Teroria de Los Somatotipos de Sheldon y Stevens
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SOMATOTIPO Y CRIMINALIDAD
Investigaciones efectuadas por Sheldon, y sus colaboradores (“Varieties of Delinquent
Youth, 1949), y por los esposos GLUECK (“Unraveling juvenile delincuency, 1950” y
“Physique and delincuency”, 1950; según estos autores encontraron correlaciones
entre los somatotipos y su inclinación por la delincuencia, pero estimulados
necesariamente por factores exógenos o sociales del mundo circundante o
mesológico. Los resultados de las investigaciones criminológicas y de las conductas
socialmente peligrosas, de los somatotipos, diferían de los hallazgos de los biotopos de
Ernest Krestschmer.
Jacinto Viola, el padre de la Biotipología italiana expresaba: “que la forma era la
imagen plástica de la función”, y ésta debe tener su correlato en la función mental que
representa la conducta humana, y se relaciona con el comportamiento antisocial y
criminal. Esto significa que la Biotipología podría explicar como una de las causas
tendenciales a la delincuencia y del estado peligroso, correlacionado estadísticamente
entre la forma corporal o morfológica, hábitos psicológicos y sociales de la conducta
criminal o delictiva. Porque es necesario admitir que la delincuencia y el estado
peligroso, tienen origen en múltiples y complejas causas condicionantes y
determinantes, generalmente por las malas condiciones de existencia social que
plantea la vida material y cultural.
Sheldon y Stevens se interesaron en establecer la correlación entre los diversos tipos
delictivos con los somatotipos. Con el objeto de comprobar su hipótesis, emprendieron
un nuevo y mediato estudio de 200 jóvenes delincuentes albergados en Hayden Good
will Inn de Boston. Examinaron cuidadosamente historias clínicas, sociales y
criminológicas, que las completaron con los estudios somatotípicos y criminológicos. El
material recogido fue objeto de cuidados tabulación y análisis matemático-estadístico.
Estas nuevas investigaciones se materializaron en el libro: “Varieties of Delinquent
Youth”, que los estudiosos de esta doctrina criminológica constitucional morfológica y
de los temperamentos, lo sintetizan en las siguientes conclusiones:
a) PRIMERA TESIS.- La mayoría de estos delincuentes estudiados, son
pronunciadamente mesoformos ectopénicos con endomorfía moral; desde el
punto de vista psiquiátrico aparecen como dionisiacos levemente paranoides,
carentes de autonomía y misticismo; son de estatura media o más bien baja y
también de inteligencia general mediocre. Sus familiares parecen ser propensos
al acto delincuencial, con desconocimiento de las reglas éticas y sociales.
b) SEGUNDA TESIS.- En el origen de la delincuencia como de la conducta
antisocial, se nota el enorme influjo de factores sociales, principalmente el
fracaso de los educadores en la consecución de sus objetivos pedagógicos de
socializar al hombre, fundado en la filosofía de la vida, de cooperación
creadora, en vez de la competencia o rivalidad malsana apropiadora y
dominante en los bienes y de la riqueza, en perjuicio de las mayorías
nacionales, la gente pobre. Esta filosofía del egoísmo, individualismo y
liberalismo dogmático y totalitario, es corrupción burguesa del capitalismo
salvaje, que deforma la mente y la personalidad del hombre, que lo convierte
en un ser cavernario y animalizado, en un hombre primitivo, egoísta, vanidoso,
antisocial, egocéntrico, asocial y salvaje.
Las madres de los delincuentes exhiben somatotipos displásticos,
contradictorios, macizos y no obstante exhiben elementos asténicos. Sus
reacciones ante los conflictos de la vida diaria, aumentaban la tensión de sus
hijos en el ambiente social-familiar, en vez de disminuirlo y apaciguarlo,
socializarlo y humanizarlo.
c) TERCERA TESIS.- El somatotipo influye en el estilo delictivo, condicionando la
estrategia y la técnica delincuencial. Así por ejemplo, el delincuente
sumamente ectopénico y viscerotónico que inducirán a delitos graves y feroces,
sin compasión, violentos, rápidos y casi siempre sangrientos (caso de los
psicópatas perversos y desalmados asesinos). En cambio el mesopénico
procurará actuar como investigador y organizador del grupo criminal, dejando a
sus cómplices la tarea más pesada y combativa, como forma de vida habitual.
d) CUARTA TESIS.- Los somatotipos de los delincuentes y asesinos más
peligrosos, son casi idénticos a los de los hombres más apreciados o admirados
de la sociedad burguesa-capitalista, es decir, los héroes y grandes caudillos
militares en los que se debe incluir a escuadrones de la muerte, de asesinos y
genocidas militares y policías embrutecidos, depravados y bestializados,
adoctrinados y adiestrados, por agentes del Pentágono y de la CIA; quienes
perpetran actos crueles de ferocidad en la “guerra sucia”, asesinatos horrendos
y de barbarie de exterminio contra la población civil indefensa. Cometen
crímenes de guerra, genocidio, violación de los derechos humanos; terrorismo
de Estado; y homicidios políticos colectivos, con descuartizamientos,
degollamientos masivos de inocentes que habitan en zonas de combate, en las
luchas guerrilleras de liberación nacional; además, estos delincuentes militares,
policías o paramilitares, perpetran robos, pillajes, saqueos, exacciones de
bienes de los pobladores campesinos o en las ciudades, sometidas a estado de
emergencia o toque de queda; realmente los ejércitos burgueses son criminales
y asesinos natos o locos morales; se comportan como ejércitos represivos de la
ocupación de su propio territorio y Nación, sin respetos de la ley nacional y de
las normas y principios del Derecho Internacional de convivencia humana.
Sheldon divisa también, que además de los denominados “héroes” civiles y
militares burgueses, son realmente delincuentes vulgares y despiadados, en los
que se incluyen los delincuentes de “cuello blando y corbata”: (White collars
crime) y delincuentes de altos negocios y finanzas (del grand business-men
crime), grandes ladrones, rateros que cometen una serie de latrocinios contra
el patrimonio del Estado y de las Entidades Públicas como: funcionarios,
empleados y políticos corruptos e inmorales.
En este rubro también se incluyen los delincuentes de los altos negocios y
finanzas del narcotráfico, contrabando, de evasión y defraudación de
impuestos del régimen capitalista: los hombres de negocios y finanzas
(business-men crime, la mafia), de quienes como sostiene Sheldon combaten
contra la sociedad a la que tan devotamente se “dedican” o se hacen rodear de
“laureles y coronas”, o se hacen llamar “heroicos” y “gloriosos” hombres o
caudillos militares de los ejércitos y bandos despiadados.
e) QUINTA TESIS.- Delincuencia y heroísmo se han tornado un continuum en la
vida institucional de la vida norteamericana, que estudió Sheldon, en cuanto a
las actitudes sociales y morales. Sostuvo el investigador: las personas nos se
distribuyen a lo largo de una línea o eje que va de la extrema maldad o de la
extrema bondad, sino que en ese eje se centran círculos de diámetro diverso,
de acuerdo con su eficiencia y labor pulsional, de suerte que los verdaderos
polos éticos se extienden desde el hombre mediocre, insignificante y “poquita
cosa”, hasta el “grande hombre”, cuyo wirkungseffekt, es decir, cuyo impacto
sobre el grupo social es colosal. Este hombre, bajo el signo del amor,
socialización y humanización es sumamente benéfico, pero bajo el signo de la
cólera es sumamente maléfico. Lo mejor y lo peor se confunden en la línea
axiológica, por eso se sostiene que “los grandes santos fueron grandes
pecadores o bribones”. Esto nos lleva a pensar en delincuentes regeneradores;
un criminal arrepentido; un antisocial sublimado puede no solamente
adaptarse a la vida social del grupo humano, sino convertirse en elemento más
propulsor de su progreso, que el hombre medio cuya línea de conducta,
oscilante ante el egoísmo y altruismo apenas produce la impresión a vista de
vuelo de pájaro, en línea trémula e inoperante. Estas tesis simplistas debe ser
revisadas y ampliadas con el progreso de la criminología actual.
La criminalidad especial y la delincuencia en general, como la conducta antisocial del
hombre, no pueden explicarse en forma unilateral, teniendo como causas únicamente
trastornos o defectos morfológicos, constitucionales, fisiológicos, somatotípicos y
psicológicos. La delincuencia y el estado peligroso tienen una variedad de causas
endógenas y exógenas, múltiples y complejas, fundadas en predisposición o tendencias
y mundo circundante criminógeno. El factor antropológico, somático, morfológico y
biotipológico es importante, no podemos despreciarlos, se tiene que valuar en el
examen del conjunto de las causas antropológicas, bilógicas, psicológicas y sociológicas
que provocan y excitan reacciones unitarias y totales del hombre frente al mundo
donde viven.
No cabe otorgar predominancia como causas determinantes de la criminalidad y de la
conducta antisocial a sólo factores antropológico-constitucionales y biotipológicos que
en todo caso serían tendencias o predisposiciones. Tal concepción nos conduciría a
revisar la vieja concepción del delincuente nato de caracteres antropológicos de
Lombroso y la teoría del delito natural de Garófalo y de otros autores.
Sheldon y Estevens no estudiaron debidamente las causas de la alta y baja criminalidad
de la sociedad norteamericana; especialmente los crímenes, asesinatos, genocidios,
violación de los D.D.H.H. El terrorismo de Estado imperialista y de la CIA en
“operaciones secretas”, en los países dependientes y semicoloniales como el Perú y
ortos países subdesarrollados de América Latina, Asia y África. Los grandes crímenes
de lesa humanidad, crímenes “bestialitatis”, están proscritos por el Derecho
Internacional, como genocidio, etnocidio, crímenes de guerra, terrorismo de Estado y
violación de los Derechos Humanos perpetrados por el imperialismo norteamericano,
como el bombardeo atómico a las ciudades indefensas de Hiroshima y Nagasaki del
Japón, en el año 1945, con más de 500 000 calcinadas y volatilizada por el fuego
atómico. También son crímenes contra la humanidad, las guerras de intervención y
agresión armada perpetradas por EE.UU., contra países subdesarrollados que osan
liberarse del imperialismo norteamericano.
Los crímenes “atrocitatis”, perpetrados en los campos de concentración y exterminio
en hornos crematorios, fosas comunes y clandestinas, donde perecieron hombres,
mujeres. Niños y ancianos inocentes, como 10 000 000 de víctimas. Estos crímenes de
guerra atroces, fueron cometidos por la raza blanca aria alemana, cuando gobernó en
régimen nazi-fascista hitleriano en 1922-1945, cuando conquistó Europa y parte de la
Unión Soviética.
Los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante las guerras mundiales de
agresión y conquista: Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial (1914-1918 y
1939-1945), por el imperialismo, por un nuevo reparto de mercados mundiales y zonas
de influencia. Las guerras regionales de agresión, de rapiña, pillajes y saqueos, son
perpetrados por la raza blanca anglosajona. Ninguno de estos crímenes contra la
humanidad, crímenes “bestialitatis”, o crímenes “atrocitatis”, fueron cometidos por la
raza indígena, negra, cobriza o amarilla. De acuerdo a las teorías racistas
criminológicas, tendríamos que concluir que la raza blanca aria o anglosajona y sus
descendientes, es la raza más criminal y temible del mundo. Felizmente el factor raza
como causa de criminalidad es rechazada por la ciencia.
Los crímenes contra la humanidad, no son consecuencia del factor raza o racial, sino de
las ambiciones y codicias del capital monopolista de las metrópolis imperiales, que
apetecen las riquezas naturales y la mano de obra barata de los países
subdesarrollados o neocoloniales. El capital imperialista es el que comete crímenes
atroces de lesa humanidad y no la raza blanca o de otro color. Esta es la conclusión
científica de la criminología y de otras ciencia afines, contra las teorías racista-
criminológicas oriundas de EE.UU. y Europa.