Si a la vida
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“El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas”
Papa Francisco (16-Setp-12)
E N DEFE NSA DE LA V IDA P o r J u a n U m a ñ a
Hace unas semanas atrás se conoció a través de los medios de
comunicación un connotado caso que accionó la opinión de la población
salvadoreña, un caso que ha hecho redoblar esfuerzos a dos frentes
irreconciliables, por un lado hay un esfuerzo por presionar a las
autoridades competentes para que cedan y se haga una excepción a lo que
prescribe la Constitución de la República y leyes secundarias, mientras que
por el otro lado se busca exigirle al Estado que defienda lo que ya está
prescrito en la legislación salvadoreña.
Pero ¿Qué contiene éste caso que ha enfocado la atención de la
población? La respuesta: se resuelve sobre la vida. Se suscita la polémica y
confrontación, para un grupo de personas, que dicho sea de paso,
representan a una pequeña parte de la población, la vida inicia a partir del
nacimiento y una vez haya nacido una persona, ésta puede decidir sobre
su cuerpo como le plazca. Ante esa postura tan permisiva se desprenden
un conjunto de aparentes derechos, que en el caso de la mujer
embarazada, le da poder de decisión sobre su embarazo. ¿Cómo así? La
mujer puede decidir si lleva a término su embarazo dando a luz a una
persona o cesa su embarazo mediante un aborto.
Mientras en el otro frente, nos encontramos las personas que
defendemos la vida desde el momento de su concepción. ¿Por qué
creemos que hay vida desde su concepción? Fuimos formados con
principios Cristianos, más nuestra formación no sólo está compuesta por lo
que Dios ha revelado a los hombres a través de la historia y que ha
confiado ministrar a la Santa Iglesia, sino que también nuestra fe y
creencias tienen una fuerte base científica y jurídica que demuestran lo
que desde miles de años atrás se respeta, es decir, la persona existe, siente
y reacciona desde el momento de su concepción, que el origen de la vida
no es el nacimiento, que lo que habita en el vientre materno no es una
cosa, sino que vive, siente y es persona, consecuentemente la madre no
puede decidir sobre dicha vida aunque se encuentre en plena formación en
su vientre, por lo que, no hay argumento que valide cesar la vida de otra
persona.
Entonces, planteada la diferencia, veamos las circunstancias del
caso en comento: Los medios de comunicación sacaron a la luz pública un
caso muy particular, una joven llamada Beatriz (nombre ficticio que busca
proteger la identidad de la persona), de 22 años de edad, está embarazada,
padece de lupus e insuficiencia renal (éste último diagnostico no se ha
confirmado oficialmente), mientras que la criatura que espera adolece de
Anencefalia. La joven de muy pocos recursos económicos acudió a centro
de salud público conocido como Hospital Nacional Especializado de
Maternidad y en donde se advirtió los riesgos del embarazo. Los médicos
que atienden a Beatriz informaron lo acontecido a sus autoridades, el caso
escala hasta el despacho de la Ministra de Salud, y sin que Beatriz se entere
cómo, la mirada de todo el país se fija en ella; personas que antes nunca
habían tenido interés en ayudarle en su estado de pobreza, ahora le
profesan fidelidad absoluta, una vida digna, llena de salud y un porvenir
con un tratamiento médico que le permitirá alcanzar sus sueños. Pero a
cambio de todo eso, se le plantea un reto que es escenificado como algo
sencillo, lógico e imprescindible: Beatriz, si quieres vivir un poco más debes
abortar a tu hijo.
Muy probablemente, esa noticia le hizo estremecer, muy
probablemente le hizo entristecer, pues si desde un principio hubiera
deseado matar a su hijo, no hubiera
llegado hasta esta instancia (de 17 a 19
semanas de embarazo), sino que
hubiera buscado abortar en las
primeras semanas de embarazo. Pero
volvamos e imaginemos lo incomodo
de este momento, cuando el rostro de
Beatriz reflejaba tristeza y su silencio
evidencia que la idea no encajaba del
todo en lo que ella deseaba.
Con la noticia surgen sus nuevos “amigos” mostrando mucha
bondad le explican que lo que ella daría a luz era una cosa, a lo que no se le
puede llamar hijo, sino que la mejor definición es que es un producto, que
es una nada, y cierran su brillante análisis con el argumento que explica
que si una criatura no tiene cerebro, eso no es nada.
Me siento obligado a hacer un paréntesis, aprovecho a consultarle
¿Cómo llama usted a lo que nace de una persona? tome un tiempo para
responder, quizá le sirva lo que yo reflexioné ante dicha pregunta, hice un
ejercicio mental y surgieron las siguientes preguntas: ¿A caso lo que nace
de una persona es un animal? ¿Es un insecto? ¿Es una cosa? ¿Es un
producto? Llegué a una conclusión lógica la cual es que lo que nace de una
persona sin lugar a duda es otra persona, no nace acto reproductor de
entre un hombre y una mujer un animal, un insecto, una cosa, o un
producto, ¡no nace eso! ¡Nace una persona! ¿Por qué estas personas
ignoran nuestra inteligencia y alegan tal estupidez? Es tan claro y a la vez
sencillo, existen personas con mucho poder económico afuera de nuestro
país e incluso dentro de él, que ante su planes mezquinos y egoístas miran
a las personas como cifras, como objetos y no les interesa la vida de nadie,
sino solo su bienestar, por lo que ante la verdad, no tienen otra opción que
la mentira. Es claro, hay intereses oscuros detrás de todo esto. Pero en el
caso especifico de Beatriz ¿Qué buscan? ¿Quieren el bienestar de ella?
¿Hay alguna consecuencia ulterior con este caso? No buscan el bienestar
de Beatriz…aquí lo único que les interesa es despenalizar el aborto en
nuestro valiente país, que junto a Chile, Guatemala, Honduras y Nicaragua,
reconocen constitucionalmente a la persona desde la concepción. Es obvio,
que una vez se cambie la opinión pública, con un falso argumento y con un
disfraz de compasión y noble altruismo, algunos políticos apoyaran la causa
y se manifestarán en la prensa a favor del aborto, buscando simpatía de la
gente desinformada o mal informada por el sector que maliciosamente
presiona por la legalización del aborto, y suponiendo que el peligro que
corre Beatriz es debido a su gravidez y se expresan en los medios sociales a
favor de un “aborto terapéutico”, cierro el paréntesis.
http://vidasv.org/
Por lo tanto, Beatriz al sentir la presión
de dichas personas, muy probablemente
le suena convincente que su hijo al no
tener cerebro es igual a nada, pero aun
así hay algo que no encaja, algo en su
interior no está en paz. Me imagino los
rostros de incredulidad de las personas
proabortistas, que a pesar de haber
gastado su mejor argumento, no logran
sacar un sí de Beatriz y lograr sus mezquinas intenciones; ella no está
del todo convencida en abortar a su hijo a que ellos despectivamente le
llaman: nada; por lo que arremeten con un argumento más fuerte:
Beatriz, si no abortas morirás tu…(silencio ante esa fuerte noticia y
agregan) Beatriz es lo mejor para tu salud, por favor créenos, no
tenemos otro interés que ayudarte a ti.
Trato de comprender la fuerte impresión en el interior de
Beatriz, que difícil y estresante momento, muy probablemente la
petición que solicitará el aborto lícito de su hijo o hija haya nacido en
ese instante… la propia muerte de Beatriz fue escenificada a detalle y el
miedo a morir tomó posesión. Es difícil imaginar lo que ella pensó, pero
creo que los proabortistas trabajaron fino para hacer creer a Beatriz que
ella al dar a luz en término a su hijo acontecería lo que tanto ha temido:
su propia muerte.
La resistencia de Beatriz ha claudicado, ya no tiene fuerzas para
seguir luchando por su hijo, su vida está en riesgo y fallecerá, suenan
tan convincentes los médicos, la Ministra de Salud Pública, los
abogados contratados por las abortistas y las mismas abortistas, más un
sin número personas que aparecieron de la nada autonombrándose
peritos y aconsejando el homicidio de su hijo, delito que minimizaban
en su máxima expresión disfrazándolo con una mentira como un
pequeño costo de un gran bien: salvar la vida de Beatriz.
Aturdida por tanta persona que le coacciona, toma la decisión de
adherirse a la propuesta malvadamente armada de los proabortistas. Se
dispone y concede su representación legal y la de su hijo (sin tener la
facultad de otorgar la representación legal de la vida de su hijo) a un grupo
de abogados, que motivados por el dinero que generaría la despenalización
del aborto, fraguan el argumento jurídico cuya punta de lanza es “el riesgo
inminente de muerte de su representada” y que según ellos amparará a
Beatriz, permitiéndole matar a su hijo o hija. Más no todo es tan sencillo,
los que amamos el fin último del derecho, es decir, la justicia, estamos
luchando fuertemente para expresarnos en contra de una mentira, contra
esa ficción ilícita que plantean los proabortistas, que según ellos por
repetirla constantemente la elevarán a categoría de verdad… que ilógico es
ignorarnos, que estúpido es pensar que no desmentiremos, que no
hablaremos la verdad. Nuestra sociedad puede estar paralizada por el
miedo que ha generado tanta corrupción y egoísmo, pero dichos males no
alcanza a las personas valientes que aman a Dios y que su obrar es una
constante expresión libre y voluntariamente de la verdad, y en este caso
específico en defensa de la vida.
En un principio mencioné que existen dos frentes irreconciliables, el
bien contra el mal, éste último se vale de la argucia para lograr sus fines,
mientras que el bien tiene como su aliado a la verdad. Pues bueno, en el
caso de Beatriz ambos frentes han dado la cara, han sido más que
evidentes en su postura, para muestra el argumento que usa la Ministra de
Salud y el conjunto de médicos subordinados a ella en el que buscan a toda
costa la legalización del aborto, argumentando que es un “Aborto
Terapéutico” y que es imprescindible realizarlo, cuando múltiples estudios
han demostrado que no existe terapia alguna en dichos abortos, sino que
es un asesinato con un sin número de consecuencias para toda la vida de la
madre; mientras que en el otro frente, una mesa conformada por
ginecólogos, psicólogos y psiquiatras del Instituto de Medicina Legal, se
tomó la tarea de evaluar a Beatriz por orden de la Corte Suprema de
Justicia y dictaminaron que en el caso de Beatriz “lo que se le ha vendido a
la población no es verdad” y aclaro que he citado literalmente la expresión
del Director del Instituto de Medicina Legal ante los medios de
comunicación; pero quiero subrayar algo, nótese que la palabra aliada del
bien, es decir “verdad”, brota de forma natural ante la argucia utilizada por
la Ministra de Salud y su grupo de médicos, que busca evidentemente la
despenalización del aborto. Lo que recomienda el Instituto de Medicina
Legal es “un parto inducido” y no un aborto, que aunque le llamen
“terapéutico” es siempre un homicidio y se atenta contra la vida de un ser
humano, mientras que el parto inducido, se respeta la vida de la madre
como la de su hijo o hija, y a la vez se honra y cumple la Constitución de la
República y las demás normas jurídicas.
El caso de Beatriz sigue
pendiente, los Magistrados
de la Sala de lo
Constitucional continúan
trabajando en la sentencia
que decidirá sobre la vida del
hijo o hija que Beatriz espera,
en lo personal tengo
confianza que la verdad, la
ciencia y la justicia se
impondrán y los señores Magistrados no vulnerarán la Constitución de la
República, la cual claramente establece que el inicio de la vida es desde el
momento de la concepción, según su art. 1 inciso segundo, el cual cito
textualmente “Asimismo reconoce como persona humana a todo ser
humano desde el instante de la concepción.” Y por consiguiente, en su fallo
tampoco vulnerarán el orden jerárquico de los bienes jurídicos que la
Constitución de la República protege, es decir, que si reconocen a la
persona humana como origen y fin de la actividad del Estado no le
impondrán una pena muerte al hijo o hija de Beatriz, pues como poder del
Estado usarán el contrapeso que le corresponde para encausar las
intenciones de la Ministra de Salud que está a favor del aborto de Beatriz y
que forma parte del Poder Ejecutivo.
Mientras tanto las opiniones de la gente vienen y van, y es usual
encontrar a personas en nuestro entorno desinformadas sobre temas
tan transcendentales como el aborto, como los derechos fundamenta-
les de las personas, como el derecho que tiene un niño que a pensar de
padecer anencefalia, sigue siendo persona y tiene derecho a vivir. Al-
guien me dijo una vez “La ignorancia es atrevida” y cuánta razón en esa
expresión, muchos dan su opinión a la ligera y sin reparar que lo que
hacen es repetir lo que otros dicen y asumirlo como verdad. Sin embar-
go, ¡existen muchos que hacen a un lado el ruido repetitivo de las gran-
des masas que han creído las mentiras de quienes tienen intereses
mezquinos y egoístas, toman un tiempo para formarse e instruirse en la
verdad y son esos los que con valentía alzan su voz, para defender a los
indefensos, para extenderle su mano al desvalido, para defender el
bien, defender la verdad, para defender la vida!
LAICO, IGLESIA EN MISIÓN
P A R A M A Y O R I N F O R M A C I Ó N P U E D E N C O N T A C T A R N O S P O R P A R A M A Y O R I N F O R M A C I Ó N P U E D E N C O N T A C T A R N O S P O R
L O S S I G U I E N T E S M E D I O S :L O S S I G U I E N T E S M E D I O S :
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