SOBRE EL RECONOCIMIENTO DE LOS ALCOHOLES

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SEMANARIO FAÍtMAcéuliCO 65 SOBRE EL RECONOCIMIENTO DE LOS ALCOHOLES Con una actividad inusitada y respondiendo á los deseos del pú- blico en general, la Comisión nombrada al efecto emitió dictamen sobre tan interesante cuestión, y conformándose el Ministro de Ha- cienda, el domingo 10 del actual apareció el correspondiente decre- to, que más abajo insertamos. Es el documento en cuestión breve y sencillo en los medios que se ordenan para el reconocimiento y desnaturalización de los alcoho- les industriales, que por la incompleta purificación deban de proscri- birse para bebidas y sin que por esto dejen de tener oportuna apli- cación en sus demás usos. En él se encarga á los Inspectores farma- céuticos de las Aduanas de su cumplimiento y ejecución. La Comisión ó Consejo consultivo, según recordarán nuestros lectores, le componen los Sres. Puerta, Sáenz Diez y Sáez Mon- toya; respondiendo á la confianza que les dispensó el Ministro y á su envidiable reputación como químicos, ya demostrada tanto por nuestro maestro Sr, Sáenz Diez, como por nuestro amigo Sr. Puerta y el Sr. Sáez, ya de antiguo dedicado á resolver estas cuestiones en la Dirección de Aduanas, podemos, en nuestro juicio, afirmar ha lle- nado satisfactoriamente su delicado cometido: por su parte el Mi- nistro de Hacienda ha redactado con inusitado acierto las reglas ne- cesarias para llevar á cabo lo propuesto por la comisión. Hubo el propósito de que se nombraran profesores químicos que se encarga- ran de la práctica de las operaciones, mas el Sr. Puerta, acertadísi- mamente, pues en ello resulta beneficio para el Estado y se dispensa merecida justicia, propuso á la Superioridad, y ésta lo aceptó, se encargara de este nuevo servicio pericial á los Inspectores farma- céuticos de las Aduanas. Debemos, y en nombre de la clase farmacéutica nosotros lo con- signamos, agradecimiento sin límites, tanto al Sr. Ministro de Ha- cienda como al distinguido Consejero y catedrático de nuestra facul- tad Dr. Puerta, que en esta ocasión, como en tantas otras, ha sosteni- do los derechos de los farmacéuticos, colocando este servicio en el terreno que le corresponde, y dándose, en su consecueilcia, el pri- mer paso para encauzar el desbarajuste que existe en cuanto se re- fiere al reconocimiento de sustancias alimenticias, en la mayoría de ocasiones encomendado sin más legítimo fundamento que influen- cias de toda naturaleza puestas en juego para que estos servicios técnicos propios de los profesores de ciencias médicas, vengan á ser desempeñados por quienes carecen de derecho para ello. En este concepto corresponde también desempeñar el cargo de directores de los laboratorios municipales á los farmacéuticos, más aptos para esta misión, y sólo así serán fecundos tan útiles estable- cimientos. Seguros estamos de ello, el Dr. Puerta perseverará en su loable NOVIEMBRE 27 DE 1887.—AÑO XVI. NÚM. 9.0 9

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SEMANARIO F A Í t M A c é u l i C O 65

SOBRE EL RECONOCIMIENTO DE LOS ALCOHOLES

Con una actividad inusitada y respondiendo á los deseos del p ú ­blico en general, la Comisión nombrada al efecto emitió dictamen sobre tan interesante cuestión, y conformándose el Ministro de Ha­cienda, el domingo 10 del actual aparec ió el correspondiente decre­to, que más abajo insertamos.

Es el documento en cuestión breve y sencillo en los medios que se ordenan para el reconocimiento y desna tura l izac ión de los alcoho­les industriales, que por l a incompleta purificación deban de proscri­birse para bebidas y sin que por esto dejen de tener oportuna ap l i ­cac ión en sus demás usos. En él se encarga á los Inspectores farma­céut icos de las Aduanas de su cumplimiento y e jecuc ión .

La Comisión ó Consejo consultivo, según r e c o r d a r á n nuestros lectores, le componen los Sres. Puerta, Sáenz Diez y Sáez M o n -toya; respondiendo á la confianza que les d ispensó el Ministro y á su envidiable reputación como qu ímicos , ya demostrada tanto por nuestro maestro Sr, Sáenz Diez, como por nuestro amigo Sr. Puerta y el Sr. Sáez, ya de antiguo dedicado á resolver estas cuestiones en la Dirección de Aduanas, podemos, en nuestro juic io , afirmar ha l l e ­nado satisfactoriamente su delicado cometido: por su parte el M i ­nistro de Hacienda ha redactado con inusitado acierto las reglas ne­cesarias para llevar á cabo lo propuesto por la comisión. Hubo el propósito de que se nombraran profesores químicos que se encarga­ran de la p rác t i ca de las operaciones, mas el Sr. Puerta, ace r t ad í s i -mamente, pues en ello resulta beneficio para el Estado y se dispensa merecida justicia, propuso á la Superioridad, y ésta lo acep tó , se encargara de este nuevo servicio pericial á los Inspectores farma­céuticos de las Aduanas.

Debemos, y en nombre de la clase farmacéut ica nosotros lo con­signamos, agradecimiento sin límites, tanto al Sr. Ministro de Ha­cienda como al distinguido Consejero y ca tedrá t ico de nuestra facul­tad Dr. Puerta, que en esta ocasión, como en tantas otras, ha sosteni­do los derechos de los farmacéuticos, colocando este servicio en el terreno que le corresponde, y dándose , en su consecueilcia, el p r i ­mer paso para encauzar el desbarajuste que existe en cuanto se re ­fiere al reconocimiento de sustancias alimenticias, en la mayoría de ocasiones encomendado sin más legítimo fundamento que influen­cias de toda naturaleza puestas en juego para que estos servicios técnicos propios de los profesores de ciencias médicas , vengan á ser desempeñados por quienes carecen de derecho para ello.

En este concepto corresponde también d e s e m p e ñ a r el cargo de directores de los laboratorios municipales á los farmacéut icos , más aptos para esta misión, y sólo así serán fecundos tan útiles estable­cimientos.

Seguros estamos de ello, el Dr . Puerta pe r severa rá en su loable

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propósito de recabar para la clase farmacéut ica cuanto de derecho la pertenece, y siempre que encuentre autoridades tan imparciales como el Sr. Ministro de Hacienda actual, su voz será atendida. Cumple á los farmacéut icos demostrarle con sus actos, lo mucho que agradecen su noble conducta al ca tedrá t ico de nuestra Facultad, y hacerse, si cabe, más dignos cada día de ocupar los cargos de con­fianza que por largo tiempo les fueron encomendados y muchos des­e m p e ñ a n actualmente.

A cont inuación insertamos tan importante disposición oficial.

SECCIÓN OFICIAL

MINISTERIO DE HACIENDA

REAL ORDEN. Excmo. Sr.: Evacuado ya por la Comisión de profesores quími­

cos, creada por el art. 2.0 del Real decreto de 27 de Octubre últ imo, el informe que el art. 3.0 dispone, de conformidad con el dictamen emitido, y con el fin de que se ponga en vigor cuanto la expresada soberana disposición ordena, el Rey (Q. D . C ) , y en su nombre la Reina Regente del Reino, se ha servido disponer:

i.0 Que el reconocimiento y desna tura l izac ión de los alcoholes de industria extranjeros que se presenten en las Aduanas se practi­quen por los medios siguientes:

RECONOCIMIENTO.

Primera operación.—En un tubo de ensayo bien limpio se coloca­rán dos centímetros cúbicos p róx imamente del alcohol que se ha de reconocer, y sobre él se ve r t e r á con precauc ión y resbalando por las paredes del tubo, un volumen igual de ácido sulfúrico puro de 66° é incoloro. Se obse rvará primero, sin agitar, si se forma una zona co­loreada entre las dos capas de ácido y alcohol, y después se ag i t a rá el tubo para mezclar los dos l íquidos, observando si toma color la mezcla al cabo de un cuarto de hora. Si al hacer esta operac ión se observa primero la zona coloreada intermedia, y después coloración perceptible, el alcohol es impuro, y por lo tanto, rechazable para su uso en bebida.

Segunda operación.—En un tubo de ensayo bien l impióse co locarán unos cuatro cent ímetros cúbicos del alcohol y sobre él se ve r t e rá un volumen igual de una solución de potasa cáust ica por el alcohol, pre­parada con una parte de potasa y tres de agua destilada. Se agi tará en seguida el tubo para que se mezclen los dos l íquidos y se obser­v a r á si toma color amarillo la mezcla, mirando el tubo por refracción ó al trasluz. Si el l íquido adquiere colorac ión amarilla perceptible por refracción, se cons ide ra rá el alcohol como impuro, y por lo tan-

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to, impropio para bebida; sin que sea obstáculo para su acep tac ión el viso amarillento que puede aparecer en el menisco del l íquido mirado por reflexión.

Para ambas operaciones bas tará la observación durante un cuarto de hora en cada una.

DESNA.TURA.LIZACION DE LOS ALCOHOLES IMPUROS.

En el tonel ó envase donde se halle contenido el alcohol se agre­gará una parte de aceite de petróleo por ciento de alcohol, ó sea un litro en cada hectóli tro, agitando bien para que se mezclen ambos l íquidos.

2.0 Los ensayos de reconocimiento y las operaciones de inu t i l i ­zación ó desnatura l izac ión de los alcoholes de industria extranjeros se p rac t i ca rán por los Inspectores farmacéut icos de las Aduanas, con intervención de los funcionarios periciales del ramo, encargados del despacho, que firmarán con aquél los las diligencias de ensayo y des­natura l izac ión .

3.0 Los importadores de alcoholes extranjeros satisfarán á los Inspectores farmacéuticos una peseta 50 cént imos por cada ensayo que éstos practiquen.

4.0 Será obl igación de los mismos importadores el facilitar en cada paso el aceite de pe t ró leo que sea necesario para la desnatura­lización de alcohol de industria que introduzcan en el reino.

5.0 Las Aduanas clasificarán los alcoholes industriales extranje­ros por las marcas que usen las fábricas, y el ensayo se h a r á por una pipa por cada 10 de la misma marca.

De Real orden lo comunico á V . E. para que las reglas estable­cidas tengan fiel cumplimiento en cada una de las Aduanas que han quedado habilitadas para la admisión de alcoholes extranjeros.

Dios guarde á Y. E. muchos años. Madrid 10 de Noviembre de 1887 .—López Puigcerver.—Sr. Director general de Aduanas.

ASUNTOS CIENTIFICOS

ALGUNAS NOTICIAS SOBRE EL C A R I C A P A P A Í A Y SU

PRINCIPIO INMEDIATO LA PAPAÍNA Ó PAPAIOTINA,

por G. Teyxeira, de Perugia.

El papa ía , ambopaía de los indios, paupi ó mamao de los brasi­leños, es un árbol que crece en las Indias y el Brasil á la altura de 15 metros. Su tronco es ci l indr ico, gris, no ramificado, y termina en su vértice por un ramillete de hojas palmeadas y de largos peciolos; sus flores, que aparecen en Marzo, exhalan un olor agradable, ade­más de ser muy hermosas. El fruto es de la magnitud de una patata, pulposo, lleno de semillas, y se encuentran agrupados en la axila de

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las hojas; son de gusto exquisito y sirven de alimento á los naturales de los países en que espon táneamente crecen, los que le conservan en un l íquido semejante á nuestro vinagre. Las semillas, que son algo picantes, tienen agradable sabor.

Desde hace mucho tiempo los indios emplean las hojas frescas del carica papa ía para envolver la carne con el fin de reblandecer­la y que sea más grata al paladar.

En todas las partes de la planta existe un jugo, y especialmente en el fruto antes do su madurez, pues una vez que llega ésta, no existen ni indicios de esta sustancia. La extracción de este jugo es d i ­fícil y la efectúan dos veces al año , en A.bril y Agosto, porque les pa­recen los más propicios. Para recolectarle hacen incisiones en él sin separarle de la planta; porque separado da muy poco, para lo cual incinden la corteza en un punto y por la incisión fluye gota á gota.

Un fruto de t amaño medio da en algunos días 33 gramos p r ó x i ­mamente, ó sea cerca del 4 por 100 de su peso.

Aunque este jugo tiene el aspecto de la leche de vacas, es muy ác ido , coagu lándose en tres veces su volumen de agua. Este l íquido fué estudiado detenidamente por Wurtz y Bauchut, que de intento le hicieron traer de Amér ica . «El jugo l íquido, supradicho, fluye de las incisiones hechas en el árbol y mejor en el fruto verde, es neutro y lacticinoso. Se coagula casi de seguida f racc ionándose en dos par­tes, de las que una es á manera de pulpa insoluble ó muy poco solu­ble; la otra es una especie de suero incoloro y d iáfano. E l jugo puro que se nos remit ió l legó alterado y tenía olor pú t r ido nauseoso, y de su análisis obtuvimos el ác ido but í r ico .» Para ponerle á cubierto de la putrefacción, el que de nuevo nos mandaron le repusieron en agua azucarada y glicerina y aromatizado con esencia de mostaza; así conservado se presentaba bajo la forma de un l íquido denso, lactici­noso, sin olor alguno que pudiese hacer sospechar su fermentación. «Puesto en contacto con la carne, fibrina, clara de huevo coagulada y gluten, las a tacó y reb landec ió casi in s t an táneamen te , y por ú l t i ­mo, las disolvió pasadas algunas horas de digestión á 40o. La leche es coagulada por él y la caseína precipitada se hace soluble. Falsas membranas del crup expulsadas mediante la t raqueo tomía , he lmin-tes y ascárides fueron atacados y digeridos en pocas horas .» Wurtz en su nota concluye declarando que este jugo deb ía contener un fer­mento digestivo más poderoso que el segregado por las plantas car-níboras Nepentes, Drosera y Darlingtonia, que Darwin y Hooker estu­diaron detenidamente y con tanto empeño llamaron sobre ellas la atención general.

Wurtz obtuvo de este jugo un principio que l lamó papaina vege­ta l . Añad iendo al jugo de la papa ía alcohol, se divide en dos partes, un l íquido claro y un precipitado blanco, constituido por papaina, a lbúmina y fibrina. La papaina, precipitada de este modo, bien l a ­vada repetidas veces por alcohol e té reo para eliminar toda sustan­cia grasa, t r a t ándo la después por agua, se disuelve en ella, la cual , precipitada de nuevo por el alcohol, resulta muy pura.

Purificada por diálisis y contando con las cenizas, se halla com­puesta, según Wur tz , de:

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Carbono 52,19 H i d r ó g e n o 7,12 M l r ó g e n o 16,40 Azufre 2,61 Cenizas 4,22

cuya constitución nos dice es una sustancia albuminoidea. La papa ína se distingue de la pepsina en que posee la propiedad

de disolver en gran cantidad la fibrina, no sólo en presencia de una pequeña proporción de ác ido , si que también en un vehículo neutro y hasta alcalino.

Sus caracteres son: su grande solubilidad en el agua, en la que va desapareciendo á manera que la goma; su solución, agitada con agua, forma espuma, aparece turbia, pero no se coagula; si se coagulase seria indicio seguro de soíisticación. En un l íquido azucarado obra como fermento alcohólico, cuya fermentación detiene el ácido salicí-l ico. Su solución en ácido c lorhídr ico ó nítr ico precipita en copos, cuyo precipitado es soluble en un exceso de reactivo.

Por una sal soluble de plomo da un precipitado blanco abundan­te y carac te r í s t ico ; con las sales de mercurio lo produce pulveru­lento que aumenta en caliente. Exceptuando estas dos reacciones, la papa ína se conduce como las sustancias albuminoideas.

Peckott obtuvo este mismo principio por diverso método después , y le l lamó papaiotina; dicho método es el siguiente: se evapora p r i ­mero el jugo á sequedad; el residuo se apura con éter , con alcohol absoluto y al fin con alcohol rectificado; el residuo así obtenido toma un color cas taña claro y olor balsámico á trementina; este residuo se disuelve de nuevo en agua y filtra; el filtrado se trata por a l ­cohol rectificado, del cual precipita la papaiotina inodora é incolora. Así obtenida la papaiotina, según la llama, es incolora y de sabor amargo, inodora, insoluble en éter , alcohol, cloroformo, aceites gra­sos y esenciales; muy soluble en agua, glicerina y alcohol ordinario.

Su acción fermentescible es menor que la de la papa ína , lo cual depende de su modo de preparac ión , por lo cual debemos preferir ésta á aqué l la .

La acción que ejerce la papa ína en el es tómago es la de digerir y transformar en peptona soluble é inmediatamente asimilable los albuminoideos. Un gramo puede verificarlo en el más breve tiempo de unos 250 ó 300 gramos de carne.

En t e r apéu t i ca se adoptó la papa ína para uso externo con objeto especialmente de destruir las falsas membranas del crup diftérico; al interior es un remedio precioso en todos los casos en que es prescrip-ta la pepsina. E l ilustrado D r . Groccio la exper imentó por largo tiempo con oportuno y rápido resultado en la clínica médica de Pa­vía y de Perugia, así como en su clientela privada. Este profesor la prescribe siempre asociada al extracto alcohólico de nuez vómica y á la dosis habitual de 20 á 25 centigramos en sustancia ó pildoras tres ó cuatro veces al día .

Inyectada en la piel produce una débi l acción digestiva del t e j i ­do conectivo subcu táneo , y directamente en las venas, ocasiona la muerte por parál is is c a r d í a c a .

/ O SEMANARIO F A R M A C E U T I C O

Ha sido recomendada en las dermatoses para disolver los tumo­res cancerosos (Bauchutz) de la piel y los vermes (Albret ) .

El jarabe de papalna creo ha sido la única p repa rac ión farma­céut ica que se ha hecho con ella; es de sabor agradable, de fácil ad­minis t ración, y su fórmula es la siguiente:

Tórnese: A n í s estrellado .1 _ n , j • > aa 5 erramos. — Corteza de naranja amarga ( *

P r e p á r e s e : Infusión con agua siruposa 200 — y a ñ á d a s e : Gliceriaa 20

— P a p a í a a .' 6 —

El Ficus carica L . , planta que crece entre nosotros y de todos co­nocida por sus frutos (higos), que secos son objeto de extenso co­mercio en Levante, España é Italia meridional, cuando se cortan sus ramas ú hojas dejan gotear un jugo lacticinoso blanco con las mismas propiedades del de Carica pápa la . Este jugo es de olor a romá­tico, sabor amargo, acre, enrojece el papel de tornasol, no se coagula aun llevado á la ebul l ic ión, pero deposita una sustancia viscosa y blanca. Wurtz , Geiger y Rumami estudiaron esta leche, y el primero con 5 gramos del jugo de higos recolectado en Abr i l hizo el experi­mento siguiente: tomó dichos 5 gramos del jugo lacticinoso coagu­lado en parte (formado de suero y de un coágulo resinoso, blanco, viscoso, elást ico y aromát ico) , lo puso en una cápsula de porcelana con 60 gramos de agua destilada y 10 gramos de fibrina h ú m e d a , y llevó el todo á la temperatura de 4 - 1 5 ° en una estufa; pasadas al­gunas horas fué atacada la fibrina, reblandecida ; transcurridas veinticuatro, había sido digerida, no quedando más que un p e q u e ñ o residuo blanco en el fondo de la cápsula; otras cantidades de fibrina húmeda se agregaron á la misma, y fueron digeridas en menos de veinticuatro horas: por estas diferentes adiciones se calcularon 90 gramos de fibrina. La solución conservó un agradable olor y perma­neció inalterable aun después de meses.

Hablando del Carica papaia he querido recordar esta propiedad de la higuera común , no porque el jugo de ella pueda sustituir en te rapéut ica á la papaina, sólo para que se conozca la vi r tud digesti­va c e esta planta.

Y digo que no puede sustituirse en te rapéut ica la leche de la h i ­guera á la papaina, porque es poco abundante, y para recolectarla exige mucho tiempo y diligencia, y difícilmente l legaría á obtenerse grande cantidad; por lo demás su vi r tud médica era ya conocida de antiguo, porque fué usado como resolutivo en la hidropesía, y todo el vulgo emplea el cocimiento de sus hojas contra el dolor de muelas y la leche para destruir las verrugas.

(Bollettino Farmacéutico.)

SEMANARIO F A R M A C E U T I C O J l

F A R M A C I A Q U Í M I C A

por D . Ricardo J . Górri%.

Observaciones sobre el esparadrapo c o m ú n y el empleo de los espadraperos ( 1 ) .

Si necesario y absolutamente indispensable era que la Comisión de la Farmacopea oficial estudiara detenidamente y modificara (cual muy acertadamente lo ha hecho) la fórmula que para la p reparac ión del emplasto rojo de plomo se consignaba en la quinta edición, por re ­sultar un producto verdaderamente inservible; necesidad hay tam­bién de que se estudie y modifique la fórmula que para la prepara­ción del espadrapo común se consigna en la última edición, y decimos esto, porque como se emplea en momentos más crí t icos que los em­plastos, como sucede en las heridas, consecuencia en muchas oca­siones de operaciones cruentas, se hace indispensable que éste re-una el mayor n ú m e r o posible de condiciones para satisfacer el fin á que se destina, pues si al prepararlo según la fórmula de la quinta edición encontramos á esta deficiente, con la innovación que ha ex­perimentado en la sexta no resulta en condiciones más aceptables, sobre todo si se ha de conservar por algún tiempo. Qu izá nues­tras observaciones no estuvieran bien hechas y pasá ramos á apun­tar esta idea en nuestro cuaderno de notas indebidamente; pero si esto fuera as í , debemos hacer constar que estamos dispuestos á rectificar tan pronto se nos pruebe lo contrario, toda vez que al decidirnos hoy por publicar esta observación (que bien distante esta­ba de nuestro ánimo) , no nos ha movido otro fin que el que constan­temente guía nuestra pluma, el interés general de la clase.

Para la p repa rac ión del espadrapo común nos dice la Farmacopea que se tome:

Emplasto de diapalma 115,0 Cera amarilla 15,0 Trementina de pino 5 Aceite de olivas C. S.

P r e p á r e s e como el espadrapo de A. de la Cruz. Debemos principiar por decir que no nos satisface la C. S. del

aceite de olivas, pues aunque tenga que variar algo en las dos esta­ciones opuestas del año , no es inconveniente que evite el que asi se consigne determinando su cantidad. Precisando por tanteo la cantidad de aceite hasta que conseguimos un espadrapo bastante dócil para poder arrollarlo sobre sí mismo, nos resul tó que se adher ía á la cara opuesta del lienzo, en cuyo contacto inmediato estaba, y al desple­garlo se inutilizaba éste completamente, resultando a d e m á s quebra-^ dizo en corto tiempo, y notándose en él un principio de ¿ n r a n z a m i e n -to, que consideramos de bastante trascendencia en muchas ocasiones,

(1) De El Sentido Católico cu las Ciencias Médicas ,

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y por lo tanto como un defecto capital. Si la cantidad de aceite se disminuye, el espadrapo resulta en breve quebradizo y se inutiliza al menor cambio de forma,

(Se concluirá.)

NOTICIAS VARIAS

INCOMPATIBILIDAD.—Por Real orden del 5 del corriente se declara una vez más incapacitados á los farmacéut icos titulares para ejercer el cargo de Concejal, e n t e n d i é n d o s e que la incapacidad comprende á todos los que hayan suministrado medicamentos con cargo al pre­supuesto municipal. Ya se había resuelto en igual sentido con rela­ción al cargo de Diputado provincial , si mal no recordamos, con motivo de la elección del Sr. Juana, fa rmacéut ico de Miranda de Ebro, electo para la Diputac ión de Burgos.

PLAUSIBLE CELO.—La acreditada casa Hijos de D . Carlos Ulzu-rrum tiene á la venta ya unas cajas que contienen todos los útiles y reactivos necesarios para el reconocimiento de los alcoholes indus­triales, conforme á lo dispuesto en la Real orden que publicamos en este número . Contiene la citada caja cantidad necesaria para prac­ticar 62 ensayos. Es de estimar esta diligencia por parte de la res­petable casa, y lo menos que podemos hacer en justa reciprocidad de ella, es recomendar, como lo hacemos, estos neceseres, llamados á prestar excelentes servicios á los farmacéut icos .

DEBATE TERMINADO.-—El Consejo de Sanidad ha terminado la discusión de un proyecto acerca de la e laborac ión y venta de los vinos, alcoholes y bebidas alcohólicas en general, del que ha sido ponente el Sr. Puerta, habiendo tomado parte activa en el debate los Sres. Martínez Pacheco, Tabeada, Cortezo y Rodr íguez Sam-pedro.

RECEPCIÓN ACADÉMICA.—El domingo 17 del actual ce leb ró la Real Academia de Medicina sesión solemne para dar posesión de plaza de número al ilustrado médico de Sanidad de la Armada Don Angel F e r n á n d e z Caro. Presidió el acto el Sr. Ministro de Marina, y el nuevo a c a d é m i c o leyó un notable discurso, que fué aplaudido por la concurrencia, acerca de «El hombre y el c l ima .»

En nombre de la Corporac ión , el Dr . D. Juan Vilanova y Fiera le contestó con otro no menos notable. El acto fué lucidísimo por la distinguida concurrencia que á él asistió.

CONSERVAS ALIMENTICIAS.—Preparación de las conservas de carnes, pescados, leches, frutos y legumbres, por D . F. Balaguer.—Se ha pues­to á la venta la segunda edición de esta interesant ís ima monografía , aumentada con los más modernos procedimientos, que tanta util idad puede reportar á nuestros agricultores é industriales, hoy que se en­cuentra tan extendida la conservación para la venta de diferentes productos. La citada monografía consta de un cuaderno con 17 gra­bados, y se halla de venta, al precio de 2,50 pesetas, en Madr id , en la l ibrería de Hijos de Cuesta, calle de Carretas, 8. A provincias se remite enviando libranza de 3 pesetas.