The SpiritistPsychological Society Periódico de … · Gabriel Delanne (1857-1926), ingeniero y...
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que insistieran para que ella, du-
rante la noche, encendiese la vela
para iluminar el rosto del amado, y
estuviese con un puñal para matar-
lo, pues probablemente él sería un
terrible dragón. Al percibir el acuer-
do roto, tiendo sido quemado por la
vela mientras Psique estaba exta-
siada por su belleza, Eros la aban-
donó.
Después de intentar desistir de
vivir y de ser ayudada por las fuer-
zas de la propia naturaleza, Psique
tuvo que buscar la madre de Eros,
Afrodita, que la hizo pasar por cua-
tro grandes tareas para recuperar
el amor del hijo.
De cierta forma, algunas tareas
nos son exigidas para rescatar la
“Ciencia del Amor”. Así como Psique
tuvo que separar granos mesclados
en el cuarto oscuro en que se en-
contraba, en la oscuridad de nues-
tro ser tendremos que encontrar el
valor de nos deshacer de los con-
flictos que nos apartan del senti-
miento. Los hilos enmarañados del
resentimiento, de la rabia y de la
culpa tienen que ser colocados en
cada rincón separado, liberando la
fuerza del sentimiento.
Buscaremos, tal cual el persona-
je, el hilo de oro de los corderos
feroces. Calmaremos la emoción
con la lucidez de la razón y encon-
traremos el mejor momento para
las actitudes necesarias. Después
de eso, buscaremos el agua de la
cima de la montaña. La espirituali-
dad será nuestra compañera en
esa caminata, por cuanto la fe en
Dios, en la vida y en nosotros
mismos nos fortalecerá para resig-
nificar las experiencias dolorosas.
Y como último desafío, aden-
traremos el Heden, nuestra Som-
bra, para traer de la belleza in-
mortal. Con valor, nos abriremos a
nuevas experiencias y posibilida-
des, prontos a amar en las diver-
sas expresiones que la vida nos
permite. Sin embargo, no hay
ciencia oculta en el amor, pues
como ya decía el poeta Sufí Rumi:
La tarea no es buscar el amor,
pero a penas procurar y deshacer
todas las barreras dentro de sí
mismo que usted construye contra
él.
Iris Sinoti
Terapeuta Junguiano
“... por cuanto estudiar los Espíritus es estudiar al hombre ...” Allan Kardec
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Ciencia, Filosofía y Religión
La Ciencia Del Amor
Frecuentemente, en el atendi-
miento terapéutico, templos religio-
sos o en el cotidiano, me encuentro
con personas cuya raíz de los prin-
cipales problemas se encuentra en
la expresión de sentimiento. Y los
factores que hacen con que “cierren
el corazón” son variados: relaciona-
mientos abusivos, heridas de la
infancia, dificultad de expresar las
emociones, entre otros conflictos.
Me pongo a preguntar por qué tan-
tas personas tienen dificuldad de
amar.
La incredulidad en el amor hace
con que el ser humano busque
sustitutos imperfectos para sanar
heridas que sólo el amor puede
tratar, no siendo al azar que vemos
la depresión y el suicidio ganan
fuerza en el comportamiento hu-
mano.
La sabiduría griega nos presenta
el mito de Eros y Psique, que mu-
cho nos enseña. Resumidamente,
Psique – el alma – vivía feliz con
Eros – el dios del Amor, en el casti-
llo de las ilusiones para el cual fue
conducida, con la condición de Psi-
que no verlo de forma alguna. Pero
ese acuerdo a las oscuras fue cues-
tionado
Aňo X l N° 53 l Julio y Agosto l 2017
The SpiritistPsychological Society
Periódico de Estudios Psicológicos
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Periódico de Estudios Psicológicos - Aňo X l N° 53 l Julio y Agosto l 2017
The Spiritist Psychological Society
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por el progreso tecnológico, inmer-
gen en su móvil y Tablet y simple-
mente desconectan del mundo a su
alrededor, pues el mundo virtual es
más fascinante y atrayente.
Gabriel Delanne (1857-1926),
ingeniero y uno de los primeros
investigadores espíritas, dijo con
ahincó, en un mensaje de 2004 por
el médium Raúl Teixeira, que vivi-
mos hoy un individualismo egoísta
que nos aparta de los demás seres
humanos, quitándonos la capacidad
de nos sensibilizar delante del dolor
y del sufrimiento ajeno, tornándo-
nos siervos de la tecnología.
Nos queda la pregunta en el
aire: ¿Será que los dramas colecti-
vos que vivimos actualmente serian
una forma de despertar de nuestra
consciencia dormida?
Esperemos que el sentimiento de
fraternidad tan intensamente traba-
jado por escritores, filósofos, psicó-
logos, sociólogos, que se podría
resumir tambien en un otro senti-
miento, el de compasión, pueda ser
ampliamente sentido y vivido tal
como hoy hacen ONG como el MSF,
el WWF y tantas otras, sin el aval
de las pérdidas humanas que tanto
nos hacen sufrir.
Sonia Theodoro da Silva
Filosofa
Libertad y Fraternidad
Étienne de La Boétie (1530-
1563) fue un humanista y filósofo
francés, contemporáneo y amigo de
Michel de Montaigne (1533-1592).
La Boétie traduce del griego para el
francés obras de Xenofonte y Plutar-
co y también escribió algunas obras
originales. Su obra más famosa es
Discurso de la Servidumbre Volunta-
ria, escrita después de la derrota del
pueblo francés contra el ejército y
fiscales del Rey, que establecieran
impuestos sobre la sal. El libro se
muestra como un casi himno a la
libertad, con cuestionamientos sobre
las causas de la dominación de mu-
chos por pocos, de la indignación de
la opresión y de las formas como
vencerlas. Ya en el título parece la
contradicción del termo servidumbre
voluntaria, ¿Pues cómo se puede
sacrificar la propia libertad de es-
pontánea voluntad? Y La Boétie
explica éste sentimiento de acomo-
dación como factor fundamental de
esa pérdida de libertad consciente,
como un regalo dado en manos al
gobierno opresor.
En nuestros días, un fenómeno
semejante ampliase cada vez más
en todos los países y (que se) alas-
tra como una enfermedad contagio-
sa – la zona de confort, en la cual
las personas se instalan, se acomo-
dan,
Para el bien tornarse una fuer-
za irresistible, capaz de cambios
profundos, precisamos creer en él.
Caso contrario, será a penas una
creencia, una leyenda
Cierto día un rico empresario
procuró Chico Xavier, pues necesi-
taba de una orientación. Por ser
amigos y gozaren
de cierta intimi-
dad, el consul-
tante demostró
estar a gusto
para decir que
estaba desanima-
do. Aparente-
mente, no había
justificativas para
sentirse así. Po-
seía una familia
adorable, hijos
respetuosos, vida
financiera esta-
ble, pero aquella
sensación de
vacío, a pesar de
poseer todo.
Chico Xavier,
con su mirar
luminoso, pene-
tró hundo el alma
del compañero y
dijo: lo que falta
en usted es la
alegría de los
otros. Podría ser que aquel hombre
fuera un empresario honesto, un
buen padre de familia y un esposo
atencioso. Pero, como explicó Chi-
co Xavier, no basta solo eso. Es
preciso hacer más y no solo nues-
tra obligación. El “bien” es una
actitud dinámica que exige acción,
pues para hacer el “mal” basta no
hacer nada.
Recordando la frase de Osmar
Serraglio: Los ríos no beben su
propia agua; los arboles no comen
sus propios frutos. El sol no brilla
para sí mismo; y las flores no es-
parcen su fragancia para sí. Vivir
para los otros es una regla de la
naturaleza.
La vida es buena cuando usted
está feliz; pero la vida es mucho
mejor cuando los otros están feli-
ces por su obra.
Viva para el colectivo, cree en
el bien.
Davidson Lemela
Neuropsicólogo
Expediente
Periodistas Katia Fabiana Fernandes - n° 2264
Edición
Evanise M Zwirtes
Colaboración
Maria A de Mattos - Crítico
Daniela Righi - Traducción Inglés
Mark Pohl - Revisión Inglés
Karen Dittrich - Traducción al Alemán
Hannelore P. Ribeiro -Traducción al Alemán
Maria M Bonsaver - Traducción Español
Lenéa Bonsaver - Revisión Español
Nicola P. Colameo - Traducción Italiano
Sophie Giusti - Traducción al Francés
Irène Gootjes - Traducción al Francés
Reportage
Iris Sinoti
Sonia Theodoro da Silva
Davidson Lemela
Cláudio Sinoti
Marlon Reikdal
Adenáuer Novaes
Design Gráfico
Evanise M Zwirtes
Impresión
Ejemplares:
2000 - Portugués
1500 - Inglés
Reuniones de Estudios em los
(Em Portugués)
Domingos: 05.45pm - 09.00pm
Lunes: 07.00pm - 09.00pm
Miércoles: 07.00pm - 09.30pm
Sábados: 06.00pm - 07.30pm
Reuniones de Estudios em los
(Em Inglês)
Miércoles: 05.20pm - 06.20pm
Reunión Mediumnidad (Privada)
Jueves: 09.00am - 10.30am
BISHOP CREIGHTON HOUSE
378, Lillie Road - SW6 7PH - London
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La Fuerza del Bien
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Aňo X l N° 53 l Julio y Agosto l 2017 - Periódico de Estudios Psicológicos
Así como no comprendemos la
esencia del Amor, nuestra mente
también no consigue reflejar con
mínima precisión sobre la esencia de
Dios. ¿Qué decir entonces de Su
amor? Tal vez esa sea la expresión
más sublime: el amor de Dios. De-
lante de esa constatación, buscando
comprenderlo, recorremos a la Pará-
bola de los trabajadores de la viña o
de los trabajadores de la última hora
(Mt20 1-16).
Jesús hace una analogía con el
Reino de los Cielos, concediendo, a
los trabajadores que fue llamado en
la última hora, el mismo sueldo de
aquellos que se dedicaran desde la
primera hora.
Sabemos que los actuales cristia-
nos son todos trabajadores de la
última hora. Pero como decir. ¿Que
solamente fuimos llamados al final
del expediente si conocemos el men-
saje de Jesús hace tanto tiempo? ¿No
somos, muchos de nosotros, los
cristianos fallidos del pasado?
¿Sería justo eso, recibir lo mismo
sueldo y vivir la misma ventura de
aquellos fieles trabajadores? Elucu-
bremos entonces que si, en el preté-
rito, erramos en nombre de la reli-
gión, hicimos por incomprensión del
mensaje del Maestro. A lo largo de
ese tiempo, no nos apropiamos de la
esencia de sus enseñanzas, deturpa-
da
que oscurecieran nuestra mente,
impeliéndonos al error, no obstante
supongo el acierto.
Ahora, en la actual reencarna-
ción, debido a la claridad que la
Doctrina Espírita nos proporciona,
tal vez sea la primera vez que
conseguimos “oír” su llamado con
clareza. Entonces, en ese momen-
to, en esa hora final, estamos invi-
tados a vivir y divulgar el mensaje
cristiano. Y sí así fuéramos capaces
de proceder, recibiremos el mismo
sueldo de los trabajadores de la
primera hora, o sea, de aquellos
que ya comprendieran Jesús desde
el primer momento en que estuvo
entre nosotros.
¿Pero qué lógica es esa? No hay
dudas, eso es el amor de Dios.
Ese es el amor divino, extrapo-
lando la evaluación de nuestras
acciones, apariencias y también de
los resultados, deteniéndose en
nuestra esencia, en nuestras inten-
ciones, limitaciones y nuestros
vicios, amándonos a pesar de quien
somos.
Que nos permitamos entonces
vivir esa última hora, envueltos por
el Amor de Dios, amando en cual-
quier circunstancia, como Él nos
ama.
Marlon Reikdal
Psicólogo Clínico
Cuando analizamos la vida de
aquellos que fueran considerados los
grandes pacificadores de la humani-
dad, verificamos que existe entre
ellos algo en común. Lo que lo dife-
rencia no fue propiamente haber
pasado por una existencia exenta de
problemas y desafíos. Por el contra-
rio, parece que
la vida colocó
en su trayecto-
ria una cuota
sin fin de obs-
táculos. El
hecho en co-
mún es haber
encontrado
fuerzas sufi-
cientes para
enfrentar los
desafíos que la
vida les mos-
tró, superán-
dolos o por lo
menos enfren-
tándolos con
grandeza.
Para que
eso sea alcan-
zado, la psico-
logía de la paz
nos propone,
en primer
lugar, tranquilizar el propio mundo
íntimo. Solamente cuando sabemos
lidiar bien con los conflictos de orden
interno, nos habilitamos a enfrentar
los problemas externos sin permitir
que ellos nos consuman demasiada-
mente. Eso no significa que no vamos
pasar por contrariedades, pero sim-
plemente no iremos permitir que
ellas nos hagan desistir o postergar la
jornada rumbo a la plenitud o indivi-
duación.
Pacificar el mundo íntimo requiere
un alto grado de compromiso para
consigo mismo y con la vida, pues
son muchos los conflictos que nos
desafían, sean de orden interna o
externa. Nos conociendo más, podre-
mos transformar percepciones en
nuevas formas de ver y actuar en el
mundo, no más permitiendo que las
fuerzas externas nos quiten del punto
de equilibrio esencial. A final, como la
bella canción de la paz nos enseña: la
paz en el mundo empieza en mí.
Cláudio Sinoti
Terapeuta Junguiana
El Amor de Dios La Psicología de la Paz
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Valores Universales Para la Convivencia Social
de la condición expiatoria en que
se encuentra.
La universalidad de valores
éticos requiere mucho más de lo
que su divulgación y adopción por
adeptos de una religión, pues
requiere que estén impregnados
en las leyes sociales, en los trata-
dos jurídicos, en los contratos
comerciales y en la educación
básica para que se instalen defini-
tivamente en la consciencia de los
individuos. El ser humano transfor-
ma la sociedad y es por ella simul-
táneamente transformado. Son
posibilidades que deben ocurrir de
forma sincrónica para que haya
armonía social y bienestar colecti-
vo.
La evolución espiritual de la
sociedad trascurre de la conquista
de la autotransformación y autode-
terminación de sus individuos,
tanto cuanto de la constitución de
instituciones sociales que concu-
rran para la emancipación y auto-
nomía de sus ciudadanos. La vía
es de mano doble, requiere tiempo
y la madurez del Espíritu, cuya
adquisición de la capacidad de
amar y la consciencia de la propia
inmortalidad son fundamentales.
Adenáuer Novaes
Psicólogo Clínico
Convivir es aprender, realizar
y desenvolverse. El Espíritu, en su
trayectoria evolutiva, integra ha-
bilidades resultantes de las expe-
riencias en que participa activa-
mente. Vivir integrando conscien-
temente habilidades, competen-
cias y capacidades es una condi-
ción que permite al Espíritu la
disponibilidad inme-
diata de sus poten-
ciales. Integrar
valores que permi-
tan una buena con-
vivencia social es
más de lo que cono-
cerlos o tener inte-
lectivamente asimi-
lado sus significa-
dos. Aun cuando se
sabe de la impor-
tancia de la aplica-
bilidad de valores
universalmente
aceptos, ni así es
garantía de que el
Espíritu ya los inte-
gró plenamente. Es
necesario que se
repita su vivencia
en varias experien-
cias reencarnatoria,
consolidando su
práctica y tornándolos parte inte-
grante de su esencia espiritual.
Son valores universales no
solo aquellos que recomiendan la
moral y la ética pero también los
que dan impulso al progreso per-
sonal y social en todos los aspec-
tos exigidos por los desafíos de la
Vida. Algunos son estrictamente
personales, otros requieren la
pregnancia en grupos de indivi-
duos para que surtan efectos
benéficos al Espíritu. Algunos
ejemplos producen gran efecto en
la sociedad, contribuyendo para el
progreso personal y general,
cuando promueven, por imitación,
el deseo colectivo. Cuando la
determinación al trabajo se im-
pregna en los individuos de una
sociedad, aquellos que allí nacen
presentan, con raras excepciones,
la misma predisposición. Así tam-
bién ocurre cuando surge indivi-
duos que son grandes ejemplos de
beneméritos, o personalidades
con alta espiritualidad y filántro-
pos sinceros, pues acostumbran
influenciar positivamente la socie-
dad.
El pleno ejercicio de la ciudada-
nía, el servicio público voluntario,
el trabajo en favor de una socie-
dad más justa, la solidaridad ejer-
cida en catástrofes ambientales, el
emprendedores para dotar la so-
ciedad de equipamientos públicos
imprescindibles, las actividades
humanitarias en favor de popula-
ciones en riesgo social, la creación
de instituciones de alto valor social
y de generaciones de empleos,
bien como los ejemplos de supera-
ción, resiliencia y de éxito ante
desafíos hercúleos son importantes
ejemplos que permiten que la
convivencia social sea bien sana.
Cuando un individuo conquista el
liderazgo en su experiencia, u
obtiene éxito en actividades de
gran valor social, o es un operario
ejemplar o se torna una figura
pública que irradia confianza, se-
guridad, bondad y acentuado espí-
ritu público, consigue reverberar
su buen ejemplo para la sociedad.
Valores universales, como la
práctica del amor, el ejercicio del
perdón, la solidaridad en favor de
los demás necesitados, la actitud
ética en todo lo que se hace y la
bondad espontánea, cuando dise-
minados en una sociedad, posibili-
tan su estabilidad y la plenitud de
la vida humana. Son estos valores
cuando instalados que permiten el
surgimiento de condiciones favora-
bles la que la sociedad pase para
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