Síntesis 4 Trinidad

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MISTERIO DE DIOS TEMA 10 I.-El Dios cristiano presentado desde la experiencia de Jesús 1.- Dios entre nosotros: el Reino del Padre 2.- Mi Padre y vuestro Padre 3.- El Espíritu, Señor y dador de vida 4.-Creer en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo 4.1.- Tradición sinóptica 4.2.- Cartas paulinas 4.3.- Carta deuteropaulinas 4.4.- Tradición joánica 5.- Definición neotestamentaria de Dios II.- Desarrollo del kerigma trinitario en los primeros siglos de la Iglesia 1.- El extraño monoteísmo 2.- Fórmulas catequéticas 3.- Confesiones bautismales 4.- Invocaciones eucarísticas 5.- Ignacio de Antioquia 6.- Tertuliano 7.- De Nicea a Constantinopla II 7.1.- La crisis arriana 7.2.- Confesión delConcilio 7.3.- Inserciones antiarrianas 7.4.- Polémica del término “homoousion tou Patri” 7.5.- Grandeza y debilidad de Nicea 8.- Consolidación de la ortodoxia: los Capadocios 9.- El Concilio de Constantinopla I 10.- El Concilio de Constantinopla II 11.- Una fórmula “extraña” TEMA 11 I.- Las problematicidad del concepto “persona” 1

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MISTERIO DE DIOS

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MISTERIO DE DIOSTEMA 10

I.-El Dios cristiano presentado desde la experiencia de Jess

1.- Dios entre nosotros: el Reino del Padre

2.- Mi Padre y vuestro Padre

3.- El Espritu, Seor y dador de vida

4.-Creer en Dios Padre, Hijo y Espritu Santo

4.1.- Tradicin sinptica

4.2.- Cartas paulinas

4.3.- Carta deuteropaulinas

4.4.- Tradicin jonica

5.- Definicin neotestamentaria de Dios

II.- Desarrollo del kerigma trinitario en los primeros siglos de la Iglesia

1.- El extrao monotesmo

2.- Frmulas catequticas

3.- Confesiones bautismales

4.- Invocaciones eucarsticas

5.- Ignacio de Antioquia

6.- Tertuliano

7.- De Nicea a Constantinopla II

7.1.- La crisis arriana

7.2.- Confesin delConcilio

7.3.- Inserciones antiarrianas

7.4.- Polmica del trmino homoousion tou Patri

7.5.- Grandeza y debilidad de Nicea

8.- Consolidacin de la ortodoxia: los Capadocios

9.- El Concilio de Constantinopla I

10.- El Concilio de Constantinopla II

11.- Una frmula extraa

TEMA 11

I.- Las problematicidad del concepto persona

1.- Introduccin

2.- Persona divina

3.- Boecio y Ricardo de San Vctor

4.- Toms de Aquino: persona como relacin subsistente

II.- El proceso hermenutico sobre el misterio de la Trinidad en la teologa del siglo XX

1.- Superacin de los planteamientos destas y racionalistas

2.- Karl Rahner

3.- H U v Baltasar

4.- Conclusin

TEMA 10 :

EL DIOS CRISTIANO PRESENTADO DESDE LA EXPERIENCIA DE JESS (NUEVO TESTAMENTO)

EL DESARROLLO DEL KERIGMA EN LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA IGLESIA (SMBOLOS, PATRSTICA Y CONCILIOS). DE NICEA A CONSTANTINOPLA II.

I.- El Dios cristiano presentado desde la experiencia de Jess (Nuevo Testamento

1.- Dios entre nosotros: el Reino del Padre

Con Jess llega el Reino

Jess deca, en nombre de Dios, que con l comenzaba el Reino de Dios", es decir una nueva forma de vida humana basada en el reconocimiento de Dios como Padre de todos. (Lc 4,16).

Deca que Dios es Padre acogedor de todos, tanto los justos segn el sistema legal, como los pecadores y desgraciados.

El gozo de Dios, deca Jess, es "recuperar lo que se le haba perdido", (Mt 18,10-13) y (Lc 15, 20)

2.- Mi Padre y vuestro Padre

La invocacin de Abba

El, que enseaba que Dios es nuestro Padre, se dirige a Dios como su Padre "Abba" (Mc 14, 36) Jess se presenta como Hijo enviado por Dios, su Padre, algo que escandalizaba. (Jn 10, 36) y llega a decir que "nadie conoce al Padre sino el Hijo (Lc 10, 22). Acta como presencia del mismo Dios entre los hombres: su gozo es el mismo gozo de Dios por recuperar lo que se le haba perdido; por eso se presenta acogiendo a los excluidos de la sociedad Judia. (Mc 3,1-6) (Lc 7, 44).

El Hijo

Las autoridades religiosas deseaban eliminarlo. Los discpulos estaban convencidos de que Jess no era un profeta ms, era el "Hijo de Dios", "En l habitaba la plenitud de la divinidad corporalmente" (Col 2,9). Es as como Jess, anunciaba el nuevo Reino de Dios, ya presente y efectivo con su ser y su actuar.

El crucificado resucitado

La muerte de Jess provoc una crisis en la fe de los discpulos que es superada cuando experimentan a Jess presente de una forma nueva, como vencedor de la muerte; (Jn 21, 4ss). Ahora no dudan que Jess es el Hijo enviado de Dios, resucitado por la accin de su Padre.Ahora reconocen lo que Jess fue para ellos

Los Discpulos tras la resurreccin se percataron de que convivir con Jess haba sido una experiencia insospechada: en l, Dios mismo se haba hecho presente y actuante en forma humana. Descubren cmo amaba Dios a los hombres. Por eso sin dudarlo: declararon a Jess Cristo, Dios y Seor, viviente, sentado para siempre, con el poder de Dios, a la derecha del Padre.

3.- El Espritu, Seor y dador de vida

Una promesa que se cumple

Jess les haba prometido que, cuando l faltara, no les dejara hurfanos, les enviara, de parte del Padre, su Espritu, que les ira enseando lo que aun no entienden.

Esta promesa se cumple en Pentecosts (Hch 2, 3) estando todava invadidos por el miedo y la inseguridad, experimentaron, una fuerza de Dios para salir a predicar lo que Jess haba sido y significado, y para constituirse en grupo que quera vivir segn lo anunciado y vivido por Jess.

La fuerza de la Iglesia

La fuerza del Espritu prometido se dejaba sentir cada vez ms con efectos extraordinarios: muchos se sentan impulsados a creer en Jess y a vivir segn su enseanza: vivan una vida desconocida hasta entonces. Los cristianos aumentaban a pesar de las persecuciones.

Jess el portador del Espritu, presencia nueva, ntima y eficaz de Dios en nosotros

Los discpulos finalmente tomaron conciencia de que Jess no haba sido un profeta espordico, que se present para comunicar la voluntad de Dios, para dar una nueva "ley" o para interpretar la ley antigua. Jess haba venido para inaugurar una nueva era en las relaciones de los hombres con Dios, "la era del Espritu". Ante todo, Jess haba sido el portador del Espritu, mucha ms ntima y eficaz que la antigua presencia a travs de la Ley y los profetas.

El "verdadero don" de Dios

S. Juan lo resume: "La Ley fue dada por Moiss, pero la gracia y la verdad nos han llegado con Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto nunca: su Hijo nico, que es Dios y est en el seno del Padre, es quien nos lo ha revelado" (Jn 1,17-18). La Ley era un conjunto de prescripciones que venan de parte de Dios, pero no era el verdadero don de Dios que es el Espritu Santo por la cual ya no se nos manda, como desde fuera, qu hemos de hacer, sino que la vida y la fuerza de Dios se interioriza en nosotros, constituye nuestra vida y fuerza, y as nos transforma.

Dios se nos comunica

De esta forma Jess nos revela quien es Dios para nosotros: a Dios nadie lo podr ver jams en este mundo, pero sabemos que Dios es Aquel que se nos quiere comunicar, ofrecindonos "el don verdadero" de la verdadera comunin de vida con l. La comunicacin de Dios es Dios mismo, su Espritu. .

El Espritu, fuerza del mismo Dios en el hombre

Pablo comprendi que la vida cristiana es un crecimiento de la vida del Espritu en nosotros. El, que haba experimentado que era imposible para el hombre cumplir la Ley antigua, declara que el Evangelio, en la "fuerza de Dios capaz de salvar a todo el que confa en l" (Rm 1,16). Y esto es as porque el Evangelio es "la ley del Espritu que da vida en Jesucristo y es capaz de liberar del pecado y de la muerte". Vivir el Evangelio es:

"vivir, no siguiendo cualquier deseo terrenal, sino siguiendo el Espritu, ya que el Espritu de Dios habita en nosotros; mientras que si alguno no posee el Espritu de Cristo, ste no sera cristiano... Si habita en vosotros el Espritu de aquel que resucit a Jess de entre los muertos, tambin, gracias a su Espritu el que resucit a Jess de entre los muertos, dar vida a vuestros cuerpos mortales" (Rm 8,2ss).Esta es la nueva fuerza del Espritu que el cristiano recibe en el bautismo: lo hace capaz de superar los deseos terrenales y le da una nueva vida que no estar sometida a la muerte.. al ser coherederos del Hijo. (Gl 4,4ss)."La libertad de los hijos

Aadir Pablo, el Espritu nos hace libres, movidos no por el miedo a la Ley o al castigo, sino movidos por la propia decisin interior del Espritu que acta en nosotros: (Gl 13ss).4.- Creer en Dios Padre, Hijo y Espritu Santo

La explicitacin trinitaria del acontecimiento de la revelacin salvadora aparece en todas las tradiciones importantes del NT

4. 1.- Tradicin sinptica

El relato del Bautismo, colocado por Mc (1, 9-11 y par) al comienzo de la vida pblica presenta una estructura trinitaria: la voz del cielo revela a Jess como Hijo querido mientas que el Espritu desciende.

Lucas refiere que Jess ensalz con la alegra del Espritu al Padre... a quien s lo conoce el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. (Lc 10, 21ss)

El testimonio ms importante de la tradicin sinptica es el mandato del bautismo (Mt 28, 29).

Este texto es considerado por la mayora de los exegetas no como un dicho de Jess, en sentido histrico, sino como resumen de la prctica de la Iglesia primitiva, prctica guiada por el Espritu.

Este texto expresa la totalidad del hecho salvador que se nos ofrece en el bautismo. La confesin trinitaria no es una mera reflexin y especulacin terica sino que indica el cmo de la salvacin hoy.

4. 2.- Cartas paulinas

Tambin aqu aparece que la accin de Dios en la historia salvadora tiene una estructura trinitaria.

As en Rom 1, 3ss (... acerca de su Hijo, nacido del linaje de David segn la carne,

constituido Hijo de Dios con poder, segn el Espritu de santidad, por su resurreccin de entre los muertos, Jesucristo Seor nuestro)

y Gal 4, 4-6 (Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envi Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiramos la filiacin adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espritu de su Hijo que clama: Abb, Padre!)Adems la accin de Dios en la Iglesia tiene tambin una estructura trinitaria.

As en 1 Cor 12, 4-6 (Hay diversidad de carismas, pero el Espritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Seor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos)

y 2 Cor 13, 13 (La gracia del Seor Jesucristo, el amor de Dios y la comunin del Espritu Santo sean con todos vosotros).

4. 3.- Cartas deuteropaulinas

El prlogo de la carta a los efesios desarrolla la estructura trinitaria de la salvacin:

El Padre predestin a todos (1, 3-11),

el Hijo acta en la plenitud de los tiempos (1, 5-13)

y el Espritu es sello y prenda de la salvacin futura (1, 13ss)

Esta estructura trinitaria se transfiere adems a la Iglesia ( Ef 4, 4-6)

4. 4.- Tradicin joanea

Los doce primeros captulos del Evangelio de Juan desarrollan en el fondo un solo tema: las relaciones del Hijo con el Padre.

En el discurso de despedida (cap 14-17) habla del Espritu: Jess promete el envo de otro abogado (14, 16) que procede del Padre ((15, 26), que es enviado por Jess (16, 7) y tendr como tarea actualizar la obra de Jess ( (14, 26; 15, 26; 26, 13s).

Juan 14, 26 da el resumen trinitario de ambas afirmaciones (lasa referidas a Jess y al Padre y las referidas al Espritu-Jess y el Padre): Pero el Parclito, el Espritu Santo, que el Padre enviar en mi nombre, os lo ensear todo y os recordar todo lo que yo os he dicho.Mediante el Espritu (Jn 14, 16) la unidad entre el Padre y el Hijo pasar a ser la unidad de los creyentes entre s: Jn 17, 21-26

5.- Definicin neotestamentaria de Dios

Juan (1Jn 4, 8.16) reconociendo la historia salvadora de Dios llega a decir: Dios es amor (( (((( ((((( ((((( ).

Frente al eros griego, es decir amor como deseo por lograr y disfrutar lo que nos falta, el NT califica a Dios como gape, es decir amor como donacin gratis.

Juan ha llegado a esta afirmacin despus de observar la historia salvadora que Dios mismo ha hecho por nosotros.

Pero en esta historia se ha manifestado la comunin eterna de amor, de vida y de glorificacin comn entre el Padre, el Hijo y el Espritu santo, historia que busca integrar a los discpulos, y mediante estos a la humanidad, en la comunin de amor y vida que Dios es.

Se necesit tiempo para percibir que esta representacin (de Dios) no designaba solamente el modo de accin de Dios para con nosotros, sino que insertaba en su realidad eterna el principio de la alteridad. La cosa era tan nueva y tan inaudita respecto a la imagen de un Dios sin distancia de s mismo que los cristianos no tomaron conciencias de ello ms que con el desafo arriano: Arrio rechazaba la remodelacin de la representacin antigua (Duquoc)

II. Desarrollo del kerigma trinitario en los primeros siglos de la Iglesia (Smbolos, Patrstica, Concilio. De Nicea a Constantinopla).

1.- El extrao monotesmo cristiano

Es evidente que la confesin en la triple realidad de Dios no implica una confesin tritesta: gente que provena del monotesmo judaico jams hubiera pensado en renunciar a la afirmacin del nico Dios Seor del cielo y de la tierra. Pero era inevitable que pronto hubiera personas que preguntaran cmo se compaginaba la afirmacin del Dios nico con su triple manifestacin (Padre-Hijo-Espritu).

El pagano Celso, escriba hacia el 170 que los cristianos seran respetables "si no adoraran ms que al Dios nico; pero adoran tambin desmesuradamente a este hombre (Jess) que vivi hace poco, y pretenden que no es contrario a Dios adorar as a un servidor suyo".

La cuestin estaba planteada: cmo es posible profesar la fe en un Dios nico y confesar a la vez tres realidades divinas, Padre, Hijo y Espritu Santo? Es as como comienza a formularse una teologa trinitaria

2.- Frmulas catequticas

La comunidad cristiana, por razones de instruccin catequtica, sinti la necesidad de expresar el kerigma en frmulas sintticas. Estas frmulas muestran tanto el kerigma apostlico como la conciencia de que la fe ha de mantenerse en su autenticidad y no admitir mezclas con doctrinas extraas. Existe ya una conciencia viva de que la fe supone una cierta normatividad, o una regla.

El cristianismo primitivo plasm en expresiones la fe en la Trinidad. As aparece en la Carta de Clemente a los Corintios

Acaso no tenemos un nico Dios, un nico Cristo y un nico Espritu de gracia que ha sido derramado sobre nosotros...

Tambin aparece esta confesin en S. Ignacio de Antioqua.

Esforzaos en permanecer firmes en las enseanzas del Seor y los apstoles para que todo lo que hagis sea prspero en la carne y en el espritu, en la fe y en el amor, en el Hijo, en el Padre y en el Espritu....

Pues segn el designio de Dios, por Mara fue concebido Jess, el Cristo, nuestro Dios, del linaje de David y del Espritu Santo...

Por ello y por encima de todas las cosas te alabo (Dios todopoderoso), te bendigo, te glorifico, por medio de Jesucristo, Sumo sacerdote eterno y celeste, tu amado siervo, por el cual la gloria (sea dada) a Ti junto a l y al Espritu Santo, ahora y en los siglos venideros. Amen

Saludo... en el nombre de Jesucristo, en su carne y en su sangre...Me despido en la fuerza del Espritu...Me despido en la gracia de Dios

Son frmulas sencillas de confesin que no traslucen la relacin de las personas divinas entre s.

3.- Confesiones bautismales

En el Bautismo se da una mayor explicitacin de la confesin trinitaria.

Las frmulas trinitarias estn en conexin con la celebracin del Bautismo: Como frmulas bautismales en paralelismo y conexin con Mt 28,19: as en Did. 7,1 Despus de haber dicho todas estas cosas lo que supone una preparacin antes del bautismo- bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo; La confesin de fe bautismal se da en tres preguntas y respuestas -referidas al Padre, al Hijo y al Espritu Santo- Un ej. la Traditio Apostlica de Hiplito (+ 235). (DS 10):

4.- Invocaciones eucarsticas

Tambin la celebracin de la Eucarista incluye muy pronto en la invocacin litrgica de Dios (Padre) la mencin explcita y diferenciada del Hijo y del Espritu Santo. Como vemos en Justino

(+ 165): Luego al que preside a los hermanos se le ofrece pan y un vaso de agua y vino, y tomndolos l tributa alabanzas y gloria al Padre del universo por el nombre de su Hijo y por el Espritu Santo.... no son incluidos explcitamente el Hijo y el Espritu en la doxa pero aparecen como mediadores ante el trono de Dios. En la oracin eucarstica de la Traditio Apostlica aparece ya la igualdad de gloria del Padre, Hijo y Espritu:

Dios, te damos gracias por tu muy amado Hijo Jesucristo, a quien t nos lo has enviado en los ltimos tiempos como salvador, redentor y heraldo de tu voluntad... Te rogamos enves tu Espritu sobre el sacrificio de la santa Iglesia, congregues en la unidad a todos los comulgantes y los llenes del Espritu Santo, para fortalecer su fe en la verdad. Y as te alabamos y glorificamos por tu Hijo Jesucristo, que tiene tu gloria y tu honor con el Espritu Santo en la santa Iglesia, ahora y por los siglos de los siglos. Amn (Hiplito Apos. trad. 4).

La invocacin al Padre, al Hijo y al Espritu Santo, que resuena en la doxologa final, marca las frmulas doxolgicas de los cuatro primeros siglos.

Vemos que en la liturgia primitiva se consolida inicialmente la confesin trinitaria. Padre, Hijo y Espritu Santo son mencionados sucesivamente en la practica litrgica y sacramental, en la doxologa y en la oracin, y de ese modo se les pone tambin en relacin. 5.- Ignacio de Antioqua

Ignacio de Antioqua, ofrece el Credo cristolgico, precedente de los smbolos posteriores, que ofrecen ya una estructura trinitaria como desarrollo de ese ncleo cristolgico. Tambin ofrece otra profesin de fe con un matiz antidoceta. Por eso insiste en la realidad de la historia humana de Jess.

La verdad es que nuestro Dios Jess, el Ungido, fue llevado por Mara en su seno conforme a la dispensacin de Dios; del linaje, cierto, de David; por obra, empero, del Espritu Santo (Efesios 18, 2.)

Los Padres Apostlicos: Son precisos en la designacin de los trminos trinitarios de nuestra fe: Dios Padre, Jess, el Cristo e Hijo de Dios (como decan ya Mc y Jn), el Espritu Santo por obra de quien nace Jess. Pero no se esfuerzan por explicar la fe a nivel racional, pues ninguna hereja la niega. Con naturalidad, se recorre el camino de lo cristolgico a lo trinitaria.

Encontramos en los PP Apostlicos no podemos hablar de una teologa trinitaria elaborada. Algo ms desarrollada se encuentra la teologa de la relacin Padre-Hijo. Se afirma la preexistencia de Cristo e incluso es llamado "Dios" - El Espritu se relaciona con la inspiracin proftica, con la concepcin de Jess, alusin al bautismo. La misma repeticin de las frmulas triadicas (y en primer lugar la de Mt 28,19) obligar a una mayor profundizacin sobre los contenidos que con ellas se expresan.

6.- TertulianoDistingue la eternidad de Dios, Padre, Hijo y Espritu, de su manifestacin histrica, en la misin de Jess y en la misin del Espritu Santo:

Creemos ciertamente en un nico Dios, pero bajo esa dispensacin que llamamos economa; de modo que la Palabra de Dios, que de Dios procede, sea tambin el Hijo del nico Dios. Por l han sido hechas todas las cosas, y sin l, nada ha sido hecho.

Enviado por el Padre a la Virgen y nacido de ella, hombre y Dios, Hijo del hombre e Hijo de Dios, y llamado Jesucristo, padeci, muri y fue sepultado, segn las Escrituras y resucitado por el Padre y reasumido en el Cielo, se sienta a la diestra del Padre, para venir juzgar a vivos y muertos.

El cual, finalmente, envi desde el Padre, segn su promesa, al Espritu Santo, Paraclito y santificador de la fe de quienes creen en el Padre y en el Hijo y en el Espritu Santo (Ad Prax 1 2, 1)

Los dos polos del discurso trinitaria son, por tanto, la unidad de la substancia divina y su manifestacin histrica o divina economa.

Tertuliano llega a la frmula: Una substancia, tres personas. En efecto, Padre, Hijo y Espritu Santo, son nombres de personas, no de la substancia divina. Estos nombres indican distincin , no divisin. Las personas se distinguen segn su propiedad (Adv Prax XXVI) .

Su genialidad est cuando afirma la unidad estricta de la substancia divina, poseda totalmente por el Padre, derivada totalmente al Hijo(Ad Prax. IX, 2) y expresada totalmente por el Espritu, que tambin es ex Deo y, por tanto, es Dios (Adv Prax. XXVI) .

7.- De Nicea a Constantinopla II7.1.- La crisis arriana

Arrio quiso dar respuesta al tema de las relaciones en Dios basndose en principios neoplatnicos. Un buen resumen de su doctrina lo encontramos en la carta que Arrio dirige al obispo Alejandro de Alejandra:

Conocemos un solo Dios, solo increado (ingenerado), solo eterno, solo sin principio, solo verdadero, solo inmortal, solo enteramente bueno, solo poderoso Este Dios, engendr un Hijo unignito antes de todos los siglos, por medio del cual cre los siglos y todas las cosas; nacido no en apariencia, sino en verdad; obediente a su voluntad, inmutable e inalterable; criatura perfecta de Dios, pero no una ms de las criaturas; hechura perfecta, pero no como las dems hechuras Es, como dijimos, creado por voluntad del Padre antes de los tiempos y de los siglos, recibe del Padre la vida y el ser , y el Padre lo glorifica al hacerlo partcipe de su ser El Hijo sali del Padre fuera del tiempo, creado y constituido antes de los siglos; no exista antes de nacer, sino que, nacido fuera del tiempo antes de todas las cosas, recibe el ser solo del Padre. Pero no es eterno, ni coeterno, ni increado juntamente con el Padre

La filosofa del platonismo que Arrio asumi enseaba que slo existe una causa primera del ser, que no tiene principio. Arrio aplic a Dios Padre esa concepcin, y afirm que l solo es el Dios uno, la causa primera de todo, sin comienzo, ingenerado e increado, eterno, inmutable e invariable. Segn este esquema, la duplicacin de estos atributos divinos originara un bidesmo. As, Arrio evit ese bidesmo (totalmente contrario a la fe del A.T y del N.T.) afirmando que el Hijo es una criatura, la ms excelente de todas. Consecuencia: Hubo un tiempo en el que el Hijo de Dios no exista.

Arrio concret su posicin diciendo que el Hijo ocupa una destacada e irrepetible situacin entre todas las criaturas. Dice que fue creado antes de todos los tiempos y que todo lo dems fue creado por medio de l, y que tiene la preferencia sobre toda la creacin (Prov 8, 22-31). Lleva los nombres Dios, Logos, Sofia y Dynamis, pero no en virtud de su naturaleza, sino en virtud de una gracia. Si bien esta concepcin sita al Hijo por encima de todas las criaturas, sin embargo no salva el abismo radical y absoluto entre Dios Padre, por un lado, y el Hijo con todas las dems criaturas en el otro. Segn el modelo de Arrio, el Hijo es Dios pero no Dios verdadero porque no participa de la naturaleza del Padre y por eso es inferior en rango, autoridad y gloria. El Hijo es ajeno y desigual en todo a la naturaleza y peculiaridad del Padre.

7.2.- Confesin del Concilio

Tiene como palabra clave la expresin homoousios (consubstancial), introducida por Osio de Crdoba.

La finalidad del Concilio de Nicea fue responder a la misin de confesar la fe ortodoxa de manera que descartase la fe arriana. Por otra parte, el Concilio pretenda emplear trminos extrados de la Escritura y admitidos por todos para confesar que el Hijo no procede de la nada sino de Dios y que l es propiamente Hijo engendrado del Padre.

Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, creador de todas las cosas visibles y de las invisibles. Y en un solo Seor Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido unignito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consubstancial al Padre (lo que en griego se llama homousion), por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hay en la tierra, el cual por nuestra salvacin descendi, se encarn y se hizo hombre, padeci y resucit al tercer da, subi a los cielos, y ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Y en el Espritu Santo.

(DS 125)

7.3.-Inserciones antiarrianas

La primera aparece en la expresin es decir, de la esencia (substancia) del Padre. Aqu se trata de replicar a las afirmaciones arrianas segn las cuales el Logos ha sido creado de la nada y no se da ninguna comunin ontolgica entre el Hijo y el Padre. Se afirma en Nicea que el Hijo comparte la esencia del Padre.

Ambigedad terminolgica: Aunque en Nicea no se dice nada del significado preciso que se atribuye a ousa, en los anatemas finales tiende a ser considerado como sinnimo de hypstasis, agravando as la ambigedad en la interpretacin del smbolo niceno. (DS 126).

La segunda es Dios verdadero de Dios verdadero. La teologa arriana haba subrayado la absoluta unicidad divina del Padre apelando a Jn 17, 3. (Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y al que t has enviado, Jesucristo). Frente a esta interpretacin el Concilio afirma que el Hijo es verdadero Dios.

La tercera precisin: engendrado, no creado: los arrianos hacan sinnimas las expresiones engendrado y creado.

La cuarta es consubstancial al Padre (homoousion to Patri): Con este trmino se expresa la ms clara oposicin a las tesis arrianas, afirmando que el Hijo comparte y participa del mismo ser del Padre. Este trmino (homoousion) es el punto neurlgico, la piedra angular antiarriana del Concilio de Nicea. Sin embargo esta expresin fue muy polmica.

7.4.-Polmica del trmino homoousion to Patri

Son varios los motivos que produjeron la polmica:

a) No aparece en la Escritura. Sin embargo el Concilio se decide a incorporarlo porque no tena un medio mejor para disipar todo equvoco sobre la divinidad del Hijo y para rechazar la hereja arriana que lo reduca a una criatura sacada de la nada.

Sin embargo, en Jn y en Heb hay expresiones que estn muy cerca del consubstancial, de manera que, para confesar su fe, la conciencia de la Iglesia, asistida por el Espritu Santo, sintetiza con este concepto las frmulas bblicas: el unignito del Padre (Jn 1, 18) o el esplendor de la gloria y la impronta de su substancia (Heb). As, a la luz de la Tradicin, la Iglesia entiende la Escritura.

b) Segn los arrianos, toda generacin en Dios dara lugar a una divisin de la substancia divina. El Concilio de Nicea, sin embargo, afirma que Jesucristo es el Hijo de Dios verdadero e increado, de la misma substancia que el Padre, sin que ello suponga una divisin de la misma. La divisin s se habra producido si se tratara de un ser corpreo, y no del ser por excelencia, que es Dios.

c) El trmino poda ser entendido en sentido moralista: en el sentido de que podra entenderse que es el mismo Padre el que se manifiesta.

La historia del postconcilio mostrar que el trmino homoousios era correcto si se quera lanzar un dardo en el flanco del arrianismo, ya que ste degener rpidamente en varias doctrinas.

7.5.- Grandeza y debilidad de Nicea

Al introducir en la confesin de fe un lenguaje helenizado se abran las puertas a un tipo de pensamiento que podra imponer a la larga su propia dinmica y dificultar la comprensin y acceso al Dios de Jesucristo.

Esto no impide reconocer que Nicea constituye una expresin autntica de la fe en el Dios del Evangelio.

8.- Consolidacin de la ortodoxia trinitaria en Oriente: los Capadocios

Despus de Nicea el problema trinitario se presenta as: Qu es lo que en la unidad de la subtancia divina establece la distincin de personas?.

Con los Padres capadocios (Gregorio de Nacianzo, Basilio, Gregorio de Nyssa)

Se pregunt si a la divina esencia se le aaden las condiciones individuantes se obtienen las hipstasis.

Asunto delicado: - Podra parecer que las diferencias que se aaden a la esencia, sea como el accidente que se aade a la subtancia.

En la Trinidad, la diferencia ha de ser real y divina, es decir, ha de identificarse con Dios mismo (no hay posibilidad de que sea accidental).

No es fcil sealar el elemento diferenciador: ha de ser algo que pertenezca al mismo ser de Dios (que es amor) y que promoviendo la distincin no rompa la unidad. Ese "algo" es como una accin fecunda en el interior de Dios mismo: Las procesiones (generacin del Hijo, emanacin del Amor espiritual). Y el principio de distincin que supone el Uno y el Otro, pero que no rompe la unidad del nico Dios: es la relacin.

Las distinciones en el interior de Dios, no son distintos modos de manifestacin econmica, la Trinidad econmica es la Trinidad inmanente (Dios es, en s mismo, tal como se manifiesta en la economa de la salvacin).

9.- El Concilio de Constantinopla I (381)

El proceso de definicin magisterial provocado por los pneumatmacos fue iniciado con el Snodo de Alejandra (362), convocado por san Atanasio. El snodo exiga la exclusin de quienes sostenan que el Espritu Santo era una criatura separada de la substancia de Cristo.

Para la autntica interpretacin del Concilio de Nicea, san Dmaso exige que crearnos que la Trinidad comparte una misma y eterna substancia y no separemos en nada al Espritu Santo, sino que lo adoremos totalmente con el Padre y el Hijo en todo, en su fuerza, dignidad, honor y divinidad (DS 147). La consolidacin magisterial definitiva la trajo finalmente el snodo reunido el 381 en Constantinopla;

No introduce nuevos conceptos, sino que sus conceptos son de carcter bblico y remiten a las doxologas tradicionales.

1.- "Seor y dador de vida

- Proviene de S. Pablo (2Cor 3 y Jn 6, 63).

- Seor : excluye al Esp. del mbito de las criaturas.

- Dador de vida: Funcin eminentemente divina ante la cracin (el Esp. no tiene necesidad de la donacin de Dios para mantener la vida).

2.- "Procede del Padre":

- Afirmacin de S. Juan ( 15, 26)

- No ha sido creado.

- Es una persona distinta del Hijo engendrado.

3.- "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoracin y Gloria"

- Le corresponde la misma dignidad y no una categora o grado de ser inferior.

- Es as una respuesta a las crticas de los pneumatmacos: el Espritu Santo pertenece totalmente a la doxologa trinitaria.

4.- "que habl por los profetas"

- No es una formulacin nueva (DS 41ss).

- Hay detrs el testimonio de 2P 1, 20. (...movidos por el Esp Santo, hablaron aquellos hombres.)

- Su accin reveladora sirve para indicar su participacin ontolgica en el ser y en la vida de Dios.

Aunque falte el concepto de igual naturaleza: su dignidad divina se reconoce en su accin redentora y reveladora en unin con el Padre y con el Hijo.

Reconoce que en el Esp. Santo se manifiesta la presencia efectiva de Dios tanto en el bautizado como en la Iglesia. ( si el Espritu no fuese de Dios, el bautizado no quedara plenamente incluido en la accin salvadora de Dios, ni la Iglesia sera lugar deDios).

Desde la perspectiva Niceno-Constantinopolitana: la fe trinitaria comporta la confesin de la plena comunidad de Dios con el hombre: en la salvacin Dios no ofrece otra cosa que a s mismo.

La profesin de fe acerca del Espritu no era tan precisa como las frmulas de Nicea. Tambin en la posterior teologa patrstica la doctrina del Espritu qued muy abierta. En Oriente y Occidente se formaron pensamientos diversos sobre el Espritu. Mientras que los griegos hablaban preferentemente de que el Espritu procede del Padre por el Hijo, en Occidente se impuso desde san Agustn el hablar de la procedencia del Espritu del Padre y del Hijo (filioque). Nadie se escndaliz de estas formulaciones. A la ruptura se lleg por la acumulacin de muchos malentendidos y por el olvido de la distinta mentalidad de conjunto que haba debajo de estas formulaciones.

10.- Concilio de Constantinopla II (a. 553) (DS 421).

Concilio conflictivo y discutido entre el emperador Justiniano y el Papa Vigilio.

Ratificacin definitiva de la formula "Una naturaleza, tres personas". (DS421)

Acepta magisterialmente la distincin entre ousa o physis (Subtancia o natura) e hipstasis o prsopon (subsistencia o persona).

Se entiende por persona, en el sentido de la antigua Iglesia y de la escolstica, el sujeto ltimo de todo ser y de todo obrar (principium quod). La naturaleza es aquello por lo que la persona o hipstasis es y obra (principium quo)

El Concilio aade a la definicin esttica de Dios (una naturaleza, tres personas) un afirmacin ms dinmica y soteriolgica: "pues hay un solo Dios y Padre, de quien proviene todo, y un solo Seor Jesucristo, por quien todo fue hecho, y un solo Espritu, en el cual todo se contiene"

La intencionalidad del Concilio: Traducir en un nuevo lenguaje el ncleo central de la revelacin bblica del mismo Dios.

La discutida frmula teopasquista (unus de Trinitate passus est) encontr acogid en el c. 10 (D432). Y viene a decir que el sujeto de la pasin no es nicamente el personaje humano Jess sino el mismo Hijo de Dios, que se hizo realmente hombre y experiment realmente el sufrimiento y la cruz.

11.- Grandeza y peligro de estas formulaciones

Hubo que recorrer un largo y penoso camino comn desde la Biblia hasta la frmula del Concilio Constantinopla II. Aquellas apasionadas controversias no versaban sobre sutilezas intiles. Se trataba de guardar la mxima fidelidad y de lograr la mxima exactitud conceptual en la interpretacin del patrimonio bblico. Lo nuevo y lo inaudito fue que ste el patrimonio lleg a revolucionar todos conceptos tales tradicionales del pensamiento. No bast en modo alguno con aplicar los conceptos de la filosofa griega. Tales intentos acabaron siempre en la hereja. Se trataba ms bien de evitar, a la vista de los datos bblicos, y de la tradicin, un pensamiento unilateral, inspirado en la filosofa griega, alumbrando un pensamiento personalista acorde con la Biblia, y de crear as una nueva forma de pensar. En el aspecto teolgico, se pudo perfilar la figura especficamente cristiana del monotesmo, a diferencia del judasmo y el paganismo. En este sentido la largas y arduas controversias con el agnosticismo y con los errores de derecha e izquierda tuvieron una importancia capital para la iglesia y su identidad. Nada tiene de extrao que esta frmula seran reiterado constantemente a partir de entonces. Es verdad que fue necesario para el alto precio para alcanzar esa claridad conceptual. El peligro, cada vez ms evidente, fue que las frmulas conceptuales abstractas se independizaran y perdieran su referencia interpretativa a la historia de Dios por medio de Cristo en el Espritu Santo. La fe viva e histrica de la Biblia y la tradicin amenazaba con anquilosarse as en frmulas abstractas objetivamente correctas pero que, aisladas de la historia sagrada, resultaba ininteligibles e inviables para la fe existencial... La Trinidad inmanente se independiz frente a la Trinidad econmica y fue perdiendo importancia en el plano de la economa de la salvacin. (Kasper)

TEMA 11

LA PROBLEMATICIDAD DEL CONCEPTO PERSONA: DESARROLLO Y CONTENIDO TRINITARIO DESDE BOECIO A SANTO TOMS DE AQUINO. EL PROCESO HERMENUTICO SOBRE EL MISTERIO DE LA TRINIDAD EN LA TEOLOGA DEL SIGLO XX

I/ La problematicidad del concepto persona: desarrollo y contenido trinitario desde Boecio a Santo Toms de Aquino

1.- Introduccin:

El concepto especfico de persona tienen su origen en la teologa cristiana: en su esfuerzo por nombrar y captar conceptualmente dos misterios centrales de la fe: en primer lugar, la realidad de Jesucristo, en su mutua referencia de humanidad y divinidad y, en segundo lugar, la realidad del Dios de la revelacin cristiana, que se muestra en su "tensin" entre ser uno y ser tres. De aqu result la siguiente exigencia: para hablar adecuadamente del Dios de Jesucristo, haba que diferenciar tres veces este Dios uno.

En un largo proceso de reflexin, lo diferente en Dios se denominar finalmente "persona.2.- La problematicidad del concepto persona

Con el trmino persona (hipstasis): se indica en la Iglesia antigua y en la escolstica el sujeto ltimo de todo ser y de todo obrar (principium quod).

Con el trmino naturaleza, sustancia o esencia: se indica aquello por lo que la persona o hipstasis es y obra (principium quo).

En la edad moderna la persona no se considera ya en el plano ontolgico sino como centro consciente y libre de actos y como personalidad individual. Desde Locke se caracteriz a la persona por la conciencia: un ser racional dotado de entendimiento y de reflexin que puede percibirse a s mismo como el mismo ser en diversos tiempos y lugares. La definicin ontolgica se ha cambiado en una conciencia psicolgica.

El problema del concepto persona en la actualidad es que se entiende en el sentido de Locke (autoconciencia) y eso no es aplicable a la Trinidad pues la esencia divina excluye evidentemente tres autoconciencias.

As en la modernidad queriendo afirmar a Dios se habla de este como un Dios unipersonal, una idea no cristiana, derivada de la Ilustracin y que se expresa en el tesmo.

La Iglesia, reconociendo que la expresin persona no se encuentra en la Biblia, utiliza esta expresin como interpretacin precisa y adecuada de la verdad bblica acerca de Dios.

3.- Acceso al concepto de persona

Dos experiencias fundamentales del hombre se resumen en el concepto de persona.

1.- El hombre se experimenta, por una parte, como yo insustituible y diferente, como este existente, como esencia irrepetible responsable por si misma y trasferida a si misma.

2.- Y adems el hombre se experimenta en un mundo material y humano, no es una esencia encerrada en s, sino ya determinada por la realidad y abierta atodala realidad, es esencia espiritual pues est abiertoa todo.

Relacionando ambas experiencias se llega al concepto clsico de persona: la persona es el individuo de orden espiritual (naturae rationalis individua [incommunicabilis] substantia [=subsistentia]) (Kasper)

4. Boecio y Ricardo de San VctorBoecio: ha realizado una de las definiciones de persona ms influyentes en la historia del pensamiento. Persona es: La sustancia individual de naturaleza racional. "persona est naturae rationalis individua substantia"Sustancia individual: Hay muchas realidades individuadas (sustancias) pero solamente las que sustentan la naturaleza racional, capaz de conocimiento de amor y libertad, pueden llamarse personas.

Boecio al trmino sustancia pone al lado el trmino individuo con un sentido especfico: la individualidad es aquello que nos diferencia, que nos hace intransferibles: personales. Lo que es personal no es intercambiable del uno al otro. Eulalia es irreductible a Mercedes. Cada una de ellas es solamente idntica a s misma. Cmo pueden relacionarse?.

La naturaleza racional: La posibilidad de comunicacin tiene su raz en la naturaleza intelectual. Efectivamente que esa naturaleza racional existe, en concreto, de modo personalizado e irreductible. Pero al mismo tiempo esta naturaleza racional es capaz de asimilarse a todas las cosas. Y es en esta potencia en la que radica el hecho de la comunicacin.

Para Boecio la substancia es el sustrato del ser. Pero sta ha de ser individualizada, es decir no intercambiable por otra. Y aqu es donde entra en juego la naturaleza racional que especifica ms esta individualidad: es precisamente en ella en la que los hombres experimentamos la incomunicabilidad. En definitiva: Slo los seres racionales son personas, tienen la individualidad que los hace irrepetibles.

Ricardo de San Vctor: Modifica la definicin boeciana. Para l la definicin de persona es: La existencia incomunicable de naturaleza racional. "naturae rationalis incomunicabilis existentia". Ha eliminado la sustancia y ha acentuado el elemento relacional. Ya que para nuestro autor aplicar la definicin de Boecio a Dios hablando de sustancia se correra el riesgo de pensar que las tres personas en Dios son tres sustancias o esencias cayendo en un triteismo.

Adems la persona significa el quis, el que existe (quin existe), mientras que la sustancia el quid, lo que existe. Por eso propone la sustitucin de substancia por existencia que indica una doble realidad:

La esencia, sistere. Lo que hay en uno.

Y procedencia (procedencia en el Amor, no biolgica). El ex del ser de cada uno, a la vez que la relacin.

Slo por esto se distinguen las personas divinas. En Dios hay unidad segn el modo de ser, "iuxta modum essendi", pero pluralidad segn el modo de "existir", "iuxta modum existendi". La diferencia viene del origen. Precisamente del diverso modo de "existir", en relacin con la procedencia.

El Padre no procede de ninguno, "ex-siste" a partir de s mismo, las otras dos personas proceden de l. El Hijo procede del Padre, y tiene a otro que procede de l. El Espritu Santo procede de otro y no hay nadie que proceda de 1. La propiedad personal es aquello por lo que cada uno es lo que es, y por ello hay en Dios tantas personas como "existencias incomunicables".

Con otras palabras: Para nuestro autor el acento propio de la persona no debe ponerse en la individualidad sino en la existencia: la Persona, en Dios, es la existencia incomunicable propia de la naturaleza divina.

Es decir: Persona sera aquel modo de existir, personal intransferible, idntico a s mismo, distinto de los otros modos de existir, pues todo ello significa el adjetivo incomunicable: lo que es propio y privativo de una persona, lo que permite decir que el Padre no es el Hijo.

5.- Toms de Aquino: la persona como relacin subsistente

Persona para Toms ser: Subsistencia individual de naturaleza racional.

De esta manera Toms mejora tanto al definicin de Boecio como la de Ricardo. En efecto, frente a la individua substantia de Boecio, Toms entroniza el distinctum subsistens como termonologa ms precisa. Respecto de Ricardo, esa misma subsistentia tomista, o modo de subsistir distinto en la unidad de la naturaleza intelectual se erige, tambin con mayor precisin, frente a la existentia incommunicabilis ricardiana.

En santo Toms su definicin de la persona divina como relacin es especialmente feliz.

Pero el paso decisivo para la teologa trinitaria de Toms se da cuando se pregunta si el nombre de persona significa la relacin intratrinitaria.

Toms se va a centrar en lo que es peculiar de las personas divinas. Partiendo de la definicin de Boecio se pregunta qu es el individuo: es aquello que es indistinto en s, distinto de los otros: en Dios la distincin se hace por las relaciones; a ellas habr que acudir para encontrar la nocin de persona divina:

La distincin en Dios se hace slo segn las relaciones de origen... Pero la relacin en Dios no es como un accidente inherente a un sujeto, sino que es la misma esencia divina: de donde se sigue que es subsistente, como subsiste la esencia divina. Por tanto, como la deidad es Dios, as la paternidad divina es Dios Padre, que es una persona divina. As pues, la persona divina significa la relacin en tanto que subsistente (STh I, 29,4)

As pues la persona divina es un ser puramente relacional, pero un ser relacional subsistente. La relacin subsistente define la persona divina, pero no la humana o la anglica porque la relacin no determina la individualidad en estas naturalezas, como vemos que ocurre en Dios. Cuando un hombre es padre se distingue entre lo que es en s mismo y lo que es para su hijo, es decir, un padre. La relacin es en l accidental. Mientras que en Dios esa relacin es la que constituye a la persona como tal.

En Dios la sustancia individual es la relacin. Por ello, en lo divino el concepto de persona significa la autodonacin, la apertura. Las personas divinas se distinguen en tanto que se relacionan. La distincin no es por tanto separacin sino relacin. Las personas divinas, Padre, Hijo y Espritu Santo son en cuanto se relacionan. En el Padre, el Hijo y el Espritu Santo no hay un sustrato "previo" a este ser donacin. Las personas divinas no son "antes" de entrar en relacin, sino que son en cuanto se relacionan. Padre, Hijo y Espritu son distintos en la comunin de la nica divinidad.

6.- Sntesis

Persona es un modo de ser intransferible, dotado de una doble polaridad: la mismidad transparente (capacidad racional) y la relacin con los otros (capacidad de comunin). En Dios los dos polos se identifican, de suerte que la mismidad y la relacin son uno y lo mismo: la mismidad del Padre es la relacin de Paternidad.

Desde Dios vemos que esto no es en detrimento de la lgica sino que constituye la plenitud de la esencia espiritual de Dios: la riqueza personal del Padre, del Hijo y del Espritu, distintos en la comunin de la nica divinidad. (Rovira)II/ El proceso hermenutico sobre el misterio de la Trinidad en la Teologa del siglo XX

1.- Fundamentos de la renovacin

La renovacin contempornea de la teologa trinitaria encuentra su fundamento en la superacin de los planteamientos destas y racionalistas, as como de su influencia en el pensamiento teolgico sobre Dios.

Ya desde inicios del siglo XIX la teologa catlica subraya muy conscientemente que el cristianismo no puede ser considerado expresin de la mera religiosidad humana entendida racionalista o sentimentalmente, sino que es un acontecimiento histrico novedoso, originado por la iniciativa gratuita de Dios, por la que el Hijo eterno se hace hombre por nuestra salvacin, para lo cual enviar al Espritu Santo sobre los suyos. La relacin del hombre con el Dios cristiano no puede ser entendida slo, por tanto, como el conocimiento racional del Creador, de la inmortalidad del alma, de las leyes morales y de la justicia del juicio divino final, que distribuye premios y castigos. En este horizonte, la doctrina trinitaria no poda ser ms que un aadido dogmtico marginal, sin significado real para la vida del creyente.

La percepcin de la urgencia de recuperar la perspectiva histrico-salvfica para salvaguardar la naturaleza verdadera del cristianismo y de la fe, pone de nuevo en el centro de la atencin al Dios trino, que, por amor misericordioso, viene personalmente al encuentro del hombre, comunicndose a s mismo y abrindole la posibilidad de una relacin viva y personal como hijos adoptivos, que viven en un mismo Espritu Santo.

Estas perspectivas sern hechas propias por el Vaticano II, que fundamenta sobre ellas su enseanza. La teologa trinitaria, por su parte, se renovar asumiendo igualmente como principio metodolgico el camino de la Economa a la Teologa.

La adopcin sistemtica de este horizonte de pensamiento fue vivido teolgicamente en primer lugar como superacin de un tratado De Deo uno aislado y de corte ms filosfico que teolgico, y como la urgencia de volver a situar en el centro de la reflexin al Dios trinitario, determinando as radicalmente toda la comprensin de la relacin de Dios con el hombre. Consecuencia inevitable fue la revisin de las formas habituales de presentar la teologa sobre Dios en la manualstica ms al uso; si pudo darse tambin algn exceso en la crtica a determinadas presentaciones de los tratados De Deo uno y De Deo trino, la renovacin del planteamiento de fondo era absolutamente necesaria para el pensamiento cristiano y, de hecho, result imparable.

Un paso fundamental en este camino fue la distincin entre la teologa de nuestros manuales y la de Sto. Toms de Aquino, punto de referencia y maestro reconocido para todo telogo catlico. Volver la atencin a Sto. Toms con estas preocupaciones, situando su obra de nuevo en la historia de la tradicin y no vindola racionalsticamente como una especie de ciencia absoluta, haba conducido ya durante la primera mitad del siglo XX a una magnfica renovacin de los estudios tomasianos. Se pudo constatar que Toms haba hecho obra de telogo, que tal haba sido su intencin en todo momento; y, por esta va, se hizo claro tambin que su tratado sobre Dios haba sido escrito y deba ser ledo en horizonte teolgico y no meramente filosfico, que estaba enraizado en la Sagrada Escritura y sostenido por las aportaciones de la tradicin patrstica, as como de los grandes Concilios anteriores.

Ello permiti poder afirmar de nuevo, con mejor comprensin de su trasfondo histrico y teolgico, la tradicin agustino-tomasiana que haba determinado profundamente el camino de la teologa trinitaria.

Esta peculiar profundizacin creyente del ser trinitario del Dios uno y de la unidad del Dios trino, que culmina en la presentacin tomasiana de las personas divinas como relacin subsistente uniendo definitivamente la esencia divina nica con las Tres Personas reveladas, constituye una reflexin teolgica imprescindible.

Situar la enseanza tomista en el horizonte histrico-salvfico no signific, pues, desconocer su intencin y su valor doctrinal propio; ni pretendi minusvalorar el rigor conceptual de esta magnfica tradicin trinitaria, o el mtodo teolgico, analgico, con el que se desarrolla. Esta aportacin sigue siendo imprescindible como va para poder percibir la razonabilidad profunda del misterio trinitario; lo que es una exigencia intrnseca y absoluta del hombre, que, por su misma naturaleza, no puede aceptar aquello que contradiga de pleno a la razn. Este esfuerzo, iniciado por los Padres y que Toms simboliza, resulta particularmente urgente para la subsistencia de la fe en el Dios trinitario en nuestra poca. Pues la tradicin de pensamiento moderno, caracterizada como racionalismo, cuyos planteamientos fundamentales siguen vivos e incidentes en nuestro mundo, plantea precisamente tal objecin de fondo: la irracionalidad y el absurdo del dogma trinitario catlico, que sera inaceptable para un hombre racional adulto. Acusacin de irracionalidad que no ha desaparecido, sino que sigue presente al menos como pregunta y desafo en las relaciones cada vez ms frecuentes tambin con otras culturas y religiones, entre las que destaca ciertamente el Islam.

Por otra parte, la fecundidad de una recepcin plena y no polmica, en el adecuado horizonte histrico, de las aportaciones de la teologa trinitaria clsica ha sido puesta de manifiesto recientemente en el importantsimo acuerdo logrado a propsito de la antigua y dolorosa cuestin del Filioque.

La adopcin de las perspectivas histrico-salvficas condujo inevitablemente a poner en el centro de la teologa trinitaria de nuevo el testimonio escriturstico, sobre todo el neotestamentario, que, por otra parte, se haba convertido desde finales del s. XVIII en mbito primario del debate sobre la naturaleza de la revelacin de Dios y de la salvacin del hombre.

La Escritura testimonia la experiencia israelita de un Dios verdaderamente transcendente y que, al mismo tiempo, toma la iniciativa de acercarse a salvar al hombre que gime en la esclavitud, movido por una benevolencia que, como manifestar cada vez ms el anuncio proftico, es amor gratuito y misericordioso; esta historia de salvacin encuentra su culmen y plenitud en el envo de Jesucristo. El Nuevo Testamento no ofrece, por supuesto, los desarrollos de la posterior teologa trinitaria; anuncia, en cambio, el acontecimiento de la comunicacin de Dios al hombre en la misin por el Padre del Hijo y del Espritu, culminando incluso en netas formulaciones trinitarias. La fe apostlica y la de las primeras generaciones cristianas rechazaron siempre reducir el significado del envo del Hijo hecho hombre a mitos, limitarse a una comprensin moralo metafrica de la filiacin de Jesucristo y, por consiguiente, de la filiacin adoptiva ofrecida al hombre. En ello la fe cristiana vio y defendi desde el principio la manifestacin sorprendente e inimaginable de la gloria de Dios, que revela realmente su amor al hombre en el Don personal e infinitamente libre de s mismo, as como la afirmacin definitiva de la grandeza de la salvacin ofrecida al hombre, de la gloria del destino ofrecido de modo gratuito al que quiera acoger con libertad al Hijo de Dios y a su Santo Espritu. Renovar la percepcin crtica y sistemtica de estas afirmaciones primordiales de la fe se hace necesario tambin en nuestra poca, en la que siguen estando presentes interpretaciones reductivas, de matriz sobre todo racionalista, de los acontecimientos de la historia de la salvacin y, concretamente, de la divinidad del Hijo y del Espritu, y de la salvacin y el destino humano.

La investigacin neotestamentaria, centrada en el acontecimiento mismo que fundamenta la fe trinitaria, se vio continuada por un importante desarrollo del estudio de las primeras tradiciones cristianas, que enriquecieron de modo importante nuestra comprensin de los primeros grandes conflictos teolgicos y de las respuestas dadas por los Padres: desde la reflexin sobre el judeocristianismo, al estudio del gnosticismo y de la respuesta de Ireneo, la teologa de Tertuliano, el desarrollo del problema arriano, sin olvidar nuevas lecturas de Agustn, etc. Esta investigacin histrica ilumina y ayuda a comprender mejor el testimonio escriturstico, y su lectura por la tradicin, en la que se conforman las bases de toda la doctrina trinitaria posterior.

2.- Punto culminante

Esta renovacin de perspectivas de la reflexin sistemtica sobre el Dios cristiano tiene un punto culminante en el magisterio mismo del concilio Vaticano II. Dei Verbum, en particular, ensear que quiso Dios, con su bondad y sabidura, revelarse a S mismo y manifestar el misterio de su voluntad: por Cristo, la Palabra hecha carne, y en el Espritu Santo, los hombre tienen acceso al Padre y son hechos partcipes de la naturaleza divina. Con su enseanza sobre la naturaleza de la revelacin y de la Iglesia, y sobre el destino del hombre, el Concilio confirma y relanza el camino iniciado por la teologa catlica.

3.- K Rahner

Como un primer gran testigo de los desarrollos trinitarios postconciliares puede citarse, sin duda, a Karl Rahner, que, presentando al hombre con mtodo transcendental como oyente de la palabra, subrayar de modo muy influyente la urgencia de asumir radicalmente estas perspectivas histrico-salvficas en el pensamiento teolgico. Rahner presenta la revelacin como la autocomunicacin de Dios, por la que el hombre se encuentra llamado a participar de la verdad y de la vida divina misma, que es la vida trinitaria. As pues, en la economa se ha revelado el ser eterno de Dios, que se manifiesta y se dona al hombre como principio de salvacin.

De la afirmacin plenamente consciente de lo acontecido en la historia de la salvacin, se deriva el principio de su teologa trinitaria: La Trinidad econmica es la Trinidad inmanente y viceversa. Se subraya as todo el significado de la Revelacin en Cristo y, al mismo tiempo, el de la Trinidad inmanente. Lo que acontece en Cristo es la manifestacin y el don al hombre de lo que Dios es en su ser ms propio, la presencia y la apertura del ser eterno e inmanente de Dios.

La comprensin del axioma citado, sobre todo en su segunda parte, fue objeto de un amplio debate en la teologa catlica, al poder prestarse fcilmente a malentendidos. Es cierto, en todo caso, que, tambin para Rahner, la Economa es fruto de la libre iniciativa divina, del amor gratuito del Dios eterno; su propuesta teolgica, por tanto, no ha de ser leda en un horizonte de tipo hegeliano.

Por otra parte, Dios se revela verdaderamente en la Economa; sera un error grave afirmar la Trinidad econmica y, al mismo tiempo, hablar del Dios eterno a partir de la imagen desta del Dios inmutable y no como Misterio personal de amor; en ello se correra el riesgo de un modalismo disimulado. Este peligro sigue vivo en nuestro tiempo, particularmente en los desafos que presenta la teologa pluralista de las religiones. En este sentido, sigue siendo muy necesario subrayar que no se puede hablar adecuadamente de la Trinidad inmanente sin partir de la econmica, que en la revelacin se ha manifestado verdaderamente la Trinidad en su misterio propio, abriendo gratuitamente acceso a su Ser eterno.

La teologa postconciliar va a esforzarse en alcanzar una comprensin del Dios trinitario desde este horizonte de la Economa, releyendo a su luz los principios filosficos de la inmutabilidad e impasibilidad divinas, y apoyndose en la doctrina trinitaria clsica, cuyos orgenes estaban ya en esta misma voluntad de comprensin de la revelacin.

4.- H U V Balthasar

Puede destacarse aqu, en particular, la propuesta amplia y articulada de H. U. v. Balthasar, sobre todo en la segunda y tercera parte de su monumental Triloga. Construye sobre la base de la tradicional teologa de las procesiones y relaciones, y de la comprensin de las misiones temporales del Hijo y del Espritu en continuidad de las procesiones eternas.

La realizacin inimaginable y gratuita de la economa de la salvacin habra de ser entendida, por tanto, como la manifestacin en el tiempo de la verdad y la profundidad infinita de las Relaciones eternas, llegando el autor hasta formular la coincidencia de persona y misin en Jesucristo. En este horizonte puede comprenderse la existencia de una Creacin verdadera, en su alteridad para con Dios, expresada principalmente en la existencia de un hombre dotado de libertad real, aunque finita; pues el Padre y el Hijo son ya eternamente Uno y Otro en la unidad de un mismo Espritu. Todas las facetas de la respuesta libre del hombre a Dios, incluida la distancia que puede generar la negacin y el pecado, son incomparables con las dimensiones del Amor eterno, con la riqueza de vida de las Personas divinas. En este horizonte, todo el camino de la Encarnacin, culminando en la experiencia del abandono de la cruz, es igualmente manifestacin en el tiempo de Aquel que proviene eternamente del Padre y le responde con una entrega igualmente eterna e ilimitada de S, en la unidad de un mismo Espritu.

Puede decirse, sin duda, que la propuesta balthasariana, indebidamente simplificada aqu, constituye una de las contribuciones sistemticas ms enriquecedoras del actual panorama de la teologa trinitaria. En todo caso, es cierto que la teologa contempornea ha hecho ya la opcin de situar la reflexin sobre la Trinidad en el horizonte del designio salvfico; de modo que el acercamiento primero a la revelacin y a la tradicin con todo el rigor del mtodo histrico permita dar adecuadamente el paso "de la economa a la teologa". Ello ha llevado a un florecimiento nuevo de la teologa sobre el Dios cristiano, tanto en la presentacin sistemtica del Misterio trinitario, como en la mayor atencin dedicada a su manifestacin econmica, por ejemplo, a la pneumatologa.

6.-Algunas perspectivas

La comprensin de la razonabilidad de la fe cristiana en la Trinidad no se pone de manifiesto slo en la percepcin de su no-contradictoriedad, de que, en principio, la aceptacin de un Dios uno y trino sera admisible para la razn, y que adems es posible tambin afirmar la concordia entre los rasgos fundamentales de su manifestacin histrica en Jesucristo con las exigencias de una razn filosfica crtica. Esta razonabilidad se pone igualmente de manifiesto por la luz poderosa que arroja sobre el ser y las relaciones que constituyen al hombre y a su vida en el mundo.

As, por ejemplo, la asuncin sistemtica de la perspectiva trinitaria ha permitido comprender la posibilidad misma de la existencia de una Creacin en la que se afirme a la vez la libertad plena del Dios que obra junto con la consistencia y la autonoma real del ser y de la libertad creada, evitando los riesgos cercanos y contrarios del pantesmo y del nihilismo. Enraizado en la gratuidad del Amor trinitario pleno y eterno, el ser creado como tal puede ser visto como un verdadero don, abrindose el camino, por ejemplo, a una ontologa de la donacin, que permita valorar plenamente los gestos libres con los que el hombre construye su historia en relacin con el dato del ser.

El dilogo con la filosofa contempornea ha llevado a subrayar con acentos particulares la dimensin personal y comunional del misterio de la Trinidad, en continuidad con datos fundamentales de la revelacin y de la tradicin teolgica (Ricardo de San Victor). Ello permite acercarse ms radicalmente al significado de la persona humana, as como al de la presencia del otro para su constitucin; abriendo perspectivas interesantes a la antropologa en las mltiples dimensiones en que en ella se manifiesta la dinmica de la alteridad: por ejemplo, en la relacin hombre-mujer, individuo-sociedad, etc.

En todo caso, junto con la verdad profunda de un dogma capaz de iluminar de modo nuevo y sorprendente el ser y al hombre, se ha manifestado aqu igualmente la necesidad de un verdadero rigor en toda teologa de la Trinidad; pues en continuidad con la comprensin moderna de la persona y en relacin con el dilogo intentado con planteamientos filosficos personalistas, se ha desarrollado un importante debate sobre la urgencia de una verdadera purificacin del concepto de persona para su aplicacin a Dios, evitando su asimilacin sin ms desde las diferentes concepciones filosficas. De este modo, se ha puesto de manifiesto de nuevo lo imprescindible de un uso cuidadoso del principio de la analoga en la teologa trinitaria.

7.- Conclusin

En conclusin, puede decirse que el camino teolgico postconciliar ha mostrado que la comprensin del cristianismo como acontecimiento histrico salvfico conduce inevitablemente a situar en el centro de la reflexin el misterio de la Trinidad, partiendo de su manifestacin econmica, para poder comprender los datos fundamentales de todo el dogma catlico: la creacin del mundo y del hombre, el acontecimiento de la Encarnacin y salvacin en Cristo, as como tambin el sacramento fundamental que lo testimonia en la historia, la Iglesia, que el concilio Vaticano II fundamenta y presenta trinitariamente.

Este horizonte muestra luego su fecundidad fortaleciendo e iluminando a la razn en su trabajo de penetracin en la realidad, de comprensin del ser creado y de la naturaleza humana, abriendo perspectivas nuevas all donde muchas veces el pensamiento del hombre encontraba profundas tensiones y paradojas.

Este camino est siendo recorrido conscientemente por la teologa catlica postconciliar, que ha llegado ya a proponer verdaderas presentaciones sintticas de la dogmtica desde un punto de vista formalmente trinitario.

Por estas vas, la teologa trinitaria est llamada a ofrecer una gran ayuda a la vida de la fe. Pues no slo presenta al Dios verdadero, uno y trino, como un Misterio inalcanzable para las fuerzas de la razn y sin embargo, a pesar de las apariencias, no contradictorio con sus leyes; sino que, introduciendo al creyente a las perspectivas trinitarias, le permite alcanzar una percepcin adecuada de la economa salvfica, de la entrega del Hijo y el Don del Espritu, de forma que su fe se consolide con la conviccin que proviene de la comprensin y crezca en un afecto verdadero por el Dios que le ha venido al encuentro en un gesto inimaginable de amor.

La fe en el Dios trinitario iluminar as toda la realidad, haciendo posible al hombre contemplar el mundo y su propia historia en relacin verdadera, libre y personal con el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, con la Santsima Trinidad, el nico Dios.

(Carrasco Rouco)

Su (de Tertuliano) principal ttulo de gloria es haber opuesto la Trinidad de Personas a la unidad de sustancia. Vio la necesidad de reservar una palabra para expresar lo que hay en Dios de comn y nico, y otra palabra para lo que es distinto y numeroso. No es una simple cuestin de palabras sino de reflexin Tomado de J. Moingt, citado en El Dios de la salvacin Sesbo y otros. pgina 162.

Sustancia y persona aparecen juntas en algunas frmulas cortas y densas en significado teolgico. Una sola sustancia en tres personas que se mantienen juntas (Ad Prax 12, 7)

.El trabajo sobre las frmulas teolgicas es una aportacin capital de Tertuliano a la historia del dogma.

As, por ejemplo, tanto I. Kant como F. Schleiermacher podan decir que la doctrina trinitaria no tena utilidad alguna para la vida religiosa y moral.

Cf., por ej., Gilles Emery, La Trinit cratrice, Paris 1995

Cf., por ej., Ga 4,4-7

Cf., por ej., Mt 28,19; 1Co 12,4-6; 2Co 13,13

Cf.,por ej., Rm 8,32; Jn 1,12; 3,16; 1Jn 3,2; 4,9

DV, 2

Myterium salutis, II, 328. Esta obra, elaborada en colaboracin por un grupo importante de telogos, expresa tras el Concilio la voluntad de presentar una nueva Dogmtica de planteamiento histrico-salvfico.

Cf., los cuatro volmenes de la Teodramtica y los tres de la Teolgica

Luis F. Ladaria, El Dios vivo y verdadero, Salamanca 1998, 239

Cf., por ej, G. Greshake, El Dios uno y trino. Una teologa de la Trinidad. Barcelona. Herder. 2001