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Universidad Autnoma de Nuevo Leon

Facultad de Derecho y Criminologa

Modelo Criminolgico Liberal

Tema 4: patologa criminal: la personalidad criminal

Maestra: Elena Elvia Acosta Martnez

Alumno: Aarn Esa Chvez MartnezMatricula: 1548039Aula: 304

ndicePortada....1ndice...2Introduccin...31.- Consideraciones introductorias.42.- Nacimiento y evolucin de la psiquiatra, la psicologa y el psicoanlisis53.-La neurosis: estructura de la personalidad y desarrollo sexual....................................84.- Personalidad y criminalidad105.- Diagnstico y tratamiento: consecuencias poltico-criminales.146.- La ideologa de la diferencia y el orden social..14Conclusion.17

IntroduccinPara empezar este captulo hablaremos de la personalidad criminal de cmo es estudiada desde diferentes puntos de vista por diferentes estudiosos del tema, filsofos.Se trata de descubrir la personalidad criminal de cada uno de nosotros que tenemos escondida los factores que la hacen surgir.La personalidad criminal ser tratada desde tres enfoques: psiquitrico, psicolgico y psicoanaltico fundamentando las patologas individuales del hombre, en su cuerpo, en su muerte y en su psiquismo profundo. Se busca la causa de los desrdenes mentales y nerviosos dentro de de lo patolgico.Tambin trataremos los temas de la neurosis, desarrollo sexual y de la estructura de la personalidad, de la sintomatologa de los neurticos, trataremos las observaciones de Freud sobre la personalidad neurtica.Y por ltimo la personalidad y la criminalidad, de cmo la personalidad de una persona puede influir en la criminalidad en disminucin o aumento y los estudios de la llamada personalidad peligrosa.

IV. Patologa criminal: La personalidad criminal1. Consideraciones introductorias La personalidad criminal es la cuestin que mayor inters ha suscitado en la criminologa positivista.a partir de la teora biolgica el autor del delito pasa a ser el principal objeto de estudio, y que el descubrimiento de las relaciones causales entre anomalas mdico-biolgicas y la conducta criminal acenta la diferencia (que el orden legal ha establecido) entre el individuo adaptado y el inadaptado al orden social, porque aplica sobre esta diferencia legal una connotacin patolgica referida a las caractersticas del individuo inadaptado, de modo que las desviaciones de la conducta se convierten en desviaciones somticas. Determinsticamente el delincuente pasa a ser un enemigo del orden social y por ende del Estado, mantenedor de este orden, y un peligro para la sociedad. la ciencia criminolgica descubre que este ser peligroso lo es justamente por tener una personalidad criminal, por presentar una estructura de carcter que le predispone al delito. La psicologa y la psiquiatra, hermanas de la medicina, con sus bases explicativas todava encerradas en el esteticismo biolgico, se adentran en el estudio y explicacin de la personalidad criminal. Ya en nuestros das la personalidad criminal contina interesando a la criminologa positivista y correlacionista, que estudia el tema en su aspecto dinmico centrando la patologa individual en el paso a la accin criminal, es decir, estudiando la personalidad criminal en su psicodinmica. De este modo, los tres enfoques: psiquitrico, psicolgico y psicoanaltico, han fundamentado la etiologa de la personalidad criminal en las patologas individuales del hombre, en su cuerpo, en su mente y en su psiquismo profundo. destacaremos primero los aspectos polticos e ideolgicos que rigen el nacimiento y evolucin de las tres disciplinas mdicas, psicolgicas y psicoanalticas; segundo, en cuanto a la teora, comenzaremos trazando un esquema de los conceptos freudianos que han nutrido el aporte psicoanaltico y, en tercer lugar, expondremos los conceptos referidos a la personalidad criminal que las tres disciplinas han aportado;' en cuarto lugar destacaremos la poltica criminal de este enfoque y finalmente veremos sus implicaciones ideolgicas actuales.

2. Nacimiento y evolucin de la psiquiatra, la psicologa y el psicoanlisis En el siglo XIX la antropologa criminal obtiene una amplia repercusin en Europa, por lo que el estudio del delincuente pasa a depender de la biologa y de la medicina. Es en este momento, como sealan Lindesmith y Levin, cuando tanto psiquiatras como psiclogos se sienten atrados por el estudio del hombre delincuente de modo que emprenden una serie de trabajos basados y orientados en la obra de Gall, Lavater, Morel y Esquirol. Seala Wrigth Mills (1943) que el psicoanlisis -que actualmente es una de las principales ideologas del positivismo institucionalizado- emerge en el campo cientfico como producto de la profesin mdica pero debida justamente a la insatisfaccin que muchos de sus seguidores sintieron por el enfoque estrictamente mdico. Cmo y en qu momento se efecta la escisin entre medicina fsica y psicolgica, y cul es la ideologa implcita en el tratamiento (terico y prctico) de los problemas de la mente, son los puntos clave que hacen patentes las influencias del pensamiento positivista en estas disciplinas. Un tipo de pensamiento psicolgico no es producto directo de la poca positivista, es decir de fines del siglo XIX, aunque s lo sea su institucionalizacin como ciencia, sino que adentra sus races profundamente en el tiempo, en la poca clsica en que las cuestiones psicolgicas y morales son tratadas junto con los problemas fsicos, sin establecerse una separacin tajante entre cuerpo y alma, donde lo psicolgico y lo fsico se yuxtaponen pero no se interfieren mutuamente. La escisin empieza a anunciarse hacia fines del siglo XVIII, cuando la zona anmica y sus enfermedades comienzan a ser tratadas por la psicologa contraponindolas al discurso de la razn que enfoca el tratamiento de la mente y sus problemas en trminos de verdad y de error. Dentro de esta postura metodolgica se desarrollan dos tcnicas; centrada una en la imposicin de la sabidura pedaggica, verdad incontestable de la vida cotidiana que implanta desde su exterior y por la fuerza la exactitud del orden social. Hay una actitud moralista, legalista y autoritaria en esta tcnica psicolgica. La otra tcnica entiende la mente desordenada como un producto del desorden de vida y de la violencia. As, se basa en la vuelta al ritmo de la naturaleza, al orden de los alimentos, del cobijo, a la no violencia de la moral. Esta realidad inmediata es eficaz en la medida en que se trata de una realidad programada desde la verdad y la moral. Dentro de este discurso, las causas de los desrdenes mentales y nerviosos entran, pues, en el terreno de lo patolgico, lo anormal, rigindose por coordenadas distintas, opuestas a las que dominan en la sociedad sana, libre y razonable. En ambas tcnicas las causas se centran en todo lo que lleva al individuo a romper con su realidad inmediata. Con ello, pues, la mente y sus desrdenes encuentran el camino de una explicacin especfica y alienante. En ltimo trmino, esta alienacin se sita en el terreno de la no aceptacin del orden social. Estas tcnicas alienantes y su discurso moral impregnado de explicacin causalista ganan al espritu de la Reforma y se erigen en la base de las concepciones psicolgicas que se elaboran en el siglo XIX. Concepciones que son vistas como algo positivo ya que, aunque no lleguen a descubrir la verdad, s posibilitan su conocimiento. Por ello en el siglo XIX las concepciones psicolgicas son elevadas a la categora de cientficas, positivas y experimentales. Ya en el siglo XIX, las concepciones psicolgicas pasan a operar tambin en el terreno prctico y toman un lugar preponderante en el sistema institucionalizado, un espacio mdico y psicolgico. Cuando el cientfico sita la interrogacin de su estudio del individuo en el terreno de lo moral, surge tambin este espacio moral en el terreno prctico, que pasa a definirse por la psicologa. Hay un discurso moral de castigo cuando el discurso sobre la locura y su curacin se colocan en el terreno de la culpabilidad utilizando el miedo como mtodo punitivo. A este respecto dice Leuret -Fragments psycologiques sur la folie (1834)-: Que vuestra razn sea su reglade conducta, slo una cuerdavibra en ellos (los locos),tened el valor de tocarla.

Es en el mtodo de castigo donde la psicologa encuentra su propia esencia y donde se despliega especficamente no slo en la tcnica en s, sino tambin en el mbito en el que sta se realiza: el asilo, donde se caracterizan la singularidad de la figura mdica y el dilogo autoritario que ste establece con el enfermo. Con el mtodo propio de la psicologa, el tratamiento gana un espacio mdico institucional porque han surgido nuevos contactos entre el enfermo y el mdico-psiclogo, contactos basados en las nuevas concepciones alienantes. Como seala Foucault (1961), el trabajo que desarrollan estos personajes es visto como parte de la inmensa tarea moral que se debe llevar a cabo en el asilo dentro del programa de reforma de las instituciones. Con ello se introduce no una ciencia, no una prctica cientfica, sino un personaje cuyos poderes no provienen del saber cientfico, sino del sistema moral y social de orden que representan; y su fuerza, su superioridad, se basa en la inferioridad del individuo tratado que es alienado en su persona moral, social y mental. Dice Foucault: Esta autoridad absoluta ha sido posible desde el comienzo de la disciplina hospitalaria, porque el mdico ha sido Padre y Juez, Familia y Ley y su prctica mdica ha seguido los viejos ritos del Orden, de la Autoridad y del Castigo. Es decir que la psicologa nace como ciencia que se dedica al tratamiento de un desorden, desorden que se concibe como tal, usando como norma definitoria de lo razonable y justo todo el conjunto de valores establecidos por el poder para el mantenimiento del orden social e institucional: la familia, la ley y la autoridad como principio rector de todo el engranaje social de las instituciones. A partir de aqu, la psicologa y la psiquiatra se integran en la sociedad como tcnicas y conocimientos institucionales, administrativos y correccionales al servicio del Estado, acordes con la ideologa que sirve a los intereses del orden burgus. En este sentido elabora en Francia un concepto tanto mdico como social de la locura al fundamentarla en la concepcin burguesa de identidad individual y social de la persona cuyas desviaciones constituyen lo que Fbregas y Calafat (1976, p. 15) denominan locura de alienacin. En este sentido, la locura es considerada como una desviacin de las sensaciones internas y de la imaginacin, pudiendo por lo tanto ser aplicada, como dicen Fbregas y Calafat (1976, p. 16), a cualquier conducta del individuo que se distancia de la moral convencionalmente establecida)). El asilo y el hospital se han convertido en una institucin ms en el engranaje de imposicin de la moral social. Este tipo de tratamiento moral es seguido en Francia por todos los psiquiatras reforpistas, y en Inglaterra lo adopta principalmente Tuke en su famoso Retiro." As pues, en el asilo y el hospital, instituciones pblicas, imponen una obediencia ciega al poder institucional, un conformismo pasivo y la imposibilidad de toda rebelda. A medida que se va imponiendo el positivismo, las prcticas de la psicologa y de la psiquiotra de tipo moral, basadas en la relacin autoridad-alienacin, se vuelven ((ms oscuras voucault, 1961, p. 287), el poder del psiquiatra ms milagroso y la relacin teraputica se introduce ms y ms en un mundo extrao, donde su autoridad cientfica, que se haba originado en el orden de la moral y de la familia, pasa paulatinamente a provenir de su conocimiento (cientfico?) y de l mismo con- vertido en autoridad cientfica. Y con el avanzar de la segunda mitad del siglo XIX esta prctica moral psicolgica y psiquitrica va siendo recubierta por los mitos positivistas de la objetividad y de la razn lo que lleva al dominio de una teora de las ciencias psicolgicas mediante el desarrollo de doctrinas semanticistas, que se perpetan a nivel teraputico hasta nuestros das (Fbregas y Calafat, 1976). Slo as se puede entender cmo, junto a conceptos de raz biolgica y somtica, se yuxtapone hoy una prctica psicoanaltica moral basada en la culpabilidad a la vez que en conceptos biolgicos. Para la psiquiatra somatenista la locura tiene su origen en un disfuncionamiento orgnico cerebral, de modo que en el estudio de los problemas de la mente se investigan sus causas corporales y su etiologa y se clasifican en entidades nosolgicas con terapias especficas basadas en las ciencias naturales. Con este mtodo se llega a la objetivacin de la locura, sea como enfermedad del cerebro o como detenimiento de la evolucin cerebral, clasificndola segn sus peculiaridades individuales por su grado de evolucin destructiva, etc., lo que repercute en la estructura organizativa del asilo y el manicomio. Se asimila la locura a la pobreza y a la falta de trabajo que sta supone; la terapia que se propone es, pues, la ocupacional y la higinica, con un manicomio abierto al pblico donde se dispense una ayuda dialoga1 al enfermo y ste desarrolle un trabajo productivo y actividades sociales. La psiquiatra semanticista obtiene la primaca, y de Francia se extiende a Alemania, donde a partir de 1870, con el Estado autoritario de Bismark, se impulsa su actividad en todas las universidades,' llegando a la supremaca europea hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando, con la victoria de las democracias burguesas, la psiquiatra, especialmente en los pases vencedores, se orienta hacia el empirismo pragmtico, siendo su principal objetivo la curacin y reintegracin social de los enfermos. No obstante, la psiquiatra somaticista postkraepeliana' est hoy todava vigente en Europa, especialmente en Alemania y en Espaa. Por lo que se refiere al psicoanlisis, encuentra su origen en la medicina psicolgica de fines del siglo XIX, en el estudio de la histeria y de la neurosis y el uso de la hipnosis como forma de interrogatorio o como terapia por Janet. Es Freud (1856-1939), el fundador del psicoanlisis, quien comienza por averiguar el efecto teraputico de la ((catarsis)) bajo hipnosis, as como sus limitaciones. En cuanto a la cura psicoanaltica, supone una experiencia vivida por el analista y el analizado con la estrategia de una transferencia del paciente al analista, en la que el paciente se conduce como de nio lo haca con los adultos. As, el analista puede comprender la infancia del paciente y lo que le ocurri en ella. Por ello nos dice Foucault que la relacin mdico-enfermo basada en la culpabilidad lleg hasta Freud, quien desmitifica las diversas estructuras del asilo: poder punitivo, mirada que juzga, silencio, etc., reunindolos en la figura del analista, quien en la relacin psicoanaltica posee en s mismo toda la fuerza alienante frente al enfermo. Con sus discpulos ms importantes, Adler, Young, Klein, Horney y Anna Freud, el psicoanlisis pasa a constituir un mtodo de investigacin para alcanzar procesos inconscientes; un mtodo de psicoterapia por la relacin personal terapeuta-paciente mediante la transferencia; y una corriente terico-psicolgica que ha aplicado los conceptos freudianos al campo de la personalidad inadaptada; adentrndose hacia un enfoque patolgico del individuo delincuente. Ha encontrado un amplio campo en la prctica clnico-teraputica. 3. La neurosis: estructura de la personalidad y desarrollo sexual Sigmund Freud en la primera mitad del siglo XX, llega a detectar la sintomatologa de tales problemas psquicos y elabora una explicacin coherente de su gnesis e influencia sobre el factor corporal a travs del estudio de los casos humanos que van a su consulta mdica. Es, pues, por el mtodo del estudio -exhaustivo- de casos con acumulacin de datos individuales como este autor llega a la generalizacin de su descubrimiento y elabora los conceptos clave de su teora. Conceptos y teora producto de la relacin psicoanaltica.La neurosis -concepto central de su teora- es definida como el proceso psquico del inconsciente del individuo producido por un acontecimiento, sea normal o traumtico, vivido muy profundamente, de modo que le produce un choque de tal fuerza que se fija en el mundo inconsciente en el momento en que sucede; a partir de aqu el inconsciente no evoluciona, fijndose en este hecho pasado. Hay una regresin al pasado. Esta fijacin puede ser de tipo espontneo o traumtico; en la fijacin espontnea el acontecimiento se engloba en el transcurso de la vida del individuo; mientras que la fijacin traumtica es un concepto entendido en su sentido econmico. Porque es utilizado por Freud para designar los sucesos que aportan a la vida psquica en poqusimos instantes un enorme incremento de energa - v - hacen imposible su supresin o asimilacin por los conductos normales, provocando, asimismo, perturbaciones duraderas del aprovechamiento de la energa. En ambos tipos de fijacin neurtica, Freud observa que el paciente ignora los motivos por los que realiza determinados actos (exactamente aquellos que Freud conecta con la fijacin) y por ello ignora tambin el origen de su neurosis. De este modo, Freud llega a descubrir el mundo del inconsciente. A partir de aqu este autor descubre un mbito de relaciones entre lo inconsciente y los sntomas neurticos que funciona al modo de exclusin recproca. El sntoma neurtico se forma como sustitucin de algo que no ha conseguido manifestarse al exterior, de modo que procesos psquicos que hubieran debido desarrollarse normalmente hasta llegar a la conciencia han visto interrumpido o perturbado su curso por algo y han sido obligados a permanecer en el inconsciente, dando as origen al sntoma neurtico. Freud descubre que ello se efecta por medio de la represin como proceso patgeno que se manifiesta por medio de la resistencia (producto sta de las fuerzas del Ego), que es una condicin preliminar para la formacin de sntomas. De ah que las tendencias reprimidas sean las incapaces de devenir conscientes; como dice Freud, son rechazadas por el Vigilante (el Super-Ego). As pues, la esencia de la represin estriba en el obstculo infranqueable que el Super-Ego opone al paso de una tendencia determinada, de lo inconsciente a lo preconsciente. En este proceso de formacin del sntoma neurtico juegan, pues, un papel fundamental las fuerzas del Super-Ego y del Ego, que junto con el Ello son los tres estratos de la personalidad. El primero es el conjunto de normas y pautas, reglas que la sociedad impone al individuo; el Ello es el mundo de los instintos individuales, mbito en el que no hay ninguna prohibicin, y el Ego es el mundo consciente, de la propia vida, producto de la interrelacin del Super-Ego y del Ello. La neurosis supone, pues, una cierta disfuncin en la interrelacin de estos tres estratos de la personalidad. El proceso neurtico es observado por Freud especialmente en el mbito de las tendencias sexuales, donde se forman las llamadas neurosis de transferencia, que comprenden las histerias y las neurosis obsesivas 'Que implican la privacin de la satisfaccin de los deseos sexuales. Al estudiar el proceso de estas neurosis de transferencia, Freud descubre el proceso de formacin de la fuerza sexual, al que denomina desarrollo de la libido y de las organizaciones sexuales. En un primer momento establece la diferencia entre las funciones sexuales y las de procreacin. En esta diferencia se inserta el concepto de perversin sexual," cuya principal caracterstica es la exclusividad o incompatibilidad con el acto sexual como funcin destinada a la procreacin. La sexualidad normal se forma a travs de un proceso que es el del desarrollo de la libido y de las organizaciones sexuales; as pues, para Freud, es el producto de algo que existi antes que ella y que en su formacin conserv algunos de sus componentes para subordinarlos al fin de procreacin y desech otros que no le servan a tal fin. La funcin procreadora es, pues, la fase completa del desarrollo sexual. En la perversin no se ha llegado a este fin porque ha habido una fijacin en algn estadio de este desarrollo. En el proceso del desarrollo sexual pueden suceder dos disfunciones: la fijacin y la regresin. La fijacin es el estancamiento- to de una tendencia parcial en una fase temprana del desarrollo; la regresin supone que una tendencia bastante avanzada es obstaculizada sin poder llegar a su satisfaccin. Hay dos clases de regresin: la que conduce al retorno de los primeros objetos libidinoso y la que implica el retroceso de toda la organizacin sexual a fases anteriores. Ambas son formas de neurosis de transferencia, con sus principales manifestaciones: la histeria y la neurosis obsesiva. A partir de aqu Freud explica que los neurticos slo pueden trasladar su libido a un objeto sexual incestuoso. Cuando la regresin de la libido est acompaada de represin puede convertirse en neurosis, porque se ha negado al individuo la posibilidad de satisfacer su libido; los sntomas neurticos son el sustituto de la satisfaccin negada. Explicada la neurosis, Freud llega a encontrar los siguientes factores etiolgicos: 1) la privacin; 2) la fijacin de la libido; 3) el conflicto psquico entre las tendencias del Ego y las tendencias sexuales del Ello (Freud, 1972~). El psicoanlisis como tcnica tendr, pues, como objetivo que el analista llegue a transformar en consciente, para el paciente, todo lo que en su inconsciente ha implicado la formacin de la neurosis, es decir, lo inconsciente patgeno, para a partir de ah poder llenar las lagunas de la memoria del paciente. En ltimo trmino, con el psicoanlisis, se pretende hacer aceptar y entender por el paciente la supremaca de las fuerzas sociales, legales y culturales externas del Super-Ego contra sus deseos e intereses, que al chocar son vistos como desviaciones patgenas. 4. Personalidad y criminalidad La criminologa comienza a tomar en cuenta la personalidad del individuo como factor determinante de delincuencia. La personalidad es entendida como algo complejo formado por distintos componentes en interrelacin y, a su vez, en relacin con el medio ambiente exterior social, cultural y normativo. La psicologa de la normalidad nos dice que los distintos componentes de la personalidad se desarrollan y estructuran a travs del proceso de aprendizaje, que tiene lugar durante la niez y la adolescencia de tal modo que, llegando el individuo a la edad adulta, tiene su personalidad formada de acuerdo con las reglas y normas de conducta aprendidasEn psicologa se estudia cmo, desde un inicio, la personalidad de un individuo puede presentar defectos y disfunciones que dificulten o hagan imposible un proceso de aprendiza- je; de este modo, el individuo puede ser reacio a sujetarse al conjunto de reglas y normas que se le quieren inculcar; esta rebelda o individualidad aguda es vista como un factor negativo y poco armonioso en lo que se refiere a la propia personalidad y a sus relaciones con el exterior. Cuando estas relaciones con el exterior no son acordes con lo que se considera positivo y aceptable, se entiende que las relaciones entre los distintos componentes de la personalidad, es decir, sta en su interior, no actan equilibradamente. Estos factores de distorsin en el proceso de adaptacin pueden tambin surgir durante cualquier fase del proceso de aprendizaje y se entiende, repetimos, que ello es muestra de una distorsin en el desarrollo armonioso de los componentes internos. De este modo, los defectos de la personalidad se juzgan por una disfuncin o desadaptacin del individuo a unas normas culturales sociales e institucionales. Y por ser la familia y la escuela las primeras instituciones sociales de sujecin del individuo, la adaptacin de la personalidad de ste comienza a estudiarse en psicologa desde los inicios del individuo dentro de la familia. Y cuando la psicologa patolgica estudia los defectos de la personalidad, tambin comienza por situarlos desde un inicio de la vida del individuo en el seno de la familia como institucin que impone las normas y refleja lo cierto y lo errado en el devenir social del individuo. Todo lo prohibido, lo permitido y lo obligado en la sociedad ya existe desde un inicio en su primera institucin: la familia. La falta de adaptacin a estas normas o la desviacin de ellas han sido vistas como conducta distinta, peligrosa, agresiva y delincuente; de tal modo la criminologa en su enfoque patolgico ha fundamentado la etiologa de la delincuencia y la desviacin en los defectos de la personalidad. Veamos las teoras desplegadas a este efecto explicativo. Dentro de las teoras criminolgicas de corte biologista, una de las ms conocidas es la de Eysenck (1964), quien considera que los problemas de la personalidad tienen su causa en factores hereditarios que producen en la personalidad una serie de atributo caractersticamente asociados a la criminalidad." Este mismo autor estudia otro trazo de la personalidad, de naturaleza psicofisiolgica, que l denomina ((la condicionalidad)), trazo que encuentra principalmente en los individuos psicpatas que son muy lentos en lo que concierne al condicionamiento, al igual que los nios que sufren lesiones cerebrales, quienes presentan problemas de comportamiento y resistencia a la socializacin. La introversin y la extroversin son cualidades personales ligadas a la condicionalidad y a la delincuencia potencial, que segn Eysenck suponen dos tipos opuestos de temperamento: la introversin consiste en la introspeccin, la reflexin; mientras que la extroversin supone la sociabilidad, el inters por acciones prcticas, etc. Hay un continuurn caracterolgico entre estos dos polos caracteriales. Para Eysenck se encuentra en los criminales con mucha ms frecuencia el carcter extrovertido, hiptesis terica que su experiencia clnica le confirma; es decir, experiencia adquirida por la acumulacin de casos.Dentro de una opcin terica psicolgica, Healy y Bronner (1929-1933) efectuaron un estudio sobre 105 parejas de jvenes utilizando el mtodo del grupo de control. Un miembro de la pareja era delincuente, caso clnico objeto de orientacin pedaggica en Boston, New Haven y Detroit, presentando un tipo de delincuencia grave. Este individuo era comparado a su hermano no delincuente, de modo que los factores referentes a la herencia y al medio socio-econmico estaban adecuadamente controlados. El estudio descubri que el 91 % de los delincuentes presentaban problemas emocionales graves, tales como sentimiento de inseguridad afectiva, sentimiento profundo de haber sido burlado, problemas afectivos por causa de traumas familiares, sentimiento de inferioridad marcada, o de envidia o rivalidad fraterna, conflictos afectivos internos profundamente arraigados, sentimiento de culpabilidad inconsciente con el deseo de ser castigado. Ya dentro de las teoras psicoanalticas surge en primer lugar la explicacin del delito como causa del sentimiento de culpabilidad producido por el complejo de Edipo. Ya Freud en su explicacin del complejo de Edipo expone cmo el individuo que lo sufre no necesita en absoluto matar a su padre para deshacerse de l, sino que hay otras mltiples situaciones delictivas a las que puede llegar porque le representan simblicamente su ataque al padre. Autores importantes en el rea clnica han elaborado diversas teoras explicativas de la delincuencia en base a conceptos del psicoanlisis: De Greef (1950) sobre el sentimiento de injusticia que sufre el delincuente; Adler (1935) sobre las compensaciones del sentimiento de inferioridad; Dollar y Doob (1939) sobre los sentimientos de frustracin y agresin; Aichhorn (1925) sobre carencia de Super-Ego; Friedlander (1951) sobre el carcter neurtico." Lo importante a sealar estriba en que todos estos autores han querido convalidar los conceptos bsicos estudiando individuos por la aplicacin de test proyectivos como instrumento de trabajo, sin tomar en consideracin aspectos tan decisivos para la fiabilidad de los datos como la diferencia de representacin simblica, de nivel de abstraccin, de tipo de verbalizacin de pensamientos y sentimientos, de recursos aprendidos culturalmente para utilizar la verbalizacin como intercambio entre el sujeto estudiado y el cientfico clnico. Las conclusiones e interpretaciones sobre el sujeto estudiado, lo que se explica sobre l, son unilaterales, provienen slo del lado de la ciencia sobre algo muy parcial del sujeto, alienndolo del conocimiento que se fabrica sobre l. Estas teoras se elaboran a partir de innumerables es- tudios de casos as efectuados. Existen dos estudios, de Schueller y Cressey (1950) y de Waldo y Dinitz (1967), efectuados desde el objetivo crtico, que han comprobado empricamente y por estadstica la presencia o ausencia de las caractersticas de la personalidad que segn tantos autores llevan a la delincuencia. En psiquiatra destaca el tema de la personalidad psicoptica. Es Kraepelin (1896) quien introduce en el lenguaje psiquitrico el concepto de personalidad psicoptica. Existen innumerables definiciones del trmino psicopata y de personalidad psicoptica, a las que se ha atribuido una etiologa de muy distinta naturaleza, a la vez que en el concepto se han incluido mltiples y distintas caractersticas. El autor italiano Di Tullio (1967) sita la etiologa de la psicopata en el mbito de la patologa psicolgica. Seala Di Tullio los tipos psicpatas que presentan un inters criminolgico: 1. Los hipertmicos descompensados, exagerados y exuberantes de sentimientos con agitacin excesiva e hiperactividad ideomotriz, de comportamiento inestable, poca reflexin y a menudo inmoralidad, todo ello unido a una carencia de profundidad de pensamiento, de lgica y de crtica, contienen tendencia a las estafas y a las peleas. 2. Los lbiles de humor, que presentan bruscas variaciones endotmicas, con acciones repentinas e imprevistas: descontentos, agitados, impacientes y con reacciones brutales: fugas, desercin, vagabundeo, piromana, cleptomana. 3. Los histrinicos, de ambicin desmesurada, que emplean todos los medios para llegar a un fin. Presentan diversos tipos: los excntricos, los fanfarrones, los mi- tmanos y los fantasiosos. Especialmente estos dos ltimos tipos tienen tendencia a cometer actos fraudulentos de toda especie.De estas personalidades anormales distingue este autor como personalidades psicopticas tanto las que sufren de su anormalidad como las que por razn de su inadaptacin hacen sufrir a la sociedad al cometer acciones antisociales y criminales. Schneider efecta una tipologia de esta personalidad llegando a encontrar hasta diez tipos distintos en los que incluye personalidades incomparables unas con otras. Los tipos son: hipertmicos, deprimidos, miedosos, fanticos, vanidosos, de humor lbil, explosivos, fros, ablicos y astnicos. Esta tipologa ha sido estudiada y reestructurada por Catalano y Cerquetelli (1953) queriendo describir los tipos psicopticos de un modo ((ms conforme con la realidad. Con este fin distinguen entre: hipertmicos, deprimidos, de humor lbil, anacsticos, inquietos, astnicos, histrinicos, fanticos, inestables, crueles, extraos e hipoevolucionados. Es tambin una tipologa carente de sistemtica. Kahn (1969), quien distingue entre psicpatas del instinto, del temperamento y del carcter. Los psicpatas del instinto presentan inters a la criminologa porque son individuos impulsivos que se caracterizan, segun este autor, por una fcil reaccin violenta.Cason (1943) es autor de un estudio en el que revisa todas las publicaciones sobre el tema, y ya antes de la mitad de este siglo, hace casi 40 aos, encuentra que se han utilizado 202 trminos distintos y opuestos como sinnimos de psicopata. Adems, han detectado 55 caractersticas distintas y opuestas como componentes de la personalidad psicoptica y, por ltimo, que se han descrito 30 comportamientos distintos como formas frecuentes de conducta psicoptica. Confirmar Basaglia (1971), la imposibilidad de situar a la psicopata nicamente como una enfermedad, una disfuncin de la personalidad. As, Sutherland y Cressey (1966) notan que el diagnstico de la personalidad psicoptica no es ni uniforme ni objetivo;" un individuo puede ser considerado psicpata por un psiquiatra y no serlo por otro, segn las ideas preconcebidas de quien lo analiza. Se considere vlida una clasificacin u otra, se entender que un determinado individuo presenta o no una personalidad psicoptica. Reina, pues, en esta cuestin una falta total de rigor cientfico. Pero es justamente en esta falta de rigor donde radica el inters de la tarea psiquitrica por el tema. Basaglia (1971) que con este tipo de planteamiento la psiquiatra reviste a los comportamientos de marginacin de la apariencia de lo psicoptico. La definicin de esta enfermedad o categora psiquitrica que Basaglia (1971, p. 25) nos muestra, y que proviene de un tratado italiano de psiquiatra, es un claro ejemplo de la colaboracin psiquitrica al mantenimiento del orden; se define en el tratado: El psicpata carece de voluntad, presenta una mala adaptacin dentro del grupo socio-cultural, es decir, de participacin afectiva con el prjimo [...] es fro, carente de moral, no acusa nunca sentido de culpa, es incapaz de lealtad, de firmeza C...]. son persona-lidades -dice Basaglia (1971; p. 23)- definidas como en el lmite de la norma, por ser consideradas anormales se les refiere a la infraccin de un esquema de valores -mdicos, psicolgicos y sociales- que son aceptados como naturales e irreductibles)). Y contina diciendo este autor (p. 24) que por ello la psiquiatra al definir la personalidad psicoptica se refiere principalmente a las consecuencias que conlleva, ms que a las presiones sociales de que es objeto, mantenindose con ello en la lnea de la ideologa custodial-punitiva, base institucional destinada a preservar la ,norma)). 5. Diagnstico y tratamiento: consecuencias poltico-criminales En el rea del control social formal, es decir, en los programas de poltica criminal de las modernas democracias, el enfoque psicopatolgico de la criminalidad ha encontrado, a partir de 1950, un amplio protagonismo con el desarrollo de la prctica clnica dentro de los programas de prevencin y rehabilitacin. A partir de las distintas teoras psicopatolgicas elaboradas por las tres disciplinas clnicas -la psiquiatra, la psicologa y el psicoanlisis-. el especialista tiene que elaborar un diagnstico perfecto de cada individuo delincuente y proponer un tipo determinado de tratamiento. Mitford (1973) nos ilustra, en su obra The Americun Prison Bussiness, sobre el inters inicial de los especialistas y de los reclusos y el tipo de tcnicas; y cmo paulatinamente todo ello desemboc en una prctica psiquitrica y psicolgica de clasificacin, para un tratamiento de contencin de tipo farmacolgico; y como nico objetivo, la aceptacin del mundo de la prisin. Fitzgerald (1980) en su obra The British Prisons. El diagnstico clnico que se inicia desde un primer momento de la condena llevar a recluir al individuo en un determinado centro: prisin comn o de mxima seguridad, o clnica de tratamiento. De modo que a la clasificacin indi\ i- dual le corresponde una especificacin institucional. Dentro de cada institucin el tratamiento es ms o menos riguroso pero esencialmente se diagnostica un tipo determinado de personalidad criminal con ayuda de tests de toda clase -aptitud, memoria, madurez, inestabilidad, proyectivos, etc.- con arreglo a las caractersticas y tipologas tericas que acabamos de exponer.En la Ley General Penitenciaria de 1978 se establece que el principal objetivo de la privacin de libertad es la reinsercin social del individuo (art. 1) y que se obtiene por el tratamiento psicolgico y psiquitrico (art. 62). Este tratamiento es obligatorio para el recluso, ya que dice el art. 61, 2: Sern estimulados L...] el inters y la colaboracin de los internos en su propio tratamiento [....l. Para efectuar el diagnstico y la clasificacin inicial, para observar la conducta y actitud positiva del recluso y dirigirlo en el paso por los tres grados de condena, se dispone de especialistas: el psiclogo, el psiquiatra y el criminlogo. Los conceptos del enfoque psicopatolgico estn constantemente presentes girando todos en torno de la denominada personalidad criminal y la muy reciente personalidad peligrosa, de la convivencia institucional y del tratamiento rehabilitador. 6. La ideologa de la diferencia y el orden social Las necesidades de prctica psiquitrica, psicolgica y psicoanaltica se han extendido profusamente en todo el contexto social, siendo hoy instancias muy importantes de control social. Cuestiones de orden mental y emocional, que antes eran considerados como caractersticos de una problemtica de clase media, pasan a ser expresados tambin entre los miembros de la clase proletaria (Berlinguer, 1972). Adems, las causas por las que un individuo es considerado inadaptado han aumentado considerablemente. Pues es una sociedad basada en la produccin y consumo en to- das las esferas. de modo que tambin se han producido y absorbido nuevas formas de vivir, de relacionarse y de trabajar, especialmente en el mbito del nuevo estrato social: la juventud." A esta juventud se le han propiciado nuevas formas de manifestacin muy atractivas como medios y actitudes de identificacin, y, al mismo tiempo, han sido considerados como desviados y delincuentes. La desviacin ha sido enfocada por el poder y por la primaca de las disciplinas clnicas en el rea del desorden moral, y ha sido convertida en una categora social de marginacin y de exclusin al insertarla en el planteamiento de las cuestiones mentales." Las normas de direccin social creadoras de esta pauta normalizante constituyen lo que Ruesch (1969) denomina el traje estrecho)), que da cabida a un nmero cada vez menor de individuos. Con este mecanismo se ha llegado a la psiquiatrizacin de la vida social con un elevado nmero de internamientos, un aumento de individuos sometidos a psicoanlisis y tratamiento teraputico, de modo que vivimos, como dice Kittrie (1971), el Estado teraputico; es decir, las caractersticas que el Estado democrtico actual ha adoptado para controlar a la poblacin. Se utiliza, pues, a la psiquiatra y al psicoanlisis, como dicen Fbregas y Calafar (1976, p. 28), para atender, tranquilizar, adaptar a la normal convivencia a los disconformes, a los nerviosos, a los absentistas laborales, a los miedosos y aprensivos, para que todos acudan dcilmente a su trabajo, rindan ms y no planteen problemas. Basaglia (1971) ((ideologa de la diferencia)), vista por este autor como la exageracin de ciertas caractersticas del individuo, con ayuda de las categoras cientficas psiquitricas, con el fin de ampliar el margen de distanciamiento entre la salud y la enfermedad, entre la norma y la desviacin, entre el individuo normal y el inadaptado. Esta situacin lleva a Basaglia (1971) a preguntarse sobre el verdadero significado del concepto y contenido de ((enfermedad mental)) y del papel del psiquiatra en su elaboracin. As, argumenta este autor (p. 29) que la verdadera abstraccin de la enfermedad mental no est en su existencia sino en los conceptos cientficos que la definen sin que se la afronte como un hecho real)). Con la definicin se etiqueta y se acenta la diferencia del individuo, de modo que lo psicoptico, lo esquizofrnico, acaban por convertirse en "lo diferente", puesto que pone en cuestin los fundamentos de la norma que se defiende construyndose un espacio y una categora mdico legal para circunscribirlo y aislarlo)) (p. 26). As pues, la definicin y etiquetaje de la enfermedad encierra un significado poltico porque mantiene intactos los valores de la norma que el individuo marginado discute, no puede o no quiere aceptar. Y se hace evidente que la enfermedad depende de los objetivos polticos de la sociedad, y ser la apariencia abstracta de la enfermedad, y no ella en s, lo que determine su propia evolucin y la del individuo que la expresaSegn Basaglia, en su doble misin de hombre de ciencia y de mantenedor del orden. Funciones que estn recprocamente en evidente contradiccin. El orden social hacia el que se encamina al desadaptado implica principalmente la consecucin de una adecuada capacidad de produccin laboral. No obstante, como sealan Fbregas y Calafat poco preocupa al Estado y al psiquiatra, a la clnica o a la administracin de la prisin la ndole de los problemas o la intensidad de los sentimientos del individuo terapeutizado, lo nico que se quiere es lograr una recuperacin productiva' En definitiva, curar significa apaciguar la rebelin social y la conducta de desadaptacin para volver al individuo socialmente apto, sin tomar en consideracin padecimientos y contradicciones internas, sin preguntarse por la razn ntima de aquella conducta, sin respetarla. En este sentido, Cooper (1971) califica de fracasos psiquitricos)) a las rehabilitaciones que se toman como xitos de la disciplina porque tales xitos, dice el autor, se consiguen a costa de la destruccin violenta de la personalidad del enfermo y de la aniquilacin de sus autnticas inquietudes y rebeldas)). Curacin social conseguida por la destruccin subjetiva, donde la razn de la tcnica cientfica, o sea la razn del Estado, entra en constante conflicto con la razn individual.

ConclusinLa psicologa y la psiquiatra son atradas por el estudio del hombre delincuente emprendiendo de l las caractersticas de su personalidad, de su comportamiento en la sociedad y su pensamiento.Surge el psicoanlisis debido a la insatisfaccin de muchos de sus seguidores, esta fue creada para llegar a la separacin de personas delincuentes para afectar ms a los que eran de menor riesgo por los de mayor riesgo as el psicoanlisis es fundamental para el estudio de la personalidad criminal.La psicologa y la psiquiatra se integran en la sociedad como tcnicas y conocimiento que sirven para el orden pblico.Muchos tratadistas mencionan la locura y otros trastornos como una desviacin del pensamiento de las sensaciones y la moral social.Cuando tomo ms poder el positivismo en el XIX la psiquiatra se volvi oscura y se introdujo en un mundo extrao.Basaglia es de los mximos exponentes de las teoras y explicacin sobre el tema de la personalidad psicoptica.Los tres enfoques que tratan la personalidad criminal son indispensables para el tratamiento o la condena del hombre delincuente.Y por ltimo las necesidades de practica psiquitrica, psicolgica y psicoanalticas han extendido profusamente en todo el contexto social siendo hoy instancias muy importantes del control social.