Soy un vecino de villabona

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Soy un vecino de Villabona, que está bastante desengañado con la política, y que está, también, un poco harto de ver cómo las personas pueden llegar a ser manipuladas. Los datos y razonamientos que a continuación os voy a esgrimir, aunque un poco largas, serán, eso creo, del todo esclarecedores. Tenemos un problema gordo con la basura, no sólo aquí, sino en todo el mundo. Estamos consumiendo y derrochando en unas proporciones inimaginables hace sólo unas pocas décadas, por lo que la basura que estamos generando crece en la misma proporción. Y claro, los vertederos de Guipúzcoa ya están hasta arriba, es imposible meter nada más y en consecuencia, todas se cerrarán el próximo año (alguna, como la de San Marcos, ya fue clausurada hace algún tiempo). Bien, es evidente entonces que no se puede continuar como hasta ahora, ya que dentro de poco, al no haber sitio para ser depositadas, nuestras basuras no serían recogidas. Es claro que no dejarán que esto ocurra y para solucionar el problema se han realizado dos propuestas: - Quinto contenedor + incineradora, por un lado. - Y por otro, recogida selectiva de los residuos llamada puerta a puerta. Mientras a nadie se le ocurra algún milagro, que no parece, por alguna de estas dos propuestas habrá que encaminarse. Las voy a comparar desde diferentes ámbitos de interés. Empiezo por uno que me preocupa de modo especial y que lo denomino, por hacerlo de alguna manera, como ámbito de la responsabilidad social. Yo también tengo hijos. ¿Qué futuro les vamos a dejar? La sociedad moderna, con todos sus adelantos y bienestar, necesita imperiosamente de recursos naturales para poder mantenerse, y estos no son ilimitados. Sencillamente, los estamos agotando a marchas forzadas. Es por ello también, que desde hace bastantes años se viene desarrollando en las escuelas un trabajo constante sobre las tres “R”-s (reducir, reutilizar y reciclar). Si no lo hacemos nos cargamos el bienestar de las futuras generaciones. No actuaron así nuestros padres con nosotros, seamos responsables por tanto, y vamos a

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Soy un vecino de Villabona, que está bastante desengañado con la política, y que está, también, un poco harto de ver cómo las personas pueden llegar a ser manipuladas. Los datos y razonamientos que a continuación os voy a esgrimir, aunque un poco largas, serán, eso creo, del todo esclarecedores.

Tenemos un problema gordo con la basura, no sólo aquí, sino en todo el mundo. Estamos consumiendo y derrochando en unas proporciones inimaginables hace sólo unas pocas décadas, por lo que la basura que estamos generando crece en la misma proporción. Y claro, los vertederos de Guipúzcoa ya están hasta arriba, es imposible meter nada más y en consecuencia, todas se cerrarán el próximo año (alguna, como la de San Marcos, ya fue clausurada hace algún tiempo).

Bien, es evidente entonces que no se puede continuar como hasta ahora, ya que dentro de poco, al no haber sitio para ser depositadas, nuestras basuras no serían recogidas. Es claro que no dejarán que esto ocurra y para solucionar el problema se han realizado dos propuestas:

- Quinto contenedor + incineradora, por un lado.- Y por otro, recogida selectiva de los residuos llamada puerta a puerta.

Mientras a nadie se le ocurra algún milagro, que no parece, por alguna de estas dos propuestas habrá que encaminarse. Las voy a comparar desde diferentes ámbitos de interés.

Empiezo por uno que me preocupa de modo especial y que lo denomino, por hacerlo de alguna manera, como ámbito de la responsabilidad social. Yo también tengo hijos. ¿Qué futuro les vamos a dejar? La sociedad moderna, con todos sus adelantos y bienestar, necesita imperiosamente de recursos naturales para poder mantenerse, y estos no son ilimitados. Sencillamente, los estamos agotando a marchas forzadas. Es por ello también, que desde hace bastantes años se viene desarrollando en las escuelas un trabajo constante sobre las tres “R”-s (reducir, reutilizar y reciclar). Si no lo hacemos nos cargamos el bienestar de las futuras generaciones. No actuaron así nuestros padres con nosotros, seamos responsables por tanto, y vamos a concienciarnos de una vez, que el tema es realmente serio. Además, visto el panorama económico existente, parece que lo van a tener muy difícil de por sí, por lo que no se lo compliquemos en mayor medida.

Es más, el problema no lo tenemos sólo con las futuras generaciones. Para que nosotros vivamos tan bien, en algún sitio deben pasarlo muy mal. Hay un tema que lo voy a mencionar casi de pasada, porque me produce escalofríos. Es un tema no muy televisivo, que se nos hace ver en contadísimas ocasiones en la vida y que normalmente se reduce a alguna cifra de algún anuario estadístico de alguna ONG. Cada día mueren en el mundo diez mil niños por desnutrición, es decir, de hambre, y repito, ¡cada día! ¿Es que en esos otros países no se merecen una oportunidad?, ¿un mínimo gesto por nuestra parte? Pero para ello, es imprescindible, entre otras muchas cosas, que dejemos de ser tan derrochadores, por lo menos con nuestros desechos diarios; y que estos, en lugar de considerarlos basura, comencemos a considerarlos como residuos a reciclar, para que puedan ser reintroducidos en el sistema económico.

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Evidentemente, con una incineradora no se recicla, se quema. Y cuanto más mejor. Para que pueda ser rentable económicamente, necesita de mucha basura, de lo contrario, pierde su razón de ser. Es por ello que afirmo categóricamente que incineradora y reciclaje son planteamientos contrapuestos.

Además, quemamos recursos económicos potenciales. Es como si quemáramos billetes, dinero. Creo que las generaciones futuras y los países no desarrollados lo considerarían, por lo menos, como un acto poco solidario, quizás hasta como un crimen. Por favor, ¡esto no lo podemos hacer!

Y dicho esto, centrémonos en las cifras de reciclaje. Pueblos guipuzcoanos (Aretxabaleta, Zumaia, Zarauz…) que llevan ya bastante tiempo con el quinto contenedor, apenas consiguen reciclar algo más del 30% de los residuos de los domicilios. En cambio, pueblos como Oiarzun, Usurbil y Hernani, en donde está implantado el puerta a puerta, consiguen tasas de reciclaje en torno al 80%, e incluso algo superiores. La verdad, viendo los datos, no podemos continuar tapándonos los ojos. La alternativa es clara.

Sigo ahora desde un segundo ámbito, el de la salud. Llevo ya bastante tiempo leyendo en el periódico que compro, en el Diario Vasco, que el puerta a puerta es antihigiénico (también lo mencionan en el escrito que dejaron en mi buzón hace unos días, mientras ocultan su apuesta por la incineradora). Movido por la curiosidad, hace un par de meses me acerque durante varios días por las localidades de Usurbil, Hernani y Oyarzun. Para mi sorpresa, me encontré con pueblos más limpios que el nuestro y con actitudes mucho más cívicas por parte de los vecinos. No había olores ni nada de nada. Todo era mentira. Cualquiera puede comprobarlo por sí mismo.

En cambio, y vuelvo otra vez a hablar de la incineradora, circulan en internet numerosos informes que advierten de los graves problemas de salud que pueden generar las incineradoras, debido a los gases tóxicos que emanan. Uno de los últimos estudios ha sido realizado por científicos de Madrid del Instituto de la Salud Carlos III, y en el mismo aseguran que los vecinos que habitan cerca de una incineradora (en un radio de hasta 10 kilómetros) están más expuestos a padecer cáncer, y en el caso de las mujeres embarazadas, a malformaciones en los fetos. Esto no sé si es antihigiénico, pero me da que es bastante más grave. Por cierto, Villabona se encuentra a tan sólo 7 kilómetros de la planta incineradora proyectada en Zubieta.

Además, creo que la gente se piensa que con la incineradora se quema todo y esto es del todo incierto. Hace ya algunos años lo denunció el anterior alcalde de San Sebastián Odón Elorza en un artículo en el Diario Vasco (puede leerse en la siguiente dirección de internet: http://www.donostia.org/info/ayuntamiento/alcalde_articulos.nsf/vowebContenidosId/NT00000A0E/$file/Odonincineradoras.pdf). De este modo, tras el proceso de incineración quedarían más de 60 mil toneladas de escorias y 10 mil toneladas de cenizas tóxicas, altamente peligrosas, y que en algún nuevo vertedero habría que almacenar. La fracción que no se podría reciclar con el sistema del puerta a puerta sería de menor cantidad, y además, inerte, es decir, no perjudicial para la salud y el medio ambiente.

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Y en cuanto al tema económico, tengo que decir que me he llevado otra sorpresa. La lógica me decía que un sistema de recogida selectiva de los residuos debía ser más caro, y así lo es, pero resulta que en la gestión municipal de los residuos entran en juego otros aspectos, de los que hasta hace un tiempo no era conocedor de su importancia y magnitud. De este modo, al reciclarse más, aumentan los ingresos que provienen de las empresas que reciclan, y lo más importante, al reducirse la fracción resto (la basura, propiamente dicha), los gastos de tratamiento del mismo se reducen mucho. Total, que el balance para los municipios que han implantado el puerta a puerta respecto al actual sistema resulta positivo, es decir, que están gastando menos. Y eso, comparándolo con 4 contenedores; con la implantación de un 5º la diferencia sería aún mayor. Ni que decir, si metemos en la comparación los gastos de construcción de una incineradora (alrededor de 500 millones de euros que dejarían hipotecada a la sociedad guipuzcoana para unos 20 años).

Bien, todavía podría continuar con otros datos que todavía aclararían más el panorama, pero ya me estoy alargando mucho. En cualquier caso, sí quisiera comentar que el sistema de recogida selectiva de los residuos cada vez se extiende más por el mundo, en pueblos pequeños como en grandes ciudades (en San Francisco y Bruselas, con alrededor de un millón de habitantes, en Italia, en Sidney…). En Cataluña, sin ir más lejos, existen ayuntamientos de muy distinto sesgo político que han implantando el puerta a puerta, desde los gobernados por el PP o CIU, hasta los que están dirigidos por el PSOE o ERC. Es más, todos estos partidos (y también el PNV), hace pocos meses apoyaron una resolución casi unánime en el Parlamento Europeo, en la que se dictaminaba que a partir del 2020 no se debería incinerar ningún residuo que pudiera ser reciclado. Esta es la fecha de caducidad de las incineradoras. Entonces… ¿a qué estamos jugando aquí?

Lo que en cualquier otro sitio es un tema normal y técnico de la vida municipal y de las mancomunidades, aquí se ha convertido en una batalla política de gran magnitud. Han importado más los intereses económicos de unas pocas empresas y los intereses partidistas, que el buen juicio y los propios ciudadanos.

Sí, somos los vecinos quienes estamos siendo utilizados en todo este jaleo, hasta el punto de hacernos colocar bolsas de basura en los balcones. Bolsas de basura que no apuestan por el reciclaje, sino por la incineradora. Bolsas insolidarias… las bolsas de la vergüenza. Soy perfectamente consciente que la mayoría de los vecinos que las han colocado no lo han hecho con ese propósito, y que se han visto manipulados por un escrito que contenía muchos engaños y mentiras, mientras se ocultaban otros datos reveladores. Vecinos entre los que tengo amigos o conocidos que aprecio en gran medida. Creo que muchos de ellos, cuando lean este escrito, retirarán sus bolsas; otros, en cambio, no pasarán del primer párrafo en su lectura; y a otros muchos no se lo podré hacer llegar por falta de medios, pero lo intentaré, aunque me gaste unas pelas en fotocopias.

A unos y otros les deseo, sinceramente, un futuro mejor.

Villabona, marzo de 2013