Trabajo grupal pedagogía (participación de los padres en los centro educativos ampa)
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PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LOS CENTROS EDUCATIVOS
ÍNDICE
1. Bases conceptuales de la participación de las familias en los centros educativos
2. Marcos normativos de la participación de las familias en los sistemas educativos
europeos.
3. Modelos de participación más comunes dentro del centro educativo
4. Dificultades que nos encontramos para la participación de padres/madres en el
centro educativo
5. Medidas para fomentar la participación de los padres en la escuela.
6. Conclusiones y recomendaciones de cara al futuro.
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1. Bases conceptuales de la participación de las familias en los centros
educativos.
Introducción
La participación de las familias en la educación es un derecho básico en las sociedades
democráticas, y, como tal derecho, lleva aparejada la garantía, por parte de los
poderes públicos, de hacerlo efectivo de forma constructiva y eficaz. En el sistema
educativo español, este derecho se ha ido reflejando en un gran número de leyes a lo
largo de los años.
Existe una amplia evidencia empírica que indica que la participación de las familias en
la escuela, además de constituir un derecho y un deber, aporta grandes beneficios,
tanto a los estudiantes como a la escuela y a los propios padres y madres.
Jeynes (2011) da cuenta, en un meta-análisis, de la alta relación que guarda el factor
«implicación parental» (parent involvement) con el rendimiento académico de los
alumnos, tanto cuando se examina como variable global como cuando se analiza en
sus diversos componentes. Así, por ejemplo, el citado estudio muestra, entre otros
resultados, que el estilo educativo del centro y las expectativas de los padres son
factores muy relevantes y con un gran impacto en el rendimiento académico. En
concreto, en Educación Secundaria, factores como la disponibilidad de los padres con
los hijos adolescentes, compartir con ellos temas de interés, hablar de las cosas del
colegio, tienen un gran efecto positivo en el éxito escolar.
Sanders, G. y Sheldon, S.B. (2009) aportan datos sobre los beneficios que se obtienen
en el rendimiento de los hijos en las diferentes materias escolares y en los distintos
niveles de estudios. A modo de ejemplo, señalan que en educación infantil está muy
claro el beneficio en alfabetización y aprendizaje de la lectura cuando en casa los
padres leen con los hijos y hay ambiente de lectura. En concreto, según los autores,
aumenta el nivel de vocabulario, el lenguaje oral y las destrezas de comunicación, y se
aprende a leer con mayor eficacia.
Grant y Ray (2013) distinguen entre beneficios para los estudiantes (que coinciden
plenamente con los destacados por los investigadores mencionados), para las familias
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y para la escuela. Entre los beneficios para los padres destacan el desarrollo de
actitudes positivas, la mayor satisfacción con los profesores, el mejor entendimiento
del funcionamiento del colegio y sus programas, lo que les mueve a participar más y
asumir responsabilidades en la escuela. En cuanto a la propia escuela, los profesores
ven facilitada su tarea y esta alcanza mejores resultados académicos y mayores
beneficios económicos.
Hornby (2000) destaca la mejora que se observa en los hábitos de estudio, así como en
las expectativas de los padres sobre el rendimiento de los hijos y en la comunicación
padres-hijos, al tiempo que disminuyen las conductas disruptivas en el aula.
El National Network of Paternship Schools (NNPS) aporta también resultados positivos
en relación a la mejora del rendimiento y del comportamiento de los alumnos: tasas de
asistencia más altas, menores problemas de disciplina en las aulas y aumento del
rendimiento en matemáticas y destrezas en lengua, especialmente cuando los padres
se implican en las tareas escolares de los hijos.
Dejando a un lado, por el momento, la cuestión de los efectos de la participación de los
padres en la escuela, interesa destacar que dicha participación es considerada, desde
hace décadas, como un factor o elemento de calidad educativa. En este sentido, la
investigación disponible avala que las escuelas y los profesores más eficaces son
aquellos que colaboran en gran medida con las familias; de ahí que la escuela ayude a
las familias para que participen en la educación de los estudiantes y, a la vez, que los
padres conozcan aspectos de la educación que recibe su hijo y de su conducta en la
escuela para poder colaborar con esta (Grant y Ray, 2013).
Diferentes aproximaciones al concepto de participación educativa
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define 'participar' como
'tener uno parte en una cosa o tocarle algo de ella'. Etimológicamente, apunta al verbo
latino participare, que muestra un sentido activo, 'tomar parte', y un sentido causativo,
'hacer tomar parte', lo que vendría a completar la acción de dar con la de recibir en la
participación.
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Al decir de BRIS y GAIRÍN (2005) la participación puede entenderse como un continuo
que refleja diferentes grados de acceso a la toma de decisiones: dar y recibir
información, aceptar y dar opiniones, consultar y hacer propuestas, delegar
atribuciones, codecidir, cogestionar, auto gestionar. Ello se traduce a su vez en los
diferentes tipos de democracia que conviven y transitan en nuestras sociedades:
consultiva, representativa, participativa y de baja intensidad.
ANDERSON (2002) por su parte argumenta que una participación es efectiva cuando
los sujetos miembros del grupo son capaces de construir intereses comunes y trabajar
de forma voluntaria en torno a la problemática que los reúne; siguiendo procesos
organizativos que propendan en todo momento a la igualdad, democracia y
autonomía. Una participación auténtica se construye cuando los miembros
involucrados intervienen directa o indirectamente en la elaboración y toma de
decisiones dentro del grupo.
También, BRIS (2005), apunta que existen 6 puntos o principios en torno al tema de
participación:
Hay que saber lo que queremos decir cuando hablamos de participación.
La participación no es un regalo, es un derecho y un deber.
La participación produce muchos frutos de naturaleza diversa.
Cuesta mucho tiempo generar una cultura participativa.
La participación tiene trampas que hay que conocer, denunciar y eliminar.
Las leyes no garantizan la participación, aunque pueden facilitarla o dificultarla.
2. Normativa sobre la participación de los padres en los centros
educativos
Para llevar a cabo el trabajo de instrucción y formación de los niños, la familia y la
escuela se han unido, ya que son los agentes educadores más importantes para los
sujetos. Para ello la Administración educativa ha dado forma a los derechos que
asisten a los padres recogidos en la Constitución Española.
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A continuación expondremos una serie de medidas legislativas que hacen oficial la
participación de los padres en la escuela. Entre ellas se encuentran la Constitución y las
distintas leyes educativas; LODE, LOGSE y LOPEG.
- Medidas legislativas que establecen la participación de los padres en la
escuela.
Si bien en la legislación Española se viene reconociendo desde 1931 el derecho
de los padres a intervenir en el funcionamiento de los centros educativos, la
falta de regulación lo convertía en un derecho etéreo e inconcreto, fuente de
conflictos y enfrentamientos. Dos condiciones son imprescindibles para que el
derecho a la participación sea real: delimitación de funciones y cometidos de
cada sector y establecer los cauces de acción. A ello han contribuido las
disposiciones legales que a continuación nos referimos.
La Constitución, en cuyo articulo 27 se puede inferir que existen varios
niveles y modalidades de participación de los padres en las
instituciones escolares.
La Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE) desarrolla el
concepto del derecho a la educación contenido en la Constitución y
concreta los cauces de participación.
La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). Esta ley
mantiene, en materia de participación de los padres, todas las
aportaciones que puso en vigor la Ley Orgánica del Derecho a la
Educación.
La Ley Orgánica de la participación, evaluación y gobierno de los
centros educativos (LOPEGCE).
En resumen, todos estos cuerpos legales avalan la incorporación formal de los
padres a la comunidad escolar. Supone el reconocimiento expreso, por parte
del Estado, de los derechos fundamentales de la familia en materia de
educación institucionalizada.
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Principales funciones de las asociaciones de madres y padres
Representantes de los padres del alumnado y de la comunidad forman parte
del órgano de mayor poder decisorio de los centros educativos, concretamente
el consejo escolar donde participan en las tomas de decisiones institucionales
de mayor entidad:
1) Establecer las directrices para la elaboración del proyecto educativo de
centro, aprobarlo y evaluarlo.
2) Decidir sobre la admisión de alumnos.
3) Aprobar las normas de convivencia de centro.
4) Resolver las reclamaciones de los padres ante las sanciones del director.
5) Aprobar el proyecto de presupuesto del centro y la ejecución del mismo.
6) Promover la renovación de las instalaciones y equipo escolar y vigilar su
conservación.
7) Aprobar y evaluar la programación general del centro educativo y de las
actividades escolares complementarias. (P.G.A)
8) Fijar las directrices para la colaboración con fines culturales y educativos,
con otros centros, entidades y organismos.
9) Analizar y valorar el funcionamiento general del centro, la evaluación del
rendimiento escolar y los resultados de la evaluación que realice la
Administración educativa sobre el centro.
10) Cualquier otra competencia que le sea atribuida en los correspondientes
reglamentos orgánicos.
11) Coordinar el proceso de gratuidad de materiales curriculares de centro.
Los padres podrán además participar en el funcionamiento de los centros
educativos a través de sus asociaciones, cuya finalidad es:
1) Asistir a los padres/tutores en todo lo que concierne a la educación de sus
hijos o pupilos.
2) Colaborar en las actividades educativas de los centros docentes.
3) Promover la participación de los padres de alumnos en la gestión del
centro escolar
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4) Tener un representante en el consejo escolar
Las asociaciones de padres de alumnos podrán utilizar los locales de los centros
escolares para realizar actividades que les sean propias. También podrán
promover federaciones y confederaciones.
3. Modelos de participación más comunes dentro del centro educativo
Actualmente, las posibilidades que la administración ofrece para la participación de la
familia en el centro son:
1. Miembros del A.M.P.A: es la Asociación de Madres y Padres que vela por
los derechos de los niños en los colegios ofreciéndose a participar en todo
aquello que sea beneficio para la buena marcha del centro y la formación
de los alumnos en él. El A.M.P.A puede participar en el Consejo Escolar, se
ocupa de las actividades extraescolares y los desayunos. Intenta ser el
intermediario entre las familias y el colegio.
Como cualquier asociación sin ánimo de lucro, tiene unos estatutos, cobra
una cuota a sus socios y posee un CIF y una cuenta corriente en un banco.
Todos sus datos económicos son públicos.
Ha de convocar un mínimo de asambleas al año, al menos 3: se renuevan
cargos, se presentan cuentas, etc. El AMPA se nutre de las cuotas de sus
asociados y también de un dinero extra que recibe del Ayuntamiento.
Habitualmente el presupuesto de las AMPAS es mayor que el del centro y
dispone de más libertad para decidir su uso. Las AMPAS pueden pagar
desde los columpios del patio hasta un sistema de megafonía para el
centro, gasto que beneficia a todos, tenga o no tenga el AMPA a todos los
padres asociados.
ENTREVISTA MIEMBRO DEL A.M.P.A:
1. ¿Cómo llegaste a ser socio del A.M.P.A?
2. ¿Qué tareas desempeñas como tal?
3. ¿Qué incidencia tiene el A.M.P.A en el colegio?
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4. ¿Qué subvenciones recibe el A.M.P.A? ¿De dónde proceden tales subvenciones?
5. Bajo tu punto de vista, ¿cómo crees que es la implicación de las familias en el centro
educativo?
6. ¿Cómo fomentarías la participación de los padres en el centro escolar?
7. ¿Crees que es beneficiosa la acción del A.M.P.A dentro del centro educativo?
8. ¿Qué objetivos tenéis como miembros del A.M.P.A de cara al futuro?
DEBATE
Realizamos un debate sobre las medidas para fomentar la participación de las familias
en la escuela, con las siguientes preguntas:
1. En primer lugar, ¿desde vuestro punto de vista, creéis que los padres tienen un
papel participativo en la escuela?
2. ¿Alguno de vosotros estáis o conocéis a alguien que esté involucrado en algún
tipo de asociación escolar?
3. ¿Creéis que es beneficiosa la relación familia-escuela que resulta de las
asociaciones de madres y padres?
2. Consejo escolar: es el máximo órgano regulador en un centro educativo
público. Está formado por el Director, el Jefe de Estudios, secretario, cinco
padres, cinco profesores, un representante del ayuntamiento y un
representante de los servicios administrativos, trabajadores no docentes
(secretario, conserje, etc.) En el consejo escolar se habla de las cuentas,
problemas de convivencia, asuntos del comedor, actividades
extraescolares, problemas con algunos docentes, las excursiones o
actividades que el centro vaya a hacer, etc. A través del Consejo escolar los
padres tienen encomendadas funciones muy importantes en la gestión y
control de los Centros. En la medida que el conjunto de padres y madres se
sientan integrados en el Consejo Escolar, su acción tendrá sentido.
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3. Reuniones con el profesor/a o tutor/a: el trabajo con padres y madres es
una de las funciones propias del tutor/a, ya que su deber es servir de
enlace entre familia y escuela, considerándose la tutoría como una pieza
clave de relación. A partir de las reuniones de tutorías, de las actividades en
clase, las entrevistas personales, las actividades extraescolares, las fiestas o
celebraciones, etc., se empieza a crear una participación con los
padres/madres de los alumnos/as, creándose un vínculo entre los
miembros de la comunidad.
4. La escuela de padres y madres : las escuelas de padres y madres son
espacios de aprendizaje donde, a través de la reflexión colectiva, se habla
de todas aquellas cuestiones del desarrollo evolutivo de sus hijos. Por
tanto, son encuentros formativos entre familias donde se reflexiona sobre
la educación de los niños/as con el fin de fomentar un buen desarrollo
emocional desde la infancia.
José Antonio Marina Torres es un filósofo, ensayista y pedagogo español
creador de un proyecto pedagógico denominado la Universidad de Padres y
afirma en su página web:
"Desde el principio de mis investigaciones educativas fui consciente de que
la familia es una pieza fundamental en la educación. Durante los últimos
años se ha criticado mucho a los padres el haber delegado su
responsabilidad en la escuela, los psicólogos o los pedagogos, pero, lo
cierto es que nos encontramos ante un momento de cambio producido por
la ineficacia tanto de los estilos parentales autoritarios como de los
permisivos y ante una generación hiperinformada y muy angustiada. Con
idea de que los padres no se sientan solos a la hora de desempeñar sus
responsabilidades educativas, he puesto en marcha un proyecto
pedagógico optimista y ambicioso, el de la Universidad de Padres, que
pretende ayudarles en el proceso educativo de sus hijos, asesorarles e
informales sobre los recursos educativos que tienen a su disposición, y crear
una comunidad de padres que compartan sus inquietudes y experiencias"
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4. Obstáculos para la participación de las familias en los centros
educativos
La falta de motivación y formación han hecho que las familias año tras año no hayan
participado en la gestión de los centros y hayan asumido un papel pasivo. En la actualidad, la
familia sigue siendo el sector menos participativo en el centro escolar limitándose su función a
las reuniones tutoriales.
La falta de formación hace que las familias piensen que no tienen cabida en la gestión
participativa de los centros y que esta sea una labor que corresponde sólo al profesorado. La
falta de información es la causa más importante de la escasa participación de las madres y
padres en la labor educativa de los centros escolares, de hecho muchas veces el error está en
el desconocimiento de las normas de participación de la misma.
Otra dificultad importante puede llegar a ser las diferencias culturales y sociales llegando a ser
incluso un obstáculo. Supone un reto a superar para que los padres y madres junto al resto de
miembros de la Comunidad Educativa puedan trabajar conjuntamente.
Otro ejemplo de dificultad puede estar causado por la existencia de temores e inseguridades
hacia la contribución de las familias, que se incrementan si el profesorado tiene reticencias
hacia la participación en la vida del centro educativo por parte de los padres y madres.
Mientras que las AMPAs gestionen la consecución de logros que interesan al profesorado, no
existen intereses comunes y las AMPAs actúan como agente de la comunidad educativa
diferente al profesorado. No debemos olvidar que la familia es un agente importante de
socialización, por lo que hay que transformar esos temores en convencimientos de las
aportaciones positivas que la familia puede ofrecer al centro.
Por otra parte, encontramos que el AMPA sea muy poco dinámico y no realice ningún tipo de
actividad extraescolar para los alumnos o no se encargue de temas educativos del centro, por
lo que la participación es nula.
Los prejuicios, creencias e ideas erróneas de la familia sobre la participación dificultan su
implicación limitándolas a momentos puntuales y les lleva a delegar en los demás sus
responsabilidades.
Otro inconveniente es la inadecuación de los horarios a las jornadas laborales de los padres y
de las madres, convirtiéndose en un verdadero problema para poder asistir a las reuniones,
tutorías, etc. El ritmo actual de vida y las jornadas laborales imposibilitan muchas veces ofrecer
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una mayor atención a sus hijos/as, la sociedad en cierta forma también es un condicionante
para la participación. Podemos decir, que la sociedad propicia la participación, pero que a la
vez las condiciones que existen la imposibilitan.
5. Medidas para fomentar la participación de los padres en la escuela
A través de los obstáculos que mencionábamos anteriormente, podemos proponer
algunas medidas para fomentar la participación de los padres en la escuela:
Concienciar a los padres de que su labor es necesaria para la educación de sus
hijos. Así, los profesores serán los encargados de los conocimientos teóricos y,
con su ayuda, las asociaciones de madres y padres pondrán estos
conocimientos en práctica.
Documentar con frecuencia a los padres y madres de alumnos de las ventajas
que supone su participación activa en el sistema escolar. Además, darles
instrucciones de cómo podrían formar parte de tales asociaciones.
Evitar que haya discriminaciones en cuanto al ámbito cultural y social tanto de
padres y madres como de alumnos y profesores. Tratar a todos por igual y
hacer saber que todos tienen el mismo papel dentro de la actividad educativa.
Es imprescindible que los padres y madres sepan que su opinión cuenta y tiene
el mismo valor que la de cualquier otro miembro del Consejo Escolar, bien sea
un profesor, un director, etc.
Incentivar las posibilidades que ofrece ser miembro del AMPA y utilizarlas para
programar diversas actividades extraescolares que además fomenten la
motivación en los alumnos.
Debido a la gran diversidad de horarios que poseen los padres y madres de
alumnos, se deberán consensuar las posibilidades de asistencia llegando a un
mutuo acuerdo para que asista el mayor número de personas posible. Una
medida para ello sería realizar reuniones por la mañana y por la tarde, fuera del
horario lectivo, si fuese necesario.
DEBATE
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¿Qué medidas propondrías? ¿Crees que estos obstáculos en realidad son decisivos
para la participación o no en los centros educativos por parte de los padres?
6. Conclusiones y recomendaciones de cara al futuro
Como hemos visto anteriormente, existen diferentes dificultades de participación para los
padres en los centros educativos, pero esto no queda ahí, sino que se han establecido una
serie de medidas que fomentan esa participación y además, no solamente la fomentan sino
que hacen que sea de una forma totalmente activa en todo ámbito académico.
Las medidas de participación hacen que se subsanen los problemas que tenían las familias para
participar en los centros educativos, como por ejemplo, el desconocimiento por parte de los
padres y madres del sistema educativo, la organización y el funcionamiento del mismo en la
escuela de sus hijos/as. El gran obstáculo que existe y por él las familias no participan en la
escuela, es por la falta de formación que los mismos tienen a la hora de enfrentarse a tal
acontecimiento. Pero eso no es nefasto, sino que al contrario, puede ser benefactor por
numerosos motivos, como por ejemplo: aunque los padres no posean formación a la hora de
enfrentarse a la participación del sistema escolar, ellos pueden participar experiencia personal,
ya que en realidad, son ellos los que pasan el mayor tiempo del día con sus hijos, y saben
cuáles son sus necesidades, aspiraciones y deseos, por ello pueden contribuir de una forma
totalmente positiva en la participación de las escuelas.
Por eso, las familias no deben acobardarse a la hora de participar, ya que si queremos alcanzar
una participación de todos como algo efectivo y real, es necesario que abordemos la
participación como un objetivo de enseñanza-aprendizaje mutuo, con unos contenidos
definidos y estructurados. Con mutuo nos referimos a que todos aprenden de todos, ya que los
padres pueden aportar a los docentes otro punto de vista y los últimos pueden ofrecer un
conocimiento teórico a los padres para enfocar mejor esa experiencia dentro del contexto de
conocimiento teórico.
Debemos propiciar una cultura participativa, en la que en la medida de lo posible, el mayor
número de padres y madres colaboren con los centros educativos, para que así se favorezca al
alumnado que es el principal protagonista del proceso educativo.
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Con todo lo que hemos dicho anteriormente, no sólo se fomentará la participación de los
padres y madres, sino que también se puede conseguir una educación de mayor calidad y es
más, debemos apostar por ella con una mayor exigencia. De esta manera, los alumnos podrán
recibir un mayor apoyo por cualquier tipo de las partes, bien sea en casa o en el centro
educativo por parte de los docentes.
Además, con la formación de las AMPAs, los alumnos realizarán actividades extraescolares,
que es uno de los cometidos de estas asociaciones, y que a los alumnos se beneficia a la hora
del proceso de aprendizaje, ya que todo conocimiento teórico ha de llevarse a la práctica para
que pueda resultar de cualquier manera efectivo.
Debemos apostar por este método de organización e implicación, ya que con él en un futuro se
podrán conseguir numerosos objetivos propuestos, que ayudarán a mejorar la calidad aún más
de la educación y se hará de los alumnos unos completos eruditos.
Bibliografía:
http://www.upm.es/DelegacionAlumnos/RepresentantesAlumnos/DelegadoCurso
DELEGADO DE CURSO
http://www.otraescuelaesposible.es/documentos/folleto_consejo_escolar3_2.pdf
AMPA
http://lnx.educacionenmalaga.es/valores/files/2011/12/La-familia-y suparticipaci
%C3%B3n.pdf
http://www.ugr.es/~recfpro/rev31COL4.pdf
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