Tesis Violencia Héctor Abad Gómez
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Violencia política y derechos humanos en Colombia.
Victimización de defensores de derechos humanos en
Medellín finales del siglo XX. El caso de Héctor Abad Gómez.
Presentado por:
Farid Alexánder Naranjo Aguirre.
Monografía para optar al título de Historiador
Asesor:
Rodrigo de J. García Estrada
Doctor en Historia
Universidad de Antioquia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Departamento de Historia
Medellín
Abril de 2015
Tabla de Contenido
Introducción ...................................................................................................................................4
Capítulo 1. Aspectos historiográficos y teóricos ................................................................11
1.1. Balance Historiográfico .............................................................................................11
1.2. Marco teórico ................................................................................................................17
Capítulo 2. La violencia política en Colombia como una estructura de larga duración
............................................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
2.1. Introducción ......................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.2. Configurar al otro: el territorio, el pueblo y los excluidos.¡Error! Marcador no
definido.
2.3. Los partidos políticos y la iglesia. .................................. ¡Error! Marcador no definido.
2.4. La República Liberal .......................................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.5. La Violencia, el sectarismo político y el caos.............. ¡Error! Marcador no definido.
2.6. La revolución. ...................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.7. “Al filo del abismo”, la década de los ochenta. .......... ¡Error! Marcador no definido.
2.8. Actores Armados y civiles: .............................................. ¡Error! Marcador no definido.
2.8.1. FARC- EP. ...................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.8.2. Paramilitares ................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
2.8.3. Actores sociales y civiles. ......................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.8.4. Gobierno y Estado ...................................................... ¡Error! Marcador no definido.
2.9. Guerra contra la sociedad, colapso del Estado... ....... ¡Error! Marcador no definido.
Capítulo 3. La alteridad en el conflicto, la creación del enemigo interno y las formas
violentas de representación de la sociedad. ........................... ¡Error! Marcador no definido.
3.1. Introducción ......................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
3.2. La alteridad y la barbarie. ................................................ ¡Error! Marcador no definido.
3.3. Medellín en los sesentas y setentas, ¿Guerra fría o control social? ........... ¡Error!
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3.4. El enemigo interno un mito y una creación política y militar. La alteridad de la
guerra ............................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
3.6. Enemigo interno, el otro que hay que vigilar: Estudiantes, jóvenes y
sindicalistas. ................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
3.7. El panóptico estatal. La guerra de la sospecha. ......... ¡Error! Marcador no definido.
3.8. El enemigo interno en Medellín en los ochentas ........ ¡Error! Marcador no definido.
Capítulo 4. La defensa de los derechos humanos ................. ¡Error! Marcador no definido.
4.1. Alteridad, otredad y movimientos sociales. ................. ¡Error! Marcador no definido.
4.2. La lucha contra el comunismo y los derechos humanos en Colombia. ..... ¡Error!
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4.3. Dos discursos, dos corrientes, una colisión. .............. ¡Error! Marcador no definido.
4.5. Los defensores de derechos humanos y su irrupción como movimiento
social. ............................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
4.6. Foros nacionales de derechos humanos...................... ¡Error! Marcador no definido.
4.7. Comité permanente para la defensa de los derechos humanos¡Error! Marcador
no definido.
4.8. Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia.
........................................................................................................ ¡Error! Marcador no definido.
4.9. La victimización y el exterminio de los defensores de Derechos Humanos en
Colombia. ..................................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.10. Uno por uno, asesinatos selectivos. ........................... ¡Error! Marcador no definido.
4.11. Los héroes sí tienen rostro. ........................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.11.1. Leonardo Betancur ................................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.11.2. Luis Fernando Vélez ................................................. ¡Error! Marcador no definido.
4.11.3. Carlos Gónima ........................................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.11.4. Jesús María Valle ...................................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.12. ¿Por qué defender una causa perdida? Una lucha contra la sociedad por una
guerra humana. ........................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
4.13. La esperanza permanece, las ideas sobreviven y la lucha no muere ....... ¡Error!
Marcador no definido.
Capítulo 5. El caso Héctor Abad Gómez ................................................................................23
5.1. Introducción ......................................................................................................................24
5.2. Héctor Abad Gómez. (1921-1987) ................................................................................29
5.3. La salud pública y la medicina una profesión por y para el otro. ........................36
5.4. El liberalismo político de Héctor Abad Gómez .........................................................46
5.5. El escritor de sueños y crítico de la realidad ...........................................................53
5.6. El intelectual, académico y maestro. ..........................................................................60
5.7. El guerrero por la dignidad ...........................................................................................63
5.8. En la calle Argentina, el 25 de Agosto de 1987 ........................................................70
5.9. La ciega justicia y la impunidad...................................................................................74
6. Conclusiones. ......................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
7. Bibliografía ........................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
Introducción
El problema fundamental de esta investigación es identificar los defensores de
derechos humanos como un actor social emergente en medio de la crisis
coyuntural de la década de los ochenta en Colombia, y visibilizarlos como víctimas
de la violencia política en la cual estuvo sumergida el país en las últimas dos
décadas del siglo anterior. Por tanto, se puede sintetizar el problema a investigar
en dos asuntos, la larga duración de la violencia política en Colombia y la falta de
reconocimiento de la labor realizada por los defensores de los derechos humanos,
que desembocó en su victimización a finales del siglo XX.
Para esto, se utilizarán mojones históricos en la investigación determinados por
momentos o acontecimientos que se enmarcan en el proceso de identificación,
victimización y exterminio de defensores de derechos humanos. Además de
identificar la irrupción del discurso y las políticas orientadas a la defensa de los
derechos humanos en Colombia y en especial en Medellín desde la sociedad civil.
Para clarificar dichos aspectos es de vital importancia analizar las violencias en
Colombia como un fenómeno pandémico y de largo aliento en la historia del país:
y la mirada que brinda la historia y la antropología sobre la otredad, los discursos
que llevan a la estigmatización del otro, del enemigo interno, en los que se
autolegitiman los asesinatos y las masacres, las ejecuciones extrajudiciales y otros
fenómenos de la violencia en el pasado reciente, que se relacionan directamente
con la violación de los derechos humanos.
Es de aclarar que en esta monografía la visión del “Otro”, es decir la víctima, con
su historia personal, sus preferencias ideológicas, su cosmovisión, su noción del
conflicto colombiano, será privilegiada en todo sentido.
Las investigaciones históricas sobre la violencia política en Colombia son
demasiadas, pero los trabajos que han realizado los historiadores sobre este
fenómeno en la época en que se inscribe este trabajo son relativamente pocos, y
la visión privilegiada de los historiadores no se ha explotado desde la academia
como debería. Hay que señalar que los cuatro trabajos que marcan hitos han sido
elaborados por parte de sociólogos o grupos interdisciplinarios, que han contado
con historiadores a bordo, en 1962 con la obra La violencia en Colombia1 de
Orlando Fals Borda, Germán Guzmán y Eduardo Umaña, este trabajo es el
1 Orlando Fals Borda, Germán Guzmán y Eduardo Umaña. La violencia en Colombia. Bogotá,
Punta de Lanza, 1977, 2 tomos.
pionero de las investigaciones sobre la violencia en Colombia, luego el de 1987,
contó con la dirección de Gonzalo Sánchez Colombia: violencia y democracia.
Informe presentado al Ministerio de Gobierno.2 Luego en 2003 sale a la luz pública
Violencia política en Colombia. De la nación fragmentada a la construcción del
Estado. Un trabajo interdisciplinar dirigido por Fernán González y hecho desde el
CINEP. Por último el trabajo del Grupo de Memoria Histórica con el Informe ¡Basta
Ya! memorias guerra y dignidad, siendo este el trabajo más completo, al menos en
lo que a cifras se refiere, y el papel privilegiado de las víctimas, lo acercan a este
trabajo monográfico como una fuente bibliográfica de gran valor.
Sin embargo este trabajo busca dar otra mirada a los procesos de violencia
política, entrelazando el trabajo histórico con el análisis de la otredad que se
realiza desde la antropología y buscar en los resquicios del pasado las
trasformaciones de discursos que legitiman la violencia. Hay que tener en cuenta
que son pocos los trabajos sobre esta temporalidad, que han buscado los
derechos humanos como un discurso determinante en las interpretaciones del
conflicto y en el desarrollo de éste, porque solo a partir de 1991 es permanente la
alusión a estos y con los derechos fundamentales en la Constitución de 1991.
En este contexto visualizar a los defensores de derechos humanos como un actor
social emergente en los ochentas, y activo en los noventa es la meta de este
trabajo. Tan participativo fue, que se convirtió en objetivo militar de los actores
armados y fueron exterminados al menos 74 entre 1980 y 20123. Es la intención
de este trabajo y en ese aspecto es sui generis y aporta a la historiografía, a la
academia como un estudio con diferentes enfoques, la Historia y la Antropología
como ejes de análisis de un proceso histórico. Contribuye de manera activa a la
sociedad, como un trabajo orientado a visualizar actores sociales y preserva la
memoria, como parte de la recuperación de la memoria histórica de quienes dieron
su vida por sus ideales, en el campo de las ideas y no en el campo de batalla.
2 Gonzalo Sánchez. (Compilador). Colombia: violencia y democracia. Informe presentado al
Ministerio de Gobierno. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1989. 3 Grupo de Memoria Histórica. ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá,
Imprenta Nacional, 2013.
Investigar la violencia como un fenómeno contemporáneo hace parte de la misión
de un estudiante comprometido con la problemática de la sociedad colombiana, es
fácil concluir que el fenómeno de la violencia política en Colombia está sobre
diagnosticado, que la academia ha dedicado numerosos textos a responder las
grandes preguntas relacionadas con el mal de los males que aquejan a Colombia
desde el siglo XIX, pero hay muchas ventanas cerradas del pasado de la violencia,
que tratan sobre las víctimas, y es la misión del historiador abrirlas y brindarles su
lugar en la historia.
Es por esto que esta monografía se convierte en una necesidad orgánica de mi
servicio a la sociedad en la que he desarrollado mis estudios sobre Historia. Es
claro que el compromiso del intelectual además de crear nuevos conocimientos,
derribar paradigmas y transmitir esas nuevas formas de interpretar el mundo, debe
ser el de otorgarle a los actores de la sociedad el lugar que les pertenece en la
Historia, no se trata solo de las grandes gestas, de los Estado- nación, de las
revoluciones, de los grandes personajes; en palabras del sociólogo Alfredo
Molano:
La historia no es algo que ya pasó y, sobre todo, que ya les pasó a hombres notables y célebres. Es mucho más. Es lo que le sucede al pueblo común y corriente todos los días, desde que se levanta lleno de ilusiones hasta que cae rendido en la noche sin esperanzas. No se necesitan documentos acartonados y descoloridos por el tiempo para convertir un hecho en histórico; la historia no se refugia en las notarías ni en los juzgados, ni siquiera en los periódicos. La historia es una voz llena de timbres y de acentos de gente anónima.
4
Es desde la voz de los actores sociales que el historiador interpreta el pasado,
siempre con una pregunta del presente y no es acaso una necesidad profesional
redirigir estas preguntas a problemas de largo aliento que han mellado y se han
asentado de manera tan prolífera y cómoda en las mentalidades del colombiano, y
tratar de hallar en esa búsqueda del pasado, lo que se desea para el futuro.
Este trabajo de grado es el testimonio de una preocupación constante en el camino
recorrido como estudiante de la carrera de Historia en la Universidad de Antioquia,
la violencia está presente en el día a día de los colombianos y se ha convertido en
un factor que ha caracterizado a toda la sociedad, es una guerra constate contra la
4 Alfredo Molano. Del Llano llano. Bogotá, El Ancora, 1996, p.10.
sociedad civil.5 Incluso es acertado afirmar que las dialécticas de la sociedad
colombiana lejos de solucionarse en el campo de la política y el derecho se dirimen
por medio del ejercicio del poder bélico o intimidatorio, en la mayoría de las
ocasiones letal.
Es por las victimas que hay que continuar trabajando, no solo con pomposas
investigaciones y grandes cifras, es el momento de visualizarlas como tal, de darles
voz, es el tiempo para dejar atrás el protagonismo de los actores armados y dar
espacio a los seres humanos que han sufrido en carne propia la guerra sucia que
atraviesa Colombia. Es hora de contar la historia de los que han luchado para que
“Cese la horrible noche”, porque es momento al menos en esta monografía, trataré
de levantar la voz y decir: ”No más violencia”. Es utópico pensar que una tesis de
grado pueda aportar a una solución tan esquiva y de enormes proporciones, pero
dónde queda el papel del académico si no está en propender por la solución a los
conflictos, por dirimir en el campo de las ideas las luchas sociales y no en el campo
de batalla. No es acaso esa la labor de un humanista, de un historiador
comprometido con su época, su tiempo y su propia existencia.
El principal objetivo de este trabajo es visualizar a los defensores de derechos
humanos como actores sociales en medio de un conflicto armado interno y de las
represiones constates del Estado; y analizar el proceso que llevó a su
victimización y exterminio en Colombia en las dos últimas décadas del siglo XX.
Para responder a dicho objetivo, este trabajo de grado apunta a resolver los
siguientes objetivos específicos: a) analizar el fenómeno de la violencia como una
estructura, inmersa en el tiempo de la larga duración, que se ha afianzado en la
construcción del Estado Nación en Colombia; b) buscar en el desarrollo histórico
del discurso del “otro”, factores que permitan entender cómo se convierte al
enemigo interno; c) realizar un análisis interpretativo del desarrollo histórico de los
derechos humanos, como discurso y como hecho social que se convierte en un
ideal y en una búsqueda constante por parte de los actores sociales; d)
caracterizar, visualizar y reconocer a los defensores de derechos humanos en
5 Daniel Pecaut. Guerra contra la sociedad. Bogotá, Planeta, 2001.
Colombia como un grupo y un actor social definido y activo con ciertas
particularidades y prácticas que los articulan en un discurso y en hechos visibles
en la sociedad colombiana a finales del siglo XX.
Este trabajo se divide en cinco capítulos, el primero contiene un estado del arte
de los estudios más sobresalientes sobre violencia que se han realizado en
Colombia, desde la década de 1960 hasta el 2014, y el entramado teórico en que
se van a desarrollar los siguientes capítulos.
El segundo capítulo se presenta como el contexto y el análisis histórico - teórico
de cuatro aspectos. El primero de ellos, es política como proceso en la larga
duración. Un segundo aspecto que se tratará es el de los conceptos de otredad y
alteridad. También se abordarán los procesos discursivos de la violencia política y
de la formación del Estado-nación, y finalmente, se desarrollará la concepción de
la guerra sucia y de la guerra contra la sociedad civil.
El tercer capítulo desarrolla la idea de alteridad en la construcción discursiva y las
prácticas de caracterización del enemigo interno a finales de los sesentas y la
década de los setenta en la ciudad de Medellín por parte del Estado, así como la
emergencia de movimientos, grupos y actores sociales relacionados con
dinámicas locales, nacionales e internacionales en la época.
El cuarto capítulo está dedicado a la emergencia y formación del movimiento por
los derechos humanos en Colombia en la década de 1980, y la irrupción del actor
social defensor de derechos humanos. De igual manera describe el proceso de
victimización y eliminación selectiva de los defensores de derechos humanos en
Colombia entre 1983 y 1998, para lo cual se realiza un acercamiento a varios
casos y se plasman algunos perfiles de estos actores sociales.
El capítulo quinto es sobre el médico salubrista Héctor Abad Gómez quien fue
parte del movimiento por los derechos humanos en Colombia, defensor de
derechos humanos. Sobre este actor se desarrollaron varios aspectos: su vida, su
obra como salubrista, escritor y defensor de derechos humanos, se analizó su
pensamiento social y político.
Este texto tiene una estructura interna que va de las macro categorías a las micro
categorías: en la temporalidad, de la larga a la muy corta duración y el
acontecimiento. En la espacialidad de lo nacional a lo local, relacionándolos con
dinámicas internacionales. De las categorías de análisis del discurso de la otredad
y de la alteridad en términos teóricos, a la identificación de prácticas que
permitieron el desarrollo histórico de dichos conceptos. Es decir que parte de un
análisis de la historia nacional bajo dichas categorías para terminar en la historia
personal de un actor social y un momento coyuntural.
El trabajo de grado se realizó con fuentes primarias y secundarias. Las primarias
fueron documentos que se encuentran en el Archivo Histórico de Medellín (AHM) y
tratan sobre: instituciones del Estado, agentes del orden y seguimientos de
inteligencia y sobre manifestación social. También se utilizaron los documentos
que reposan en el Archivo Personal de Héctor Abad Gómez (AHAG), que versan
sobre diferentes temas y contiene gran parte de la documentación del Comité
Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia (CPDDHA).
Asimismo se utilizó prensa de la época y contemporánea, fuentes virtuales como
revistas y portales dedicados al conflicto interno colombiano. El archivo de Héctor
Abad Gómez y los archivos de prensa se encuentra en la sección del patrimonio
de la Biblioteca Central “Carlo Gaviria Díaz” de la Universidad de Antioquia donde
también se consultó, gran parte del material bibliográfico.
En la ciudad de Bogotá en la Biblioteca Nacional y en el Centro de Investigación
y Educación Popular (Cinep) se encontraron documentos del Comité Permanente
por la Defensa de los Derechos Humanos central. (CPDDH). En textos llamados
Memorias y archivos.6
Los documentos visuales, fueron facilitados por la Corporación Héctor Abad
Gómez y hacen parte del trabajo “Álbum familiar” que aún se encuentra inédito y
ganó el Premio Nacional de Memoria del Centro de Memoria Histórico, el trabajo
fue un homenaje que realizó Daniela Abad y Cecilia Faciolince a la Memoria de
Héctor Abad Gómez.
Capítulo 1. Aspectos historiográficos y teóricos
1.1. Balance Historiográfico
Este balance trata de esbozar de manera sucinta y a grandes rasgos los estudios
historiográficos sobre las violencias en Colombia, en Antioquia y en Medellín.
Los primeros trabajos relacionados con los fenómenos de violencia en Colombia
son, en su gran mayoría, al menos hasta la década de los sesenta, crónicas de
personajes que militaron en uno u otro bando. Por ejemplo el texto del coronel
guerrillero Eduardo Franco Isaza en su crónica sobre Las guerrillas del llano
(Caracas, 1954), nos presenta las complejas relaciones entre rebeldes, ganaderos
y ejército. Una mirada complementaria y antagónica la ofrece el texto de Evelio
Buitrago, Zarpazo: otra cara de la violencia (Bogotá 1957) Buitrago fue sargento
del ejército y se infiltró en la guerrilla a comienzos de los sesenta.7 Estos trabajos
están llenos de testimonios y son ricos como fuente oral, pero deben ser
estudiados de forma rigurosa, puesto que contienen inclinaciones de tipo
ideológico y pasan por el filtro subjetivo del testigo o del escritor que escucha
cierta narración pretérita para redactar a placer una historia, que parte de las
vivencias de uno de los testigos o víctimas de la Violencia.
6 Memorias y Archivos. Bogotá, CPDDH, 1980 Tomos I-V. Existen varios tomos, se pudo acceder a
cinco de estos. 1980,1981,1982,1984,1985. 7Gonzalo Sánchez. Pasado y presente de la violencia en Colombia. Medellín, La Carreta, 2007.
Los trabajos de orden académico, los estudios sobre violencia en el país se
abrieron paso en 1962 con la obra La violencia en Colombia8 de Orlando Fals
Borda, Germán Guzmán y Eduardo Umaña. Este trabajo es el pionero de las
investigaciones sobre la violencia en Colombia. Encargado por la Junta Militar que
sirvió de transición al Frente Nacional, es un trabajo exhaustivo realizado por un
grupo de reconocidos investigadores quienes recorrieron el país en busca de
testimonios, documentos, fotografías y otras fuentes. Aunque pobre en análisis e
interpretación, es el primer eslabón en las investigaciones del fenómeno en el
territorio colombiano. El texto intenta realizar, no sólo una historia, sino además
una geografía de la violencia de los años cincuenta, presentando particularidades
regionales e introduciendo antecedentes del conflicto en los años treinta. Como
señala Carlos Ortiz en su balance historiográfico sobre violencia, “esta obra se
distancia de las otras porque ya no muestra al pueblo como una masa manipulada
sino como un protagonista activo del proceso”9. Aunque se nota una falta de
reflexión sobre el papel del Estado, la fragmentación social y política, y el
funcionamiento del sistema bipartidista. A la luz de este trabajo empiezan a
configurarse una serie de textos que, más allá de su valor descriptivo, realizan
innumerables interpretaciones y análisis a la obra.
A finales de los años sesenta y con la aparición de la Nueva Historia, además de
las ricas corrientes de exploración histórica de extranjeros en el país, llegarían
trabajos como el de Eric Hobsbawm, Rebeldes primitivos10 en el cual se dedica un
capítulo a las guerrillas liberales, con la colaboración constante de Gonzalo
Sánchez. Más tarde en los setenta aparecerán estudiosos del tema,
particularmente norteamericanos, como Paul Oquist con el trabajo Violencia,
conflicto y política en Colombia11, que muestra una visión imperante del papel del
estado, y supone un derrumbe parcial de éste en la década de los cincuenta
8 Orlando Fals Borda, Germán Guzmán y Eduardo Umaña. La violencia en Colombia. Bogotá,
Punta de Lanza, 1977, 2 tomos. 9 Carlos Miguel Ortiz. “Historiografía de la Violencia”, en: La Historia el final del milenio. Ensayos de
historiografía colombiana y latinoamericana. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1994. 10
Eric Hobsbawm. Rebeldes primitivos. Estudios sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona, Critica, 2001. 11
Paul Oquist. Violencia, conflicto y política en Colombia. Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1978.
siendo un factor determinante en el desarrollo de la violencia, además brinda un
papel preponderante a las clases sociales en especial a los campesinos.
Estos problemas fueron retomados por varios investigadores en sus temas de
grado desde la perspectiva regional. El trabajo de James Henderson Cuando
Colombia se desangró12 sobre el Tolima, el de Carlos Ortiz Estado y subversión en
el Quindío13 y el de Jaime Arocha La violencia en el Quindío14, fueron recogidos y
reinterpretados por Gonzalo Sánchez en los capítulos dedicados a este tema en la
Nueva Historia. Estas investigaciones orientan la visión de conjunto de lo nacional
a lo regional y muestran el fracaso del Frente Nacional.
En el I Foro Nacional sobre Violencia aparecen trabajos, como el de Catherine
Legrand sobre colonización y violencia, Los antecedentes agrarios de la violencia:
Conflicto social en la frontera colombiana, 1850-1936. Irrumpe en la escena
historiográfica el sociólogo francés Daniel Pecaut con varios trabajos, en especial
con Orden y violencia: Colombia 1930-195415, cuya reflexión se centra en la
disolución de lo social y lo político en la crisis coyuntural entre los treinta y los
cincuenta; y de todos los textos y artículos que han diferenciado las dinámicas de
la Violencia con el conflicto de los noventa y la incursión del narcotráfico como eje
de reconfiguración del problema.
En 1987 el gobierno de Virgilio Barco encargó un informe sobre la violencia en
Colombia, con motivo del proceso de paz que adelantó dicha administración, como
punto de inflexión en el diagnóstico del fenómeno que aquejaba a la sociedad y
cuyo recrudecimiento era evidente. Así apareció el trabajo interdisciplinar que
contó con la dirección de Gonzalo Sánchez Colombia: violencia y democracia.
Informe presentado al Ministerio de Gobierno.16 Esta comisión presentó una
reelaboración de la dimensión del fenómeno de la violencia, cambiando las
12
James Henderson Cuando Colombia se desangró. Un estudio de la violencia en metrópoli y violencia. Bogotá, El Ancora, 1984. 13
Carlos Ortiz. Estado y subversión en Quindío: la violencia en el Quindío años cincuenta. Bogotá, CIREC, 1985. 14
Jaime Arocha. La violencia en el Quindío. Bogotá, Tercer mundo, 1979. 15
Daniel Pecaut. Orden y violencia: Colombia 1930-1954. Bogotá, Siglo XXI, 1987. 16
Gonzalo Sánchez. (Compilador). Colombia: violencia y democracia. Informe presentado al Ministerio de Gobierno. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1989
dinámicas de la centralidad en que estaba la violencia política,
multidimensionando la violencia en violencias y señalando que el porcentaje de
muertos en el campo era mínimo a razón de otros conflictos de índole urbana, y la
multiplicidad de la violencia representada en diferentes tipos: violencia
socioeconómica, territorial, sociocultural y política. Además tipificó y enmarcó los
diferentes actores y las diferentes clases de violencia ejercida por cada uno de
ellos, desde la violencia intrafamiliar hasta la violencia estatal y paraestatal.
A partir de este trabajo se puede enmarcar toda la corriente historiográfica que se
enriquece de metodologías y teorías a la luz del saber interdisciplinario, estudios
sobre la territorialidad y las regiones se empezaron a realizar en virtud del informe.
Nuevos enfoques y aproximaciones enriquecieron la discusión sobre el fenómeno
de la violencia n lo ochenta, en el marco de esta coyuntura se publicó el libro de
Francisco Buitrago y León Zamosc Al filo del caos. Crisis política en Colombia en
los años 8017. Con claros avances interpretativos y analíticos de la coyuntura
política de la violencia en esa temporalidad y la multiplicidad de actores,
violencias y espacios de violencia.
A finales de los ochentas y comienzos de los noventas tomaron gran fuerza los
estudios sobre violencia realizados desde la Universidad de Antioquia,
especialmente en el INER con María Teresa Uribe y Clara Inés García trabajos
sobre el Urabá, Urabá: ¿Región o territorio?18 De 1992 y el de García, Urabá
región actores y conflictos 1960-199019 de 1996, además debe tenerse en cuenta
el estudio de Mary Roldán. Guerrillas, contra chusmas y caudillos durante la
violencia en Antioquia, 1949-195320 de 1989. Estos trabajos hicieron énfasis en el
desarrollo de las dinámicas de poder regionales y su relación con la violencia.
17
Francisco Buitrago y León Zamosc. Al filo del caos, Crisis política en Colombia en los años 80. Bogotá, Tercer mundo Editores, 1990. 18
María Teresa Uribe. Urabá: ¿Región o territorio? Un análisis en el contexto de la política, la historia y la etnicidad. Medellín, INER, 1992. 19
Clara Inés García. Urabá región actores y conflictos 1960-1990. Medellín, INER- CEREC, 1996. 20
Mary Roldán. “Guerrillas, contra chusmas y caudillos durante la violencia en Antioquia, 1949-1953”. Estudios sociales No. 4. Marzo de 1989.
En esta corriente de los estudios regionales aparecieron los primeros trabajos
analíticos sobre el problema de la violencia urbana, orientados desde Medellín.
Estos trabajos fueron encabezados por Alonso Salazar y Ana María Jaramillo con
el texto Subculturas del Narcotráfico de 1996. La apertura a los ejes de discusión
de los noventa brindó varios modelos de interpretación y enfoques de los
fenómenos de violencia. Así mismo empiezan estudios sobre los procesos de paz,
sobre los últimos colonos de los cultivos ilícitos, el problema agrario y las
coyunturas regionales.
Fernán González aparece como compilador en el trabajo Violencia en la Región
Andina: el caso Colombia21 donde también presenta un artículo, mostrando un
enfoque renovado, pero muy similar al de Gonzalo Sánchez en cuanto a las
estructuras de largo aliento, las diferentes tipificaciones de la violencia y el
problema central de la relación Estado-violencia, la fragmentación del Estado y la
identidad nacional.
Este libro además tiene aportes importantes de Fabio Zambrano en el artículo
Identidad nacional cultura y violencia, donde aborda el problema de la identidad
desde el territorio, la región y la representación de la violencia en ciertas
geografías.
Los textos de Gonzalo Sánchez, quien participó en la comisión para el estudio de
la violencia, son quizás los más reconocidos en la lectura de la violencia en
Colombia. Textos como Bandoleros, gamonales y campesinos: el caso de la
violencia en Colombia, escrito junto a Donny Meertens en el cual se hizo una
lectura crítica de los movimientos insurgentes y del bandolerismo en Colombia en
especial en los Llanos y en Tolima. En Guerras memoria e historia. Pasado y
presente de la violencia en Colombia realiza un recorrido vital como testigo de la
violencia, como actor y productor de la historia y la memoria. Esa dualidad que
existe entre los hechos y lo que recordamos. Esa tenue línea entre la subjetividad
del recuerdo y la objetividad de las fuentes, y los hechos a la luz de los procesos
21
Fernán González. (Compilador). Violencia en la Región Andina el caso Colombia. Bogotá, Cinep, 1994.
históricos. Otros textos como Guerra y política en la sociedad colombiana. Once
Ensayos sobre La Violencia en Colombia, son analíticos y sirven de apoyo al
estudio de la problemática de la violencia política en Colombia.
Para concluir, la importancia del informe encargado por el gobierno de Virgilio
Barco en 1987, fue hacer un diagnóstico del fenómeno y las recomendaciones que
se hicieron desde de la academia. Asimismo el interés que se suscitó por la
investigación en momentos de crisis, que aparecen como la rutina del colombiano,
la anormalidad se volvió normal. Es tan precursor este texto como el de Borda,
Guzmán y Umaña, la gran diferencia es el camino recorrido por las ciencias
humanas, la metodología, el uso de las fuentes y la teoría como parte integral del
análisis interpretativo y crítico de la problemática del país.
En 1999 el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) encargó a Fernán
González y un grupo de investigadores, entre ellos Ingrid Bolívar y Teófilo
Vásquez, un proyecto de investigación sobre la violencia en Colombia al final de la
década de los noventa. El resultado fue el texto Violencia política en Colombia. De
la nación fragmentada a la construcción del Estado. El libro tiene seis capítulos
que se intercomunican entre sí y se complementan. El primero es un análisis de
los estudios y enfoques realizados hasta el momento (los de mayor relevancia); el
segundo hace un ejercicio comparativo entre las FARC y las Autodefensas; el
tercero una geografía del conflicto interno colombiano; el cuarto sobre la
construcción de Estado y los enfrentamientos bélicos; y el último habla de
desarrollo político de Colombia en medio de la violencia. Todos los capítulos
aportan análisis estructurales de la violencia política y de la importancia del papel
del estado en la configuración de nación, y el caso colombiano como una nación
fragmentada desde el siglo XIX.
Es evidente que el problema de análisis de la violencia continúa siendo el papel
del Estado en las diferentes manifestaciones de violencia, incluso de las fuerzas
armadas en el auge paramilitar de los noventa y del gobierno de Álvaro Uribe
Vélez. También es de vital importancia consultar textos que se refieran a la
infiltración, primero del narcotráfico en el Estado y luego de los paramilitares.
En 2013 aparece el informe del Grupo de Memoria Histórica, ¡Basta ya! Colombia:
Memorias de guerra y dignidad. Es un trabajo interdisciplinar que va desde 1958
hasta el 2012, tiene varias fortalezas, primero las cifras son exhaustivas y
muestran de frente la crudeza del conflicto; segundo la lectura del fenómeno
pandémico de las violencias como un proceso estructural de largo aliento, con
causas y consecuencias de lejano arraigo y centradas en los problemas del estado
colombiano para dirimir los problemas de la sociedad y para manejar y
empoderarse del monopolio de la fuerza; tercero la utilización de otras fuentes,
metodologías y formas de contar la historia (organizaciones civiles y el estado;
Historia Oral y la fotografía). Y por último el papel privilegiado que el texto le
otorga a las víctimas y a los procesos sociales de resistencia pacífica.
Un vacío amplio sigue siendo los grupos sociales víctimas de la violencia, se
privilegia en los estudios el papel de los actores armados y del Estado, hace falta
realizar más investigaciones sobre los problemas étnicos de la violencia con
comunidades afrodescendientes e indígenas y la historia de la resistencia pacífica
y la resilencia a los conflictos armados. Aunque es importante resaltar que el
trabajo realizado por el Centro de Memoria Histórica ha disminuido la brecha, no
es suficiente y se debe enfatizar la labor, en especial en tiempos en que el
despotismo y la indiferencia se hacen tan evidentes en una sociedad permisiva e
incluso cómplice de la problemática. Es de resaltar que la historia de las victimas
debe ser una prioridad para realizar las investigaciones sociales a futuro,
propendiendo el fomento de la memoria histórica como herramienta para erradicar
el olvido y la impunidad.
1.2. Marco teórico
El marco conceptual de esta investigación articula, estructura y se convierte en el
entablado sobre el que se montan los diferentes postulados. Hay tres partes que
son los ejes temáticos, primero “Violencia política y conflicto interno” que se
conjuga a la luz de tres conceptos básicos Violencia política, Estado, Conflicto
interno.
Para el concepto de violencia y violencia política utilizaremos la definición que
aportan Jaime Rafael Nieto López y Luis Javier Robledo, en el texto: Los estudios
acerca de la guerra política en Colombia:
“El término violencia en forma general se puede definir bajo dos enfoques: el primero de ellos designa la violencia como una intervención física, una acción de fuerza o de agresividad contra otra persona o contra sus bienes. El segundo enfoque tiene como referente la dignidad humana, es decir, que violencia es todo lo que atente contra el sujeto en sus dimensiones moral, sicológica, afectiva, emocional, social, económica, política y cultural. Son varios los tipos de violencias que existen, ya que según los antropólogos, sociólogos, sicólogos, historiadores y los que tienen por objeto de estudio al hombre, la violencia es parte de la condición humana. En este caso en particular se estudiará la violencia política, que tiene como característica principal la lucha por el poder político, es una confrontación que no es permanente y hace parte de un momento coyuntural.”
22
El concepto de Estado (Estado de derecho moderno) lo tomaremos desde una
visión conjugada en Norberto Bobbio y Jean J. Rousseau. El primero en su
Diccionario de ciencia política23 y el segundo en El Contrato Social.24 El estado es
el ente regulador, que dirime los problemas de los ciudadanos, garantiza los
derechos fundamentales y la soberanía nacional, además de manejar el
monopolio de la fuerza y la búsqueda del cumplimiento de las leyes en el territorio,
bajo las consignas de libertad, igualdad y justicia.
En el desarrollo de la violencia política en Colombia, se ha llegado a la definición
internacional del derecho y la política de conflictos, según la cual el problema en
nuestro país es el de un “conflicto armado interno no internacional”. Para entender
el contexto que plantea este trabajo es necesario desarrollar este concepto, según
H. P. Gasser, para quien “los conflictos armados no internacionales son
enfrentamientos armados que tienen lugar en el territorio de un Estado entre el
Gobierno, por una parte, y grupos armados insurrectos, por otra. […] Otro caso es
el derrumbe de toda autoridad gubernamental en un país, que tenga como
22
Jaime Rafael Nieto López y Luis Javier Robledo, “Los estudios acerca de la guerra política en Colombia”. UNAULA, Medellín, No 22, septiembre, 2000, p. 58. 23
Norberto Bobbio. Diccionario de Ciencia política Tomo I. México, Siglo XXI Editores, 1981. 24
Jean J. Rousseau. El Contrato Social. Barcelona, Ediciones Altaya, 1993.
consecuencia el hecho de que varios grupos se enfrenten entre ellos por el
poder”25.
Teniendo en cuenta el contexto de la investigación hay que tratar los conceptos
que le dan forma a los ejes temáticos, es decir, los actores sociales, como los
defensores de derechos humanos y actores armados, el estado, la insurgencia y
los paramilitares.
Otros actores que es importante definir por el papel primordial es el del
paramilitarismo y la insurgencia. La palabra insurgencia desde dos perspectivas:
La primera hace referencia a insurgencia como una palabra compuesta por el
prefijo in que indica negación o privación o hacía dentro/al interior, y surgente que
es una adjetivación del verbo surgir (del Latín surgĕre) que tiene diferentes
acepciones como surtir, brotar hacía arriba, aparecer, manifestarse26. En este
contexto etimológico la palabra ha pasado por un proceso de sustantivación,
según el cual denomina a una persona insurgente o un proceso como en el caso
de la insurgencia.27 Se entiende como insurgencia en Colombia a los grupos
armados de corte izquierdista con influencias ideológicas ya bien sean marxistas,
leninistas o maoístas, al menos en su origen y desarrollo, que desea tomar el
poder por la fuerza. El otro actor de tipo armado es el paramilitarismo
entendiéndolo como aquellos “[…] grupos armados que están directa o
indirectamente con el Estado y sus agentes locales, conformados por el Estado o
tolerados por este, pero que se encuentran fuera de su estructura formal”28
El tercer eje es el de la “otredad”, que gira en torno a los conceptos de otro,
discurso, sospecha, retaliación. El “otro” se entenderá desde dos ejes que se
complementan entre sí, el primero la visión de otro político, un ser adverso, un
enemigo de los ideales de un partido o de un proceso económico. En ambos
25
H. P. Gasser, International Humanitarian Law: an Introduction, in: Humanity for All: the International Red Cross and Red Crescent Movement, H. Haug (ed.).Berna, Paul Haupt Publishers1993, p. 555. 26
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Vigésima Segunda Edición. 27
Juan Guillermo López. Una aproximación al concepto de insurgencia no armada en Colombia. Diciembre de 2008. Tomado del Instituto de Estudios Humanitarios. http://www.colombiassh.org/reh/spip.php?article393 Septiembre 15 de 2013. 28
Ana Arjona y Sthatis Kalyvas. El poder paramilitar. Bogotá, Planeta, 2005, p. 29.
campos se integra la posición y se convierte en un obstáculo para desarrollar un
programa político o cierto tipo de desarrollo económico. Siendo más específico, en
el caso colombiano, se trata de la izquierda como una posición contraria que tiene
ideas que difieren con el Estado y los grupos paramilitares; y está en contra del
modelo capitalista y neoliberal de desarrollo.
El segundo frente habla de “otro” en el campo de las ideas, quien desde la
academia tiene modelos e ideales sociales que intenta implementar, sin tener una
filiación política de izquierda, pero que se interesa por los derechos de los
ciudadanos, por los derechos humanos y por el bienestar de estos. Este sujeto
político es además crítico sobre las prácticas y métodos utilizados por cualquier
actor armado contra la población civil. Resumiendo, tenemos el actor político y el
actor social, enfrentados, uno con los ideales y las prácticas, y el otro, únicamente
contra los medios que utilizan para implementar los modelos políticos y
económicos; en la mayoría de los casos medios represivos con un uso de la
fuerza desmedida y letal.
Desde esta lógica podemos hablar de discurso como una amalgama de prácticas
e ideales que se conjugan entre sí para validar un programa y un accionar, bien
sea social, económico político o cultural, que encuentran en la historia su apoyo y
mayor soporte ideológico. Es decir, el discurso no es solo una plataforma
ideológica se trata también de prácticas que validan esa plataforma y necesita, en
el campo político de otro, que se convierta en el eje sobre el que discurra el
discurso, de esta manera podemos ejemplificar el discurso anticomunista durante
la guerra fría, además del conjunto ideológico existían prácticas que se validaban
para contrarrestar la amenaza.
Es dentro del discurso que se legitiman los dos conceptos que hacen parte de las
prácticas que se utilizan en el accionar de los grupos en contienda. El primero es
la sospecha, como medio de negar al otro, de culpabilizarlo y de victimizarlo, es
decir mediante la sospecha se elimina al enemigo. Se previene el ataque o la
traición y se realiza un “ataque preventivo” contra el oponente; la otra forma de
contrarrestar al adversario es la retaliación, después de un ataque directo,
indirecto o preventivo. La retaliación es el medio para equilibrar las fuerzas en
conflicto: “te ataco porque me atacaste” en un juego de mimesis, muy común en la
guerra sucia.
La parte final del trabajo donde se concentran todos los esfuerzos antes expuestos
y que sirven como punto de análisis e interpretación para el problema central es la
“victimización y exterminio de defensores de derechos humanos”, y los conceptos
de derechos humanos, víctima, exterminio, según la declaración de derechos
humanos de las naciones unidas son:
“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. Los derechos humanos universales están a menudo contemplados en la ley y garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho internacional consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del derecho internacional. El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos.”
29
Es importante aclarar que aunque los derechos humanos han tenido un desarrollo
histórico amplio, esta concepción como tal aparece en el marco de la creación de
la Naciones Unidas en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial.
El concepto de víctima, aunque es demasiado complejo se puede definir como:
“Según el artículo 5° de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, se entiende por víctima la persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley.”
30
Según la Corte Constitucional de Colombia se reconoce como víctima a:
“a todas las personas que hubieren sufrido un daño, como consecuencia de los hechos que el mismo precepto determina a continuación. Así, pese a que existen también otros criterios relevantes, el concepto de daño es el más significativo de todos, pues es de la acreditación de su ocurrencia que depende que las personas interesadas logren ser reconocidas como
29
Declaración internacional de los derechos humanos. Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948. 30
Ley 975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz.
víctimas y accedan a los importantes beneficios establecidos en esta normativa. Ahora bien, es importante destacar que el concepto de daño es amplio y comprehensivo, pues abarca todos los distintos fenómenos usualmente aceptados como fuente generadora de responsabilidad, entre ellos el daño emergente, el lucro cesante, el daño moral en sus diversas formas, el daño en la vida de relación, el desamparo derivado de la dependencia económica que hubiere existido frente a la persona principalmente afectada, así como todas las demás modalidades de daño, reconocidas tanto por las leyes como por la jurisprudencia, ahora o en el futuro. Según encuentra la Corte, la noción de daño comprende entonces incluso eventos en los que un determinado sujeto resulta personalmente afectado como resultado de hechos u acciones que directamente hubieren recaído sobre otras personas, lo que claramente permite que a su abrigo se admita como víctimas a los familiares de los directamente lesionados, siempre que por causa de esa agresión hubieren sufrido una situación desfavorable, jurídicamente relevante.”
31
Para finalizar el marco conceptual hay que desarrollar el concepto de genocidio,
en el contexto de un conflicto armado interno. La ley internacional lo entiende
como:
“El genocidio, es un delito internacional que comprende cualquiera de los actos perpetrados
con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; estos actos comprenden la matanza y lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo”
3233.
El marco teórico de este trabajo integra y desarrolla los conceptos que dan forma
a este proyecto, desde la violencia política hasta el exterminio y el genocidio,
desde una mirada de la larga duración y de ciertos aspectos que llevan a los
acontecimientos que enmarcan el interés del investigador.
La temporalidad de este trabajo va de la mano de la concepción que plateo del
tiempo el historiador francés Fernán Braudel34, este redujo las estructuras
temporales a tres tipos: fenómenos de larga duración, fenómenos de duración
media y fenómenos de corta duración. Los fenómenos de corta duración son: un
momento, unas horas, unos días, unas semanas o unos años, es decir los
acontecimientos como el asesinato de Héctor Abad Gómez. Los fenómenos de
duración media son menos convulsionados y tienen procesos más largos de varias 31
Ley 1448 de 2011. 32
Artículo 6 en Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 1998-2002. 33
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Asamblea General de las Naciones Unidas, por su resolución 96 (I) de 11 de diciembre de 1946, ha declarado que el genocidio es un delito de derecho internacional contrario al espíritu y a los fines de las Naciones Unidas. 34 Fernand Braudel. La historia y las ciencias sociales. Madrid, Alianza Editorial, S. A., 1970.
décadas, por ejemplo la Violencia de mitad del siglo XX, o el conflicto armado en
la década de los setentas y ochentas. Por último, los fenómenos de larga
duración, son los más trascendentales, tardan siglos en producirse, en Colombia,
la violencia política, la formación del Estado-nación, la religión, los procesos
económicos y migratorios, son procesos y estructuras inmersos en la larga
duración. Las temporalidades antes mencionadas fueron las utilizadas con
categorías temporales de análisis en este trabajo de grado.
Capítulo 5. El caso Héctor Abad Gómez
La memoria histórica hace la identidad de los pueblos, y es lógico recurrir al pasado para ponerlo al servicio del presente. Lo cual no significa que
todos los usos del pasado sean lícitos; éste se lee en su ejemplaridad, y la lección que extraemos debe ser legítima en sí misma, no por provenir de
un recuerdo que nos es querido o porque favorece determinados intereses, sino porque sirve a una causa justa.
Tzvetan Todorov
Héctor Abad Gómez. AHAG. Fotografías, Caja 37 Foto 1.
5.1. Introducción
Han pasado 27 años desde aquel fatídico 25 de agosto en que fue asesinado una
de las mentes más lúcidas, proliferas y desinteresadas que Antioquia había visto
a finales del siglo XX, el doctor Héctor Abad Gómez. Los acontecimientos de
enero de 2015, llaman a la tolerancia, como tantas veces insistió Abad. En Paris
el 7 de Enero de 2015 varios hombres armados y encapuchados ingresaron en
las instalaciones del semanario satírico francés Charlie Hebdo y asesinaron 12
personas, el ataque fue una represalia de extremistas que dicen vengar al profeta
Mahoma que fue ridiculizado en varias ediciones del semanario. En la red el día 9
de enero de 2015, apareció la siguiente caricatura en la versión digital del diario
Crónica del Quindío, el autor Ferney Vargas, y su seudónimo, Feroz.
Título: Libertad de Prensa. Fuente: Diario Crónica del Quindío, 15 de Enero de 2015. http://www.cronicadelquindio.com/ (15 de enero de 2015)
Lo que llama la atención es el nombre de Héctor Abad en el dibujo, puesto que
dicha caricatura hace una alusión directa a la libertad de prensa que ha sido tan
atacada en Colombia en toda su historia, de manera especial en los últimos 60
años. Aunque Abad fue columnista de El Tiempo en Medellín en la década de los
ochenta y realizó un programa radial llamado “Pensando en voz alta”, que
reposan en varios archivos, no fue un periodista de profesión, pero si alcanzó a
convertirse en una voz de resistencia social y política, en Antioquia y en
Colombia.
La intención de este capítulo es ir más allá de una semblanza, de una
caracterización y partir de la premisa que Héctor Abad Gómez dejó un legado
latente de una vida larga, prolífera y multifacética, alcanzando el nivel de
intelectualidad de muchos de los grandes pensadores colombianos del siglo XX.
Pero con una gran diferencia, este humanista siempre se entregó a las causas
perdidas y fue capaz de entregar su vida por defender sus ideales y a los otros.
Una verdadera muestra de coraje y amor por el prójimo que pocas veces se
puede observar en los académicos, Héctor Abad fue un hombre, un médico, un
escritor, un político, un padre, un docente y un defensor de derechos humanos
comprometido con su tiempo y con su país. Entregó su vida porque creía que
Colombia y los colombianos valían la pena, al final el paramilitarismo lo asesinó
en Medellín una aciaga noche de agosto en 1987.
La documentación que se utilizó para realizar este texto reposa en el archivo
personal de Héctor Abad Gómez en la biblioteca de la Universidad de Antioquia.
Este archivo contiene correspondencia, fotografías, sus libros fotocopiados y
manuscritos originales; escritos sobre salud pública, diplomas, documentos de la
Universidad Autónoma Latinoamericana, del Politécnico Colombiano Jaime Isaza
Cadavid y de la Organización Mundial de la Salud; correspondencia del Partido
Liberal, documentos de la cátedra de salud pública y de la Asociación de
profesores de la Universidad de Antioquia; documentos varios del programa
radial Pensando en Voz Alta; gran parte del archivo del Comité Permanente para
la Defensa de los Derechos Humanos, y recortes de prensa.
Se examinaron las dieciocho cajas que contenían las carpetas separadas por los
temas antes mencionados y se seleccionó la documentación necesaria para
establecer una línea de tiempo vital. Aunque la intención del autor no es realizar
una cronología, sino más bien hacer un collage que brinde luces de facetas de la
vida del personaje que han sido poco trabajadas, dejando un poco de lado la
academia. Buscando en su vida personal, sus viajes, sus constantes coqueteos
con la política, su correspondencia y su relación con el otro, esa otredad que
caracterizó a Héctor Abad. Además es de vital importancia para entender la vida y
obra de este humanista sus relaciones con figuras de la política, la academia y la
literatura colombiana. Sin embargo la faceta que más interesó fue la de defensor
de derechos humanos, la defensa del otro, su participación en la Comisión de paz
en 1984, su aparición en los Foros de Paz y por la defensa de los derechos
humanos en Colombia y la posterior formación del Comité por la Defensa de los
Derechos Humanos de Antioquia que presidió desde su creación hasta el
momento de su muerte con férreas convicciones y mucho amor.
Sobre Abad Gómez se han escrito múltiples textos, el primero fue el que realizó
Paul Juten, fue un homenaje que se realizó posterior a su muerte y publicó el
Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), el texto consta de diferentes
ensayos sobre la vida y obra del médico salubrista, escritos por intelectuales,
amigos, compañeros de lucha y su hijo:
“Manuel Mejía Vallejo, Carlos Castro Saavedra, Alfredo Vásquez Carrizosa, Alberto Aguirre, Hernando Echeverri Mejía, Álvaro Morales, Héctor Joaquín Abad Faciolince, Fabiola Lalinde, Tiberio Álvarez Echeverri, Eugenia Vélez y Luis Octavio Cataño se reúnen en este libro en torno a la figura de Héctor Abad Gómez. Trece autores, todos ellos destacados en sus diferentes campos de acción, abordan diversas facetas del pensamiento y de la actualidad del ilustre médico antioqueño, cuyo nombre ha quedado inscrito ya para siempre en las luchas de los colombianos por lograr una patria que encarne el sueño de cada uno de
sus habitantes”35
.
Además la figura de Héctor Abad, es quizá una de las grandes formas de
resistencia al olvido que ha existido en Colombia, cada aniversario de su muerte
se encuentran artículos de prensa en los grandes medios del país, como El
Espectador, El Tiempo, El Mundo, El Colombiano y la revista Semana, asimismo
en diferentes programas de televisión como por ejemplo, “Los informantes” del
canal Caracol, que dedicaron su edición de agosto de 2014 a exaltar la memoria
del humanista a través de las voces de su familia. También hay que resaltar el
papel de la Universidad de Antioquia y la Facultad de Salud Pública en el proceso
de conservación tanto del patrimonio material, el archivo personal de Héctor Abad
Gómez, como el inmaterial, sus ideas y lo que representa para el claustro y para 35
Paul Juten. Una vida por la vida: testimonies sobre la vida y obra de Héctor Abad Gómez. Bogotá: Eco; 1989.
la sociedad antioqueña la figura y obra del humanista. También se formó la
Corporación Héctor Abad Gómez:
“en agosto de 2002, un pacto voluntario entre 37 personas quienes unidos por el pensamiento de Héctor Abad Gómez constituyeron ante Cámara de Comercio a la Corporación para la Educación y Salud Pública Héctor Abad Gómez contemplando entre sus principales objetivos: la difusión del pensamiento de quien le dio su nombre y dar forma a sus ideas con propuestas coherentes de Salud Pública, Educación y Derechos
humanos.”36
Mediante esta iniciativa se busca mantener vivo el pensamiento y la obra de Abad
Gómez, entre los esfuerzos que realiza la corporación se encuentra la Cátedra de
formación ciudadana Héctor Abad Gómez que se realiza cada viernes en la
Universidad de Antioquia, con la participación de intelectuales nacionales y
extranjeros que brindan una conferencia sobre temas de actualidad, sobre el
conflicto interno, política o problemáticas sociales nacionales e internacionales.
Otro esfuerzo por mantener viva la memoria de Héctor Abad y quizás el mayor
homenaje lo realizó Héctor Joaquín Abad Faciolince, hijo del doctor, en su libro,
“El olvido que seremos”. Un texto autobiográfico, de gran belleza y la obra literaria
de este autor antioqueña más leída en el mundo, traducida a diferentes lenguas.
El libro cuenta la vida de Abad Faciolince con un eje trasversal claro, la vida de su
padre, la relación entre padre e hijo, hasta el día de su muerte. Es una obra
literaria cargada de emociones y con un gran contenido de denuncia que deja ver
la clase de hombre que fue Héctor Abad Gómez, asimismo es capaz de mostrar la
sociedad antioqueña en pleno, la academia, la política y las luchas de su padre. 37
36
Historia. Corporación Héctor Abad Gómez. Tomado de la página web de la Corporación Héctor Abad Gómez. http://hectorabadgomez.org/quienes-somos/ (15 de noviembre de 2014) 37
Héctor Abad Faciolince. El olvido que seremos. Bogotá, Planeta, 2006.
Portadas del libro: El olvido que seremos. A la izquierda la versión en inglés y a la derecha la
edición que circula en Colombia, la primera muestra a Héctor Abad Gómez encendiendo un
cigarrillo y en una pose bastante laxa al lado de su hijo, mientras en la segunda solo aparece
Héctor Abad Faciolince sosteniendo un violín. Fuente: Editorial Planeta.
5.2. Héctor Abad Gómez. (1921-1987) Sólo una emboscada siniestra podrá silenciarnos…
Héctor Abad Gómez
Fuente: Álbum Familiar S. P. Título: Niñez. Héctor Abad Gómez (derecha, sentado) junto a sus
hermanas, Inés y Mercedes Abad. Fecha: ca. 1926 Autor: desconocido.
Héctor Abad Gómez nació en Jericó, Antioquia el 2 de diciembre de 1921, hijo de
Antonio Abad y Eva Gómez, el mono Abad, como le decían al padre de Abad
Gómez, por su cabello rubio y sus ojos claros, nació en Jericó donde tenía
propiedades y ganado y se dedicaba a la agricultura. La familia Abad Gómez vivió
en Jericó hasta que por disputas familiares y los primeros brotes de violencia
bipartidista de las primeras décadas del siglo XX, la familia entera emigró al Valle
del Cauca, al municipio de Sevilla, para esa época Héctor Abad, cursaba tercero
de primaria e ingresó al Colegio General Santander, donde cursó el bachillerato.
Su padre consiguió el cargo de notario ya amasó una pequeña fortuna.
En esta imagen se puede observar a Héctor Abad Gómez a la edad de 11 años.
Fuente: Álbum Familiar S. P. Título: Tarjeta de identidad. Héctor Abad Gómez Fecha: ca. 1932
Autor: desconocido
Abad Gómez se gradúo de Bachiller del Colegio General Sentador en Sevilla,
Valle en 1939; cuando la Violencia empezó a arreciar en el país, el Valle no fue la
excepción y el padre de Héctor Abad decidió trasladarse a la ciudad de Medellín
donde los estragos del enfrentamiento entre liberales y conservadores, no era tan
intenso. Antonio Abad vendió lo que tenía, y empezó de nuevo en Medellín.
Héctor Abad Gómez realizó sus estudios de medicina en la Universidad de
Antioquia y en 1946 recibió el título de médico cirujano. En la siguiente fotografía
se puede observar al joven estudiante al lado de sus compañeros y en otra
defendiendo su tesis de grado en el paraninfo de la Universidad de Antioquia.
Fuente: Álbum familiar S.P. Título: Estudiantes de medicina. Héctor Abad Gómez (fila superior,
quinto de izquierda a derecha) en la Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. Fecha: ca.
1946 Autor: desconocido
Título: Defensa de la tesis de grado Ficha técnica: Héctor Abad Gómez en el Paraninfo de la
Universidad de Antioquia el día de su grado como Médico y Cirujano Fecha: Noviembre de 1947.
Autor: desconocido.
Luego realizó su maestría en la Universidad de Minnesota en los Estados Unidos
en el año de 194838. Se casó con Cecilia Faciolince el 16 de Septiembre de 1950,
juntos criaron 6 hijos, un hombre el escritor Héctor Joaquín y 5 mujeres, Mary
Luz, Clara, Eva, Marta y Sol.
Cuando regresó de Norteamérica ocupó el cargo de jefe de la sección de
enfermedades contagiosas del Ministerio de Salud entre 1948 y 1950 en Bogotá,
más adelante se desempeñó oficial médico de la Oficina Sanitaria Panamericana
en Washington en 1950.
38
AHAG, Curriculum vitae, D 45, C 1, ff. 49.
También fue jefe de la sección de medicina preventiva del Seguro Social en
Medellín en 1950. Además fue asesor de la Organización Mundial de la Salud
para Perú, México, Cuba, Haití y República Dominicana (1954-1956). Fue
profesor del departamento de medicina preventiva y salud pública de la facultad
de medicina de la Universidad de Antioquia (1957- 1982). Se desempeñó como
secretario de Salud Pública de Antioquia, del municipio de Medellín (1957-1959).
Fundó y fue director de la Escuela de Salud Pública de Antioquia (1963-1965). Se
desempeñó como jefe de división de desarrollo campesino en INCORA en Bogotá
(1963). Fue asesor de la Organización Mundial de la Salud en la creación de la
Escuela de Salud Pública de Indonesia (1964). Asimismo fue profesor visitante de
la escuela de salud pública de la Universidad de California, Los Ángeles (1965).
También ejerció el cargo de secretario de salud, educación y bienestar social del
municipio de Medellín (1967-1969). De nuevo volvió a ocupar el cargo de asesor
de la Organización Mundial de la Salud en la oficina regional del pacífico
occidental con sede en Manila (1970).También fue vicedecano de la facultad de
medicina de la Universidad de Antioquia. Fue gerente regional del Instituto
colombiano de Seguros sociales de Antioquia y jefe médico nacional del ISS.39
Entre 1977 y 1979 Héctor Abad Gómez perteneció a la delegación de la
Embajada de Colombia en México como consejero.40
Es su faceta académica participó de varios seminarios y congresos alrededor del
mundo, gracias a estos compromisos visitó países como: México, Estados
Unidos, Puerto Rico, Brasil, Argentina, La India y El Salvador, Conoció y viajó por
países de todos los continentes del planeta. Además en 1963 fue becado por la
OMS para realizar estudios en Rusia.41
Fue el fundador del Comité Permanente de la Defensa de los Derechos Humanos
(CPDH) en Antioquia en 1981 y en 1984 participó en la Comisión de negociación
39
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 46, ff. 76. 40
Decreto 2845 de 1977. Nombramiento de Héctor Abad Gómez como Consejero de la embajada en México. AGHAG. Cargos públicos. D 1, C 124, ff. 1 41
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 42, ff. 36.
y dialogo, como representante del CPDH42, y fue presidente de la subcomisión de
salud.43
Durante su vida Abad Gómez recibió varias distinciones por su labor como médico
salubrista, presidió y fue delegado por Colombia diferentes congresos y
conferencias de medicina. Recibió por parte del Ministerio de Salud de Colombia
la medalla al mérito asistencial y de salud “Jorge Bejarano” en octubre de 1972.44
Además fue un escritor consumado para 1981 había publicado más de 50
artículos sobre salud pública, epidemiología, y enseñanza médica, en revistas
nacionales e internaciones, además escribió tres libros: “Una visión del mundo”
publicado por Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, 1970 y “Cartas desde Asia”
publicado por la Universidad de Antioquia en 1977 y “Manual de Poliatría” en
1973.
También ejerció como periodista de opinión, en diarios de circulación
internacional, nacional y regional como: El Comercio de Lima, Perú; El Espectador
y El Tiempo de Bogotá; El Colombiano, El Diario y el Radio periódico El Clarín de
Medellín. Asimismo fue columnista de El Mundo hasta el día de su muerte, para
1981 también era editor de la Revista médica Viento Nuevo e la facultad de
medicina de la Universidad de Antioquia.45
Desde muy joven demostró su afición por el periodismo, cuando estudiaba el
bachillerato fue director de la revista estudiantil Simiente en 1939 en el Colegio
General Santander en Sevilla Valle del Cauca. Más adelante fue jefe de redacción
de la revista de estudiantes de la facultad de medicina CYM (Ciencia y Medicina)
en 1944. Para 1945 había fundado y era director del periódico estudiantil “U-235”
publicación de la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia.46
42
Belisario Betancur. AHAG. Correspondencia. Comisión de diálogo y negociación. D2, C 125, ff. 4. 43
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 42, ff. 36. 44
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 42, ff. 37. 45
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 42, ff. 37. 46
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 42, ff. 38.
En agosto de 2012 la corporación Héctor Abad Gómez con la participación de
estudiantes, profesores y directivos publicó el número 8 del periódico U235 in
Memorian de los profesores asesinados en Agosto de 1987 en la editorial
señalan:
Ya desde 1945, Héctor Abad, estudiante, quería “enriquecer” el material reflexivo y crítico de que estábamos hechos estudiantes y profesores, con el propósito de que fuéramos capaces de construir una mejor patria: más incluyente, equitativa, solidaria, comprometida; por ello fundó y dirigió el periódico estudiantil “U-235”, que hoy sigue vivo mediante esta publicación In Memoriam.
Ese periódico quizá fue uno de los signos premonitorios del carácter visionario del maestro; posteriormente ya como profesor (y como periodista aficionado como se autodenominaba), no solo de los estudiantes de la facultad de medicina, sino de toda la sociedad, continuó dándonos signos, enseñándonos, con sus columnas periodísticas publicadas primero en El
Colombiano y luego en El Mundo47
En el archivo personal de Héctor Abad descansan gran cantidad de textos
inéditos que versan sobre, medicina, historia, la violencia en Colombia48, la
condición humana,49
la universidad, 50
el papel de los intelectuales en el mundo51
,
la Universidad de Antioquia52, la universidad en América latina53, el papel del
docente universitario54. Abad Gómez también escribió sobre la educación en
Colombia.55
5.3. La salud pública y la medicina una profesión por y para el otro.
La medicina para Héctor Abad Gómez, más allá de ser una profesión, era una
vocación, una manera de ver el mundo y de ser bueno con los otros, en ella
encontró las herramientas para ser un hombre comprometido con la sociedad y
con su tiempo. Desde muy joven, cuando aún era estudiante estaba convencido
que la mejor forma de ejercer era prevenir cualquier enfermedad, era más
47
Editorial. Periódico U235, In memoriam. Universidad de Antioquia. 5, 8, 2012. P 1. 48
Héctor Abad Gómez. Necesidad de estudios epidemiológicos sobre la violencia en Colombia. AHAG. Escritos. 1963. D 1, C 15, ff. 18-30. 49
Héctor Abad Gómez. El destino del hombre. AHAG. Escritos. 1963. D 1, C 15, ff. 38-40. 50
Héctor Abad Gómez. La universidad. AHAG. Escritos. 1963. D 1, C 15, ff. 19-20 51
Héctor Abad Gómez. El papel de los profesionales en el desarrollo de la comunidad. AHAG. Escritos. 1965. D 22, C 16, ff. 64-67. 52
Héctor Abad Gómez. ¿Hay universidad en Antioquia? AHAG. Escritos. 1961. D 1, C 15, ff. 1-8. 53
Héctor Abad Gómez. El Informe Atcon, sobre universidades latinoamericanas. AHAG. Escritos. 1964. D 1, C 16, ff. 28-29. 54
Héctor Abad Gómez. El profesor universitario AHAG. Escritos. 1961. D 18, C 16, ff. 52-54. 55
Héctor Abad Gómez. Una política educativa y de desarrollo para Colombia. AHAG. Escritos. 1965. D 21, C 16, ff. 61-63
importante evitar que la enfermedad apareciera, a tratarla. La salud preventiva fue
una de sus grandes pasiones, estaba convencido que con agua limpia, leche
pasteurizada y esterilizada, un adecuado manejo del alcantarillado, la vacunación
y hábitos de higiene personal, se podían prevenir muchas enfermedades; en lugar
de tener que llegar a tratar la enfermedad, era un convencido de que prevenirla
era la mejor forma de ejercer la medicina.
En la vida de Héctor Abad Gómez como salubrista, es decir como médico
dedicado a la salud pública, a la prevención de enfermedades, las vacunas, el
agua y la leche potable, un alcantarillado adecuado y un buen manejo de los
desechos. Además de la formación de una cultura con hábitos de salud e higiene
apropiados. Se hallan cuatro momentos que pueden brindar luces de la labor que
ejerció Abad en Antioquia. El primero fue en sus años de estudiantes que forjarían
su interés en esta materia, el segundo momentos fue el programa, Future for the
children, o Futuro para la niñez, en 1961 el Dr. Richard Saunders eminente
sociólogo norteamericano creó este programa en Norteamérica y su filial en
Colombia tuvo su desarrollo en Medellín en las comunas y zonas marginadas del
municipio, el copiloto en esta aventura, fue el medico salubrista Héctor Abad
Gómez , el tercer momento fueron las jornadas de vacunación y el último el
programa de promotoras de salud en el departamento de Antioquia.
Su tesis de grado en 1947 se tituló: “Algunas consideraciones sobre salud pública
en el departamento de Antioquia”, sus tesis sobre el agua limpia y la leche.
Gracias a sus ideas publicadas en la revista U-235 en mayo de 1946 fue invitado
a debatirlas al concejo de Medellín, en sus textos aparecían frases contundentes
y para muchos políticos locales incendiarias, “El municipio de Medellín una
vergüenza nacional” decía el titular y seguido el subtítulo: “El acueducto reparte
bacilos de tifoidea. La leche es impotable. El municipio no tiene hospital”. Durante
dos noches expuso sus denuncias ante el concejo en debate público, contra los
funcionarios locales entre ellos el secretaros de salud del municipio. Armado de
cifras y documentos extraídos de los laboratorios dio su primera gran batalla por
la salud pública de la comunidad. Sobre esto dice Abad Faciolince, que su padre
fue el primer estudiante que se enfrentó a un debate de este calado y uno de los
precursores del acueducto en Medellín.56
Esta lucha no es gratuita durante la época le tocó vivir la muerte de dos tíos de su
esposa Cecilia, su abuelo había muerto en Jericó y uno de sus compañeros,
todos víctimas de la Tifoidea que se esparcía, por el agua, por la leche y por los
refrescos.57
En su tesis de grado hace énfasis en estos problemas sanitarios que afrontaba el
municipio y el departamento, e incluso todo Colombia, en una época en que el
médico estaba en una posición social admirada y la gran mayoría de estos incluso
sus compañeros buscaban ejercer y tratar a los pacientes para ganar tanto dinero
y prestigio como les fuese posibles un médico buscaba enfrentar las
enfermedades antes de que aparecieran y en ese momento, dicha postura fue
revolucionaria, y le hizo merecedor de muchos calificativos como el de comunista
que le acompañó hasta su muerte. Además de un sin número de enemistades
profesionales y políticas.
Más adelante en 1961, Héctor Abad Gómez, conoció al Dr. Richard Saunders,
creador de la fundación y el programa Future for the children, al lado del sociólogo
norteamericano, crearon una filial de dicho proyecto en Antioquia llamado Futuro
para la niñez, la que ayudó a fundar y en la que participó mucho tiempo Abad
Gómez. Richard Saunders en una carta de pésame que aparece en los archivos
da pistas sobre la relación con el médico antioqueño y la formación de la
fundación en Colombia. En la misiva Saunders relata la forma en que conoció a
Abad Gómez, su interés en formar la fundación en Medellín y más adelante en
solo dieciocho meses conseguirlo dice Saunders sobre Abad:
My first visit to Medellín: the first Antioquenian i met was then governor, the second, through him, Hector. A half-hour meeting with Hector was scheduled for 8:00 A.M. the second day –
56
Ibid, El olvido que seremos, p. 43. 57
Ibid, P. 44.
actually we said “adios” at 7:00 P.m. after a full and, to me inspiring day of discussion and
presentations to Hector´s university classes. It was a day always to remembered.58
Héctor Abad Gómez recorrió los barrios populares al lado de Saunders y le
mostró de primera mano la mano la realidad de las comunas en Medellín en la
década de 1960. La intención de la fundación era promover el trabajo comunitario
y buscar los medios para que las condiciones de vida de los habitantes de estas
comunidades mejoraran su calidad de vida en especial los niños.
Abad Faciolince relata la dinámica de las visitas de Richard Saunders al lado de
su padre a los barrios de Medellín:
Mi papá nos llevaba con el doctor Saunders a las barriadas más miserables de Medellín… ()…Al llegar reunían a los líderes del barrio y mi papá les servía de traductor para las propuestas de trabajo comunitario que se les hacían para mejorar sus condiciones de vida. Se juntaban en una esquina o en la casa cural si el párroco estaba de acuerdo (no a todos les gustaba este trabajo social), y les hablaba y les preguntaba muchas cosas, problemas y necesidades básicas que mi papa iba anotando en una libreta. Debían organizarse, pues los
niños se morían de diarrea y desnutrición.59
El trabajo de Abad Gómez con Richard Saunders empezó con esas visitas a los
barrios de Medellín e incluso a varios pueblos de Antioquia, pero para Abad el
compromiso era replicar el programa en Colombia. Así lo señaló Saunders en su
carta:
The third day, Hector, now my first Colombian collaborator, and I began a community work together. Nearby barrio Versalles, needed a pure water system, as we learned by talking with the people at the barrio spigot. Plans were begun then and there. “ I.ll see the eyes of God before this project is completed” said a doubter. Is was ready for use in eighteen
months. It is still successfully operating I am told.60
El testimonio de aquella visita a Versalles quedó registrado en la siguiente
fotografía en que aparecen Abad Gómez y Richard Saunders caminando al lado
de varios integrantes de la comunidad de Versalles.
58
Richard Saunders, Hector Gomez M.D. An appreciation. Agosto 30 de 1987. AHAG, Correspondencia, D. 1 c. 39 f.1. 59
Ibíd., El olvido que seremos, p. 41. 60
Richard Saunders, Hector Gomez M.D. An appreciation. Agosto 30 de 1987. AHAG, Correspondencia, D. 1 c. 39 f.1
Título: Futuro para la Niñez - Trabajo de campo. Héctor Abad Gómez (adelante a la derecha) y Dr.
Richard Saunders (adelante a la izquierda) recorriendo un barrio popular en Medellín. Fecha:
Barrió Versalles, Medellín, 1961 Autor: desconocido
Con el tiempo Héctor Abad Gómez y el Dr. Saunders se convirtieron en buenos
amigos, en su carta señala con claridad una posición que era conocida por todos,
sobre la actitud y el carácter de Abad Gómez, su interés por el otro esa capacidad
de ejercer la otredad que le dio sentido y rumbo a la existencia del salubrista
antioqueño señala Saunders:
Working with Hector was both especially gratifying and exciting, and successful results were achieved in all communities visited. It was almost incredible.
But even then, twenty six years ago, Hector was a controversial figure. Many thought him be a communist. I have never thought so. He was always “own man” and. In my opinion would have been one of the first to have been eliminated by communists in power because of his inevitable failure to conform. He was, however, deeply concerned about of the condition of
very poor – as was I.61
Abad Gómez, no solo ayudó a fundar Futuro para la niñez y realizó el trabajo de
campo al lado de Saunders, sino que según éste fue el primer presidente de esta
61
Richard Saunders, Hector Gomez M.D. An appreciation. Agosto 30 de 1987. AHAG, Correspondencia, D. 1 c. 39 f.1
organización sin ánimo de lucro y el mentor de muchos profesionales, entre
médicos, abogados, arquitectos y muchos otros que según Sanders continuaron
la labor de una fundación que aún pervive, pero que en la cual no se hallan
rastros de la participación de Abad Gómez más allá de los testimonios de aquellos
que vivieron ese proceso como Abad Faciolince e incluso el escrito dejado por
Saunders quien murió en 1991. En su texto señala Richard Saunders la
importancia de la ´participación y legado de Héctor Abad Gómez en la fundación
Futuro para la niñez:
Before we parted company professionally Hector laid the foundations for an organization to carry on the work. He attracted a considerable number of very bright young professionals, men and women, doctors, architects, graduate students and others to become volunteer part-time workers. He and I spend many happy and productive hours with them primarily in the communities, with midnight review sessions immediately following.
Several of these remarkable young people, now middle-age are still functioning in the leadership of the current program.
Then Hector helped to found Futuro para la niñez as non- profit entity, and accept the responsibilities of being its first president. When he left Futuro he had done all possible to
assure the continuance of the work.62
Aunque en los anales de la historia de la fundación Futuro para la niñez no parece
Héctor Abad Gómez no aparece es evidente que él fue el engranaje que sirvió de
vínculo entre Richard Saunders y Medellín, además de presidirlo y sembrar la
semilla del trabajo comunitario en otros, Abad Gómez es uno de los responsables
de que esta fundación, aún esté en Medellín funcionando como un programa no
gubernamental exitoso que ha ayudado a muchas comunidades en la ciudad.
En la siguiente imagen se puede observar a Richard Saunders y Héctor Abad
Gómez trabajando desde Futuro para la niñez con otra comunidad de Medellín.
62
Richard Saunders, Hector Gomez M.D. An appreciation. Agosto 30 de 1987. AHAG, Correspondencia, D. 1 c. 39 f.2
Título: Futuro para la Niñez. Dr. Richard Saunders (al centro) junto a Héctor Abad Gómez (derecha) en una comunidad en Medellín. Fecha: probablemente barrio Santo Domingo Savio, ca.
1962. Autor: desconocido.
Otro de los programas que creo y lideró Héctor Abad Gómez fue el de Promotoras
rurales de Salud a finales de la década de 1950, el salubrista junto al decano de la
facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, de la época, el doctor
Ignacio Vélez Escobar iniciaron un experimento que de manera paulatina se
implementó en el territorio nacional.
El programa se implementó en el municipio de Santo Domingo, en el
departamento de Antioquia. Con la donación de Adolfo Aristizábal oriundo de este
municipio, compraron una casa donde las mujeres se entrenaban en labores
elementales de salud como: primeros auxilios, vacunaciones, promoción de
saneamiento ambiental, inyectología y educación sanitaria. Bajo la tutela del joven
médico Guillermo Restrepo Chavarriaga y las enfermeras Josefina Zapata y Lola
Correa, las jóvenes se entrenaron bajo la supervisión de las hermanas de la
presentación.
Decía Abad, sobre los resultados de su experimento en el municipio antioqueño:
En tres meses de adiestramientos estas muchachas campesinas se transformaron. Aprendieron desde higiene personal, aplicada a ellas mismas, hasta los aparentemente complicados secretos de los microbios, los virus, las reales causas de las enfermedades, las maneras adecuadas de prevenirlas y combatirlas, y -sobretodo- sus propias limitaciones
en dicho campo. Un año después con una labor callada y eficiente en cada uno de sus lugares de vivienda, la mortalidad infantil había disminuido a la mitad, el letrinaje cubría el 80 por ciento de las casa campesinas, la vacunación contra la viruela, difteria y tosferina alcanzaba el 90 por ciento de la población infantil y el hospital local ya no era solo el refugio de los ancianos incurables, sino el lugar en donde iban niños y adultos a que les curaran
sus enfermedades, enviados oportunamente por las promotoras. 63
El ejercicio que ejecutaron en Santo Domingo dio tan buenos resultados que el
ministerio de Salud, a través de la escuela nacional de salud pública lo
implemento en todo el territorio nacional, para la década de 1980 Abad Gómez
hablaba de alrededor de cinco mil promotoras rurales de salud.
En esta fotografía se puede observar a Héctor Abad Gómez al lado de algunas
promotoras rurales de salud. Para 1980, el salubrista en un texto que escribió
para el periódico El Mundo el artículo Mis 5000 novias, ene l texto aseguraba que
se contaba en ese momento con la presencia de mujeres dedicadas a esta labor
en al menos cinco mil veredas o zonas rurales de las nueve mil con que contaba
Colombia, para ese año.
63
Héctor Abad Gómez. Mis 500 mil novias. 23 de Agosto de 1981. Escritos. D44, c15, ff. 24-25.
Héctor Abad Gómez (en el medio) junto a algunas Promotoras Rurales de Salud. Fecha: Medellín,
ca. 1965 Autor: desconocido.
Abad Gómez también fue pionero en las jornadas de vacunación en los diferentes
municipios de Colombia, viajó por el territorio nacional con el objetivo de enseñar
y combatir desde sus raíces la desigualdad y la muerte desde su principal campo
de acción la medicina preventiva. Para el médico antioqueño el oficio de la
medicina debía convertirse en una vocación social, entender la enfermedad y el
ámbito social y económico en que se produce, pero antes que nada el médico no
podía ser ese profesional que ponía un consultorio y se dedicaba a esperar que
llegaran los enfermos para él la practicad e la medicina moderna debía salir a
buscar la enfermedad y los factores, no de riesgo, sino los sociales que facilitaban
que la enfermedad se propagara. Así lo vio desde la medicina y desde su visión
como humanista en que diagnosticaba la violencia como un síntoma de una
sociedad enferma.
Título: Jornada de vacunación. Héctor Abad Gómez en una jornada de vacunación en el Vaupés
Fecha: ca. 1965 Autor: desconocido.
Abad luchó desde la medicina preventiva y vio el mundo olvidado de Colombia
visitó campesinos e indígenas, le enseñó a estos a cuidarse a vacunarse y a
mantenerse limpios, algo que iba en contra del negocio de ser médico, porque
mientras menos enfermos menos pacientes y menos clientes. Promovió
programas de promotores de salud, parteras, el año rural en medicina y técnicos
de saneamiento. Fundó y dirigió la escuela nacional de salud pública de donde
egresaron técnicos y profesionales de salubridad que salieron al mundo a prevenir
enfermedades, a tratar el agua y los alimentos, promovió la creación de u
acueducto adecuado en la ciudad de Medellín y trabajó con incontables
comunidades de escasos recursos, les brindó esperanza, más que con un
discurso, con hechos, con trabajo y con amor. Por eso Héctor Abad Gómez es
uno de los padres y maestros de la salubridad en Colombia, incluso viajó a
Indonesia enviado por la OMS para asesorar la formación de la Escuela de salud
pública en ese país.
Fueron muchas las batallas que dio y los enemigos que se forjó en su labor como
médico salubrista, el ideal del profesional de la medicina que tenía era contrario
con el que se ejercía en el momento, además muchas de sus luchas por la salud
se convertían en luchas sociales, para mejorar la calidad de vida de los menos
favorecidos y ese tipo de acciones en Colombia en una época donde la guerra
antisubversiva se respiraba en el ambiente, le valió la etiqueta de comunista, de
ese otro que se entregó a la otredad, a vivir por los demás, por los colombianos
se convertiría en un enemigo que se debe exterminar.
Mientras Héctor Abad Gómez practicó la otredad y fue capaz de pensar y de
sentirse identificado con ese otro que vivía en las comunas de Medellín o en los
municipios olvidados de Colombia, sus compatriotas vieron en el la alteridad de
un ser que negaba su existencia, con el que no se podían identificar, un ser
peligros que debía ser eliminado.
5.4. El liberalismo político de Héctor Abad Gómez
También Héctor decía de una manera simple pero significativa: “Es que yo soy socialista en economía, liberal en política y cristiano en religión”. Alguien podría decir: Bueno, ¡por favor! ¿Ese eclecticismo cómo se aviene, cómo se armoniza? Y él lo vivía de una manera absolutamente congruente. Su sueño era una sociedad donde la riqueza estuviera distribuida equitativamente y, por tanto, donde hubiera justicia social, pero teníamos los ejemplos de sociedades que se proponían una finalidad de esas, a costa de las libertades personales de los derechos individuales, de las libertades públicas y no habían funcionado, pero no sólo no habían funcionado sino que no era deseable ese estado de cosas.
Entonces el reto era compatibilizar esa búsqueda de la justicia social con la vigencia de los derechos personales, de los derechos individuales de las libertades públicas. Y por eso decía simultáneamente: “Es que yo, en el campo de la economía soy socialista, pero en el campo de la política soy liberal”, porque reclamó esa vigencia de esas libertades como el ambiente más propicio para que la justicia tuviera lugar. Y luego decía: “Y soy cristiano”, porque Héctor siempre tenía presente al otro, y eso de tener presente al otro, que es el altruismo, es lo que en el cristianismo se llama caridad, amor al prójimo, y en la Constitución colombiana se llama solidaridad. Tener presente al otro en la actuación, tener presente que de mi comportamiento se siguen consecuencias para mi vecino, mi vecino es el próximo y prójimo, que son una misma cosa. Cuando Jesús decía: “Ame al prójimo”, lo que decía era ame a la persona que tiene cerca, y cerca están todos aquellos con quienes uno convive, y por tanto, lo que parecía una afirmación candorosa era perfectamente justificable. Mostrar su armonía, y sobre todo esos valores se conjugaban de una manera perfecta en la
personalidad de Héctor. Eso era lo que él hacía.64
64
Carlos Gaviria Díaz. Héctor Abad y la Constitución de 1991. En: Cátedra de Formación Ciudadana “Héctor Abad Gómez” Un aporte a la construcción de civilidad Memorias.Medellín, Universidad de Antioquia. 2006. P. 37
¿Qué significa ser liberal en política? Existen muchas acepciones del liberalismo
político en las ciencias políticas y en la historia, pero en este texto no se va
realizar un ejercicio comparativo, ni un análisis del liberalismo de las últimas tres
décadas en Colombia. Lo que se hace es tratar de identificar qué significado tenía
para Héctor Abad Gómez ser liberal; cuáles fueron las prácticas que
caracterizaron su liberalismo, además de brindarle un contexto histórico, quienes
fueron sus compañeros en política, que cargos desempeñó y en qué partidos
militó; por último su pensamiento liberal.
El liberalismo político de Héctor Abad Gómez está fundado en dos premisas,
primero la justicia social como base ideal de la sociedad y el reconocimiento de la
diferencia, del otro en todas sus dimensiones. Es decir la justicia entendida desde
la equidad social, el ciudadano tiene derechos y libertades, como los derechos
fundamentales individuales y colectivos, por ejemplo los derechos a la vida, a la
libertad de pensamiento, de libre expresión, además tiene derechos colectivos
como el de libre asociación.
Para Abad Gómez era fundamental la justicia social, es decir que todos tengan
acceso a los mismos servicios básicos que debe brindar el Estado, como la salud,
la educación y los servicios públicos como el agua potable. El derecho a la salud
fue su principal preocupación, luchó para que el Estado mejorara, en el acceso a
éste y las condiciones sanitarias de las poblaciones, también lo hizo desde la
academia, y desde su práctica profesional. Como se ha señalado con
anterioridad, su lucha fue por agua y leche potable, por la vacunación y el
entrenamiento de ciudadanos que puedan ejercer y divulgar los saberes mínimos
de higiene que prevengan todo tipo de enfermedades. Desde la academia sus
luchas las realizó como docente, comprometido con la formación de profesionales
salubristas comprometidos con una manera diferente de ejercer la medicina y la
fundación de la escuela nacional de salud pública.
Además, Abad Gómez en sus ensayos de corte social y político siempre abogó
por la disminución y eliminación de las grandes brechas de inequidad. Para el
salubrista antioqueño no podía existir paz sin justicia, pero justicia social, el
filósofo político norteamericano, John Rawls, lo plantea en su texto Teoría de la
Justicia de 1971(versión en inglés, la versión en español aparece en 1979 editada
por el Fondo de cultura económico de México), la justicia social es la adecuada
distribución de derechos y deberes por parte, en este caso, del Estado y de la
constitución como institución y acervo legislativo que rige a una nación
democrática.65 La teoría de la justicia de Rawls se completa en el texto de 1993,
Liberalismo político, en que desarrolla gran parte de sus tesis sobre el modelo de
sociedad basado en la justicia social como eje de las garantías de todos los
derechos de los individuos dentro de ésta.
Las coincidencias entre el texto del liberalismo político de Rawls y el pensamiento
de Abad Gómez son varias. Primero ambos parten de una concepción de que el
hombre es bueno, es capaz de discernir de manera autónoma entre el mal y el
bien, es decir que toman la línea de Rousseau que dice que el hombre es bueno y
las instituciones lo corrompen66, al contrario de Hobbes en que el hombre es el
lobo del hombre67. Rawls en su texto de 1971, realiza una crítica completa al
utilitarismo y al individualismo, desde su base ética, el autor plantea que los
problemas de las sociedades modernas, en gran parte, están fundados en el
desarrollo de ambos modelos, el utilitarismo hace que el hombre explote al
hombre y su valor se determina por su capacidad de producir y por la utilidad que
pueda brindar a las instituciones políticas, sociales y económicas. Además el
individualismo según el filósofo permite que esa explotación permanezca y se
multiplique.
Para Abad Gómez el hombre es bueno por naturaleza y tenía una fe incansable
en la sociedad colombiana, creía que si se le brindaban de manera eficaz y
equitativa acceso a los derechos fundamentales, la enfermedad que sufría esa
comunidad, cuyo uno de sus síntomas era la violencia en todas sus formas, se
podía tratar y al final, vencer.
65
John Rawls. Teoría de la Justicia. México, Fondo de cultura económico, 1979. P. 18. 66
Ídem, El Contrato Social. 67
Thomas Hobbes. Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil. México, Fondo de Cultura Económica, 1980, p 14.
Como médico salubrista fue capaz de plantear dos teorías muy importantes para
entender su pensamiento liberal, la primera era la de la Poliatría, como la definió
Abad en su tiempo:
La Poliatría de polis (ciudad-Estado) e iatría (estudio, tratamiento, curación) es hija de la salud pública y nieta de la medicina. Es una nueva disciplina científica que se encarga de estudiar y aplicar leyes del bienestar de, para y en los grupos humanos, estudiando históricamente los casos específicos pasados y presentes, cuyas condiciones políticas, económicas, sociales y culturales han determinado la presencia o la ausencia de bienestar para grandes grupos humanos, locales,
nacionales, continentales o mundiales. 68
Lo que proponía Héctor Abad Gómez era que algunas de las personas que
componen la sociedad, en especial los profesionales, que así lo desearan, tenían
un compromiso con ésta y con su tiempo para mejorar el estado de las cosas, en
sus palabras:
Lo que estoy proponiendo, con la creación de una nueva profesión, la poliatría, es que salga de nuestro seno; que algunos de nosotros, junto con estadistas, políticos, sociólogos, antropólogos, juristas, historiadores, comunicadores, científicos sociales, religiosos y la gente en general, pensemos, reflexionemos, estudiemos y practiquemos acerca de la confección de un modelo de nueva sociedad humana, en la cual no solo sea la ausencia de enfermedades o afecciones lo que nos preocupe, sino la salud de la polis, entendida esta, como lo hacían los antiguos griegos, en su totalidad, en su conjunto, con una visión
panómica (de pan = todo) en relación con su bienestar. 69
Cuando Abad se refiere a la salud de la polis, se refería a los problemas sociales
de Colombia en la década de 1980, como “la pobreza, la desocupación, la
injustica, la violencia, la inseguridad, la deficiente organización social.”70 Lo que
deseaba Héctor Abad Gómez era una sociedad equitativa con justicia social y
estaba convencido que desde la academia se podía lograr, con profesionales de
todo tipo, comprometidos con su tiempo, que se involucrarán en los destinos de la
sociedad. Creía que los científicos tenían la capacidad de cambiar y encausar la
sociedad, de librar la sociedad de todos los males que le acaecían entre ellos, la
violencia. Además como se observa en su texto sobre Poliatría, la decisión es
individual, no hace un llamado a la obligación que tienen los individuos, sino a
68
Héctor Abad Gómez. Fundamentos éticos de la salud pública. (2012) Medellín: Universidad de Antioquia. Pp.155-156. 69
Ibid, p.157. 70
Idem.
que “que salga de nuestro seno” al derecho a elegir, las libertades individuales,
era otra de las consignas del salubrista.
La otra teoría que ayuda a entender su liberalismo político, es la forma en que
veía la violencia en Colombia, la teoría de la Poliatría es una respuesta a su
teoría, que la violencia en Colombia es un síntoma de una sociedad enferma, para
Abad el acceso limitado y restringido a la justicia social y a los derechos
fundamentales, enfermaban la sociedad, y los síntomas eran la inequidad, la
miseria, la falta de educación y en mayor medida la violencia presenciada por él
en varias oportunidades durante su vida.
La otra teoría de Abad Gómez era la del Mesopanoismo, para el salubrista era la
conjunción de dos términos el primero es el Mesoismo:
Desde muy antiguo se hablaba de que in medium virtus y esto dio origen entre nosotros a algo que en un tiempo se llamó mesoísmo, es decir, la doctrina de que todo habría que buscarle su justo medio para adecuarlo a las variables circunstancias de tiempo, espacio, tecnología, visión del mundo, filosofías y políticas. Se trataba de rechazar siempre los
extremos y escoger el medio.71
Es, decir el rechazo a cualquier extremo. El otro concepto que compone la teoría
del Mesopanoismo es el de Panómica, que se refiere al todo, incluyendo los
extremos, es decir una mirada del medio y de los extremos como un todo que se
complementa.
Así lo planteó Abad en su libro:
Pero resulta que las leyes naturales, en lo que se refiere a los conjuntos de organismos vivos, no solo nos da un medio, sino un medio y dos extremos. Habría que mirar, pues, no solo los medios, sino los dos extremos que siempre acompañan a tal medio. Surgió de allí la visión que hemos llamado panómica y que, por serlo, es decir, una visión totalizadora, tiene que tener en cuenta no solo el medio mayoritario, sino los dos extremos, que son los que
crean el conflicto y el movimiento que genera toda vida.72
Decía Abad que la sociedad está compuesta por un todo que se dividía en
medios y extremos, decía que si el medio obtiene un estado de bienestar en el
que logra su equilibrio, los dos extremos, deben y pueden mantener dicho
71
Ibid, p.159. 72
Idem.
equilibrio en una clasificación de roles en la sociedad. En el medio está la gran
cantidad de los individuos que componen la sociedad, en el extremo de bienestar
máximo, están las personas que se dedican a la producción artística y científica,
mientras el otro extremo está las personas que les gusta estar en constante
conflicto y lucha, serían los políticos, los gobernantes, los médicos y los
salubristas. Abad lo plantea de la siguiente manera:
Si la mayoría, por ejemplo, prefieren vivir tranquilos, sin conflictos, sin mayores luchas, un extremo no tendrá completo bienestar sino en la tranquilidad absoluta, el extremo que podrían constituir los poetas, los artistas, los místicos, los científicos puros y otro extremo, que no se sentirá contento sino con la lucha, con el conflicto, con los problemas, con los retos, con la actividad, que podrían ser los políticos, los altruistas, los que efectúan proselitismo, los gobernantes, los médicos, los salubristas. Estos últimos deberían seleccionarse para las tareas y los trabajos que impliquen tales cosas, cuando ellas
contribuyan al bienestar humano. 73
Es una mirada utópica de la sociedad que se acerca en muchos puntos a la teoría
de liberalismo político y de la justicia de John Rawls. Para el autor
norteamericano, la sociedad debería ser un sistema equitativo de bienestar social,
debido a varias características del individuo, primero las dos facultades morales
de reconocer la justicia social y el bien; por último las facultades racionales del
juicio y del pensamiento, que llevan a que las personas son libres e iguales. En
esta estructura social Rawls plantea que se puede hallar la forma adecuada para
que los derechos y libertades de los cooperantes sean ejercidos en su totalidad. 74
Para el autor la sociedad es capaz de llegar a un estado cooperante, en que
todos puedan vivir bajo principios de equidad y libertad, al igual que Abad Gómez,
ambos entienden que la sociedad nunca será heterogénea, pero diseñan sus
teorías bajo la luz del liberalismo político.
Sin embargo, la diferencia entre ambos pensadores es que la visión de Rawls de
la economía es liberal y todo lo que esto supone, como el libre mercado etc. Y
para Abad, el modelo económico debe ser socialista. Claro está que si
observamos detenidamente al norteamericano, se puede observar que para él, la
73
Ibid,p. 160. 74
John Rawls. El liberalismo político. Barcelona, Critica, 1996, p. 303.
sociedad está conformada por ricos y no ricos, y dice el autor que los que tienen
mayores recursos económicos debe ser quienes mantengan el bienestar de los
otros, deben cooperar en mayor medida con el bienestar de los no ricos. Una
sociedad capitalista liberal se debe convertir en un sistema equitativo de
cooperación social, un concepto que se acerca a un modelo socialista.
Entonces, podemos concluir que Abad Gómez estaba en lo social, en lo político y
en lo religioso, desde el significado que le da Carlos Gaviria a la frase del médico
salubrista, sumergido en el pensamiento liberal, sumergido en las teorías del
filósofo político norteamericano John Rawls, por varias razones: primero su visión
de la sociedad como una comunidad de cooperantes entre sí, unidos por las
prácticas de la justicia social, la equidad y la libertad, segundo la visión de ambos
autores de la otredad, en que los menos favorecidos y ese otro está presente
tanto en el modelo social y político de Abad de Mesopanoismo, como en el
sistema equitativo de cooperación social de Rawls. Tercero el modelo económico
de los dos autores tiene coincidencias en la forma en que las cargas de la
sociedad se pueden balancear, desde el modelo liberal de Rawls de ayuda entre
cooperantes y el socialismo de Abad. Por último desde la posición ética de ambos
que piensan al hombre bueno y la necesidad de ayudarse unos a otros con fines
altruistas alejados del utilitarismo y el individualismo.
El gran problema en la práctica del liberalismo es que sus fundamentos
ideológicos están en la igualdad política, pero en el ejercicio excluye las
desigualdades socioeconómicas75, como lo es con toda la filosofía política que
excluye la realidad de las dinámicas sociales arraigadas en la sociedad, En
Colombia un modelo liberal como el de Rawls o Abad, es imposible desarrollarlo,
las elites políticas y económicas del país jamás permitirían el desarrollo de un
liberalismo que raya con el socialismo y el respeto de la dignidad humana no es
posible sin justicia social.
Héctor Abad Gómez era un evidente ejemplo de la acción política de la que habla
Hannah Arendt, pensaba que con un ejercicio ético de la política podía llegar a
75
Ibid, p. 321.
marcar la diferencia, pero acompañaba esta ambición de un constante trabajo
social, de las cátedras en la Universidad, de los viajes con la OMS, sin embrago
alcanzó a hacer carrera en el partido liberal. Fue diputado de la asamblea
departamental en 1960 por el Movimiento Revolucionario liberal de Alfonso López
Michelsen76. En 1970 se presentó como precandidato al senado de la república
por liberalismo, buscó el apoyo político en municipios de Antioquia como: Andes,
Cañasgordas, Betulia, Apartadó, Jericó, Ciudad Bolívar, en el Magdalena medio,
Concordia, Tarso, Urrao, Santa Bárbara, Jardín, Salgar, Titiribí, Caucasia,
Granada, Támesis, Amagá, Cisneros, Puerto Berrío y Zaragoza, entre otros.77
Abad no consiguió ser candidato, esto y otras razones lo alejaron del partido
liberal, hasta 1983 cuando fue nombrado miembro y presidente del comité
ideológico del partido liberal en Antioquia.78 En 1985 fue nombrado miembro del
comité preparatorio departamental del partido liberal en Antioquia.79
En 1987 Abad estaba en plena campaña como precandidato para la Alcaldía de
Medellín, fue durante esta elección que se realizó la primera elección popular de
alcaldes y gobernadores en Colombia. Abad murió antes de que los ciudadanos
de la capital antioqueña, al menos los liberales pudieran elegirlo, de esa forma
otro político liberal con una ética y moral intachable murió en Colombia.
5.5. El escritor de sueños y crítico de la realidad
Una de las grandes pasiones de Héctor Abad Gómez, fue la historia. En muchos
de los ensayos textos, libros y conferencias, se refiere a tiempos pasados, trata
de conectar y relacionar hechos y procesos, aunque nunca fue historiador en sus
escritos se puede observar claramente que era un estudioso incansable de la
historia. Se refería a ella para hablar de una de sus grandes preocupaciones, la
76
Héctor Abad Gómez. Carta a Alfonso López Michelsen, AHAG, Correspondencia enviada, D.17, C. 4, f. 23. 77
Héctor Abad Gómez. Cartas a líderes locales del liberalismo en Antioquia, AHAG, Correspondencia enviada, D.6, C. 2, ff. 1-35. 78
Bertulfo Ocampo. Carta del directorio liberal Antioquia, AHAG, Correspondencia recibida, D.24 C. 112, f. 37. 79
Alfonso Hoyos. Carta del directorio liberal Antioquia, AHAG, Correspondencia recibida, D.38 C. 112, f. 64.
universidad80. Se pregunta Abad, en el texto, por los orígenes de la universidad y
plantea que la universidad consta de tres partes alumno maestro y conocimiento,
mientras realiza un recorrido cronológico por diferentes culturas antiguas y señala
sus grandes logros por ejemplo dice que: “Y los sumerios y los egipcios
descubrieron la regularidad de cierto fenómenos naturales, inventando el
calendario, observando las estrellas y sacando conclusiones de los ciclos del sol y
de la luna…”81
En este texto Abad hace un recorrido histórico de tres páginas desde que los
hombres primitivos utilizan el fuego, hasta la universidad del siglo XX, solo para
contestar la pregunta: ¿Hay universidad en Antioquia? En el texto logra realizar
una crítica profunda a la forma de relacionarse los profesores y los estudiantes
con el conocimiento y sobre todo a la labor social de la Universidad. Abad escribía
sobre utopías, sobre el deber ser, sobre ética, y no sobre moral cristiana, y
escribía apoyado en la historia, tenía muy claro que las claves de la estructuración
y de los cambios de la sociedad están anclados en el pasado.
Aunque Abad soñó con un país diferente, un país tolerante y sin violencia, sabía
que era necesario primero atacar el principal problema de la sociedad
colombiana, y sí como creía en la utopía tenía los pies en la tierra, de esta forma,
desde la perspectiva que la profesión de médico le brindaba, planteó una delas
teorías sobre la violencia en Colombia menos trabajada por los “violentologos”
pero que sin lugar a dudas debería revisarse. Se refiere a tratar a la violencia
como un “brote epidemiológico” 82
Para Abad la violencia era un síntoma de una sociedad enferma que debía
tratarse de la misma forma que un que cualquier enfermedad, al menos desde su
especialidad, la salud pública, como médico salubrista su principal objetivo era
prevenir la enfermedad y desde esta perspectiva la enfermedad que tenía la
80
Héctor Abad Gómez. Conferencia ¿Hay universidad en Antioquia? 5 de septiembre de 1961. AHAG. Escritos. D 1, C 15, ff. 1-8. 81
Ibíd. ff. 2 82
Héctor Abad Gómez. Necesidad de estudios epidemiológicos sobre la violencia en Colombia. Noviembre de 1962 AHAG. Escritos. D 5, C 15 ff.18-30.
sociedad colombiana se podía tratar con justicia social y equidad, respeto por los
derechos humanos y mucho amor. Este texto también hace parte de su repertorio
de sueños, soñaba que el médico y cualquier profesional estaba al servicio de la
sociedad, para transformarla, estaba para servir al otro, algo utópico en una
sociedad capitalista e individualista.
El sueño de Abad era que los médicos y los profesionales de todas las áreas, bajo
las teorías de la salud pública empezaran a tratar la enferma sociedad
colombiana, que los médicos fueran capaces de prevenir las enfermedades
físicas en lugar de las reales. Para Abad la salud pública era la puerta que el
estado debía abrirle a la sociedad, pensaba que era el primer paso para eliminar
la injusticia social y mejorar la calidad de vida del ser humano. Devolverle su
dignidad.
Sobre este tema decía Abad:
La salud pública es un arma de la política (política viene de politeia = organización social), es decir una rama del Estado, que se ocupa de que la gente de una nación o país tenga lo siguiente:
1. Agua potable corriente en todas las viviendas.
2. Adecuada disposición de excretas humanas de todas las viviendas.
3. Adecuada disposición de basuras y desperdicios de toda índole en toda vivienda y concentración de viviendas.
4. Adecuada ventilación, iluminación y espacio en la vivienda humana.
5. Higiénica manipulación, almacenamiento y distribución de alimentos tales como la leche, la carne, las verduras, etc. Y lo mismo en establecimientos públicos, incluyendo restaurantes, almacenes, hoteles, piscinas, concentraciones recreativas, etc.
6. Construcción y funcionamiento de centros de salud, hospitales y otros establecimientos de atención médica.
7. Alimentación nutritiva para embarazadas, lactantes, niños, adultos y ancianos.
8. Inmunización para toda la población, contra las enfermedades prevenibles por este método.
9. Tratamientos médicos, quirúrgicos, odontológicos y de enfermería, para todas las enfermedades y lesiones que se presenten en la población.
10. Prevención de accidentes, intoxicaciones y violencia.
11. Prevención de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo.
12. Prevención, tratamiento y rehabilitación de enfermedades congénitas.
13. Prevención, tratamiento y rehabilitación de enfermedades de origen sexual.
14. Prevención, tratamiento y rehabilitación de enfermedades dentales.
15. Prevención, tratamiento y rehabilitación de enfermedades mentales.
16. Control de la fabricación, distribución y venta de medicamentos y productos biológicos humanos y veterinarios
17. Manejo higiénico de animales productores de alimentos.
18. Control y estandarización de clínicas, hospitales y laboratorios clínicos y de salud pública.
19. Notificación estadística pronta, verídica y rápida de enfermedades, accidentes, heridas, violencias y muertes, con el fin de prevenir o controlar prematuramente la incidencia de tales enfermedades, accidentes, violencias o epidemias de toda índole.
20. Rehabilitación física, mental, laboral y social de las personas con consecuencias inhabilitantes de enfermedades físicas o mentales, lesiones congénitas, accidentes o
violencias.83
Es evidente que es la base teórica de la salud pública en Colombia, diría un
optimista de clase media en una ciudad colombiana, que se ha cumplido el sueño
de Abad, pero no es cierto Colombia sufre de la injusticia social, el estado
colombiano aún no tiene la capacidad de cubrir todas esta necesidades básicas
en todo el territorio, incluso en las grandes ciudades todavía existen cordones de
pobreza y la atención hospitalaria en salud es precaria. La salud pública fue un
sueño de Abad un sueño que eliminaría las enfermedades de la sociedad, o al
menos un paso adelante hacia esa meta, un sueño pendiente por construir.
Escribir sueños es una tarea ardua sobre todo si se es coherente con lo que se
plantea, decía Abad, quien fue uno de los revolucionarios de su época, un
revolucionario del amor, por el otro, su otredad fue de un talante implacable desde
que empezó su carrera de medicina hasta su último aliento. Decía el salubrista:
Los grandes revolucionarios se hacen primero en la conciencia de los hombres. Y esta, de que todo ser humano, donde quiera que esté, quien quiera que sea, por el solo hecho de ser humano tiene derecho a la vida sana, a una alimentación suficiente y equilibrada, a una educación hasta donde lleguen sus capacidades intelectuales, y a disfrutar de los bienes de
83
Héctor Abad Gómez. Fundamentos éticos de la salud pública. (2012) Medellín: Universidad de Antioquia. Pp 146-147.
esta tierra en igualdad de circunstancias con los demás, es, verdaderamente, una gran
revolución.84
El médico salubrista antioqueño soñaba con una revolución pero nunca fue a
través de la vías de hecho, sino una revolución de la conciencia del hombre y su
papel en la sociedad, pensaba que cada ser humano se debía empoderar de su
destino y hacer efectivos todos sus derechos, que cada ciudadano debía conocer
sus derechos y luchar para que el estado los respetara y se los garantizara, sobre
esto escribió:
Hay todavía muchos seres humanos que no se han dado cuenta todavía que tiene pleno derechos a disfrutar de la tierra. De un modo u otro les han inculcado, les han enseñado, los han maleducado, de que siempre habrá unos cuantos privilegiado con derechos a todo y una gran cantidad de resignados parias, sin derecho a nada. Y de que esta es una ley inmutable y eterna, contra la cual nada puede hacerse. Antes se creía también que las enfermedades eran castigos divinos y que nada podríamos hacer contra ellas. Cuando se corrigió este error se aumentó el promedio de vida y se liberó a la humanidad de sus más terribles pestes. La peste del hambre, la peste de la miseria, la peste de la infelicidad y la peste de la tristeza, tampoco son inmutables y eternas. El destino del hombre no es sufrir, sino disfrutar de los bienes que la naturaleza nos depara, no para unos cuantos, sino para
todos.85
La justicia social fue siempre uno de los ejes trasversales del discurso y la
práctica del médico antioqueño, sus sueños se plasmaban en medio de escritos
que apelaban por un cambio en la sociedad. Como un poeta escribía sobre “peste
de la infelicidad y la tristeza” mientras apelaba a la evolución histórica de la
medicina que ha sido capaz de mejorar la calidad de vida de los hombres en el
tiempo, de ese modo pensaba que las comunidades humanos podían erradicar
las grandes inequidades y hacer de este mundo un lugar mejor para todos los
seres humanos, era sin lugar a dudas un crítico y era aún más un gran soñador
que contagió a sus discípulos el virus de la lucha social y la crítica argumentada
como lo hizo con Leonardo Betancur y tantos otros hombres, Abad fue maestro de
una generación que dio la vida por el otro.
La educación era la herramienta con la que se conseguiría ese cambio social y
la solución al “problema social”, decía Abad Gómez y como desde muy joven se
declaró liberal estaba seguro que a través de ese pensamiento se podía logra la
84
Héctor Abad Gómez. El destino del hombre. 25 de junio de 1963. AHAG. Escritos. C 15, ff. 38-40. 85
Ibíd., Abad, ff. 39
tan anhelada revolución, la revolución de las ideas y así lo planteó en una de sus
ponencias titulada El liberalismo y la educación:
Toda la ciencia la ciencia y la cultura universales deben ponerse a disposición del hombre, y no solo aquellas partes que un grupo haya decidido arbitrariamente que son las que le convienen o que son las verdaderas, La libre búsqueda de la verdad y no de una pretendida “verdad”, impuesta desde arriba debería caracterizar a la educación colombiana. Este sería el criterio liberal de educación que, en resumen debería concretarse así:
Primero: Libre búsqueda de la verdad
Segundo: Libertad de investigación científica y académica.
Tercero: Estímulo de una ética humana universal.
Cuarto: Patriotismo dirigido hacía el desarrollo cultural, económico y social de todos los colombianos.
Quinto: Abertura a todas las corrientes de pensamiento del pasado y del presente cultural.86
Teniendo en cuenta el fragmento anterior se pueden realizar varias observaciones
que sirven para analizar el pensamiento del autor. Para Abad Gómez la libertad
es un componente fundamental de la existencia humana y en especial en la
educación. Cuando dice libertad de búsqueda de la verdad, habla de la libertad de
pensamiento, de la libertad para elegir el camino que le parezca más adecuado
para llegar al conocimiento. Siguiendo la misma línea para el autor es muy
importante que la libertad se dé en los centros de conocimiento como la
universidad y que se brinden las garantías y condiciones adecuadas para que la
docencia, la cátedra sea autónoma. De igual forma la investigación no esté atada
a otros intereses diferentes al bienestar de la sociedad.
La ética como la base de una sociedad justa, es el reclamo que hizo Abad durante
toda su existencia. La ética atada a la moral del cristianismo, aunque no por la
religión y sus ritos que siempre criticó, sino como una forma de vida, de respetar
al otro y de amar al otro. De este modo pensaba la ética universal como el respeto
por el otro, por el prójimo. Abad pensaba que era muy importante inculcar en los
jóvenes las ideas revolucionarias de un país que luchara por eliminar las
desigualdades sociales, soñaba con un país justo, en que los poderosos no
usarán su poder para oprimir al débil. Esto fue parte fundamental de sus tesis
86
Héctor Abad Gómez. Liberalismo y educación. AHAG. Escritos. D 2, C 18, ff. 4-5.
sobre educación, inculcar el respeto por el otro, por los bienes ajenos, por la vida
y por libertad de expresión. La ética no es más que la capacidad de diferenciar lo
que es bueno, de lo que es malo y escoger el camino del justo, diría Abad, la ética
en las escuelas podía cambiar la forma de representarnos por medio de la
violencia.
De nuevo el estudio de la historia es una preocupación constante de Abad cuando
se refiere a patriotismo como identidad nacional estaba hablando de la falta de un
sentido de pertenecía por el ideal de nación y de patria. La idea de nación como
una “comunidad imaginada” fue un intento fallido en Colombia, donde se pueden
reconocer diferentes regiones pero el sentido patrio en la época y así lo plante
Abad en otros textos es casi inexistente, dice en el texto que falta “mística
nacional” para referirse a la falta de interés que provocaban el Frente nacional en
1965, había un vacío en los colombianos, la idea de nación estaba fragmentada,
quebrada como la comunicación entre las diferentes regiones.
De la misma forma escribe Abad, que si se logra educar en el ideal de lo nacional,
la sociedad podía aspirar a altos niveles de equidad, en el que “todos” podían
realizar el cambio para lograr “el desarrollo cultural, económico y social” que tanto
anhelaba. Una de las herramientas para elaborar el ideal de nación, el estudio de
la ética y la libertad era apelar al lugar donde se guardan todas las enseñanzas
del hombre, la historia, como “maestra de vida”, cuando se refiere a: “Abertura a
todas las corrientes de pensamiento del pasado y del presente cultural. ” es el
estudio de la historia, presente en todos sus escritos, siempre era capaz de
contextualizar y hacer un análisis y proponía procesos que llevaron al objeto de
sus ensayos. Para Abad la historia era una herramienta vital en la práctica de su
carrera como médico, periodista y escritor, estaba seguro que la llave para
cambiar el futuro de la sociedad estaba en la educación y la enseñanza de la ética
y de la historia, el escritor de sueños siempre estaba mirando al pasado, para
entender el presente y tratar de forjar el futuro.
5.6. El intelectual, académico y maestro.
Un intelectual es un científico que ha dedicado su vida a la investigación de los
fenómenos de la naturaleza, de la sociedad y del hombre. Un ser que se ha
entregado al estudio de algún área del conocimiento y tiene muchas sapiencias
teóricos y prácticos en uno o varios saberes.
Abad Gómez fue un científico social que desde la medicina se dedicó a estudiar e
investigar sobre la realidad colombiana y la historia de las civilizaciones, estudió la
filosofía y a grandes autores como estudió e marxismo y el capitalismo. Desde su
perspectiva como médico, leyó al país, e hizo todo lo posibles por cambiar parte
de su realidad, su lucha como salubrista da cuenta de eso, la lucha por el agua
potable, por la vacunación, por atención médica básica en diferentes
comunidades alejadas87. Investigó sobre virus, bacterias y epidemias. Se entregó
al conocimiento médico igual que muchos médicos, pero como pocos escogieron
otro camino, estudiar la realidad social de su país y de Antioquia desde su
especialidad la salud pública.
La idea que tenía Héctor Abad Gómez de la salud pública, era de vanguardia en
su época, para él esta rama de la medicina implicaba todos los aspectos de la
vida humana, desde la alimentación hasta las situaciones de violencia que
afectaban a las comunidades, Planteó que la violencia se podía estudiar desde la
epidemiología y curar desde la salud pública.88
El Salubrista antioqueño también optó por el periodismo crítico, desde muy joven
se interesó por el periodismo desde diferentes publicaciones entregó sus letras a
quien estuviera dispuesto a leerlas en el colegio, en la universidad, cómo médico,
como político, como periodista o como defensor de derechos humanos, siempre
estaba dispuesto a decir algo a tratar un tema y sacar toda su fuerza a
argumentativa para defender su tesis. También escribió varios libros y muchos de
sus textos fueron compilados después de su muerte para que estuvieran
disponibles para el estudio de su pensamiento.
87
Ibid, Fundamentos éticos de la salud pública. Pp 146-147. 88
Héctor Abad Gómez. Necesidad de estudios epidemiológicos sobre la violencia en Colombia. Noviembre de 1962 AHAG. Escritos. D 5, C 15 ff.18-30.
Abad viajó y conoció los cuatro continentes, vivió las dinámicas de Asia, de
Norteamérica, de centro y Suramérica, visitó Europa y tenía relaciones con
médicos e intelectuales de todas partes del mundo. Fue un hombre que caminó
su propio territorio y el extranjero. En Colombia era amigo de escritores como
Gustavo Álvarez Gardeazábal89, Carlos Castro Saavedra y Manuel Zapata
Olivella90.
En la política Héctor Abad Gómez conoció y tuvo contacto constante con la elite
del país con el presidente Alfonso López Michelsen, con Gerardo Molina, Enrique
Peñaloza, Ernesto Samper, Luis Carlos Galán, Virgilio Barco, Álvaro Uribe Vélez,
Carlos Gaviria Díaz, María Victoria de Crobo, entre muchos otros.
Héctor Abad Gómez fue un intelectual íntegro y más allá de esto fue un intelectual
comprometido con su tiempo. Immanuel Wallerstein en su texto Los intelectuales
en una época de transición91
. Plantea la necesidad de que los intelectuales dejen
de esconderse en lo que Max Weber llamó la "neutralidad valorativa" y se
conviertan en parte de la estructuración de la sociedad, cuando el sistema
capitalista se deteriore. Abad lo practicó muy bien, empezó a estructurar a
realidad que era deseable para él y la gran mayoría de los colombianos.
Abad siempre puso su conocimiento, su especialidad y su experiencia a favor de
la sociedad, se convirtió en un mediador social entre las necesidades de los
sectores más decaídos de la sociedad y la élite que conocía. Alimento sus
escritos, sus tesis y sus investigaciones de la historia, de teoría la política, de la
filosofía, de la ética y de la literatura. Era un amante consumado de la poesía.
89
Gustavo Álvarez Gardeazábal. Carta a Héctor Abad Gómez, 24 defebrero de 1974.AHAG Correspondencia. D 325, C 12, ff. 422. 90
Héctor Abad Gómez. Cara a Manuel Zapata Olivella, 18 de febrero de 1974, AHAG, correspondencia, D 344, c 42, ff.443. 91
Immanuel Wallerstein, Ponencia presentada en el Coloquio Internacional Economía, Modernidad y Ciencias Sociales, organizado por varias Instituciones Académicas de Guatemala y de México, y celebrado en la Ciudad de Guatemala, en Guatemala, los días 27 al 30 de marzo de 2001. Disponible en: http://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/geopolitica.iiec.unam.mx/files/Wallerstein-LOS%20INTELECTUALES%20EN%20UNA%20%C3%89POCA%20DE%20TRANSICI%C3%93N.pdf (5 de Febrero de 2015).
Héctor Abad Gómez se entrenó como médico en la Universidad de Antioquia, se
preparó como salubrista en Estados Unidos y como intelectual en todo el
trascurso de su vida. Como pensador comprometido sabía que la mejor manera
de cambiar la realidad del país, era entrar al sistema, era el poder, sin embargo
nunca fue un político consumado y causó desconfianza en la elite política por sus
ideas que tenían tintes izquierdosos, en Medellín muchos lo trataban de
comunista92. En la izquierda desconfiaban de él por sus tratos con el Estado,
porque fue funcionario público, en varias oportunidades.
Abad fue un intelectual comprometido, adelantado a su tiempo, que realizó una
clara lectura de la sociedad colombiana y planteó soluciones simples a problemas
estructurales del país, vivió para servir, para poner todo su conocimiento al
servicio de la sociedad.
Cómo académico se desempeñó en todas las facetas, fue profesor e investigador,
fue jefe de departamento, director y fundador de la Escuela de Salud Pública y
vicedecano de la Facultad de Medicina93. También fue presidente de la asociación
de profesores 94después de fundarla con varios docentes de la institución. Desde
la década de los sesentas estuvo vinculado a la Universidad de Antioquia como
profesor hasta que se jubiló en 1982. Su compromiso siempre fue con los
alumnos, muchos de ellos lo siguieron por el camino de la lucha social, como fue
el caso del senador Pedro Luis Valencia, alumno de Abad en la Escuela de Salud
Pública y el mismo Leonardo Betancur que murió al lado de su maestro.
La academia y en especial la Universidad de Antioquia como su alma mater y el
lugar donde impartía su conocimiento a las nuevas generaciones de médicos y
salubristas, fue parte vital de su existencia, gran parte de sus ensayos se
92
Ibíd., El olvido que seremos, p. 210. 93
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 46, ff. 76 94
Hector Abad Gómez, Correspondencia, Asoproudea, 1974, AHAG, D 34, C 56,ff. 88.
dedicaron al papel de los profesores95, el de la universidad en la sociedad
colombiana e incluso al de los profesionales en el mundo96.
Desde la academia impulso grandes cambios sociales que ya se han mencionado
y se entregó a la labor docente sin olvidar, su trabajo social que supo inculcar en
sus discípulos, en las visita de campo que realizaba a los tugurios e invasiones o
a los barrios más pobres de la ciudad, la academia para Abad no solo era para
enseñar a tratar pacientes, sino para que los alumnos conocieran la realidad de
Medellín en la época97.
Héctor Abad Gómez fue un excelente médico salubrista, un gran investigador
social, un escritor y periodista crítico y un maestro. Su vida y obra, no es
cuantificable solo en la cantidad de libros, ensayos y columnas que publicó. Va
más allá, sería imposible medir el número de vidas que mejoraron, el número de
vidas que se salvaron sus proyectos de salud pública; el número de víctimas que
acompañó, de madres que escuchó clamando por sus hijos, de padres
desesperados98.
Fueron esos actos simples y complejos los que hicieron de Abad uno de los
grandes intelectuales de Antioquia. No solo se ocupó del conocimiento y la
investigación o de la publicación de su conocimiento o de su opinión; él se ocupó
de la sociedad y por todos los medios trató de legar un mejor país a las siguientes
generaciones.
5.7. El guerrero por la dignidad
"Abad Gómez fue combatiente ejemplar (...) No es pues, anacrónico el
clamor reiterativo de Héctor Abad Gómez por la tolerancia, en una
sociedad donde los más obcecados fanatismos emulan en la invención de
nuevas formas de irracionalidad"
95
Héctor Abad Gómez. El profesor universitario AHAG. Escritos. 1961. D 18, C 16, ff. 52-54. 96
Héctor Abad Gómez. El papel de los profesionales en el desarrollo de la comunidad. AHAG. Escritos. 1965. D 22, C 16, ff. 64-67. 97
Ibid, El olvido que seremos, p.210. 98
AHAG, Comisión de paz. D 10, C 125, ff. 16.
Carlos Gaviria Díaz.
En el libro que escribió Héctor Abad Faciolince plantea que la lucha férrea de su
padre por la defensa de los derechos humanos a veces rayaba con el fanatismo
ciego y en su intento por explicarse las razones de su progenitor para exponer su
vida por su causa se debía a la tragedia:
Estoy seguro que mi papá no padeció la tentación del martirio antes de la muerte de Marta, pero después de esa tragedia familiar cualquier inconveniente parecía pequeño y cualquier precio ya no parecía tan alto como antes. Después de una gran calamidad loa dimensión de los problemas sufre un proceso de achicamiento, de miniaturización pues a nadie le importa un pito que le corten el dedo o que le roben el carros si se le ha muerto un hijo. Cuando uno lleva por dentro una tristeza sin límites, morirse ya no es grave. Aunque uno no se quiera suicidar o no sea capaz de levantar la mano contra sí mismo, la opción de hacerse matar por otro y por una causa justa se vuelve más atractiva si se pierde la alegría de vivir. Creo que hay episodios de nuestra vida privada que son determinantes para las decisiones que
tomamos en nuestra vida pública.99
La vida de Héctor Abad Gómez fue una lucha constante, no se puede decir que
haya sido un santo o que trabajo únicamente por el otro toda su existencia,
tampoco se puede hacer teleología con la vida de este personaje. Pero el papel de
los historiadores no es examinar el fin y brindarle la causalidad inevitable, es
comprender y entender los procesos en diferentes tiempos, analizar los factores
históricos que influyen en los procesos, las estructuras que contiene o las
continuidades y discontinuidades de estos.
Si se observa detalladamente la vida de Abad Gómez como un proceso en la corta
duración acompañada de todos los factores que influyeron en su vida, las
estructuras como el Estado, la religión, la Universidad, la mentalidad, los discursos
y la violencia; en Colombia, en especial en Medellín. Se puede decir que era
razonable que se uniera al movimiento de derechos humanos, en el momento en
que surgió. La defensa de su integridad personal o si escuchase las
recomendaciones de sus familiares o amigos o incluso si acatara las ordenes de
los violentos en sus “listas de amenazados” fue y siempre será una decisión
personal y subjetiva que está atada a factores que siempre se escapan del
99
Ibid, El olvido que seremos, pp.178-179.
entendimiento del investigador de la historia. Pero decir que fue la tragedia
personal lo que lo hizo luchar por los derechos humanos de manera implacable es
una respuesta a una pregunta íntima y personal de su hijo y es aceptable dentro
de esos parámetros. Pero lo que nos interesa es el proceso que lo llevó ser
defensor de derechos humanos.
Abad desde que inició su carrera en la Universidad de Antioquia se preocupó por
los problemas sociales que aquejaban a la ciudad, optó entonces por el camino de
la salud pública e influenció en la administración local para que cosas tan simples
como el agua y la lecha potable, el adecuado manejo de los residuos y las
alcantarillas100. Más delante, como profesional salubrista, con programas como el
año rural, las campañas de vacunación 101y las promotoras de salud102. La
fundación de la Escuela de Salud Pública103, la enseñanza y la cátedra constante,
el trabajo que realizó en la Asociación de Profesores y su papel en la coyuntura de
1974, y el estatuto profesoral o Acuerdo Nro. 8 de diciembre de 1973104. Luchó de
manera implacable al lado de Carlos Gaviria Díaz, de Luis Fernando Vélez y otros
ilustres profesores del alma mater, para que el Acuerdo se desmontara. Lo
lograron y consiguieron la destitución del rector. Su apoyo incansable a los
movimientos estudiantiles, sindicales y campesinos que arreciaban en la época.
Sus ensayos son prueba de coherencia entre su pensamiento, su palabra y su
obra y se convirtieron en “acción política”105 en el sentido que le da Hannah Arendt
al concepto. De igual manera en la teoría delos movimientos sociales, el actor
social emerge para luchar por causas justas, en la mayoría de los casos.
Héctor Abad fue defensor de derechos humanos desde antes que el movimiento
apareciera en Colombia, desde su época de estudiante y hasta el día de su
muerte ejerció la “acción política” para cambiar las políticas estatales frente a los
100
Ibid, Fundamentos éticos de la salud pública, pp.146-147. 101
Idem 102
Héctor Abad Gómez. Mis 500 mil novias. 23 de Agosto de 1981. AHAG, Escritos. D44, c15, ff. 24-25. 103
AHAG. Curriculum vitae, D 45, C 46, ff. 76. 104
Héctor Abad Gómez. Historia de la Asociación de profesores de la Universidad de Antioquia. AHAG. Escritos. 19. D 1, C 97 ff. 1-63. 105
Hannah Arendt. La condición humana. España, Paidós, 1998.
derechos de los ciudadanos, el derecho a la educación, el derecho a la salud, el
derechos a la vida, el derecho a la libre asociación, el derecho a la justicia, el
derecho a la libertad de pensamiento y el derecho la libertad de expresión. Fueron
ejes transversales en su existencia en su devenir académico, intelectual, político,
social y personal. Toda el eje discursivo objetivo y subjetivo de Abad está
relacionada con estos objetivos, la gran diferencia es que en la última etapa de su
vida, el contexto político y social de Colombia estuvo marcado por la violencia y
represión estatal y para estatal; y por el asesinato selectivo como la principal
arma política para eliminar a cualquier tipo de oposición al estado o al proyecto
paramilitar, que sin lugar a dudas estaba compuesto por diferentes capas y
gremios de la sociedad.
El movimiento por la defensa de los derechos humanos en Colombia ya llevaba un
par de años, y Abad se comprometió de lleno con una causa que le parecía la más
justa y sobre todo la más urgente. Todos los postulados que compartían en los
foros y la misión del CPDDH central estaban alineados con las tesis que él había
planteado desde la década de los sesentas en la Universidad de Antioquia.
Además el salubrista tenía todo el conocimiento de la ciudad, la reputación de
alguien bueno y comprometido. Es fácil entender porque fue el presidente del
comité y el defensor de derechos humanos por excelencia en la época, Abad era
un maestro y un líder natural, con toda la experiencia y el tiempo para dirigir el
comité, así lo hizo hasta su muerte.
El presidente cumplía las funciones que su labor le demandaba, estudiaba y se
preparaba constantemente en derechos humanos y derechos internacional
humanitario, participaba de los encuentros y foros, de los informes y juntas que su
cargo ameritaba. También escribía ensayos sobre ética y el deber ser de los
ciudadanos y el Estado en un régimen democrático.
Recibía denuncias, investigaba los casos, hacía entrevistas y escribía mucho, en
los periódicos, en los boletines de prensa, en los comunicados, y las cartas que
enviaba a todas las instancias del Estado106. Exponía los casos ante la
comunidad, apelaba a las autoridades y acompañó a las víctimas a instancias
internacionales. También, desde el comité, trataron de elevar iniciativas de
educación en derechos humanos en diferentes lugares de la ciudad107.
Como acción social y movilización, lograron realizar marchas y mítines,
características de los movimientos sociales. También realizaron todo tipo de
manifestaciones públicas y discursos en plaza pública. Realizaron la marcha del
silencio y la marcha de los claveles, en contra de la violencia que se levantaba e
Medellín. Integró los foros por la paz y la defensa de los derechos humanos 1981,
1982, 1984, 1985, 1987. Fue ponente de varios de estos eventos, fue invitado a
participar de congresos y coloquios sobre derechos humanos en el Cinep.108
Como miembro y vicepresidente nacional del CPDDH central Abad Gómez fue
invitado a participar del proceso de paz que inició Belisario Betancur con el M19 y
el EPL, en 1984. El presidente le envió una carta personal en la que le informaba
que lo había incluido como miembro de la “comisión de negociación y diálogo”
que se instalaría en julio de aquel año.
Es interesante destacar varios aspectos de dicha comunicación, la forma en que
se dirige Betancur, al médico antioqueño: “muy querido Héctor” y como se
despide, “su amigo, quien lo admira y aprecia”, además de la razón para
involucrarlo, no es una invitación es una designación, dice: “En consulta con su
honda preocupación por la paz de nuestra patria, me he tomado la libertad de
incluirlo en la nómina de miembros de la “Comisión de Negociación y Diálogo” que
tienen el encargo de proseguir las conversaciones que se adelantan con el M-19 y
el EPL…”109 Abad era reconocido por su incansable lucha por los derechos
humanos y se le exigía su cooperación en asuntos tan importantes como los
106
Héctor Abad Gómez. AHAG, Correspondencia. D 3. 107
CPDDHA. Folleto declaración universal de los derechos Humanos. AHAG. CPDDHA. D 9, C 148, ff. 30. 108
Cinep. Invitación a Héctro Abad Gómez, Coloquio.28 de octubre de 1986. AHAG, CPDDHA, D 2, C 152, ff. 5. 109
Belisario Betancur. Carta a Héctor Abad Gómez.19 de julio de 1984. AHAG. Comisión de Paz. D 2, C 125, ff. 4.
diálogos de paz, que se presentaron como una opción pacífica para salir del
conflicto.
Dentro de la comisión Negociación y Diálogo se nombraron subcomisiones, Héctor
Abad Gómez le encargaron coordinar la subcomisión de salud, en las funciones de
dicha instancia, estaba la de realizar un estudio de la situación de la salud en el
país110, para esto se nombraron grupos de trabajo y se realizaron ponencias sobre
dicho tema. El principal objetivo de cada grupo de trabajo era entregar un informe
sobre el tema y presentar las recomendaciones pertinentes al presidente Belisario
Betancur.111
A Héctor Abad como integrante de la Comisión y defensor de derechos humanos
le llegaban todo tipo de reclamos e informes que preparaba la comunidad sobre la
situación de orden público en el departamento, como el caso de un comunicado de
los habitantes de la vereda Llanos de Urarco del municipio de Buriticá, en que
aseguraban que un grupo armado de encapuchados haciéndose pasar por las
“FAR”, torturaron y asesinaron a varios campesinos secuestraron a una niña y a
otro campesino y se enfrentaron con la guerrilla, los líderes veredales afirmaron
que las FARC no estaba presente en la región y estaban convencidos los hombres
eran paramilitares.112
En otro documento titulado “Carta abierta” el pro comité cívico de Remedios
informa de la situación de orden público señalando a las fuerzas armadas de
preparar operativos en contra del campesinado, y de la presencia de un supuesto
líder del MAS en la región, “La presencia del criminal y reconocido líder e
integrante del grupo MAS quien con sus compinches viene extorsionando al
campesinado con las famosas “vacunas ganaderas” en 500 pesos por cabeza de
110
José Ignacio Díaz Granados. Carta a Héctor Abad Gómez. 8 de abril de 1985. AHAG. Comisión de Paz. D 21, C 125, ff. 41. 111
Belisario Betancur. Carta a Héctor Abad Gómez.10 de septiembre de 1985. AHAG. Comisión de Paz. D 34, C 125, ff. 64. 112
Líderes veredales de Llanos de Urarco, Buriticá. Informe al gobernador de Antioquia. 23 de julio de 1984. AHAG. Comisión de Paz D 3, C 125, ff. 5.
ganado que se tenga” 113 Abad direccionaba toda esta información a la comisión
incluso la que recibía por parte de sus pares profesionales en que le informaban
sobre actividad guerrillera en el municipio de Puerto Wilches, Abad mandó esta
comunicación al ministro de gobierno.114
De igual manera cuando los diálogos de paz se deterioraron, diferentes
personajes de la vida pública en Antioquia se manifestaron solicitando que se
perseverara en las metas trazadas, mencionan los logros de las conversaciones y
la situación de orden público que atravesaba el país. Entre los ciudadanos que se
unieron se encontraban: Jaime Tobón Villegas, Álvaro Uribe Vélez, Álvaro Tirado
Mejía, Héctor Abad, Jaime Jaramillo Paneso, Leonardo Betancur, Luis Fernando
Vélez, María Teresa Uribe de H. y Fernando Vallejo, entre otros.
El informe, que entregó la subcomisión de salud presidida por Héctor Abad Gómez
y con la participación de Leonardo Betancur, hacía énfasis en la disminución
gradual que hizo el estado de la inversión en salud y dividía la problemática
inmediata, en tres aspectos básicos: primero agua potable para todos, el texto
contemplaba que solo el 45% de la población colombiana tenía acceso al agua
apta para el consumo humano, y recomendaba invertir 100.000 millones de pesos
cada año durante 15 años para “llegar al siglo XXI con agua potable en todas las
viviendas colombianas”. El segundo aspecto “falta adecuada de atención médica
para la población”, decía esta parte que la atención médica en el país era
deficiente y no estaba estructurada de acuerdo a las necesidades de la población
y recomienda integrar todas las instituciones que prestaban los servicios de salud,
que se debía prestar atención médica a todos en igualdad de condiciones y debía
ser en diferentes niveles atención primaria, secundaria y terciaria. También
afirmaba que debía hacerse énfasis a la salud preventiva y apoyar la curativa y
rehabilitativa. Finalizaron diciendo: Así se lograría un verdadero sistema nacional
de atención médica, bajo el esquema de Seguro integral de salud para toda la
113
Pro comité cívico de Remedios. Carta Abierta. 29 de marzo de 1985. AHAG. Comisión de Paz D 4, C 125, ff. 7. 114
Héctor Abad Gómez. Carta al ministro de gobierno. 31 de octubre de 1985. AHAG. Comisión de Paz D 14, C 125, ff. 29.
población.” El tercer aspecto se refiere a “seguridad social” para los integrantes de
la subcomisión era muy importante separar el seguro social de la prestación de
salud y crear una entidad nacional que se encargara de administrar los seguros de
los colombianos en materia de pensiones y seguro de desempleo, recomendaba
crear un ministerio de Seguridad Social y un Fondo Único de Seguridad Social
manejado sin corrupción115
En el documento anterior se puede observar la influencia de los salubristas, el
agua potable, la atención preventiva, y la descentralización de los servicios
médicos fueron parte de los postulados de Héctor Abad Gómez desde su tiempo
de estudiante y permanecen en el tiempo, a tal punto que se convierten en
prerrogativas dela subcomisión de salud de la Comisión y Dialogo del gobierno.
La comisión de dialogo continua hasta el 18 de octubre de 1985en que algunos de
sus miembros renunciaron y el presidente nombra otra la Comisión de Paz,
Diálogo y Verificación, que integra la Comisión de Paz y la Comisión de Dialogo y
negociación, por medio del Decreto No. 3030 de 1985, como remplazo de las
demás comisiones que hasta el momento habían funcionado.116
Héctor Abad Gómez continúo trabajando desde el CPDDHA, siguió recibiendo
denuncia, acompañando víctimas y escribiendo cartas informes comunicados y
columnas de prensa, estaba a punto de presentarse como precandidato a la
alcaldía de Medellín por el partido liberal, pero esos sueños, y lo todo aquello que
podía entregar a la sociedad colombiana el intelectual, el maestro, el político, el
escritor, el amigo, el defensor de derechos humanos y el padre quedó truncado
por las balas asesinas, que en palabras de Abad: “estaban asesinando la
inteligencia”. Abad Murió el 25 de agosto de 1987 en la ciudad de Medellín.
5.8. En la calle Argentina, el 25 de Agosto de 1987 “Yo no me acuerdo ya del momento en que esta historia empieza para mí. Sé que fue el 25 de agosto de 1987, más o menos a las seis de la tarde, en la calle Argentina de Medellín,
115
Subcomisión de salud. Proyecto. AHAG. Comisión de Paz. Septiembre de 1985D 43, C 125, ff. 88-91. 116
Verdad Abierta. Acuerdos del cese al fuego entre 1984 y 1986 con las FARC, el M-19, el EPL y la ADO. http://www.verdadabierta.com/procesos-de-paz/farc/4292-acuerdos-del-cese-al-fuego-entre-1984-y-1986-con-las-farc-el-m-19-el-epl-y-la-ado (5 de enero de 2015)
pero ya no me acuerdo bien del momento en que metí una mano en el bolsillo de un muerto y encontré un poema. En este caso tengo suerte; apunté en mi diario, aunque nunca pensé que lo fuera a olvidar, que había encontrado un poema en el bolsillo de mi padre muerto. Ese momento yo ya no lo recuerdo. Todo aquel que haya llevado un diario lo sabe: hay trozos de la vida perdidos en el recuerdo que, sin embargo, la escritura recobra con una nitidez que se parece mucho a la vida.
Como yo no recuerdo bien lo que pasó al caer la tarde del 25 de agosto de 1987, como el recuerdo es confuso y está salpicado de gritos y de lágrimas, voy a copiar un apunte de mi diario, escrito cuando aquello estaba todavía fresco en la memoria. Es un apunte muy breve: Lo encontramos en un charco de sangre. Lo besé y aún estaba caliente. Pero quieto, quieto. La rabia casi no me dejaba salir las lágrimas. La tristeza no me permitía sentir toda la rabia. Mi mamá le quitó la argolla de matrimonio. Yo busqué en los bolsillos y encontré un poema.”
Epitafio:
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
Y que fue el rojo Adán y que es ahora
Todos los hombres, y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
Del principio y el término. La caja,
La obscena corrupción y la mortaja,
Los ritos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
Al mágico sonido de su nombre.
Pienso, con esperanza, en aquel hombre
Que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo
esta meditación es un consuelo.117
El 25 de agosto de 1987 una mujer robusta, de vestido encendido, como la
recuerda Cecilia Faciolince de Abad, esperaba afanosa al Dr. Héctor Abad
Gómez, durante toda la tarde para llevarlo junto a Leonardo Betancur a las
117
Ibid, El olvido que seremos, p. 238.
exequias de Luis Fernando Vélez; en palabras de Cecilia Faciolince: “La mujer
robusta fue enviada por los asesinos para que llevara a su esposo con mentiras a
la sala donde velaban el cuerpo del también defensor de los derechos humanos,
Luis Fernando Vélez, asesinado a las siete de la mañana de ese mismo día, 25
de agosto de 1987”118
Llegaron por la calle Argentina en el centro de Medellín y antes de ingresar al
recinto de ADIDAS (Asociación de Institutores de Antioquia), Abad Gómez fue
baleado por sicarios que se movilizaban en moto, Leonardo Betancur buscó
refugio en el edifico y hasta allá lo siguió uno de los sicarios y lo mató dentro de
las instalaciones.
Más tarde familiares de la víctima fueron informados y llegaron al sitio, la siguiente
es una de las fotos más estremecedoras de la violencia de Medellín, por el
significado, la víctima y su lucha. En ella se puede observar a su hijo Héctor Abad
Faciolince quien relató en una entrevista:
- Héctor Abad Faciolince: Entonces entré donde mi mamá y le dije: mami yo creo que pasó lo peor, mi mamá entendió también que era lo peor y salí con mi mamá caminando hacia donde estaba el señor que habían matado y efectivamente era mi papá.
-María del Rosario Arrázola: Lo viste
-Héctor Abad Faciolince: Claro, lo vi, lo vi, lo vimos, le había puesto una sábana encima, lo destapamos, gritamos, lloramos, mi mamá le quitó la argolla de matrimonio, yo busqué sus papeles, al billetera, ehh, lo besé esperamos a que llegaran mis hermanas, fueron llegando mis hermanas, eh, estuvimos ahí, mis hermanas y mi mamá gritando, yo grité inicialmente y
después como que quedé en una especie de estupor, como que no, no sé.119
118
Entrevista a Cecilia Faciolince de Abad. Fuente Canal Caracol, programa los Informantes, Bogotá: Agosto de 2014. 119
Entrevista a Héctor Abad Faciolince. Fuente Canal Caracol, programa los Informantes, Bogotá: Agosto de 2014.
Fuente: El Mundo, 26 de agosto de 1987. En la foto el cuerpo sin vida de Héctor Abad Gómez, su
esposa Cecilia Faciolince y sus hijos, Héctor y Clara. En la calle Argentina del centro de la ciudad
de Medellín, al frente de ADIDA, la noche del 25 de agosto de 1987.
Esa noche también cayó bajo las manos asesinas del paramilitarismo, Leonardo
Betancur quien Fue discípulo de Héctor Abad no sólo en la Escuela de Salud
Pública, sino también en la plaza pública como líder y tribuno en la defensa de los
derechos humanos. Pese a su juventud contaba con una madurez que lo hizo
descollar tanto por su ímpetu de líder natural como por su personalidad de buen
profesor y de amigo incondional de las causas que implicaban el bienestar de la
Universidad, de las nuevas generaciones y, ante todo, que implicaban la lucha por
la justicia y contra todo tipo de violencia y de crímenes, vinieran de donde
vinieran. Cayó asesinado junto a Héctor Abad Gómez, el 25 de agosto de 1987.120
120
Orlando Loaiza Ramírez. El Legado de Leonardo Betancur Taborda (1946-1987). Agenda cultural. Alma Matter. Universidad de Antioquia. Nº 190 Agosto de 2012.
5.9. La ciega justicia y la impunidad.
Recuerda Abad Faciolince con amargura: “Mi papá estaba amenazado, estaba en
una lista, en una lista que hicieron los paramilitares y fueron los paramilitares los
que lo mataron a él y a tantos otros y como mi papá protestaba por los crímenes
de los paramilitares pues resolvieron como decía Carlos Cataño en su libro,
cancelarles el cerebro a muchos profesores de la Universidad de Antioquia”.
Además dice del Estado colombiano y de la sociedad en general:
Nosotros estábamos solos, el Estado no hacía nada por nosotros, nadie quería investigarlo, los paramilitares tenían cada vez más fuerza, mataban y mataban más gente, nada, éramos unas victimas bastante típicas, al menos no estábamos en la miseria fue una soledad y un abandono absoluto, realmente a nosotros no nos conocía casi nadie, nos conocían en Medellín, pero en Bogotá no nos conocía casi nadie, los jueces, a la jueza que le dieron el proceso, al mes la mandaron vacaciones, nadie quería investigar en ese momento de verdad quiénes estaba detrás de esos crímenes, no había en el Estado un interés por perseguir esos crímenes, o estaban muy ocupados también persiguiendo a la mafia, estaban muy ocupados en tantos temas y un asesinato tapa al otro, en esos años cada vez hubo más magnicidios y el de mi papá se olvidó.
Los crímenes de Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur permanecen en la
impunidad, el único indicio que se tiene lo entregó El extraditado ex jefe
paramilitar, Diego Fernando Murillo, alias „Don Berna‟:
Aseguró que Carlos Castaño fue el determinador del asesinato del médico y activista de derechos humanos, Héctor Abad Gómez, quien fue acribillado en una calle del centro de Medellín a plena luz del día el 25 de agosto de 1987. Según „Don Berna‟, el máximo comandante de los paramilitares también estuvo vinculado los asesinatos de Luis Felipe Vélez Herrera, líder de los docentes en el departamento de Antioquia, y de Pedro Luis Valencia, Representante a la Cámara por la UP. Estos crímenes se planearon dentro de una estrategia paramilitar de obtener mayor poder en ese departamento y ganarle terreno a las guerrillas de las Farc y el Eln.
En versión libre, por medio de teleconferencia con un fiscal de justicia y paz, el extraditado paramilitar señaló que “para finales de los ochenta quien tenía el control de la guerra urbana en Medellín era Carlos, que lideraba un grupo de cinco o seis hombres y eran ayudados por militares, para ejecutar acciones contra la guerrilla”. Según detalla el portal Verdadabierta.com, en desarrollo de esas operaciones, Castaño ejecutó personalmente a
Héctor Abad Gómez y al Presidente de Adida, refiriéndose a Luis Felipe Vélez Herrera.121
121
Revelaciones de 'Don Berna'. El Espectador formato digital, tomado de: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/carlos-castano-asesino-hector-abad-gomez-articulo-326744
Pero de la muerte de Héctor Abad y Leonardo Betancur, por ahora solo queda el
recuerdo, y quizá el más desgarrador es el de Cecilia Faciolince sobre ese día y la
justicia en Colombia dice:
como a eso de las 5:30 yo llegué a la oficina y él salía de la oficina de él con una persona que siempre recuerdo del pueblo, vestía como un vestido marrón, no se acercó a saludarme, era muy raro porque la gente de los barrios siempre me, se acercaban y eran amigas mías, conocidas mías y le dije papi te demoras, me dijo no vuelvo en 10 minutos es que realmente me están esperando en el velorio de una persona tan importante que mataron esta mañana, vuelvo en un rato, nunca se supo yo… me dijeron que iban a hacer un retrato hablado, pero a los pocos días el expediente estaba cerrado y se habían llevado la abogada que iba a encargarse del caso, el presidente esa noche dijo que se investigaría hasta las últimas consecuencias el asesinato de Héctor, lo cual nunca pasó, he oído tanto ahora, en todos estos años la misma frase de los políticos importantes que dicen, investigaremos hasta las últimas consecuencias y yo digo ojalá este sí, ojalá este sí, pero
ahí ve uno lo de Garzón y lo de tantos, tantísimos.122
La muerte de Héctor Abad Gómez, Leonardo Betancur y otros tantos defensores
de derechos humanos en Colombia se ha convertido en un número, en el informe
¡Basta Ya! La escueta cifra es de “En cuanto a los roles de participación social y
política de las víctimas, el GMH pudo documentar el asesinato selectivo de 1.227
líderes comunitarios,1.495 militantes políticos, 685 sindicalistas y 74 defensores
de Derechos Humanos.”123, aunque hay que rescatar los esfuerzos de diferentes
intelectuales que desde la prensa no dejan morir el recuerdo de estos defensores
de derechos humanos y los de la Universidad de Antioquia que persiste en
mantener viva la memoria de sus ilustres hijos.
Para terminar presentamos un poema corto que uno de los mejores amigos de
Héctor Abad Gómez le escribió, porque este texto de carácter histórico, antes que
nada, tiene como objetivo resaltar la memoria del médico salubrista que vivió su
vida con la gracia de cualquier soneto de Neruda.
CARTA PARA HÉCTOR:
Mañana serás paz y serás trigo
en medio de la gente desamparada,
122
Entrevista a Cecilia Faciolince. Fuente Canal Caracol, programa los Informantes, Bogotá: Agosto de 2014. 123
GMH. ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, 2013.
mientras la piel, la piel de tus verdugos,
será sombra del polvo y de la nada
Volveremos a vernos
en la patria por todos esperada,
el día en que tu muerte
por otra vida sea coronada.
Carlos Castro Saavedra