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Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVI (43), 59-62,1978 SOBRE LA VALIDEZ DE LA CIENCIA "Sobre la base del progreso de las fuerzas productivas se perfecciona y desarrolla continua- mente toda la actividad de producción material del hombre. La esfera de la producción material es decisiva en la vida de la sociedad-humana. La ampliación y el ahondamiento de esta esfera decisivade la actividad humana, implica la apari- ción y el desenvolvimiento de nuevas fuerzas productivas,incluído el perfeccionamiento mismo del hombre, el cambio y el desarrollo de nuevos tipos de relaciones económicas entre las personas, llegandoincluso hasta su transformación radical y cualitativa. Este progreso de la actividad de pro- ducción material del hombre influye de un modo determinante sobre los demás aspectos de la vida de las personas, y también, lógicamente, sobre la totalidad del proceso del conocimiento humano y sobre el progreso de la ciencia, que, a su vez, adquiere importancia cada vez mayor en la vida socialdel hombre" (1). Participo de la idea de que la base econó- mico-social es determinante del progreso científi- co. Una formación económico-social, tiene su propia ideología, determinada por las clases domi- nantes, la cual ha de tener principal importancia en lo que atañe a la utilización de los resultados de la ciencia,así como en la interpretación del significa- do y naturaleza de los principios científicos. fundamentales. La propia Teoría de la Relatividad, ha sido interpretada, por ejemplo, desde el punto de vista del Neopositivismo, así como del Materialismo Dialéctico, del Idealismo y aún de concepciones que desembocan en interpretaciones religiosas del mundo. Pero obsérvese bien que no es la propia Teoría de la Relatividad la que ha de ser positivis- ta, materialista, idealista o religiosa, sino es la manera de interpretarla, en el contexto de sistemas (1) KURSANOV, GA El Materialismo Dia· léctivo y el Concepto. México: Grijalbo, S.A., 1966, p. 53. Rodolfo Ortiz Amiel de ideas más amplios. Repetimos que aceptamos que es la práctica social, determinada por los imperativos de la necesidad de conocer y controlar las fuerzas naturales, lo que impulsa la investiga- ción científica, y que es la situación real histórica la que determina los cauces por donde han de utilizarse las adquisiciones del conocimiento, así como una concepción general del mundo, influída por intereses de clase, es la que podría determinar la forma de interpretación de la ciencia;pero creo, sin embargo, que esta dependencia con respecto a la base económico-social, ha sido frecuentemente mal interpretada. Sea cual fuere la ideología que se profese, es imposible aceptar la exageración de esta dependencia de la actividad científica, hasta el grado que la llevan muchos, sobre todo en nuestro medio, al sostener que el propio contenido de la ciencia, ha de responder a intereses clasistas;que el régimen o la ideología económica, social y políti- ca, han de tener papel determinante, no ya en el impulso al avance de la ciencia, su interpretación y su aplicación, sino también en su propio conteni- do. Es indudable que en el seno de la propia ciencia se da una pugna permanente entre muy diversas orientaciones fllosóficas, pero esto no afecta en nada a los conceptos de la ciencia, ni a sus leyes, ni al edificio matemático con ellas coordinado y que les sirve de sostén. Como dije anteriormente, la Teoría de la Relatividad puede conducir a múltiples interpretaciones filosóficas,y aún más, sus consecuencias pueden ponerse al servicio de diversos intereses, incluso políticos, pero la teoría en sí, no puede ser calificada de "imperialista" , de "burguesa" o de "socialista". En el Renacimiento, por ejemplo, asistimosa un cambio en el modo de producción: es la transición del modo de producción feudal al modo capitalista. La clase social descendente, revoluciona- ria entonces, la burguesía, impulsa el desarrollo científico; la actitud ante el mundo cambia, y cambia por consecuencia la concepción de la ciencia, más bien diríamos que nace, o renace, la concepción científica del mundo.

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Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVI (43), 59-62,1978

SOBRE LA VALIDEZ DE LA CIENCIA

"Sobre la base del progreso de las fuerzasproductivas se perfecciona y desarrolla continua-mente toda la actividad de producción material delhombre. La esfera de la producción material esdecisiva en la vida de la sociedad-humana. Laampliación y el ahondamiento de esta esferadecisivade la actividad humana, implica la apari-ción y el desenvolvimiento de nuevas fuerzasproductivas, incluído el perfeccionamiento mismodel hombre, el cambio y el desarrollo de nuevostipos de relaciones económicas entre las personas,llegandoincluso hasta su transformación radical ycualitativa. Este progreso de la actividad de pro-ducción material del hombre influye de un mododeterminante sobre los demás aspectos de la vidade las personas, y también, lógicamente, sobre latotalidad del proceso del conocimiento humano ysobre el progreso de la ciencia, que, a su vez,adquiere importancia cada vez mayor en la vidasocialdel hombre" (1).

Participo de la idea de que la base econó-mico-social es determinante del progreso científi-co. Una formación económico-social, tiene supropia ideología, determinada por las clasesdomi-nantes, la cual ha de tener principal importancia enlo que atañe a la utilización de los resultados de laciencia,así como en la interpretación del significa-do y naturaleza de los principios científicos.fundamentales.

La propia Teoría de la Relatividad, ha sidointerpretada, por ejemplo, desde el punto de vistadel Neopositivismo, así como del MaterialismoDialéctico, del Idealismo y aún de concepcionesque desembocan en interpretaciones religiosas delmundo.

Pero obsérvese bien que no es la propiaTeoría de la Relatividad la que ha de ser positivis-ta, materialista, idealista o religiosa, sino es lamanera de interpretarla, en el contexto de sistemas

(1) KURSANOV, GA El Materialismo Dia·léctivo y el Concepto. México: Grijalbo, S.A., 1966, p. 53.

Rodolfo Ortiz Amiel

de ideas más amplios. Repetimos que aceptamosque es la práctica social, determinada por losimperativos de la necesidad de conocer y controlarlas fuerzas naturales, lo que impulsa la investiga-ción científica, y que es la situación real históricala que determina los cauces por donde han deutilizarse las adquisiciones del conocimiento, asícomo una concepción general del mundo, influídapor intereses de clase, es la que podría determinarla forma de interpretación de la ciencia; pero creo,sin embargo, que esta dependencia con respecto ala base económico-social, ha sido frecuentementemal interpretada. Sea cual fuere la ideología que seprofese, es imposible aceptar la exageración de estadependencia de la actividad científica, hasta elgrado que la llevan muchos, sobre todo en nuestromedio, al sostener que el propio contenido de laciencia, ha de responder a intereses clasistas;que elrégimen o la ideología económica, social y políti-ca, han de tener papel determinante, no ya en elimpulso al avance de la ciencia, su interpretación ysu aplicación, sino también en su propio conteni-do. Es indudable que en el seno de la propiaciencia se da una pugna permanente entre muydiversas orientaciones fllosóficas, pero esto noafecta en nada a los conceptos de la ciencia, ni asus leyes, ni al edificio matemático con ellascoordinado y que les sirve de sostén. Como dijeanteriormente, la Teoría de la Relatividad puedeconducir a múltiples interpretaciones filosóficas,yaún más, sus consecuencias pueden ponerse alservicio de diversos intereses, incluso políticos,pero la teoría en sí, no puede ser calificada de"imperialista" , de "burguesa" o de "socialista".

En el Renacimiento, por ejemplo, asistimosaun cambio en el modo de producción: es latransición del modo de producción feudal al modocapitalista. La clase social descendente, revoluciona-ria entonces, la burguesía, impulsa el desarrollocientífico; la actitud ante el mundo cambia, ycambia por consecuencia la concepción de laciencia, más bien diríamos que nace, o renace, laconcepción científica del mundo.

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El progreso de las fuerzas productivas estádeterminando el cambio en las relaciones deproducción, y como consecuencia está influyendoen todas las manifestaciones culturales. Esto esindudable, pero sería absurdo calificar de burgue-ses al Principio de Inercia de Galileo o a la Ley dela Caída de los Cuerpos. La diferencia no estáentre teorías científicas que hayan de pertenecer ocorresponder a diferentes ideologías o intereses declase, sino entre las concepciones auténticamentecientíficas y las que no lo son, es decir, las queabiertamente minusvalúan las realizaciones de lacienciao formulan enunciados pseudo-científicosque encubren tendencias interesadas. La Ciencia sepropone la formulación de las leyes objetivas querigen el mundo real; por lo tanto no puede tenercarácter partidista ni clasista. He insistido en estepunto, porque muy a menudo se ha querido verinfiltración ideológica en lo que es puramentecientífico, y lo científico es de carácter general.

Cito, para mayor abundamiento, las palabrasde Kursanova este respecto: "A pesar de la luchacontinua que libran en las ciencias naturales lasdistintas ideas filosóficas, que ejercen también unainfluencia inevitable sobre el desarrollo de los másimportantes conceptos de las ciencias naturales, lasmismas leyes de estas ciencias, los datos quefacilitan las observaciones y los experimentoscientíficos, los conceptos que en aquéllos se basan,así como el aparato matemático de las cienciasnaturales, todo ello no tiene en si un carácterclasista, de partido. Así, la ley periódica de loselementos químicos de Mendeléieu no es feudal, niburguesa, ni socialista; el concepto moderno del'núcleo atómico', al igual que una categoríagnoseológica objetiva, carece de contenido 'socia-lista' o 'imperialista'; la fórmula de la gravitaciónde Einstein, la ecuación de Schródinger en lamecánica quántica" ,... "carecen también de 'equi-valente sociológico' alguno. Pero según se haseñalado ya anteriormente, todo el contenido delas ciencias naturales -tanto sus leyes como losconceptos determinantes, los resultados experi-mentales y el aparato matemático- son utilizadoscomo determinados fines por las distintas fuerzasclasistasy sociales" (2).

(2) !bid., p. 11-112.

Si la ciencia se propone escudriñar el mundoreal, para descubrir las leyes que rigen los fenóme-nos y elaborar los conceptos sobre las diferentesclases de objetos de ese mundo, sólo será legítimaen el grado en que realice su tarea en formaefectiva. Si una ley científica refleja realmente unaregularidad descubierta en el universo físico, estaley no puede tener contenido o tendencia clasistao partidista. Ha de ser una ley para todos, una leyde carácter general.

Si bien es cierto, que la realidad socio-eco-nómica y política influyen en el desarrollo científi-co, esta influencia, decisiva si se quiere, no puedellegar al contenido mismo de la ciencia. La fuerzaproductora social es el motor que mueve e impulsatodas las actividades, incluyendo las manifestacio-nes culturales; pero los propios principios y con-ceptos científicos, si es que en realidad soncientíficos, son independientes de las contingen-cias históricas de la sociedad; sólo dependen, eneste sentido, de la realidad que tratan de explicar.La influencia determinante en cuanto al impulso aldesarrollo científico, así como a la interpretaciónde los resultados de la ciencia, y sobre todo, a laforma de aplicación y aprovechamiento de losnuevos y viejos descubrimientos, que sí dependende orientaciones ideológicas, o intereses políticos ode clase, no puede extenderse a la propia cienciaen cuanto tal. Eso sí, existen y han existidosiempre, prejuicios, creencias e intereses que hanfrenado en muchos casos el desenvolvimiento de laciencia. Múltiples son los ejemplos que nos mues-tra la historia, de las luchas que han tenido quelibrar las concepciones de la ciencia, para abrirsepaso en ambientes hostiles y dogmáticos.

Lo que me ha movido a reflexionar sobreeste tema, es el hecho de que es muy corriente quese crea ver a la ciencia, como portadora detendencias político-ideológicas determinadas, oconsiderar que la ciencia pudiera ser un instrumen-to de indoctrinación o adoctrinamiento en algunadirección interesada. Es cierto que cabe la posibili-dad de que se dieran interpretaciones sobre elsentido de la ciencia de la actualidad, que podríanobedecer a móviles externos y extraños a la propiaciencia, o que bien podría buscarse una influenciaen el proceso educativo para orientado en direccio-nes anticientíficas, pero obsérvesebien que en estecaso la influencia ya no sería sobre la cienciamisma. Lo importante es, pues, a mi criterio, elrigor científico que oriente la investigación y la

SOBRE LA VALIDEZ DE LA CIENCIA

acción educativa, pues es absurdo creer que puedaexistir una ciencia distinta para cada grupo, ~cualquier índole que sea. La ciencia, si verdadera-mente es ciencia, debe ser de validez general.

Cabe señalar aquí, que es necesario examinarlos conceptos y leyes científicas en su desarrollohistórico. La ciencia tiene carácter acumulativo,por lo que las nuevas concepciones suponen todoel desenvolvimiento anterior de la ciencia, aúncuando se trate de modificar o transformar lasideas anteriores; la experiencia científica, así, aúncuando sea realizada por un solo hombre, tienecarácter social; la ciencia de la actualidad es elresultado de la experiencia social de la humanidada través de toda su historia. La ciencia de losúltimos tiempos ha puesto de manifiesto la natura-leza no absoluta de las fonnulaciones de princi-pios, de las leyes y de los conceptos, sino de unproceso de aproximación cada vez mayor a unaverdad que abarque todas las esferas de la realidad.Por esto las nuevas doctrinas no refutan definitiva-mente las anteriores, sino que las sitúan dentro desus límites correctos, y más aún, las involucrancomo un caso particular de visiones más amplias.Se da el caso de que cuando ciertos principioschocan con resultados experimentales y se produceuna contradicción en el seno de la ciencia, unaconcepción nueva abarca la anterior y además darazón de los nuevos hechos observados. Así, lasGeometrías no euclideanas, no descartan la Geo-metría de Euclides, sino que la sitúan dentro de loslímites de determinada 'ésIera de objetos, mientrasque para otros aspectos de la realidad actualmenteconocidos o hipotéticamente por conocer, fonnu-lan nuevos enunciados; la Física relativista nodescarta a la Física clásica, sino que la consideracomo una primera aproximación, válida dentro delos límites, de determinadas magnitudes. Es elpropio avance de la ciencia el que hace penetrar alespíritu humano en regiones desconocidas y descu-brir aspectos nuevos del mundo real, lo que haceque los conceptos anteriores resulten estrechos yhaya necesidad de ampliarlos cada vez más.

Estas ideas las encontramos perfectamenteexpuestas por Einstein e Irnfeld cuando dicen: "Laciencia nos obliga a crear nuevos conceptos, nuevasteorías. Su tarea consiste en derribar el muro decontradicciones que, frecuentemente, corta el pasoal progreso científico. Todas las ideas esenciales dela ciencia nacieron del dramático conflicto entre larealidad y nuestros intentos por comprenderla"

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(3). Obsérvese que se habla de esfuerzos porcomprender la realidad, y no de construccionesmentales, más o menos arbitrarias, ni de descubri-miento de verdades trascendentes por vías distintasdel dato empírico y la elaboración a partir de ahí,de las teorías científicas.

Siempre que se habla del dato de la experien-cia como punto de partida del conocimiento, o dela experiencia sensorial como la fuente primitivadel saber, es muy fácil que se derive haciainterpretaciones un poco equivocadas, ya sea dequienes defienden esta tesis o de quienes laadversan. Si se insiste en que la experienciasensible ha de proporcionar los datos para elconocimiento de la realidad física, que constituyeel universo exterior, es conveniente esclarecer 10que esto significa, pues puede prestarse a muchasconfusiones.

Aún cuando aceptamos que el conocimientono es más que el reflejo mental de la realidad,hemos de aclarar que no se trata de un reflejocomo la imagen producida en el espejo. laexperiencia sensible no hace más que proporcionarlos datos, con base en los cuales nos es permitidoinferir las características de la realidad física; peroesa experiencia sensible, como conjunto de sensa-ciones y percepciones, no nos muestra el mundotal cual es. Dicho de otra manera, la realidad

. objetiva no está dada en forma inmediata por

. nuestra experiencia. En esta experiencia, induda-blemente, se dan fusionados, elementos objetivos yelementos subjetivos. Las sensaciones vienen a serlas consecuencias de los fenómenos físicos queobran como causas; pero en estas consecuencias seencuentran entremezcladas algunas peculiaridadesimpresas por el sujeto que percibe. Esas causasobjetivas que producen las sensaciones son las queconstituyen la realidad física.

Veamos algunos ejemplos: 10 que explica laciencia física, con base en la experiencia, acercadel color, no es propiamente el color, sino sucausa. Una lluvia de corpúsculos, una onda condeterminada longitud y amplitud, no es el color,pues éste sólo existe en el momento en que estoselementos físicos actúan sobre un sujeto. De talmanera que las impresiones sensibles que tenemos

(3) EINSTEIN, Albert e Infeld, Leopold. LaFísica, Aventura del Pensamiento. Buenos Aires: Losada,1952, p. 224.

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de la luz blanca y de los diferentes colores, tieneun carácter altamente subjetivo. Lo mismo podría-mos decir del sonido: la pérturbación producida enun medio material, que da origen a un movimientoondulatorio, dentro de límites determinados defrecuencia, longitud y amplitud de onda, no es elsonido. El sonido, de acuerdo con el concepto quetenemos de él, no existe en la realidad física, sinosólo es el resultado de la acción de estas causasmateriales sobre los sujetos dotados de receptivi-dad acústica. Lo mismo podría decirse de lassensaciones captadas a través de todos los demássentidos.

Si se pretende, pues, quedarse en el plano delos datos sensibles inmediatos, se estaría dentro deun mundo predominantemente subjetivo.

La investigación científica tiene como tareael apoyarse en estos datos para elaborar el conocí-miento de la realidad, que está más allá de ellos. Esclaro que si se identifica lo físico con los datossensibles, ese conocimiento, tendría que ser califi-cado de metafísico. Sin embargo, me parece queesta identificación no es correcta. Aunque sea unacuestión puramente terminológica, considero másacertado llamar "metaempírico" a lo que está másallá del conocimiento inmediato proporcionadopor la sensación, pero que es precisamente, lofísico.

Podríamos decir que la realidad física esincolora, silenciosa, inodora, insípida, sin calor nifrío, etcétera, y que únicamente tiene sentidohablar de sonidos y colores, por ejemplo, desde elmomento en que existen sujetos percipientes. Porotra parte, dentro de la familia de los fenómenosondularios, es un escaso número el que somoscapaces de percibir. Como se ha dicho, tenemos,abierta ante nuestros sentidos una pequeña zonade la realidad total. No podemos suponer nadaacerca de las impresiones que las mismas causaspodrían originar en seres constituidos de diferentemanera que los seres humanos. Insistiendo en estepunto, reiteramos nuestra convicción de que laexperiencia es el origen de todo nuestro conocí-miento, pero es absolutamente necesario trascender el plano de la propia sensación.

Es conveniente también, mencionar la cir-cunstancia ya señalada por los físicos, de que enciertas zonas de la realidad, y a determinadasescalas, es imposible la experiencia directa, los

descubrimientos son la consecuencia de inferen-cias, más o menos prolongadas a partir de los datosinmediatos.

Es claro que los resultados de estas inferen-cias, que constituyen los principios científicos,deben ser verificables en la práctica, o sea ennuevas experiencias, cuyos resultados han sidoprevistos por las verdades descubiertas.

Traemos a colación, una imagen presentadapor Einstein acerca del universo físico. Einsteincompara el universo con un reloj, del cual sólo noses dable contemplar la carátula. En la carátula, queconstituye nuestro dato inmediato, podemos ver elmovimiento de las agujas y el ritmo que siguen,pero nos es completamente desconocido el meca-nismo interno del reloj. La teoría científica es unahipótesis acerca de la constitución de ese mecanis-mo interno que, usando la palabra propuestaanteriormente, podríamos llamar "metaernpírico".

La teoría científica será verdadera, en estecaso, cuando dé razón de los fenómenos observa-dos en la carátula, y seguirá siendo verdadera entanto no aparezcan fenómenos desconocidos queno pueda explicar. En el momento en que surgieranfenómenos extraños que quedarán af margen de lateoría hipotética sustentada, ésta habría de sercambiada, mejorada, para abarcar la totalidad delos datos conocidos (4). Algunos principios cientí-ficos han sido tan reiteradamente verificados, quese tienen ya como verdades definitivas, perosiempre queda abierta la posibilidad de una modifi-cación futura.

En síntesis: si se identifica lo físico con elconocimiento sensorial inmediato, nos haremos laimagen de un mundo irreal que sólo existe paranosotros, y estaremos en camino de confundimosen el idealismo subjetivo y el solipsismo. Si, por elcontrario, pretendemos el conocimiento a priori deentidades trascendentales al mundo objetivo, esta-remos en el mundo de las afirmaciones inverifi-cables. Mi opinión personal es que, la experienciasensible y la práctica constituyen los elementosinmediatos que nos permiten el conocimiento cadavez más exacto de una realidad "metaempírica" ouniverso físico.

(4) Ibid. p.34.