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  • N 1 EL MAL CORRE Marco Denevi Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981

    Aparentemente sin ninguna razn (salvo la cadena al cuello durante todo el da y uno que otro latigazo) una noche el Perro dijo: - Se acab!

    Y se metamorfose en Lobo.Al ver a un animal salvaje entre sus tiernas flores, el jardn, contagiado, o quiz para defenderse del Lobo,

    se transform en una selva.El Lobo, relamindose, pensaba: Ahora ver ese dspota, ese fanfarrn, ese Hombre. Lo esperar aqu y

    en cuanto asome le clavar los dientes.Al amanecer oy pasos y se prepar para el ataque. Pero quien apareci fue el Orangutn.

    .......................................................................................................................................................................................N 2 CARNEROS CON GARRAS lvaro Yunque

    El carnero viejo areng a su rebao:- Camaradas: los tigres no comen a los pumas, los cndores no comen a los buitres, los cimarrones no

    comen a los zorros. Los animales de garras no atacan a los otros que tambin tienen garras, aunque stos sean ms chicos y ms dbiles. Atacan a los carneros o a las liebres o a los ciervos que no tienen ms defensa que su carrera. Y es preciso, carneros, que nos pongamos las garras tambin nosotros! As nos libraremos de las persecuciones de zorros, cimarrones, buitres, cndores, pumas y tigres........................................................................................................................................................................................

    N 3 TODO A SU TIEMPO Marco Denevi Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981

    A las exequias del Len concurrieron devotamente todos los animales. Todos, hasta los Caracoles. Pero los Caracoles llegaron los ltimos.

    - Para qu tanta prisa? decan en el camino a quienes marchaban ms rpidamente que ellos.Cuando por fin llegaron, hicieron muchos aspavientos, se echaron a llorar, repartieron psames a diestra y

    siniestra, preguntaban a todo el mundo cmo haba ocurrido aquella terrible desgracia.Hasta que el Len, de un feroz zarpazo, los hizo papilla.- No tolero aguafiestas en la ceremonia de mi coronacin dijo el nuevo Rey de la Selva.

    .......................................................................................................................................................................................N 4 EL GUARDIN DEL REINO (Fabulilla de Marco Denevi)

    Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981Los Monos dijeron:- Quin mejor que la Jirafa para vigilar si se aproxima un enemigo?La nombraron, pues, guardiana del reino.Y mientras la Jirafa vigilaba el horizonte, ellos, sentados en el suelo, discutan acaloradamente.A la noche, todos los Monos estaban muertos, envenenados por los escorpiones, mordidos por las

    vboras, devorados por las chinches, asesinados por las araas, comidos por las pulgas.Entretanto la Jirafa segua vigilando los remotos horizontes.

    .......................................................................................................................................................................................N 5 AMISTAD Leonardo Castellani

    M.E. Combi de Frattini, Letras 1, Bs. As., Huemul, 1987.Yo tena tres amigos. Uno me regalaba plata. Era un buen amigo.El otro una vez me puso la mano sobre la mano y me dijo: - Si te matan, yo me har matar por vos.- Por vos o con vos? le dije.- Con vos y no menta.El tercer amigo cuando iba a verlo se pona alegre.Era mi mejor amigo.

    .......................................................................................................................................................................................N 6 Un cuento de hadas (Fabulilla de Marco Denevi)

    Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981- Haba una vez un bpedo implume - narraba el Ruiseor. Basta de cuentos de hadas! - lo interrumpi el Ganso. - Los bpedos implumes no existen. Hablemos de

    la realidad. Hablemos de nosotros.- Oigan esto. Haba una vez un Ganso...Y a lo lejos ya asomaba la escopeta del Cazador.

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  • N 7 EL BURRO Y LA FLAUTA Augusto Monterroso M.E. Combi de Frattini, Letras 1, Bs. As., Huemul, 1987.

    Tirada en el campo estaba desde haca tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un da un Burro que paseaba por all resopl fuerte sobre ella hacindole producir el sonido ms dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta.

    Incapaces de comprender lo que haba pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos crean en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro haban hecho durante su triste existencia........................................................................................................................................................................................

    N 8 EL GUIJARRO DEL ESPLENDOR Jairo Anbal Nio Guido y Planas, LENGUA Y LITERATURA 3, Bs.As., El Ateneo, l990

    Los dos nios se escabulleron y uno de ellos agarr una piedrita azul que brillaba. Despus de flotar un rato, penetraron en la nave.

    El nio acerc al odo la piedrita y escuch el rugido de un tigre.- Oyes el mar? pregunt el otro.- No. El mar se derram.Cuando la gran nave se alejaba en el espacio, el planeta Tierra haba desaparecido de su sistema solar. Estaba en el bolsillo de un nio oriundo del enorme planeta Agat.

    .......................................................................................................................................................................................N 9 LA VERDAD SOBRE EL CANARIO (Fabulilla de Marco Denevi)

    Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981En estado salvaje era verde y no cantaba. Domesticado, preso en una jaula, se ha vuelto amarillo y gorjea

    como una soprano.Que alguien atribuya esos cambios a la melancola del encierro y a la nostalgia de la libertad Mentira!Yo s que el muy cobarde antes era verde y mudo para que no lo descubrieran entre el follaje y ahora es

    amarillo para confundirse con las paredes y los barrotes de oro de la jaula. Y canta porque as se conquista la simpata cmplice del patrn.

    Lo s yo, el Gato........................................................................................................................................................................................

    N 10 LOS LOBOS (Fabulilla de Marco Denevi) Marco Denevi, El Emperador de la China y otros cuentos, Buenos Aires, Huemul, 1981- El lobo! El lobo! grit la primera noche el Pastor.Todos oyeron sus voces, pero se quedaron quietecitos en sus casas, pensando: No es asunto mo. Y

    el lobo devor las ovejas del Pastor.- El lobo! El lobo! volvi a gritar el Pastor la segunda noche. Pero todos, habituados a aquellos

    gritos, siguieron durmiendo. Y el Lobo devor al Pastor.La tercera noche nadie grit: - El lobo! El lobo!Y esa noche todos tuvieron un Lobo en sus casas.

    .......................................................................................................................................................................................N 11 EL GESTO DE LA MUERTE de Jean Cocteau

    Borges, Bioy Casares y Ocampo, Antologa de la literatura fantstica, Bs.As., Sudamericana, 1980Un joven jardinero persa dice a su prncipe:- Slvame! Encontr a la Muerte esta maana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro,

    quisiera estar en Ispahan.El bondadoso prncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el prncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:- Esta maana, por qu hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?- No fue un gesto de amenaza le responde sino un gesto de sorpresa. Pues lo vea lejos de Ispahan

    esta maana y debo tomarlo esta noche en Ispahan........................................................................................................................................................................................

    N 12 EL COLIBR Jorge W. balos Aqu est otra vez el picaflor. Entra ruidosamente por la ventana del aula, y desdeando la presencia de

    veinticuatro alumnos que escriben en sus cuadernos y del maestro que les dicta, se dirige a su delicado nido y se instala all, muy orondo. Veinticinco pares de ojos lo miran.

    La suficiencia del tipejo nos hace sentir intrusos a nosotros. El nido apareci, completo ya, el lunes.Pronto no ms se incorpora. Con zumbido de pjaro mecnico da unas vueltas por la habitacin y sale

    luego por la ventana, partiendo en direccin contraria a la que pareca encarar. Persisten en el aire no slo su nervioso aleteo sino tambin las vibraciones del cambiante colorido de su bello plumaje. El colibr nos ha sacado de esta inspirada clase de escritura............................................................................................................................................................

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  • N 13 THE FEMALE ANIMAL de Marco Denevi Marco Denevi, FALSIFICACIONES, Buenos Aires, Corregidor, 1984

    Despertada por el canto de la alondra, Julieta se levanta del lecho, se viste de raso, de brocato y de terciopelo, se calza chapines de seda, aprisiona sus cabellos en una red de hilos de oro, se colorea las mejillas con agua de prpura, los prpados con tierra de Egipto, los labios con pasta carmn, se adorna con collares, con pendientes, con pulseras, con anillos, se perfuma con esencias arbigas, se mira en el espejo, sonre, suspira y sale al balcn. Toda Verona arde en rias callejeras entre Montescos y Capuletos. En el centro de la vasta reyerta, Romeo se bate encarnizadamente con Teobaldo. Julieta espera un minuto, dos minutos, tres minutos. Despus vuelve a entrar en su alcoba, se arranca los collares, los aros, los brazaletes, las sortijas, hace volar por el aire los chapines de seda, se rasga el raso, el brocato y el terciopelo, arremete contra el agua de prpura, contra la tierra de Egipto y la pasta carmn, hace pedazos la red de hilos de oro, se sienta, grita: Y para esto me vest!.......................................................................................................................................................................................

    N 14 PELAJES Wimpi Arthur Garca Nez (Wimpi), Los cuentos del viejo Varela, Bs. As., Freeland, 1978.

    Deca que el abecedario haba salido del pelo de los caballos.La a viene de alazn. La b viene de bayo. La c de colorao. La d de doradillo. La e de escuro

    .......................................................................................................................................................................................N 15 ANCDOTA EN EL ZOOLGICO lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16Exclam el cndor: -Soy un cndor!Y la turba de aves, ofendida, se dijo. -Vanidoso!Un pato exclam: -Soy un pato!Y la turba de aves, satisfecha: -Qu modesto!

    .......................................................................................................................................................................................N 16 LA MADRE lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16La incubadora a la gallina seguida de diez pollos:- Y por haber tenido diez hijos vas tan ufana? Yo tengo cientos y an miles de hijos. Si el ser

    madre te enorgullece as, qu puedo sentir yo que soy cien veces madre todos los das?- Pon un huevo.

    .......................................................................................................................................................................................N 17 LA TRANSFORMACIN Dora Ivnisky

    Puro Cuento, N 14Nadie hubiera credo que fuese posible la transformacin, pero aquel da un hermoso gato de porcelana

    apareci adornando la vitrina; y al Michi, nunca ms se lo vio............................................................................................................................................................N 18 LA CIENCIA lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16El lobo al perro:- Yo ladro como vos, y , sin embargo, el hombre a m me persigue y a vos te alimenta.El perro al lobo:- Pero, olvids que yo, adems de ladrar, s lamer la mano?

    ...........................................................................................................................................................N 19 LA PUNTA DE LA MADEJA Gustavo Masso

    Puro Cuento, N 8Cuando ella descubri su primera cana quiso arrancarla de un tirn, pero como el odioso pelo blanco se

    prolongaba, jal y jal, mientras su cuerpo se desteja, hasta que slo qued una nia, llorando asustada............................................................................................................................................................N 20 CABALLEROS lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16Se pusieron a jugar dos monos fulleros, tan hbiles jugadores, que debieron resignarse a jugar

    honradamente............................................................................................................................................................N 21 OTRA VEZ LE CORBEAU ET LE RENARD lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16El cuervo subido a un rbol estaba, no con un queso segn dice la fbula clsica, s con un sangriento

    pedazo de carne en el corvo pico. Lleg el zorro. El olor lo hizo levantar la cabeza, vio al cuervo banquetendose, y rompi a hablar:

    -Oh, hermoso cuervo! Qu plumaje el tuyo! Qu lustre!No cantas, cuervo? Si tu voz es tan bella como tu reluciente plumaje, sers el ms magnfico de los pjaros! Canta, hermoso cuervo!

    El cuervo se apresur a tragar la carne, y dijo al zorro:- He ledo a La Fontaine.

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  • N 22 EL MALTRATADO Wimpi M.E. Combi de Frattini, Letras 2, Bs. As., Huemul, 1987.

    Licinio Arboleya estaba de mensual en las casas del viejo Crspulo Menchaca.Y tanto para un fregado como para un barrido.

    Diez pesos por mes y mantenido.Pero la mantencin era, por semana, seis marlos de choclo y dos galletas. Los das de fiesta patria le daban el choclo sin usar y medio chorizo.

    Y tena que acarrear agua, ordear, baar ovejas, envenenar cueros, cortar lea, matar comadrejas, hacer las camas, darle de comer a los chanchos, carnear y otro mundo de cosas.

    Un da Licinio se encontr en el callejn de los Lpeces con Estefano Argua y se le quej del mal trato que el viejo Crspulo le daba. Entonces, Estefano le dijo: Y qui' hacs que no lo plants? Si te trata ans, plantlo. Yo que vos, lo plantaba...

    Esa tarde, no bien estuvo de vuelta en las casas, Licinio - animado por el consejo del amigo - agarr una pala, hizo un pozo, plant al viejo, le puso una estaca al lado, lo at para que quedara derecho y lo reg.

    A la maana siguiente, cuando fue a verlo, se lo haban comido las hormigas.N 23 LA OVEJA NEGRA Augusto Monterroso Varios Autores, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS I, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    En un lejano pas existi hace muchos aos una oveja negra.Fue fusilada.Un siglo despus, el rebao arrepentido le levant una estatua ecuestre que qued muy bien en el parque.As, en lo sucesivo, cada vez que aparecan ovejas negras eran rpidamente pasadas por las armas para

    que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse tambin en la escultura............................................................................................................................................................N 24 LOS MOSQUITOS Eduardo Galeano Varios Autores, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS I, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Muchos eran los muertos en el pueblo de los nookta. En cada muerto haba un agujero por donde le haban robado la sangre.

    El asesino, un nio que mataba desde antes de aprender a caminar, recibi su sentencia riendo a las carcajadas. Lo atravesaron las lanzas y l, riendo, se las desprendi del cuerpo como espinas.

    - Yo les ensear a matarme- dijo el nio.Indic a sus verdugos que armaran una gran fogata y que lo arrojaran dentro.Sus cenizas se esparcieron por los aires, ansiosas de dao, y as se echaron a volar los primeros

    mosquitos............................................................................................................................................................N 25 TRISTE HISTORIA DE AMOR Hctor Sandro

    Puro Cuento, N 3Con hbiles y primorosos plegados haca pajaritas de papel, y a solas, en la intimidad de su cuarto, les

    enseaba a volar. Una tarde de otoo, un fuerte viento abri la ventana, y en la rfaga propicia escaparon en bandada todas las pajaritas. Desengaado y dolorido, el hombre dobl muy delgado y largo su ms fino papel, y con l se atraves el corazn............................................................................................................................................................N 26 CASO lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16La cabra encontr unas hojas de la Ilada y se las comi. Pero no bal en verso.

    ...........................................................................................................................................................N 27 REENCUENTRO Luis Fayad

    Puro Cuento, N 14La mujer le dej saber con la mirada que quera decirle algo. Leoncio accedi, y cuando ella se ape del

    bus, l hizo lo mismo. La sigui a corta distancia, y luego de algunas cuadras la mujer se volvi. Sostena con mano firme una pistola. Leoncio reconoci entonces a la mujer ultrajada en un sueo y descubri en sus ojos la venganza.

    - Todo fue un sueo - le dijo. - En un sueo nada tiene importancia.- Depende de quin suee - dijo la mujer. - ste tambin es un sueo.

    ...........................................................................................................................................................N 28 A UN TIPO MVIL Fabiana A. Frayssinet

    Puro Cuento, N 14En el espacio en blanco sell su tiempo.A todos repeta: Soy inmortal.Su tiempo de sello se diluy en tinta reseca y madera carcomida.- Vete al demonio Gutemberg!- dijo.De tipos mviles pas a una rotativa; sangre y tinta imprimieron el papel.Fue inmortal un da...Al otro, su cuerpo aplastado, fue diario de ayer.

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  • N 29 LA OBRA MAESTRA lvaro Yunque Puro Cuento, N 16

    El mono cogi un tronco de rbol, lo subi hasta el ms alto pico de una sierra, lo dej all, y cuando baj al llano, explic a los dems animales:

    - Ven aquello que est all? Es una estatua, una obra maestra! La hice yo.Y los animales, mirando aquello que vean all en lo alto, sin distinguir bien qu fuere, comenzaron a

    repetir que aquello era una obra maestra.Y todos admiraron al mono como a un gran artista.Todos menos el cndor, porque el cndor era el nico que poda volar hasta el pico de la sierra y ver que aquello slo era un viejo tronco de rbol. Dijo a muchos lo que haba visto; pero ninguno crey al cndor, porque es natural en el ser que camina no creer al que vuela............................................................................................................................................................

    N 30 PARBOLA Henry Miller Puro Cuento, N 15

    El discpulo hace llegar al sabio que vive perdido en el bosque un pedido para ir a verlo. Y el sabio le responde: "Claro, venga... venga a verme". Slo que el camino es muy largo. Sin embargo, el discpulo sale. El camino est constantemente sembrado de obstculos y, seguramente, es el maestro el que los coloca.

    Pero el discpulo llega al final: supera todos los obstculos y se presenta ante el maestro. Entonces, ambos se encuentran como iguales, como pares. Porque lo que importa, en definitiva, no es el maestro, sino el camino............................................................................................................................................................N 31 LAS NIMAS DE SAN DIEGO Estanislao Castro Guido y Planas, LENGUA Y LITERATURA 3, Bs.As., El Ateneo, 1990.

    Sinti cierta voluptuosidad ante la supercomputadora. Por fin su empeo y los muchos dlares invertidos tendran recompensa. Antes de llegar all haba consultado a parapsiclogos y hechiceros, gures y nigromantes, rabinos y espiritistas, obispos y magos... Y hasta realizado algunas donaciones a los psicoanalistas, por las dudas. Pero ninguna haba sabido responderle. Ahora, ante el aparato, volva a sentirse poderoso. Casi tanto como cuando, en los aos sesenta, pisaba bate en mano el campo de juego. Bast una orden suya y el programador hizo tragar a la mquina varias preguntas:Se juega bisbol en el ms all? Se realizan campeonatos? Son muchos los equipos?. La computadora las mastic durante algunos segundos y, perezosa, slo vomit tres "s" y una lnea de texto a modo de cierre: "El preguntn debuta el domingo en Las nimas de San Diego."...........................................................................................................................................................N 32 EL REALISTA May Lorenzo Alcal

    May Lorenzo Alcal, Cuentos cortos y cortsimos, Bs. As., Epsilon, 1981.Las matemticas lo fascinaban. En el mundo de los nmeros se senta colmado, all todo era ordenado,

    exacto, cada cosa en su lugar deca - como debera ser el mundo.Se levantaba siempre a la misma hora. Sus hijos, que detestaban su costumbre tempranera, comentaban

    que seguramente algn gallo de veleta deba de haber anidado en sus orejas.Reuniones de directorio, conferencias, todo era cuantificable y reductible. En sus papeles nunca haba

    palabras que todo lo confunden, slo nmeros. Por eso hablaba poco.ltimamente haba perdido el hbito de comentar las fluctuaciones de la bolsa. Ahora se limitaba a

    preguntar qu gastos se haban hecho, cunto dinero haca falta.Muri de una manera extraa por lo que decidieron hacerle la autopsia. El caso se public en todas las

    revistas mdicas."...sin lugar a dudas, N.N., de cincuenta aos, industrial, muri porque, desde haca tiempo, haba dejado

    de soar."...........................................................................................................................................................N 33 EL HOGAR Rabindranath Tagore

    Iba yo lentamente por el camino de los campos, cuando el sol cado guardaba en el ocaso como un avariento, su ltimo oro. La luz se hunda en la sombra, ms honda cada vez, y la tierra viuda, segadas ya sus mieses, yaca silenciosa.

    De pronto son por el cielo la aguda voz de un nio que cruzaba invisible la oscuridad, dejando el hilo de su cancin suspenso en la hora callada. Su hogar lo estara esperando al fin del llano seco, tras los caaverales, al amparo de los pltanos, de las finas arenas, de los cocoteros y los verdinegros panes.

    Me detuve un momento en mi solitario caminar, a la luz de las estrellas. La tierra profunda se extenda ante m, abrazando una infinidad de hogares con cunas y camas, con corazones de madre y lmparas encendidas, con vidas jvenes, alegres de esa alegra que no sabe lo que vale para el mundo...........................................................................................................................................................

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  • N 34 POLEMISTAS Luis M. Antuano Grotta, Lobos y Wischevsky, TALLER DE LECTURA 1, Bs.As., Losada, 1987.

    Varios gauchos en la pulpera conversan sobre temas de escritura y de fontica. El santiagueo Albarracn no sabe leer ni escribir, pero supone que la palabra TRARA no puede escribirse. Crisanto Cabrera, tambin analfabeto, sostiene que todo lo que se habla puede ser escrito. -Pago la copa para todos -dice el santiagueo - si escribe trara. - Se la juego - contesta Cabrera; saca el cuchillo y con la punta traza unos garabatos en el piso de tierra. De atrs se asoma el viejo lvarez, mira el suelo y sentencia:- Clarito, trara............................................................................................................................................................N 35 EL MUNDO Eduardo Galeano

    LA PLATA HOCHI, diciembre 91, N 5674Un hombre del pueblo de Negu, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.A la vuelta cont que haba contemplado, desde all arriba, la vida humana. Y dijo que ramos un mar de

    fueguitos.- El mundo es eso - revel. - Un montn de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz

    propia entre todas las dems.No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente

    de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.N 36 LOS OJOS CULPABLES AhMed Ech Chiruani

    Borges, Bioy Casares y Ocampo, ANTOLOGA DE LA LITERATURA FANTSTICA, Bs.As., Sudamericana, 1980.

    Cuentan que un hombre compr a una muchacha por cuatro mil denarios. Un da la mir y ech a llorar. La muchacha le pregunt por qu lloraba; l respondi: "Tienes tan bellos ojos que me olvido de adorar a Dios." Cuando qued sola, la muchacha se arranc los ojos. Al verla en ese estado el hombre se afligi y le dijo: "Por qu te has maltratado as? Has disminuido tu valor." Ella le respondi: "No quiero quehaya nada en m que te aparte de adorar a Dios". A la noche, el hombre oy en sueos una voz que le deca: "La muchacha disminuy su valor para ti; pero lo aument para nosotros y te la hemos tomado." Al despertar, encontr cuatro mil denarios bajo la almohada.La muchacha estaba muerta............................................................................................................................................................N 37 LA OTRA VIDA May Lorenzo Alcal

    May Lorenzo Alcal, Cuentos cortos y cortsimos, Bs. As., Epsilon, 1981.Quera reencarnarse; esta vida no le era suficiente y aspiraba a gozar (y sufrir) otra existencia.Se dedic a buscar el modo de lograrlo, hasta que un da lo despert la Muerte sin haber conseguido el

    secreto.Entonces se dio cuenta de que, en su afn, no haba vivido sta.

    ...........................................................................................................................................................N 38 PROVERBIO CHINO ANNIMO Silvia Alastuey, AULA TALLER. TCNICAS DE ESTUDIO Y EXPRESIN, Bs. As., Innovaciones Educativas, 1990.

    Cuando el arado est resplandesciente, el sable oxidado, la escalera del templo gastada, la del tribunal llena de yuyos... Y en fin, cuando el mdico va a pie, el panadero a caballo y el literato en coche, la Nacin est bien gobernada............................................................................................................................................................N 39 DE LAS ARTES Hctor SandroGuido y Planas, LENGUA Y LITERATURA 3, Bs. As., El Ateneo, 1990.

    La bailarina termin su filigrana de piruetas y cabriolas, y el balletmano dijo, admirado: "Es usted maravillosa, incorprea, sublime; como escapada de una pintura de Degas."

    "Qu perspicacia!", murmur ella, confundida. Y de un rapidsimo salto en grand jete volvi a colocarse en el cuadro............................................................................................................................................................N 40 LA TRANSFORMACIN Mario Quiroz LecnGuido y Planas, LENGUA Y LITERATURA 3, Bs. As., El Ateneo, 1990.

    Empez a sentir desde el otoo que algo raro estaba sucediendo.Uno de sus brazos pesaba mucho y su cuerpo era recorrido constantemente por un cosquilleo extrao.Al principio se resisti a lo que haba adivinado como una transformacin, pero despus se dio por

    vencido, pensando que en todo caso poco poda hacer para oponerse a esa inexplicable y poderosa fuerza que le provocaba tales sensaciones.

    Haca fro aquella maana de otoo. Amaneca. De improviso escuch el retoo humano que se diriga con gritos alarmados a su madre:

    -Mira, mam, el manzano tiene en una de sus ramas un enorme racimo de uvas!...........................................................................................................................................................

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  • N 41 CUENTO CRUEL Villiers de LIsle Adam Puro Cuento, N 31

    Desfile patritico. Cuando pasa la bandera un espectador permanece sin descubrirse. La muchedumbre rezonga, luego grita:"El sombrero!" y se lanza contra el recalcitrante, que persiste en menospreciar el emblema. Algunos patriotas le darn su merecido... Se trataba de un gran mutilado de guerra que tena amputados los dos brazos............................................................................................................................................................N 42 BODAS DE FUEGO Guillermo Samperio

    Puro Cuento, N 2Un cerillo, ataviado de novio, sale hacia la iglesia. Al llegar, se entera, por boca de los cerillos parientes,

    que la novia escap en compaa de un cerillo vestido de amante. El novio frota su cabeza contra la desgracia y parece un pequeo bonzo ardiendo bajo el cigarro............................................................................................................................................................N 43 DILEMA PARA REYES Marco Denevi

    El Rey orden comparecer a su Primer Ministro y le dijo:- Ahora s a quin le debo mi mala fama. Eres t quien ha difundido la calumnia de que soy un hombre

    desptico, vengativo, cruel, rencoroso, feroz, despiadado.Y que adems acumulo inmensas riquezas gracias al pillaje y el latrocinio.

    El Primer Ministro le contest:- Es cierto. Te calumni en tu provecho. Si revelase que eres amable, justo, po, corts, generoso y

    encima pobre, estaras perdido. Tus enemigos no sentiran el menor temor de ti y ya te habran desalojado del trono. En cambio, creyndote el monstruo que les pint, se cuidan muy bien de hostigarte.

    El Rey pens: "Qu vale ms? Mi trono de rey o mi reputacin de hombre?"Esa duda todava lo roe en el Infierno.

    N 44 CARAPLIDA Jairo Anbal Nio Guido y Planas, LENGUA Y LITERATURA 3, Bs. As., El Ateneo, 1990.

    El doctor Benjamn Cooper se acerc al jefe indio y dijo: - Ese hombre est en las ltimas. No puedo hacer nada por l. Se est muriendo.

    - As es - afirm el indio.- Ms que la herida de flecha, ms que el cansancio y la edad, a este hombre lo ha matado la soledad -

    dijo el doctor. Y agreg: -Por qu lo han mantenido tan rgidamente aislado?El indio mir al hombre blanco y con una voz suave, como paso de venado, exclam: - l nos dijo que era

    el llanero solitario............................................................................................................................................................N 45 REMEDIO lvaro Yunque

    Puro Cuento, N 16A la corte del tigre, seor de las selvas, llegaron algunos animales sabios huidos de un circo ambulante.Las costumbres de la corte eran crueles. El zorro, cortesano del tigre, quiso alarmar a ste: - Quizs las

    costumbres de la corte lastimarn la sensibilidad de los animales sabios...- Tens razn - respondi el tigre. - Es necesario impedir que les ocurra esto a los animales sabios.Y los expuls de la selva.

    ...........................................................................................................................................................N 46 RECUERDO SIN IMPORTANCIA Guillermo M. Ferreyro

    Puro Cuento, N 16Cuando yo era chico, cazaba moscas con la mano y las encerraba en un frasco.Me entretena vindolas chocar desesperadas contra las paredes de vidrio.Una noche me despert el vuelo rasante de un moscardn. Quise encender la luz pero no pude encontrar

    el interruptor. Miles de moscas me rodearon. Pens que todo estaba perdido hasta que una de ellas logr abrir la tapa y pude escapar................................................................................................................................................................................................

    N 47 LA BUENA CONCIENCIA Augusto Monterroso Varios Autores, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS I, Madrid,

    Editorial Popular, 1989.En el centro de la Selva existi hace mucho una extravagante familia de plantas carnvoras que, con el

    paso del tiempo, llegaron a adquirir conciencia de su extraa costumbre, principalmente por las constantes murmuraciones que el buen cfiro les traa de todos los rumbos de la ciudad.

    Sensibles a la crtica, poco a poco fueron cobrando repugnancia a la carne, hasta que por ltimo se negaron a comerla, asqueadas a tal grado que su simple vista les produca nuseas.

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  • Entonces decidieron volverse vegetarianas.A partir de ese da se comen nicamente unas a otras y viven tranquilas, olvidadas de su infame pasado.

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    ........N 48 EL FLAUTISTA ELECTRNICO DE HAMELIN Ren Avils Fabila

    Puro Cuento, N 2Como no quisieron pagarle sus servicios, el flautista, furioso, decidi vengarse raptando a los nios de

    aquel ingrato pueblo. Los conducira por espesos bosques y altas montaas para finalmente despearlos en un precipicio. Sus padres jams volveran a verlos. Para ello no era suficiente su flauta mgica, sino algo ms poderoso. Opt, entonces, por prender el aparato televisor: los nios encantados lo siguieron hacia su perdicin................................................................................................................................................................................................N 49 SUICIDIO Fernando Ruiz Granados

    Puro Cuento, N 3Adelina se asom a la calle desde la azotea, y vio los autos circulando por la vena de cemento de la

    avenida principal. Se par en la cornisa del edificio y camin haciendo equilibrio con los brazos. El viento haca ondular su vestido y lo cea contra su vientre abultado. Volvi a mirar hacia abajo y se dio cuenta de que una multitud la miraba expectante. Imagin la angustia de sus rostros, sus respiraciones contenidas por el terror. Luego, salt al vaco. En la cada todava pudo ver los pisos del altsimo edificio pasando vertiginosamente. Despus, se despedaz contra el pavimento. En ese momento estallaron los aplausos................................................................................................................................................................................................N 50 EL CRIMEN Edmundo Valads

    Puro Cuento, N 3En el sueo, fascinado por la pesadilla, me vi alzando el pual sobre el objeto de mi crimen.Un instante, el nico instante que podra cambiar mi designio y con l mi destino y el de otro ser, mi

    libertad y su muerte, su vida o mi esclavitud, la pesadilla se frustr y estuve despierto.Al verme alzando el pual sobre el objeto de mi crimen, comprend que no era un sueo volver a decidir

    entre su vida o mi libertad, entre su muerte o mi esclavitud.Cerr los ojos y asest el golpe.Soy preso por mi crimen o vctima de un sueo?

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    ........N 51 NOUVELLE CUISINE Carlos Bagu

    Puro Cuento, N 3A Cipriano Gramajo le fue fcil responder a la pregunta inicial del test. Gastronmico con experiencia,

    escribi "arroz de grano largo" como el indicado para cocinar risottos y paellas. No se dej sorprender en el segundo paso del cuestionario, record que un huevo fresco puesto en agua toca fondo, si no, flota. En media hora - con languidez de estmago - entreg las respuestas. De inmediato le dieron el delantal de pinche. Fue presentado a Herr Hoffman, amo y seor de hornallas y calderos. Tuvo un leve estremecimiento cuando su jefe le pas el primer nio para envolver. An estaba tibio, pero la crisis del pequeo pas le impuso callar. "Es la especialidad de la casa", explic Herr Hoffman encendiendo el horno. Gramajo crey ver un ligero movimiento en la forma. "Parpadea", se dijo y continu en lo suyo................................................................................................................................................................................................N 52 LTIMO CUENTO Juan Garca Reig

    Puro Cuento, N 5- En sus cuentos breves el tema de la muerte suele aparecer con cierta frecuencia, a qu se debe?- No es un tema privativo de mis cuentos, habr notado que en la vida tambin suele aparecer con cierta

    frecuencia.-No teme jugar con la muerte?- Soy un escritor temerario.- Qu est escribiendo ahora?- Un cuento trivial: el escritor que dialoga con la Muerte y la muy pcara lo sorprende en la mitad de una

    palabra.- Cul palabra?- No s, pero seguramente le va a faltar la ltima slaba y el cuento quedar inconclu

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    ........N 53 EL DICCIONARIO Carlos Fernndez

    Puro Cuento, N 10El hombre abri el diccionario dos veces y las primeras palabras que encontr fueron destino y

    metstasis, y desde ese da supo de qu iba a morir.

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    N 54 AJEDREZ Diego Germn Pertovt Puro Cuento, N 10

    Todo estaba dispuesto en el campo de batalla. Las tropas del rey blanco avanzaron sobre el frente. Su adversario dudoso imit la jugada, haban quedado enfrentados.

    Las cosas andaban mal para el primer bando, pero la caballera heroica, entr en accin. No haba sucedido nada definitivo hasta que a las 3 PM, la masacre, como el cristianismo, se difundi terriblemente.

    A pesar del combate, los reyes, seguan haciendo travesuras. El rey negro engaaba a su mujer, pero sta, absolutamente fiel, lo defendi con su muerte.

    En cambio, el blanco la envi para heredar su fortuna.Los dos lo saban bien, estaban pecando contra Dios, ... "y las tablas cayeron sobre ellos."

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    ........N 55 EL DISCPULO Marco Denevi F. Sorrentino y otros, 36 CUENTOS ARGENTINOS CON HUMOR, Bs. As., Plus Ultra, 1979.

    Durante largo tiempo el discpulo es atendido por un ayudante del Maestro. "Cundo conocer al Maestro?", pregunta el discpulo. Todas las veces el ayudante le responde de mal modo: - Cuando seas digno de l. El discpulo inclina humildemente la cabeza y estudia con ardor para ser digno del Maestro. Hasta que comprende que el ayudante es el propio Maestro y que ha sido l, el discpulo, quien lo rebaj de categora. El Maestro lo haba sabido desde el primer momento y se haba vengado con aquella arrogante contestacin................................................................................................................................................................................................N 56 EL JACHA Leonardo Castellani F. Sorrentino y otros, 36 CUENTOS ARGENTINOS CON HUMOR, Bs. As., Plus Ultra, 1979.

    El Jacha era bravucn. Un da estaba tomando mate con un paisano en el boliche de Ventura, se mamaron bien los dos, empezaron a bravuconear, despus a amenazar, despus a insultar y despus sacaron los cuchillos y se atropellaron.

    El Jacha era bravucn pero cobarde. Quera batifondo pero no hasta el fin, por lo cual vio con alegra que se levantaban todos los presentes a desapartarlos. Pero da la casualidad que todos lo asujetan al Jacha, mientras al otro solamente uno o dos, que era un paraguayo grandote, y forcejeando pareca que ya no ms se iba a soltar. Amigo! Cuando ve eso el Jacha empez a los gritos:

    -Asujeteln! deca - Asujeteln!Asujeteln al otro!Asujeteln al otro!Que yo, mal que mal, me asujeto solo!...............................................................................................................................................................................................N 57 EL JACHA Leonardo Castellani F. Sorrentino y otros, 36 CUENTOS ARGENTINOS CON HUMOR, Bs. As., Plus Ultra, 1979.

    El Jacha tena un lindo alazn tornado, y andando el tiempo se cas con una viuda muy rica, pero mala. Le empez a ir muy mal a don Ramn, como le haban predicho sus amigos. Pero el paraguayo no se ahogaba en playo. Se aviv, pens bien el problema y en un golpe de audacia, perdi el caballo y se gan una mujer buena.

    Pero sta es una historia demasiado larga. Para otro da la dejamos. Algunos dicen que el Jacha copi esta historia de alguna comedia de Shakespeare, The Taming of the Shrew. Pero qu! A lo mejor los ingleses la han copiado del Jacha................................................................................................................................................................................................N 58 PALABRAS DIFCILES Wimpi Wimpi, LOS CUENTOS DEL VIEJO VARELA, Bs. As., Freeland, 1978.

    Posidonio Leanez haba estado un tiempo en la capital. Y volvi al pago sabiendo un mundo de palabras nuevas.

    Una ocasin invit a varios amigos a un asado, entre ellos el juez.Haca rato ya que estaban todos y el juez no llegaba.Impaciente, Posidonio mand al gur a buscarlo: - Vaya y digal al juez me oye? , vaya y le dice si va a

    venir al asao o viceversa...Y en tanto que el gur iba, siguieron hablando Posidonio y los otros convidados.De repente uno de ellos - Ufrosio Alegra - hizo acuerdo de un tal Froiln Prez y pregunt:

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  • - Tucumano, l no?Y Posidonio, recordando a su vez que Froiln haba desaparecido en una creciente dijo: - S. Pero ya nu'

    ejerce................................................................................................................................................................................................N 59 UN GALLEGO EN LA ESTACIN Chiste annimo

    Un gallego, para no pasar por ignorante, observa atentamente cmo compra su boleto el pasajero anterior a l.

    Pasajero: - Florida, Ida.Gallego: -Lans, s.

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    ........N 60 UN ALTRUISTA Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Shylock practica la usura para que sus clientes no aadan, a la deuda en dinero, la otra deuda, la ms pesada de todas:la gratitud................................................................................................................................................................................N 61 LOS ENEMIGOS SIEMPRE ESTN LEJOS Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Caballeros, paladines, hroes, santos, monjes y escuderos, todos en la flor de la edad, salieron en busca del Dragn. Regresaron con la noticia de que el Dragn no exista, era una fbula, un mito, acaso un truco de los viejos para amedrentar y mantener en raya a los jvenes.

    Sin embargo haban pasado junto al Dragn. Pero no lo reconocieron porque el Dragn toma una apariencia terrorfica slo a la distancia.

    Visto de cerca parece una criatura inofensiva y hasta hermosa.N 62 TICA DE LA CELESTINA Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Melibea: -No debo, seora. Celestina: - Di "no quiero". Eso es respetable y yo me marcho, pero no digas "No debo" porque entonces me encarnizo................................................................................................................................................................................................N 63 PENSAMIENTOS DEL SEOR PEROGRULLO Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Hay santos que hablan del infierno como si lo conocieran................................................................................................................................................................................................N 64 RAZN DE AMOR Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    La Madre de la Bella: - Slo se puede amar a un ser hermoso.La Bella: - Entonces la Bestia es hermosa, puesto que la amo.

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    ........N 65 EXPERIENCIA Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    El viejo: - Seora, soy incapaz!La Celestina: - Dgame que es impotente. Porque capaz, todo hombre lo es.

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    ........N 66 REALISMO FEMENINO Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Teresa Panza, la mujer de Sancho Panza, estaba convencida de que su marido era un botarate porque abandonaba hogar y familia para correr locas aventuras en compaa de otro an ms chiflado que l. Pero cuando a Sancho lo hicieron (en broma, segn se supo) gobernador de Barataria, Teresa Panza infl el buche y exclam: Honor al mrito!...............................................................................................................................................................................................N 67 EL JUICIO DE PARIS DE LA MEMORIA Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Paris debi dictaminar quin era la ms bella entre Juno, Minerva y Venus. Eligi a Venus porque, en su adolescencia, haba visto a Juno y a Minerva y ahora le parecieron menos hermosas que en el recuerdo que conservaba de ambas.

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  • .......................................................................................................................................................................................

    ........N 68 LA MUJER IDEAL NO EXISTE Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Sancho Panza repiti, palabra por palabra, la descripcin que el difunto don Quijote le haba hecho de Dulcinea.

    Verde de envidia, Dulcinea mascull:- Conozco a todas las mujeres del Toboso. Y le puedo asegurar que no hay ninguna que se parezca ni

    remotamente a esa que usted dice. ...............................................................................................................................................................................................N 69 LOS ARDIDES DE LA IMPOTENCIA Marco Denevi M. Denevi, FALSIFICACIONES, Bs. As., Corregidor, 1984.

    Quiz Dulcinea exista, pero don Quijote le hace creer a Sancho lo contrario porque es incapaz de amar a una mujer de carne y hueso................................................................................................................................................................................................N 70 LA QUE NO EST Ana Mara Shua PURO CUENTO, N 36

    Ninguna tiene tanto xito como La que No Est. Aunque todava es joven, muchos aos de prctica conciente la han perfeccionado en el sutilsimo arte de la ausencia. Los que preguntan por ella terminan por conformarse con otra cualquiera, a la que toman distrados, tratando de imaginar que tienen entre sus brazos a la mejor, a la nica, a La que No Est................................................................................................................................................................................................N 71. LAS MUJERES SE PINTAN Ana Mara Shua(PURO CUENTO, N 36)

    Las mujeres se pintan antes de la noche. Los ojos, la nariz, los brazos, el hueco poplteo, los dedos de los pies. Se pintan con maquillajes importados, con tmperas, con lpices de fibra. En el alba, ya no estn. A lo largo de la noche y de los hombres, se van borrando...............................................................................................................................................................................................

    N 72. LA ORUGA Leonardo Da Vinci(Grotta, Lobos y Wischwevsky, Taller de Lectura 1, Bs. As., Losada, 1987)

    Inmvil sobre una hoja, la oruga miraba a su alrededor: unos cuantos cantaban, otros corran, aquellos volaban, todos los insectos estaban en continuo movimiento. Slo ella, pobrecita, no tena voz, ni corra, ni volaba.

    Con gran fatiga consegua moverse, pero tan despacio que cuando pasaba de una hoja a otra le pareca que haba dado la vuelta al mundo.

    Sin embargo no envidiaba a nadie. Saba que era una oruga y que las orugas deban aprender a hilar una saliva finsima para tejer con arte maravilloso su casita.

    Por eso, con mucho entusiasmo empez su trabajo. En poco tiempo, la oruga se encontr envuelta en un tibio capullo de seda y aislada del mundo.

    - Y ahora? - se dijo.- Ahora espera - le respondi la voz de la naturaleza. - Ten un poco de paciencia y ya vers.En el momento justo la oruga se despert y ya no era una oruga.Sali del capullo con dos alas preciosas pintadas de vivos colores y rpidamente vol a lo ms alto del

    cielo................................................................................................................................................................................................N 73. EL PERRO Y LA LANZA (Adaptacin de Melchor de Santa Cruz de Dueas)

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  • (Grotta, Lobos y Wischwevsky, Taller de Lectura 1, Bs. As., Losada, 1987)Un hombre que se llamaba Pedro el Negro, atravesaba una vez un paraje cerca de la ciudad de Toledo en

    Espaa.Le sali al cruce, entonces, un tremendo perro cuidador de un ganado y lo atac dispuesto a morderlo.Pedro el Negro tom de inmediato su lanza y lo mat. El dueo del mastn lo demand entonces ante la

    justicia para que le pagase lo que vala el perro.En el juicio, el juez le pregunt: - Por qu cuando el perro lo vino a morder no se defendi usted con el

    asta de la lanza y lo hizo con la punta?Contest entonces el acusado :- Porque el perro no me vena a morder con la cola sino con la boca.

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    ........N 74. LA PALABRA QUE SANA Alejandra PizarnikM.E.Combi de Frattini, LETRAS 2, Bs.As., Huemul, 1987

    Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio.Luego comprobar que no porque se muestre furioso existe el mar,ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y adems ms y otra cosa................................................................................................................................................................................................N 75. JUAN LPEZ Y JUAN WARD Jorge Luis Borges(Gente, 20 de setiembre de 1984)

    Les toc en suerte una poca extraa. El planeta haba sido parcelado en diversos pases, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de antiguas o recientes tradiciones, de derechos, de agravios, de una mitologa peculiar, de prceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de smbolos. Esa arbitraria divisin era favorable a las guerras. Lpez haba nacido en la ciudad junto al ro inmvil. Ward en las afueras de la ciudad por la que camin Father Brown.

    Haba estudiado castellano para leer el Quijote.El otro profesaba el amor de Conrad, que le haba sido revelado en un aula de la calle Viamonte.Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada

    uno de los dos fue Can, y cada uno, Abel.Los enterraron juntos. La nieve y la corrupcin los conocen.El hecho que refiero pas en un tiempo que no podemos entender.

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    ........N 76. LA INMOLACIN POR LA BELLEZA Marco DeneviMarco Denevi, El emperador de la China y otros cuentos, Bs.As., Huemul, 1981

    El Erizo era feo y lo saba. Por eso viva en sitios apartados, en matorrales sombros, sin hablar con nadie, siempre solitario y taciturno, siempre triste, l, que en realidad tena un carcter alegre y gustaba de la compaa de los dems. Slo se atreva a salir a altas horas de la noche, y si entonces oa pasos, rpidamente erizaba sus pas y se converta en una bola para ocultar su rubor.

    Una vez alguien encontr esa esfera hspida, ese tremendo alfiletero. En lugar de rociarlo con agua o arrojarle humo (como aconsejan los libros de zoologa), tom una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, o quiz falsas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias lucirnagas, un dije de oro, flores de ncar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botn, y los fue enhebrando en cada una de las agujas del erizo hasta transformar a aquella criatura desagradable en un animal fabuloso.

    Todos acudieron a contemplarlo. Segn quin lo mirase, semejaba la corona de un emperador bizantino, un fragmento de la cola del Pjaro Roc, o si las lucirnagas se encendan, el fanal de una gndola empavesada para la fiesta del Bucentauro, o si lo miraba algn envidioso, un bufn.

    El erizo escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos, y lloraba de felicidad. Pero no se atreva a moverse por temor a que se le desprendiera aquel ropaje miliunanochesco. As permaneci durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fros haba muerto de hambre y de sed.Pero segua hermoso................................................................................................................................................................................................

    N 77. DULCINEA DEL TOBOSO Marco DeneviMarco Denevi, Falsificaciones, Bs. As., Corregidor, 1984

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  • Viva en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchuelo y de Francisca Nogales. Como hubiese ledo novelas de caballera, porque era muy alfabeta, acab perdiendo la razn. Se haca llamar Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen y le besaran la mano, se crea joven y hermosa pero tena treinta aos y pozos de viruelas en la cara. Se invent un galn a quien dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Deca que don Quijote haba partido hacia lejanos reinos en busca de lances y aventuras, al modo de Amads de Gaula y de Tirante el Blanco, para hacer mritos antes de casarse con ella. Se pasaba todo el da asomada a la ventana aguardando el regreso de su enamorado. Un hidalgo de los alrededores, un tal Alonso Quijano, que a pesar de las viruelas estaba prendado de Aldonza, ide hacerse pasar por don Quijote. Visti una vieja armadura, mont en su rocn y sali a los caminos a repetir las hazaas del imaginario don Quijote. Cuando, confiando en su ardid, fue al Toboso y se present delante de Dulcinea, Aldonza Lorenzo haba muerto................................................................................................................................................................................................N 78. EL ARTE DE LA POLTICA Marco DeneviMarco Denevi, Falsificaciones, Bs. As., Corregidor, 1984

    El rey Carlos IV se hace esta reflexin: "Manuel Godoy no es el amante de mi mujer sino el amante de la reina de Espaa. No tengo, pues, de qu preocuparme................................................................................................................................................................................................N 79. EPIDEMIA DE DULCINEAS EN EL TOBOSO Marco DeneviMarco Denevi, Falsificaciones, Bs. As., Corregidor, 1984

    El peligro est en que, ms tarde o ms temprano, la noticia llegue al Toboso. Llegar convertida en la fantstica historia de un joven apuesto y rico que, perdidamente enamorado de una dama tobosina, ha tenido la ocurrencia (para algunos, la locura) de hacerse caballero andante.

    Las versiones, orales y dismiles, dirn que don Quijote se ha prendado de la dama sin haberla visto sino una sola vez y desde lejos. Y que, ignorando cmo se llama, le ha dado el nombre de Dulcinea.Tambin dirn que en cualquier momento vendr al Toboso a pedir la mano de Dulcinea.

    Entonces las mujeres del Toboso adoptan un aire lnguido, ademanes de princesa, expresiones soadoras, posturas hierticas. Se les da por leer poemas de un romanticismo exacerbado. Si llaman a la puerta sufren un soponcio. Andan todo el santo da vestidas de lo mejor. Bordan ajuares infinitos. Algunas aprenden a cantar o a tocar el piano.Y todas, hasta las ms feas, se miran en el espejo y hacen caras.

    No quieren casarse. Rechazan ventajosas propuestas de matrimonio. Frunciendo la boca y mirando lejos, le dicen al candidato:"Disculpe, estoy comprometida con otro". Si sus padres les preguntan a qu se debe esa actitud, responden: "No pretendern que me case con un cualquiera".Y aaden:"Felizmente no todos los hombres son iguales".

    Cuando alguien narra en su presencia la ltima aventura de don Quijote, tienen crisis histricas de hilaridad o de llanto. Ese da no comen y esa noche no duermen. Pero el tiempo pasa, don Quijote no aparece y las mujeres del Toboso han empezado a envejecer. Sin embargo siguen bordando los ajuares y mirndose en el espejo. Han llegado al extremo de leer el libro de Cervantes y juzgarlo un libelo difamatorio................................................................................................................................................................................................N 80. POST COITUM NON OMNIA ANIMAL TRISTE Marco DeneviMarco Denevi, Falsificaciones, Bs. As., Corregidor, 1984

    - El padre de Melibea: Desdichada, te dejaste seducir por Calixto! No pensaste que despus sentiras rabia, vergenza y hasto?

    - Melibea: - Nosotras las mujeres sentimos la rabia, la vergenza y el hasto no despus sino antes................................................................................................................................................................................................N 81. FINANCISTA Luis Gudio KramerF. Sorrentino, 36 CUENTOS ARGENTINOS CON HUMOR, Bs.As., Plus Ultra, 1979

    Apenas lo eligieron diputado comenz a prepararse para su nueva vida. l era hombre de campo y necesitaba ropas, guantes, medias, como se usa en la ciudad. Fueron con la seora a la gran tienda, sa que ofreca en la capital crditos liberales. Les dieron una solicitud, que llenaron y se volvieron para regresar a los tres o cuatro das, plazo de los trmites.

    Los atendi un dependiente, muy fino, que les dijo que no les haban podido acordar an el crdito porque faltaban algunos datos.

    - Cmo...- dijo el hombre -. He salido diputau y me andan poniendo trabas...- El seor es diputado - se interes el dependiente -.Entonces, seor diputado, espere un momento. Lo

    har pasar para que hable con el gerente...El gerente lo atendi con mucha habilidad.- Seor diputado. Disculpar usted la torpeza de nuestro empleado. En realidad, como usted no puso en la

    solicitud cules eran sus ingresos...Pero, si quiere ir comprando, ya arreglaremos esto...- La seora es la que va iligir...

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  • - Bueno, seora. Vaya eligiendo usted lo que desee...- y sacando la solicitud se apront solcito a llenarla de nuevo-. Y el sueldo mensual,diputado?

    - No es sueldo, seor. Son dietas...- S, claro. Son dietas...4000pesos?- Claro, pues.- Y las cuotas...en cuntas cuotas prefiere pagar el crdito?-Yo...? Yo voy a pagar al contau, seor.Ech mano al bolsillo y sac un rollo de billetes.- Al contau les via pagar el crdito.

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    N 82. LAS BOLEADORAS WimpiWimpi, Los cuentos del Viejo Varela, Bs.As., Freeland 1978

    Saca la daga Parmenin Gularte, pero...Diande! El negro Calengo ya lo estaba esperando con las boleadoras prontas. A raya en el trillo, l.Y en cuanto Parmenin lo quiso topar, el negro agarr un ramal de la boleadora con una mano; otro con

    otro; otro con otra y...- Pero cmo!Cuntas manos tena el negro?- Avirige.- Y es lo que estoy haciendo.- Entonces, pa qu prigunta?

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    ........N 83. EL POLLITO WimpiWimpi, Los cuentos del Viejo Varela, Bs.As., Freeland 1978

    - Pa hombre e'boca chica, mire. Adelino Moscoso, que lo llamaban "El Pollito" porque la madre lo haba tenido a los 21 das e'casada.

    Tan chica tena la boca Adelino, que en vez de masticar, chupaba.Y hablaba chiflando. En vez de fruncirla para apretar la bombilla, tena que ir un practicante a estirrsela para que la bombilla le cupiera.

    Una ucasin que el gringo Pucheta lo convid, que hizo tayarine, "El Pollito" tena que comer los tayarine di a uno y de punta. La pura verd. Famoso................................................................................................................................................................................................N 84. LA NOCHE Eduardo GaleanoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    El sol nunca cesaba de alumbrar y los indios cashinahua no conocan la dulzura del descanso.Muy necesitados de paz, exhaustos de tanta luz, pidieron prestada la noche al ratn.Se hizo oscuro, pero la noche del ratn alcanz apenas para comer y fumar un rato frente al fuego. El

    amanecer lleg no bien los indios se acomodaron en las hamacas.Probaron entonces la noche del tapir. Con la noche del tapir, pudieron dormir a pierna suelta y disfrutaron

    el largo sueo tan esperado. Pero cuando despertaron, haba pasado tanto tiempo que las malezas del monte haban invadido sus cultivos y aplastado sus casas.

    Despus de mucho buscar, se quedaron con la noche del tat. Se la pidieron prestada y no se la devolvieron jams.

    El tat, despojado de la noche, duerme durante el da................................................................................................................................................................................................N 85. LA TELA DE PENLOPE O QUIN ENGAA A QUIN Augusto MonterrosoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Hace muchos aos viva en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penlope, mujer bella y singularmente dotada cuyo nico defecto era su desmedida aficin a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

    Dice la leyenda que en cada ocasin en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se dispona una vez ms a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le poda ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a s mismo.

    De esta manera ella consegua mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, hacindoles creer que teja mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella teja, como pudo haber imaginado Homero, que como se sabe, a veces dorma y no se daba cuenta de nada.

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    ........N 86. EL MURCILAGO Eduardo GaleanoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Cuando era el tiempo muy nio todava, no haba en el mundo bicho ms feo que el murcilago.El murcilago subi al cielo en busca de Dios. - Estoy harto de ser horroroso. Dame plumas de colores.- No. Le dijo:- Dame plumas, por favor, que me muero de fro.A Dios no le haba sobrado ninguna pluma.- Cada ave te dar una pluma - decidi.As obtuvo el murcilago la pluma blanca de la paloma y la verde del papagayo, la tornasolada pluma del

    colibr y la colorada del flamenco, la roja del penacho del cardenal y la pluma azul de la espalda del martn pescador, la pluma de arcilla del ala del guila y la pluma del sol que arde en el pecho del tucn.

    El murcilago, frondoso de colores y suavidades, paseaba entre la tierra y las nubes. Por donde iba, quedaba alegre el aire y las aves mudas de admiracin. Dicen los pueblos zapotecas que el arcoiris naci del eco de su vuelo.

    La vanidad le hinch el pecho. Miraba con desdn y comentaba ofendiendo.Se reunieron las aves. Juntas volaron hacia Dios.- El murcilago se burla de nosotras-se quejaron-.Y adems, sentimos fro por las plumas que nos faltan.Al da siguiente, cuando el murcilago agit las alas en pleno vuelo, qued sbitamente desnudo. Una

    lluvia de plumas cay sobre la tierra.l anda buscndolas todava. Ciego y feo, enemigo de la luz, vive escondido en las cuevas. Sale a

    perseguir las plumas perdidas cuando ha cado la noche; y vuela muy veloz, sin detenerse nunca, porque le da vergenza que lo vean................................................................................................................................................................................................

    N 87. LA RANA QUE QUERA SER UNA RANA AUTNTICA Augusto MonterrosoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Haba una vez una Rana que quera ser una Rana autntica, y todos los das se esforzaba en ello.Al principio se compr un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad.Unas veces pareca encontrarla y otras no, segn el humor de ese da o de la hora, hasta que se cans de

    esto y guard el espejo en un bal.Por fin pens que la nica forma de conocer su propio valor estaba en la opinin de la gente, y comenz a

    peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los dems la aprobaban y reconocan que era una Rana autntica.

    Un da observ que lo que ms admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedic a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y senta que todos la aplaudan.

    Y as segua haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana autntica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las coman, y ella todava alcanzaba a or con amargura cuando decan que qu buena Rana, que pareca Pollo................................................................................................................................................................................................N 88. ORIGEN DE LOS ANCIANOS Augusto MonterrosoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Un nio de cinco aos explicaba la otra tarde a uno de cuatro que entre muchos de ellos se mantiene la ms rigurosa pureza sexual y ni siquiera se tocan entre s porque saben - o creen saber - que si por casualidad se descuidan y se dejan llevar por la pasin propia de la edad y se copulan, el fruto inevitable de esa unin contra natura es indefectiblemente un viejito o una viejita; que en esa forma se dice que han nacido y nacen todos los das los ancianos que vemos en las calles y en los parques; y que quiz esta creencia obedeca a que los nios nunca ven jvenes a sus abuelos y a que nadie les explica cmo nacen stos o de dnde vienen; pero que en realidad su origen no era necesariamente se................................................................................................................................................................................................N 89. EL DIARIO A DIARIO Julio CortzarVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Un seor toma el tranva despus de comprar el diario y ponrselo bajo el brazo. Media hora ms tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo.

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  • Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montn de hojas impresas que el seor abandona en un banco de plaza.

    Apenas queda solo en el banco, el montn de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve,lo lee,y lo deja convertido en un montn de hojas impresas.

    Apenas queda solo en el banco, el montn de hojas impresas se convierte otra vez en un diario,hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja convertido en un montn de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios despus de estas excitantes metamorfosis................................................................................................................................................................................................N 90. EL ECLIPSE Augusto MonterrosoVarios, RELATOS FANTSTICOS LATINOAMERICANOS, Madrid, Editorial Popular, 1989.

    Cuando fray Bartolom Arrzola se sinti perdido acept que ya nada podra salvarlo La selva poderosa de Guatemala lo haba apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topogrfica se sent con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir all, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la Espaa distante, particularmente en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.

    Al despertar se encontr rodeado por un grupo de indgenas de rostro impasible que se disponan a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolom le pareci como el lecho en que descansara, al fin, de sus temores, de su destino, de s mismo.

    Tres aos en el pas le haban conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intent algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.

    Entonces floreci en l una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristteles. Record que para ese da se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo ms ntimo, valerse de aquel conocimiento para engaar a sus opresores y salvar la vida.

    - Si me matis - les dijo - puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.Los indgenas lo miraron fijamente y Bartolom sorprendi la incredulidad de sus ojos. Vio que se produjo

    un pequeo consejo, y esper confiado, no sin cierto desdn.Dos horas despus el corazn de fray Bartolom Arrzola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra

    de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indgenas recitaba sin ninguna inflexin de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se produciran eclipses solares y lunares, que los astrnomos de la comunidad maya haban previsto y anotado en sus cdices sin la valiosa ayuda de Aristteles................................................................................................................................................................................................N 91. EL CIGARRILLO Rubn C. Tomasi(PURO CUENTO, N 6)

    Doblo la esquina. Busco en mis bolsillos.Tomo un cigarrillo. No tengo fsforos, tampoco encendedor. Veo una sombra cerca. Toco su espalda.

    - Disculpe - le digo muy amable - Me da fuego?El dragn, complaciente, me fulmina en una llamarada.

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    N 92. PEDRO Y LA PERDIZ AnnimoAugusto R. Cortazar, LITERATURA Y FOLKLORE, C.E.A.L., Bs.As., 1968

    Pedro tena dos sombreros, uno viejo y uno nuevo. A la ora del camino hizo las de l y la tap con el sombrero viejo, y l se puso el nuevo.

    Por all lejos vena un muchacho a caballo. Entonces le dijo que le tuviera el sombrero y le prestara el caballo para ir a traer una jaula para llevar la perdiz que tena bajo el sombrero.

    Entonces se alz con el caballo, y cuando (el muchacho) ya vio que Pedro no volva, entr la mano despacito para agarrarla a la perdiz y le tir un manotn para cazarla y se embadurn toda la mano.

    Entonces vio que Pedro lo haba fregado y se fue de a pie................................................................................................................................................................................................N 93. LA VENTA DE CHANCHOS AnnimoAugusto R. Cortazar, LITERATURA Y FOLKLORE, C.E.A.L., Bs.As., 1968

    Pedro Urdemales andaba cuidando unos chanchos a su patrn. En eso vinieron unos paisanos que se los queran comprar y Pedro les dijo que se los vendera, pero que tendran que cortarles las colas. As se hizo.

    Luego que se fueron los compradores, Pedro enterr las colas en un pantano. Entonces fue y le dijo al patrn que los chanchos se haban empantanado y que slo las colas haban quedado fuera del barro.

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  • El patrn fue hasta el pantano, tir de una de las colas para sacar el chancho y se cay para atrs.Lo mismo le ocurri con cada una de las otras colas.

    Pedro le dijo al patrn que eso ocurra porque a los chanchos ya los haba atrapado en el pantano.- Pedro, Pedro, qu mal negocio me has hecho? - le dice el patrn.As consigui Pedro engaar al patrn y guardarse el dinero de la venta de los chanchos.

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    ........N 94. EL CRESPN AnnimoAugusto R. Cortazar, LITERATURA Y FOLKLORE, C.E.A.L., Bs.As., 1968

    Segn cuenta la tradicin viva en cierto paraje un matrimonio bien avenido, aunque la mujer era dada a las diversiones...su nico defecto.

    Una vez, el marido que se llamaba Crespn, enfermse seriamente. En busca de medicamento su mujer fue hasta el pueblo vecino, donde, en casa de su comadre, se celebraba un baile. La invitaron y ella acept gustosa, olvidando al poco rato la misin que la llevaba.

    En lo mejor de la fiesta, algo ebria por causa del licor, recibi la noticia de que el marido haba muerto.Por toda respuesta, dijo:

    "Que siga el baile...hay tiempo para llorar" y continu bailando.Pasados los efectos de la embriaguez, volvi a la casa, encontrndose con la triste realidad. Llor tanto, y

    tanto llam al marido en su desesperacin, que se transform en pjaro. Por eso, desde entonces, en la soledad del campo se escucha su canto triste: "Crespn, Crespn!"...............................................................................................................................................................................................N 95. EL CACUY AnnimoAugusto R. Cortazar, LITERATURA Y FOLKLORE, C.E.A.L., Bs.As., 1968

    Una muchacha,voraz y glotona en grado extremo, no solamente mezquinaba al hermano la comida, hecha principalmente de harina (de algarrobo), sino que lo molestaba y persegua con el grito perpetuo de: Haz harina!Haz harina! Cansado al fin por el mal trato, el joven quiere deshacerse de ella; la invita a subir, en su compaa, a un alto rbol donde haba descubierto una colmena de abejas, y ella, ansiosa de gozar la miel, acepta. Pero mientras que estaba entregada a su vicio, el joven baja, desgajando el rbol y huye. Ella, solita arriba en la copa, empieza a inquietarse y grita: Mi hermano! Mi hermano! (=turay!turay!) y como con el andar de las horas sintiera hambre y, adems,era glotona, empez a proferir el estribillo de siempre: - Haz harina!Haz harina!(=cacuy! cacuy!). Pero nadie la oa.

    Transformada en ave, sigue gritando estas dos palabras................................................................................................................................................................................................N 96. ALAS Anbal Jairo NioGuido y Planas, LENGUA Y LITERATURA I, Bs.As., El Ateneo, 1988

    El hombre levant con su dedo el gatillo de su arma y cuando las aves advirtieron su presencia se precipitaron hacia el espacio en un vuelo de pavor. Uno de los pjaros, sin embargo, en cambio de huir se abalanz sobre la mano del hombre y con su pico y sus endebles garras lo atac, permitiendo con eso que sus compaeros escaparan indemnes. Aos despus, cuando un pjaro viejo contaba esta historia, la remataba con el siguiente adagio lleno de sabidura: Ms vale pjaro en mano que ciento volando................................................................................................................................................................................................N 97. POR ESCRITO GALLINA UNA Julio CortzarJulio Cortzar, LA VUELTA AL DA EN OCHENTA MUNDOS, Tomo I, Siglo XXI, Mxico, 1984.

    Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rpidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Caaveral americanos Cabo por los desde. Razones se desconocidas por rbita de la desvi, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvi a. Cresta nos cay en la paf, y mutacin golpe entramos de. Rpidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, qumica menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de ser gallinas cosmos el, carajo qu................................................................................................................................................................................................N 98. BLANCANIEVES Ren Avils Fabila

    "Por slo tres dlares contemple a Blancanieves. Observe su plcida y serena hermosura. Como nadie lo ignora, permanece as despus de haber mordido la manzana envenenada que prepar su cruel madrastra. Encontrarla en los bosques de Europa Central y traerla para formar parte de un inusitado espectculo, no fue tarea sencilla: los siete enanitos que la protegan se negaban a entregar el cuerpo y tuvieron que ser sometidos por la fuerza. Pase, admire su absoluta inmovilidad dentro de su sarcfago de cristal, y por un poco ms de dinero, usted podr darle un beso. Si es afortunado, ver cmo despierta."

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  • .......................................................................................................................................................................................

    ........N 99. DANZA MACABRA 2 Enrique Anderson ImbertEnrique Anderson Imbert, EL GATO DE CHESIRE, Bs.As., Losada, 1965

    Como si temieran llegar tarde a una cita - rrrr, paff, rrrr - el motociclista corre a toda velocidad por el camino (su mujer, en el asiento de atrs, es una larga estela de pelo al viento). De sbito una piedra desva la rueda, hombre y mujer dan volteretas por aire y tierra, la mquina sigue sola y choca con un poste, un cable se suelta como anguila elctrica.

    El hombre y la mujer, milagrosamente ilesos. Se miran, se hablan. Acaban por sonrerse.- Casi,casi, eh? Qu susto! - dice ella y va a recoger su bolso, que haba saltado junto con la

    motocicleta.Toca el cable y muere electrocutada. El hombre quiere socorrerla y tambin se electrocuta.Llegaron tarde a la cita.

    .......................................................................................................................................................................................

    ........N100. LA CIUDAD DE ESTECO AnnimoAugusto R. Cortazar, LITERATURA Y FOLKLORE, C.E.A.L., Bs.As., 1968

    La ciudad de Esteco, era segn la leyenda, la ms rica y poderosa de las ciudades del norte argentino. Se levantaba en medio de un frtil y hermoso paisaje de la Provincia de Santa. Sus magnficos edificios resplandecan revestidos de oro y de plata.

    Los habitantes de Esteco estaban orgullosos de su ciudad y de la riqueza que haban acumulado. Usaban un lujo desmedido y en todo revelaban ostentacin y derroche. Eran soberbios y petulantes. Si se les caa un objeto cualquiera, aunque fuese un pauelo o un sombrero, y aun dinero, no se inclinaban siquiera para mirarlos, mucho menos para levantarlos. Slo vivan para la vanidad, la holganza y el placer. Eran, adems, mezquinos e insolentes con los pobres, y despiadados con los esclavos.

    Un da un viejo misionero entr en la ciudad para redimirla. Pidi limosna de puerta en puerta y nadie lo socorri. Slo una mujer muy pobre que viva en las afueras de la ciudad con un hijo pequeo, mat la nica gallinita que tena para dar de comer al peregrino.

    El misionero predic desde el plpito la necesidad de volver a las costumbres sencillas y puras, de practicar la caridad, de ser humildes y generosos, y todo el mundo hizo burlas de tales pretensiones. Predijo, entonces, que si la poblacin no daba pruebas de enmienda, la ciudad sera destruida por un terremoto. La mofa fue general y la palabra TERREMOTO se mezcl a los chistes ms atrevidos. Pedan, por ejemplo, en las tiendas, cintas de color TERREMOTO.

    El misionero se present en la casa de la mujer pobre y le orden que en la madrugada de ese da saliera de la ciudad con su hijito en brazos. Le anunci que la ciudad se perdera, que ella sera salvada por su caridad, pero que deba acatar una condicin: no volver la cabeza para mirar hacia atrs aunque le pareciera que se perda el mundo; si no lograba dominarse, tambin le alcanzara un castigo.

    La mujer obedeci al misionero. A la madrugada sali con su hijito en brazos.Un trueno ensordecedor anunci la catstrofe. La tierra se estremeci en un pavoroso terremoto, se abrieron grietas inmensas y lenguas de fuego brotaban por todas partes. La ciudad y sus gentes se hundieron en esos abismos ardientes. La mujer caritativa march un rato oyendo a sus espaldas el fragor del terremoto y los lamentos de las gentes, pero no pudo m s y volvi la cabeza, aterrada y curiosa. En el acto se transform en una mole de piedra que conserva la forma de una mujer que lleva un nio en brazos. Los campesinos la ven a distancia, y la reconocen: dicen que cada ao da un paso hacia la ciudad de Salta.

    Vagos indicios recuerdan, en el campo asolado, el asiento de la opulenta ciudad de Esteco tragada por la tierra en castigo de sus soberbios habitantes................................................................................................................................................................................................N 101. EL HORNO Joaqun Gmez BasFernando Sorrentino, 35 CUENTOS BREVES ARGENTINOS. SIGLO XX, Plus Ultra, San Pablo, 1984.

    Era un invierno criminalmente fro. La idea se le ocurri al abrir la tapa del horno y sentirse envuelto en una ola de aire caliente, achicharrante. Sera un verdadero negocio envasarlo y venderlo.

    Lo puso en prctica en seguida. Sali a la calle con un carrito de mano y casa por casa fue adquiriendo a precios de pichincha centenares de botellas vacas.Ya en su casa, encendi el gas del horno y aguard a que se elevara la temperatura interior. Cuando consider logrado el punto conveniente, abri, meti la cabeza dentro, aspir el aire abrasante y lo sopl en la primera botella, que tap ajustadamente con un corcho.Repiti el procedimiento con unas cuantas y sali a venderlas.

    Hizo un negocio redondo. Las venda en cajones de doce botellas cada uno y no daba abasto. Lo nico en contra era que de tanto meter la cabeza en el horno haba perdido, en reiteradas chamusquinas, el pelo de la cabeza, de las cejas y del bigote. Sin embargo, no desista. Ganaba mucho dinero. No era cuestin de abandonar semejante ganga por pelos de ms o de menos.

    Un da sinti cierta picazn en una oreja y al intentar rascrsela se le desprendi convertida en ceniza. Lo mismo le pas con la otra a la semana siguiente, y ms tarde con la nariz, el cuero cabelludo, la piel de la cara y

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  • los prpados. Inexplicablemente, conserv hasta el final los labios. Cuando stos tambin se le cayeron le result imposible soplar el aire caliente dentro de las botellas. Y se le acab el negocio................................................................................................................................................................................................N 102. DANZA MACABRA 3 Enrique Anderson ImbertEnrique Anderson Imbert, EL GATO DE CHESIRE, Bs.As., Losada, 1965

    Noche encapotada, lluviosa. Osvaldo, a caballo. Al paso. Las orejas, no los ojos, le dicen que la oscuridad tiene rboles y charcos: ramas en el rumor del viento, barro en el chapoteo de los cascos. Haba que desmontar en cuanto salga del lodazal, y esperar hasta que aclare. No ve nada. "Ms que yo han de ver, los ciegos", piensa; "ms puedo ver prpados adentro que fuera de los ojos." En eso su cara ha chocado contra algo que se balancea en el aire. Da un tirn a las riendas, alza la otra mano y empieza a palpar dos pies fros. Osvaldo cierra los ojos, por si as puede ver al ahorcado................................................................................................................................................................................................

    N 103. DANZA MACABRA 7 Enrique Anderson ImbertEnrique Anderson Imbert, EL GATO DE CHESIRE, Bs.As., Losada, 1965

    El primero de noviembre Armando iba al cementerio - precisamente para depositar unas flores en la tumba de Laura, que se le haba muerto en julio- cuando el mnibus en el que viajaba, choc contra otro. Uno de estos accidentes que ocurren todos los das. Al bajar del mnibus vio a Laura entre las personas que se aglomeraban atradas por la sangre. Armando se acerc para hablarle pero ella le hizo seas de que no lo hiciera y desapareci.

    - Cmo es esto!He visto viva a mi querida muerta! - empez a pensar y entonces fue cuando, en seco, Armando se dio cuenta................................................................................................................................................................................................N 104. EL OVILLO Luis Eliseo Altamira(PURO CUENTO, N18)

    Estaba tejiendo una historia cuando el gato se llev el ovillo. De un zarpazo sali rodando por la puerta. Baj los escalones del porche y pas por la vereda. Por ser la primera vez que sala a la calle se desenvolvi muy bien. Cay en una alcantarilla que andaba abriendo la boca y se fue rodando por el agua hasta los Estados Unidos. Pas por Groenlandia. Sigui por el Polo Norte, qued dando vueltas en el extremo del eje y se le hel la sangre. Sali disparando hacia los pases europeos y el resto del mundo. Dio vueltas y vueltas.

    Los hombres se sintieron en un enredo y no pudieron preguntarse por qu: atropellaba a todos los signos de pregunta. Los poetas creyeron que el planeta estaba sangrando. Algunos buscaron