Starobinski Sobre El Estilo Filosofico de Candido

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Sur le style Philosophique de Candide

Sobre el estilo filosfico de CandideJean Starobinski

Traduccin: Mara Soledad Herrera

Elementos compuestosUn relato? Seguramente. Pero sobre todo un simulacro de relato. Es decir su parodia, su reflejo. Lo romanesco en Candide, es la caricatura de lo romanesco, su versin exagerada, que desafa todas las convenciones genricas, ya sean la de la novela de aventura, de la picaresca, o an las del cuento.

Los eventos en la obra y sobre todo la manera en la que se suceden, no desafan solamente toda probabilidad: hacen saber por su carcter diverso que ellos no apelan a la confianza del lector, que lo dejan libre: muertes aparentes, reencuentros inesperados, pases fabulosos, riquezas sin lmites, todo nos advierte que no debemos darle nuestra seria atencin a la historia misma en esto que constituye una parbola que ensea a desconfiar de las enseanzas.

Ciertamente es un juego, pero un juego donde a travs de la parodia ninguna de las situaciones evocadas se encuentra fuera de la realidad del momento presente: en Alemania se hace la guerra, se masacra, se viola; en Portugal se quema a los herticos; los salvajes de Amrica comen a sus prisioneros; en Paris se engaa en el juego a los viajeros naif. Candide en muchos aspectos, no es ms que el nombre prestado, la identidad mnima que es necesario conferir a un personaje donde la funcin esencial es la de chocarse con el mundo y de esta manera revelarlo tal cual es.La frmula de Candide es entonces el pot-pourri, esto no se refiere solamente a la sucesin calidoscpica de los episodios: yo pienso sobre todo a la combinacin entre la ficcin autodestructiva y la inesquivable verdad, el compuesto inestable formado por la arbitrariedad narrativa y la intrusin de la violencia del medio. La libertad de contenido va a la par con la obsesin del mal omnipresente que hacia donde el individuo se torna, aplasta toda libertad. Por su inverosmil rapidez, el viaje de Candide deviene una revista casi general de los pases del mundo; la economa del tiempo narrativo asegura el desplazamiento de un lugar al otro, y as hace posible un cmulo de experiencias que se relacionan con la estupidez, la intolerancia y el abuso de poder. La irrealidad del relato hace al espacio terrestre factible de recorrer en todos los sentidos, y permite sumar realidades horripilantes, donde ninguna es posible de poner en duda o atribuible a la fantasa del autor.

Por el uso sistemtico de la burla, y gracias al carcter invencible de un hroe que escapa por poco a todos los peligros, Voltaire puede multiplicar la evocacin de las violencias ms atroces, en beneficio de una estrategia de la denuncia reiterada. La escritura de Voltaire procede por cortes, elipsis, es decir por todas las formas de la soustration. La maldad del mundo aparece de manera ms clara, ms obstinada, en un clima de sequedad que no da lugar ni a la ternura ni a la consolacin. En Candide, nada de lo atroz es inventado: Voltaire nos da un documental, un poco simplificado y estilizado pero que constituye la antologa de las atrocidades que los boletines de la poca llevaban al conocimiento de todo europeo atento.

Voltaire tiembla con los sufrimientos de la tierra: el conoce o cree conocer todos los lugares de injusticia, de abusos, los cuenta, los confronta y los opone, ya que l es demasiado inteligente para denunciar solamente los males de una sola parte, el ve cometer los crmenes por los prncipes rivales, las iglesias antagonistas, los pueblos civilizados y por los salvajes.Dos caractersticas del rococLa lnea sinuosa es una de las figuras del rococ, los viajes de Candide, los de la vieja y Cungonde son la transcripcin ms clara sobre el globo terrqueo: el azar, el deseo, las persecuciones, provocan desvos infinitos, al punto que nada parece desvo, y que ninguna direccin se mantiene como elegida. Otro rasgo del rococ es el apetito de lo nuevo, de lo piquant que se encuentra presente de manera superlativa.

El juego, la parodia, la stira, la denuncia de la violencia en el mundo, por su diversidad por lo imprevisto y escabroso de las aventuras, por lo imprevisto del itinerario, por la sucesin de sorpresas, por la brevedad eficaz de cada episodio, Candide asocia todas las recetas du piquant y produce la novedad. La visita a la biblioteca de Pococurante pasa revista a todos los modelos del pasado, a toda la institucin literaria. La literatura parece haber arribado a su fin. Candide es el libro suplementario, donde se hace el inventario del pasado, y que viene luego del inventario: el libro fuera de la literatura, fuera de la filosofa, que se burla de ambas disciplinas, y que por supuesto no puede hacer otra cosa que proponer a su vez otra literatura y otra filosofa. Es un gran placer ver y hacer cosas nuevas dice Cacambo.Un arquetipo

La vctima que se constituye en el hazmerrer, sin embargo no es difcil llevar a Candide a un tipo inmemorial: aquel de la narracin bufa o de la pantomima que despliega los recursos de ms alto virtuosismo para mostrar lo contrario: la mala suerte y la torpeza.

Las repeticiones, los contrastes, las elipses, los cortes sintcticos para producir efectos de equilibrio o de ruptura de equilibrio, hacen a la historia de un joven sin malicia que no puede controlar nada de lo que le pasa y que corre de infortunio en infortunio. Sus aventuras como las de tantos otros comienzan con los puntapis en el trasero, nosotros nos remos mientras el llora, suspira y se desespera.

La escritura del relato soberanamente activo se contrapone a la pasividad y asombro de Candide, que al principio no habla ni hace nada que bajo la dependencia de otros, y ve que sus palabras y sus actos conllevan consecuencias desproporcionadas: constantemente es llevado fuera de lo esperado o previsto. La rara malicia que despliega el narrador nos hace asistir a las desventuras de un ser fcil a engaar que no tiene control de sus destino. El espectador experimenta un vrtigo muy placentero al ver tal superioridad tcnica empleada a imitar un destino de vctima.

Mejor dicho: un destino donde el deseo no alcanza su objeto, lo pierde, lo reencuentra degradado, por siempre distinto a la imagen viva que se haba guardado. An en Eldorado, a Candide le falta Cungonde y slo piensa en reencontrarla, pero cuando l lo logra es para descubrir que es tan fea que, retrocede tres pasos por el horror que experimenta. Del primer paraso wesfaliano slo subsiste para Candide el souvenir de una caricia furtiva consecuencia de la iniciativa de Cungonde, ese fruto apetitoso que se ofreca sin resistencia, continuar prohibido, habr pasado por todas las manos y tendr todos los estigmas del mal fsico y el mal moral. As el ser femenino para Voltaire ser la causa de todas las peregrinaciones de Candide, Cungonde ser deseable en tanto que ella falta pero reencontrada fea y de mal carcter ser alguien con quien la vida se volver intolerable. Candide es engaado por el amor, entre los ideales destinados a la destruccin en el relato, el mito de la pasin figura en buen lugar. La bufonera consiste en hacer aqu de la posesin tanto tiempo diferida una doble decepcin.El golpe doble de la irona

Un escritor omnisciente y libre, un hroe naf, torpe y largo tiempo cautivo de la ilusin y vctima de la ley de los violentos. Esta relacin entre autor y hroe es la de la irona (siendo en una definicin estrecha el empleo de palabras con el sentido opuesto al que se quiere dar)

La funcin de la irona no es para asegurar al autor y al lector una victoria demasiado fcil sobre la ignorancia de un hroe muy esquemtico. Tampoco lo es para exaltar del lado del escritor su libertad sobre toda realidad terminada. No, en Candide su funcin es la de ser un arma ofensiva, est orientada hacia fuera, es la que conduce el combate de la razn contra todo lo que usurpa la autoridad que el pensamiento racional solamente debera poseer. Candide constituye la crtica des las afirmaciones abstractas que una teora satisfecha desarrolla sobre la totalidad del mundo. As los acontecimientos del viaje, en su singularidad y en el detalle de su sucesin van a infligir a la leccin de Pangloss desmentida tras desmentida. No es ni siquiera necesario darle la palabra a las filosofas adversas como la del anabaptista Jacques y del maniqueo Martin. Son los hechos los que se encargan de la educacin de Candide, y el resultado se marca por la diferencia entre el primer captulo donde Candide escucha respetuosamente la perorata de su maestro y el ltimo donde le interrumpe el discurso.El filo de la diccin irnica secunda alegremente la crueldad de lo real y le confieren una ferocidad hiperblica. Las mutilaciones, castraciones, amputaciones vienen a contradecir en la carme misma de los individuos, todas las afirmaciones que profesaban la perfeccin del Todo. El dao que producen la enfermedad, la guerra, la inquisicin son narrados con un bro que expresa el placer de destruir la ilusin optimista. Voltaire viste una razn que ve por todos lados desprovista de la claridad requerida, y que en ese defecto, en ese dficit escandaloso de sentido, encuentra lo emocionante de su actividad militante.Pero el movimiento de la irona es doble, una vez que se ali a la ferocidad del mundo para refutar el sistema preconcebido, la irona se vuelve contra la violencia y la injusticia. Voltaire a pesar del acento de sadismo en la manera en la que evoca el triunfo de la crueldad y de la intolerancia, no cree como Sade que el mal en todas sus formas sea la expresin de la ley natural, o mejor dicho, l no cree que la ley natural deba ser celebrada como bienhechora.A los males inevitables como los terremotos y la viruela, se suman los males superfluos que los individuos se hacen unos a otros: cmo evocarlos? Voltaire no da sus consentimiento a las miserias, que en un mismo movimiento el hace casi alegremente llover sobre sus personajes. Sobreoferta de irona, habiendo dado libre curso a las imgenes del mal para contradecir el dogma optimista, Voltaire contradice el mal, porque a l le horroriza la injusticia y el fanatismo. As la mayor parte de los eventos en Candide son bivalentes, las atrocidades que niegan el dogma precedente, son a su vez objeto de una crtica moral esttica y afectiva.Para desplegar tales efectos, es necesario que el acto de la escritura haya recibido el privilegio de ltimo recurso, la burla volteriana implica el a posteriori la distancia que da el conocimiento de los resultados. Todo est jugado, la irona se ejerce sobre un mundo retrospectivo. Quin no habr notado en Candide el rol que juegan al final de tantos episodios, los comentarios reflexivos del hroe o de sus compaeros. Estos comentarios, separados de la historia misma, son considerados en la terminologa retrica como epiphonemes, cuya funcin es la de imponer una sentencia general. Por eso la exclamacin final de Candide mais il faut cultiver notre jardin a pesar de la relacin que tiene con la situacin particular, confiere al relato una conclusin sabia, un descubrimiento de alcanza universal. De esta forma Candide tiene el valor de un divertimento recapitulativo: en un mismo soplo, fabula, traviste, caricaturiza y expresa una resolucin.Candide es el eplogo, la profesin de fe figurada de la sabidura prctica que se descubre al final. Voltaire se libra del pasado a travs de una bufonera que lo convierte en ficcin, pero lo que no es ficcin son los deberes y las satisfacciones del propietario de la tierra, que constituye la sabidura, la mxima general que piedra de toque definitiva viene a discriminar entre lo verdadero y lo falso, lo ilusorio y lo slido.