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L strategiamisi onera en China PECHELI, SIVE P E K I· ·N G, IMPERII SINARVM PROVINCltt PRIM. A.

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L strategiamisi o neraen China

PECHELI, SIVE

P E K I· ·N G, IMPERII SINARVM

PROVINCltt PRIM.A.

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CHINA HA IRRUMPIDO DOS VECES EN NUESTRA IMAGINACiÓN Y EN NUESTRA CON-

CIENCIA: PRIMERO DESCUBIERTA POR MARCO POLO y DESPUÉS REVELADA POR

LOS JESUITAS. Los VíNC ULOS ENTRE EUROPA y LA GRAN CIVILIZACiÓN ASIÁTICA SE-

RíAN LLEVADOS A UN NIVEL INSOSPECHADO DE INTENSIDAD GRACIAS A UNA SERIE

DE PERSONAJES DE TALLA ÉPICA, ENTRE QUIENES DESTACAN VALlGNANO y RICCI,

TAMBIÉN ITALIANOS. ELLOS INVENTARON UNA FÓRMULA PARA PONER EL CRISTIANIS-

MO AL ALCANCE DE LAS CULTURAS PREVIAMENTE DESCONOCIDAS Y MANIFESTARON

UNA I:-.JUSITADA SENSIBILIDAD ANTE LOS VALORES HUMANOS QUE SE EXPRESABAN

EN FORMAS DISTINTAS A LAS OCCIDENTALES. EL DOMINIO DE LAS CIENCIAS PERMI-

TIÓ A ESTOS HOMBRES DE FE INICIAR UN DIÁLQGO ENTRE EL OCCIDENTE BARRO-

CO y EL MUNDO CONFUCIANO CUYOS FULGORES TODAVíA NOS DESLUMBRAN .

L , mi,i', j " oi" '" ehi", qoc dió i"io , fi­

nales del siglo XVI y llegó a su término a Ill e­

diados del siglo XVIII. no sólo es un import<1n­

te aco ntecimiento históri co, sino t<1mb ién un

tellla de interés para los estudios sobre las re­

laciones entre diferentes civilizaciones. Una

investigac ión cOlllpleta al respecto requeri­

rí a, obviamente, una explorac ión multidis­

ciplin a ri a, es dec ir, tendría que ir no sólo a

lo hi stórico, sino talllbién a lo antropológico,

teo lógico, filosófico, epistémico, etcétera . La

intención de este texto es Illucho menos am­

biciosa; pretende ser una sembl anza históri ca

de los eventos 1ll{IS importantes de la intro­

ducción de la ciencia jesuita en China.

'", El propósito de la presencia de la Com­

pañía de Jesús en China no era difundir el

conocimiento científico occidenta l en una

zona tan alejada. De hecho, el interca mbio

de conocim ientos entre los científicosjesu i­

tas y los ch inos durante los siglos XVI y XVII

fu e consecuenc ia de la ll amada estrateg ia de

adaptación desa rrollada por algu nos inteli­

gentes misioneros que buscaban poder ins­

talar ahí su institución religiosa lega lmente.

Esta estrategia fu e planeada por el italiano

Alessandro Valignano (1 539-1606). visitador

de las misiones orienta les.

'"' Entre 1552 y 1583, 32 jesu itas, 24 francis­

ca nos. dos agustinos y un dominico habían

intentado establecer en China la base para

la Illi sión religiosa, pero todos sus intentos

fracasa ron. La consecuencia de este resul ta ­

do fue tan grave que los radicales elllpeza­

ron a proponer la conquista milita r.

'"' Cuando Valigna no visitó Macao en oc­

ruine de 1577. se perca tó de que estos fraca­

sos habían desa lentado decisivament e los

deseos de los mision eros de entrar a China.

A través de un a cuidadosa refl exió n sobre la

misiónj esuita en el Oriente, Valignano con­

cluyó que la única posibilidad de entrar a un

país como China - que, él diferencia de las

reg iones rec ién conquistadas. no só lo con­

trol aba pacíficamente un enorme territorio

Ill ediante un sistema administrativo o buro­

criíLico. sino que poseía una cultura bien fun­

damentada-. residía en adoptar una nueva

estrategia de eva nge li zac ión, según la cual

los mision eros debían empezar por ap render

el idioma y la cultura loca les para poder per­

suad ir racionalmente al pueblo chino.

i", El primero que puso en práctica esta es­

tra tegia fue el italiano Michele Ruggieri ( 1543-

16(7 ). quien ll egó a Macao en el verano de

1579 y em pezó a es tudiar diligentemente el

idiollla ch ino. Sin elllbargo, la mayo ría de

los misioneros en Macao se mostraron escép­

ticos ante la nueva estrategia . Al enterarse de

la difícil sirua ción de Ruggieri. Valignano lo

apoyó insisti endo en que, en luga r de obligar

a los nuevos co nve rsos a adoptar costum­

bres portuguesas, los misioneros debían se­

guir las prácticas locales para poder rea li za r

sus ta reas.

'"' En respuesta a la pet ición de Ru ggieri,

otros dos misioneros fueron enviados a Ma­

cao. Uno de ell os era Maneo Ricci ( 1552-1610),

otro de los prin cipales di se ñadores de la es­

trategia de adaptación y el protagonista más

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Cullo solemne {f

C01lfll tiO.

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Hi storia g-P lleral cll' l a ~

mi:,iollt's ("iltólit(l ~ . ..

Prígillu ... iquif! ute:

Fmlll'i.>;ffJ ('fluplel. , .... '. J.

(i,.,'¡Jll.do tOllrodo de

Ga lcrie ¡llust n~e ..

importante de la comunicación entre la cien­

cia occidental y la china. Ricci había acudido

a un colegio jesuita desde los nueve años;

había estudiado derecho en Roma en 1568 ; y,

entre 1572 y 1577 , tuvo la oportunidad de asis­

tir a las clases de matemáticas aplicadas, as­

tronomía, música y geografía , entre otras

asignaturas, que impartía el famoso cientí­

fico jesuita Christophorus Clavius en el Co­

legio Romano.

IH' En 1582, Ruggieri llegó a Zhaoqing, ciu­

dad de la provincia de Guangdong, donde

logró, como primer éxito de la estrategia de

adaptación, negociar con el gob ierno local el

permiso de residencia a cambio de portar la

kasaya, la vestimenta budista, ya que el go­

bernador consideraba que el propósito reli­

gioso de la misión occidental no era tan dife­

rente del que tenían los monjes budistas. El

10 de agosto de 1583, Ruggieri llevó a Ricci a

Zhaoqing; ambos vestían de kasaya y lleva­

ban cabeza y cara afeitadas.

IH' Durante los primeros años de su estancia

en Zhaoqing, los misioneros se dedicaron a

aprender el idioma chino en medio de la

hostilidad que el pueblo local les manifes­

taba por no comprender sus intenciones. En

noviembre de 1588 Ruggieri abandonó Chi­

na y partió hacia Roma. Un año más tarde

Ricci tuvo que trasladarse a Shaozhou, una

ciudad un poco más al norte de Zhaoqing.

Cuando conoció con mayor profundidad la

sociedad burocrática china, cuyo funciona-

miento se basaba en el confucianismo fir­

memente aceptado por los intelectua les que

influían de manera crucial sobre las deci­

siones políticas, socia les y culturales, Ricci

infirió que el resultado favorable de la mi­

sión se hallaba en convencer a los intelec­

tuales confucianas de la alta sociedad y, fi­

nalmente, al propio emperador.

IH' En 1595, con la autorización de Valigna­

no, decidió adoptar la vestimenta confuciana,

y se presentó ante los estudiosos chinos como

intelectual, para poder dialogar con mayor

facilidad. El paso más característico y audaz

de su estrategia de adaptación fu e la tesis de

que, si se le cambiaban algunos conceptos,

el confucianismo original, lejos de ser incom­

patible con el cristianismo, podría conside­

rarse como un primer acercamiento de los

chinos a la comprensión de la teología cris­

tiana.

1M< Para Ricci, Dios debía tener varias mane­

ras de atraer a los seres humanos hacia la luz

divina. No tardó mucho tiempo en descubrir

que una forma muy efectiva era expresando

su conocimiento científico. Los intelectuales

chinos no sólo habían mostrado una gran cu­

riosidad, sino que incluso habían aceptado sin

reservas las nuevas explicaciones de los fe­

nómenos naturales, tales como: el cielo for­

mado por esferas sólidas, la redondez de la

tierra, cuatro elementos básicos en lugar de

cinco, la existencia de otros países además

de China. Durante su estancia en Zhaoqing,

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el mapamundi que

Ricci había tra ído de

Europa atrajo el in-

terés y la ad miración

de los intelectuales ch i­

nos. Este hecho sorprendió

a Ricci, quien temía que los

ch inos despreciaran su mapa, ya que China

no estaba presentada en el centro. Pero , al

contrario de lo que pensó, los chinos no sólo

se sintieron fascinados ante la destreza de los

cartógrafos occidenta les, sino que reconocie­

ron sus deficiencias en la materia y pidieron a

Ricci que elabo rara mapas similares en ver­

sión ch ina.

,.... En Shaozhou, Ri cci conoció a Qu Rukui,

un intelectual muy importante para la em­

presa del j esui ta, pues fue quien aconstjó a

los misioneros de la Compañía que llevaran la

vestimenta de los letrados y quien planeó el

viaje de Ricci a Pekin.

1.... Al principio, Qu mostró interés por la al­

quimia, pero pronto, como Ricci escribió, "de­

jó la mala práctica y aplicó su genio a la cien­

cia más seria y más elevada. Empezó con el

estudio de la aritmética occidental que es más

simple y más sistematizada que la china [Oo. ]

Luego estudi ó el globo terráqueo de Clavius

y el primer libro de Euclides. Además, apren­

dió a diseñar relojes de sol para indica r la ho­

ra de manera exacta, midió la altura de los

objetos con la regla geométrica [Oo.] Decoró

sus manuscritos con ilustraciones igualmen­

te buenas a las producidas por los mejores

artistas eu ropeos. También hizo sus propios

apa ratos científicos, tajes como globos, astro ­

lab ios, cuadrantes y cajas magnéticas, entre

otros':

IH.< En 1595 Ricci llegó a Nankín, un a de las

ciudades más importantes del centro de Chi­

na. Su conocimiento y habilidad para fabri­

car instrumentos científicos le fac ilitaron co­

nocer a los letrados y oficia les confucianistas.

Una de las razones de por qué estos últimos

esta ban tan maravillados ante la ciencia j e­

suita era que la ciencia china de aquell a épo­

ca, sob re todo las matemáticas y la astrono­

mía, atravesaba por una grave crisis.

1,.; Needham señala que las matemáticas de

China antes del Ren acimien to europeo eran

:¡S

comparab les en logros y riquezas a las de

otros lugares del mundo. Si las mate máticas

griegas eran sup eri ores en su carácter geo­

métrico, abstracto y sistemático, las mate­

máticas de China antigua llevaban ventaja

en su carácter a lgebraico y su énfasis prác­

tico. El gran desarrollo de las matemáticas

occidentales, que tuvo lugar en el siglo XVI,

fue estimulado por la reforma en la educa­

ción e investigación de las matemáticas que

ll evaron a cabo las universidades jesuitas,

donde los misioneros de la orden adquirían

sus conocimientos.

,.... La teoría astronómica que los miembros

de la Compañía de Jesús llevaron en un prin­

cipio a Oriente era el sistema geocéntrico de

est il o aristotéli co y tolemaico. Más tarde in­

trodujeron la teo ría de Tycho Brahe .

IH< En China se habían desarrollado tres sis­

temas cosmológicos. El sistema Gai Tian (del

domo hemisférico) sostiene que el cielo he­

misférico cubre la tierra formada como un

tazón invertido; en el sistema Hun Tian (de

la esfe ra ce lestial) se afirma que el cielo es­

férico cubre la ti erra como la cl a ra cubre la

yema; y el sistema Xuan Ye (del espacio in­

finito y vacío) postu la que el cielo es un es­

pacio vacío donde flotan los cuerpos celes­

tia les. Ninguno de ell os era compatible con el

sistema cosmológico aristotélico y tolemaico

que defiende una idea de las esferas concén­

tricas. El modelo de cálculo de la astronomía

china se basa en las variables polares y ecua­

toriales, mientras que la astronomía occiden­

tal es principalmente eclíptica. Esta diferen­

cia metodológica produjo malos entend idos

entre los científicos jesuitas y los chinos, a

pesar de que ambos modelos son teórica­

mente equiva lentes en el alcance y va lor

del cálcul o.

IH< Needham también

muestra que a la

ciencia de la

China anti-

gua no le

fa ltaba la

invención

tecnológi­

ca e instru­

mental. Pero,

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di'! .\I Ii! :' 111 11 " ·0 dI' 1"

desde prin cip ios del siglo xv hasta fi nales

del siglo XV I, sobre todo cuando los misione­

ros jesui tas ll ega ron, las matemáticas, la as­

tronomía y la const ru cción del instrumenta l

astronómico sufrieron un a decadencia nota­

ble. La razó n parecía esta r relacionada con

el sistema burocrático de la din ast ía Ming

(1 368-1 644), cuyas formas estri ctas impidie­

ro n el desa rroll o de capac id ades in te lectua­

les en diferentes niveles. Precisa mente durante

estos dos siglos los grandes desa rrollos

científicos y tecnológicos tuvieron luga r en

Europa.

'"' A lo largo de toda la din astía Min g, tan­

to el calendari o tradicional chino (da -long Ii)

como el ca lendari o musulmán (hui-hui Ii)

habían sid o usados simultánea mente para

tener una ca librac ión mutua. Sin embargo,

la inexactitud del ca lendario tradicional chi­

no y los errores en las predicciones de los

eclipses eran cada vez más frecuentes. Dada

la gran importa ncia polí t ica y social del ca­

lendari o y la pred icción de los eclipses, las

propues tas para reformarl o aparecían cada

:; 1

~1J e J -

V J .N -

vez co n mayor frecuencia. Ningun a de ell as

fu e aprobada sino hasta 16 11. deb ido a las ob­

jeciones de los o fi ciales conservadores, que

sostenían que el ca lendari o tradi cional no

debía cambiarse con premura, y, en especial,

a la inca pac idad de los mi embros del Minis­

teri o de Astronomía. Por tanto, no resultó na­

da extraño que el conocimiento matemático

y astronómi co de Ri cci impres ion ara inm e­

diatamente a muchos intelectuales chinos, es­

pecialmente a los oficiales. Ricci no tardó

mucho tiempo en conocer el in tenso deseo del

gobierno chino de reformar el calendari o. De

hecho, su primer in tento de ir a Pekín fue

planteado en 1598 por Wang Honghui , el ex

pres idente del Ministeri o de Ritos de Na n­

kin , quien quiso recomendar al emperador las

capacidades matemáticas y astron ómicas de

Ricci, con el fin de promover una revisión del

ca lendari o. Aunque en esa ocasión su in ten­

to fall ó, tres años después, en 160 1, pudo rea­

li za r el viaje a Pekín y logró fin almente la li ­

cencia pa ra quedarse lega lmente en la capi ta l

de China.

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di' . 11I/f//lII .";;I I . ..; k i,.,'¡II'(

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UmlJ/ulfl/flll/lld(¡ill' llI

l;alrril' illu :-:t n~I'"

'H' En Pekín, Ri cc i se dedicó a escribir y tra­

ducir textos, tanto re ligiosos como científi­

cos, con la ayuda de dos importantes inte­

lectuales conversos: Xu Gaungqi (1 562 -1633)

y Li Zhihao (1 565- 1630) . Xu ayudó a traducir

los primeros seis li bros de Los e1emellros de

Euclides, basándose en la versión comentada

por el P. Clav ius de Euclides Elementorum,

publicada en Rom a por primera vez en 1574 .

La traducción fin ali zó en 1607 y constituye

la primera versión en ch ino sobre la ciencia

natura l occ idental. Otro producto de la coo­

peración entre Ri cc i y Xu fue Ce Liang Fa

Yi (La ciellcia de la mediciólI), una intro­

ducción a la tecnología de la medición trigo­

nométrica. Con la ay uda de Li , Ricci pudo

trad ucir otros dos libros matemáticos: Yuan

Rong Kiao Yi (Sobre circulo y /lo lum ell) , pu­

blicado en 1608, y To ng Wen Suan Zh i (La s

reglas matemáticas), en 1614.

'H' Según Ricci, la propagación del conoci ­

mi ento científico era importante para la mi­

sión jesuita, porque "todas estas cosas apa­

rentemente increíbles (para los chinos) tienen

que haber sido probadas frente a los chinos

más pertinaces, y cuando una de ell as haya

sido demostrada claramente, resultará ser

más fác il para que ell os acepten el resto.

Una vez qu e este nuevo co nocimiento sea

conocido por algunos intel ectuales, no es­

ta rá nada lejos de que las academ ias de la

clase sabia lo acepten".

, ... No cabe duda que la idea de "lee r el li ­

bro de la naturaleza es un a manera de co­

nocer a Dios", sirvió co mo base para que

Ricci eligiera la ciencia como parte impor­

ta nte de su estrategia de adaptación. Pues si

bien, como Andrew Ross observa, "para los

intelectuales chinos, el conocimiento cien­

tífico occidental jugó el papel de un cebo

que ocul ta ba el anzuelo del cristian ismo [ .. . ]

los jesuitas consiguieron su reconocimiento

como estudiosos clasificados de acuerdo con

el criterio chino, a través de mostrar el co­

nocimiento necesario para ser un estudioso

y traer a China el conocimiento científico y

la tecnología occidentales".

'"' En una carta del 12 de mayo de 1605 di ­

rigida a sus superiores en Roma, Ricci esc ri ­

bió : "Estos globos, relojes, esfera s, astrol a-

:j. )

bios, etcétera, que he I"abricado y cuyo uso

enseño me han hecho adquirir fam a de ser

el mejor matemát ico dc l mundo ; y sin libro

de astro logía alguno he podido predecir eclip­

ses con la ayuda de efemérides y catá logos

portugueses, que son mucho más exactos

que los de ell os [ ... ] Nada puede ser más ven­

tajoso que el mandarnos un compañero [de

la Compañía de Jesús] que pudiera ser un

buen as trólogo en esta corte. Di go astró lo­

go porque con respecto a la geomet ría, re­

loj es, y astrolabi os, ell os co nocen bastante

bien y tienen muchos lib ros, pero no son

tan buenos para tener co rrectas rutas y po­

siciones de los planetas, calcu lar ec li pses, y

sobre todo, hace r las efemé rides [ ... ] Por

cons igui ente, si viniera el matemático de

qu e les hablo, podríamos traducir fáci lmen­

te nuestras tablas a los caracteres chinos y

rec tificar su ca lendario. Esto nos daría un

gran pres tigio, nos ab riría puertas mayores

en Ch in a y nos permitiría vivir con más se­

guri dad y libel1ad".

, ... Tal co mo Ricci esperaba, el conocimien­

to de los jesuitas sobre las matemáticas y la

astronomía finalm ente funcionó como un a

protección para la misión en China . El acon­

tecimiento más importante fue el empl eo

oficial de algunos mi embros de la Compañía

de Jesús en el Ministerio de Astronomía para

parti cipar en las reformas de l calendario im­

perial de 1611 y de 1629 .

, ... El 15 de diciembre de 1610, med io año

después de la muerte de Ricci, el Ministe rio

de Astronomía fracasó nuevamente en la

pred icción de un ecl ipse so lar y el Ministeri o

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de Ritos decidió buscar a gente competente

para revisar el calendario. Los científicos je­

suitas Emmanuel Díaz (1 574-1659), Sabbatinus

de Ursis (1575-1620), Diego de Pantoja (1571-

161 8) Y Nicolás Longobardi (1 582-1645) fueron

recomendados por sus amigos intelectuales

chinos, sobre todo, por Xu Guangqi y Li Zhi­

zao y, fina lmente, en 161 3. fueron nombrados

por el Emperador, oficiales del Ministerio de

Astronomía, donde trabajaron para la revi­

sión matemática del calendario y para la tra­

ducción de libros occidentales sobre astro­

nomía y matemáticas. Debido al incidente de

Nankin, el primer movimiento antioccidental

que tuvo lugar en 1616, los trabajos no se pu­

dieron continuar, pero la misión jesuita logró

sobrevivir gracias al apoyo y la protección

que brindaron los amigos intelectuales.

IH< Entretanto, como consecuencia de la in­

sistente petición que hicieron Ricci y Lon­

gobardi, quien seguía dirigiendo la misión

después de la muerte del primero, más misio-

.,(i

neros con talento matemático y

astronómico ll egaron a China.

Entre ellos sobresal ieron

lean Terrenz (¿?-1630) en

1722, Adam Schall (1 592-

1666) en 1623, y laca bus

Rho (¿?- 1638) en 1624.

IH< El 8 de octubre de 1623,

la precisa predicción del

ecl ipse lunar que hizo Schall

impres ionó otra vez a sus amigos chinos.

En 1629, Xu Guangqi, el vicepres idente del

Ministerio de Ritos, quien intentó continuar

la reforma del ca lendario detenida por el

incidente de Nankín, planeó un concurso

público para predecir el eclipse solar fechado

el 2 1 de junio del 1629. Las predicciones de

los matemáticos chinos y musulmanes re­

sultaron ser equ ivocadas, mientras que Te­

rrenz lo hizo con gran precisión. El Empera­

dor se convenció y emitió un decreto por

medio del cual nombraba de nueva cuenta a

los científicos jesuitas como oficia les del

Ministerio de Astronomía. Así empezó la

reforma más importante del calendario en

la historia de la astronomía china, cuya

culminación ll egó seis años más tarde con

la publicación del ca lendario Chongzhen de

137 volúmenes.

IH< En 1644, la tropa manchú tomó Pekín y

comenzó la dinastía Qing (1644-19 11) . Con

otra precisa predicción del eclipse del pri­

mero de septiembre de 1644, Schall pudo con­

tinuar en su puesto del Ministerio de Astro­

nomía tras instaurarse el nuevo gobierno, y

el calendario Chongzhen fue aceptado como

base para compil ar el calendario oficia l de la

dinastía Qing. Sin embargo, al final de su

vida, Schall tuvo muchos problemas tanto

con sus compañeros misioneros como con

sus competidores chinos. Muchos misioneros

que no aprobaban la estrategia de adapta­

ción no estaban con formes trabajando en

cosas puramente matemáticas y astronóm i­

cas. Por otra parte, en 1665, su puesto en la

corte imperial fue desafiado por un grupo de

oficiales del neo confucianismo y fue tem­

poralmente suspendido. En diciembre de 1668

y enero de 1669, el emperador de Kangxi or­

ga nizó una seri e de competencias entre el

astronómo jesuita, Ferdinand Verbiest (1623 -

1688), Y los astrónomos chinos. Verbiest ga­

nó la competencia y fue nombrado primero

vicepresidente y luego presidente del Minis­

terio del Calendario. Tras la muerte de Ver­

biest en 1688, científicos jesuitas conti nua­

ron ocupando los puestos en el Ministerio

de Astronomía. Durante el siglo xvn, el pres­

tigio de los científicos jesuitas sirvió como

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una illlp0l1ante protección política para su

misión , incluso después el e la suspens ión

ofic ial ele la evangelización el e parte de los

chinos, debido a la Controversia el e los Ritos.

Los científicos jesui tas siguieron con sus tra­

bajos en el Min isterio ele Astronomía hasta

el a rlo de 1773. i H <.,

IH' II UANG X[¡\NG realizó eSludios de ingenieria en e[

[nstilllto de Materia[es de Const ru cc ión de Shanp;hai.

Se titu[ó de m"estro y doctor en filosofía de [a ciencia

en [a Universidad Naciona[ Autónoma de México. Es

prol'esor de tiempo COlllp[CIO el1 la Universidad Autó­

noma del Estado de Morelos . lI a publicado en revisliIs

académicas COIllO Crítica y Dirilloia.

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