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TEORÍA DE LA EDUCA CIÓN, Vol. VI (1994) pp. 161-183
El estatuto epistemológico
de la animación sociocultural
X A V I E R U C A R M A R T Í N E Z
Universidad Autónoma de Barcelona
SUM MA RY.-Intervention is the nucleus of the Socio Cultural Animation;
processes that, because of it s basis, destination and aims, are social and cultu
ral action. The diferenciaton between physical-natural technology and social-
humanistic technology leads us to point out that SCA s nature is from the
second, making concrete the tipology of knowledge in wich it is based on . We
conclude with our own conceptual analysis and with a characterization of SCA
as one of the diferent technologies of Social Education.
1 . I N TR O D U C C I Ó N
«La reflexión
ilosófica
no puede librarse de la postura dominante de la ciencia»
(Bubner,
1984:73).
La l i teratura científica equipara hab itualmente «episteme» y «ciencia» . A pesar de la
incorrección sustancial de dicha equiparación
1
la epistemología suele ser definida como
la filosofía de la ciencia o, más en concreto, como aquella «rama de la filosofía que
estudia la investigación científica y su producto, el conocimiento científico» (Bunge,
1985:13). Esto quiere decir que a la epistemología, como disciplina, le interesa saber
todo aquello relacionado con una forma específica y exclusiva de conocimiento, el que
fundamenta y construye lo que denominamos «la ciencia».
La animación sociocultural , sin embargo, no es una ciencia ni tan sólo una forma de
conocer. No existe, de hecho, un conocimiento propio y específico de la animación, sino
que ésta se consti tuye como una forma de actuar, de intervenir en/sobre una realidad. La
animación sociocultural no es una acción para conocer -aun cuando al actuar (accionar)
obtengamos conocimiento sobre la propia acción, sobre nosotros mismos y sobre el ob
jeto al que aquella se dirige-, es una acción para transformar, para mejorar sustantiva-
1. Al decir del profesor Fullat, ambos vocablos no son equivalentes. El primero era para los
griegos un saber objetivo, sistematizado y total, mientras que, a partir de Galileo, el significante
«ciencia» -de «scire» y no de «scientia»- continúa designando un saber objetivo y sistematizado,
pero no total. La ciencia -ahora ya de los fenómenos y no de las cosas- o, más concretamente, el
saber científico, vendrá además esencialmente caracterizado por la posibilidad de ser sometido a
prueba, de ser contrastado (1983:33-4).
i i
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XAVIER UCAR MARTÍNEZ
mente una realidad concreta. Esto quiere decir que, en principio, no tendría sentido ha
blar de una epistemología de la animación sociocultural.
Entendida como instrumento/metodología de intervención en/sobre una realidad, la
animación sociocultural ha sido definida y caracterizada como una tecnología social
(Ander-Egg, 1986:177) (Ucar, 1991:224). Uno de los rasgos definitorios de la tecnología
es que se apoya en la ciencia, en el conocimiento científico. En este sentido sí que pode
mos pensar en una epistemología de la tecnología, que constituiría -con palabras de
Bunge- una epistemología regional (1985:26). Esto quiere decir, así mismo, que pode
mos elaborar una epistemología de la animación sociocultural en tanto que tecnología
social de la intervención en/sobre los grupos y las com unidades. Epistemología regional
que estará, a su vez, determinada por las variaciones, transformaciones y/o cambios que
se produzcan en la epistemología de las ciencias a las que fundamenta su acción.
Acometer en este m arco la elaboración de una epistemología de la animación socio-
cultural supondría fundamentalmente:
a) Definirla y averiguar cual es su contenido específico, su «objeto» propio (lo que
es y su porqué).
b) Caracterizarla como una tecnología social, dado que es aquello que permite, jus
tamente, hablar de su estatuto epistemológico.
c) Concretar cuáles son sus objetivos su
para qué).
d) Analizar el conocimiento o los tipos de conocimiento en los que se fundamenta
(aquello en qué se basa).
e) Especificar sus condiciones de posibilidad
(su quién, su a quién, su cómo, su
cuándo y su dónde).
Nos centraremos en las cuatro primeras cuestiones, dado que la quinta excede las
posibilidades de este trabajo y, por otra parte, ha sido ya estudiada en otro lugar (Ucar,
1991).
2 . L A A N I M A C I ÓN C O M O A C C I Ó N I N T E R V E N I V A
La animación sociocultural es, genéricamente considerada, acción social y acción
cultural. La definimos como acción social y como acción cultural por su destino, por su
fundamento,
por su
método
y por su
finalidad.
La definimos también como acción edu
cativa por el ámbito en el que se enmarca en ambas consideraciones.
La an imación se dirige a lo social, utiliza lo social como una de sus metodologías y
es y pretende ser social. Lo social, en tanto que conjunto de personas que comparten una
realidad concreta, es el destino de las intervenciones generadas en el marco de la anima
ción sociocultural. Lo social, como tejido relacional y asociativo existente en la comuni
dad, se constituye en fundamento de la intervención a realizar, dado que d eterminará el
nivel y la calidad de aquella. Una bajo nivel relacional y asociativo en una comunidad
2.
En la intervención sobre la realidad pueden darse efectivamente acciones sociales y cultu
rales por separado, aunque lo más normal es que se den conjuntamente. De hecho hay muchas
acciones interventivas en las que resultaría difícil delimitar aquello que es social de lo que es pro
piamente cultural.
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demanda una intervención mas primaria e instrumental que otra en la que estas redes
relaciónales existen. En la segunda se dispone de los canales interpersonales e interinsti
tucionales para la generación y difusión de proyectos y programas, mientras que en la
primera no.
Lo social, en tanto que intercomunicación e intercambio personal, grupal y/o colec
tivo (técnicas de comunicación y expresión, técnicas relaciónales y de dinámica de gru
pos,
etc.) constituye uno de los caminos interventivos fundamentales. Lo social,
finalmente, como interacción, «tejido», interrelación personal, destino compartido, terri
torio común, avance y desarrollo conjunto, se manifiesta como una de las finalidades
básicas de las tareas de anim ación.
La animación se dirige, así mismo, a lo cultural, usa lo cultural como medio de in
tervención, y es y pretende ser cultural. Con otra formulación: la cultura personal y co
lectiva es destino, fundamento, medio y objetivo de la intervención sociocultural. Es
destino porque la cultura personal y comunitaria constituye el interlocutor al que se diri
gen las tareas de la intervención. Es fundamento porque el nivel cultural de la colectivi
dad determinará el nivel cultural de la intervención. Un colectivo culturalmente muy
desfavorecido demandará una intervención externa al propio colectivo, directiva y con
un contenido fundamentalmente instrumental, mientras que un colectivo culturalmente
desarrollado, donde la planificación, gestión, ejecución y evaluación de los programas
de intervención corre a cargo de la propia comunidad, demanda un tipo de intervención
en la que el animador juega únicamente el papel de asesor, consultor o cointerventor.
La cultura es también un medio para la intervención porque las técnicas culturales
(1 . Artísticas: cine, teatro, arte, etc. 2. Artesanales: macramé, barro, m imbre, etc. 3 . Lú-
dicas:
juegos, concursos, etc.) pueden ser utilizadas como instrumento en las tareas in-
terventivas. Es, finalmente, uno de sus objetivos, porque los procesos de animación
sociocultural pretenden enriquecer la cultura personal y comunitaria de las colectivida
des en la convicción de que con dicho enriquecimiento se logra, o se está mejor prepa
rado para lograr, una mejora sustantiva en la calidad de vida
3
personal y comunitaria.
Tanto en su consideración social como en su consideración cultural la animación
sociocultural es una acción educativa. Las relaciones entre aquella y la educación han
sido estudiadas con profusión por distintos autores desde perspectivas diferenciadas
(Quintana, 1986) (Ander-Egg, 1989) (Trilla, 1989) (Froufe/Sánchez, 1990) (Ucar, 1992)
y todos coinciden, en general, en señalar la adscripción educativa de la animación. Coin
cidimos, así mismo, con Trilla al afirmar que la amplitud semántico del vocablo educa
ción imposibilita la comparación de ambos conceptos (1989:37) ya que sería algo
equivalente a comparar el bosque con una rama.
La animación sociocultural constituye una práctica educativa global. Con esto que
remos indicar que afecta a todas las facetas de la persona y del grupo social; es decir,
3. Uno de los conceptos que requieren urgente investigación es el de «calidad de vida». ¿A
qué nos referimos cuando utilizamos en animación sociocultural este concepto? ¿De qué manera
se operativiza para el análisis? ¿Cómo lo podemos evaluar? ¿Qué papel juega lo económico, lo
relacional, la propia realización, etc., en la calidad de vida personal y comunitaria? Intuitivamente
podemos pensar que tener calidad de vida ha de estar relacionado de alguna forma con llevar una
vida acorde con los propios deseos. Cualquier nueva afirmación, sin embargo, abre un nuevo cau
ce de interrogantes ¿Deseos personales y/o comunitarios?, ¿Cómo se equilibran éstos últimos? etc.
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que incide sobre todo aquello ideológico, económico, político, social, relacional, cultu
ral,
etc. Es la educación, por otra parte, quien suministra el marco referencial para la
acción: la intervención, en tanto que la educativa, persigue una transformación de signo
positivo, se orienta hacia la mejora, hacia la perfectibilidad personal y comunitaria.
La animación sociocultural se conforma así como un fenómeno multidimensional,
tanto por el carácter y el contenido de la intervención como por los objetivos persegui
dos. Con su adscripción al ámbito de la educación se pone de manifiesto, una vez, más
el papel primordial de todo lo educativo en los procesos de transformación y cambio
social. Una simplificación de las reflexiones anteriores puede verse en el cuadro n° 1.
ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL: PRÁCTICA EDUCATIVA GLOBAL
ACCIÓN SOCIAL ACCIÓN CULTURAL
Destino
Fundamento: determina
la intervención
Medio/Método
Finalidad
Colectivo comunitario
Comunidad. Conjunto de
personas que comparten
una realidad concreta
Nivel relacional y asocia
tivo.
Canales relaciónales.
««Tejido relacional».
Técnicas de comunicación
y expresión. Técnicas de
dinámica de grupos. Téc
nicas relaciónales, coope
rativas, etc.
Creación de «tejido so
cial».
Interacción comunitaria.
Desarrollo y progreso per
sonal y comunitario.
Etc.
El nivel cultural personal
y comunitario como inter
locutor de la intervención
Nivel cultural personal y
comunitario.
Técnicas culturales: me
dios audiovisuales, técni
cas de creación y difusión
cultural. Teatro, etc.
Enriquecimiento de la cul
tura personal y comunita
ria como uno de los
aspectos de la calidad de
vida.
0
B
J
E
T
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S
D
E
A
P
R
E
N
D
I
Z
A
J
E
Cuadro n°. 1. La animación sociocultural como una práctica educativa global en sus
vertientes de acción social y acción cultural (Cuadro de elaboración propia).
La animación sociocultural es una práctica educativa global que se efectúa en/sobre
las comunidades en forma de acciones sociales y/o culturales. El sentido de dicha prác
tica, el objeto de la intervención, viene determinado por la existencia de un «problema
social» o, lo que es lo mismo,
un conjunto diverso de defectos en la condición social y
humana (Rossi/Freeman, 1989:25). Se hace necesario analizar qué entendem os por «pro
blema social», dado que el sentido de este concepto ha evolucionado en nuestro Estado,
paralelamente al de la animación sociocultural.
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Los primeros procesos de animación sociocultural que se produjeron en nuestra so
ciedad han sido a menudo calificados com o «producto de la necesidad». La acción inter-
ventiva era la respuesta del propio grupo social a una necesidad comunitaria expresa.
Existía, por tanto, un déficit, un «problema social» que había de ser solucionado. Este
problema podía tomar múltiples formas: desestructuración comunitaria, actitudes perso
nales y comunitarias de «indefensión aprendida» ante avatares socio-económico-políti
cos, falta de participación comunitaria y/o social, marginación cultural, falta de recursos
económicos, sanitarios, urbanísticos, culturales, educativos, etc.
En la actualidad, después de casi cuatro décadas de animación sociocultural y con un
panorama cada vez más normalizado
4
respecto a las intervenciones, éstas no tienen por
qué circunscribirse exclusivamente al terreno de la necesidad entendida solamente como
déficits primarios. Si se quiere, contraplanteado, diríamos que existe necesidad siempre
que haya carencia, deseo o posibilidad de perfección, de mejora. En este sentido el con
cepto de «problema social» se amplia considerablemente admitiendo en su seno no sólo
situaciones socio-comunitarias de necesidad (carencia perentoria, primaria, secundaria,
etc.),
sino también de posibilidad, de interés o de deseo
5
. Ejemplos de «nuevos proble
mas sociales» podrían ser las situaciones que generan procesos de an imación sociocultu
ral como los siguientes: mejorar redes asociativas comunitarias (a partir de la evaluación
de las existentes), implementar proyectos culturales comunitarios, tanto de creación co
mo de difusión (teatro comunitario, construcción comunal de servicios, fiestas, excursio
nes,
premios a proyectos, etc.), generar comisiones comunitarias que elaboren o diseñen
proyectos de futuro para grupos, asociaciones, entidades, barrios o c omun idades, etc.
Se ha hablado a m enudo, al analizar los fines de la educación, del constructo
hombre
educado (Jordán, 1990:19). Haciendo un paralelismo un tanto durkheiminiano podría
mos hablar de «comunidad educada» o, si se quiere, «animada». En nuestra concepción
ambos análogos son utópicos; señalan un horizonte que sólo existe como imagen y que
no tiene, por tanto, ninguna consistencia. Se puede hablar de niveles graduales o progre
sivos de educación o de animación, pero no de «hombre educado» o «com unidad educa
da» como algo alcanzado/acabado, en este sentido podemos afirmar, sustentados en
razones histórico-conceptuales, que en la actualidad los procesos de animación sociocul-
4.
Producto, en buena medida, no sólo del extraordinario desarrollo que ha tenido en nuestro
Estado, sino, sobre todo, de la reciente aceptación por parte del Consejo de Universidades de la
Diplomatura en Educación Social, que abre definitivamente las puertas de la universidad a los es
tudios de animación sociocultural.
5.
Decía Epicuro: «De los deseos, unos son naturales y necesarios; otros naturales y no nece
sarios,
y otros no son ni naturales ni necesarios, sino que se originan en la vana opinión...». Cit. p.
71. Vilar, 1988. Analogizando este pensamiento con lo señalado diríamos que las primeras inter
venciones en animación sociocultural, las calificadas de «producto de la necesidad» respondían a
deseos «naturales y necesarios», mientras que las intervenciones actuales responderían no sólo a
éstos sino también a deseos «naturales pero no necesarios» (es natural que el hombre, que las co
munidades, deseen perfeccionarse y progresar pero, ciertamente, no es necesario). Para concretar
aún más, si el análogo lo constituye la pirámide de las necesidades de Maslow señalaríamos que
las intervenciones calificadas de producto de la necesidad respondían a los niveles uno (necesida
des fisiológicas) y dos (necesidades de seguridad). Las intervenciones actuales responderían tam
bién a los tres niveles restantes (necesidades sociales, del yo [comunitario] y de autorrealización
[también comunitaria]).
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turai no son sólo producto de la necesidad, sino, sobre todo, de la propia dinámica evo
lutiva de las sociedades contemporáneas.
3 . L A A N I M A C I Ó N S O C I O C U L T U R A L C O M O T E C N O L O G Í A S O C I A L
«Las tecnologías representan los instrumentos bien adaptados y altamente desarrollados
para superar los problemas definitivos» (Bubner, 1984:139).
La animación sociocultural se justifica como respuesta a un «problema social» (ne
cesidad o deseo de mejora en algún aspecto de la vida) en una comunidad concreta. La/s
accion/es a realizar (intervención) para resolver el problema comunitario concreto (defi
nido) puede/n responder a impulsos, intuiciones o improvisaciones más o menos funda
mentales y pueden ser ejercidas, incluso, de una manera azarosa u ocasonial. Si esto es
así, podremos hablar de prácticas sociales, de acciones sociales ocasionales o de activi
dades sociales, pero no nos podremos referir a ellas como a procesos de animación so
ciocultural (en tanto que tecnología social).
Las acciones ejercidas están motivadas por el deseo, prioritario, de dar solución al
problema. En la medida que dichas acciones sean el producto estructurado y organizado
de una cuidadosa reflexión y de un análisis científico-racional de dicho problema y de
los recursos disponibles y necesarios para atajarlo. Y en la medida, también, que aquella
reflexión esté iluminada por los conocimientos que proporcionan las diferentes ciencias,
estaremos mejor preparados para darle solución con un máximo de eficacia y de eficien
cia. Estamos hablando de diseño, de elaboración de un producto artificial (programa de
intervención) que dé la respuesta óptima a un problema social. No hablamos, sin embar
go, de máquinas, nos referimos a procesos tecnológicos o, con mayor precisión, a una
tecnología social.
Dice Bunge que un cuerpo de conocimientos es una tecnología si y sólo si:
1. Es compatible con la ciencia coetánea y controlable por el método científico.
2.
Se lo emplea para controlar, transformar o crear cosas o procesos, naturales o
sociales (1985:206).
La animación sociocultural cumple ciertamente ambas condiciones. En concreto, usa
los conocimientos científicos que le proporcionan, fundamentalmente, las ciencias socia
les para transformar o crear situaciones o proceso s soc iales. En tanto existe una intencio
nalidad concreta por parte del interventor (se interviene para mejorar la realidad), el
producto elaborado (programa de intervención) tiene algún valor o disvalor social y se
enmarca, por tanto, en unas determinadas opciones ideológico-políticas, podemos hablar
de tecnología social. En el cuadro n° 2 puede verse una síntesis de los pasos metodoló
gicos que ha de seguir un proceso tecnológico como el de animación sociocultural en la
resolución de un problema social. Inferimos este cuadro a partir de la definición de tec
nología dada por Bunge.
Como posteriormente se mostrará, difiero de este autor en el hecho de que única
mente el conocimiento científico es válido como fundamento para la tecnología. Si bien,
como señala Ziman, la
tecnología moderna es predominantemente científica
(1985:20),
no es exclusivamente científica. Desde mi punto de vista, lo que fundamentalmente ca
racteriza a una tecnología, no es tanto el tipo de conocimiento que la sustenta como la
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forma en que se opera y los objetivos que se pretenden. La tecnología entendida como
una operativa, como una forma determinada de actuar ante cualquier situación, es reflexión
sobre
una acción/proceso/técnica
para su optimization. Ante una situación/problema, el ob
jetivo prioritario de la acción tecnológica es
su resolución eficiente y
eficaz.
C on esta pers
pectiva se hace necesario analizar qué conocimiento o qué tipologías de conocimientos
fundamentan la operativa de la animación sociocultural entendida como tecnología social.
CIENCIAS
(Básicamente las
Ciencias Sociales)
proporcionan Propone nuevos
interrogantes
Conocimiento
Científico-
Técnico
posibilita
Análisis
científico
racional
REALIDAD SOCIAL
Problema social
diseño
Producto elaborado
PROGRAMA DE
INTERVENCIÓN
intenta
resolver
eficazmente
APLICACIÓN
Cuadro n°. 2.
Pasos genéricos del proceso tecnológico aplicado a la animación so
ciocultural inferido a partir de los análisis de Bunge
(Cuadro de elaboración propia).
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4 . CONOCIMIENTO/S QUE FUNDAMENTA/N A LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL COMO TEC
NOLOGÍA SOCIAL DE LA INTERVENCIÓN
«La tecnología en todas sus ramas está cargada de gnoseologia»
(Bunge, 1985:215)
«La ciencia, después de todo, es una rama de la literatura; y trabajar en ciencia es una
actividad humana como construir una catedral» (Popper, 1972:185)
«Las circunstancias sociales no cambian únicamente por el solo efecto de la tecnología,
sino que
el
agente del cambio
es la
interacción entre
las
ideas
ilosóficas y la
aplicación
de tecnologías nuevas(...). Se puede asegurar que desaparecerá la separación entre cien
cias naturales
y
ciencias humanas.
La
transformación
de la
ciencia vendrá marcada
por
una renovada capacidad de los científicos para pasar con relativa facilidad de una espe
cialidad
a
otra,
y por un
mayor compromiso
entre los
valores científicos
y
humanos»
(Danzin) .
El punto de partida de nuestro análisis es que el hombre puede, tiene la capacidad y
la posibilidad de conocer
8
. Nos ubicamos, con esta afirmación en la postura ideológica
que ha sido definida y caracterizada como
realismo gnoseologico
(Bunge, 1988:42).
No nos interesa tanto, sin embargo, saber (tener conocimiento de) la génesis del pro
ceso del conocer o incluso su contenido
9
como las características del conocimiento o de
los diferentes tipos de conocimiento que pueden fundamentar la animación sociocultural
como una tecnología social de la educación. Partimos también de la idea de que todo
conocimiento es, en tanto que realizado (sea o no intencionalmente) por una persona,
experiencial. El conocimiento es una experiencia personal y, como tal, intransferible en
toda su compleja riqueza de matices. Para poder compartir dicho conocimiento personal
ha de traducirse a algún código, algún lenguaje que nos permita ponerlo en común. Chis-
holm señala, en este sentido, que resulta tradicional en la filosofía occidental definir cua
tro fuentes de conocimiento:
1.
La percepción externa.
2. La mem oria.
3.
La autoconcienc ia (reflexión o consciencia interna ).
4. La razón (1982:147).
La primera es un canal. La segunda es un depósito. La tercera es un m otor y la cuar
ta es un lenguaje. Todos ellos están mediatizados por nuestra herencia y por nuestra his
toria personal, que son quienes les confieren sus particulares características y los
convierten, además, en generadores de conocimiento por sí mismos o, al menos, en ge
neradores, cada uno de ellos respectivamente, de un tipo específico de conocimiento.
Nos interesa centrarnos, sobre todo, en la cuarta fuente, la razón, dado que será ella fun
damentalmente, la que otorgará al conocimiento el calificativo o la categoría de «cientí
fico». La definimos en tanto que un lenguaje porque es la que suponen y sancionan la
6. Cit. p. 148, Bubner, 1984.
7.
Cit. p. 74, Vilar, 1988.
8. Las tres citas vienen a recoger las ideas que se constituirán en la espina dorsal de las refle
xiones que realizaré a continuación. Esta es la razón por la que me he permitido una tan amplia
citación.
9. Una reflexión, a la vez profunda y operativa, sobre la teoría del conocimiento se puede en
contrar en Chisholm, 1982.
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ciencia, la técnica y la acción planeada. Esta racionalidad es global: no se limita a las
operaciones conceptuales sino que también abarca las empíricas así como la evaluación
(Bunge, 1988:9). Es un lenguaje (no, por cierto, el único lenguaje) porque nos permite
entendernos y porque nos ha llevado, a lo largo de la historia, a consensuar, entre otros
tipos,
lo que hoy denominamos «conocimiento científico».
Bunge caracteriza esta racionalidad global de una forma sistèmica distinguiendo sie
te conceptos, interrelacionados pero diferentes, de racionalidad. Lo que él llama concep
tos nosotros lo caracterizamos como lenguajes derivados o, si se quiere, como el
lenguaje (la razón o la racionalidad) aplicado a ámbitos epistemológicos diferenciados y
diferenciales. Estas racionalidades son:
1) conceptual: minimizar la borrosidad (vaguedad o imprecisión);
2) lógica: bregar por la coherencia (evitar la contradicción);
3) metodológica: cuestionar (dudar y criticar) y justificar (exigir demostración o
datos, favorables o desfavorables);
4) gnoseologica: valorar el apoyo empírico y evitar conjeturas incom patibles con
el grueso de conocimiento científico y tecnológico;
5) ontològica: a doptar una concepción del mund o coherente y compa tible con el
grueso de la ciencia y de la tecnología del día;
6) evaluativa: bregar por metas que, ademá s de ser alcanzables, vale la pena al
canzar;
7) práctica: adoptar medios que puedan ayudar a alcanzar las metas propuestas
(1988:14).
Todas ellas son racionalidades deseables o aplicables a los procesos de animación
sociocultural. Ahora bien, incluso con este esfuerzo de concretización, que sin duda de
limita y amp lía el objeto de nuestro análisis , seguiremos depend iendo en últ imo extremo ,
de aquello que entendamos por «racionalidad ontològica» y, en un segundo paso, por
«racionalidad gn oseologica». En otros término s: ninguna de las racionalidades t iene sen
tido si no definimos previamente lo que entendemos por racionalidad ontològico (ente
racional) y gnoseologica (conocimiento racional).
En respuesta a estas preguntas, Bunge se sitúa en uno de los extremos, el realismo
científico, según el cual,
«la
ciencia proporciona
el mejor
conocimiento
de la realidad aun cuando sea
imperfecto
...).
El
dechado
de
razón
de esta
gnoseologia
es la teoría
científica
dotada de formalismo
matemá tico, y su dechad o de
experiencia
es el
experimento
diseñado,
controlado
e inter
pretado con ayuda de teorías científicas» (1988:44).
En la base de esta postura cientificista está la teoría de la verdad como correspon
dencia que este autor fundamentará en un materialismo dinamicista (1988:45). La ver
dad como objeto del conocimiento es así verdad legaliforme, verdad científica y, en este
sentido, sólo puede haber verdad y no verdades
10
Las tecnologías sociales generadas a partir de esta visión serán rígidas, «duras», or
todoxas. Unicam ente adm itirán com o fundamento para la acción aquel conocimiento que
10.
A no ser que distingamos las «propositions de raison» (verdades de razón) y las «proposi
tions de fait» (verdades de hecho) formuladas por Leibniz.
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XAVIER UCAR MARTÍNEZ
sea empíricamente comprobable, no falseable o verificable. Sólo el conocimiento cientí
fico,
estricto
11
, puede fundamentar la acción tecnológica. En este m arco incluso las cien
cias sociales pueden tener problemas para la homologación de su estatuto científico ya
que, como señala Heller,
«...[en
las ciencias sociales puede haber más de una buena teoría sobre el
mismo fenóme
no social que a veces, muchas teorías pueden ser verdad y de la misma manera»
(1991:51-2).
Este es el tipo de animación que han sancionado y sancionan, por una parte, los par
tidarios de la no institucionalización de la animación sociocultural, y, por otra, los críti
cos del enfoque tecnológico en la animación. Aquellos análisis que ponen el énfasis en
la capacidad manipuladora, robotizadora, adialóguica, artificiosa y homogeneizadora de
los procesos de animación sociocultural en su intervención en las comunidades, respon
den generalmente a esta conceptualización de la animación.
En el otro extremo, la concepción anarquista de la ciencia de Feyerabend negando la
superioridad del conocimiento científico, sobre otras formas de conocimiento, como ma
nera de aprehender la realidad. Este enfoque, coherente con los tiempos postmodernos
que vivimos, resulta tremendamente estimulante, ya que, entre otras cosas, nos advierte
y prepara ante/contra/frente a cualquier dogmatismo y/o defensa a ultranza de la pose
sión de la verdad; postura que, en principio, parecería más adecuada al campo de las
ciencias sociales, de donde fundamentalmente se nutrirán las acciones de la animación.
Dirá este autor:
«...como
si ya hubiera quedado establecido que la ciencia moderna es superior a la magia
o a la ciencia aristotélica y que sus resultados no son ilusorios. Sin embargo, no hay el
menor argumento
de
este
tipo.
Las reconstrucciones racionales dan
por
supuesta la sabi
duría científica básica, no demuestran que es mejor que la sabiduría básica de las brujas
y
los magos» (1975:205)
12
A partir de su tesis sobre la «inconmesurabilidad» de la ciencia, que condena los
conceptos y los enunciados observacionales al contexto teórico en el que se producen,
Feyerabend critica como injustificada la institucionalización de la ciencia en nuestra so
ciedad y a ella contrapone lo que denom ina actitud humanitaria que liberaría al hombre
de cualquier imperativo metodológico fomentando así su libertad para elegir entre la
ciencia u otros tipos de conocimiento (Chalmers, 1988:199).
Los procesos de animación resultantes de esta concepción anarquista, sobre la adqui
sición del conocimiento que fundamenta la acción sociocultural, terminarían probable
mente basándose, al carecer de sitematismos organizadores o integradores, en el más
simple sentido com ún. Aunq ue, con una visión un tanto malintencionada, se puede seña
lar que podrían llegar a convertirse en una extraña y azarosa mezcla de espontaneismo,
intuición, racionalidad y afectividad que compondrían unas intervenciones sociocultura-
les susceptibles de ser caracterizadas como «curanderismo social».
11.
Lo llamamos «estricto» para diferenciarlo de otras visiones de la ciencia más «amplias o
permisivas».
12.
Cit. p. 195, Chalmers, 1988.
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
171
Ambas posturas, realismo cientifista y anarquismo científico, se constituyen, por lo
que hace a la teoría del conocimiento, en extremo s. La primera diviniza la racionalidad,
la segunda se vuelve iconoclasta. Las dos resultan, sin embargo, dialécticamente útiles a
los propósitos del análisis del/os tipo/s de conocimiento/s que ha/n de fundamentar las
acciones de la animación.
De ubicarnos entre am bas posiciones, coincidiríamos, en una síntesis dialéctica, con
el enfoque que Chalmers ha caracterizado como realismo no representativo (1988:225),
es decir, somos realistas en tanto suponemos que el mundo y la realidad existen con
independencia de nuestro conocimiento sobre ellos; y somos
no representativos
porque
no fundamentamos nuestro conocimiento en una teoría de la verdad como corresponden
cia con los hechos a los que se refiere. No nos interesa si los conocimientos o las teorías
que fundamentarán nuestras acciones son verdad o no, es decir, si se ajustan o no, si
describen o no el mundo tal y como es, simplemente porque no podemos escaparnos de
nosotros mismos ni de nuestra situación histórica para comprobarlo. La prisión del pre
sente
-dice Heller-
sólo permite huidas ilusorias
(1991:20). Estamos atrapados en una
realidad actualizada, aunque ésta sería una visión un tanto negativa. Estamos inmersos
-diríamos con una perspectiva más positiva- en una realidad en perpetuo estado de cam
bio,
producto de la complejidad relacional de las sociedades y de la urdimbre teleologica
personal, grupal, comunitaria y social que las subyace. Ubicados en un «téleos» concreto
prescindimos de la calidad intrínseca (correspondencia con la realidad) de los útiles (los
conocimientos y las teorías) y los em pleamos según dos criterios básicos:
a) en tanto que útiles (instrumentos, medios), y
b) en tanto que se ajustan o resultan idóneos al «téleos» buscado.
Si nos basáramos solamente en el primer criterio podríamos caer en un instrumenta-
lismo metodológico ciego, sin futuro, alienante. Por otra parte, basarnos en el segundo
nos llevaría al pragmatismo; justificable acaso con la explicitación del «téleos». Bunge
escapa de esta trampa diciendo:
«El tecnologo adoptará una mezcla de realismo crítico y pragmatismo, variando estos in
gredientes según sus necesidades.
Y
de esta suerte parecerá confirmar ya esta
gnoseolo
gia, ya aquella cuando en realidad sólo se propone maximizar su propia eficiencia
prescindiendo de cualquier lealtad filosófica. El tecnòlogo es, en suma, filosóficamente
oportunista, no principista»
(1985:215).
Estas reflexiones resultan coherentes, por cierto, en el marco cientifista estricto en el
que se ubica el autor (donde no cabe otro tipo de conocimiento que el científico). Pueden
resultar, sin embargo, problemáticas si flexibilizamos dicho ma rco. Un ejemplo de dicha
flexibilización vendría, por ejemplo, de la visión que Ziman sostiene sobre la «ciencia
válida».
«La idea de ciencia válida no puede definirse exactamente. Es obvio que está estrecha
mente relacionada con la solidez precisión o rigor que ya hemos señalado como la
cualidad vital del conocimiento científico. Pero raramente puede identificarse como una
propiedad lógica normal del discurrir científico. Tiene que juzgarse casi intuitivamente,
sobre la base de la experiencia práctica en la investigación y la participación activa en la
comunidad c ientífica. De
hecho,
para decirlo lisa y llanam ente, ciencia válida es la que
se
reconoce como tal por los investigadores»
(1985:36).
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172
XAVIER UCAR MARTÍNEZ
Con esta flexibilización, la eficiencia y la misma eficacia podrían venir de la mano
de conocimientos y/o medios no «científicamente verdaderos», propios, por ejemplo, del
sentido común o de la tradición cultural. Si esto es así, el tecnòlogo no sólo
parecerá
confirmar, sino que confirmará una gnoseologia no científica
13
.
No podríamos hablar entonces de la animación sólo como de una tecnología social,
sino que la habríamos de definir también como una práctica social (en tanto no basadas
sus acciones únicamente sobre el conocimiento científico, sino también en el conoci
miento intuitivo, afectivo, de sentido común, etc.). Deberíamos admitir, en consecuen
cia, que el tecnòlogo (y en general la tecnología) utiliza efectivamente cualquier
conocimiento, sea o no científico, siempre que le sirva para resolver de la manera óptima
un problema social. En este sentido, la esencia de lo tecnológico vendría definida no
tanto por la utilización o fundamentación de la acción en el conocimiento científico co
mo por la resolución de problemas prácticos concretos. Lo que ocurre -tal y como he
mos citado que señala Ziman- es que la mayoría de la tecnología actual es tecnología
basada en la ciencia, y por eso a menudo se da por sentado que el conocimiento cientí
fico ha de estar en la base de la tecnología para que ésta se constituya como tal.
Es para eludir la afirmación de una tecnología que fundamente su acción en conoci
mientos no científicos
14
que Bunge afirma que «...parecerá confirmar ya esta gnoseolo
gia ya aquella...». O acaso, ¿quiere decir el autor que simula parecer una gnoseologia no
científica cuando en realidad sí lo es? Ciertamente es la coherencia la que le obliga a un
tal planteamiento, dado que si no, tendría que admitir una tecnología no basada en exclu
siva en conocimientos científicos, sino basada tan sólo en conocimientos, sean del tipo
que sean. Citando nuevamente a Ziman afirmaríamos con él que
no toda la información
tecnológica se basa en la ciencia y [al igual que] no toda la ciencia se deriva de la
tecnología (1985:104).
Desde nuestro punto de vista, el problema proviene de querer hacer extensiva la re
flexión/acción/operativa tecnológica que se produce en el marco de las ciencias físico-
naturales, a la que se produce en el de las ciencias sociales y humanas o, lo que es lo
mismo, equiparar cualquier tecnología con la tecnología social. Una tal equiparación
puede tener consecuencias efectivamente muy graves y, en este sentido, no es extraño
que numerosos colectivos y personalidades se hayan quejado o nos hayan advertido de
los efectos que a medio y largo plazo la tecnología pued e generar sobre la h umanidad.
¿Por qué graves consecuencias? Porque las tecnologías físico-naturales se producen
de un sujeto/s a un objeto/s, mientras que las tecnologías sociales se producen en todos
los casos de un sujeto/s a un sujeto/s. De realizarse una tal equiparación entre ambos
tipos de tecnología, o de no ser conscientes de la incorrección sustancial de ella, se de
rivarían, efectivamente, o podrían derivarse aplicaciones perniciosas de la tecnología;
13. Cito una situación real. Para combatir un caso de exorcismo aparecido en un barrio, bolsa
de pobreza ciudadana, en una de las islas canarias, un sacerdote utilizó, tras saber que la familia
que lo solicitaba era gallega, un «conxuro» (lo recordaba de una obra de teatro) previamente a la
realización de los ritos católicos. Lo «científico» o lo «racional» hubiera sido convencer a la fami
lia de lo absurdo de su petición, o bien simplemente realizar los ritos católicos (en este caso, téc
nicas de intervención); lo eficaz fue, como después comentó la familia, comenzar por el
«conxuro».
14. Quizá fuera más preciso decir «no estrictamente científicos».
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
173
por ejemplo, aplicación transferida y directa de procesos tecnológicos de producción in
dustrial al desarrollo de colectivos com unitarios. De la visión indiscriminada, así mismo,
o de la no diferenciación de las dos tecnologías, vendría la asignación a las tecnologías
sociales de efectos uniformizadores, deshumanizadores y robotizadores
15
.
En el cuadro n° 4 podemos observar las características que diferencian la tecnología
físico-natural de la tecnología social.
FUNDAMENTACIÓN
GNOSEOLOGICA
MARCO INTERPRE
TATIVO
INTERLOCUTORES
ENTRE LOS QUE SE
PRODUCE
OBJETIVO
TECNOLOGÍA
FÍSICO-NATURAL
La ciencia es la única ma
nera válida para conocer el
mundo. El conocimiento
científico fundamenta la
acción tecnológica
Epistemología. Filosofía
de la ciencia físico-natural
SUJETO/S-OBJETO/S
Resolución de problemas
prácticos concretos en al
guna cosa, objeto o proce
so en el que se encuentra
implicado un conjunto de
objetos.
SOCIO-HUMANÍSTICA
Podemos conocer el mundo
de diferentes formas, una
de ellas es la de la ciencia
pero no es la única válida.
El conocimiento científico
fundamenta la acción tec
nológica, aunque ésta pue
de servirse, sin perder su
carácter, de otro tipo de co
nocimientos.
Epistemología. Filosofía de
la ciencia social y humana.
Ideologías sociales
SUJETO/S-SUJETO/S
Resolución de problemas
prácticos concretos en per
sonas (15) grupos colecti
vos comunitarios.
Cuadro n° 4.
Diferencias entre la tecnología físico-natural y la tecnología social y
humana (Cuadro de elaboración propia).
El tecnòlogo que optimiza procesos físico-naturales es, como señala Bunge, filosófi
camente oportunista, no principista; no necesita ofrecer vasallaje ni lealtad a ninguna
15. La literatura pedagógica y, en concreto, de la animación sociocultural, muestra ejemplos de
esta confusión o de haber obviado este problema: Ángulo (1989), González/Sáez (1987), Sáez
(1991), etc.
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XAVIER UCAR MARTÍNEZ
filosofía. El tecnòlogo social no puede serlo puesto que trata con personas y no con ob
jetos. No todo vale cuando están implicadas relaciones humanas. En este sentido, habría
mos de añadir un tercer criterio al uso de útiles (conocimientos y teorías) como
fundamentadores de la acción tecnológica en todo lo social: dichos útiles han de estar en
concordancia, han de ser congruentes con una visión perfectiva del ser humano (como
totalidad) y por extensión de las colectividades humanas.
Concluyendo, independientemente de su correspondencia con la realidad; con inde
pendencia también de si son verdad o no, los conocimientos en los que se basa la acción
tecnológica social, en tanto que intervención para la resolución de problemas concretos,
han de responder a tres características:
a) Han de tener consistencia de útiles (instrumentos, me dios, etc.).
b) Han de ajustarse o resultar idóneos a un «téleos» concreto.
c) Han de ser congruentes con una visión perfectiva del ser humano como globalidad.
Con la aportación de este tercer criterio, que liga la acción tecnológica a una deter
minada antropología filosófica, nos distanciamos de posturas meramente instrumen-
talistas y/o pragmatistas y optamos por una visión de la tecnología social (y, en este
sentido, también de la animación sociocu ltural, al ser entendida como tal) humanística
y flexible.
Es esta concepción humanística, la que nos lleva a diferenciar la acción tecnoló
gica y, en consecuencia, el conocimiento que le sirve de soporte, según el ámbito
(fase de la implementación de la intervención) al que ésta se aplica. Distinguimos
así dos momentos:
a)
La planificación de procesos de intervención sociocultural.
Está claro que el co
nocimiento científico ha de estar en la base de cualquier planeación de acciones si se
desea que éstas sean realmente eficaces. En esta fase no cabe otro tipo de conocimiento,
como fundamentador de la acción, que el racional. Las claves de este ámbito son, por
una parte, el
tiempo
disponible para la realización de la acción y, por otra, el objeto de
la acción a diseñar, es decir, el proceso, que en el momento de su diseño es simplemente
una imagen con la que se trabaja. La planificación del proceso es una tarea «de mesa»,
es decir, que no está urgida por la inmediatez de la situación. Planteado en otros térmi
nos, durante la fase de planificación se dispone de tiempo para pensar, para planear
puesto que la acción interventiva propiamente dicha no se producirá sino en el futuro, y
como resultado precisamente de la acción que realizamos en esta fase previa. La racio
nalidad de la acción resulta, pues, lógica y necesaria. Como señala Bubner,
«la racionalidad de medios para un fin tiene prioridad porque motiva el tipo de acción
que es más inteligible» (1984:145).
Aun así es evidente que dicha racionalidad estará iluminada por la intuición, el sen
tido común, la afectividad, etc.
b) La propia intervención o, si se quiere, las relaciones interpersonales que se pro
ducen durante la intervención. Al igual que en el caso de la planificación de procesos
somos partidarios, en general, de acciones racionalmente orientadas, de acciones basadas
en conocimientos demostrados. Ocurre a veces, sin embargo, que la especificidad de la
acción o su inmediatez comportan la realización de acciones no racionales, irracionales,
o intuitivas, tradicionales, afectivas o propias del sentido común, por ejemplo, dado que
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
175
son las que mejor pueden resolver la situación o el problema concreto al que se dirigen
16
.
En los procesos de animación, en el contacto directo y cotidiano, tratamos con personas
y para ellas la racionalidad es sólo uno de los lenguajes posibles. Como señala Revel,
«en la esfera racional sólo puede actuarse racionalmente, pero es evidente que la realidad
y la vida conllevan muchas otras esferas» (1989:18).
En este sentido, las acciones interventivas pueden responder no sólo a la racionali
dad, sino también a la intuición, a la espontaneidad o a la improvisación del interventor.
En el momento interventivo que definimos la racionalidad (traducción de las accio
nes) puede a menudo darse o producirse a posteriori. Esta «traducción» a la racionalidad
se realiza cuando intentamos comprender y explicar qué es lo que nos ha impulsado a
actuar de una determinada manera en una situación concreta. Es esta racionalización de
las acciones «a posteriori» la que nos permite ir ampliando el «back-graun» de recursos
interventivos p ara enriquecer así la animación sociocultural com o tecnología.
A partir de todos los an álisis anteriores podem os ya definir los pasos que la anima
ción sociocultural, entendida como una tecnología social, ha de seguir en la resolución
de un problema social. El cuadro n° 5 nos m uestra estos pasos de una m anera simplifica
da. Si hemos dividido (con líneas discontinuas) el cuadro en dos partes es porque enten
demos que la parte superior constituye una operativa mental, de la que a menudo no
somos conscientes, mientras que la inferior correspondería propiamente a los pasos me
todológicos de la intervención.
Cuadro n° 5. Pasos que sigue la animación sociocultural como tecnología social en
la resolución de un problema (Cuadro de elaboración propia).
16. Remito nuevamente a la nota
13.
El sacerdote se entera de que la familia es gallega cuando
llega a la casa y habla con el marido. En ese mismo momento toma la decisión de decir el «con-
xuro».
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XAVIER UCAR MARTÍNEZ
Concluyendo este punto, podemos decir que caracterizamo s a la animación sociocul-
tural como una tecnología social porque constituye:
1. Una intervención racional y sistemáticamente planificada,
2.
resultado de un proceso de reflexión y análisis sobre la realidad,
3.
que se enmarca en un contexto concreto y en unas determinadas opciones ideo-
lógico-políticas y
4. que intenta responder eficaz y eficientemente a las necesidades y problemá ticas
concretas de un grupo social o de una comunidad territorialmente delimitada,
5. mediante la articulación sistemática, en un diseño tecnológ ico, de los conoci
mientos científico-técnicos suministrados por diferentes ciencias (Pedagogía, Psicología,
Sociología, Comunicación, etc.) (Ucar, 1991:234) y de cualquier otro tipo de conoci
miento aplicable a la solución de aquellas problemáticas específicas.
5. ANÁ LISIS CONCEPTUAL
A la caracterización de la animación sociocultural como una tecnología social y a la
descripción de su operativa ha de seguir la concretización y análisis conceptual
17
. La
animación sociocultural es, en primer lugar, una tecnología socio-educativa procedimen-
tal o de planeamiento (Ucar, 1991:228) que pretende resolver eficazmente problemas so
ciales concretos. En otros términos es un proceso de intervención socio-educativa
en/sobre una comunidad delimitada territorialmente, que tiene por objeto convertir a
sus miembros, individual y socialmente considerados, en sujetos activos de su propia
transformación y la de su entorno con el fin de mejorar su calidad de vida.
Constituye un proceso de intervención socio-educativa porque la animación socio-
cultural es acción sobre, en, con, por y para la com unidad; porque pretende transforma
ciones de signo positivo, perfectibles; y porque se desenvuelve en un tiempo
previamente definido y secuencializado en unas fases que pautan su inicio, su desarrollo
y su finalización.
Si se especifica que la intervención se produce en/sobre una comunidad delimitada
territorialmente es porque entendemos que dicha característica es determinante para la
eficacia de la intervención. Lo que nos interesa no es especificar la amplitud de la terri
torialidad demarcada, sino señalar que aquella ha de delimitarse en aras de una interco
municación e interrelación fluida y verdaderamente humana entre el animador y los
miembros de la comunidad o entre estos últimos. En otro lugar hemos señalado que es
necesario interpretar la comunidad no como un concepto sociológico (y, por tanto am
plio,
inespecífico, aplicable a realidades muy diferenciadas) sino como un concepto pro
pio de (enmarcado en) la animación, es decir, en tanto que grupo de personas, sujetos de
la intervención (Ucar, 1991:270). En este sentido, decíamos que la comunidad viene re
presentada por aquella realidad territorial que permite que un animador entre en (esta
blezca) contacto directo con la gran mayoría de individuos que la componen; sólo una
realidad de estas características posibilita y asegura una interrelación verdaderamente
humana, base de los procesos de animación sociocultural.
17. Para un análisis epistemológico en profundidad del concepto, ver Ucar, 1991-92.
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
177
El objetivo perseguido por las tareas de animación se define tanto a nivel
personal
como a nivel
social.
Si el ser humano progresa, mejora gradualmente su calidad de vida
es porque actúa sobre sí mismo y sobre su entorno. Los procesos de animación sociocul-
tural pretenden restituir a la persona concreta, de «a pie», el protagonismo perdido; un
protagonismo que actualmente detenta una minoría que se consti tuye en rectora de lo
que los demás hemos de pensar, sentir, hacer, desear, esperar, etc. Lo que se trata de
lograr es que las colectividades y las personas concretas que las componen, abandonen
posiciones o posturas de «indefensión aprendida» ante los avatares sociales y tomen las
riendas de su propio futuro entre sus manos. Heller concreta extraordinariamente bien
esta idea diciendo que hemos de convertir nuestra contingencia en destino:
«La modernidad occidental es nuestra contingencia. En vez de destruirla podemos trans
formarla en nuestro destino ...). Un individuo h a transformado su contingencia en d estino
si ha llegado a tener conciencia de que ha conseguido
(o está en camino de conseguir)
lo
mejor de sus prácticamente infinitas posibilidades. Una sociedad ha transformado su con
tingencia en destino si los miembros de esta sociedad llegan a
(o están en camino de)
tener conciencia de que no les gustaría vivir en otro lugar o en otra ép oca que aquí y
ahora
(1991:57)
18
.
Unicamente siendo el protagonista (el rector) de mi propia historia acepto/conformo
mi realidad como la mejor dentro mis posibil idades. Ahora bien, este protagonismo no
es en absoluto fácil de detentar; exige, como fundamento,
cultura, madurez,
y
autonomía
personal
y
com unitaria
y éstas se consig uen, básicam ente, a través de los diferentes pro
cesos educativos por los que las personas y los grupos pasan a lo largo de su vida. Las
intervenciones propias de la animación sociocultural se constituyen como uno de estos
procesos y hacia esos objetivos han de estar orientadas sus acciones.
6 . UB IC AC IÓ N C IENTÍF IC O-TEC NOLÓGIC A DE LA ANIM A C IÓN
Todo análisis epistemológico aspira a situar la disciplina objeto de estudio en el mar
co general de las ciencias. En nuestro caso no nos ocupamos de una ciencia, sino de una
tecnología social específicamente caracterizada como educativa. Es pues en este último
ámbito, en el de las acciones educativas, donde hemos de intentar ubicar a la animación
sociocultural.
Situados en el nivel de las acciones educativas se ha de partir de la educación per
manente, dado que dicha disciplina abarca todo el universo educativo. En efecto, pode
mos entenderla de dos maneras diferentes:
1.
Com o un proy ecto educativo biográfico; es decir com o un conjunto de acciones
educativas que ocupan y se extienden a lo largo de toda la vida del individuo.
2. Com o una toma de posición Nassif, 1983:348) ante la vida. Como un estado de
receptividad general, de aprendizaje constante y activo ante una realidad perpetuamente
cambiante.
En ambas interpretaciones, biográfica y vital, abarcamos la totalidad de las acciones
educativas, por lo que la educación permanente se conforma como el inicio del análisis
18.
Lo que hay entre paréntesis es mío.
2
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XAVIER UCAR MARTINEZ
epistemológico que nos ha de permitir concretizar cada vez más hasta llegar a una vision
atomizada de la animación sociocultural.
Definimos este universo educativo, mediante las categorías explicitadas por Coombs
y sus colaboradores en 1973, en educación formal y educación no formal. En un todo
indisociable con estos dos conjuntos de acciones educativas ubicamos la educación in
formal que los atraviesa e impregna. Se ha de señalar que las fronteras entre las acciones
propias de la educación formal y las de la educación no formal son cada vez más difusas
y porosas. Lo cierto es que empieza a ser habitual encontrar acciones educativas difícil
mente clasificables en exclusiva en una de las categorías. Es por esto que coincidimos
con Trilla en afirmar que, aunque la animación sociocultural está adscrita claramente a
la educación no formal, se proyecta, tanto por los contextos en los que actúa como por
las actividades que promueve, en el sector de la educación formal (1989:41).
La pedagogía social, ámbito específico de la pedagogía diferencial
19
, que hemos ca
racterizado com o nueva pedagogía social (Ucar, 1991:101), por la evolución operada en
su concepción y contenido a partir de la implantación en nuestro Estado del sistema de
mocrático , es el marco reflexivo-norm ativo-interventivo de la animación sociocultural
entendida como un tipo concreto de educación social. Como ciencia tecnológica, la pe
dagogía social conoce la realidad socioeducativa, reflexiona sobre ella e interviene con
las estrategias más adecuadas para mejorarla. Su objeto, la educación social, constituye
el ámbito factual en el que la animación sociocultural se inserta junto a otras tecnologías
educacionales como la educación básica de adultos, la educación especializada, la edu
cación popular, la formación ocupacional/laboral, la educación en el tiempo libre, la ges
tión cultural y la animación turística
21
.
La pedagogía social, la educación social y sus tecnologías se sitúan sobre todo en el
ámbito de la educación no formal, aunque, por las fronteras difusas de las que hablába
mos,
pueden hacer incursiones en el sistema educativo formal. Un ejemplo sería el caso
de las actividades de animación sociocultural realizadas en la escuela.
El cuadro n° 6 nos muestra las diferentes tecnologías de la educación social y un
resumen de sus rasgos más característicos.
19.
Tomamos como punto de partida el cuadro clasificatorio de las Ciencias de la educación
elaborado por Ferrandez/Sarramona y redefinido por el último autor (1985:53). Señala Sarramona
que las diferencias de un cierto nivel de amplitud entre las personas permiten la elaboración de una
normativa pedagógica que no sea individual, pero si diferenciada y diferenciadora. En este sentido,
refiere la primera diferencia al ámbito donde acontece el hecho educativo, y así define la Pedago
gía Familiar, la Pedagogía Escolar y la Pedagogía Social (1989:105).
20.
Para más información sobre este tema Colom, 1987.
21.
Obviamos el trabajo social. Ciertamente hay autores, como el profesor Quintana, que con
sideran que aquel se constituye como objeto de la pedagogía social. Parece, en este sentido, que
habríamos de considerarlo también en este apartado. Si no lo hacemos es porque, desde nuestro
punto de vista, aun está por demostrar que las intervenciones propias del trabajo social son accio
nes educativas más que acciones asistenciales o de gestión de recursos.
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
179
TECNOLOGÍAS DE LA EDUCACIÓN SOCIAL
TECNOLOGÍA
EDUCACIÓN BÁSICA
DE ADULTOS
(E.B.A)
EDUCACIÓN ESPECIA
LIZADA
(E.E.)
EDUCACIÓN POPULAR
(E.P.)
FORMACIÓN OCUPA-
CIONAL/LABORAL
(F.O./L.)
EDUCACIÓN EN EL
TIEMPO LIBRE
(E.T.L.) (T.L.)
GESTIÓN CULTURAL
RASGOS DISTINTIVOS
Dirigida básicamente a los adultos analfabetos o con déficits
instrumentales en su formación. Forma parte de las acciones
educativas categorizadas como educación formal, aunque tam
bién se da en ámbitos no formales (U.U.P.P., etc.). Pretende al
fabetizar y/o compensar deficiencias educativas y culturales.
Perfil profesional: Educador de adultos.
Dirigida fundamental pero no exclusivamente a los jóvenes con
problemas de m arginación adaptación o integración social. For
ma parte de las acciones educativas categorizadas como educa
ción no formal. Pretende re-educar, re-socializar y/o re-integrar
a las personas en las dinámicas sociales.
Perfil profesional: Educador especializado. Educador de calle.
Educador en medio abierto/cerrado, etc.
Dirigida básicamente a los jóvenes y a los adultos con el objeti
vo de ampliar la cultura escolar, extender la escolaridad a la
edad adulta o com pensar la falta de dicha escolaridad. Termino
logía en desuso. Las acciones educativas propias de la educa
ción popular han sido subsumidas en las de la animación
sociocultural.
Dirigida fundamentalmente a jóvenes y adultos en situaciones
de desempleo, búsqueda de primer empleo, reconversión labo
ral, reciclaje y/o actualización profesional. También a sectores
disociales de la población como medio de readaptación social.
Forma parte de las acciones educativas categorizadas como edu
cación no formal. Pretende el aprendizaje de un oficio, una es-
pecialización o una actualización profesional al mismo tiempo
que una culturización.
Perfiles profesionales: Formador laboral / ocupacional, monitor la
boral / ocupacional.
Dirigida tradicionalmente a niños y adolescentes ha ampliado su
clientela a todas las edades, confundiéndose tanto por los desti
natarios como por las metodologías y los objetivos con la ani
mación sociocultural. No obstante, se mantiene como una
tecnología específica de la intervención. Pretende el logro de la
autonomía personal y una vivencia creativa del tiempo.
Forma parte de las acciones educativas categorizadas com o edu
cación no formal aunque se proyecta en la educación formal por
medio de las actividades calificadas de extraescolares.
Perfil profesional: monitor/educador de tiempo libre.
Dirigida fundamental pero no exclusivamente a población adul
ta. Es intergeneracional, puesto que interviene en/sobre com uni
dades.
Forma parte de las acciones educativas categorizadas
como educación no formal. Pretende mejorar la calidad de vida
de las comunidades en el supuesto de que esto se consigue por
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180
XAVIER UCAR MARTÍNEZ
(CONTINUACIÓN)
TECNOLOGÍAS DE LA EDUCACIÓN SOCIAL
TECNOLOGÍA
ANIMACIÓN TURÍSTI
CA
(A.T.)
ANIMACIÓN SOCIO-
CULTURAL
(A.S.C.)
RASGOS DISTINTIVOS
medio de la culturización. Se centra sobre todo en la promoción,
gestión y difusión de proyectos culturales territoriales.
22
Perfil profesional: gestor cultural .
Dirigida a cualquier tipo de población en régimen de vacacio
nes.
Es intergeneracional. Puede formar parte de las acciones
educativas caracterizadas como educación no formal (55). Se di
rige a objetivos tanto de formación (específicamente caracteriza
dos como tales) como de ocio y entretenimiento.
23
Perfil profesional: Animador turístico .
Dirigida fundamental pero no exclusivamente a población adul
ta. Es intergeneracional, puesto que interviene en/sobre comuni
dades. Forma parte de las acciones educativas categorizadas
como educación no formal, aunque se proyecta también en la
educación formal. Pretende mejorar la calidad de vida de las co
munidades en todos y cada uno de sus múltiples aspectos.
Perfil profesional: Animador sociocultural monitor sociocultu
ral.
Animador sociocomunitario. Animador cívico. Animador
comunitario, animador deportivo, penitenciario, hospitalario, de
la tercera edad, juvenil, infantil, etc. .
Cuadro n° 6.
Rasgos distintivos de las tecnologías de la educación social
(Cuadro de
elaboración propia).
22.
Podría ser discutible si esta tecnología social es enmarcable o no en el ámbito educativo. La
decisión de incluirla obedece al hecho de que la entendemos como una intervención complemen
taria a la de la animación sociocultural, a pesar de que puede ser implementada, y de hecho así se
hace en la práctica, como una intervención específica y diferenciada. Como hemos definido en
otro lugar, una y otra se diferencian fundamentalmente por los materiales y los espacios con o
sobre los que trabajan (Ucar, 1991:117). Ambas componen, sin embargo, una intervención apro
piada para la educación social de un colectivo comunitario.
23 .
Quizá el caso de esta tecnología es el de más discutible adscripción, en principio, al ámbito
educativo puesto que las intervenciones sobre los colectivos pueden reducirse a un simple llenar el
tiempo con actividades (activismo). Si la incluimos como tecnología de la educación social (lo
sería si las actividades se orientasen explícitamente hacia objetivos formativos) es porque algunos
autores así lo hacen. No obstante, seguimos interrogándonos sobre si su adscripción obedece más
a un oportunismo corporativo o profesional que a razones estrictamente epistemológicas.
24. A pesar de que se pueden encontrar diferencias de matiz entre los diferentes tipos de anima
dores,
nosotros optamos por la denominación genérica de «animador sociocultural». No obstante
hemos reseñado unos cuantos para indicar que pertenecen a una misma tecnología.
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EL ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA ANIMACIÓN
181
En el cuadro n° 7 se puede observar de una manera gráfica la ubicación d e la anima
ción sociocultural y sus relaciones con otras tecnologías de la educación social en el uni
verso de las acciones educativas.
UNIVERSO EDUCATIVO FACTICO
EDUCACIÓN PERMANENTE
EDUCACIÓN EDUCACIÓN
Educación formal Educación no formal
f
SISTEMA
EDUCATIVO
FORMAL
PEDAGOGIA SOCIAL
EDUCACIÓN SOCIAL
TECNOLOGÍAS
f
E.B.A. F.O./L.
A.S.C.
Cuadro n° 7. Ubicación de la animación sociocultural entre las diferentes tecnolo
gías de la educación social en el universo de las acciones educa tivas (Cuadro de ela
boración propia).
Como hemos señalado antes, la educación permanente abarca la totalidad del univer
so de las acciones educativas. Todas ellas, así mism o, están impregnadas, de una manera
difícilmente delimitable, por lo que denominamos educación informal. Para ilustrar esta
idea en el cuadro, las hemos separado de la educación formal y de la no formal con una
línea discontinua. También estas dos últimas están separadas por una línea discontinua.
Con ello queremos recalcar la idea, ya presentada, de la porosidad y artificialidad actual
de dicha delimitación.
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182
XAVIER UC AR M AR TÍNEZ
La pedagogía social , como ciencia tecnològica, y su objeto, la educación social , se
ubican fundamental pero no exclusivamente entre las acciones de la educación no for
mal. Como hemos indicado, de las tecnologías de la educación social , sólo la educación
básica de adultos (E.B.A.) se sitúa entre las acciones de la educación formal, en el siste
ma educativo formal, aunque se proyecta también en la educación no formal. Entre las
acciones propias de la educación no formal encontramos el resto de tecnologías de la
educación social . Aunq ue no lo hemos reseña do en el cuadro, la gran mayoría se relacio
nan de hecho y a diferentes niveles con el sistema educativo formal. Algo parecido ocu
rre respecto a la animación sociocultural; todas ellas la utilizan o se relacionan con ella
en una u otra forma. Sólo la hemos unido gráficamente con la educación popular (E.P.)
y con la educación en el t iempo libre por razones que ya hemos justificado. Respecto a
la primera (E.P.), su presentación con l ínea discontinua obedece a su realidad actual co
mo tecnología subsumida dentro de la animación sociocultural .
Hemos unido la gestión cultural (G.C.) y la animación turística (A.T.) a la educación
popular y a la educación en el t iempo libre porque entendemos que, al igual que la ani
mación sociocultural , las dos primeras nacen y se fundamentan en las dos segundas.
B I B L I O G R A F Í A
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