Los jóvenes preguntan...¿Qué hay de malo en ser ‘solo amigos’?

“¿CUÁN importante crees que es tener una relación estrecha con alguien del otro sexo?” Hace algún tiempo se hizo esta pregunta a varios jóvenes cristianos. Una adolescente contestó: ‘Yo lo considero muy importante. A veces cuando una está deprimida, lo que necesita es tan solo alguien que le tome la mano’.

La verdadera amistad es un don maravilloso. Pero en el número anterior de esta revista se mostró que cuando los jóvenes procuran tener una amistad estrecha con miembros del otro sexo, quedan expuestos a experimentar dolor y sufrimientos. Además, lo que empieza como una amistad aparentemente inocente termina muchas veces en desastre... en sentido físico, mental y emocional.

Por qué es un asunto arriesgado

“Adondequiera que uno va —dice un joven llamado Hilton—, la gente está hablando de [lo sexual]. Este es el tema de conversación en el trabajo y la escuela. La televisión promueve las relaciones sexuales.” Dado que hoy día se hace tanto hincapié en las relaciones sexuales, no es de extrañar que cada vez más jóvenes sucumban a “los deseos incidentales a la juventud” (2 Timoteo 2:22). En un estudio que llevó a cabo el Instituto Alan Guttmacher se calcula que “de los 29.000.000 de jóvenes [estadounidenses] entre las edades de 13 y 19 años, unos 12.000.000 han tenido relaciones sexuales [...] Casi la mitad de los varones entre 15 y 17 años de edad, y una tercera parte de las jóvenes entre las mismas edades participan regularmente en relaciones sexuales”.

En vista de esto, ¡el tener compañerismo estrecho con alguien del otro sexo es un asunto arriesgado! Es cierto que tal vez al principio dos jóvenes se sientan atraídos uno al otro debido a su personalidad o ciertos intereses que tengan en común. Pero la asociación continua entre un joven y una joven resulta casi inevitablemente en algún tipo de contacto físico. Una joven llamada Rachelle recuerda lo que se desarrolló entre ella y un muchacho de la escuela: “Comenzó simplemente como amistad. Entonces se convirtió en el tipo de relación que existe entre novios. Con el tiempo empezamos a tomarnos de la mano, a abrazarnos y a caminar juntos a la clase. Finalmente, nos besamos”.

Una reacción en cadena

‘Pero ¿qué hay de malo en eso?’, quizás preguntes. Bueno, cuando dos personas de sexo opuesto se tocan una a la otra, en muchos casos se despiertan poderosos deseos sexuales. Y cuando eso ocurre, se da inicio a una serie de sucesos —una reacción en cadena— que con el tiempo puede resultar en relaciones sexuales. Solo las parejas casadas tienen derecho a tener tales relaciones íntimas. Por eso la Biblia dice: “Huyan de la fornicación”. (1 Corintios 6:18.)

Sin embargo, muchos comparten el parecer del joven que dijo: “¡A mí nunca me sucederá eso! Otros muchachos se divierten, ¿por qué no puedo hacerlo yo?”. Cierto, tal vez una pareja no tenga la intención de que le suceda semejante cosa. Pero considera una encuesta que llevó a cabo Psychology Today: “Casi la mitad de los jóvenes a quienes se entrevistó (49 por 100) han pasado por la experiencia de que una amistad se haya convertido en una relación de índole sexual”. De hecho, “casi una tercera parte (31 por 100) informó que había tenido relaciones sexuales con un amigo del otro sexo el mes anterior”. (Las cursivas son nuestras.)

Sí, una vez que comienza la reacción en cadena, quizás por el simple hecho de tomarse de la mano, es muy difícil detenerla. Una joven admite que solía pensar que era “un poquito ridículo” decir que el tomarse de la mano y el besarse pudiera realmente resultar en inmoralidad sexual. Pero ahora ha cambiado de parecer. ¿Por qué? Ella confiesa lo siguiente: “A mí me sucedió exactamente así”.

Aunque se eviten las relaciones sexuales, todavía se puede sufrir daño emocional si no se controlan las muestras de afecto. Un joven trató de consolar a una compañera que le confió cierto

problema personal. Al poco tiempo estaban acariciándose. ¿Cuál fue el resultado? Les remordió la conciencia, y entre ellos surgió resentimiento.

Cómo mantener la amistad dentro de ciertos límites

En el libro The Friendship Factor, Alan Loy McGinnis da este consejo práctico con relación a tener amistad con alguien del otro sexo: “No confíes demasiado en ti mismo”. ¿Es sabio que jóvenes solteros den paseos románticos por lugares aislados? Si alguien del otro sexo te hace alguna confidencia, ¿es necesario mostrarle compasión tomándole la mano? La Biblia advierte: “El que está confiando en su propio corazón es estúpido”. (Proverbios 28:26.)

¿Y qué hay de visitar a alguien del otro sexo a solas? Peter recuerda: “Mis padres y los de ella eran buenos amigos. Supongo que esperaban que nosotros también fuéramos ‘solo amigos’. No hubo ningún problema al respecto mientras éramos niños. Pero a medida que nos volvimos adolescentes, comenzamos a mirarnos de manera diferente. Nuestros padres no se daban cuenta de que cuando nos dejaban ir a jugar o a oír discos, pasábamos el tiempo besándonos y abrazándonos”. Afortunadamente, Peter y su amiga no llegaron hasta el punto de tener relaciones sexuales. No obstante, Peter dice: “En primer lugar, nada hubiera sucedido si hubiéramos estado debidamente acompañados de una persona mayor”.

¿Acompañados de una persona mayor? A algunos jóvenes esto les parece algo extremadamente pasado de moda. Pero ¿sabías tú que en algunos países los padres siempre hacen que su hija tenga una señora de compañía hasta que se case? Esto es una protección. Por lo tanto, ¿no sería una buena idea asegurarte de que no se te deje a solas con una persona joven del otro sexo... aunque ustedes sean ‘solo amigos’?

Pero ¿qué hay si, aun después de poner en práctica todas estas sugerencias, empiezan a desarrollarse sentimientos románticos? Si no estás listo para el matrimonio, lo mejor sería que siguieras el consejo de Proverbios 22:3: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse”. O como dice el libro The Friendship Factor: “Escapa si es necesario. De vez en cuando, por más que nos esforcemos, no podemos controlar una amistad con alguien del otro sexo y sabemos dónde va a parar”. Entonces, como dice este libro, es tiempo de “alejarse”.

‘Ensanchando’ nuestras amistades

Una joven de nombre Gail admite: “No estoy lista para casarme y domiciliarme. Todavía estoy llegando a conocerme a mí misma, y aún tengo muchas metas espirituales que alcanzar. Así que realmente no tengo por qué establecer una relación demasiado estrecha con alguien del otro sexo. Esta sería un estorbo más bien que una ayuda”. Pero ¿significa esto que has de privarte de tener amistades? ¡Claro que no!, pues al escribir a los de la congregación de Corinto, el apóstol Pablo los animó a que se ‘ensancharan’ en su cariño los unos para con los otros. (2 Corintios 6:12, 13.)

Por ejemplo, una joven llamada Susan dice: “Aprendí a cultivar amistades estrechas con las cristianas de mayor edad de la congregación. Necesitaban compañerismo, y yo necesitaba su influencia estabilizadora. Así que de vez en cuando las visitaba y nos sentábamos a tomar un poco de café. Hablábamos y reíamos. Cultivé amistades verdaderas y duraderas con ellas”.

Pero ¿qué hay si necesitas que alguien te sirva de confidente o te tome de la mano? Para eso están los padres. (Compara con Proverbios 23:26.) Y aunque un joven sensato quizás pueda darte buenos consejos, recuerda la pregunta que hizo Job: “¿No hay sabiduría entre los de edad y entendimiento en la longitud de días?” (Job 12:12). Sí, a menudo el que pidas consejo a alguien de tu propia edad es semejante a que ‘un ciego guíe a otro ciego’ (Mateo 15:14). En cambio, una persona mayor o uno de tus padres pudiera resultar ser un confidente mucho más confiable. ¿Por qué limitar tu amistad a los de tu propia edad? Una de las amistades más hermosas que se haya registrado fue la que hubo entre David y Jonatán (1 Samuel 18:1). Sin embargo, ¡Jonatán tenía suficiente edad como para ser padre de David!

Es cierto que el ejercer cautela en cuanto a nuestras amistades restringe nuestra libertad. Pero recuerda que vivimos en un tiempo en que los jóvenes están constantemente expuestos a influencias inmorales. ¡Cuánto mejor es que resistas esas influencias y te ‘acuerdes, ahora, de tu Magnífico Creador’, pues el ser amigo de Dios es la amistad más satisfaciente que hay! (Eclesiastés 12:1.)

[Ilustración en la página 21]A menudo lo que empieza como amistad termina en resentimiento o en inmoralidad sexual

[Ilustración en la página 22]También los mayores y los padres pueden ser amigos confiables y comprensivos

*** g85 22/6 pág. 22 ¿Qué hay de malo en ser ‘solo amigos’? ***