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DESDE EL PUNTO DE VISTA ambien-tal, las cuencas de los ríos Can-delaria y Hondo presentangrandes similitudes. Ambas seoriginan a una altitud cercana alos 300 metros en el norte delPetén guatemalteco, a partir de

donde toman direcciones noroeste y noreste,respectivamente. La distancia que recorrendesde el parteaguas a la desembocadura es deaproximadamente 190 km, mientras que susáreas de drenaje son de 13,713 km2 y 17,690 km2, respectivamente.

La cuenca del río Candelaria es de carácterbinacional, con 20% de su superficie en terri-torio guatemalteco, mientras que la del ríoHondo es una cuenca tripartita, compartidapor México (42.6%), Belice (29.1%) yGuatemala (28.2%). Aunque la mayor propor-ción de ambas cuencas se localiza en territoriomexicano (Figura 1), parte de las áreas de cap-tación se localiza fuera de las fronteras nacio-nales, por lo que el manejo de ambas cuencastanto en territorio guatemalteco como beliceñotiene un fuerte impacto en los procesosambientales que ocurren río abajo.

Ambas cuencas presentan un patrón climáticosimilar. La precipitación anual varía de 1,000 a1,500 mm, con una temporada de lluvias biendefinida que va de junio a octubre, dondeocurre cerca del 70% de la precipitación, yuna temporada de secas de marzo a mayo. Elperiodo que separa estas épocas climáticas(noviembre-febrero) es afectado por invasionesde masas polares o “nortes”, los cuales puedencontribuir hasta con un 25% de la precipita-ción anual (CONAGUA, 2008). La temperaturamedia anual es de alrededor de 26°C, presen-tándose los valores más bajos de noviembre aenero (16°C) y los más altos de mayo a sep-tiembre (38°C). Las temperaturas más elevadascoinciden con la época húmeda y dan lugar aelevadas tasas de evapotranspiración.

De junio a octubre, y con menor frecuenciaen mayo y noviembre, ambas cuencas estánexpuestas al paso de tormentas tropicales yciclones que se generan en el Atlántico Norte,Mar Caribe y Golfo de México. Aunque lazona costera del río Hondo es la más afectadapor el efecto de los vientos, las lluvias torren-ciales afectan ambas cuencas incrementandola recarga de sus acuíferos y ocasionando

SITUACIÓN ACTUAL DE LAS CUENCAS DE LOS RÍOS CANDELARIA Y HONDO

JORGE A. BENÍTEZ

Figura 1. Ubicación general de las cuencas de los ríos Candelaria y Hondo.

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siones del terreno con pendientes menores al1%, y creando suelos de tipo Vertisol yGleysol (PNUD/FAO, 1970). Estas depresionesse conocen con el nombre maya de Acalches,las cuales permanecen inundadas durante latemporada de lluvias y cubren cerca de un20% del paisaje de la cuenca del ríoCandelaria, y alrededor de un 30% de lacuenca del río Hondo. En el centro de estasdepresiones puede haber intersecciones conel manto freático y presentarse cuerpos deagua permanentes, denominados localmentecomo Aguadas (Figura 3A). Estas aguadasalcanzan una densidad cercana a dos cuerpospor hectárea y son de gran importancia parael sostenimiento de la fauna de la región enépoca de secas (García-Gil et al., 2002).

Debido a la naturaleza cárstica del suelo,que permite una gran infiltración de la lluvia,la mayoría de las corrientes superficiales sonintermitentes y muy escasas en la cuenca altade ambos ríos. Los cauces permanentes de primer orden ocurren principalmente hacia la porción media de ambas cuencas, dejandoun tercio de ellas sin elementos ripariosimportantes.

En la cuenca media, la dirección de los cau-ces principales está fuertemente influenciadapor fallas geológico-estructurales, producto delos movimientos tectónicos de los últimos 23millones de años. Esto es especialmente ciertopara el río Hondo, cuyo cauce obedece a unagran fractura de la plataforma ocurrida duranteel Mioceno y el Plioceno (Bautista et al.,2005). El descenso escalonado en los nivelestopográficos de estas áreas origina la presenciade saltos de agua y manantiales alimentadospor el agua de infiltración que precipita en lascuencas altas (Figura 3B y 3C). Asimismo, latopografía plana de las porciones media y bajade ambas cuencas da lugar a extensas llanurasde inundación con vastos humedales (Benítezy Couturier, 2006; Figura 3D).

El escurrimiento medio anual del río Cande-laria es aproximadamente de 1,600 x 106 m3

(CONAGUA 2008) mientras que el del río Hondoes de alrededor de 1,500 x 106 m3. La descargadirecta al mar del agua subterránea puede sermuy importante. Para el caso del río Hondo escasi tres veces mayor que el caudal superficial(CONAGUA 2009). Para el río Candelaria se des-conoce la magnitud de esta descarga, pero seestima que es menor debido a que, por un lado,el río no discurre sobre una falla geológica pro-funda y, por otro, la cuenca desemboca en lalaguna de Términos, la cual por tener un ori-gen terrígeno no presenta manantiales eviden-tes en la zona costera.

En ambos casos, la descarga hidrológica cons-tituye un eficiente mecanismo de producciónecológica y pesquera. Este mecanismo tienelugar porque el agua, los nutrientes y los sedi-mentos acarreados por estos ríos juegan unpapel muy importante en la productividad pri-maria y en la biología de las especies costeraspesqueras, sobre todo en estadios juveniles(Ramos-Miranda et al., 1999).

Las cuencas altas de ambos ríos presentangrandes extensiones de selva mediana subpe-rennifolia, selva baja subperennifolia y selvabaja caducifolia que dan continuidad a la florade la península de Yucatán y del Petén guate-malteco (Galindo-Leal, 1999). En estas áreasse concentra el 80% de la flora peninsular,que corresponde aproximadamente a 2,200especies de plantas vasculares (Díaz-Gallegoset al., 2002). Asimismo, contienen cerca de100 especies de mamíferos, 282 especies deaves (17 de ellas endémicas), 50 especies dereptiles, cerca de 400 especies de mariposas yuna gran variedad de insectos (Lee, 2000;Salgado-Ortíz et al., 2001; Martínez y Galindo,2002; Vargas-Contreras, 2004 y 2005; Maya-Martínez, 2005).

Debido a la importancia que tiene la regiónpara el refugio de flora y fauna, en la cuencaalta de ambos ríos se localizan importantesáreas sujetas a protección, como las reservasMaya, de Calakmul y de Balam ku. Además,en la desembocadura de estos afluentes se

Figura 2. Trayectoria de huracanes ocurridos en los últimos 150 años en el área de Influencia de la región de estudio (Base de datos NOOA, 2007).

extensas inundaciones, como las causadas porRoxanne en 1995, Mitch en el 1998, Keith enel 2000 y Wilma y Emily en el 2005 (Figura 2).

Desde el punto de vista geológico, los cursosde ambos ríos se desplazan sobre una platafor-ma estratificada de carbonatos (dolomía/caliza)y evaporitas (yeso/anhidrita) de hasta seis kiló-metros de espesor, producto de la actividadbiológica marina que dio origen a todo elBloque de Yucatán (Graham, 2003). Esta plata-forma no presenta grandes cambios topográfi-cos, por lo que la delimitación de microcuen-cas es difícil. Esta situación es particularmentecierta para la región sur del río Candelaria,donde los límites superficiales de la cuenca noestán claramente definidos (ver límites extre-

mos en Figura 1). Es probable que esta área detopografía muy plana del Petén guatemaltecose inunde durante las precipitaciones extremascausadas por huracanes y conecte las cuencasadyacentes, modificando sustancialmente suslímites. Este escenario no se presenta en loslímites de los ríos Candelaria y Hondo, ya quelos procesos geológicos que hicieron emergeresta región por encima del nivel del mar, hace55 millones de años, dieron lugar a un relievemuy ondulado que claramente define el parte-aguas entre ambas cuencas.

La erosión de las partes altas e intermediasde ambas cuencas ha dado origen a arcillasque se han acumulado en las partes másbajas, rellenando e impermeabilizando depre-

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localizan ecosistemas de gran valor ecológico.El río Candelaria desemboca en el sistema dereservas Términos-Centla, mientras que ladesembocadura del río Hondo tiene influenciasobre las áreas protegidas de las bahías deChetumal y Corozal. En estos sistemas coste-ros se han reportado más de 550 especies deplantas, alrededor de 100 especies de mamífe-ros, más de 60 especies de reptiles, 52 depeces y 27 de anfibios. Más importante aún,albergan 328 especies de aves locales y migra-torias, lo que representa un tercio de todas lasaves reportadas para México (Lot y Novelo,1988; Ogden et al., 1988; Brazda, 1998;Arriaga et al., 2000; Lot, 2004; Córdova, 2007).

La alta biodiversidad de esta región es másevidente en las áreas donde coinciden fuentesde agua permanente y vegetación en buenestado de conservación. Es por ello que lasaguadas, los cauces permanentes de primerorden (Figura 4A) y los humedales tienen unpapel prioritario en la conservación de la floray fauna regionales (Figura 4B). Esto confiere ala hidrología de ambas cuencas una especialimportancia para el Corredor BiológicoMesoamericano. De hecho, una gran propor-ción de ambas cuencas ha sido incluida en los vacíos y omisiones en conservación de labiodiversidad terrestre detectados por CONABIO

et al., (2007).Al igual que su medio ambiente, desde el

punto de vista socioeconómico las cuencas deCandelaria y Hondo comparten rasgos simila-res. Esta región estuvo ampliamente pobladapor los mayas en épocas prehispánicas, perosu población se mantuvo en muy baja densi-dad y concentrada en la zona costera desde lallegada de los españoles y hasta finales delsiglo XIX. A partir de entonces, las partes altasde ambas cuencas (en los tres países) comen-zaron a ser repobladas con campamentos tem-porales encargados de la extracción de made-ras preciosas, el palo de tinte y el chicle(Szekely y Restrepo, 1988; Schwartz, 1990;Gates, 1993; Benítez et al., 2008). Sin embar-

go, el aislamiento geográfico, la pobreza de lossuelos y la escasez de agua impidieron losasentamientos permanentes en la región, quefueron abandonados con el colapso de laindustria chiclera y la disminución del volu-men de las maderas preciosas.

Del lado mexicano, la colonización extensi-va de las cuencas media y baja fue promovidapor el Gobierno Federal en la década de los70’s, como una política de aseguramiento defronteras y de otorgamiento de espacios acampesinos sin tierras de otras partes de larepública (Konrad, 1994; Pat, 2000; García-Gil,2001; Pérez, 2002). Esta migración dio origena la mayoría de los poblados de la región yreforzó el carácter netamente rural que tienenambas cuencas. Del lado guatemalteco, lacolonización también fue promovida desde el

gobierno central a partir de los años 60’s,como una política de integración nacionalorientada a las actividades agropecuarias y ala explotación de maderas preciosas(Schwartz, 1990).

No obstante los antecedentes históricoscomunes, la dinámica poblacional actual hapresentado características diferenciales paracada cuenca. Para el caso del río Candelaria, elagotamiento de los suelos y el fracaso de lasactividades productivas hacia finales de ladécada de los 90’s y principios de este siglo,produjo un fenómeno de migración, principal-mente hacia los Estados Unidos, que mantuvoel crecimiento poblacional en niveles bajos enla cuenca media y baja. De esta manera, duran-te la primera década de este siglo la poblacióndentro de la cuenca ha tenido un crecimiento

negativo de -0.32% (INEGI, 2007). La poblaciónactual de 45,350 habitantes, es predominante-mente joven (19 años en promedio) y está dis-tribuida en 979 comunidades (Figura 5). Elpoblado de Candelaria, cabecera del municipiodel mismo nombre, se localiza en la porciónmedia de la cuenca y posee el 23% de lapoblación total de la cuenca.

Aunque en términos generales la poblacióndel río Candelaria se ha contraído por fenóme-nos de migración, en los últimos años ha ocu-rrido una colonización ilegal en la porciónmedia-alta de la cuenca por parte de campesi-nos de otras entidades, principalmente delestado de Veracruz. Estos nuevos colonosestán organizados políticamente y actualmen-te ejercen presión tanto para que se les reco-nozca sus derechos de propiedad, como para

Figura 3. Elementos hidrológicos característicos de la región. A) aguada, B) salto de agua, C) manantial y D) planicie de inundación (fotografías del autor).

A B C

D

recibir los servicios básicos de infraestructura.Estas localidades marginales se encuentranampliando la frontera agrícola y comienzan aejercer presión sobre el Área Estatal Protegidade Balam ku, en la cuenca alta.

Para el caso del río Hondo, la actividadturística y de prestación de servicios en lacuenca baja del lado mexicano ha mantenidola ola de inmigración que se originó en lasegunda mitad del siglo XX. Actualmente, sóloun 56% de la población es nacida enQuintana Roo, mientras que el otro 44% pro-viene de Yucatán (30% de la población inmi-grante), Veracruz (19% de la población inmigrante), Tabasco (12% de la poblacióninmigrante), Campeche (9%), Chiapas (9%) yel Distrito Federal (4%).

La población total del la cuenca del ríoHondo asciende a 228,607 habitantes. Al igualque Candelaria, la población es predominante-mente joven, con poco más de la mitad de loshabitantes menores de 20 años. Alrededor del53% de la población se concentra en la ciu-dad mexicana de Chetumal localizada, en ladesembocadura del río, y otro 24% dentro de

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territorio mexicano. La ciudad más importantefuera de nuestro país es Orange Walk, Belice,con alrededor de 13,000 habitantes. Belicecontiene el 21% de la población de la cuencay Guatemala menos del 1%.

A diferencia de las tasas negativas de creci-miento del río Candelaria, la tasa de creci-miento poblacional anual del río Hondo es de1.29% del lado mexicano, de 2.1% de ladobeliceño y de 3.6% del lado guatemalteco.Con excepción de las zonas urbanas deCandelaria (8,033 hab) y Chetumal (121,602hab), en ambas cuencas predominan las loca-lidades de tipo rural, es decir, aquellas conmenos de 2,500 habitantes. Aunque la pobla-ción rural del río Candelaria es sólo un 50%de la del río Hondo (37,335 y 107,005 hab res-pectivamente), el río Candelaria presenta eldoble de comunidades (979 y 400, respectiva-mente), lo que da una idea del carácter exten-sivo del patrón de asentamientos.

Tomando en cuenta la población urbana y rural, la densidad poblacional es de 3.3 hab/km2 para la cuenca del río Candelariay de 12.9 habitantes/km2 para el río Hondo,

muy por debajo de la media nacional de 33hab/km2. Excluyendo la población urbana, ladensidad de población es aún más baja: 2.7 y6.0 habitantes/km2 para Candelaria y Hondo,respectivamente.

Aunque las estadísticas socioeconómicas noestán estandarizadas ni disgregadas a nivellocal en los tres países que comparten ambascuencas, es claro que existe un desarrollo des-igual entre sus comunidades. Los númerospromedio muestran que al menos un tercio dela población está viviendo en pobreza, espe-cialmente en el medio rural (CONAPO, 2009;PRESANCA, 2009). El porcentaje de viviendasurbanas que cuentan con los servicios de aguaentubada, drenaje y energía eléctrica es supe-rior al 90%, mientras que en localidades rura-les esta proporción es sólo de un 25% (PRE-SANCA, 2009). Aunado a lo anterior, 65% delas viviendas que cuentan con servicios dealcantarillado funcionan a base de fosas sépti-cas, lo cual constituye una importante fuentede contaminación para el manto freático.

Los municipios que constituyen las cuencasde los ríos Candelaria y Hondo han presentadoun menor desarrollo socioeconómico en com-paración con otros municipios de sus respec-tivos estados. En términos del Índice deDesarrollo Humano (IDH), realizado por el PNUD

(2009), el municipio de Candelaria presentó un

Figura 4. A) Cauce de primer orden dentro del Área Protegida de Balam ku; B) Nutria común (Lontra longicaudis annectens) en el río Caribe, tributario del río Candelaria (fotografías del autor).

A B

Figura 5. Distribución de la población en las cuencas de los ríos Candelaria y Hondo

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valor de 0.73 en el 2005, ocupando el segundolugar más bajo del estado de Campeche. El IDH

de Guatemala y Belice es aún más bajo, convalores de 0.68 y 0.7, respectivamente.

El municipio de Othón Blanco, en el ladomexicano de la cuenca del río Hondo, es elque presenta el IDH más alto de la región (0.82;PNUD 2009). Sin embargo, este IDH está fuerte-mente sesgado por las estadísticas de la ciu-dad de Chetumal (capital del estado), ya quede acuerdo con CONAPO (2009), 81% de lascomunidades de la cuenca presentan una mar-ginación que va de media a alta, 18% presen-tan una marginación baja y solamenteChetumal presenta una marginación muy baja(Figura 6).

En términos generales, las condiciones dedesarrollo son menores en los municipiosfronterizos de ambas cuencas y el grado demarginación a nivel de comunidad aumentahacia la parte alta de las mismas. Esta situa-ción de pobreza tiene connotaciones ambien-tales importantes, porque los problemas decontaminación e impacto ambiental suelen ser

mayores y más difíciles de eliminar en áreasde alta marginación socioeconómica.

CAMBIO DE USO DEL SUELO Y SUSCONSECUENCIAS AMBIENTALES

Desde un punto de vista cuantitativo, los prin-cipales factores del cambio de uso del sueloen la región han sido las actividades agrope-cuarias y, en menor grado, el crecimientourbano. Actualmente, las áreas agropecuariasen las dos cuencas se concentran por debajode la cota de los 100 m y se localizan, para elcaso del río Candelaria, exclusivamente enterritorio mexicano, y en proporciones simila-res en Belice y México para el caso del ríoHondo. Una de las principales diferenciasentre las dos cuencas es el tipo de actividadesproductivas que se desarrollan en ellas.Mientras que el principal uso del suelo en lacuenca del río Candelaria es la ganaderíaextensiva, la actividad principal de la cuencadel río Hondo es la agrícola (80% del PIB) y laprestación de servicios.

La ganadería en la cuenca de Candelariatiene un índice de agostadero cercano a doshectáreas y su producción en 2006 fue de129,000 cabezas de ganado (INEGI, 2007). En lacuenca del río Hondo, la agricultura comercialestá dominada por los cultivos de exportaciónde caña de azúcar y arroz por inundación, loscuales se concentran a lo largo de la ribera,tanto en el municipio de Othón Blanco, en ellado mexicano, como en los distritos deCorozal y Orange Walk, en el lado beliceño.La prestación de servicios está enfocada prin-cipalmente al turismo y se concentra en lazona costera de México y Belice. Este desarro-llo turístico ha fomentando la creación debancos de extracción de materiales pétreos,tanto para vías de comunicación como paraasentamientos humanos, aumentando la pre-sión sobre el uso del suelo de la cuenca.

Las actividades económicas de Guatemalaen ambas cuencas están más orientadas a laextracción forestal y el turismo y han tenidobajas tasas de conversión de la selva. Un fac-tor importante en el cambio de la cobertura

vegetal en toda la región son los incendiosforestales. Aunque casi la mitad de ellos estánrelacionados con actividades agropecuarias,en ciertos años, como en 1998, los incendiosllegan a ser de tal extensión que pueden supe-rar las tasas promedio anuales de deforesta-ción (Domínguez y Rodríguez, 2008).

Debido a las actividades humanas descritascon anterioridad, la vegetación natural ha sidoeliminada permanentemente en un 22% en laregión de estudio. De acuerdo con la recons-trucción histórica de uso del suelo, a iniciosde la década de los 70’s las áreas boscosascubrían el 95% de ambas cuencas; esta pro-porción se redujo 10% una década después, ya finales de la década de los 90’s alcanzó susituación actual (Figura 7).

Si se toman en cuenta únicamente los por-centajes de superficies agropecuarias de cadaperiodo, las tasas de deforestación de las últimas décadas son relativamente bajas (0.8%/año,2 en promedio), lo que indicaría unimpacto ambiental moderado (Benítez et al.,2005a; Couturier et al., 2010). Sin embargo, si

Figura 7. Cobertura y uso del suelo en la región de estudio.Figura 6. Grado de marginación en las cuencas de los ríos Candelaria y Hondo.

a esta deforestación se agregan las tasas derecambio de acahuales, que para el caso delCandelaria son de alrededor del 35% y para elrío Hondo del orden del 15%, se observa quelas áreas que han permanecido sin perturba-ción humana reciente sólo representan un45% para el río Candelaria y 65% para elHondo. Las áreas mejor conservadas se locali-zan en las cuencas altas de ambos ríos, princi-palmente en suelo guatemalteco (Figura 7).Los procesos de deforestación se han concen-trado en México y Belice, en las cuencasmedias y bajas, y con tasas cercanas al 2% enlos últimos 20 años.

El análisis de las tendencias de cambio deuso del suelo de los últimos años indica quesi no se toman medidas correctivas, los proce-sos de deforestación eliminarán en la próximadécada 15% más de la vegetación natural en

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la cuenca del río Candelaria, y 5% en la delrío Hondo. Si a esto sumamos las áreas deacahual altamente fragmentadas, se espera quepara el año 2020 sólo 30% de la cuenca delCandelaria y 55% de la cuenca del río Hondopresenten vegetación natural en buen estadode conservación.

La conversión y/o fragmentación de la vege-tación natural en las cuencas de los ríosCandelaria y Hondo tienen serias implicacio-nes ecológicas y económicas. Por un lado, lareducción de estos hábitats pone en riesgo laalta biodiversidad característica de la región y,por otro, la deforestación per se impide laexplotación de muchos productos no madera-bles entre los cuales se encuentran las fibras,resinas, látex, frutas y medicamentos tradicio-nales que podrían ser la base de un desarrolloeconómico sustentable.

Sumado a lo anterior, la eliminación de lavegetación afecta negativamente la gran canti-dad de bienes y servicios ambientales asocia-dos al bosque, tales como la regulación delciclo hidrológico y del clima, la conservacióndel suelo y de los nutrientes, la captación delcarbono y la reposición del oxígeno a la atmós-fera (Benítez et al., en prensa). De acuerdo conestos mismos autores, la eliminación de un10% de la vegetación remanente en la regióntendría un costo económico mayor a 140 millo-nes de dólares por la pérdida de los serviciosambientales que proporcionan estas selvas.

Uno de los servicios ambientales más afecta-dos por la deforestación en la cuenca del ríoCandelaria es la regulación de la cantidad ycalidad del agua que drena hacia los ecosiste-mas costeros (Benítez et al., 2005b). Esto suce-de porque la alta permeabilidad del terrenoconfiere a la vegetación un papel preponde-rante en la regulación de la descarga de losríos, ya que la cobertura vegetal aumenta laevapotranspiración, lo cual disminuye el cau-dal hidrológico y la erosión.

Los estudios de modelación hidrológica rea-lizados en la cuenca del río Candelaria sugie-

ren que la eliminación de la cobertura vegetalincrementa la cantidad de agua que drena dela cuenca (Sanvicente et al., 2005). Además,se ha encontrado una relación directamenteproporcional entre la cobertura vegetal y lacalidad del agua de las corrientes superficia-les (Amábilis y Benítez, 2005). Estos autoreshan demostrado que mientras mayor sea lafranja de vegetación natural alrededor de lascorrientes superficiales, mayor es la calidaddel agua de los mismos. Por tal motivo, en lamedida de que la deforestación de las áreasribereñas avance, la respuesta integral de lacuenca será incrementar la exportación denutrientes y agua. Estos cambios puedentener un impacto directo en la productividadprimaria de la laguna de Términos (Ehuan etal., 2005) y pueden causar un efecto negativosinérgico sobre las pesquerías de este cuerpolagunar costero (Sosa, 2005; Ramos-Miranda,2005a,b).

Para el caso del río Hondo, se desconoce sila cantidad de agua y de nutrientes exporta-dos por la cuenca se han incrementado debi-do al cambio de uso del suelo, pero se esperaque éste no sea el caso al presentar menorestasas de deforestación y recambio que lacuenca del río Candelaria. Sin embargo, eluso de fertilizantes y agroquímicos de la agri-cultura comercial está disminuyendo la cali-dad del agua en la zona costera. Estudiostoxicológicos recientes en agua y sedimentode la bahía de Chetumal han detectado la pre-sencia de 21 plaguicidas organoclorados(CONAGUA, 2009). De igual forma, esta agricul-tura comercial ha provocado la degradación yla erosión de la tierra debido a prácticas agrí-colas inadecuadas, con el consecuente incre-mento de los sólidos en suspensión. Nomenos importantes son los problemas causa-dos por el crecimiento de los asentamientoshumanos, cuyos desechos han incrementadolos valores de coliformes fecales, tanto en lospoblados cercanos a los ríos, como en la zonacostera (CONAGUA, 2009).

PROCESOS DE GESTIÓN Y ACUERDOSTRANSFRONTERIZOS

El manejo sostenible de las cuencas transfron-terizas de los ríos Candelaria y Hondo requie-re idealmente de una política de gestión inte-gral entre México, Belice y Guatemala.Actualmente esta gestión está supeditada a lasrelaciones bilaterales que cada país establececon sus vecinos, y a las iniciativas municipa-les, estatales y federales que cada uno tienedentro de su territorio. A continuación serevisan brevemente estas iniciativas.

Las relaciones de México con Guatemala tie-nen una larga tradición y datan desde media-dos del siglo XIX. Sin embargo, gran parte dela agenda se ha centrado principalmente entemas de seguridad nacional, política sobrerefugiados, procesos de paz y acuerdos sobrelímites. Aunque en las últimas décadas haexistido la voluntad de colaboración en temasde medio ambiente, el manejo integrado de lascuencas de Candelaria y Hondo no ha encon-trado de manera específica un espacio en lascancillerías de ambos países.

La Comisión Internacional de Límites yAguas (CILA) de la Secretaría de RelacionesExteriores lleva a cabo las acciones de coope-ración tanto con Guatemala como con Belice.Si bien dentro de sus funciones se considerala atención de asuntos de medio ambiente, supapel primordial desde su formación a finalesde los años 70’s ha sido la vigilancia del cum-plimiento de los tratados internacionales rela-cionados con los límites y aguas internacio-nales. Esta política es más evidente en lafrontera de Guatemala con el estado deChiapas, y en menor proporción en las zonasfronterizas de los estados de Campeche yQuintana Roo.

De igual manera, en el marco del planPuebla-Panamá, la Estrategia Mesoamericanade Sustentabilidad Ambiental (EMSA), estable-ce el acuerdo de ambos países para la realiza-ción de acciones concretas en los temas de

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control de incendios forestales, control fronte-rizo de tráfico de especies y sustancias peligro-sas, áreas protegidas, control de residuos ycambio climático. Además, la EMSA intenta darcontinuidad a importantes programas regiona-les como el Corredor Biológico Mesoamericanoy el Sistema Arrecifal Mesoamericano, asícomo incorporar la experiencia de la Comi-sión Centroamericana de Ambiente yDesarrollo. En el marco de cooperación de laEMSA, se han planteado iniciativas binaciona-les entre México y Guatemala, como la decrear un Fondo Verde para financiar las accio-nes de conservación. Sin embargo, a dos añosde haberse ratificado este compromiso, se des-conocen los alcances concretos logrados ensus temas prioritarios.

Las relaciones bilaterales entre México yBelice datan desde principios de los años 80’s.Al igual que con Guatemala, esta relación seha centrado en las últimas décadas en el des-arrollo económico de la región, principalmen-te a través del Plan Puebla-Panamá, haciendohincapié en el combate al narcotráfico y lavigilancia de los acuerdos internacionales delímites y aguas. Es precisamente a través delCILA, que en 2003 se analizó la posibilidad derealizar el estudio “Diagnóstico para elManejo Sustentable del Agua en la CuencaInternacional del río Hondo, México-Belice, alaño 2025”, cuyos resultados se entregaron afinales del 2007 (CONAGUA 2009). Con base eneste estudio, en marzo de 2009 se creó laComisión de la Cuenca del río Hondo, comoórgano auxiliar del consejo de cuenca de lapenínsula de Yucatán y, un año después, seimplementó el Programa de Gestión de laCuenca (CONAGUA, en prensa).

Aunque el Programa de Gestión de laCuenca del río Hondo se limita a la parte dela cuenca que corresponde a México, y másespecíficamente al municipio de OthonBlanco, hace una contribución importanteporque establece metas específicas a cortoplazo. Entre las principales acciones se seña-

lan el saneamiento de la ciudad de Chetumaly el mejoramiento de su sistema de alcantari-llado, así como el manejo de residuos sólidos,todos ellos orientados a disminuir la contami-nación del agua generada en la cuenca mediay baja. Se calcula que dichas acciones desaneamiento requerirán cerca del 90% delpresupuesto total, estimado en 1,167.4 millo-nes de pesos (CONAGUA, en prensa).

Existen otros acuerdos binacionales entreMéxico y Belice; uno es relativo a la forma-ción de la Alianza para el Manejo de losRecursos Naturales Compartidos y, el otro, esreferente al Acuerdo de Cooperación para laConservación de los Recursos Naturales ypara la Protección y Mejoramiento delAmbiente Fronterizo. Sin embargo los alcan-ces o productos de estos acuerdos no seencuentran disponibles.

Las relaciones entre Belice y Guatemala sonaún más recientes; inician en la década de los90’s con un énfasis en la definición de límitesterritoriales. Actualmente no existe una agendabinacional específica sobre manejo de cuencas.

A partir de lo descrito en párrafos anterio-res, puede observarse que en general las rela-ciones entre México, Guatemala y Belicemuestran un insuficiente trabajo para lograrcooperación en el manejo de las cuencas deCandelaria y Hondo. Aunque existen acuerdosde cooperación en materia ambiental, no hayseguimiento de los mismos. Aunado a lo ante-rior, importantes iniciativas internacionalesen las cuales los tres países son signatarios,no han logrado aterrizar en acciones concretaslocales. Tal es el caso de el Convenio sobre laDiversidad Biológica; la Convención Marco delas Naciones Unidas sobre el CambioClimático; la Convención sobre el ComercioInternacional de Especies Amenazadas deFauna y Flora Silvestres; la Convención parala Protección del Patrimonio Mundial Culturaly Natural; la convención relativa a losHumedales de Importancia Internacionalespecialmente Hábitat de Aves Acuáticas

(Convención Ramsar); la Convención de lasNaciones Unidas de Lucha contra laDesertificación en los países afectados porsequía grave o desertificación; el Conveniosobre el Control de los MovimientosTransfronterizos, de los Desechos Peligrosos ysu Eliminación (Convenio de Basilea); elConvenio para la Protección y el Desarrollodel Medio Marino de la Región del GranCaribe (Convención de Cartagena); y laConvención de Derechos del Mar, entre otros.

ACCIONES LOCALES Y PERSPECTIVAS DE VINCULACIÓN

De manera alterna a los acuerdos transfronte-rizos e internacionales, existen iniciativas alinterior de cada país que eventualmente facili-tarían el manejo integrado de las cuencas deCandelaria y Hondo. Una de ellas es elPrograma de Conservación y Turismo deNaturaleza realizado por el municipio deCandelaria. Este programa intenta, por unlado, diversificar la economía local hacia acti-vidades sustentables y por otro, atraer progra-mas federales de reforestación, pago de servi-cios ambientales y ordenamientos ejidalespara la conservación de importantes áreas devegetación natural dentro de la cuenca. Comoparte de esta iniciativa, hasta el momento seha establecido un Área Natural Protegida decarácter municipal y cuatro más se encuen-tran en proceso de diagnosis. Asimismo, sehan capacitado 22 guías de naturaleza yactualmente se trabaja en la infraestructura depequeños proyectos comunitarios.

Por el lado del río Hondo, el Programa deGestión de la Cuenca de la CONAGUA mencio-nado con anterioridad, es un paso importantehacia la protección de toda la cuenca. Aunqueeste programa solo se enfoca en el lado mexi-cano, pudiera vincularse con el plan de mane-jo de los recursos hidráulicos que la ProTempore Water Commission de Belice acabade someter al Gobierno de Belice para su

adopción. De concretarse ambas iniciativas, sedisminuirían significativamente los problemasde contaminación dispersa que ocurren en lasporciones media y baja del río.

Es necesario un esfuerzo mayor entre lascancillerías de los tres países para compaginarlas iniciativas internacionales con las accioneslocales que actualmente se realizan. Dado quela presión de cambio de uso del suelo para elrío Candelaria es más importante en México,así como en Belice lo es para el río Hondo,estos dos países deberán jugar un papel priori-tario en el manejo de ambas cuencas.

El turismo convencional, enfocado de mane-ra responsable, y el turismo de naturaleza,podrían ser los promotores de desarrollosocioeconómico de la región que ayuden a laaplicación de tecnologías limpias y reduzcanel riesgo de contaminación del agua. En estesentido, las áreas cercanas a los ríos son lasmás importantes para manejo y conservación.De igual forma, es necesario implementar pro-gramas de monitoreo conjuntos y estandariza-dos de la calidad del agua. Otras accionesimportantes serían reforzar el sistema de áreasnaturales protegidas de la región mediante elcombate a la tala y el comercio de fauna ilega-les, llevar a cabo el monitoreo de incendiosforestales y establecer sistemas de alerta tem-prana contra inundaciones.

1 El PNUD considera que el IDH es bajo si su valor es

menor a 0.500, medio si está entre 0.500 y 0.800, y

alto si es mayor o igual a 0.800. El valor máximo del

IDH es 1.0 y a manera de comparación puede mencio-

narse que la delegación Benito Juárez en la Ciudad

de México tiene un IDH de 0.9510, mientras que

Milpa Alta tiene un IDH de 0.7984.2 La tasa promedio de deforestación para México en

el mismo periodo fue menor al 0.5%.

Agradezco a la Dirección Local Campeche de la

Comisión Nacional del Agua por el acceso a su base

de datos. A Daniel Samarrón por su apoyo en el

análisis geográfico de la información.