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1 B.F. SKINNER FUENTE: TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD JAMES FADIMAN, ROBERT FRAGER EDITORIAL HARLA, HARPER AND R.O.W., LATINOAMERICANA, 1979 B. F. Skinner es tal vez el psicólogo de mayor influencia actual en Norteamérica. Sus obras se estudian y se conocen muy fuera de los límites de la Sicología profesional. Las investigaciones que se han hecho sobre la base de sus ideas fundamentales están ampliamente consolidadas. El impacto de Skinner en la Sicología, ha llevado al desarrollo de programas de enseñanza de conducta dirigida, así como también al aumento permanente de libros y Clases sobre los principios y aplicaciones fundamentales de la teoría del conductismo (Benassi y Lanson, 1972). El enorme interés despertado por el conductismo corre al parejo del número cada vez mayor de instituciones que utilizan técnicas para la modificación de la conducta, las cuales cambian las conductas específicas más que las actitudes globales. Dichas instituciones comprenden los hospitales mentales, los centros correccionales juveniles, las guarderías, las clínicas privadas y un creciente número de sistemas, escolares (Goodall, 1972b). Presentamos aquí sus aportes debido a los inmensos efectos que sus obras han tenido sobre el pensamiento psicológico. Quizá desde Freud, ningún autor ha sido tan elogiado, tan mencionado, tan citado erróneamente, tan atacado y tan defendido. Skinner, a su vez, se deleita conociendo a sus críticos y con frecuencia ha discutido con los pensadores más importantes que se oponen a sus teorías (Warri 1964). Su encanto personal, su deseo de tener en cuenta todas las implicaciones de su posición y una absoluta fe en sus hipótesis iniciales, lo han convertido en una figura central del pensamiento psicológico contemporáneo. Freud decía que sus detractores, en medio de la naturaleza emocional de sus críticas, manifestaban precisamente las mismas facetas de la teoría psicoanalítica, cuya existencia rechazaban en forma tan vigorosa. De manera semejante, a Skinner le parece que sus críticos revelan los medios de pensamiento no científicos e imprecisos, que tratan de superar en sus obras. Ambos hombres han sido muy criticados y aplaudidos y a ambos se debe el desarrollo de visiones alternativas de la naturaleza humana. Skinner fundamenta su obra en las conductas observables de los hombres y de los animales. Su 1ª versión y desconfianza de toda explicación mental, subjetiva, intermedia o "novelesca”, lo llevaron a formular distintos mecanismos de observación, discusión y comprensión de la personalidad. BIOGRAFÍA B.F. Skinner (1904-) nació y creció en Susquebanna, Pensilvania, una pequeña población situada en la región noreste del estado. Su padre era abogado. Recuerda que su hogar "era cálido y estable. Viví en la casa en que nací hasta que fui a la universidad” (Skinner, 1967, p. 387). La fascinación que le causaban, cuando era niño, todos los inventos mecánicos, anunciaban el interés que mostró posteriormente por modificar la conducta observable. Algunas de las cosas que construí tenían una relación con la conducta humana. Como no se me permitía fumar, inventé un artefacto que tenía por dentro una ampolleta atomizadora, a través de la cual podía “fumar" cigarrillos y hacer anillos de humo higiénicamente. (Hoy habría mucha demanda de eso). En alguna ocasión mi madre inició una campaña para enseñarme a colgar mi pijama. Todas las mañanas, mientras me desayunaba, ella subía a mi cuarto, veía que mi pijama no estaba colgada y me ordenaba que subiera de inmediato. Esto duró varias semanas. Cuando ya el estímulo aversivo se hizo intolerable, construí un aparato mecánico que resolvió mi problema. Conecté un gancho especial, en el armario de mi cuarto mediante un sistema de cuerda y polea, a un rótulo que coloqué arriba de la puerta de mi cuarto. Cuando la pijama se encontraba en el gancho, el rótulo quedaba colgando de frente justo en medio del marco de la puerta. En el cual dice "Cuelga tu pijama” (Skinner, 1976 a,p. 396). Después de terminar sus estudios en la Universidad de Hamilton, donde mantuvo y enriqueció su interés por la Literatura y las Artes, regresó a su casa e intentó volverse escritor. "Construí un pequeño estudio en el diván y me puse a trabajar. Los resultados fueron desastrosos y perdí el tiempo lamentablemente. Leía sin un propósito fijo, construí barcos, tocaba el piano, escuchaba el aparato de radio que acababa de inventarse, enviaba mis contribuciones a la columna humorística de un periódico local, pero, casi no escribía más que eso, y entonces pensé ver a un Psiquiatra” (Skinner, 1967a. P, 394). Terminó finalmente este experimento y se estableció en Nueva York durante seis meses; pasó el verano en Europa y a su regreso entró a la escuela de graduados de Sicología, en Harvard. Su fracaso personal como escritor lo llevó a tener una desconfianza total de los métodos literarios de observación. "Había fracasado como escritor porque no tenía nada importante qué decir, pero no podía aceptar esa explicación. La Literatura tenía que ser la culpable... Un escritor podría retratar la conducta humana en forma exacta, pero no por eso la

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B.F. SKINNER FUENTE: TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD JAMES FADIMAN, ROBERT FRAGER EDITORIAL HARLA, HARPER AND R.O.W., LATINOAMERICANA, 1979

B. F. Skinner es tal vez el psicólogo de mayor influencia actual en Norteamérica. Sus obras se estudian y se conocen muy fuera de los límites de la Sicología profesional. Las investigaciones que se han hecho sobre la base de sus ideas fundamentales están ampliamente consolidadas. El impacto de Skinner en la Sicología, ha llevado al desarrollo de programas de enseñanza de conducta dirigida, así como también al aumento permanente de libros y Clases sobre los principios y aplicaciones fundamentales de la teoría del conductismo (Benassi y Lanson, 1972).

El enorme interés despertado por el conductismo corre al parejo del número cada vez mayor de instituciones que utilizan técnicas para la modificación de la conducta, las cuales cambian las conductas específicas más que las actitudes globales. Dichas instituciones comprenden los hospitales mentales, los centros correccionales juveniles, las guarderías, las clínicas privadas y un creciente número de sistemas, escolares (Goodall, 1972b).

Presentamos aquí sus aportes debido a los inmensos efectos que sus obras han tenido sobre el pensamiento psicológico. Quizá desde Freud, ningún autor ha sido tan elogiado, tan mencionado, tan citado erróneamente, tan atacado y tan defendido. Skinner, a su vez, se deleita conociendo a sus críticos y con frecuencia ha discutido con los pensadores más importantes que se oponen a sus teorías (Warri 1964). Su encanto personal, su deseo de tener en cuenta todas las implicaciones de su posición y una absoluta fe en sus hipótesis iniciales, lo han convertido en una figura central del pensamiento psicológico contemporáneo.

Freud decía que sus detractores, en medio de la naturaleza emocional de sus críticas, manifestaban precisamente las mismas facetas de la teoría psicoanalítica, cuya existencia rechazaban en forma tan vigorosa. De manera semejante, a Skinner le parece que sus críticos revelan los medios de pensamiento no científicos e imprecisos, que tratan de superar en sus obras. Ambos hombres han sido muy criticados y aplaudidos y a ambos se debe el desarrollo de visiones alternativas de la naturaleza humana.

Skinner fundamenta su obra en las conductas observables de los hombres y de los animales. Su 1ª versión y desconfianza de toda explicación mental, subjetiva, intermedia o "novelesca”, lo llevaron a formular distintos mecanismos de observación, discusión y comprensión de la personalidad.

BIOGRAFÍA

B.F. Skinner (1904-) nació y creció en Susquebanna, Pensilvania, una pequeña población situada en la región noreste del

estado. Su padre era abogado. Recuerda que su hogar "era cálido y estable. Viví en la casa en que nací hasta que fui a la

universidad” (Skinner, 1967, p. 387). La fascinación que le causaban, cuando era niño, todos los inventos mecánicos, anunciaban el interés que mostró

posteriormente por modificar la conducta observable.

Algunas de las cosas que construí tenían una relación con la conducta humana. Como no se me permitía fumar, inventé un artefacto que tenía por dentro una ampolleta atomizadora, a través de la cual podía “fumar" cigarrillos y hacer anillos de humo higiénicamente. (Hoy habría mucha demanda de eso). En alguna ocasión mi madre inició una campaña para enseñarme a colgar mi pijama. Todas las mañanas, mientras me desayunaba, ella subía a mi cuarto, veía que mi pijama no estaba colgada y me ordenaba que subiera de inmediato. Esto duró varias semanas. Cuando ya el estímulo aversivo se hizo intolerable, construí un aparato mecánico que resolvió mi problema. Conecté un gancho especial, en el armario de mi cuarto mediante un sistema de cuerda y polea, a un rótulo que coloqué arriba de la puerta de mi cuarto. Cuando la pijama se encontraba en el gancho, el rótulo quedaba colgando de frente justo en medio del marco de la puerta. En el cual dice "Cuelga tu pijama” (Skinner, 1976 a,p. 396).

Después de terminar sus estudios en la Universidad de Hamilton, donde mantuvo y enriqueció su interés por la Literatura

y las Artes, regresó a su casa e intentó volverse escritor. "Construí un pequeño estudio en el diván y me puse a trabajar. Los resultados fueron desastrosos y perdí el tiempo lamentablemente. Leía sin un propósito fijo, construí barcos, tocaba el piano, escuchaba el aparato de radio que acababa de inventarse, enviaba mis contribuciones a la columna humorística de un periódico local, pero, casi no escribía más que eso, y entonces pensé ver a un Psiquiatra” (Skinner, 1967a. P, 394).

Terminó finalmente este experimento y se estableció en Nueva York durante seis meses; pasó el verano en Europa y a su regreso entró a la escuela de graduados de Sicología, en Harvard. Su fracaso personal como escritor lo llevó a tener una desconfianza total de los métodos literarios de observación.

"Había fracasado como escritor porque no tenía nada importante qué decir, pero no podía aceptar esa explicación. La Literatura tenía que ser la culpable... Un escritor podría retratar la conducta humana en forma exacta, pero no por eso la

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entendería. Tenía que continuar con mi interés en la conducta humana, pero el método literario me había fallado; así que me inclinaría por lo científico” (Skinner, 1967a, p. 395).

Durante sus estudios de postgrado se convirtió en un estudiante diligente y ponderado. "En Harvard emprendí el primer régimen estricto de mi vida... sabedor de que me hallaba muy atrasado en un nuevo campo me fijé un programa riguroso y lo mantuve durante casi dos años. Me levantaba a las seis, estudiaba hasta la hora del desayuno, asistía a clases, laboratorios y bibliotecas, con sólo quince minutos de descanso durante el día, estudiaba exactamente hasta las nueve de la noche y me acostaba. No iba al cine ni al teatro, rara vez asistía a conciertos, tenía muy pocas citas y no leía más que de Sicología y Fisiología" (Skinner, 1967a, pp. 397-398).

Después de recibir su título, trabajó durante cinco años en la Escuela Médica de Harvard, haciendo investigaciones sobre el sistema nervioso de los animales. En 1936 aceptó una cátedra en la Universidad de Minnesota, donde enseñó Sicología experimental e introductoria. Anota, con orgullo, que varios de sus estudiantes hicieron estudios de posgrado y se han convertido actualmente en importantes conductistas.

En 1938 publicó La Conducta de los organismos, lo cual consagró a Skinner como un importante teórico del aprendizaje y asentó las bases para sus publicaciones posteriores. En la obra de Skinner se puede ver una ampliación, una elaboración y una aclaración de las ideas elementales de su primer libro.

Después de haber trabajado nueve años en Minnesota, aceptó la dirección del Departamento de Sicología de la Universidad de Indiana y tres años más tarde se trasladó a Harvard donde ha permanecido hasta ahora.

Mientras se dedica a las investigaciones de laboratorio con animales, su capacidad creadora se ha ocupado de vez en cuando a otras cosas interesantes. Por ejemplo, inventó una "cuna de aire" (1945); se trata de una cuna de vidrio con control de la temperatura y con fondo hecho de material absorbente. Allí, el niño puede moverse libremente sin tener que usar los molestos pañales, pantalones u otra clase de ropa. El fondo absorbente puede ser reemplazado fácilmente cuando el niño lo ensucia. Cuando se exhibió por primera vez la cuna, despertó un gran interés entre la gente. Sin embargo, el hecho de que el niño estuviera entre vidrios en lugar de barrotes (como en las cunas convencionales), iba en contra de muchas tendencias tradicionales sobre la crianza de los niños. A pesar de que Skinner la empleó con éxito para uno de sus hijos, nunca llegó a popularizarse y él lamentaba que su utilidad no hubiera sido mejor comprendida.

En 1948 Skinner escribió una novela, Walden dos, en la cual describió una comunidad utópica con base en los principios para el aprendizaje que él defendía. Se trataba de su primer esfuerzo importante para generalizar los descubrimientos que había hecho en el laboratorio a situaciones humanas complejas. Desde su primera aparición, el libro ha sido muy controvertido y se han vendido más de un millón de ejemplares. Para él, el hecho de escribirlo constituía la manera de aclarar una lucha interior. "En general, yo escribo muy despacio y sin abreviaturas; necesité dos minutos para escribir cada palabra de mi tesis y aún tengo esa velocidad. Después de escribir durante tres o cuatro horas diarias, finalmente se salvan unas cien palabras publicables. Walden dos fue una experiencia totalmente distinta, pues la escribí a máquina en siete semanas. Resulta obvio que se trataba de una aventura en el terreno de la autoterapia, en la cual luchaba por reconciliar dos aspectos de mi propia conducta representados por Burris y Frazier, “Los dos personajes principales la novela” (Skinner, 1967a, p. 403).

Skinner ha escrito otros libros que son importantes para entender sus conceptos sobre la personalidad y la conducta del hombre como: Ciencia y conducta humanas (1953), Registro acumulado (1959, 1961, 1972), La tecnología de la enseñanza (1968), Más allá de la libertad y la dignidad (1971) y Sobre el conductismo (1974).

Su obra actual no incluye ni la enseñanza ni la investigación formal. Da algunas conferencias "para mantener vivo el interés" tiene varios proyectos de libros que incluyen unas memorias científicas. Le gustaría escribir una novela con terminología conductista sólo para probar que se puede hacer (Skinner, 1972d).

*ANTECEDENTES INTELECTUALES

Skinner afirma, como ya lo había hecho Francis Bacon, “Yo he estudiado la naturaleza, no los libros, haciendo preguntas al organismo más que a quienes lo han estudiado... He estudiado a Bacon para organizar mis datos... clasifico, no en razón de la clasificación misma, sino para revelar las propiedades" (Skinner, 1967a, p. 409). Esta posición llevó a Skinner a empezar con los cuidadosos experimentos en el laboratorio y con la acumulación de datos visibles de conducta. Cuando consideramos la riqueza potencial de la personalidad humana, esto puede parecer austero, pero es el fundamento sobre el cual descansan firmemente todas las proposiciones de Skinner. Cuando se le presiona para que profundice aún más sus explicaciones responde que la observación de los datos es un medio mucho mejor para resolver las diferencias que entrar a discutirlas.

Darwinismo

La idea de que el trabajo y los estudios sobre animales podrían ser importantes para entender la conducta humana, es

un resultado indirecto de las investigaciones hechas por Darwin y el desarrollo posterior de las teorías de la evolución. Muchos

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psicólogos, Skinner inclusive, suponen actualmente que los hombres no son esencialmente distintos de otros animales (Kantor, 1971).

Los primeros investigadores de la conducta de los animales pusieron mucho interés en descubrir la capacidad de razonamiento de éstos, para lo cual trataron de elevar sus estatus al de seres pensantes. Esta idea de que los animales tienen personalidades complejas siempre ha formado parte de nuestro folclore. Las creaciones de Walt Disney personifican la idea de que los animales poseen características humanas, El Snoopy de Charles Schultz desarrolla más el tema cuando pone a Snoopy como dueño de un Van Gogh y sólo una mesa de juegos en su perrera.

Preferimos imaginar que los animales son como nosotros y no al revés, pero los conductistas enfocan esto en el sentido de que somos más parecidos a los animales de lo que hemos querido observar o admitir. El impulso inicial para examinar procesos superiores de pensamiento en los animales fue desalentado por las sugerencias de Lloyid Morgan y las investigaciones de Edward Thorndike. Morgan propuso un "cañón de parsimonia", aforismo que establece que, dadas dos explicaciones, un científico debe siempre aceptar la más simple, Thorndike dirigió algunas investigaciones, las cuales demostraron que aun cuando los animales parecían manifestar una capacidad de razonamiento, sus conductas podían explicarse más parsimoniosamente, como el resultado de procesos no cognoscitivos (Skinner, 1964). En consecuencia, el énfasis cambió. Los investigadores comenzaron a especular libremente sobre la teoría de que la conducta humana también se podía entender sin tener en cuenta las complejidades de la conciencia poco comprendidas.

Watson

John B. Watson, considerado como el primer psicólogo conductista reconocido, definió la teoría del conductismo de la

siguiente manera: "La Sicología, según el punto de vista del conductismo, es una rama puramente objetiva de las ciencias naturales. Su meta teórica es la predicción y el control de la conducta. La introspección no forma parte esencial de sus métodos. . . El conductismo, al esforzarse por alcanzar un esquema unitario de la respuesta animal, no reconoce ninguna línea divisoria entre el hombre y los animales" (Watson, 1913, p. 158). Watson sostenía la inexistencia de la conciencia, afirmaba que todo aprendizaje dependía del ambiente externo y que toda actividad humana era condicionada y condicionable, a pesar de la diversidad de su estructura genética. Watson fue un escritor popular y persuasivo. A Skinner le atraían los lineamientos filosóficos generales de sus obras, pero también algunas de sus ideas más raras (Watson 1928). Por ejemplo, en uno de sus libros más leídos, sobre la crianza de niños Watson aconseja: Nunca los abrace ni los bese (a los niños), nunca los deje sentar en su regazo. Sí tiene que hacerlo, béselos una vez en la frente cuando se despidan y se dispongan a acostarse. Estrécheles la mano por la mañana" (Watson, 1928b, pp. 81-82).

Aún en su época, el énfasis de Watson se consideraba extremo. Skinner critica a Watson por rechazar las características genéticas, así como por su tendencia a generalizar sin apoyarse en datos reales. "Su nueva ciencia también había nacido, por así decirlo, prematuramente. Se disponía de muy pocos datos científicos sobre la conducta, particularmente sobre la humana. Una ausencia de datos es siempre un problema para una ciencia nueva, pero esto era particularmente peligroso dentro del agresivo programa de Watson para un campo tan vasto como el de la conducta humana. Necesitaba apoyarse en más hechos reales de los que podía encontrar y no nos sorprende que, gran parte de lo que decía, parecía sobre simplificado y aun cándido" (Skinner, 1974, p. 6).

Pavlov

Ivan Pavlov fue el primero que realizó el trabajo moderno más importante sobre la conducta condicionada (1927). Sus

investigaciones demostraron que las funciones autónomas, como la salivación a acercar un alimento, se podían condicionar en tal forma que podían provocarse mediante un estímulo distinto al alimento, como en el caso del destello de una luz. Era capaz de hacer algo más que predecir estadísticamente la conducta de un animal. El análisis estadístico puede ayudar a predecir las probabilidades de un suceso determinado pero no puede pronosticar los resultados de un solo ensayo. Pavlov no solamente observaba y pronosticaba las conductas que estudiaba sino que podía provocarlas a su arbitrio.

Así como otras personas, que experimentan con animales, podrían contentarse con el análisis estadístico para predecir la posibilidad de que se produzca una conducta, Skinner estaba fascinado con el paso que se daba más allá de la predicción: el control. Los trabajos de Pavlov indujeron a Skinner a hacer experimentos en el laboratorio utilizando animales en condiciones en que las variables estuviesen lo perfectamente controladas. Descubrió que, restringir el ambiente de un animal a condiciones limitadas podía lograr resultados de reproducción casi perfectas. Las diferencias individuales podían controlar efectivamente y seria posible descubrir leyes de la conducta con validez para cualquier miembro de una especie. Aseguraba que, en esa forma la investigación psicológica podría dejar de ser, algún día, una ciencia probabilística para llegar a convertirse en una ciencia exacta.

Filosofía de la ciencia

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Skinner se impresionó con las ideas de los filósofos de la ciencia, como Perey Brídgeman, Ernst Mach y Jules Henri Poíncaré, quienes crearon nuevos modelos de pensamiento explicativo que no dependían de ninguna estructura metafísica. Para Skinner, el conductismo es un caso especial de la filosofía de la ciencia; “no es la ciencia de la conducta humana, sino la filosofía de dicha ciencia" (Skinner, 19 p. 3). El conductismo permite que las preguntas sean formuladas claramente para que las respuestas se puedan encontrar. Por ejemplo sólo cuando la Biología deja atrás a la Metafísica, descartando relación con los “fluidos vitales" y otros conceptos inmensurables indemostrables e impredecibles, puede llegar a ser una ciencia experimental. Skinner sostiene que su posición no es esencialmente teórica Siente que ha trabajado con base en datos y nada más.

A la luz de sus escritos, los cuales han traspasado sus estudios de laboratorio, puede decirse que la obra de Skinner se ha vuelto cada vez más teórica. Es más, él debe ser considerado como un filósofo investigador que insiste en que las diferencias se deben resolver sobre una base de evidencia real y no de especulaciones abstractas. Gracias a su formación científica y filosófica, Skinner ha forjado un método sistemático para comprender la conducta humana, un enfoque que está teniendo un considerable efecto sobre las prácticas y creencias culturales de la actualidad.

CONCEPTOS PRINCIPALES

Dentro del campo de la Sicología, SKinner era considerado como un teórico del aprendizaje. Sin embargo, sus últimas

publicaciones (1971, 1974) se han ocupado casi exclusivamente de amplios problemas culturales. La exposición de estos problemas incluye aquellas variables que son importantes para una comprensión de las ideas de Skinner acerca de la personalidad y la conducta social. Estas incluyen el análisis científico de la conducta, la personalidad, el condicionamiento, las ficciones explicativas y el control de la conducta.

Análisis científico de la conducta

"La ciencia es un método para ocuparse de los hechos más que de lo que alguien haya dicho sobre ellos... Es una

búsqueda del orden de la uniformidad, de las relaciones legales entre los sucesos de la naturaleza. Empieza, al igual que nosotros, con la observación de episodios únicos, pero pasa rápidamente a la regla general, a la ley científica" (Skinner, 1953, pp. 12-13). Se supone que los eventos pasados constituyen datos suficientes para empezar a predecir eventos futuros similares.

La conducta, a pesar de ser tan compleja, se puede investigar como cualquier otro fenómeno observable. Como es un proceso y no una cosa, no se puede mantener inmóvil para observarlo; es cambiante, fluido y evanescente, esta es la razón de sus grandes exigencias técnicas respecto a la ingeniosidad y la energía del científico. Pero no hay nada esencialmente insoluble acerca de los problemas que por este hecho surgen" (Skinner, 1953, p. 15). "La conducta es aquello que un organismo hace y que puede ser observado. Es más acertado decir que la conducta es aquella parte del funcionamiento de un organismo que está empeñada en actuar o tener trato con el mundo exterior" (Skinner, 1938, p. 6).

El análisis científico de la conducta se inicia con el aislamiento de las partes de un suceso complejo, de modo que se pueda comprender mejor la parte separada. La investigación experimental de Skinner ha tomado este procedimiento analítico, restringiéndose a las situaciones a las que es posible someter un análisis científico, riguroso. Los resultados de sus experimentos se pueden verificar independientemente y sus conclusiones pueden comprobarse comparándolas con los datos registrados.

A pesar de que Freud y los teóricos psicodinámicos se han interesado igualmente por la base ontológica de la acción, Skinner ha adoptado una posición más extrema y afirma que la conducta es lo único que se puede estudiar. La conducta se puede describir totalmente, es decir, es mensurable, observable y perceptible por medio de instrumentos de medición.

Personalidad

La personalidad, en el sentido de un sí mismo (self) separado, no tiene cabida en una análisis científico de la conducta.

Skinner define la personalidad como una colección de patrones de conducta. Las diferentes situaciones provocan distintos patrones de respuesta.

Cada respuesta individual se basa únicamente en experiencias previas y en la historia genética. Skinner sostiene que si fundamentamos la definición de nuestro sí mismo en la conducta observable, no es necesario analizar, de ninguna manera, el sí mismo ni la personalidad. El budismo también concluye en la inexistencia de un sí mismo. La teoría budista no cree en una entidad llamada "personalidad"; hay conductas y sensaciones que se sobreponen, pero ninguna es permanente. Skinner y los budistas establecen sus ideas con base en la hipótesis de que no exista ningún ego, ni sí mismo (self), ni personalidad alguna, excepto cuanto se caracteriza por una colección de conductas. Ambas teorías insisten en que una comprensión apropiada de las causas de la conducta elimina la confusión y los malos entendidos. Las teorías difieren en cuanto a la explicación de las causas; el análisis de Skinner no se interesa por los problemas éticos y motivacionales que sí son importantes en el budismo; a través de toda su presentación, Skinner siempre enfoca la conducta en sí misma.

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Condicionamiento y reforzamiento

Condicionamiento respondiente

Una conducta respondiente es una conducta refleja. El organismo responde automáticamente a un estímulo. La rodilla se sacude al golpear el tendón patelar, el cuerpo suda cuando la temperatura exterior aumenta; la pupila se contrae o se dilata según la cantidad de luz que llega a su superficie. Pavlov descubrió que la conducta respondiente se puede condicionar. Su experimentó clásico acopló un estímulo neutro, una campanilla, con la llegada de la comida de un perro, el perro normalmente saliva cuando le muestran el alimento. Pavlov comprobó que, después de mostrar algunas veces el alimento y hacer sonar la campanilla, el perro salivaba cuando la oía, a pesar de no ver el alimento. El perro había sido condicionado en tal forma, que ahora respondía a un estímulo que antes no provocaba en él ninguna respuesta. Al igual que el perro de Pavlov, nosotros podemos ser condicionados a salivar cuando entramos a un restaurante o cuando oímos la campanilla que indica la hora de la comida. El condicionamiento respondiente se aprende y se manifiesta fácilmente; gran parte de la publicidad se basa en este hecho.

Condicionamiento operante

Skinner siempre se ha interesado más por la conducta operante. "La conducta operante se fortalece o se debilita por medio de los eventos que siguen a la respuesta. Así como la conducta respondiente es controlada por sus antecedentes, la conducta operante es controlada por sus consecuencias" (Reese, 1969, p. 3). El condicionamiento que tiene lugar depende de lo que ocurra después de que se haya completado la conducta.

El ejemplo siguiente ilustra algunas facetas del condicionamiento operante. Estoy tratando de enseñar a mi hija a nadar. A

ella le gusta el agua, pero no quiere, o le da miedo, mojarse la cabeza o la cara o hacer burbujas bajo el agua. Esto ha obstaculizado considerablemente el proceso. He convenido con ella en darle un chocolate si se moja la cara. Una vez que pueda mojarse libremente la cara se lo daré, pero solamente si sumerje toda su cara para que, una vez que pueda hacer esto, obtenga el dulce siempre y cuando haga burbujas bajo del agua. Actualmente estamos todavía en la etapa inicial de este convenio. Unas veces ella quiere ganarse el chocolate y mete la cabeza en el agua; en otras ocasiones no y se niega a realizar la conducta de humedecerse la cara.2

El condicionamiento operante es el proceso de dar forma y mantener una conducta particular por medio de sus consecuencias. Por eso tiene en cuenta no solamente lo que se presenta antes de que haya una respuesta, sino también lo que sucede después de ella. Con mi hija estoy tratando de condicionar la conducta, dándole un chocolate después de que ejecute ciertas acciones. El chocolate se utiliza para reforzar algunas de sus conductas en el agua. "Cuando cierta clase de consecuencias siguen a una pequeña porción de conducta, es más probable que ocurran de nuevo; una consecuencia que tenga este efecto se llama reforzado” (Skinner, 1971, p. 25).

Reforzamiento

Un reforzador es cualquier estímulo que aumenta la probabilidad de una respuesta. En el ejemplo anterior, el chocolate

era el reforzador. Se ofrecía sólo a condición de que se llevara a cabo, con éxito, una conducta determinada. Los reforzadores pueden ser positivos o negativos. Un reforzador positivo hace que ocurra una conducta o una respuesta

deseada. Es un estímulo que produce un aumento de dicha conducta o respuesta. Un reforzador negativo es aquél que produce la respuesta deseada mediante un estímulo aversivo. "Los reforzadores negativos se llaman aversivos en el sentido de que son las cosas de las cuales nos apartamos " (Skinner, 1971, p. 25). Los reforzadores positivos y negativos regulan o controlan las conductas. Éste es el meollo de la posición de Skinner, él piensa que toda conducta se puede comprender, que está condicionada por una combinación de reforzadores positivos o negativos. Además, es posible explicar la ocurrencia de cualquier conducta sí tenemos suficiente conocimiento de los reforzadores disponibles. La investigación original de Skinner se llevó a efecto con animales; los reforzadores que él utilizó fueron: el alimento, el agua y los choques eléctricos. La conexión entre los reforzadores y los animales así como las necesidades de éstos era directa. Un animal hambriento aprendía a realizar tareas como abrir un postigo o empujar una palanca y recibía una recompensa. Los reforzamientos son más difíciles de percibir cuando se investigan situaciones más abstractas complejas. ¿Cuáles son los refuerzos que inducen a comer demasiado? ¿Qué es lo

2 Mi hija es mejor conductista que yo, pues suponía que mojarse la cara significaba poner la cara en el agua. Pero mi hija fue más precisa al definir la idea de "mojar mi cara"; ella exigió una recompensa por meter las manos en el agua y por mojarse la cara; yo acepté su corrección corno un paso adicional en la secuencia del entrenamiento.

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que refuerza a una persona que se ofrece voluntariamente a desempañar un empleo y que probablemente le ocasionará la muerte? ¿Qué hace que los estudiantes sigan un curso cuando no tienen ningún interés por la materia?,

Los reforzadores primarios son las recompensas físicas directas. Los reforzadores secundarios son los estímulos neutrales que se han asociado con los reforzadores primarios, de modo que a su vez actúan como recompensas. El dinero es un ejemplo de reforzador secundario. No tiene por sí mismo el valor de una recompensa, pero hemos aprendido a asociarlo con muchos reforzadores primarios. El dinero o la promesa de él, constituye dentro de nuestra cultura uno de los reforzadores más ampliamente utilizados y efectivos.

La efectividad del dinero como reforzador no se limita al hombre. Los chimpancés han aprendido a trabajar por fichas que se les permitía "gastar” en máquinas expendedoras de bananas y otros premios. Cuando se les prohibía acercarse por un rato a la máquina continuaban trabajando y acumulaban fichas hasta que podían usarla otra vez.

Ficciones explicativas

Las ficciones explicativas son aquellos términos que quienes no son conductistas usan para describir la conducta.

Skinner refiere a ellos como conceptos que la gente emplea cuando no entiende la conducta implícita o cuando se sabe qué patrón de reforzamientos procedió o siguió a la conducta. Algunos ejemplos de ficciones explicativas son: un hombre autónomo, la libertad, la dignidad y la creatividad. El uso de cualquiera de estos términos, como si ellos explicarán algo, es dañino para todo el que se interesa. "Skinner cree que es el tipo de explicación más nocivo, sencillamente porque la falsa apariencia de ser satisfactoria y, en consecuencia, tiende a retrasar la investigación de aquellas variables objetivas que originar un auténtico control de la conducta" (Hall y Lindzey, 1970, p. 484).

El hombre autónomo

Skinner se refiere a la ficción explicativa como a "un agente residente", como a una persona interior movida por unas

fuerzas internas independientes de las contingencias conductuales. Ser autónomo es iniciar una conducta que "no ha sido causada", que no proviene de conductas anteriores y que no se puede atribuir a sucesos externos. Como Skínner no descubre pruebas de la existencia de un ser de esa naturaleza, lamenta mucho que tanta gente crea en eso.

Tan pronto como se destierra al agente residente es posible examinar, con libertad, las semejanzas entre los patrones de aprendizaje de los hombres y de los animales. Las investigaciones de Skinner han demostrado que si uno hace una gráfica de ciertas clases de experiencias del aprendizaje, la forma de la curva resultante (y la velocidad del aprendizaje) es la misma para las palomas, las ratas, los monos, los gatos, los perros y los niños (Skinner, 1956). Este paralelismo, entre el aprendizaje del hombre y de los animales constituye el fundamento para un análisis de la conducta humana a la manera de Skínner. Ya desde su primer libro, La conducta de los organismos (1938), Skinner ha realizado y se ha interesado por los experimentos que la, sostienen la inexistencia de una diferenciación importante entre los hombres y otras especies. En él escribe: Puedo decir que las únicas diferencias que espero ver reveladas, entre la conducta de una rata y la de un hombre (fuera de las enormes diferencias de complejidad), se hallan en el dominio de la conducta verbal. (P.442).

La libertad

Libertad es otra de las etiquetas que ponemos a la conducta cuando no estamos conscientes de sus causas. Aunque no

es posible presentar aquí el planteamiento completo, un ejemplo puede arrojar alguna luz sobre lo que Skinner entiende por libertad. Una serie de estudios dirigidos por Milton Erikson (1939) demostraron que, por medio de la hipnosis, los sujetos podían producir distintas clases de síntomas psicopatológicos.

Cuando un sujeto estaba en trance, Erickson hacía sugerencias posthipnóticas. En la mayoría de los casos, los sujetos llevaban a cabo las sugerencias y presentaban el síntoma. En ningún caso, los sujetos recordaron, cuando se les preguntó, que se les había hecho una sugerencia bajo hipnosis. Siempre que se les preguntaban las razones de su insólita conducta, inventaban (y aparentemente creían) un sinnúmero de explicaciones. En todos los casos, si uno simplemente se limitaba a escuchar la explicación del individuo, concluía que actuaban por su propia voluntad. Los sujetos estaban convencidos de que su conducta se debía a decisiones propias. Los observadores, sabiendo que los sujetos no tenían memoria de los sucesos anteriores, quedaban igualmente convencidos de que el "libre albedrío" tampoco constituía toda la explicación.

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Skinner sugiere que el "sentimiento de libertad no es la libertad; aún más, cree que las formas más represivas de control son aquéllas que refuerzan el "sentimiento de libertad”, pero que en realidad restringen y controlan la acción de manera tan sutil que la gente no descubre que está siendo controlada.

La dignidad

La dignidad (o crédito, o alabanza) es una ficción explicativa tan sutil como la libertad. "La cantidad de crédito que una

persona recibe está curiosamente relacionada con la visibilidad de las causas de su conducta. Negamos el crédito cuando las causas son conspicuas no damos crédito por toser, estornudar, o vomitar, ni siquiera cuando el resultado puede ser valioso. Por la misma razón, no damos mucho crédito por la conducta que está bajo control aversivo conspicuo, ni siquiera cuando puede ser útil" (Skinner, 1971, p. 42).

Nosotros no alabamos los actos de caridad si sabemos que se ha hecho sólo para reducir los impuestos de la renta. No alabamos confesión de un crimen si éste se ha hecho bajo presiones extrema. No censuramos a una persona cuyos actos inadvertidamente causa daño a los demás. Skinner dice que debemos admitir nuestra ignorancia y suspender tanto los elogios como las recriminaciones.

La creatividad

Con cierta dosis de placer malicioso, Skinner ha destruido último reducto del agente residente: el acto poético o creativo.

Para él, éste es todavía otro ejemplo de utilizar una etiqueta metafísica para eludir el hecho de que no sabemos las causas específicas de una conducta dada.

Skinner descarta las opiniones de los artistas creativos que sostienen que sus obras son espontáneas o que provienen de fuentes que están más allá de la experiencia vital del artista. Los testimonios brindados por la hipnosis, los testimonios provenientes de la gran cantidad de literatura que nos habla de la efectividad de la propaganda y la publicidad, así como los descubrimientos de la psicoterapia todo ello se une para que un individuo pueda no saber lo que detrás de su propia conducta. No es probable que el poeta o cualquier otra persona, conozcan por completo su propia prehistoria Skinner pregunta; ¿el poeta crea, origina e inicia la cosa llamada poema o es su conducta solamente el producto de sus historias genéticas y ambientales? (Skinner, 1972 c,p. 34). Concluye que la actividad creativa no es diferente de las otras conductas excepto en que los elementos conductuales que la preceden y la determinan, permanecen oscuros. Comparte la opinión de Samuel Butier, quien alguna vez escribió que "el poeta escribe un poema como una gallina pone un huevo y ambos se sienten mejor después".

Skinner está convencido de que si volvemos a observar esta conducta ayudaríamos, no impediríamos, a la producción de nuevas expresiones artísticas. "Aceptar una explicación equivocada sólo porque nos adula, es correr el riesgo de perder la correcta, la que a la larga puede ofrecer más a manera de "satisfacción” (Skinner, 1972c, p. 35).

Control de la conducta

Muchos psicólogos se interesan por predecir la conducta, Skinner se preocupa por el control de la misma. Si podemos

hacer cambios en el medio ambiente, podemos empezar a controlar la conducta. Todos estamos controlados por el mundo en que vivimos, y parte de ese mundo ha sido y será construida por los

hombres. La pregunta es ésta: ¿debemos ser controlados por el accidente, por los tiranos o por nosotros mismos, dentro de un plan cultural efectivo?

El peligro de usar mal el poder es posiblemente mayor que nunca y no se puede mitigar disfrazando los hechos. No podemos tomar decisiones sabias si continuamos presumiendo que la conducta humana no es controlada o si rechazamos empeñarnos a controlarla cuando podrían producirse futuros resultados valiosos. Medidas de esta naturaleza nos debilitan sólo a nosotros mismos, dejando el vigor de la ciencia a otros. El primer paso para una defensa contra la tiranía es la exposición más completa posible de las técnicas de control...

No es hora de engañarnos a nosotros mismos, de tener indulgencia emocional o de asumir actitudes que ya no son útiles. El hombre está frente a una prueba difícil y debe conservar la cabeza ahora o tendrá que empezar de nuevo desde muy atrás. (Skinner, 1955, pp. 5 6-57)

DINÁMICA Desarrollo psicológico

El desarrollo, según los términos de Skinner, consiste en minimizar las condiciones adversas y aumentar el control

benéfico de nuestro ambiente. Esclareciendo nuestro pensamiento, podemos utilizar mejor las herramientas de que disponemos para predecir, mantener y controlar nuestra propia conducta.

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*Análisis funcional

El análisis funcional consiste en un análisis de la conducta en términos de las relaciones entre causa y efecto. Trata cada aspecto de la conducta como una “función" de una condición que se puede describir en términos físicos. De esta manera, la conducta y su causa pueden definirse sin ficciones explicativas.

Las descripciones precisas de la conducta ayudan a hacer predicciones exactas de conductas futuras y a mejorar el análisis de los refuerzos anteriores que condujeron a dicha conducta. Para entendemos a nosotros mismos, tenemos que reconocer que nuestra conducta no es aleatoria ni arbitraria, sino un proceso en marcha, y legal, que se puede describir teniendo en cuenta el ambiente en que está inmerso.

Skinner no niega el uso de términos como "voluntad", "imaginación", "inteligencia" o Iibertad", dice que las explicaciones, que dependen de tales términos, no son funcionales. No describen verdaderamente lo que está ocurriendo; oscurecen, más que aclarar, las causas de la conducta.

Recompensa

La acción de recompensar las respuestas correctas mejora el aprendizaje. Es un control más efectivo que el control

aversivo, (con base en el castigo) puesto que las recompensas dirigen la conducta hacia una meta. El uso de la recompensa es un método altamente selectivo y eficaz para controlar la conducta.

Obstáculos para el desarrollo Castigo

Los castigos solamente nos informan sobre lo que no debemos hacer, más que sobre lo que debemos hacer. No permite

saber cuál es la mejor conducta en una situación dada y constituye un serio impedimento para el aprendizaje efectivo. Las conductas castigadas no se pierden. Casi siempre regresan disfrazadas o acompañadas de nuevas conductas, las

cuales pueden ser un medio para evitar más castigo o bien formas de retaliación contra el castigo original. La cárcel es un caso típico que demuestra la ineficacia del castigo. La vida en prisión no enseña a los reos el camino socialmente más aceptable para lograr las recompensas que ellos desean; simplemente los castiga por haber cometido varias conductas criminales. Si un prisionero no ha aprendido nada nuevo, es razonable suponer que una vez en libertad -expuesto al mismo ambiente y todavía dominado por las mismas tentaciones-, dicho prisionero va a repetir las mismas conductas. La alta proporción de criminales que vuelven a presidio, por cometer los mismos crímenes, parece corroborar estas observaciones. Otro problema con el castigo consiste en que refuerza selectivamente a la persona que castiga.

*Skinner concluye que el castigo, ni satisface las amplías exigencias de la persona que castiga, ni beneficia a quien lo recibe.

* Cuando vemos que un hombre camina por una habitación, abre cajones, mira debajo de las revistas, etc., podemos describir su conducta en términos totalmente objetivos. "Ahora está en determinada parte de la habitación; ha tomado un libro entre el pulgar y el índice de su mano derecha; levanta el libro e inclina la cabeza de tal manera que puede ver cualquier objeto que esté debajo." También podemos interpretar su conducta, o Ieer un significado en ella", si decimos que "está buscando algo" o, más específicamente, que "está buscando sus gafas". Lo que hemos añadido no es una descripción más completa de su conducta, sino una inferencia sobre las variables que la causan. Esto es así aunque preguntemos qué hace y él responda: "Busco mis gafas". Esto no es una descripción más completa de su conducta, sino de las variables de las cuales su conducta es una función; equivale a "he perdido mis gafas”, "dejaré de hacer esto cuando encuentre mis gafas “o "cuando haya hecho esto, en el pasado, habré encontrado mis gafas" (Skinner en Fabun, 1968, p. 18). * En esta forma, un capataz de esclavos hace que éstos trabajen, azotándolos cuando dejan de hacerlo; al reanudar el trabajo, el esclavo escapa de los azotes (y de paso refuerza la conducta del capataz respecto al uso del látigo). Un padre regaña al hijo hasta que éste hace una tarea; al hacer la tarea, el muchacho escapa de los regaños (y refuerza la conducta del padre). El chantajista amenaza con delatar a la víctima si ésta no paga; al pagar, la víctima se escapa de sus amenazas (y refuerza esa práctica). Un profesor amenaza con la suspensión o con castigos corporales hasta que los estudiantes prestan atención; al hacer esto, los estudiantes escapan de la amenaza de castigo (y refuerzan al profesor en sus amenazas). En una forma u otra, el control aversivo intencional es el patrón de la mayor parte de la coordinación social: en la ética, la religión, el gobierno, la economía, la educación, la psicoterapia y la vida en familia. (Skinner, 1971, p. 26).

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Ignorancia

Skinner define la ignorancia como el desconocimiento de las causas de una conducta dada. El primer paso para vencer la

ignorancia es reconocerla y el segundo, cambiar las conductas que la han mantenido. Un cambio que Skinner sugiere consiste en dejar de describir los sucesos con palabras que no son descripciones de la conducta, sino términos mentales que no describen nada. Skinner da un ejemplo para decimos cómo, la descripción que un individuo hace de un evento, no permite que la persona vea las causas de la conducta que se observa.

La práctica está muy generalizada. En un experimento demostrativo, una paloma hambrienta fue condicionada a dar vueltas en el mismo sentido de las agujas del reloj. Se formó un patrón final de conducta, de fácil ejecución, reforzando con alimento las sucesivas aproximaciones. A los estudiantes que observaban la demostración se les pidió que escribieran un relato de lo que habían visto. Sus respuestas fueron así:

(1) El organismo fue condicionado a esperar el reforzamiento para el tipo correcto de conducta. (2) La paloma daba vueltas con la esperanza de que algo le volvería a traer alimento. (3) La paloma observaba que una determinada conducta parecía producir un resultado particular. (4) La paloma creía que se le daría el alimento debido a su acción, y (5) El pájaro llegó a asociar su acción con el golpe en el surtidor de alimentos.

Los hechos observados podrían establecerse respectivamente como sigue: (1) El organismo era reforzado cuando producía una determinada clase de conducta. (2) La paloma daba vueltas hasta que el recipiente del alimento aparecía nuevamente. (3) Una conducta determinada producía un resultado particular. (4) El alimento se le daba a la paloma cuando actuaba de determinada manera, y (5) El golpe en el surtidor de alimentos estaba temporalmente relacionado con la acción del pájaro. Estas afirmaciones describen las contingencias del refuerzo. Las expresiones "espera”, "tener esperanza”, "observa”, "cree” y "asocia”, van más allá de ellas mismas para explicar los efectos en la paloma. El efecto realmente observado era suficientemente claro; la paloma daba vueltas con más destreza y frecuencia, pero ese no fue el efecto registrado por los estudiantes. (Si se les hubiera presionado, hubieran dicho indudablemente que la paloma daba vueltas con más destreza y con más frecuencia porque esperaba, tenía la esperanza y creía que si obraba así el alimento aparecería. (Skinner en Wahn, 1964, pp. 90-91)

ESTRUCTURA

El cuerpo

El papel del cuerpo, en un sistema que se basa únicamente en datos observables, es de primordial importancia. Sin embargo, no es necesario conocer la neuroanatomía ni los procesos fisiológicos que ocurren junto con la conducta, para entender cómo y por qué la gente se comporta como lo hace. Skinner trata al individuo como una caja sin abrir, pero que ciertamente contiene algo. Los conductistas enfatizan los insumos (inputs) y los productos (outputs), puesto que ellos son todo lo que se puede observar. "Más que suponer las necesidades que puedan impulsar una actividad particular, tratan de descubrir los sucesos que fortalecen su futura probabilidad y que la mantienen o la cambian. En esta forma buscan las condiciones que regulan la conducta más que hacer hipótesis sobre los estados de necesidad que hay dentro de la persona" (Michel, 1971, p. 62).

Las amplias investigaciones llevadas a cabo sobre las variables que afectan el condicionamiento operante han llegado a

las siguientes conclusiones: 1. El condicionamiento puede verificarse, y de hecho se da, sin saberlo. Numerosas demostraciones ponen en claro que

lo que percibimos depende, en gran parte, de nuestras percepciones pasadas, las cuales a su vez han sido parcialmente condicionadas. Por ejemplo, se creía que las ilusiones ópticas utilizadas por Ames (1951) eran una función de la fisiología de la vista. Sin embargo, al mostrar estas mismas ilusiones ópticas a personas que pertenecen a culturas donde las habitaciones y las ventanas no presentan ángulos rectos, no las ven. Es una respuesta condicionada culturalmente. Un resumen de las investigaciones concluye que el condicionamiento puede ocurrir "en los seres humanos... durante el estado de sueño y el de

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vigilia, mientras el sujeto desconoce totalmente el hecho de que está aprendiendo a responder a un estímulo condicionado" (Berelson y Steiner, 1964, P. 138).

2. El condicionamiento se mantiene a pesar del conocimiento. Es desconcertante darnos cuenta de que podemos ser

condicionados a pesar de saber lo que sucede y decidir conscientemente no permanecer condicionados. Un experimentador adiestró sujetos para que levantaran un dedo al oír el sonido de un tono simultáneo a una descarga eléctrica. Los sujetos seguían levantando el dedo aun después de que se les decía que la descarga ya había sido suspendida; seguían levantando el dedo inclusive cuando el experimentador les decía que no lo hicieran y solamente después de quitar de sus dedos los electrodos pudieron condicionar sus propias respuestas que acababan de ser condicionadas (Lindley y Moyer, 1961).

En un marco de referencia totalmente diferente, el indio hechicero americano, Don Juan, dice a su aprendiz, Carlos Castañeda, que parte del entrenamiento le ha hecho solamente con el cuerpo de Carlos. Castañeda se da cuenta de que, totalmente fuera de sus sentimientos emocionales, sus intenciones o la carencia de ellos, su cuerpo ha estado aprendiendo y respondiendo a Don Juan (Castañeda, 1972). Una evidencia como ésta apoya la tesis de Skínner de que al aparato mental se le ha dado un crédito indebido para el control de la conducta.

3. El condicionamiento, es más efectivo cuando el sujeto sabe y coopera (Goldfried y Merbaum, 1973), El

condicionamiento eficaz es una colaboración. El condicionamiento es intrínsecamente inestable cuando no se hace con una cooperación total. La siguiente historia nos da un ejemplo del problema:

Hace algunos años se dio ese tratamiento de alcohol (3) a media docena de alcohólicos viejos y andrajosos, en un hospital de la Administración de Veteranos del Medioeste. Los hombres estaban totalmente condicionados y el hecho mismo de pensar en la bebida les causaba vómito. Una tarde, los ancianos empezaron a hablar sobre su nueva vida y cada uno descubrió que los demás la odiaban. Tomaron la decisión de que preferían correr el peligro de volver a ser unos ebrios, que dejarse aterrorizar por la botella. Una noche, entonces, planearon escaparse. Salieron arrastrándose hasta un bar, se apiñaron en la barra y, en medio del sudor, las sacudidas, y el vómito, se apoyaron e increparon mutuamente para beber cada trago. Bebieron lo suficiente para perder su temor (Hilts, 1973)

El cuerpo es el que se comporta. La conducta es todo lo que puede ser observado y todo lo que responde al cambio en las contingencias del refuerzo. Simultáneamente con los observables, otros procesos están ocurriendo. Hasta el momento en que nuevos métodos nos permitan observar dichos procesos, éstos se pueden tratar como todas las demás conductas.

Las relaciones sociales

Se presta poca atención a la dinámica que pueda existir o situaciones sociales. Se insiste en las fuerzas que forman,

seleccionan y dirigen a los individuos desde un ambiente exterior. En realidad la teoría no parece considerar las relaciones como una clase de actividad distinta. No hay una "significación especial para la conducta social como distinta de otra conducta".

La conducta social se caracteriza solamente por el hecho de que lleva implícita una interacción dos o más personas" (Hall y Lindzey, 1970, p. 497).

Skinner prestó gran atención a la importancia que tiene la comunidad verbal y a su papel en la formación de casi toda la conducta, especialmente el desarrollo del primer lenguaje y conductas en los niños. La comunidad verbal se define como aquellas personas (incluso uno mismo) del medio ambiente que responden a la conducta verbal en formas que plasman y mantienen la conducta. Las demás personas del medio modifican y dan forma continuamente a la conducta de una persona. Esto pertenece al sentido común, pero Skinner continúa diciendo que no hay ninguna otra variable importante más allá de la historia pasada de la persona, de su dotación genética y de los factores externos de la situación inmediata.

Un aspecto de las situaciones sociales es que los reforzamientos que recibe una persona dependen, sólo en forma parcial conducta. En una conversación, decimos algo y luego recibimos una retroalimentación. Pero, la retroalimentación que recibimos se basa no solamente en lo que dijimos, sino en la forma como la percibió la otra persona. Así pues, nosotros modificamos nuestras conductas en las relaciones interpersonales, tanto sobre la base de las reacciones de los demás como sobre nuestras propias percepciones. En esto consiste la comunidad verbal en acción.

A pesar de que Skinner no analiza las relaciones sociales, sus personajes de la novela Walden dos sí lo hacen ampliamente. Fraizer, quien idea la comunidad utópica, analiza el lugar de la familia convencional.

Una comunidad tiene que resolver el problema de la familia a través de la revisión de ciertas prácticas ya establecidas. Esto es absolutamente inevitable. La familia es una antigua forma de la comunidad y las costumbres y los hábitos que se hayan establecido para perpetuarla, quedan fuera de lugar en una sociedad que no se basa en vínculos de sangre. Walden dos reemplaza a la familia, no solamente como unidad económica, sino también, hasta cierto punto, como una unidad psicológica y social. Lo que perdura es un interrogante experimental. (Skinner, 1962, p. 138)

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La voluntad

La voluntad, el libre albedrío y el poder de la voluntad, son términos que Skinner denomina ficciones explicativas mentales e inobservables. La alternativa, para creer en un sentido interior que ayude a determinar la acción, es suponer que ninguna conducta es libre. "Cuando reconocemos esto, existe la posibilidad de abandonar totalmente el concepto de responsabilidad y con él la doctrina del libre albedrío como un agente causal interno" (Skinner, 1953, P. 116).

Pero, existen algunas pruebas experimentales de que una persona, al creer que las fuerzas externas condicionan la conducta, se comporta de manera diferente a aquélla que se siente responsable personalmente.

Davidson y Valins hallaron que "sí una persona se da cuenta de que el cambio en su conducta depende absolutamente de una recompensa o castigo externo, no hay razón para que la nueva conducta persista una vez que las contingencias ambientales cambien" (1969, p. 33).

Lefcourt hizo una revisión de algunos estudios en que los sujetos eran sometidos a prueba cuando actuaban bajo la creencia de que podían controlar los resultados y también cuando no actuaban en estas circunstancias. Los resultados indican que la privación de la "ilusión" de la libertad, en hombres o animales, tiene efectos mensurables en la conducta. "El sentido del control, la ilusión de que uno puede hacer una elección personal, es algo que desempeña un papel definitivo y positivo para mantener la vida. La ilusión de la libertad no se puede quitar fácilmente sin prever consecuencias indeseables" (Lefcourt, 1973, pp. 425-426).

Skinner dice que el concepto dé "voluntad" es una manera confusa e irreal de considerar la conducta. La naturaleza discutible de esta creencia no está muy bien establecida, ni siquiera entre los conductistas.

Las emociones

*Podernos, definir una emoción hasta donde así queramos hacerlo “como un estado particular de fuerza o debilidad de

una o más respuestas provenientes de cualquier clase de operaciones" (Skinner 1953, p. 166). Skinner propugna por un enfoque de las emociones esencialmente descriptivo y dice que incluso una emoción bien definida, como la ira, va a inducir conductas diferentes en ocasiones distintas aun para un mismo individuo.

En lugar de considerar las emociones como vagos estados interiores, Skinner propone el enfoque más pragmático de observar conductas asociadas.

Las actuales dificultades para entender, predecir y controlar las conductas emocionales podrían reducirse observando patrones de conducta, Skinner duda que se puedan clasificar mediante referencias a estados internos desconocidos.

El intelecto

Skinner define el conocimiento como un repertorio de conductas. "Un hombre se sabe las tablas en el sentido de que, en

circunstancias convenientes, las recita, hace las correspondientes substituciones en el curso de las operaciones, etc. Conoce su historia en el sentido de poseer otro repertorio sumamente complejo... El conocimiento pone al individuo en condiciones de reaccionar con éxito, ante el mundo que lo rodea, precisamente porque es con la conducta misma con la cual él obra así" (Skinner, 1953, pp. 408-409).

El conocimiento es la conducta que se manifiesta al aplicar un estímulo específico. Otros autores se inclinan a explicar conductas tales como nombrar el personaje principal en Hamlet o explicar influencia de la producción minera de Alemania en la historia medieval de Europa, como "señales" o evidencias de los conocimientos; Skinner las considera como el conocimiento mismo. Otra de sus formas para definir el conocimiento es la de la probabilidad de una conducta diestra. Si una persona "sabe leer', Skinner interpreta esto como una ocasión en que se refuerza la lectura; entonces, la persona exhibe el repertorio de la conducta que se llama lectura. Skínner opina que las formas de enseñanza convencionales se menoscaban al no comprender o utilizar las herramientas para el análisis de la conducta. Su interés lo llevó idear situaciones de aprendizaje y máquinas que aceleraran el ritmo y ampliaran el alcance del aprendizaje propuesto.

Aprendizaje programado

* Cuando alguien en la calle dice que una persona está asustada, enojada o enamorada, generalmente se refiere a la predisposición para actuar de determinada forma. El hombre "enojado” tiene mayor probabilidad de pelear, insultar o de alguna otra manera perjudicar y tiene menos probabilidad de ayudar, favorecer, consolar o enamorar. El hombre "enamorado" muestra mayor inclinación a ayudar, favorecer acompañar y acariciar alguna manera tiene una menor inclinación a perjudicar. Un hombre “asustado”, tiende a reducir o evitar el intacto con estímulos específicos corriendo, ocultándose o tapándose los, ojos y los oídos; al mismo tiempo, menos probabilidades de avanzar hacia tales estímulos o de entrar en un terreno desconocido. Estos son hechos útiles, y algo parecido al mecanismo de clasificación del ego tiene lugar en un análisis científico. (Skinner, 1953 p. 162)

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La obra de Skinner ha sido definitiva en el establecimiento del aprendizaje programado como uno de los medios de

presentar el material educativo. Su forma más usual consiste en sentar al estudiante delante de una "máquina de enseñanza" diseñada especialmente. Se presenta al estudiante un solo cuadro o una sola frase; éste casi siempre responde rápidamente por escrito; entonces se le muestra la respuesta correcta y se compara con la suya. La retroalimentación ocurre antes de que la siguiente frase pueda presentarse. Siempre se muestra al estudiante la respuesta correcta.

En los programas simples, el estudiante continúa con la siguiente aseveración y tiene la oportunidad de repetir posteriormente los reactivos que tuvieron errores (Skinner, 1958). Cuando se trata de programas más complejos, la respuesta lleva al estudiante a decidirse por una de estas opciones: seguir con el siguiente reactivo, hacer referencia a un reactivo anterior, referirse a reactivos que tienen una explicación más detallada del reactivo anterior, o bien referirse a reactivos que incluyen una explicación del material del reactivo que se contestó mal. Las personas aprenden más fácilmente si se les da una retroalimentación inmediata y precisa a medida que avanzan.

El aprendizaje se va acelerando si el material se presenta en unidades independientes. Cada unidad del contenido debe darse como una entidad distinta, si bien está formando parte de un programa de aprendizaje más amplio y más complejo. Así pues, mientras que 4 X 7 = 28 es una sola unidad, es parte de las tablas de multiplicación del 4 y del 7. Estas tablas son, a su vez, parte de un grupo de métodos que se utilizan para hacer cálculos matemáticos, En el aprendizaje programado, las unidades más simples se presentan primero y las unidades más amplias sólo se dan después de que aquéllas se hayan aprendido. Por el contrario, las conferencias, los libros de texto y sus equivalentes mecánicos, siguen su ritmo sin la seguridad de que el estudiante comprenda, permitiendo así que se atrase" (Skinner, 1958, p. 971).

El estudiante debe dar una respuesta. Hay más probabilidad de que el estudiante retenga lo que se aprende si participa activamente en el proceso del aprendizaje. En la enseñanza programada, el estudiante escoge una respuesta, la escribe, oprime un botón, abre una tapa o da alguna otra respuesta. Si el estudiante no está suficientemente interesado en responder a la pregunta del programa, éste puede esperar hasta que aquél decida continuar. Holland y Skinner (1961) resumen, en el prefacio de su texto de aprendizaje programado, las tesis en favor de este sistema.

Los programas con máquinas y el tutor individual comparten muchas ventajas sobre las demás técnicas de aprendizaje: (1) Cada estudiante avanza según su propio ritmo; el alumno veloz progresa rápidamente y el lento se mueve a la

velocidad que le conviene. (2) El alumno pasa a un material más avanzado sólo después que domina totalmente las etapas anteriores. (3) En virtud de su progreso gradual y con la ayuda de ciertas técnicas de sugerencia y algunas pistas, el estudiante casi

siempre responde acertadamente. (4) El estudiante siempre está activo y recibe la confirmación inmediata de su éxito. (5) Los reactivos están construidos de tal forma que el estudiante debe comprender el punto decisivo para poder dar la

respuesta. (6) Él “concepto" está representado, en el programa, por medio de muchos ejemplos o arreglos sintácticos, con el

propósito de maximizar la generalización a otras situaciones. (7) El registro de las respuestas de los estudiantes proporciona, al programador, información de mucho valor para

revisiones futuras. [El presente programa ha sido revisado totalmente dos veces, y, de vez en cuando, se han hecho pequeños cambios; como resultado de la primera revisión, los errores cometidos por los estudiantes se redujeron a la mitad (se redujeron en un diez por ciento).] (Pp. V-vi)

Si la campanilla se toca muchas veces, sin que nada moleste el ojo, el reflejo condicionado del párpado sé -. (TT) 5-6

Destruirá 5-6

Después de un número suficiente de acciones simultáneas de sonido y alimento, el sonido se convierte en un (1)-- que (2)- salivación. 5-15

(1) Estímulo condicionado (2) Producirá

5-15 Las condiciones que suscitan las llamadas emociones de temor, ira y ansiedad, producen una ---- de la resistencia eléctrica de la piel. 5-24

Disminución (descanso) (cambio aceptable) 5-24

Si la conducta de un dentista sigue dando estímulos incondicionados para los reflejos de temor, el temor del niño, condicionado por el consultorio del dentista no se ----, (TT) 5-33

Destruirá 5-33

Una predisposición favorable hacia un candidato político podría condicionarse sirviendo un almuerzo gratis durante una reunión política. El alimento es un - utilizado para condicionar muchas

Estímulo incondicionado 5-42

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respuestas reflejas “favorables” 5-42

El estímulo que ha adquirido la habilidad de provocar una respuesta es él (1)-«, la respuesta que provoca es la (2)--. 5-51

(1) Estímulo condicionado reflejo (2) Respuesta condicionada 5-51

Tal vez una de las partes más novedosas del aprendizaje programado es el cambio que sufre el papel del profesor. El

autor del programa es el responsable de organizar el contenido en tal forma que se pueda aprender. El profesor es libre de prestar ayuda a los alumnos en forma individual o de desarrollar actividades en la clase, fuera de la esfera de acción del material programado.

Existen objeciones contra el aprendizaje programado. Primero, porque crea un aislamiento social; mientras aprenden, los estudiantes están encerrados en su mundo privado, como si estuviesen en una cápsula. Faltan los beneficios brindados por la experiencia en grupo y la utilización de la energía y el entusiasmo de dicho grupo (como también los efectos negativos de la presión y la competencia en el mismo). Por otra parte, el aprendizaje que se base en una jerarquía de conceptos encadenados, ideada cuidadosamente, es cada vez menos útil en las áreas que se pueden definir claramente. Así mismo, los estudiantes no tienen ninguna oportunidad de objetar los prejuicios del autor del programa.

Incremento en el aprendizaje

El desarrollo del aprendizaje en interacción con los computadores es un paso que va más allá del simple aprendizaje

programado. El alumno continúa trabajando con unidades independientes, continúa respondiendo y obteniendo retroalimentación inmediata, pero la retroalimentación del computador es mucho más detallada, individual y compleja, que la que consigue con las máquinas de enseñanza. La experiencia del aprendizaje se convierte en un diálogo entre el estudiante y el computador, y no es simplemente un informe dado a los estudiantes sobre sus aciertos o errores. Así, pueden recibir estímulos, imágenes, sugerencias, enfoques alternativos, recordatorios de éxitos anteriores que se han tenido con preguntas similares, o explicaciones de la pregunta en formas distintas. Así como algunos textos programados, y algunas máquinas de enseñanza han fracasado en cuanto a mantener el interés de los estudiantes, en las situaciones ampliadas mediante computadora no se han presentado estos problemas.

La flexibilidad del computador también tiene otras implicaciones. Como resultado de una aplicación más imaginativa, empezamos a darnos cuenta de otro aspecto de la máquina de enseñanza que se va a convertir, su debido tiempo, en el más importante de todos. El niño, al desarrollar un diálogo íntimo con la máquina, se encuentra a sí mismo en una situación psicológica única. El computador se transforma en un reflector imparcial de sus pensamientos. Se le anima para abrir su imaginación, para ensayar algunas de las posibilidades improbables y a seguir su curiosidad y ver qué pasa. Una respuesta incorrecta tiene tanto valor como una correcta cuando se pueden explorar las alternativas y cuando es posible demostrar por qué es incorrecta. (Brown y El-Ghannam, 1971, p. 2)

Este tipo de aprendizaje no se limita al material correspondiente, a los hechos reales, sino que también puede estimular

la expresión creativa. Veamos una parte de una situación de enseñanza que utiliza, un computador, el cual emplea un programa que fue elaborado inicialmente para cursos iniciales de escritura en la Universidad de Stanford. En este caso, la estudiante se describe como "alguien que nunca escribe poesías".

COMPUTADORA: ¡Hola! ¿Cómo te voy a llamar hoy? ESTUDIANTE: Gail COMPUTADORA: Bien Gail, en esta ocasión vamos a hablar acerca de lo que puedes o no puedes ver, oír, tocar, gustar y sentir. Acabas de tocar la terminal del computador, ¿cómo de qué la sentiste? ESTUDIANTE: Como de plástico y acero, gris y gruñona. COMPUTADORA: Muy bien. Ahora dilo de otra manera. Parece como. ESTUDIANTE: Cuerdas de acero que lamen las yemas de mis dedos. COMPUTADORA: Bien, ¿quizá algo más?. Parece como sí... ESTUDIANTE: Un ruido, no sé de dónde, resonara en un cuarto vacío. COMPUTADORA: Créelo o no, acabas de escribir un poema. Heló aquí: LA TERMINAL

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Como de plástico y acero, gris y gruñona. Como cuerdas de acero que lamen las yemas de los dedos. Como si un ruido, no sé dónde, resonará en un cuarto vacío. COMPUTADORA: ¿Quieres cambiar el poema y mejorarlo? ESTUDIANTE: Sí. COMPUTADORA: Bueno. Usa las tres líneas siguientes para escribir tus cambios. ESTUDIANTE: Gris y gruñona, la terminal lame mis dedos. Cuerdas de acero con guantes grises. Ruidos de ninguna parte cantan en los cuartos vacíos. COMPUTADORA- ¡Perfecto! Ahora Gail, ¿te gustaría dar un paseo por el bosque? ESTUDIANTE: Seguro, buena idea. COMPUTADORA: Bien; estamos en otoño y tú caminas por el bosque, ¿qué colores ves? ESTUDIANTE: Amarillo, marrón, líneas rosas y rojas, el cielo azul. COMPUTADORA: ¿Qué te recuerdan el amarillo, el marrón, las pinceladas rosas y rojas y el cielo azul? ESTUDIANTE: Un tarro de, pintura dibujado por una carreta del sol. COMPUTADORA: Caminar por el bosque puede hacer pensar en ideas abstractas como la muerte, el cambio, la belleza, los ciclos. ¿Puedes pensar en otros más? Escríbelos. ESTUDIANTE: Renovación, quietud, maravilla, silencio. COMPUTADORA: ¿Qué sientes cuando piensas en la renovación, en la quietud, en la maravilla y en el silencio? ESTUDIANTE: Siento miedo y admiración por la belleza perfecta de lo desconocido. COMPUTADORA: ¿Te gustaría escribir un poema corto, Gail? ESTUDIANTE: Claro. COMPUTADORA: Muy bien, una sugerencia es que escribas tres líneas utilizando los colores amarillo, Marrón, pinceladas rosas y rojas, y el cielo azul que mencionaste; renovación, quietud, maravilla, silencio, tus ideas abstractas y tus sentimientos en relación con la renovación, la quietud, la maravilla, el silencio... EL POEMA DE GAIL ESTUDIANTE: Amarillo como el trigo que muere para renovarse en pan. Marrón de la tierra que vive aún en el silencio y en la muerte. Silencio que sólo es roto en algunos momentos por el zumbido de las hojas rojas al caer. COMPUTADORA: ¡Qué bonito Gail! (Nold, 19 74, usado con autorización)

El sí mismo (self)

Como probablemente puede prever el lector, Skinner considera el término "sí mismo" como una ficción explicativa. "Si no

podemos demostrar a qué se debe la conducta de un hombre, decimos que depende de él mismo. Los precursores de la Física siguieron alguna vez la misma práctica, pero Eros ya no sopla el viento, ni Júpiter arroja la lluvia... La práctica resuelve nuestra ansiedad en relación con los fenómenos no explicados y por eso se perpetúa... concepto del sí mismo no es esencial en un análisis de la conducta. . ." (Skinner 1953, pp. 283, 285)

Además de que Skínner explora el repertorio de la conducta denominado autoconocimiento, también describe varios casos en los cuales éste hace falta. "Un hombre puede no saber que ha hecho algo... puede no saber que está haciendo algo... puede no saber que trato o que va a hacer algo. , puede no conocer las variables las cuales su conducto es una función” (Skinner, 1958, pp. 228), Estos casos son de gran interés para quienes no son conductistas se dice que son manifestaciones de distintos estados internos (por ejemplo, complejos, patrones de hábitos, represiones, fobias). Skinner denomina estos incidentes simplemente como conductas para las cuales no ha habido ningún refuerzo positivo para observarías o recordarlas. "La cuestión definitiva no es saber si la conducta que un hombre falla en comunicar ha sido realmente observable por él, sino más bien si alguna vez hubo alguna razón para observarla" (Skinner p. 289).

El terapeuta Las terapias que han venido evolucionando a partir del conductismo se han convertido en una fuerza importante para el

desarrollo de nuevos métodos y nuevas tecnologías de tratamiento. Los profesionales llamados "modificadores de la conducta" o terapeutas de la conducta" han explorado áreas de tratamiento que van mucho más allá de las que generalmente se tienen en cuenta dentro del dominio propio de los psicoterapeutas psicodinámicos. Por ejemplo, el programa para una conferencia sobre la modificación de la conducta (1972) incluía sesiones de entrenamiento y presentaciones sobre defectos en el habla,

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educación de los profesores, pacientes cardiacos, problemas médicos y dentales, abuso de drogas, frigidez, obesidad y depresión.

Si bien existen varios enfoques, para la práctica de la terapia de la conducta, ya está plenamente aceptado que un

terapeuta de la conducta se interesa principalmente por las conductas reales y no por los estados internos o en los antecedentes históricos. Según los conductistas, el síntoma es la enfermedad, no una manifestación de una dolencia fundamental. El "síntoma" -un tic facial, la eyaculación prematura, el alcoholismo, el temor a las multitudes o una úlcera péptica-, por ejemplo, se trata directamente. Los síntomas no se utilizan a manera de palanca para investigar los recuerdos pasados o la perspectiva existencial de los pacientes.

El terapeuta ofrece al paciente una entrevista que excluye todo elemento amenazante, tal como sucede en las terapias psicodinámicas. El cliente tiene entonces libertad para expresar sus conductas expresadas anteriormente, como el llanto, los sentimientos hostiles, las fantasías sexuales. Pero, el terapeuta no se interesa por reforzar tales expresiones, sino por enseñar, adiestrar y recompensar las conductas que puedan competir y eliminar efectivamente las conductas desagradables o ínhabílítantes. Por ejemplo, se puede enseñar la relajación progresiva para contrarrestar las reacciones específicas de ansiedad, o bien se puede utilizar un adiestramiento afirmativo para sobreponerse a la conducta tímida.

Las siguientes aseveraciones describen la naturaleza especial de la terapia de la conducta, así como también los puntos

que tiene en común con otras formas de terapía:

1. La terapia de la conducta trata de ayudar a la gente a estar en condiciones de responder a situaciones vitales en la forma en que les gustaría hacerlo. Esto incluye aumentar la frecuencia y/o la clase de conducta de una persona, de sus pensamientos y sus sentimientos, así como disminuir o eliminar conductas, pensamientos y sentimientos que no se desean.

2. La terapia de la conducta no trata de modificar un núcleo emocional de actitudes o sentimientos dentro de la personalidad.

3. La terapia de la conducta supone que una relación terapéutica positiva es una condición necesaria, pero no suficiente para hacer psicoterapia efectiva.

4. En la terapia de la conducta, las quejas del cliente se aceptan como un material válido para enfocar la psicoterapia misma no como síntomas de algún problema básico.

5. En la terapia de la conducta, el cliente y el terapeuta llegan a una comprensión explícita del problema que se presenta, función de la conducta real del diente (por ejemplo, acciones, pensamientos, sentimientos). Ellos deciden, de común acuerdo, las metas específicas de la terapia, las cuales deben establecerse de tal manera que tanto el cliente como el terapeuta puedan saber cuándo se han alcanzado (Jacks, 1973).

Skinner describe la terapia como una agencia de control con poderes casi ilimitados. En la relación, el terapeuta es

señalado como una fuente de alivio sumamente probable; cualquier promesa o alivio se convierte en un reforzamiento positivo, incrementándose de esa forma la influencia del terapeuta.

Otros autores que reconocen el efecto que el papel del terapeuta tiene en el proceso de curación, lo tribuyen, en gran parte, al sistema de creencia del paciente (Frank, 1961); Skínner vuelve a interpretar estas ideas en los paradigmas del condicionamiento operante.

El rechazo permanente de Skínner, respecto a la utilidad del trabajo con los estados internos, ha hecho que algunos terapeutas de la conducta se aparten de sus ideas y de la teoría del aprendizaje en general.

London dice que los terapeutas de la conducta se han aferrado innecesariamente a una ideología que tiene poco que ver con su práctica clínica.

Queda, al final de todo, una tradición de acatar los principios del aprendizaje como la fuente última de las buenas

modificaciones y un ceremonial paralelo de golpear a los psicoanalistas, a los que siguen a Rogers, a los existencialistas y a los psiquiatras generales que aún dominan o respaldan la jerga de respondientes, operantes y reforzamientos... Con propósitos públicos, los modificadores de la conducta de la década de los sesentas se referían generalmente a sus actividades como corolarios lógicamente inevitables de los teoremas o principios del aprendizaje y de los descubrimientos permanentes sobre la forma como los aplicaban a la conducta humana en desorden. En realidad, solamente había cerca de tres principios a los cuales hacían referencia, los cuales pueden reducirse a uno sólo o a uno y medio, a saber, que el aprendizaje depende de las conexiones de tiempo, espacio y atención entre lo que hacemos y lo que nos sucede subsecuentemente. (London, 1972, p. 913)

Cualesquiera que sean sus pretensiones, los terapeutas de la conducta constituyen el grupo más ecléctico y de más

rápido crecimiento entre los terapeutas de los E.U., particularmente en los medios institucionales.

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Aplicaciones institucionales

Las teorías de Skinner se originaron en sus trabajos con animales, Los resultados, y sus ramificaciones, se han extendido a una diversidad de instituciones, como las correccionales y los sistemas escolares totales.

Análisis conductual aplicado

Antes que reprochar y castigar al individuo cuando manifiesta una conducta equivocada, puede resultar más realista

modificar los reforzadores en el medio donde se encuentra. Si la conducta se debe a un reforzador selectivo, entonces la conducta errada es una función del medio. Esta línea de pensamiento ha llevado al desarrollo de un análisis conductual aplicado, en el cual se presta atención al medio total más que a la psicodinámica de la conducta que se desvía.

Si los reforzadores se cambian en forma tal que la conducta errada ya no se pueda recompensar, se debe salir del repertorio de la conducta. Por otra parte, el medio se puede ajustar a la recompensa, cualesquiera que sean las nuevas conductas que se juzguen más convenientes (Gocidball, 1972, 1972c). El énfasis se da en tratar de eliminar las conductas que sean malas de por sí o que conduzcan a actividades desviadas o criminales. Estas ideas se están llevando a cabo en las instituciones educativas y de custodia, como los hospitales, prisiones, departamentos de vigilancia juvenil y en las escuelas.

Los críticos han sostenido que la cantidad de control necesario para eliminar las conductas indeseables es excesiva; sus defensores, en cambio, se oponen al señalar que su enfoque es simplemente una extensión más amplia y formal de aquello para lo cual fueron creadas sus instituciones. La universidad se ha establecido para educar a los estudiantes, pero opera en forma deficiente. La prisión se ha creado para tratar de persuadir y reformar a las personas que manifiestan una conducta criminal, pero en esto suelen fallar. El hospital mental existe para ayudar a que la gente vuelva a tener un funcionamiento normal, pero con frecuencia no logra su cometido. La inefectivídad permanente de nuestras instituciones tradicionales facilita más la implementación de modelos de conducta que imponen controles más estrictos sobre una mayor parte del medio. Si, por ejemplo, un catatóníco retardado puede ser recompensado para que hable, para que se alimente por sí mismo, para que se vista y cuide de sus necesidades personales, se trata claramente de una mejoría del paciente y de un alivio para el personal responsable de cuidarlo.

La práctica del control general de la conducta ha suscitado problemas éticos y legales (Robinson, 1973). La efectividad de los programas no se pone en tela de juicio, pero existe la preocupación de que los derechos de los jóvenes delincuentes, de los prisioneros y de los pacientes mentales, incluyan ciertas libertades y comodidades mínimas, como un lecho o la comida. En algunos sitios donde se aplica el análisis de la conducta, estas comodidades fundamentales se usan como recompensas, de tal manera que es posible negarle a un paciente el acceso a la cama; en cambio se le puede ofrecer solamente el suelo para que duerma, como un primer paso para cambiar las contingencias generales. Los ataques y contraataques, por el tratamiento cruel e inhumano, pueden ensombrecer los propósitos generales de estos programas. Se trata de enfoques de la conducta que pretenden extinguir las conductas improductivas y estimular el aprendizaje de nuevas conductas.

Aprendizaje por contrato

El aprendizaje por contrato es una expresión que se aplica a un convenio que se celebra entre un sistema escolar y una

"corporación de aprendizaje". La corporación se encarga de una parte o de toda la enseñanza, dentro del sistema, durante un cierto periodo de tiempo. La compañía recibe su remuneración si, al final del tiempo contratado, los puntajes que los estudiantes obtienen, en una prueba, están cerca o por encima de un nivel preconvenido. Ambas partes se ponen de acuerdo en cuanto a las metas antes de iniciar cualquier trabajo; luego, el personal docente de la corporación, utilizando cualquier recurso, programas o los auxiliares educativos que estime necesarios, toma bajo su control el campo de instrucción. Establecen una situación de enseñanza en que se refuerzan selectivamente las conductas deseadas para mejorar la velocidad y la calidad del aprendizaje. Los experimentos se están llevando a cabo en una gran área de establecimientos escolares a través de varias compañías que emplean métodos diferentes. Los resultados han sido diferentes, pues mientras algunos distritos quedan satisfechos y pagan, otros, al decepcionarse, no han pagado. El método se preocupa menos por el enriquecimiento del mundo general del niño que por hacerlo aprender la materia que se le enseña. El aprendizaje por contrato promete elevar el nivel promedio de comprensión en un sistema escolar, sin tener en cuenta el resto del ambiente del niño. La promesa se fundamenta en un control cuidadoso y selectivo de los reforzadores en el medio escolar. EVALUACIÓN

La obra de Skinner ha tenido efectos enormes en la Sicología y ha originado la creación de nuevas escuelas de

psicoterapia, de sistemas institucionales novedosos y de una nueva tecnología de la enseñanza. Se han formado comunas de acuerdo con los principios de Skinner (Roberts, 1971; Kinkade, 1973) y las industrias se han apresurado a poner en marcha sus proposiciones.

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Ya sucedió lo planteado por Skinner, pues decía que si empezábamos a observar la conducta humana de un modo diferente, también la trataríamos en otra forma. Si pensáramos en términos de predicción y control, desarrollaríamos métodos más complejos para llevarlos a cabo, Skinner nos presenta una visión inflexible de la naturaleza humana que deja poco a las fuerzas ocultas y nada al azar. Una de las cosas más llamativas es que pasa por alto o no les da importancia a los interrogantes relacionados con la naturaleza del ser interior que tanto ha preocupado a los psicólogos, filósofos y teólogos durante muchas generaciones.

La prensa ha criticado a Skinner por el hecho de rechazar ideas preferidas y estimadas acerca de la libertad, la creatividad, la personalidad y otras parecidas. Como tales criticas suelen ser persuasivas, generalmente se reducen a simples preferencias personales. Uno puede describir el mundo como lo hace Skinner, o de alguna otra forma, y cada descripción nos llevará a diferentes conclusiones.

Los críticos de Skinner, en el campo de la Sicología experimental, no difieren en cuanto a sus conclusiones filosóficas, sino en la evidencia experimental sobre la cual, según él, ha basado su obra. Algunos se oponen a sus generalizaciones, las cuales parten desde los estudios experimentales en animales hasta los planteamientos más absolutos sobre la conducta humana o animal.

Estes culpa a Skinner de pasar por alto los efectos que explican más fácilmente otras teorías del aprendizaje. "Hemos hallado razones poderosas para dudar que la ley del efecto, o el principio del reforzamiento, se puedan generalizar con bases firmes más allá de una clase específica de situaciones experimentales... En el caso de un alumno humano normal, ni una recompensa vigoriza necesariamente, ni el castigo debilita la respuesta que produce" (Estes, 1972, pp. 728-729). Bolles (1972) concluye que el aprendizaje se puede explicar sin tener que acudir al reforzamiento y que hay suficientes explicaciones más sencillas. Breland y Breland (1961) han descubierto, a través de sus estudios, que los animales pueden aprender con los métodos del condicionamiento operante, pero que si la conducta está muy lejos del alcance normal de la especie en estudio, los refuerzos son pasados por alto y no hay aprendizaje. En uno de los casos se enseñó a un mapache a tomar una moneda de madera, llevarla a una alcancía y depositaria. Cuando el mapache tenía que coger dos monedas y llevarlas a la alcancía, respondía con una conducta más propia de su especie, las frotaba una con otra y las empujaba dentro y fuera de la alcancía. Finalmente, 'hubo que descontinuar el aprendizaje. El entrenamiento falló porque los animales no respondieron a los reforzamientos; respondieron a lo que Bolles llama "una ley superior”. Los animales "actuaban como actúa un animal de su especie cuando espera el alimento" (Bolles, 1972, p. 397). Lo que Bolles saca como conclusión, después de revisar varios estudios, es que la conducta del animal tiende a volver hacia los patrones instintivos normales. Los animales pueden ser enseñados sólo para ejecutar conductas que ellos llevan a cabo, con menos frecuencia, sin entrenamiento alguno. Bolles cree que extender este limitado conjunto de resultados a todos los animales, y a toda conducta, es menos que prudente.

Estas clases de resultados sugieren que lo inevitable del reforzamiento, que es punto central en las ideas de Skinner sobre la predicción social y el control, no constituyen una verdad biológica universal. Skinner, como anteriormente hizo Watson, puede haber subestimado seriamente la importancia de los factores genéticos. Es preciso observar que Skinner y otros conductistas han realizado muchas investigaciones que demuestran las situaciones en las cuales el reforzamiento es efectivo y se puede generalizar. Las críticas no se refieren a que los efectos no sean válidos, sino sólo a que ellos no constituyen una explicación tan general como la obra de Skinner quiere hacemos creer.

A pesar de las críticas tanto técnicas como polémicas a que ha sido sometida la obra de Skinner, no podemos negar que

ha demostrado tener aplicaciones efectivas que van más allá de las de sus comienzos (con ratas y palancas para el alimento). Lo curioso sobre una idea es que sus efectos no son determinados a corto plazo por su verdad o falsedad, sino por la forma en que afecta la vida.

En su afán por volver más comprensible la vida, Skinner ha propuesto una visión de la naturaleza humana que es íntimamente atrayente por su densidad, su orientación y el abandono de toda especulación metafísica. Está firmemente arraigada en la metodología de la ciencia moderna y nos brinda una esperanza de entendemos a nosotros mismos sin acudir a la intuición o a la intervención divina.

LA TEORÍA DE PRIMERA MANO

Humanismo y conductismo

Parece que existen dos formas de conocer, o de saber algo, acerca de otra persona. La primera está asociada con el existencialismo, la fenomenología y el estructuralismo. Se trata de saber qué es una persona o cómo es o qué va a ser. Tratamos de conocer a otra persona, en este sentido, cuando nos conocemos a nosotros mismos. Compartimos sus sentimientos por medio de la simpatía o de la empatía. Mediante la intuición descubrimos sus actitudes, intenciones y otros estados mentales. Nos comunicamos con él, en el sentido etimológico de hacer que las ideas y los sentimientos sean comunes para ambos, lo cual se logra en forma más efectiva si hemos establecido buenas relaciones interpersonales. Esta es una clase de conocimiento pasivo y contemplativo: si queremos predecir qué hace una persona o qué es lo que probablemente

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hará, suponemos que ella, al igual que nosotros, se va a comportar según lo que es; su conducta, como la nuestra, será una expresión de sus sentimientos, de su estado de ánimo, de sus intenciones, actitudes, etc.

La segunda forma de conocer es cuestión de saber qué hace una persona. Generalmente, podemos observar esto en forma directa, como cualquier otro fenómeno en el mundo; no se necesita un tipo especial de conocimiento. Nosotros explicamos por qué una persona se comporta como lo hace, volviendo los ojos al medio más que a los estados o actividades interiores. El medio fue efectivo durante la evolución de las especies y al resultado lo llamamos dotación genética del hombre, Un miembro de la especie está expuesto a otra parte de ese medio durante toda la vida y de el obtiene un repertorio de conductas que convierten a un organismo con dotación genética en una persona. Al analizar estos efectos del medio, nos acercamos hacia la predicción y control de la conducta.

Pero nos preguntamos, ¿puede este planteamiento, de lo que una persona hace, despreciar cualquier información disponible sobre lo que ella es? Hay vacíos de tiempo y espacio, entre la conducta y los sucesos ambientales, a los cuales se atribuye y es natural tratar de llenarlos con una relación del estado del organismo que interviene. Logramos esto si reunimos una larga historia evolutiva al hablar de la dotación genética. ¿No haremos lo mismo con una historia personal? Un fisiólogo omnisciente deberá ser capaz de decirnos, por ejemplo, cómo se cambia una persona cuando refuerza un poco su conducta y así, en lo que se convierte deberá ser explicación de por qué se comporta, enseguida, de una manera diferente. Nosotros hacemos planteamientos semejantes cuando nos referimos, por ejemploque la vacuna hace menos probable que uno atraiga posteriormente una enfermedad. Decimos que se vuelve inmune y hablamos de un estado inmunidad que luego procedemos a examinar. Un fisiólogo omnisciente debe ser capaz de hacer lo mismo, con estados comparables, en el dominio de la conducta. También deberá ser capaz de cambiar la conducta cambiando directamente al organismo más que cambiando el medio.

¿El existencialista, el fenomenologista o el estructuralista, no dirige su atención precisamente hacia un estado mediador de esta naturaleza?

Un dualista completo diría que no, pues para él, lo que una persona observa por introspección y lo que un fisiólogo observa en sus técnicas especiales, se encuentran en universos distintos. Pero decir que aquello que percibimos, cuando tenemos sensaciones, son estados de nuestro propio cuerpo al igual que los estados de la mente, los cuales percibimos por introspección en otras variedades de las mismas clases de cosas, constituyen un punto de vista razonable. ¿Acaso no podemos entonces, adelantarnos a la aparición de un fisiólogo omnisciente y explorar el vacío que hay entre el medio y la conducta, conociendo más exactamente lo que somos?

Es precisamente en este momento cuando un análisis conductista sobre el autoconocimiento se vuelve más importante y, desafortunadamente, tiene más probabilidad de malentenderse. Cada uno de nosotros tiene dentro de su piel una pequeña parte del universo. No por esa razón diferente del resto del universo, sino que es una propiedad privada: tenemos medios para conocer lo que para los demás está vedado. Sin embargo es un error concluir que la intimidad que así gozamos significa una clase especial de entendimiento. Naturalmente, nosotros somos estimulados directamente por nuestro propio cuerpo. El llamado sistema nervioso interceptor responde a las condiciones que son importantes en la privación y la emoción. El sistema propíoceptor participa en la posición y el movimiento y, si no lo tuviéramos, apenas nos podríamos conducir en forma coordinada. Estos dos sistemas junto con el sistema nervioso exteroceptor, son esenciales para una conducta efectiva. Pero saber es algo más que responder a los estímulos. Un niño responde a los colores de las cosas antes de "conocer los colores”. El conocimiento requiere de contingencias especiales de reforzamiento que la demás gente debe organizar y, las contingencias que entrañan los sucesos privados nunca son muy precisas porque los demás están efectivamente en contacto con ellas. A pesar de la intimidad con nuestro propio cuerpo, lo conocemos con menos exactitud que el mundo que nos rodea. Además, existen, por supuesto, otras razones de por qué conocemos, aún con menos precisión, el mundo privado de los demás.

No obstante, el problema principal no consiste en la precisión, sino en la materia de estudio. Pero, ¿qué es precisamente lo que se puede conocer cuando "nos conocemos a nosotros mismos"?. Los tres sistemas nerviosos que acabamos de mencionar han evolucionado bajo contingencias prácticas de supervivencia, la mayoría de las cuales no son sociales. (Las contingencias sociales, que son importantes para la supervivencia, tienen que haber surgido de campos tales como la conducta sexual y la materna.) Seguramente, éstos eran los únicos dos sistemas disponibles cuando la gente empezó a "conocerse a sí misma" como resultado de responder a las preguntas sobre su conducta, al contestar preguntas como: “¿ve eso?" u "¿oyó eso?“, o "¿qué es eso?"; una persona aprende a observar sus propias respuestas a los estímulos. Al contestar preguntas como "¿tiene hambre? " o “¿tiene miedo? ", la persona aprende a observar los estados de su cuerpo relacionados con la privación y el despertamiento emocional. Al responder preguntas como, “¿va a ir?” o "¿piensa ir?” o "¿tiene ganas de ir?” o “¿está inclinado a ir?", aprende a observar la fuerza o probabilidad de su conducta, la comunidad verbal hace ese tipo de preguntas porque las respuestas le son importantes y, en cierto sentido, de esa manera da respuestas que son importantes para la persona misma. El hecho importante es que tales contingencias, sociales o no sociales, no implican más que estímulos

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o respuestas; ellas no implican procesos mediadores. No podemos llenar el vacío entre la conducta y el medio, del cual es una función, por medio de la introspección porque, para poner el asunto en términos fisiológicos crudos, no tenemos nervios que vayan a los lugares correctos. No podemos observar los estados y los sucesos a los que un fisiólogo omnisciente tendría acceso. Lo que percibimos cuando tenemos sensaciones y lo que observamos por medio de la introspección no son más que un conjunto bastante mezclado de conjuntos colaterales o subproductos de las condiciones ambientales con las cuales se relaciona la conducta. (Nosotros no actuamos porque tenemos ganas de actuar, por ejemplo; actuamos y sentimos deseos de actuar por una razón común que debe buscarse en nuestra historia ambiental) ¿Quiero decir que Platón nunca descubrió la inteligencia? , ¿O que Tomás de Aquino, Descartes, Locke y Kant se preocuparon por subproductos incidentales, y a menudo sin importancia, de la conducta humana? , ¿O que las leyes mentales de los psicólogos fisiólogos, como Wundt, o la corriente de la conciencia de William James, o el aparato mental de Sigmund Freud, no tienen ningún lugar útil en la comprensión de la conducta humana? Efectivamente, así es. Además, yo le doy mucho énfasis al asunto porque, si debemos resolver el problema que tenemos enfrente en el mundo actual, esta preocupación por la vida mental ya no debe distraer nuestra atención de las condiciones ambientales de las cuales la conducta humana es una función...

En virtud de que los únicos "sí mismos, (selves)” que conocemos son los “sí mismos" humanos, se dice con frecuencia

que el hombre se distingue de las otras especies precisamente porque se conoce y participa en la determinación de su futuro. Sin embargo, lo que diferencia a la especie humana es el desarrollo de una cultura, de un ambiente social que contiene las contingencias que generan el autoconocimiento y el autocontrol. Es este ambiente el que durante tanto tiempo han menospreciado aquellos que se han preocupado por la determinación interior de la conducta. Este abandono ha tenido como consecuencia la pérdida de mejores sistemas para construir el auto conocimiento y el autogobierno.

Con frecuencia se oye decir que un análisis conductista «deshumaniza al hombre"; pero él solamente prescinde de una ficción explicativa peligrosa. Al hacerlo así, va mucho más directamente hacia las metas que la ficción estaba destinada erróneamente a servir. la gente se entiende a sí misma, se gobierna a sí misma con mucha más eficiencia cuando comprende las contingencias importantes.

Los procesos importantes de autogobierno están ubicados en los campos de la ética y la moral, donde se tienen en cuenta los conflictos entre las consecuencias inmediatas y las retrasadas. Una de las grandes conquistas de la cultura ha sido traer consecuencias remotas para que pesen sobre la conducta de un individuo. Podemos idear una cultura en la cual se logren los mismos resultados con mucha más eficacia, dando un giro a nuestra atención desde la solución de los problemas éticos, o la lucha moral, hasta las contingencias externas...

Los valores que afectan a aquellos que tienen a su cuidado a otras personas, son buenos ejemplos de la importancia de

cambiar de los atributos hipotéticos de un hombre interior a las contingencias que afectan la conducta. Hay cinco tipos clásicos de seres humanos, de los cuales se ha abusado: el joven, el anciano, los prisioneros, los sicóticos y los retardados mentales. Se ha abusado de ellos, ¿porque quienes se encargan de ellos carecen de simpatía, compasión, benevolencia o no tienen conciencia? No; lo importante es que ellos son incapaces de vengarse. Es fácil cometer abusos con cualquiera de estas cinco clases de personas sin que a su vez se abuse de uno.

Las mejores formas de gobierno no se van a encontrar en los mejores mandatarios o en los mejores sistemas

educativos y los mejores profesores o en los mejores sistemas económicos que posean una mejor administración o en una terapia mejor con los psicoterapeutas más compasivos. Tampoco se van a encontrar en mejores ciudadanos, estudiantes, trabajadores o pacientes. El viejo error consiste en buscar la salvación en el carácter de los hombres y mujeres autónomos, más que en los medios sociales que han surgido durante la evolución de las culturas y que ahora se pueden planear en forma explícita... (1972)

EJERCICIOS MODIFIQUE SU PROPIA CONDUCTA

Lleve un registro del tiempo que ocupa trabajando en diferentes materias. Una simple gráfica de barras, señalando en

horas, con diferentes barras para cada materia, será suficiente. Lleve el registro durante una semana para establecer una línea base. Luego, escoja la materia con la cual, según usted, debe pasar más tiempo.

Durante la semana siguiente, cada vez que trabaje con esa materia, concédase una buena recompensa: el capítulo de una novela, una barra de chocolate, un cigarrillo, un momento con algún amigo, etc. Asegúrese de que la recompensa es algo que realmente desea.

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¿Encuentra que la cantidad de tiempo que ocupa en esta actividad va en aumento? ¿Cuáles son sus causas posibles (de haberlas)?

MODIFIQUE LA CONDUCTA DE OTRA PERSONA

Por medio de muchos experimentos se ha comprobado que la conducta verbal puede ser condicionada al recompensar

selectivamente partes del lenguaje o clases de lenguaje (Berelson y Steiner, 1964). La recompensa que se puede utilizar consiste simplemente en mover afirmativamente la cabeza o decir " ¡ahá!” “¡Sííí!"

Durante la conversación, afirme con la cabeza o diga que está dé acuerdo toda vez que se exprese una conducta particular (por ejemplo, el uso de las palabras largas y complejas; los juramentos o las afirmaciones emocionales). Observe si aumenta el número de tales expresiones al continuar la recompensa.

MODIFIQUE LA CONDUCTA DEL PROFESOR

Este es un ejercicio muy conocido, inventado por estudiantes conductistas. Escoja un profesor que acostumbre ambular

mientras dicta sus conferencias. Los experimentadores, en el salón de clases, serán todos aquellos que deseen participar. Cuando el profesor camine y hable, los experimentadores lo reforzarán para que camine hacia un lado de la habitación. Cuando el profesor se vuelva o se mueva a la derecha, digamos, los experimentadores se inclinarán hacia adelante, escribirán notas diligentemente y prestarán mucha atención a lo que diga. Sí el profesor se mueve a la izquierda, los experimentadores descansarán, mirarán distraídos y no parecerán prestar mucha atención. La mayoría de los alumnos han descubierto que pueden mantener al profesor en un rincón durante la mayor parte del tiempo, después de varias conferencias. Sería bueno limitar la aplicación de este ejercicio a profesores de Sicología, de tal manera que cuando se les explique no vayan a castigar su iniciativa, sino que la recompensen con buena voluntad conductista.

EFECTOS DE LA RECOMPENSA Y DEL CASTIGO Reforzamiento aversivo

Escriba en un papel un hábito propio que desee modificar Puede escoger entre llegar tarde a clase, escribir cartas

durante clase, comer demasiado, acostarse tarde, ser rudo con los extraños. Si es casado, si vive con alguien, o si tiene un compañero de cuarto cada uno puede escoger un hábito y ayudarse mutuamente.

Una vez que ha decidido cual es el hábito, castíguese usted mismo o haga que su compañero lo castigue cada vez que se presente. El castigo podría ser un insulto ("¡Hoy!, ¡Otra vez comiendo con un cerdo!), Negarse algún placer o privarse de algo. Un castigo fácil, es ponerse una multa cada vez que ocurra dicha conducta. Las multas que se acumulen se darán para una obra de caridad. (Una variante puede ser entregar sus multas al compañero, de manera que él sea recompensado y usted castigado. En las relaciones que exigen esfuerzo, esto hace que su compañero participe activamente en el ejercicio).

Después de una semana, observe su progreso. ¿Ha disminuido la fuerza del hábito? ¿Lo hace con menos frecuencia? ¿Qué le parece el ejercicio?

Reforzamiento positivo

Deje de castigarse. Escoja una conducta que sea preferible al hábito con el cual está trabajando en forma aversiva, una

conducta que le agradaría tener. Por ejemplo, si se muerde las uñas, ¿Sería preferible limpiarlas y arreglarlas? , ¿Sería mejor una tasa de café que otro postre? Si llega temprano, en lugar de hacerlo tarde, ¿esto le conforta y le da tiempo para preparar otras cosas?

Decídase por la conducta que desea realizar a cambio de la que ha estado castigando. Ahora, empiece a recompensarse cada vez que ejecute la conducta que prefirió. Dése usted mismo, o haga que su compañero le dé, pequeños obsequios, elogios, estrellitas u alguna otra cosa. El hecho de hacerse notar está entre las recompensas más efectivas, de modo que usted y su compañero deben estar pendientes cada vez que ocurra la conducta deseada.

Después de una semana, revise el patrón de su conducta. ¿Ha habido algún cambio? ¿Qué piensa sobre este medio de modificar la conducta? Medite sobre los diferentes efectos que el castigo y la recompensa han tenido en su vida.

INSENSIBILIZACIÓN

Uno de los procedimientos empleados por los terapeutas de la conducta se denomina insensibilización. Este ejercicio

está diseñado para mostrarlo cómo trabajaría realmente un terapeuta, es una forma para que usted experimente parte de la dinámica que ocurre si nos concentramos en un solo aspecto de la conducta.

Este es un ejercicio difícil, si lo va a hacer, hágalo con cuidado.

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Identificación de un problema

Piense en un temor que haya tenido durante algún tiempo, Una fobia es lo mejor para trabajar; el temor a las serpientes,

a los gusanos, a la sangre o a las alturas son buenos ejemplos de fobias. En caso de no poder pensar, o de no querer examinar una fobia, piense en una reacción emocional que haya tenido durante alguna situación determinada. Por ejemplo, puede sentir angustia cada vez que una patrulla de policía viene detrás, o se pone a la defensiva siempre que alguien te menciona su religión. Lo que busca es una respuesta que ya tiene, la cual parece estereotipada y perturbadora.

Relajación

Siéntese en una silla cómoda o acuéstese. Deje que todo su cuerpo se relaje. Concéntrese en cada parte de su cuerpo

diciéndole que se relaje y viendo que así lo haga. Deje que sus dedos de los pies, sus pies, sus tobillos, sus rodillas, sus piernas etc. se relajen. Esto le llevará algunos minutos. Practique durante algunos minutos esta relajación progresiva, hasta que está seguro de ser capaz de relajarse. Si no puede decir si alguna parte de su cuerpo está o no relajada, tense sus músculos en aquella área y luego relájelos. Pronto aprenderá a notar la diferencia.

Los primeros pasos de la insensibilización

Ahora que ya está relajado y despierto, piense en algo que tenga una relación muy distante con la fobia o los hábitos con

los cuales trabaja. Si se trata de un temor a las serpientes, piense que lee algo sobre una serpiente pequeña, inofensiva, que sólo existe en otro país. Si tiene miedo a la policía, piense en un payaso, vestido de policía, que esté soltando globos en un circo.

Lo que usted trata de hacer es mantener en la mente una imagen que se relacione con el estímulo que provoca la ansiedad, mientras está físicamente relajado. Sí empieza a ponerse tenso (por ejemplo, "¡Uy, una serpiente!"), deje de concentrarse en la imagen y empiece nuevamente a relajarse, volviendo a concentrarse en su cuerpo hasta que pueda relajarse una vez más. Repita este procedimiento hasta que pueda sostener la imagen en la mente estando totalmente relajado.

Más insensibilización

El siguiente paso y todos los demás consisten en pensar en una imagen o situación que sea más vivida, que se parezca

más al objeto o situación real. Visualícela o mírela, y continúe relajado. Para la fobia a las serpientes, por ejemplo, otros pasos podrían consistir en leer algo sobre las serpientes, ver cuadros con serpientes, alguna serpiente que esté en una jaula al otro lado de la habitación, poner la jaula cerca de usted finalmente sosteniendo la serpiente. A medida que siga practicando, continúe dedicando tiempo, antes de cada sesión, al trabajo para mejorar su relajamiento.

BIBLIOGRAFIA DE CONSULTA

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