Torrezno

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S. Moskowitz, en su bitácora escribió:La verdad es que iba a escribir aquí un texto pormenorizando el porqué esta serie es, a mi entender, el proyecto mas ambicioso, inteligente y fascinante de la historieta actual española. Un brillante manotazo en la mesa (otro mas) que nos dice que el comic, el tebeo, es por derecho y así debe ser tomado, un arte capaz de transmitir ideas, reflexiones, sueños y sentimientos al mismo nivel que sus hermanos mayores. Un arte adulto, pues. Iba a hablar del blanco, el negro y toda la gama de grises que conforman esta obra, de los paralelismos, del gusto por las máscaras y los reflejos (deformantes o no), de la pasión por la historia y sus mitos, de la épica, de los símbolos y la desacralización, del costumbrismo y la cultura pop (bien) entendida como pastiche aglutinante a la par que depurador, de la ironía y el sarcasmo mano a mano con el mas hondo y genuino amor por las historias de aventuras. De la poca distancia que realmente hay entre lo bendecido y lo mundano, lo serio y lo cómico, lo pesado y lo leve. Vasos comunicantes. Iba a citar a los miniaturistas medievales, los pintores de arquitecturas fantásticas e imposibles y a los grabadores de mezzotinta, al Antiguo Testamento y sus sagas sanguinarias, los duelos al sol del western patibulario, a Robert E. Howard y a Joseph Campbell, a Borges, a Swift, a George Lucas, a Carroll y a su Alicia, a Jack London y al rapsoda Homero, a Italo Calvino, a Kafka y a el Fary y a tantos otros que se dan la mano, burlonamente, brillantemente, en las páginas de esta historia (work in progress, inmenso chorro de imaginación). Iba a comentar sobre soñadores y perdedores, sobre soñadores perdedores, sobre anacoretas de ciudad jugando a ser deux ex machinas, sobre alcohólicos y reyes, sobre socarrones e ingenuos, sobre personajes que se saben personajes, que notan los hilos y ansían, cual Nexus 6, un poco mas de vida, un poco mas de sentido. Sobre los juegos de poder, las mentiras y las hipocresías, sobre artefactos mágicos de un pasado olvidado, sobre el mugriento bar Denver y su brillante reflejo al otro lado del espejo, la capitalina Deeneim, quizás mas mugrienta todavía tras su fulgor, resistiendo sobre ruinas el inevitable asalto exterior. Sobre Dios (Yaveh, Elohim!!) despeinado y desastrado, tomando chatos de vino fiados. Sobre la pasión por fabular, por contar historias, por vivirlas a la par que se narran y al mismo tiempo, con honestidad y sin ínfulas pedantes, ejercer el sinuoso juego posmoderno de enseñar el andamiaje, el truco del mago, pero sabiendo que esto no puede quitarle ni un ápice de brillo a la arrebatadora fuerza del original, de la narración, de la fantasía, del cuento a la luz de la hogera. De las epopeyas, tragedias y comedias, alimento indispensable del alma (sea lo que sea eso). Sobre todas estas cosas tenía pensado escribir (aún mas), pero no, al final creo que puedo resumirlo de una forma mucho mas clara y sencilla: Leedlo. Y disfrutadlo.

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S. Moskowitz, en su bitácora escribió:La verdad es que iba a escribir aquí un texto pormenorizando el porqué esta serie es, a mi entender, el proyecto mas ambicioso, inteligente y fascinante de la historieta actual española. Un brillante manotazo en la mesa (otro mas) que nos dice que el comic, el tebeo, es por derecho y así debe ser tomado, un arte capaz de transmitir ideas, reflexiones, sueños y sentimientos al mismo nivel que sus hermanos mayores. Un arte adulto, pues. 

Iba a hablar del blanco, el negro y toda la gama de grises que conforman esta obra, de los paralelismos, del gusto por las máscaras y los reflejos (deformantes o no), de la pasión por la historia y sus mitos, de la épica, de los símbolos y la desacralización, del costumbrismo y la cultura pop (bien) entendida como pastiche aglutinante a la par que depurador, de la ironía y el sarcasmo mano a mano con el mas hondo y genuino amor por las historias de aventuras. De la poca distancia que realmente hay entre lo bendecido y lo mundano, lo serio y lo cómico, lo pesado y lo leve. Vasos comunicantes. Iba a citar a los miniaturistas medievales, los pintores de arquitecturas fantásticas e imposibles y a los grabadores de mezzotinta, al Antiguo Testamento y sus sagas sanguinarias, los duelos al sol del western patibulario, a Robert E. Howard y a Joseph Campbell, a Borges, a Swift, a George Lucas, a Carroll y a su Alicia, a Jack London y al rapsoda Homero, a Italo Calvino, a Kafka y a el Fary y a tantos otros que se dan la mano, burlonamente, brillantemente, en las páginas de esta historia (work in progress, inmenso chorro de imaginación). 

Iba a comentar sobre soñadores y perdedores, sobre soñadores perdedores, sobre anacoretas de ciudad jugando a ser deux ex machinas, sobre alcohólicos y reyes, sobre socarrones e ingenuos, sobre personajes que se saben personajes, que notan los hilos y ansían, cual Nexus 6, un poco mas de vida, un poco mas de sentido. Sobre los juegos de poder, las mentiras y las hipocresías, sobre artefactos mágicos de un pasado olvidado, sobre el mugriento bar Denver y su brillante reflejo al otro lado del espejo, la capitalina Deeneim, quizás mas mugrienta todavía tras su fulgor, resistiendo sobre ruinas el inevitable asalto exterior. Sobre Dios (Yaveh, Elohim!!) despeinado y desastrado, tomando chatos de vino fiados.

Sobre la pasión por fabular, por contar historias, por vivirlas a la par que se narran y al mismo tiempo, con honestidad y sin ínfulas pedantes, ejercer el sinuoso juego posmoderno de enseñar el andamiaje, el truco del mago, pero sabiendo que esto no puede quitarle ni un ápice de brillo a la arrebatadora fuerza del original, de la narración, de la fantasía, del cuento a la luz de la hogera. De las epopeyas, tragedias y comedias, alimento indispensable del alma (sea lo que sea eso). 

Sobre todas estas cosas tenía pensado escribir (aún mas), pero no, al final creo que puedo resumirlo de una forma mucho mas clara y sencilla: 

Leedlo. Y disfrutadlo.