), son slo 212000 personas entre los 24millones de sirios, locual representa menos de un 1% de la poblacin.Varias personalidades murieron en el ataque contra el Hezbollah, pero la venganza de este ltimo nose hizo esperar. Netanyahu afirmaba que la Resistencia libanesa estaba empantanada en Siria y que ello leimpedira responder a laagresin. Pero varios das despus, con fra precisin matemtica, precisamente a la misma hora que el ataque israel, el Hezbollah mat exactamente la misma cantidad de soldados israeles en la regin ocupada de las Granjas de Shebaa. Alescoger esa zona, considerada como la ms protegida por las tropas israeles, el Hezbollah lanzaba un mensaje destinado a mostrar su poder absolutamente disuasivo. El Estado hebreo comprendi que ya no tiene todos los triunfos en sus manos y prefiri noreaccionar ante la respuesta de la Resistencia libanesa.Finalmente, el desafo de Netanyahu al presidente Obama puede costarle muy caro a Israel. EstadosUnidos est negociando con Irn una paz regional que le permita sacar del Medio Oriente el grueso de las tropas estadounidenses. Loque Washington tiene enmente es apostar por el presidente Rohani para convertir un Estado revolucionario en una simple potencia regional. EstadosUnidos reconocera la influencia iran enIrak, Siria y Lbano. Pero tambin lohara en Bahrin y Yemen. Acambio de ello, Tehern renunciara a exportar su revolucin hacia frica y Latinoamrica. Para garantizar suabandono del proyecto del imam Khomeiny, Irn renunciara a su desarrollo militar, principalmente aunque nonicamente en el sector nuclear (esimportante sealar aqu una vez ms que nose trata de la fabricacin de la bomba atmica sino de la produccin de motores nucleares). Laexasperacin del presidente Obama es tan acentuada que el reconocimiento de la influencia iran podra extenderse incluso a Palestina.Benyamin Netanyahu sigue los pasos de Ian Smith, quien en 1965 seneg a reconocer los derechos cvicos de la poblacin negra en Rhodesia, rompi con Londres y proclam la independencia. IanSmith nunca logr gobernar a derechas el Estado colonial que haba proclamado, que se vio devorado por la resistencia de la Unin Nacional Africana de Robert Mugabe. Quince aos despus, Smith se vio obligado a dimitir, Rhodesia se converta en el actual Zimbabwe y la mayora negra llegaba alpoder.La fanfarronera de Netanyahu, aligual que la de IanSmith en sus tiempos, es un intento de disimular el callejn sinsalida donde hametido a los colonos. Buscando a toda costa ganar tiempo, durante los 5ltimos aos, envez de aplicar los acuerdos de Oslo, Netanyahu noha hecho ms que acentuar lafrustracin de la poblacin autctona. Y alanunciar ahora que hizo esperar a la Autoridad Palestina intilmente est creando las condiciones para un cataclismo.Ramallah anunci de inmediato que pondr fin a toda cooperacin con TelAviv enmateria de seguridad siNetanyahu esnombrado nuevamente primer ministro para iniciar la aplicacin de su nuevo programa. Deproducirse esa ruptura entre la Autoridad Palestina y TelAviv, es muy probable que lapoblacin de Cisjordania, y porsupuesto tambin la de Gaza, seenfrente denuevo a las fuerzas de seguridad de Israel, en loque sera la Tercera Intifada.El temor de las fuerzas armadas de Israel de que esa situacin llegue a producirse es tan grande que sus principales oficiales retirados de alta graduacin han creado una asociacin llamadaCommanders for Israels Security, que ha lanzado constantes advertencias contra la poltica del primer ministro, quien por su parte noha logrado constituir una asociacin para defender su poltica. Los militares israeles han entendido perfectamente que Israel podra extender an ms su hegemona, como en Sudn del Sur o en el Kurdistn iraqu, pero que ya nopodr seguir extendiendo su territorio. Elsueo de construir un Estado colonial desde el Nilo hasta el ufrates resulta irrealizable y es cosa de un siglo que ha quedado atrs.Al rechazar la solucin de los 2 Estados, Benyamin Netanyahu cree estar abriendo el camino a una solucin de estilo rhodesiano, un ejemplo que ya result inviable. Elprimer ministro puede celebrar hoy suvictoria, pero esta ser de corta duracin.En realidad, su ceguera abre el camino a otras 2opciones: unasolucin de tipo argelino, con laexpulsin de millones de colonos, muchos de los cuales nisiquiera cuentan con otra patria que los acoja; o unasolucin de estilo sudafricano, osea la integracin de la mayora palestina al Estado de Israel segn el principio unhombre, unvoto, nica opcion humanamente aceptable.Thierry Meyssan

COLUMNALa 2 vuelta de NetanyahuEl lder del Likud ha prometido que los iranes no dispondran jams del arma atmicaM. A. BASTENIER24 MAR 2015 - 18:09CETEl primer ministro israel, Benjamn Netanyahu, se dispone a iniciar un cuarto mandato, contra el insistente pronstico de las encuestas. Pero para que su triunfo sea an ms excepcional debera vencer en una segunda vuelta: la negociacin de EE UU y adlteres sobre las ambiciones del programa nuclear de Tehern.El lder del Likud ha empeado solemnemente su palabra ante un electorado sensible a sus posiciones estentreamente radicales de que los iranes no dispondran jams del arma atmica y daba por sentado que el preacuerdo, que debera estar listo para el da 31, no garantizara esa eventualidad. El reciente viaje de Netanyahu a Washington para hablar ante el Congreso quera obtener el reaseguro de que, si haba pacto, la mayora republicana en las Cmaras se sublevara contra su aplicacin. Y todo ello sin descontar que Israel pudiera tomarse la justicia por su mano atacando Irn, como ya hizo en 1981, cuando destruy en una audaz operacin area el reactor nuclear iraqu de Osirak.Pacto s o pacto no dibujan realidades potencialmente muy distintas. El acuerdo, que debera ratificarse en junio, no reintegrara de lleno ni inmediatamente a Tehern en el concierto de las naciones, como tampoco es para maana el restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE UU, pero ambas son decisivas apuestas de Obama para cambiar la faz de su segundo periodo presidencial. Si pacto hubiera, desaparecera un gran obstculo contra la colaboracin activa de la aviacin y de los recursos militares norteamericanos con la Guardia Revolucionaria iran en la guerra terrestre que se libra al yihadismo califal. Ese acercamiento es el gran temor de Netanyahu, probablemente ms que la propia bomba, que Tehern se guardara verosmilmente de esgrimir contra los 200 o ms ingenios nucleares que posee el Estado sionista. Una gran coalicin de rabes, en su mayora sunes; iranes, de obediencia chi; y EE UU contra el enemigo comn: el yihadismo, militantemente sun, torpedeara la plataforma poltica del primer ministro que identifica a todo rabe, cualquiera que sea su filiacin islmica, con el terrorismo del neocalifato.Netanyahu estaba diciendo virtualmente otro tanto, cuando en la campaa electoral exhortaba a oponer una muralla, esta vez de sufragios, a las masas rabes que amenazaban con votar en mayor nmero que nunca en las elecciones del pasado da 17; con la intencin de fondo, segn el primer ministro, de acabar con el Estado de Israel. Como escribi en el diarioHaaretzel gran periodista Gideon Levy, el Gobierno del Likud culminaba as seis aos de sembrar miedo y ansiedad, odio y desesperacin. Y no es que Netanyahu se sepa todos los trucos; sino que l es el truco.En los das que faltan para fin de mes, que las partes abordan con variable optimismo, se jugar esa segunda vuelta que remate o limite la victoria de la primera. No hay que dudar, sin embargo, de que Netanyahu estar preparado para sacar el mximo provecho tanto de uno como de otro resultado. Si no hay acuerdo, mejor; pero si lo hay, cuenta con la faccin republicana del Congreso para hacer todo el dao imaginable al segundo y ltimo mandato del presidente Obama.

La retrica de Netanyahu inquieta a los judos progresistas de EE UUObama descarta que las discrepancias mermen la cooperacin de seguridad con Israel

JOAN FAUSWashington22 MAR 2015 - 22:15CETLas ltimas declaraciones deBenjamn Netanyahuy las tensiones entre la Casa Blanca y el reelecto primer ministro israel inquietan a los judos progresistas de Estados Unidos. As lo evidencia el congreso de J Street, ellobbyprogresista de la comunidad juda norteamericana, favorable a la paz, la creacin de un Estado palestino y la presin internacional contra Israel, que desde el sbado se rene en Washington. Me preocupa que uno de los factores de la creciente distancia entre los jvenes judos no ortodoxos de EE UU y el Estado de Israel sean las polticas y declaraciones de Netanyahu, dijo este domingo a la prensa el presidente de J Street, Jeremy Ben-Ami.El conclave de J Street el lunes participa el jefe de gabinete del presidente Barack Obama llegatras la victoria electoral de Netanyahuy en pleno distanciamiento no solo poltico de la Casa Blanca con l por su oposicin, al final de la campaa, a la creacin de un Estado palestino y sus comentarios despectivos sobre los rabes-israeles.Son tensiones avivadas por las ltimas declaraciones de Obama. Indiqu [a Netanyahu] que dadas sus declaraciones antes de la eleccin, ser difcil hallar un camino en que la gente crea seriamente que las negociaciones son posibles, dijo Obama en unaentrevista difundida la noche del sbado porThe Huffington Post.Se refera a su conversacin telefnica con el israel el jueves, dos das despus de los comicios, y al impacto del rechazo luego matizado del primer ministro a una solucin de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina.En lnea con loya dicho por su portavozy en una inusual reprimenda a un aliado, Obama minimiz la rectificacin de Netanyahu, dijo que su rechazo a un Estado palestino propiciar una revaluacin de las opciones de EE UU para evitar una posible situacin catica en la regin y deplor su advertencia sobre la movilizacin electoral de los rabes-israeles.El demcrata Obama descart que las discrepancias mermen la estrecha cooperacin de seguridad con Israel. Y fue cauto sobre las negociaciones con Irn, que Netanyahu y la oposicin republicana creen que allanan el acceso de Irn a una bomba nuclear. Los iranes no han hecho an el tipo de concesiones que, creo, sern necesarias para alcanzar un acuerdo final, dijo Obama. Pero se han movido, as que existe la posibilidad.Fundado en 2008, J Street defiende elderecho de Israel a defenderse, pero critica la falta de derechos de los palestinos y los asentamientos, y apoya queWashington sopese retirar su proteccin incondicional a Jerusaln en la ONUtras afirmar Netanyahu que si era reelegido no habra un Estado palestino.En las sesiones y pasillos de su congreso, es fcil or ese apoyo a las negociaciones con Irn, reproches a Netanyahu y el temor a que su retrica beligerante agrave la alienacin hacia Israel de parte de la comunidad juda de EE UU (la mayor fuera de Israely de voto mayoritariamente demcrata). El debate sobre la relacin poltica con ese pas se presume intenso y puede convertirse en tema relevante en las elecciones presidenciales de 2016.Ellobbyprogresista se rene en el mismo centro de convenciones donde, a principios de marzo, elAIPAC, ellobbyproisrael predominante en EE UU con un enfoque conservador y de defensa de la seguridad de Israel, celebr su congreso anual. Esa cita coincidi con la visita de Netanyahu a Washington, 15 das antes de las elecciones nacionales. El conservador israel intervino en la conferencia ypronunci un discurso en el Capitolioen que critic las negociaciones nucleares de EE UU y otras cinco potencias con Irn.Ben-Ami, el presidente de J Street, sostiene que se ha erosionado la slida unidad que haba hasta los aos setenta en la comunidad juda estadounidense porque ha perdido peso el argumento de que Israel sufre un "riesgo existencial" que lo justifique todo. "Hay una creciente mala reputacin del Gobierno de Israel, no del concepto de Israel", coincide Jacob Droeger, un judo de 19 aos presente en el congreso. En un reflejo de esta tendencia, la conservadora Asamblea de Rabinos tild de "inaceptable" el vdeo de Netanyahu durante la jornada electoral en que alertaba de que los rabes estaban yendo "en manada" a votar.

La Orden Ejecutiva de ObamaSe le brind a Maduro, en bandeja de plata, el enemigo externo con el que suean todos los dictadoresMARUJA TARRE25 MAR 2015 - 03:19CETVenezuelaes un pas tan polarizado que cualquier decisin, cualquier idea, dan lugar a discusiones apasionadas, insultos y descalificaciones. No es de extraarse por lo tanto que la reciente Orden Ejecutiva deObama sobre sanciones a siete funcionarios del gobierno de Maduro, haya provocado una infinidad de comentarios.Empezando por los extremos, el lenguaje de dicha resolucin ha revivido la retrica patriotera y anti imperialista, sacando del bal de los recuerdos un discurso en contra de la planta insolente del extranjero pronunciado por el dictador Cipriano Castro hace ms de un siglo. En el otro lado tenemos a los admiradores incondicionales de los EEUU, que olvidando toda evidencia histrica aseguran que los presidentes norteamericanos no dan puntada sin dedal y deben conocer datos horribles sobre el chavismo que los simples mortales ignoramos.Entre estas dos opiniones extremas hay muchos matices que van desde la aceptacin del lenguaje, como una necesaria formalidad jurdica, hasta la afirmacin del Cardenal de la Iglesia Catlica asegurando queVenezuela no presenta ninguna amenaza grave para los EEUU. El Profesor venezolano Vctor Mijares, desde la Universidad de Hamburgo, se basa en las muy peculiares declaraciones del General Kelly, Jefe del Comando Sur, para aventurar la idea de que los EEUU, con la aparente torpeza de sus declaraciones, ms bien pueden estar tratando de evitar una salida brusca de Maduro. En efecto, segn el General Kelly un cese de las remesas petroleras venezolanas a Petro Caribe puede significar una catstrofe econmica para ciertos pases y un influjo de inmigrantes inconveniente para los EEUU. Por lo tanto Maduro es prcticamente un mal necesario.Basndose en declaraciones muy similares del Secretario de Estado Kerry, el comentarista espaol German Gorraiz Lpez llega a conclusiones opuestas: las sanciones forman parte de la guerra econmica denunciada por Maduro y tienen como objetivo acabar con Petro caribe y la influencia del chavismo en la regin. Otra tesis que se aleja de las explicaciones convencionales fue expuesta por una periodista normalmente bien informada, a quien sus fuentes le dijeron que Netanyahu, en su reciente visita a Washington, dio datos precisos sobre los yacimientos de uranio venezolanos en manos iranes, de all que el gobierno chavista significa una amenaza para la paz global.Lo interesante de la discusin sobre las medidas tomadas por Obama es que no se limita a Venezuela. Quizs las explicaciones ms completas sobre el peligro que puede representar el gobierno actual para la estabilidad regional, las escribi Carlos Alberto Montaner, citando el lavado de dinero, el narcotrfico y los contactos con el terrorismo islmico. Pero Montaner agrega que la medida solo sirve para construirle un pretexto nacionalista a Maduro, aumentar la represin y despertar el avispero latinoamericanoOtros expertos y polticos de varios pases han opinado sobre el tema, centrndose principalmente en el lenguaje de la resolucin. Dichos expertos estn perfectamente al tanto de las exigencias burocrticas o legales necesarias para imponer sanciones, sin embargo estiman que el lenguaje fue innecesariamente spero, recordando los tiempos ya pasados del intervencionismo y el Gran Garrote. Michael Schifter, del Dilogo Interamericano, piensa que el inconfundible matiz de guerra fra del lenguaje de Washington, aunque sea un mero formalismo, es desafortunado...Este tipo de lenguaje hace que los lderes de Amrica Latina se sientan menos dispuestos a presionar a Maduro por los problemas de Venezuela.En Europa, Peter Birle del Instituto Iberoamericano de Berln opina que Obama torpedea su propia poltica: busca reducir sus fricciones con Cuba y en consecuencia con los otros gobiernos de Amrica Latina. No puedo imaginar que le convenga caldear los nimos en Venezuela. El Canciller de Espaa rechaza las medidas y naturalmente UNASUR, el ALBA y muy posiblemente la OEA, ponen el grito al cielo, llamando a Obama a revocar las sanciones. El Presidente Morales de Bolivia le exige a Obama que le pida disculpas a toda Amrica Latina. En cuanto a los franceses, opinan que el mensaje de UNASUR expresa claramente una derrota para los EEUU.En resumidas cuentas, despus de tantas y tan variadas explicaciones, como venezolana sigo creyendo que las sanciones son necesarias. No al pas, ni tampoco a siete individuos de segunda categora. Quisiera que se castigara al ms alto nivel, a los culpables de las violaciones a los DDHH: aquellos que ordenan las torturas y elaislamiento de Leopoldo Lpezy la prisin de Ledezma, a quienes han ideado centros de torturas como la Tumba para encerrar presos polticos, a quienes redactaron la ley que permite usar armas de guerra contra pacficos manifestantes. Quisiera que se castiguen a los corruptos poderosos, los que convirtieron a PDVSA en la caja chica de un partido y de su propia familia, al Presidente de la Asamblea Nacional que ha sido sealado como jefe de carteles de droga, al antiguo compaero de Chvez dueo de haras y propiedades fastuosas en Florida.Quisiera ver en esa lista muchas personas ms, con mayor responsabilidad en el desastre que vivimos. Pero al mismo tiempo estoy convencida que al usar el lenguaje burocrtico de la Orden Ejecutiva, no se tomaron en cuenta las reacciones inmediatas que provocara en una Amrica Latina en donde el antiamericanismo est siempre a flor de piel. Con unas expresiones desproporcionadas se le brind a Maduro, en bandeja de plata, el enemigo externo con el que suean todos los dictadores. Las consecuencias las pagar la oposicin. Veremos sin duda ms insultos, mayor represin y quizs hasta una suspensin de las elecciones parlamentarias porque estamos en guerra con el Imperio.Maruja Tarrees profesora en la Universidad Simon Bolivar. Twitter @marujatarreEL MUNDOOPINIONEstados Unidos amenaza la seguridad de VenezuelaPorAlfredo Serrano Mancilla *Basta de disimulos. Obama ha decidido no marear ms la perdiz y dejar los subterfugios diplomticos para otro momento. El presidente de los Estados Unidos ha dado una orden ejecutiva sin necesidad de pasar por el Congreso para declarar una emergencia nacional frente a Venezuela por la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y poltica exterior. En la misma declaracin, como no poda ser de otra manera, el Premio Nobel de la Paz presume de estar comprometido en hacer avanzar el respeto por los derechos humanos. Lo curioso es que esto es afirmado por el mismo pas que no ha firmado la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, considerada una de las bases principales del sistema interamericano de promocin y proteccin de los derechos humanos. As, Estados Unidos, el pas de Guantnamo, el mismo que reconoci luego que no hubo nunca jams armas de destruccin masiva en Irak, el pas que no firma el mximo acuerdo en derechos humanos en toda Amrica, es nuevamente el que pone el grito en el cielo contra Venezuela.Lo llamativo de esta declaracin de amenaza de Estados Unidos contra Venezuela, y no al revs como afirma el anuncio, es que se realiza apenas 48 horas despus de la visita oficial de la Unin de Naciones Suramericanas (Unasur) a Caracas para tratar de promover el acercamiento entre ambas partes, entre oposicin y gobierno. Esta delegacin, conformada por el secretario de Unasur, Ernesto Samper, unido a los tres cancilleres designados para esta tarea (Brasil, Colombia y Ecuador), abandon el pas dejando claro los siguientes tres puntos: 1) Unasur no avalar ningn intento de interrumpir la democracia en Venezuela; 2) Todos los estados de Unasur, sin excepcin, rechazarn cualquier intento de desestabilizacin democrtica de orden interno o externo que se presente en Venezuela; 3) Las elecciones parlamentarias son el mejor medio para dirimir las diferencias. Estas declaraciones no gustaron en absoluto a la oposicin venezolana. Mara Corina Machado asegur que solamente cree en un dilogo que permita avanzar hacia la democracia y no para estabilizar la dictadura y Capriles fue muy crtico contra este organismo que representa a una organizacin conformada por doce Estados de Suramrica. La oposicin venezolana, adems de no saber perder elecciones, tampoco sabe perder cuando un organismo regional no le da la razn. Ni tiene los votos necesarios adentro ni el apoyo latinoamericano afuera.Este descontento seguramente explica en parte que el Norte se haya precipitado en este intento de no respetar la soberana vigente en el nuevo Sur. Estados Unidos no entiende el cambio de poca en Amrica latina; no acepta que un pueblo, el venezolano, siga eligiendo mayoritariamente en las urnas a la opcin bolivariana en vez de la opcin gringa; tampoco acata que el Sur latinoamericano, con sus presidentes elegidos democrticamente, decidan tener mecanismos propios para resolver cualquier conflicto que se pueda suscitar en la regin. Son muchos los nuevos espacios de los que dispone Amrica latina para no tener que seguir subordinada al Norte. Donde antes estaba la importancia de cualquier Cumbre Iberoamericana, ahora est la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos (Celac); cuando antes el FMI impona polticas de austeridad, ahora los gobiernos consultan a su mayora por si prefieren ms polticas de inversin social; si antes la inversin extranjera directa dependa de Estados Unidos y Europa, hoy en da cada vez es ms importante la relacin con China y Rusia.La transicin geopoltica hacia un mundo multipolar incomoda excesivamente al Departamento de Estado que no sabe cmo recuperar su hegemona unipolar. Venezuela es justamente el pas que en Amrica latina inici, a finales del siglo XX, un camino diferente de aquel que vena fijado desde el Norte, y que tuvo un efecto-domin en todo el continente. Desde ese momento, despus de que ganara Chvez las elecciones en 1998, no ha existido ninguna victoria electoral opositora a los nuevos procesos de cambio en Amrica latina; en Venezuela, Hugo Chvez gan cuatro veces consecutivas la disputa presidencial (1998, 2000, 2006, 2012) y Nicols Maduro una (2013); en Argentina, los Kirchner vencieron tambin en tres ocasiones sucesivas (2003, 2007, 2011); en Brasil, Lula da Silva gan dos veces (2002, 2006) y Dilma Rousseff otras dos ms (2010, 2014); en Bolivia, Evo Morales venci tres veces seguidas (2005, 2009, 2014); en Ecuador, Rafael Correa tambin logr tres victorias ininterrumpidas (2006, 2009, 2013); en Uruguay; el Frente Amplio (con Tabar Vzquez y Pepe Mujica) gan tres (2004, 2009, 2014). Visto lo visto, la oposicin en la regin slo ha logrado cambiar de signo poltico mediante golpes antidemocrticos tanto en Honduras (2009) como en Paraguay (2012); hasta el momento nunca por la va electoral.En Venezuela, ni la muerte de Chvez, ni los dos aos complejos en lo econmico ni la cada de los precios del petrleo, ni los intentos de desestabilizacin interna mediante las guarimbas con sus muertes, nada de eso ha permitido cambiar el gobierno, que hasta el momento es el apoyado por la mayora venezolana cada vez que se acude a una cita electoral. Este es ao de elecciones parlamentarias en Venezuela, y el ao prximo podra haber convocatoria para revocatorio. Estados Unidos parece haber tirado la toalla por la va electoral como lo hizo en el ao 2002, cuando apoy el golpe de Estado contra Chvez. Torpeza absoluta si supieran desde el Norte que cada vez que el enemigo de afuera saca sus garras, adentro, en Venezuela, la mayora social se vuelve a unir, sin fisuras, priorizando esta unin frente a cualquier debate que pueda surgir en relacin con los nuevos desafos internos. Como deca Evo Morales en el ao 2005, cuando gan por primera vez las elecciones en Bolivia, yo no necesito jefe de campaa electoral mientras tenga criticndome al embajador de los Estados Unidos. Esto parece que siguen sin entenderlo en la Casa Blanca.* Director de la Celag.@alfreserramanciEL MUNDOOPINIONPreparando la agresin militar a VenezuelaPorAtilio A. BoronBarack Obama, una figura decorativa en la Casa Blanca que no pudo impedir que un personaje como Benjamin Netanyahu se dirigiera a ambas cmaras del Congreso para sabotear las conversaciones con Irn en relacin con el programa nuclear de este pas, ha recibido una orden terminante del complejo militar-industrial-financiero: debe crear las condiciones que justifiquen una agresin militar a la Repblica Bolivariana de Venezuela. La orden presidencial emitida hace pocas horas y difundida por la oficina de prensa de la Casa Blanca establece que el pas de Bolvar y Chvez constituye una infrecuente y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y la poltica exterior de Estados Unidos, razn por la cual declaro la emergencia nacional para tratar con esa amenaza.Este tipo de declaraciones suelen preceder agresiones militares, sea por mano propia, como la cruenta invasin a Panam para derrocar a Manuel Noriega, en 1989, o la emitida en relacin con el Sudeste Asitico y que culmin con la Guerra en Indochina, especialmente en Vietnam, a partir de 1964. Pero puede tambin ser el prlogo a operaciones militares de otro tipo, en donde Estados Unidos acta de consuno con sus lacayos europeos, nucleados en la OTAN, y las teocracias petroleras de la regin. Ejemplos: la Primera Guerra del Golfo, en 1991; o la Guerra de Irak, 2003-2011, con la entusiasta colaboracin de la Gran Bretaa de Tony Blair y la Espaa del impresentable Jos Mara Aznar; o el caso de Libia, en 2011, montado sobre la farsa escenificada en Benghazi, donde supuestos combatientes de la libertad que luego se prob eran mercenarios reclutados por Washington, Londres y Pars fueron contratados para derrocar a Khaddafi y transferir el control de las riquezas petroleras de ese pas a sus amos. Casos ms recientes son los de Siria y, sobre todo, Ucrania, donde el ansiado cambio de rgimen (eufemismo para evitar hablar de golpe de Estado) que Washington persigue sin pausa para redisear el mundo y sobre todo Amrica latina y el Caribe a su imagen y semejanza se logr gracias a la invalorable cooperacin de la Unin Europea y la OTAN, y cuyo resultado ha sido el bao de sangre que contina en Ucrania hasta el da de hoy. La seora Victoria Nuland, secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiticos, fue enviada por el inslito Premio Nobel de la Paz de 2009 a la Plaza Maidan, de Kiev, para expresar su solidaridad con los manifestantes, incluidas las bandas de neonazis que luego tomaran el poder por asalto a sangre y fuego y a los cuales la bondadosa funcionaria les entregaba panecillos y botellitas de agua para apagar su sed para demostrar, con ese gesto tan carioso, que Washington estaba, como siempre, del lado de la libertad, los derechos humanos y la democracia.Cuando un Estado canalla como Estados Unidos, que lo es por su sistemtica violacin de la legalidad internacional, profiere una amenaza como la que estamos comentando, hay que tomarla muy en serio. Especialmente si se recuerda la vigencia de una vieja tradicin poltica norteamericana consistente en realizar autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta blica. Lo hizo en 1898, cuando en la Baha de La Habana hizo estallar el crucero estadounidense Maine, enviando a la tumba a las dos terceras partes de su tripulacin y provocando la indignacin de la opinin pblica norteamericana, que impuls a Washington a declararle la guerra a Espaa. Lo volvi a hacer en Pearl Harbor, en diciembre de 1941, sacrificando en esa infame maniobra a 2403 marineros norteamericanos e hiriendo a otros 1178. Reincidi cuando urdi el incidente del Golfo de Tonkin para vender su guerra en Indonesia: la supuesta agresin de Vietnam del Norte a dos cruceros norteamericanos luego desenmascarada como una operacin de la CIA hizo que el presidente Lyndon B. Johnson declarara la emergencia nacional y poco despus, la guerra a Vietnam del Norte. Maurice Bishop, en la pequea isla de Granada, fue considerado tambin l como una amenaza a la seguridad nacional norteamericana en 1983, y derrocado y liquidado por una invasin de marines. Y el sospechoso atentado del 11-S para lanzar la guerra contra el terrorismo? La historia podra extenderse indefinidamente. Conclusin: nadie podra sorprenderse si en las prximas horas o das Obama autoriza una operacin secreta de la CIA o de algunos de los servicios de inteligencia o las propias fuerzas armadas en contra de algn objetivo sensible de Estados Unidos en Venezuela. Por ejemplo, la embajada en Caracas. O alguna otra operacin truculenta contra civiles inocentes y desconocidos en Venezuela, tal como lo hicieran en el caso de los atentados terroristas que sacudieron a Italia el asesinato de Aldo Moro, en 1978 o la bomba detonada en la estacin de trenes de Bologna en 1980 para crear el pnico y justificar la respuesta del imperio llamada a restaurar la vigencia de los derechos humanos, la democracia y las libertades pblicas. Aos ms tarde se descubri que estos crmenes fueron cometidos por la CIA. Recordar que Washington prohij el golpe de Estado de 2002 en Venezuela, tal vez porque quera asegurarse el suministro de petrleo antes de atacar a Irak. Ahora est lanzando una guerra en dos frentes: Siria/Estado Islmico y Rusia, y tambin quiere tener una retaguardia energtica segura. Grave, muy grave. Se impone la solidaridad activa e inmediata de los gobiernos sudamericanos para denunciar y detener esta maniobra.* Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educacin a Distancia en Ciencias Sociales. Centro Cultural de la Cooperacin Floreal Gorini.

Venezuela puede aguarles la fiesta a Obama y a CastroPorAndrs Oppenheimer|LA NACIONMIAMI.- Las crecientestensiones entre Washington y Caracasprobablemente eclipsarn el tan esperadoencuentro entre el presidente Barack Obama y el dictador cubanoRal Castro en la prxima Cumbre de las Amricas, que marcar el histrico regreso de Cuba a la comunidad diplomtica interamericana.Hasta ahora, se anticipaba que todos los reflectores de la cumbre, que se llevar a cabo el 10 y 11 de abril en Panam, estaran centrados en el esperado apretn de manos -o abrazo- entre Obama y Castro. Ser la primera Cumbre de las Amricas que incluir a Cuba, despus de dcadas en que Estados Unidos haba insistido en que slo los pases democrticos participaran en estas megacumbres.En las ltimas semanas, despus de dos rondas de conversaciones oficiales entre los Estados Unidos y Cuba para normalizar las relaciones bilaterales, funcionarios de ambos pases haban expresado esperanzas de anunciar la reapertura de sus respectivas embajadas en Washington y La Habana antes o durante la Cumbre de las Amricas. Eso hara que la cumbre se convirtiera en una celebracin de la reconciliacin entre Estados Unidos y Cuba, y un paso importante para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Amrica latina.Pero ahora, despus de la orden ejecutiva del 9 de marzo en la que Obama anunci sanciones financieras a siete funcionarios venezolanos acusados de abusos contra los derechos humanos y la declaracin de que Venezuela es "una amenaza inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional de su pas, una buena parte de la atencin latinoamericana se desplazar a la pelea entre Washington y Caracas.El presidente Nicols Maduro, cuya popularidad ha cado casi un 20%, est pidiendo la solidaridad de Amrica latina para enfrentar lo que l llama "la mayor agresin" de Estados Unidos contra Venezuela en la historia. Se espera que Maduro pida una declaracin de al menos un grupo de pases para condenar las sanciones.Richard Feinberg, un ex funcionario de la administracin Clinton, organizadora de la primera Cumbre de las Amricas en 1994, cree que Cuba intentar evitar que Maduro se robe el show. "Los cubanos tratarn de guiar a Maduro en una forma que le permita hacer sus acusaciones contra Estados Unidos, pero sin aguar la fiesta", me dijo Feinberg. "El centro de la cumbre ser el abrazo entre Obama y Castro", dijo, y agreg que "cuando se produzca ese abrazo, cada lder del hemisferio se pondr de pie y aplaudir. Ser un momento histrico en las relaciones interamericanas, y no est en el inters de Castro que ese momento sea opacado".Otros observadores dicen que la orden ejecutiva de Obama que llam a Venezuela una amenaza extraordinaria para los Estados Unidos le ha dado municin diplomtica a Caracas. Los funcionarios estadounidenses minimizan lo de la amenaza, diciendo que se trata de un lenguaje jurdico estndar requerido por la ley para dictar sanciones financieras. Segn ellos, no ha habido ningn cambio en la poltica de los Estados Unidos hacia Venezuela.Cuando le pregunt sobre las sanciones contra los funcionarios venezolanos, Feinberg me dijo que "hay que ver estas sanciones en el contexto de un gobierno de Obama que est negociando acuerdos histricos con Irn y Cuba, y tomando posiciones blandas en el Medio Oriente. Entonces, puede que el gobierno de Obama quiera verse duro con Venezuela, que tiene un costo poltico muy bajo".A juzgar por lo que escucho de funcionarios estadounidenses de alto rango, las sanciones de Obama contra funcionarios venezolanos son producto de la creciente frustracin de los Estados Unidos ante la falta de una presin latinoamericana contra Maduro para que deje de encarcelar a polticos de la oposicin y permita elecciones legislativas justas este ao. Los funcionarios estadounidenses confan en que, al llegar la fecha de la cumbre, la atencin pblica mundial se volver a centrar en la reconciliacin entre Estados Unidos y Cuba.Mi opinin: para los medios de Estados Unidos, el abrazo entre Obama y Castro ser la principal -y probablemente nica- noticia de la cumbre. La nostalgia vende y las imgenes de la visita de Fidel Castro a Nueva York en 1959 y de los automviles de la dcada de 1950 que todava circulan en La Habana, obtienen audiencias mucho ms altas entre los agricultores de Iowa que una pelea de Obama con un presidente venezolano cuyo nombre pocos conocen.Pero en Amrica latina, la cumbre va a ser cubierta de otra forma. A menos que Obama desarme a Maduro en la cumbre con datos sobre los cientos de millones de dlares escondidos en bancos extranjeros por funcionarios venezolanos corruptos, Maduro le puede robar el show a Castro, y echar a perder la esperanza estadounidense de una mejora importante en sus relaciones con Amrica latina.

EE.UU. apuesta a la reginDe la doctrina Monroe a la doctrina TroiloLejos de retirarse de Amrica latina, Washington renueva su inters y, espoleado por el acercamiento de China y por el peso electoral de los latinos, fortalece su presencia econmica, poltica y militarPorJuan Gabriel Tokatlian|ParaLA NACION

En "Nocturno a mi barrio", el tango de Anbal Troilo, hay un verso que puede ayudar a interpretar los movimientos delos Estados Unidos en relacin con Amrica latina. Dice Troilo: "Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. Cundo? Pero cundo? Si siempre estoy llegando". Aunque el secretario de Estado, John Kerry, anunci el ocaso de la doctrina Monroe, ello no implicaba el "retiro" o el "olvido" de Estados Unidos de Amrica latina. En realidad, sera ms pertinente empezar a hablar de la doctrina Troilo: Washington nunca se fue de la regin, por el contrario, siempre procura reafirmar su presencia e influencia en Amrica latina. Y, de modo usual, lo hace con "zanahorias" y "garrotes", como un promotor simultneo de orden y desorden, y desplegando en el exterior los compromisos mnimos entre conservadores y liberales, y los acuerdos bsicos entre civiles y militares en el plano domstico.Dinmicas internas como la ascendente hispanizacin demogrfica de los Estados Unidos y el peso poltico-electoral de los latinos y fenmenos externos como la mayor proyeccin de poder de China y la gradual reaparicin de Rusia en el rea han ido motivando la renovacin del inters en el continente americano y en el desarrollo de algunas propuestas y polticas.Para comprender, por ejemplo, la envergadura del despliegue chino en Amrica latina cabe resaltar que en 2014 el total de financiacin otorgada por Pekn a la regin ascendi a 22.000 millones de dlares; un 71% ms que lo brindado en 2013 y ms que todo lo desembolsado por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. En consecuencia, fenmenos domsticos e internacionales desaconsejaban la pasividad; era esencial que Washington retomara la iniciativa en el rea.Amrica Central, Mxico y el Caribe estn cada vez ms integrados a los Estados Unidos en trminos comerciales, financieros, migratorios, culturales y militares. A su turno, ese compacto de pases opera como un permetro de defensa vital para Washington. La trascendental decisin de normalizar las relaciones con Cuba le asegura a Estados Unidos su preeminencia en la gran cuenca del Caribe y le abre ms puertas en Amrica latina, que mantuvo prolongadas y activas demandas por ese tema.Washington tambin adopt un curso de accin indito respecto a Colombia. Despus de obstruir desde los aos 90 una solucin negociada con la guerrilla de las FARC, la administracin de Obama design a Bernard Aronson, ex secretario adjunto para Asuntos Hemisfricos entre 1989-1993, como enviado especial al proceso de dilogo entre el gobierno y las FARC. Ese giro intenta ser otra muestra de un perfil ms constructivo hacia Amrica del Sur.Asimismo, conviene recordar que, segn los datos de la Cepal, y a pesar del incremento de las inversiones chinas y del importante aporte de la Unin Europea en la materia, Estados Unidos contina siendo el principal inversor individual en la regin. Washington es el mayor proveedor de asistencia militar y policial, de venta de armas y de entrenamiento a las fuerzas armadas y de seguridad. Ni China ni Rusia, por separado, ni ningn otro conjunto de potencias extrarregionales tiene el grado de incidencia militar que Estados Unidos preserva en la regin.Por otra parte, la Alianza del Pacfico (Mxico, Colombia, Per y Chile) se ha convertido en un puente geopoltico importante de Washington, tanto para generar una plataforma regional que atraiga nuevos socios, como para acompaar una poltica de gradual cerco en torno a China. Al mismo tiempo, algunos pases con gobiernos denominados progresistas parecen ms dispuestos a mejorar sus vnculos con Washington. En diciembre de 2014, el entonces presidente Jos Mujica acept la llegada a Uruguay de seis detenidos provenientes de Guantnamo, mientras que en noviembre la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, visit Ecuador y comenz un dilogo promisorio sobre asuntos de comercio, educacin, seguridad y energa. En enero de 2015, el ministro del Interior de Bolivia, Hugo Mondiz, habl del inters de su pas para mejorar las relaciones con Washington en materia de seguridad.Sin embargo, los dos casos ms relevantes para comprobar el grado de xito del "retorno" de Washington a la regin sern el futuro de sus relaciones con Brasilia y con Caracas. Un Brasil ms dbil en lo econmico y ms retrado diplomticamente, con una presidenta acosada en trminos polticos, podra mostrarse dispuesto a un nuevo acercamiento.Respecto a Venezuela, la reciente orden ejecutiva de Obama mediante la cual se considera al pas una "amenaza a la seguridad nacional" y se sanciona a siete individuos es, sin dudas, inquietante y desmedida. Ahora bien, Washington se ocup de no castigar el comercio bilateral, no imponer restricciones a la venta de petrleo, no afectar las inversiones y no aplicar medidas punitivas que perjudicaran al pueblo venezolano, tal como han sido otras rdenes ejecutivas contra pases, como Corea del Norte, Siria, Irak, Irn, Nicaragua, Libia y Cuba. Al parecer la Casa Blanca confa en que una vez producida la respuesta crtica de la regin frente al inadecuado uso de un extemporneo instrumento de diplomacia coercitiva, la fragmentacin ideolgica de Amrica latina har inviable una accin concertada contra Estados Unidos, y cada pas se replegar al respectivo mbito interno plagado, en toda el rea, de enormes desafos. Habr que ver si la prxima Cumbre de las Amricas, programada para abril, resulta un fiasco o el mbito para distender, por lo menos en apariencia, las relaciones continentales.Una nota final sobre la Argentina y Estados Unidos en el corto plazo. Si alguno de los presuntos tres candidatos mejor posicionados hoy en las encuestas para la presidencia argentina triunfara, Washington encontrar otro nuevo amigo en la regin. La diferencia sera entre un presidente algo moderado que busque equilibrar las relaciones con Estados Unidos y Occidente para complementar el avance de los lazos con China y Asia, o uno bastante inmoderado que haga anuncios grandilocuentes y concesiones estratgicamente costosas en busca de un nuevo realineamiento con Washington. Siempre hay que recordar que la desmesura es una nota recurrente en la poltica exterior argentina y que se manifiesta en cada intento refundacional de "reinsercin" del pas en el mundo al comienzo de un gobierno.En suma, si el diagnstico esbozado resulta al menos parcialmente verificado, se corroborar que la doctrina Troilo ha comenzado a afirmarse.El autor, especialista en relaciones internacionales, es docente en la UTDT.