SUICIDIOS EJEMPLARES
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SUICIDIOS EJEMPLARES
Enrique Vila Matas en su libro Suicidios ejemplares va mas allá del suicidio
físico, y su sitúa en un estadio de la mente humana donde se suicidan las
emociones, el amor y el espíritu.
El suicidio, acto de quitarse la propia vida, es redefinido por Vila Matas
adentrándose en las intrincadas redes del pensamiento y comportamiento
humano. Los personajes, que bien podrían representar los diferentes roles de
una sociedad sumida en la cotidianidad y que se encaminan irremediablemente
hacia la muerte, sufren de una agonía diaria. Agonía que trasciende lo físico,
pero que sin duda duele. Si existe algo peor que una muerte súbita y
autónoma, esa es la idea de morir día tras día.
Dentro de los cuentos de Vila Matas encontramos a Rosa Schwarzer, que
cansada de una vida simple y aburrida, se ve tentada por el suicidio en
repetidas ocasiones y cuando por fin tiene el valor de llevar acabo su decisión
decide regresar a la vida por sentirse fuera de su verdadera naturaleza. Es
difícil comprender las decisiones del ser humano, su psicología abstracta, sus
deseos de muerte, su acostumbrada rutina de la que son prisioneros y terminan
sucumbiendo, dejando sus sueños atrás, olvidando su humanidad,
suicidándose, muriendo sin dejar de vivir.
Según Freud existen unas pulsiones de muerte que toda persona tiene y que
representan una necesidad inconsciente de morir. “la vida puede ser un
proceso bastante doloroso y agotador. Para la gran mayoría de las personas de
las personas existe más dolor que placer. La muerte promete la liberación del
conflicto.” Todos los días, la pulsión de muerte se puede manifestar en nuestro
deseo de paz, de escapar a la estimulación, en la atracción por las drogas y el
alcohol, en nuestra propensión a actividades de aislamiento, como cuando
sucumbimos a una película o un libro y en nuestro gusto por el descanso y el
sueño. Algunas veces esta pulsión es mucho más fuerte y directa como los
deseos de suicidio. En otros momentos, citando a Freud, dichas pulsiones
pueden generar agresión, crueldad, asesinato y destructividad.
A través de los tiempos, la actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la
misma. En la actualidad una persona preferiría una muerte súbita, sin dolor,
como un leve sueño. Pero en la época medieval, a causa de su extrema
religiosidad los hombres preferían un tiempo de arrepentimiento y de balance
de sus deudas con Dios y con los hombres. En las oraciones medievales se
rezaba: “líbranos señor de la muerte repentina”. Algunas civilizaciones antiguas
sacralizaron la muerte queriendo apartarla del dramatismo, para convertirla en
una parte más del destino, además de ello, rechazaban rotundamente el
suicidio por romper las leyes de la vida.
En Suicidios Ejemplares, la muerte depende de la voluntad del individuo. Es
como un último aliento que se escapa del cuerpo sin destruirlo, como un último
suspiro que lentamente consume todo el aire y asfixia el alma. Hay momentos
en los que todo parece muerto. El tiempo se detiene, pero los latidos del
corazón son tan bajos y suaves que parece que flotas con el viento, y a pesar
de ese sentimiento de libertad, algo duele, te oprime, te lastima y te desbarata;
caes y levantarte es imposible por el peso de una fuerza misteriosa que te lo
impide.
Estar muero en vida es suicidarse a diario, entregándose a la rutina que seca
los ojos por no ver cosas nuevas, desgasta los huesos por falta de movimiento,
vuelve frio el mundo por evitar el contacto humano y ahoga las sonrisas en un
mar de preocupaciones. Suicidarse a diario es dejar que caiga la noche sin salir
de casa, olvidar que fuera existe un mundo desconocido, pensar que la soledad
alivia todo.
Fuera de la carga negativa que tiene el suicidio dentro del conocimiento
popular, las diferentes historias del libro, se pueden tomar como una
concepción totalmente diferente con algunos aspectos positivos. Siendo los
suicidios de los personajes una muerte simbólica, pueden dar a entender una
especie de despertar, de abrir los ojos a la realidad, de renovación.
El suicidio que cometen los personajes es la única solución que encuentran
después de que todo parece caerles encima, y este se manifiesta en distintas
formas. Por ejemplo, el personaje de Muerte por Saudade se arrepiente de
arrojarse al vacío y decide esperar la muerte. “me sentare a esperar, habrá una
silla para mi en esta ciudad, y en ella se me podrá ver todos los atardeceres,
callado, practicando la saudade, la mirada fija en la línea del horizonte,
esperando la muerte que ya se dibuja en mis ojos y a la que aguardaré serio y
callado todo el tiempo que haga falta, sentado frente a este infinito azul de
Lisboa, sabiendo que a la muerte le sienta bien la tristeza leve de una severa
espera”. O bien, Anatol, personaje de El Arte de Desaparecer que decide
apartarse de su propia vida al creer que no es necesario ser parte de un lugar
donde es más importante su literatura que su propio ser. “…Anatol colgó el
teléfono. Pensó: La obligación del autor es desaparecer. Tomo sin prisas el
café, observo que había dejado de llover, y poco después se perdió en la
oscuridad del muelle de Europa. Pensó: Hay personas que siempre se
encuentran bien en otro lugar”.
Enrique Vila Matas, aunque no de una forma totalmente directa, presenta una
hermosa lección de vida. La simple razón de pensar en los demás antes que en
nosotros mismos, de actuar en la búsqueda de la felicidad a pesar de los
contratiempos puede provocar en el pensamiento humano un cambio radical.
No es el hecho de adaptarse a una cruda realidad ni de aceptar la derrota
frente a las dificultades, sino de darle un giro de 3 60 grados a nuestra vida por
medio de una reacción mas que física, mental y espiritual; que parezca un
suicidio pero donde no sea necesario derramar sangre ni cortar el oxigeno.
Algunas veces es necesario darle muerte a una situación que nos hiere a diario
para poder fluir, avanzar, limpiar las nubes oscuras de nuestros pensamientos.
Es como cuando una relación, no importa de qué tipo sea, se termina y todo
parece derrumbarse, el horizonte se oscurece y nada tiene sentido. Es por eso
que la mente siempre sebe superar el cuerpo físico y controlar toda la
negatividad que puede surgir luego de un “episodio” como estos.
Es importante que la humanidad tenga claro que la vida no es sencilla y que si
así lo fuera, no tendría sentido vivir en un mundo sin dificultades. Sin
momentos difíciles, tampoco existirían momentos felices y cada situación
compleja que transforma nuestra vida en un mundo caótico nos vuelve más
fuertes. No siempre será fácil levantarse y seguir adelante pero nunca
estaremos solos. La ayuda que negamos necesitar en los momentos de
decaimiento puede estar dentro de las cosas mas simples. En una mirada a
alguien desconocido, en una caminata al atardecer, en el vuelo de una
mariposa, en la lluvia que moja tu piel. Puedes suicidarte las veces que sean
necesarias sin estar obligado a abandonarlo todo. Puedes suicidarte y volver a
comenzar.
Víctor Hugo Guacaneme Moreno