Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

7
9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas Jot Down Cultural Magazine http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 1/7 Arte y Letras, Sociedad Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas Publicado por Bárbara Ayuso Janet Malcolm. Fotografía cortesía de www.nybooks.com Todos los periodistas temen a Janet Malcolm. Aunque su figura es una presencia divisiva en la profesión, las cohortes de admiradores y detractores están hermanados por ese lazo invisible que es el temor. Hasta su crítico más feroz sentiría un monstruo alojándose en sus intestinos si descubre que, por ventura o azar, algún trabajo suyo acaba entre las manos de Malcolm. Irremediablemente, temblaría. Aunque haya pasado años documentándose. Aunque hasta la última declaración esté afianzada por tres fuentes que irían a juicio por reafirmar lo expuesto. Apestará a miedo, porque sabe —o debería saber— que la lectura escrutadora de Janet Malcolm detectará lo que todo periodista se afana en ocultar o en negarse: la trampa. Porque sí, siempre la hay. A veces se disfraza con otro nombre, en ocasiones es diáfana y obscena; o acaso inconsciente e ineludible, pero siempre está ahí. O eso es lo que nos dice Malcolm cuando sostiene que todas las historias —especialmente las bien contadas y las mejor documentadas— son, inevitablemente, una distorsión. Esta verdad de enunciado sencillo y raíz compleja ha edificado todo el temor y el amor hacia esta periodista, ensayista y crítica norteamericana; que escribía apaciblemente desde los sesenta en The New Yorker y New York Review of Books sin manosearle las narices a nadie. Hasta que en 1990 publicó lo que parecía un libro pero en realidad era un saco de cal viva sobre una de las más antiguas heridas abiertas del periodismo, que ahonda en uno de los pocos debates que en verdad vale la pena sobre el oficio. Se llamaba El periodista y el asesino (Gedisa, 2004) y aunque su provocador arranque es ya uno de los más consagrados de este siglo, citado y sobado por todos los que hayan tenido la fortuna de mantenerse alejados de cualquier facultad de periodismo española, bien merece un recordatorio: Nuevo ¿Cuál es el duelo definitivo visto en el cine? Javier Bilbao Guía para comprender mejor a Warhol Rafa Cervera Alegato a favor de la explayación David Araújo El peligroso (e insustancial) mensaje de una canción Sergio Parra La teoría del caos, el queso y San Fermín Joan Feliu Cine autoconsciente Diego Cuevas La belleza y el éxito electoral Elena Costas y Octavio Medina De héroes, niños y utopías Juanma Ruiz Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas Bárbara Ayuso Maier y Munro: mujeres invisibles Jenn Díaz Opinión Luna de mano y miel con Amarna José Antonio Montano Breviario del divorciado José María Albert de Paco Tonto el que lo escriba Cristian Campos Diez libros que habría lamentado perderme Enric González Las matemáticas que nos curan Clara Grima STORE Mapa Autores Librerías Agenda Publicidad Tarifas Contactar Aviso legal Jot Down Opinión Arte y letras CineTV Deportes Ciencia y tecnología Música Vicio Blogs Entrevistas Uso de cookies Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

description

Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

Transcript of Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

Page 1: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 1/7

Arte y Letras, Sociedad

Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobretodas las cosasPublicado por Bárbara Ayuso

Janet Malcolm. Fotografía cortesía de www.nybooks.com

Todos los periodistas temen a Janet Malcolm. Aunque su figura es una presencia divisiva en la profesión, lascohortes de admiradores y detractores están hermanados por ese lazo invisible que es el temor. Hasta su críticomás feroz sentiría un monstruo alojándose en sus intestinos si descubre que, por ventura o azar, algún trabajosuyo acaba entre las manos de Malcolm. Irremediablemente, temblaría. Aunque haya pasado añosdocumentándose. Aunque hasta la última declaración esté afianzada por tres fuentes que irían a juicio porreafirmar lo expuesto. Apestará a miedo, porque sabe —o debería saber— que la lectura escrutadora de JanetMalcolm detectará lo que todo periodista se afana en ocultar o en negarse: la trampa. Porque sí, siempre la hay.A veces se disfraza con otro nombre, en ocasiones es diáfana y obscena; o acaso inconsciente e ineludible, perosiempre está ahí. O eso es lo que nos dice Malcolm cuando sostiene que todas las historias —especialmente lasbien contadas y las mejor documentadas— son, inevitablemente, una distorsión.

Esta verdad de enunciado sencillo y raíz compleja ha edificado todo el temor y el amor hacia esta periodista,ensayista y crítica norteamericana; que escribía apaciblemente desde los sesenta en The New Yorker y New YorkReview of Books sin manosearle las narices a nadie. Hasta que en 1990 publicó lo que parecía un libro pero enrealidad era un saco de cal viva sobre una de las más antiguas heridas abiertas del periodismo, que ahonda enuno de los pocos debates que en verdad vale la pena sobre el oficio. Se llamaba El periodista y el asesino (Gedisa,2004) y aunque su provocador arranque es ya uno de los más consagrados de este siglo, citado y sobado portodos los que hayan tenido la fortuna de mantenerse alejados de cualquier facultad de periodismo española,bien merece un recordatorio:

Nuevo

¿Cuál es el duelo definitivo visto en el cine?Javier Bilbao

Guía para comprender mejor a WarholRafa Cervera

Alegato a favor de la explayaciónDavid Araújo

El peligroso (e insustancial) mensaje de una canciónSergio Parra

La teoría del caos, el queso y San FermínJoan Feliu

Cine autoconscienteDiego Cuevas

La belleza y el éxito electoralElena Costas y Octavio Medina

De héroes, niños y utopíasJuanma Ruiz

Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobretodas las cosasBárbara Ayuso

Maier y Munro: mujeres invisiblesJenn Díaz

Opinión

Luna de mano y miel con AmarnaJosé Antonio Montano

Breviario del divorciadoJosé María Albert de Paco

Tonto el que lo escribaCristian Campos

Diez libros que habría lamentado perdermeEnric González

Las matemáticas que nos curanClara Grima

 STORE Mapa Autores Librerías Agenda Publicidad Tarifas Contactar Aviso legal Jot Down

Opinión Arte y letras CineTV Deportes Ciencia y tecnología Música Vicio Blogs Entrevistas

Uso de cookiesEste sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúanavegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y laaceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR

Page 2: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 2/7

Todo periodista que no sea demasiado estúpido o demasiado engreído para no advertir lo que entraña suactividad sabe que lo que hace es moralmente indefendible. El periodista es una especie de hombre deconfianza, que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza deestas para luego traicionarlas sin remordimiento alguno. Lo mismo que la crédula viuda se despierta paracomprobar que se ha marchado el joven encantador con todos sus ahorros, el que accedió a serentrevistado aprende su dura lección cuando aparece el artículo o el libro. Los periodistas justifican sutraición de varias maneras según sus temperamentos. Los más pomposos hablan de libertad de expresióny dicen que «el público tiene derecho a saber», los menos talentosos hablan sobre arte y los más decentesmurmuran algo sobre ganarse la vida.

Aproximadamente a la altura de la segunda línea los que habían escogido odiarla entre sofocos eran ya legión.Es sabido que si a una forma de vida perteneciente al género periodista usted le dice algo parecido a esto, sumente infiere que está llamándole mentiroso y en el mejor de los casos pedirá las sales. En el peor, le soltaráalguna diatriba sobre la honradez profesional, el cacareado quinto poder o cualquier otra milonga estéril de laexistencia o inexistencia de la objetividad, con la advocación a Kapuscinski que tenga más a mano y bailandoen círculos concéntricos en torno a su ombligo. Parodias al margen, huelga decir que si el libro fracturó —literalmente— a la profesión, fue porque hubo quien pasó más allá del lapidario prólogo y encontró en élelaborados motivos para remedar y defenestrar a Malcolm. Ahora vamos con ello.

Malcolm, asesina

Antes, un rodeo necesario. ¿Qué tiene El periodista y el asesino para resultar tan incendiario? Las obras queairean los desmanes y vicios del periodismo no son infrecuentes (Confía en mí, estoy mintiendo de RyanHoliday, como ejemplo reciente) y abundan los libros de periodistas contritos que sacan a la luz su historial deembustes y adulteraciones (El fabulador de Stephen Glass, por citar alguno). La obra de Janet Malcolmlanguidece en cualquiera de estas dos categorías, porque está circunscrito a un tipo de periodismo concreto, elllamado «escritor de no ficción» de largo reportaje o de novela real, al calor de la tradición de A sangre fría deCapote; aunque por el camino aborde un asunto nuclear: la relación entre periodista y sujeto. Lo que haceMalcolm es interrogarse, hasta el desaliento, sobre los límites éticos del trabajo de investigación y reportaje.

Y lo hizo por dos razones: porque la periodista ha pasado toda su vida obsesionada por las transacciones (entreel fotógrafo y el fotografiado, el psicoanalista y el paciente o el abogado y el testigo) y porque el 1 de septiembrede 1987 recibió una carta impeliéndola a reflexionar. El remitente era el abogado del periodista Joe McGinniss,que había escrito un libro sobre Jeffrey MacDonald, que había matado brutalmente a su mujer y sus dos hijas.La obra, Fatal Vision, se convirtió en un bestseller con la misma velocidad con la que el homicida se apresuró aplantarle una demanda por libelo al autor. El asesino y el periodista habían establecido un acuerdo para que elprimero escribiera la historia del segundo, en virtud de lo cual McGinniss tuvo acceso a MacDonald durantetodo el juicio y también después. Integró incluso el equipo de defensa para empaparse de los detalles del caso.Fueron cientos de cartas, de entrevistas cara a cara, de horas de conversación en las que el asesino defendía suinocencia y el periodista accionaba su grabadora con comprensión y cariño haciéndole creer que estaba de sulado. MacDonald llegó a recibir un adelanto de la editorial antes de la publicación y se le asoció a las futurasventas. Pero el resultado no fue el que esperaba. De hecho fue exactamente el contrario. En Fatal Vision,McGinniss confeccionó un despiadado retrato de MacDonald, un «narcisista patológico» que había cometido elcrimen con frialdad y se había labrado una coartada con monstruosa hipocresía. El asesino se sintió estafado,alegando que durante todo ese tiempo el periodista se había ganado su confianza haciéndole creer que el librodefendería su inocencia para acabar haciendo radicalmente lo opuesto. Le llevó a los tribunales, y el autor,humillado, tuvo que pagarle un resarcimiento de más de trescientos mil dólares.

El periodista y el asesino no es un libro sobre otro libro, ni tampoco un juicio sumarísimo a sus dosprotagonistas. Janet Malcolm investiga el caso de McGinnis y MacDonald para diagnosticar algunos dilemasmorales claves de la relación del periodista con el sujeto: ¿Es lícito ocultarle información al entrevistado o lafuente? ¿Y mentirle para conseguir una revelación que ayude a llegar a la verdad? ¿Puede el periodista fingirsimpatía por su fuente para que esta le sea más dócil? ¿Debe desvelarle su agrado o desagrado? Malcolm actúacomo aquel espejo de Sylvia Plath —«I am not cruel, only truthful»— y sentencia: «A diferencia de otrasrelaciones que tienen un fin determinado y están claramente delineadas como tales (dentista-paciente,abogado-cliente, profesor-alumno), la relación de autor y persona a la que entrevista parece depender, paraperdurar, de una especie de oscuridad, de encubrimiento de sus fines. Si todo el mundo pone sus cartas sobre lamesa la partida se acabará. El periodista debe realizar su trabajo en un estado de anarquía moraldeliberadamente producido».

Page 3: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 3/7

Jeffrey MacDonald, en el centro, entrando a la Corte Federal para ser juzgado. Fotografía: Corbis

Entre otras muchos asuntos que no hay espacio para desmenuzar (como sus burlas de las presas fáciles deseducir por los periodistas, o la incurable vanidad de estos), Malcolm concluye que el narrador siempre va a serparcial e interferir en su relato («Echar raíces va en la sangre, elegimos bando como respiramos», dice) yaparentar una sustracción de uno mismo de la historia que está contando es eso, pura pose o pura trampa. Y esees el atolladero moral en torno al que gravita no solo este volumen sino toda la producción de Malcolm: que laverdad es inaprensible. En consecuencia, los sistemas con los que tratamos de desvelarla —fundamentalmenteel periodismo o el sistema legal— están distorsionados, guiados por esa humana necesidad de que la historia encuestión tenga héroes y villanos, un clímax y un desenlace. Cualquier narrador, para dotar de coherencia a suhistoria, escoge detalles y se ve forzado a desdeñar otros miles. «Vamos por la vida oyendo mal, viendo mal einterpretando mal para dar sentido a la historia que nos contamos a nosotros mismos», radiografía ella. No essolo que elijamos bando y que queramos que gane el nuestro, es que debemos aceptar que estamosinvolucrados.

Esto no le sirve a Malcolm para liberar al periodismo de esa búsqueda de la verdad porque la distorsión esinfranqueable. Al contrario. Ella se sitúa en la orilla opuesta a Roger Wolfe, que consideraba que el periodismoconsistía en lanzar mierda y lavarse las manos, más cerca del Capote que quería ver ahorcados a los dosasesinos de su libro para poder escribir el final. Parece lo mismo, pero no lo es. Malcolm aboga por elevar lavigilancia del propio trabajo haciendo partícipe al lector del proceso y del color de su camiseta, desterrando lasengañifas sobre una imparcialidad que es pura ficción. Y así lo hace en sus reportajes y libros subsiguientes,donde no enmascara sus simpatías para advertir que ella también tiene un papel en la historia. En Ifigenia enForest Hills. Anatomía de un homicidio (Debate, 2012) Malcolm aborda el juicio por asesinato dentro de un clancasi esotérico de judíos bujaríes en el distrito de Queens, en el que la doctora Mazoltuv Borukhova essospechosa de haber contratado a un asesino para acabar con su exmarido, Daniel Malakov. Un libro que, conresonancias casi mitológicas, compone un drama y un ajuste de cuentas a tres niveles. El primero es el judicial,porque Malcolm sigue como reportera el proceso judicial que busca establecer la verdad, para acabar aireandola profunda ilegitimidad de un sistema que ya había declarado culpable a Borukhova incluso antes decometerse el crimen. Desentrañando y mostrando el grotesco proceso legal al que fue sometida, Malcolm ponesobre la página la incómoda certeza: la verdad última no estaba en inocencia o culpabilidad de la acusada («nopodía ser la asesina aunque todo apuntaba a que lo era», se descubre ella) sino en cómo el sistema penalestadounidense está completamente transido de falacias. El segundo nivel, ajusta cuentas con el periodismohecho a la ligera que se limita a dar voz al desarrollo judicial («Un periodista que se traga y publica el relatocompleto que le hacen no es un periodista sino un publicista») y en el último nivel, quizá la contribución másnotable de todas, Janet Malcolm ajusta cuentas con ella misma. «Me mezclé con la historia que estabacubriendo, entré en ella como un personaje que podía afectar a su trama», suelta sin ambages, subrayando loque es patente en todo el libro: su animosidad por unos miembros del jurado mezquinos, un juez tirano ysoberbio; y su descarada inclinación hacia una Borukhova que solo era merecedora de hostilidad, no de justicia.

El resto de su producción, de inviable glosa —cerca de doce libros y infinitos ensayos y reportajes— se mantieneinsuperablemente en esa línea de la que es voz consagrada: ser maestra de la provisión y de la duda, atacando anuestras certezas y dejando tras de sí una colección de ampollas supurantes. Ya sea cuestionando el másmentiroso y rapiñador de los géneros en La mujer en silencio, (Gedisa) (¿es Ted Hughes el monstruo culpabledel suicidio de Sylvia Plath, como proclaman la mayoría de sus biógrafos, o la víctima del mito provocado por susuicidio?) o el reciente e imprescindible Cuarenta y un intentos fallidos (Debate, 2015) para el que no hay

Buscar

Agenda Cultural Jot Down

Talleres de escritura y audiovisuales en CasaTomada (modalidades presencial y online)Jueves, 1 octubre, 2015  Jueves, 30 junio, 2016

Sevilla

Teatro: Historia de España en 70 minutosMiércoles, 21 octubre, 2015  Lunes, 21 diciembre,

2015

Madrid

Exposición: «DO THE MUTILATION (and other funnythings to do on a friday night)», de Álvaro PFFViernes, 30 octubre, 2015  Sábado, 5 diciembre, 2015

Madrid

Taller de escritura creativa con Tomás García YebraLunes, 9 noviembre, 2015

Madrid

Taller de escritura creativa con Tomás García YebraMartes, 10 noviembre, 2015

Madrid

Teatro: Historia de España en 70 minutosMiércoles, 11 noviembre, 2015

Madrid

Teatro: (Des)de los escombrosSábado, 14 noviembre, 2015  Sábado, 28 noviembre,

2015

Madrid

Tertulias filosóficas I: Bienvenidos al desierto de loreal, de Slavoj ŽižekDomingo, 15 noviembre, 2015

Madrid

Taller de escritura creativa con Tomás García YebraLunes, 16 noviembre, 2015

Madrid

Taller de escritura creativa con Tomás García YebraMartes, 17 noviembre, 2015

Madrid

Agenda completa

Buscar

Hemeroteca

Page 4: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 4/7

descripción mejor que «una deliciosa operación de cataratas».

Hay que temer a Janet Malcolm, está claro. ¿Pero es preceptivo odiarla? Veamos.

Malcolm, a la hoguera

Por hacer un breve ejercicio de glásnost diremos que Janet Malcolm nos pone en bandeja de plata detestarla. Esuna mujer granítica, infranqueable —quienes logran entrevistarla no escapan de esa experiencia a la ligera—,poseedora de una singular sonrisa cuya amplitud no abriga, sino que hiela. No tiene el glamour ni el fascinanteaura de Joan Didion, y su trabajo se centra en temas áridos, antipáticos y sí, aburridos. Ella misma reconoceque pasar años sepultada en transcripciones judiciales o archivos sobre el psicoanálisis no es precisamente algosexy, y su swing más bien monástico. Es una periodista que detesta a los periodistas, adicta a las largas citas y alas profusas referencias intelectuales sin pedir disculpas. No hace encajar a martillazos sus argumentos, sinoque los desgrana con el ojo de un crítico y el punch de los buenos novelistas, sin caer en esa prosaautorreferencial del escritor encantado por su propia inteligencia. Detestable.

Quizá por eso, lo sencillo es tropezar con una de las ácidas citas de sus libros, descontextualizada («la maliciasigue siendo el impulso motriz del periodista») y sucumbir al impulso de tomarla por una intelectual pomposa ypretenciosa que tiene necesidad de situarse por encima de los demás, siendo irredenta e incluso indecente. Esascitas casi venenosas son en cierto modo el beso de la muerte para Malcolm, porque ayudan a verla como unaautora canónica que, en tonos sepia, diserta sobre la profesión desde su cálida torre de cristal. Sus críticossuelen aferrarse a esa convicción de que el gacetillero del día a día es más honesto que el intelectual quereflexiona sobre el periodismo y hace enmiendas a una profesión que ejerce solo a medias: «Malcolm no esalguien que se haya aplicado a sí misma al trajín diario de contar historias sin glamur sobre gente ordinaria,sobre la financiación de las escuelas, los presupuestos de los departamentos de policía, la tristeza de una muerteprematura, el incendio de una pequeña casa. Esa es la esencia del periodismo, no por dinero, y la seducción esuna parte de ella, como lo son todos los esfuerzos humanos básicos. Es un trabajo complicado y solo paraadultos», le echa en cara el veterano reportero John H. Marks. Traducido, vienen a decirle a Malcolm queponga más los pies en la calle en lugar de decirle a los que calzan las botas cómo hacer su trabajo.

Aunque quizá la corriente más numerosa de sus críticos es la que la considera una traidora que ha revelado alos lectores detalles sobre la profesión que no deben conocer porque, sencillamente, no están en disposición decomprender. Lo de enmascarar el respeto al público como un insulto velado a su inteligencia es algo tancondescendiente como habitual. Ella misma dice que «los periodistas se quieren unos a los otros comomiembros de una familia, en su caso de una especie de familia criminal» y salvaguardan sus secretos, de modoque Malcolm merece ser tratada como una hechicera expulsada de la orden por revelarlos. Estos disfrutaron deque la periodista probase de su propia medicina cuando el psicoanalista Jeffrey Masson la llevó ante lostribunales acusándola de inventarse citas en su libro En los archivos de Freud.

Emmanuel Carrère. Fotografía: Corbis

Pero hay un tercer grupo que enmienda a Janet Malcolm mucho más interesante, precisamente porque eleva elnivel de crítica más allá del orificio de su abdomen. Lo conforman los que, como ella, hacen ese trabajo queintermedia la literatura y el periodismo, y establecen una relación estrecha con los personajes. «Llevo quince

Elegir mes

Hemeroteca

Social Media

Suscribirse a nuestros contenidos

Nombre:

Introduce tu nombre

Dirección de correo:

Introduce tu email

Suscribirse

Page 5: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 5/7

años escribiendo libros de no ficción que reflejan hechos reales y describen personas reales, conocidos adesconocidos, cerca o lejos de mí, y he herido a alguna, sí. Pero nunca hice nada malo», aseguraba EmmanuelCarrère después de interiorizar las tesis de Malcolm. El escritor y periodista francés no cuestiona la distorsiónque acompaña al hecho de involucrarse con el personaje, como él mismo hace con Limónov, pero sí cree queMalcolm se equivoca cuando sostiene que esa relación es siempre deshonesta y moralmente indefendible.Observa que es válido en muchos casos, pero no está en su naturaleza el serlo. Carrère cree —o «quiere creer»,según dice— que hay una línea roja en esas relaciones, y traspasarla es una cuestión de elección. Los que lohacen (apresurados, superficiales, despiadados) son periodistas como McGinnis. Para describir al otro grupo(nobles, profundos, atormentados por los escrúpulos morales que aceptan la idea incómoda de estarinvolucrados) Carrère usa un dardo —envenenadamente halagador— contra Janet Malcolm: el trabajo de lapropia Janet Malcolm invalida lo que afirma. «Es ella misma quien, habiendo declarando una honestidadimposible de poner a prueba, por su parte, la demuestra de principio a fin de su libro», dice.

La trampa, según Carrère, es ella. Y hay que temerlas a ambas. Porque puede que incluso lo que Malcolm dicesobre los periodistas —«no somos una profesión de ayuda. Si ayudamos a alguien, es a nosotros mismos»— seatambién una distorsión.

   

¿Qué es esto?

Tags  El periodista y el asesino   Emmanuel Carrère   ensayo   fila2   Janet Malcolm   Joan Didion   literatura   new

periodismo   Roger Wolfe   sociedad   Sylvia Plath   Ted Hughes   the new yorker   Truman Capote

Artículos relacionados

  Compartir 6   Twittear 149

7 comentarios

Pingback: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

Antídotos para elveneno de laserpiente de verano

El club de los poetassuicidas: SylviaPlath

David Remnick: «Noseamos románticos:en el periodismoanterior a internettambién habíabasura»

El sueño dorado deJoan Didion

Javier Giner: Eldolor, esasensación obscena(y otrasrecomendaciones)

Rosa Montero: “Lasredacciones se hanterminadoconvirtiendo enfortines apaches”

520Me gusta Compartir

ResponderJS  04/11/2015 at 12:28

¿El “tan cacareado quinto poder”? ¿Qué le ha sucedido al periodismo, que antaño era el cuarto poder? ¿Lohan adelantado? ¿Quién es el cuarto ahora?

ResponderLucas Garvin  05/11/2015 at 2:22

La verdad es que lo que no que no acierto a entender es el concepto trampa. Soy periodista de corazón ybusco la verdad. Los datos, la información veraz, todos aquellos detalles que puedan ser contrastados. Peroparece que se insiste en escudriñar, en investigar por encima del trabajo hecho…Entiendo que mucha gente piense que no ha habido, ni habrá (supongo) verdad en todo aquello que semuestre como reportaje periodístico hoy en día, con lo que hay que se oye o se lee. Pero soy de los que tienenla convicción de que todavía quedan pequeños reductos de verdad, ¿o no?De otra forma ganas tienen algunos de seguir menospreciando nuestra profesión. Tan vilipendiada,menospreciada y, quizá (algunos dicen, obsoleta) por cierto. En fin, me quedé en trampa. Trampa, lo que sedice trampa, no hay nunca, sin verdad. La verdad, con datos, siempre prevalece para un periodista, y paracualquiera, si es verdaderamente verdad.Seamos justos y claros, e unánimes, si me atrevo a decir: yo recabo, habito, promulgo y polulo por lasenseñanzas de Columbia University Graduate School of Journalism (de la que me gradué en 1989: instituciónque otorga los Pulitzer, por cierto, ó por ejemplo), y, sobre todo, entiendo, comulgo (casi) y acepto enteramentela filosofía del Washington Post durante el Watergate, que derrocó a todo un presidente de los Estados Unidosde América.Grandes instituciones periodisticas estadounidenses, la verdad. Ahora habría que hablar de la verdadperiodística. ¿Qué país nació con libertad de prensa? USA. ¿Quién fue el primer país que nació con libertad deprensa? EEUU. De qué trampa me estáis hablando. ¡Qué pena de El País (SPAIN)! ¡La Verdad! (¡Ya podríavolver!). Por favor, algo independiente… Lo que fuístéis, y lo que eréis… vergüenzaEn fin, que muy interesante el artículo, pero quizá mal enfocado (o erróeno). No todos somos iguales ante laprensa ni ante la justicia (sólo hay que ver el preparativo GRANDE para el juicio de la Infanta y su marido, Iñaki

Page 6: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 6/7

Pingback: Receta para el reciclaje del tribulete  Transformación Digital

Pingback: Criticidades» Archivo del BlogReceta para el reciclaje del tribulete  Criticidades

Store Libros

Jot Down 100:Seriesjuveniles

24.00€

Jot Down 100:SCIFI

24.00€

Jot Down100:CÓMICS

24.00€

A Marte

13.50€

a principios del año que viene… A ver el enfoque que le dáis!…).Buenas madrugadas, ya, que son. Y Buena Suerte. Mantener cada cosa en su sitio. Keep everything in place.And I wish you the best. Always. Pero no sois lo que erais.Ciao

Responderoleg  05/11/2015 at 11:40

!Vaya, bilicocidad la tuya, Lucas…!

ResponderVillano  05/11/2015 at 12:21

Madre mía… como visite mi blog, donde todo es una distorsión.http://elvillanoarrinconado.blogspot.com.es/

Your Name *

Your Email *

Your Website

Comment

Responder

Submit

Page 7: Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas

9/11/2015 Si eres periodista temerás a Janet Malcolm sobre todas las cosas  Jot Down Cultural Magazine

http://www.jotdown.es/2015/11/sieresperiodistatemerasajanetmalcolmsobretodaslascosas/ 7/7

Libros electrónicos

Señorita Google

€3.95La vida entreteoremas

€3.95

La vida esimaginada

€3.95

Odisea en elzeptoespacio

€3.95

CorleoneBusiness School

€3.95

El reto

€3.95Mujer sin hijo

€3.95MemoriasLíquidas

€3.95

Materia Extraña

€3.95

Copyright © 2015 — Jot Down Cultural Magazine. Todos los derechos reservados