TESIS DE SOCIOLOGÍA-LUIS ALARCON

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PERSPECTIVAS DE LA SOCIOLOGA EN UN ESCENARIO DE CRISIS: ELQUEHACER SOCIOLGICO EN EL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGA DE LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE, DURANTE EL PERODO 1985-1997

LUIS ALARCN F

INTRODUCCINHay como un reclamo general, ambiental, porque toda tentativa de explicar lo que ocurre en cualquier campo de lo real descanse sobre bases tericas firmes; en ciertas disciplinas se exige, incluso, aunque de manera un tanto mecnica, que se explique, antes de empezar a hacer nada, el marco terico en el que se actuar. No Jitrik, 1987.

Reflexionar en torno a la Sociologa como ciencia y profesin, fue y ha sido siempre una preocupacin de primer orden para los padres fundadores de la disciplina y sus continuadores hasta nuestro das. Afirmara sin temor a equivocarme, que justamente ahora, cuando las complejidades y

contingencias de la realidad social estremecen y trastocan los cimientos epistemolgicos de nuestra ciencia; se hace necesario e impostergable la tarea de revisar nuestra prctica sociolgica, a la luz de los acontecimientos que hoy por hoy nos definen como latinoamericanos, tcnicamente

identificados como pases subdesarrollados, pertenecientes al Sistema de Acumulacin Capitalista Mundial.

Sobretodo, porque en esta parte del mundo, el conocimiento sociolgico se construye a partir de una relacin dialctica entre teora y realidad, y no en el campo de lo abstracto.

Justamente, fue esa idea la que nos llev a plantearnos la presente investigacin, Quo Vadis Sociologa?. Sus retos, desafos e implicaciones para el anlisis de las complejidades sociales. Para ello nos planteamos como objetivo de nuestra bsqueda, el establecimiento de la relacin

existente, entre el quehacer sociolgico en el mbito universitario y el debate sociolgico latinoamericano presente durante el periodo 1985-1997.

En tal sentido, construimos nuestro problema de investigacin referido al anlisis del quehacer sociolgico de los socilogos del Departamento de Sociologa de la Universidad de Oriente, en cuanto a los ordenes: tericoconceptual, epistemolgico y metodolgico, del campo de la sociologa como ciencia y profesin de cara a los desafos que le presenta el nuevo siglo, durante el perodo mencionado. Escogimos esta fecha por considerar que es a partir de la dcada de los ochenta que se empieza o se hace presente con mayor relevancia el debate acerca de la crisis de los paradigmas o modelos

explicativos positivistas en la Sociologa y dems Ciencias Sociales (Zemelman, 1993; Mires, 1993; Roitman, 1995; CLACSO, 1997).

Segn el nivel explicativo e interpretativo de la investigacin y su diseo documental y de campo, sta se desarroll en tres fases fundamentales, correspondindose cada una de ellas con los objetivos planteados:

Fase I.

Construccin del marco terico-referencial.

Esta parte de la investigacin se realiz a partir de dos hechos concretos: la aprehensin terica-conceptual y la construccin del marco terico-

referencial. Las tcnicas empleadas fueron las siguientes:

a.- Revisin bibliogrfica, la cual tuvo como objetivo la recoleccin de informacin de carcter terico-conceptual. b.- Anlisis documental, el cual sirvi para construir el marco terico y las categoras bsicas que sustentan la investigacin. c.- Entrevistas no estructuradas, destinadas a recoger la opinin de aquellos especialistas o investigadores del tema en estudio. Estas entrevistas se aplicaron a algunos socilogos venezolanos y extranjeros vinculados al campo de estudio.

Fase II. Recoleccin de informacin.

Esta fase se desarroll a partir de una revisin del quehacer sociolgico (produccin intelectual) de los socilogos activos pertenecientes al Departamento de Sociologa, durante el perodo 1985-1997. Estudio que se apoy en la consideracin de las siguientes variables: nivel tericoconceptual, nivel epistemolgico y nivel metodolgico. empleadas en esta fase fueron las siguientes: Las tcnicas

a.-

Entrevistas estructuradas y no estructuradas a los socilogos

pertenecientes al Departamento de Sociologa que hayan laborado y laboren en el mismo durante el perodo en estudio. b.- Seleccin y anlisis de contenido de los trabajos de ascensos y otros materiales, que hayan sido elaborados durante ese perodo, tomando en cuenta los siguientes criterios: temtica estudiada, metodologa y referentes tericos-conceptuales utilizados en la elaboracin de estos documentos.

Fase III Anlisis y sistematizacin. Una vez recolectada la informacin se hizo una sistematizacin que implica clasificar, ordenar , analizar e inferir de acuerdo a los lineamientos y objetivos que orientan la investigacin.

La poblacin o universo de esta investigacin estuvo constituida por los 33 socilogos que han estado presente durante el perodo 1985-1997 y/o actualmente laboran en el Departamento de Sociologa. Considerando los

diferentes tipos de muestreo para efectos de esta investigacin se escogi el denominado muestreo intencional u opintico, el cual consiste en unaseleccin de los elementos con base en criterios o juicios del investigador

(Arias, 1997: 53).

En tal sentido, del total de profesores que conforman la

poblacin o universo se escogieron aquellos que reunieron los siguientes requisitos: que hayan laborado durante el perodo de estudio, que estn laborando actualmente y que hayan realizado trabajos de ascensos y otros materiales durante ese perodo. Segn estos criterios la muestra estuvo constituida por un total de 15 profesores. La produccin intelectual traducida en los trabajos de ascenso realizados por cada uno de estos docentes durante los aos referidos, suman un total de 35 trabajos de ascensos.1

Primeramente nos aproximamos de manera retrospectiva a los inicios de la Sociologa cientfica en Amrica Latina, considerando pertinente revisar su desarrollo dentro del marco epistemolgico que la fundamenta. Esto es, la modernidad y su crisis como racionalidad. Adems, su relacin con el modelo de acumulacin y la visin de algunos expertos, pensadores e instituciones, respecto a la situacin de crisis que atraviesa a la Sociologa latinoamericana. Para ello, estructuramos el Captulo I de la siguiente manera:

1

El total de los trabajos de ascensos se redujo debido a que muchos profesores no haban realizado dichos materiales, de ah que hayamos considerado otros elementos de su produccin intelectual, tales como ponencias, ensayos, etc.

1.- El debate actual en las Ciencias Sociales latinoamericanas. 2.- Desarrollo del Pensamiento Social en Amrica Latina. 3.- La Sociologa latinoamericana en el contexto de la crisis de paradigmas. 4.- Algunas visiones de la crisis.

En

un

segundo

intento,

y

como

marco

emprico,

analizamos

comparativamente el quehacer sociolgico de los docentes e investigadores del Departamento de Sociologa de la Universidad de Oriente, a la luz del debate sociolgico que como expresin de la llamada crisis sociolgica estaba presente en Amrica Latina, durante el periodo 1985-1997. Interesndonos su contribucin respecto al campo del saber sociolgico, su tendencia y perspectivas. El Capitulo II lo estructuramos del siguiente modo:

1. - Temtica o reas de conocimientos investigadas por los docentes durante el perodo 1985-1997, y su relacin con el debate sociolgico latinoamericano. 2. - El inters y limitacin que tuvieron los docentes al realizar sus investigaciones. 3. - La opinin que tienen los docentes en cuanto a los temas del debate y la crisis de la Sociologa.

4.

-

Las

perspectivas

tericas,

metodolgicas

y

epistemolgicas que se visualizan para el campo de la Sociologa como ciencia y profesin.

Por ltimo, se desarroll un intento de teorizacin que tiene como punto de partida la revisin analtica del quehacer sociolgico de los docentes e investigadores del Departamento de Sociologa. No obstante, constituye una propuesta de carcter terico-general, fundamentada principalmente en el pensamiento filosfico latinoamericano, de autores como Paulo Freire, Enrique Dussel, Juan Carlos Scannone y Alejandro Moreno. Con ello iIntentamos, responder de manera distinta a las complejidades de la

realidad social, sabiendo que la situacin particular que vive la Sociologa como ciencia y profesin en el caso de la Universidad de Oriente, debe estar vinculada a las exigencias que demanda la Sociologa Latinoamericana. En tal sentido, el Capitulo III se estructur:

1.- La Eterna Juventud de la Sociologa. 2.- La Herencia, Desafos y Perspectivas. 3.- La Episteme como Pueblo y la Otredad como Episteme.

CAPITULO I

EL QUEHACER SOCIOLGICO Y LAS TRANSFORMACIONES DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN EL MBITO LATINOAMERICANO(Sistematizacin Retrospectiva)

Hacer historia interna es explicar el cambio cientfico con respecto a las fuerzas de la luz, dentro del contexto cientfico esotrico la observacin, el experimento y la inferencia racional-. Hacer historia externa significa invocar esos oscuros agentes exteriores que son los intereses y las predisposiciones sociales a fin de

realizar la misma tarea de explicacin. Se considera que los dos enfoques son incompatibles entre s. El primero es el ideal; el segundo, la pesadilla de gran parte de la retrica historiogrfica. Barnes, 1986.

Es innegable pensar que estos momentos de continuos cambios y transformaciones en el sistema capitalista mundial, las Ciencias Sociales y especficamente la Sociologa no deban interpelarse acerca de su pertinencia de acuerdo a las exigencias que nuestras sociedades latinoamericanas contemporneas les exigen. Desde distintos ordenes el acto de re-pensarlas y re-fundarlas se hace necesario e imprescindible para hacer de ellas genuinos instrumentos de anlisis e interpretacin de nuestros espacios. Muchos cientficos, pensadores y analistas coinciden al respecto (Sonntag, 1988; Maffesoli, 1990; Rodrguez 1992; Sonntag y Briceo Len, 1998; Castro, 1998; Lanz, 1998; Moreno, 1995; Wallerstein, 1996). As que la tarea que ineludiblemente, le concierne a la Sociologa latinoamericana y a la de nuestras especificidades, en estos momentos, tiene que estar dirigida a recrear nuestros ethos sociales, en donde ellas sean protagonistas, diseadoras y forjadoras de los principios romnticos que inspiraron la modernidad; pero vistos desde otro lugar. Eso es lo que se discute, la bsqueda de un humanismo heideggeriano; tarea no tan nueva en la historia

del pensamiento universal que implica una re-dimensin espistemolgica, metodolgica y terica conceptual de nuestro quehacer sociolgico.

En este sentido presentamos a continuacin el desarrollo del presente captulo, estructurado en cuatro partes de la siguiente manera:

1.-

El

debate

actual

en

las

Ciencias

Sociales

latinoamericanas. 2.- Desarrollo del pensamiento social en Amrica Latina. 3.- La Sociologa latinoamericana en el contexto de la crisis de paradigmas. 4.- Algunas visiones de la crisis. En primer lugar, consideramos didctico y conveniente abordar el debate actual en las Ciencias Sociales latinoamericanas vinculado con la llamada crisis de la modernidad como proceso de racionalizacin en sentido

weberiano- del capitalismo; parte de su gnesis, desarrollo y agotamiento.

En segundo lugar se presenta la crisis de la modernidad y su relacin y pertinencia con las Ciencias Sociales latinoamericanas, los paradigmas que

la sustentan y fundamentan; adems de sus propuestas y planteamientos. Cmo se expresa la crisis, porqu estamos en crisis epistemolgica?, relacin con el modelo de acumulacin y vas para acceder a otra manera de construir nuestros anlisis.

Por ltimo, reseamos la preocupacin y la bsqueda de sentido de algunos expertos, pensadores e instituciones, respecto a la situacin de crisis que vive la Sociologa latinoamericana y los caminos a construir para la redimensin de las Ciencias Sociales que se encargarn de aprehender a nuestras sociedades contemporneas en sus distintas y determinadas complejidades.

1.- El Debate Actual en las Ciencias Sociales Latinoamericanas

Son innegables los cuestionamientos que existen en torno a las ideas fundamentales sobre las Ciencias Sociales2, en especial las de la Sociologa2

Cuando hablamos de Ciencias Sociales se comprende a todas las disciplinas especializadas como la antropologa, economa, poltica, sociologa. En un sentido lato, a la manera de Durkheim, la sociologa es la ciencia de la sociedad y tiene en consecuencia un sentido ms ambicioso, total. Es difcil hacer distinciones, pero cuando hablemos de sociologa latu sensu estaremos hablando de las

como ciencia y profesin. El XIV Congreso Mundial de Sociologa realizado en la ciudad de Montreal en 1998, as lo demostr:

El saber social: herencia, desafos, perspectivas; exigen una revisin exhaustiva, dirigiendo el debate en tres direcciones: al pasado, nuestra herencia, al presente, los desafos de la herencia; al futuro, las perspectivas de la Sociologa en el siglo XXI (Wallerstein, 1998).

Sobretodo destacando, la particularidad con que las diferentes regiones del mundo interpretan la misma problemtica: la crisis3.

Particularmente en el caso de Amrica Latina, el debate acerca de la situacin actual de la Sociologa ha sido muy prolfico y heterogneo, debido a la relacin intrnseca que existe entre las Ciencias Sociales y los hechos del contexto societal. Es decir; la crisis est ligada a las transformaciones que ha experimentado el sistema histrico social capitalista en sus diversos niveles4. De ah tambin, que sea importante relacionar la situacin crtica que desde el punto de vista epistemolgico, metodolgico, terico-conceptual e institucional, tiene la Sociologa latinoamericana con la llamada crisis de laCiencias Sociales en general (Torres Rivas, 1990: 105). A pesar de las especificidades que a cada una corresponda, en el caso de las Ciencias Sociales latinoamericanas existe una vinculacin intrnseca entre lo que significa cada una de stas y las ciencias de lo social. Sera cuestin de revisar el desarrollo del pensamiento social en la regin para corroborar lo antes afirmado. Esto, no niega el abordaje particular de cada una de ellas por separado. 3 En este sentido Chaves Tesser apunta que nos encontramos en un perodo en el cual los intelectuales de todo el mundo empiezan a cuestionarse respecto del por qu de las ideas fundamentales de las humanidades... (1999: 45).4

La crisis societal del sistema mundial y de Amrica Latina y el Caribe dentro de l, ha puesto en entredicho los enfoques heredados y desembocado en la crisis de sus propios modelos explicativos... Ello implica para el lado societal que es un perodo de transicin... para el lado de las Ciencias Sociales significa que deben repensarse a s mismas, en su fundamentacin epistemolgica, de conceptualizacin y construccin terica... (Sonntag, 1989: 16-17).

modernidad5; como racionalidad del sistema capitalista; puesto que AmricaLatina existe como apndice de los cambios y transformaciones que se suceden a nivel mundial... (Roitman, 1995: 2).

Entonces, es importante, destacar tal vinculacin para as poder analizar con ms claridad y precisin, la relacin existente entre la crisis de la Sociologa latinoamericana y la crisis del proyecto civilizatorio moderno.

As tenemos, que la idea central de la modernidad recae en la exaltacin de la razn como animadora de la ciencia y de sus distintas aplicaciones. Esta, es la que dispone de la regulacin y adaptacin del proceso de socializacin de acuerdo a las necesidades individuales o colectivas, reemplazando laarbitrariedad y la violencia por el Estado de derecho y por el mercado (Touraine, 1994: 9). De modo que el iluminismo comenz a estudiar la

condicin humana aplicando principios cientficos; analizando al hombre, su naturaleza y la sociedad, considerando a la razn como el instrumento crtico de las diversas instituciones sociales para adecuarlas a la naturaleza bsica del hombre. Bajo estos principios naci la Sociologa -fsica social para Comte- como ciencia de la sociedad, racional y secular; diferencindose sustancialmente de la tradicin filosfica y de las ciencias naturales, para as poder disear un discurso original y autnomo del ethos social, en el cual5

Cuando hablamos de modernidad nos referimos a la etapa que nace con el proyecto de la ilustracin y el triunfo revolucionrio de 1789, acompaada de sus premisas bsicas: La fe en el progreso y el control del desarrollo de ese proceso de manera integral (Rodrguez, 1992).

prevaleci el metodologismo emprico positivista, aunque no fue la nica alternativa a seguir; esto sin dejar de lado las tensiones con respecto a la orientacin intelectual alemana de corte kantiano (Rodrguez, 1992).

Esta actitud de bsqueda del conocimiento a travs de las cosas redefini el filosofar convirtindolo en algo diferente, ya no se trata de contemplar al mundo de manera abstracta, sino que la filosofa es la actitud mediante la cual es posible descubrir la forma fundamental de todos los fenmenos naturales y espirituales (Zeitlin, 1982), teniendo como fundamento los principios cientficos de las ciencias naturales newtonianas. Con la modernidad tambin nacen los grandes metarrelatos (Lyotard, 1992), las buenas promesas: el positivismo, el evolucionismo, el funcionalismo, el estructuralismo y el marxismo. Tambin aparecen el liberalismo, la ciencia y la tecnologa como portadoras del anhelado progreso y desarrollo. Se persiguen as, los sueos, las utopas. En fin, la modernidad sienta las bases epistmicamente sobretodo positivistas- para lo que va a ser la bsqueda del conocimiento acerca del hombre, del mundo y de dios. Los racionalistas ilustrados suponan que la humanidad, al obrar segn las leyes de la razn avanzaba a la vez hacia la abundancia, la libertad y la felicidad, o lo que es lo mismo; alcanzaran el desarrollo y el progreso (Alarcn y Gmez, 1999).

No

obstante,

a

estos

supuestos,

la

promesa

moderna

ha

sido

constantemente desmentida por la historia. Ms bien, el reino de la razn result convertirse en una dominacin total del sistema sobre los actores, la destruccin de las economas de los trabajadores y el desarrollo de una sociedad de consumo y altamente mediatizada.

A veces, esta dominacin se extiende a otras de manera prioritaria; pero en todos los casos esta modernidad, sobretodo cuando apela a la libertad del sujeto, tiene la finalidad de someter a cada uno a los intereses del todo. Ya se trate de la empresa, de la nacin, de la sociedad o de la razn misma (Touraine, 1994: 11).

Con esto no estamos negando de manera categrica los logros alcanzados por la racionalidad moderna. Por ahora, lo que nos interesa es la

metamorfosis experimentada por la modernidad como forjadora de su propia crisis y descomposicin.

Algunos entendidos sostienen que la modernidad como proyecto civilizatorio descans sobre diversos supuestos filosficos que se fueron tergiversando a lo largo del proceso de modernizacin6, su fuerza liberadora y revolucionaria que inspir a la Revolucin Francesa- se fue agotando a medida que triunfaba o se desarrollaba. As de una oposicin al oscurantismo del medioevo, a la ignorancia, al aislamiento y a la esclavitud; pas a6

La modernizacin es el proceso de realizacin de la racionalidad moderna. Touraine expresa la decadencia de este proceso en tres etapas de crisis: 1. El agotamiento del movimiento inicial de liberacin; 2. La prdida del sentido de una cultura que se senta encerrada dentro de la tcnica y de la accin instrumental; 3. La puesta en tela de juicio, no slo de las carencias de la Modernidad sino de sus mismos objetivos positivos (1994).

consagrar la postulacin de la razn a la bsqueda de las utilidades, produciendo as el agotamiento del movimiento inicial de liberacin.

La fuerza principal de la modernidad, fuerza de apertura de un mundo que estaba cerrado y fragmentado, se agota a medida que se intensifican los intercambios y aumenta la densidad de hombres, capitales, bienes de consumo, instrumentos de control social y arma (Touraine, 1994: 11).

As la modernidad fundada en una razn objetiva, pasa a la exaltacin de una razn subjetiva; aceptando como criterio ltimo la racionalidad instrumental. Estas transformaciones fueron sealadas magistralmente por la Escuela de Frankfurt7 como el eclipse de la razn moderna. Principalmente Horkheimer y Adorno sostuvieron que con la subjetivizacin de la razn, la modernidad cambia la visin racionalista del mundo en una accin puramente tcnica, utilitaria, pragmtica; en la que la racionalidad est al servicio de necesidades. Tambin Weber se preocup por la

metamorfosis de los objetivos del proyecto moderno, ilustrndola con su famosa metfora del encarcelamiento de la humanidad en una jaula de hierro. Recientemente se han puesto de manifiesto otras tendencias, que tambin han dedicado especial atencin al problema de la crisis de la modernidad. El postmodernismo, que se basa en denunciar el estado de cosas y atacar fuertemente los postulados que sostienen a la racionalidad moderna. En este sentido,7

"La Escuela de Frankfurt resucit la nostalgia. Aoraba la deliberada sensibilidad esttica del tiempo pasado su finalidad fue crear un tiempo paradjico en el que pudiera florecer la sensibilidad y aun fuera tolerada... La Escuela de Frankfurt debe examinarse como respuesta de los hombres a lo inhumano". (Rodrguez, 1992).

La postmodernidad es un movimiento de deconstruccin y desenmascaramiento de la razn ilustrada como respuesta al proyecto modernista y su consiguiente fracaso, esa deconstruccin se expresa: a) un rechazo ontolgico de la filosofa occidental, b) una obsesin epistemolgica con los fragmentos y fracturas, y c) un compromiso ideolgico con las minoras en polticas, sexo y lenguaje (Urdanibia; cit. por Alarcn y Gmez, 1999: 4).

O como seala Lyotard: El postmodernismo designa el estado de la culturadespus de las transformaciones que han afectado a las reglas de los juegos de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del fin del siglo XIX (1979:7).

Por otro lado, tenemos a la neomodernidad, partidaria de seguir manteniendo a la modernidad como proyecto inacabado, sostiene que:

... debemos aprender de los extravos que han acompaado al programa de la modernidad y de los errores del desvariado programa de superacin, en lugar de dar por perdida la modernidad y su proyecto, por completo (subrayado aadido) (Habermas, 1998: 279).

Por ltimo, la teora crtica radical que afirma que la modernidad se convirti en lgica de la dominacin e idiotizacin funcional de la humanidad.

La crisis del proyecto de la modernidad no es un problema de masas; podemos entender porqu los valores de la modernidad estn transubstanciados en el arquetipo de esta civilizacin: el progreso tcnico (Lanz; cit. por Hurtado, s.f. :218).

Despus de esbozar brevemente parte del origen, desarrollo y crtica de la racionalidad moderna, pasemos ahora a analizar la crisis de la modernidad y su relacin con las Ciencias Sociales latinoamericanas, y particularmente con la Sociologa; los paradigmas que la fundamentan y sustentan. Cmo se desarrollaron stas, de qu manera expresaron sus planteamientos y cules son sus denominadores comunes?.

2..- Desarrollo del Pensamiento Social en Amrica Latina El origen del pensamiento latinoamericano tiene un trasfondo epistemolgico que lo ha marcado durante todo su posterior desarrollo. Es decir, hay una doble tensin8 que lo caracteriz y que lo caracteriza actualmente. Pero esta situacin no es casual y singular de nuestra regin. Ya en el origen de la racionalidad moderna existi la controversia (Castro 1988; Sonntag, 1989; Rodrguez, 1992; Sotelo, 1999); lo mismo que en Amrica Latina. Entonces, nos interesa destacar esta situacin para diferenciar el comienzo, si se

quiere, del pensamiento sociolgico cientfico en la regin y hacer mencin as a lo que se dej de lado, lo que se olvid, la otredad9.8

Las actitudes que nos impulsan hacia una mayor reflexin sobre el quehacer de las Ciencias Sociales latinoamericanas, tiene su origen en la antigua, pero renovada idea que sostiene que nos relacionamos con el entorno a travs de experiencias activas que involucran, coparticipativamente, observadores con observaciones, es lo que llamo rasgo hermenutico (Arnold, 1997). Adems la doble tensin est figurada por la prevalencia de metodologismo empirista (positivista) que sirvi como base epistmica para el anlisis de la realidad en contraposicin de la tradicin de la Escuela histrica Alemana y las propuesta weberianas. 9 Nos referimos a la singularidad y heterogeneidad latinoamericana, a lo hbrido a decir de Canclini, esos rasgos es justamente lo que constituye lo otro y distinto.

A la hora de rescatar los verdaderos orgenes del pensamiento social latinoamericano, es necesario tener presente que Amrica Latina no fue partcipe de la formacin del conocimiento sociolgico que se constituy en el siglo XIX, y que sirvi de base a los desarrollos tericos de Comte, Durkheim y Marx. Especficamente, despus de la Segunda Guerra Mundial apareci el pensamiento cientfico sociolgico en la regin, catalogando y desechando de "ensaystico y presocial" a todo el bagaje que hasta ahora se haba construido. De all surge, precisamente la crtica de Roitman quien sostiene que:

... la Sociologa latinoamericana se inicia slo cuando recibe el cuadro terico metodolgico que le proporciona el status de ciencia normativizada, que implica una concepcin de ciencia estrecha, al mismo tiempo que su aceptacin deslegitima todo el pensamiento anteriormente producido como conocimiento sociolgico (1995: 7).

Bajo este principio podramos sealar que Marx no fue socilogo porque no tena ttulo. Solo aquellos que lo poseen lo son. Este reduccionismo al cual se refiere Roitman, termin imponiendo un criterio de verdad y excluyendo a pensadores latinoamericanos como Maritegui, Mart, Rodrguez y Artigas, por el simple hecho de no ser socilogos y no emplear el esquema

cartesiano; aunque sus anlisis hoy aporten una serie de elementos que nos permitan interpretar nuestras culturas y realidades. Lo que hemos hecho es,

... recrearnos en la subsidiaria del pensamiento. Nuestras interpretaciones son explicaciones que se establecen por una relacin comparativa con los padres fundadores de la Sociologa o del conjunto del pensamiento social (Roitman,1995: 7).

As la interpretacin de lo social queda subsumida a aceptar mecnicamente lo elaborado por la racionalidad occidental, para aprehender y adecuar nuestros pases a la bsqueda de factores aceptados cientfica e internacionalmente. De modo, que por ahora nos interesa destacar el pensamiento cientfico latinoamericano coherente con los principios y fundamentos bajo los cuales naci y se desarroll por largo tiempo.

Es de un total consenso entre la mayora de los cientficos sociales, respecto a que las Ciencias Sociales latinoamericanas nacieron institucionalmente despus de la Segunda Guerra Mundial (1945), bajo la influencia del pensamiento positivistaoccidental europeo, y especficamente el

estructural funcionalismo norteamericano (Castro, 1988; Sonntag, 1989). Hasta entonces, lo que estaba presente era la prevalencia de un pensamiento latinoamericano liberal, que tena como base la especulacin filosfica con carcter precientfico, presociolgico y premoderno; ms que la argumentacin basada en el mtodo cientfico de observacin y prediccin. As el trnsito de una ciencia social tradicional caracterizada por los anlisis enciclopdicos y ensaysticos, cedi el paso a una ciencia social

moderna basada en el mtodo cientfico de investigacin

y observacin

emprica (Germani, 1964; Castro, 1988; Sonntag, 1989; Rivas, 1990; Sotelo, 1999).

Este cambio implica la correspondencia estructural con los procesos de modernizacin e industrializacin desarrollados en la regin a partir de la dcada de los sesenta. De modo, que la aparicin de estos procesos en Amrica Latina es lo que explica la superacin del liberalismo y del positivismo, relativamente como marco de anlisis terico-conceptual. Vale decir, que:

La necesidad de consolidar el poder econmico y poltico de las clases sociales emergentes (como de las clases medias y altas en las ciudades y de la misma burguesa industrial en ascenso en el perodo) sobre el proletariado, la clase obrera y los sectores populares, signific que las corrientes del liberalismo y el positivismo fueran desplazadas paulatinamente como los paradigmas que haban representado los intereses materiales e ideolgicos de las clases oligrquicas asentadas en el patrn de reproduccin capitalista primario-exportador y dominado el panorama intelectual de la regin desde el siglo XIX (Sotelo, 1999: 3).

As el desarrollo del pensamiento social10 latinoamericano tendr que ir quebrando el progreso hegemnico del liberalismo y del positivismo como corrientes tericas, para instaurar los nuevos marcos epistemolgicos, tericos y metodolgicos en el anlisis e investigacin de las Ciencias Sociales de la modernidad.10

En sentido amplio, asumimos que el pensamiento social se relaciona con la elaboracin del discurso sobre lo social. Castro sostiene que: el discurso referido a lo social (a la vida social de los seres humanos, a sus relaciones, acciones, formas de organizacin...) es producto de una prctica intencionalmente realizada en funcin de la construccin de una visin sobre lo social (1988: 54). Revsese adems a Sonntag (1989) para conocer otra acepcin al respecto.

Nacen as el dualismo estructural, el cepalismo - o teoras del desarrollo - y la llamada Sociologa cientfica, basada en la explicacin sociolgica a partir del mtodo emprico que busca la verificacin de hiptesis o teoras de validez y bajo la gida de sta, surge la Sociologa del desarrollo o de la modernizacin de corte neoclsico, estructural y funcionalista, estrechamente ligada a las transformaciones socioeconmicas que venan configurando el modelo hegemnico de desarrollo en y para la regin latinoamericana.

2.1.- Dualismo Modernizante. Precisemos los elementos caractersticos del dualismo modernizante. En el caso de la propuesta estructural-funcionalista del desarrollo y del cambio social, se concibe el desarrollo de manera ahistrica. Se trata de impulsar el trnsito de la sociedad tradicional a la sociedad industrial, desarrollada y moderna. Gino Germani es uno de sus mximos exponentes.

El desarrollo de esta Sociologa cientfica la podemos resumir en tres grandes aspectos: en primer lugar, privilegia los estudios descriptivos para la obtencin de datos primarios sobre la estructura econmica social (industrializacin, empleo, procesos de urbanizacin, movilidad y

estratificacin social). La segunda lnea, tiene que ver con la clasificacin y discriminacin de datos relativos a aspectos como educacin, migracin,

capacitacin profesional, participacin poltica. Por ltimo, los aspectos psicolgicos para medir las actitudes afines o en contra del cambio social. As el desarrollo de estas tres lneas de anlisis basadas en el empirismo, posibilitar el desplazamiento de la sociedad tradicional a la industrial y moderna, paradigma euro-norteamericano a seguir. La diferenciacin existente de etapas entre sociedades no se corresponde a su naturaleza sino a su edad, Germani acu la expresin, para conceptualizar este dualismo como asincronicidad tecnolgica y geogrfica (1965). A continuacin presentamos (Ver cuadro N 1) la versatilidad del paradigma germaniano,que pas a ser clebre y que prcticamente cambi el rostro de algunas de las ciudades ms importantes de Amrica Latina (Lambert, cit. por Quezada

Pastrn, s.f: 3).

Cuadro N 1 PREMODERNIDAD Y MODERNIDAD EN AMRICA LATINA: PATRN PATRN MODERNO I -Sociedad relativamente cerrada. -Imagen bipartida de la sociedad. -Alta congruencia de status. -Inexistencia medios. -Movilidad social vertical relativamente baja. -Base econmica tpica dada por la posesin de la tierra y terciarias. Elaboracin propia. material de estratos -Sociedad relativamente abierta. -Imagen tri (multi) partida de la sociedad. -Incongruencia de status. -Fuerte medios. -Movilidad social vertical alta. -Base econmica con dominio de actividades secundarias. presencia de estratos PREMODERNO

Fuente: Germani cit. por Quezada Pastrn, s.f: 4-5.

2.2.- Dualismo Estructural Cepaliano. La propuesta del dualismo estructural o cepalismo con respecto a las economas de enclave, en su momento fue definida como desarrollo hacia afuera (Cardoso y Faletto, 1969; Bambirra, 1974) o traslado de las

potencialidades de la acumulacin y del capital extranjero a territorios considerados como nacionales.

La dualidad estructural buscaba las razones del subdesarrollo latinoamericano en contraposicin al desarrollo occidental. Las clases dominantes no capitalistas, entre otros elementos, tenan que irse transformando de manera gradual en una sociedad capitalista. Era necesario impulsar el proceso de modernizacin que permitiera al capitalismo transformar las relaciones socioproductivas y superar el subdesarrollo estructural de los pases del tercer mundo hasta convertirlos en pases desarrollados o capitalistas (Sotelo, 1990).

Con la categora heterogeneidad estructural11 se abre otra dimensin en el desarrollo del pensamiento social latinoamericano. La industrializacin por sustitucin de importaciones, supone para el dualismo estructural, la superacin del desarrollo hacia fuera al desarrollo hacia adentro, tomando en cuenta las caractersticas particulares de cada nacin que faciliten el desarrollo industrial capitalista de la economa latinoamericana (Pinto, 1985; Quijano, 1989).

2.3.- Teora Cepalina del Desarrollo. Derivada de la teora del desarrollo surge el desarrollismo cepalino o de la Cepal (Comisin Econmica para Amrica Latina), con Ral Prebisch a la cabeza. Su propuesta central consiste en el desarrollo hacia adentro y en la reduccin de la dependencia externa. Esta tesis va en contra de la teora tradicional de comercio exterior de corte ricardiana; que argumenta que la divisin internacional del trabajo debi forjar y especializar a los pases latinoamericanos como uncentro

perifrico

productor

y

abastecedor de materias primas. Segn Sotelo:... los postulados de esta teora son los siguientes: a) los adelantos de la productividad en los centros industrializados llegaran a compartirse con ventajas adicionales para los pases dependientes debido a que el progreso tcnico se difunde con mayor vigor y11

En el contexto donde nace esta categora compartimos la acepcin de Pinto: Heterogeneidad histrica, en que conviven unidades econmicas representativas de fases separadas por siglos de evolucin, desde la agricultura primitiva, a veces precolombina, a la gran planta siderrgica o de automotores montada a imagen y semejanza de la instalada en una economa abierta (1985: 43).

amplitud en la produccin tipo industrial; b) la demanda de productos primarios (importaciones) creceran en proporcin directa al incremento de los ingresos de los centros industriales, estimulando las exportaciones y los ingresos de los pases en vas de desarrollo y c) en la medida en que se reforzara el modelo primario-exportador quedara organizado el desarrollo de estos pases (1999: 13).

As, el autor deja explcito que el desarrollo se lograra a partir de la industrializacin y la creacin de la industria latinoamericana mediante su diversificacin. Para esto era esencial la intervencin estatal y el despliegue de una poltica gubernamental, con respecto a la sustitucin de importaciones y el desarrollo del mercado interno por la expansin de la demanda de las clases sociales.

Desde el punto de vista del modelo econmico hegemnico de desarrollo presente en Amrica Latina, las tesis de la Cepal cobraron mayor importancia; la diversificacin industrial y, por ende, la ampliacin del

mercado interno deberan contribuir a crear los establecimientos industriales necesarios, que garantizaran el desarrollo sociopoltico de la regin y a su vez la coherencia con el modelo econmico. No obstante, las Ciencias Sociales latinoamericanas en su empeo por superar el subdesarrollo, lo tradicional, alcanzar el progreso y por ende, la modernizacin de nuestras sociedades, terminaron sumergidas en la trampa histrica del capitalismo. Al respecto Agustn Cueva dice:

... el aorado desarrollo nacional autnomo no fue, en efecto, ms que una quimera. La economa latinoamericana no logr desarrollar un mecanismo autnomo de acumulacin, puesto que sta sigui

dependiendo en ltima instancia de la dinmica del sector primarioexportador y de sus avatares en el mercado internacional (1993: 193).

De modo que el resultado final, no fue la conquista de la autonoma econmica pregonada por la burguesa y sus intelectuales orgnicos, sino el afianzamiento de la dependencia estructural.

A raz de la crisis de las tesis cepalinas sobre el desarrollo latinoamericano, se produce un debate que da origen al posterior surgimiento del

endogenismo, neodesarrollismo y de la teora de la dependencia.

2.4.- Endogenismo. Por una parte, el endogenismo surge como reaccin al marxismo ortodoxo de los partidos comunistas de orientacin sovitica y maosta. Tericamente, su punto de partida, lo ubicamos en la acumulacin primitiva del capital en las economas dependientes, en las que debe seguir el esquema de Marx: las fases manufactureras y fabril; en un proceso que se entrelaza con otros modos de produccin que preexisten al capitalismo. Autores endogenistas como Arauco, utilizando la teora de la articulacin de los modos de produccin y las contribuciones de Marini, arguye que los procesos que buscan el desarrollo autnomo en la regin:

... se localizan en el anlisis de este ciclo, pero la explicacin global de su funcionamiento debe tomar en cuenta adicionalmente si es que pretende fijar toda su causalidad estructural- la problemtica que est siendo tratada bajo la denominacin general de articulacin de modos de produccin (1974: 84).

En sntesis, los elementos de esta propuesta, en cuanto a su diagnstico del atraso y de la estrategia para superarlo son los siguientes:

a.) Concibe el desarrollo como proceso lineal e histrico al asumir la sucesin entre los distintos modos de produccin (esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo). b.) Los pases latinoamericanos se encuentran en transicin entre el feudalismo y el capitalismo. c.) Ello significa la coexistencia y articulacin de dos o ms modos de produccin, integrados por diversas clases dominantes o sectores explotadores y dominados o explotados: burguesa imperial y local, terratenientes, oligarqua, obreros proletarios, campesinos. d.) El sistema poltico se hace funcionable mediante los acuerdos entre el imperialismo y los terratenientes. Para liquidar el feudalismo se hace necesario impulsar la reforma agraria y promover la revolucin en alianza con la burguesa local.

2.5.- Neodesarrollismo.

Paralelo al endogenismo surge el neodesarrollismo, de orientacin socialdemcrata rescatando el desarrollismo y al marxismo de autores como Hilferding. De la mano de la burguesa industrial y valorando las

experiencias, asumen que es posible el desarrollo capitalista a partir de las soluciones que se puedan dar en el seno del subdesarrollo y de la dependencia. Sus planteamientos son los siguientes:

a.) Formulacin alternativa a la de la teora de la dependencia, particularmente en su vertiente marxista. b.) Busca afirmar la hegemona de la burguesa en el plano nacional. c.) Sus idelogos provienen del desarrollismo o de la teora de la dependencia. Anbal Pinto, Aldo Ferrer, Francisco de Oliveira, Fernando Cardoso. d.) De la misma manera que el endogenismo, el neodesarrollismo enfatiza las condiciones estatal-nacionales para el anlisis del desarrollo del capitalismo en Amrica Latina (Sotelo, 1999).

2.6.- Teora de la Dependencia. Por ltimo, la teora de la dependencia. En torno a la acepcin del trmino dependencia han discurrido muchos autores, nosotros compartimos el anlisis de Sonntag con respecto a la cuestin de s la dependencia es un

enfoque (Cardoso y Faletto) o una teora (Quijano, Vania Bambirra, Mauro Marini). La diferencia entre ambas, es decir, entre enfoque y teora tiene que ver con que el primero es un mtodo de aproximacin a la realidad; mientras que la segunda pretende elaborar hiptesis y leyes precisas que den cuenta o permitan explicar el desarrollo del capitalismo dependiente en su especificidad (Sonntag, 1989). Vania Bambirra ha propuesto una serie de elementos que permiten precisar el pensamiento de la dependencia, ms no sus orgenes tericos-polticos y menos el contexto de su surgimiento:

a.) Las elaboraciones tericas de Marx y Engels sobre la cuestin colonial. b.) La controversia de los socialdemcratas rusos y del mismo Lenin con los narodniki-populistas. c.) La teora del imperialismo y sus alcances, en Luxemburgo, Hilferding y Lenin. d.) La aplicacin del pensamiento de Mao Tse Tung y el problema del subdesarrollo propuesto por Paul Baran.

No obstante, estos elementos independientemente de los anlisis de Bambirra, podramos decir que a partir de la disputa con el marxismo endogenista y el neodesarrollismo, surge la teora de la dependencia identificada con la revolucin cubana y con los ideales libertarios y justicieros del socialismo; encontrando asidero terico y metodolgico que posibilitaron

su constitucin. Ruy Mauro Marini expone uno de los intentos ms acabados para la constitucin cientfica de la teora de la dependencia (1974). El objeto de estudio de la teora de la dependencia es la formacin econmico-social latinoamericana, a partir de su insercin en la economa capitalista mundial; abarcando el perodo colonial y el postindependentista, en donde la economa exportadora cede su paso a la economa industrial capitalista dependiente. Esta desarrolla su propio ciclo de reproduccin en el mercado interno, escindindose en dos esferas: la alta, propia del consumo de las clases burguesas y medias, y la baja, que forma el consumo de las clases trabajadoras que se reproducen a costa de su salario. Sotelo sostiene que en el:... plano de la reproduccin surge, as, un rgimen de surperexplotacin del trabajo, como contrapartida de la transferencia de valores y de plusvala que las economas dependientes realizan sistemticamente hacia las industrializadas (1999: 6).

Finalmente, el instrumental terico-metodolgico lo forma el marxismo que parte de la teora del valor-trabajo de Marx y de sus categoras como instrumentos de anlisis (Ver cuadro N 2).Cuadro N 2 MODERNIDAD MARXISTA LATINOAMERICANA PATRN MODERNO MARXISTA II

-Clases. -Luchas de clases. -Cambios revolucionarios. -Sistema de dominacin. -Clase dominante. -Crisis sistmica. -Hegemona.

-Dependencia. -Clase proletariado. -Pases centrales/periferia. -Utopa. -Razn. -Dogmatismo. -Fines. -Modernidad. media/

Fuente: Quezada Pastrn, s.f: 8-9.Elaboracin Propia.

De esta manera se cierra un perodo que va desde la institucionalizacin de las Ciencias Sociales, superando relativamente los marcos metodolgicos conceptuales positivistas hasta el desarrollo de stas bajo una perspectiva cientfica. Podramos recapitular las diversas expresiones de lo que ha sido el desarrollo del pensamiento social latinoamericano en: realismo social o liberalismo, fsica social o Sociologa positivista, dualismo estructural-

funcionalista, Sociologa cientfica y Sociologa del desarrollo o desarrollismo cepalino y por ltimo la teora de la dependencia.

La bsqueda de estas sociologas, indistintamente de su orientacin epistemolgica consisti fundamentalmente en explicar los cambios

econmicos, sociales, polticos y culturales que iban a configurar las nacientes regiones latinoamericanas, en conceptualizarlos y en darles sistematizacin terica, con el objeto de encontrar instrumentos o

herramientas que le permitieran intervenir en dichos procesos (Sonntag, 1989). Especficamente, en el caso del pensamiento cepalista y del marxismo latinoamericano, a pesar de sus divergencias tericas y epistmicas, comparten prcticamente la misma visin acerca del desarrollo latinoamericano, a partir de la idea del proceso histrico como progreso.

Aunque ambas postulaban el rescate de la realidad en contraposicin de una apologa del status quo, terminaron aceptando - en el caso del cepalismo que era posible alcanzar el desarrollo; caracterstica esencial de la sociedad capitalista, a partir del capitalismo occidental. Por su parte el marxismo, fundament su creencia en una revolucin democrtico-burguesa que pudiera fundar las bases de un capitalismo nacional, eslabn que a futuro garantizara la revolucin socialista.

Esta coincidencia no es casual; recordemos que el pensamiento social moderno tiene su orgen en la interpretacin de la historia como progreso, Kesting seala:si el progreso en el siglo XVIII fue esencialmente un

progreso de la razn, de la moral y de la humanidad, ahora se centra en la civilizacin econmica, industrial y tcnica (1959: 40). Estas ideas

permearon todo el desarrollo del neoclasicismo econmico y del estructuralfuncionalismo en la Sociologa, an ms, bajo estos planteamientos occidental europeo positivistas nacieron los paradigmas de las Ciencias Sociales latinoamericanas; con la creencia de que una vez emprendidos los

procesos que planteaban la bsqueda del progreso alcanzaramos mayor racionalidad de nuestras sociedades y la felicidad de sus integrantes; en este sentido Sonntag afirma:

... tal conviccin, reside en la confianza de que los cambios econmicos y de la estructura de clases generaran las condiciones para la instauracin definitiva de la democracia representativa como forma de rgimen del Estado, independientemente de si ellos eran inducidos por el desarrollo en el sentido cepalino o por la realizacin de una revolucin democrtico-burguesa (1989: 56).

En fin, al imponerles a las sociedades latinoamericanas una mayor racionalidad tecno-econmica, se producira tambin una mayor racionalidad poltica, que a su vez produjera la autorregulacin del sistema poltico a travs de la participacin de los ciudadanos. Es obvio, que este planteamiento mecanicista dej de lado las caractersticas particulares de la regin y de cada uno de los pases que la conforman, y como resultado los paradigmas dominantes en la Sociologa latinoamericana terminaron idealizando el desarrollo sociopoltico de Amrica Latina. De modo, que la tarea de hacer Sociologa siempre estuvo reducida a una Sociologa del cambio social, del orden, del poder y del desarrollo; que abierta a la capacidad comprensiva, creadora e interpretativa, proporcionada por nuestras realidades (Roitman, 1995).

Dicho esto, podemos afirmar que la tragedia de la Sociologa latinoamericana radic principalmente en la no biunivocidad con las dinmicas de las

revoluciones de nuestro continente12; desafortunadamente ningn aparatoconceptual sociolgico sirvi para aprehender la racionalidad y el desarrollo de los acontecimientos sociales en nuestros pases (Quezada Pastrn, s.f: 6). (Ver cuadro N 3).

Cuadro N 3HECHOS Y PARADIGMAS

1.-Rev. Mexicana (1910). 2.-Rev. Boliviana (1952). 3.-Rev.Cubana (1959). 4.-Experiencia Chilena (1970). 5.-Rev. Nicaragense.

1.-Positivismo. 2.-Estructural-Funcionalismo. 3.-Cepalismo. 4.-Teora o Enfoque de la Dependencia.

Fuente: Quezada Pastrn. s.f. 6Elaboracin Propia.

Este vaco abre un espacio para una Sociologa que podramos denominar de la Revolucin para diferenciarla sustancialmente de la del poder (Mills,1985). Observado el cuadro N 3, hay experiencias exitosas para la captura del poder (Cuba, Nicaragua), como fracasadas (Chile, Bolivia); adems de fenmenos difcilmente definibles y caracterizables (Mexico). En ninguna de ellas podramos sealar una continuidad secuencial atribuibles a leyes o predeterminaciones. Cada una tuvo su caracterstica particular, que llev al hundimiento de la concepcin que rega para ese momento. Un ejemplo de ello es el caso de la revolucin cubana, que quebr la12

Hasta hace poco, seala Ingrosso; las Ciencias Sociales latinoamericanas se hallaban en una situacin de casi completa dependencia respecto a las norteamericanas y europeas... Se copiaban casi acrticamente fines, interpretaciones, anlisis e instrumentos metodolgicos de las Ciencias Sociales occidentales. (1973). Aqu tambin radica unas de las llamada maldiciones de la Sociologa latinoamericana; el hecho de someter la realidad de manera mecnica a interpretaciones tericas producidas en otros contextos y bajo otras razones. (Roitman, 1995).

sucesividad de las etapas propuestas por el marxismo (Sonntag, 1989), o la revolucin boliviana que no pudo ser explicada de manera alguna por el estructural-funcionalismo, diseado para describir sociedades estables y equilibradas. Adems de la revolucin nicaragense y el proceso insurrecional salvadoreo que no pudieron ser aprehendidos ni por el cepalismo ni por la teora o enfoque de la dependencia.

Un balance es cierto, las Ciencias Sociales y particularmente la Sociologa no lograron desarrollar adecuadamente, ni la modernizacin, ni el crecimiento econmico, ni la dependencia (Torres Rivas, 1990). En el caso de la Sociologa, se produjo una sustitucin temtica y analtica que redujo la capacidad totalizadora de sus anlisis13; circunscribindola nada ms a la cuestin poltica, as se desarrollaron temas como los relacionados con el Estado, las instituciones polticas, los partidos polticos, el sistema electoral y la sociedad civil; en desmedro de las verdaderas cuestiones tales como: el desarrollo econmico, cambio social, razones estructurales, entre otros. Esta situacin de desinters por los grandes temas latinoamericanos posibilit la efervescencia de los estudios microsociolgicos, que no se resuelven con la mera interdisciplinariedad. Para algunos estos cambios vienen a representar los sntomas que ponen de manifiesto la cada de los grandes paradigmas de13

Es importante destacar aqu que no fue solo una sustitucin por la mera cuestin poltica a corto plazo; si no que tambin se privilegi lo cientfico econmico, convirtindolo en el determinante indeterminado de la Sociologa. Esto como expresin de las relaciones de poder que cristalizaban en las mayoras de nuestras regiones y que de alguna manera subyacan (cen) detrs de la institucionalizacin de las Ciencias Sociales (Mires, 1993).

las Ciencias Sociales latinoamericanas, en este sentido, el clima cultural que ahora nos toca vivir,

... presenta una descomposicin de las ilusiones sobre un mundo mejor y Amrica Latina no es sino la confirmacin - sin duda transitoria del fracaso de la modernidad. Las Ciencias Sociales no pueden sino reflejar como siempre lo han pretendido- esa realidad (Torres Rivas, 1990: 20).

En este sentido pasemos a analizar ahora al pensamiento latinoamericano en el marco de la crisis de paradigmas.14

3.- La Sociologa Latinoamericana en el Contexto de la Crisis de Paradigmas.

1 14

El paradigma est constituido por miembros de una comunidad cientfica que slo ellos comparten, y a la inversa, es la posesin de un paradigma comn lo que constituye a un grupo de personas en una determinada comunidad cientfica, grupo que de otro modo estara formado por miembros inconexos (Kuhn, 1997). Ahora bien, cuando nos referimos a la llamada crisis de paradigmas, para decirlo con palabras de Cathalifaud precisamos que lo nico medianamente evidente es la constatacin que un tipo de ciencia, al que debemos los cimientos de nuestras disciplinas, han perdido su hegemona siendo procesualmente desbordado desde distintos ngulos. Por dentro, a travs del contundente cuestionamiento de los fundamentos tradicionales de la validacin del conocimiento cientfico, que inicia K. Popper, y desde fuera, por sus resonancias respecto a los incrementos observados en la complejidad societal que acompaan al despliegue de la modernidad en los pases industrializados (1997: 2), proceso que ha sido denominado postmodernidad. Quizs este ltimo fenmeno, desde el punto de vista sociolgico, es decisivo; puesto que la autodescripcin de la sociedad contempornea ya no se deja reducir por monlogos basados en teoras totalizantes.

Estudiosos del tema han insistido en el hecho de que estamos viviendo en una realidad cuya dinmica est llena de mltiples acontecimientos. La complejidad y la rapidez con que se suscitan los cambios y la dificultad en conocer su direccin y naturaleza han llenado de cierta incertidumbre la realidad global, se habla de cambio de poca, crisis de paradigma15, trnsito hacia una sociedad postindustrial, postmoderna o postcapitalista (Drucker, 1994) y as, otros calificativos que procuran dar cuenta de ciertos fenmenos que han transformado a la sociedad moderna en los ltimos aos.

Los procesos sociales referidos, suponen nuevas articulaciones en las relaciones sociales entre ciudadanos, partidos polticos y Estado.

Transformaciones en los Estado-nacionales y el redimensionamiento de las relaciones entre stos y los actores del Sistema Internacional (Cardozo,

1998). La presencia de los nuevos actores sociales (Agencias Financieras Internacionales y ONGs) en la gestin de las polticas pblicas. Adems de las diversas crisis en distintos ordenes de la vida social que configuran nuevas dimensiones de lo social. Tomassini, asume estos cambios como caractersticas particulares del fenmeno de la globalizacin. De acuerdo al autor este fenmeno;15

Adems de otras cadas estamos presenciando la transformacin de las bases epistemolgicas que sustentaron por mucho tiempo nuestros modos de hacer investigacin social. Decamos anteriormente, que indistintamente de las sociologas desarrolladas en Amrica Latina, todas ellas tuvieron como bases analticas al metodologismo empirista, cuestionado y sumergido hoy en una crisis irreversible y necesaria. (Cathalifaud, 1997; Chaves Tesser, 1999).

... comprende la difusin de un nuevo paradigma tecnolgico, al mismo tiempo que la de los procesos productivos, los movimientos financieros, los cambios en los mercados laborales, los diseos organizacionales, la forma de gestin, la educacin y las habilidades de la gente, los sistemas de informacin y comunicacin, las formas de vida urbana y familiar, las pautas de consumo, publicidad y mercadeo, los conocimientos, valores y preferencias de la ciudadana y, por ende, la transformaciones que afectan a la sociedad, la economa, la poltica, los ncleos urbanos, la empresa, la oficina, el hogar, y la utilizacin del tiempo libre (1995, 149).

Justamente,

todos estos cambios son los que le permiten afirmar a

Fukuyama que ha llegado el fin de la historia; por otro lado Cioran apunta que:... el fin de la historia est inscrito en sus comienzos, la historia , el hombre presa del tiempo, llevando los estigmas que definen, a la vez, al tiempo y al hombre... As como los telogos hablan, y con justa razn, de nuestra poca como de una poca post-cristiana, as se hablar un da de las ventajas y desventajas de vivir en plena posthistoria... El tiempo histrico es un tiempo tan tenso que es difcil no ver cmo podra no estallar (1976: 36).

Este fin de la historia al cual nos referimos permite entonces re-pensar todo lo que se acepta como verdad, as se comienza a cuestionar la estructura cultural y poltica en la literatura, en la historia, en el lenguaje en el arte, el modo de vida y las humanidades.

En el mbito latinoamericano y con las especificidades que le son propiasest presente el debate de estos temas. Para algunos autores (con posturas optimistas) se trata de colocar a las Ciencias Sociales y en particular a la Sociologa en el camino que la dirija hacia una comprensin y transformacin

de la realidad social, anteponindose a las corrientes ideolgicas hegemnicas -tales como el neoliberalismo- que procuran imponer una visin pragmtica y al mercado como el paradigma que debe regir las relaciones sociales. Para otros slo se trata de poder mantener la tensin epistemolgica, ms que su desplazamiento por otra manera de hacer investigacin social y por ende de pensar.

En ese sentido, sera oportuno, entre otras cosas, considerar que en este debate estn presentes tambin las mltiples transformaciones que actualmente se suceden en el aparato productivo mundial. Cambios que obedecen fundamentalmente a lo que Prez (1991) denomina un cambio de paradigma , que est relacionado con las diversas modificaciones en los procesos de produccin e intercambio, que configuran el nuevo modelo tecno-econmico, oponindose al viejo orden mundial instaurado a partir del perodo de posguerra. Estamos experimentado muchos cambios, de un sistema bipolar -que tena como actor fundamental al Estado- hemos pasado a desarrollar nuestras relaciones en un sistema multicntrico que tiene como eje diversos actores, entre ellos, el Estado, las empresas transnacionales y organizaciones no-gubernamentales (ONGs) ( Moneta y Quenn, 1994; Alarcn, 1997).

Paralelamente a estas transformaciones en el orden econmico y poltico; todo parece estar bajo cuestionamiento: el modo de vida, la cultura, la

ciencia, la filosofa, el arte y la historia. Se trata, como seala Martnez (1993) de una crisis de los fundamentos del pensamiento, o crisis de la racionalidad moderna (Chaves Tesser, 1999). Paradjicamente, la cada de los grandes relatos o metarrelatos (Lanz, 1991; Lyotard, 1992) han posibilitado la emergencia de diversas formas de acceder a la realidad y por ende al conocimiento16;

... la integralidad, el enfoque holstico, la intersubjetividad, el relativismo y la incertidumbre, entre otras, comienzan a formar parte de las categoras utilizadas por la ciencia en el proceso de conocimiento y explicacin de la realidad; las cuales estn acompaadas de una visin del proceso mismo de conocimiento que plantea que nuestra mente no sigue una va causal, lineal, unidireccional, sino, tambin, y, a veces, sobre todo, un enfoque modular, estructural, dialctico, gestltico, interdisciplinario, donde todo afecta e interacta con todo, donde cada elemento no slo se define por lo que es o representa en s mismo, sino y especialmente, por su red de relaciones con todos los dems (Martnez, cit. por Ramos, 1997: 181).

Obviamente, que todos estos cambios de alguna manera han trastocado las bases epistmicas de los paradigmas que sustentaron el desarrollo del pensamiento social latinoamericano. Un hecho ms concreto estriba precisamente en la crisis17 y transformacin que actualmente experimenta el16

Con la cada de la racionalidad moderna se abren nuevos espacios de organizacin y participacin que antes haban estado restringidos o que por lo menos la modernidad no consideraba. As la sociologa cientificista moderna da paso a la hermenutica, a la fenomenologa y a la etnometodologa, la historia de vida; entre otras metodologas cualitativas Al respecto ver a Michel Maffesoli. La Socialidad en la posmodernidad (1994), o el trabajo titulado Aproximacin a una Sociologa de la postmodernidad, ponencia que present en el I TALLER CIENTIFICO INTERNACIONAL "SOCIEDAD Y CIENCIAS SOCIALES EN LOS UMBRALES DEL SIGLO XXI". Universidad de Matanzas, Cuba, 1996.17

Hablamos de crisis de un sistema cuando la estructura vigente de un sistema admite menos posibilidades de resolver los problemas presentes en l, que las requeridas para la conservacin, de modo que dicho sistema no puede seguir existiendo de la misma forma en que lo vena haciendo

Sistema Capitalista Mundial y las regiones que lo conforman, tal es el caso de Amrica Latina y el Caribe. Los diversos cambios han producido una serie de desajustes dentro del Sistema Capitalista Mundial y de sus distintos rdenes, situacin que tambin se refleja en lo interno y externo de las Ciencias Sociales, -sobretodo en aquellas que tenan y an mantienen como sustento terico-metodolgico al paradigma positivista- y en particular en la Sociologa latinoamericana como ciencia y profesin. De modo que la actual crisis por la cual atraviesan las Ciencias Sociales de la regin est vinculada con el cuestionamiento y transformacin del modelo de desarrollo. En otras palabras, la crisis del Sistema Capitalista Mundial, de su racionalidad y del proyecto de civilizacin en el que ste descansaba ha producido la crisis de los diversos modelos explicativos que alimentaron el pensamiento social latinoamericano (Sonntag et al. , 1989).

Decamos anteriormente que la Sociologa latinoamericana fue como una especie de recipiente en donde se meta toda especie terica metodolgica, que a su vez le permiti enmarcar a los diversos contextos sociales, fue subsidiaria del pensamiento social de Occidente. Tambin sealbamos que la Sociologa latinoamericana se nutre de dos fuentes presentes en la dinmica de las sociedades latinoamericanas -si as la podemos llamar-

complejas de fenmenos. Por un lado, la particularidad y especificidad de(Sonntag, 1989).

cada regin vinculada a los procesos de desarrollo y modernizacin realizados despus de la segunda guerra mundial. La otra fuente, son los procesos actuales que no se desvinculan de las transformaciones y cambios que se han producido y se suceden en el sistema capitalista. Dentro de esa dinmica con especificidades endgenas y exgenas, ubicamos el desarrollo de la Sociologa latinoamericana en las cuatro ltimas dcadas. Al respecto es necesario sealar los aportes de modelos explicativos, tales como, el desarrollismo cepalino, que logr superar la idea germaniana de la sociedad occidental industrializada a la existencia y formulacin del capitalismo perifrico. Por otro lado, el dependentismo que desarroll sus estudios con relacin a las caractersticas especficas de los actores y sus vinculaciones con los sistemas de dominacin.

Esos aportes del pensamiento social latinoamericano muestran un rasgo esencial: se quiso destacar la importancia de la particularidad y la

singularidad de los fenmenos sin negar su vinculacin al sistema capitalista. Aunque no negamos los aportes e intentos del materialismo histrico de enfatizar los enfoques particulares de las dinmicas latinoamericanas (periferias) desde ellas mismas y no desde fuera (centro) (Quijano et al., 1989).

Una vez expuesto sucintamente lo que ha sido el desarrollo de la Sociologa latinoamericana y teniendo en cuenta la existencia de ciertos procesos que

han sido calificados como parte de una crisis del modelo de acumulacin, es pertinente preguntarse, Qu relacin hay entre la crisis del modelo de acumulacin y la crisis de la Sociologa?. La transformacin del sistema histrico social se va a expresar primeramente en el subsistema econmico y luego se manifiesta en el orden sociopoltico.

Expliquemos esto. Una vez terminado el acuerdo monetario internacional Bretton Woods, (sucedido entre la dcada de los setenta y ochenta y

caracterizado por la estabilidad monetaria internacional) respaldado por los pases desarrollados; se produjo tambin la cada de las tasas de

crecimiento econmico de las economas de mercado, se estancaron las inversiones productivas de las industrias, se incrementaron desempleo y aument la inflacin. las tasas de

Estos sntomas demuestran la ineficiencia de los recetarios keynesianos a largo plazo, puesto que no se trataba de perodos cortos de recesin, sino de una crisis que tenda a agravarse en el tiempo. Esta situacin no tard mucho en presentarse en los pases latinoamericanos, incluso con mayor gravedad dadas las especificidades histrico-estructurales de la regin

(Sonntag, 1988). Estos fenmenos tambin se hicieron presentes en el orden socio-poltico, ms concretamente en el llamado Welfare State o Estado de Bienestar18. La teora econmica keynesiana otorg un rol18

Es importante destacar aqu la caracterizacin que hace Portantiero del Estado latinoamericano: Quizs el tema ms recurrente planteado en la actual discusin sobre la crisis es el de los roles del

fundamental al Estado dentro del sistema de acumulacin, a ste le corresponda en situaciones econmicas coyunturales bajar o aumentar la demanda. Es decir, aumentaba la demanda en coyunturas dbiles y la

bajaba en coyunturas altas.

Tambin eran tareas del Estado emplear mecanismos que le permitieran intervenir en el mercado, (productor de bienes y servicios) adems de

regular y distribuir beneficios a los distintos grupos y sectores sociales, deviniendo as en Estado prebendalista, asignador de privilegios (capitalismo asistido), (Portantiero, 1989); pero una vez que el Estado se le imposibilita cumplir con sus demandas y privilegios sociales, su legitimidad queda entredicha y los diversos actores comienzan a ejercer presin para que sus demandas sean satisfechas; lo que significa que el bienestar de ahora en adelante ser selectivo, focalizado y excluyente (Fleury, 1998; Rivera, 1996; Alarcn y Ramrez, 1999; Alarcn y Gmez, 1999). As de alguna manera se debilita el subsistema de relaciones sociopolticas que el Estado Benefactor haba logrado conformar (Poulantzas, 1979).

Esas transformaciones se expresan tambin en las Ciencias Sociales latinoamericanas, en la llamada crisis de paradigma (Lechner, 1988) o crisis epistemolgica (Zemelman, 1993). La crisis del modelo de acumulacin

Estado... La controversia emerge en los aos 70 y se corresponde con la decadencia (o mejor con la disfuncionalidad con respecto al desarrollo capitalista) del llamado Estado de bienestar en los pases capitalistas avanzados y del Estado de compromiso nacional-popular (o populista) en las sociedades ms atrasadas (1989: 88).

pone en entredicho los enfoques y

producen la crisis de los modelos

explicativos19. De esta forma se vincula la crisis del modelo de acumulacin capitalista con la crisis de la Sociologa. En otras palabras, las transformaciones suscitadas en el sistema capitalista mundial producen la imperiosa necesidad de que las Ciencias Sociales, en particular la Sociologa, como seala Sonntag: deben repensarse a s mismas, en sufundamentacin epistemolgica, en su modo de conceptualizacin, en su forma de construccin terica y en su manera de aproximarse a la realidad... (1989: 17).

En este sentido la crisis actual del sistema histrico capitalista mundial y de sus regiones representan un reto para la Sociologa como ciencia y

profesin y para las dems disciplinas sociales latinoamericanas. As la crisis de nuestras estructuras hbridas a decir de Canclini, est vinculada con la crisis de la Sociologa. Al igual que los retos que represent la crisis del capitalismo antes y despus de la segunda guerra mundial para la Sociologa; hoy la crisis tambin le plantea nuevos y viejos retos que exigen de ella una total reestructuracin, una respuesta y explicacin que pueda dar cuenta de los diversos problemas y desafos de lo real social20. Los retos que1 19

La crisis crea crecientemente una crisis de legitimacin del Estado capitalista y permea todo su relacionamiento con los dems ordenes. As que las Ciencias Sociales, llamadas a interpretar, legitimar y explicar la racionalidad del Sistema Capitalista tambin se ven afectadas a lo interno de ellas... (Sonntag, 1988, 1989). 20 Entendemos a lo Real-Social como el contexto o realidad social, conformada por diversas estructuras; en donde interactan los actores. Al respecto vase a Sonntag, (1988). En otro sentido Lo Real-Social como constructo terico o tipo ideal nos permite dar cuenta de la realidad social, de los contextos sociales en donde tratamos de aprehender dialcticamente las interpretaciones y

la crisis representa son de distintos tenores: polticos, sociales, econmicos, culturales, tnicos, ambientales; convirtindose una vez ms en una cuestin social. De modo que:

... la historia de la sociologa comienza en aquel momento en que se rompe la validez sobreentendida de las instituciones y los valores, y se reconoce el cuestionarla como objeto relevante de investigacin (Jons, cit. por Sonntag, 1989: 115).

De manera, que si asumimos la relacin dialctica que existe entre realidad y teora, nos damos cuenta que la vinculacin entre la crisis del sistema capitalista y las Ciencias Sociales, y en especial la Sociologa como ciencia y profesin es inobjetable, a pesar de la gran variedad de interpretaciones existentes.

4.- Algunas Visiones de la Crisis. La preocupacin intelectual y el compromiso tico-poltico por conocer los

destinos de la Sociologa, sus retos y desafos para el nuevo milenio, implican en un primer momento aproximarse a lo que han sido los estudios sociolgicos de las sociedades latinoamericanas. Es decir, analizar las tendencias epistemolgicas, metodolgicas, tericas-conceptuales que hanexplicaciones de los diversos fenmenos presentes en dichos contextos.

prevalecido en el quehacer sociolgico de los entendidos, en los ltimos tiempos. Esto nos va a permitir disear una serie de estrategias para dar cuenta de la inquietud que nos gua y dar por satisfecha nuestra preocupacin y bsqueda.

Son muchos los estudios actuales y no tan actuales que se han venido produciendo en este sentido desde diversas perspectivas epistemolgicas, lo que significa que nuestra bsqueda resulta relevante en estos momentos de incertidumbre. As por ejemplo, los estudios hechos por el profesor Gregorio Castro Socilogos y Sociologa en Venezuela (1988), en donde desarrolla el proceso evolutivo de la Sociologa en Venezuela, la delimitacin del campo del saber sociolgico, las tendencias en la investigacin, sus retos y

perspectivas. Otros estudios que tienen relacin con nuestra bsqueda han sido los de Heinz Sonntag Duda / Certeza / Crisis (1988), all desarrolla una serie de anlisis que dan cuenta de los modelos explicativos que predominaron en las Ciencias Sociales latinoamericanas (desde la posguerra hasta la cada del socialismo real), la llamada crisis de paradigmas, retos y posibles perspectivas de las Ciencias Sociales en la regin.

En otro trabajo de Heinz Sonntag con Anbal Quijano, Fernando Caldern y Francisco WeffortNuevos temas, nuevos contenidos?. Las Ciencias ante el nuevo siglo (1989), se

Sociales de Amrica Latina y El Caribe

desarrollan una serie de estudios prospectivos desde diversas perspectivas

epistemolgicas a partir del pasado, presente y posible futuro de las Ciencias Sociales en Latinoamrica.

Otros estudios que sirven de antecedentes a nuestra investigacin son los reseados por Yraima Camejo Ron: El debate actual en las Ciencias la autora revisa los temas ms

Sociales latinoamericanas (1996), all

importantes abordados en el debate actual de las Ciencias Sociales. Por otra parte, los trabajos de Martn HopenhaynPensar lo social sin

planificacin ni revolucin? (1992); las investigaciones de Hugo Zemelman Sobre bloque histrico y utopa en Latinoamrica (1993) y

la obra de

Edgardo Lander

Retos del pensamiento crtico latinoamericano en la

dcada de los noventa (1990). En estas investigaciones los autores desde

distintas posiciones

tericas-metodolgicas dan cuenta de la crisis que

actualmente atraviesa a las Ciencias Sociales latinoamericanas y proponen diversas lneas de accin para los nuevos retos de la investigacin social. Por ltimo, mencionamos el trabajo de Fernando Mires El discurso de lamiseria, o la crisis de la Sociologa en Amrica Latina (1993), en la que

desarrolla la importancia del actor social y la nueva responsabilidad de los socilogos de recuperar las dimensiones histricas y humano de lo social, y no seguir de alguna manera recolonizando a partir de los otrora procesos de desarrollo.

Otras investigaciones que cabe mencionar son las realizadas por Norbert Lechner Los desafos de las Ciencias Sociales en Amrica Latina (1988); yLas Ciencias Sociales en Amrica Latina hacia el Ao 2000. Una prospectiva institucional (1988) de Juan Carlos Reyna, adems de la obra de Juan

Carlos Portantiero Una visin prospectiva de las Ciencias Sociales enAmrica Latina (1988); presentados a la Reunin Informal de Consulta para

evaluar resultados del Gran Programa I, 1986-1987, e identificar estudios prospectivos prioritarios de la regin hacia el ao 2.000, auspiciados por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO). En estos anlisis de la situacin actual de las Ciencias Sociales de la regin desde diversas perspectivas epistemolgicas, los autores sealados abordan la importancia de la crisis del pensamiento social latinoamericano a partir de la crisis del modelo societal capitalista y aportan desde una ptica prospectiva posibles salidas a la situacin; las Ciencias Sociales han de producir las respuestas que demanda de ellas la realidad social. A partir de la revisin documental nos hemos dado cuenta que existen varios denominadores comunes explcitos e implcitos en los aportes de los

distintos autores; por lo menos en las obras revisadas hasta ahora. Desde la identificacin de la crisis que constituye su objeto de reflexin y sus distintas expresiones en lo real social, hasta la relacin dialctica entre teora social y contexto societal.

Estas ideas conllevan a la interpretacin epistmica y metodolgica de que las fuentes del pensamiento social latinoamericano por excelencia- no son abstractas, sino que por el contrario estn en nuestras realidades y se contraponen a las tendencias empricas de corto alcance sin llegar a formulaciones tericas, epistemolgicas, metodolgicas, e incluso

institucionales que puedan dar respuestas a las mltiples complejidades que revisten los procesos de transformacin, ya que los modelos explicativos (desarrollismo cepalino, marxismo ortodoxo, teora de la dependencia) que sustentaron el debate de las Ciencias Sociales latinoamericanas (en especial los de la Sociologa) han entrado en una crisis de paradigmas (Lechner, 1988), de inteligibilidad (Hopenhayn, 1992) o crisis epistemolgica

(Zemelman, 1993). En fin han perdido vigencia, frente al pragmatismo y ala hegemona de la ideologa neoliberal o de postulados que acogen muchos de sus planteamientos (Camejo, 1996: 17).

En

esa

misma

direccin

encontramos

los

trabajos

del

Consejo

Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y los de la Facultad Latinoamrica de Ciencias Sociales (FLACSO), Balance de la produccin enCiencias Sociales en los ochenta y noventa (1997) realizado durante el VII

Seminario Internacional en Conmemoracin de los Cuarenta aos de FLACSO y los Treinta de CLACSO. En ste se debati lo respectivo a lo que ha sido la produccin cientfica intelectual de las Ciencias Sociales en los ltimos veinte aos, poniendo tambin de manifiesto la necesaria e

imprescindible tarea de re-visitar a nuestras Ciencias Sociales y a la Sociologa en especial. Se trata de una re-elaboracin general de las reas vinculadas a la ciencia sociolgica que tiene implicaciones en el redimensionamiento del quehacer sociolgico21, y por ende en la

resignificacin del campo del saber sobre lo social.

Ante el panorama anteriormente descrito se hace necesaria e imprescindible la tarea de re-pensar el campo epistemolgico de la Sociologa

latinoamericana,

... creo que hay muy buenas razones por la que los socilogos tienen el sentimiento de que se encuentran en algn tipo de crisis... hay que desarrollar un debate en tres direcciones: al pasado, nuestra herencia, al presente, los desafos de la herencia; al futuro, las perspectivas de la Sociologa y las Ciencias Sociales en el siglo veintiuno. Creo que la imagen de la Sociologa y ms fundamentalmente de la Ciencia Social ser transformada radicalmente en los prximos cincuenta aos y que deberamos revaluar nuestra herencia, no rechazndola sino reformulndola en un contexto ms amplio y sobre nuevas premisas epistemolgicas... (Wallerstein1996: 2).

As, la Sociologa est llamada a buscar respuestas a la crisis del sistema histrico social capitalista, a partir de las distintas intervenciones en el contexto de lo real social de la heterogeneidad estructural 22 latinoamericana21

Esta categora de anlisis est relacionada con el campo del saber sociolgico que est formado por cuatro ordenes fundamentales: terico-conceptual, metodolgico, epistemolgico e institucional (Sonntag, 1988; Follari, 1989; Maffesoli, 1990; Castro, 1998; Quijano, 1989). 22 Para efectos de nuestra investigacin la categora Heterogeneidad Estructural la utilizaremos en su acepcin ms amplia y reciente- como bien lo expone Quijano: la elaboracin de esta categora en Amrica Latina se funda en el descubrimiento de que la sociedad latinoamericana es una totalidad en que se articulan diversos y heterogneos patrones estructurales. No es un conjunto de dos o ms estructuras separadas, con relaciones externas entre s en el marco de las jurisdicciones estatales

(Gmezjara, 1992). O bien, como lo destaca Alain Touraine, la tarea de la Sociologa latinoamericana ser:

... definir lo ms pronto posible, y con toda precisin, cules sern las nuevas formas de combinacin entre la gestin de una sociedad industrial, y la gestin de las formas de trnsito de una sociedad preindustrial a una sociedad industrial, dentro del cuadro de la dependencia y de cierta coyuntura internacional (1989: 22).

As a

medida

que

la crisis produce y exige cambios, ajustes y

transformaciones en la regin latinoamericana, en esa misma medida el anlisis sociolgico ha de irse renovando a partir de sus construcciones tericas, metodolgicas y epistemolgicas que le posibiliten dar cuenta de los diversos problemas de lo real social (Moreno, 1995). Es evidente la

desfiguracin de la modernidad como racionalidad en sentido weberiano y de sus promesas de orden y progreso realizables en un decurso histrico unilineal.

Ya se empiezan a observar los cambios y adaptaciones, la nueva socialidad de la cual habla Maffesoli (1990), heterotpica para Moreno (1995) se abre espacio; o la sociedad postcapitalista de trabajadores de servicios y trabajadores del conocimiento que propone Drucker (1994), o la sociedad transparente y massmeditica de Vattimo (1994), la socialidad narcicista de Lipovestky (1986) , o la socialidad lisa y comunitaria de Alarcn y Gmez (1998), que parecen hacerse duea de los espacios existenciales. En fin(1989: 34).

nos encontramos en una encrucijada en donde el quehacer del trabajo intelectual de los cientficos sociales en especial el del socilogo- debe ir configurando nuevas formas de entender y disear lo social en contextos de incertidumbres y de contingencia23 que impliquen un final abierto.

CAPITULO I IANLISIS DEL QUEHACER SOCIOLGICO DE LOS DOCENTES E INVESTIGADORES DEL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGA DE LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE Y SU VINCULACIN CON LAS EXIGENCIAS DE LO REALSOCIAL(Aproximacin Terica-Emprica)

23

Ya nuestro quehacer no estar dirigido a la bsqueda de verdades objetivas, esta depende de las proposiciones sobre la realidad que se hagan dentro de los lenguajes humanos, y los lenguajes humanos son distintos entre s, son cambiantes en la historia, son al fin y al cabo, creaciones humanas producidas socialmente (Collado Mella, 1999).

El aparato conceptual que el pasado ha desarrollado a travs de la elaboracin conceptual, esto es, en realidad, la transformacin conceptual de la realidad inmediatamente dada, y a travs de la clasificacin bajo los conceptos que correspondieron al estado de sus conocimientos y a la orientacin de su inters, est en permanente contraposicin con aquello que queremos y podemos obtener a partir de la realidad en un nuevo conocimiento Max Weber, 1973.

En este captulo se intenta analizar comparativamente lo que ha sido el quehacer sociolgico24 de los docentes del Departamento de Sociologa de la Universidad de Oriente (UDO), durante el perodo comprendido entre 19851997, y el debate sociolgico presente para dicho perodo en Amrica Latina (Ver cuadro N 4). Esto pasa por analizar las implicaciones propias de todo quehacer profesional. En este sentido, nos interesa la contribucin a la resignificacin y redimensionamiento del campo del saber sociolgico; su tendencia respecto a su desarrollo investigativo y los desafos que le plantea la realidad social. Para tal fin, se considera la informacin recolectada en el trabajo de campo, proveniente de las entrevistas aplicadas a una muestra 25

24

El quehacer sociolgico es definido por cuatro ordenes del campo del saber sobre lo social: tericoconceptual, metodolgico, epistemolgico e institucional. En este caso, para efectos de nuestro anlisis nos interesan los tres primeros. 25 A tales efectos se escogi el muestreo intencional u opintico basado en una seleccin de los elementos con base en criterios o juicios del investigador (Arias, 1997: 53). En este caso el criterio de escogencia de los entrevistados fue el siguiente: que hayan estado laborando durante el perodo en estudio en el Departamento de Sociologa, como profesores ordinarios a dedicacin exclusiva o tiempo completo, independientemente de su condicin actual de personal activo o jubilado.

constituida por un total de quince (15) socilogos que en su condicin de investigadores y docentes laboran o trabajaron en dicho Departamento.

Cuadro N 4TEMAS DEL DEBATE SOCIOLGICO LATINOAMERICANO. DECADA DE LOS 80 MODELO TERICO: DESARROLLISTA DEPENDENTISTA EJE TEMTICO: PLANIFICACIN DEL DESARROLLO, CAMBIO SOCIAL. TEMAS URBANIZACIN, MOVIMIENTO POPULAR, INDUSTRIALIZACIN, DEPENDENCIA DEMOCRATIZACIN HISTRICOSOCIAL Y POLTICA, ESTRUCTURAL, INTERVENCIN IMPERIALISMO Y PLANIFICADORA DEL DICTADURA, IZQUIERDA ESTADO, REVOLUCIONARIA, MODERNIZACIN Y ALTERNATIVAS DE DESARROLLO, DESARROLLO, AUTORITARISMO, CRISIS SOCIALISMO, Y REFORMA DEL MILITARISMO, MUJER, ESTADO, DELINCUENCIA, NEOLIBERALISMO VIOLENCIA URBANA, ECONMICO, AMBIENTE, DROGA Y MARGINALIDAD, NARCOTRFICO, INFORMALIZACIN, NUEVOS ACTORES Y CULTURA POPULAR, MOVIMIENTOS CULTURA POLTICA, SOCIALES. INTEGRACIN LATINOAMERICANA, GLOBALIZACIN. DCADA DE LOS 90 MODELO TERICO: DIVERSOS MODELOS DE ANLISIS EJE TEMTICO: PROBLEMTICA ECONMICA, TEORA Y PENSAMIENTO.

TEMAS FIN DE LAS IDEOLOGAS, GLOBALIZACIN, REDEMOCRATIZACIN, ESTADO, REFORMA DEL PROGRAMA DE AJUSTES, ESTADO, POLTICA SOCIAL, CRISIS PRIVATIZACIN, DE PARADIGMAS, DESCENTRALIZACIN, TERICA, INTEGRACIN EPISTEMOLGICA, LATINOAMERICANA, GNERO, DEUDA NUEVOS ACTORES, EXTERNA, COMERCIO, MOVIMIENTOS RELACIONES SOCIALES, PROBLEMAS INTERNACIONALES, ECOLGICOS Y FAMILIA, JUVENTUD, CULTURALES, PROBLEMTICA PRODUCTIVIDAD, ECOLGICA Y COMPETITIVIDAD, AMBIENTAL, POBREZA, CAPITALISMO, MINORA AGRICULTURA, SOCIOCULTURAL, DERECHO HUMANOS, ECONOMA INFORMAL, PARTICIPACIN, NARCOTRFICO, SOCIEDAD CIVIL, LIDERAZGO, RELACIONES TECNOLOGA Y MEDIOS. INTERNACIONALES, POBLACIN, INDIGENAS, POSTMODERNIDAD.,POL MODERNIZACINTICA SOCIAL ESTADO. Fuente: Torres Rivas, 1990; Cepal, 1990; Camejo Ron, 1996; Vergara, 1996; AIS, 1996; Clacso, 1997; Alas, 1997-1999.

Elaboracin Propia.

De igual manera, se revisa la produccin intelectual de estos profesionales para ese momento contenida en: Informes de Investigacin, Monografas,

Ensayos, Trabajos de Ascenso, Tesis de Maestra y Doctoral.

Este estudio, nos va a permitir establecer una relacin analtica entre la produccin intelectual de estos docentes y el debate sociolgico, que como

expresin de la llamada crisis sociolgica estaba presente para ese momento en Latinoamrica. Cabe destacar que los organismos receptores y promotores de este de de debate, Ciencias Ciencias principalmente, Sociales Sociales fueron el la la Consejo Facultad Asociacin

Latinoamericano Latinoamericana

(CLACSO), (FLACSO),

Latinoamericana de Sociologa (ALAS), la Comisin

Econmica para

Amrica Latina y el Caribe (CEPAL) y la Asociacin Internacional de Sociologa (AIS), brindando distintos aportes y propuestas temticas en las distintas coyunturas ocurridas en la regin latinoamericana.

Tal labor, nos aproximara, a la operatividad de los modelos y esquemas tericos, metodolgicos y epistemolgicos globales o de corto alcance, vigentes en la produccin intelectual, frente a los grandes cambios que vienen ocurriendo en las sociedades latinoamericanas y caribeas. De modo, que la dinmica de nuestras realidades, lo hbrido, lo heterogneo y lo multicultural aunado a los aspectos propios de la Sociologa como ciencia y profesin, de alguna manera han repercutido en las diversas tendencias temticas y en la produccin sociolgica que configuran el universo de especificidades, y en las respuestas a los desafos de la realidad. En ese sentido, se produce una relacin intrnseca entre teora y realidad. Vergara (1996: 5) afirma que:... la estrecha relacin que existe entre las transformaciones societales y las que se van produciendo en las ciencias sociales ha

sido reconocida por los principales tericos y constituye un consenso de la comunidad cientfica. Dicha relacin no se limita a la mera influencia, se trata, ms bien, de una relacin biunvoca: una interrelacin.

De igual modo sostiene Camejo Ron:Vamos a encontrar no slo una estrecha vinculacin entre los temas del debate y lo que ocurre en la realidad, sino tambin entre modelos explicativos y orientacin temtica. Una y otra dimensin se enlazan dialcticamente dibujando un espacio caracterizado por la presencia de la variedad pero tambin por la recurrencia de temas eternos y de retos analticos permanentes, los cuales siempre han representado un desafo para la produccin cientfica sociolgica del continente (1996: 7), (subrayado nuestro).

De ah la importancia de establecer la relacin existente entre la produccin intelectual de los socilogos y el debate sociolgico presente durante los ltimos doce aos. Los mismos estn vinculados al desarrollo del pensamiento social latinoamericano. Como observamos en el cuadro N 4, y haciendo un ligero balance de lo que ha sido el debate sociolgico en los ltimos aos, tenemos que en la dcada de los ochenta (80), el mismo estuvo centrado en temas micropolticos y microsociales, entre los que caben destacar los siguientes: Mujer, Juventud, informalizacin,

Delincuencia, Violencia Urbana, Cultura Popular, Democracia, Alternativas de Desarrollo y Tecnolgicas. Adems de los llamados temas de largo alcance entre los que se mencionan: Estado, Crisis y Reforma del Estado, Ambiente, Droga y Narcotrfico, Integracin Latinoamericana y

Globalizacin, Nuevos Actores y Movimientos Sociales.

Es importante

destacar que en la orientacin de estos temas subyace la idea de disear y

promover opciones y alternativas de desarrollo distintas a las propuestas emanadas de las agencias multilaterales e imaginarios de desarrollo. (Lechner, 1977 y 1981; Hinkelammert, 1987; Sonntag, 1988; Quijano, 1989; Camejo, 1996, Vergara, 1996).

En la dcada de los noventa (90), se le da continuidad a la discusin temtica presente en los aos ochenta, adicionndosele otros temas vinculados a la problemtica econmica regional, siendo esta ltima el eje central sobre el cual gira el debate. Entre los nuevos temas podemos mencionar los siguientes: Gnero, Familia, Problemas Ecolgicos, Poltica Social, Poltica Econmica, Problemas Epistemolgicos, Crisis Terica de las Ciencias Sociales, Agricultura, Reconversin industrial, Inversiones

Extranjeras, Relaciones Internacionales, Globalizacin, Descentralizacin, Privatizacin, Programas de Ajuste, Neoliberalismo, Derechos Humanos, Salud, etc. (Ver cuadro N 4 pg. 55). No hay que olvidar que esta dcada se caracteriz por la aplicacin de estrategias que promovieron un ajuste macroeconmico produciendo efectos que agravaron la situacin de crisis ya presente desde la dcada anterior. De ah que la produccin intelectual estuvo mayormente orientada por el inters de producir respuestas puntuales y de corto alcance, en detrimento de los estudios sistemticos y de largo alcance relativos a la dimensin terica, social, econmica y poltica de nuestra heterogeneidades estructurales e hbridas a decir de Quijano y Canclini.

As mismo, con la imposicin del ajuste econmico, tambin viene una visin particular de lo social; por una parte, se disean y ejecutan acciones que responden al panorama de crisis presente en esta dcada, las cuales se limitan a paliar las condiciones de vida de los ms pobres, y por la otra, se reduce el papel del Estado en lo social, a travs de polticas de descentralizacin, desregulacin y privatizacin de empresas y servicios sociales. Coraggio (1999) califica esta situacin como un dominio del paradigma neoliberal, caracterizada tanto por el poder econmico de quienes lo impulsan, como por su capacidad de penetrar el discurso y las prcticas, incluso de quienes -por defender a la democracia- estaban llamados a ser sus oponentes.

En las dcadas de los aos ochenta y noventa especialmente en los aos ochenta- la transformacin experimentada en el modelo de acumulacin en Amrica Latina va desde la crisis del Estado Populista, pasando por el

aumento desmedido de la deuda externa, el estancamiento de los salarios reales, la prdida creciente de autonoma regional a favor de los organismos crediticios internacionales, hasta el deterioro creciente de los niveles de vida de las mayoras, se asiste as a la crisis del Estado. Del lado de las Ciencias Sociales esas transformaciones se van a refle