Suarez Iñiguez, Los Increibles Errores de Lijphart

download Suarez Iñiguez, Los Increibles Errores de Lijphart

of 14

description

Análisis de los errores que comete Lijphart en su estudio de la política compara y el método comparativo.

Transcript of Suarez Iñiguez, Los Increibles Errores de Lijphart

  • 131LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    Los increbles erroresde Lijphart

    Enrique Surez-Iiguez*

    E n mi ltimo libro1 he criticado a la ciencia poltica dominante en el

    mundo de hoy: la ciencia poltica a la norteamericana. Llamo cienciapoltica a la norteamericana no slo a la que se lleva a cabo en Es-

    tados Unidos por autores norteamericanos, sino a la realizada por poli-tlogos de distintas nacionalidades pero que escriben en ingls, utilizanfundamentalmente (y con frecuencia casi exclusivamente) bibliografa enese idioma, por lo general trabajan en universidades de Estados Unidos yhan obtenido sus doctorados en ese pas, ponen nfasis en la medicin deindicadores, les falta rigor en el anlisis terico y no dan muestras de estarfamiliarizados con la filosofa de la ciencia, en particular con el uso de lalgica y de las caractersticas ms importantes de la investigacin cientfica.

    * Doctor en Ciencia Poltica por la UNAM. Profesor de Tiempo Completo en la Facultadde Ciencias Polticas y Sociales, UNAM.

    1 Crtica a la ciencia poltica a la norteamericana, en prensa.

    ResumenEl artculo presenta algunas precisiones, en el mbito de la filosofa poltica, relacionadascon la aportacin intelectual de uno de sus ms recientes exponentes, Arend Lijphart. En opi-nin de Surez-Iiguez, Lijphart ha propuesto algunas ideas en el campo de la ciencia pol-tica, que por s mismas dificultan la comprensin de temas tales como: la democraciamoderna, los sistemas polticos o la participacin poltica. A travs de una seleccin de pre-ceptos, el autor desglosa las que a su parecer, pueden ser las principales debilidades de lasaportaciones de Lijphart.

    Palabras clave: filosofa poltica, teora, aportacin cientfica, democracia, modernidad.

    AbstractThe article presents a discussion in the field of political philosophy related to the intellectualcontributions of one of its most recent exponents, Arend Lijphart. According to Surez-Iiguez,Lijphart has proposed some ideas in modern political science that makes difficult to unders-tand topics such as: modern democracy, political systems or political participation. Through aselection of concepts, the author breaks down, in his opinion, the main weaknesses of Lijp-harts contributions.

    Keywords: political philosophy, theory, scientific contribution, democracy, modernity.

  • 132

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    Arend Lijphart es el prototipo del politlogo a la norteamericana. Ob-tuvo su doctorado en Yale University, adquiri, junto a su nacionalidad, laciudadana norteamericana y es Profesor Emrito de la Universidad deCalifornia, en San Diego. Ha pasado la mayor parte de su vida acadmicaen Estados Unidos y desde ah ha forjado un nombre reconocido en laciencia poltica mundial. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas yson frecuentemente citados. A pesar de ello, Lijphart comete errores inve-rosmiles. En este trabajo me propongo sealarlos y criticarlos.

    1. Excesiva cuantificacin

    El primer aspecto que deseo mencionar es el de la excesiva cuantificacinque hacen los politlogos a la norteamericana. Lijphart no es una excep-cin. Debo apuntar, sin embargo, que no critico el uso de la medicin perse. Si las ciencias sociales estuvieron rezagadas durante dcadas fue,principalmente, por su ideologizacin y la falta de mtodo cientfico, sobretodo el no corroborar las hiptesis. La cuantificacin, entendida como ele-gir variables y darles valor a los indicadores de ellas, ha sido de gran ayudapara el avance de la ciencia poltica en los ltimos tiempos, tanto como ladesideologizacin. La solucin no est en no medir sino en no hacerlo enexceso y en analizar lo medido. Toda medicin requiere interpretacin y stadepende de la o las teoras con que se enfoque, as como de la propiainteligencia e imaginacin del autor.

    Dicho lo anterior, considero la excesiva cuantificacin o el poner el n-fasis en las mediciones, un serio defecto de la investigacin en cienciapoltica. Que a Lijphart le interesa de manera particular medir no hay duda.El mismo lo dice en Modelos de democracia: Mi objetivo primordial eramaximizar la validez de mis indicadores cuantitativos,2 los cuales habatrabajado antes en otro de sus libros, Democracies, traducido al espaolcomo Las democracias contemporneas. Basta hojear su libro para com-probar la cantidad de datos, cuadros, indicadores, grficas (a veces pococlaros) que en l aparecen. Siendo una investigacin emprica y compa-rativa esto es correcto; lo que no son correctas son sus interpretaciones(sus teoras). Los datos son slo el insumo pero luego hay que saber ana-lizarlos e interpretarlos para formular una teora que explique satisfacto-riamente lo que se pretende.

    2 Modelos de democracia: Formas de gobierno y resultados en treinta y seis pases,

    Mxico, Ariel Ciencia Poltica, 2004, p. 9, cursivas mas (edicin original en ingls, 1999).

  • 133LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    2. Falta de rigor terico

    Un segundo aspecto que criticar de la obra de Lijphart es su falta de rigoren el anlisis terico y esto se manifiesta en diversos tpicos.

    a) Malas definiciones

    Una definicin debe ser clara y precisa a la vez. Clara para ser fcilmentecomprendida y precisa para que evite ser confundida. Una definicin debeabarcar lo que es sustancial al objeto que se pretende definir. El lenguajecientfico requiere de conceptos bien definidos no slo para comunicarnos,sino porque de una mala definicin se desprenden errores, al igual que deuna falsa premisa se llega a conclusiones falsas.

    Sartori ha dicho que cualquier cosa que entendamos por teora stasignifica buenos argumentos y formas lgicamente correctas de discutir.Para ello, aado, tenemos que definir correctamente nuestros conceptosque son los tabiques de nuestra construccin terica.

    Al tratar de la democracia, Lijphart, como otros politlogos, se basa enlos datos elaborados por Freedom House y seala que los pases librespueden ser considerados democrticos. Pero si bien democracia y liber-tades deben ir juntas eso no significa que sean lo mismo. El hacerlos sin-nimos ha llevado a errores importantes. Es lo que le ha pasado a Lijphart.Como Freedom House en 1996 pas a cuatro de las treinta y seis de-mocracias estudiadas por Lijphart de libres a parcialmente libres (India,Papa-Nueva Guinea, Colombia y Venezuela), Lijphart los consider casosfronterizos y se sinti en la necesidad de justificar su inclusin en lostreinta y seis pases por l estudiados. Para hacerlo se bas en un trabajode Jaggers y Gurr de 19953 en que utilizando una escala de 10 puntos,con el 10 como calificacin mxima, le otorgaba a Colombia un 9 (mismacalificacin que a Espaa) y a Venezuela un 8 (misma calificacin que aFrancia). No slo estaban ambos pases sobrevaluados sino que equi-pararlos con naciones como Espaa y Francia es una muestra de la pocaconfiabilidad y seriedad de este tipo de trabajos. Aunque hoy en da liber-tad y democracia van juntas no siempre ha sido as y ciertamente no sonsinnimos.

    3 Keith Jaggers y Ted Robert Gurr. Polity III, Regime Change and Political Authority, 1880-

    1994, archivo informtico Ann Arbor Mich. Inter-University Consortium for Political and So-cial Research, 1995, citado en Arend Lijphart, op. cit.

  • 134

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    Otro de los ejemplos ms claros de la falta de rigor terico y de maladefinicin es el siguiente: en Modelos de democracia, Lijphart trata de es-tablecer la diferencia entre democracias mayoritarias y democracias con-sensuales, a partir de dos dimensiones que l llama ejecutivos-partidosy federal-unitaria. Pues bien, despus de bautizarlas as, aade que hu-biera sido mejor llamarlas poder conjunto y poder dividido, porque estasetiquetas seran ms correctas, precisas y tericamente tendran ms sen-tido. Entonces, por qu persiste en utilizar la otra denominacin? La res-puesta de Lijphart es asombrosa: porque son ms fciles de recordar.4Increble! No importa que otras etiquetas sean ms correctas, ms pre-cisas y mejores tericamente, sino el sentido pragmtico de que son msfciles de recordar. Pero ni siquiera esto es verdad: no son ms fciles derecordar.

    Para medir la igualdad poltica, como es difcil, Lijphart decide medir laigualdad econmica que puede servir como indicador vlido.5 Las que noson vlidas son sus razones: porque son ms fciles de recordar o por-que es difcil hacer tal cosa. Por otro lado, es evidente que se puede te-ner un cierto nivel de igualdad econmica y otro muy distinto de igualdadpoltica.

    La cspide de su falta de rigor terico en lo que a definiciones se re-fiere, es cuando trata de definir lo que es un partido poltico. El supuestohabitual en ciencia poltica escribe es que organizaciones que sellaman partidos polticos son, de hecho, partidos polticos.6 No sabe unosi rer o indignarse.

    b) Variedad de conceptos para referirse a lo mismo

    A diferencia de las ciencias naturales donde una vez definido un concepto(tomo, materia, energa, electricidad) todos lo utilizan con el mismo sig-nificado, en la ciencia poltica (y en general en las ciencias sociales) nosucede as. Cada autor puede llamar al mismo suceso, proceso o fen-meno con distintos nombres, y muchas veces parece que lo ms impor-tante es encontrar un trmino que pueda ser exitoso en lugar de explicarfehacientemente el objeto de estudio, que es de lo que debiera tratarse.

    4 Modelos de democracia, p. 17. Y si el lector piensa que esta confesin se le es-

    cap a Lijphart, al final del libro la volver a encontrar aunque matizada con un quiz:Sera quiz ms exacto as como tericamente ms significativo usar poder conjunto ypoder dividido (p. 227).

    5 Ibidem, p. 263.

    6 Ibidem, p. 77.

  • 135LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    El que cada quien llame como quiera a lo que estudia no slo generaconfusin sino que, en ese sentido, impide el cumplimiento de una de lascaractersticas de la investigacin cientfica: que el conocimiento sea acu-mulativo. Y como los conceptos son nuestros tabiques tambin deberan seracumulativos, es decir, una vez definido con propiedad algo, todos debe-ramos utilizar el mismo concepto. La ciencia poltica avanzar de maneraconsiderable cuando seamos capaces de hacer eso, al menos con concep-tos centrales.

    Para verdaderamente comprender la magnitud de este problema ima-ginemos que en nuestra vida cotidiana cada quien llamramos a las cosascon distintos nombres. No slo habra una tremenda confusin que impe-dira la comunicacin sino que, en realidad, no habra comprensin ni co-nocimiento alguno. Ya Scrates mostr la importancia del concepto y lanecesidad de definirlo bien. El siguiente ejemplo ilustra con meridiana cla-ridad lo que sostengo: lo que Lijphart llama democracias mayoritaria yconsensual, Hans Hattenhauer y Werner Kaltefleiter lo llaman principiosde mayora y consenso; Jrg Steiner, principios de mayora y proporcio-nalidad; G. Bingham Powell, formas de democracia mayoritarias y repre-sentativas y, posteriormente, control mayoritario e influencia proporcio-nada; Robert Dahl, democracias populista y madisoniana; William H.Riker, populismo y liberalismo; Jane Mansbridge, democracias de con-frontacin y unitarias; S. E. Finer, poltica de confrontacin y poltica cen-trista y de coalicin.7 Cmo podemos entendernos as?

    c) Falta de lgica

    Sartori ha sealado que hay que pensar antes de contar y usar la lgicaantes de pensar. En realidad, lo que debemos hacer es pensar con lgicay as expresar los resultados de nuestras investigaciones. Lijphart pareceolvidarse de ello en varias circunstancias. Por ejemplo, sostiene que el re-quisito democrtico fundamental es el sufragio universal y, sin embargo,incluye entre sus democracias y sabindolo a Suiza, donde las muje-res no votaron sino hasta 1971; a Nueva Zelanda, donde los aborgenesno lo hicieron hasta 1962, y a Estados Unidos, donde el voto se universa-liz hasta 1965.8 Si la premisa es aqulla, no es vlido incluir a estos pa-ses. O cambia la premisa o debe suprimir estos pases como democrticos.

    Lijphart elabora un mapa bidimensional para situar a las treinta y seisdemocracias que estudia y as poder diferenciar las democracias mayo-

    7 Citados en Arend Lijphart, Modelos de democracia, op. cit., p. 17.

    8 Modelos de democracia, p. 62.

  • 136

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    ritarias de las consensuales y, no obstante, admite que la mayora de esasdemocracias tiene rasgos significativos e incluso predominantes de tipoconsensual.9 Entonces, cmo puede concluir que la enorme variedad dereglas formales e informales, as como instituciones que encontramos enlas democracias, pueden reducirse a un claro modelo bidimensional conbase a los contrastes entre gobierno mayoritario y consensual?10 Qu no seda cuenta de que la conclusin no se desprende de lo antes afirmado? (nitampoco de su investigacin emprica).

    An ms ntido: despus de haber dedicado ms de 240 pginas, mu-cha medicin y una gran cantidad de cuadros, su conclusin final es quedado que los argumentos tericos y la observacin emprica son ambi-guos, pero otorgan un pequeo (sic) margen a la democracia consensual,mi hiptesis es que esta ltima ofrece mejores resultados, aunque sin es-perar diferencias muy notables y significativas.11 Pero fue l quien trat dedemostrar que haba esas diferencias significativas y fue l el que afirmque se poda elaborar un claro modelo bidimensional. Tampoco es casualque al final de su libro hable de que tiene una hiptesis. Las hiptesis seplantean como punto de partida, no de llegada. Al final, lo que se tiene quemostrar es que la hiptesis fue corroborada, y su hiptesis result refutadapor su propia investigacin. Sin embargo, l sigue como si nada.

    d) Falta de teoras que expliquen fehacientemente el objeto de estudio,o escaso anlisis terico serio

    La falta de rigor terico de Lijphart no est solamente en malas definicio-nes, variedad de conceptos para explicar lo mismo y falta de lgica, sinoen la carencia de teoras serias que expliquen satisfactoriamente el objetode estudio.

    Una teora es una explicacin y para que sea considerada cientficadebe ser verdadera, es decir, estar corroborada (o si se trata de una teorade carcter universal, vlida para todo tiempo y lugar, que no haya sidorefutada). Volver sobre esto en el punto 3. La corroboracin es lo que leda su carcter cientfico, de otra manera seran simples opiniones. Lasteoras tienen que someterse a tests importantes, tanto en cantidad comoen calidad. Cuando han pasado esos tests entonces las damos por corro-boradas (hasta ese momento, pues en el futuro podran ser refutadas osuperadas). Imaginar posibles desenlaces no hace una teora cientfica sino

    9 Ibidem, p. 18, cursivas mas.

    10 Ibidem, p. 279, cursivas mas.

    11 Ibidem, p. 244, cursivas mas.

  • 137LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    hasta que se corrobore y el futuro no puede corroborarse ahora. Eso no sig-nifica que no puedan hacerse predicciones, pero la prediccin es otra cosa:es condicional, quiere decir que si sucede a y b, entonces suceder c y nosiempre se puede hacer, como en el caso de los terremotos: podemos lle-gar incluso a sealar un rea probable en donde ocurrir, pero nunca ellugar y la fecha precisos.

    Otro de los principales objetivos de la ciencia es establecer la relacincausa-efecto, pero Lijphart parece no comprenderlo. Escribe:

    El porcentaje medio de mujeres elegidas para la cmara baja o nica del par-lamento en las elecciones celebradas entre 1971 y 1995 en nuestras treintay seis democracias oscila entre el porcentaje ms alto, un 30.4 en Suecia, y elms bajo, un 0.9 en Papa-Nueva Gunea. Esta diferencia est estrecha ysignificativamente relacionada con el grado de democracia de consenso.12

    S, pueden estar estrecha y significativamente relacionadas pero esono indica que sea una relacin causa-efecto. La explicacin de por quSuecia est en la cumbre y Papa-Nueva Guinea en el stano en eserubro, habra que buscarla en las condiciones culturales, en el desarrollohistrico, social, econmico y poltico de cada pas. Lijphart sostiene habercontrolado el nivel de desarrollo y que an as se mantiene la correlacinque establece, pero se refiere al desarrollo econmico y no toma en cuenta elcultural, que para efectos de este rubro es el ms importante. El que doselementos vayan juntos no significa que uno sea la causa del otro, y loms que llegan a establecer estos politlogos es que van juntos pero noencuentran el por qu o cul es la causa de que as sea, y se es el ob-jetivo principal: no slo establecer una relacin sino explicarla y sealarcul elemento depende de cul. Como lo ha dicho Cassirer al explicar elconcepto de causa de Kant, ste significa obedecer a una ley fija por vir-tud de la cual b sigue siempre necesariamente a a y no puede precederle.Por tanto, al colocar una determinada relacin emprica bajo el conceptode causalidad establecemos... de un modo inequvoco el orden de suce-sin de sus elementos en el tiempo. O para decirlo en palabras del propioKant: Trtase, por consiguiente... de poner de relieve que no somos nun-ca nosotros mismos los que en la experiencia imponemos el orden de su-cesin al objeto.13

    Respecto a que el parlamentarismo y la representacin proporcional(RP) dan lugar a la democracia consensual, es decir, que hay una rela-

    12 Modelos de democracia, p. 262.

    13 Ernst Cassirer, Kant, vida y doctrina, Mxico, Breviarios del FCE, 1968 (primera

    edicin en alemn 1918), pp. 221-222, cursivas mas.

  • 138

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    cin causa-efecto, Lijphat tampoco logra demostrarlo, pues dice que dadoque el sistema suizo puede considerarse ms parlamentario que presiden-cial y puesto que el sistema electoral japons puede considerarse mscercano a la RP que a la mayora relativa, slo (sic) existen seis excepcio-nes en sus treinta y seis democracias. A tres las considera importantes y atres menores y aunque intenta justificar y explicar esas excepciones, el he-cho es que lo son y esto equivale al 16.66% de su muestra. Si aadimos aSuiza y Japn, significara el 22.22%. Cmo puede considerar que su hip-tesis ha sido corroborada? Es indudable que no logra establecer la rela-cin causa-efecto; que no es vlido afirmar que la RP y el parlamentarismodan lugar a la democracia consensual (aunque puedan favorecerla).

    La falta de rigor terico de Lijphart se manifiesta claramente en la con-clusin de Modelos de democracia que ya habamos sealado: despus dededicar todo el libro a tratar de demostrar que existe una clara diferenciaentre las democracias mayoritarias y las consensuales, concluye que la ma-yorade democracias tiene rasgos significativos e incluso predominantesde tipo consensual. Y al dibujar su mapa bidimensional, en lugar de esta-blecer dos columnas, lo que hace es distribuir a los pases por todos ladosdel mapa (que no es tal). Y esto lo hace, a mi juicio, precisamente por-que no existe la distincin que l pretende. En otras palabras, dados losresultados de su investigacin, no haba manera de hacer un cuadro condos columnas claramente distinguibles, una con los pases mayoritarios yotra con los consensuales.

    3. Fracaso en establecer enunciados universales

    La filosofa de la ciencia nos ha enseado que la investigacin moderna yano se basa slo en conceptos sino en enunciados, de los que derivamosconsecuencias. Sabemos que un enunciado universal, una ley, es vlidopara todo tiempo y lugar y que un enunciado singular lo es para ciertotiempo y cierto espacio. Esto es tanto para las ciencias naturales comopara las sociales. Karl Popper ha mostrado que un enunciado universal nopuede ser corroborado, pues tendramos que conocer todos los casos exis-tentes, no slo presentes sino pasados y futuros. Un enunciado universalslo puede ser refutado. El hoy famoso ejemplo que utiliz Popper fuetodos los cisnes son blancos. Para poder corroborar este enunciado uni-versal tendramos que conocer todos los cisnes que existen, han existido yexistirn, lo que es imposible; pero un solo cisne negro refuta el enunciadouniversal. La bsqueda o aparicin de contra-ejemplos es, pues, decisivacuando se trata de enunciados universales. Los enunciados singulares s

  • 139LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    se corroboran a travs de observaciones, experimentos, crtica racional,anlisis lgico, evidencia emprica.14

    Ahora bien, los contraejemplos tambin funcionan para casos en que,sin ser enunciados universales, s pretenden cierto nivel de generalidad, en elespacio o en el tiempo. Lijphart pretende establecer pautas comunes en lospases mayoritarios y pautas comunes en los consensuales de modo talque permitan diferenciar claramente un modelo del otro. Pues bien, en suinvestigacin encuentra, una y otra vez, contra-ejemplos de lo que asevera,por tanto su pretensin resulta fallida y su teora carece de validez general.

    Se podra pensar que el mtodo del que he hablado es vlido para lasciencias naturales pero no para las sociales. El que as pensara estaraequivocado. Cuando Bobbio hace alusin a la afirmacin de Kant sobre lapaz perpetua, afirma que hasta ese momento no haba habido guerras en-tre pases democrticos (lo que no significa que los pases democrticos nohayan hecho guerras) y pide, de estar equivocado, que se le replique; enotras palabras, que se le den contra-ejemplos. Cuando Sartori analiza el con-cepto clase poltica de Mosca, lo que busca son contra-ejemplos para re-futar la aseveracin universal del terico de las lites.15 Es decir, que enlas ciencias sociales tambin se aplica el mtodo de bsqueda de contra-ejemplos para refutar un enunciado universal. Por otro lado, en las cien-cias sociales tambin hay enunciados universales, si bien son pocos; porejemplo, la ley de la oferta y la demanda, la ley de hierro de la oligarqua deMichels o la necesidad de que existan libertades para que exista y florezcala democracia.

    La ciencia poltica a la norteamericana ha logrado cierto grado de de-sarrollo en lo que toca a enunciados singulares, pero nulo en lo relativo aenunciados universales. No slo eso sino que, en realidad, tampoco ha lo-grado establecer enunciados con cierto grado de generalidad, es decir, v-lidos para un nmero significativo de casos (en el tiempo o en el espacio).

    Lijphart es la muestra ms evidente: no logra encontrar ni siquiera doscasos que renan todas las caractersticas de cada modelo. Claro queLijphart podra contestar que seala cinco caractersticas en cada dimen-sin porque unos pases cumplen unas y otros otras, pero eso no resuelveel problema, pues debe tratarse de lo comn, de lo que todos los pases

    14 Vase mi artculo Son ciencias las sociales?, donde sostengo que todos estos m-

    todos son utilizados por la ciencia poltica. Estudios Polticos, Octava Epoca, nm. 2 mayo-agosto, 2004, pp. 13-25.

    15 Vase Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, Mxico, FCE, 1986 (primera edi-

    cin en italiano, 1984), p. 30, y Giovanni Sartori, Teora de la democracia, tomo I, El de-bate contemporneo, Madrid, Alianza Editorial, 1988 (edicin original en ingls 1987) pp.71-74.

  • 140

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    de cada modelo comparten. Ms an, no hay un solo pas que rena todaslas caractersticas del modelo mayoritario, ni uno solo que tenga todas lasdel modelo consensual. De nada servira que Lijphart nos pudiera respon-der que se trata de tipos ideales, puesto que su investigacin es emprica,basada en la descripcin de casos reales, como lo ha sealado Sartori.16 Ade-ms, como ya lo he citado antes, Lijphart acaba reconociendo que la ma-yora de pases estudiados tiene caractersticas significativas y predomi-nantes del modelo consensual, con lo cual su hiptesis y el sentido de todosu libro se caen.

    El fracaso en establecer enunciados universales est en ntima rela-cin con otro de los defectos de la obra de Lijphart.

    4. Deficiencias de su tipologa

    A los politlogos a la norteamericana les gusta mucho establecer tipo-logas, es decir, modelos donde clasifican los objetos de estudio. Su pre-tensin es ubicar en un casillero los casos que renen caractersticascomunes y as establecer diferencias importantes entre los distintos casi-lleros. Pues bien, sus tipologas no funcionan pues no logran establecerclaras diferencias sino en contados aspectos. En las tipologas sobre lademocracia, esos politlogos encuentran excepciones en cada uno de loscasilleros. La conclusin entonces resulta, de hecho, en que cada pas esdistinto y sigue caminos diferentes.

    Cuando Lijphart elabora su mapa bidimensional encuentra que existendiversas excepciones evidentes a su divisin. Estas son los tres paseslatinoamericanos (Costa Rica, Colombia y Venezuela) que no considera muyrelevantes (relevantes a secas, s?), porque estn cerca del centro de ladivisin; pero tambin encuentra que son excepciones Espaa, Grecia yFrancia y no estn cerca del centro sino claramente a la derecha del mapa(en donde se ubican las democracias mayoritarias). En el lado izquierdo(donde aparecen las democracias consensuales) tambin hay excepciones:India, Israel y Mauricio que surgieron del dominio britnico y que por consi-guiente deberan estar a la derecha, y Papa-Nueva Guinea, que fue gober-nada por Australia, antigua colonia britnica. Diez excepciones en treinta yseis casos casi un tercio! Cmo puede creer que su tipologa es correcta?

    16 Y si aceptara que es emprica, entonces el contraste est empricamente superado por

    el hecho de que no existe democracia real que se rija de modo absoluto por la regla de lamayora, y porque en todas las democracias la mayor parte de las decisiones no son ma-yoritarias. Vase Giovanni Sartori, op. cit., pp. 293-295.

  • 141LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    Por otro lado, seala que los ltimos cuatro pases son sociedades plu-rales, lo cual sugiere que es el grado de pluralismo el que explica por qulos pases son consensuales y no mayoritarios en la dimensin ejecutivos-partidos.17 Entonces para qu elabor su tipologa? En ella no aparececomo caracterstica el pluralismo de las sociedades. En otras palabras, lacausa de que un pas sea consensual y no mayoritario es el pluralismo yno las caractersticas por l sealadas: coaliciones multipartidistas frente agabinetes mayoritarios de partido nico; equilibrio entre el Ejecutivo y elLegislativo frente a dominio del primero; multipartidismo frente a biparti-dismo; representacin proporcional frente a sistemas electorales mayo-ritarios; grupos coordinados orientados hacia la concertacin frente agrupos de inters con competencia libre. Estas son las caractersticas queLijphart estableci para decidir por qu ubicar a un pas como democraciamayoritaria o democracia consensual, y ahora resulta que no es por ellas sinopor el pluralismo social.

    Pero no slo lo anterior sucede en la dimensin ejecutivos-partidos sinotambin en la federal-unitaria. El grado en que los pases son sociedadesplurales parece asimismo explicar la situacin de las treinta y seis demo-cracias en la dimensin federal-unitario. Asombroso! Esto slo invalidalas caractersticas por l sealadas como la razn para ubicar a las demo-cracias en uno de los dos modelos. Y sin embargo, de nuevo, Lijphart conti-na como si nada.

    Veamos otras excepciones de su tipologa: la diferencia crucial entrelas dos cmaras, dice Lijphart, es que la segunda, o cmara alta, se elija demanera distinta o que sea diseada de forma en que represente a ciertasminoras. La mayora de segundas cmaras sobrerepresentan a las uni-dades ms pequeas de la federacin; sin embargo, el Bundestag austriacoes una excepcin, ya que el nmero de sus miembros es aproximada-mente proporcional a la poblacin de los Lnder, en lugar de dar represen-tacin especial a los Lnder pequeos. Tambin Blgica es una excep-cin, pues el nuevo Senado da slo una ligera sobrerrepresentacin a lasminoras de habla francesa y alemana. India es un caso intermedio. El mo-delo mayoritario se caracteriza, segn Lijphart, por tener una sola cmara y elReino Unido, que es el modelo por excelencia del mayoritarismo, tiene dos,aunque Lijphart minimiza este asunto por el hecho del poco poder que tienela Cmara de los Lores. Y todava cuenta dos nuevas excepciones: No-ruega y, hasta el ao 1991, Islandia, que no encajan en ninguno de los dosmodelos.18

    17 Modelos de democracia, pp. 233-234.

    18 Ibidem, p. 190.

  • 142

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    Al sostener que los primeros ministros de gabinetes mayoritarios tienenms poder que los primeros ministros de gabinetes consensuales, encuen-tra tres excepciones: el primer ministro noruego tiene menos poder y los pri-meros ministros alemn y portugus tienen ms que los mayoritarios.19Cuando analiza, con datos de Harold L. Wilensky de su investigacin so-bre democracias industrializadas, las polticas de familia, Lijphart concluyeque las consensuales son mejores que las mayoritarias pero, de nuevo,encuentra una excepcin sumamente significativa: Francia que es prcti-camente mayoritaria es el pas que recibe, junto a Suecia, la ms alta ca-lificacin, es decir, es el que hace ms por las polticas de familia. As po-dra seguir enumerando ejemplos.

    Sostener, como hace Lijphart, que la enorme variedad de reglas formalese informales de la democracia, as como sus instituciones, se pueden di-ferenciar claramente en dos modelos distintos y no lograrlo, es un fracaso desu tipologa. Est intentando ubicar a cualquier pas democrtico de cual-quier regin del mundo en un lado A o en un lado B. Por consiguiente, siun pas no puede ser ubicado claramente en A o en B, su hiptesis esrefutada. Tambin lo es si un pas tiene caractersticas de ambas, A y B, puesentonces estaramos hablando de un modelo C, distinto de A y de B. Y esoes lo que pasa en la investigacin de Lijphart que encuentra pases querenen caractersticas de ambos modelos, prcticamente todos. Al final desu libro admite que los argumentos tericos y la observacin emprica sonambiguos (sic) para poder diferenciar claramente los dos casos.20 Enton-ces por qu insistir en ello? La tipologa de Lijphart es del estilo blanco-negro, excluyente, cuando la realidad no es as. Esta no slo tiene grisessino una gran variedad de colores y matices.

    Como dijo Popper, es fcil encontrar supporting facts para cualquierteora que uno tenga, lo importante son los refuting facts. El que Lijphart en-cuentre ejemplos de lo que sostiene no es lo decisivo sino los contra-ejem-plos que invalidan sus pretensiones de carcter general. Lijphart est des-cribiendo situaciones existentes, por tanto su teora debera explicar lo quesucede, por qu sucede o cmo sucede. No son tipos o modelos ideales,pues su investigacin es emprica, basada en datos sobre realidades y sien cada caso encuentra excepciones eso significa, simple y llanamente, quesu tipologa es errnea. Por la misma razn, su investigacin es emprica, esimprocedente que su tipologa y sus cuadros incluyan casilleros de casosinexistentes.

    19 Ibidem, p. 116.

    20 Ibidem, p. 244.

  • 143LOS INCREBLES ERRORES DE LIJPHART

    ESTUDIOS POLTICOS, NM. 20, NOVENA POCA, MAYO-AGOSTO, 2010, pp. 131-144

    5. Ausencia de conclusiones decisivas

    Si sus teoras son deficientes, si no logran establecer enunciados univer-sales, si tampoco formulan explicaciones de validez general, si sus tipolo-gas no funcionan, no podr sorprender entonces que tampoco suelaLijphart llegar a conclusiones decisivas.

    Cuando nuestro autor acepta que dado que slo son cinco los sis-temas presidenciales dentro de sus treinta y seis democracias estudiadas,y puesto que Francia es un sistema presidencial bastante inusual, laconclusin referente a los efectos del presidencialismo no puede ser con-siderada definitiva.21 Y cuando en otros asuntos logra llegar a conclusio-nes, muchas veces son de tal naturaleza que la simple observacin atentao la experiencia y el sentido comn nos las muestran sin necesidad de ms.Para citar un solo ejemplo: que entre ms consenso menos violencia habr.Por supuesto que en ciencia se requiere corroborar las suposiciones, perotambin se trata de lo que Popper llama contenido de informacin. Yopuedo establecer como hiptesis que en la ciudad de Mxico va a llover enjulio, pero tiene un bajsimo contenido de informacin porque en ese mesllueve todos los das. Tratar de corroborar esa hiptesis carece de chiste.Para que mi hiptesis tuviera mayor contenido de informacin, debera se-alar, por ejemplo, que llover la tarde del 5 de julio entre 4 y 6 de la tarde.Entre ms fcilmente refutable sea, mayor contenido de informacin habr.Entonces, tratar de mostrar que a mayor consenso tendremos menos vio-lencia no es que sea intil, pero tiene poco contenido de informacin.

    Prcticamente los nicos casos en que Lijphart logra corroborar suhiptesis de manera concluyente son, curiosamente, aquellos en que uti-liza datos de investigaciones de otros autores. Los ltimos dos captulos deModelos de democracia tratan de la calidad democrtica y de lo benignoy benevolente de las democracias, trminos que toma prestados de ...George Bush! Sobre eso s logra establecer una clara ventaja de las de-mocracias consensuales sobre las mayoritarias. Sin embargo, cabe acla-rar que esas otras investigaciones fueron hechas con otros propsitos, queno incluyen exactamente los mismos pases de Lijphart y que no tratantampoco del mismo perodo histrico analizado por l.

    21 Modelos de democracia, p. 281.

  • 144

    CENTRO DE ESTUDIOS POLTICOS, FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIALES, UNAM

    ENRIQUE SU`REZ-IIGUEZ

    6. Utilizacin exclusiva o casi exclusiva debiblio-hemerografa en ingls

    Los politlogos a la norteamericana no suelen citar trabajos que no ha-yan sido publicados en ingls. Para ellos no hay ms ciencia poltica que lasuya. Aun cuando citan a otros politlogos famosos, lo hacen de sus tra-bajos publicados en ingls. Por ejemplo, cuando Lijphart cita a Duverger, aBlondel o a Raymond Aron, lo hace de sus artculos publicados en ingls, node los que publican en francs, y lo mismo sucede con autores de otrasnacionalidades. Los expertos en democracia suelen citar a Sartori por-que publica en ingls pero no a Bobbio, quien escribi sobre democraciatoda su vida.22 Si eso hacen con los europeos cabr imaginar que los delTercer Mundo no contamos para ellos. Cuando escriben sobre Latinoa-mrica, Asia o `frica lo que citan son trabajos en ingls, la inmensa ma-yora escritos por autores anglosajones. Y esto es grave porque implica elenfoque y la interpretacin que son elementos esenciales en el anlisis,adems del conocimiento directo de la situacin. Los casos de Latinoa-mrica, Asia o Africa (incluso de Europa) son vistos con los enfoque tpicosde la ciencia poltica que critico, lo que les impide comprender bien esassituaciones. Lijphart s cita autores de diversas nacionalidades pero detrabajos publicados en ingls. Modelos de democracia tiene la biblio-heme-rografa ms abundante que he visto sobre democracia: trescientos vein-ticuatro trabajos citados, de los cuales todos son en ingls excepto seis:cuatro en alemn (uno de ellos sobre l), uno en francs y uno en espaol(una enciclopedia).

    7. Conclusin

    Arend Lijphart es famoso y reconocido, sus libros han sido traducidos a va-rios idiomas y por ello han tenido impacto y, sin embargo, comete errorestan graves como los aqu expuestos. Si ese tipo de cosas se dijera en otroidioma que no fuera el ingls y por gente que no fuera tan famosa, recibi-ra un alud de crticas. Si alguien en Mxico definiera lo que es un partidopoltico como lo hizo Lijphart, sera la burla de todos los acadmicos. Perol como otros politlogos famosos puede decir cualquier cosa y no slono recibe las crticas debidas sino que y eso es lo ms asombroso suserrores y tonteras pasan inadvertidos. Sirva esta crtica para que no sea as.

    22 Stepan cita un trabajo en ingls de Pasquino que forma parte del libro de sus colegas:

    Transiciones desde un gobierno autoritario, op. cit., y Przeworski un libro en ingls de Bobbio.