Sermones predicados al rey en la cuaresma de 1764. Tomo II. Abad de Torné

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PREDICADOS AL REYEN LA QUARESMA

. /

POR M. EL ABAD DE TORNE,Canónigo de la Iglesia de Oi'leans; Limf)snero delRe.y de Polonia, Jndi'viduo de la Academia Realde las Ciencias y de la de Béllas Letras de Nancy,

)' últimamente Presbítero de la Doctrina("hristiana.

¡' ",DO ANCUE'lRA

T O M O S E G U N DO.

MADRID:EN LA IMPRENTA DE VéCA Y· COMPAl'HA.

113°5.

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-., """, .. AlfREDO ANGUEYRA- SERMON

PARA EL QUARTO DOMINGODE QU ARE5MA.

SOBRE LA FIDELIDADQUE SE DEBE A LOS SOBERANOS.

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Jesus ergo cum cognovisset quia venturi es-sent ut raperent etfacerent eum Regem,fugit iterum in monte m ipse so/uso

y Jesus quando entendió que habían de ve.•nir para arrebatarle y hacerle Rey, hu-yó otra vez al monte él solo.

Joan. ~~.,. 1S'

SEÑOR,

El,pueblo transportado de agradec'imie~to para,con Jesus que acababa de alimentarle. milagro-samente, concibió el temerario desigllio'de ele-varle ·~l tronu; enorme atentado cometido con:.;,;tra el legítimu Soberano, y que Jesus desapro-bó con su fuga. Habia venido á dar lecciones yexem pios de ¡-S [llllisioll á la. soberana autoridad;,

Tom. JI. A en

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~ Sermonen vez de mostrarse usurpador ó enemigo deella. Este exemplo, Hermanos mios, me ofreceuna ocasion muy natural de hablaros de la fide-lidad debida á los Soberanos: sagrada obligacior1de la religion ,y tan importante sin duda comola subordinacion de los hijos á sus padres, y delos criados á sus amos, que suele ser el asuntode nuestros discursos. Así, Hermanos mios, nin-guno de vosotros mire la fidelidad que se debeal Rey como una virtud meramente civil y polí-tica , que no debe predicarse en la cátedra de laverdad. Para desengañar á. los que hubiesen in-currido en tan grande error, .quiero el dia deboy establecer la fidelidad debida á los Sobera-nos en solos los oráculos de la escritura, y prin-cipalmente sobre las máximas y obras de Jesu-christo: tambien conoceremos los motivos, suextension y carácter •

. Yo dexaria á los Magistrados el cuidado demaéltener el órden público y la paz del imperio,si la religion de Jesuchristo no hubiera confiadoá sus Ministros medios mas poderosos de coope-rar á la tranquilidad del estado. Miénlras queuna política vigilante aseg'Urbr'e'con la fuerza delas leyes la obediencia de los pueblos y la quie-tud del teyno', nosotros' podemos hacer cosamejor; esto es, asegurar al Rey los corazonesde sus· vasallos, obligándolos por un principiode conciencia; y uniéndolos á él. con lazos deamor.

No es decir en esto, Hermanos mios, queAecesiteis lecciones de obediencia ,. de amor y de

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·sobre la fidelidad á ¡os Sobet"anos. 3fidelidad: á todo espaíiol son naturales estasvirtudes, las mama con la leche, y las fomentacon el exemplo de sus padres. Solo quiero seña-lar á estas virtudes el mérito que tal vez os pa-recerá muy estraño , de tener su orígen en larelilJ"ion, y de haberse especialmente formadoen ~l modelo que nos ofrece Jesuchristo. Pida-mos al Señor esta gracia por la intercesion deMaría. Ave María.

SEÑOR,

El Salvador del mundo nos dió los mayoresexemplos de la fidelidad que se debe á los Sobe-ranos, y nos la mandó observar juntamente; sureligion nos enseña que los Reyes ocupan el lu-gar de Dios, que son sus augustas imágenes, yque se le desobedece, desobedeciendo á los de-positarios de su soberana autoridad. iQué mo-tivos mas poderosos puede tener un Christianopara ser inviolablemente fiel á su Rey'?

El primer insta~lte en que el Verbo se hizohombre, fué el primer instante de su sumision álos Reyes. Un usurpador ocupaba el trono de laJudea: este reyno se habia hecho tributariodel imperio, y el dueno de Roma era dueño delmundo, quando un Angel vino á anunciar á Ma-ría la encarnacion del Verbo yel nacimiento deun Dios. i Quién no creeria que en estas cir-cunstancias el Hijo del Altísimo no descenderiadel cielo sino para librar á su pueblo de la es-clavitud, y quitar á los Césares el imperio del

A ~ mUll-

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4 Sermonmundo? Mis pensamientos, dice el Señor, noSDn los vuestros: el pecado del primu" hOL.brehabia sido la rebeldía contra Dios, y la Gt"'(Jr.e-dicncía á sus órdenes; era necesa':'lOp,l[~ e' p:;:¡r-le que un Dios viniese á ob(d\.cer á uo hom-bre ; y para perf<.:ccionar el conrraste, que vi ..niese á someterse á los tiranos. No crcais pllesque. venga á socorrer los pueblos sojuzgJdos;que dechrd.ndose enemigo de la t¡ranb, des-trone á los conquistadores, y los cargue de pri-siones; ó que levantando la bandera de la rebe-lian , subleve los pueblos vencidos, y les enseñeá vengar C0n infames atentados la pública li-bertad. j Oh! los Profetas le habian pintado concolores muy diferentes: una oveja que llevan almatadero, un cordero que sufre sin balar quele despojen de su vellon , y que le lleven al al-tar del sacrificio; baxo de estos símbolos habiasido anunciado á los Soberanos del mundo. Isaíasle habia pintado como un hombre tan manso,como un ciudadano tan pacífico, y como un va·sallo tan fiel, que seria incapaz de formar unpartido, de fomentar tumultos, de juntar des-.contentos, y de despedir el menor grito sedicio-s,o. Muy léjos de hacerle temible á los Reyes,~qmo un vencedor que hubiese de romper loscetros, y pasar á cuchillo las familias reynan-t~s ,habia anunciado ql,le este pacífico Redentorno acabaria ,de romper la caña cascada, ni apa-garía el pábilo que huméa.

Jesus empieza á cumplir estas grandes pro-fecías en su nacimiento. Apéna~ ha entrado en

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sobre la fidelidad á ¡os Soberanos. 'Sel mundo, qUJndo se ve perseguido por un ti-rano, y en peligro de perder la vida. Muypronto en efecto la cruel y tímida política deHerodes imenta quitarle la vida, quitándoselaá una mulcirul de inocentes. Se libró de lamuerte con la fuga, y así miró igualmente porsu seguridad, y por la de los que son persegui-dos injustamente. La sangre de un millar de 'ni-ños puede clamar por la venganza, y pedir unavíctima; pero Jé'SUS no usará de ningun pretex-to para suhlevar los vasallos que padecen unainjusta opresion; lÍo dará un exemplo que alterela tranquilidad de los reynos. Parece haber na-cido para rendir el homenage á la autoridad so-berana. Su primer clamor es el de un fiel vasa-llo ,sus primeros días se dedican á la consolida-cion de los tronos, y sus primeros pasos nosmuestran el camino de la sumision -y de la pa-ciencia.

El resto de su vida, muy léjos de desacredi-tar estas lecciones de su infancia, las ratificarámas y mas. Le veo hasta la muerte perfectamen-te sometido á las leyes: ele la religion y del esta-do. Diríais que por el espacio de treinta años sehahía olvidado de ~u divinidad, para ocuparsesolamcnie en el cump; ¡miento de las obligado:".nes d~ un buen ciudadano. No ha y trinufO queno paRue , ni ley, costumbre y ceren,dl1ia derelip;ion que no cum r1a con exact:i:ud , no ohs-lame hallarse dispensado por su divilla fi!.ictci(JO.Los Fariseos, aunque siempre dispuestos á <Jcu-sarle , si hubiera quebrantado algu'nu ley di:: la

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6 Sermonreligion ó del estado, jamas le pudieron repre-hender de otra cosa que de haber sanado los en-fermos en el sábado, como si la santidad de estedia debiese suspender la caridad y beneficencia.Si los Judios, transportados de amor y gratitud,le quieren elevar al trono, él se huye á la mon-taña, y reprueba juntamente al usurpador queabusa de la b~nevolencia del pueblo, y al pue-blo rebelde que pretende otro Soberano. Su vidaenfin, y particularmente la historia de su pasionno es mas que un texido de pruebas de su per-fecta surnision al órden general y á la públicapotestad.

/,Quereis cotejar. su doctrina con sus obras~Vereis que vino á predicar á sus discípulos lafidelidad que mostraba en su conducta; que vi-no á mudar en obligaci:.>n religiosa lo que soloera un efecto del imeres ó del temor; y queuniendo la fuerza de los preceptos con la per-suasion del exemplo, vino no solo á respetar loslronos, mas tambien á consolidarlos, aseguran-do las naciones con la obediencia; no solo á so-meterse á los Soberanos·, mas tambien á consa-grar con su doctrina sus personas y autoridad.Oidle decir á sus Discípulos que el Hijo delhombre no habia venido á destruir la ley, sinoá cumplirla: oidle anivelar é igualar nuestrasobligaciones para con Dios y para con el César:oidle reprobar en una parábola, y amenazarcon muerte violenta al pueblo rebelde, que dicede su Príncipe no queremos que reyne mas sobrenOiotros ~oidle ¡obre todo decidir todas las qües-

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, sobre la fidelidad á los Soberanos. '1tiones sofisticas que le proponian sus enemigossobre los derechos del Emperador, presentán-doks su imagen grabada en la moneda pública.

No nos admiremos, Hermanos mios, de verla perfecta sumision de Jesus á la soberana au-toridad, ó bien se cQnsidere en la persona del1\lonarca, ó en los vasallos condecorados conla real potestad. ,Vcía 'en ellos '1a autoridad desu Padre, su imagen en lo~Reyes , su volun-tad 'en la de eStos, sus órdenes en las leyes pú-blicas , y su providencia en la policía que con-serva la paz del estado: y tal ha sido cons'tante-mente el principio de su dependencia. Al entrar.en el mundo y al reve~ürse de la humana natu-raleza, aquí me te neis , le dice á su Padre; yovengo á cumplir vuestra voluntad en todas lascosas. Desde entónces cada obra de Jesuchristo,cada paso y cada palabra ;'quando parece· obe-:decer solamente.á 105 :,hornbées ,. es' un aeto :deobediencia á este adorable Padre. Me alimento,decía él , de esta perfe~ta surnision á las órdenesde mi Padre: renuncio enteramente mi Vdluntad,paraexecutar la del Dios que meenvia. Así sele vió siempre ocupado en el cumplimiento delas Escrituras, que eran como otras tantas ór-denes supremas que debian arreglar su conducta.i,Llega. el instante de beber el amargo cáliz quele prepara el furor de -sus e~rnjgos '? pues lo re-cibe de la mano de su Padre, y le sacrifica 'jun-tamente las refmgnancias inseparables de la na-turaleza. En la autoridad del Sumo Sacerdote,del Senado, de Herodes y del. César, no reco-

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B Sermonnace otra autoridad que la del Altísimo: sus JLle.ces no le parecen otra cosa que el eco del eter-no decreto que le condena á muerte: Pilatos leparece mas un ministro del .cielo que del impe-rio. No tendrias, le dice, n¡ngun poder sobremí , sino te se hubiera dado desde lo alto. Laúltima palabra que habló á su Padre ántes deespirar, fué la última prueba de que se conside-.raba como su víctima.

Instruidos por tan excelente Maestro, mire-mos á los Reyes como. que representan al Sobe-rano de cielos y tierra, su autoridad como unapanicipacion de su eterno imperio, su podercomo UQaporción de,su omnipotencia, y su ma·gestad como la imagen soberana de la divinamagestad. Obedezcamosles, cOlno si obedecie-ramos al Rey de los Reyes; y creamos firme~meQte con. el Apóstol, .que resistir á las potes.•tades, seria ¡esÍ:Jtir á ·las supremas órdenes dela divinidad.

Sí , Hermanos mios; quando una orgullosafilosofj.a no ve otra cosa en la persona de unMonarca que un hombre que se ha hecho masfuerte, y que sojuzga los grandes con benefi-cios, y al pueblo con la violencia; la religionve en él .el escogido, el nombrado por Dios, yel depositario de su autoridad. Dios solo, os di-c~ Ja religion, eseoge vue!tros SobeDanos: ,reci..,~n la corona de sus manos, y ·él es e1 iínico quepuede quitársela: mueve todavía, aunque deuna manera invisible, la mano que derrama launcion soberana sobre sus cabez.as, coma diri .••

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sohre la fidelidad á los Soóeranos. 9gió visiblemente en otro tiempo las manos deSamuél y de RIias. Mis Ministros pueden deciral Soberano lo que decian antiguamente los Pro-phetas , el Señor os ha hecho Rey con su sa-grada uncion; yal pueblo, ved aquí el Rey queDios os ha dado.

t,En qué lugares de los sagrados libros nose halla consagrado este gran principio"? Ge-deo n da esta bella respuesta á los diputados deIsraél: ni yo ni mis hijos reynaremos sobre vo:'"sotros; mas será el Señor el que reyn::-. No tehan desechado á tí , sino á mí, le dixo el Señorá Samuél , quando los Hebreos quisieron mudarel gobierno. David reconoció que Dios habia es-cogido á su hijo Salomon para colocarle en el :trono. Saloman sucesivamente hace al Señor es-te homenage de su corona, que debieran hacerletodos los Reyes del universo: ó Dios de mis pa-dres, vos me habeis elegido para que sea Rey'de vuestro pueblo. Daniel le d¡xo á Nabucodo-Ilosor, es cierto que sois Rey de Reyes, mas elDios del cielo es el- que os ha dado el reyno, elpoder, el imperio y la gloria. Por mí reynan losReyes·, dice la eterna sabiduría, para instruir áJos Soberanos 'y á los vasállGs del gran funda-mento de la equidad de los unos y de la obedien-cia de lós otros. . ;' lt

: No, Herma'nos mios, no puede haber en latierra otro Señ}>rabsoluto que el Eterno~ á solo·S\1 nombre nos debemos arrodillar: él es' el orÍ-gen de toda autoridad, y el principio de todadependencia: á él solo pertenecen la magflificen-

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IG Sermon .da, glotia, poder é imperio: él es el único áquien pertenece esencialmente el reynar: en élsolo residen la autoridad, potencia y soberanagrandeza: él solo enfin puede atribuirse el ho-nor y la gloria; en una palabra, todo poder bu-mano es una emanacion de la divina omnipoten-cia, toda grandeza una imágen de la soberanagrandeza. El Señor es el que se comunica en par-te á los que coloca en los tronos ,el, que se re-presenta y reproduce en aIgun modo en sus sa-gradas personas, y el que forma la magestad deellos de algunos rayos de la divina magestad. Si,me atrevo á decir en este sentido, ó augustosSoberanos, que vosotros sois Dioses, y que vues-tro magestuoso poder os asemeja á los bijas delAltísimo: .Ego dixi, Dii estis, et filii E:Jv'celsiomnes •.

. . Ya no me admiro de que la tierra se tragasevivos' á los ,tres sediciosos que se atrevieron á.,sublevarse contra Moysés; ni de. que pereciese laciudad, de Sichem con s'us habitadores, por ha-ber gritado sin respeto l..quién es Abimelechy quál es la ciudad de Sichem, para rendirle va-,;salla.ge ~ ni de que ·el templo .adonde '.se habia re..:.•fugiado el .temerario Adonías, y el altar que te-nia abrazado, no hiciesen mas que dilatar lamuerte que habia merecido con su rebelion. Yano me admiro :de que una inmensa multitud delUliI1ultO$,calamidades, desgracias y maldades, .terminada al fincan la total ruina del reyno ·deIsraél , <:astigase el cisma é insolencia de las dieztribus. Ya no me admiro, sobre todo, de que

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sobre la fid"lidad á los Soberanos. JI

David hiciese asesinar en su presencia losmons-truos que habian manchado sus manos parricidascon la· sangre de Saúl y de Isboseth; ni de queZambri que subió al trono por la muerte de Baa-5a, pereciese siete dias des pues enmedio de lasllamas. El Altísimo es el que castiga los atenta-dos que se cometen contra su poder y magestad,y el que venga su propria causa en la de losReyes.

II. ¿, Qué conseqüencia sacaremos, Herma-nos mios, de estos grandes motivos de la fidelidaddebida á los Soberanos ~ Ella es muy natural". yes que estamos obligados á guardarles fidelidaden la opresion mas insoportable, y que jamas noses permitido sacudir el yugo de la tiranía. Tangrande es la fidelidad que debemos á los Supe:-riores que el Señor nos ha dado, para que seancon los pueblos instrumentos de su misericordia,ó de su justicia. Esta sagrada obligacion nos in-cumbe igualmente. baxo del mas pesado yugoy de la mas suave dominacion. Obedeced á vue~-tras Superiores, aunque sean los mas injustos ycrueles, decia San Pedro á los Christianos ; y, nohay duda, Hermanos mios, que la religion porsí sola os hubiera hecho en este caso tan fieles,como lo sois ahora por amor y por gratitud.

El espíritu de la ley antigua era en este pun-to el mismo que el del Evangelio. Vemos á losHebreos tan tranquilos en la penosa esclavitudde Egipto y en la dura cautividad de Babilonia,como lo estaban en Jerúsalem: baxo el imperiode sus Reyes, los vemos obedecer á ~la va.ra de

B ~ hier-

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12 Sermonbierro, como nosotros obedecemos al cetro de laclemencia y de la justicia. Habían aprendido deSamuél que la tiranía no puede servir de pre-texto para la rebelion de un pueblo oprimido. De-seais un Rey, les habia dicho el Propheta'; Diosos le dará: pero sabed que, una vez establecidopor él, abusará excesivamente de 'su autoridad,sin que os sea permitido residenciarlc.

Mas t, quiéD, Señor, se atreveria á decirospor qué lo haceis 3sí? Tanta impiedad seria de-ciros esto, como decirselo á los Reyes, cuyaautoridad dimana de la vuestra. Para enseñarmeque son absolutos é independientes como vos, ha-beis dicho del Rey, como de vos mismo, que ha-ce quanto quiere, que habla con imperio, y quenadie tiene derecho de preguntarle ¿ por qué nos.gobernais así? O se hable con Dios, ó éon el quele representa en la tierra, desdichado el que s'catreviera á pedirle razon de su conducta .

.Mas si el Monarca puede oponer la indepen-dencia de su corona á los vasallos que tuv ierenla temeridad de hacerse jueces de sus acciones;no por eso dexa él de depender mas del Rey delos Reyes, que solo le ha confiado el cetro dela equidad, que no le ha elevado al trono sinopara representar en él una imágen de su justicia,que no le ha revestido de su autoridad sino parahacerla servir á la felicidad de los pueblos, yque debe eXIgirlealgun dia quanto hubieren per-dido injustamente de su libertad, de su sangrey de sus riquezas. Guardaos mucho, le ha di-dl. tO[ll~ p"l'lbt'~ del Sabio, de l1~aspasar los

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sohre la fidelidad á los Soberancs. 13antiguos límites de vuestra autoridad, respeta-dos por vuestros mayores. Estos límites, Señor,son las leyes de la religion y del estado; y estasleyes reunidas nada permiten al poder arbitra..;.rio. Un Soberano atento á observarlas, puede de.cirse á sí mismo, todos mis pasos estan medidos,rodas mis acciones señaladas por la justicia eter-na·: no puedo reynar sino por las leyes, y solocon el imperio de estas puede ser mi pue.blo felizy verdaderamente libre. Si hubiera pues un So-berano tan despótico, que no creyese reynar sinopor medio de la opresion; si hubiera un pueblotan rebelde que no creyese deber guardar fideli-dad al Monarca que no observase las leyes; sa-bed les diria yo, c;ue hay en el ciclo un prütec~tor de la autoridad rea), y de la pública liber-tad ; un Dios que Jebe castigar igualmente losatentados que se cometen contra la seguridad deltrono y contra la felicidad del pueblo.

j Quán apreciable es esta doctrina que asegu-ra á un tiempo el poder de los Reyes y la feli-cidad de los vasallos! iQuán preferible á los sis-temas philosóphicos que se han inventado paradesacreditar la autoridad y la sumision! Voso-tros 10 sabeis, Hermanos mios: tquánto no hanescrito los hombres amantes de la indeDcnden-cla, para degradar la de las coronas? Han des-conocido la soberana mano que es la únit:a quelas da ó las quita, segun le agrada. En lugar dever solamente en los Soheranos la aut0ridad di-vina , que se descubre en estas pequeñas im1ge-nes, han fingido no ver Olra cosa en el ()rigcn de

las

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:~:4 SermOll

l~s .mon,arquía,sque los pactos primordiales y con-dlclOnales que de tal modo han sujetado los Re-yes á las sagradas leyes, que sofo tienen dere~cho á la fidelidad del pueblo, en quamo ellosobservaren fielmente'las condiciones del tratadoque los ha elevado al trono.' Dicen que la trans-gres ion de estas leyes es en el Monarca un delito9u~ eXlm~ á los vasallos de la obediencia, y losIrrIta su Juramento. Cada nacion, prosiguen dhdendo, ha elegido sus Soberanos: en ella residela soberanía, como en su origen: la puede quitarquando se abusa de ella hasta el exceso: y quan-do la religion nos muestra los Reyes que exercenel poder de Dios, nuestros políticos sophistassolo los ven exercer el poder del pueblo .

. t,Qué no podria yo decir aquÍ en favor de laindependencia de los Reyes, si quisiera retroce-der con nuestros philosophos al tiempo primiti-vo , en que imaginan ellos que las pequeñas so-ciedades, formadas al principio por la necesi-dad, y armadas despues unas contra otras por elimeres, ó por las pasiones, se vieron precisadasá nombrarse gefes capaces de gobernarlas y dedefenderlas ? Yo ver ia primeramente no· tener ca-da familia otro Soberano que su cabeza, sola laautoridad paterna en todo su vigor, y todo tra-tado entre padres é hijos desconocido ó desecha-do por la naturaleza. Yo veria despues reunirsepor necesidad muchas familias, nombrarse un pa-dre comun por el interes general, y tratarle conun respeto verdaderamente filial, sin ponerle con-diciones, ni prescribirle leyes. En la eleccion de

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sobre la jideJhlad'á los Soberanos. 15estos nuevos gefes yo veria el cet:ro dado por' pre-mio del valor y de la virtud; yo vería proclamarpor Reyes con aplauso y reconocimiento cómuná los que habian ganado algunas "'vi'ctorias; yoveria el derecho de jU'zgar á la multitud conce~dido al mas justo 'y mas saoía, c'bmo un home-na~e tributado á sus grandes virtudes ;- yo veria:á los hombres escarmentados de los 'horrores dela anarquía solicitar la paz y seguridad baxo ddgobierno monárquico; evitar la muerte Ó escla-vitud de que se' veian amenazados por todas par-tes, confiando su~ vidas, bienes y libertad á UD'

hombre solo que se interesase en su 'defensa; yoveria al eSforzado caudillo de un pequeño pue-blo sojuzgar sus enemigos con las justas leyes dela guerra, concederles la vida, si le prestabanhomenage, y propagar así su pequeño dominio,sin recibir ley' alguha de los -vencidos;, yo verialos primeros 'Reyes elegidos por los que se dexa-ban transportar del agradecimiento y del amor,COA una confianza que no les permitía -prevecrlos abpsos de la soberana autoridad; y sr el in-teres .particular' los hubiera -prev¡sto ,:veFia yootro' mayor interes ~q:ual,eh e} interes: -generaJ,nacer preponderar, la independencia del. Sobera-no á '10'5 pcJ.ígros de la tiranía; yo ,veria á unpueblosabio:,::que témia sus excesos'tamo:y aunmas que 'los excesQsl,de- sus' dueños:, privaTse dela funesta 'libe'rtad .de turbhr toa paz del'eHadócon revol-ucionessiempre peligrosas, de, impedirunos males con otros ma's-graves, y de avemu-rarlo todo, por recobrar lÑ1 grado masdeutiliidady de libertad. Mas,

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16 SermonMas, absteniéndonos de prolixas abservacio-

nes, nqs bastará reconocer los exemp10s de la in-q~pendencia ,de. ~os Soberanos en el pueblo que1;)IOSgoberno vIsIblemente por sí mismo, y quen?s demuestra el modo invisible con que Dios go-bIerna todas las monarquías. i,Quál fué el pactode Moysés con los Hebreos que sacó de Egypto'?Yo solo veo de su parte una ley que condena á.muerte al que desobedeciere.á la púbtica potes-ta(,i; y de parte del pueblo un abandono total ysin reserva á su caudillo. Sin excepcion alguna, ledice el pueblo á 10sué , nosotros te obede<:eremo¡en todas las,cosas, como hemos obedecido á Moy-sés: al que así. no 10 hiciere, se le castigará conla. muerte. Los Israelitas, agradeciendo á Gedeonla victoria que habia ganado, le dicen, mánda- ..nos á tu arbitrio, tú , tus hijos ,y tus nietos. Losancianos de Israél van á decir á Jephté., venid~sed nuestro caudillo, y marchad á la frente delpueblo contra los Arnmonitas. i,Será cierto, lesresponde él , que si yo vencieJe, ser,é vuestrogefe? Y estos env lados, en vez de dar leyes alque debia asegu.rar la salud del pu~blo., .solopiensan en invocar á Dios por tesügo d~ la obe-.diencia que quieren jurade. 'Q.uando quiso estepueblo ser gobernado por Reyes, muy Jejas depedir juramentos ·de justicia y mo,deracion, insis-te en su resolucion, aunque Samuél solo le pro-ponia unos tiranos. La tribu de Judá se moviótan poco de las promesas de Roboam para obe-tiecer1e, quanto su fidelidad no .se atemorizó coalai mas duras .allleQ.aza¡. Eofin la independencia

de

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sobre lafiáelidadd los SoberanOJ. 17de los Reyes estuvo tan inherente al antiguo go-bierno de los Hebreos, que fué renovada por unacto solemne en favor 'de los Macabeos. Aunqueesta nacion infeliz habia sido muchas veces lavíctima de los Reyes iniqüos , se reservó no obs-tante una entera obedienci~, se prohibió el dere-cho de congregarse sin la anuencia de sus nue-vos gefes, y les concedió el mas absoluto pode'rde gobernar el pueblo santo, sin tesistencia alcontradiccíon.

No decimos por esto que no tenga el dia dehoy cada monarquía leyes constitucionales, álas quales se obligan los Reyes al subir al tro-no. La historia sagrada nos ofrece algunos exem-plos, y la augusta ceremonia de la consagraciollde nuestros Reyes abunda de los solemnes ju-ramentos que hacen, de sujetarse á las leyes delestado, de respetar los privilegios de la naciony los derechos de la Iglesia, de proteger con laespada la religion y sus ministros: mas yo bus-Co en vano en los anales de las monarquías unacto público, en que el pueblo se haya reserva-do el derecho de destronar al Rey que le opri-miere ~ y en el que se declare éste depuesto dela soberanía, luego que faltare á sus promesas,ó no observare las leyes del reyno. t,Qué alte-raciones, horrOl'ó.s ' farakc; discordias y mortan-dad no deberian remcr lu ~¡glos venideros, sieste delirio philrr:-:,':'i¡;Lv llegara á apoderarsedel espíritu d·.:. j4_'~ i-'u\.'O!Os?

Si este contrato srt~:ial, uirán aun nuestrospolíticos, no se hizo expresamente al formarse

Tom. 11. (; las

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18 Sermrinlas monarquias , no se puede dudar que intervi-niese á lo menos algun pactó implícito; porqueno se puede süpóner que los pueblos hayan que-rido hacer" un' entero sacrificio de sus bienes ylibertad á unas almas insaciables, ó á unos su-periores inhumanos. Mas i qué me interesan lassecretas disposiciones en que se hallaban los pue-blos bárbaros, quando elegian sus Reyes'? l,quétienen que ver con lo que yo debo á los Sobe-ranos que me ha dado el cielo '?

¡Oh quanto excede la religion en todas las,cosas á los delirios de los philósophos! Este es,~op9jstas temerarios, el pacto implícito que so-Jicitais. Dios mismo es su autor: entendedlo bien,y reconoced que la religion es la única que pue-de consolidar igualmente la autoridad de los So-beranos , la felicidad de ]os vasallos y la tran-quilidad de los rey nos. Ella nos muestra al Se-fiar presidiendo desde su excelso trono á la con-sagracion del Monarca: allí recibe por. una par-te los inviolables juramentos que bace la nacionde permanecer fiel á su Rey, y por otra partelos que hace el Monarca de ser benigno, huma-no, justo y benéfico: le dice á este, como le di-:xo en otro tiempo á Cyro, yo te he escogidopara que seas el pastor de mi pueblo: yo te doyla potestad: reyna en mi nombre, exerce miimperio, exécuta mi soberana voluntad, declara.mis órdenes·, representa mi bondad, observa tusjuramentos, y gobierna este p'ueblo segun sus.leyes.ba corona real que te doy, te hace der-

. lamente ¡ade.pendiente de lQi va~allo~, y l~" qUl-

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 19quita el derecho de juzgarte: mas si tú eres su-perior á ellos, las leyes son superiores á tí, Yyo te juzgaré con todo rigor. Obedecereis ávuestro Soberano como á mí mismo, le dice alpueblo; porque ocupa mi lugar, y porque le hecondecorado con mi autoridad. Si os hiciere fe-lices, será instrumento de mi bondad; si os opri-miere, será instrumento de mi justicia: padre, ó.tirano del pueblo, siempre tiene el mismo de-recho á vuestra fidelidad, porque yo gobiernopor él. Si su dominacion fuere violenta, bárba-ra ó injusta, ninguno de vosotros sea osado á·sublevarse contra el abuso de su poder-, antici-pándose á mis juicios. A mí solo toca la vengan-za, y yo me vengaré. Esperad, sin resistiros niquejaros, que yo rompa el instrumento de mi fu-ror; y que despues de haberos castigado, arro-je á las llamas vengadoras las varas que me hu .•bieren servido.

No hay que decir que, quando toda la na-cion va á perder mucha parte de sus bienes, desus derechos ó de su J ibertad, solo se ha de se-guir este gran principio, la ley suprema es liS

salud del put!blo. tQué abuso no se haria de es-te axioma polícico, oponiéndole á las grandesre~las de fid.:í¡dad que hemos establecido paralos tiemp;)s .L; ur)resion y de servidumbre? Con-vengo en que ~¡na esta máxima para las repú-bl ieas: ¿ p'. ro q 11,~rejssaber quál sea la justaaplicaeioll de ;:'sk principio en las monacquías1Debe servir de fl..rlll· á los S'Jberanos, y diri-~irlos especialment,; ti. a Juellus tristes apuros,

e 3 en

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20 Sermonen que es necesario salvar el estado con dolor()osos sacrificios. Las pasiones particulares del Mo.narca, su interes, la gloria de sus armas, elhonor del trono, todo debe 'ceder entónces aldescanso y' al alivio de sus vasallos. Como estamáxima seria muy útil en esta ocas ion en laboca del Soberano ,así tambien seria un delitoen la bOGa:de los vasallos que quisieran autori-zarse con: ella, para sacrificar d tirano a lapública felicidad. UseHla enhorabuena para ani-marse á hacer los mayores esfuerzos en las ur-gentes necesidades del reyno: dígase cada unoá sí mismo, mis bienes, mi libertad y vida sondel estado: mi ley suprema es sacrificarme, sifuere necesario, por el bien general: mas prete n-der la salud de un reyno con revoluciones siem-pre mas funestas que la tiranía, esto no seriaconservarle con detrimento del Soberano, masperder juntamente ambas cosas: esto seria mo-ver el trono, para' derribar al que le ocupa;exponer el estado á conseqüencias mas peligro-sas que el· mal que padece: esto seria renunciarla paz que es el mas precioso de todos los bie-nes , para 'recobrar una pcqueila parte de caudaló de libertad,. y comprar á precio muy alto,con la' sangre del pueblo, un bien que se deberíaceder, por conservar su sangre: esto seria de-bilitarse con divisiones, abrir la puerta á la am-bician de .los v.ecinos-; y dexarse aprisionar delenemigo:~ por~rehusar menores prisiones.

¿Quién puede ignorar todos los horrores delas turbacion~~ dOinéitica-s '? ¿;Qué.-defensor del

CQn-

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sobre la fidelidad á los Sob.:raf2os. 21

contrato social no concederá que es mas útil álos rey nos sufrir con paciencia la tiranía, quearmarse contra ella? ¡Ah! esta es la verdaderasalud de todos los pueblos, y la que debe ser-virles de ley suprema: que esperen en paz tiem-pos mas fe ¡'ices. Esta sabia ley, cortando la fatalraiz de bs revoluciones, puede por sí solarnanteuer la tranquilidad general del universo,la policía de los rey nos y la paz de todos lossiglos.

No niego, Hermanos mios ,que estos prin-cipios son una mera especulacion que la equidadde nuestros Reyes parece frustrar enteramente,porque esta preserva vuestra fidelidad de todogénero de v6jaciones ; mas sin observar aquí quela doctrina de las grandes obligaciones de lareligion se extiende á todos los tiempos, lugaresy ocasiones; sin recordaros que nos está man-dado anunciar oportuna é importunamente lassantas verdades del Evangelio, pretendo pro-baros que la beneficencia de los Soberanos, y lahumanidad de su gobierno dan nuevo motivode instruir mas á los vasallos sobre la inviola-ble fidelidad que deberian observar baxo el go-bierno mas violento y despótico. Un pueblo quehubiese sido feliz por mucho tiempo, se acos-tumbraria á considerar su fidelidad como de-pendiente de su felicidad. Olvidándose de la su-misioncon que debería tul erar un yugo pesado,de:x:ar-ia:de :congratularse por 'la felicidad devivir baxo el imperio de la moderacion y de lajusticia. Enfin- quanto mas obligado se viere el

pue-

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22 SermofZ

pueblo por la bondad de su Monarca, á serIefiel y amar1e, tanto mas se descuidará de apren·der en la religion las grandes máximas y sóli-dos principios de la obediencia christiana , si losMinistros evangélicos no se los ponen algunasveces á la vista.

Sobre este principio, yo adelanto mas, ypretendo que en el reynado de los Reyes queaman y protegen con esmero la re\iAion , es masnecesario repetir á los pueblos las constante~máximas de fidelidad para con los Sob~ranos in-justos y perseguidores. Sembradas estas semillasen tiempo de tranquilidad, hallan espíritus y co-razones mejor dispuestos, prenden mejor en lasalmas pacíficas, y dan su fruto en el tiempo ca-lamitoso. No temo decirlo, Hermlnos mios, unSoberano no representa menos al ser supremoquando protege la Iglesia, que quando la persi-gue. El juramento de los vasallos subsiste en to-do su vigor enmedio de los mayores excesosde aquel; y su fidelidad, siempre inviolable éindependiente de la fe del Monarca, jamas de"1be desconocer los derechos de su corona.

No creais, Hermanos mios, sin emblrgo,que por una inviolable fidelidad entiendoaquí una obediencia ciega á las órqenes justas óinjustas de nuestros Reyes, una vil sumisionsi~mpre dispuesta á sacrificarles las sagradas le-yes de la religion ó del 'est~do ~ á someterlesnuestra creencia, á faltar por complacerles, álas mas esenciales obligaciones, y á sofocar, porserv irles,. los clamore~ de la conciencia. ~Quién

s::

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 23se atreviera á dar el bello nombre de fidelidadá esta infame y sacrílega cobardía'? Aunque seaPadre, Señor y Soberano, ninguno debe serobedecido con perjuicio de la ley del Señor que

. ei el Padre y el Rey por excelencia. Dudar áqual de los dos se habia de obedecer seria undelito: desgracias, destierro, castigos, prisio-nes y martirio, todo se debe sufrir con fortale-%a. l,Temeremos mas al que solo puede destruirel cuerpo, que al que puede precipitar el cuerpoy el alma en los infiernos? ¡Ah ! entónces debe-mos exclamar, como los Apostóles , mejor esobedecer á Dios que á los hombres, al Rey delcielo que á los Monarcas de la tierra. Estó esen semejante caso elevar á lo sumo su fidelidaden lugar de faltar á ella. Este filé el exemplosiempre memorable, que dió á los Christianosperseguidos por la fe, la legion Thebana quan-do, derramando su sangre por la religion', ·sehallaba igualmente dispuesta á derromarla porel Emperador, que ]a hacia morir. Entiendopues por inviolable fidelidad la que no conocelímites, aun quando los prescrice á la obedien-cia; la fidelidad que se esmera en dar mues~rasde sumision, de amor y respeto en los lance6 .'enque el obedecer seria ser infiel. Este fué elexemplo que Jesus nos dió en la corte de Hero-des: rehusó hacer servir su omnipotencia'á ladiversion de su Soberano; mas observó al mismotiempo un respetuoso silencio: sufrió Jos escar-nios sin impaciencia, y se dexó sacrificar ·sinresistencia.

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24 SermonAquí me parece que oigo exclamar al fana-

tismo ipues qué! si peligra la religion ; si la au-toridad establecida para protegerla se vuelvecontra ella; si la heregía, abusando de la piedaddel Soberano, obtiene leyes en su favor, ó iCl-festa el trono; si la violencia de las persecucio-nes hace triunfar el error, y oprime los defen-sores de la verdad, t,se deberán sacrificar á unaobediencia débil los bienes, la libertad, la vidade los Católicos, los intereses de la fe, la causade Dios y la salud del pueblo'? t,no es esta laocas ion de una justa defensa ~ ¡Infame lenguage!

.que tendria yo que refutar con el temor de con-vertirme ea¡ monstruo, si yo no supiese que espropriedad de la heregía mover discordias y tu-multos baxo el pretexto de persecucion : si yo noviese en la historia de la Iglesia á los Donatistascorrer á las armas, hacer terribles daños, y ex-ceder en furor á los bárbaros que destruian elimperio; á los Maniqueos levantar el estandartede la rebelion, y hacer guerra manifiesta á susSoberanos; á los Albigenses y Discípulos de Vi-cIef y de Hus h3.cer correr arroyos de sangre:si yo no supiese que en estos depravados siglosla nueva Reforma ha autorizado la rebelion el1sus asambleas, ha hecho arder á toda la Euro-pa, ha causado mil revoluciones funestas á latranquilidad de los Soheranos y de los pueblos,y ha vulnerado el seno de la Francia con guer-ras civiles: enfin, si la historia indecorosa denuestras discordias domésticas no me mostraseque aun los mismoi Católicos, olvidando sus

má.-

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 2.5máximas, y quebrantando las leyes de la Iglesia,han formado execrables conspiraciones contra sosSoberanos, con el pretexto de que parecian pro-teger la heregía.,

Pero tantos exempIos, aunque distantes denuestros dias, y aunque mas distantes aun de lasocasiones de renovarse, nQs obligan no obstanteá exponer aquí por extenso el espíritu de Jesu-~hristo, ;¡ de S\l Iglesia. Si la piedad ilustrada denuestro Soberano no dexa por ahora lugar algu-no á la aplicacion de nuestros principios, traba-jemos á lo menos en instruir á la posteridad: des-

. de el puerto en que obervamos con seguridad lastempestades de los pasados siglos, enseñemos á,nuestros succesores que deberán derramar su san-gre sin resistencia ni murmuracion, antes que fal-tar en el menor ápice á su fidelidad.

Tal era en la ley antigua la religion de losHebreos. Conservaron una inviolable fidelidad álos Reyes impios, aun q.uando estos martirizabaná los Prophetas, é inundaban á lerusalem con lasangre de los fieles adoradores. Si pasamos de laley antigua á la ley de gracia t,quándo la perse-cucion debió parect't' mas crueL y mas injusta, quequando cargó de prisiones, é bizo perecer inhu-manameme al santo Precursor, aquel hombre tan$uperior á guamas Prophetas le habian precedi-do, y tI mayor de todos los nacidos ~ Sin embar-go, esta crueldad de Herodes no pudo arrancar¡¡ Jesus la mwor queja "Y rpucho, r:nenos,obligar~le á liorar á Juan Eautista de su prision, ó sal-varle la vida con un milagro: la funesta noticia

Tom.l!. D de

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26 Sermon',de su trágica muerte:solo le inspiró la resolucionde retirarse á la soledad.

i En qué ocasion enfio pareció la persecucionofrecer mas lugar á una justa· resistencia , quequando el Hijo del hombre vió llegarse el dia delas ignominias y de los tormentos de su pasion ~No obstante le vemos morir, abandonándose alfuror de sus enemigos. El qm~ se hacia obedecerde los Angeles, de los Demonios, de los vientos,de las ondas', de toda la naturaleza y de la muer-te misma·, sin oponer su omnipotencia á la legíti-ma autoridad, se muestra al parecer el mas débilde los hombres, y, como esclavo de la sumisionde la que venia: á darnos exemplo, no hace otracosa que sufrir 'y callar. Considerad atentamente.este divino modelo .los que por un falso zelo in-tentais mover sedicion. Estando en el huerto, s<r10 opone á la tempestad que se levanta contra su:vida una oracion tres veces repetida: no pide ásus Disd pulas otro socorro que el de velar y orarcon él ; Y enmedio de los tormentos solo eleva lavoz moribunda á su Padre para pedirle el perdonde sus verdugos. Quiere que sus Discípulos sigansus huellas; que á imitacion suya rueguen por susperseguidores, 'Y solo hagan bien á sus enemigos.Si los envia á predicar el Evangelio á las nacio-Res, no es con las armas en la mano para sojuz-gar , ó destruir el mundo; mas como unos corde-ros enmedio de lobos voraces. En lugar de en-viarlos á sublevar los pueblos, á castigar tiranOSy á sostener guerras, solo les anuncia dicterios Yaiesprecioi que tolerar, tribunalei y prisiones qne. ex-

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sobr~la fidelidad á los Soberanos. 27.experimentar, opro~rios que escuchar, tormentosque sufrir, y muerte que padecer. Si 'tes permitealgun medio de evitar tantos males, el único esel de huir de un lugar á otro, no dexan40 á susalmas otro recurso que la paciencia.

Procurando la Iglesia conformarse con estegran modelo, no. conoció otras armas contra, la.persecucion que la paciencia y perseverancia enla oracion. San Esteban no respondió de otro m04

do al furor del pueblo que le apedreaba. Quandoel Príncipe de los Apóstoles fué arrestado porHerodes, toda la Iglesia 5019 pensq en rogar áDios por él sin intermision. San Pa910, baxo elimperio de Neron , ordenó se hiciesen oracionespor el Emperador. Este fué el único medio quepermitió usar contra sus crueldades: este fué elúnico,r:e.c;u,rs.ode los Christianos por: el espacio detres~~entos años de una sangrient~ pe¡;secucionhaxo los Emperadores idólatras, y"despues por,el espacio de 'quinientos en varias veces baxo dePríncipes injustos; ó fautores de la heregí~; noobstante qu~ eQ el tie_mpodeTertuliao~, Poprsu,excesivo /1úmero, po.dian haber~e hecho m?s t~mi.bIes que los Part\1o~ y Marcomanos, si su religionno les hubiera prohibido cau~ar la menor aliera-cion en el estado. Esta fué 'la única defensa deS,an Ambrosio y de su p~eblo contr~ .los,sacrílegos;atentados del Emperador. Las oraciones de lospobr~s, ,decía el Santo, son las fuerzas de un Obis-po; estas son sus armas. Eonn no se oyó, en losocho primeros siglos que los Christianos faltasenuna sola vez á la fi~elidad dt;,bljl~no~vasallos con,

D ~ , pre~

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28 Sermonpretexto de 'reI'igion: no se-oyó 'que, tuviesen' par-te en las facciones que dividian el estado, queprostituyesen su obediencia á los usurpadores delimperio, 'y- que enmédio de los nuevos partidosque se fi)rmaoan todos los dias, se sepanlsen ja-más del Senado y de Roma. Aunque el Empera-dor' fuese herege, apóstata, impio , ó pagano,Jos Christianos siempre le lilÍráron como la sa~grada imágen del Rey de los Reyes. l.-Era nece-sario declarar su inviolable fidelidad rara con el'lue Dil)s habia establecido para exerccr su po-der en la tierra'? pues usaban. de -los respetuosostérminos de lealtad,. piedad y religion para conla segunda Magestad. Siempre supieron distinguirla fé del Príncipe del carácter indeleble de la so-beranía. El cetro no les pareció menos augustopor hallarse en unas manos idólatras, y mancha-das <:on la sangre' de los Christianos. Juramos,decia Tertuliano, por ·la salud y por la vida delos E:nperadores, como por lo que hay de mas¡agrado sobre la tierra. Animo, exclama esteDoctor, . transportado de zelo ; ánimo, buenosjueces, arrancad á los CliristÍanos- unas almas queruegan á Dios por el Emperador. _

Despues de esto" Hermanos mios, t. con quéhorror no mirariais á un pueblo, que con el pre-texto de hacer cesar los males de la re-ligion , se,atreviese á tomar las armas, ó sublevarse contrala soberana autoridad'? Hombres de poca fé, lesdiría yo á estos re~ldes , arrebatados de un zeloindiscreto ~quiéries sois vosotros para auxiliar alfl}m:lipote1lte~ a.Hibeis olvidado' que tiene prome.

: ti-

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 2'11tido asistir á su Iglesia hasta el fin de Jos si-glos? ¿ no sabeis que la debe hacer triunfar delOdos los esfu':;:rzosdel infierno C? i, creeis que ne-cesita él de vuestro brazo'? i,Os toca á vosotros,diria yo á este pu~blo , como les decia á los He-breos el padre de GeJéon , os toca á vosotrosvengar la causa del Dios que adorais, y comba-tir por él ~ Zeloso de la gloria de sus altares,sabrá bien vengarse por sí mismo del que loshubiese profanado. j Pues qué! el infeliz Ozafué castigado con la muerte, por haber queri-do sostener el arca que le pareció que se caía,y quar.do un brazo de carne se esforzare en tras~tOfIlar el arca mucho mas augusta de la nuevaalianza, que es la Iglesia fundada sobre la pie-dra indestructIble ¿ os atrevereis. á llamar la re-belion en su favor y defenderla con un delito?

Anathéma ¿ esie zelo sldidoso. No, la navede San Pedro por muy combatida que parezcaestar, no puede naufragar. Es verdad qJemu-chas almas puedé'n sumergirse con la tempestadi, mas no tienen tambien el recurso de los Apos-toles, que es el clamar, como ellos, diciendo,Sálvanos, Señor, porque perecemos; y esperardespues confiadas que Jesus, como despertandode un profundo sueño, aplaque con una palabra"los vientos y las olas? Si Dios no escuc.har-e porentónces las humildes oraciones de los fieles { sicerrando los oidos á los gen1idos de la paloma;quisiere castigar á su pueblo, Ó expol'ler su vir-tud á las mayores prue~as, no le quedará- masque hacer á este pueblo oprimido que alargar;

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30 Sermoncomo el Salvador, sus mano~ pacíficas á las ca-denas y ofrecerse á la muerte. Los mayores ries-gos de perder la vida ó la libertad no le permi-tirian otra cosa, como á David, que esperar enpaz, sin impaciencia y sin desearlo, que su opre-sor llegase tranquilamente al fin de sus dias., óque Dios le castigase por sí mismo, ó que pere-ciese en algun combate: no deberia pues espe-rar el fin de los males de la Iglesia, sino solo deaquel que, teniendo en sus manos los corazonesde los Reyes, los muda á su arbitrio, y es elúnico que tiene derecho de decirle á la muer:te,arrebatale el cetro, despojale de la corona. L~Iglesia se compara al ayunque que solo sirve pa-ra recibir golpes, y aunque no los da , se sueler.omper en él el .martillo que le golpéa: esta estoda su fuerza. Los verdaderos fieles no sabenresistir sjno derramando su sangre: así han can-sado ,y vencido siempre á sus bárbaros persegui-dores. Esta es aquella divina fuerza de que' iegloriaba el Apóstol en su debilidad. En efectoun pueblo que sabe sufrir con paciencia y mo-rir con alegria, es un pueblo invencible.

Semejante pueblo, muy ageno de armarsecontra los tiranos,.ó de maldecidos en su opre-sion, ruega á Dios· por su salud, y se duele des.u muerte, en lugar de congratularse. Así se vióá Samuel dentro de su retiro llorar de antema...,no la reprobacion y muerte de Saul: así, en la"muerte de este perverso Príncipe, David aunquecerciorado, con este suceso, de ascender al tfO-

no , y aun.que libre ya de los peligros de perecer,der·

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 3 1

derramó en público amargas lágrimas, y en elexceso de su dolor, interesó en 'su pena á loscampos y montes de Gelboe: así Jeremias, la .•.mentando la muerte de su perseguidor Sedecías,parecia haber perdido con él el gozo de su al-ma ; y creia, al verle morir, que veia caerselela diadema de su propia cabeza. Estos grandesSantos pertenecían €on antici pacion á la ley degracia, y tenian el espíritu de la Iglesia enme-dio dé la Sinagoga.

Esta es, Hermanos mi(l)s, una doctrina ver-daderamente santa y digna del Dios que fué irn-properadb sin maldecir él , que sufrió sin ame-nazar , y que se entregó sin resistencia á la ini-quidad de sus Jueces, convidándonos á imitarsus exemplos y seguir sus huellas. ¡Admirabledoctrina que Dios nos ha enseñado, y que noso-tros predicamos en sus templos! '¿,Para qué son,dirá alRuno ,estas espadas en las manos de losDiscípulos'? ¿,A qué se dirigió la órden de suMaestro de vender los vestidos para comprararmas'? Muestran á Jesus dos espadas, y él lesdice que basta. ¿, A qué se dirige esta precau-cion ,si es ilícito rechazar la persecucion con lafuerza? No ha y duda en que bastaban dos espa-das, porque lesus solo bUEcaba ocasion de re-probar su uso con el pretexto de re1igion: bas-taban dos espadas, porque Jesus no queria masque dar al mundo la importante leccion de que,aunque nos hallemos armados, debemos obede-cer á la pública potestad, aun quando fuerenlUY injusta: mas no bastaban dos espadas para

re-

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32 Sermonrechazar la cohorte que Judas debia conducir,ni para rebatir toda la fuerza de que podia usarel Senado de Jerusalem: y esto solo nos debepersuadir que Jesus no intentó resistir. Ademas,luego que Pedro comenzó á herir á uno de lossoldados, el Salvador le detuvo al punto, y lemandó con amenaza que embainase la espada; ypara reprobar mas fuenemelZte su zelo indiscre-to, curó al instante la herida que habia hecho.No era la espada la que queria dexar al gefe desu Igleáa: no queria sujetarle la potestad tem-poral de los Reyes. Poco despues , los Discípu-los movidos del exemplo de su gefe , piden per-miso para herir; mas Jesus los contiene tambien,prohibiendo en ellos á todos los pueblos chris-tiano~, que falten á la fidelidad que han juradoá sus Soberanos. Detente, pueblo desleal, os di-ria Jesus, como les dixo á sus Discípulos en elhuerto; respetad los juramentos iudisolubles: yá sus Ministros, dexad á los Reyes de las nacio-nes que las dominen; pero vosotros no queraisdominar. Mi reyno no es de este mundo: yo ,noos he dexado otra potestad que la de las liaves,ni otra espada que la de la palabra .,ni otros ra-yos que las censuras; no es mi voluntad que es-tas armas' del todo espirituales se conviertan ja-mas contra la autoridad de los Soberanos, nique impidan los derechos de las coronas, ni al-teren la fidelidad de los pueblos.

111. Me falta deciros, Hermanos mios, gualdebe ser el carácter de la fidelidad que se debeá los Soberanos; y diciéndolo brevemente , ella

se

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 3,3se debe fundar en los afe~tos del corazon y serel fruto del amor; tercera refiexlon que os haráver que la Re1igion se conforma en este puntocon los sentimientos de vuestras almas, y quedesempcáais una de las principales obligacionesdel Chrisrianismo quan io parece que solo seguisla noble inclinacion, que os aficiona á vuestrosSoberanos.

En efecto , Hermanos mios , despues de lasrazones que tenemos para obedecerlos ¿qué nue"vos motivos esperarémos para amarlos? ¿Basta-rá la vil dependencia de un esclavo, ó de unjornalero para apreciar dignamente á nuestrosdueños, que se hallan colocados entre el Sersupremo y nosotros, para ser los instrumentosde su justicia y los conductos de sus beneficios~Si su trono es el trono de Dios, si su poder esel poder de Dios, si su magestad es una imi-gen de la divina Magestad ¿sus derechos sobrenuestros corazones no serán tambien los den~~chos del mismo Dios? Así es, Hermanos mios;teniendo los preceptos de la sumision y delamor un mismo fundamento, nosotros pudiéra-mos desobedecer á los 'Reyes, si nos fuera per-mitido dexar10s de amar. Dios que, no conten-tándose con penetrarnos del temor de sus jui-cios, exige tambien de nosotros un amor filial¿ nos dispensaria de que amasemos á los que élha coronado con su autoridad y magestad '? OReyes, ó Soberanos mios ¡quánto me agradacomplaceros! ¡quánto deseo sacrificaros mi li-bertad , bienes y vida, quando considero, que

Tom. II. E sir-

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34 Sermon·sirvo, obedezco y me sacrifico á mi' Dios en vo-sotros! Así amo y reverencio á vuestra Magestaden su orígen. ¡Estos grandes motivos quánto en-noblecen á mis ojos el destino de los sugetosilustres que por su :estado rodean el trono! Losllamaría yo felices, si, siendo tan fieles á Dios,y los unos á los otros, como 10 son á su Rey,no envileciesen á veces su estado que es el masnoble, y .debe ser el mas virtuoso del reyno,Con secretas emulaciones .y con vicios públicos.¡Quán agenos estaríais del espírilU dd Christia-nismo los que obsequiaseis á vuestros Reyes porel interes , por laambicion , por el temor ó porel orgullo! no me negareis que recibiríais en es-te mundo vuestra recom pcosa.

Al que Ueva con pena y sin amor el yugode su Rey, tambien le hace gemír el yugo pa-terno. Las razones de amar á su padre y á suRey son unas mismas. El que nos ha dado elsér es el Sóberano de su familia; y un reyr.ono es otra cosa que una gran familia. que tieneat Rey por padre. Las autoridades paterna yreal dimanan del poder de Dios, y tienen, enuna palabra, el mismo orígen, la misma exten-sion y las mismas obligaciones. Vasallo tímidoy despreciable, que solo cedes á la fuerza, ponel colmo al oprobrio de tu esclavitud, siendotambien un hijo ingrato é inhumano. Lleva losdos yugos como un esclavo; mas borra ántes delos sagrados libros estás excelentes palabras delApóstol, someteos por el amor y por el deber, yno por el temor: obedeced sinceramente á vues-

tros

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sobre lafide/idad ti los Sob~r(lf1os. 35tras superiores, como al mismo Jcsud1ri:,to : ser-vid á vuestros amos de corazon y cc·;] amor,como quien sirve al Señor y no á .105 hombr~s.¡Infelices las almas corrompidas, que limitarencon otras ideas la obediencia á su Soberano! es-tos no serian Chrislianos, no serian Españoles.y carecerian del espíritu evangélico y nacional.

Mas quando yo no pudiese recurrir á las le-yes de la Religion y de la naturaleza , parainspirar á los pueblos el amor á su Soberanot, no me bastaria para esto avivar en ellos elamor de la patria'? Este es inseparable deL pri-mero, corno el bien público es inseparable delbien del Monarca. Pérdidas , ganancias, pros-peridad , adversidad, carestía, abundancia, to-do es comlln entre el Monarca y el reyno : asíeJ. conceder la preeminencia al uno de ellos se-ria amar la cabeza con perjuicio de los miem-bros, ó los miembros con detrimento de la ca-beza, y aborrecer á un tiempo las dos cosas.No temais que un Ministro ilustrado balanceéjamas los intereses del Soberano y de la patria,como si estuvieran opuestos entre sí: qualguieralternativa en este punto es quimérica. El quesirve mal al estado es desleal vasallo; el que sir-ve mal á su Reyes mal ciudadano. No es real,ni plebeyo el que no fuere á un tiempo las doscos.as. ¡. . '.

, Este amor del. Soberano, fundado' en el -,dela patria, nos debe interesar en sus guerras yen sus alianzas. Todo se arruina, si el Monarcay su pueblo no conspiran unidos contra sus ·ene-

E a . mi-

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36 Sermonmigas, y si cada vasallo no se resiente de verá su Rey ofendido. Hubiera perecido Jcrusalemy Jos Judios hubieran sufrido la esclavitud, sihubieran escuchado la proposicion sed !ciosa delRey de Assyria, que sulicitaba separarlos dela ohediencia debida á Ezechias, y persuadir/esque Sconacherib solo era enemigo del Rey; masla nacion se creyó amenazadl del gol pe queamenaza á su Soberano. Así la nacion españo~aha tenido ¡icmpre por suyos _los intereses de suHcy. Aunque nos viésemos reducidos, como Je-rusa/cm, á los últimos riesg()s, Jos. gefcs deSennacherib no podrían desunir á Ezechias y supueblo.

No hay pues cosa alguna, Hermanos mios,qúe un fiel vasallo no deba posponer á la saluddel Rey y de la patria. Bienes, fatigas, servi-cios, y aun la misma vida, todo se debe sacri-ficar, si fuere menester, al bien general, y porconsiguiente al servicio del Rey; porque estasdos cosas son inseparables. Si; nuestra vida per-tenece al Soberano y al estado; y la re1igionnos habla aquí con mayor energía que la am-bicion, el imeres particular, ó el amor de lagloria. Es ignorar igualmente su espíritu y susleyes el motejarla de que debilita la fortaleza,y reprime el valor que se complace en arries-gar la vida por servir al Príncipe. En los sa-grados libros se ve muchas veces que, en sin-tiéndose amenazado el estado, se reunia todoIsrael como si fuera un hombre solo. Las Tri-bus que Gedeon y Jephté no quieren conducir

al

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sobre la fidelidad á los Sobera"ol. 37al combate, murmuran y se quexan agriamentede que no se les diese parte de la gloria de sushermanos, de vencer y salvar el estado. En tiem-po de David, C0:no en nuestros dias , tenian porafrenta los S01dados vivir tranquiLlmente ensus casas, quaodo t0c!O ISfé~e1~5taha alojado entiendas de campañ<l. Urías tuvo por mengua en-trar en su casa, y descansar en compañia de suesposa, q:la:Jdo Juab y los defensores del pue-blo dormían sobre la tierra. Sacrifiquemos lasvidas por nuestro pllehlo y por nuestros herma-nos, solian decir los Macabeos: mas vale moriren el combate, que ver perecer el reyno y eltemplo. No permita Dios que huyamos del ene-migo: exhalemos heroyc.1mente el último alien-to, y no amancillemus nuestra gloria. El Espí-ritu Santo, á fin de eternizar las gloriosas ac-ciones hechas en defensa de la patria, lasaplauJe , y aun par~ce que se complace en re-ferirlas.

Quando peligrare la persona del Soberano,entónces mas que nunca no dcben los fieles va-sallos reparar en exponer sus v idas. Las vidasdel pueblo deben servir de escudo al Soherano.Dehe el enemigo haber hecho un estrago gene-ral, ántt:s que pueda incomodarle. Ethaí , aquelextrangero que m:litó al sEni':io de David, se-rá siempre p3ra los Soldados un modelo deamor y le:¡ltad. El Rey casi abandonado y singente, reducido á huir y expuesto á perderjuntamente la vida y la corona, quiere hacermarchar á este generoso caudillo de los ext-ran-

ge-

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38 Sermofl

geros, por preservarle de su calamidad; masél responde con valor, vive el Señor y viveel Rey, á quien sirvo, que á qualquicr parteque fuer~s, ó Rey miú, t(: he (L.;acompaflar,y Ita te he de dcxar en vida ni en muerte. Es-to es lo que se llama amar y servir á los Reyes.

Pues que los debemos amar, hasta sacrifi-carles generosamente las vidas, si fuere necesa-fio ¿ qué diremos del sacri{l.cio de nuestros bie-nes, y quién se atreverá á ql1exarse de com-prar á este precio la seguridad del Monarca yla salud del reyno'? Sí, Hermanos' mios; losMonarcas tienen el mismo derecho á nuestrashaciendas que á nuestros obsequios. Debemosdarles con la misma fineza el tributo de nues-tros afectos y el de nuestros bienes.. Si yo hablara á un pueblo mas am:lOte desus riquezas que de sus Reyes, le diria , nodudeis en franquear al Príncipe quanto necesi-tare de vuestros caudales, para conservar 10restante, y comprar los dos bienes mas estima-bles de una nacion, quales son la paz y la li-bertad. Si yo viera la salud de la monarquíaamenazada de una sangrienta guerra, le diria,t.veis este baxe1 expuesto á naufragar en ]oshorrores de una tem pestad '? pues los ex pertasnavegantes arrojan al mar .la ~ica carga, parasalvar el navio y su propna VIda: este ex~m-pIo debería imitar un pueblo que ~o pudIeseevitar la calamidad de la guerra, III salvar elestado, sino sacrificando sus riquezas.

Si yo hablara á un pueblo, que por solomo-

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sobre la fidelidad á los Soberanos. 39motivo de religion" contribuyese con los socor-ros necesarios para la defensa de la patria, lepersuad iria con la respuesta del Salvador á losque le preguntaron si debían pagar el tributo;y con estas palabras del Apóstol, pagad á cadauno lo que le debeís segun su cIase, los trib~tos y contribuciones á quienes" pertenecen, hon-rando y respetando á los que debeis: yo opon-dría sobre todo los exemplos de Jesl1christo álas quexas , en que pudiera prorrumpir este pue-blo apurado por su indigencia. Ved, les diríayo, la suma pobreza del Salvador del mundo:nace en un establo, y un pesebre le sirv~ de cu-na; no es des pues rescatado eo el templo sinoal precio de un indigente; durante el tiempode su iuventud , se ve reducido á sustentarse conel trabajo de sus m:lllOS ; excrcicndo su predi-cacion , no tiene donde reclinar la cabeza; sernanriene á. expcn~:-c:s ce la cuidad de sus hués-pedes; y sus discíyilns, lr~:s¡lJ~ad()s de hambre,se al,'n"¡-"l]rJO r'('n ·.,,'nU1J·'" ("'1';:--'-'<; (1(' t"rio() cs-. '- ~.~ a b . (\... ..."J 1" (~I!'~'" ~ • t'"l ,

, '1treg:trJQr.J as entre sus m:.m·)s: iqUá.l)l ;l~J r-'l.Znnespara creerse dispensados dd trii,,-'m()~ S~i1cml'ar-go Jesus hace un milaf:ro, p;¡ra paWtrll); yosenseÍla así, Hermanos mios, á hd.c¿r prnc¡igiosde am0r para pagar Jos Vuestros. El Jo h:dlóen la boca de un pez, y vosotros le hallareis enel seno de la tierra, en la in'.iustria de vuestrasmanos, "en los ahorros y (:erc~ncs de vuestro lu-:XO, en el estudio y (:0 el retiro del gabinete, yal otro lado de lGS mares. El amor del padre dela pacf ia os dará fuerz.as, genio, recursos y alas.

i,Mas

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40 Sermon~l'v1ases necesario recurrir á los motivos del

interes, ó al rigor de las divinas leyes, para ha-cer contribuir á las ne::esidades públicas á unpueblo que por el amor de su Rey y de su pa-tria, se halla siempre dispuesto á sacrificarse porla S4111d del uno, y por la gloria de la otra?¡Oh, Hermanos mios! si fuera menester persua-diros , que sacrificaseis vuestros bienes á la es-tabilidad del tr~no , ba~taria preguntaros con elS:dvador ~de quién es esta inscripCion, y á quiénrepresenta esta im:ígen grabada'? No, yo noexhortaré de otro modo á esta obligacion indis-pensable á un pueblo, á. quien la imágen delMonarca basta para hacerle olvidar sus propriasnecesidades, y resolverse á los mayores sacrifi-cios; á un pueblo á quien el amor á su Rey to-do se lo hace fácil. lo No se ha visto un exeli1-plo, un deseo del Soberano mudar súbitamentenuestro luxo en públicos recursos ~ t,No se havisto una centella despedida á tiempo encenderuna noble emulacion en todos los órdenes delestado, y reparar nuestras pérdidas marítimas'?Sabed abrirle su carrera al sentimiento, y todosconcurrirán á competencia: se tendrá por afrea-ta el ser excedido en los testimonios que se die-ren de amor á su Rey: los peligros del estadoaumentarán entónces las riquezas y los solda-dos. Mientras reynare este amor e~tre nosotros,la España no será jamas tan terrible para susenemigos como en sus. mayores apuros: ellatomará nuevas fuerzas, quando qualquier otroreyno estaría en ¡guates <:ircunstancias próximo

á

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..robrelafidelidad á los Soberanos. 41á arruinarse. Así Roma jamas rué mas temil,leque quando las grar.des cabmidades la ti11le'lIa-

zaban con su total deslruccion : 2SÍ ,(D ti tiem-po de los Macabeos, los Judios debieren la sa-lud del estado y el rest<lbkcimiento de su go-bierno al sumo peligro, en que se hallaron eltemplo y la Judéa. No 10 dudeis , Hermanosmios; el amor recíproco del Monarca y del pue-blo perpetuará hasta las últimas edades esta flo-reciente monarquía. Los tronos no tienen otromas sólido fundamento; y los que nos hallarr.osencargados de instruir á los vasa 1I0s en sus massagradas obligaciones, no tenemos mayor con-suelo, que ver el espíritu del Christianismo in-separable del espíritu nacional.

¡Gracias continuas se tributen á vos, ó Se-ñor, porque habeis conservado en los corazonesespañoles este amor al Monarca, que astgurala duracion y gloria de este reyno ; y porquehabeis dado tambien á España unos Reyes por10 general tan dignos de conservar el amor dela nacion! No permitais, ó Dios mio, que esteamor recíproco del Monarca y del pueblo jamasse disminuya, para que esta esclarecida monar-quía no pierda su mas sólido fundamento, y veadesvanecerse la mas fuerte defensa que puedeoponer á sus enemigos. A fin de hacer durableesta union de la na.cion española y de sus Reyes,dignaos, SeDor, ser vos mismo su sagrado Jazo:que el Rey os ame en su pueblo, y que el pue-blo os ame en su Rey; y que esta feliz harmo-nía atraiga vuestras perpetuas bendicione.s sobre

Tom. 11. F la.

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42 Sermonla persona del Soberano, y sobre su rey no.

Dilatad sobre todo, ó Dios mio, la medidade su reynado hasta la mas remota edad. Dig-naos multiplicar sus días quanto la humana na-turaleza lo permitiere: Dies super dies Regísadjieies. Estos son, Señor, los deseos y la masdulce esperanza de toda la nacion: ¿ mas se de-berá ceñir á deseos tan limitados un orador sa-grado ~ Las divinas escrituras me enseñan ti.concebir para vuestra Magestad un deseo masdigno de la santidad de mi ministerio. O Rey,des pues que hubiereis reynatlo largo tiempo so-bre nosotros, gozad eternamente de la vida bien •.aventurada: o R~x, in teternum 'l)iv~. A,sí sea.

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SERMON

PARA EL MARTES DE LA QUARTASEMANA DE QUARESMA.

SOBRE LAS AFLICCIONES.

Beati qui lugent, quoniam ipsi consolabuntur.

Bienaventurados los que lloran , porqueellos serán consolados. S. ft;latth. v. 5.

SENüR,J-.Jas máximas de Jesuchristo deben estar siem-pre en contradiccion con las del mundo. CadaURO de los dos coloca la felicidad en la pose-sion de los bienes que él puede dar. El mundosolo puede ofrecernos gozos inmoderados, rique-zas perecederas, honores frívolos, y falsos pla-ceres = feliz, dice él , el que posee todos estosbienes: Beatum dixerunt populum, eui hree sunt.Jesuchristo, pudiendo igualmente hacernos fe--!ices en este mundo y en el otro, se abstienede ofrecernos u~a felicidad temporal, indignade las riquezas de su misericordia y de nuestrosdeseos, y al mismo tiempo peligrosa, porque

F 2 sue-

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44 Sennonsuele impedir la interminable felicidad: bien-aventurados, dice, él , los que lloran en esta vi-da , porque serán consolados en el cielo: Beatiqui lugent , quoniam ipsi consolabunt uro Vedaquí, Hermanos mios, una muy temible dife-rencia en:re los justos afligidos, y los dichososdel mundo: las alegrías de estos se conveniránen eternas lágrimas; y á los lamentos de losinfelices sucederán eternos gozos. ¡Ah! no mediga ya el mundo que yo viva feliz; porque es-te es un deseo bárbaro y proprio de su cegue-dad, ó de su perfidia: que jamas se interese enmi prosperidad, ni se afane por saber si vivoexento del dolor y de las enfermedaoes: me hor-roriza el dichoso estado de que me felicita; pre-veo, temblando, su desgraciado fin , y envidiolos consuelos que deben esperar los atribulados.Estos son los sentimientos, Hermanos mios, queprocuraré inspiraros en este discurso. Os quierosometer á las aflicciones, consolaros en ellas, ypersuadiros que las amcis , probando á este finque son efectos de la justicia de Dios, de su sa-biduría y de su bondad. Imploremos ántes la5luces del Espíritu Santo por la intercesion deMaría. A've María.

SEÑOR,I. La mano de Dios nos hiere y nos sostiene;

nos hace las llagas y nos las sana. Los hjenl's ylos males, la vida y la muerte, la riqueza y lapobreza, la gloria y la ignomin;a , la adVlrsi-

d:ld

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sobre las Aflicciones. 45dad y la prosperidad son igualmente efectos desu providencia. En una palabra, ninguna cosaacaece en la tierra sin órden .suya, aunque seala muerte de un p~jaro, ó la caida de un solocabello. Yo podría detenerme aquí, Hermanosmios; y para probar á los Christianos la justicifl,de las aflicciones, bastaria decirles, que Dioses quien las envía; no culpeis á los hombres, nial acaso: vuestra suerte se ha decretado en elciclo, y vuestras quexas serian impías.

Mas pasemos adelante, y probemos como unnecesario presupuesto, la rectitud de los-juiciosde Dios para con los que aflige .. Veo eón' elSa-bio desde luego una general a:fliecion derrama-da s~bre el linage humano; -veo á todos los hom~brcs sujetos, luego que nacen', á la penosa leydel trabajo; veo á estos' hijos de Adam llevartodos ellos sobre sus hombros un }-ugo muy pe~sado, desde el seno de sus madres hasta el se-pulcro. Los delirios de la' imaginacion', las tur ..•.baciones del alma, Jas dudas., las incertidum-bres, las tinieblas de I'a ignorancia, los accé;¡''sos de furor y de envidia, los cuidados roedo-res, los ímpetus de la cólera " todas"las pasio'"nes , los sueños espantosos, los terrores noctur-nos, las muertes, Jos combates, los peligros con-tinuos, una ¡m.d6tud de 'enfermedades, míl gé-neros de pLlgas., y los horrores de la muerte;ved é.ll;llÍ la triste suerte que está reservada á to-dos ks ÍldOlbres, desde los Reyes y los Gran-d~~s h:ma la 11l~S Ínfima condiciun del pueblo.¡O m¡~~L.tble especie humao:t! ¿por qué has si.do

con-

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46 Sermon.condenada á padecer sobre la tierra'? Oigo alSabio que me responde, que por haber ella de-linquido. Tantos males se han producido para~astigar á los malos: Super itliquos ereata suntbtee omnia.

Es evidente que no eXIste hombre algu-no, que no tenga que reprehenderse de haberhecho un lJSO criminal de su libertad y de surazono En la corrupcion general que inficionó latierra ¿ quién podria decir mi alma est,Í pura;~sroy exento de pecado'? ¿Qué hom bre ha-;brá habido. que no haya sido justamente afligi-do por Dil)sf ¿Mas qué delito tiene que expiareste desgraciado infante en la cuna'? ¿Por quésus primeros gritos .son gritos de dolor'? ¿ porqué se abren sus -ojos para el llanto, abriéndoseá lq luz'? ¿ por qué sus primeros movimientosmuestran con IainquiCtud lo que está padecien-do'? ¿ por qué nace este infante con una especiede maldicion, rodeado de mil males, y llevan-do en' la frente el funesto presagio de las mise-rias que debe arrastrar hasta el sepulcro '? ¡Ah!él me recilerda el decreto fulminarlo contra losdescendiehtes del primer hombre') corno un cas-tigo de su pecado. Enmudezco, Señor, y adorohumildemente los decretos de vuestra justicia.Es cierto. que son incomprehensibles, en quantonos representan á todl)S los hombres como cóm-plices en el pecado de su padre, y que debensufrí':" la pena ; m~s. una vez, establecido esteprincipio de la re1JglOn, ~q?e luz no derramasobre la justicia de las aflIccIones, que el hom-

bre

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sobre fas Aflicciones. 47breo experimenta en todas las edades? Porque to-dos nacemos pecadores, debemos padecer lue-go que nacemos; y si Dios no nos preserya porla infancia, de hacernos sentir los efectos delpecado i cómo no ha de crecer este sentimientosegun que con la tdad fueren creciendo nuestrasfuerzas? i,CÓlTIO cada día de nuestra vida no ha deser una neeva expiacion de nuestro orígen cri-minal f i Quién os podría reconvenir, ó Señor,3Ul] quando hicieseis perecer las naciones quehabeis criadv? sois justo; y aunque podeis se-;ñalar á vuestras criaturas el grado de felici.dad que quisicreis, el Sabio, no obstante,nos ha dicho que tendreis á menos el castigar alinocente.

o Mas, pre~cindiendo de la mancha originali dónde está el hOITlbre que no haya merecidopersonalmente .ser afligido por mano de Dios'?i dónde está el hombre que b2ya conservado talinocencia sobre la Litrra , que pueda rehusar ha-cer la confesíon que l1icicron los hermanos deJoseph, el mas jóven de los Mártires Maca-beos, y el buen Ladran, mis penas son un justocastigo de mis pasadas infideljdade~? Tal vez,Hermanos o mios, aunque os reconoceis dignosde qualquier castigo, creeis no obstante que ospodeis quexar de! rigor de vuestros males, ysin culpar enteramente la justicia de Dios, la-mentaros al mismo tiempo de su excesiva seve-ridad: estas son las culpables quexas, que pre-tendo, Hermanos mios, sofocar dentro de vo-sotros, mostrandoos la ju~ticia de pios en sus

mal

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Sermonmas terribles castigos, y su moderacion en 10que lI.amais vosotros el sumo rigor de sus ven-ganzaió

t Habeis visto alguna vez con los ojos de lafé la fealdad del pecado, el atentado que en élse comete contra 'la divina Magestad, y la dis-tancia infinita del pecador al Dios á quien ofen-de'? tHabeis entrado con la consideracion en lacárcel lunible de los réprobos, para calcularla enormidad dtl pecado por la grandeza de sucastigo '? t Habeis sondeado alguna vez la pw-funda humillacion, á que se abatió el Hijo delAltísimo, par~_ expiar los pecados del hombre'?En este caso comparad el pretendido exceso devuestras aflicciones con el ultrage hecho al Sersupremo por un gusano de la tierra; comparad-le con las penas del infierno, y con el anonada-miento y tormentos de un Dios: si, despues deesto, Os atreviereis todavia á quexaros de quesois tratados con rigor por un Dios justo; masbien podreis comenzar á igualaros con él , á mo-tejarle de cruel para con los réprobos, y ádesaprobar como injusta la dureza, que le hizosacrificar á sU Hijo unigénito. Mas si es cierto,que desde el fondo de la nada os habeis' atrevi-do á rebelaros contra vuestro Hacedor; que sujusticia ha formado. para los pecadores abismosde fuego; y que le ha movido á entregar á l.amuerte al Salvador de los hombres ¿,le podrc!smotejar de que os castiga con exceso'? ¡Ah! siquedan aun en los tesoros de la ira divina casti~gas que no habeis experimentado, y males que

no

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sobre las Aflicciones. 49no habeis padecido; si vuestros dolores os per-miten momentos de descanso; si hay alguna par-te en vuestro cuerpo que no esté padeciendo;si os qúeda alguná cosa- que - perder de vt.lestraopinion ,de vuestra familia, ó de vuestros bie-nes ; á mí me corresponde motejar á la justiciade Dios el que os haya preservado de estas ca-lamidades.

Ingratos, quando desde el seno de la trí-buladon c1amais con impaciencia' contra Dios,y os quexais amargamente de su justicia ¿quéseria de vosotros, si él no escuchase mas á suclemencia ~ Temed ,.como Job, llenar-la medi-da de vuestras aflicciones con vuestras quexas.Aunque me cargaren de oprobrios, exclamabaél , siendo justo ó pecador , no me atreveré, óDios mio, á disputar con vos. Si me atreviese,me persiguiriais como lean que persigue su pre-sa: añadiriais horribles tormentos á los que pa-dezco, y derramariais un nuevo diluvio de ma-les sobre mi cabeza.

. De la fealdad del pecado en general, pase-mos al número de los que vosotros habeis come-tido: iquántas nuevas razones para el Señor deagravar su brazo, y para vosotros de sufrir conperfecta resignacion! Oyendo á vosotros, vues-tra suma infelicidad solo puede provenir deuna mano injusta y cruel; pero yo apelo á vues-tra conciencia. tOsariais decirnos, como Job,ojalá que mis pecados se pusiesen en una balan-za, y mis tribulaciones en otra: el peso de estasexcederia al de mis culpas, quanto le excederia

Tom. Il. G el

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50 Sermone·l de las arenas del mar'? Decis' que sois el ob-jeto de· la mas horrenda calumnia: mas si ·se osdice que la calumnia qpe os afr~nta ,es el ~asli-go de los muchos pecados que. habeis comeddol,os atre~ereis á decir, ,comp Job, acuse me' delan-te de Dios el que se alegra de mi aiiiccion'? yome delataré al pie del trono y convenceré de fal-sarios á los que se atreven á imputarme culpasque merezcan su' ira'? .Estais .optimido, y. soisla triste víctima de vuestros enemigos ¿, mas osatrevereis á decir,. como David, si yo he vuel-to' mal por mal, triunfen de mí mis enemigos,y perezca yo baxo de sus pies'?U na terriblecaída os ha precipitado. de los empleos ,honori-ficos, en que el Monarca habia confiado á vues-tra sabjduría su poder y el bien de su rtyno;mashabiendoos confundido afrentosamente conla multitud ¿,os atrt;vereis á decir á Dios estaspalabras de David , la ambician, ó Señor, nome hahechó solicilar las humanas grandezas:elevado á su cumbre, el orgullo no me ha t:n·vanecido, .ni deslumbrado'? Habría mucho quedecir aquí :.Jere.mias dixa quanto habia que de-e.jrde los atribulados en estas palabras,. t, dequé murmura. el hombre'? él no padece sino porsus pecados.

Pero medireis que el exceso de vuestros ma-Jes os hace prorrum pir en quexas. ¿, Acaso, Her-manos mios, os replicaré con el Apóstol, se oshaa purado la paciencia ántes de haber derra-mado vuestra sangre'? Comparad vuestras penascon las de otros muchos, que· siendo mejores

que

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sobre las Af/it'ciones. 51que V0sotros , .y habiend() .sido mas atribulados,han tenido tambien mayor ·.resignacion. ¿,Habei.experimentado, coma .Job·, en un solo dia ~ lapérdida de' vuestros bienes' y. de vuestros hijos'?Esto no obstante,. solo profirió estas memora-bles pa-labras,. volveré 'lil 'seno de la tierra tandesnudG como sali del seno ·materno: el Señorme quitó 'lo que me' habia dado: cúmplase suvoluntad,. y su nombre sea bendito. i,Ha·· sidovuestra vida,. como la de David, un texido detribulaciones,. 'de desgracias 'y de trabajos'? Contodo, ·en lugar de quexarme" dispuesto estoy~decia, á tolerar nuevos castigos. ¿,El'caliz queDirJS os ha dado, os ha· causado ,. como al Se-ñor,. una mortal agonía, y os ha hecho sudarsangre en tanta 'abundancia que haya corridohasta la tierra'? Sin embargo, ó Padre mio, ex-clama él, cúmplase vuestra voluntad, y"no lamia. ¿Habeis padecido tantos trabajos como elApóstol de las gerltes , estado en tantas cárceles,sufrid,) tantas prisiones, tolerado tantos to'rmen-tos, y experimentado'·tantos y.. tan :diferentespeligros~. sin emha~go , él se gloría eh· sús tri-buhciones ~;sabiendo :que, con ellas s,e perfeccio-na la paciencia, y se consolida la esperanza delpremio. - ...

, Venid tambien , venid á confundir ,á quan-tos Jlevan' arrastra[úh~ el grave' peso 'de la tribu-lacion ,ó generosos Confesores, cuya pacienciafiJé superior á las mayores pruebas; vosotras,Vírgenes gloriosas, que' á 'pesar de la delicadez..devuestro sexo, 5ufristeis con· heroyca constan •.

G 2 CÍa

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52 Sermon . ",cia los m.as cruele.$j(tor.melilo.$¡~.,Vosotros.., cuyatierna infancia, ó ~JUrema ·veje.z despreció los~up1i<;:ios",y. triunfó. <:le)a -:inhJ.Hnaoid&d. de lostiranos; v.osotros ,-piadosos solit"r.i~s"c~ya as~pera penitencia fué un dilatado martirio, y cu-yas austeridades casi increíbles. os transforma-ron en otros· tantos esqueletos que vageabanpor los desiertos, venid' á repr.ehender la CD-t

bardía de mis oyent-es , y á sofocar cQn vuestrapresencia las quexas de su delicadeza.

Si estos exemplos, por muy antiguos y muyraros, no os hicieren disminuir la excesiVq ideaque habeis formado de vuestros males ; recor-red todas las clases de los infelices que os ro-dean, y comparad su suerte con la vuestra. Nomiremos á los que nos -exceden, sino á los que.nosotros excedemos, para graduar sin equivo-cacion lo que padecemos. Id á los .arsenales , yved en ellos las tristes chozas habitadas de losque estansentenciados á vivir muriendo en eltrabajo, en la opresion y en los horrores de laindig~ncia .. Id á las ciudades, y bpscad en ellaslas desgraciadas víctimas. del hambre., ·de laignominia y de la desnudez. Subid á las ma$elevadas habitaciones, y hallareis. algunas re-gadas con las lágrimas de toda una familiaque, por un ·total abandono., se ve reducidaá delinquir, ó á perecer. Id á la$ mazmorrasá ver penar los cautivos en el dolor y deses-peracion , gimiendo tristemente, y arrastrandopesadas cadenas. Recorred esos obscuros cala-bozos , en donde moran los remordimientos,

ter-

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sobre las Aflicciones. 53t~rror~s y despecho, encierros. que no se pue-den habitar sin horror, ni reconocer sin asom-bro. ~ntrad en esas casas de caridad que pre-sentan una asombrosa multitud de todas las hu-manas enfermedades; en esos edificios que lospobres miran con -pavor como sus sepulcros, yen los que van á morir mas infelizmente quehan _vivido.. Ved esas hileras de moribundos quemezclan, sus ay es lamentables, que se asustanmÚLUamenrecon las extrañas convulsiones queanuncian el último suspiro, y que se muestranunos á otros la horrenda imágen de la muerte.

. ~eflexil)nando sobre vosotros i,os atrevereis áprofenr la mas mínima quexa ~ Si os quexareis,admiraré la justicia de Dios que os castiga convuestras pasiones, que os permite labrarosvuestra infelicidad, que hace servir para ator-tnentaros la ambiciosa pretension de felicidadque habcis concebido, y que, en las afliccio-nes en que desconoceis la equidad de sus jui-cios, solo os hace sentir las molestas señalesde su indignacion.

Proseguid diciéndonos que vuestros malesIon excesivos en su especie: porgue, si se hu-biera de creer á los atribulados, todos eUos sehallan en el estado mas deplorable. Las cala-midades de otros son nada en comparacion delas suyas: entre ellos y otros infelices ha y unasdiferencias que los desatinan: sienten mas losgolpes, se les multiplican los males, y sus lla-gas son mucho mas profundas. i,Mas no será es-ta, Hermanos mios, una ilusion de vuestro amor

pro-

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54 Sermonproprio ~ i no será vuestra sensibilidad la queos exagera unas aflicciones que no son crecidas~t,Jo que os hiere hasta el corazon no será me-m»s un verdadero mal que una corta diminucionde vuestra acostumbrada comodidad'? Sí ; no lCJ

puedo dudar: porque en ese estado que os cues-ta lágrimas, no faltan otros muchos infelices queos envidian. Esta sitUacion que lamentaís, seriapara un sin núm~ro de personas el colmo de lafelicidad. Así es; de vuestra avaricia nace vuesw

lra necesidad, de vuestra sensualidad vuestrodolor, de vuestra ambician vuestro desman , devuestra irreligion vuestra desconfianza, y en unapalabra, de vuestras pasiones vuestra infelici-dad. Vivid christianamente , y os transf(Jrmareissúbitamente en hombres felices: así adorareis laclemencia de Dios en las mismas aflicciones, enque os era tan dificil reconocer su justicia.

Tal vez, no atreviendoos á exagerar masvuestras aflicciones, nos opondreis vuestra fla-queza; y p~lra jllstlficar vuestras am~rgas que-xas, nas d¡reís que sl)is a]ig:dos so~re Vllestrasfuerzas. Así e:i CiCrLHl1el1te , :si hlblais sola:ncíl-te de las fllerzls de la naturaleza, y mas de unanaturaleza debilitada y afeminada con la d~li-caaeza t, mas qué no puede la débil n:ft uraJeza,quando se halla asist ida de la virtud ele Dids'?QLJando tuvier~is que sufrir un p~so en()rlil,~ delribubc¡o:1es, Dios os dice, como él San Pahlo~mi gracia os b:l5ta. Con este socorro, dccia es-te Ap()srol, b ignominia ó la (41o,:,ia " (:] ham-bre ó la abund,ull:-;a, las riquezas ó la pobreza,

to-

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sobre las Aflicciones. 55todo esto me es indiferente. Todo lo puedo sufrircon la virtud del que me conforta. Sostenidos consu gracia, podemos tambien nosotros, Hermanosmios, ser oprimidos por todas partes, m;ls respi-raremos aun; vernos en peligro, mas no estare •.mas sin recurso; ser perseguidos, mas no sere-mas abandonados de la divina misericordia; serabatides·eon terribles golpes,mas no perec.eremos.

Aun quando carecieseis todavía de estasgracias eficaces que dan la resignacion y for-raleza ¿, no las podeis pedir, y pedirlas con tan-ta mayor perseverancia, quanto fuere mayorvuest.ra fiaqu~za '? Porque estaisabatidos , nece-sitais alargar los brazos al que os puede volverá levantar; porque os ha1Jais rendidos, necesi •.tais implorar el favor divino; porque sois débi-les, necesirais orar. Si no podeís sufrir como he-roes cnristianos ¿ 0'0 podeis á lo menos exc1a:-mar con el Profeta, venid, SeÍlor, en mí so-corro, apresuraos á favorecerme'? Si clamarenasí vuestras almas abatidas con la afb.:cion,consolados y esforzados al punto, direis conel Apóstol, simiendoos con nuevo vigor ,. nues-tra debilidad se ha conv~rtid<) en fortaleza.

Mudad pues en humildes ruegos vuestras im-portunas quexas, todos los que gemís baxo elpeso de las aflicciones. Vuestras culpables mur-muraciones os conducirian en fin á la impiedad:si á los golpes de la divina mano no se some-ten nuestros corazones, los provocan á la rebe-lion: se eKponen á blasfemar los que padecencon ¡mpa\,;itncia; y facilmente sacuden el yugo

de

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56 Sermrmde la fe los que toleran sin resignacion los divi-·nos castigos. Los Hebreos comenzaron en el de.sierto con sediciosas murmuraciones, y acabaroncon -la adoracion del becerro de oro. No os su-ceda lo mismo, Hermanos mios. Aunque os vie-reis "ltribu1ados con todo género de malrs, soloprofieran vuestros l'abios estas excelentes pala-bras de Joh, t,habiendo recibid~ los hienes de lamano de Dios, por qué no recibiremos tambienlos males'? Si quitare lo que hubiere dado ¿ quiénse atreverá á quexarse, y á reconvenirJe de quelo haga- así ~ Es cier~o que puede haber injusti-cia en los que os persiguen; mas siempre se va-le Dios justamente de ellos, para que sean losexecutores de sus designios, y los ministros desus venganzas. David solo veía en los insultosde Semcí las órdenes del Señor, al qual teniaél por ilícito pedirle razon de su conducta: asídebemos considerar tambien nosotros á. nuestrosmayores perseguidores. Los que se irritasen con-tra estos instrumentos de la ira divina, imitarianel necio furor de los animales, que muerden elpalo que los hiere, ó la piedra que se les tira.No hay medio: es necesario sufrir todos losdaños de los hambres, ó rebelarse atrevidamen-te contra el cielo; inclinar las cabezas baxo laprepotencia de los iniqiios, ó sublevarse contrala del Señor ; reconocer humildemente delantede Dios que habeis merecido que arma$e con-tra vosotros la injusticia de los hombres, ómotejarle de injusto en sus designios, y deinconsiderado en sus juicios.

No

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sobre las Afliceiones. <srNo crcais no obstante, Hermanos mios, que

predic~ndoos aquí la sumision á la divina pro-videncia, aun en lai aflicciones que os penetra-.ren del mayor dolor, intente yo prohibiros Laslágrimas que por una justa sensibilidad se der-ram:lren de vucstros ojos: yo solo repruebo eldesaliento y la desconfianza. N o creais que osprohibo los modestos ayes que os arrancarenvuestros males: solo de~ílprtÍebo las murmura-~iones. No se exige de vosot.ros 3\luel orgulloeSlOicoque se csfuerza en meoospree ¡ar el dolor,y desafia á todo g.enero de enfermedad; esto se-fia insultar á la justicia de Dios, y mofarse de-sus castigos. Tampoco se exige de vosotros querecibais las mas dolorosa$ aflicciones con una es-túpida insensibilidad que no dependa de voso-tros , y que sea un defecto natural; D;os no ~u-fre que se menosprecien sus gol pes, y solo h)~desca~ga sobre sere~ sensibles. Pagad pues < lá la.naturaleza. el tributo debido de las lágrimas·-,. yconformaos con el designio del Señ~r en daros,á beber el cáliz de amargura. No ignl>farnOslaslágrimas que hizo á Jacob derramar, la vestidu-ra ensangrentada de Joseph ; á David la muer-te de Absalom ; á l{aquella pérdida de sus: hi,..jos, á la piadosa Ana el oprobrio de su esterili-dad, á Jeremías las calamidades de su pueblo,.y al mismo Jesuchrjsto la muerte de Lázaro.10h! muy léjos de reprobar las lágrimas de l~safligidos, los -sagrados libros no cesan de pro-meterles los divinos consuelos. El Salvador, Ha.•ma bienaventurados á los que lloran; y Dios nos

Tonl. 11. H di-

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SU Ser1110n

dice por su Profeta que las lágrimas de la viu-da, apénas han inundado sus mexillas, quandose elevan hasta el cielo.

Si vuestra suma afliccion , Hermanos mios,os hiciere desear, que os acorte el Señor una vi-da demasiado penosa, miraré con c()mpasion es-te fastidio del vivir, y no lo daré por culpable.tNo lo experimentó Job en su muladar, Daviden sus tribulaciones, Tobias eQ SU infeliz vejez,Rlias en el desierto, y el grande Apósrol ensus mas graves aflieciones~ 'Dexad pues corrervuestras lágrimas, y no su~pendais vuestros ge-mi~os, si os obíigare á ellu la insuperable fuer-za del dolor; mas r\o imiteis los bramidos deEsau en su desesperacion , ni las quexai de Saulen su agonia. La religion no nos obliga á sofo-car los sentimientos naturales: podemos ser hom-bres , sin dexar por eso de ser Christianos.

n. El Señor es tan sabio en los designiosque tiene en afligirnos, como justo en la medi-da de las aflicciones: segunda verdad, Herma-nos mios, tan oportuna para consolaros. como-lo ha sido la primera para resignaros.

El gran designio de la sabiduría de Diosen afligir á los pecadores, es el- de corregirlosy traerlos á sí. No, Hermanos mios, no tene-rnos en el cielo un Criador cruel que se divier-ta con las desgracias de sus criaturas; que ba-ya formado los seres sensibles para atormentar-los, y que se deleyte en destruir las obras desus manos: no tenemos un Señor rígido y des-apiadado que castiga los esclavos, para s.u-

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sobrelas Aflicciones. 59jetar10s y contenerlos en el temor: ni tampoc()un Juez inexorable que solo se sienta en el tro-no, como en un tremendo tribunal, para con-denar en él á, los mortales delinqüemes á todogénero de suplicios; mas tenemos un amorosopadre que solo nos castiga', para hacernos me-jores, y juntamente dignos de la inefable fe-licidad que .nos ha preparado. Padre nuestroque estas en los cielos: iquánto me consuela,ó Dios mio, el poder invocaras así! este dul-ce nombre de Padre celestial despierta mi amor;y yo solo veo en las aflicciones de esta vidauna paterna correccion que exige mi agrade-cimiento.

Pose ido de esta idea consoladora, yo osbendigo, Señor Dio.s de Israel, exclamaré deaquí adelante con Tobias enmedio de su tri-bulacion; os bendigo, porque os habeis dig-nado castigarme con una mano, para salvarmecon la otra. Diré como Judith, enmedio de laspúblicas calamidades, pues que nuestros casti .•gas son tan inferiores á nuestros pecados, crea-rnos que Dios mas intenta corregirnos que des ...truimos. Feliz. , exclamaré con el santo Job, fe-liz. el pecador á quien Dios castiga por sí mis-mo. O Señor, diré con el Sabio, ¡quán buenosois, y quán dulce y moderado en 10 que ha-ceis! Pudiendo vos entregar vuestros enemigos ála voracidad de las fieras, destruirlos con unapalabra, ó aniquilarlos con un soplo; los casti-gais con lentitud , les reprehendeis sus faltas,para traerlos á vos, y exerceis por grados vues-

II~ tra

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lJq " ." . 'Sermontra justicia, :para darles tiempo de penitencia ..Diré con el Apóstol ;á los que se felicitan de queno son castigad:Js por Dios, tampoco sereis susverdaderos hijos. Reconoceré con el autor dellibro de los Macabeos, en los contratiempos que'experimentare toda la· nacían, los saludablesavisos del padre del pueblo, que pretende la.reforma de nuestras costumbres, y no la des-truccion del reyno : y agradeciendo este favorde la providend21, no, diré yo, no es nuestranacían de aquellas, cuyo riguroso castigo 10 di-lata Dios hasta el tremendo dia de sus venganzas.Para consolarme ennn de los mayores males, 6Dios mio, para lmfrirlos agradecido, me bas·.tad acordarme de este vuestro orá<mlo , yo soloreprehendo y castigo á los que am,o.

En vista de lo ,expuesto t quién podrá des-conocer en las aflicciones de los pecadores elcuidado de la providencia, que vela sobre ellos;y los dirige por el camino de la ¿salvadon '? Sí;en los rigores de la adversidad reconozco conaleg.ría la amorosa solicitud del. Salvador de lasalmas; mas en la prosperidad reCOROZCOconasumbro el abandono de Dios, y la negacion desus gracias. En aquella hay un doliente que _escurado por el Médico soberano con amargosremordimientos y con operaciones dolorosas: enesta hay un enfermo desauciado, al qual se leconr:ede quamo apetece hasta qwe la muerte ledespena.

Sí, Hermanos mios; la prosperidad es el donmas peligroso; la adversidad es el medio mas

efi-

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$obre las Af!l~'cioncs. 61eficaz de salvacion que el Señor ti'ene en los te-soros de su provideltcia. David perdió en la pros~peridad de su reynado la inocencia que" habi~conservadó en las tribulaciones: y en ·su peni .•tencia .dió gracias al Señor por las saludableshumillaciones de que le habia cubierto. Si bas-tan á algunos para mantenerse en el servicio deDios, los sentimientos de gratitud que les ins-piran la bonanza y .prosperidad : si hay algunode quien S~tanás le pudiera decir á Dios, estehombre no os teme sin causa; porque ¿no es ver-dad que habeis defendido en un todo su perso-na, fa'milia y bienes'? ¿qué habeis prosperadolas obras de sus manos y multiplicado sus ri-quezas'? mas quitadle la hacienda, heridle enla familia: si su piedad resiste á esta prueba,cubridle á él mismo de una horrible plaga, yle vereis blasfemar contra vos; si hay algunos,repito, con estas disposiciones t, quántos y quán-tos habrá pervertidos por la prosperidad, á losgue sola la adversidad puede volverlos á Dios,y de quienes se podria decir con verdad, cubrid,Señor, sus rostros de ignominia, y así invoca-rán vue'tro nombre ~ Para un Pharaon que ha,;.ya, endurecido con 10i castigos i quántos habráparecidos á Manasés, que para convertirse, de~ban tolerar todos los rigores de la tribulacion'?Recorred la historia de los Hebreos, y los ve-reis abandonar al Senor las mas veces que e.ta-ban en auge, y nq volyerse á él sino quandolos afligia. , '.

Consolaos así, Hermanos .mios , en las.caIa-ml-

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62 ,Sermonmidades y trabajos; entónces es quando viene elSeñor á visitaros con su misericordia; creedque quanto mas -sensible es vuesira afliccion,tá.nto mas prueba la sabiduría de _Dios y el de-signio que tiene de convertiros •. Si no hubieraagravado su brazo, y no os hubiera hecho unaprofunda herida, en vano os hubiera atribula-do. Una pequeña afliccion,- ó menospreciada,ú olvidada al instante, os hubiera dexado cor-romperos en los mismos desórdenes, y continuarel mismo camino. Tal vez os habia dado ámesgolpes menos sensibles, como otros tantos avi-sos saludables que no escuchasteis. No habiaya mas recurso para vosotros que el sumo rigorde sus venganzas; y vuestros envejecidos malesexigian los mayores remedios. Por un exceso demisericordia y de sabiduría recurrió al exceso desus castigos. Se hubieran perdido vuestras al-mas, si no las hub-iera despertado con un grangol pe del profundo letargo en que se hallabansumergidas. Quamo mas severamente os castiga,tanto mas se esmera en convertiros; y es precisoque quiera de veras salvaros, pues se ha validopara esto de unos medios extraordinarios, queson al parecer los últimos recursos de su provi-dencia. Complaceos en sufrir, como Job, vues':'tros mayores males, y felicitaos de no haber si-do preservados de ellos con crueldad, como losenfermos, á quienes por una falsa compasion,se les fomentan las llagas, y se les hace el malincurable.

Si os fuere muy dificil observar la sabiduríade

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sobre las Aflicciones. 63de Dios en el rigor .de los castigos con que osaflige; adorad humildemente sus decretos in-comprehensibles, y aceptad, corno Abraham,sin escudriíiar, unas disposiciones al parecer lasmas opuestas á su justicia y á su amor. Se sue-le com placer, para aumentar el mérito de nues,;,tra resignacion, en ocultarnos los profundosdesignios de su providencia. No sabeis ahoralo que bago, Oi dice como le dixo á San Pe-dro; pero lo sahreis mas adelante. Esperad eldia en que he de derramar sobre mis secretoslas mas claras luces; entónces vereis mi sabi-duría en la severidad de mis castigos, y en elcuidado con que os encubría mi bondad.

~Mas será posible en realidad desconoceren alguna ocasion la sabiduría del Dios que os .atribula? Recorred todas las varias disposicio~nes en que os podeis hallar quando os castiga~y. vereis var,iarse sus designios ségun lo eXlgenel estado de vuestras costumbres, los intere$esde vuestra sa.Jvacion, y las necesidades de vuc:s·tras almas.

i,Os. hallais sumergido~"en lQS desórdenes?pues el quie.re despertaros del profundo letargo,del sueiío mortal en que ha beis vivido tanto tiem·'po, y el que se iba á terminar con la muerteeterna; quiere aterraros con sus juicios; haterque temais la otra vida ,castigandoos en esta;obligaros, cubriendoos de ignominia, á buscarúnicamente la gloria de su nombre; atormenta_ros con vuestras pasiones, para obligaros á com.batirlas ; permitir que os fabriqueis vuestras

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6' ~, 4 ermondesgracias, para haceros que las eviteis ; quita-ros enfin con la amargura de los desconsuelos ype los tra bajos, el infame gusto. de los p J aceresy de los pecados.,. . ¿ Estai-s dados al mundo, á sus falsos deley-tes y bienes aparentes? pues el Señor procuraráturbaros esa felicidad peligrosa~, y despojarosde las funestas aficiones ,: que os- hacen despre-ciar el único negocio que le interesa al hombreen esta vida. Quiere forzaros con la malicia y.fraudes de los hombres, á que busqueis en él 10$

socorros y los consuelos; obligaros con las des-gracia~ inevitables, á que ponga¡s en él solovuestra c011fianza; desprender vuestros corazo..,.nes de las riquezas., quitandooslas. con un con·tratiempo; enseñaros á implorar. á él solo, rom--piendo. los .brazos carnales que lOS sostenian, ylos; ídolos que adorabaGs.:

¿No os falta todavía que expiar: :ron, la pe .•.nitencia los pecados que habeis confesado. cO'a-gran pesar? pues Dios quiere, hac-iendoos pas.aren esta vida por el fuego moderado de las.aflic~cione.·;, preservaros., 'en aUra .mansioa., de; fue-.gos mas abrasadores , ..de dolores ..mas acerbos,"Y de privacione:; mas'amargas. Os quiere poner.por su mano en el. camino estrecho, en la sendaescabroia y dificil que e guia á la. vida; hacer'que aeeptcis violentas tribul~dones, .q~e ,suplan'por la penitencia que 'no oS'~m~ondrJal~ a ~oso-tras mismos: cargaros su cruz, como a Slmon,'quando meno'; lo pensabais; y, con est~ d.icha,'que parece casual, obligafos.a que le slgals. , '.

i SOIS

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sobre Id! Aflicciones. 65t Sois justos, y empleais vuestra vida en la

práctica de las virtudes'? Muy bien, os diré yo,como el Angel á Tobías; porque sois agrada-bles á Dios, es necesario que seais probados conla tentacion. Quiere Dios perfeccionar vuestrasvirtudes con la tribuJacion, aumentar vuestrosméritos con el exercicio de la paciencia y resig .•nacion , preservaros de los riesgos de la prospe-ridad, impedir que los placeres os perviertan, y -que los bienes terrenos os· hagan 01vidar los ce-lestiales. Si -os sucediere, como á Tobías, des-preciaros, y mofaros los amigos por la larga du-racion de vuestras aflicciones; respondedles, co-rno él; so;nos hijos de Santos, y esperamos la vi-da que Dios ha de dar á aquellos, cuya fé hu-biere sido probada con la tribulacion.

Todos vosotros enfin, ó Christianos afligidos,aprended á descubrir en vuestros males los gran-des fines de la sabiduría de Dios: quiere hacerosmerecer con vuestras lágrimas sus inefables con-suelos; permirir persecuciones que os den dere-cho á su reyno; d.aros armas proporcionadas .pa-ra conquistarle con violencia; abriros la puertade los sufrimientos "por la que el Salvador de-bió entrar en su gloria, -y la única que se debefranquear, desplles de él , á sus discípulos; quie~re en6n impriG1ir en vosotros su semejanza, laqual es la pr.enda de la. salvacion ,y el sello delos predestinados.

IU. Estos diferentes designios de la sabidu-ría de Dios en las aflicciones, bastarian para pro-baros que ellas son tambien efectos de su bondad;

..TOI1J. 11. 1 mai

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66 a5ermonmas vamos á ver nuevas pruebas en el discerni-miento de 10i que aflige, y en el modo de conso-larlos en la afliccion , y de librarlos de ella.

Los que solo veis en los castigos del Señorseñales de su ira, que siempre os parece temi-ble, y jamás amable, observad conmigo las per-¡onas que, segun las divinas escrituras, fueronmas atribuladas por el Señor. Estas fUeron unsanto Patriarca que pierde un hijo muy amado,por la iniquidad de sus l1ermanos; este mismohijo que no asciende á la cumbre de la gloria5ino por la esclavitud y por las prisiones; unjusto que, segun dixo el mismo Dios, no teniaigual en la tierra, y al qual, no obstante, le cu-brió de una horrible lepra, y le precipitó á unmuladar desde la mas brillante prosperidad; unanciano religioso desde su infancia que, en pre-mio de su incansable caridad, perdió la vista,y quedó expuesto á las burlas de sus conocidos;unas santas mugeres que el Señor dexó largotiempo en el oprobrio de la esterilidad, ó lasprivó de sus esposos; un Rey segun su cora-zon , conducido por él al trono, y que al pare-cer, solo fué coronado para. ser siempre moles-tado por sus enemigos, ó para hacerle expiar suspecados; sus mayores Prophetas, entregados porél á las vejaciones del pueblo, al furor, y á laespada de lC?styranos; su mismo pueblo, aquelpueblo querido, por el que siempre habia obra-:do 'multitud de prodigios, abandonado de él, mo-lestado de bárbaras naciones, y haciéndole ge-mir mucho tiempo en la esclavitud, con el fin

de

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sobre las Aflicciones. 67de reducirle á su culto; la madre de su misml)Hijo, traspasada por él con un cuchillo de do-lor; los Apóstoles que hiz.o viviesen en las pri~siones, trabajos y pobreza, y que muriesen enlos tormentos; su Iglesia enfin abandonada alfllego de las persecuciones, y regada con la san-gre de sus hijos. ~Quiénes, ó gran Dios, se pue-den comparar con los jóstos que habeis hechosufrir el peso de las aflicciones'? ¡Qué dicha lélde asemejarse á estos grandes Santos en el pade-cer, y en experimentar, como ellos, ó Dios mio,las pruebas del grande amor que nos teneis! iOh!i por qué temeré vuestra liberal mano, quandosoleis favorecer con ella á vuestros enemigos'?t.por qué no desearé ser afligido por vuestro bra .•zo, quando acostumbrais agravarle sobre vues-tros siervos ~

Los consuelos que Dios suele mezclar con lasaflicciones, son nuevas pruebas de que nos afli-ge par un efecto de su bondad. El Señor hablóasí al Propheta Isaías, dirás al justo atribuladoque se le acerca su felicidad, y que cogerá elfruto de sus obras. Es Dios· tan bueno que, nocontentándose con reservar á los justos afligidosinumerables bienes, se los anuncia de antemano:no pierde de vista un instante á los que estánoprimidos de males; y segun la expresion delPropheta, está siempre á su lado, para que unmomento de abandono no los haga desmayar, 6quejane. Por esto prophetizando el Salvador ásus Discípulos todos los males que debían sufrir,les anuncia cambien los consuelos que les habia

12 de

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68 Sermonde dar. Os echarán, les dice, de las synagogas,sereis .1levaeos de tribunal en tribunal, no habrápara vosotros sino persecuciones y prisiones, cree-rán obsequiar al Señor con haceros morir; maspo os asustcis, porque poseereis en paz vuestrasalmas, y ninguno os podrá quitar vuestro gozo.

Despues de esra promesa del Salvador, he-cha á cada uno de nOiotros en sus Discípulos¡ah! los hombres bien podrán molestar nuestroset;erpos, y saciar en nosotros su furor bestial;ma~ no podrán empecer nuestras almas, ni tur-bar la paz, que gozarán en las aflicciones. Puedoaparentar tristeza, decia San Pablo; mas jamásme falta el gozo interior. l\le regocijo, por elcontrario, en las enfermedades, en los ulLrages,en las mayores necesidades, en las persecucio-nes y angus.tias que padezco por Jesuchristo.

Así sucede, Hermanos mios, á qualquierfiel que padece, y se somete á la proviclencia.No juzgueis de su infelicidad por los males quele afligen, sino por la tranquilidad de su alma.Preguntadle sobre la disposicion de su corazon,os responderá, como San Pablo, quanto se au-mentan los males que padezco por Jesuchristo,tanto abundan en mí sus consuelos. Preguntadlecómo puede sufrir sus trabajos, y resistir á tangrandes pruebas ; os responderá, como el Após-tol , estoy lleno de consuelo, me hallq colmadode alegría enmedio de las tribulaciones y sufri-mientos. Nuestra felicidad ó infelicidad, mas quede los bienes ó de los males depende de la im-presion qne nos hacen, y de lo que de ellos

aprcn-

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su/;re las Aflicdones. oyaprendemos. Lamentaos del hombre feliz, segunel mundo, que vive en la abundancia;, y en unaaparente tranquilidad: envidiad .la suerte delChristiano perseguido ó atribulado. El uno, maspenado por lo' que le falta, que salÍsfecho de loque tiene, no hace mas que irritar sus deseos, ymultiplicar sus necesidaues: si esperais que elotro se deshaga .en amargo llanto, 6 que pror-rumpa en quejas, oid esta nueva exclama(úondolorosa que deipide con el Apústol, bendito5ea el Padre de las misericordias y Dios de toda.consolaci~)l1, que nos consuela en todos nuestrasmales.

Estos consuelos sobrenaturales no son paravosotros, malos Christianos, que viviendo sinpiedad, padecei¡ sin resignacion, y sin confian-za en la bondad divina: es justo que halleis envuestras murmuraciones un cúmulo de dolor, ynuevos tormentos en la desesperacion. Estos con·suelos no son para VlJSotroli, philósophos orgu-llosos, que solo esperais de la razon la fuerzapara sufrir los trahajos, y mcnospr~ciar las ca-lamidades: es .ius~o que jllnte.is á vueS~í'as z-lmar-guras el traba.jo, las mas veces inútil, de $Ofo'3r-.las, y de encubrir con un rostro sereno la penaque os afli;2;e: los rigores de vuestro destino, ylos penosos esfuerzos del amor propri,) rejohl~n'vuestra infdicidad. Vosotros solos, piado.:;os

. atribulados, Christianos y sujetos á las leyesde la providencia, vo~otros solos f,'ozais en laafiiccio:l de las interiores dul1.nras q~le la hacen.mar. A vosotros dirige el Señor estas tiernas

pa-

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70 Sermo1f,

palabras, venid á mí los que gemis baxo del pe-so que os oprime; y yo os aliviaré: venid losque estais afligidos, y los "que sois maltratadosy perseguidos por los hombres: ¿ por qué habeisde temer á un hombre mortal, que se ha demarchitar como la yerba'? yo mismo os quieroconsolar con la ternura, con que suele una ma-dre acallar á su tierno infante. Tales eran, ósanto Rey David, los cOrTsuelos que habiais re-cibido del Señor, quando le deciais con tantoamor como agradecimiento, si vuestra diestrano me hubiera socorrido quando me castigaba,hubiera perecido al punto en el desaliento y des-confianza; mas aun no habia yo acabado de de-cir que se me resbalaba el pie, quando me sos·tenia, ó Señor, vuestra misericordia: vuestrosconsuelos han sido iguales á mis penas.

Consuelos inefables, delicias interiores, nome detendré aquí á describiros á los mundanos,que padecen sin piedad, ó que se abandonan álos placeres. Vosotros sabeis, Christianos afli-gidos, que, con este divino socorro, no hayafliccion que no pierda su amargura, ni contra-tiempo que sea sensible: que vuestros amigos osabandonen, que vuestros enemigos os opriman,que las enfermedades y dolores os molesten, quese conjure toda la naturaleza contra vuestra fe-licidad, que todo os falte ¿qué os podrá dañartodo esto, si el Dios de la6 consolaciones per-maneciere en vuestras almas? Con él gozais dela preciosa paz, desc.onocida á los felices delmundo, de aquella paz que se perturba con la

oros-

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sobre fas Aflicciones. '71prosperidad, y se altera con las riquezas; de lapaz que no pueden dar los placeres, y que. ale-jan de sí los pecados. .

iQmán dulce es, ó Dios mio, unirse con vosen la tristeza Ó en 1<\alegría! la una carece deamargura, y la otra de desorden. ¡Quán amar-go es alejarse de vos! se padece sin consuelo,y se. goza sin ddectacion. Mientras nos haceisgozar de la,legrías puras, y de 'sabrosas afiiocio,:nes, el mundo solo da á los suyos insufriblesTenas , falsas delicias y halagos seductores •.Buscan en vano en· la inquietud y en 10i' place...;,res ruidosos, que apartan sin cesar sus almas dela· tranquilidad, la dicha que el Christiano afli-gido halla dentrO' de sí. Son unos infelices queprocuran'-sepultar sus penas en la embriaguez.Así es , Señor; los placeres de los pecadores noequivalen á ·Jos sufrimientos de los justos. Ins~truido por el Sabio, que juzgaba mas útiles losgolpes del amigo que los falsos besos del enemi- .go, prefiero vuestros amorosos castigos á loscrueles favores que derramais sobre los munda"-nos: temo mucho mas los funestos dones de vues-tra ira, que las saludables heridas que provie-nen de vuestro amor.

No obstante, Hermanos mios, no lo disimu-laré: hay tiempos críticos en que parece queDios ab:wdona á sus siervos á su propia flaque-za, sin socorro sensible, sin consuelos y sin for-taleza. Hay especialmente tiempos de ahandono,en que las tentaciones del espíritll, las rebeldíasde la carne, y los terribles asaltos del espíritu

lm.-

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72 Sermo1f,

impuro ponen' nuestra salud en el mayor peligro;aflicciopes interiores, gtmeral mente mas .sensiblesque los dolores ó trabajos. Tiembla el Cbristia-no, titubea', y se inquieta en vano :se padecencombates, exteriores, y temores interiores: lodoes aba.timiento, turbacion, sequedld, y disgus-tos' aun de las mas, .sagradas obligaciones de lareligibn: se levanta una furiosa tempestad, queamenaza con un naufragio casi inevitable; y pa-ra completar la calamidad, parece que el Sal-vador está durmiendo, como lo estuvo otra vezen la nave combatida de las olas: m1S entance$-es, Hermanosmios,.quando él atienJe mas á lasalud de vuestra. almas. No, Christianos, n<;)está dormido ni aletargado el Dios, que siemprevela por la salud de Israél. Si os parece que LÍe-ne los ojos cerrados á la tempestad que se halevantado en vosotros, este sueño aparente no leencubre· vuestro peligro, y su bondad solo espe-ra, para calmar las olas de la tentacian, esteclamor de vuestra piedad, salvadnos, Se~or,porque perecemos. Salo ha querido haceros co-nocer vuestra flaqueza; haceros alzar los ojos,como á. David, ácia los montes eternos, para quevieseis de donde os habia de venir el socorrro,para vencer tantos enemigos conjurados; yen-señaros á no esperar el socorro sino del Criadoromnipotente de cielos y tierra. Despues de ha-beros dado á conocer vuestra debilidad, va ásuietar vuestras pasiones, y á restituir á'vuestras

,1

almas la quietud y seguridad: á las sequedadesque os afligen, al abatimiento deplorable en que, ha-

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sobre las Áflicciof1~s. 73habeis caido, á la especie de abandono el'! queos hadexado por a19un tiempo, va á hacer su-ceder las dulces efusioncs del Espíritu consola-dar: va á restablecer entre él y vosotros las co~municaciones de gracia y de luz que os habia es-caseado: va á enviar rocíos celestiales á vuestroárido corazon, y hacer que nazcan en él todaslas virtudes. Escuchad, os dice, por boca delsaías, derramaré aguas en las tierras desiertas,y refrescaré con raudales los campos áridos. Lle-gará el tiempo de oir y de socorrer á los que gi-men en la escasez de mis consolaciones: haré.correr para' elloi torrentes de agua desde lascumbres de los montes, abasteceré de fuentes losvalles que estuvieren secos, y haré nacer tam-bien en las incultas soledades abetos, olmos, ar-rayanes y olivos.

No se contenta siempre el Señor con suavizarlas aflicciones de los fieles con sus mas dulcesconsolaciones ~se suele complacer tambíen en li-brarlos de ellas, quando parecen mas irremedia-bIes; porque no gustais, Ó Señor, de destruir-nos; antes bien quereis hacer suceder el gozo álas lagrimas, y la calma á la tempestad. Los po-bres, segun habeis dicho, no serán olvidadossiempre; y la esperanza de los oprimidos no sefrustrará eternamente. Quando habeis ya llena-do la medida de los males que le habiais prepa-rada, ahora es, decís vos, el tiempo de oir losclamores del necesitado; ahora voy á socorrerá los afligidos. No, Hermanos mios, no; el Se-ñor no dexará que los malos extiendan siempre

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su vara sobre la heredad de Jos justos, para noexponerlos á que extiendan estos ws mal1(¡s á lainiquidad. No , no os dará siefT1p~e InL:estras deenojo ('stc Dios lleno de .Iong3nimidacl, ce com-pasion y de misericordia; no alzará siempre subrazo a!"m-'.do contra vosotros. Si os 1ll1biLre ex-pucstn seis ve~'cs á los tiros de la trihulacion , ála sé~)tima ve,:: os Jih8d de ella para siempre,y ql1edi:¡:-eis invulncr;,blcs. tI ami1necer, haceque suceda el gOZO:l l;ls I(L~Timas del dia pre- .cedente. David env.:jeció, sir] hdbcr visto al jus-to enteramente ahandonado. Si un juez ·jniquo,nos dice el Salvador, cede enfin á la impor-tunidad de una viuda que le pide justicia t noha de querer Dios escucbar á sus esco.q;idos queclaman á él de di.'l y de noche' con ºTir~)s lamen-'-'tabks? ¿,ha de suf,'ir que {I)S oprinun siempre'?yo ós digo q11C en breve les hado justicia. ¿ Porqué pues, alma mía, te dexas vencer de la tris-teza; y de dónde nace la inquiet ud que te aHige'?Espera en Dios, porque yo le tributaré aun ac-ciones de gracias ,. como á mi divino libertador.Coloca tus inquietudes en su seno; y no sufriráél que el justo esté siempre turbado y sin so-siego. '

Sí vuestro estado, Hermanos mios, os pare-ciere desesperado, por lo mismo corresponderá.mas á Dios el libraros de él. Las mutaciones ma9repentinas é imprevistas ~nn los .iuegos ordinariosde la omnipotencia de su mano. La historia sa-grada abunda de estos exemplos que nos consue-lan. Moysés e~traido de las olas que iban á su-

mer-

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sobr~las A!!iccicnes. 75mergir su ClJn:.l, para ser algun dia el libertadory gefc de su pueblo; el mar, franque~lIldo el pasoá. los FL..:l)rcvs que iban á ser pasados á cuchillopor Pharaon, y ahriendo solo 1Jn abismo á wsenemigos; este mismo pueblo alimentado por eleie lo en defccto de la tierra, y abrevado en undesierto con las aguas que Dios hizo surtir deuna ro~; Job trasladado S-Ílbitamente del mula-dar, en que maldixo el dia de su nacimiento, yllamó á la muerte, á una prosperidad muchomas brillante que la que habia pcrdido; Bethu-lía, en el último trance, librada de un cnemigoformidable por la mano de una mugcr; el triun-fo de Mardoqueo y la salud de su nacion, pocodespues del cruel edicto que dccretaba su exter-minio; el honor y la vida de Susana sin 1csion,quando iba á morir con ignominia; Daniél res-petado por los leones harllbricntos; David libredel poder de Absalom, y volviendo vencedor altrono que le habian usurpado; Ezequías y supueblo socorridos por un Angel exterminador,quando Jcrusalém iba á rendirse á los esfuerzosdel Rey de Assyria; la salud de la nacioo judí:!aseguracla por et valor de los Macabeos, qU::ildotodo parccia anunciar la total ruina de la Judéay de su capitaL: ved como el Señor se complaceen librar á los suyos de las aflicciones mas irre-mediables. Jamás está tan próximo á socorrer-los, que quando parece abandonarlos á su infelizdestino.

Acaece á la suerte de un reyno lo que á l~de una sola familia; á la suerte de un pueblo lo

K2 que

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'76 Sertn011que oí la de un hómbrc particular. El brazo delSeñor los acerca íÍ veces á su ruina, y los salvadespu2s quando la humana sabiduría no descu-bre ningun recurso. Para hallar admirables exem-plos , no es menester salir de los anales de estamonarquía. .

La Iglesia misma ha experimentado tam-bien tiempos calamitosos de af1iccion , d~ turba-cion y abatimiento, en los que el fuego de laspersecuciones, la confusion de las sectas y losprogresos de la heregía parecían amenazarlacon una próxima destrucdon. En estos t ~emposde tribulacion, la afligida Raquel despedia pro .•fund:Js gemidos, y derramaba amargas l.¡gri-mas, inconsolable por ver perecer á sus hijos,víctimas de la espada enemiga, ó del error en~vencnJdo: mas quando la Iglesia parecía queiba á dar al traste ') despi~rla, le decja el Se-ñor, levántate') ó nueva Jerusalem ') que hasaceptado humildemente el cáliz de mi furor, yle has bebido hasta apurarle: oyeme en la gran-de amargura en que estás sumergida. Voy áquitarte de la mano esa copa llena de la hielde mí cólera: no la volverás á beber') y yo lapasaré á las manos de tus crueles enemigos; es-to dice el Señor tu Dios.

Su misericordia hará lo mismo con vosotros,Christianos afligidos, y terminará ó repararávuestros males, quando os parecieren irreme-diables. Poned en él vuestra confianza: él des-truye los designios de los perversos, frustra susalianzas, y reprime sus brazos. Confiados en su

fa-

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sobre las AfiicciofJes. 77

(avor, no temais las tramas de vuestros enemi-gos, ni todos los esfutfzos del infierno. El 8e-ñor en quien espuais , os cubrirá con sus alas;opondrá su escudo á los dardos que os tirarenpor el dia, y os pre~ervará de los temores dela noche. Caerán á VUEstroslados mil y diez 'milDemonios: no tendreis que temer castigos nimales: los Angeles de vuestra guarda os lleva-rán en sus hazas, para impedir vuestras caídas:andareis sin daño 50bre el aspid y el basilisco,y hollareis el leon y el dragan. Armaos puesde fortaleza y constancia; esfuércense y confienvuestros corazones tn los peligros, ó vosotros,los que poneís en Dios vuestra confianza. Notemais, os dice él por su Propheta; quandoatravesareis las aguas yo os asistiré; no os su-mergirán las olas: quando andubiereis por elfuego, no os quemará, porque 2.rnortiguaré elardor de sus llamas: yo soy vuestro S<llvadory vuestro Dios. Así es, Señor; vuestro poderdebe asegmar tanto á Jos justos, corno conster-nar á los malos: maldigo, con el Propheta , alhombre temerario, que, alejándose de su Dios,se apoya sobre brazos de carne; su pérdida esjusta é inevitable. jO Dios poderoso! ponedmeá vuestro lado, y que se arme contra mí quienquisiere. Venid á socorrerme, y no temeré,aunque me cercare un mil10n de hombres. Unexército en órdcn de batalla no me dará pavor,y crecerá mi fortaleza quando comenzare elcom~ate. Protegido ce vuestro brazo, vería yosin temor dislocarse la tierra con espantosas sa-

cu-

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7S Sermoncudicias , y arrancarse los montes, para sumer-girse en el mar. Así hablan los que esperan enel Seiíor, mientras el impio se 3SL1Sra, y ticm- .bla sin motivo. Es proprio del homhre que íiaen solas sUs fuerzas, abatirse en los contraticm~pos, consternarse, desanimarse, desconfiar enlas aflicciones y gemir baxo de su oprcsion : masen estas ocasiones se aviva y se aumenta la es-peranza del alma chri~,tiana. Esta se acoge alseno de su Dios, del qual recibe fuerza paratolerar los mayores trabajos, de los que obtie-ne el fin ó la indemnidad con su confianza yresignacion.

No espereis , Hermanos mios, sino de es-tos piadosos sentimientos, la gracia de ver ce-sar enfin vuestras aflicciones, ó sucederles unnuevo estado feliz y afortunado. El medio masseguro de lograr el fin de vuestros males , ~satribuir su duracion á la justicia de Dios; con-siderar los que no habcis padecido, como otrostantos favores que debeis estimar, y exclamarcon David, mientras os quejare el menor aJien~to, gracias, ó SeflOr, á vuestras piedades, ¡:;or-que no hemos perecido en las tribulaciones. Pormuy intensa y molesta que sea la af1iccion, se-'ria tan ageno de un Christiano abandnnJrse ála impaciencia, como buscar recursos humanosen su fortaleza; y la divina justicia se dar iaigualmente por ofendida del que arro&trase ásus decretoS como philósopho, y del que lossufriese sin resignacion. Tened á gran dichaque Dios haya substituido á las eternas penas

que

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sobre las Aflicciones. 79que habiais mereciJo , afb:c¡ones y trabajos tanpcquciíos y de tan corta duracion; mas some-tie'1doos á su justicia, todo lo podeis esperarde ~u misericordia. Si vuestra esperanza fuereinfructuosa (11 esta vida, esto os hará mas [eli-'ces en la otra. Parece que el Sei'íor, para ase-guré:, r mas vuestra salvacion , no os quiere librarde otro modo de vuestros males sino con unasanta muerte; porque recela que, recobrandola felicidad , perdais los frutos de una largaa:flíccion y la corona que habeis merecido conmuchos combates. No creais, Hermanos mios,que os sea siempre útil el ser librados de lasaflicciones en este mundo, ó el serlo tan prontocomo lo pedis. Dios conoce mejor que vosotrosla duracion que les debe dar, para que saqueisde eUas el mayor mérito. El trigo que se echaen el seno de la tierra, no tiene mas que untiempo para segarse: ántes, su grano no estaríamaduro; y mas tarde, se caeria de la espiga.Las aflicciones contienen llna semilla de mérito~,que tiene tambien sus tiempos de creces y demadurez. Dios solo que ve todos los progresos,y que espera los frUtos, sabe el tiempo en quese ha de arrancar.

Sin embargo, Hermanos mios, vuestros cla-mores se pueden elevar día y noche al Señor,como los de Da vid; con tal que no querais se-ñalar tiem po á sus gracias. Podeis reperir todoslos d.!as esta oracian del Salvador, apartad demi boca este amargo caliz; con tal que conclu .•yais con él con un acto de resignacion en su vo-

lun~

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80 Sen1tonIuntad: sin esto, castigaria él1a impaciencia devuestros deseos, condescendiendo; y despnes dehahe;,,;)s afligido con su misericordia, os oiria ensu furor. ¡O Christianos! no perdais así el mé-

~ rito de vuestros sufrimientos; no hagais inútilvuestro sacrificio, poniéndole límites. El que,habiendo echado mano al arado, vuelve á miraratras, no es digno del reyno de los cielos.

Salvadme, Señor; yo acepto todos los me.•dios que vuestra sabiduría juzgare convenientes.Acreceatad la amargura de mis males, ó dismi-nuidla con la dulzura de vuestros consuelos: oídlos ruegos que os hago, forzado del dolor, pa-ra que me alivieis, ú continuad en afligirme: yavea yo, como Job, acabarse mis males ántes quemi vida, ó ya los vea finalizar con ella, siem-pre me conformaré con vuestra voluntad. Vossabeis , ó Dios mio, el camino que me debe con·ducir á vos con mai seguridad. Temo que laafliccion me acabe, y temo que, si se acabareántes de mi muerte, he de ver desaparecer micorona. Salvadme, Señor; este es el único deseode mi alma. Mi vida no es mas que un dia, queme interesa poco pasarle en la felicidad, ó en laafiiccion: disponedla en el modo mas condu-cente para asegurarme la eterna bienaventurag-za. Así sea.

SER-

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SERMON'

PARA EL VIERNES DE LA QUARTASEMANA DE QUARESMA.

SOBRE L A MUERTE.

Lazarus mortuus esto

Lázaro ha muerto. Joan. X. 14,'

-SENOR,

iQué imágen lúgubre presenta el Évangelioque la Iglesia ofrece hoy á la consideracion delos ñeles! Muerto un amigo de Jesus ,sus her-manas inconsolables, el mismo Salvador derra-mando lágrimas con una extraña turb~cion, unagruta que despide 'un 'hedor io'sufrible , un 'ca-d~ver envueJtó en un Jienzo fúnebre, todo nosrecuerda la muerte y la corrupcion del sepulcro.Este ser.. tambien, Hermanos mios, el asuntode ,este discurso. El Espíritu Santo nos exhortaá b t:onsideracion de la muerte, como la' masoportuna para contener al pecador y retraerlede sus eXfe~t)s: así no me derendré á recomen-daros su cunsicterac.:lún, ó á declararos sus sa•..

Tum. 11. L Ju-

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ll-.¡, SermonludabIes efectos: repetidas veces, en las cá-theclras de la verdad, se os han mostrado inú-tilmente sus grandes ventajas. Yo haré mas aho-ra : os obligaré á que la mediteis conmigo.Apesar de la natural repugnancia, y aunque seresienta vuestra delicadeza, y vuestros corazo-nes se llenen de pavor y espanto; quiero eL diade hoy mostraros la muerte, no en vuestros se-mejantes, sino en vosotros mismos; y c.olocan-daos en el funesto dia en que habreis cesado devivir, presentar vuestros cadéiveres á vuestrosproprios ojos. ¡Imágen terrible sin duda, ymuy desagradable al amor proprio, pero, porlo mismo, mas capaz de ablandar la durezade los pecadores! Para esto, Hermanos mios,y para coordinar las reflexIones que nacen demi asunto, veaRlOS primeramente los peligrosde muerte que rodean al pecador: pongamonosen el instante en que acaba de expirar, y con-sideremosle succesivamente en el Jecho de lamuerte, en el atahud yen la ~epuItura, quandola losa con que se le cubre, le habrá ocultadopara siempre á los ojos de .los hombres; y sa-guemos de cada uno de estos estados instruc-cIones particulares. Opongamos, por exemplo,4. la seguridad con que se goza de la vida y .dela salud, la multitud de peligros á que se hallasiempre expuesta la vida humana; á la temeti-dad de los proyecto~ las sorpresas de la muer-te; al amor de los placer€~ el estado de un cuer-po despojado p~ra siempre de vida y sensacion;.a1 orgullo qu~ in¡pira la belleza, la imágen

hor-

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sobre la Muerte. 83horrorosa de la belleza desfigurada con la muer-te; á la hambre insaciable de honores y rique-zas, la desnudez del féretro que termina todaslas. humanas grandezas ; al furor de elevarsesobre la multitud, y á la vanidad de los Gran-des, la humillacion y el polvo de la sepultura;á la pasion de gloria, y al ciego amor de laestimacion de los hombres, el olvido generalque se sigue á las exequias. La muerte, consi-derada baxo de estos diferentes aspectos, serámuy conducente para desprenderos de las cosasdel mundo, si las pasiones no os hubieren endu-recido y obstinado para siempre. Mas, ántes deempezar, imploremos las luces del Espíritu San-to por la intercesion de Maria. Ave María.

SEÑOR,

l. Si el Espíritu Santo no nos hubiera dichoque el pecador será sorprehendido de la muerte,como el pez es preso del anzuelo, y el páxarocae en el lazo ¿seria menester otra cosa, paraconvencernos de los ¡numerables peligros demuerte que continuamente nos rodean, que loscxemplares demasiado freqüentes que observa-mos todos los dias'? Quántas veces, Hermanosmios, habeis oido con asombro que algun cono-cido vuestro, sano y robusto, murió súbitamen-te, como herido por una mano invisible'; queeste dió solo un paso desde el juego, desde latertulia, y desde la mesa al sepulcro; que aquelpas6 desde el sueño á la noche eterna; que este

L 2 fué

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~\ j • ••••u "T ' vl:!1;IJJOn

fü~ con:mm1 do en U!1 instante-por un rayo; queaquel fué a sesinado por un vil esclavo, ó porun traidor; que muchos perecieron juntos baxola :fuina de una cása, en un incendio, ó en unnaufragio'? t,Quién podrá referir todos los gé-n~us de muene que lcsamenélzan á los bom-bres '? ¿Qui én podrá contar todos los riesgos deperecer que nos cercan por toddS panes, ó quellevamos en nos0tros mismos '?

Interiormente tenemos una multitud de frá-giles - resortes, cuya menor dislocacion puedecausar la destruccion de toda la máquina; te-nemos principios opuestos que, combatiéndosesiempre, debilitan y destruyen el cuerpo, quan-.do alguno de ellos llega á superar; tenemos unequilibrio delicado de varios humores, que sealtera con leve causa, y del qual depende lavida; tenemos un compuesto que puede perecerpor tantos modos como partes tiene, y del quecada parte puede perecer de mil modos. Exte-riormente todo nos amenaza continuamente conuna muerte casi inevitable. Estamos rodeadosde su funesta red, la respiramos con el ayre,la, tragamos en los alimentos, la hallamQs á ca-da paso en los viages, camina á nuestro lado,y -nos arma lazos; se oculta en los remediosque se prepar.an contra ella; las acciones diariasde la vida nos la presentan sin cesar, el sol nosla dispara entre sus rayos, un ayre la conduceá nuestros envarad0s miembros, una mordedura-envenenada la introduce en nuestras venas, un:t€>sigola' depQiita en nuestro seno mas activa-

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mente que un puñal,. la re pentilla mudanza delas cstacion~s abre en nada de tiempo multitudde sepulcros, y una horrible peste. despuebla.·en POC'OSl ciias ,toda una' provincia. Nuestra im-'prudencia y nuestras pasiones multiplican ex-ocesivamente las inumerables ,ocasiones de pere-cer. El que abusa de sus fúerzas , se acelera sufin; el valor, venganza y placeres iamoderadosROS hacen ir velozmente á la muerte por milcaminos diferentes. Hay muchos incautos, ho-micidasde sí mismos, que perecen en la florde la edad víctimas de la liviandad, debilita-dos de los placeres, arruinados del desórden,abatidos de los excesos, y consumidos dd tra-hajo. No, la espada .colgada por órden de untirano sobre la cabeza de un philósofo, solo es·una imperfecta imagen del continuo peligro enque nos hallamos, de perder la ·vida. Cada diae.s un nuevo milagro; y en .el mayor vigor dela edad, con el mas robusto temperamento, y:con la mas perf;:;cta salud, cada uno de nosotrospuede decir, como David, no es mas que unpunto el que me separa de la muerte.

Refiexl.onad aquí, Herinanos mios ; sohrevosotros mismos; y contad, si pudiereis, todoslos peligros de muerte de que os habeis librado.t.En qué ha consistido muchas veces que un ac-cidente imprevisto no haya terminado vuestrosdias? iQuánras veces hebeis visto abierto el se-pulcro baxo de vuestros pies'? iQUántos instan'-,tes no habeis creido que eran los últimos devuestra vida'? toEn quántas oca'siones no ha es-

ta·

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86 Sermontado esta pendiente de un hilo, habiendo pere-cido entónces una multitud? SI habeis llegado ála edad abanzada, ha sido atravesando riesgos5ín número. Hace mucho t¡empo que la muertetiene .el brazo alzado sobre vosotros,. que osaflige con sus dolores, y os empieza á cubrircon su sombra. No hay día en que no puedaDios sacrificaros á su furor: lo puede hacer, ysin embargo, no cesais de irritarle con vuestrasculpas: puede, vuelvo á decir, consumiros conel fuego del cielo, como á los habitadores deSodoma; sumergiros en las aguas, como á Pha·raon ; entregaros, quando le ofendeis, á la es-pada de otro Phinees; os puede quitar la vidaen la embriaguez, ó en el sueño, como á Ho-lophernes y á Sisara; heriros en la guerra conun dardo enemigo, como á otro Achab ; preci·pitaros, como á Jczabel; haceros pasar, comoá Balthasar, desde las alegrias de un festín ásu tremendo tribunal: os puede hacer pedazos.como á Antioco, baxo el carro que conducevuestra delicadeza; precipitaros, como al RicoAvariento, desde el lUKoy los placeres en losinfiernos; y os puede herir, como á Herodes,quando os aplaudieren y honraren corno á ído-los del pueblo. Mas ~qué no podeis vos, ó granDios, para quitar súbitamente la vida á los pe-cadores, que no cesan de provocar vuestra in-dignacion'? Testigos son tantos infelices , quecastigais todos los dias con golpes imprevis~os.¡Oh, Hermanos .mios! t.cómo enmedio de estamultitud de víctimas os hallais tan tranquilos;

co·

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sobre la Muerte 87como si os hallaseis marcados con la sangredel cordero, y no tuvieseis nada que temer delAngel exterminador'? ¿,Mas qué digo'? del fon-do de los sepulcros que se abren para vuestros~emeja-ntes, renacen vuestras esperanzas. Segunveis ir desapareciendo los hombres, así mudaisvuestras ideas; formais nuevos proyectos, solopensais en heredades sus dignidades ó sus. bie-nes, sin pensar' que vais adonde fuéron; sumuerte, su espantosa muerte· que debiera disi-par vuestra codicia y ambicion , da nuevo fo~mento á estos vicios. Me parece estar viendounos moribundos que se cubren con los de~po~jos de los muertos, un instante ántes de expi-rar ellos mismos; ó unos soldados 'que perecenun día despues de haberse enriquecido con elbotin. Insensatos, ¿,quándo sucedeis á los muer-tos., no veis .á ,vu.estros sucesores junto á, voso-tros'? ¡Oh! se pued~ decir que· os empujaisun05á otros bácia el sep.ulcro, y que os cQll1pla-rceis en acercaros á él; pues vais' siguiendo á Josque caminan de~ante de vosotros á este fataltérmino.

Bien sé , .Hermanos. ntios , que enmedio delos peligros de muerte que os rodean, usais deldañoso arle de seduciros. Tal Ve4, d~cis, nO$libraremos de los peligros que amenazan á nues-tras vidas; tal, vez nos falta que andar. un ca-mino muy diJatado. ¡Infelices! ¿,advertis en quese funda esta. terrible incertidumbre'? Esto es co-mo si dixerais muy satisfechos, vivamos tran-quilas: puede ser que no. seamos condenados en

el

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38 Sermonel juicio; puede ser que río se abra el infiernobaxo de nuestros pies; puede se;: que vivamos·bastantes años, á1=ltesde ser citados al tribunaldel supremo Juez. t, Por qué nos hemos de ate-mor izar inútilmente"? Tal vez no veremos tanpromo abrirsenos las puertas de la eternidad.t Quién hay tan imprudente qúe, víendo tronarsobre' su cabeza, no tema el rayo, por no saberde cierto' si le ha de herir"? ¿Qué piloto duer-me sosegado, quando el furor del mar le arro-ja á las nubes, y le abre los abismos, porque sepuede salvar del naufragio'l t.Estaba reservadapara el pecador tan extraiía conducta"? Si mos-trais , HermanOs mios, semejante seguridad enel negocio de vuestra salvacion t, por qué, os ve-mos temer ántes que lleguen, unos pequeñosma!es, que son mucho mas inciertos que unaespantosa, 'tep.robacion.'~ t, Por qué no usais " e¡¡ c.[menor; peligro, de los males. temporales, i de 'la-indifer'cncia que o'poneis: á··los .peligros 'de fa:eternidad ~ ¿Sois cobardes' para con los hombres,y reservais vuestra fonalc<tu para no temer alSeñor'?

.t,Qué esperais pue-s;: Hermanos mios, .pararenunciar voluntariamente las 'cosas; que vais ádexar aunque os pese'? ¿Qué esperais para vivircomo si os fueseis á morir'? E:)toy creyetldo que,por mas que se os diga, os lisongeais de que nodislais tan poco del fatal instante; por lo queno lograré' alterar. vuestra seguridad, ni dISpo-neros 'para morir, persuadiendoos un total aban-dono de las cosas mundanas, miemras os habla-

re

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sobre la Mu~rt(!. 89re de la muerte que ha de venir. Vuestra ima-ginacion sabrá .alejarla , segun os b fuere yoacercando: mas este instante ha de llegar al fin.y vosotros no lo podeis negar: ahora bien; áeste tiempo, próx1mo ó remoto, os quiero tras"';'ladar por un solo instante: mis reflexiones sobrela fragilidad de las cosas humana.5 os harán asímayor impresiono Es menester deciros que ac2.-bais de ser robados al mundo, á sus bienes, yá sus placeres para persuadiros mejor que de-biais haber renunciado ántes todas estas cosas.

JI. Es cierto, Hermanos mios, que habeis~ v isto muchos cadáveres, pero no eran los vues-

tras; y los males agenos os hacen pequeña im-presiono No habeis creido ver en aquellos cuer-pos desfigurados la imágen viva y natural de loque ha beis de ser algun día, ó solo lo habeisvisto en un por venir muy distante. Este es unerror é ¡lusion , que procuraré disipar el dia deboy, haciendo que os considereis corno muertos:suposicion extraña, si talos pareciere; pero útilá vuestra salvacíon , y tal vez necesaria paraablandar vuestra dureza. Sin considerar otroscadáveres, os prevengo que cada uno de voso~tras se imagine que está viendo so mismo ca-dáver. MJrad/e ya sin movimiento, sin calor ysin vida, desfi~urado y monstruoso: sale vues-tra al ma de e~ce cuerpo hediondo; y voiviéndo-se á mirarle, ve el horrible estado de la carneque ha dexado de animar. La detengo en estepumo Je vista, y la manten~o , Hermanos míos,en esta situacion, en toda la serie de este dis-

7am. 11. M cur-

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90 Sermoncurso. Es cierto que aun vivís, mas dentro deun instante se verificará esta triste suposiciomy si está cercano este instante ·t,por qué no su-pondré que hél llegado'? Si el .Apóstol se con-sideraba como una vÍCtima que y<t habia reci-bido la aspersion del sacrificio, yo os pido aho-ra que adelante.is otro instante mas: consideraosca mo víctinJas recien sarrificadas. Pues habeisde morir precisamente delltro de poco tiempo,dice San Bernardo, consideraos ya como muer-tos. ¡Oh! i,quánto tiempo os talca que vivir~i,es digno de contarse'? no es mas que un mo-mento. En vano procura vuestra imaginacionalejar el instante presente del fatal instante deque os hablo: estos instantes se tocan , se em-pujan, y considerados en la eternidad, se con-funden. Mis amados oyentes, sí, aLÍn quandoacabaseis ahora de nacer, os pudiera yo decirque sois nada, t,con quáma mayor razon os po.dré decir ahora lo mismo, viendoos tan aban-zados en dias'? Sí, os anuncio sin error notableque acabaisahora de expirar. Mirad, no digovuestra figura; porque no se os puede recono .•.cer; mas los feos despojos de lo que fuisteis.Considerad vuestros cuerpos pisados de la muer-te , segun la frase de la Escritura.

Puestos en esta fúnebre perspectiva, espe·cialmente los 'que no poníais limites á vuestrosproyectos, como si hubieseis pactado con lamuerte que esperaría, para arrebataros de latierra, á que no tuvieseis ya nada que desear.¡Considerad quán caro os cuesta el haberos de-

xa-

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sobre la Muerte. 9 1

xado seducir de vuestras esperanzas! Habeis si-do heridos quando ideabais grandes estableci.mientas, formabais admirables planes de fortu-na, y preparabais las comodidades de una lar-ga vida. Ibais á obtener una brillante dignidadque habia sido por muchos años el objeto devuestros deseos, y os hallais de repente á laspuertas del infierno. Habiais incluido en la ex·tension de vuestros proyectos el tiempo de vues-tra vejez, y en la flor de vuestra edad, habeisvisto desvanecerse los años con vuestras espe-ranzas. Fabricabais con grandes gastos edifi-

. cios magníficos, como si hubieseis d'e ser eter';'nos sobre la tierra; y fuisteis trasladados sú-bitamente á la eternidad, como se traslada áotro campo el chozo de un pastor. Apénas ha-bíais dicho, como el Rico del Evangelio, viva;.

.'m:os sin pena, y gocemos .tranquilamente denuestrOs. mu~hos bienes" quando ,.el Señor ospidió vuestras almas. Habiais concebido gran-des ideas ;.'con la multitud de resortes que ha-bíais armado, os prometiais una segura prospe-ridad ; mas la illuerte, cortando el hilo de vues-tros dias' ,.·como ~tla tela á medio texe¡r" se bur-ló de vuestra astucia, descompuso vuestras me·dídas, y destruyó el orgulloso pla n de vuestraambiciono Tal. vez habiais llegado al empleomas honorífico, y comenzabais á go zar de vues-tra gloria, quando esta se' os .eclips ó subitamen-te. Este Soberanoestablecia con su polít jca lasbasas de una ahsoluta monarquía, se proponíamudar con lentitud el .gobierno, 1e ye~ y reH·

M 2 gion

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92 Ser N:Q'll

gion de una naciot1; tenia un solo día de vida,y Ployectaba la obra de un siglo; mas la muer-te ha puesto fin en un instC\nte á sus ideas y ásu reynado, habiéndolo- trastornado todo. Des-pues que fixó en sí por un instante las atencio-nes de sus vasallos en el teatro de su grande-~ , pasó como sombra.

Reflexionad, ó Christianos , junto á vues-tros cuerpos que ya nada sienten, reflexJonadvuestro desatino é imprudencia en querer per-pewqr vuestros proyectos en una tierra extra-ña; en extender vuestras miras de imeres ó de.vanidad hasta el fin de la vida, hasta las cer-canías de la noche espantosa en que ningunopuede hacer nada, y de anhelar para tan cor-to tiempo, como habiais de haber anhelado.para la eternidad. ·Vosotros especialmente., ó'ancianos, qúe teneis ya lln pie ,en la sepultu-ra, observad ahora que os acaban de enterrar ,iqual eral ¡vriestra necedad en tener tanta codiciay solicitud· para lo venidero, como si hubieseis·nacido para no morir, y' en ocuparos. solamen-;te en negocios mundanos , en lugar de apresu-:.raros á abasteceros! de útiles des.po jos, y. adq,ui-'riros un r.ico tesoro de buenas obras.

Así, Hermanos mios, para reprimir las de-masias de la avaricia y. de la ambician, paraconfundir la temeridad de los proyectos, los .cui<lados inútiles, Ja ,inquieta prevencion de 'lamayor parte de los hombres, me bastará de •.cirles , ya no exlstii: nada supone que yo ade .•lante algunol momentos: pensad en el día en

que

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sob1"!! la Muerte. 93que todo se habrá acab1do para vosotros; yconsideraos en el ataud. Ya se apod~ran dc:lo~oque habiais juntado con tanto sudor y trahajo:los herederos que se alegran de vuestra muer-te, lo van á disipar como el humo. Los honoresque os habian engreido tanto,. posan á otros p3.-ra engreirlos ; vuestros antiguos competidoresos su;:eden en los empleos, se rep~rte vuestrocaudal, se desaprueban vuestras ideas ~ se des-precian vuestras últimas voluntades, se destru-ye 10. que habiais establecido, se restablece loque habiais abolido, y se suspende 10 que ha-biais empezado. Insensatos ,teran necesarios.tantos movimientos, zozobras, trabajos, pre-venciones y anhelos, para preparar una obraque no habia de durar mas. que un día '?

lIl. Este modo de juzgar de las cnsas hu-;IPanas puede ser mUY'útil para las costumbres,;'especialmente contra el amor desordenado delos deleytcs. Vosotros, felices mund3nos, á quie-nes solo faIraba la inmortalidad, para ser losídolos del mundo "obse,rvad. todos ios pla,~.eres·que os embriagaron "Por. ~n instante',. y' se d~s';'~vanecieron como un sueño: arreciaibs por loque son: separadlos de las horas y de: los díaspasados- en la· a.fliccion, en la. fatig.1. , en d sue-ño, .en los cuidados, en el·embarazo de los. ne- i

gocios yen' la amargura. Separadlüs la mbiende los falsos placeres que, habiendo hecho li-geras impresiones en vuestras ahus, las dexa-ron en su tristeza y languidez: solo h2blo de'los placeres que os penetraron íntimamente, ,y

que

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94 Sermonque os llenaron de la mas agradable satisfac-cion. i A quántos ascen~erian estos instantesfe.lices, tan raras veces derramados sobre undesdichado corazon'? Formad de ellos, si pu-diereis, umi larga serie. Reunidos todos ¿ com- .pondrian un año·? ¡Ah! podeis decir al expiral."lo que dixo Jonatás, solo hemos probado lamiel, y vamos á morir.

¡Dichosos vosotros, si los placeres soto hu-bieran sido para vosotros unas delicias tan ra-ras, como frívolas y momentánea~~! mas vedlos

.ahora despojados de los hechizos que inflama-ban vuestras pasiones: reconoced que fueronvuestros tiranos y verdugos, y el origen devuestros males; que marchitaron (a flor de VUes-tra edad, llenaron vuestra vida de desazones, os·causaron enfermedades, dolores y debjl.id:.ld, yaceleraron vuestro fin. Aun se ven en vuestrbscuerpos desfigurados las señale'. el vicio y de¡US estragos. ,~

¡Ah! aun quando los. placeres hubieran·ocu-,pado toda vuestra vida, aun· quando no os hu-:hieran costado tanto., por" la molestia de adqui-

'. rirIos, por su go:e mezclado de inquietud y re-mordimiento, y por sus funestas conseqüenciasiqué os queda de ellos despues de la muerte'?'¡Oh! ya desaparecieron; y vuestro cuerpo des-tinado á la corrupcion es incapaz de percibir-los. Pasaron como la pluma que arrebata el vien-to, como la espuma esparcida por la tempestad,y como el humo que se desvanece en el ayre.Ademai de que su memoria Oi habrá de ator-

men-

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sobre la ltfuerte. 95mentar etet'l'lamente , y de haber sido otros tan-tos pecados que se deberán expiar con las pe-nas; al fin se han acabauo: y cesando los hom-br~s de vivir ~qllé diferen..:ia h<iy entre ,el quevivió en la afliccion y el que vÍvió en los de!cy-tes'? Los dichosos ya no existis ,. y así en nada~xcedeis al que hubiere sido el mas infeliz .. Unavida corta y veloz habia puesto entre ellos al-gunas diferencias que la muerte desvaneció súbi ••.lamente: así un relámpago hace distinguir porun momento los objetos que la noche oculta alinstante. .:

El Espíritu Santo parece haberse dedícadoá pintar de mil modos la brevedad de la vidahumana. iQué asombroso resumen no se podríaformar de las diferentes imágenes, con que 110S

ha representado la rapidez de nuestros dias! Na-cimos ayer, y morimos mañana. Los días delhombre pasan con una velocidad semejante á ladel baxel impelido del viento, y á la del águilaque se arroja á la presa. La prosperidad del im-pío solo dura un instante: apénas ha deslum-brado los ojos de la multítud , qua.ndQ.se admi-ra esta de verle desaparecer: se dt:svanece co~roo una ilusion, como cosa soñada, y como unfantasma nocwmo. La flor que se agosta en undia con el ardor del sol, es una imágen de 1~ID uerte de los podcroso3. NUCSira.;Yp:1a pasa co~roo una nube arrebatada del viento:, ·ó corno Ul1

vapor que difipan los primeros rayos del sohLos enemigos de Dios apenas habrán sido en-salzados á los honores, quando desa,par~cerán~

co-

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96 S¡;rmo1tcomo el humo que se eleva en el ayre. Las agnasde UA rio no corren tan rápidas al mar, comonosotros vamos á la sepultura. El hom~rc seasemeja á "una, flor dclica"da , que se abre conel fresco de la mañana, se seca al medio día,y se cae á la t'arde. Tal es la idea que nos danlos sagrados libros, de la brevc.::dad de nuestravida. Aun el impio la reconoce, quando se atre-ve á "decirnos, un::\ c~ntella inflama y animanue:-:troscoraz()nes por un instame: nuestra res-piracion es un humo ligero que se eleva: estaexh:d:.lcioll se va á apa~ar, el alma á de~vane-cerse como UI1 ayre sutil, y el cuerpo á con-vertirse en polvo.

Tal vez', Herm::m0s mios, en atencion áque la consticu"íon de vuestra natura1cza os proe

mete algunos años mas de vida, os pareceránexageradas estas expresiones de la Escritura;mas vosotros juzgais desde tal punto de vistaque no podeis dexar de engañaros. El hombresolo ve lo venidero como por uno de aquellos"anteojos, que alejan extrañamente aun los ob-jetos mas' inmediatos. El verdadero modo deconsiderar la duracion de la vida. humana, eaimaginarse en el último instante, v~rla ya pa-sada, no juzgar de su duracion sino por el tiem-po que se ha vivido, en vez de pensar en Jo quenos queda :~\'1evivir, y cotejar este corto espa-cio con la inmensidad de los siglos pasados yvenideros.

Colocaos pues,. Hermanos mios, en el ins-tante de vuestro último suspiro, y retroceded

has-

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sobre la IYluerll!. 9'1hasta el día en que nacisteis, considerando esteespacio de tiempo enmedio de todas las edades-del mundo. ¿ Qué os parece, en esta situacian,el intervalo entre vuestra infancia y vejez, cu-ya extension os parec-ia que no la podiais ver deuna vez ~ ¡Ah! solo es á vuestros ojos una ideasoñada, un paso rápido que apénas se ve pa-sar, un instante que separa dos eternidades;un punto en la inmensidad del espacio , y unrelámpago en la noche etern2. Otras veces ve-riais el sepulcro á una inmensa distancia; y es-te término de vuestra peregrinacion os parecc-

~ ria que se retiraba segun os ibais aproxImando:mas ahora que habeis de baxar á él ., volved lacabeza, y mirad á la espalda la cuna de don-de salisteis: solo disJa un paso del sepulcro. Re-conoced hoy que, arrebatados rápidamente porel torrente de los siglos, no habeis hecho masque mostraros á la tierra, y desaparecer; queapénas habiais salido de las manos benéficas delCriador, quando caisteis en las de su justicia,y que vuestro cuerpo mortal no abrió los ojosá la luz, sino para cerrarlos quanto ántés.

Así han pasado -velozmente unos dias, queel hombre imaginaba de ·mucho mayor duracion~Ahora es quando reconoce su error ,. mas' en va-no, porque ya es irremediable. -¿, De qué noshan servido nuestro fausto y orgullo, que pa-saron como una sombra'? ,dicen los pecadoresen el infierno. Allí es donde se juzga rectamen-te y sin ilusian: pues para haceros juzga'r delmismo modo, supongo, Hermanos. mios, que-- ~Tom.11. N es-

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98 Sermú-ncstais á punto de expirar. Despues que hubiereisexpirado, sabreis apreciar los placeres. Por muycorta que os parezca vuestra vida, su duracionhabrá sido mucho mas corta. La vida no esmas que un punto en el tiempo; y vuestros ins-tantes felices no son mas que otro punto en lavida. Mas quando el instante que hubiereis vi-vido en la tierra, hubiera podido estar colma-do de placeres t,hubieran sido por esto mas dig-nos de vuestros deseos y de vuestro amor'? -¡In-felices! i era menester conceder todas las deli-cias á un cuerpo que habia de tardar poco enhacerse insensible; juntar los placeres con losprincipios de la corrupcion siempre dispuestosá estallar; sustentar con delicadeza la carne quese iba á corromper; y anhelar los dulces hala-gos de la vida un instante ántes de ser entrega-dos á los horrores de la muerte'? i Os interesa~ha resbalaros en el sepulcro por una pendientemas suave, y coger algunas flores, quando ibaisvelozmente á sumiros en el abismo de la eterni-dad'? ¡Insensatos! yo os comparo con un reo quesolicitase que le llevasen c.ámodamente al supIi~cío ,y que gustase de frívolas satisfaccienes enel corto trecho que hay desde la cárcel alcadalso. .

IV. Si los placeres os parecen tan viles ymenospreciables, considerados despues de vues-tra muerte t,qué piensas, 6 jóven , de esa bell~za que idolatraste, y que ahora solo ofrece lallOrrible figura de la muerte'? Bien sé que estepemamiento te aterra y llena de pavor: ma~,

¡IR

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sohre la Muertr!. 91)

sin reparar en III falsa delicadeza, quiero intro~ducirte en tspíritu en tu casa, al punto en quela llenas de tristeza, y hasta el aposento deque hiciste un teatro mundano y divertido, yen el que algunas antorchas fúnebres descubrenel horror á quantos te miran. Acércate á es telecho que fué para tí un lecho delicado, y eldia. de hoyes silla de la muerte. Observa. el tr is-te estado á que te ha reducido; y conoce aun-que tarde, la fragilidad de tu cuerpo y de susgracias naturales. Aparto el velo con que hancubierto tu feo rostro, para que no cause hor-

. ror el verte. Mirate á tí mismo; mira aquella.figura, cuyos frívolos atractivos solias admirarcon una criminal complacencia: ¿qué se ha he-cho aquella belleza que atraía la vista de todos~'i,.Los ojo.s inmobles, obscurecidos y dislocadosen este horrible espectro, son aquellos en quese pintaban tan al vivo todas las pasiones ~ Mi-ca tus labios cárdenos, y tu boca desfiguradacon las contorsiones del mal, y que despide unhedor insufrible: t. á esto se han reducido lasfrágiles gracias, que te inspiraban una vanidadtan cut pable como ridícula"? Un ,arte frívolo ydespreciable ,el arte de encubrir la palidez conun barniz de peor color, hacia brillar tu ros-tro: para hermosearte, querías mejorar la na-turaleza, y borrar las señales de la vejez. Mi-ra como á estos cotares postizos han sucedid~las sombras, una horrible palidez, una cutis amo-ratada, y la imágen de la muerte. Tus parien-tes, lejos de acercarse, huyen de tí, como de

N 2 un

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JOt>

11n monstruo; tus mayores amigos derrama:ndesde Jejas algunas lágrimas que otras manosenjugan al punto; y tus criados llenos de hor-ror, al pasar junto á tí, vuelven la cabez.apor no mirarte. En el auge de las delicias detu sensualidad, icon qué esmero, con qué deli-cadeza é inútil desvelo cuidabas de este cuerpoque idolatrabas! y ahora no se puede sufrir sul1edor cadavérico. Esta corrupcion apresura tuentierro : se sol icita como una gracia el echarde casa esta carne apestada, y llevarla ántesdel tiempo acostumbrado á la sepultura. tTe-reconoces en estos tristes despojos, ó nueva Je-zabel , que no usaste de galas y adornos sobre-puestos, sino para asegurar tus cul pables con-quistas; tú que tal vez fuiste sorprel1endida de lamuerte quando ideabas nuevos pecados f HteCci-ne U/a :Jezaben

Venid, todos los que le prometisteis tantasveces que la habíais de amar hasta Ja muerte,venid á sus pies á ratificar vuestos culpables ju.ramentos: y tú, jóven desengañado de tu ga-llardia , habiendo ya visto la horrible fealdad,en que de aquí á poco tiempo te has -de conver-tir; ve ~ahora que has vuelto en tí , Y sientes yrespiras todavja, ve á cuidar de una vana beIle-.za, á realzarla con mil artificios, -y á prepa-rar delante de un espejo lazos á la virtud, yfomento al libertinage. ¡Ah! si haces aun el me-nor aprecio de los frívolos atractivos; si las gra·cias naturales te inspiran orgullo todavía; siquieres permílnecer en una deliciosa sensuali'7"

dad:

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sobre la Muertt. 101

dad: yo no tengl) que añadir al espectáculo quete he mostrado; ni tampoco hallo otra cosaque mas te pueda persuadir.

V. i,Las riquezas y honores son bienes masverdaderos y sólidos que la belleza ~ Volvamos,Hermanos mios, para juzgar sin pasion , al pun-to de vista en que los objetos, despojados de to-lla ilusion, se dexan observar sin disfraz. Alos ricos y grandes del mundo les pido aquíespecialmente, que se consideren de antemanocomo degradados y despojados por' la muerte; yque se acuerden, en este vil y miserable estado,de este oráculo del Real Profeta, que tantasveces se les ha repetido sin el menor fruto, losmuertos nada llevan consigo al sepulcro: Cuminterierit , tl~n sumet omt1ía.

Ahora experimentan esta triste verdad Josque nadaban en la opulencia: los sorprehendióel sueño de la muerte, y habiendo despertado,~e haJIaroncon las manos vaCÍas. iDe qué lesirven en efecto á este hombre magnífico y acau-dalado los inmensos bienes de que jamas ha degozar'? i,Qué picnsa despues del último suspi-ro, de su luxo, de sus tesoros, palacios y do-minios'? ¡ah! todas estas cosas solo son para élun montan de tierra, el fruto inútil de sus traba-jos, la ocasion de sus antiguos pecados, y 'la ma-teria de su juicio. i Qué conserva de los precio-sos muebles que sirvieron á fomentar su sensua-lidad y su fausto'? una mortaja que le han pues-to, tal vez para insultarle en su desdicha. i,Quétiene en lai manos, en lugar de los tesoros que

der .•

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102 S~rmonderramaha con prodigalidad 1 una cruz de la que$alen anatemas. i Qué le darán por las heredadesque ha dexado ~ hediondez y gusanos. t.Ha vuel-to á 10 menos con resignacion á la providendalos bienes, que de ella habia recibido'? no: vo-mitó con su alma, segun dice la Escritura, lasriquezas que se habia tragado; y Dios en cier-to modo se las arrancó de sus entrañas. Habiadicho, destruiré mis graneros para hacerlos ma.•yores, y juntaré allí todos mis tesoros; y des-pues me diré á mí mismo, descansa, alma mia;pues tienes riquezas para muchos años, nn tie-Iles que pensar sino en divertirte. Apenas habiaideado estos vanos proyectos, quando pereciómiserablemente. En vano ha estado siempreamontonando riquezas , y no ha cesado de au-mentar el esplendor de su familia: nada tiene dequanto poseía, y su fausto no le acompañará enel sepulcro. Mientras vivia , las vanas alaban-zas podían fomentarle su orgullo; mas miradleya sepultado para siempre, como sus padres,en la noche eterna. El insensato, gozando de loshonores y de la prosperidad, no habia previstoeste fin desastrado: viviendo tan olvidado de lamuerte como los animales, al fin ha muertotambien como ellos. Un ataud es lo único quelleva consig'J: pasa desde su palacio al s~no dela tierra, tan desnudo como salió del seno desu madre. t.El pobre que le envidiaba, ó el masinfeliz de los mortales, hubiera querido gozar,como él, de la grandeza y de las riquezas, de~biendo hallarse ahora como él se halla ~ t,N Q

an-

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sobre la fvfuerte. 163

antepondria una triste choza, ó una prision al fe-retro lúgubre, y á los honores fúnebres de este~oble difunto'? Mas vale, segun el Sabio, serperro vivo que lean muerto. La· muerte despoj~y degrada as-í al opulento, y le hace inferior almendigo mas desdichado: Lum interferit, nopsumet omnia. i,Gozaba de magníficas dignida":,,des, y habia sido elevado á empleos 11Onorífi":,,cos'? pues ahora se halla en el ataud en el es.-tado mas miserable. Si le rodean algunas in-signiasde grandeza , solo veo en ~llas el or-gullo de sus parientes. Si .1a presenci~ y el

~ luto de una multitud de ciudadanos dan luci':'miento á sus exequ¡'as, solo advierto' en est~pompa funeral unos tristes honores, tributa-~os á un cadáver, que ni Jos ve, ni lossiente. La magestad de estos funerale~ so19me presenta un noble ~encido, que la muer-te triunfante arrastra al sepulcro •. Los monu-mentos sepulcrales que se observan en nues-tros templos, no son mas' 'que un 'vano es-pectáculo ,para los vivos: son l,lno~ ~rofeoserigidos . m~s bien ,á la 11.'uerte'. que á .~u~tJZistes víctimas. Sin detenerme en el suntuo-~ aparato, abro el ata ud , y 'solo veo e~ élUD cuerpo pálido ,y desnudo, que se comien.za á corrompe!;', y que apénas se podría di&.-linguir del cadáver del hombre mas abatidoé infeliz.

VI. Prosigamos, Hermanos mios; y siga ca-da uno de vosotros á su ataud hasta la sepultu-ra: VOiotrO¡ principalmente, ó mortale., qu~

os

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104 Sernl0n

ós dexasteis deslumbrar de vuestra grandeza, óque siempre aspirast~is á elevaros sobre los de-mas; los que, quando viviais, os desdeñasteisde pisar la tierra, y no supisteis andar sinQ,conel fausto de ,:uestros coches; que no os acomo-dasteis á habitar sino en palacios, ni á descan-'sar sino en lechos fabricados por el luxo y sen.'Sualidad; ved abrir vuestra sepultura. Esta esla hoya en que os van a echar, como al desechode la naturaleza. Venid á considerar esta obs-cura mansion de los muertos, á la que vienen áparar los hombres, yen la que se confunden to-das las clases, se desconocen las distinciones yp~eeminencias, y se ignora el mérito. Mirad latrtste morada en que os sepultan y esconden, co-mo á objetos que ofendieran' la vista. ¡Qué mu-tacion de escéna. , qué trastorcro de fortuna, quéespantosa caida! iO cuerpo' desdichado! i,de'dónde te han preCipitado, y e'n dónde has caido'?t.Cómo es esto '? ~del seno de la sociedad, de en-medio de los plateres , de la cUQ1brede los ho-nares, de los brazos de:!a delicadeza, de las'delicias del mundo, de 'la' alegría (le los festi~'nes,. de una cas':l en ql;le:todó resplrabá fausto~luxo y orgu llo , pasaís en este día á los horro~res de un sepulcro! Así ha 2.caecído; á los jar~'dines deliciosos, á .los grandes pálados, á los.magníficos equipagés,. y á-las tertulias ct:iveni...:.das han sucedido un ataud, una hoya, las ce-'oizas y tristes despojos de v~estros pad-res. Aquícareceis del gran número de criados que os ob-'sequiaban, y de la multitud de cortesanoj' que

se-

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.robre la lVIue''te.seRuian el carro de vuestra füt'tl:na: no neccsi-t:ri~ ya de edificios soberbios, ni de esp2.ciososaposentos.: un hoyo que .o~ pucda COl)tener yocultar bastará para guardar vuestro feo esque-leto. Seis pies de tierra, este es el espacio queos queda de vuestros inmensos dominios, comoal pobre mendigo. Aquí es donde los. 'vicios devuestra juventud, impresos aun en vuestros huc,.sos, como dice el Sábio, duermen con vosotrosen el polvo. Aquí es donde, careciendo parasiempre de accion y sentimiento, servís de past()á los gusanos que se engendrai1 en vuestras en;trañas. Aquí se corrompe al lado de un pobreartesano, en el olvido yen las tinieblas, la car~ne que alimentasteis con tanta delicadeza, queamasteis tan desordenadamente, que aderezas-teis con tanto esmero, y que manchasteis coatantos pecados.

Incansables guerreros, en vano con una mul-titud de trabajos hicisteis alejar los límites deun reyno, para agrandar el vuestro, porque elcalabozo á que os ha destinado la muerte, no espor eso mayor, ni menos obscuro, y el destinode vuestros cuerpos no es menos deplorable.¿Pareció el mundo pequeño á vuestra am~icion,como le pareció á la del conquistador del Asia '?pues esta gruta tenebrosa os servirá de carcc1hasta el fin dd Illundo. ¿ Hicisteis resonar en to-da la tierra el ruido de vuestras expediciones '?pues dentro de poco os convertireis en un puña·do de ceniza, que apenas podrá llenar una urnasepulcral. ¿ Os ceñisteis las cabezas varias vecell

Tom.IL O de

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106 Sermon .de laurel'? pues dentro de poco serán ellas unascalaveras secas y descarnadas, semejantes á lasde los esclavos. Erais excelentes soldados, yhéroes muy aplaudidos; mas una piedrecita, des-prendida del monte, derrivó en el sepulcro est.ecoloso de grandeza, del que solo se vé un or-gulloso monumento. Vuestra gloria traspasómontes y mares, vuestros sucesos admiraron alorbe, y vuestro nombre será conscrv3.do por laposteridad; mas, despues de una vida tan cele-brada, ¿en qué habeis venido á parar, qué soisahora'? una percien de huesos y corrupcion se-p'ultada en las entrañas de la tierra.

Este grande revestido de soberanía, y cria-do en los honores, se habia olvidado de que lamuerte restablece la igualdad entre los hombres.tCómo miraba desde el coche al pueblo infe-rior'? Despreciaba. al pobre, no le dexaba acer-car, y le hablaba con un fiero desden. No habiaobsequio que no exigiese de sus inferiores; nohabia derecho que no usurpase con arrogancia,ni atencion que no admitiese como un tributolegítimo, ni ocasion de que no se valiese paracstentar su poder, y aumentar su soberanía. Ze-loso de la etiqueta, y esclavo de su grandeza,con ninguno se familiarizaba, y eXIgia el respe-to de todos. Engreido con su nobleza, imagi-naba que esta era un título inherente á su natu-

.raleza, y que 'desce'ndia de mas alto origen queel artesano y el plebeyo. Se imaginaba como unídolo; mas esta vana deidad ha sufrido la leycomun á todos 10i mortaleli. Las olas de su va·

m-

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sobre la Mue7·te. 10'1

nidad se estrellaron contra la piedra del sepul-cro, por órden del mismo Dios que estrella lasolas del mar contra un grano de arena. Allí sehan abatido las hinchazones de su corazon, ori-ginadas de su elevacion y prosperidad: allí sehan estrellado las injustas intrigas sobre los bie-nes , fueros y libertad del pueblo: allí han fe-necido las delicadezas del amor proprio, que. seofendia de la menor dcsatencion: allí han ce-s.ado los ardores de la venganza, persecucionesy violencias, efectos funestos de una denomina-cion cruel y tyránica. Creia este Grande distin-guirse de la plebe por su nacimiento; pues quese distinga en el sepulcro por una carne menoscorrompida. Se gloriaba de una sangre mas ilus-tre que la del artesano; pues que nos muestretambien mas bellas cenizas. Escogió un sepul-cro separado; mas t,se ha cubierto con una tierraóiversa, para no mezclarse con la tierra de quele formó el cuerpo humano? t,Debia preciarsede descender de un tronco mas ilustre que el delos plebeyos, debiendo volver tan pronto comoellos al seno de la tierra, donde se igualan to-das las clases ~ t.Necesita~a separarse vanamen-te de la muhitud, habiendo de confundirse tanpronto con ella para siempre? t,A qué fin se glo-rió de un origen mas noble que el del pueblo,debiendo expirar como él, tener un fin tan aba-tido, 'y éJnivelarse en el sepulcro con sus seme~james '{ ¡Oh! confundiéndole la muerte con losdemas hombres, los ha vengadu justamente delorgullo que le liabia .cal~sad~ su nacimiento.

O~ Ved

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103' SermonVed vuestra suerte, Grandes de la tierra.

Es cierto que nacisteis de ilustre lioage, y queestuvisteisalgunos instantes en un teatro de gran-deza que os elevó sobre los demas; mas apenalos arrebató la muerte 'dd sen,) Je VlleSrr3. fami-lia, ú os derrivó de la eminente cumbre, quan-do os igualó con vuestros semejantes, ponién-doos bil1w los pies de los plebeyos. Vuestra ca-sa, semejante á un meson, solo ha sido para vo-!otros como un luO'ar de paso. Hlhien:.io sncedi-

"do á una larga serie de predecesGres que pasa-ron con la rapidez de una pintura movediza, ha-beis cedido el lugar á vuestros descendientes,que lo cederán á los suyos. Generaciones inume-rabIes, incluidas en sus márger,es, y arrebata-das, como unas olas rápidas, por el Lorrente delos siglos, se van á sepultar en el sepulcro, co-mo en un abismo. Esta ha de ser propriamentepara vosotros y para los vuestros la morada maspermanente. Podeis decir, como Job, la obscu-ridad del sepulcro es nuestra verdadera man-sion, y el lecho en que descanliaremos hasta elfin del mundo. Habeis vivido algunos instantessobre la tierra; pero permanecereis en sus entra-ñas mientras existiere el universo. Se podria de-cir que solo ha contribuido á vuestra formacion,·para haber de tragaros: que D,ios solo l1a que-rido mostraros apresuradamente el espectá.culQde la ¡¡aturaleza, y sumergiros súbitamente enlas tinieblas del sepulcro.

Los hombres apreciables por sus grandestalentos, 11g siendo, como $e qLlerian peuuadir,

\loa

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sobre :!a lltIuerte. 109una 'especie de hombres particulares y distingui.dos, sufren la misma suerte que la multitud. Se-mejantes á las exhalaciones que se encienden yQpagan en el ayre despues de un breve y rápido~urso; estos genios solo brillan por un instante,y se eclipsan al punto, para formar un polvocomo el de los demas. Saloman previó con pe-sar este fin abatido, que le debia igualar COIl

los mas ignorantes: Uí'lUS et stulti et meus occa-sus Nit. Habeis ya experimentado como él , ápesa.r de vuestras claras luces, esta mengua dela humanidad, los que con vuestros inventoshabíais ilustrado la república literaria: mas, aunquando hubieseis sabido mas q:1CSaloman, des-pues de muertos y sepultados), no os habeis igua-lado con el mas rwstico aldeano, y con el masinfeliz plebeyo? Nos podeis decir que habúsbaxado al sepulcro, como el hombre mas des-valido: reyna aquí entre los muertos un perpe-tuo silencio, que no da lugar á la superioridaddel genio: nos hallamos tan humil·Jados y cor-rompidos como el hombre mas estúpido: nues-tras débiles cenizas no perciben ni oyen los elo-gios de los vivientes. Nuestros nombres en laibocas de Jos hombres no son mas ql1e vanos so-nidos sobre alusiones quiméricas. l'vl1entras nosdistinguen por nuestros escriros enmedio de la<Jbscura multitud de nuestros contempl\ráneos,HOS confundimos con todo género de muertos, ylIuestras cenizas desconocidas nada tienen queJas disdnga de las del necio y del ignorante:Unus ct stulti et meus occasüs erit.

No

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1 JO Serm01J

VII. No obstante, Hermanos mio!, si I~muerte igualó estos hombres célebres con Jos masabatidos; si destruyó en ellos quanto los distin-guia de la obscura multitud, á lo menos no pu-do extinguir su memoria, habiendo triunfado susnombres del estrago del tiempo. Bien sé que elhumo de la inmortalidad no es mas que un ca-pricho, indigno de los deseos de un Christiano,que debe elevar su alma á mas sólidas esperan-zas; mas tambien os debo decir, Hermanos míos,que, no obstante ser esta gloria filIsa é imagi-naria, suele ser ademas Illuy rara. A excepcionde un corto número de insignes personages, cu-yos nombres, escritos ó empresas han llegadohasta nosotros, los demas hombres esta n sepul-tados en un eterno olvido. Los que por el papelbriUante que hacia n en el mundo, y por los emi-nentes puestos que ocupaban, parecían adqui-rirse, en vida, un género de inmortalidad, alfin se sumergieron tambien en el abismo de lospasados siglos. La misma suerte tendrán Jos quehacen ahora un papel magnífico en la escena delmundo.

iy cómo no habian de sepultarse en el olvi-do que no pudieron evitar-Ios Reyes, que se hi·cieron muy célebres por unos reynados colma-dos de felices sucesos'? Sin hablaros de aquellosMonarcas, cuyos reynados, dedicados al ócio,solo forman en los anales de las monarquía.s obs·euros vacíos ¿, quántos ha habido que, habien-do admirado ó aterrado á sus comarcanos quan-do vivian, son ahora absolutamente desconoci-

dos~

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sobre la JVfuerte. J 11

dos 1 Perece su memoria con las historias de sushechos, que fueron sept..ltadas baxo .las rt:iin3Sde sus ilnperios; no ha quedado señal alguna desu p,)der. Desaparecieron sus tronos con las opu-lentas ciudades en que se coroBaron, y cuyamagnificencia parecía que habia de permanecerhasta el .fin del mundo. Se ignora d6nde estu:-vieron las soberbias ciudades' en que los Reyesdaban leyes, ó sojuzp-;aban á Cif:l1 pueblos ven-cidos. Consumió el tiempo, y destruyeron lasrevoluciones las estatuas y mausoleos de Jos So--beranos que dominaron en diversas partes deluniverso. El labrador siembra, sin saberJu, endonde fueron sepultados: sus cenizas se han mez-clado con tierras de labor ~ sus nombres, si aca-so se saben, solo sirven para ocupar un ol:-scuro •intervalo en la chrol1ología; di6tinguiéndose por()tros nombres mas célebres el tiempo en que vi-VIeron.

Si la memoria de los Reyes debe sepultarseen el abismo de los siglos advenideros t. gpé me-moria quedará de la ignorada multitud del pue-blo'? El mas profundo 0\ vida acompaf'l'.lra ner:c-$ariamente á qUé\ntos hubieren vivido lejos deltrono. Su túmulo termina con ellos la a:Tiistad,sentimientos y gratitud que l1abian inspirado. I.Janmtacion qt1e ocasiona en el teatro dd mundola mnerte de estos inf(~lices ,.105 hace ror la úl·tima vez el objeto de las' públicas conversacio-nes. Este es un ruido momentáneo. El rumürque excita esta noticia, se disipa con el clamorde las campanas que anuncian su entierro, y' su

me-

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JI2 S¡;rmonmemoria fenece en el sepulcro. Son reemplaza.dos por otros que no piensan en los que vivie-ron. Las alabanzas de que los colmaban, aca-baron con sus beneficios. Habian adquirido cier-ta celebridad, que, faltando su presencia quela sO:5tenia, al punto In cesado. Se atraxeron laateadon de algunos por algull tiempo; mas, ha-biendo desaparecido de la socieci.ld, se piensatanto en ellos como en lo que se suefia en la no.,.che. Les suceden otros que los hacen olvidarmas, y que serán tambien olvidados ql1ando 1csteq lle. Habiendo florecido como la flor del cam-po, se marchitaron tambien como ella: sopló nnviento y se secó, sin dey.ar la menor señal. Sonenfin despues de la muerte, como si jamás hu-

• hieran vivido; y su nacimiento ol;jdado losiguala con los que no han nacido. Un p:íxarono de:{a señal de haber volado; un naviu no de-xa rastro de su rumbo, y una saeta que da enel blanco, tampoco imdica por doncle ha ido: asílas huellas de los vivos se borr.m, segun ellosse van adelantando; y luego que bax::m al se-pulcro, no dexan señal de su meml)ria. Ví al im-pio elevado sobre los cedros del Líb,F:O~yape.-nas habia yo pasado, quando se lo tragó el se-pulcro, sin que se puwl..:se distinguir en dondehabia estado.

Tú, ó j.óven , que te marchitaste como eltierno sarmiento que comenzaba á brotae, y co-mo el olivo que dexa caer la flor; sabe qu-~ ape-nas desapareciste, quando cesó el seotimiento,se enjugaron la¡ lágrimas, se consolaron los

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sobre. Id lvlucrte. 113

corazones con nuevas pasiones, y otros objetosque ocuparon tu lugar, se llevaron las aten-ciones. Esposas desdichadas, las nuevas bodasborran enteramente la memoria de las prime-caso Padres y madres, vuestros hijos ingratossolo se acuerdan de vuestra muerte, para ale-grarse de la rica herencia que les habeis dexa-do; ó solo hablan de ella como de un sucesoindiferente. Hijos desgraciados, los padres ymadres que no parecen serlo, ven con ojos en-jutos llenarse los sepulcros de los despojos desus familias, y de los frutos de sus entrañas.

~ Estoy por decir que, molestados de vuestro nú-mero, no reparan tal vez en consolarse conuna abominable avaricia, ó con la esperanzade sostener, con vuestra muerte, y aun de au-mentar el luxo de su casa. Olvidados así de losque os engendraron, ya no teneis, como Job,otro padre y madre que la corrupcion, ni otroshermanos y hermanas que los gusanos. O muer-tos, qualesquiera que fuereis, todo el mundoestá sordo á vuestras voces: á pesar del clamorpenetrante con que nos estais siem pre diciendo,acordaos y compadeceos de nosotros, á 10 me~nos los que fuisteis nuestros amigos; se veRvuestros sepulcros sin rdlexlon y sin lástima,y aun sin pensar que habeis vivido. El a;nigopisa, sin enternecerse, la sepultura de su ami-go; el esposo la de su esposa, y el hijo la de .sil

padre: se podria decir que para el aprecio delos vivos, 10 mismo es haber muerto que no ha:-ber existido.

Tom. Il. .P Aho-

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1I4 SermonAhora bien, Christianos, si la muerte os

parece espnntosa -i á qué esperais para despren-deros de los proyectos, de los placeres, de lasbellezas, de las riquezas, de los honores, dela vanagloria, y aun de la misma vida'? ¿ Quéotro eltpectáculo os puede dar mejor á conocerel poco aprecio que merecen las cosas humanas,que los miserable~ despojos de vuestros cuer-pos abatidos por la muerte, vuestras exequiaslúgubres, las sepulturas en que se ocultan vues-tros cadáveres, y vuestra memoria que se des-vanece, aun antes de haber cesado el luto apa-rente que prescribe la moda ~ Bien sé que si ála muerte no la acompañasen otros horrores; sino nos amenazase con mayores males, parece-fia á la mayor parte de los hombres mas aba-tida que formidable. El philósopho, sofocandola natural repugnancia, la podría ver venir conindiferencia, y aun con desprecio; el impio lapodda esperar sin terror ni remordimiento; elsoldado la podria desafiar en los combates, sinafligirse por lo venidero, y el criminal la po-dría llamar corno á fin de sus males. No es puesel temor de la muerte el que deseo inspiraros;mas si el desapego de todos los falsos bienesque ella nos quita. El Chrístiano sabe menos-preciar la muerte mucho mejor que el soldado,que el philósopho y el impio; mas deduce estaconseqüencia, que debiera inferir el incrédulo;á saber, que todas las cosas humanas no' sonmas que humo, y que no hay cosa en la tierra.que merezca nuestro aprecio y amor.

Pc-

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sohre la Muerte. 115

Penetradme , ó Señor, con este saludablepensamiento: que me acuerde siempre de la muer-te; que en ,la ignorancia en que estoy -, de miúltima hora, no se me pase instante que no creayo ser el último de mi vida; que el temor deser sorprehendido de elb refrene la temeridadde mis ideas; que venga á acibarar mis gustos,y á convencerme de su vanidad, acordándomeque van á disiparse como un sueño, y á dexar-me solamente un eterno pesar. No permitais,Señor, que yo separe jamás de las bellezas cria-das, la imágen espantosa de la muerte que lasha de afear; ni que me olvide, al ver sus gra-cias fugitivas, de la hediondez y fealdad quelas han de desfigurar. Mas que á mis riquezas ygrandes dominios, vea yo siempre junto á mí elatauj y la sepultura en que me he de corrom-p~r. Recordadme, ó gran Dios, si la nobleza,honores y grandezas hmnanas me quisieren des-Jumbrar, que la muerte me va á confundir conla multitud, y á igualarme para siempre con laplebe en los horrores de un sepulcro. Preser-vadme del necio amor de fama y de celebridad,haciéndome antes ver el abismo de siglos, enque va mi memoria á sumergirse con la de las¡numerables generaciones que han precedido.Hacedme, ó Señor, 13 especial gracia de pene-trarme del mas tierno agradecimiento para COIl

vos, porque no habeis permitido que me arre-batase la muerte, ames que la hiciese el ob-jeto de mis freqUemes meditaciones; hacedtam~ien que grangeé mi salvacion con el tiem-

P 2 po

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116 Sermonpo de vida que me concediereis.

Dadme pues un poco mas de tiempo, pa-ra desprenderme enteramente de todas las co-sas terrenas; y para disponerme asi mejor pa-ra una buena muerte. Asi sea.

SER-

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SERl\10N

PARA EL QUINTO DOMINGOD E Q U A R E S M A.

SOBRE LA INCREDULIDAD.

Si 'Veritatem dieo 7Jobis, quare n07J ereditismihi?

Si os digo la verdad ¿ por qué no me creeis ~Joan. VIII. 46.

SEÑOR,

Si los Judíos reusaron creer á la predica-cion de lesus, fué porque tenian un cendal enlos ojos, y porque la dureza de sus corazones loshacia insensibles á todas las impresiones de laverdad: dos obstáculos que halla esta aun todoslos días entre los hombres. Los unos son espí-ritus grandes y profundos, si los quisiereis lla-mar así, pero obcecados del error, como conun cendal. Los otros solo son, baxo el nombrede incrédulos, unos ignorantei, orgullosos y lí-

ber-

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118 Sermonbertinos. En la primera clase se contienen losincrédulos instruidos, que si se hallan, como losotros, seducidos de la:>pasiones, los exceden enla instrucdon yen una falsa persuasion. En lasegunda clase se contienen los pretendidos incré-dulas, que lo son mucho menos por principiosque por faItade luces, por vanidad y por liber-tinage. ¿Impugnaré solamente á la una ó á laotra de estas dos especies de impios'? Si habla-se solo con los primeros, omitiría el mayor n6-mero, y los mas culpables. Si hablase solo coalos segundos, dexaria expuesta la Religion á lostiros de sus mas fuertes adversarios: impugnarlos unos y los otros, seria exceder los límites deun discurso: abreviar· el mismo discurso, seriadebilitar las pruebas, en un asunto., que no per-mite que la Religion sea dcbilmente defendida:el único medio que me ocurre, es el de tratarde tan interesante asunto en dos discursos. Mebastará por ahora impugnar la primera especiede incrédulos; y en el siguiente discurso impug-naré la segunda eipecie. Debo pues destruir eldia de hoy los pretextos de 1(\ incredulidad, cu-yas causas voy inmediatamente á manifestat. 1m.•piaremos para ello la asistencia del EspíritU San~to por la intcrcesion de María. A've Maria.-

SEÑOR,

Antes de responder á las objeciones del im-pio, presentémosle una abreviada descripcion dela Religion. Recorramos rápidamente su admi-

ra-

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sobr: la lílcl'eduJ:ddd. 119rabIe série, subamos á su orígen, sigámosla ensus diferentes edades, y veamos los caractéresde sus amenazas, y de sus promesas. Tal vez ála vista de este abismo de grandeza y de mages-tad se penetrará el incrédulo de un sagrado res-peto, como es indubitable, Hermanos mios, quellenándose de amor y de admiracion vuestros co-razones, al considerar el retrato magnífico de laReligion, se dispondrán á oir con mayor gusto suapología.

Ninguna cosa ha habido tan sublime y ma-gestuosa como la Religion; su plan fué ideado

~ }lar el Eterno, y de consiguiente tan antiguo-co-rno el mismo Dios. Este Sér inmutable en susideas, y cuya sabiduría concibió sus invariablesdesignios ab ¡;eterno, jamás estuvo sin la volun-tad de criar al hombre, sin preveer que, apenashabría salido de su mano benéfica, quando se re-belaria contra él, Y sin ver la salud del génerohumano en el sacrificio voluntario de su Hijo.Asi la época de la Religion christiana mide suantigüedad con la existencia de Dios, ó por me-jor decir, no se le puede asignar principio, COIr:otampoco á Dios.

El Criador, despues de haber mostrado sugloria con la grandeza de sus obras, no tardó enponer el soberano fundamento de la Religion quequeria establecer sobre la tierra. El primer hom-bre, despues de su pecado, es el depositario desus promesas; y quatro mil años preparan el cum-plimiento de ellas. En este dilatado intervalo,todo conduce insensiblemente á la redencion del

-li-

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120 Sennonlinage humano. Delitos, virtudes, revoluc!ones,prpdigios, calamidades, combates, decadencia óprosperidad de imperios, bu~nos ó malos Reyes,gracias ó castigos del cielo, sucesos grandes ópequeños, todo se vé dirigido á la Encarnaciondel Verbo. Enfin quarenta siglos no preceden ásu venida, sino para anunciarle, para retratar-le anticipadamente á la posteridad, y asegurarleel culto y adoracion del universo -hasta el fin delos siglos.

Por quanto ras tradiciones humanas hubieranpodido debilitarse, ó perder con el tiempo el de-bido grado de certidumbre y authenticidad; elprimer libro del mundo las vá á consagrar, yhacer perpetua su memoria. Este libro triunfaráde los tiempos, que consumirán otros muchoslibros, y durará lo que durare el mundo. Cadasiglo aumenta esta preciosa coleccion de las di-vinas revelaciones , y añade nuevos rasgos al ca-racter del Mesías, ó presenta sus imágenes masy mas expresivas. Lo que solo parece en esta so-berana obra la historia del Pueblo Hebreo, desus conquistas, .de sus calamidades, de sus Reyes,de sus sabios, de su culto, de sus guerras y desus enemigos, es un gran velo transparente, queencubre la historia anticipada del Salvador de loshombres, de su Religion , de su nuevo pueblo, yde su Iglesia en todas las edades.

Despues de esta larga aurora se muestra en-fin la luz eterna, y destierra la obscuridad. Laespectativa de todos los siglos logra Vér al quedeseaba en el tiempo pr~dicho , y son oictas fi-

nal-.•

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sobre la Incredulidad. I 2 1

natmente los suspiros de todo un pueblo. Mués-trase el Mesías, y descorre el gran vd,) delas s3~4radas tinieblas, que cubrian los sagr·a-dos libros. Al punto reune en sí todas las qua-.lidades de Redentnr, que estaban esparcidas enel antiguo testamento. Sus milagros, su doctrÍ-na, sus leyes, y todas sus acciones son otrastantas pruebas de que es el enviado del cielo,y el tantas veces anunciado en las sagradas Es-crituras, para que fuese el Reparador de la· hu-m:llla naturaleza. El 'Evangelio presenta unaperfecta execucion det gran plan trazado en

~ los libros de la ley; y la sabiduría y sublimesverdades que contiene, no se han podido apu-rar en diez y siete siglos de meditaciones y decomentarios.

El estado actual del universo· es una pr(]e-ba constante de la celestial mision de Jesus , delas empresas de sus primeros Discípulos, y dela fuerza insuperable de la v.erdad que vino áenseÍlar á los hombr-es. Doce hombres sÍn au-toridad, sin ciencia, y sin talentos mudaronla faz. de la tierra en favor de un hom~remuerto ea la ignominia, y solo opusieron al si-glo mas instruido la locura de la cruz. Una Re-ligion tan contraria á nuestras pasiones, comoparecía serIo á .nuestras ideas, triunfó de lacrueldad de los tiranos, del orgullo de los Iphi-lósophos, y de la supersticion de los pueblos.Las virtudes, los milagros de los Santos, lafortaleza de los Mártires, la conversion de lasnaciones y de los Reyes sirvieron á sostener y

Tom. 11. Q ma-

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122 Sermonmanifestar el soberano carácter de divina, conque la Religion christiana se habia establecido.La- historia de la Iglesia ha dado tantas prue-bas de la mision de Jesuchristo, como la histo-ria del antiguo pueblo: todas. las edades delmundo han concurrido igualmente á hacerlereconocer como un Dios revestido de la humananaturaleza.

Esta excelente Religion abraza los tiemposvenideros, como los pasados: no se limita á ar-reglar las costumbres, predicar las virtudes, yprohibir los vicios; mas tambien nos enseña elculto que debemos á Dios: tan terrible en susamenazas, y tan magnífica en sus promesas,como santa en sus maxlmas, nos anuncia quevendrá el Mrsias en el último dja á juzgarvivos y muertos, y á darle á cada uno segunsus obras. Con ellte acto solemne de la divinajusticia termina ella la escena del mundo. Abrien-do despues á los malos abismos de fuego, y álos justos el seno de la divinidad, fixa irre-vocablemente sus eternos destinos: separa pa-ra siempre las dos sociedades de esco,gidos yde réprobos, que nos habia significado en loshijos de Adam , y en los hijos de Noe, en losmellizos de Rebeca, en los ladrones crucifica-dos con Jesus, en la Sinagoga y la Iglesia,y en los dos rebaños de ov.ejas y animales in-mundos, congregados en el Jugar del juicio.

Esta es , Hermanos mios, la soberana se-rie de la Religion: serie que participa de la in-finidad, por haber sido ideada por Dios, por

ha-

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sohre la Incredulidad. 123

haberse mostrado al principio del mundo, porser la obra de lOdos los siglos, y por abrazarcon sus castigos y recompensas la duracíoÍlde la eternidad.

t Qué opondrán los incrédulos á- esta ve-rídica y magestuosa pintura de la Religion~Oid , Hermanos mios, á lo que se reducen susprincipales objeciones: solo ven en el Chris-tianismo un culto desechado por Dios , é in-digno de su grandeza, obscuridad en las pro-fecías , incertidumbre en los hechos, y mons-truosidad en los misterios. Par.a destruir separa-damente escos vanos pretextos de la increduli-

~ dad, probemos que la Religion es ·un cultodigno de Dios, y necesario al hombre; que lasprofecías son cIaras; que los hechos son cier-tos; y que los misterios, aunque impenetrables,no Wll absurdos.

I. Digo en primer lugar que la Religiones un culto digno de Dios, y necesario al hom-bre. Para no admitir esta verdad, el incrédulocomienza colocando al hombre en un profundoabismo de baxeza , en el que cree ocultarle álos ojos del Altísimo. Nos pregunta que cosapueda ofrecer el hombre á su Dius, que seadigna de su grandeza. t.Será n las alabanzas,nos dice, las oraciones y sacrificios'? t, Maspuede Dios ser glorificado con nuestros des-preciables elogios, ó con nuestros cánticos' ridí-culos'? t, trastomará el órden de la naturaleza,para acomodarse á los deseos de un insecto'l¡necesita de nuestras víctimas y ofrendas'? ¿cria-

Q ~ tu-

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124 Sermonturas tan viles como nosotros podrán ,..cont.rib'uirá su gloria'? iCorresponde á la soberana gran-deza observar las acciones de los hombres, dar-se por ofendida de ellos, y abatirse hasta ad-mitir nuestros obsequios, y contentar~e COIl unculto grosero '? ~,Todo el linage humanv no esun pnro nada á sus ojos '?

N,1 os dexeis seducir, Hermanos mios, deun lenguage que parece á primera vista el dela humildad. jO impil)s, que os complaccis endegrad:tr así la humanidad iojalá que j uzga-seis con la modesr ia correspolldiente á la baxe-za de vuestra condicion! En el profundo abis-mo en q'ue estais atollados ¿ cómo teneis I1naidea exacta de la verdadera grandeza'? Colo-cados á una infinita distancia del Ser supremo¿,cómo intentais. fixar vuestras miradas en suseno'? ¿ Una razon tan imperfecta respecto delarazon ete,'na prescribirá desde el fondo dela nada límites á la justicia de Dios'? t, Vn serque no merece ser visto por' él , habrá de darleyes á su grandeza'? j Ah! en este estado aba-tido en que se reconoce el incrédulo ¿ puedejuzgar imparcialmente de lo que debe el Eter-no á su soberana magestad'? j Oh! ¿ qué prue-ban sus orgullosos raciocinios, sino que juzgade Dios por sí mismo, y que le rebaxa hastasu debil comprehension'? esto es , que se poneen su lugar; y aunque de una naturaleza muydébil é imperfecta, para comprehendcr la gran-deza del Altísimo y sus designios, aunque muydespreciable para merecer su atencicn , sus ame-

ha-

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,sobrt? Jit Incredulidad. 1-2,5

t1azas Ó sus promesas, nos dice seriamente 10que pensaría y haria él mismo, si fl!era Dios.Me parece que· veo á un plebeyo ignorante,que, imaginándose sobre el trono de su Sobe-rano, forma unas ideas de grandeza, y unasmáximas de gobierno dignas de su baxeza éignorancia. Si el im pio se convenciere de sunada y eSlu'pidez, no juzgará de lo que Diosexíge de él, sino por lo que el mismo Señorse dignare enseñarle.

¿Mas esperaremos que Dios nos mande ex-presamente lo que la razon exige con té:nta ins-tancia'? La naturaleza impone obligaciones á loshijos, y los Gobernadores las impon~n tambiená los pu(;;blos, t,y Dios ha de exigir únicamen-te de su criatura la estéril prote:ta ge- su de--pendencia'? t, le habremos de eSI:asear nuestrosafectos'? tEI cuerpo, que es la mitad del hq~-bre, que ~e conserva con los continuos beneficiosdel .Autor de la naturaleza, no deberá contri-buir á Jos ebsequios que le tributemos '?

¡Ah! éÍntes bien, Hermanos mios, adoremosla misericordia de Dios, que, prescribiéndonossu culto, se digna acomodarse á nuestra flaque-za y á nuestras necesidades. Sepultados en lacarne, y como embrutecidos, no nos haria lasuficiente impresion un culto puramente interior.Los 00jetos sensibles fixan nuestra atencion, for-laiecetl nuestra fe, sostienen nuestras esperan-zas, infla:llan nuestro amor, reprimen nuestroorgullo, ocupan y consagran nuesrrOi scmidos.Son prendas de las divinas promesas,' signos

de

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126 Serm"ttde comunion , y raudales de gracia •. Teniamosnecesidad de un Gefe , de Pastores, de sacra-mentas, de' sacrificios y de templos. Una Re-ligion puramente interior no es conveniente alhombre que, por su naturaleza, es medio· car-nal. Debe prestar á Dios el homenage con elcuerpo como con el alma, haciendo reconoceren cierto modo la mano que le hizo.

Decid ahora que Dios es insensible á los3fcctos de un gusanillo; que es demasiado

.grande para detenerse á mirarnos, que su gran-dt:la le exime del ultraje, y que apetece tanpoeo nuestros corazones, como nuestros incien-80S y ,:<:Joraciones. Se conoce la debiliclad deeste raciocinio que ha formado tantos impios.tAl hombre, que es un gusanillo tan vil ávuestros ojos, le ha juzgado Dios indigno decriarle ~ ¿Sus obras son tan despreciables, quenase hade dignar de volver á mirarlas'? ¿Hu-biera hecho servir este grande universo á lasnecesidades del hombre, si solo le hubiera demirar como un vil átomo, indigno de sus fav.D-res y de sus castigos'? i,le hubiera dotado deinteligencIa para conocerle, y de corazon pa-ra amarle ,si hubiera' desdeñado igualmentesus alabanzas y sus blasfemias, su amor y suodio '?

Es cierto, Señor, que el impio., con unhorrible sacrilegio -,va á buscar aunen vues-tra grandeza la impunidad de sus pecados. Si sele da crédito, vos no castigais terriblementeal pecador; y la virtud atribulada no debe bus-

car

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sobre la Incredulidad. 1:27

car en vos consuelo ni remedio. Felices pues losque pueden oprimir á los débiles " los que go-zan de mas deleytes, los que cometen mas in-justicias, y los que acumulan mas pecados; yasí, j este mundo, que es vuestra grande obra,solo es una confusion de desórden é impunidad,que habeis abandonado al furor de los malos!

N o, el Dios que, adoramos , no es estamonst rllosa divinidad que nos describen los im-pios. Es grande sin duda, é infinitamente gran-de ; mas su grandeza ccnsiste en ser justo y san-to. ~ El órden por esencia, la justicia misma

~ h·abia de ver, Hermanos mios, con indiferenciael desórden y la injusticia'? ¿La ley eterna quesujetó las cosas insen.!>iblesá inalterables leyes,dexaria de imponérselas á Jos seres animadosy sensibles; ó los dispensaria de obedecer'? l,Elque nos ha hecho di¡:cernir lo bueno y lo malo,podría dexar de regular nuestras costumbres~t Se ocultaria el menor de nuesltos fensamien-tos á la íflfinira intc1igenG:ía que liene presentelo venidero, Y' que sin tra\:lajiJ ni €dnfwji¡;n ob-serva quamo acaece en,e~ muo-do, des <te el vue-lo del insecto hasta la de-cadencia, de los im-perios'? ¿ Por ,ventura, exclama 'el Rea1.Profeta,el que ha formado el oido no habrá de oir nues-tras alabanzas y blasfemias '? ~El que;n0s ha da-do ojos para ver la luz,. no v-erá' nuestras, vir";tudes y nuestros vicios'? tCómo presume. el im-pio establecer esta estraña paradoxa .sobre lasruinas de las mas evidentes y sagradas ver-d~~~ ' "

Así

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:

128 SermonAsí la necesidad de un culto, y por consi-

guiente , de una Religion, está fundada 50breJos principios de Ja..luz natu~al , y sobre las ver-daderas iJeas de la divi'nidad; .mas Dios es áquien pertenece prescribir este culto: por estoo~ digo, Hermanos mios, contra Jos incrédlllosde nuestro liempo, que .las profecias c;ran bas-tante claras para probar con evidencia que hsu-christo vino á enseñar á los hombres el verda-dero culto de la. divinidad; y que le debemosr~conocer por el verdadero Mesias.

n. Un solo principio irrefragable derraml-rá la mas. clara .luz sobre las profecías. Paradesvanecer esta aparente confusion, basta re-conocer genera:Imente en estos sublimes· escri-tos dos sentidos diferentes, que son el sentidolileral y. el espiritual. Sin esta distinciQn , nadase..entiende en los sagrados,} ibros, que solo pre-sentan, af.parecer, un cúmulo de contradiccio-nes y de obscuridades impenetrables. Si se de-obiese atender. á solo el sentido lireral 1', qué COI1--

cepro se haria de los pasages, en que la expre~sion del 4?rofeta es muy .superior -al sugeto que'se propone, yde las promesas magniticas quetanto exceden al suceso? i, La palabra del. Se-ñor, que ,es un oro pasado siete veces por elcrisol,es~ari~. sü;jeto á ,pueriles exageracjones~bEl· ~piritJu ·:de bt. ver.dad .habia .de prorrumpir:en expresiones t~n inv.erosírililes., que fuese des-mentido por' el suceso:?· No., Hermanos mios;en taleso;casiones ehEspíritu·~:de Dios se :pro-ponia un objeto mucho mas ilustre que el de la. , le-L

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sobre la blc1'edu/i.:ftld. 129letra, la qua1 solo sirve para figurarle. En estaacepcion, en los escritos de los Profetas, lalibertad de los J udios anunciaba la libertad queJcsuchristo debia traer al mundo, librándolede la tiranía del Demonio y del pecado; lo queallí se lee del reynado glorioso y durable deDavid y de Saloman figura el eterno reynad()del Mesías prometido al mundo; las célebrespredicciones del esplendor y prosperidad de)a Sinagoga conciernen á )a nueva Ig-Iesia ; laspromesas magníficas de ·una felicidad tempo-ral nos dan alguna idea de los bienes que nose ven; y baxo el nombre de Jerusa~ern , sedebe entender generalmente la celestial Sion.Elevaos, Hermanos mios, quando leyereis losProfetas, á estos objetos sublimes, y desapare-cerá la hypérbole: podreis entender literalmen-te sus expresiones: no hallareis falsedad en laspredicciones, ni afectacion en ms imágenes yen sus frases:- esta llave peculiar de la Es-critura os hará penetrar sus mayores arcanos,y os descifrará sus dificultades.

i Mas esta ambigüedad no puede por sísol~ d~sacreditaw: los escritos de los Prophetas~Es cierto que derrama en ellos alguna obscuri-dad; pero es una ohscuridad necesaria segunlos designios de Dios. Muy diferente de la am·phibología de los orácu los, ella es un efectode la divina sabidúrÍ.q. La letta debia presen-tar á un pueblo carnal un atractivo, que le hicie-se amar y conservar estos sagrados libros; masle debía ocultar el Mesías que debia él sacrificar

To~. 11. R Es.

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130 S¡;1'mon

Este infeliz. pueblo , para cum pI ir las pro-ph.:cias , no las debia entender . .Estas eran unosmisterios sellados en las manos de unos e~cla-

.~ vos, para que se manifestasen des pues á loshijos: así mandó Dios al Prophcta lsaías quehablase de tal modo á los J udios , que losdexase en su ceguedad. Cierra, le dixo enotra parte, y ata el libro de mi ley, cuyainteligencia reservo á mis verdadcrus DIScí-pulos.

No obstante, Hermanos míos, si la Ter-dad se suele ocultar baxo el velo de la le-tra, tambien se muestra sin celajes las masveces. Por una parte queda bastante obscuri-dad, para favorecer las dudas voluntarias; ypor otra una luz bastante clara hace el errorinexcusable. Justo es, Señor, que no os des-cubrais sino á los que os buscan, y que ce-'gueis á los que aborrecen la luz: este es elcarácter de 'vue~tras obras. Justo es que la mis.;..roa fe que ilumina á los humildes, ciegue álos espíritus orgullosos: así la columna de fue-go, que esclarecia el campo de los Hebreos,solo pres€ntaba una faz tenebrosa a sus ene-migos.

Solo resta escoger de las profecías algu-nos pasages sobresalientes, que se hayan cum-plido á la letra. Es evide~te que el incréduloinstruido tiene noticia de ellos; mas habiéndo-los visto desunidos, no le han hecho muchaimpresiono Cada rasgo particular le ha pareci-do muy débil; Y jamas ha considerado la co-

ne-

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sobre la Incredulidad. 13 (nex~on de todos ellos. Por esto, Hermanos mios,para heccr estas predicciones mas perceptibles,voy á presentarle las principales ~l incrédulo;pero ciüéndome á las pertenecientes al Mesias.Vay á coordinar estos oráculos esparcidos; ysin alrerar con la reunion las expresiones ni el('s:ilo de los Prophetas, voy á componer, con'solo el órdcn de la~ palabras, el Evangelio deJe~uchrislo.

Ese. uc I~ad , hijos de Israel: el cetro y lasohcranía no saldrán de Judá, hasta que v(ngael que debe ser embaeo , para verificar la espe-ranza de las naci0nts. Le concebirá una Vírg(n

. en su casto St no ; esta dará á luz un Hijo, cu-yo ndmbre· será Manuel. Jessé será el 1roncofeliz, que produzca este precioso pimpollo, quesal<:~rá de él CCitT,O una f}of. Y tú, Bethlehem,aunque <.res la mas pequeÍ>a ciudad de Judá,verás nacer en tu recinto al Sdiof de Israel, queha sido engendrado de,sde el principio de la eter·nidad. :El hará reynar c(Jl1sigo la justicia, y unapaz abundame, l1ue durarán tanto cuma loscielos.

Nos nace ennn este Infante prometido; yse nos da este HJjo de Dios: vendrán los Re-yes á ofrecerle dones junto á su' cuna, le rrae-rán el uro de· Arahia , y le adorarán como áDios. Embjaré delanre de él , dice el Señor,un ProJ1heta, que preparará sus caminos delan-te de mi faz, y que hará resonar estas pala-bras en el desierro: Pu<.blos, dispontd los ca-lIlinOi del beiiur. Po(,.;o des pues vendrá á su tem-

R ~ plo

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132 Sermonplo el Soberano que buscais, y el Angel de laAlianza que esperais; y con su presencia, estanueva casa será mas augusta que la anrigua.Este es mi siervo escogido, mi mas querido,dirá el Senor , en el que tengo toda mi com-,placencia. Será la luz de las naciones, y lagloria de Israel. Dará vista á 10; ciegos, oi·do á los sordos, habla á los mudos, y á lostullidos ligereza de ciervos. Sed su brazo di-rigido en sus milagros por la verdad y por lam<.lnseJumbre. No dará gritos sediciosos, ni seoirá su voz para· sublevar los pueblos: serátan manso, que no rompGrá , pisándola, lacaña cascada, ní apagará el pávilo que huméa.

Hijas de Sioo, dad voces de alegría: es-te Rey justo, pobre y clemente, hace su en-trada triunfante en Jerusalem, y viene á vo-sotras sobre un asnillo: mas ¡ay! que de aquíá poco será el hombre mas dolorido. Le hanvisto , algunos dias despues , como un le-prosa, herido, y humillado por el Señor: masse ha ofrecido á la muerte, porque ha queri-do: cargó sobre sí nuestras iniquidades, se re-vistió de nuestras miseriJs, y sufrió nuestrasenfermedades: fué lleno de heridas por nUes-tros pecados, y hemos sido curados con susangre.

Mas oíd otros dol~res, y otros nuevos mo-tivos de pena y afliccion para el S2tvador delos hombres. Un traidor, dice él por su Pro-pheta, ha tratado contra mi vida, y me havendido por treinta monedas de plata, con las

que

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sobre la INcredulidtfd. J 33que se compra el campo del OIfero. Véaseabandonado este perverso; esté el Diablo á sudiestra, y se apodere de él; salga condenado'del juicio, y la confesion de su rraicion sea UA

nuevo pecado; abreviese su vida, y pase áotro su Apostolado. No terminan 2CJuí mis ma-les. Me angustié grandemente al considerar lacrueldad de los oprobriós y tormentos; y nohubo quien me acompañase en mi afliccion.

Busqué consoladores, y no hallé ninguno.Para colmo del abandono, quando empezaron áultrajarme, para darme la muerte, huyeronde mí los que me asistian: así se cumplió elo"ráculo del Propheta: Herid al Pastor, y sedis¡::-ersarán las ovejas. Desde este Ínstante hesido el objéto de los escarnios de mi pueblo:11e sufrido por" todo un dia sus ultrajes y me-nosprecios. 1\1is enemigos han comenzado á dis-poner nuevos designios contra mí, y á prepararcalumnias: me han llenado des pues de maldi-ciones: que muera, dixeron , y que perezca sumemoria. Me rodearon hombres malignos; mee.cusaro!\ falsos testigos; y una multitud de ani-males furiosos y de leones rugientes me cercópara despedazarme: ofrecí mi cuerpo .i los goi-pes, mi mexiiía á las bofetadas, y mi rostro álos esputos de los impios. A e.te infeliz estadole vimos reducido, exclama un Prophela; en-medio, de sus sufrimientos, parecia un objetodespreciable, y el mas infeliz de los hombres:de tal modo le habia desfigurado el ,dolor, queno le pudimos conocer.-

Ro-

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ScrmonEntórtces., dice el Salvador, ruse yo un

candado á mis labios: caminé al suplicio conla mansedumbre de un cordero, que se condu-ce al sacrificio, ó que se le despoja de su ve-110n.Unos crueles verdugos me traspasaron ma-nos y pies, me dieron á beber llÍe1 y vinagre,repartieron entre sí mis vestidos, y sortearonmi túnica. Quando me vieron en este triste esta-do , se burlaron de mí, y me insultaron mo-viendo las cabezas. Pues esperaba en Dios, di-xeron ellos, ahora que ha .caído en nuestrasmanos, que Dios le libre y le sal ve , si es cjer.to que le amaba. Se gloriaba de tener á Diospor. padre; veamos si son verdaderas sus pala-bras. Probemos le con ulrr~jes y torment<¡s, pa-ra ver hasta donde llegan su paci<:ncia y ~umansedumbre. Condenemos le á muerte afrento-sa, sin temer quitar la vida á un justo; por-que si es verdad lo que dice, si en efecto esHijo del Altísimo, Dios le defenderá, le- sal-vará la vida, y le librará de sus enemigos. A".íme ultrajaban los que asistian á mi suplicio;mas yo no respondía á sus ultrages y menospre-cios, sino rogando por su conversian.

Ved la época ,de estos sucesos. Desde elcélebre Edicto expedido para reedificar á Jeru-salem , se pasarán siete semanas, despues se-icnta y dos, cuyos dias han de ser años. De9-pues de las sesenta y dos semanas, enmedio dela semana icptuagésima acabarán los sacrificio¡-,y será muerto el Christo: pero su sepulcro se-rá para él moLÍvo de gloria. No sufrireis vos,

Ó

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sobre la 11J(:red¡tFdad.6 Dios mio, que vuestro Santo experimente enel la corrupcion: se ha quedldo dormido; yle habeis despertado vos. Despues de' haber be ..bido en el torrente de la afliccian, debe alzar sucabeza hasta el firmamento. Pdncipes del cie.-10, abrid vuestras' puertas; franqueao$ puertaseternts; y el Rey de la gloria entrará en ellatriunfante. El Señor d¡Ka á mi Señor, ven ásentarte á mi derecha, hasta que yo reduzca átus enemigos á que te sirvan de esc;:¡.bei.

Así me linrareis, ó Padre mio, de las con-tradi:.:ciones de mi pueblo. Me han abandonadocomp hijos bastardos: yo los dis~paré tambien,como el viento disipa el polvo; los haré' ceni-zas, los disiparé por provincias extrañas, y losharé. el oprobrio de las naciones. Le diré á mipueblo, tú no eres mi pueblo; y al que no erami puehlo, tú será's mi ·pueblo. Este pueblome servir ••.y abrazará mi ley. Los Sacerdotesy LeTitas que descendian de Aaron, descende-rán de enmedio de la gentilidad. Se ofreceráen todo el universo en honor de mi nombre una\oblacioa ,ptlra. Z, Por qué bramaron las naciones'?t por qué lo~ pueblos formaron vanas ideas? LosReyes de la tierra se convinieron en conspirarcontra el Señor, y contra su Christo: mas to-das las potestades y todos los pueblos le adora-rán por fuerza ..Dominará de mar á mar, y ven-drá tiempo en 'que se le tributen honores divi-nos hasta las extremidades de la tierra.

Esta descripcion resulta, Hermanos naios,reuniendo algunos de 105 oráculos, que anuncia-

roa

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136 Sermonron al. Mesias ántes de nacer. Estos mas pare-cen historia que predicciones. Reuna el incré-dulo tajas sus fuerzas contra esta coIeccion deprophecías literales, y vea.i las puede debili-tar. Los pasages que nos opone, admiten unsentido espiritual, que los concilia con los de-rna., y los hace convenir al suceso: mas los quehemos alegado, solo admiten el sentido riguro-$0 y literal, contra el que se van á estrellartodo. los esfuerzos de la incredulidad. A~í, des-pues de haberla confundido, podemos volver¡US armas contra ella.

1I!. Le queda al incrédulo el.recurso d~ ne-gar la verdad de los hechos que prueban ladivinidad de la Religion Judaica y de la Re-ligion Christiana; mas aquí es donde se ve masoprimido con el peso y con la evidencia de laspruebas. Opongámosle desde luego la certeza delos sucesos referidos en ~os libros de Moysés.Probem0sle que' este primer Gefc de los HehreoseXIstió realmente; que fué el autor del P;nta-teuco, y que estos libros no contienen cosa queno sea verdadera. Demostrados estos tres puntoS:,la verdad de la Religion Judaica es incontesta-ble: solo nos faltará probar la verdad de loshechos contenidos en el Evangelio, para mani-testar que la Religion Christiana es hoy dia laúnica que se debe abrazar; que eL Judaismo so-lo sirvió para preparar el universo á una Reli-gion tn:lS augusta; y que la ley de Moysés so·lo fué un sagrada preludio de una ley aun mas~anta.

Así

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sobre la lnt'fe(!'::','¡dad. 137Así es ;- la existencia de Moysés es un Ile-

cho que no se puede negar sin temeridad. To-do pueblo extrangero en la tierra que habita,supone una emigracion : toda emigracion de unainmensa colonia supone un gefe: todo gobier-no establecido sobre un' código de leyes supon~un antiguo Legislador; y toda .Religion suponeun ·hombre extraordinario que la ha ·fundado.Es pues inQubitable que los Hebreos fueron tras ..ladados desde su antiguo pais á la Judéa; quefuéron conducidos por un'gefc; que s'u nuevo es-tableCiimiento ·en la Judéa fue obra del tiempo,de los trabajos y de los combates, y el fruto delas victorias y aun de los portentos; que se so-metieron á una ley muy gravosa, movidos sinduda á esta sumision por una autoridad que lespareció mas que humana; y que creyeron reci-:.bir de la mano de un enviado por. Dios el cul-to. competente á la Divinidad, que abrazaronunánimes: porque á la verdad ninguno creeráque un tan gran proyecto fuese ideado por to-do un pueblo; y que un millon de hombres seconviniesen para formar un plan general deemigracion, de conquistas, de gobierno y deReligion. Para atender á estos diferentes obje-tos, era ·necesario un genio superior, intrépido,político, que supiese gobernar los hombres, yqúe; habiéndose grangeado la estimacion delpueb-Io, llegase á dominarle y sujetarle á laseveridad de las leyes, y dirigirle. como á unparticular. Tal debió ser el fundador del im-perio .y de la .Religion de los Hebreos. No so-

T01n. II. S 10

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138 Sermonlo fué su gefe militar; mas tambien su Legis-lador y Propheta; y este insigne personagese llamó l\loysés. Antes que no asentir á es-ta verdad, dudaría yo mejor si Lacedemoniad~biú sus leyes á algun Legislador; si los Grie-gos conquistaiOo el Asía sin un General; y siel cu~to de los Nlusulmanes, en vez de habersido inventado por un impostor, solo ha sidouna obra inmemorial del tiempo y de dichanacion.

Aun digo mas: el Legislador de los He-breos escribió el Pentateuco, que es una obrainmortal, en que refiere los prodigios de su tiem-po, describiendo magníficamente la policía yReligion que acababa de establecer. Antes denuestros modernos incrédulos ¿quién se habiajamas atrevido á dudar de este hecho cons-~nte '? ¿Hubo jamas algun Hebreo que duda-se sobre este punto'? i, Qué contradicciones nohubiera sufrido el impostor, que hubiera pre-sentado por la primera vez á los Judíos supropria obra con el nombre de Moysés'? Aunque se le atribuyese á la obra la mayor antigüe'-dad ¿qué sublevacion no hubiera causado entoda la nacion este cúmulo de pr~eptos gra-vasos, y la 'nueva obligacioo de sujetarse áceremonias incómodas'? ¿Quién se hubiera atre-vido á persuadir al pueblo que habia permi-tido sepultarse en un profundo olvido este· ex-celente código; y que se habia olvidado en-teramente de tantos sucesos célebres, cuya me-moria debía haberse perpetuado con la tra-:

dic-

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sobre la lm,'redu!idad. 139dicion? La apinion constante y jamas recla-mada del pueblo Hebreo, de que habia re-cibido el Pentateuco de la mano de Moysés,no nos dehe dexar duda alguna. i,Qué mayorrazon ha habido siempre para atribuir á Ma-homet su Alearan, á Platon su República, yá Homero sus-sublimes Poemas'? Digamos me-jor: i,qué obra correspondió jamas mas dig-namente al nombre de su autor'? No es esteun libro comUll, que se haya podido arriesga.rfacilmente, como otro~ muchos, con un ncrn-·bre supuesto, es un libro tiagrado, que los Ju-dios han leicto siempre con una veneracion que·1)0 se ha menoscabado des pues de diez y siete,siglos de destierro, de calamidades y de opro~brioso Este era el único libro que aprendían losHebreos, este era su código civil, político ysagrado; su único tesoro, sus fastos, sus ana-les, el único título de sus Soberanos y de susPontífices, y la única regla de sus costumbresy de su culto: por consiguiente, se debió for-mar con la monarquía, y ser precisamente tanantiguo como el gobierno y la Re1igion.

t,Qué podia por otra parte esperar el falsoMoysés, imponiendo á la nacion Hebrea un yugoinsoportable, zahiriéndola con injuriosas invec-tivas , y publicando hechos indecorosos que de-bían cubrirla de eterna ignominia, é infamarlacon los mismos prodigios que el brazo del Om-nipotente no habia cesado de obrar en su favor;sino irritarla, ofender su amor proprio, y sermirado con odio universal ~

S 2- No

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140 SermonNo fLié así, Hermanos mios: sola la mano

de Dios, ó la de su enviado, podia descargaroportunamente este golpe de autoridad sobreun pueblo naturalmente indócil y rebelde. De-bió preceder la admiracion de los portentoshechos á su vista, y hallarse penetrado del ma...yor temor y gratitud por la terrible magestadde Dios que se habia mostrado en el monte, pa-ra que este pueblo recibiese con la mas religio-.la veneracion un ,escrito, que solo proponialeyes severa5, amenazas terribles, prediccio-nes ignominiosas, agrias reprehensiones; y uneterno monumento de la dureza, de la ingrati-tud , del espíritu de rebelioD , de la insensibi;-lidad á los castigos, y de la necia propensional culto de los ídolos, que habia contrahido enEgypto. Para hacerle admitir y conservar estelibro con una humilde y respetuosa sumision,era necesaria la suprema autoridad, que le ha-cia someterse al yoga de la ley: era necesarioel imperio que daba á Moysés su divina misione

t,Podrá todavía el incrédulo persuadirseque, habiéndose le dado la ley al pueblo He-breo, se escribió muy posteriormente con elnombre de Moysés'? Se ve claramente que enesto solo busca un pretexto, para mirar losprodigios que en esta obra se refieren , ·comounas adicciones fabulosas. t,Ignora acaso queel culto y religion de los Judios ofrecen una'multitud de monumentos de aquellos prodigios'?t qué no hay cosa en la ley que no se refie-ra á la historia maravillosa de los tiempos de

Moy-

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sobre 1fJ Increc/uliJud. .141

'Moysés; y6que no tenga conexlon con los gran-des sucesos que contiene? tIgnora tambien que,para los que saben observar, el exterior de la·Religion Judaica es como una serie· de meda-llas antiguas , destinadas á perpetuar la me-moria de los milagros que se hicieron para es-tablecerla; y que esta segunda especie de his-toria , delineada por M'oysés en las ceremonias,en las leyes, y en el aparato de la Religion:Judaica , anuncia necesariamente que es tam,-bien el autor de la Historia escrita y divul-gada con su nombre? Mas si esta solo es unaexposicion y repeticion de la primera i qué in-teres le resulta al incrédulo de disputar á Mor-sés la gloria de esta obra 1

El único efugio que le queda, es mirar laconducta y escritos de este célebre Legisladorcomo una obra maestra de política y de im-postura: mas i,cómo seria impostor, ó gran

.Dios, el primero que habló de la divinidad,y de un modo tan superior, que ninguno, porel espacio de casi quarenta siglos, le ha podi-do exceder~ i,Cómo seria impostor el que, consus leyes, no hace mas que exponer la ley na-tural , cuyos escritos solo respiran virtud, y cu-yo estilo sencillo, enérgico y sublime, á pesarde la groseria de aquellos primeros tiempos,muestra claramente haber sido inspirado porDios'? i. Cómo seria impostor el que, sin temerla retractacion de un solo individuo, pone portestigo de sus milagros á un pueblo ¡numerable,que le habla sin cesar como de otros tantos su-

ce-

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142 Sermoncesos presenciados por él, Y efectuados en sufavor, que toma mil veces ocasion de hacerlelas mas severas reprehensiones de su ingratitud;y que para perpetuar la memoria de tantas ma-ravillas de parte de Dios, y de tantas infideli-dades de parte de los hombres, se atreve á de-positarlo todo, no en un escrito obscuro, dis-puesto para ocuttárselo' á los contemporáneos,y deslumbrar con él á la posteridad; mas en elpúblico código de la nacion , obra que no sepodía ignorar ó abandonar sin delinquir, y quedebia leerse al pueblo, de siete en siete años,en la fiesta de los Tabernáculos'? t.Cómo seriaimpostor el que, exponiéndose al riesgo de sercombatido por los descontentos, y de hacer quese siguiesen alodio las sos pechas, gobernó estepueblo indócil con un cetro de hierro, y no ce-só de pronunciar contra él execraciones espan-

.tosas 'Y amenazas terribles; el que, 'escuchandosolamente su zelo por la gloria de Dios y porel bien público, y no temiendo que el rigor coaque castigaba á una muLtitud de culpados, su-blevase al pueblo contra su autoridad, ó la hi·

.cie:e sospechosa, haciéndola odiosa, se atrevió.-á hacer perecer á vista de todo Israel á tresLevitas sacrílegos, á veinte y tres mil idola-tras, á quince mil sediciosos, y á veinte y qua-tro mil hombres manchados con el impuro eo-,mercio con las Madia¡:¡itas'?

¡Quán diferente es , Hermanos mios, la con-ducta de los impostores1 Enemigos de la publi-cidad, evitan cuidadosamente excitar las pes-

qUl-

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sobre la 11Jcf~du/idad. 143fluisas y curiosidad del pueblo ,-irritar los áni-mas, y humillar el amor proprio, guardándosemucho de provocar la incredulidad con indis-cretos desafios. Suelen por el contrario, gran-gearse ó seducir algunos discípulos, balagará la multitud, y prepararla á la creencia degrandes prodigios con algunos de aquellos arti-ficios , que su destreza, la ignorancia popu!ary la facilidad de la i¡usian hacen susceptiUcsde una apariencia maravillosa. Sus sagaces dis-cípulos divulgan despoes con tanta precaucioncomo zelo otros prodigios disfrazados entre per-sonas crédulas ó preocupadas; y' prosiguiendoel impostor en ocultarse entre las sombras delmisterio, espera de la celebridad, y del gustocon que ven los pueblos los objetos extraordina-rios, que se exagere la grandeza de sus prodi-gios, y se multiplique su número. Si pudieresostener la impostura con la fuerza, extenderásu dominio con las conquistas; y esperando quela acredite el tiempo, adelantará sus progresoscon los de sus armas. tEn qué se parece sen1e-jante conducta á la de Moysés ~

Pasemos á reconocer sus obras ,. y las vere-mos tan exentas como él de la mentira y de laseduccion. La astucia de los impostores puedeeludir tal vez las observaciones de los particu-lares, deslumbrar á los que solo ven lo que apa-:-rece, y producir en 10i ignorantes una ilusionmomentánea; pero no hay artificio, máql:lina nihechizo , que pueda afligir á todo un reyno Conlas plagas que asoláron á Egypto, abrir el mar

pa-

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144 Sl!rmonpara que pasen los exércitos, sacar del senode las nubes por el espacio de quarema añosalimento para un millon de hombres,. hacersalir de una roca raudales de agua, para dar-les de beber á ellos y á sus bestias, conser-var sin deteriorarse los vestidos por tanto tiem-po, y sanar, con mirar á una serpien~e de bron-ce, de las picaduras mortales de las serpientes.

Si es imposible al mas diestro impost orimitar estos portentos reservados al brazo om-nipotente- de la divinidad t.quál será el recur-so del incrédulo'? tDirá que Moysés hizo creerá los Hebreos los milagros que no habia hecho~i Mas se puede suponer en todo un puehlo tanexcesiva estupidez'? tNo era mas imposiblepersuadirIe la verdad de estos grandes suce-sos , si no los hubiese visto' él mismo, ó sihubiese experimentado todo lo contrario, quepresentarle una vana apariencia de ellos'? t Di-rá que Moysés y los Hebreos se convinieronpara engañar á la posteridad'? j Ah! ¿, es capazun pueblo entero de patrocinar la impostura,aunque se le prometan' las mayot.es ventajas'?tQué será, si la impostura le pusiere un yu-go insoportable; si contare sus hechos infamesy capaces de exponerle al menosprecio de to-dos los pueblos'? t Más por qué se han de· im..pugnar suposiciones: tan extravagantes como ri":'dículas ~ Ellas solo sirven para emalzar á Moy ..sés, para hacer triunfar el Judaísmo, y paraconfundir la incredulidad.

,Despues d,e lo djclm, seria .super,fluo:at~galtla

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sobre la'incredulidad. 145lá' certeza de los hechos que se contienen en losdemas libros del antiguo testamento, y la auto-ridad del Espíritu divino que los ha dictado~ El:incrédulo nos -espera ~n los ,hechos del Evange-lio , .persuadido 'de no haUar en eUos sino frau~de é incertidumbre: ¿ mas cómo recusará. el tes:-timonio de los hombres respetables, que eseri-:-i?ieron la. histar ia p::'-Od:igiosaqe Jesuchristo Y'delus primeros tiempos de' su Iglesia? ·Estos sonunos hombres senaillos, ,modestos, "moderadoS;,'virtuosos; imparciales y desinteresados, que~ha-blan con un admirable candor de _Sll rusticidad,ignorancia y debilidades, y que muestran tocioslos caractéres de naturalidad: estos son unasDiscípulos generosos que, sin otro interés que elde la verdad, sin otro artificio que el de una in~genua narracion, sin otra esperanza en el muA.:"do que la de· adquirir nuevos Discípulos.á su di-,vino Maestro, y á pesar de los continuos pelí:40gros, de las, prisiOnes; ,dé los tocm'en,tos'y 'de la.muerte, abandonan su patria; y, asegurados deque húian creer á los pueblos hechos que pai..reCian increibles, se reparten,' para decir.lo así~la conQ¡.uistadel·uní verso: estos son testigos OCU1"lares, que no se pudieron. enga:fiar., porq ue.-iáol~cuentan 10 que vieron: son Historiadores' qbe;sin haberse concertado entre sí , jamás se con-tr.adicen, y ·al fi.n sellaron su declaracion con ,susangre. j Ah! á estos creo yo sin duda: ¿y,;quiles el incrédulo que reuse exclamar con uno delos mas saperiores ingenios del último siglo, si, yocreo gustoso á, testigos que .~e dexan s,acrifi~ar'~,n&u T &

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:146 Sennon, .En efecto ¿con qué cara hubieran ...vendido

fábu las á sus contemporáneos, baxo el título dehistoria de su tiempo? i,Puede ,algun .hombrecu:erdo. alegar al público por, testigo de lo. quejamásviú, y exponerse á pena capital, por el 0&cio placer de publicar n.otorias falsedades.? Bienpuede el fanatismo aferrarnos tanto en los erro~res; que: nos h.aga, arrqstrar los tormentos.; ydespreciar la muerte; m:as entonces cre.emos que~acrificamos generosamente la vida por. la ver~dad. Un fanático no derrama su sangre, por .en .•gañar á los hombres, sino porque él está enga~ñado. El interés de la verdad, la gloria de com-probarla, y la esperanza de un eterno premiole pueden trastornar é inflamar su alma; mas seresfriará su ardor, quando no tuviere otro in-teres que el de seducir, y de acreditar fábulas.Su vida le será 'entonces mas amable que,. susembustes. ." t,Mas, qué utilidad se podian proponer losApóstoles en engañar al universo'? El Evange~lio debia ser leido por personas tan instruidas~omo el .Historiador. ,El no. contiene sino 'hechO$públicos, é .interesantes, cuya., celebridad' no s.tpodia,igoo~a,r en toda;,.Ia Judéa; pues'oSon losmilagros que se hicieron en las plazas públicas,en el templo, y enmedio de las ciudades y delos campOrs.:,~y á:fayor .de. Aiuienes se hicieron.'?en favor' del criado, del, Sumo. Sacer.dote; delhijo de un ·Gefe· de la Synagoga, del híjo de unCenturiqnRomano,_y de millares de Judíos con~gregados .en el desiert0r- E~fermedades de toda

. .fS-

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sobre la Incredulidad. ' 147especie curadas con sola una palabra, Demonio:)ahuyentados, tres' muertos resucitados, el velodel templo rasgado; por .~í mismo, el sol eclip:-:sado'; la tierra ,temblando hasta sus ¡cimientos;estos, estos son los hech0s que hubiera 'sido muyfácil falsificar, si no hubieran sido admitidos portodos.'~ .t¿,Por.:qué 'Naim' .y-Jerusalém no reclamaroncontra unas resurrecciones quiméricas? t,.Pur quéno· filsificó la' Synagoga. la curadon del ciegode nacimiento? ¿ Por qué no vociferó el puebloque era una fábula la multiplicacion de los pa-nes'f¿,Por qué .todala,Judéa no·le-va.ntÓ.t,m,Gla~mor universal contra' las fa18edade~ dd .~v.an~illio? Así hubiera sofocado el Christiaaismo en sunacimiento., .. ¿La Historia profana se puede compararennada~ol1.1a· authenricidad, del.Eva-ngeli.p~·j,\Qütitn~yor ~erter.a-tiené lal vliok ..tle,Cesar, ;ó -di;}Ale+ .xandro. que la·.de ·,Jesucn:risto.f l,Es posible qu~solo se dude temerariamente ..de.unos Jlechos" cu;~ya·creencia tanto. nos intéresa:'t Mas.-,alJoque fu.e-sen·-t·ao iinc;iertos:,' «omb, estan 'evidebterIl~nte: p,liQorhados;;"tembiád, ~impias ,'p.or·.VtlibeSua ~spa.OlQ$.airicertiduñrbre. Ved por t:ma:!parte.unos pja<::erestan frívolos c.Qmo momentá.neqs ;',y por atta. unaeternidad de tormentos, á que os exponei.s :-::eS-coged:.' ,Górred ,.~si. sois; -tan: temer:ari~., torú1d ensegúimiento~ de una frívola y: .'luiQ}-éds.:a.felicida.d,expuestos á. ser 'atormentados ·eternamente. Des+-preciad las amenazas de un Dios vengador, conel pretext.o de que no ha. hablado. bastante claro;:"w~; T z no

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148 ,sermon ", ~1'10 obstante la funesta duda de vuestro eternodestino, permaneced en una· paz profunda, losque· temb1ais á vista de un, mal pequeño y mo-mentáneo que os amenaza. 'Solo añado una; re-flexlon, ·dexándoos que elijais vuestra suerte. LaReligion , aunque fuese falsa, os baria mejoresy mas felices: mas si los hechos del Evangelioson verdaderos, el deísmo queda .confundido; yDO teneis que esperar sino infierno.

Tal vez el incrédulo, para eludir la fuerzade los milagros, cuya falsedad no puede probar,dirá que fueron efectos de la magia: se nos re-pite'muchas ·veces el odioso patralelo' de Jesu-elItisto y de algunos impostores. ¿, Mas hubo ja-más alguno de estos qlie hiciese milagros, conel fin de ser tenido por Dios, que pudiese resu-citarse á sí mismo, cuyo nombre', invocado portiusjd,iscípulos, renovase ..despues·de .su muerte

. los 'n1il~gros que, ;ha1)ia. hecho: en vida, y. quediese al mundo instrucciones 'y exemplos de vir.tud '~-Los.milagros de.Jesucbristo estan sellados(!Oll la mar.ca de la. divinidad. ¿,Ademas, el Sér,':fue' es 1 la soberana ;verdad, ,p.u~deabusar del lahumana· eredulidad., y hacer servir- su omnipo"':,lencia, pa'rasostener y acreditar .la blasphemiade un impostor que .se. hiciese igual al Altí-simo''?· I ~';i;

¡ IV. Oprimido·re!. impio. de :la .authenticidadde los hechos que pruebarr Iaverdad de la .Re~ligion , opone enfin por último recurso la ¡ncom+-prehensibilidad ..de. los misterios, y se arma dela razon contra la fu~r:z.a de lo¡ milagros. Mas

ha-

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sobr~ la Incredulidad. J 4t7habiendo Dios hablado por medio de prodigiog,las objeciones son blasphemias, y las dudas in-:fidelidades.

Convengo en que, en ]a fé christiána, haydogmas profundos, que parecen contrarios á laevidencia: ¿ mas no veis por otra parte obede-cer toda la -naturaleza á la voz del que nos losba enseñado, desaparecer las eIlf~rmedade5 desu presencia, multiplicarse las cosas en-sus ma-nos, calmar la tempestad por su órden, endu-recerse las aguas baxo de sus pies, restituir lamuerte sus víctimas, gemir el universo en sumuerte, y su cuerpo, resucitado glorioso del se~pulcro, elevarse sobre los cielos'? ¡Oh, Señor-!i,habría misterio igual al de ver triunfar (Í¡ la im-postura, despues de tantos prodigios 1 A vista deesta multitud de estupendos milagros, la dispu-ta es inutil: enmudece, o.rgulloso' Philósopho: de-bil razon, tolera el yugo .de la autoridad.

No nos diga ya el incrédulo que no puedecreer algunos dogmas de la f¿, sin abandonarlos primeros principios de la razono Le podriayo responder que tampoco puede reusar el creer,sin combatir nociones tan-evidentes como las quereusa sacrificar: podda yo decirle que la fé y laincredulidad solo .le permiten Ja aprobacion delos misterios; que es mezclar y confundirlo todoel queret.comprehenderlo todo; que el hombre,desechando el auxilio de la revelacion, se pre-cipita en los profundos abismos de la ignoranciay del error; que la Religio.n enfin, preponiendoalgunos misterios, disipa muchos mas, y sostie":'ne

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'1S/.3 . Sennonren creú'~' Debiais, Salvador mio, venir al mun~do para destruir á unos, y para salvar á orros;para ser sobre la tierra un objeto de adoraciolly de escándalo: ¿, qué cosa pues podria convenirmas á vuestros designios que la mezcla de laspruebas de vuestra divinidad y de vuestros dog-mas inescrutables '?

Esta mezcla de luz y de tinieblas es la quehace razonable la sumision del espíritu, y la que,'sin hacernos comprehender los. misterios, nosconduce no obstante á adorarlos; porque al fin,Hermanos mios, la razon, aunque ciega, tienesu uso particular, y ·reflexIona en materias defé. A ella le corresponde discernir los caracteresde la verdadera revelacion; mas despues se de-be imponer silencio á sí misma. Una fé ciega ysin motivos no es digna á la verdad ~e un sérque raciocina. El que así creyera admitiría laverdad como la mentira, y seria un chiistiano-poco instruido: t mas no creer sino lo que la ra-zon puede comprehcnder, ·no seria abusar deeste don .celestial, y despreciar por orgullo laflaqueza. de. la razon'?; Se asegu,ra esta' de haberha.blarlo Dios por sí mismo; mas no se hace juez.de 'sus' palabras: nos conduce hasta la entrada·de la Religion, y allí nos abandona á la reve-lacion, que es la única que cree capaz' de intro .•,ducirnos~ em.tCt Santuario.; Reflexionando hastacier.to térrni:llIíO',aprende á no volver á reflexionar.Muy'lejos de' inspirar las. grandes luces el or-gullo ,. que, es 'tan. contr<lrio' á la ,docilidad delcreyente', le. conducen ..segoramente á la sun:i..., . SlOn

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sobre la Incr :dulidad. J"5I

,zon y de 'la fé? ¿ N0 'Sucede en el estudia de ta'siencías que con un e?!amen mas reflexivo, y con

lmas' ideas mas exactas. se concilian doctrinas yflpiniones , que parecian: incom patibIes' y cnnnra-dicrórias?

No estrañemos ya que las cosas que un Sérinfinito se díg'na revelarnos de su esencia, seaAcomo otros. tantos misterios irlaccesibles al espí-ritu humano; que lá profundidad de 'sus juicios,parezGa contradeéir á la. prudencia human~ ,1 yque nuestra sabiduría 'parezca á sus ojos una ne-cedad, Miremos con horror. la intolerable teme-ridad del impío "que pretende reduCir a;l inmen-'So á. los limites del ~ngenio humano ~ disputar alSér soberano su sabiduría y omnipotencia, refor-mar su justicia, y.rebaxar á Dios basta el hom-bre, porque elllombre no puederelevarse hastaDios .. i ! ,.

j Quánto. mejor conoce ..el verdaderd .sábiosu debilidad y la grandeza de su Dios! Se ano-nada delante de él, Y tanto mas cree' los dog.;.mas de la fé, quanto mas increibles..1e parecen:saca mayor luz y fu~rza del, eOl'lQdmient.a.de S1llceguedad y flaqueza', y: so., razon oóoperll encierto modo á la revelacion; precede á.los1mis-tedos , y los mira como ins~parahles de la.ver-dadera Religion. l' ro:) ~ lJC r ;

En efecto, ¿no es ju.sto q'ue, presentandoesta para consuelo, de Io.s' fieles una fa.z Jumi-Dosa que disipa las dudas, 'pr~sente/también 'ot'ráfaz obscura que dé lugar al. mérito de ti'\- fé, Yque dé JIlotivo <de obcocar.se á los:que pOi quisie-

ren

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"ISQ.. - Sermonren cre-e"r-?'Debiais, Salvador mio, venir al mun~do para destruir á unos, y para salvar á otros;para ser sobre la tierra un objeto de adoraci'Ollly de escándalo·: ¿qué cosa pues podria convenirmas á vuestros designios que la mezcla de laspruebas de vuestra divinidad y de vuestros dog.mas inescrutables '?

Esta mezcla de luz y de tinieblas es la quehace razonable la sumision del espíritu, y la que,'sin hacernos comprehender los. misterios, nosconduce no obstante á adorarlos; porque al fin,Hermanos mios, la razan, aunque ciega, tienesu uso particular, y reflexiona en materias defé. A ella le corresponde discernir los caracteresde la verdadera revelacion; mas despues se de-be imponer silencio á sí misma. Una fé ciega ysin motivos. no es digna á la verdad ~e un sérque raciocina. El que así creyera admitiría laverdad como la mentira, y seria un chiistiano-poco .instruido: t mas no creer sino lo que la ra-zon puede comprehcnder, no seria abusar deeste don celestial, y despreciar por orgullo laflaqueza de. la razon,?;Se aseg*a esta'de haber.ha.blauo Dios por. sí mismo; mas no se hace juez-de 'sus I palabras: nos con'duce hasta la entradílde .la Re1.igion, y allí nos, abandona á la reve-lacion, que es la única que cree capaz" de ¡ntro •.,ducwnos. em ¡ct Sanruario.l ReflexIonando. hastacierto térm~l1liO',aprende á no volver á reflexIonar.Muy lejos· de' inspirar las grandes lu.ces el or-gullo ,_que, es tan contr:ario á la ,docilidad delcteye~t.e·, le :conducen ..segúramente á ia su0:1,- '

1 ,1 SlOn

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sohre la Increduifdad. 153sion del espíritu. Ninguno llega á desconfiar desus proprias luces 'sino á fuerza de ciencia y dereflexiones. Con un inmenso estudio se adquierela sencillez de los niños; y nada hay mas ra,zonable en la fe que el sacrificio de la razon,que es efecto de un genio superior, yno aque-lla credulidad que proviene de la flaqueza.

Si , Hermanos mios; el creer los misteriosde la Religion es dar una prueba de una almagrande y de un espíritu .superior. Es proprio deuna alma débil el no asentir á ellos,. .porqueno se pueden compre hender. Rebatiendo las in-justas réplicas de la razon, se eleva el hombresobre su esfera, adquiere conocimiento de Dios,y vuela en cierto modo, no obst.ante haber si-do criado para andar. iQuánto se perfecciona éilustra el racional que, convencido de sus pe-queñas luces, se des prende de ellas con unesfuerzo generoso, fiándose de los oráculos dela soberana autoridad! ¡Quánto se envilece ydegenera, por el contrario, el'espíritu h~mano,envolviéndose en sus tinieblas, y teniendo porimposihle lo que no puede ver en la noche delos sentidos ~ El que pensara así en materiasde Rcligion t,no se parecería á un rústico que,acerca de la astronomía, creyese que le eraimpnsible á un astrónomo calcular la distanciade las estrellas, porque no akanzaba él á me-dirla con su com pás ~ ~no se pareceria á un cie-go de m1cimientn, que tUviese por quiméricoel espectáculo del universo, porque nopodiaimaginarse su idea '?

Tom. Il. V ¡Se

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154 Sermon'i,8e obstinará tódavía el hombre en estable-

e'er á su razon por el supremo juez de la ver-dad, y por la única regla de su creencia'? i Enquántas ignorancias, errores y contradiccionesno 'incurrimos en todas las ciencias naturales'?i,qué ideas exactas tenemos de la naturaleza ddespíritu, 'del mutuo comercio de las inteligen-cias eXIstentes, y generalmente del mundo in-telectual, que será siempre inaccesible á los ma-yores esfuerzos de la imaginacion '?

i Conocemos mejor este mundo visible, losocultos enlaces que unen un ser espiritual conotro corpóreo, y el fecundo principio de lasmaravillas de la naturaleza'? El hombre solo se~uede lisonjear de haber hecho un corto núme-ro de descubrimientos en la ciencia de las me-didas y de las relaciones: es un niño, al qualentretiene con sus juegos la, naturaleza, mié~-tras que le oculta los secretos resortes de susmovimientos.

i Qué diré de los errores groseros que pro-duxo una orgullosa philosophia ; de los absur-dos que imaginaron los falsos sabios de la anti-güedad'? i Hay alguna proposicion tan temera-ria, absurda y ridícula, que no esté expresaday defendida en la monstruosa coleccion de losdelirios dogmáticos, que inventaron las escue-las del paganismo y las diversas sectas de losPhilósofos'? i Hay cosa enfin que mas desdoreá la razon que la historia de las opinioneshumanas'?

Sin embargo esta mIsma razcn, estraÍJan·do

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sobre la Ir~creduJidfld. 155do fa elevacion de nuestros misterios, los des-echa con orgullo, porque -le parecen repug-nantes á sus débiles luces. Abandonándose ásus ideas, camina sobre la arena movediza;se confunde en la consideracion del tiempo yde la eternidad , en la idea del infinito, enla division de un átomo, y en las contrarie-dades del hombre. No ,hay cosa que no ieparezca paradoxa, va de precipicio en preci-picio, y de escollo en escollo; en el estu-dio de la naturaleza, á cada paso encuentraun misterio, apénas conoce las propri~dadesde los cuerpos, la estructura de una flor y lade un mosquito la desatinan: á pesar de todoesto quiere sondear las profundidades de la di-vina esencia, y rehusar escuchar y creer almismo Dios, si h~bla, sin hacerse comprehen-&~r, y si sus revelaciones salen de la -esfera dela razon humana.

Yo no estraño esta cul pable presuncion delimpio : ella nace del orgullo que, creyendo po-derlo todo comprehender, pretende penetrarlotodo: este orgullo .es la grande herida, quehizo á la humanidad el pec~do del primer hom-bre. La fe es su único remedio, por la sumisiondel espíritu que exige, y por el silencio queimpone á la razon.Despues que se introduxoen el corazon del hombre esta fatal ponzoña,solo le queda la alte-rnativa de sujetarse al yu'-go de la fe , ó de abandonarse á los deliriosdel orgullo; de renunciar sus luces, ó de atre-verse á elevarlas hasta el seno de la divinidad;

V 2 de

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156 Sermc,'Zde escuchar con humilde silencio las revelacio-nes de su Dios, ó de preguntarle con insolen-cia ; de entregarse totalmente á la creencia delos mistcIlios , conóciendo los cortos límites delingenio, ó, creyéndose con luces suficientes, deir á precipitarse en el abismo dd error. Siendola fe la única que puede someter y curar elorgullo, es preciso que prevalezca el mal óel remedio; y que, segun la opinien que elhombre tuviere de sí , se dexe guiar con do-cilidad , ó que se extravie necesariamente.

iFunesto orgullo! ~qué multitud no hasextraviado, y que grande herida no has hechoa~í en la Religion'? t,No bastaban, Dios mio,las separaciones considerables, que hicieron envuestra Iglesia el cisma ·de los Griegos , losprogresos del Mahometismo, y las últimas he-regías ·que io'ficiuharon rey noS enteros ~ ~Era

..meliester que la ir.religion le diese los últimos y

.mas sensibles golpes, quitándole parte de su·corto· número de híjüs~ ¿No se La aplacadovueStra. ira con haber enlregado al error y

.abandonado los teynos del 'norte; y con haber'castigado especialmente con la extincion de la fela isla que está tan engreida por sus luces, comopor sus fuerzas'? ¿ Quereis, gran Dios, reprobartambien c~te reyno floreciente, que antiguamenteera vuestras delicias, y que forma ya hace mu-cho tiempo !a mas bella parcion de vuestra Igle-sia ~¡O Francia! ¿ te habrás preservado por tan-tos siglos de la peste de la heregía, para ser aho-ra la víctima de la ponzQ:ia de la incrcdlllida.d '?

'0•

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sobre lil Incredulidad. 157¡O Seí'íor! ~ha llegado ya el tiem po en que

quereis cortar gel olivo francés las ramas quehabíais ingerido en él, para ingerirle sus pri-meras ramas'? iAh! todo nos' parece anunciar es-ta estr:aña revoluciono Nosotros hemos llenadola medida del orgullo, de la ingratitud ~ de lairreli0"ion y de los vicíos. Los Judíos no eranomas culpables., quando fueron reprobados, y no-SOlros fuimos substituidos en su lugar. Mas su-poniendo esta desgracia muy distante de los quefuimos Gentiles ¿ no nos amena~a otro peligrono menor, y cuyos terribles exemplares nos de-ben hacer tembl~r, qual es el que se pase la fedesde nuestros paises á regiones mas dóciles ymenos corrom pidas '?

t,Será esta, ó gran Dios, la calamidad que"preparais á la Francia, y la que parece anuri-ciar la multitud de impíos que alimenta en suseno, y que se va aumentando de dia en dia '?t Será tan grande vuestra ira, que nos llegue áprivar enteramente de la luz del Evangelio'? No-sotros , Señor, nosotros que al parecer hemossido vuestro pueblo querido l,dexaremos de servuestro pueblo'? ¡O buen Dios! preservadnosde tan terrible mal. Acabadnos ántes con todasvuestras plagas ; destruid nuest ros sembrados,despoblad nuestros pueblo~, y nuestros campos,entregadnos á la espada enemiga, armad todoslos elementos contra nosotros; mas dexadnos lafe de nuestros padres. Esta, Señor, no se háextinguido enteramente. El soplo de vuestragracia la pued~ avivar aun, y volverla su an-

ti-

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1SS aSermontiguo esplendor. Pueblos fieles, venid al pie delas aras á pedir con lágrimas, para la Patria ypara vosotros en particular, la gracia de per-severar en la fé. Ministros de Jesuchri~lo; se-guid con nuevo ardor á las ovejas descarriadas:em p(ead, para volverlas al seno de la Iglesia,toda Ja actividad del zelo, toda la ternura de lacaridad y toda la fuerza de la palabra. Y vos,Señor, colocado por mano de Dios en un tronoque siempre ha sido formidable á la impiedad,con-ínuad en oponer á los progresos de esta pes-te públic-a toda la fuerza del exemplo. La in-credulidad solo espera, para quitarse la másca-ra , y soltar la rienda á su desenfrenado atrevi-miento, ver al Soberano aplaudir su insolencia,

-y cometer él mismo algnna falta contra la Reli-gion y contra su culto. Si vuestro zelo por lagloria de los altares , y el profundo respetoque vuestra Magestad viene todos los días ámostrar en este templo al Dios que es adoradoen él, se disminuyeren; en aquel día se rompe-rá el dique que detiene el torrente de la irreli-gion , y se inundará vuestro reyno. El afollarásus Soberanos, tan natural á la Nacion France-sa, es una especie de instinto que la mueve áimitarlos. No hay reyno en que mas se verifi-que la influencia de la creencia, y de las cos-tumbres del Soberanp s0bre las del pueblo. LaFr~ncia abandonará. b Keligion, si la abando-naren sus Reyes.

No perrnj"tais jamas. Señor, que este pri-mer trono del universo patrocine la irreligion.

No

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sobre la Incredulidad. 15~No permitais que la fe se acabe en este reyno,por defecco de los Soberanos que deben conser-varla : no l1eveis fuera de nuestro pais este can-delero místico que por tanto tiempo ha derra-mado en él sus mas claras luces. Nuestros Reyeshan merecido los gloriosos títulos de ReyesChristianísimos, y de Hijos primogénitos de laIglesia: hacedlos, Señor, mas dignos de ellos,y asegurad les así un destino ·conveniente á tanhonrosos títulos en la feliz eternidad. Así sea.

5ER-

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SERMON

PARA EL 1V1ARTES DE LA QUINTAS E Jo( kN A D E Q U A R E S M A.

SOBRE LA INCREDULIDAD.

Quidam dicebant quia bonus est: alii autemdicebant, non, sed seducit turhas.

Los unos decian, ,bueno es; y los otros,no, antes engaña á las gentes.

Joan. VIII. 1z.

'SEÑOR ,

Al considerar tan discordes á los Judios sobrela idea que debian formar de Jesus , en un tiem-po que abundaba en falsos Prophetas, y ánteique él hubiese acabado de hacer los prodigiosque debian autorizar su mision, se puede con-cebir esta diversidad de opinar en un pueblo,sobre el que el Señor habia derramado las masespesas tinieblas, como en castigo de su ingra-titud; mas que los Christianos, instruidos en to-

das

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sobre la Incredulidad. 161

daslas p:-uc::bas de la divinidad que el Salv2.dorl1Ízo brillar antes y des pues de su muerte, co-mo tambien en los admirables progresos de suReligion, se atrevan á mirarle el dia de hoy co-mo aL seductor del universo, esta es ·una mons-truosa ceguedad que yo no puedo comprehen-der. Sin embargo, Hermanos mios, es evidenteque este infeliz siglo ha reproducido esta anti-gua b1asphemia de los Judios con un escandalodesc.onocido á los pasados siglos. Mientras queinumerables pueblos, guiados é instruidos porlos mas virt llOSaS y doctos personages, se pos-tran á los pies de Jesus, y le adoran corno á unDios que se dignó, para salvar allinage huma-no ,revestirse del velo de la humanidad; de en-medio de una impura multitud de insensatos y li-bertinos se elevafl con descanso estos clamoressacrílegos, no, él no ha hecho mas que seducirá los p'Jcblos: ,Quidam dicebant quía b<Jl1USest;o/U autem dh'ebant, non, sed seducit turbas.

No trato ahora de exammar esta blasphe-mia: creo haberla impuz!Oado suficientemente enmi {Jltimo discurso. Ah~ra debo graduar la eru-dicion, discenlir los motivos, y registrar los co-razones de estos blasphemo5. Convengo de bue-na fe en que entre los incrédulos hay sugctosque no dexan de ser recomendables por un be-lio genio, por unos gr<'lndes conocimientos, yt,ll vez por unas coslurnbres al parecer pocodesregladas. Se les ha visto emplear muchosanos en la soledad y en los pceblos en procu-rar destruir insensiblemente los fundamentos de

T:J1lJ. JI. X la

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Sermonla Rcligion , ó en hacerla guerra manifiesta; ypublicar enfin escritos sacrílegos, Henos deqüestiones y. de errores, de paralogismos y deastucia, de ingenio y de absurdos. Al rededorde ellos hay una multitud de espíritus subal-

. ternos, que se al'ltorizan con la doctrina de sosmaestros, mas bastante instruidos para merecerser impugnados. No han tormado sus impíos sis-temas; mas han apr~ndido hasta me , para de ..fendcrlos con una aparente solidez. Tales son,Hermanos mios, los mas temibles enemigos dela fe.

Contra estos he creido deber emplear todala fuerza de las pruebas; mas, para un pequeñonúmero de incrédulos que, tal vez despues deun profundo exámen y de un estudio serio, procu-ran impugnar la Religiun con la fuerza del ra-ciocinio y con sutiles objeciones ¿ quántos im-píos no son mas que unos frívolos enemigos que,sin conocerla y sin habilidad para combatirla,se contentan con aborrecerla, aparentando in-credulidad? No se debe pues combatir con unasmismas armas contra tan diferentes adversarios.Estos últímos solo pecan de viciosos y ridícu-los, y así mas necesitan ser humillados que con-vencidos. No se trata tanto de librarlos de laincredulidad, como de quitarles la máscara. Esinútil defender la Religion contra los que laabandonan, sin combatirla. Esta segunda clasede impíos será el único objeto de este discurso.Importa mucho el confundirla, por ser ella lamas numerosa. No me ocuparé en declamar con-

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sobre la Incredulidad. 163tra Jos pretextos de la incredulidad, por ha .•.berIos ya ¿cstruido: solo me resta, Hermanosmios, declararos sus causas; y yo descubro tresprincipales, que son la ignorancia, la vanidad,y el libertinaje: mas antes de empezar, implo-cernas la asistencia del Espíritu Santo por la in.tercesion de María. A've María.

SEÑOR,

l. Es necesario meditar por mucho tiempola Religion, para ver toda su extension,. parasondear sus profundidades, y para conocer to-da su belleza. Es un abismo de grandeza y demagestad , del qual el pueblo no ve mas' que la.superficie; y el que, á. la vista ~ los ,doctos, pa-rece se va ahondando, segun trabajan ellos ensondearle. Cada uno no ve masextension en ellaque la que le permite la capacidad de su in-genio. Quanto mas se comparan sus sagradosdogmas cun la doctrina de los Philósophos, tan-to mas admiran y llenan de respeto. Rnfin segunla mayor abun·jancia de luces, se ve mas evi-dencia en sus pruebas, mas elevacion en susmisterios, mas pureza en su moral, y mas rela-ciones, conexlon, y sabiduría en su admirableeconomía. El ingtnio humano es muy limitadopara comprchender su grandeza: un tupído ve-lo no permite que llegue hasta nosotros .sino un

Xz

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164 Sermonrayo de su esplendor inmenso: las celcstia Tesinteligencias, libres de las tinieblas en que eHásumergido el espíritu humano, adoran en la l\ e-ligioll la obra maestra de la div in dad ; maSDios que la ha hecho, es el único que ccnocequán sublime sea esta obra, y <Juan digna de ~usoberana magestad.

El impío no se afrenta de Jespceciar estaobra magnífica de la divina ~abijL¡rh, antes deconocerla. Nada hay mas q)mun q! e verle po-nerobjeciones, antes de haber fxalllln·;do laspruebas. Para sab'~r juzgar de su ignoriwcia, oi-garnosle poner sus dificulluué.s contra la 1{eli-gion";.y preguntemüsle las ra:z.unes en que sefundan.

Apénas se empieza á demostrarle la eXIsten-cia de. un Dios vengador de 105_ pecados, quan-do responde muy satisfecho, tal vez fa mate-ria es eterna; y si hay un Dios criador, es muybueno para hacer eternamente infelices á sus:criaturas. Frívolo athéo, antés de t(xmar estabella razon ¿ habeis imitado á los hombees doc-tos en sus profundas meditaciones sobre la esen-cia de la materia y dd movimiento, sobre la,especie de substancia que es capaz de pensar, ysobre su inmortalidad? ¿Habeis estudiado bas-tante la naturaleza que muestra en rocías panes,á fas que saben observar, señales sensibles de lasabiduría de su autor, y los profundos designiosde su providencia, para atreveros á desmentirasí á todos los observadores '? ~ Conoceis bastan-te la inmensa. exten.sion de los ciclos, el núrr.e-

ro,

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sr;bre fa 11U.;n.,dulidad. 165ro, orden y bel ieza de las estrellas, y, las cons-tantes leyes que gU1rdan en sus revoluciones,para poder asegurarnos que el aca:;o fonnó yconserva los resortes de esta grande máqujna'~¿ Podnais impugnar sólidamente <:Í. los insignesPhilósophos, que se elevaron al conocimiento deDios por la consideracion de sus obras'? t,Habt.:iscom prehendidu la multitud de obras cienl íficas yde doctos escritos, que produxeron los mayoresingenios sobre la namraleza y necesarios arriSu-tos del Ser supremo, sobre el bien y el mal mo-ral, sobre la certidumbre de la otra vida.y lanecesidad de un juicio advenidero, vos que osatreveis á asegurarnos que Dios es muy buenopara ser justo; que es muy grande para que susamid~d le haga enemigo del pecado; ó que lacomrariedad de estos atributos le hace insensibleá las virtudes y á los vicios, al culLO y á lasbla~phemias de los hombres'?

Os atreveis á hablar de la Biblia como deuna co!eccjoll extravagante de histqrias apocry-phas, de fábulas y de prophecías supuestas, masequívocas y lTIasobscuras que los oráculos delpaganismo t, mas habeis adq.uirido el derechode desacreditarla, por lo mucho que la ha beisleido y medicado? ¿ Habeis leido esta grandeobra, como la leyeron tantos célebres exposito-res que notaron en cada página adorables ar-canos'? t,Habeis procurado penetrar las sagradastinieblas que encubren la venida, las obras ddMesías, el gran misterio de la redencion, y todala economja de la nueva ley'? l, Oi habeis es-

me-

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166merado en el antiguo Testamento en descubrirla realidad de sus figuras, el cuerpo de sussombras, y las sabias razones de la obscuridadde sus oráculos? ¿Habeis cotejado, corno lo hi-cieron muchos doctos, el nuevo Testamento conel antiguo, para ohservar sus ¡numerables rela-cio!les, y para declarar por el Evangelio la di-latada alegoría que forman los libros de la ley'?¿Podriais falsificar ó corregir el Genesis sobrela historia de las primeras edades del mundo,vos que ignorais la de vuestro siglo?

Jesus, si se os diere credito, no fué masque un hombre comun, que quiso ser tenido porPropheta entre los suyos, ó que se engañó á símismo, como 10 suelen hacer los fanáticos: ¿mashabeis leido atentamente su evangelio, vos queproferis tan horribles blasphemias? t habeis me-ditado este admirable libro, al qual el autor deuna profesion de fé, impía y sacrílega, no ha:podido menos de elogiarle públicameme '? ¿ Ha-beis estudiado seriam~nte las costumbres, doc-trina, carácter y conducta de J esus? ¿ Habe iscotejado la pureza de sus costumbres con las vir-tudes morales de todos los sabios del paganismo,el gran sistema de su Religion con todas las re-ligiones del mundo, la belleza y profundidad desus dogmas con los delirios del espíritu philosó~phico, la santidad de su moral con el moral delos pórticos y de los 1ycéos , la sabiduría de susleyes eon las leyes de los hombres célebres, queinstituyeron repúblicas, ó fundaron imperios, yla grandeza de sus milagros con las ilusiones de

los

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sobre la Incr-.'du/UaJ.los impostores, con los proJigios fabulosos delpaganismo, y con el poder de los morca les quefueron colocados entre los dioses? ¡Ah! si Jestlsno se hubiera llamado el Hijo del Altísimo, de- _beriais por 10 menos reconocerle por el mas san-to de todos los hombres, por el mayor de losPhilósophos, por el mas sabio de los Legisla-dores, y ppr el primero de los semidioses. Es-cuchad sobre esto á vuestro coryphéo, aquel ge-nio tan embriagado del amor de las paradoxas.Muy instruido para dexar de ver una parte dela verdad, y muy opuesto para singularizarse,declarandola toda entera, hace á J~sus inferiorá la divinidad, pero superior á Sócrates.

Enfin, solo veis obscuridad, incertidumbre yfalsedad en la historia de los primeros tiemposde la Iglesia; en sus progrcws, las cau~as co-munes del progreso de las falsas religiones y dela heregía; en su culto, un aparato dispuestopara engañar al pueblo; en sus dogmas, o;>inione-,humanas añadidas sucesivamente al evangelio.;mas antes de vendernos con tanto magisteriotan temerarias proposiciones ~ os habeis aplica-do á determinar, con el dificil cxámen de lacritica, estas preten'didas adiciones que se hanhecho sucesivamente al culto esencial, ó á losdogmas de la fe'? t,á discernir el culw invaria-ble que pertenece á la esencia de la Religion, yel que puede, como la disciplina, variar segunlos tiempos y lugares'? t,Habeis cuidado de su-bir por todos los conductos de la tradicion has-ta su origen, de recorrer todas las heregías, y

de

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1ó8 Se, monde buscar en los concilios la fe de todos lossiglos~ ¿habeis sabido contar y graduar los Már-tires, y seguir todos los progresos que hizo laReligion, atravesando el fuego de las penecu-ciones, y á pesar de la oposicion de tc.dai laspas10nes humanas'? ¿Podriais falsificar con vues-tros descubrimientos las noticias que han ll~ga-do á nosotros, del penoso y glorioso ministeriode los Apóstoles, de su zelo, de sus trabajos yde sus martirios'? t,Podriais destruir la pruebasiempre eXlstente que tenemos, de la conversionde los pueblos"?

Ved, Hermanos mios, quáles debieran serlas indagaciones del impío; ved el inmenso es-tudio gu~ habia de hacer, antes de oponer á laReligion dudas superficiales, dificultades frivo-las, epigramas pueriles é insultos sacrílegos. Vedel gran sistema que debiera abrazar en toda suextensioll, antes de adoptar un pequeño núme-ro de antiguas objeciones, que propone sin or-den ni conexion, conforme las ha recibido. Noquiero decir que esta inmensidad de conocimien-tos sea necesaria á los Fieles, para afianzarseen su creencia: una re'! ista general sobre estosgrandes objetos basta para recibir ó fómentaruna f~ hum acle y senciLla; mas para declararseenemig-os de la Religion, para sacudir el yugode la fe con algun derecho apare¡:¡te, es menes-ter haber aBtes examinado y profundizado todosl?s objetos, y haber apurado las controver-SIas.

Id pues, jóven ind ¡sereto, id á instruiros enlos

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sohre la-Incredulidad. 169los gran1es conocimientos que os faltan, antes debaceras censor de una Re1igion que exige, paraser profundizada, el estudio y reflexiones de to~da la vida. Ap:-cnded á creer, aPltes de aprenderá d2sengañaros. Laberinto de la metaphisicJ,profundos secretos de la naturaleza, ariJas dis-cusi,)nes de la critica, profundidades de los sa-grados libros, sagrada colecciOl1 de verd::tdesreveladas que ofrece la Theología, y el dilatadocampo de la Historia sagrada y profana, todoesto dcbcis saber, si no quereis ser contado enla clase afrentosa de los incrédulos ignora.ntes.I-hsta que sepa'is todo esto, permaneced sinchistar en la fé de vuestros padres; ocultadlas dudas infundadas, y afrentaos de esas ob-jeciones triviales, que se pueden llamar refra-nes ord inarios del pueblo incrédulo, ó de esasmiserables chocarrerías, que os avergonzariaisde haberlas imaginado, y mucho mas de publi-carlas. Armado tan á la ligera contra una Re-ligion que 11:1 resistido tanto tiempo á los ata-ques de los mas doctos adversarios que ha pro-ducido la impiedad ¿os lisonjeais de poderconmover este inmoble coloso ~ Esto es como¡i quisierais derribar de un soplo las célebre¡piramidcs que, por tantos siglos, han resistidoá la voracidad del ticmpo, y al furor de lastempestades; ó como si con una débil cañaquisierais mover uno de los montes que se ele-Van hasta las nubes.

Vosotros, Hermanos mios, no os dexeis-alu-cinar de la triunfante satisfaccion y tono magis-

roz¡¡o Ir ~ tral,

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1('0 Sermontral, con que oculta el incredulo su ignorancia.Al verle hacer gala de haber sacudido el yugode las preocupaciones, insultar á la fé de losdoctos, burlarse de la credulidad del pueblo,constiluirse reformador del linage humano, ycolocarse con orgullo en un trono, para decidirlibremente de la verdad de la Religíon, diríaisque este es el resultado de una erudicion uni-versal; y que sus opiniones temerarias son porlo ménos errores eruditos: sin em~argo yo meatrevo á decirlo, este es un tiro arrojadizo desu débil razon; y este dictamen decisivo apenasle ha costado un instante de estudio y de refle-xion. Diriais , al verle sacudir el yugo de la fé,que no se puede resolver á sacrificar sus gran-des luces; que acostumbrado al resplandor dela verdad, alimentado en el alcazar de lasciencias, lleno de exquisitos conocimientos, ysiempre guiado en sus indagaciones por la an-torcha de la evidencia, no puede acostumbrar-se á creer 10 que sobrepuja á su razon: mas,examinandole de cerca ¡quán inferior se le hallaá los que la costumbre de penetrar las profun-didades de las ciencias humanas, y de ir siem-pre con el campas en la mano, hace mas me-ritoria la creencia de los dogmas inescrutables!Se le ve, por el contrario traspasar los limitesde la fé, antes de haber dado el primer pasoen la carrera de las cienci3s, y rebelarse á vis-ta de la obscuridad de los misterios, ames dehaber disipado las primeras tinieblas que en-cubren los crepusculos de la razone Theólogo

sm

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sobr~la Increau/idad. J~I

sin refiexion, condena todas las doctas apolo-gias de la Religion ,antes de leerlas, y satis-fecho de su cteeision, mira con desprecio ó conlástima á los que imagina necios creyentes. Conun espíritu inca paz de tratar los asuntos huma-nos, se atreve á señalar el destino de los hom-bres, á prometer al delito la impunidad, á for.marse una idea fantástica del ser su premo, ádesconocer la Providencia: acabemos su elogio;~ la causa. n:as importante que jamas hubo, laJuzga casI 510 pensar.

Es cosa estf.1Íla que estos incrédulos 5010 vo-miten contra la Relio.-ion !:ls blasphemias oue hano >

recibido como por tf.1dicion, y que pasarán,sin comprobarlas, á sus -semejantes; que soloopongan á sus mas sólidas pruebas llnas dudasvulgares, señales ciertas de la pequeñez de susalmas y de su ignorancia; que solo empleen con-tra sus adorables misterius las chocarrerias queproduce el ódio, y que sazona el chiste; queno resistan á la fuerza de las demostraciones, si-no formando de su falta de luces como un va-luarte impenetrable; que no respondan á las ex-hortaciunes de los que quieren reducirlos á lafé, sino con proposiciones repetidas por el li-bertinage y la impiedad, que han llegado á ellosde boca en boca, y que pasarán á otros, comouna gerga usada de los ignorantes que rehusancreer. ¡Ah! dice un Padre de la Iglesia, aborre·.cen demasiado la ReIigion, para que no .quie-ran mas blasphemarla que instruirse en ella.Contentos de combatir algunas apariencias atri-

y 2 bui-

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172 S~rmonbuidas, y que par.::ccn dcsfigUl'3rla, no l1acenmas que dar golpes al ayre: sacuden las ho-jas sin tocar en el tronco, y se imaginan des-pues un trophco ridiculo. ¡Ah! ¿qué mas se pue-de esperar de estos ingenias rriviJles queapenas penetran la superficie de la Religioi1 '? Lacontroversia es para ellos un elemento estrañoen que no pueden subsistir un instante. En vezde una fJ.zon sólida, que va de conseqüencia enconseqLk:ncia, y comprehende varios sistemas,solo IUlcstran 11Oa5raf2.gJs de juicio, y una pe-netracion que solo emicnJe alg~.mas verd:~desdesunidas.

Permitaseme preguntD.r á este incrédulo ¿porqué título se constituye censor de la Religíon1t,Qué estudio ha hecho de las razones en proy en contra? ¡Ah! tan superficial en la cienciade la fé, como en la doctrina de los impíos,por una parte solo vé algunas exterioridadesdel Christianismo, cuya profundidad no penetra, ycuya extension no comprehendc; por otra parle so-lo ha tomado de la incredulidad la arrogancia, losvicios y blasphemias. Tan frívolo Deísta comoignorante Christiano, no sabe los puntos dudo-sos, ni en que ~e fundan. El quiere, á qualquierprecio, tomar partiqo en una disputa cuyo ob-jeto ignora, y sin examinar las razones de unosy de ptros, declararse sequaz por vanidad, por¡meres ó por capricho. Mientras que los doctospublican sus escritos para defender, ó para im-pugnar la Religion, él solo la impugna condlistCi y dicterios. Un epigrama, un verso im-

pio~

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j{¡{;re la. lticretlz¡fidad. J73pío, profi..:-rido con emphasis en nuestros thea-

otros, alguD:1S expresiones satyricas contra losMini~lros del Scí!or, y cootra los que gobier-nan b Ig\csia, a:Jccdotas picantes, chocarreríassobre a¡~unas supersticiones que se han introdu·

o -cido; ,-cd aquí las armas que suelen usar. A fal-ta de razones, cita los autores que han pensa-do en su favor, y cuyo genio superior le dis-pensa ele todo exámen. 1VIicntras se abrasa elmundo sábjo , se disputa con ardor, se profun-dizan tudas las gt:cstiones, y se apuran tqdaslas sutilezas y paralogisl1los contra la Religion;nuestro imrío, contentandose con saber losnon¡bres de sus maestros, y de haber tornadoapenas la primera lcecion, se alista y combatecon denuedo baxo la bandera de la impiedad,semejante á un soldado desarmado que se mez-clase en el combate, arrebatado de su osadía.

¿,Cómo hubiera podido este incrédulo adqui-rir los conocimientos necesarios para impugnarvigorosamente la Religion'? Todos los dias de suvida se le han pasado en la ociosidad, en laQisipacion ó en los placeres. Sus obligaciones,el embarazo de los negocios, los proyectos dela ambicion , los cuidados de la intriga, las ocu-paciones y.lecturas de fanta~ia lIan cmple-ado eltiempo de sus mejores años. No puede saber deirrel igion sino lo que ha hallado esparcido enlos libros ephimeros, que entretienen á los espí-

orilUsignorantes y superficiales, ó lo que ha apren~dido,ocomo de paso, en la conversado;) de losimpíos. Infelices, voSO[[OS solo empkais algunos

o ins-

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t"4 S~rmo1Jinstantes en exáminar vuestro eterno destino; yempleais toda la vida ·en la solicitud de unosplaceres momentáneos, y de la felicidad delln dia.

¿,Podeis ver, Hermanos mios, sin indignacionesta temeraria ceguedad'? ¿, Pero quánto mas osindignaréis, quando supiereis su causa'? Un fal .•so amigo formó este incrédulo con su primeraconvenacion. Infanlecorruptor de su inocencia,despues de haberle empeñado en los desórdenesy en el vicio, no hizo mas que desplegar loslabios inficionados del error, é introduxo subi-tamcrHe en el corazon de su ciego <iiscípulo elveneno de la irreligion. Digamos mejor, queno hizo mas que sofocar en él algunos importu-nos remordimientos. Sin instruirle en los arcanosde su secta, solo se la nombró, y le dixo algu-nas proposiciones. Me parece ver á un dócil pre-tenJiente que se agrega á una de aquellas ridicu-las snci~Jades, inventadas y fomentadas por laociusidad, en que luego se aprenden algunas pa .•labras misteriosas y señales particulares.

i, y vosotros, que por el abuso de los taJen-tos, os haceis mas culpables en vuestros errores,mereceis ser colocados en una clase diferente deesta multitud de impíos de~tirujdos de discerni-miento y de luces'? ¿ Estabais bastante instrui-dos, quando renunciasteis la fé '? ¿, No precedióal exámen vuestra apostasía'? ¿No haheis procu--rada des pues instruiros, mas con el fin de soste-ner las opiniones que habeis adoptado, que deconol,;~r la verdad'? ¡Ah! ~de qué puede servir

ijJl

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sobr~ la rftcr~dulz'dcul. J~5un estudio inmoderado, hecho con tan malasdisposiciones, sino de dar nuevas armas á la ¡.-credulidad, y de hacer cékbres impíos '?

ll. Se advierte una particular propensioná la impiedad en los que reunen en sí la igno-rancia y la v.anidad. ¡Oh! i guáL puede ser, medireís, esta estrafia vanidad que forma los incré-dulos ~ Os la voy á decir, Hermanos mios: esla manía de distinguirse de la multitud, y depensar de diverso modo que el pueblo; es en cs-te hombre célebre el furor de dar la ley á susiglo, de acreditar y prop.lgar el pretendido es-píritu philosúphico, de fi¡rrnarsc tina secta r;u-merosa de sequaces aLurdidos, y de ser el orá-culo de su par! ido; es en los mas de ellos la.gloria de ser discípulos de aqueJlos ingenios su-periores que, por Ull abuso dt:plorable ue la ra-zon y de la ciencia, y mucho mas por la vani-dad de hacer prOScl}lOS, se han precipitadoen el abismo de la incredul idad;. ES el secretodeseo de aJquirirse rcputaciol1 de ingeniosos yde espíritus elevados; es el anhelo de ocultar laignorancia y mediano talento baxo de un exterioraparente, que indica tanto cumulo de ideas co-mo universalidad en la ciencia. Se perecen porhallar un medio facil de bnllar en el mundo,ó de sobresalir en Ji:! esfera de sus sociedades.Es el querer grangearse á poca costa el a pr~cioy estimacion de los que, viviendo sin ley, quer-rian que no hubiese Rcligion ,ó poder acertaren no creerla. El menosprecio de los hombrespiadosos es ea este caso un titulo de honor. Es;"'

tos

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tI'" Sermo1ttos ion unos esp~ritus débiles criados para envi-'lecerse con la plebe. ¿Qué gloria, por el contra-rio, no se adquier~ en elevarse subre las preo-cupaciones de la ed!lcacion'? ¿Qué delicado di:;·cernimiento no ha sldo necesario para desenga-ñarse de unos errores nacidos con nosotros, in-troducidos con la leche, y fomentados con elexem pl0 universal'? ¿ Qué imrepidez de pensa-mientos y qué fortaleza de alma no se han nece-sitado para vencer los temores de lo que suce-di( re, y sofocar los remordimientos'? Ser tenidopor incrédulo es dar de sí estas grandes ideas.Al impío le parece un elogio cumplido, que di-gah de él que ha tenido bastante fortaleza, parano creer lo que todos creen.

¿Dudais, Hermanos mios, que sea la vanidadla verdadera causa de su incredulidad'? El vaá convenceros por sí mismo con su tono decisi-Vo y con la sa.risfaccion con que habla. Este esel modo de eXlmirse de dar las pruebas. El ver-dadero sabio arguye con moderacion, seguro depersuadir con la evidencia de la verdad. El ig-norante orgulloso decide magistralmente todaslas qüestiones, para no dar razones. Este es elpartido que toma nuestro irnpí'o , para evitar difi-cultades que exceden á sus fuerzas. Su fin no esconvencer; es aparentar que él está convencido:&10 espereis de él unas dudas profundas y sabiasobjeciones; no hace mas que proferir con em-phasis proposiciones temerarias. El evangelio espara él una fábula, la fé la parte de lOi simples,la Religion un vaRO fantasma, sus leyes y ame-

116-

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sobre la Incred1Jlidad. 177mIzas un freno necesario á los pud ..!üs, S{1Smis-terios groseros absurdos, la eternidad una quime-ra, el alma un ayre que se desvanece, la vidaun sueño, el Criador un ser indiferente á h¡ofensas y á los obsequios de sus viles crlaturas,el hombre un animal mejor organizado que lasbestias, el vicio y la virtud ideas arbitrarias; to-d " . , 1 '.J Jas estas l1L,Xlmas SO:l para e eVll1cntes, y to\.¡olo ticn::: por demostrado: la creencia de los pue-blos no es mas ou~ UtU l:;rco:::unac¡o~ de la ín-. .. .-f..wcia , sostenida por las leyes, y fi)mentada conlos exclnr1of.

Preguntad á este doctor t,quáles son los ffiJ'"

tivos de sus decisiones magistr::l1es? '01"0s:lbe res-ponj.~r, y quiere ser crcido sobre su palahra. Sila autoridad de sus opiniones no os pareciereb3.stame respetabb, os oprimirá con la autori-dad de sus maestros. En lugar de las pruebas,le jactará d~ la celebridad de sus nombres, ó secontentará con rem itiros á sus obras. Opone conostentacion un corto número de famosos incr¿dtl~'los á la venciable tracicion de los sabios y fan-tos Doctores que nos han transmitido de sigloen siglo el depósito de la fé. Se atreve á pos-poner las ideas de la educacion, la fuerza delos exemplos y las secretas repugnancias de una-conciencia consternada á una ciega confianza ensus maestros de irreligion ,y á algunas expre~siones qlJe ha aprendido en sus libros ó en susdiscursos. En el delirio de su orgullo, el peso dealgunos nombres célebres le parece preponderar,j de los mih¡gros, y, por el mas cstraño con-

.Tw. 11. Z tras-

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J78 Sermo"traste, se ha hecho incrédulo por una ciega cre-dulidad.

Así es como, pOf falta de la propria instruc-cion, procura su vanidad cUDrirse con las alasde los gefes de su partido. ¿Con tales guias po-drá temer el error 1 Así se ha propuesto persua-dir que no lequcda la menor duda. Hace galade burlarse de las amenazas de la Reli'rion: nosdic€ , con .un valor fingido, que espcraLla muer-te sin temor·, y que ve lr,lIlCjuilamente el sepul-<CfO. Quanto mas impío EC 111UCStr::t en .no temerel infierno y en exponerse á una infeliz clunidad,tanto mas cree hacer admirar su intrepidez; essemejante á los fanfarrones que, por acreditarsede valientes, hacen gala de buscar los pelip,ros.Tales son estos que, por una satyrica ironía, rel1aman espíritus fuenes, para declarar á un tiem-po la debilid<J.d de su espíritu y su loca teme-ridad.¡Qué cstraña es, ó Dios mio, la fuerzade un insensato, que se opone á vos fiado enunas razol1e~ infundadas! ¡Ah! esta fuerza es se-mejante á la que dá á un enfermo el delirio, en'gue ha caído por una suma debilidad. i Mons-truosa ceguedad! i deplorable temeridad \ ~Iefaltan palabras, para declarar tan horrible pre-suncion: me mueve mas á ira que á compasion:me admira y me horroriza.

¿Creereis, Hermanos mios, que este fatal de-lirio puede ser contagioso, y no os llenareis dehorror al considerar que podeis ser de los queel impío procurará asociar á sí, y exp~nertos alriesgo de una eternidad de tormentos 1 Es indu-

b~

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sobre la Incredulidad. 179bitable que será esto lo primero que haga: masno parará aquí, sino que cuidará ce autorizar-se con el número de sus proseli'tos; y hará porconsiguiente todos sus esfuerzos, para hacer in-crédu-Ios sobre su palabra, como él se ha hechoim,'rédulo sobre la de otro: sus tentativas no se-rán inútil-?s. l.a5' menores semillas de irreligionfruc! iticar,in en una, alma displle:ta é recih-ir!aS".Al¡J;llms déhilcs razones bastarán para dr;rrj-barla: 1J vanidad y las pasiones harán Jo de-ma~•.Si e~tc nuevo impío no tuviere la suficien-te in5trllccion para aferrarse en su incredulidad,no le [ütará tiempo de adquirirla. Lo que masle insta es no creer: los sophismas vendrán des-pues. En~retanto es menester aparentar, acom-pañarse con hombres instruidos, acreditarse dehilo espíritu, y fingir una singularidad que su-pO:'le un genio superior. Es menester usar el len-guage de una sociedad de libertinos, de lá queno se a petece ser el individuo menos corrom-pido, y dar con la incredulidad á sus dislates ungénero de ayre y tono original qne los realce yjustifilue. Así se va aumentando esta raza des4

prcciahle de incrédlllos subalternos; así se pro-paga y se perpetúa el meno~precio de la fé; asíunos ciego. arrastran á otros al abismo, y unosréprobos se asocian á otros, para ser todos ellosatoflnentados eternamente. Me parece ver á unperverso, que solicita' cómplices, que les inspirasu osadía, y que con pequeños premios hace quepierdan el horror del suplicio.

Sigamos los progresos de este contagio. ¿Has-Z2 la

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1 ~O Sennonta dónde no fe veremos propagarse ~ Hasta el~cx6 del que solo debemos temer la supersticion.Los cspíritus,natur.:J1mcntc ineptos para las cien-cias, se atreven no obstante á desechar con or-gll110 Jos sagrados dogmas, que se les prohibeescudriÍlar, y decfararse contra la fé, despuesde breves conversaciones, ó de algunas lecturastan rápidas c,)mo superficiates: mas t,quién no veqqe, con este ayre de singularidad, esta nuevaincredlJ1J quiere parecer superior á su sexo, com-prar á este precio el lÍculo de dectora, y gran-gearse con el menosprecio de la fé la admira-cion de cierta clase de in3cnsatos y lib~rtinosfTal vez se hallaria la causa de su ridícula im-piedad en su desordenado amor á un impío quele agradó, y que abusando de su doble dehili-dad, la despoj6 fácilmente de su pudor y desu fé.

ASÍ, ó Dios mio, los mas de vuestros enemi-gos tienen por cosa honorífica el atreverse áblasphemaros. El menosprecio de vuestra santaReligion es un motivo de vanidad, y se solici-ta el a.precio y estimacion con la temeridad deinsultara.. Hacieodoos guerra el impío, cree'abrirse un camino á la gloria, y espera su ce-lebridad de lo que le dehe cubrir de eterna ig-nominia. Insensato t, en qué p0neis vuestra glu-fia, y por qué estraño camino pretendeis seradmirado de los hombres'? Habeis perdido conla Religion todos los principios de la vir-tud, todas las reglas de las costumbres, y La'mica prenda g.ue podían tepc:r los hOO'lbres de

~ue6·

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-sobre la lncr~¡JlI/idad. I! 1

vuestra 'probidad: h'abeis sacudido con el, yugode la fé el que os .. i;np.onen las leyes de la so-(b~aj y del g'áJbierno., y aLm las leyes de la.f1~i[Ura!eza :. enlaces de sangre, sagrados nudosde b Rdigion, obligaciones de la'amistad, cm'"peííos del honor, todo lo habcis atrOpf:H200,.trasp3s::indo las 6bligaci-ones de fa conci~ncia:ved los medios singulares que habeis '.::!:cogido·para ser estimado en el mundo. Os preciais dehaber podido' conve'niros en mor.~~ruo para lasociedad, para el estado, y p:J.ra vuestra c;¡sa •.

1'a1,=s son, Herm2nos m:u<;, los que aspiran~j no á !laceres pen"ar CO\J'O ellos, á Jo ménos>á d~slllmbraros <::on su atlevido nllldo de: penar,-y hacerse admirar aun en Jos errores que oS'·oblig:ln á compéldecerlos. 'Ld vez sois r:2prehen-sibL:s , por haber fomentado su vanidad con al-gl100S elogios concedidos á SLlS ingenios al tiem-po que condenabais ws errores: así babcis pro-¡egida, sin advenir1o, una irreligion que naciadi;;: orgullo: mas habicndoos yo descubierto estaclase de impíos, no escucheis en adelante suavallaS discursos, sino con un desprecio que le,cierre la boca. Pues solo son incrédulos por va-lJidad, los movereis á reconocerse con vuestro,óe~precios ; á lo ménos 105 obligareis á ocultar.6US necias op!niones, y se disminuirá su número·4}uanJo no se pudieren declarar por tale". sin~currir en el oprobrio.

111. No he dicho bien, Hermanos mios;·'luando se agotase esta segunda fueme de irre-liiion, q_uedari~ en· ~Q ieI la ter.cera,. ~ue es- .•.1

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J ~2 Sermollel liber.tinaje, el qua1 basta' para multiplicarlos incrédulos,' como se rnultíplican en rmes-tras dias. Basta la luz de la Religion para di .•sipar las tinieblas de la ignorancia, quando naestan acompañadas de la . corrupcion de cos-tn~nbrcs. Acaso el intéres de la vanidad, por sísolo, moveria menos al mayor número de in-crédulos que el grande imeres de su eterno des-tino; mas todo es inútil, si se junta el liberti-naje á la ignorancia y vanidad en favor de l~irreligion. Para un corto número de incrédulosen quienes el error produce los vicios, en todo$los otros los vicios producen el error, ó cons-piran por lo ménos á sofocar el convencimien-to inrerior que produce la fuerza de la verd:ld.Se pasa fácilmente desde d amor de los pla:"cercs al ódio de la Religioll; y este ódio con-duce fixamente á la incredulidad. Las paSiO>1Cipor 10 general engendran lólS dudas, y sugien~l1las im piedades. El corazon es la verdadera cu .•na de la irreligion: este tirano del espíritu ledispone á su arbitrio, le distrahe ó le ólplica,le ilustra ó le deslumbra, segun sus diversoaintereses; pero en materia~ de Religion es endonde mas ex:erce su imperio. Disgustado de lo~rigores del moral christiano, inrercsa á la ra-zon en su favor, la hace cómplice de su rebe .•lion , y l.a obliga á prostituirle iD ministerio~En una palabra" se duda á fin. de librarse '-~todos los escrupul'os. La. incredul ¡dad comienza5iempre por vicios que necesitan de ella. La féDQ ie hace sospecb.oia, iino porque incomoda,

y

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sobre la Incredulidad. 18Sy se sacude.su yugo 'con el fin de sacudir elde las obligaciones. '

,El lihert~no no se engaña en 'Sus esperan-zas, porque-la incredulidad le abre .camino fran-co para todos los vicios. Destruido el dique queoponía la .Relígion, á las pasiones, forman estas'un torrente que sale de madre tan impetuosa-;mente que 'nada le puede resistir. Si.' las 'leyes!humanas detit:nen- el brazo del impío, no pue-:den reprimir sus deseos ni sus pecados ocultos.'Es un munstruo cnc(~de nado ; ,mas si pudieret:vitar que le vean, p~cará impunemente á .e~con-dida~. t,Sc dcbera esperar, otra cO?'-t de un hom-bre que no reconoce otra ley que .la del mai'tfuerte, -ni otro nn que la nada '?

Esta es, Hermanos mios, la abominablelibertad de costumbres, á que quiso llegar .el·libertino por medio de la irreligion.~ y este e$-;el vil ínteres que produxo y apresuró su impie-ldad. Las.primeras impresiones de la educacion'le ínclín.:~ron á la virtud, fué eenducido desde:su infancia al pie de las aras, y aprendió áadorar en ellas al Dios de sus padres. Talvezuna tierna piedad' hacia esperar que creciera.,en él el amor de la Religion y de la sabidu-.ría. Sin embargo los primeros ataques di laspasiones derribaron su alma, el atractivo delplacer, triunfó de los remordimientos.' de un~conciencia todavia tímida, y sus primeras cai.¡,¡das le causaron temores que le hicieron acumu ••.:lar peca'ios. D.:sde entonces no tuvo mas:recur .•...tu que la~ dudas sobre la imnortalidad del :al.:..

: ·.ma.,

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184 .' SermoIJ .

lila, iobre la eternidad de las penas, sobre l.eXIstencia de la otra vida, y de un Dios ve~garlar. El espíritu. las concibió. al principio Cal

un secreto horror; mas segun se iba corrompien-"do su corazan, las juzgó necesarías para su reposo. Miradle enfin en ·una constitucion, en gUl

se, va á decidir de su fé. Los placeres le atrahencon las mas halagueñas imágenes, y la Re\igion 16intiinída. con las mas terribles amenazas: se sientemuy prop~nso al pecado,y la Religiun se pone en-tre él y el pec:1de. ¿Qué hará en este desaso-siego de conciencia, que fe turba y hace amar-gos todos sus placeres '? Va á buscar modo. de&atir de estccst<:do violento, en que no puedegozar de las dulzuras de la virtud, ni de la,·que se prometí'a en el vicia. Tiene que renun-ciar los ,placeres, ó sofocar los remordimientosque :;e iosamargan, pecar pacíficamente, ó abs-tenerse de los pecados, declararse contra lupasiones, ó calmar una conciencia importuna qUI,no ·cesa· de cens·nrarlas; mas él ignora quán dul-ce es el Y~30 cid Señor; ..~ ·Miem.r:)\s~ la: incredulidad le promete la P!z·.é. 'impunidad , .el moral 'christiano le parece uapeso insoportable: esto lebasra para hacerse.ene~1) secret0 de una .Religion que le oprimer molesta. La m~ra ya como un censor intere-sado en desacreditada, :..iquicre y lee los infa-mes escritos de lo'> impíos, se imagina dificul-tades, adhiere á ~as mas frívolas conjc:turas, ydesconfia deja.:: m:ls evidentes pruebas. t.Quédiré enfin'? Busca con. apresllracion la- sociedad.Jo. JOi. hnpiGi 'lue le puedl.:n ayuGir á na creer.~ - T~

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soóre la Incredulidad. 18STa.l vez emprehende largos viajes para consul-tarlos, y para disi par los terrores que le cat!-ian las opiniones infundadas y temerarias ¡Ah!.¿,la fé que es santa y nos santifica, cómo po-dri:l conservarse con unas costumbres corrompi-das? ¿No 'Se prueba con muchos exemplos quesu n1ufr~~io es el legitimo r~sultado del nau-,fragio de -la virtud ~ La sensualidad de Roboarule conduce á la im piedad, los festines de Batrha-:sar terminan en la profanacion de las cosas sa-gradas, el mas sabio de los hombres, habicn-dose afeminado, se hace un idólatra, y el abu-,s:o de los dones de Dios, la ingratitud y obs-tinacion arrastran ennn á la nacion Judaica aldcicidio y á la reprobacion.

Asi es COillO las pasiones, hahiendo llega-do á dominar el alma, eXCiTen sobre el espiri:"tu una especie de tiranía. Este es el unico me-dio que tienen de reynar con tranquilidad. Lafé las habia combatido mucho tiempo, y repre-sado en un género -de esclavirud: ahora aun lamas ~ébil se rebelará sin cesar, y renovará 10i -combates: es menester sofocar este enemigo jn~quieto é irreconciliable, que aleja la p3Z y per~turba todos los pl"ceres. Se le debe declarar .unaguerra de represalias, hasta arruinarle entera~mente: y, por ser incompatible con los vicios,-es menester sacrificarle, si se pudiere.

Por esta causa se enfurece tanto el liberti~-no, para desacreditar la Religion christiana. Pa-ra sacudir el yugo de su moral, dfbe imptlgnar an-tes ¡US dogmas. Para burlarse de las amEnazas ~~Jesuchrísto, debedisputarh~ ante~sU divÜ1ídad. L~

X{lm. 11. A¡ iD·

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186 Sermo1lincredulidad es el unico medio, con que puede li-brarse de los im portunos remordimientos, yabrirsepaso franco al libertinaje. En realidad, sagradosdogmas, el impío solo os combate por la uníanque teneis, con unos preceptos qUe le son inso-portables. No es enemigo vuestro, sagrada Re-ligion, sino porque vos 10 sois de los v'ieios.Eternos tormentos, no se obstilla en trataros dequiméricos, sino porque habei:> de ser el casti-go de su apostasía. A vos, que sois la mas no-bie parte del hombre, y dcbcis estar cscotaeternamente de la corrupcion y de la muerte,él no os desconoce sino por el infame interes quetiene, en no ::;e'r inmortal. En vano nos a~egu-ra mil veces que mudaria al instante de vida,si' se pudiera resol ver á creer; y yo le respon-do que creeria al instante, si se pudiera resolverá yi vir bien.

En efecto, Hermanos mios, si Jesuchristohubiera limitado su doctrina á la sublime espe-culativa' de algunas verdades incomprthensibles,sin mezclar la austeridad de los preceptos; sihubiera sido el Mae;;tro de las naciones, sin serun severo Legislador; si no hubiera reunido las

'amenazas y prome$as; si hubiera prometido elciclo á la fé, sin que fuesen necesarias la peni-tencia y la virtud, si hubiera disipado los erro·res <le1 espíritu humano, y confundido los ab-surdos de los falsos sabios, sin declarar guerraá los vicios; si, contento enfin con ser actlJra-do del linage humano, no le hubiera amenaza-do con que le ha de juzgar ¿quién hubiera ~rd-

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sobre -la Incredulidad. 181do, comprar :11precio mas caro la· s()~crana fe·licidad '1 En efecto, los misterios se mirarían eldia de hoy generalmente como unas suhlimesverdades, que no se pueden ver en la noche delos sentidos. Se adorarían unanimemente en Je.sLlchristo los soberanos caracteres del Hijo uni-génito de Díos vivo; nuestros impíos entonces,como zelnsos apologistas de una div iníJéld quesolo ei~lgicra el omenaje, le ofrecerian un in-cienso que snb~tituiri~ por las virtudes, no ha-bría cnnn incrédulos en el mundo, ni hombre quelila fl1ese christiano.

Pero ¡quánto cnC$ta el sacrificio de b. razan,quando se dcbe acompañar con el de bs pasio-nes! j qué zelo no mostramos en dcfender IOi

derechos de la razon contra nuestros misterios,quando se hallan mezclados con los intereses delas pasiones! Dig2mos mejor j con qúé destreza!lO disf.-:aza el hombre los sentimientos de su co-razon en favor de una Religion, cuya austeri-dad aborrece! ¡quánto no procuramos sofocar losgritos de una conciencia que reclama nuestro res-peto y or.'ediencia á las divinas leyes, quandosolo suspira el corazon por la independencia éim pllllidad !

No tengamos enfin, Hermanos mios, pOL"verdaderos incrédulos á todos los que con or-gullo aparentan incredulidad. Este j6vcn, obce-caLÍl) de las p:lsiones, confunde en sí mismo el'ódio de la Rcligion con la incredulidad, cuyolenguage procura aparentar. No conoce el esta·do de su alma: se llama él incréduto, y solo es ,

Aa~ uo

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Ifl31m vieiosn: abrna h impie(1ac1 romo el medioseguro de reunir la paz y los vicios. Anhela serincrc:dulo, por hacerse feliz it'nas qué pOC0 me-dra en lo nno y en lo otro! Despues de h~h:rpracticado las máXImas de la irreligion, y dehaher ciado ap8riencias de ella, e~ un verdade-ro infeliz, y nn impío aparente. Aun digo m;¡s,no es inr:drlulo; mas tal vez se pcrsc~dc queJo es á fllcrza de desearlo y de decirlo; a!=Í esinutil el di.putar con r.sta clase de impíos; hs-ta el wlcrgonarlos. No tie!l'2n tanta nccesid.1dde oir las prneb3s de la Rcligion , como de ob-servar sus interiores di~rusiciones. Para disiflarsus dud2s im2ginarias, hasta Gescubrir el iOC1·me origen que tienen. En vez de prc5C'nt2rlesuna larga serie de pr:n'.~;rios y CO;Jsc'll:enciJs in-contestables, hasta hacerlos ver la CJusa de susdesvarios, y el estado presente de sns almas.Para que se avergiiencen d~ su incredul;dad,b1sta que se conozcan. Este metodo de defenderJa fe es tan glorioso CO'1l0 necesario; y es for-mar la defensa de la Re1igion el hacer la pin-tura de sns enemigos.

P::nct remos hasta el cora~on del impío: enél hallaremos terrores secretos, dudas que na-'cen y se disipan, un :flllxo y rdluxo de fe yde: impiedad, segun que la razon ó las pasionesle dominan. En los lúcidos intervalos que lepermite su delirio, le veremos temer su suer-te, y horrorizarse con la idea de la eternidad;mas, quando está lleno de lurbacion, se csfuer-,z,a en aparentar animosidad. Mofandose de las

ame-

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Jebrl la Incredulidad. .S!9amenazas de la Religion, aumenta su' osadi~para despreciarlas. Quiere CSfJfZar su eorazot:Jtímido y vacibnte con la energia (lel discursQ,y buscar en un:t ap3.rcnte satisfacdon algutJ so.,..Corro ó a poyo .á su. debilidad.' Es un cobardeque se arma de fo:-taleza contra sí mismo. Supresuncio!l no es mas que un artificio de que usa,para calm:¡r sns secretos temores; una vio.ientainquietud causada por él, para detener el pro-greso de su temor. No t;ene verdadera intrepi-dez, pero hace esfuerzos para no temer.

DexeA:los á los im Pl,?s engañarse á si !TI is-mos. Los contratiern pos, las desazones, los re-mordimientos, los años, y principalmente los ter-rores de la agonía harán caer esta infame mis-cara de irreligíon. Quando amenazados, como'Saul, de una muerte próxima, se vieren opri-midos del terror de lo que les espera, termÍ-;-nará su incredulidad en una pueril supersticioo.Despues de haber despreciado á los Ministrosdel Señor, llamarán á las sombras. Los que semofaban de los oráculos del Espíritu Santo, ex.-presos en las divinas -escrituras-, consultarán en-tO¡:1cesá una pythoniEa. .

Corred al lecho de este incredtllo sorpre-hendido de temor por la próximidad de la muer-te. Al fin adora al Dios que siempre fingió des-conocer, tiene su imtgen junto á los labios, yexclama, besando sus saludable:> llagas, mi S~-fior y mi Dios: Domi11.us meus et Deus me~s.toA qué exceso de arrepentimiento no le ar-rebata una imaginacion consterw¡da por lo~ tOf-

JJlen-

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..J ~o ..., &.rmo"~

mentas que le amenazan ? ~Qué cosa no crt~t'r¡apara librarse de ellos? ~ Se le propone algunmisterio de los mas profundos, sin que respon-da al punto yo. lo creo'? ¡Creeis, amado Her-mano! ¡Ah! el riesgo os hace pronunciar porfuerza estas tristes sílabas que vuestra concien-cía os dictaba cominuamente. La muerte, el jui-cio y el infierno son unos doctores á quienEs noos atrcveis á comradecir. El miedo os ha dado

. sencillez, y volveis á abrazar la Rcligion delpueblo. ¿ D611de estan las burlas satíricas, Josdesprecios fingidos, y la aparente satisfacciollque oponiais á nl1estras amenazas'? Crecis: se lo~ue os acaece: vuestra fortaleza os abandona.Hallandoos á los umbrales de la elem ¡dad, noosais arriesgaros: mas vuestra fé solo. s tal vezcomo la de 195 demonios que creen y se estre-mecen. Todos los que veis su asombro y ter-,ror, conoced ahora que él fué siempre meno,~incrédulo que .libertino.

No niego que' se hallan algunos incrédu-los tan temerarios, que permanecen tranquilolljunt8 al sepulcro. Hacen gala de mostrarse in-trepidas enmedio de los horrores de la muerte,se esfuerzan en verla llegar con serenidad, y

. espiran con una necia satisfaccion. Tal vez blas-pheman entOl.lCeScontra el cielo; tal vez en losultimas instantes insu1tan al Salvador de 10$

hombres, se burlan de sus misterios, no temensus amenazas, y se muestran tan furiosos, queUltrajan la imágen de Dios crucificado que sele$ presenta. Reconociendo acaso la mano del

,DiO$

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30brt! la ":mcredulidtli. 191

DiOs que los hiere, como el Emperador apos-tata que arrojó con desprecio su sangre áciael cielo, exclaman descsperaclos "como él, ven·c¡stc, Nazaréo: Vú;isti, Na1.:;ree. iO necios!pues van á ser castigados por el Vios que ignoran,ó que menosprecian. De Ja señal de nuestra re-dencion que insultan, va á salir el decreto desu eterna re probacion. Van á comenzar desde elsepulcro una· nueva vida, para ser atormentado¡sin fin. En lugar de la nada que esperaban, vaná revestirse de una infeliz inmortalidad. Quan-do creüm no "hacer mas que baxar á la sepul-tura, su parte esencial se va á sumergir en latremenda cárcel, en que no faltarán jamas elhorror, llanto, desesperacion y crugir dedil.:ntes.

Lloremos amargamente, mis amados oyen-tes, esta m~ene sacrílega qüe tienen por untriunfo los impíos. Reconozcamos con pavor enesta impenitencia Jos justos juicios de Dios, y elmas terrible castiJo del pecado; y que el exem-pl() de tamos. desgraciados, abandonados por ladivina justicia á su réprobo semido, nos penetreal mismo tiempo de temor y de gratitud. ¡Ah!¡,quién de vosotros, Hermanos; mios ~ .no agra"!'dc:cerá ahora el taver muy grande y absoIUla~mente gracioso que os ha hecho Dios, nó solode haberos hecho nacer en, el, seno de la ~gle-sia , y de que abrieseis· "los"ojos.al mismo t(em"';'·po á la luz del día y á la de la fe; mas tam-bien de haheros preservado de esta fatal ce-guedad , que hubiera debido ~er para' vosotros·

CQ-

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'Serm,.como lo ha sido para tantos impíos; nna J~gí.....tima conseqüencia de la corrupcion de vues-·tras costumbres?~· hay duda en que iea esteun gran motivo de que os felicitei3 á vosotros, I

y de que deis las gracias á Dios; mas temedjuntamente que vuestras pasiones, si las diereisrienda suelta, os arrastren á pesar vuestro alabismo del error y de la impiedad. Temed 'luelas dchiles luces que permanecen aún en vues-tras almas, se lleguen á apagar con los vicios;y no os lison jeeis de dividiros entre la Reli-gion y el liberti~aje, dexanuo que vuestros es-píritus se sometan á la fe, y que vuestros cora-zones se abandonen á los deleyres. ¡Quántos im-píos lo es pera ban corno vosotros, en el prillcipiode sns desórdenes! No, jamas hubieran creídoque sus inclinaciones debiesen iniluir tamo eaIUS opiniones, ni' que dependiese tanto su creen-'ciadel estado de sus costumbres. No creian.contra yendo la costumbre de ofender al Señor,prepararse á desconocerle, llegar con los peca-dos á la estr41ña osadía de justificarlos, y me-recienqo. mil veces los infiernos, ponerse, paradeci,rlo así, en la necesidad de no creerlos. Sinembargo, á este deplorable exceso de delirio 1de ceguedad se dirigieron sus primeros paso»~n el camino de los vicios. ¡Que no debereis, te-mer; Hermano$ mioi, los que' habeis corrido ve-lozmente muchos años por el rni,mo camino!

Es· cierto. que .enmedio de vue~tros desórde-nes parecejs aun firmes en la fe: porque por vue ••lra -infinita byndad, Ó, D10& miu. ~a. primer~.) ~r

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:obr~ la Incredu/idaa. 193gracia que nos concedeis antes de haber podidonosotros merecerla, es la última que retirais delos pecadores que mas se obstinan en desmere-cerla. Mas si no experimcntais aun, Hermanosmios, este espantoso castigo testá muy léjosde vosotros'? t no ha comenzado ya Dios á exer-cerIo en vuestras almas'? Porque sin hablar aquíde las dudas en que soleis á veces fluctuar, dela inaecion con que oís tranquilamente las b1as-phemias de los incrédulos, de los secretos de-seos que teneis de que prevalcz\;:a su causa, ydel sentimiento que os da que sea peligr~)so elcr::::crlos; sin hablar de la política toleranciaque reclamais en favor de la irreligion, noob.tante sus rápidos progresos; del poco re-paro con que leeís los libros impíos, á pesardel peligro de contagiaros; de VUl?straadhesioná los incrédulos, que ha sucedido al antiguohorror con que mirabais su sociedad y escritos;sin hablar, digo, de tantas pruebas de la dimi-nucion y próxÍma cxti!~ciGnde vuestra fe, ¿ nola desmentís cada dja con vuestras obras'? ¡Feya muerta, que no os hace pertenecer á la Re-ligion sino por un género de pública profesion!¡especie de apostasía, que tal vez hace á laReligion una l1crida tan profunda como la quele hace el incrédulo! j atroz ingratitud, que ha-ce á los ojos del Señor dos monstruos muy se-m:jantes del Christiano obstinado en vivir comosi no creyese! iO inestimable don de la fe, quetan liberal y gr:lciosamente me habeis sido con-cedido por la infinita bondad de mi Salvador,

Tom. II. Eb qué

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J 94" Sermonqué poco os fle apreciado; y qué me sucederá sicontmuare en d(~pr(ciaros! iO preciosa cente-lla c;ue me habeis quedado, permaneced en mí,innan.'2d mi corazon, y avivad en mí. el amorde 12. vcrd2.d , el zcla de la Religion y el gustode b v!nud!

Inspirad, ó Dios mio, estos sentimientos átodos nús oyentes. Haced (lue mire!1 con horrorá los ql1'':: d~'e[]cm;rrcs de vu~stras le')ies hall IJa-- () .

~ad/) á ser encl;igos vuestros: que con el res-pero á la Reí )::-;:on, CGn un cominuo agradeci-miento para can vo,; qee los hétb;:is hecho CJ-.r;s-

•• 1 ~.,tl~n()s , y con nras oDras corrCSp()riLiCntes a S'.lCI'I'P-I'C"1'1 rC"1"rn,) c·l cc:,·/..f1r¡'c'¡" r;c. la l'ncl'('(;'l~l'-\.......... ......, .t-J .. \.,..~ ...••... (::o._ •• ~ ~~ •. <J u·_..l .1 L. ••• ~~ •..•.

d'Jd ~11 '". '·I·:···I·/n{~ 'C'" '"" d' l' 1~. ,lj ..•e 11."CL"C<.!."1._,,, Q,_ la en (Ila por e, 1 'gr:m num.e:ro ce sus ~"2quaccs, se atreve a ma-

nifestarse sin p~¡dor y Si;1 m;ramier.to. Si hubie-re (1ovi ah unos eue hubiEren perd¡do por des-, o J

gracia el preciliso don de la f~ , compadeceos,Señor, de sus o:traviDs. Dcrr¿¡rn2.d vu~stras masclaras luces sotre C5trJS infdiccs sumcrí!.idos enlas t ¡nieblas del error y en las .sombr~~ de lamuerte eterna. I!!um{nart! Lis, r¡ui in tel1cbris f!t

in ltllIbra mortis sedent. LknJd H1S ahras de du-dás, de terrores, de rCi11(}rdimicntos y de an-xiedudes, que los hag:.:n busc<lr la p<.:z óel csrí.ritu y cel corazan en la hurr'ilde creencia devuenrcs misterios. InspiradJes el deseo de cono-ceros, vos qU'2 qucreis que se convicrcan los im-píos, y que no perezcan. Excitad,9s con este pri-mer muvimiento de la gr:lfia , clamen <Í vos des-de la obscuridad en que estall sume~'gidus, y us

di-

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sobre la Incredulidad. J 9Sdigan. ro que el ciego del Evange!io, haced,SeÍlor, Sne vea: Domine, ut vÍdeam. A tcrr:'ldosdel peligro que n;ncnaza á sus almas, d¡~jjan ávos con un s::.m() lcmor esta oraci:;n (1'.:J R(:alProplJeta) aiumbr:¡clme, Señor, y no' perm.iraisque me sor:¡rchenda en mi ccouí.'í.ú,d tI sueiio der ",1

la muerte: l/ú:j;;ina or.:u!os meos, 1!e li3quam cb-dcn¡¡iam in 1J'Jorte. Laalentí.~ndusc d~ la tiraníade 12.5 pasiones que los detienen en ]a increduli-dad, os digan, como el hombre dd Evangelio,ayudadme, Señor, á creer en vos: Adjuva in-credu/ilatem meam: ó como los Apóstoles, dig-n:105 aumentarnos la fe: Adauge nubis fide111.Haced enfin , ó Dios ~io, con la virtud de yues--tra gr.lcia que á estas primeras disposiciones desus almas se siga una verdadera y durable COI1-

version que afrente á los incrédulos, alegre á losfie1c3, consuele á la Iglesia, y ha.ga triunfa.r ála Rcligion. Asi sea.

SER-

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SERl\10N

PARA EL VIERNES DE LA SEMANADE P.A S ION.

SOBRE EL MISTERIO DE LA CRUZ•••. +.-t)- ..-(+- .••• {+..+..-4l- .•.. +-. 6'..+..oi/t: •.+- .•.. +-.~..•..~.+..+)-.+- ..•. ~ .•

~tabat juxta Crucem ] esu Mater ejus.

La Madre de Jesui estaba al píe de laCruz ..

Joa'4. XIX. z 5.

SEÑOR,

La Iglesiallama hoy á los Fieles á este gran-de espectáculo, no para hzccerles mezclar lágri-mas estériles con las de María; mas si para ele-varlos á la grandeza de su fe. No creais, Her-l11anosmios, que trasportada del natural afectose abandona únicamente ,i su acerbo dolor: nocreais que , desconociendo el sacrificio que se()frece en el Calvario á la divina Magestad, so-lo ve en la cruz de su hijo la ignominia de queestá cubierto, y los tormentos que paeece. No,Hermanos mios, María, venerando resignada loo

de-

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sobr~ellt!ísterio de la Cruz. J 97decretos del Altísimo, no cesa de ver en el su-plicio de Jesus la expiacion de todos los peca-dos del mundo, y en su muerte temporal la vi.;da eterna de sus escogidos. Participa con él dela ardiente sed que le afligia, de la salvacion deJos hombres: y mientras se le rasgan de penasus maternales entrañas por la muerte de su úni-co hijo, se regocija interiormente de hacerse deeste modo Madre- del linage humano. Así tem-plan en su corazon las consolaciones de la feel dolor de la naturaleza. Muy léjos de pararseá considerar la afrenta de la cruz , ve en estacruz que parece tan ignominiosa, un lecho enque Jesus nos da á luz con dolor, un altar en queie sacrifica por la salud de los hombres, unacathedra en que nos instruye en sagradas ver-dades y sublimes misterios, un trono en que dareyes al mundo, un tribunal en que condena losvicios, un trophéo que erige contra los demo-nios , y un carro triunfal en que aprisiona susenemigos. Elevémonos hoy con María á la con-sideracion de estas grandes ideas: y en un tiem-po en que todo nos va á recordar las ignominiasdel Hijo del hombre, escojamos de tor;las lasgrandezas que nos presenta este misterio, lasque sean mas proprias para pendrarnos de fe,de amor y de esperanza. Para llenar estos tresobjetos, os voy á probar-, Hermanos mios, queel misterio de la cruz es en el que Dios ha he-cho principalmente brillar su justicia, bondad yomnipotencia. Aquí se contiene, Hermanos mios,lo mas sublime de la Religion ;- y esta materia',.

co-

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198 Sermoncomo dice San Pablo en w Epístola á los He-bréos, es el alimento de los perfectos. No seos debe dar siempre leche CO~110 á los niños.Así, Hermanos mios, sin detenernos en los ele-mentos de la Religion de Jesuchristo , e1cvémo-nos á 10 que hay en ella de mas sublime. iOCruz div ina! á tus pies me postro: de tí sola,y no de los maestros de 13. eloqücncia, esperorecibir el don de instruir á mís oyentes, y laeficacia para persu~dirlos. Imploremos antes laasistencia del Espíritu Santo por la intercesionde M~lfía. A've },;Jaria.

SEÑOR,

San Pablo solo oponia la cruz de Jesuchris-lo á los Judios que solicitaban ver milagros, yá los Gentiles que, instruidos por los falsos sa-bias, solo seguían las luces de la humana sa-biduría. Los primeros, acostumbrados desde eltiempo de Moysés hasta el tiempo de los Ma-cabéos, á los mas admirables prodigios de ladivina omnipotencia, no querían reconocer alAltísimo sino por la fuerza de su brazo, y porla brillantez de ms milagros. Para adorar á unDios en el Calvario, querian que eslllviesi all~como en el monte SinaÍ , armado de rayos, y ro-deado de las tempestades. Los segundos, obce-cados de la vanidad, solo cedian á la fuerza delraciocinio, y se armaban orgullosameme de la

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sobre el Misterio de la Cruz. t 99razon contra los misterios de Dios: mas si la CrtlZ~ra un escándalo para los Judios, si los Gentilestenían por necios á los C¡-Jristianos que la adora-ban; los unos cebaban menos los prodigios, ylos otros la sabiduría. Es cierto qt:e, á semejan-za de los Judios, pedimos milagros para creerla diviuidád de una Rcligion; y que queremosdisputar, como los Philosophos, para no aven-turarnos á creer la revelaeion : pero menos gro-seros que aquellos, y menos orgullosos que es-tos, veamos con San Pablo en la muerte de un'Dios un nuevo úrden de prodigios, y la obrade una sabiduria infinitarr:ente superior á la hu-mana. Veamos sobre todo re~pl3nd(c(f en estemi~terjo atributos de la divjnjd~J.d lliucho masadmirables que los milagros, y mudiO mas au-gustos que lo que la Cfl:Z r:os p.:'f(ce afrentcsa •.

¡Al! ! ¿ cJl..1~tn roc!rá dE::C(lnOc~r en ella á pri-mera vista ia justi(iJ de Dios? E~la se ve es-crita en la cruz con letras ce sangre. AqUÍ cüne-ccreis, Hermanos mios, héJsta qué punto (stajusricia inexorable 1-:;J.ya c;::~ligado el pecc:.do •.Los castiO'bos elle Dics e:tcrcÍó (entra los Dra-. .fanadores de la ley anti~):ua, (¡ les qt:c cxcrcealln todos los 'días, Sujo os d;-¡rian una PCC)UCÍJfl

idea de la expiaciol1 o.uc cxi~le la divina ¡¡]sd-LJ J

cia. N,) hablemos de clll.'s, y cons¡(~erCm0S

aquellos abismos de lIam:ls en que el peca<iodebe ser erernaménte el objeto de las vcn::(all-zas de Dios; aquella horrenda mamion ~,¡'~m-pre habitada de la rabia, del dolor y de la des-esperacion ; entremos en los calabozos en que

Dws

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~óo S~rmc1JDios ha encerrado un fuego ~nceodido con elsoplo de su indjgnacion, para atormentar sincesar las víctimas siempre vivas de su justiciainexorable. i,Creeis tal vez descubrir toda suseveridad en esta horrible perspectiva? j Ah!¡os hallais muy distantes de concebir su rigorinfinito! Dexaos ver, ó Dios mio, crucificadoen un vil leÍlo , para expiar los pecados de 10i

hombres; porque, por el valor de la víctima,debemos juzgar de la justicia que la sacrifica;porque la debemos apreciar segun la sarisfac-cíon que ha exigido; y porque restaura sus de-rechos con el precio infinito de la pasion y muer-te de un Dios. iO cruz div ina! mas nos ense-ñas tú que el infierno.

Temblad, pecadores, y no dudeis que me-recíais las penas eternas por unos pecados, cuyaexpiacion exíg:a el suplicio de un Dios. Si elhijo del Altísimo, como víctima del pecado,debió sufrir infame y cruel muerte, i,será penademasiada de unas viles criaturas la muerteeterna'? Si el inocente ha sido tratado con tanto'

'rigor por haberse substituido por los culpados,i,cómo serán tratJdos los mismos culpados queno hubieren querido participar del beneficio dela redencion? t,Qué déberá esperar el lefio seco,no habiéndosele perdonado al leño verde? t,Quéno hará, ó gran Dios, contra vuestros enemi-gos la misma ira que os hizo sacrificar á vues-tro hijo unigénito'? i,Qué digo la misma ira ~Una ira motivada por los sufrimientos de Je-suchristo: porque, Hermanos mios, no nos en-

i1."

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¡,óre el Misterio ie la O·uz. ~ol. .. ... . .ganemos; su paSion nos acusa, SI no nos jlJstl-fica; y su sangre clama por la venganza si u{)110S purifica. Mas tal vez se podia satisfacer ála. c~iviilJ. jU&t~cia á mer10s costa que con la san ..g¡'e de Jesuchristo : tal vez el género de su muer ..te prueba mas el infinito amor que tiene á lagh:::lr.bres, que la necesid.1d absoluta de rescat2r- .lus con semejante sacrificiu. No, Hermanos mios;no eXlgia menos que esta magnífica reparacionla glori.l de Dios ultrajal.la por el pecado. Con-vengo en que el SJi v.1dor ha sido la víctima desu bO:1dad ; ma:s no lo ha sido menos de la jus-ticia de su Padre. Algunos principios inegablesvan á establecer la necesidad de esta alternati-va, la reprcbacion del linage humano, ó lamuerte de un Dios.

El pecado debe ser cnstigaco: este princi-pio pertenece á la existencia de Dios, y estáadmitido por los impíus, que se atreven á negarlas penas eternas, <;:011 que la Religíon amenazaá los delinqCei1tes. Debe ~er castigado cen pe-nas infinitas, porque el ultrage hecho por elpecador á la soberana 1'1agestad es -infinito; yun Dios justo debe proporcionar el castigo alultrage: debe ser castigado eternamente; porquelos seres finitos no pueden padecer tormentos in-finitos que no 10 sean en su duracíon: enfin de ...•be ser castigado sin indulgencia: y Dios, ¡lun-que infinitamente bm:no, no podría moderar losdecretos fulminados por su justicia: porque~Hermanos mios, si pudiera moderar las justaspenas del pecado, podria dexar1e sin cas~jgo~. Tom. 11. Ce si

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St'rmonsi p¡;l~icra c.:ucr élIp:r:a parte de la reparacionque pide sU gloria, pudiera suprimirla toda en-tera: si pudiera moderar su, venganza, pudiera~ofocarla. ¡Ah! iqué Dios, qué eslraño Dios se-r,ia e.l que, por ser bueno, no fuese justo y san-to sino á medias,1 Este es el Dios que se imagi-n¡l el pecador en su ceguedad, y no el Dios re-l~.br.ado': por· los, Pr.oph~tas que devora los pe-~adorcs como la. paja, , y los derrite delante de.~q,faz .,. como la cera. junto al. fuego.

Morta) es, c,ulpados, t,sereis eternas víctimas;qe, las venganzas de. Dio$'? t,Quién os podrá li-brar de los tormentos que eXIgen iguaJmente sujQ~ticia y su gloria'? ¿,.Quién será vuestro. Re-dentor'? ~Quién podrá ofrecer al Ser supremo·un sacrifi;:io cap2~. de preponderar en su apre-cio á la reprobacion eterna del linage humano'?!'-Jo bastaria, dice un Pmpheta', un holocaustoen: el, q~e se r.uniesen qU3.nt<ls maderas hay en elLibano, y quantos .animales se contienen en su·r.ecinto. t,Sacr,íficaré mi primogénito, ó alguno,Qe 'Fnis hijos por mis pecados'{ exclamaba. el Pro-opheta Mjch¿<\s: mas aunque se sacrificasen to.Q·os. los hombres, y fuesen ofrecidas todas lasc.fÍatl1ras, este sacrificio seria sielllpre de un pre •.cio limitado. La divina justicia exige una vícti-ma de valor infinito, y el universo á los ojos delAJti~imo no es mas que un pequeño átomo •.

Aun digo mas: ¿ la condenacion de los hom-brr-s era irrrmediable? Confiad, Christi_Il:Os ; elAlrÍ¡;jmo ha halléido en los profundos tesoros desu, sabiduria.. el secreto de, concilia~ los tiernoi

afee-o

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s~hr~ el l¡¡lisferío de ü, Cruz. '!2o~

'arectos de su infinita misericordia con los rigu-rosos derechos de la rectitud de su just icia. Havisto en su hijo la única víctima que podia apla-car su ira. Va á revestirle de una carne mortal,para 11<lcer1e capaz de padecer y de morir: coneste, augusto sacrificio ofrecido á él en el tiem-ro será mas glorificado <:.uc ton las penas reser-vaGas en la eternidad para tocos los hombres.

10 justicia cterna,ójusticia sevEra! ¡en quáncstraño precio habcis puesto la salud de los hom-bres! ¿ Por qué babia lantasvíctímas y·sacrifi-cios en la ley antigua, si no podia ser expiado'el pecado sino con la muerte del Hijocie Dios'?Vosotros sabcis, Hermanos mios ,que aquelloss3crificios eran unas sombras que -debian prece-cieral verdadero sacrificio de la ley nueva; queaquellas víctimas wloservian para figurar la :a'U-gusta víctima de la nueva alianza. La ley, va-cía y débil en sí misma, solo podia mostrar elpecado sin darnos su remedio ó preservativo:era inr posible <]ue se aboliere con la sangre delos ani¡ria:cs. La misma multitud -de las ;obla-CiOlKS y sacrificios 'era señal de su impotenc·ia.Por esto siempre que los Judios ponian su con-fianza En estos vanos sacrificios, DIos, por bocade sus Prophctas, les daba en cara -con su de-fecto é insuficiencia.

Escucha, pueblo mio, dice -el Señor, i porqué h~ de recibir los a"nima!es que me ofrece.!'?Los animales que habitan los prados y los roon ..tes, las aves del ayre, y las plantas que na-(.~n ca los campos , todo me pertenece. Si YO;

CC2 tu-

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..2°4 Serm()If'

tuviere hambre, no te 10 diré á tí: porque mio.es el universo y guanto en sí contiene. ~De quéme servirán la multitud de víctimas desagrada-hles que me. ofreces, y la gra&a de tus rebaños~t.Debo comer la carne? ~debo beber la sangre '?i Qujz~n te ha pedido, que traigas estos dones ámi templo'? ¡Ah! cesa de hacerme vanos sa'.:ri-ficios. ¿, Por qué me. ofreces el incienso de Sabá"y los perfumes de paises distantes'? Abomino tuincienso, no, puedo. s.ufr.ir· tus fiestaS!" y aborrez.-:-ca tus ~olemnidades~

En efecto,. t, qllé salud podia esperar esteJlueblo '? ~ Qué pequeña. reparacion del ultragehecho .contra el Dios de c\elos y tierra, no~cria el sacrificio de una tr.rnera ó de un cor-dero'? t, Qué proporcion podia haber entre laefusion de una sangr·~ tan ciespreciable y la pe~f'a dd pecado'} ¿, c;né. sacr.íficios podian substi-tuir por el infi ..:rno'? .. Vos solo,. ó Verbo encarnado, vos solo p~rleis ofrecer á Dios vuestro Padre una repara-cion djgr.a. d~ su ·gloria. La divjeidad ultraja-oda no puede hallar sino en sí miima las con--venientes satisfacciones. El anonadamiento de¡m Dios es el único que puede expiar el orgu-1!0 que. sublevó á la nada contra el mismo Dios.Por haber dicho el hombre DO obedeceré, fuénecesario que Dios dixese, pues yo, aunque soyabsoluto,.ohedeceré hasta la muerte, y muer:-t.e de cruz. Pur haber dicho el hombre yo serésemejante á Dios, fué necesario que Dios dixeseyo tomaré forma. de siervo ,me abatiré hasta ser,

no

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,. sobr~ el ¡1IJ.>teriode la e·uz. 205

'n." un hom~re, mas un gus:mo, el oprobrio delos hombres, y .el desecho del pueblo. Para darel honor conveniente á la divinidad fué necesa-rio que la profundidad del abismo á que des-cendió el Verbo, correspondiese á la elevacioná que aspiró el'hombre con 'su soberbia; que nues-tro orgullo fuese la medida de sus afrentas; queun exceso· de humillacion r.eparase el exce~o deatrevimiento y rebeldia; Y' pues que nada ha-bia para un mortal tan alto como la div inidad,y nada tan baxo· para un Dios como la cruz; de •..bió descender Dios. á esta baxeza ,por haberseatrevido el hombre á pretender la suprema gran-deza.

Venid pues, divino Salvador ,venid á con-sumar el gran sacrificio que debe reconciliar to-das la, cosas con Dios Padre. Venid á derra ....mar la preciosa sangre que debe restablecer lapaz entre eL cielo· y la tierra: mas- siendo ne.cesarío para. rescatarnos un sacrificio exte.rior ysangriento, herid vos solo ,- ó Dios mio, á estaaugusta víctima; que este segundo Isaac no seasacrificado sino lJor mano de su padre; t.Por quése le ha de hacer. morir á manos de los verdu ...gas en los tormentos y en el oprobrio'? Pero'i,qué digo'? t,La Encarnacion del Verbo no pue ....de, sin Ja. cruz., hacer la. redencion del 1ina .•.ge. humano'? i,RI abatimiento de un Dios hu•.llfanado no basta para expiar ~uestras iniqui~'¿arles'?

Si debe padecer, i,no basta para redimir..;.nos una lágrima, ó una gota de su preci0sa san-

., gre~

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206 Sermangre'? ¿ Qualquier accion de un Dios que satfs-'ta.ce; no es de infioito precio~

Detengámonos aquí", Hermanos mi~s, y te-mamos pregunt3r al Señor. ¿ N os toca á noso-tros pedirle razono de sus decretos'? No hay au-da que el Salvador hubiera podido procurar ámenos costa nuestra salvacion , y que Dios Pa-dre hubiera podido eXIgir menos de su Hijo;[nas deKemos al Senor arreglar su conducta ycuidar de su gloria. No 'ha debido ,hacer 10 queha ha querido. Este principio es mucho mas se-guro que guanto la razon puede oponer á 105decretos del Altísimo. Despues que el Verhsse sujetó libremente á la muerte, y que DiosPadre le ~entenció á ella, no pudo el uno re-tratar su sacrificio, ni el otro su decreto;. ydesde aquel instante la obra de laredencion nese pudo consumar sino por la cruz. Esta es,Hermanos mios, la sublime doctrina de San Pa-blo. El Verbo debia ser el mediador del nuevoTestamento; y el Apóstol nos dice que el testa-mento no es válido, como no muera el testa-dar. El Verbo debia perdonar nuestros pecados;y el Apóstol nos dice que no se perdonan 10i

pecados sin efusion de sangre. El "erbo debiaabrirnos el cielo; y el Apóstol nos dice que fuénecesario que Christo padeciese para entrar eRsu gloria.

Yo os adoro, sagrada víctima, hostia verda-deramente divina, y la única que podia satisfacerpor mi á la justiá! d~ Dios. Vos sois ciertamen-te el Cordero de Dios, que quita los pecados del- rnun-

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sobre el lUisterio de la Cruz. 207.munelo. La sangre. de las a.!1tigtlaSvíctimas soIQse Jerramaba al rededor del altar, y solo ser-via para rociar con ella 'al.pueblo, los librosde la ley, el velo del templo y el t:abernáculo;mas vuestra sangre se derramará ~obre nacionesinum~rables. Esta es la sangre del nuevo Testa-mento, que se derrama para perdonar los pe-cados de todo el mundo. Sí, VOi soi~ la víctima''Verdaderamente universal qu~ se ofreció volun-tariámente , y que llevó sobre sí las l14aldadesde la multitud. VOi habeís sufrido nuestras en-fermedades·, habei& soportado nuestras flaquezas,.os habeis cargado nuestras· maldades, y quereisdarnoi vuestra gracia~ Padre celestial, ¿ qué maspedis para la redencion dellinage. humano~ Sios ofendemos diariamente. con nuevas· culpas, ..volved', Señor., los ojos, y ponedlos en la fazde vuestro Cbrísto •. ,Este se hizo anathéma pOI;'no~otros. Despues de esta abundante expiacíon,.ya no subsiste la maldad de Israel; y si buscareisel pecado de Judá, no le hallareis. La gracia denuestra. redcncion ha cubierto y excedido todos·los pecados del mundo. Pueblos-, corred' todos á·esta fuente de gracia y de santidad abierta en.Israel. Oíganse resonar en todas partes estas pa ..·labras del Sabio: bendito sea el sagrado leño,.por el qu~ se obra la"justificacion' de los hom-bres. 'rodos sois llamados á participar: de los'frutos de este. gran misterio. La cruz e1Ctiende'sus brazos hasta las extremidades del' mundo: :convida y abraza. todas: las' naciones: con su;

/.cabe2;a ~oca.en el cielo,. cuyas puertas abre; ycon

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209 SermctJ· - 'con su pie penetra el abismo, y cierra el in"fierno.

Que nos digan ahora' que el patíbulo de laCr~lz es muy infame, para que haya ,podido serel suplicio de un Dios: mJ3 ¿ por qué no n03dicen tambien queJa -Enca'rAaci0n es muy in-decorosa para un Dios concebido en el seno delEterno antes de todo tiempo ~ 'Este misterio esn:ucho mas profundo y adlllirable que el de unDios crucificado desp!les que se hizo hombre. So-la la fe me puede Hacet reconocer' un Dios baxtlla forma d~ siervo: mas· no me admiro ya deverle espirar en los tormenr:()s y eri lá i~ilomi-nia. No dexaba yo de pteveer el fin afrentoso de

, su abatido género de vida; y me sorprehenderiaque su muerte no' pusiese el 'cúmulo al abati'"miento de que se cubrió al nacer. Si Dios Padre,.despues de huber aniquilado á su Hijo hasta labaxeza de' una cuna, le hubiera reservado ..pnamuerte gloriosa y tranquila en lugar de ~n infa-me suplicio, dexriria yo de reconocer aquellajusta é inile:d'ble'div'IniJad quc,para reparar dig-namcRtesu grandeza, hizo descel1.j~r desde sUseno al Verbo hasta el seno de una mugcr. Me-nores dolores y menores oprobrios en la muerte'de Jesuchristo degradarian los primeros decretosque le dcstin~ron<ál nacimienw , á la obscuridad,al t~abajo" á la pobreza y-á las miserias de la

-humanidad. Para un Dios humanado la cruz no-es mas que una peque5a afrenta que se le añade-.Habiéndose abatido á pasar una vida mortal ytrabajo.)a, ya no, p_~\recee,strarlO que' haJa muer..•.

to

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sobre el iUís:erio de la Cruz. 2M)

to entre dos ladrones. Desde el trono ceIesfialhasta el pesebre de Bethlehem ha y una infinitadistancia; mas desde este portal hasta la cruz nohay mas que un paso, el qual es el último dela dilata'da carrera .que se debe acabar: en esteúlt imo rasgo acabo yo de reconocer la justiciade Dios, y la adorable severidad de sus juicios. I

n. No nos limitemos, Hermanos mios, áconsiderar la cruz baxo este aspecto desagrada-ble ; ella nos desouhre en Dios otra faz de ma....yor consuelo, su amor y su misericord}a paraCOll los hombres; y estoy por decir que nos hacQ:uu yor ostentacion de su bondad que de su justi-ci:l. Dios, dice San Juan, con ninguna cosa mos~lró tanto el amor que nos tiene·, que con enviaral mundo á su Hijo unigéni.to para darnos vida.Sin él, débil mortal, teoa qué me podrias apla-car y satisfacer, dice el Señor'? ¿ CÓf;l s.acrificios'?yo los tendria por· homicidios •. t,Con tem.plos yaltares'? sabe que el cielo es mi trono, y qUQ:la tierra me sirve de escabel.·i COl! el incienso 'lseria como si lo ofrecieses á los ídolos. t Conob •..sequius y culto'? me ultrajarias con·eHos. t,Contu penitencia'? yo la desecharía. ¿"Con'tus obras'?no serian meritorias.' t Con. tu· 'sangre '?C3 mUiYvilo Oye y reconoce mi excesivo amor: yo ten••go .un hijo unico engendrado' en mi seno yde mi sul"standa antes de todo tiempo , ~n hij~qU,ees el ohjeto dig.no de .mis- etermascompl-a:..cencias , mi igual~' ini pensamiento·., 'un otro ymeste es el que voy á entregar á .la ,muerte. pOli

-salvarte; y este .s-erá tU.YÍc-tima y rescate.~VoY'-.,Tom.1I. Dd á

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2!O. Sermon°á~dJr'-por ;mi cn! pX!.:J!e .criatura al que engendro,:lksde ab a?terno, lmi substancia por mi. imágen,d ohjeto derni amor -por el objeto de mi ódio,ini Hijo enfin por mí enemigo. ÜHermanos mios,'sí Dios 05 hubiera dado á escoger pruebas de subondad; si. os hubiera dicho, como Isaías al Reyde Judá, pedid el. milagro que quisiercis. en el..cielo, en la tieua. y en·..el abismo.,.. t, quién de vo-~otros se hubiera· atrcVim0 á ::pedirle, no. digo lamuerte, mas ni aun la· eocarnacion. de su Hijo '?Sin embargo ¡t.anto amó Dios al mundo! jO mun·do ingrato! t, IGhe de decir? V uestro amor, óDios mio,. ha llegado á ser la medida. de su in-o1?;ratitud y malquerencia •.

Divino Verbo" t.aceptais. este terrible decre-to de Dios vuestro Padre'?, Sí., Christianos: este'Verdadero Iwac ofr.C'ce Stl cuello al cuchillo. N()liay d~lda qne podia dex.ar en SlL fuerza el fatalriccr~to que' nos,cond:cnaba á nacer. en la maldi--eion, á vivjr: por .algunos 'dias, sin consuelo y~in esperanza, en- la' miseria é iHiquidad, y ámorir en una. esepantosa, reprobacion ;. mas ,_ ha-biéndose compadecido- stis 'piadosas, entrañas, di·io: .no" no. dexarré.perecer la obra de mis, Ola .•

)Jos: me sacrificaré por' la, salvacion. de; los hom-bres :.par'a ex:pia,rsu .orguHo, sacrjficaré. mi glo-r)a: para,redimidos,. voy á apropdarme una: san-gre. q.ue, o/:tS> .:pueda. :derra mar.; y; para' Hbrar los

- de la.rnoor,te eterna" t6marél una vida fragil quem~pr()pnl1e-i(!)ne eL morir.:Con este designio, alent.rar .Chrjsto en· el mundo ,. exclamó,. ó PadreIDío\ ,no. habeis: admitido. las, oblaciones. y sacri~

fi-··

.'

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,sobr~el }.tIisteriod~ la Cruz. '21 1

licios, 'y os han desagradado los' holocaustos:yo he venido á ofreceros un digno sacríficio;vedme aquí; mehabeis dado un cuerpo, y YQle 'sacrifico á vos, y vengo á cumplirvuestro$decretos.

Trasladémonos al Calvario': todo muestra enla agonia de Jesus una voluntaria víctima del;amor. Si muere entre las manos de los verdugos,:no es porque le quitan la vida, sino potque él,mismo la abandona. iQuán fácil le hubiera sidoá este segundo Sanson romper sus cadenas, y.encadenar el universo al pie de su cruz! ·Podiafrustrar la malicia de los hombres y de.losde-monios, debilitar su furor, y sacrificarlos en su,lugar: mas ¿ qué no podría todavía vivo y U·ans-portado de una justa venganza aquel cuyo últi-mo suspiro abrió los sepulcros·, rompió las pie-dras, eclipsó los astros, é hizo temblar Ia tier-ra '? Judas bien pudo venderle; los Sacerdotesacusarle, el pueblo pedir su muerte, y Pilatospronunriar la sentencia; mas su amor fué elúnico que le pudo quitar la vida. Este amor in-finito combatió, dice San~Agnstin , con la divi-na Magestad, y la venció: Jesus, por' no de-xarnos perecer, quiso sacrificarse á sí mismo.Previó todas Ia;s humillaciones y tormentos que'le debia costar el. salvarnos;. nos amó mas . que '.á:su vida. Habiéndose cubierto del "velo de la.humanidad, s'oIo le faltaba derramar: la sangre,y la derramó: solo le faltaba beber el caliz desu pasion, y le apuró.

Responded:, pecadores, .á.lo q~e 'el Señor,Ddz ~.

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r

21 z "Sámo'n'

OS pregunta p01'mí. Despues de lo que he hccnopor vosotros, i qué puedo ya sacrificaros'? i r+ligJ.oria'? la he .dexado para anonadarme hasta ha4

cerme esclavo .. ¿ Mi felicidad'? la he mezcladocon dolor y amargura. ¿ Mi corona'? la he tro-..cado por una cI:rona de espinas. ¿Mi trono'? hedescendido de él para dexarme crw.:'ificar. i Misangre'? la he derra~ado. ¿Mi vida'? la he da-do. O viña mía, i qué mas he' podido hacer por-liÍ que lo que he hec.bo'? No, Señor', vos no ha-obeis podid!} mostrar mayor amor -y misericor-dia .. ¿ Quién pudiera jamas pensar que vuestrahondad , a.uoqtle infinita, se manifestase con unosprodigios tan étdmirabl'es'? i Qui:én es el hombre,.é Dios mio, para que os acordeis de él; Y quié-nes son los hijos de los hombres, para que vi-nieseis á habitar entre ellos'? ¿Y qué son eslos·Jwmhr.s'? ingratos, rebeldes y enemigos. ¿Fuéposible que un D.ios se pusiese en las manos de')05 verdugos, para librar á los culpados del po-der del demoniD , que se sumergiese en un océa-no de dolor, y se ·echase en los brazos de lamuerte, .para preservar á los pecadores de los tor-mentos. de la muerte eterna ; y que, por no sa-crificar á su furor este linage criminal, se qui-sies~ sacrificar él mismo'? ¿Fué posible que unDios quisiese' reparar por nosotros el ultrage quehabia recibido; sufrir el castigo que mereciamos .por nuestros pecados; cargarse de las maldicio-nes y anathémas que debía pronunciar contra ellinage humano; derramar su sangre para expiar-l.1rla- injur.ia que debia lavar con la nues,tra.; y

" obli-

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sobre el Misterio ,d~ la"Cruz. a Iaobligado de su justicia y santidad á castigar elpecado, ponerse en el lugar del pecador_, y ha-cerse su víctima? ¡Oh! ¡con quánta razon excla-mó Isaías, y,o anuncio cosas' nuevas! t,.Dónde sehallará entre nosotros- un amor para con nuestroshermanos, comparable al amor de lesuchristopara con sus-enemigos? i,Qué nos pareced n ~o.smas bellos exempl:os. de amor y generos.idad hu..mana compar::ados con los de la cruz/? Hayanpodido algunos ciud~danos' sa~rific,arse her<;>ica...mente y morir por la patria, algunas madrestiernas salvar á sus queridos hijos á costa de susvidas, algunas- esposas infelices, ,mas bien ,víc-

• timas de la preocupacion que del dolor" e.ch.arse€n las hogueras de sus esposos, y ,-como diceel Após-toJ , pueda un amigo morir por otro: masque el Dios decidos y tierra muer~ entre ladro-nes, por redimir á un0S pecadores indignos de sucompasion ; este es un exceso de amor qu~ ad-mirará siempre á Jos"Angeles y á 10.s.hombres.O amor de J?ios, iquán digno sois de la divini-dad! vos sois, como ella, infinito é incomprehen ...sible. Así -convit:ne ,.Señor, que ameis ; y yo de-obo comprehender tan poco vuestrQ amor como áVos mismo., Hombre ingrat'O. i.necesitas- de: nuevas prue-bas' del amor de tu Dios en el misterio de lacruz? Mira á Satanás y á sus ángeles r.épmhos,..condenados sin recurso á las llamas devoradoras,.:precipitados para siempre en el abismo,;-:y sien-:do tú tan cu 1pado' como Lucifér, ves lJegarse elfeliz dia de tu redencion y salud. ~Por' qué no

has,

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214 Sermo1Jhas sido reprobado como el ángel? t por qué elángel no ha sido redimido como tú '? El habiadicho, seré semejante al Altísimo; y tus prime-ros. 'padre9 escucharon esta promesa agradablede la serpiente', s.ereis COlno dioses. El delito es.igual: ¡mas quánto se diferencian en dignidad eluno y el Qtro ser! El ángel era un espíritu supe-rior, subHme , digno del: ,cielo, digno .dellrono-que"gcupa:ba-,yi digno de Dios:,i cuyo ministro-era :'l-Ú;, -aun antes ,de tu pecadO', no eras inasque un gusano salido, del cieno, un puñado de:tierra, animado con- un soplu de vida, y desti-nado·á andar arrastrando léjos del :Criador:¡ ahtt,quién no hubier-a cr.eido que el glorioso habita..: •dor del cielo sc.ria redimido, con preferencia al'insecto que habita en la tierra? Mis pensamien·'tos, dice el Señor, no son los vuestros: tendrémisericordia del .qúe la tuviere. Un Dios es due-ilo d~ su compasion y de sus gracias. Angel re-belde, tú eres precipitado para siempre en el in-fietno} nlugcr, nacerá de lU seno un fruto quequebrantará ,la cabeza del traidor enemigo quete -engañó; y en este fruto serán benditos todm¡los' pueblos .de la tierra.

Si nosotros hubieramos tenido la suerte delos :dernonlós;, ¿ quién pudiera, Seííor, acusarosde inju-sticiaf?'¿Si hubiesen ellos sido redimidos(fom{1) -nQSütros,..quién:.Seatreviera por esto á se-'rpsmen()s -.a.g-radecido-'?Mas al ",er·que los ánge--les rÍlal{)s-qtf-cd~~pl'i-vadtJg-:dcf-beneficio de la re-dencie'>n:que se nos concede; y que la cruz que'aterra: al ¡"fiemo, da Sofllud y alegr.ia á los hom-. __ bres;

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sobre el ll!isterio de la Cruzo 2~ 5bres; confieso, gran Dios, que no comprehen-do vuestros beneficios, y que vuestro amor con-funde mis ideas. Despues de tan excesiva bon-dad, si el hombre prosigue' en· ofenderos, asom:-braos , cielos, de tal ingratitud; y vosotras.,puertas del cielo ,. llorad sin· admitir consuelQ,·porque se inutiliza la 'penosa obra de la 'reden-cion que .lesuchristo· vino· á obrar' sobre' la tierr~~e abusa· de su' amor, se:destruyen los' frutos desu cruz', se pisa' su'· sangre, y no· se percibe el ..mérito de su ·muerte.

111. Prosigamos<; l' para: descubr.ir- mejor la'grandeza que Dios, ha mvstraclo en. el misterio.de la cruz, probemos que ella" no ha servido'menos para hacer brillar su poder-, que, su jus- .·ticia y su. misericordia.,

Observad .aquí, Hermanos' mios', una imá-gen del estado del· universo, antes. de. la venidace Jesuchristo. Acordaos' de la· inmensa, e~ten-''Sial), y del excesivo· poder. de la: idolatría: rc;-presentaos las célebres escuelas" de una orgullosa'philosophia,. como unas barreras, casi. insupera-bles ,.que lá razon.debia'oponer. á la fe de nues-:tr05'.misterios.'. Advertid.. que los"Judios· "".pQr.lamayor' parte sensuales ,. y 'que- no' entendian elverdadero sentidó de. las promesas, solo espera,...ban un Mesías, que c<lm sus conquistas.,1ibertél5e:..la. :aaeion , y so-juzgase; J1Jom,I-aSi ¡,\rmas~~us>enc- ..rtnig~s~: I ¡. . : j

En' tan" críticas' circunstancias" ,un:·-hombre .poco· conocido, y que despues'. se hizo ¡célebre.:por su doctrina,. -virtudes y milagros" empro-

hen··

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"2 1 6 Ser11'¡onhende con sola fa fuerza de la palabra atraher-se los obsequios y culto del universo, desacre-ditar los dioses dd paganismo, y apropriarselos /honores divinos que se tributaban á las fal-sas deidades. Una muerte afrentosa es el amar-go fruto de esta árdua empresa. Espira crucifi-cado por la crueldad de un pueblo acostlJlnbra~de á dar la muerte á sus Prophetas. t, Quién lobubiera creido, Hermanos mios ~ Ved la époc:a,origen y causa de la mayor y mas estrafia re-volucion que jamas habia acaecido. La imágendel leño en que J(:SllSmurió con ignominia, deaquella cruz que en el Calvario fué motivo deburla y escarnio, presentada á las naciones, vaá someterlas á la f~ de Jesuchristo, á destruirlos templos de los ídolos, á desvanecer las es-cuelas de los Philosophos, y á triunfJr de los:mayores esfuerzos de la Sinagoga.

i Mas á quién se confiará este extraordinarioministerio? ¿Qué bocas tan e1oqiie.ntes podránatraher á un cru"iAcado las adoraciones de losPaganos, de los J u.Jio3 y de 103 Philosophos '?iDios va á emplear para la conversion del mun'".do á UilOS hombrescompa:rablcs con los célebresoradores de Roma y de ,Athenas , con los sabiosde Grecia-, con los famosos Legisladores que es-·tableci~ron·6 reformaron' los imperios~ Huma ...."1Hl~,'Sa-biduria, mira qual: huqier,ft-sido tu <!onduc-ta; y tú no hubieras tardado en engreir.te· contds obtas; A$í, para q.ue los hombres no dixesen;nuestra pod~rosa mano, y n() el Señor, ha he':-·"Chotodas: estas cosas; la' predicacion de la cniJ~.:., '. 50-

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sOQre el Mf.ste,io de la Cruz. , ~ 1,7solo se confió 'á un corto númetq de, hombresrústicos, é ignorante's. En estos y~sos de tierra ',en-€erró Pios .10s tesoros d~ su l~z., par~ 1119~t~fl~mejor su podelj. O tierra, d{)ce,ple~eyos .Nal,l ~s~r t.us,maestros. ' , ,,'" '" .

t. Qué dirán ..Roma y Grecia de u'n Dios cru-cificado'? i.Qqé cree~cia 'hallará este misteriopn~dicad.Q,sin arte, ni .<?iencia'?.No, escucheis ,2&1(\Pf;\.Jdgl:H¡:jar,QulP.aQa,m'inlsLrosddSt;ño¡ : i..d .ájnstru'ir ái,tod~s ~a$ naciones. De~id, á·los J~dios,quereis milagros y un Mesías glorioso; m~s' no-:,"~otl)OS S919 os', predicamos, á Jes:us.>crucificado.Deci~ .á los,,Phi1osoph~s, VO$otros n~s.,oponeislos ~iscursQ~ persQasiwos ge un~ sab,i¡juria p~ra-mente ,humana, y .nQ.s9t-r~S'o~,oponemos los efe~-~os sensibles ,del eSPlr-itu y de la virtud del Al-tísimo., Decid á los tiranos, como David ,al gi-gante de los Philis~éos ,. venis á nQsotros arma-dos' de lanza, de ¡segur, y .d.e~sC4do; y noso~rosv-enim~s en el nomb4"edel :qios de.los exérci~os.O divina ,cruz" j qué, prQdigios: no hareis en lasmanos de e~tos hombres ,.illsp,ira,dosy de sus ~u-cesares !,. Caerán á vuestros pies: lo~ débiles ído-los, ,co11.10.c~y~ el ídolo. de: Dagon 4 io~ p~e$~el arca. SerCis. anuncia,da ;: y el sb~~do ~~ ;e~ta.predicacion derribará -lostel1Jplo~ 90J1~agradO$.á las falsas deidades, 'como el ,sqnido" d~ las,tI:Qmpetas derribó las ,murall.as de Jericó. Os,mostrareis; y cerradas para siempr,e, las" bpcas·4e l<?soráculos, dexará-n de seducir la creduli-,dad de los pueblos. Sereis, llevada á los Genti-les desde,;e1.Calvario; y. ~emejante á la. piedre-• Tom. 11. Ee . ci-

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. 2:i. '8; , Ser11Jc;n

I{ir~,desprehendida. del. llHmte. ,. hareiSc peaazos.~.;,~loso deJa 'idolatría , formado de todos los.íUlpe.rios del muncl9~. Y: tú" ciudad ·soberbia,. á la

. qlle llama. el Espj{itu Santo la:, gran·. Babylonia"ql;a.;dJede las. iniq~ida,des,.y abominaciones de la ..tierra.,., tú que e$tás .r~presentada en una mugerembriagada con la, sangre de los Mártires·, tú"IPlÍ1eterá~ tuc~lie eltg\1\do alyugo de la cruz:.s~ epl9Cará: en tUS m,uttlllas ..,se,:;adorará en. tus:ten);plos', ..se,·enarbolará sobre. los despojos de tus·~olos" y vendrás~á ser el cen~ro de:.s'1JjlJlper¡o~"

l\lhs .¿,para.qué me. de!epgo CQ ptle~edr. d;,pod~r. in~uperable, d~ 'la, cruz." .-p:udie..l1do'yo for~.

, ñ)af .la ,hist~da gloriosa·,de sus .iri:unfos::'1'Es- pre::-$~mt~d3d~d~ ltlego:áJos.J~dios ; ..y: mirando aLque habian., efllCHicado ,en' eHa .., con afectos de·~repemimiept.o y adoracio», .segunla.prop:hecía·de Zac;arí~s., ..prjmero tres mil ,de eUos ,. despues,c.ilJcO'¡m¡l~y:úhitlla:mente ..una.jaumerable,mul~litud: s~,po~rr'~'ll;~a:l~pie..de lacr·~ •.Pabl<;>va d;es-pues á reuni(: las,ov~jas de.:ot.ro. rediJo .La Gen~·tW.dadna. tarda',en d.eJr de sí :Jas:-primicias deJa.a.bundan~,e cpsc'chá q.ue, habia ..prometidQ. el .Sal-.-a&lorr .Ya.se,fonna,f¡ diJerenlts .IgJ~iásen el E~

. !lO 'del paga.n.ismo. Los,dpce,A;póstoles de, Jesu-chdst<;> llevap la. cruz; á diversos,paises "y. haceD;;~,ue s~~,adorada de~,puebJos. sin:nÚ¡nero...Resuena.;5~, predka~i(jn en:..Ja$ extrem'ie:ades-, del mund<J:.J.\ld.iQs., GentiJes;Grjeg.os,y;Bárbaros , todos,JI~g~n¡á saber el.profunoo misterio, de un,.Dios cru-:c¡fic-ado: ~l oriente,y el occidente se, conmueven,C91l:lílo.,noticia .de. e6te. suceso •. En vano se ar.ma. ¡

CQ~

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, sohre el Mistef-ia dela Cru'l. :'(2'19

contra la ctuz .el orgullo de los philos?pbos contodos los pertrechos.de 'la humanas,abiduria: e,lSeFíor .,ha dicho, yoconfundifé' la' sabidud-a deJos 'sabios ,y reproba'ré! la prudencia de Jos pru.·dentes. En vano ,la id61alría" amenazada.desuentera ruina, aumenta. sus' 'estue'rzos .por mante-·ner.sus a:1tare~y dioses,~ el Seiíor' ha dicho "yo.qui(~réde·la,tierr.a,.el espÍI:itu impure que se. ha ••ee,aderar en 'ella'~ sel príncipe' de este mundo:será .echado de él ,con afrenta. 'En 'vano '.105 :ído....los, sostel'1idos con todo el poder de los. Empe-:radores y. con la veneracion de los pueblos, cómo·baten ·con la··baxeza é 'ignominia de·:la '~ruz :. elSe'üor ha dicho., borraré de 1a tierra los nombresy la memoria de los ídolos.; 'Y ,las regiones idó-Jatrassabrán algun dia que .yosoy el·que ha.abatido .elleno·elevado., y el que..ha ·-elevado el.leño v.n ..y baxo .en ·la apariencia. ,En ''Vano !los¡hom~res sensuai1es·se sublevan al yerun objetoque reprueba todas las pasiones: el Señor ha di-,cho.,' tde -qué les 'sirv.e á los pueblos bramar ydiscu1!rir arbitrios de c6m&lat-ir la fe'? ,Envall~se coligan los Reyes ~y.r:euneA sus fuerzas co~-:tra ..el Señor y ·su 'Christo¡: ~l Seiíor ha dicho,junta0s , .:nacimles remotas, unid vuestras fuer.-,·zas., armaos' para~l ·combate., ,ysereis venci-das. ASÍ, Hermanos mios., todos los obstáculosque se opopenal'reyno ,de la cruz entre -lasna~,ciones , vienen á ser .otroo tantos ,traféos de susvictorias. Hagan .los tiranos publicar cruelesedictos·, levant3'r' cadalsos., encender hoguera.s,preparar. t0r mentos , y, de~ramararroyos,.de .san-

. Ees gre;

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220 Se,.inon " ~.,

,.. ' ...gre ;, ~Sl arraIgan mas y mas en su lmper:o estacruz que' intentan dest,errar. ¿ Quándo se ¡::os-'tratan es:t65 inismÓs á' '~us pies'?,! ¡,Gran Dios!"t;quéÍ'ndÓ':se cum'pllrán lbs .orácul:os. de vuestrosProphetas, que 'ani'lncial! la convetsion' y :cultoteligioso'de los Soberanos? ·Pdncipes; 1'10 es auntiempo; es ,necesario que la re1igion deba mas'su a \i}mentü! á· ,la; sangre €le lns Márr ires: que: á'vuestra' protecdotll.' No la d€beis ..a.braza~voso. •.tros sino hasta que lIayais usado, d·e tod09 losmedios para destrüitla. B'árbaros tiranos', poned'el coJmo. á. vuestrás erriel'dad es' ; a pU1:ad , en tres:s:ig:los~ todo génerO' de pet:seoútüop.es : -mas -¡Elué~débiles" saJs 'CoRl·ra .un· puebto'q..ue· .desea morir,T qué no se ca·osa 'de padecer! VU€S"[Q5- esfuerzosp'ári:f éxtermin'arla. ,. soto hao" servido para pro ..•pagarla ;'·es necesario qtile ceda.is ahora á ¡'a fuer-

.za de lá ~r.uz , y ya es, tiCrt,pOl d.e' dex~r '-'as ar.+'mas. Ahora', ó Reyes,. pIIesta¿¡qd, h.om.e:1age álá verdad;: instruios ; :'árbitros de 1 ta ·tier.ra, yservi'd coc} terilOral Señor~'Cruz:de'mi Dios,,' pa-sad, désde el lugar. dedos ajusti~jados ~.la 'fren-te de los Em:peradorM;\ hu~~ lIad; el- <trguno: delos· Césares; subid al·.tr6m¿) cle estos, SQbetlanb6de mundo ;opongan -estos 'á Vuestro 'pie su ,cetroy diadema, y todo 'conspire en'adelante' á di.la~lar vtieSfr6 reyno y. per.petuarle por .todos los

" siglos. Cons(}íra todo á este-:efecto ,-Y"se admirade un~verso:de verse Christiano:. ,; !' Y -.;.;" - .

Si comp:aramos. con· ~la;)~H~bílidad:de 'la' cruz.esta,estraóa revolucion, q:ue-,h~ mudado, la fazddmuridó:~ i"qulén nó· excjamar'á."aq'Uí iAtervre;-

, ue

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sobre el Misterle de la Cruz. 2'21

neo el dedo del Señor'? :EI sol'(:)ha:·podido hacertan grandes cosas con tan débiles medios. Mar-~hen los conquistadores al frente de numerosas·trppas; atruenen,.y vibren rayos contra lo que'se le~ oponga; 'seanconducldos: por muchos bra .•.zas delante de eI1ds el terror y :la rnu!erte ; ase-'guren sus victorias., y sojuzguen los pueblos áfuerza de solda4os, de ,valor y destr:eza:. así,han propagado los impostores las falsas·,·re1igio-'líes, así hacen 1.00hombres sus Óbras..¡Qué di•...ferentes· son los. cami.'nos·del Señ'or de'Jos hues?-tros, y sus obras de las nuestras! Sola-dió á:Moysés. u.na vara para' librar á Israel del yugo

, de' Pharaon: con :un: puñadJl, de· soldados hizo:que Gedéon v~nciese' á; un exerciro. formidasl~:contra el poder de Holophernes 50'10 se valió d~l·brazo ,de 'úna 'muger: no mató: al .soberbia gi-gante sino cOILla honda de' un ,p·2stor:.·y. paTa

¡derrotar á' .Imill]?hilisthe-ós !solo ~al"'ffió ,á S~I1sonde una fragil quijada. Así panraconfondir ia~va-na sa.biduria' de" los hombres' ,: y triunfar· de to-dos los. poderes de la tierra, solo emplea lq.-ló-

· cura.y debilid a:d·.del la cruz:. No lo'ex:trañemqs,:Herl'1l'anos. rni-os,'-:.ln~que ..'}Pareté '1ocllr<toerr·Diqs· -excédé:infinitam.:ente!áda: humana,'-,sabPdudar~'dri"'lue' parece flaqueza en Dios es una fuerza' ¿ctil-· la y superior. á la mayor fortaleza del hombre:··~í[ hi (''scogido -Dios": lQ que era' .necedad: segun:~ll,mund{) ,..para 'conñ:mdir á .los sabio~;Fha{es~· cogido lo débil: para. confund.i~',á llos)f~rtcs '1'10mas vil y despreciable., ·enfin·lo que no era', piradestruir lo que era:; á fin..deque los:hombres nQ se

.. J.,' pu-

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:.a2:~ Serm01f

pudierah' apro-priar ·hCgloriadé susóbras.iQuán'honroso esparae1 vencedorrlel uni-

,verso armarse para esta grande .empresa del vilinstrumento' desu suplicio., sujetar sus enemigos'contas mismas armas conqne le quitaron la. v.i·da.; encadenar 'las nacioRes al pie de la cruz; enque fué crucificado, y mudar su paúbuJo eAcar--ro triunfal! .i~uánhonroso ,es para .él comenzarstis gloriosá.s'empr.esas enel tierrtpoen que acaban

,las nuestras! j Q.ué.veneeÜor , Slno él" abre -al me-,·rir,el 'Curso á SUsvictorias'!j Qué vencedor" sin/},éL, atrahé todas las cosas á sí con la fuerza desu último ,suspiro! iQué poder, sino el suyo, se_aumenta con' la .muerteen¡ lugar de disminuirse'! ,iQué conquistado,:" sino él, despues de su vida

'perpetúa suscon~uistascon ·sol6 su nombre., y-somete con él mas pueblos que habia sometido.su persona! Esto es lo que se puede decir de Je-'sus; y lo que yo' llamo morir". en Dios .es pararesucha1',y'trriunfal". ' '\ :

La política, tesords" eloqüencia y fuerza hu-bieran' sido 'recursos indignos de un Dios que hacequanto quiere en Cielos yen tierra. Es cierto 'que

;pildousar de ,Hia5-; pero .quis() mas sal~él'Tá. los__~reyentes poi 'la simpliCidad de !la ~predicaci'Ün.Era menester que, para mostrar -su poder, esta-bleciese la fe por Jos medios.., que los sabios delmundQ ftume1Tanusado para .extinguirla. Con, es-tos· r'a~gos ~sedebía 'réco.nQcer el ,reyno.celestial

. formadCD,de ;todas las, rnaci()Oe~;1 y en la conver-'sionclel mundo sedebia .reconocer el mismo bra-zo eJ.uele habíasacad~ de la nada.

Re-

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<.

subre el Misterio de la Ct·uz. ~J3~,Reconozcamos ahora en nosotros mismos el

poder de Ja cruz :..¡qué, fuerza no· ·comunica ánuestras almas.! BIen sabeis., Herman~s inios , la·fuerl.aque tiene elexemplosobre.el humano 'co-razon; t,y hubo jamas. e·xemplomas persuasivoque el de Jesus,.ofreciéndose al. ú.Itimo ~upliciopor la,salvacion· de los, hombres 1· Ni desde lae-levadon de su gler.ia ,. n¡..desde el, seno, de. las.delicias celestiales,;.ni de enmedio de,sus~Ange-les , ni con todo el re.¡plandor:d-e.su divinidad nospredicó el abatimiento., Ja,.: pe.breza..,.Jos. sufri-mientos, .la;,propr-ia~~bnegacion ,. el.menosprecio'del mundo ,.la. pe.iv.a.cion.de: los placeres sensu~les y. los rigores .re la penit,encia ;. mas nos: pre- ..d.icó todo esto desde la catbedra de· su cruz. Sinos manda llevar la, .nue¡tra.., .es. para hacer. q.l;le.lesigamos~ .SLreprueba.la delicadeza y sensu3"'"lidad, mas es,consus.,l1agas que conanathérnas.¡Qué derechos, quéirn pedo no le' dan sobre nues-tros <;Ofazones una' vida y una. muerte, tan con,..fgNí'Íes á. sus preceptos! ¡Qué persuasivo es este~tDaestro que. dice, ..08. h.e.. dado exemp'lo-, para,lJue hagais.·loque yo he h'ecoo! tQuánto; Qere~chp tiene de reprobar los placeres , .el orgullo'y- el amor pr'oprio aquel. Dios,' que ,".despues. dehaber vi·vido en el ..trabajo, .murió en la ·jgnomi~.'»ia y en los tormentos ? ¿Al :ver:á este Dios sU~mergido en un océano..de dolor;, qué Christiano. .

--no· se avergonzará de, vivir deliciosamente'?':'¡Quién conservará deseos de ambicion 'yde,va-nidad á lQspies.-de .un crucificado ·superióráJos-;Aftg.eles,:é igual al mismo Dios·~ ¿ Quál será ell

'Ven~

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224 Sel~monvengativo que, viendo derramar la sangre delSalvador pur la salvacion de los p,ecadores, seatr¡eva' á ,desear derramar la de, su enemigo ~t Qué pasiori ,·entibono: se. estrellaria en la cruz,si, por una fatal ceguedad, no se apartasen deella los ojos';'ó,si la mayor parte de los hom-bresno::desterrasen de' sus casas.su imágen, comocosa 'desagnidable, y.cQm0 un adorno reservado-para nueilras Iglesias, y para las celdillas delos Hilariones y Pacomios ~

Así es, -Señor; ,al pie de ·la cruz conozcoprinc~palmente.la indispensable obligacion el)

que me hallo, de negarme á. mí mismo, de·su-frir los ultrages con una paciencia inalterable,de mostrar á mis perseguidores y enemigos afee.-tos de dulzura y .ben.;:fic:cncia, de Gastigar mi-cuerpo, y de crucificar mi carne con sus viciosy concupiscencias. Al- pie de la cruz aprendo,Señor, como por vuestros preceptos, la grandeobligacion que' tengo de llevar mi cruz con una

:.'pertecta sU.mision, de recibir alegremente de"vu~stra mano ·las .afliccjol1~S .y trabajos, de so-meter en to;h mi voluntad, á vuestras sobera.-nas disposiciones, de despreciar ~a muerte, y desacrificar la vida corporal, por -asegurar la vidaetern,\ de mi alma'.; Al pie dela. cruz, .5eiíor, esdonde me ·reconozco mas obligado á crucifi-carme C011 el mundo, á reprobar sus obras 'ymáximas, á huir de sus peligrosos lazos, á abal1-

.rlon.ar los placeres y. tQdas las vanas diversio-.;nes., á. no vivir sino para el ciClo, y á.etIl-. plear en la penitencia, todos los instantes ce. una

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sobre el Misterio de la Cruz. z25u:na vida fragil y momentánea.

¿,Lo diré, Salvador mio'? vuestra cruz á to-do hombre que entjendt~ Sll lenguage, puede~ervir1e de Evangelio. Ve en ella abreviadastoda, las virtudes; observa ea ella con unamirada todas sus obligaciones; todo, en esteobjeto soberano, le recuerda sus deberes, suvocacion y sus esperanzas. Este es despues de·la sagrada EscritUra, el grande, el principal:y el ú¡¡ico libro del verdadero Christiano. E s- .te .'jerá, Señor, en aclelante el libro, de que'sacaré la verdadera sabiduría, en el que me·d¡taré freqUentemente,. y que será la regla in-variable de mi conducta: en él aprenderé lamoralidad. Al pie de la cruz estudiaré, Se-ñor, vuestra voluntad, mis obligaciones, y en-una palabra, la ciencia de mi salvacion. Cien~cias profanas, vosotras no sois mas que un ay-re, y solo servis para engreirnos. Los que os-aprecian, embriagados del deseo de agrandarla estrecha esfera de sus conocimientos, vayan.á sepultarse en las inmensas colecciones de lasproducciones del ingenio: yo les cedo esta'multitud de montones de libros. Yo, imitandoá San Pablo, solo quiero saber á lesus' cruci-ficado , y no poner jamas mi gloria y confia.nzaeu otfa,parte. que en su cruzw .; I

, .' La fu~r~a que rec~bimos de la ct.ui , nOlselimita á-.l~ $,0~Qrros\ exteriores que· Qal(ll exem:...-·plo. Ha y en ella, Hermanos mios" un exem-;pIo mar.av.illoso que produce de sí una, virtuds~creta·,¡ un atraétivo poderoso " una;fuerza_ in--:

.1w1J. JI. Ff te-

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:226 ,Sennonterior 'que muda los corazones, y triunfa de laspasiones humanas. La cruz i'S aqudla fUCiJteperenne de aguas vivas, que vió el Prop!:cta.salir de Jerusalem, derramando la mitad del.agua al oriente, .Y la otra mitad al poniente,.Y que debiaestarsiempre abierta para el ¡~UC-

,blo santo. Es aquel1a roca misteriosa , de la,que saje un rio de gracias que, regando los de-siertos de este mundo, ,conduce á todas partesla fuerza y la vida. Antes de .estos socorros con-cedidos' á nuestra fragilidad., el lillage huma-no .era semejante ,á .un enferma postrado y tu-llido. Los ¡philósophos qne le .querian curar,no eran :mas ·queuno.s .orgullosos impostores:todos Jos \esfuerzos .de la sabiduría .humana se:reducian:á .curar am \viciocon otro mayor, y ádestruir una ;pasion con otra. Tal seria nuestrointeJizestado ,sin la muerte del Hombre Dios.El cielo seda para nosotros un .cielo de hier-ro, y la úerrauna tierra de bronce: inconsa-lablesen 'nuestras aflicciones ,sembraríamos enesta vida ,suspiros inútiles, y solo ,cogeriam05lágrimas.: el ,menor :soplo de la tentacian bas-tariapara .abatirnos ,y ,no podriamos desear lobueno. Fué .ne.cesarioque Christo se hiciese dé-bil ,para fortalecernos, y que muriese para dar-nos vida: en 'una pa1abra" es una verdad fun-,dameliltal,de la 'reI'igion ,que.,tOda fuerza sobre-natura,l~iene.de ¡la :gracia,':'Y ;toda <gracia dé 1

la cruz. -,. Vamos 'pues ,Hermanos mios,sindilacion,

\Vamas corriendo,.á:postrarnos ,al pie de la cruz::.ex..•

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sobre el 1llisterio' de la Cruz. 22'1

expongamos allí humildemente' á Jesuchristo elestado de debilidad, del que solo él nos pue-de sacar; é .imploremos con; confianza el pode-roso socorro de su gracia. En ella haUamos re-medios seguros' contra los atractivos del de-ley te , contra los alaques del d'olor', contralos engaños del mundo-, contra las: desgraciasy tribulaciones, contra los ultrages y menos-precios, contra la injusticia y crueldad de' loshombres, contra' los asaltos reunidos. del sigloy del infierno, y contra los hormres de laagonia y de la muerte., ¡Quisiera poder mos-traros aquí á quamos atribulados ha restituidala tranquil·idad , quanc.;o e:Haban. abatidos conla tristeza, ó expuestos á;. la desesperacion; áquámas, almas casi vencidas por el Demonio hallenado de un nuevo esfúerzo,; a quántas almastímidas y vacilantes en la virtud ha i~5piradolos mas firmes propósitos; quántos sacrificiosha hecho consumar; á quántos pecadores hacetodos los di::ls derramar lágrimas de penitencia;quánlas pasiones SOfoca al nacer, ó impide susprogresos!

iO vosotros, los que gem is tri'sremente' opr i~roidos de la pobreza ,- dccidnos 10 que os sostie-ne y os consuela: piadosas víctimas, de la pe-nitencia , que habeis· hecho un eterno' divorciocon los placeres', decid nos, lo que os ('sfuerzacont ra !os disgustos del rer iro , y contra la\ mor-tificacion y aspereza:- infelicc&, que sois vícti..:.mas de las desgracias, y os alimentais , comoDavid, de dia y de noche con vuestras lágr.iJ.

Ff 2 mas,

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Str11ion

mafi ., decid nos que es lo que os l1ace gustar enla afliccion de la dulzura secreta y paz interiur,que exceden incomparablemente á las vanasalegrias del mundo: piadosQs morib'Jndos , queveii con una S:lnta confianza acercarse el últi-mo inLtante, decidnos lo que os esfuerza contralos t.emores d~ la muerte y del infierno: ¡ah!tono es la memoria de la cruz? t no es su im<Í-gen ~ laim~~gen consoladora de un Dios en laagonía., por el que es un placer y una fdit:i-dad sufrir la pob-reza, la .abstinencia, las tri-bulaciones., el dolor y la t1'l{]erte'?

,Aprended tambien , Hermanos mios, á bus-car el cOBsuelo y esfuerzo al pie de la cruz.Si tenel:> que cOlnbatir con enem igos pOGerosos,teneis contraello>-l una arma d~ mayor poder.Si Satanéls, $~ el mundo, si la carne, si laspas¡ooc~, 61 la concupiscencia os cornbaticrCll,con 1:1 cruz vencer.::is á estos enemigos: In hccsigno vin¡.:es. Esta es la soberana seúal que vióen el ayre Constantino, y estDs fueron las pa-labras.de con;;ue!o ,que oyó al ir á dar una gractbatalla. Su cél,ehre victoria es , Ó Christia-nos, la prenda de que habcis de vencer á \f3S

enemigos de vuestra séllvacion.. Aun quandolas potes.uJes d-,;:las tinieblas se d,'senfi'wJrencontra vúsorros., .quando la tierra y el in-fierl1..o,con~pira-relJ en vuestro daño, y quan-dolegioues enteras de Demonios os cnmbatie-'ren' interior y exteriormente; si os armareis dela cruz con una santa intrepidez, caerán mil á'vuestra j~qlJierda, y diez nnl á vuestra dere-

Ch~l;

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sobre el Misterio de Id O"UZ. .229

'Cha; sereis invulnerables en los combates; noos iJairán los dardos del odio y de la vengan-za ; no escuchareis los gritos de la envidia, nios podrán derribar las calamidades y desgra-cias: sola la señal de h adorable cruz con queos sigmreis ~ será f()rmidable á los Demonios,V los hará volverse al abismo. ¡Oh Christianos!~econ~)ced la fortaleza de vuestrJS .armas; pordesigual ql1e pueda ser el combate, sabed queos aseguran la victnria: In bocsigno vinces.Así es ~ ó cruz de mi Dios, vos sois mi forta-leza ; con vUt:stro socorro atravesaré las som-bras de la muerte, y arrostraré todos los ma-les. Aunque me viese cercado de enemigos ar-mados, mi corazon se mostraria intrépido. Siyo ~olo debiese sufrir los esfuerzos de un terri-ble C'!mbate, el peligro mismo inflamaria mifortaleza, y aumentaria mi confianza.

Tan gran poder y tan gloriosos triunfos dela cruz de Jesuchristo hahian sido celebradosanteriormente por los Prophetas. Se nos habiamostrado muchas veces en las santas escriturasbaxo un.os simbolos tan consoladores como mag-níficos. Acordaos ahora, Hermanos mios, delarbul de la vida, que debía preservarnos de lamuerte; del ramo de oliva que traxo la palomaen señal de paz; del baculo que le sirvió á Jacobpara pasar el Jurdan ,y. llegar á la., tierra depromision ;- de la escala misteriosa .que vió ensueños este "Patriarca, y que llegaba de' la :tiee.ra al delo; acurdaos de la vara con q~e Moy.,.ses salvó á Israel, y anegó ,á Pharaon; del le-

ño

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230 Sermon°ño saludable que' endulzó fas' aguas amar!?3S;de la serpiente de metal, que solo con ser vis-

.la, curaba las picaduras de las serpientes; dela postura de los brazos de Moyses sobre elmonte, que aseguraba la victoria á su pueblo;del broquel de Josue, que' derribaba los pueblosenemigos. Acordaos del esrandarte que, segundixo lsaias ,debia tremolar el Señor cnmedio delas naciones, para: reunir los. pueblos de la tier-ra , y congregar los restos· esparcidos de Israely Judá; de la llave de la casa de David, queabrirá el ciclo, sin que se le pueda cerrar, y-cerrará el infierno, sin que se le pueda abrir;del místico Thau que, grabado en la frente delos que: gemían emucdio de Jerus~len , los libróde la espada del Angel cxterminador; del pim-pollo que, como dixo Ezequiel, debia el Se-ñor plantar en uno de los mas altos montes deIsrael, para que brotase y fructificase en él, Yatraxese á su gran copa todos los páxaros delmundo. Acordaos de' la llave de la muerte ydel infierno, que vió San Juan cn las manos dd

·Hijo del hombre; dc la señal de Dios vivo,que debía preservar á sus siervo!T de los mons-[ruos que hahian salido de' los pozos: dd abis-mo ,del a:rbol de v ida, colocado enmedio deJerusalen, cuyas hojas daban salud á las na-:ciones; iQué.imágenes', Hermanos mios! j qué~granpod:er ·nos muestran en la .cru,Z,de Je5u-·chrÍsto! ¡,qué: proprias. son 'paTa fQrtllecer nues-tras Olayores esperanzas, y qué admirables efec--tos no deberemos esperar!

Des-

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sobre el Misterio de la O-uz. 231

1Jespues de todo esto, Hermanos mios,¿,qué os podrá atemo.rizar ó desanimar? ¿Aca-so el número ó la enormidad de vuestros pe-cados'? Mas puntualmente Jesus murió en lacruz para expiar los pecados, aun los mas enor-mes. Yo he venido, dice él, á salvará los pe·cadores : ¿, y el Apóstol no nos dice que, en don.de abundó el pecado" .allí sobre.abundó des puesla gracia '2 Es dertoque lo ,debiamos temer to-do de la divina justicia; .¿mas 'Christo no car-gó sobre sí elanathema pronunciado .contra ellinag~ humano ~ ¿no enclavó en s,ucruz, y bor-ró con su sangre el decreto de reprobacion ful~minado cofJtra .todos nosotros'? ¿Quién podráhacer revivir los pecados que ha destruido,frustrar su misericordia.,- y .disputarle los fru-tos de su sacrificio? ¿ Quién para renovar nues-·tras antiguas deudas., y .esclavizarnossegundavez, le pagará laque le hemos ·costado? ,¿Quiénacusará á los escogidos por Dios, purificadoscr-msu pasion, y cubiertos y enriquecidos consu sangre'? ¿ Quién condenará á los .que ha he-cho salvos con su muerte'? As'¡stiénd0me:el queme justifica ¿, quién se ha de .atrever á acusar-me'? Vamos pues al trono de Dios., y;que com-parezca y me acuse mi enemigo :si el Juez ySeñor soberano me protege, y él mismo ha ex-piado mis pecados ¿quién se atreverá á conde-narme? Si Dios nos favorece ¿, quién nos daña-rá~ Aun quando hubieramos cometido los ma-yores pecados, y su número igualara al de las.estrellas del cielo .y al de las ,arenas del mar,"

~e·

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232 Sf!rmOn

~er¡an no obstante incomparablemente inferioresá las salisfaccioues de mi Sédvadu[. ¿, Qué man-chas no se lavarán, y ~ué pecados no se ex-piarán con la preciosa sangre de Jesuchristo~¿ Qué enfermedad podrá ser incurabie para es-te gran remedio'? ¿, Puestos en balanza todos lospecados de los hombres, podrian preponderaral precio de su redencion '? Alejad de mi, ó Sal-vador mio, una desconfianza que os ultrajara.Quando yo fuese mas perverso que vos soisjusto; guando yo atendiese al Sefior mas quevos le podeis agradar; _quaodo excediesen mispecados á los .méritos que vos le podeis ofre-cer ,entúnces me permitiría el dexar de confiaren vuetitra cruz.

¿ Temeremos el poder del Demonio 1 M15no sabemos que Jesuchristo , habiendo vencidoy dasarmado con su cruz los Principados y Po-testades, los ha hecho servir á su triunfo'? ¿ Elverdadero David no ha quitado al leon infer-nal la oveja que tenia' en la boca para despe-dazarla '? . Este monstruo solo puede ahora bra-mar al rededor de un Christiano pertrechadode esta arma insuperable , y cubierto con lasangre de su Redentor. Este fuerte armado notiene mas esclavos que los cobclrdes que se en-tregan á él. El lean de la triGu de J udá le havencido y aprisionado.

¿Nos 'parecerá el cielo muy elevado para.aspirar á su consecucion '?t,Pero no dixo el Sal-vador, antes de subir á él, yo voy á prepa-raros el lugar? Es cierto -que el cielo está alto

?a-

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sobre el f¡1fj'terio de la Cruz. 233

para unos gusanos de la tierra; mas reflexionadque desccn~lió de él un Dios, que no quiere vol-ver á él, sino llevando nos consigo como ws des-pojos. N os pide á su Padre como por precio desu muerte. Se sujeta á no entrar en su gloria si-no por medio de su pasion, con tal que se nospermita seguirle. Aunque Señor del cielo, enquanto Dios, quiere gozar de él, como Reden-tor, á título de conquiGta, para tener derechode darnos parte en él: en una palabra, no quie-re separarse de los que ha redimido. O Padremio dice él, yo quiero que estén conm igo. Porser Hermanos mios, son hijos vuestros; por estaqualid:ld deben participar conmigo de vuestraherencia: Se ha hecho el cielo su patria, y go-zarán de mi gloria. No he sufrido la muerte, si-no para hacerlos vivir eternamente conmigo. Nohe descendido tan baxo, sino para elevarlos has-ta mi trono. Si sus trabajos y presentes méri-tos no tienen proporcion alguna con la gloriaadvenidera , mis .méritos son los suyos, y .lasdébiles satisfacciones que procuran daros, semezclan con las mias. O Padre mio, mirad supenitencia al lado de mi satisfaccion; y su cruzal lado de la mia. No, su causa no se puede se-parar de la mia. Todos los verdaderos penitentesse aproprian los méritos de mi pasion, partici-pan de los derechos de mi divina filidcion, ypueden reclamar el precio de mi sangre. Si su-plen con satisfacciones proporcionadas á su fla-queza, lo que falta por su parte á lo que hepadecido; si, por este medio facil, se aplican á

Tom; H. Gg sí

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234 Sermonsí mismos los méritos de mi pasion y mu~rtc ; óPadre santo, vos le dcbeis la corona de los jlls-

. tos. Reprobandolos á ellos, me negaríais el pre-mio que yo les he adquirido con tantos opro-orios y dolores. 1:bn sido crucificados cor~rnigoen la cruz: no habrá cosa que nos separe. Sihan padecido conmigo, serán tambien glorifica-dos conmigo en la feliz eternidad. Asi sea.

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SERl\'lON

PARA EL DOlVIlNGO DE RAMOS.

SOBRE' LA HU~VIANIDAD DE LOS SOBERANOS.

Dicite Pilice Sion, Ecee Rex tuus 'Venit titimansuetus.

Decid á la Hija de Sion , mira tu· Rey queviene manso á tí.

l\latb. XXI. 5,

SEÑOR,

Con estas palabras mandó el Señor á Za-carías que anunciase á Jerusalem el Mesías queesperaba incesantemente; y la aplicacioo quede ellas hace el Evangelio á la gloriosa entra-da de Jesu Christo en esta ciudad, no permitedesconocer en él aquel Rey tantas veces prome-tido á la tierra, y tan celebrado por los Prophe-taso ¿,1\Jlasquál es el caricter de su soberanía'?Ved, Hermanos mios, lo que os debo manifes-tar el dia de hoy, para acomodarme al espíri-

Gg:¡¡ tu

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2~6 Sermonu

tu del Evangdin. Y () hallo c:te c3.rJcter que ledistingue en las palabras a1cg:lLias, en las qnees anunciado Jesus, como un Rey lleno de man-sedumbre y de humanidad: Ecce Rey.; 'venit tibimansuetus. Admirable modelo para los I\'Tonar-cas, cuya soberanía no siendo mas que unaemanacion de b de Jesu Christa, debe tener los

. mismos caracteres. Fundado en este gran prin-cipio, deduciré de la hmnanidad del Salvador)a que, á su imitacion, deben mostrar los Reyes.Es evidente, que no se. me ~irá que este asun-to es ageno del ministerio de la predicacion,por ser uno de los asuntos mas contestados porlas divinas escrituras. t,Y se habran de ocultar álos Reyes Cbristianísimos estos tesoros'? j Quándiferente apinian tuvo, Señor, el céleb~e y doc-to Prelado de la Iglesia de Francia, encargadopor vuestro bisabuelo de la educacion de suhijo! Formó para la instruccion de este Prínci-pe, un precioso compendio de quanto se hallaen los sagrados libros perteneciente al grandearte de reynar ; y ordenó un cuerpo de sagra-da política, que se podria llamar el libro delos Soberanos, y que puede mejor que todoslos humanos sistemas, y que toda la ciencia pro-fana del gobierno, consolidar la gloria de losReyes, la felicidad de los pueblos y la duracionde los imperios. Estableceré, Señor, sobre estabasa mi discurso, por hallarme persuadido conSan Pablo, de que todo lo que contienen los sa-grados libros, ha sido escrito para nuestra ins ....truccion. ~David no ha dicho, procurad, ó Re-

yes,

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 237yes, entender lo que os digo; instruíos, árbitrosde la tierra ~ ¿Salornon no dice tambien, ó Re-yc.~, con vosotros ha bJo : escuchad lo que os di-go ~ p~ra que aprendais á reynar con sabidu-ría ~ CJid Jo que dice el Señor Dios de los Exér-citos, d& i:w muc1Jas veces los Prophctas á losReyes de Judá y de lsraél; y cumpliendo con~u importante ministerio, les hablaban con unasanta intrepidez. ¡Ah! ¿ qué supondriamos noso-tros , Señor, en este sagrado templo, si no fbe-semos el eco de estos divinos discursos? Sí no-sotros no anunciamos otra cosa que estas pala-bras divinas á la corte de nuestros Reyes, y sa-camos nuestra doctrina de esta divina fuentetpor qué no diremos tambie'n, ó Reyes, escuchad;instruios , árbitros de la tierra: á vosotros di-rijimos las palabras, para que aprendais á rey-nar con sabiduría '?

Reduzcamonos en un asunto del que habríamuchísimo que decir. Restringiéndose el textocitado á la humanidad del S'alvador, me veoprecisado á limitar tambien mi discurso á estagran virtud tan necesaria á los Soberanos. Esfácil de advertir que ella contiene en sí tres delas principales, quales son la clemencia, el amorá la paz y la beneficencia,. Esta matería que áprimer·a vista, parece interesar sola'mente , Se-ñor, á vuestra Magestad, en quanto le presentael perfecto modelo de los Soberanos, será tam-bien útil á todos mis oyentes, mostrandoles unaqualidad de Jesu Christo que les es poco cono-cida, y haciendolos amar á este divino Maestro

que,

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Sermonque, por la preeminencia y caracteres de su so-beranía , tiene el primer derecho á su obedien-cia y á su amor. Imploremos ante todas cosasla asistencia del Espíritu Santo por la interce-sion de lVlaría. Ave María.

SEÑOR,

I. Bienaventurados, dice el Señor, los man-sos y clementes, porque reynarán pacíficamenteen la tierra: bienaventurados los misericordio-S03, porque ellos alcanzarán misericordia. Losque por el contrario estan siempre dispuestos ácondenar y castigar; serán tratados del' mismomaclo : y yo solo les concederé la medida degracias que hubieren ellos concedido. Una delas mayores pruebas, Hermanos mios, de la cle-mencia de Jesu Christo es habersela mandadoexpresamente á los Soberanos, obligandolos ápracticarla con los mayores premios y castigos,que sus promesas y amenazas pueden ocasionar-nos en esta vida y en la otra. Mas no creaisqu~ se limite su clemencia· á mandar solameln"eesta vir~ud á todos los depositarios de su auto-ridad: aquí, como en los demas puntos del mo-ral de Jesti Christo, el precepto está acompa-ñado del exemplo. Acordaos de la mansedum-bre , con que lesus libró á b adúltera de lasmanos de sus aeu adores, y del suplicio quehabía merecido; de la respuesta llen:! de dul-zura y de caridad qu.;: dió á sus Apóstoles, qUJn-

do

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sobre lá Hu.manidad de los Soberanos. 239do le pidieron que destruyese una ciuJad, quele hal.,ia cerrado sus pJcrtas: ~ec~rlbos dd per-don que se dignó conceder a la pecadora enfavor de su arrepentimiento: de los afectos d{~ternura y compasioll , que le hicieron derramarlágrimas por las calamidades que debian sobre·venir á JerusaJem y á la nacion Hebréa: de laclemencia con que echó á los profanadores de lacasa de su Padre, en vez de destruirlos; y de laque le 1lizo limitar el castigo de los soldadosque habjan venido á prenderle, á un soplo quelos derribó, sin quitarles la vida. Acordaos dela mansedumbre con que recibió al infame Ju-das, del tierno 05cu10, y de la amorosa repre-bension que quiso oponer á su abominable tray-cíon : de la paciencia con que sufrió en el pre- .torio Jos golpes y ultrages de los perversos, quepodia aniquilar con sola una palabra; y de laoracion que hizo á su Padre antes de expirar enla cruz, de que perdonase á los que le quitabanla vida. ¡Ah! ¡quánta razon tenejs, Señor, paradecir á vuestro Propheta, que anuncie á Jeru-salem que viene á ~lla su Rey lleno de dulzuray de mansedumbre t ¡Quánto derecho tencis pa-ra decir á todos los Soberanos, aprended conmi exemplo á ser dulces, afables, cariñosos yhumanos! Discite a me quia mitis sum et hu-milis corde.

En efectp iqué lecciones no contienen pa-ra los Reyes tan grandes exemplos! En las puer-tas de Samaría, que J esus rehusó abrasar confuego del cielo i no parece decir á todos los

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240 SermonSoberanos, conoced por este rasgo de clemen-cia el espíritu y la dulzura de mi reynado. lV1asno por esto debeis tener suspensa la espada queos será principalmente confiada para la dcfen-sa de mi religion. Será vm:~stramas sagrada obli-gacion proteger á mi Iglesia contra los que seatreviercfl á ultrajarla publicamente , preservarel decoro de mis altares de los atentados de susenemigos, castigar á los profanadores de miculto, reprimir con severidad la desenfrenadaciisolucion de los escritos impios, detener losprogresos del contagio con el castigo de losgefes culpables que arrastran una multitud desectarios, y sofocar con el peso de la autori-dad las pestes publicas, que se destinaren á pro~pagar la -impiedad y herejia.

Mas no olvideis, quando castigareis, quesois los ministros de un Dios Heno de clemen-cia, y los protectores de una re1igion que so'-lo respira caridad y moderacion; Haced qlie susenemigos conozcan su dulzura en la de sus cas-tigos, y empuñad muy de tarde en tarde laespada destructora. Los intereses de la fé y el ho-nor de la Iglesia raras veces os pediran víctimas.Yo solo usé de varas, en lugar de rayos, contra I los profanadores de la casa de mi Padre.

Mas no creais que debeis siempre castigar elerror. No merece este tan gran castigo, comola herida que se haria á la unidaci de mi cul-to, como la profanacion , el sacrilegio, el cis-ma ó sedicion, quando estos delitos se añadenal error. Vedme reprehender á mis discípulos,

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.robre la Humanidad de los Soberanos. 241

porgue deseaban que destruyese yo con fuegodel cielo á una ciudad que me desechó á miy á mi doctrina: imitad este exemplode cle-mencia y moderacion. La propagacion de la féno es obra propriade los Soberanos. Es nece-sario que esta religion que, en vez de estable-cerse por la fuerza, triunfó de la crueldad delos tiranos y del poder de los Emperadores, con-serve hasta -el fin este soberano carácter de di-vina, que tan gloriosamente la distingue de to-das las religiones del mundo. No emprehendapues un falso zela convertir por la fuerza á pue-blos que sufren la calamidad de no conocer laverdad. N o se debe dañar á los ciegos, parareducirlos al buen camino. A mi gracia corres·ponde ilustrarlos; y la auroridad no pretendasubstituirse á mi gracia. La ,fe se persuade, yno se manda.

Yo no mando á vosotros, óReyes, queforceis á entrar en el seno de la Iglesia - á losque se ha'1'lan fuera <le ella; pero mando á misMinistros que usen, para esta santa violencia;de las armas del exemplo',de la caridad, delzelo, de la paciencia y de la instruccion: laspersecuciones solo sirven' para irritar el fanatis-mo, y ~acer aborrecer la verdad. - Podria -acae-cer':que -mi -religio,h padecieseinas p~r el' zeloindiscreto de sus';-aefensore's, (¡üe ;pór el' furorde 'sus adversarios. . i'

Si los espíritus fogosos y arrebatados de unfalso ,ze1o procuraren irritaros y armaros con-tra los que se hallaren ·dispuestos á ·abjurar sus

-Tom. II. Hh erro-

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24~ Sermonerrores; respondedles, como yo respondí á misDiscípulos, callad; porque no conoceis el es-píritu de vuestra religion :. ~,podeis ignorar quees una religion de paz, de dulzura y de ca-ridad? Nescistis cujus spiritus estis.

Ved ahora á este divino Salvador acercar-se á Jerusalem, previendo la destruccion de es-ta ciudad enemiga de su nombre y de su fé.¿Las lágrimas que corren de sus ojos, no pa-recen decir á todos los Soberanos, preveed conel mismo sentimiento todos los males que vaá causar la guerra no solo 'á vuestro pueblo,mas tambien á vuestros enemigos '? Lastimaos deantemano de los arroyos de sangre que vais áderramar, y de las calamidades con que vaisá innundar la tierra: en la mas. justa causalos sentimientos: de una mas: justa compasion noos hagan tomar las. armas, sino á pesar vues-tro, y esto para obligar al enemigo á la paz,aun á pesar suyo ..Usando de esta clemencia conlos hombres, imitareis al que no vino á des-truirlos, sino á salvarlosA

En fin rehusando condenar á la muger adúl-tera, y perdonando á la pecadora t,no parecedecir á los Soberanos que solo deben salir gra-cias de su· trono., y de su boc~ palabras peperdQn ?¿, qué confiango. ,cllos ,á, los Magi§tr.a-,dos ..aqu~llaparte de .A-utor~pad·q~e, <;~stiga ~.los delinqüentes, solo se deb,en reservar el de-recho de indennizar1os'? t,Y qué las mas justaspeija~ de los delitos, .que, decretadas contra losmalos., acreditan á 19S ,depositarios de las leyes,

pare

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 243parecerian tan improprias en la boca del So-berano, que deslustrarian el esplendor de lamagestad,?

Sí, Hermanos mios, los reos librados delsuplicio son los sacrificios que exige á los So-beranos el Dios misericordioso que adoramos.Este no es aquella cruel divinidad de los Pa-ganos que se arimentaba de víctimas humanas:no es como los dioses, á quienes dice el Sá-bio, que se les sacrificaban hijos, huespedes yamigos: nuestro Dios, dice el Propheta, es élDios de los vivos. La víctima mas agradableque se le puede ofrecer esaque11a cuya vidase ha prolongado. Desde su excelso trono gri.ta ,por boca ,del Sábio, á los Reyes de la tier-ra, diciéndoles, librad los reos 'que se condu-cen al suplicio, y no os canseis de quitar á es-tos infelices de las manos de los 'que los fuer-zan á baxaral 'sepulcro. No es uedren estoque no haya muchas ocasiones en que la cle-mencia debe ceder al bien público, y en lasque seria peligrososoperdonará los reos: es neocesario sacrificarlos :á la pública tranquilidad,ó escarmentar con ellos á los que los querrianimitar. La clemencia que se usase con semejan-tes delinqüentes, sería una crueldad para contodo el pueblo. Bien sé que los mas de estosinfelices se deben sacrificar por el bien de mu-chos; y que el Soberano en estos casos , debe"ser por su integridad como una ciudad fortale.:cicla, como una columna de hierro, y comouna muralla de bronce; mas tambien se "que se'1, Hh2 h~

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Sermonharja odiosa su jusI icia, si fuese siempre ine-xorable; y que perderia el mas precioso dere·cho .de su corona, y la mas celia prerrogati-va de la soberanía. Yo sé que si el bien pú-blico exíge jlJstamente el suplicio de los reos;deben por lo ménos hallar gracia en el com-pa~ivo corazon del Monarca; y, pereciendo vÍC-timas de las leyes, causarle el pesar de no po-der suspender el castigo. Yo sé que, si se lesc;lá la pena capital" no es tanto para castigarsus delitos, quanto para impedir que los co-metan en lo sucesivo ; y que, despenándolos,mas se procura la conservacion de la sociedadql1e su funesto fin. AsÍ, siempre que conste desu verdadero arrepentimiento y se les pueda sal-var la vida, sin perjuicio" del bien público, meatrevo· á decir que es una accion tan justa co.•roo benéfica usar con ellos de clemencia.

En Hna nacion culta y de costumbres ci-vilizadas sl1ele ser á veces mas necesaria la.clemencia para con los reos, y aun puede serútil al estado el moderar la severidad de lasleyes. De este trono, dice el Sábio, que estáconsolidado con la clemencia: este es el Rey,cuya mayor defensa son la mansedumbre y laequidad. Habiendo estado los Judios mucho tiem-po esclavos en Egipto, llegaron á apropriarseel carácter de este país. Por su dureza, ingra-titud , ferocidad,. propension á la rebelion , é in-sensibilidad á todo lo que no aterrase con elcastigo, debian ser gobernados con cetro de hier-ro. Moyses , haciendo perecer miserablemente en

el

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 245el desierto á millares de reos, enseñó á sus suc••cesores el modo de gob~rnar á este pueblo in-civilizado. No se debe gobernar así una nacíon,cuyo particular carácter es el honor y el amordel Rey y de la patria. Esta nacían necesitade un Monarca benígno, afable y compasivo;en él todo, hasta una mirada, es favor ó des-gracia. iQuán facilmente se premian ó casti-gan unos vasallos, cuya principal felicidad esla de complacer á su Soberano!

Aquí, Hermanos mios, toda aplicacion esinutil: cada uno. de vosotros la habrá ya he...cho en obsequio del Rey y de su patria. Enla imagen que acabo de mostraros, de un Mo·narca amado de sus vasallos, y que reyna so-bre corazones tan sensibles, que no· necesitanser gobernados con el rigor; habeis reconocidoá vuestro Soberano, y tambien á vosotros mis~mos. Sí, este es el Monarca' que conviene á lanacion Francesa; en su semblante se debe de-:xar ver su clemencia. Es menester que el ver ...

• dadero concepto de su bondad, mas que el es·plendor de su corte y la magnificencia del tro-no, atraiga, c(j)mo vos Señor, á si una multi-tud que se regozije de acercarse á él, Y queforme una especie de continua circulacion des-de el centro á todas las partes del reyno. Esmenester que se apresure teda lanacion á re-.crearse con ver á tan buen Soberano; y quesus miradas, como las vuestras, solo muestrenclemencia á todos los que un amor mezcladode respeto reune en su pala<:io,. ó hace volau

ell

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246 Sermonen su seguimiento. Vaya lexos de nuestros Re-yes la grósera ferocidad de Asuero, que consolo su aspecto asombraba á quantos se les per-mitia llegarse á .su trono; y que castigaba conpena de muerte al que se atrevía á presentar-.se, sin ser llamado, aunque fuese la Reyna.N o, yo no reconozco -en esto la Magestad deltrono, ni el respeto filial, ni la afectuosa fi-delidad que se debe inspirar á los pueblos. ¡Ah!quánto convienen á los Soberanos la clemenciay afabilidad! ¡Quánto realzan estas virtudes ver-daderamente reales el esplendor de la corona, y'¡quamo sirven para grangearse las voluntades!Sí, ellas hacen .en los hombres mas. fuertes ymas agradables impresiones que las qualidadesaplaudidas y virtudes heráycas. ·Me atrevo ádecir con el Sábio , que la .afabilidad que mues-tra el Rey en e1semblate, vivifica al puebloque le rodea. Su vista serena y el aire benig-no con que templa la magestad de su persona,son para el pueblo lo que es el roció de latarde para la .hierba .sedienta, y lo que es unalluvia mansa para una tierra árida. En un Reyde este carácter reconozco yo vuestra imágen,6 Dics mio, vos que amais tanto mas el per-donarnos, quanto os es mas fácil el castí-garnos~

Sin embargo ;, no ·es 'virtud la c1eméncia; sino se. halla en un Rey constante, absoluto, yque sabe, quando es necesario, armarse de unajusta severidad. Todo es débil é inconstante enuna cabeza tímida y "Tacilante; 'Ó' por mejor d~-

Clr,

..

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sobre la Human·idad de los Soberanos. '247cir,. los partidos,. la íntriga, el espíritu de in.dependencia,. de traicion y de rebelion,. todo'torna fuerzas á prororcion de las que le fal-tan al Soberano. Se cometen mas desacatos con-tra la real autoridad, quando esta se muestraménos zclosa en castigar. U na bondad intem-·pestiva solo hace ingratos y rebeldes. Me son-oroja mi patria, por los horribles atentados queocasionaron á un Monarca benigno una bondadexcesiva y una clemencia débil.

El primor del gobierno; consiste en discer-·nir quando, es menester armar~e de' rigor,. yquando. se puede,. sin peligro,. usar de la cle-mencia~ j Qué bello exemplo de este discerni~·miento, tenernos en el reynado' de David! Lapropension de su corazon, los intereses de sugloria,. las: turbaciones que se suscótaron en su .tiempo ,. todo. le obligaba á ser indlalgente •.A lademencia de' su Señor debió Joab la impunidadde sus homicidios,. y Semei la de sus ultrajes:ma~ j cómo supo. ser severo" quando su trono,aunque consolidado" con sus v i~torias, iba ápeligrar "' causa de 1ft .,iuveI1tud de Salom6.n!La seguridad del nuevo Rey .exigia:.algunos cas':'ligos exemplares: David, al morir, se los in-d.ic.ó á su hijo:,. no por haber él mudado el ca-rácter,. mas. por haberse mudado las circunsran-~jas. Un gran Rey conoce quando conviene per-donar,. y quando castigar: sabe q11e la seve-ridad y la clemencia tienen sus tiempos y oca-siones. Este discernimiento es llna parte deli-cada y dificil del. art~. de reynar. Es fácil ha..,

cer

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1248 Sermon-cer de Legislador, y 'establecer reRIas genera-les '; mas á solo el Sábio pertenece discernirlos tie~lpos, y acomodar á .ellos sus ideas y{)peraclOnes.

JI. La humanidad contiene otra virtud tannecesaria como la demencia para la felicidadde los vasallos, y para la pwsperidad de losreynos, .la qual es el amGr de la paz; y es-te es tambien, Hermanos mios, el segundo ca-rácter de la soberanía de Jesu-C11rísto. Con él;dicen Jos ,Pr-ophetas, nacerán la justicia y unacolmad~' paz. A. cada paso en las escriturasse le dá el nombre de Dios de la paz, tra-tándose en ellas de la eterna alianza de pazque quería hacer con 10s hombres. En su En-carnadon se reunieron la misericordia y la ver ...dad , .la justicia y la- paz: en su nadmientolos Angeles publicaron en 10s aires la paz queVenia á ·traer á la tierra; durante su predica-cion solo trabajó en establecer con su exemploy .doctrina la caridad entre los hombres, ycon ella la union, la concordia y lá paz. Ensu muerte' frré tal víctima pacifica 'que desarm6la ira de Dios, que mudó en an10r el odioque tenia aninage humano; y, segun dice SanPablo, la sangre que deramó en la cruz, res-tableció la paz entre el cielo y laJ'tierra.'¡Despüesde su resl1treccionrepitió en cada' a pári¿ioh se';gurídades de paz, para restablecer la esperan.!za, tal vez minorada en' sus Discípulos poreIescándalo de su cruz y de su sepulcro. Muye.R. breve embió á sus j A rJóstoles á predicar á'

to-

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 249todas las naciones la feliz nueva de la paz.Su Jglesia formada de Judios , de Gentiles, deGriegos y bárbaras naciones, no compone masque unrebaóo, cuyo pastor es él, viéndose pa,cer juntos, segun la expresion de un Prophe-ta, el lean y la oveja, el lobo y el cordero,el leopardo y el cabrito. El es el único que¿á actualmente la paz á su Iglesia, despues dehaberla acrisolado con el fuego de las perse-cuciones, óde haberla probado con los ataques-de la heregia. Quando parece que los Reyes,disgustados de los horrores de la guerra, y can-sados de derramar sangre humana, qtlieren enfin dexar las ,armas, acaeCe así por disposiciondel que se nombra el Señor que pone fin á loscombates: él les dicta sus tratados de paz. Esel Dios de los Soberanos, que se sienta en la asam-,blea qc las deidades de la tierra, y que juzga susdiferencias. La paz interior del alma en la que rey-na él sobre las pasiones vencidas, sobre una vo-luntad rendida, y sobre pecados ya perdonados,es obra suya. En el cielo es donde veo princi palomente á este Rey pacífico reynar sobre los biena-venturados , unidos á él perfecta é indisolublemen·te, teniéndole por centro, y poseyéndole como ásu bien único, sin orgullo ni envidia.

El amor de la paz es tambien, Hermanosmios, la virtud que Dios aprecia mas en losSoberanos. Les ha confiado el derecho de com-batir, para que defiendan sus estados de lasvejaciones del enemigo, y no para que tur-ben el reposo de sus vecinos. Muy lexos de au-

Tom. U. li to-

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2$0 Sen110n

torizar1os, para que de.<;pm:l.den5115 reynos consangrientas guerras, les debe redil' cuenta delos -vasallos que hubieren aniquilado con la as-pereza del gobierno y con bs públicas cala-midades. Los debe castigar algun dia, como sihubieran sofocado á los que no han nacido, yque pudIeran hacer visto nacer un reynado maspacifico, ó un gobierno mas ilustrado. ¿, Cómosnfrircis, ó Dios mio, la ruina de todo un pue-blo, vos que castigais severamente la muertede un solo individuo? ¿Si llegó á vos, ó Se-ñor, el clamor de la sanfl;re de Abél, comono llegé.rá al cielo el c!Gimor que un millonde hombr('s no cesa de dirigir á vos desde elinfierno? ¿Cómo no abominareis de los Reyesql1C en una guerra injusta hubieren sacrificadoá su ambician lo mas flOrido de su pueblo,vos, ó Dios 111io, que despues de las justa~ guer-ras que emprehendió David por vuestras orde-nes, y despUéS de los combates para los quearmasteis su brazo, no le pudisteis ver sin hor-rol', por hallarse manchado de la sangre desus enemigos? No quisisteis. que unas manosensangrentadas os fabricasen templo, y solopermitisteis que acopiasen los materiales: re-~ervastds el honor de edificarle al Rey pací-fco, su succesor; y juzgasteis que un Reycriado en los combatrs, no era digno de fa-bricar templo. al Dios que tiene su morada en-medio de la paz.

Mas ¿, guál es este amor de la paz, sobreel· que el Señor impone una sagrada obligacion

á

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 251

á les Sober~lI1os'? ¿ Es un vano escrúpulo queaprisiona el vaior por el temor de derramar lasangre humana, y de ser el azote de algunasprovincias '? t, Una lentitud en tomar las armas,que dá al el1(;migo tiempo de adelantarse y deinvadir las plazas? ¿Una debilidad que procu-ra evitar la guerra, porque se teme, ó porqueno se entiende '? ¿Es un excesivo desinteres, quehace desestimar las mas legítimas pretensiones~¿ una cobardía, que sufre que se ultraje impu-nemente la Magestad del trono, ó que no seobserven los tratados '? ¿una facilidad en dexarlas armas tan pronto como lo desea un enemi-go despojada, que quiere repararse? ¿una mo-deracion mal ent~ndida, que rehusa debilitar conlas conquistas á un enemigo ambicioso y em-prehendedor? ¿Es una indolencia que se desani-ma facilmente con las fatigas y obstáculos de laguerra'? t,un amor de su reposo, que le hacecomprarlo afrentosamente de qualquier potenciaque amenaza turbarle'? ¿una política tímida quedexa formar dañosas alianzas, ó que hace alPríncipe ver tranquilamente engrandecerse suscompetidores, y preparar estos los lazos áSllS su-cesares, si esta paz, funesta á sus descendien-tes, durare mientras él reynare? ¿Es en fin eldeseo afeminado de vivir tranquilamente en laociosidad ó en los placeres? iNo quiera Diosque yo atribuya á la religion maximas capacesde envilecer á un Soberano! Este cobarde amorde la paz haria al Rey un objeto de menosprecio, turbaria iU reposo) afrentaria la nacion,

Ji.2 de

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252 Sermonde gradaría el trono, y muy en breve se ve-ria precisado á armarse, ó á recibir enmediode la paz, las mas duras leyes que se les daná los vencidos.

No , Hermanos mios, el amor de la pazno debe impedir al Príncipe hacer la guerrapor justos motivos, sacrificar algunos vasallosal bien de todos ellos, derramar la sangre, pa-ra restaurar las fuerzas del reyno, y hacer deltheatro de la guerra un theatro de calamidades,para asegurar la pública felicidad. ¡Quántas ra-zones de tomar las armas se hallan aprobadasen las divinas escrituras! En ellas vemos al Se-fiar, muy léxos de reprobar una guerra justa ylegítima, mandarla emprehender á su pueblo •.Consultado por los J udios si acometerian á sus,vecinos, ó combatirian con el enemigo ¿ no losembió muchas veces al combate~ iNo se nom-bra freqüentemente él mismo el Dios de los exér-·citos, y no es él el que da la victoria? Un Reypuede santificarse enmcdio del tumulto de lasarmas, como en el seno de la paz. David sesantificó el~ los combates, y no fué ménos justoque Saloman en su rey nado pacífico. Los Phi-listéos hubieran podido sojuzgar 1<1: Judéa; maseste R€y no cesó de combatir con ellos. En otraocasion corrio á las armas, y tomó exemplarvenganza del ultraje que el Rey de los Am-manitas se había atrevido á hacer á sus Em-baxadores.

Los sagrados libros alltorizan tambien eld.erecho de la conquista , qu~ndo esta es el re·

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 253sultado de una guerra legítima. Habiendo dadoDios á Ahrahaln la tierra promEtida, los Israe-litas se apoderaron de ella por derecho de he-rencia. Jacob dió á Joscf los dominios que de-cia, habérselos él quitado á los Amorrhéos consu espada y su arco: Jephté respondió á los.Ammonitas, es muy justo que poseamos 10 c;neDios nos ha dado por nuestras victorias. Fnnoel mas célebre de los conquistadores es Jesu-Christo, el qual triunfó del Altísimo, de loshombres y de los demonios, y con la sangreque derramó, conquistó el cielo, la tierra y elabismo~

No es mi ánimo justificar aquí los odiosos:conquistadores que nacieron para destruir la hu-manidad ; cuyo furor de dilatar su imperio los.convirtió en plagas de la tierra, y CllYOinfla-mado deseo de gloria los hizo sedientos de la:sangre humana. A estos los tienen por monstruosla naturaleza, la verdadera política y la reli-gion. Sí alguna nacion deslumbrada de su fal-sa grandeza, se apasiona por su felicidad, ylos desea por sus Reyes, oidla, ó Dios mio,en vuestro furor : mas corno protector de la.Francia, preservad siempre á este reyno de unSoberanQ nacido con un valor empnhendedor,.que solo respira combates, CJllesolo desea con-quistas, que solo ama el arte de la guerra, cuyaambician se halla muy cohartada en este granrey no , y cuyo ardimiento ninguna empresa juz-ga imposible. ¡O patria mia! yo te nmmcio pa-ta entónces un cúmulo de males; este reym~do.

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254 SermonbelIcoso será el reynado de las pl¡blicas cala-midades.

¿Quál es pues, me dirá alguno, en un So·berano esta estraÍ1a virtud, que ama la plZ, yno impide hacer la guerra; que no codicia lasconquistas, y no impide conquistar; que soloatiende á conservar la paz del reyno, y no im-pide oponerse á los designios de un ribal am-bicioso; que se contenta con no dexarse domi-nar de los vecinos, y que, si se atreven estosá acometer, no impide él sojuzgarlos; que pre-fiere la feti:::::idadde los vasallos á la gloria de lasarmas" y que tiene sicmpre al Monarca dispues-to á tomarlas, para defender los derechos desu corona; que le hace esmerarse en perpetuarla paz, y cuidar de hacer preparativos de guer-ra ~ Así es, Hermanos mios, en estas aparen-tes contradicciones establezco yo el sólido yverdadero amor de la paz.

En una palabra, ved el caracter de un Reyverdaderamente pacífico, en las diversas situa-ciones en que puede colocarle la Providencia.Sin anhelar por las conquistas, sabe, quando esnecesario, abandonar su tranquilidad: no espe-ra á que una potencia que se hace mas formi-dable de dia en dia, se ponga en estado deoprimirle: no sufre que se insulte su pavel1on,que se turbe el comercio de SllS vas:.1110s,y quese agote así el m.:mantial de sus riquezas. Estafalsa paz seria mas perjudicial que la guerra;y, haciendo entónces al estado heridas ménossensibles, las haria tambicn mas incurables. Silas jUitas representaciones y medios prudentes

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sobre la Humanidad de los Sobe'~anos.t 255

no obtienen la paz, se cree obligado á procu-·rarJa con las armas, y á solic;tarla con arro-·yos de sangre.

Prefiriendo en la prosperidad el título depacificador al de conquistador, solo emplea lasuperioridad de sus armas, para obligar al ene-omigo á pedir la paz, que le agrada mas quelas nuevas victorias: y, temiéndo la guerra pa~ra su pueblo mucho mas que la aprecia parasu gloria, sacrifica el esteril laurel á la paz yá la abundancia de sus vasallos ..

En las pérdidas y contratiempos hace nue-vos esfuerzos, ántes que admitir tratados muyduros; y si no puede en fin esperar una paz hon-rosa sin gravar á su pueblo, entónces su bon-dad paternal hace, para consolarle, generosossacrificios, queriendo mas reducir los límites delreyno que apurar sus recursos ..

Habiendo logrado restituir la paz á su rey-no ¿con qué esmero no procurará, en quantole fuere posible, reparar los daños de sus va-~allos? i Con qué activ idad no tra bajará en res-tablecer el esplendor y prosperidad de su rey-no? No temais. que la paz reprima su genio,ni suspenda su zelo por el bien del estado. Lasleyes sabias, lo~ perennes monumentos de lamagnificencia del Soberano, los tratados dirigi-dos por la mas sana política, las sociedades es-tablecidas para el adelantamiento de las ciencias,las artes premiadas, el verdadero mérito han ...rada y reeom pensado, el comercio floreciente,

. la diminucion de los tributos, la abundanciade

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~ 5 6 . Set"t1Jo1J

de 'granos, la poblacion restablecida y aumen-l<}da á proporcion de las riquezas, la paz in-terior de la Iglesia y del estado, las tropas te-mibles siempre dispuestas á marchar, los puer-tos respetables por el número de navios, mu-niciones de guerra preparadas contra el que seatreviere á turbar el reposo del reyno; estosson los gloriosos frutos de su vigilancia. Feli24el pais, cuyo Rey solo concibe sublimes ideas.

Porque preveia la guerra enmedio de lapaz, aseguró el trono para quando este se vie-.se acometido: pertrechó anticipadamente lamonarquía contra los males venideros; y quan~do todo obedecía á sus órdenes, cuidó de pre-servar á 'Sus descendientes de las turbaciones ydisensiones domésticas y estrañas. Este Sobe-'rano no vive para solo su siglo; mas comuni-ca tambien á la posteridad la tranquilidad deque goza. No tiene tiempo de descanso el So-berano, que lo quiere asegurar á sus vasallos.

lII. La clemencia y el amor de la paz noabrazan toda la extension de la humanidad quedebe caracterizar á los Soberanos. iQué imper-fecta seria esta virtud sin la beneficencia! Nole basta á un buen Rey usar de clemencia conlos reos, y no derramar la sangre humana, enquanto le fuere posible, y tomar con pena lasarmas; quiere ademas beneficiar á todos, y ha-cer felices, si ser pudiera, aun á los menoresde sus vasallos. Este fué el carácter de Jesu-christo , que es el Rey mas excelente, y quedebe servir de modelo á todos los Reyes. Sll

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~o'brela Humanidad de los Soberanos. 257tnoral solo se dirige á hacer feliz á la humani-dad. El solo atiende á apretar y mult ipiícar loslazos que unen los hombres entre sí; y con elmayor de los beneficios, los obliga á que se fa-vorezcan ,unos á otros.

Mas prescindiendo de su doctrina ~qu¡énignora que todos sus milagros fueron unDS mi-lagros de amor y de beneficencia? ¡Quán di-ferente fué él de todos los Prophetas! Los dis-cursns de estos prorrumpen en amenazas, suspredicciones anuncian calamidades, y sus por-tentos son para castigar; mas en Jesus todorespira mansedumbre y humanidad. Si exerce1.10 imperio absoluto sobre los Demonios, es pa-ra echarlos de los energúmenos , y hacerlosvolverse al abismo. Si trastorna el árdeo de lanaturaleza, y manda á jos elementos, no espara asombrar é intimidar á los hombres, ópara hacerlos admirar su poder; mJS si paracurar sus enfermedades, para resucitar muer-tos, y consolar á los afligidos; para calmarlas tempestades que hacen temer un naufragio;para llenar de peces las redes de unos pesca-dores 'que se habian faligado en vano; par ••pagar el tributo al César, y para alimentar uninmenso pueblo que le habia seguido en el de-sierto. Jamas su poder fué perjudicial ni formi •.dable á ¡us hermanos. El único prodigio en quepareció apartarse de su acostumbrada manse-dumbre , se limitó á hacer que se secase unár .•.bol estéril. ¿ Hubo dia que no señalase con sus

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258 Sen¡¡Ol"J

beneficios, ó algun puehln en la Judéa que nolos experimentase '? ¿ Hubo alguno C]ue no per-cibiese [os efectos de su bORdad, habiéndole ro-gado con verdadera confianza'? ¿ A partan losdiscípulos á los niños que se apresuraran poracercarse á él'? Pues los reprehende porq:_le Josapartan, y lns acaricia con la mayor ternura.No quiere que por falta suya haya in(dices ensu reynactn. Venid á mí, exclama, lodos losque estais oprimidos y fatigados; y yo os ali-viaré: no temais, añade, someteros á mi obe-diencia: mi yugo es suave, y mi carga ligera.

No creais, Hermanos mios, que ctegen('rejamas una vida tan santa; ni espereis que ~cd~sminuya ó apure tan grande bondad. ¡011!aun en la cruz conservó este divino Salvadorel carácter de benefi·:encia, que habia hechobrillar en sus obras y en sus palahras. El mis-mo amor á lns homhres que le hizo descenderriel cielo, le hizo subir al monte Calvario. Suúltimo suspiro fiJé un suspiro de ternura y decaridad. Despues de haber empleado en hacerbien todo el tiempo de su ministerio, ml.1erepor salvar á su pueblo; y. en su qualidad deRey solo ve la de un pastor obligado no soloá alimentar y cuidar de su rebaño, ·mas tam-hien á perder su vida por darsela á él. Este es,Hermanos mios, el mas honrosn título de losreyes; y estas son sus mas diglJas ocupaciones.Las esc~ituras dan muchas veces este nombreá los reyes. Tú eres mi pastor, dixo el Señor á

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sohre la Humanidad dé los Soberanos. = 5CJeyro. En vez de apacentar tus ovejas, le di-xo á David, apacentarás mi pueblu de Israel.Este nuevo Rey no hizo lllas que mudar de re-baño; pero sus cuidados fueron los mismos. De-bía atender á las necesidades de sus pueblos,como atendía á las de sus ovejas, guiarlos conel mismo cuidado, guardarlos con la mismavigilancia, tratarlos con el mismo afecto, ydeft:nderlo~ con la misma ultereza. ¡Qué glo-rio~as son estas obligaciones á la soberanía!¡quánto no engrandece á los reyes, y qué ama-bles no los hace para la humanidad el nombrede Pastor ~ El orgullo es el único que prefiereel nombre de Señor; por esto el Salvador, alqual convenian mejor que á los mayores Mo-narcas los mas honrosos títulos, en vez deapropríarselos, se limira á decir de sí mismo,con un géneru de complacencia, yo soy el buenpastor. Feliz el Sube rano que puede atribuirseeste glorioso· testimonio, exclamando con Ne-l1clllias, acordaos, Senor , de hacermcLantobien, como yo he hecho á este pueblo. lnte::-!ices por el contrario los ma!os pastores que,en vez de apacentar mi recañu, engordan elloscon su substancia: le arrancaré dc las bocasque le devoran, dice el Señor.

Un Rey segun vuestro corazon , ó Diosmio, al qual habeis favorecido con vuestra in-finita beneñcencia iquán ageno e:irá de mirar ásu pueblo como su presa -, y de decirse á símismo, trasportado de orgullo, como el Ma-

Rk 2 nar-

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Serm{mn~uca impio, ele la sagrada escritura, yo sor"y yo soy el único sobre la tierra! Este pOi' elcontrario cree haber nacido para SLlS vasallos,para alimentarlos y deft:nderlos, y para procu-rar su feliL:idad á costa de sus bienes, de sudescanso. y cie su vida. ¿ S~ ven amenazadossus estados ~ pues él está dispuesto á sacr ifii..ar-se por salvarlos, e.amo los vasallos desean lam-bien sacrifi;::arse por su Rey. iAdmirable ysanta emulaciofl que la relígion excita en los,que la profesan! Exigiendo los vasallos que sesacrjfique el Soberano, ~or Sil felicidad, mues-otran en St una. semilla de inJidelidad: el or-gllllu det Soberano" haciéndo.le mirar-á sus va-sallos,- como lltl vil rebaí1Q, destinaGo al cu-chillo por su ¡nteres, ú por su gloria, le con-duce á la tiranía: la religío[l, mandando alRey que se sacrifique. por su pueblo;' y alpueblo que se sacrifique pOI:' Sil' Rey, ha mi-rado admirablemente por la salud de ámbos.

iQuánta alabanza no merece la competen-ocía de- afectos generosos eOlre David y la na-cion. Hebrea! Mientras que el Angel extermina-odar,. para castigar la vana complacencia delRey,. hace· perecer millares de hombres ¡quéalaridos no penetran. el ayre ~ ~Creeis que sequexa el pueblo á Dios de ser él- la víctima.inocente de los pecados de su Rey'? No, Her-manos mios; él perece sin desplegar los la-bios; mas el Reyes el que clama al cielo"diciendo con voz lamentable, yo soy, Señor"

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sobre la I-fumanidad de los Soberanos. .261

yo soy el único á quien debeis castigar: por-que ¿ qué ha hecho este infeliz pueblo'? ¿ De-be perecer por el pecado que yo he cometi-do, y en el que él no ha tenido parte'? iEx-celente modelo de sentimientos que debierananimar á todos los Soberanos en las públic:lscalamidades, é interesados siempre á favor delos infelices ~

Mas. hay otro modelo mas perfecto, quela refigion. propune á los reycs~ No es esteun pasror que se contenta con lamentarse deno sacriHcarse por la sal.ud de su pueblo; se·adelanta á de~ir, yo doy la vida por t.nis ove-jas; y la da en. efecto. De este ex.emp,[o pue-den aprender los reyes á desestimar la propriavida, quancla no pueden, sin exponerla, sal-var las vidas de sus. vasallos .. Sed fuerte yconstante, y desechad todo temor: Ca'f1;fartar~'et esto robustus; c-onfortare et esto. 'Vfr__Así ha-bló Dios á Josue al darle el mando· de. su' pue-blo; así habló- Da vid á Saloman,. al darle su;cetro; así hablan muchas. veces, los sagradoslibros, y con estas p3.l.abras se debieran coro-.nar los reyes .. El valor-,. qnando nace de amory de beneficencia: , es una virtud verda,lera.-mente real y digna de un Soberann carhóli<:o .

. Entónces no es un ardor feroz y miliear, tulfuego; impetuoso, que solo busca fama en loscombares; mas es la piedad de los Ma.cabtos,que se sacrifican por la ~a!ud de Israel; esel valor de David que, viendo á su rebaño

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Sermonexpuesto á ser despedazado por las fieras, searro.ia sobre ellas~ y dt'squijara los o,:;os y leones.

No es mi ánimo decir, que no sea gene-ralinente mas útil al reyno el no arrie'Sgar lapersona del Soberano. Sus tropas pueden serdestruidas; mas, si sobreviviere á su derrota,no será él vencido. El solo restaurará las fuer-zas perdidas; y el amor de sus vasallos á susagrada persolla renovará sus esquadras, y lashará vencer. Dispuesto el exército á marcharcontra Absalom, le dixo á David, no habeisde venir al combate: porque así, aun quandofueremos nosotros vencidos, nuestros enemigosno se tendrán por vencedores, y vos solo val-dreis por diez mil. En otra ocasiOll consterna-dos los soldados de David del peligro en quehabia estado su persona en una batalla contralos Philisteos, le juraron y protestaron , queno permitirian que volviese á combatir á sufrente, por el temor de que se apagase la an-torcha de Israel. Asi deberia hablar el amorde los vasailos al Rey, que por su intrepidezquisiera volar al combate: y yo no sé si seriamas loable el zelo de los vasallos por la con-servacion del Soberano, ó la condescendenciade este que, á pesar de la esperanza de adqui~rirse nuevos laureles, acreditada con sus anti-guas'victorias, reprime su valor, y sacrifica albien del estado la gloria de mandar.

Mas si, por el l ím lo dt: pastor , debe el So-berano á sus vasallos tanlos cuidados, tanra

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 263proteccion, vigilancia, afecto y beneficios ¿ quéno les dEberá por el título de Padre'? ¿ Quétierna conmocion , ó Señor, no produce este so-lo nombre en vuestras entrai'ias'? ¿, Quánto noamais á vuestros vasallos por esta relacion tanintEresante'? ¿, El mejor de todos los padres po':'dria no ser tambiC'n el mejor de los reyes'? ¿Po-drian vuestros vasallos, considerados como hi-jos, . no ser el objeto de vuest,ro paternal amor'?¡Oh! la ternura que mostrais á. la augusta fa-milia que os rodea, es una segura prenda de loque amais á la numeros::! familia que constituyetoda la nacion. Es pues inmil que, para perpe-tuar en vos los actos de heneficencia que os son·naturales , me dilate sobre los deheres de unpadre para con sus hijos. Vuestro corazon, Se4

ñ/)r, es sobre ·este punto mas eloqüente que to-dos los discursos. Sabiendo vos que vuestra ca~S3. ahra'Za todo el reyno·,·y;que en nadase dii-Jérencian un monarca· dyro' y maléfico y un pa ...dre desnaturalizado; vuestras eAtrañas, ó Señor,sacan la conseqi.ie.ucia .• Vlle!)t~a .bondad, Sef'ior,es muy notoria ..á Yll,estros pueblos; y asi no te-..men que pueda jamas. :d~gefle.:rar , ni concentrar-se en vuestra cOfre·c'>o ..p.erjuicio del reyno. Su1ilial ternura para con Vllestra sagrada persona.correspo'1de á,.vuestra (e"'nl1~.1 paternal. Estase6'uridad los consuela en. sus indigencias,.y lesparece una dicha·, ~~s[a q'Js:' os·· per.mitiere el:t iem po v ~rificar los generosos d-.:seos de VUes-tro . amor •.

No,

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~64 SermonNo, Señor; las calamidades del tiempo, y

las urgentes necesidades del estado , son lasúnicas causas que pueden suspender los efectosde una beneficencia', que ninguna otra causa de-be' jamas suspender en el alma de un Soberano.Este, á semejanza del sol, no está elevado so-bre los pueblos, sino para vivificar con sus ra-yos toda la extension de su reyno; para des-cubrir de mas'Ljós los terrenos estériles que de-·be fecundar con sus influencias, y las provinciasoprimidas qne necesitan de su mano benéfica. N oestá elevado sino para escuchar mejor por todaspartes los clamores de los infelices, y las respe-tuosas quexas de los pueblos, á quienes hariagemir el abuso de la real autoridad en manosextrangeras, y para atraer todos Jos corazones alpie de su trono ,segun- el exemplo del Salvador,,que no parecia desear dexar la tierra y subiral cielo, sino para ·auaer ,todas las cosas á sícon la eficacia de su gracia. En una palabra,el buen Rey solo cree haber nacido para supueblo. Se considera c@mo una persona públi~ca, que no se debe guiar por el interes parti-cular , y que se debe'ulvidar de sí mismo, pa-ra cuidar enteramente del Picn universal..

En efecto, ¿qué extraña seria la providencia,si no hubiese sublimado ta.nto. sobre el pueblolos tronos dejos Reyes, sino.para alejar á aquelde los beneficios de estos, y' no hub~ese criado lospequeños y grandes, sinopa,ra alimentar á estoscon la substancia de aquellos? t, Qué inhuman()

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sobre la Humanidad ele los Soberanos. 265seria el Señor que no hubiera reunido toda laautoridad en un pequefio número de Soberanos,sino para hacer de los demas hombres misera-bles esclavos'? ~ Qué injusta seria ]a divinidadque no hubiera establecido los tronos, sino paraesclavizar el universo á un corto número dedue:-ños orgullosos, y para hacer su dicha de la in-felicidad de todas las naciones'? No, el Dios in·-finitamente bueno no ha querido poner en su lu-gar, para gobernar los pueblos, á hombres tandesemejantes á él. Este Soberano bienhechor dellinage humano no ha querido darle por sus go-berna dores , sino á los que se le parezcan en labeneficencia. No establece él los Reyes sino parala felicidad de las naciones. Estos son unos do-nes que quiere conceder á la tierra; mas no unasplagas, para destruirla.

QuaRdo los Soberanos no se movieran á prac-ticar la beneficencia por la felicidad, que produ-ce en sus vasallos ¿no bastaria para aficionar1asá esta amable virtud, la felicidad personal quede ella resulta'? Quando gusta una alma feroz. demandar á esclavos, y consiente un tirano en seraborrecido, con tal que se le tema, estos dosmonstruos no conocen la felicidad, ni son capa-ces de gustarla: pero dadme un corazon delica-do, sensible y honesto, y yo le tendré por infe- .liz, si gobernare á hombres, sin ser amado deellos. Así es, los Reyes no son felices sino porsus beneficios. Este es el uso mas agradable dela soberanía, y estas son las verdaderas delicias

Tom. II. Ll del

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266 Sermondel trono. ¿Qué otra cosa podrá hacer dichososá los Monarcas'? t,Acaso los obsequios que con-tinuamente se les tributan'? No, porque los obse-quios mas los molestan que les lisonjean el gus-to. ¿Por ventura la gloria de rcynar'? No, porqueel ministerio y los cuidados de la sobe:anía sonmas penosos que los deberes de la dependencia.t,Acaso las victorias'? No, porque cuestan arro-yos de sangre, y su memoria se acabará con lade las desgracias. t,Por vent ura una corte bri-llante y numerosa'? No , porque los Reyes soloapetecen retirarse de ella. ¿ Acaso los palaciosmagníficos'? No, porque sus ojos acostumbradosá ver esta magnificencia, no sienten el placercon que la miran los extrangeros. t,Por venturael suntuoso aparato que acompaña sus accionespúblicas, y forma la magestad del trono ~ No,porque esta es una molesta .representacion y su-jecion interminable. t, Acaso la variedad de lasdiversiones'? No, porque debilitadas por la cos-tumbre, hacen poca impresion en los Reyes, yles suelen causar fastidio. t,Por ventura las fies-tas'? No, porque 'estas no hacen mas que excitaren ellos el deseo de la alegria, y mostrarles unafalsa apariencia de ella. No ,no hay sobre el

.trono otra verdadera dicha que la de contribuirá la felicidad de los vasallos. t,Qué gusto causa-ria una corona sin el placer de hacer felices?Este es un placer delicioso, que no se debilitacon la costumbre, ni se acibará con los remordi-mientos, ni se perturba con los disgustos, ni se

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sobr~ la Humanidad de los Soberanos. 267sofoca por la saciedad; placer puro y siemprenuevo, placer de una alma grande, qual vos, Se-ñor, lo experimentais mejor que yo le puedo re-tratar; placer único para soportar el peso de lacorona, y sostener al Monarca en el penosoexercicio de la soberanía. Siendo este el únicoplacer que se les puede envidiar á los Reyes,¡qué lástima no me causaría el Monarca, que nohallase en su corazon esta recompensa de sustrabajos, y este feliz. alivio de las fatigas que ro-dean el trono!

Amigos mios, yo he perdido el dia, deciacon sentimiento n.ngran Emperador, que no ha-bia hecho en aquel día algun beneficio. Así todorey nado que no tiene por objeto la pública felici-dad, se aparta de su fin. Las gracias particula-res son necesarias en todos los reynos, comunesá todos los Reyes, y solo grangean á estos elreconocimiento de los particulares; mas la be-neficencia que se derrama sobre todos los vasa-llos, es peculiar de los grandes Monarcas, y lesadquiere el glorioso y agradable tributo de lagratitud de toda la nacion. El altimoso y justoRey que conquistó la Francia y.los corazonesde los Franceses, se habia propuesto proporcio-nar á los labradores un festejo en el Domingo,:coo que t"eparasen las fuerzas perdidas con el-tr.abajo de la semana ..Ved, Señor, baxo de unafamiliar apariencia, el proyecto, mas noble y-gwri06o, y 3untamenxe .el mas digno de un granRey de quantoi se han formado en los tronos del

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2G8 SermfJn

universo; mucho mas excelente sin duda queel proyecto que Alexandro formó en la Grecia,de s.ojuzgarel Asia, y de turbar el reposo de lasnacIOnes.

Por medio de una semejante beneficencia sepuetie un Soberano grangear el amor de sus pue-blos. Estos admiran al héroe; pero no aman si-rio al buen Rey: para ellos el mejor reynado esel que los hace mas felices. El amor proprio é¡nteres personal los hace imitar las virtudes desu Monarca. Esta amable virtud que hace al So-berano solícito de su felicidad, les impresionamas que las brillantes qualidadesque forman ungran político, ó un gran guerrero. A aquel amansiempre mas que los ha querido mas; y solo mi-den su amor. por sus beneficios. Mientras el Sal-vador hizo los mayores· milagros, y predicólas mas elevadas verdades, _el pueblo no pensóen darle otro título que el de Propheta; mas lue~go que hizo un milagro, para alimentarle en eldesierto, quando se hallaba molestado de ham-bre, al punto le quisieron arrebatar, para colo-carle en -el trono. A estos proclamarian los pue-·bIos por Reyes, si los pudieran escoger.

Vuestra humanidad, Señor, os hubiera gran-geado la aprobacion de la nacion, si vuestro na-cimiento no os hubiera asegurado la corona.¡QuáIl.glorioso es para vos añadir al derecho heredit3-:-rio, que os hace reynar, los continuos aplausosde todos 10i vasallos! ¡Quán glorioso es sobre to-.do para vos verificar los designios de aquel Dios

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sobre la Humanidad de los Soberanos. 269infinitamente bueno, que no cesa de decir á losReyes por su Propheta, mas deseo de vosotrosla humanidad que los sacrificios. ¡Ojalá que pue-da,Señor, esta virtud,despues de haberos mereci-do el amor de la nacion Francesa, . interesar alcielo en vuestros eternos destinos! ¡Ojalá llegueis~ ser el mas santo de los Reyes, como sois elmas pacífico y el mas humano! Así sea.

SER-o

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SERMüN

. PARA EL VIERNES SANTO.

SOBRE LA PASION DE JESUCHRISTO

Ecce Horno.Ved aquí el Hombre.

Joan. X IX. 5,

..•SENüR,

Así habló á los Judíos el Gobernador dela Judéa, mostrandoles á Jesus ensangrentadopor los crueles azotes que habia sufrido, con eldesignio de calmar su bárbaro furor, y librarlede sus manos parricidas. Yo vengo tambien el diade hoy, Hermanos mios, á presentaros al hom-bre dolorido, con el fin de suspender, si fuereposible, la multitud de ultrages que no cesais deañadir á los dolores é ignominia de su pasion.Vengo á exponer á vuestra vista el suceso mascélebre, mas trágico y mas soberano que jamasacaeció en el mundo: vengo á referiros sencilla-~. men-

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sobre la Pasion de :fesuchristo. ~7Imente como pasó, sin buscar otro plan para estediscurso que la série natural de los hechos. MisreflexIones no interrumpirán la narracion, quevuestra piedad está muy deseosa de escuchar.Creería yo no apreciarla debidamente, si, limi-tandome á algunas circunstancias de un suceso enel que todo es estimable á las almas :fieles, y de-·teniendome poco en ellas, me dilatase despuesen varias digresiones morales. Quando los opro~brios y tormentos la penetran de un intenso do-lor ¿me atreveria yo á ocuparme principalmen-te en describir vuestras costumbres'? Ql,lando to-do habla en él, todo instruye, y todo repruebalos viciós y pasiones ¿es necesario usar de largasinvectivas'? ¡Ah! para confundir á los pecadores,basta decirles, ved el hombre, ved el modelode todas las virtudes, yel censor mas justo detodos los vicios: Ecce Homo.

Así es, Señor, vuestra cruz, nos enseñarámas que todos los humanos discursos. Nos arro-dillamos á ella: admitid el obsequio que tributa-mos á este augusto altar de vuestro sacrificio.,repitiendo este cántico de la Iglesi~: O Crux,a've.

SEÑOR,Al otro lado del arroyo Cedron, en el mon-'

te Olivete, habia un huerto, al qual habia Jesasacostumbrado conducir á sus discípulos. Aquífué adonde se retiró despues de haber celebrado

con

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27~ Sermoncon sus Apóstoles la última cena de su vida, se-gun él dixo; y este sitio será el primer teatro desu pasion. Despues que entró en él, la tristeza,el temor, y desaliento se apoderaron de su cora-zon. No fué este, Hermanos mios, un presenti-miento de la muerte, qual le suelen experimentarlos hombres: Jesus veia claramente las circuns-tancias del suplicio que se le preparaba: veia lasasambleas que tenian entonces contra su vida losPhariseos y Doctores de la Ley: veia corlgre-garse los Senadores, y Prínci pes de los Sacer-dotes, y conferir secretamente sobre los mediosde prenderle silenciosamente y sin alborQto: veiaal mas ingrato de todos los hombres, que era unode iUS Apóstoles, hecho apóstata y esclavo deSatanás, vender su cabeza por mas baxo precioque la de un esclavo. Desde el falso beso que vaá recibir, hasta la lanzada que le ha de traspa-sar"en la cruz, todo quanto va á padecer se lepresenta á su imaginacion. A vista de estos terri-bles objetos mi alma, les dixo á los Apóstoles, es-~á sumergida en una tristeza mortal.( La horrenda idea de su pasion no es la úni-ca causa de su dolor. Si se considera á sí mismo,se ve, como el cabrito emisario, cargado con lasiniquidades del pueblo. Aunque inocente, se ha-lla cargado de todos los pecados del mundo; yse siente abrumado del enorme peso de las mal-

o dades dellinage humano. Si extiende olaconside-racion al tiempo venidero, ve la tierra inundada,despues de su muerte como antes de ella, de undiluvio de abominaciones; diluvio espantoso, pa-

ra

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sobre !.l Pasioll de ]esz¡christo. 273ra el que sus exemplos y leyes solo serán un di-que. débil, y sus méritos un remedio inútil. Sivuelve los ojos al cielo, se le presenta su padr~armado de ra yos, mirandole airado, y ofrecién-dole, en vez de consuelo, un cáliz ele amargur'a,y la crüz. en que su justicia le va á hacer es"pirar.

¡Ah! entónces, rindiendose al dolor, pierdelas fuerzas, la voz y el sentimiento: da de brucesen tierra; un pavor repentino ha debilitado suespíritu; desmayado, fria, y sin movimiento, res-pira agonizando. Un sudor de sangre que se des-tila de todos sus miembros, corre hasta la tier-ra. Espiraria de angustia, si un Angel del cielonü viniera á fortalecerle, y suspenderle el últimosuspiro. Se reanima con este socorro; mas ¡queestraña oracion se le oye proferir y repetir has-ta tres, veces con una voz débil y lamentable! OPadre,mio, dice, haced, si es posible, que yo nobeba este amargo cáliz.

t.Cómo es esto? habiendo descendido el Ver-bo del seno de la gloria, habiendose encarnadoy pasado sobre la tierra una vida pobre, laborio-sa y mortificada trehusa ahora consumar la obrade la redencion del mundo'? ¿ antes de esta ago-nía, no se abrasaba en el deseo de padecer'? ¿nohace poco que .dixo, yo debo ser bautizado conbautismo de sangre, Y ¡oh! quánto tardó en re-cibirle'? tno está vesueLto á verificar los oráculosde los Prophetas? t.no acaba de declarar con unaheroica constancia que se le acercan su pasion ymuerte? t..quiere ahox:apriva~nos para siempre. Tom. n. Mm de

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SermorJ

de los frutos de su Encarnacion, entrar en elcielo, sin abrirnos sus puertas, abandonar suilll-perio al Demonio, y dexar abierto el infierno ba-'xo de nuestros pies'? Consolaos, Hermanos mios,pidi~ndo que sea apartado de él el cáliz de la pa-sion, quiere mostrar que lo acepta por obcdien •cia. Angustiandose pur un efecto de su omnipo-tenda, quiere probar que la -divinidad no le im-pide el dolor, las repugnancias y los disgustos;y que no ha qu('rido separar de la muerte el te-mor ,y el horror de su proximidad. Os quiereconsolar con su exemplo, ó almas afligidas de lastentaciones, quando Dios no quiere libraros deellas, para daros la gloria de vencerlas. Quiereensdíar á los atribulados á pedir el fin de sus -penas, sin faltar á la paciencia y resignacion: asídes pues de haber mostrado estas naturales repug-nan'cias, que causa la cercania del suplicio, ter-mina su bracio n con estas notables palabras, quedebieran terminar la mayor parte de las nuestras:sin embargo Padre mio, cumplase vuestra volun-tad, y no la mia.

¿Mientras se halla sumergido en la tristeza,que hacen los Apóstoles'? ¡Oh! Hermanos mios,ilo creeriais de unos hombres que despues de lacena mostraron tanto zelo y amor por la perso-na de su Maestro'? Un profundo sueño, un sue-ño que el Salvador va á interrumpir -hasta tresveces, les impide- observar la -pena y ;suma an-gustia de su alma; y entretanto Judas'se va acer~cando, para executar su enorme atentado.

i,Quálserá la conducta del Salvador para con'. I es-

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sobre ía Pasion de Jestlchristo. .275este hom bre tan perdido como feroz é ingrato'?¿huirá de él'? ¿se hará invisible á la escolta sa-crílega '? ¡Ah~ él no huye sino quando quierenalzarle por Rey: mas quando es menester sercrucificado, corre á Ja muerte con un ardQr in-menso, y ~ale al encuentro á los que le buscan. Sies Jesus Nazareno el que quereis prender, yo soy,les dice, con aquella voz, con que, hace estallarqtlando ,quiere, los cedros del Líbano., y estreme-cers.c los desiertos; Yí esta,palabra.der¡,iba los',sol-dados, como si fuera un rayo: mas habiendolosaturdido sin quitarles la vida esta muestra delpoder de .Tesuchristo templado con su clemencia,no haciendo en ellos irnpresiQn este doble prodi-gio, sO!0vuelven en .sÍ y se .JeN';c:1ntan,"paraseg.ui¡raun al infame gefe, que debe darles á cono~er conun beso al que van á prender; y Judas, conesta daiíada intcncion, corre á Jesus, le saluday le abraza.. . .

Irritados al oir tan horrible traicion, voso:-tras pensareis, Hermanos mios, que el Salvadorecha de sí al traidor, y le destruye con un so-plo. Así recibiríais, hombres vengativQs, .1.)U

beso falso, si Dios os prestase· entónq:s su om...ni potencia ; mas Jesus, t dañaria pon. la pri'ller~vez, justificando vuestros furores el q.ue:viene áreprobar. la vcnganz/? Tampoco le mos[(ará conp~labras injuriosas· su .indígnaciqQ .. No.- viene elSalvador: á dar aL:muridv lecciones .-de.;j~últo y-d:e~·cúle.rít..•;*prended~dA él~rHert').~an.Q&'m.ilJs;;ál'e~cibir christiaJ;lamenre de los que solo os buscanpara perdero.s, 10$ talsos besQs y fingidas caricias.. Mm2 que

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276 Sermon ."que ocultan un puñal. Amigo, le dice á este mons-truo que merecía todo su óclio ¿á qué has venido?¡Qué entregas al hijo del hombre por medio deun besD! ¡O prodigio de paciencia y de manse-

'dumbre! Esta amorosa reprehension ,quán dignaes de aquel Dios que vino á sofocar los údios , áprohibir 105 ultrages, á condenar el resentimien-to, y reprobar la venganza! ¡ Este recibimiento'lUán dignQ es del Dios caritativo que 'no vino á-clestttuir .fas-pecadores" sino á salvarlos! ¡Quéfácil es re'conocer en este rasgo de clemenciaaquel hombre lleno del espíritu de Dios, cuya

,inalterable mansedumbre fué anunciada por losProphet:as! 't, Quién' desconocerá en estas tiernas'pa,labras'-~a ,quexaque m@stró David en nombredel M~sías', diciendo, si mi enemigo hubiera cons-pirado contra mi vida, me hubiera sido menos sen-,sible; si un hombre, agraviado por mí, hubieramovido esta c®nspiracion, h~biera yo podido re-

-z:e;}a:trne'oe él: ¿,tJ1ÚS quién hubi~rá creido esto detí', que f()rmabas conmigo un corazon y una al-ma; que eras el compañero de mis viages, mi ami·~o, yuno de mis amados comensales, y me acom-'pañabas pacificamente en la casa del Señor~:;' ¡Amigo ~.'¡qué título para un' perverso queacaba de decir á los Sacerdotes qué me dais, y'Yo os le entregaré! ¡infelíz! ¿, cómo puedes resis-tir á tan grande mansedumbre,.si no te has des-pojado de tQdg pudor )I."humanidad ?'¿"cómo' no-te haSl~~v.ido· 'oon tma; nb pl.1:e sta ~~pazde tras-'pasarte el corazon'? Infame traidor ,tcómo no tecaes á los pies de u~ Maeslro tan bueno, anegado

en

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. sobre la Pasion de Jesucbristo. 277en lágrimas, y penetrado de pesar y de arrepen-timiento?

¡Amigo! ¿es cierto, Señor, que 10 seria aun,si detestase su maldad<~ Es indubitable; y (;sto eslo que le qucreis dar á entender; mas no escu-cheis, Salvador mio, el clamor de vuestras en-t~añas; ponEd á vuestra misericordia los límitesnecesarios para aterrar á los perversos: verificadlas imprecaciúnes del Propheta contra el autorde este horrible atentado: rodeé Satanás á esteimpío, y permanezca á su derecha; salga conde"'-nado del juicio de Dios; la confesian de su " pe~cado solo sirva para agravarle; abreviense losdias de su vida; sucedale otro en el Apostolado;quede viuda' su muger, y huérfanos sus hijos;destruyase su posteridad, y acabe su nombre enla primera generacion ; caigan sobre él los malesque tramaba; sea la, maldicion su ropa, y sucinto; entrése, como el agua, en sus entrañas ~ ypenetre sus huesos, como el aceyte; venga lamuerte sobre los soldados parricidas que coa p'e•.ren a su traicion, y desciendan vivos al in-fierno.

iPero qué veo, Hermanos mios ~: Jesus: dexasin castigo su atrevimiento, y se, entreg'a á suscrueles manos. Si un· zelo falso é indiscreto mue-ve á Simon Pedro á defender á su Maestro á fuer-

.za jde armas; si~ transportado de, ira, .hiere :á' un

.criadO' del. Sumo SaoerQqre., Jesus san:tndole áI.ptlnto; desaprueba ,b~tante 'la violenta cbl1duc--ta de,su·Apóstol. Noqueria ensefiar á'los ,:fieles.que Ipsistiesea.de este modo á las persecuciones:l. no

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~78 Sen110n

no les ha dexado contra ellas otras armas que lapaciencia. ¡Qué facil le hubiera sido rechazarfuertemcnLt: la violencia de los soldados, si nohubiera querido, alargando las manos á las ca-denascon que le oprimen, consolar á los que des-pues de él habían de gemir en las prisiones, de-xar á los Mártires el exemplo de la sumision, ymostrar por extenso á su Iglesia la pacifica fide-lidad,; que dcbia guardar á los Soberanos en eltiem po de la opresion y. de la tiranía~ ¿ no podia.llamar en su socorro legiones de Angeles? t eramenos fuerte que Sanson, que romrió las prisiooesy. destruyó con una débil quixada á mil enemi-gos armados contra él? No,Hermanos mios; por-que estaba escrito que iría al su plicio con lamansedumbre de un cordero que llevan al altar,ó de una oveja que conducen al matadero.

Dexase conducir á la casa del Sumo SaGer-dote; y ya no le vereis mas, Hermanos ro ¡os,;acompañado de sus discípulos. Estos se han di:t-persado como un rebaño timido, quando le qlli-t~Jl el pastor. Solo un Apóstol, un Apóstol teme-rario que habia jurado morir por'él, y que.acaba.de defenderle transportado de cólera ,; le sigueaun 1; mas desde léj~s, temeroso, y temb~ando, yesto para negarle á voz en grito ·en ¡ el 'primer. ,." ,. . .. .qesgo en que se Viere: llnagen muy expresiva, y;~~tJlral ·de ~os:Ghristianos cobardes :qcueIsiguecl'.á],esUChtüSot0desde lélos', y andan con'leaollud';porel, ,~amin(jllde:sus mandamientoof ::eSlqs ;le.~-apandorllan al primer peligro~'Y bastá un·a<tenraoion pa;.:fa vencerlos. Tres veces le dicetl á¡Pe.dro :que .~s

el

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sobre la Pasion de r'Jt:sucbristo. 279él discipulo, y c()l11p~ñcro de Jeslis; y tres ve-ces niega conocerle, afiadicndo enfin el perjurioá. la mentira.

¡Cómo así, Señor! elPríncipe de los Apósto-1cs, la cabeza de vuestra Iglesia, el principal desus Pastores, aquel á quien habeis de confiar lasllaves del reyno de los cielos, el primero quehabeis de elevar á. la soberana silla que ha deser siempre superior á toda~; las sillas del mundochristiano, y el centro de la unidad; aquel queha beis destinado para colocarle en el edificio devuestraJgle~ia sobre la piedra fundamental;el quefué testigo de vuestros milagros, el que vió enel Thabor vuestra gloriosa transfiguracíon, elque oyó al Padre celestial llamaros su querid<?hijo, vuestro mas zeloso Apóstol es un apóstataque os desconoce'? ¡confunde te para siempre so-berbia humana con un exemplo tan vergonzoso!y consolaos vosotros, ó pecadores, que habiendopecado por engaño, ó por debilidad, llorais alpunto el desliz de vuestra culpable fragilidad: elSalvador va á daros en el arrepentimiento de sudiscípulo una prueba irrefragable de la efiCaciade su gracia. Volviendose á él Jesus, le hierecoiluna mirada de ternura, mucho mas eficaz quelas mas severas reprehensiones; con aquella mi-rada penetrante que habia ya convertido é int1a~mado en amor á la pecadora de Galilea, y a tiSamaritana. ¿Qué sentisteis entónces, ó grandeApóstol~ ¿Qué pesar os causó el aspecto de tanbuen Maestro'? ¿Qué inflamada saeta tiró á'vues:':tra alma esta tierna y eficaz mirada'?, ¡Ah! vues-

tras

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280 Sermontras amargas 1<~grimasnos lo dicen bastante, yconfunden justalliente la débil conrricion de losfalsos penitentes de nuestros dias .

.Mientras que Pedro llora la vil cobardía, queacaba de hacerle apóstata y perjuro; C3iplJassolo piensa en buscar medios para hacer morirá Jcsus : ¿ mas con qué pretexto se atreverá ácondenarle? ¡Ah Hermanos mios! vosotros lo sa-beis: vosotros particularmente los que vivis encorte: ¿faltará jamas pretexto á la envidia paraoprimir á la inocencia'? Ella le hal1a, y aun maspeligroso, en la religion. Este fué el recurso deCaiphas: es necesario, les dixo á los Judíos, quemuera un hombre por la salud del pueblo. EstePontífice dixo la verdad, sin creerla, ni quererlél.~a muerte' de Jesuchristo no solo es necesariapara la salud de este pueblo; pero lo es tambienpara la salud de todas las naciones: mas si esnec~sario que muera por todos los hombres ,. nopor eso dexa Caipbas de cometer el mayor delos pecados en hacerle mprir. El ministerio delos .malos suele servir para el bien públiCo, sinque por esto sean ellos menos culpables; y Dioscastigará severamente el mal del qual hace re-su1tar un excelente bien.'., Execute pues este Sacerdote impío el pro-yecto, que ha concebido secretamente contra layida de Jesus. UnConsejo abominable compues-to de los Escribas y Ancianos del pueblo, acu-.sadores infames, y falsos testigos hagan prevale-cer su depravado intento; mas no espere descu-_',ir en él la menor apariellcia de culpa. Si para

sao

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sobre la Pastan de '1esuchristo. 23 {.sacarle reo, le hace varias preguntas sobre susdiscípulos y doctrina, solo oye de él c~ta'res-pu{'sta. tan constante como mogesta. ·?,ql~f debespr.cguntar á mífyo 'siempre, he 'fnseñado,p~pli-;camente en las sinagogas y en el templo; prelgunta á los que me han oido.

, . ~Asi respondeis al Sumo Sacerq9te ~ le dixoentónc-es un criado d,e Caiphás·,q"Th~oclclin~ ,99rrfetada. ~Ciel0, en dónde, 'estan tus rayos2 i,. t.ier-ra , cómo no abres á este monstruo el seno delabismo? ¡Gran Dios! los Sacerdotes fueron abra-sados por la llama que salió del Santuario, porhaber, introducido en él un fuego profano:. el in-fierno se tragó vivos á los Levitas ambiciosos,por haber murmurado contra Tv1oises: hicis-teis perece,r á cinquenta mil Bethsamitas, por ha·ber mirado ~l arca con curiosidad: un infeliz 1s-rac-lita ,.,vi~ndola ladearse, se apresuró á echarla mano para sostenerla, y vos le castigasteis conmuerte repentina: hicisteis baxar fuego del cielosohre los embiadus oe un Rey de Israel al Pro-pl)eta EJias, porque le hablaron sin el respetoque ~ra debido!:. unos ospshambjeqt05 vengaronpor árden vuestra ~d:Prppb.e.(aEliseo.del peque-ño insulto que le hicieron únos muchachos: hi-cisteis secarse la mano ..congue Jeroboam hizoseñal d~ ,<¡lrr~sta.rá un ~hombre 5anto; ¡y guan·do vuestro querido Hijo padece el .mas sensibleultrage, parece qué no os daispor entendido! ¡Unmalvado le hiere en el rostro con el mayor des-precio, y no le sacrificais al punto á vuestra ira!¿,No hay rayos en vuestras manos, fuego en el

Tom. JI. Nn cie-

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,Sa SerrJJ011cielo, fieras. voraces en los montes; y rehusa elinfierno abrir sus abismos?

. :1j,¡Ma's' a~tónde Il\e arrebata unaindignacionihcodsideraéHt"?,Me olvido de que Jes'us es unDids! sufridor 1': ¡:fadfico; de que ha dado alPríncipe de las tinieblas absoluto poder sobre.su persona'; de' que se ha entregado. vo!untaria-tÜe'nte':~; la:'~ghbmfrliá y á la muerte, y de queqútere; enseñú' a süs discípulos á sufrir los ul-trages sin irritarse ni replicar. Si no ofrece laotra mexilla segun sus 111áxlmas , es porque nosquiere dar- la importante leccion de qué. en ,lossagrados" libros hay palabras que 110 se: débenentender siempre literal mente~ Temeria , redo-blando su. rnoderacion , autorizar la ostentacion.en la práctica de. la paciencia. Su mansedum-bre mas humilde, mas modesta, y por' serlo,taoto, mas dificil, soto le 'permite 'dar estarespuesta sencilla y natural, sí he hablado malmuestrame en qué: y si he hablado bien ¿ porqué me hieres'?:

¿Eres Hijo de. Dios, le dicen los Jueces conel designio 'de sacarl¿ ~t'e~'? y er Salvador, quesabia que esta. verdad: le ~ba á costar la vida,la confiesa claramente y sin rodeo, para ense-ñarnos á confesarla tambien nosotros', aunquesea á costa de la vida,' Sí, ~es' dixo ,yo soyHijo de Dios. '. '. I

A estas palabras el SUmo Sacerdote ,. en vezde adorar humildemente á este hombre Dios,rasgó sus vestiduras transportado de ira, ydixo, ha blasfemado: ¿ qué necesidad tenemos

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sobre la Pa#on de·Jesuchristo. ~aa,de testigos'?' i, qué os parece? Pontífice impio, jo

t,á quiénes consultas para juzgar? La posteri-',dad decidirá qual de los dos ha: blasfem'l-do.,.Los siglos venideros te juzgarán, porq.ue ver~n:que, rasgando tus vesu.H!Jfas con~ra Ja prohi-.bicion hecha al Sumo Sacerdote en el Leviticotte has despojado,' sin advertirlo, de los oma-,mentas pontificales; que ha~ perdido el. den:=-:;cho de usarlos; que has mostrado. la ,abr,oga-cion de la Ley, eI..fin d~l. antiguo. Testa~entoy la extincion del sacerdociq en~re 1.os J udios.Te verán los siglos venideros con. tanta indig-nacion como menosprecio, ser á un mismo tiem-po testigo, juez y q.~usador .en la ca.\1~a.d~l I1;lassanto de todos 10$ hombres. ·Adorarán ~Pl1:JO' áDios al que llamas blasfemo, y tu pretendidablasfemia será reverenciada por todos los pue-blos. Abominaran de" ~í.en to,da .la. tierra todaslas edades, y la voz, l1nánime d~ los. S~nq40-:res que declaró. á.. ]e$¡us.reo qe muerte, cap~,ár~horror á quamas naciop~s existieren~

i Qué diluvio de males y ultrag~s no pro~duce e~ta horrible sentencia '? J esus q,1,l~dara.yaabandona,c,ig,~ la )nsolenci;~ld~ lQ~,Frj.~po.~:;,á labrutatidad qe;. 1001§oI~a:dos;,':Y.,á í¡;J p'rl!.el4~d;~elos verclugos. Unos ,esc)ayo$ , hi:lbjén~ole,'venóa'"do los ojos, le dan bofetadas, y l~ dicen des-pues, adivina quien t~ clip. ¡O .necios! ,pensaisque, n? verá aJ, que le hier~~l q~e.;yió, nac~r, el}el ,coiazon de Judas su,;alwrr¡i~~pl~ Jraicjon;el que vió fraguarse en .1as·.~lrn.a~,.pe)9.$Pha~riscos y Sacerdotes l~, conjuraciou. que le va á

. ' , Nn 2 .. QJ11-

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~g4 "." :Senllon' "~ "

quitar la vida, y adivinó tantas 'veces los pen-samientos de sus discípulos y de sus enemigos'?l.'No lo vió todo de antemano quando dixo ást:l.s'Apóstoles 'f ·el Hijo del hombre será entre-gado "á los 'Géntiles·;' ma1trátado ;, escarnecido yazotado? Víó los diversos oprobrios de que lehabían de colmar, y la niuerté afrentosa quehábia· de padecer entre dos ladrones; vió laJilaravilJa portentosa de 'St] resurreccíon, y se-ñalO" el lugarl en que ·lé debían ·esperar sus' dis-cípulos; vió al Espíritu Santo descender delcielo para consolarlos d~spues de. su gloriosaaScension, vi6 á su Igle~ia qU'e al princip:o eratani. pequeña''Como "un grano- ~e mostaza, ha-éerse {un árhbl· de ··una prodigiasamagniwd;vió, no sin lágrimas, á Jerllsalem en¡er¡Hnentedestruida, y no yuedando en ella piedra sobrepí~dra ; vió lo? falsos' I Propheras que habían deimpug'nar·'sh :reHgibn, y seducir los fieles; en:fi¡if-;~!~xcendiendd hr vista' hasta el fin del- mun-do, vió el tremendo aparato del juicio uCllver-sal, y la destruccion del universo ~ siendo estoasí, l.cómo piensan encubrirle sus ,'manos sa'"críleg~5 lós .peryérsos:' ~ue~e:¡ab6f~té~m ".y eIti-baraiar;'t'dh túl,'zenclal'!Ja" viSti<:t'qHe. péiletra elvelo de lb venidero, y la' densa obscuridadde las edades que han de existir~'

En .este miserable' estado de ignominia ydesp~ed'o 'fasó Je~us' toda· la 'náche; y si learnatiec~ e -{tia ,'es ¡Pata llevarle-ttfreritosamenteal tribunal :dePilatos , donde le acusan de ha-ber tornado la qualidad de Christo, y el títu-

lo

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sobre la Pasion de :Jesf.tchristo. 285lo de Rey: mas asegurado este Juez de queel Emperador, su Señor, no tiene nada quetemer de un Rey, cuyo reyno no es de estemundo, que solo quiere extender su imperiosobre las almas, que tiene el trono en el cie-lo, y solo está en la tierra para dar testimonioá la verdad; desprecia la acusacion de los J u~dios, y le pregunta que cosa sea la verdad,mas sin esperar la respuesta: semejante á lamayor parte de los Grandes del mundo, quepreguntan por la verdad; pero que se ofende-rían de oirla , y que nI) merecen saberla.

Sabiendo Pilatos entónces que Jesus era dela- j nri::;diccion de Herodes, se valió de estaocas ion para evadirse de dar la injusta senten-cia que pedía el pueblo, y se apresuró á em-biar á Jestls á este Príncipe que hacia muchotiempo que deseaba conocer á un hombre tatlcélebre por sus milagros, virtudes y doctrina.Herodes, luego que ~e vió, pensó que hariaalgun milagro en prueba del soberano poderque había admirado tantas veces á la Judéa;mas el Salvador no concede sus milagros á lacuriosidad, los concede á la fe ; á aq1!lella feviva que mostraron la que padecía fluxo desangre, la Cananéa y el Centurion ; á los do-lorosos clamores de los enfermos qtle le ím-pIaran; á la piedad de un pueblo muy deseo-so de oírle; á la oracion l~umilde y fervorosade los discípulos consternados por un naufra-gio inevitable ~á la suma afliccion de una ma-dre desconsolada por la mur;:rte de su hijo; á

la

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~86 Sermonla compasiva ternura de una -hermana, que cla-ma por la vida de su hermano; y no ;i la im-piedad de un Prín~.::ipeque solo quiere satisfa-cer su curiosidad: así,~ehusa aun tf.ldos los díaslos prodig~os al incrédulo que quiere ver al-guno de ellos antes de creer: á los avaros quequieren hacer servir su omnipotencia á sus vi-les intereses, y á las almas de una piedad apa-rente que le tientan con sus súpli-cas.

Nu verá los milagros este Príncipe sacríle-go, que solo los pide para divertirse: se le nie-gan á él, como se le negaron á la infame ra-za de los Escribas y Phariseos que no los pe-dian con mas sana intencion. Quiere no obstap-te oír hablar á este hombre célebre, y juzgarde él por sus discursos; mas le pregunta envano, pues no le puede hacer proferir una pa-labra, enseñándonos Jesus con este profundosilencio que solo responde él á los que le pre-guntan con un corazon recto y sencillo; qt,le elnacimiento, dignidades y honores no dan de-recho alguno á sus gracias; que hace que seoiga rara vez su voz en las cortes; que noson los lugares mas proprios para predicar lasverdades de su Evangelio; y que vino á anun-ciárselo prin~ipalmente á los pobres. ¡Oh Chris-tianos! ~no os parece mas adorable en este hu-milde silencio, que en sus mas portentosasmaravillas~

Herodes y su corte que no conocian las vir-tudes de la modestia y humildad, juzgan muyal reves , y solo miran á Jesus como un faná-

ti-

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sobre la Pasion de 'Jestlchristo. 287tko menospreciable. Le hace revestir com9 áun insensato de una ropa blanca, y se lo remi-te á Pilatos, des pues de haher exercido en élaquel espíritu de censura y malignidad tao co-muo en las cortes, que trata de ridícula lapiedad que no es protegida por el Príncipe,que no contiene coo su exemplo la propensionde los que le sirven ,. á tratar con despreciola religion , sus ministros y sus misterios.

Prosigamos ~ de aquí adelante no habráinstante en que el Salvador no padezca un nue-vo tormento. Pilatos bastante debil para con-descender eo alguo modo con las instancias delos magnates y del clamor del pueblo; mas.basta ahora bastante recto, para no pronun-ciar sentencia de muerte, condena á Jesus ácrueles a~otes , creyendo que aplacaria así elfuror de sus.' enemigos; y apenas se decreta es-to., quando los. soldados llevan á empellones álesus al pretorio, le amarran á una columna"y rasgan su adorable carne con multitud de.azotes dados con latigos y con varas~ No tar-da su preciosa sangre en derramarse· y correrbasta el suelo, y todo su cuerpo es ·una gran-de herida: él no se cansa de sufrir; y los ver-dugos se cansan de azotarle .. Aquí, Hermanos'mios, me embarga la V07J el sentimiento, y asídispensadme de que junte mis refleXIones á es-ta dolorosa narracion. j Ah! los Angeles mis-mas, sepultados en un pesar profundo, no pue-den menos de declarar su asombro con un ex-traño sobresalto ,. siendo. tan grande su triste-

za,

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Sermonza, que quedan c()mo inmobles : imas qué! ¿0sha aprisionado Dios, ó no sois ya ministrosde sus venganzas'? ¿Sufrireis que sea desgar-rado cflleImente el que os está mandado llevaren palmas? ¿ No os dará la indignacion las fuer-zas que el sentimiento parece quitaros? ¿ Dóndeestá la terrible espada con que guardabais J~puerta del paraiso terrenal? i la espada que d~-golló en una noche á todos los primogénitos deEgipto? i la que detubo á Balaam en el cami-no? t, la que acabó con todo el exército delRey de Asiria? i Dóndc estan los látigos ven-gadores que castigaron á Heliodoro por su im-piedad? i Ha habido jamas mejor oca.sion dearmaros contra los perversos? i La entrada deun jardin delicioso abandonada á unos hombresculpables, la esclavitud dc un pueblo, las mal-diciones de un Propheta, la toma de Jerusa-lem , la profanacion del templo y el robo de sustesoros qué son, comparados con el supliciode un Dios? ¿ Espíritus bienaventurados, quepublicasteis por los ayres. su nacimiento, quele servisteis en el desierto, como á vuestro Dios,y que le acabais de confortar en su agonía, ledesamparais ahora en sus oprobrios y sufri-mientos ? No, Hermanos mios; J esus que seha resuelto á padecer, es el que no permite alcielo que le defienda. Ha llegado se hora; ysus verdugos podrán de aquí adelante saciaren él impunemente- su inhumano furor.

A este fin, Hermanos mios, si le desatande la columna, y dexan de azotarle, es P?ra

m-

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sobre la Pasioll de :Jesuchristo. 289inventar nuevos uItrages y nuevos tormentos.Hacen una corona de espinas, y se la aprie-tan sobre la cabeza; le cubren por escarni(}de un manto de púrpura; le ponen en la ma-no una caña por cetro; habiendole vestidoasí de Rey de farsa, se le arrodillan, y danel título de Rey de los Judios , y quitándolela caña de la mano, le dan golpes, y aprie-tan con ella las espinas hasta taladrarle lacabeza, y hacer correr la sangre por su rostro.

¿Pero me engaño'? ¿Es este el Rey pro-metido y deseado desde el principio del mun-do; el Soberano de los Reyes de la tierra;

. el Monarca triunfante que debia salvar á supueblo, cuyo trono debia resplandecer mas queel sol, que debia empuñar el cetro de la equi-dad, cuyo imperio debe ser eterno , y cuyopací tico reynado debia hacer felices á los hom-bres'? l,Es este, gran Dios, el Soberano de lanaturaleza, ungido por vos mismo, al que pro-metisteis por herencia las naciones y toda latierra, y para el que elevasteis un trono á.vuestra diestra, para ponerle á sus enemigospor escabel'? Vaya léjos de nosotros esta du-da sacrílega, Hermanos mios. Reconozcamosfielmente, y adoremos al verdadero Rey de cielosy tierra baxo estas afrentosas insignias de sobera-nía. Para obtener su augusto imperio, debe tolerarla ignominia con que le insultan: los soldadosimpios que le ultrajan, aseguran para lo veni-dero su glorioso rey nado : se deben sujetar á es-ta caña todos los cetros del mundo, é inclinar

Tom. II. 00 sus

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~90 Sermon$U~ cabezas á esta, corona. de. espinas los rnayo-J;es Reyes. .

No se satisface· el furor' de· los J udios con elnuevo torment() que acaba le.sus de padecer. Eracostu,w.bre de todos los a:ños da!; libertad á unpreso" y así les dixo. Pilatos t..á. quiénquere.is li-bertar, á lesus ó á Barrabás , que es reo. de ho-n'licidio y {auto( de. una. conjuracion '? Mas. sumalicia burló la esperanza de Pilatos; porquepidieron á geandes voces qu.e Barrabás qued.a.se.Hf:-re~y ~ue Jesu.s muri.esc.. .

¡Para qué ultrage e~taba res.ervado, el Hijo,del Altí.sjn)Q,! No" el pagal:1ismo. no. cometió un.atentado tan, injurioso, á la. Dívinidad~:. Es cierto,que en, los siglos. de la ignorao~cia eJ verdadero,Dios,. des.cooocido del univen¡o, vió suDstituir. en.su lugar los. pretendidos héroes, y tributar á sus~státuás las adoradooes que se le' negaran: mas&i los, paganos, deslumbrados de. sus vanas ideas,.multiplicaron. los. fals.os dioses, colocar.do entrelos inmortales á los: IDU.erlOs.célebres, á lo menos.(la cometieron el sacrilegio. de. poner al verdade-f.o Dios. eutre lps, Il.Hlenos. E.staba re~eJvado alpue.hlp. mas. fa.vote_ciclo de. Dios. y mas ingr;:uo,sob(epujar todos los. ultrages, de la idolatría, pre-firiendo'no el cu.lto. ge un héroe_ ó de un ídolo.al. culto del Altísimo, mas el suplicio de su Diosa.l suplicio, de. un h.omicida._ Naciones idólatras,gloríaos_ de. ser: menos culpables. que este puebloferoz ;.y nosotros ,. Hermanos mios. avcrgonc.e-1}lonos de ser,.con d~sdoro del nomhre christia-n.Q, mucho, masculpable,s que los Judios. Todos

,. los,

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sobre la Pasion de lesucbristo. 291

los días renovamos en el seno de la Iglesia el ul..•lrage que se le hizo una vez á Jeslls enmedio deJerusaletn. Es verdad que -no preferimos á Bar-rabás; pero preferimos á él la gloria, la fortu ..•na, el placer, el oro, la plata ,una beldad fragil,una vil criatura: sí, por estos miserables objetosrenovamos mil veces en nuestros corazones ladolorosa muerte de Jesuchristo: y si en .esreins~lante preguntase yo, como Pilatos, a mis oyen-tes t,á quién quereis crucificar en vuestras almasá Jesus, ó al objem de vuestros culpables deseos'?m~chís.imos me respGnderian, muera Jesus, y vivamI paslOn.

Si deseais tamo la muerte de este Justo ..,di....xo Pilatos á este pueblo inhumano, lavandose lasmanos., tomadle vosotros, y crucificadle; porqueyo no quiero hacerme reo de su muerte~ Caiga,caiga su sangre, gritan todos á una voz ,sobrenosotros y sobre nuestros hijos.

Serás oido, pueblo sacrílego. Caerá esta san·gre sobre tu cabeza, y sobre tus descendientes,con la maldicion del cielo. Muy en breve serávengada con la total ruina de Jerusalem, y conla última destruccion del templo. Esta sangre vaá dispersar toda la nacion por las guarro partesdel mundo. Despues de haber derramado cruel-mente la sangre de este segundo Abel, andarásvagueando como Cain, sin Rey, sin altar, y sin¡acrificio. Esta sangre re imprimirá ~n la frenteuna horrible marca que eternice tu afrenta. Ha-rá que te abominen los pueblos, y que te ultra-ge el universo: agravará sobre ti para siempre

002 la

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2 92 Seri¡¡onla mano del Señor. La persecucion que va á Ie-vantar contra tí, no se acabará hasta el fin delmundo. No esperes ya Prophcta que te consue-le, ni conquistador que rompa tus prisiones: tuesclavitud y tus calamidades se extenderán hastalas últimas edades. Un pueblo nuevo y benditorecibirá con el mas profundo respeto y venera-cion esta sangre que tu pides con impiedad. Se-mejante á la sangre del Cordero Pasqual, solocaerá sobre sus cabezas, para preservarlos delAngel exterminador, mientras que atraiga sobretí las maldiciones y el anathéma. Rociados conesta preciosa sangre no temerán los rayos delAltísimo; pero la misma sangre será sobre tufrente una señal patente de I~ ira del cielo, y unsello visible de tu reprobacion.

Entretanto los clamores del pueblo sediciosovan\ en aumento, y atemorizan al Gobernador Ro-mano que estaba vacilante entre la justicia y eldeseo de complacer á los Judíos. Al fin fué ven-cido por esta última exclamacion del pueblo, sino haceis morir á Jesus, no sois amigo del Ce-sar: y á mí me parece, Hermanos mios, que noextrañais que se rinda Pilatos á esta razon losf.jue,amenazados con la indignacion del Soberano,sacrificariais con la misma debilidad vuestras massagradas obligaciones al deseo de complacerle;si él, mas religioso y virtuoso que vosotros, ysabiendo que Dios es vuestro primer Soberano,no reconociese la obligacion indispensable de eXI-giros solamente lo que fuere justo, y á lo queestá obligado un vasallo verdaderamente chris-tiano. ,0

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sobre la Pasion de 1esuchristo. 293iD Salvador de los hombres! nn cortesano

cobarde fué el que pronunció sentencia de rpuer-te contra vos. Luego que oyó el nombre del Ce-s~r ,ya no escuchó mas la voz de la naturaleza,ni las leyes de ]a justicia, ni el clamor de supropria conciencia. ¡Leccion admirable que davuestra infinita bondad á los que por vuestra pro-videncia asisten al trono, para enseñarles que de-ben subordinar á la religion el noble deseo decomplacer al Soberano, y la ciega inc1inacioll áobedecerle!

Dexemos á los Judíos apoderarse con furorde la presa que tanto habian apetecido: dcxemosá Judas quitarse con el último pecado la vidade que se juzgaba indigno, despues de habercausado la muerte de su Dios: dexemos á losSacerdotes constantes en su resoludon, . oir sinalterarse el testimonio que les da de la inocenciade su maestro, volviendoles el precio de su trai-cíon: dexemosles cumplir las prophecías, sinadvertirlo, comprando con este dinero el campodel Ollero: y apresuremonos á segu ir á Jesus alCalvario. Vamos con él fuera de la ciudad, lle-vando la ignominia de su cruz. Este es el here-dero de la viña, aquel hijo querido que fué echa-dode su heredad, y muerto por los usurpado-res, que habian quitado la vida á los criados en-viados antes que él : es la verdadera víctima fi-gurada por las que en el dja solemne de la ex-piacion se cargaban de maldiciones y de todaslas iniquidades del pueblo, se ofrecian y quema-baa fuera del campamento por sus pecados, y

cu-

"

~

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294 Sermoncuya sangre abria 'en solo este día el santuarioal Sumo Sacerdote. No hubiera cumplido lesusesta gran figura, 'Si, para santificar á su pueblo,no hubiera ido fuera de la ciudad á padecermuerte. Todo, hasta e11ugar de su suplicio, de-bia anunciar la víctima que iba á expiar todoslos pecados del mundo. Jerusalem, aquella ciu-dad sacrílega que habia asesinado los Prophetas,no merecía que se hiciese este soberano sacrifi-cio dentro de sus muros. El templo no era dig-no de tan santa oblacion: dexaba ya de ser ellugar santo, la. casa y santuario de Dios, y ha-bia llegado el tiempo de su reprobacion. Eranecesario, dice San Lean, que el sacrificio uni-versal y comun en favor de todos los hombres sehiciese fuera del templo y de la ciuJad. Debíaofrecerse so~re un monte el precio del rescate<lel linage humano. Debía colocarse el altar deun modo <:onvenieme á la grandeza de la víc-üma" y el templo no tenia bastante amplitud.Debia enarbolarse la cruz en el Calvario, pa-ra mostrar que no era ella un altar particu-lar de la Judéa; mas sí el ahar público del uni-verso.

Camina Jesus al lugar del suplicio con dosladrones, que para que creciese la afrenta clara-mente próphetizada, debian ser crucificados conél: y como si no bastara quearrasrrase un cuer-po extenuado con las vigilias y tormentos, quie-ren tambien que este segundo Isaac lleve sobresí al mOBre.t-t·madert>en que ha de ser sacrifica-do. Mas ¿,qu~'veo~ ca~ en tierra oprimido del pe-

so

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sobre la Pasion de Jestlcbristo. 295so de la cruz, y sus verdugos, temiendo que nopudí'('se llegar al suplicio,alqnilaron á Simon Cy-rineo que se les pres.en.tó en el c<tmino del Cal-vario, para que ayudase á Jesus á llevar el pemque le oprime. ¡Un Dios caido y abrumado naxodel pesado leño en que va á perder la vida! iquémotivo de escarnio para el incrédulo que no me-rece el don de poder profundizar los misterios deDios: ¡mas tamblen, qué grandes y sMb1il111esver-dades no presenta este espectáculo, á los que le..ven con 1:,1 luz de la fé ,.

Sí,. Chrjstianos, lesus cae oprimido del- peso·de la cruz..; mas pensad que es aquel Dios, et mis-mo Dios que se ddeytaba con: el Padre' ceJestialen fixar y consolidar la tierr.a sobre StlS; cim.ien ..•tos, en ahondar los abismos de lOE malies, en real-ozar los montes" en extender y desplegar los. cie:-Jos ca 1l'1o; un pabellon, en esparci'f por el ayrelos inmensos globQS que circulan sobre nosotros;.pensad qu.e es el Dios que vieron los Prophe.tas.sostener como con tres. dedos el gIob0 de 13l tier-ra, equilibrar los mames, pesar 10.5 cielos"y hacer:'arrodillarse baxo de sus pies, las p.otestades quepor órden suya, sQsti.enen elllHlfldo. Pensad qtle:es el vencedor del Demonio que, ocu1tandole suv.ictoria baxo. las apariencias de un afrentoso·ven~cimiemo,y su Div.inidad baxoel exteúor-de1hom-bre mas d.ébil" lleva no· obstante. en. su. cruz, elglorioso instrumento, de su. trtlmfo,.y el. troféode.$U victoria. Pensad qpe es el Rey del universoque va á fixar en el. Ca,lvario la soberana ban-d.tra. que dt:bl':il. seguir alg,un día. los Soberanos.

y

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296 Sermony sus pueblos. Si le veis que no puede soportar unpeso que no excede á las humanas fuerzas, pen-sad que se hace débil por uno de sus mayoresmilagros: porque no quiere exercer sus fuerzas,sino vencerlas; no dexar obrar su omnipotencia,sino reprimirla.

Unas mugeres, cuya fe imperfecta y groserano se elevaba ciertamente á grandes objetos, se-guian á Jesus al Calvario, y derramaban Egri-mas: pero muy al cont,:,ario de todos los infeli-ces, que apetecen consuelos y algurí género dealivio en la compasion de los otros, el Salvadordesecha los llantos estérile~ de estas mugeres, ylas enseña á llorar sus desgracias en vez de afli-girse por un suceso que obra la salvacion delmundo. No quiere que derramen lágrimas porél, mas por la suerte deplorable á que estan re-ducidas por el pecado; por la suerte de sus hi-jos que van á cubrirse de una eterna afrenta; por.la suerte de su patria que será destruida en cas-tigo del deicidio que en ella se va á cometer; porlos miserables mortales que fueren víctimas delas últimas calamidades que padecieren al findel mundo; por la suerte de todos los hombresque serán juzgados con un aparato terrible, y unrigor espantoso. ¡Qué amenazas en la boca de unhombre que cae debilitado en tierra, y carninaal suplicio mas ignominioso! ¡Ah! si padece co-mo el hombre mas despreciable, se ve bien quehabla como Dios, y que reune en sí con la fla-·queza humana la grandeza de la Divinidad.

Tal vez estrañareis, Hermanos mios, queJe-

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sobre la Pasion' de jesuchristo. 297Jesus deseche y repruebe así las lágrimas quederraman al verle unas mugcres compasivas,siendo- él el que se quexa por David de no ha-llar quien le acompañe en su tristeza. iAh Her-manos mios! ¿ es estraño que Jesus repruebe unaslágrimas que provienen de una compásion me-ramente humana; unas lágrimas que degradansu sacrificio, suponiendole involuntario; unaslágrimas enfin que nacen del errado conceptode que va forzado al suplicio, de que se rindeá los esfuerzos de sus enemigos, y de que nopuede librarse de sus manos homicidas el quepor el contrario ha de hacer servir á su gloria:la ignominia de su pasion ~ ¿Convenia, dice SanLean, que tributasen estas mugeres lágrimasásu triunfo, y que precediesen los lameptos ála victoria que iba á conseguir'? .

Ya, Hermanos mios, ha llegado Jesus allugar del suplicio: ya los verdugos han desnu-dado á este nuevo Adam que sufre este rubor,para pagar la pena del pecado, que causó elmismo rubor al primer hombre. Ya han reparti-do sus vestidos, y sorteado su túnica, segun es-taba prophetizado. Este es el instante, el cruelinstante en que clavan en la cruz esta inocc;:ntevíctima: los clavos traspasan y desgarran susadorables pies y manos, y su sangre riega latierra; pero muy diferente de la sangre de Abe!,en .vez de clamar por .la venganza, corre parasalvar á los que la derraman con crueldad, yla boca del adorable crucificado se une al cla,..mor de la sangre, para pedí r el,perdon de sus ver,-

Tom. 11. Pp du-

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298 Sermon-dugos. Padre mio, exclama, con un amor quejam;.:s se había visto, Padre mio, perdouales;porque no saben lo que hacen, ni conncen laenormidad de su pecado.

iQué placer nos causa, ó Seilor, el airas11ahlar así en los tormentos! mas esta manse-dumbre nos hdce mirar con m.1yor horror á los

:monstruos á quienes ella no pudo enternecer.Vengad, Señor, ya que no vuestra muerte, á)0 menos el menosprecio de vuestra demencia.Arrehate la muerte á estos malvados quando es-len comiendo, cerrad sus oj03á la luz, abatid·los hasta la tierracotl. el peso de las desgra-'cías , derramad sobre ellos todas las plagas devuestra ira, no quede viviente en sus casas, acu-mulen pecados, no panicipende vuestra justi-cia, sean borrados del libro de los vivientes,

'y no se' escriban sus nombres con los de los San-·tos. Estas maldiciones profirió un Propheta,transportado de ira contra los verdugos de Je-sus, y contra el pueblo parricida, que pidió sumuerte, imas qué diferentes -son los sentimien-tos de este manso cordero baxo la mano qne ledeguelIa! El furor del pueblo, y la inhumani-dad de los 'soldadosno bastan para alterar sumansedumbre. Excusa por el contrario :su enor-'.theatentado, y ruega ásuPadre que les perdo-,ne el delcidio, que cometen . por ignorancia.. .

~Qué hombre, 'qué justo, qué Propheta hu-bo jamas que mostrase tan grande paciencia ymansedumbre'? Job en el exceso de su afiiccion,'maldixo el:dia de su nacimiento ; respondió con

maI-

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sobre la Pasion de j-esuchristo. 299maldiciones á los insultos de sus amigos, y sequexó al mismo Dios de que era castigado sincausa. Zacharias. al espirar baxo de una nubede piedras, exclamó, sea Dios el testigo y elvengador de mi muerte. David, el hombre masp:lcífico que se ha conocido, en los últimos ins-tantesde su vida mandó á Saloman que castiga-se con acerba muerte los atentados de Joab ylos ultrages de Semel. Jeremias, viendo que losJudios pedian con gran furor su muerte, 10$

llena de maldiciones, y concluye con estas ter-ribles palabras, no les perdoneis, Señor, su mal-dad; y su pecado jamas se borre delante de vos.Los jóvenes Mártires del libro de los MacabeosnO"cesan de amenazar al tirano con el poder deDios, con sus juicios y con sus castigos. El mis-mo San Pablo, aquel Apóstol cuya fe y pacien~cía estaban can acrisoladas con las persecucio--nes y trabajos, abofeteado por árden del Prín ..•cipe de los Sacerdotes, le dixo, Dios te heriráá tí, pared blanqueada. ¡Quán al contrario, óSalvador mio, os oigo hablar desde la cruz!perdónales , Padre mio, porque no saben laquehacen. iAh! las lecciones que dais al mundoson mucho mas admirables que las de vuestrosPropbetas; y vuestros exemplos no tienen se-mejantes; en ellos reconozco al mayor de losjustos. Convenía, Señor, que us mostraseis, mu-cho mas benigno, sufrido y cadiativo con vues-tros enemigos que se hubieran mostrado losciernas justos.

t,Hubierais creido tal cosa, Hermanos mios~Pp :;) Pa-

-',J

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300 SermonPalabras tan tiernas no desarman el furor depueblo, ni h inhumanidad de los soldados: so-lo responden á ellas con ultrdges. No se oyeotra cosa en el Calvario, que el repetir gritando,si es Hijo de Dios, que baxe de la. cruz; si esel Rey de Israel, que se desclave de ella, y cree-remos en él; venga Dios á librarle, si es Hijosuyo. Sacerdotes, Senadores, Doctores de laley, pueblo, verdugos, todos le cargan de bal-dones. ¿Podriais ,Hermanos mios, oir sin hor-ror tan grandes blasfemias ~

Si es Hijo de Dios, que baxe de la cruz.¡Ah! léjos de baxar de la cruz. por ser hijo deDios, el principal motivo de no baxar de ellaes ser hijo de Dios. ¿Corresponde á la dignidadde un Dios responder á los insultos y baladro-nadas de algunos malvados;? ¿Un Dios será tandébil, que regule su proceder y el uso de suomnipotencia por los ultrages de sus enemigos~tU n Dios sacrificará á un instante de vanaglo-ria y ostentacion todos los frutos de su encar-nacian , y los infinitos méritos de sus trabajos'?tUn Dios que viene á enseñarnos el menos'pre...cio de las injurias que se oponen á nuestras obli·gaciones, faltará á su~ promesas, por no des-preciar un u1trage; y dexará perecer el linagebumanoque se ha obligado á rescatar, pormostrar á los infames que le insultan, que pue-desalvars~ á sí mismo'? ¿Su vana arroganciapuede hacer bastante impresion en un Dios quees infinitamente superior á los ultrages, paraaacer le mudar todo el plan de la religion, y

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sobre la Pasion de 1esuchristo. SOl

toda la constitucion de la ley; para hacerle fal .•sificar todas las prophecias , y la admirable se-rie de figuras que con tanto esmero. habia dis-puesto ~ Si es Hijo de Dios; porque lo es le de-be mostrar hasta la muerte 'su entera obediencia,sufrir los decretos de su justicia, concluir su mi-sion, y olvidarse de sí , para procurar única-mente la gloria de su Padre. Esperen los Judíos,para creer en, él, el· milagro que le piden tonun descaro abominable; pero yo, no le creeriaHijo de Dios, sino espirara e~ la cruz. No cree .•fía yo en él , si para acreditar su poder en pre-sencia de algunos malvados, abandonara en elúltimo instante un sacrificio comenzado ab ?eter-no en el seno del Padre, continuado en el senode Maria, y preparado para finalizarse en elCalvario.

Si es el Rey de Israel, desc1avese de la cruz,y creeremos en él. N o , no os da-rá esta preten-dida señal de su soberanía que le pedis; porque lecausaria desbonor. No es este el tiempo en quedebe hacer brillar su poder: su resurreccion'restablecerá su gloria. Ahora es necesario quesu muerte afrentosa le merezca este gloriosotriunfo sobre los enemigos de la redencion ysalvacion de los hombres. i, Acaso creeis qlJe,para causar á un pueblo incrédulo un asombroesteril y momentáneo, cederá á Satanás la cruz,que es la insignia victoriosa con que le debevencer, echarle de su imperio y quitarle tantasvíctimas'? No, no caerá en este lazo que le ar-ma el Demonio asombrado de tan gran pacien-

cia:

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Sermoncía: en vano le provocais á que salve 5u'vida:naeb suspenderá su combate, nada impedirá suvíctoria, y nada retardará el tiempo de sutriunfo.

Líbrele Dios, si es Hijo suyo. Insensato.c:,¿ quán estraña libertad deseais en prueba de queJesus es Hijo del Altísimo'? No es necesaria otraprueba que vuestras blasfemias, las quales esta-ban prophetizadas: los mismosultrages que lehareis, nos precisan á: reconocerle por el ver-dadero Mesías. Permaneced en la cruz, ó Sal-vador mio, y terminad en este altar el sacrifi·cío de vuestra vida, y la obra de n~estra reden-cion. Yo os adoro en ese estado ignominioso enque os ultrajan vuestros enetuigos, y considerocomo una nueva prueba de vuestra divinidad larepugnancia que mostrais , en dar una señal su-perflua, indigna de vos, y funesta para todoslos hombres •.

Así lo juzgó, Hermanos mios, uno de losladrones crucificacios con lesus. Oye á su com-

'pañero juntar su~ blasfemias con las de los Ju·dios, y-Je responde con un zelo que nos debiera.animar á nosotros, quando oimos blasfemar ddSeñor y de sú religion. Al tiempo que se con-fiesa digno de muerte, publica la inocencia deJesus. Ilustrado de una fe viva, le reconoce ápesar de sus oprobríos por un Rey que extiendesu poder mas allá. de la muerte, y le ruega quese acuerde de él en su reyno. Por la eficaCia dela sangre de Jesuchristo un ladran se hace en:un instante el primer apologista de su inocencia,

el

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sobre la Pasion de Jesuchristo. -303el prim'er confesor de su re yno celestial, el pri-mer defensor de la fe ,el primer modelo de losfieles atribulados, y el primer mártir de la re-ligion. El Salvador, mirándole con aquel agra-do que llena de paz y de consuelo á los infeli-ces, le dice, hoy mismo estarás conmigo en elparaiso. ¡O Dios mio, cómo consolais á los queos invocan con toda humildad! '¡Ojalá. que -á lahora de mi muerte os diga yo con el mismo afec-to, llcvadme, Señor, á vuestro rey no; y queme respondais con las mismas palabras , hoy-es~tarás conmigo en el paraiso!

Felizmente -invocado, y ultrajado impune-mente, el Salvador conserva su'carácter de man..;.sedumbre y beneficencia. Toda la mancia é in-solencia de los hombres no le pueden hacer rom-per el silencio, ni turbar la. paz de su alma. Vossolo, ó Padre celestial, vos solo podeis pene-trarle el corazon con una rnir~da. Quando veissu suplicio, como si vierais -el de algun malva-do; quando -le mostrais desde el cielo la vista,inflamada que abrasa los malos:, :y mas' pareceispresidir á sus tormentos, y encruelecer á; susverdugos, que ,sostenerle y consolarle ;' 'j ah! en":tónces saca fuerzas de flaqueza, para clamar ávos diciendo,' Dios mio, Dios mio, i.por quéme habeis desamparado'? j Oh! por este clamorpodríamos entender el gran mal que hay en;serdesamparados de Dios,;:y en él 'hallaríamos gran-des instrucciones, si no nos ocupasen otras ideas.

¿ Qué oígo yo todavía ~ Ha salido-la últimapalabra de la boca moribunda qe1 Salvador.'

, ¡Qué

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304 Sertl10'Z

¡Qué Qotable y preciosa es, y quántas útilesverdades contiene! es un oráculo misterioso,Hermanos mios, que,yo os quiero hacer meditar.

Todo se ha consumado. El cielo ha cumpli-do sus promesas; el tiempo de las figuras ha pa-sado; las sombras han desaparecido; todas laspfophecias se .han verificado; quanto habia es-crito del Mesias en el gran libro de los divinosdecretos se ha executado fielmente; se han lo-grado los deseos de lo.>Patriarcas y de los Pro-phetas, y ha llegado la plenitud del tiempo.

Todo se ha consumado .. Se ha abrogado laLey antigua, se han abolido sus sacrificios, seban desechado sus ceremonias, sus misterios ysacramentos son impuros, y sus fiestas profanas;el Señor ha abandonado el templo, ha supri-mido el sacerdocio, y .excluido la Sinagoga.

Todo se ha c0n$umado . .se ha establecidocon solidez la .Ley:nueva, se ha sellado el nue-vo testamento, ha sucedido el Evangelio á laley de Moyses, se ha rasgado el vejo de las escri-tu ras , un órden mas sublime de religion ha su.•.cedido al an6guo: habrá en adelante una óbla-ci~n mas. pura, .una víctima mas preciosa, unsacerdoCio mas santo, y 1Ul pueblo mas fiel ;ha~brá ceremonias mas solemnes, sacramentos mas~fic~ces, templQsmas augustos, leyes mas per-fect~s ,graGias mas elevadas·,.mejoc alianza; yel espíritu de adQPcion reynad. en lugar del te-mor que formaba esclavos.

Todo se ha ·consumado. Jesus ha triunfado\'le su~ enemigos., ha conquistado su reyno, l~

ido-

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'soore la Pasionde jesuchristo.soSidolatría ha recibido un gblpe mortal, la sabi·duda de los Philósophos se ha confundido, los<>ráculos van á, ~sat ,-los Demollj.os han sidovencidos, los infiernos, se han cerrado, y la muer:"te se ha destruido.

Todo se b~ consumado. El decreto de nueso.tra condenadoR ya no sl,lbsiste, se ha borradocon la sangre de Jesuchristo, nlJestra redenciones suficiente, se pagan nuestra.s deqdas, se redi-me el mundo, sé reconc.ilia,el cielo con la tier-ra, se satisface la justicia de Dios Padre, se res·taura su gloria, se colma la medida de los tor-mentos de su Hijo, y finalizan :su mision y, suministerio.

Así, Hermanos rojos, Jesus no tarda en incli-nar la cabeza; y como si hubiera dado al' uni-verso la señal de estremecerse y' vestirse de lu-to , el velo del templo se rasga por sí mismo~las piedra~ ,se rompen con estruendo, el sol seeclipsa de pesar, cubrese el mundo de tinieblas,tiembla la tierra, y mueve las cenizas de los San-tos, abriendo sus sepulcros. En esta crisis asom-brosa todo parece resentirse, todo parece pade~cero t,Por qué es este sentimiento general y con-mocion del universo'? ¡Oh! Hermanos mios ,sedebe decir á los christianos lo que un Philósoph()entendió por sí mismo, al ver eclipsaTse el solcontra las leyes de la astronomia, el autor de I~naturaleza ha espirado.

t,Este pueblo deicida conocerá su pecado conestos terribles prodigios'? ~Le causará algun re;-

Tom. 1L Qq mor:"

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l~o6 .". " ,~.. ';.' ',Setrmon?ú· :" < ~ \., ~

mordimiento el sentimiento del cielo y de "latierra? t,Se romperán sus corazones como laspiedras? No;' antes bi~n16 g'ran,Dios,' acabad decegarle y ·endurecerle. Su' obst-imtcion tamas ve-ces prophelízada, y su deicidio ~e~stigad() hasta-las últimas generaciones sean una prueba siempreeXIstente de que sois el Mesiasanunciaeo por losProphetas, comenzando en,vuestra muerte la épo·ca de sus horribles calámidades. Agrabad sobre'estos parricidas vueStra terrible mano hasta laúltima edad, en que m:rando con compasion alque crucificaron sus padres, formen con nosotros:1.ln rebaño guiado por un mismo pastor.

Todas estas cosas, ó Christianos, se van·á·cumpli-r. Este pueblo ~ingrato que ha dado muer-te al Hijo único, heredero de la viña, será echa-do de ella: Jerusalem, despues que fuere inunda-¡da de un diluvio .de males, será destruida á fue'"go'y sangre· por los Romanos. La nacion sacrí-'lega de los JU'díos, dispersada por todas, las par-tes del mundo, no reedificará los muros de suamada Sion. Se fabricará una nueva ciudad jun-to al Calvario alIado de las ruinas de·Jerusalem;'mas los Emperadores gentiles, siendo,. sin adver·'tirlo,..ellos; ministros de la divina venganza, pro-hibirán con severos decretos á los J udios que se-acerquen á su recinto. No tendrán la libertad detfárisítat ipor'SU patria como ·viageros ; ni de 're-conocer, ni aun de paso, lós lugares que habita;-'l'on5U&padres; solo podrán descubrir desde Ié-jos la- situacion de la Judéa: así vi6 Moysés des-

. . . .' de

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sobre !~Pasion de JNuchristo. So?,de la cumbre' del monte Nebo el pais.· remoto·de los Moabitas, en el que se le habia 'prohibido,entrar. ,.' .

Me c!gaño, Hermélnos.mios : los Judíos, po-drán anualmente ir, á _.Jerusalem .á laLuentar la!ruína del templo y de; la dudad. Regando conlágrimas el lugar que regaron con la sangre de,Jesuchristo, tributarán lodos los 'lúas 011 obse.,.,quio forzado á su cruz; mas .tendrán que comprará precio de oro este dia de llanto. Los que com·praron la iangre de Jesuchristo, tendrán que.comprar las lágrimas que han de derramar en,castigo de su pecado; y todo, hasta sus lamentos,se les ha de vender muy caro. ,Mientras que lacruz de Jesuchristo, fixada en el Calvario, derra-mare por todas partes sus resplandores, mientras.que se erigiere un templo magnífico en el sepul-cro de Jesus; vendrá este Pll~blo parricida, opri~mido de pena, y con un exterior execraq"1e, á'llo-rar sobre las ruinas de Jer~salem, y qe ~1,1~em-plo. Corriendo aun sus lágrimas, y las mugeres,con el cabello desgreñado, híriendose los bra¡~os;':y dandose .golpes. de!' p~bo; vendrán UOO$

soldados feroces á iilterrumpir su lamentacion, dí':"ciendolesá estos desdichados, ba$ta,ya; ósi qué~reis continuar el dU.elo.,pagadnos~stos instantesde pesar y de llanto. '.

Dexemos á ,esta',.nacion' sacrílega der('am'lJ;'lágrimas estériles sobre las (uínas de su patria;y lloremos nosotros por motivos mas poderosos,y con mas piadosos sentimientos. Sea el primer

,Qq2.. 010-

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308. Serm81J

motivo fa compasion casi inseparable de la bu-manidad. Temamos encubrir baxo el exterior dellna falsa piedad una dureza dep.1orable. t,Podre-mos: tener' una fe: mas sólida' que la de María,quederlamó lágdmas al pie de la: cn:Jz, y semimie'tl-tos mas purQS que la IgleSia qlJe se cubre de lu-to, y muestra su pesat en s.us. oraciones y cere-monías~ ~Q1:lerremQs exceder á los mismos An-geles', a q'Hienes Isalas vih detpamar por el 8al-'VadO{ amargas lágrimas'? ¡Oh,. Hermanos míos!cooceded á lo menos' á la naturaleza sentimientos,qt:le la fe n(}os inspira;, y sed hombres"si no fue-tej.s chri:stianos,,-

t.Masp6dre'¡s,.,Hermano,s mlOS,.CQntelltaros conderramar lagdmas: de. compa-síon;,?' t No sabeisque Jesus des'a-probó I'as.q'ue derramaban las mu-geres de Jerusalem,. viendole ca,m inar al. supli-cio'? Sea pues mas., apreciable y' mas, digno· deél el metivo de.' ~uestro. nanto." Pen~adl que. soisvosotl'osla-ca.usa de sus tormeiu@s,que solo los pa·dece, por- HoratrliOS'de los torm~ntos qee no se hande aca-bar.' Pensad que' haCeiS, correr.' su sangre, yÉJlÍe" él 00-13' det:ramasitm p-ara s~l~al)os.:Atdbui~á vosót-'res: mas- 'q~e.á los J;u0ilDs. su- muerte cruelé ignominios.a-. Lois ·pecadores son' sus verdaderesverdugos. tAh!c, tquién: de v:os0tros hubie~a po~dido decu: en este caso, como, .Dani~l' dixo deSusana~y().0& ,he- tenidO: parte en; el pecado del-os que 'val'l' :a,' derrarna-t{ st:t sangre~ Al exem-plo- del CenturiQn, y' d~ 'algunos que presenciaronel suplicio de Jesus, retiraos del Cal;vax:io , dan-doos golpes de ,[lechoi~y confesando tristes y 110-

IOJ-

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sQbre la Pasit11:l d~ ·1esuchristo.. 309.rosos que Jesus es verdadero Hijo.de Dios, y quevosotros babeis sido los culpables autores de sU!muerte~ No os detengais en la esterH-c.ompasion.que causa el ver morir al inocente. en. f<i>$ tortrien~'tos; eievaros al amor incomprehensible cid Pa-dre que pE)rsalvarnos, entregó ~ lé\ ¡TIue¡te á su·'Hijo unigénito. Considerad la oblacipn volunt~ri"que este Hijo caritativo hizo de su vida, y elprofundo, anonadamiento. á que se abatió, paraelevaros: á sL Meditad aterrtamente la suma, lainfinita en-ormidad del pecado qNe nQpodo ser ex-pi<adosino por la muerte de UD Dios,' yen parti.€ular el numero y la grandeza de vuestros peca-dos: acordaos de las eternas penas que mereciallestos pecados:: ved lo que exige la divi;na jUsticia.del Salvador de los hombres, para rcparaL"sus ul-trages, Y' para rescatarlos de los tormentos delinfierno. Penetraos, ó christianos, de est0s gran--des objetos: mueva¡;¡se á compasion vuestras al-mas, enternezcanse vuestros corazones, y derra-mad abundantes lágrimas. Estas no serán efect<>de una piedad falsa y estel'il; mas serán lágri-mas de fé, de amor, de gratitud y de dolor, queJesus se dignará enjugar con sus propias manos"trocandolas en sus inefables, consuelos. S1" á pe-sar de todos estos motivos tan poderosos paramover los corazones, alguno de vosotros no to-ma parte. en la pena de' la solemne expiacion;,yo le declaro" como, declaró, Moyses antigua-mente á los Hebréos, que será expelido por elSeñor de en nedio de su pueblo. Fel'ices por elcontrario los que, abrazando en adelante con d': snas.

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3ro: Sermonmas tierno amór, y agradecimiento la cru~ deJesuchristo, sintieren sus dolores, sufrieren susoprobrios, y participaren de las penas é igno-minia de su pasion; porque participarán de sugloria, y despues que hubieren padecido con élen esta vida, reynarán tambien con él en la fe-líz eternidad. Así sea.

SER...-

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SERMON

PARA EL DIA DE PASQUA.

SOBRE LA RESURRECCION DE JESUCHRISTO.

+..++~...•+~ .•..~.-+..~+~.+}o .• +..~.•.~•...•.•..•..•

Surrexit: non est hic.Resucitó: no está aquí.

S. Marc. XVI. 6.·

SEÑOR,

Aquí yace: Hie jaeet; asr comienzan fosepitafios de los Grandes. Resucitó; no está aquí:Surrexit: non est hie; ved, Hermanos mios,el epitafio de Jesuchristo. El solo pudo romperlas cadenas de la' muerte, salir del sepulcro,apartar la piedra que le cubria, y dexar unAngel en su lugar, para anunciar su resurrec-cion á los que viniesen á visitar su sepulcro. ¿Hay

. otro suceso tan glorioso en la historia de' todoslos siglos? Por muy magníficos que sean los se-

1 pulcros de los Grandes, estos monumentos' lú-gubres muestran el lugar en que se corrompensus cadáveres, y cubren y ocultan para siernJ:lCe

sus

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o. 312 Sermo'flsus cenizas. ¿D6nde se vió otro sepulcro abier-to , otra tumba derribada, o con un Angel delSeñor, en lugar de huesos, gusanos y cenizas'?Los Patriarcas y Prophetas no se eximIeron delacorrupeion del sepulcro: los que fueron arre-batados al cielo en un can'o de fuego, no sonmas que unas víctimas reservadas para sufrirla comun ley al fin de los siglos. ¡Qué Prophe-ta mas célebre que aquel que no muere sino pa-ra vencer á la muerte con mas gloria, y quesoio desciende al sepulcro, para hacer brillarmas, saliendo de él, la mas bella operacion deiU omnipotencia! La historia sagrada nos hablade algunos muertos resucitados; mas ellos re-sucitaron por virtud agcna, y para volver ámorir: ¡qué mayor prodigio que resucitar parano volver á morir, y resucitarse por su propriavirtud!

Su pongo, Hermanos mios, que hablo conunos Christianos que creen la resurreccion deJesuchristo, y que solo se deben instruir en lo quecorresponde al misterio. Voy pues á celebrar lostriunfos de Jesus resucitado sobre los enemigosde la redencíon y salvacion de los homb"es: es-te es el punto de vista que da mayor consuelo,y el mas sublime, en que puedo presentaros lagloriosa resurreccion de mi Salvador. Los ene-migos vencidos de que quiero hablaros, son elDemonio, el mundo y la muerte. Los vencióJesus, muriendo en la cruz; mas su triunfo nose mostrÓ en este augusto sacrificio. Por su re-~urreccion triunfó Jesus de ellos públicamente,

los

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sobre la Resurrecdon de :Jesuchristo. S T 3los aprisionó, y nos dió parte de su triunfo.DadIe, Señor, á mi discurso una energía, unasublimidad digna del vencedor que debo cele-brar: dad les á mis oyentes afectos de gratitud,de amor y de gozo proporcionados al beneficiode su libertad. O Vírgen santísima, alcanzad-nos esta gracia, mientras que os damos el para-bien de la resurreccion de vuestro Hijo con es-te cántico de la Iglesia: Regina cceli, l.etar:e.

SEÑOR,

I. Parecia que Jesus , despues de haber pa·decido por nosotros la mayor ignominia, nodebía resucitar sino para su gloria; parecíaque, despues de haberse saciado de oprobrios,no debia pensar sino en su grandeza; y que elgrande objeto. de su resurreccion debia ser án-tes reparar la ignominia de sU cruz, que gran .•gearnos nuevas utilidades; sin embargo, Her-manos mios, solo se ocupa, despues de su muer ...te como antes de ella, en consumar la grandeobra de la redencion del mundo: resucita conlas miras caritativas con que habia espirado.En el camino que andubo Cal) pasos de gigante,desde que baxó del cielo hasta el instante enque entró glorificado en él, cada dia adelantala salvaciorÍ de los hombres, y le añade un gra-do de la necesaria perfecciono Como su encar-nacion debía ser seguida de su muerte; así de-bia su muerte ser seguida de su resurreccion.

Tom.IL Rr Hay

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314 SermonHay una gran conexlon en los misterios del Sal,;vador: se dan la mano los unos y los otros, ysirven todos ellos á la grande obra que vino áhJcer sobre la tierra. Cada una de sus accionestiene sus frutos y méritos particulares. En unavida tan santa todo es precioso, todo eficaz, ytodo necesario para la salvacion de los hom-bres. No se contentó este divino Libertador conhaber aprisionado al fuerte armado" ni con ha-ber vencido con su muerte á este enemigo for-midable que nos tenia cautivos; quiso tambientriunfar de él con su resurreccion, para hacerque triunfasemos tambien nosotros; y quiso coneste triunfo público disipar todas las dudas quela ignominia de su muerte nos hubiera podidoinspirar sobre la verdad de su vencimiento, ysobre el cumplimiento de nuestra redencion.

En efecto, toda la vida de Jesuchristo so-lo me ofrece un asombroso contraste de debili-dad y de poder, de gloria y de oprobrio, quehace vacilar á mi fe. No cesa de anunciar á susDiscípulos el milagro de su resurreccion, como

la prueba irrefragable de su divinidad. Esperoeste momento decisivo, para acabar de recono-cer á mi Salvador. Hasta entónces mi corazon,combatido de variedad de pensamientos, no ce-sa de fluctuar entre la esperanza y d temor.Veo en Bet.hlehem á un nifio nacido en la masdeplorable indigencia, perseguido y proscripto.Veo en N azareth á un jóven que pasa sus masfloridos años en un exercicio mecánico: veociertamente en Jerusalem y en la J udéa á e~te

ffilS-

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tcbre la Resurreccion de Jesuchristo. 315mismo hacer milagros por donde pasa: ¿mascon qué poder los hace? ¿si Jos hará por artemágica? ¿ ha v¿nido á seducir el pueblo , ó ásalvarle'? ¿es el mas augusto embiado de Dios,ó el mayor impostor que ha habido en el mun-do? Se gIoría de ser el Hijo del Altísimo: ¿masquerrá el Demonio establecer por su medio unanueva idolatria sobre la tierra'? ¿ procurará estehombre singular aumentar la multitud de losfalsos dioses? Esperemos aun, y observemos sufin. Es sacrificado al furor del pueblo, y muereen un suplicio. ¿Padece por mí los tormentosy muerte; ó muere justamente en castigo de suimpostura? ¿Ha merecido que descargue sobresí mismo la divina justicia; ó es una víctima quese ofrece á sufrir la divina venganza, que de-bía descargar sobre el linage humano? Esta esuna duda sacrílega, que sus mayores milagros110 han disipado enteramente. Jesus espira enfin,y es colocado en un sepulcro sellado por la pú-blica potestad. Me estremezco junto á este se~pulcro, y desfallece mi corazon. ¿Estoy ya re-dimido, ó no lo estoy'? ¿se han expiado mis pe-cados, ó no se han expiado? ¿se me ha de abrirel cielo, ó el infierno está abierto para mí? ¿soytodavía esclavo de Satanás, ó puedo dexarle detemer'? Mi eterna felicidad depende ,de este se-pulcro: si no se abre, no tengo que esperar miredencion , ni mi salvacion. .

Buen animo, Christianos: se han cumplidonuestros deseos, porque el Señor ha resucitado.Ayer derramamos lágrimas hasta la tarde, y

Rr.2 hoy

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316 Sermonhoy estamos llenos de gozo. En vano velaron:los guardas junto al sepu!ero: el verdaderoSarison acaba de llevarse L:s ~ertas de Gaza,y de salir del sepulcro, sin impedirle la multi-tud de enemigos que le rodeaba. Estremezcan-se los calabozos infernales, y Satanás y sus án-geles bramen de rabia. Ya solo os abrireis p3.ra.los insensatos, que se quisieren precipitar en vues"tro abismo.

Día feliz, y mil veces feliz el que quitó to-da incert idum bre sobre el gran bent:ficio denuestra redeolÍon, el que nos a:oeguró un Liber-tador invenCIble, y d(srerró los terrores de laeterna reprobacion. Este es, el dia en que hizoel Señor osteotacÍoa de su l1Ji~ericordiaLAJegre-monos, y demos saltos de plac(:[': este es elgran día del qual haha dicho el Señor, yoborraré algun dia las. íniquiC:ades de la tierra.Este es el gran día en que' habíais, S(;;ñor, de-terminada libertar los. caUlivos de Israel y deJudá, y mostrar á las naciones que SOIS el Se-.ñor y el santificador de Israet Esta es la épo-ca célebre en. que debia destruirse el pecado ,. yanularse las prevaricaciones •. Este es el titmpo-de perdon ,. en que debia el Señor triunfar denustras maldades, y arroJarlas al profundo delmarLCantad ,. desiertos de Jerusalem , y de5pe~did gritos, de a:Iegría , por haberla rtsJ.:atado ·elSeñor, y por haber, consolada á su· pueblo ...0-Iglesia recien nacida de mi Salvador, que tres.una nueva Sion" despierta, empieza á furmarre,llenate de. fortaleza , y llega poco á poco, Ó.

ciu.-

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sobre 1.1 Resurrecciotl de Jesucbristo. 317dpd,ad s~nt~, al c;:olrno-.de, tlJ••ghrriao:. Tu senojam.ás 'se verá manchado coI} la impureza del pe·cado •.Sal de entre .el -polvo',' y levanta la cabe-za, ó nueva Jerusalem; rprppe lUs cadenas,iJhija ,de Sioa ,que tanto t¡em po ha's: sido esda .•va; porque el Señqr di~e esto.,á tos 11abitado-res, habeis sido vendidos de valde al Demonio"y sereís .rescatados sin plata., . - ¡' ..

¿,eon qué simbolos n(}.,f\lé' eelebrarla ·.anti-guamente en las divinas esq:ituras .esta victoriadel Mesias sobre ~l tirano ,del lin:-age,,1Juman~Desde el principio del lJ1undo el mis.mo, Diosamena~ó con'ella á Satanás· ..Sal¡1son d~sped~zan-do á un leon , David venceclot de Goliath.., Ju.,..dith cortando la ql-beza á :Ho1opherpes ~ y JahéltraspasandQ .las Slenes. ·de Sísara, fu;eron,despues-otras tantas fig!lras del que habia de \fencer ,áSatanás~ Los- PrQphetas <ieJine.aron. ,su .itriunfi>.con rasgos' Il)ucho mas sub\ime-s.· _E.n U,na parteestá el. Mesias :9I;"mado de' ,una ,terr~ble ,espada,.para destq.lir: ,á,J.'l desm~surada' y ~lafQscada, ser-piente , y al monstru.o ,que habita. en las aguas,del abi~tno:: ,en-' -otra p~rt~,~s el ~nernigo de Josdioses de· :13~bilonia que óebe (Je.scarg.ar· ~ob.re;Be! sus·t~r:r .bles castigos ,quitarle -la presa. de.Ja, boca, y parar· el tror;el de los ·pueblos quevan á adatar á este ídolo: aquí es un glorioso,vencedor que debe quitar al enorme gigante lapresa que toma, y poner en libertad á los queel fuc:rte armado hubiere aprisionado: allí es un,pastor sin semejante, que acabará con las fierasque puJrian dañar á su rebaño, que hará des-

pues.

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318 Sermon·pues á este donnir tranquilamente en las dehe-sas, habitar sin temor en los desiertos, alimen-tarse de los mas saludables pastos, y ·albergar-se cómodamente en las montanas de Israel. Enotra .parte el Espíritu Santo habla del Demoniobaxo. el. nombre -de Leviathan , como de unmonstruo tan horrible, que no se halla sobre latierra otro tan espantoso, con que se pueda com~parar; tan voraz, ,que se traga sin alterarse elcauda'loso rio que forman las generaciones su-cesivas de todas las naciones, y espera tragarsetambien el pueblo privilegiado que habita en lasmárgenes del Jordan; tan duro é impenetrable,que se reviste de' las armas mas formidables,desafia á toda humana fuerza, y 6010 puede serherido por la mano del Dios que le crió. ·Mastambien este vencedor omnipotente prende conel anzuelo á este monstruo, le atraviesa un jun-co por las narices, y una pua p(')r la quixada,le encadena para siempre, se divierte con él ca..rno eon un páxaro, y hace que se ·diviertan tam";'bien con él sus menores siervos.

¡Tantas y tan bellas imágenes de la victo~ria del Mesias sobre los Demonios, quanto pue-den servir para avivar en el pueblo de Dios losdeseos de su venida, y para aterrar y confundir.á Satanás! iQué temores no debian causarle dedia en dia los oráculos de los Prophetas, seguniban estos anunciando mas claramente su pro-pria ruina, y las victorias del Mesias! Cumplie-ronse enfin los oráculos quando, llegando eltiempo s.eñal.ado , compareció en la Judéa un

hom-

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sobre la .Resftrrecciori'de lesuchristo. 319hombre célebre, que habia empezado a ser glo-rificado desde su cuna. Bramó Satanás al versus primeros portentos, y se atrevió á tentarle,para cerciorarse de si era el Hijo de Dios vivo,que debia descender del cielo á fin de redimiral mundo. El mal éxito de esta sacrílega y te-meraria tentacion introduxo la desesperacion enel infierno, y consternó á los espíritus inferna-les. No tardó Jesus en echarlos de los cuerposque poseia , con aquel poqer que debía caracte-rizar al Salvador del mundo; mas estos prodi-gios no eran mas que unos débiles precursores dela insigne victoria, que habia de obtener delDemonio en el día de su resurreccion: por estose quexaron de que adelantaba el dia de su triun-fa; y deseosos de conservar su imperio hastaeste término fatal para ellos, prorrumpieron di-ciéndole ¿ por qué venis á atormentarnos antesdel tiempo señalado 1

Sin embargo el caudillo de los Demonios,obcecado de su furor, duda todavía si Jesus esel vencedor, de que está amenazado. Molestadode esta duda, conspira contra su vida, le ad-quiere enemigos poderosos, se apodera de unode sus discípulos, para hacerle un traidor, y seatreve á decirse á sí mismo y á su infame tropa,este hombre se gloría de tener á Dios por pa-dre; averigüemos la verdad de esta soberanapretension ; hagamos que muera en un suplicio:si Dios no le librare de nuestras manos ; si serindiere á nuestros esfuerzos, se verá que no esDios; quedaré yo vencedor, y conservaré mi·

lm-

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320 Sermonimperio. Insensato, iquánto te hace desatinar tunecio furor! ¡Ah! por hacer tú morir á Jesus,acabarás de p.erder tu poder. Su muerte será laseñal y causa de tu ruina; su cruz el armatriun-fal con que has de ser vencido; la victoria queoqtendrá de' tí, será el precio de su sangre: por-que escrito está que, por haberse entregado ásí. mismo á la muerte, y por haber si.do contadoentre los malvados, domina.rá todas las nacio-nes, y repartirá 10s despojos de los fuertes.

Procura pues, soberbio Lucifer, procura lamuerte de este hombre Dios: á tí mismo te vasá herir con las saetas que le .preparas. Este se-gundo Sanson va á afeminar con su muerte lascolumnas de tu imperio,. y á sepultar consigotodos los Demaaios baxo. de sns ru.il)as, siéndolesmas funesta so. muerte, que les ha sido su poderd.urante su vida..

Mas en su gloriosa resurreccion reconoceráespecialmente. Satanás á Sti veAcedor, y el lina-ge humal!lo á su invencible libertador. Jesus nopodía· menos de: ,1ibra¡;nos de las penas del in-fierno por medie> de.su muerte; mas era necesa-ria su resurreccíon, para darnos la posesíon desu gloria'. Debia entrar en ella el primero, ymostrarnos d camino con su propría carne. Siesta sagrada carne hubiera permanecido en elsepulcro, en vez de hab€r subido· al cielo ¿quéhombre puclie'ra, jamas subir. á él'? tDe qué meserviría;, le decía á su Padre por su Propheta,de qué: me serviría haber derramado mi sangre,para abrir el cielo á los hombres, si· se corrom-

pie-

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:~o'hrela Resurreoclon de :Jesuchristo. S2 I

:piesc mi cue'rpo en las entrañas de Ja tierra~~Ah! es cierto que no temeriamos al Demonio;mas tampoco tendriam0s que esperar en el Sal .•.vadar: Aa 0bstante haber sido .redimidos., no nos.podríamos salvar: Ha seriamos de Dios) ni deSatanás, y tc¡úeooo tan cer-rado -el~nfierno baxode nuestros pies .,c@mo el cielo sobre nosotros,seriamos tan desdichados ~or haber de carecc{"siempre del soberano bien., c{}mo felices porhabernos librado de las eternas penas·.

iQuán agena de vos hubiera s!do., ó Salva ....dar mio., esta v·ictoria im,pe.rfecta.! ¿,Habiais dehaber abandoaado Hna coaquista que os costa-ba tanto .,cOfItentandoos COA haberla obtenidode vuestro -enemigo f ¿Hab.a~'i de haber derra-mado toda vyestra .sangre.., pa·fa dexa.rnos enuna privacion mas seflsible qHe los t0rmentos?Satanás hubiera cercenado asl los ftu-tos de laIedcncion, no pudiendo impedirla enteramente;y viendo que no erais el dueño absoluto de losque le habíais quitado., hubieJ;"asentido ménosSLl pérdida. O mi divino LibertaJor, t.. hubieraispodido serlo á. medias; y syfriendo la corrup-cion en el sepulcro., ·dexarme en la funesta duda.de si habríais ya empezado la obracle mi rc-deneion y salvacion? ¿,Habief.ldo sido vos en elCalvario la víctima pública del amiguo h0mici ...da, os hubiera bastado obtener de él una 'victo-ria oculta; y contentándoo~ con este triunf() im-perfecto, conocido de solo Dios, le hubieraisdexado triunfar á vista de los hombr-es? No; midivino Sal vadcr no podia amancillar así su gIo-

TOIll. IL Ss ria.

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322 Ser1110fl

ria. Era necesario que, despues de hab~r des-armado los principados y poderes, triuntase deellos públicamente, y los mostrase vencidos, ysirviendo á la magnificencia de su triunfo. Des-pues de haber parecido á los ojos del mundo lavíctima de los demonios, debía mostrar su vic-toria sobre ellos á los ojos del mundo. Morir enla ignominia por la malicia de los demonios, sinresucitar con gloria; ser sepultado en un sepul-cro abierto por el Demonio, sin salir de él , noBubiera sido vencer á Satanás, sino haber sidovencido por él, Y darle ocasion de triunfar.' .. No temais pues que Jesus permanezca apri-sionado en el sepulcro: si se detiene algun tiem-po en él, emplea este tiempo en baxar al infier-no , y en llenar de terror el abismo. Hace allíque reconozcan los demonios su divinidad y su-premo poder, y limita el imperio de ellos áaquellas inflamadas mazm9rras. Mostró allí queera él el Angel del Apocalypsis, que vió SanJuan descender del cielo con una gran cadenaen la mano, para aprisionar al antiguo dragan;y con la llave del abismo, para encerrarle enél , é impedir que engañase ·á los pueblos.

Quanto aterró J esus á los demonios, tantoconsoló y alegró en su triste morada á las al-mas de los justos, que habian muerto desde elprincipio del mundo hasta la venida del Me-sias. Como no podian entrar antes que él en sugloria, estaban depositados en un lugar tan dis-tante de Dios y del cielo, como de Satanás ydel infierno; lugar de descanso y de deseos, lu-

gar

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sobre la Resurreccion de Jesucbristo. 323gar tranquilo" mas obscur.o, lago, seco y síJiagua, segun la expresion del Propheca , d~ndeno habia otra dicha que la certeza de la adve·'nidera felicidad. Allí pedía Abraham sin cesar,al Altísimo al de su linage , que haqia de ben-decir á tudas las naciones ~aBí esperaba Jacob'al Salvador, en cuya esperanza espiró: -allí no,cesaba Isaias de clamar al .Mesias, diciéndolecon un amor impaciente,. ¡ojalá, Señor, rom-pieseis los cielos, y ·baxaseis á la tierra antesdel tiempo señalado! Allí todos los Patriarcas,todos los Prophetas y todos los Santos que ha-bian precedido al Salvador del mundo, no cesa-ban de suspirar por su libertad •.Almas bienaven-turadas , os tenia prometido por su Propheta mi-raros al -fin benigna mente desde el cielo, des-cender. algun dia á las entrañas de la tierra, ilUl-minar vuestros obscuros .calabozos , y romperlas p,f\siones de vues.~rodilatado cautiverio; vedya el instante tan deseado; ved ya el. adorableSal vadar que baxa á visitaros, y á deciros estaspálabr~.de_'qonsueloJ' acabo .de padecer muerte;.mas estoYIv.iv~J' y t.J:aigo en la ·mano.las llaves;de la, muerte YI'del:.iofierno.·Armado .de,'s1-1dtiz,va á mmper, los cerrojos de hIerro, y á ·demo....;~ler léJs,:puertas. de bronce. No se content·a este'di.vioQ:Líbertador con rescataros, de-Ja,servidum-bre de :Egipto.y ~e la,bárbat:a opresion del Pha-craon infernal; mas, comol;otrQ Josue, va 'á en•.•.trar muy pronto en la tierra de' 'promisiDn al'frente de su pueblo. Franquéa con su poder laspuertas de vuestra.obscuramaosion, y os con-

Ss 2 du~

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·i);24¡ $ermrm~e tt:lunfante al seno de· su gloria.

t Per¡¡) qué digo-,. Hermanos mios ~ es menes-~r 'ltle; Jesus vuelva á t€>l!Ha.rel cuerpo que ha.t1exad~. en:el sepukr0. Est6 es d divino estan-dart~ '.'q~e debe precedep. á los justos que quiere-~1~va.Q~Q{lsig~, al ci,IQ. Lleg6 este instante: sa-.le· Jies~$.>'-id sepulc,o,· y. con este último prodi-gip~ ~QJJ~Lu~~ el veQ~im.iento. de Satanás, y la,$al'yaclolt dellinage humano. Se hi~o pedaozos en.fin eh t~rrib1e tlla~tiHp. que· golpeaba toda· la tier ..•.r.a ;' !lP· t-emep-j e.sta- en· adelante su' débil fuerza •.Se-- a<.:ah@ ~l: pode~ que- óX~r<l'ial1'los demonios,.haxQ. et t:lQmpre. de· l~s.fálsos. dioses·, y el sacrí-~lego,. culto, que se: apwpr.ia,.ban; Naboth y Bel:f.ue~oQ;qe~l'ibadQs y destruidos.: esta es. la· época.de In Jmina- gencr.a:L de ros: íd l;) tos y de:sus: tem-.plos. El1mudec€d ,f.alsos o~áculos, que· habeis.·sido. dete·~tabl'es órganos' de los demornos: Jesus,r.esucillad'@,'os i1tlpone~·silendo-. O\d· su voz; , pue-·blos qu~ habeis esfiadb·tamo- 'tiempo engañados;.y .Sa-tánás. que·· h.ast-aáhor-a· .00' dominado· en elmundo· .., furzadlJ.á- <tbandQoart, ;su imperio-, vuél~.'fa~ ~> infierno. Heno,de- rabia ~ G(!mfusion~

.1,", iQuién,no <!reeria,. Hermanos. mios, que·}es U$: " ve.rrc~r· a·el E)ernonio-, no tenia ya maSto

enemigos;· q~e·vence-r., ni otra, v.ictol'ia que; lograr"par~.!-consuRia'.r:~la- Gbra;.·,d~, Iluestm~ salv:acion'?'S~n, em~rgo.et mundo.,. el- lnUnp0:.-mismo. que·Vcmo á saJ~ar, es. etf segundt> enemigo de que de-bió tr.iunfa~ COH> m. tuer.r.a· di su resurreccion.lIabia convertido. á' pocos. durante su vida: la.~~kbrida(l de suS' milag:ros solohabia }2roducidoi

;. ,. e.n-·

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sobre la ResuI·reC'Oion· de 1esucbr.isto.. 3'25entre Jos Judios una· admiracion esteril', ó fa masabominable envidia: quando murió solo' dexÓ'unos pocos di6cÍpulos dudosos, débiles y desani~mados. No leemos ell' ef:EvaAgelio, q{le el ad-mirable discurs0 que hiza- al pueblo en el, mon..•·te , hiCiese un gran fruto; mas despues de su re-surreccioA Sa'APedro eonvir~ió una vez t·res milf.'ersonas, y otra- ve7J ~incE>'mi;L ~:Cómo' hubo,Hermanos mios:, taa grao> aifereAcia entre el;Rlaestro- y el disdpul~ '1 s-i€nd0 el maestro mas'grande sin c0mparacion, y mas poderoso que ddiscípulo~ La- causa f-ué que· Jes·us, como· lo dixo·él mismo, era· una. d~vina semiUa, qu~ debia 010":

rir, ser sepultada, y l1'aceIt~s~ues para 'fructifi~:caro La conversion- de· lus puebf.os:habia de ser'unade las prmcipales c<mseqüen6as de su reSUf-re-ccion. No- se' habian de doblar' rodas las rodi-Has 3>1 nO,mbre'de Jesus ,hasta qu'e hubiese satis-fecho con 'su muerte á la justicia de. ~u.;Padr€,. yhubiese sido gIO{ifi~ad(¡)con, su· I'es-urrec€ion. LoS'frutos de sU' misi@n,durante 91!l vida', debian par-ticipar del aoflathéma que le cubria' , y: que no sedebía levanta-r sino con lá piedra, de su sepulcrolLos derechos que Dies su Padr€ le habia dadahasta los fines de m tJerra-, O(i)··se habian de exer-cer hasta. el. dia .en:·q'l:le empezate su vida ,glo-riosa. Solo entónces- podia , sujetando poco· ápoco las naciones '.' entrat en- la posesion.de suherencia.

tMas por 19 mismo, desplles' de' este dichosodía, quién podrá resistir á la fuerza de su· pa•.labra'? ¿q~é poder. habrá,. en.la ti~rra que pued~

de:-

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326. Sermóndetener sus conquistas~ Apresuraos á empezarlas,ó adorable vencedor; apresuraos á apoderarosde los despojos. Ceñios vuestra espada, vos, quecon vuestra resurreccion os habeis puesto elmas. hermoso de los hombres. Se pasó el tiempode vuestras humillaciones: haced ya brillar vues-tra gloria y magestad; armad vuestro arco, su-bid en vuestro car ro , y caminad á anunciar laspalabras de la verdad y los oráculos de la j usti-cia: haced muchos portentos; disparad penetran-tes saetas, y rendid los pueblos á vuestros pi.es.En vano gritarán los Reyes consternados, pre-paraos para la guerra, prevenganse los esforza-dos, marchen á campañ.a todos los soldados, ha-ced espadas de las rejas de los arados, y lanzasde los azadones; venid, y reunios todos. En~ón-ces hareis , Señor, marchar contra ellos los in-vencibles soldados que habeis elJviado para 5U-j~tarlos. Ya han tomado alas de palo.ma, yavuelan como las nubes, y ya hacen resonar vues-tro nombre hast.a los fines de la tierra. Muy enbreve la Iglesia obligada á ensanchar sus mora-das, yá extender sus limites, se admirará de lagran multitud de sus hijos.Veo ciertamente aliar-se lQs,Reye$, y conspirar contra ella; mas des-puesdc haberla e~aminado, han quedado turba-dos, atónitos, y penetrados de un profundo respe-to; y ,asi ,han cesad.o ·d~ combatirla. CQnsuelate,Ó nueva Sion ; porque no has de ser siemlJre per'"seguida de los tiranos. En breve los hijos Ide tUi

p~seguidores vendrán á postrarse delante de ti,y te lhuijarán la ciudaq, del Señor, la Sion del

San-

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sobre la Resurreecion de Jesucbristo. 327Santo de Israel.En breve los Reyes y Reynas con-tribuirán con sus riquezas á tu subsistencia, terespetarán rendidos, y besarán en donde pisas.

Celebremos, Hermanos mios, este triunfo mag-nífico de J esuchristo resucitado. Felicitemonos depertenecer á su conquista, y reconozcamos con elmayor júbilo que se deben á su resurreccion losfrutos de su muerte, los progresos de la fé, lascreces de su Iglesia, la victoria sobre los ene-migos de su nombre, y su imperio sobre todas lasilaCIOnes.

¿,Cómo no habian de depender todos estos"triunfos de la resurreccion de Jesuchristo? Este~oloprodigio debía hacer creer á todos su divi-nidad. "Es preciso que todo ceda á esta pruebairrefragable; esto es, la repugnancia de los pue-blos, el ódio de los Judios, y el orgullo de los-Philósophos. A los otros milagros deJesuchristoel pueblo idólatra hubiera opuesto tal vez lamultitud de los milagros del paganismo, que-creía con una ciega estupidez, por haberle im-presionado mas las fábulas de su religion, quelos verdaderos milag-ros del Evangelio. Los J u-:",dios se hubieran atrevido tal vez á decir despuesde la muerte de Jesus, como antes de ella, quesolo era un ministro de Satanás, que hacia mila-gros en su nombre. Los Philósophos tal vez,abandonados á sus falsas ideas, hubieran creidover en Jesus, corno en los falsos dioses, el instru-mento de alguna inteligencia superior á la espe-cie humana, que se complacia en seducirla con¡fectos maravillosos. El gran milagro de su re-- sur-

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S2~ Sernronsur·recelon no podía dexar de cenar la boca á.todos estos diferentes-b¡asfemos, confundíeridolo5para siempre.

Bien .sé, He,rmanos mios, que, 13'rescindiendode este prodigio extraordinario, los Apóstoles ylos primeros defensores oe la reli-gionchristianahubieran podido ·responderá Jos paganos que losmilagros de Jesuchdsto tienen un caracter deverdad, y una marca ·de divinos, que no se des-cubren en los prodig,ios de los mas f.anwsos im-postores; que son todos ellos milagros de clemen-cia y de caridad; q'lJe el hombre que ,se haciaobedecer de toda la naturaleza., acreditg sus ma-ravillas con la santidad de su vida .,con la ho-nestidad de SlilS costumbres, CGncimoral mas ~u-ro, y con una Goctri.nasuperior.á. la de Jos mascélebres Philósophos. Se hkJhiera podido respon-der á los Judios que Jesus, muy distante de 11a-ber recibido su poder de los Demonios, se sirvióde este luismo poder para c0mbatir los i que siSatanás hubiera armado á JesuscorHra sí mismo,hubier.a destfuido su rey[w~ que un ministro delDiablo no hubiera venido á hacer guerra á losDemonios, á llena.r á los hombres de beneficios,á darles exemplosde virtud, y á predicarles laj llsticia y la ,santidad; que un ministro diabólicono Jhublera trabajado en instruir y mejorar los110mbre$, y que Satanás le hubiera sofocado enla cuna antes que tolera,r en él un destructor desu imperio, un enemigo de los ídolos y de sustemplos, capaz de destruirlos algun dia y dedesterrar' del mundo la idolatría. Se hubiera po-

di4

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soóre la Resurreccion de 1esuchristo. 329dido responder á los Philósophos, vuestras inteli-gencias son unas quimeras, que el espíritu humanose fabrica en su ceguedad, para desconocer la vozdel Altísimo, y la omnipotencia de su brazo. Siquereis que Jesus sea, obra de alguna falsadivinidad, reconoced á 10 menos en el carácterde sus obras, en la santidad de su vida, en lasabiduría de sus leyes, en la pureza de su mo-ral, en la profundidad de sus dogmas, y en lagrandeza de su rel igion. la obra de la mas pode ..•rosa, de la mas santa, de la mas benéfica, de lamas sábia, y de la mas perfecta de todas las in-teligeneias. ¿Y por qué no miraremos como á unDios á. esta inteligencia, que tiene los mas gran-des atributos de la divinidad '?

Mas la resurreccion deJesuchristo debe prin-cipalmente parecer á los espíritus mas incrédulosla obra. del Todopoderoso; y someter los á la fé.Ello es, que para atribuir este milagro al Demo-nio, ó á qualquiera otra falsa inteligencia, pu-dieran motejar á Dios de haber favorecido á la¡mpostura, permitiendo un prodigio, que demues-tra su omnipotencia, y que por consiguiente nopO,diadexar de seducir al universo. Era necesa-rio que reconociesen á Jesos resucitado por Hijode Dios vivo, ó que motejasen al Dios vivo dehaber dado á entender á los hombres que reco-pacía por hijo suyo á un impostor, permitiendoque saliese por sí del sepulcro: en fin la resurrec-cion de J esus solo les ha dexado la libertad deadorarle, ó q,e blasphemar·del Ser supremo.

Tom. JI. Tt di-

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330 .Sermon· ; , ' ., No, no era pf)sible desconocer en este pro-

digio al Hijo dd Todopoderoso, ni sospechar deJesus aJ~lHn mágia ó ilusiono ¿P.uede,un impos-tor cominuar en serlo despuesde su. muerte'?¿. pue le pf..)m~terse esto á"sí mismo'? Sus engafiosdeben necesariamente acabar con él. Aunque hu-biera tenido en vida todo el poder de los Demo-nios, luego que espira, no es mas que qualquierotro cadáver. Su sepulcro solo contiene huesosdescarnados, y cenizas: no hay que temer que leresucite Satanás, para engañar con él, á losho:nbres. ¿Podrian las potestades infernales dar'á un monstruo que vomitasen, el carácter distin-tivo que el cielo habia reservado en todas lasedades para S11 embiado'? ¿tiene el Demonio en sumano el sello de la divinidad, para abusar de 'élá su arbitrio '? ¿Un Dios esencialmenteverdade..:.ro y 'enemigo de la falsedad puede pérmitir queun, im'postor sea enteramente· parecido á su Hi-jo; y que, procurando,IG$ hombres discernir supoder de las ilusiones' del Príncipe de las tinie-bIas, puedan incurrir, mal que les pese, en unerror inevitable'? No, yo no puedo dudar, ó granDios; si Jesus ha resucitado, es Hijo vuestro, óa utorizais, la falsedad.' <Vos'; ó J esus mio, soisverdadero Dios, ó Dios se complace en engañará los hombres, y hacerles practicar un cultosacrílego. '\ Ah! pues que no puedo de'K~ros',daadorar, sin blasphemar de Dios, admitid mi cúl~to, mi obsequio y el hOluenage de mi corazon.Al veros vivo y glorificado despues de haberpadecido muerte en el Calvario, exclamo como

San

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sobre la Resurreccion de Jesucbristo. 331San Pedro. ¡VóS sois elChristo, el Hijo de Diosvivo; exclamo como Santo Thomas ,con la mis-ma certeza que si yo. tocase vuestra carne, yvu~stras llagas; Sefíor mio, y Dias mio.',

La resurrecciolr' de Jesuchristo,Hermanosmios, daba tambien á los Apóstoles una pruebairrefragable de '~;u divinidad. Esta era la quemas solian repetir en sus discursos ,y esta elarma que mas usaban, porque la' creian suficien-te para la conversion de los pueblos. San Pabloamplificaba esto: si no ha resucitado J esus, de-cia á los fieles de Corintho, nuestra. predicaciony nuestra fé de nada sirven. Si no ha resucitadoJesus, carecemos de una prueba insuperable, pa-ra convertir á los hombres., 'Y' vosotros creeis Sillmotivo. Si no ha resucitado Jesus, nosotros so-mos Ministros, y vosotros discípulos de un falsaPropheta: sus mayores milagros solo deben mi-rarse como iiusi<;mes,'como invenciones de Sata·nás, ó como fid.bnlas•.

. ¿Por qué así, Hermanos mios'? porque siendola resurreccion del Mesías la señal iofalible y ne-cesaria'con que habia de ser'r-econoddo, si Jesusno.';ha:.:resucirado, resulta, que es un falso Mesías,nó¡~suante el gran poder que :briila en sus obra-s.Nada me moverían los grandes milagros que' hi~zo Jesus, durante'su predicacion, si hubiera que-dado· en el s~pulcro'icomidode gusanos, y con-vertido en polvo~"CoQ esto, hubiera desmentidolas mas daras 'prophecías delrantiguo testamen-to, y se hubiera desmentido, á sí mismo. ¿Podriayo reconocer en aqúeUos rasgos á mi Salvador,

Tt~ y

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332 Sermonoy á mi Dios? Habia dicho el Mesías por bocade David, solo he tómado un ligero sueño; medió el. Señor la mano, y me levanté. Había dichoá su Padre, yo sé que .PQme:,abandonareis·· á lacorrupcion del sepulcro~' ~pot! ~sto se alegra mialma, y mi carr¡e descansará con la dulce éspe-ranza de volver á vivir. Habia dicho tambitn, los.Demonios, mis mas crueles enemigos, impacien-tes de darme muerte, excl~cl.maron i,qu~ndo podre-mos borrar hasta su nombre de la memoria de loshombres? Señor, tened piedad de mí; resucitadrne"para que yo los vuelva á vencer, y 00 p.ermitaisque yolesdéiJcasion de triunfar.

l\las sin recurrir á lo 'que dixeron los Prophe-las ~nQ dixo Jesus.á los Judios;) hablando de sucuerpo, destruid este templo y yo le reedificaréen tres dias ~ ¿no anunció á los Phariseós que élseria otro Jonás~ ¿no .di){o á sus Discípulos" yapuedo abandonar.l& vida.:.y:yol..verla. á: tq.mar~ ¿oo.les dió mil veces esperan~a.· de su re:iurreccion.'?i,.no fué este el prodigio, ('()Q> que quiso hacer re-conocer '.su divinidad? Habiendo di.cho esto, siJesus no ·hubi~fa res'u:citadQf,&us milagros se hu-1;>ieranestrerlado c<.tDua::e'1se¡¡H;lcro:;:ó PQ1.:!Jllej01:'decir ,eIAhísimo-·hubiera·deshonrado á s~Rijo,y sofocado la verdad en su, sepulcro. Habiendodicha esto, si yo viera á Je~us.conv~tido en pol-vo, y confundido .con los muerto~,..nie desagra-daría la.ignominia de su pasto.n;'/ m<:;éi\llcrgonza,.ria su cruz,! si el'milagro, de: 'su res.urreccioo. •. noborrase su oprobrio; y ,su sepulcro, si no hubierapodido salir de él, haria enfi.n, que me escanda-lizase de su suplicio. '; Así,

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sobre la Resurreccion de Jesucbristo. 333Así, Hermanos mios, sin la resurreccion d.e

Jesuchristo , faltaria á la fe uno de sus mas só-lidos fundamentos; mas des pues de este granprodigio, no es posible que Jesus dexe, de triun~¡far de la incredulidad de los pueblos, y de su-jetar los espíritus mas rebeldes al yugo de kife. Así lo habia predicho ,. quando les dixo ásus Discipulos, el d la antes de morir, preparaosá recibir del mundo los mayores males: mas con&fiad entónces , y acordaos de que he v~ncido almundo.

Ya , Señor, se ha cumplido enteramente es':la gran prophecía; pues vemos el dia de hoytantos pueblos alistados baxo el glorioso estan~darte que enarbolasteis en el Calvario:vemóstantos Reyes que se glorían de arrodillarse á laimágen de vuestra cruz, y ofrecer humildes á'vuestros pies sus cetros y coronas; vemos en 6nvuestros 'altares al uno y otro lado de los mare~,y que sois adorado de polo á polq, y .~econoc:j~do por 'Rey supremo del universo.

11/.. A este glorioso triunfo, Hermanos mios,añade Je"susel tercero. Su victoria sobre el De-monil) y sobre el ~undo: nos anuncia su viqQ~ria sobre la muerte, .que es el terc;;ercen.emigoque debia vencer con su resurrecclon., San Pablonos dice, que el pecado era en l;lS maQos.d~, lamuerte aquella guadaña destructora que quita lavida á los réprobos. El Demonio, inflamado deenvidia, le habia ab-ierto las puerta.s de! mundo,que quedó sujeto á su imperio: mas habiendotriunfado Jesuchristo con su r~s:urreccion del pe-

ca.·

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334 Sermoncado, de Satanás y deLmundo tde qué te sirve,ó muerte, tu guadaña? t dónde está. tu imperio6 tu victoria ~ Ubi est, mors, stimulus tuus'? Ubiest, mors, victoria tua '?

Dexemosla triunfar en el Calvario, y aplau-dirse á sí misma del golpe, que ha cktdo al queamenazaba que la habia de destruir. Armada delpecado, como de una terrible espada, no dudeque ha de sacrificar los hombres que hubierende nacer: el sepulcro en que ha puesto á lesus,y en el que cree tenerle aprisionado, acabe deengreirla, prometiéndole una eterna victoria;pero muy pronto le costará muy caro este triun-ro momentáneo~ Sus armas formidables, y aunella misma, van á estrellarse contra la piedrade este sepulcro. Ya es tiempo, ó divino Salva-dar, de que triunfeis de vuestros enemigos. Sa~lid del seno de la tierra, para que entre la muer-te en· él; porque está escrito que. el Mesías hadeprecipitCJf la muerte en·el abismo para siem~pre. Creia la inhumana envolver .al linage hu-mano 'en sus funestas redes, y asegurarse .estapresa, quitando la vida al que se gloriaba deser su Redentor; mas Jesus,quer::iendo hacernosherederos·de la vida eterna, destruyó la muer-te, quandocreia esta destruirle á él. Quedó ven-cida en su victoria, y salvó .al linage humano,quitando la vida .á su Redentor: su espada, .aque-tIa espada ,quedebia :ser funesta á las naciones,sirvió para ,el ,sacrificio que las ha redimido: laengañó su bárbara inhumanidad. -Sacrificandouna· víctima., per,dió otras inumerales : ahora ve

, re-

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sobre la Resurreccion de Jesucbristo. 335renacer esta víctima de sus despojos, y triunfar,y hacernos triunfar de su antiguo poder~, A vis-ta de este gran portento, ó muerte, reconoce tuerror. i,Qué estraña victoria es esta, 'en la quedespojada y desarmada por el vencido, perecesen medio de tu triunfo'? De aquí adelante qual-quíer Christiano no temerá tus débiles golpes,y no te apoderarás de su alma: puedes herir aun.las vidas que el pecado del primer hombre su:..jetó á tu imperio; mas te se ha quitado el po-der de dar muerte á las almas: se pasó el tiem-po funesto para la humanidad, en que la muer-te del ,cuerpo anunciaba la muerte eterna.' ,Enadelante el que se aprovechare de la victoria qeJesuchristo, quedará esento de la segunda mue~-te. Su mas noble parte se librará de sus horri-bles manos, dexándole solo unos viles ·despolo.

jos. Si este es todó tu poder, ó muerte;; ¿dequé te aprovechan tus armas; de qué te'sirve'tuvictoria? Ubi est, mors , stimuJus tuus'? Obi est,mors, victoria tua '?

, Vuestra' resurreccion, ó; ISalvador ~'mio,'¡quánto ha mejor~do la infeliz suette de los hom-bres! ¡quán dulce es la muerte para los que laven con los ojos de la fe! Esta no es para ellos,como para el infiel, el sello de la reprobacion,:y el primer instante de la muerte eterna; es un,feliz tránsito á la vida. El alma sale en este ins':'.tante de su horrible cárcel, para sumergirse pa-ra siempre en el seno de la divinidad. Nuestravida se puedé considerar como un pesado sue-ño , del qual nos despierta la muerte, pé!ra

tras-

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336 Sermon. trasladarnos á un mar de delicias, si hubiere-. mos sido buenos Christianos. Así ella es para es-tos el mayor bien que les puede sobrevenir, yel objeto de sus mayores deseos; porque debeser el término de sus males, y el principio desu eterna felicidad. Cansados ya de su largodestierro, suspiran por su verdadera patria: de-seando por instantes unirse con Jesuchristo , na-.da apetecen mas que separarse de sus cuerpos;y, reprehendiendo á la muerte su intolerablelentitud, se preguntan á sí mismos t quién nos.separará de estos cuer pos caducos, que nos ha-cen morir en cada momento ~ Para con seme-jantes personas, Ó muerte, ¿, de qué te aprove-cha tu guadaña? t, de qué te sirve tu victoria~.No haces mas que romper las. cadenas que losoprimen; y asi tu victoria se reduce á librarlos.de u~ continuo martirio, para proporcionarlesuna. perpétua felicidad. Ubi est, mors, stimulus,tuus'? Ubi est., tnors , 'Victoria tua'? Perezca'pues este miserable cuerpo, que me separa de,mi. ;Dios, con ~tal.que mi alma viva para siem-pre en su gloria. ,Mi vida es Jesuchriston y yomiro como una ganancia preciosa y deseable la.muerte, que me debe reunir con él. t, Qué meincomoda que caiga mi carne, y se corrompa'en el sepulcro, si mi mas noble parte se elevaal cielo'? Abandono á la muerte este vil despo-jo, y no siento dar este pasto á los gusanos.Con tal que esta llama, este divino soplo queme aníma, vuelva á vos, ó Dios mio, no senti-ré que mi cuerpo se convierta en polvo, y que

la

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sobre la Resurreccion de 1esu,:hristo. 337la muerte sacie en él su furor: triunfando ellade mí, me librará del terror que me inspira; ypereciendo yo una vez, me libraré de ella parasiempre., El golpe.que me diere, me hará triun-far de ella, y romperá las cadenas de mi deplo-rable esclavitud. fv1ientras no le quedare masdespojo que un yerto cadaver , mi alma, liber-tada para siempr~ de su formidable poder, po-drá decirle, insultando su débil triunfo, ó muer-te, ¿ dónde estan tus armas y tu victoria'? Ubiest , mors, stimu/us tuus'? Ubi est ,mors, VZ6'tO-

ria tua'? 'Pero ?, qué digo, Hermanos n:tios '? Nuestros

cuerpos en manos de la muerte no son mas queun depósito que se le confia hasta el dia dé~ jui-

, cia. Se le quitarán entónces sus víctimas: Jesusnos lo ha pronietido; y si él pudo resucitar glo-rioso de su sepulcro, tambien sabrá sacarnos'de los nuestros . .Así 'es, Christianos '; este cuer-po mortal que participó de la virtud',' y oontri-bu yó á las buenas obras, tendrá su gloria y surecompensa. Particip6 de nuestros trabajos, ypor lo tanto participará de nuestra felicidad.' Sihubiere ex,piado los pecados" y satisfecho á ladivina justicia con los rigores, de la penitencia,tendrá parte en sus gracias, y será, como nues-tra alma, el objeto de sus misericordias. Lamuerte bien puede .apoderarse de él, cubrirleálgun tiempo con su obscuridad" cargarle depesadas cadenas; puede cebarse en él, desfigu.rarle y reducirle á polvo; puede apartarnos dela tierra, sumirnos en sus entrañas, y mezclar

Tom. IL V v con

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3"f)o)Vcon el polvo nuestras cenizas; mas este vence-dor omnipotente que, triunfando de la muerte,adquirió derecho de intimarle órdenes, le pedi-rá hasta el menor de nuestro,s cabellos. Su re-surreccion es la prenda segura de la nuestra, yél mismo debe ser el modelo de sus escogidos.Ha resucitado para hacernos semejantes á sí : havuelto á tomar su cuerpo, para hacerle visibleá nuestros ojos, y hacer gozar á nuestros cuer-pos de su presencia. Nos ha dicho 'y es .fiel ensu:; promesas ,) que si tuvieremos parte en laspenas y en la ignominia de su muerte, la ten-dremos tambien en la dicha yen la gloria de suresurreccion. Enfin es el primogénito resucita-do , y. sus hermanos' deben resucitar despuesde él.

.Consuelate, ó nueva Sion; esto dice el Se-ñor: tus muertos volverán á vivir algun dia, yvolveré á animar los que he abandonado al cu-chillo; volveré á abrir tus sepulcros, ó pueblomio, te sacaré de ellos, é introduciré en la ver-dadera tierra de Israel. Ve· pues; ve , pueblomio, á descansaren paz en el sepulcro, hastaque vuelva el sol divino á .hacerque te amanez~ca el feliz dia de la eternidad : desciende al se-no de la tierra, ,corno á \lna morada de paso:dexa poner las losas 'que te han de cubrir, ocul-tate,un instante, y desaparece, hasta que yohaya derramado sobre la tierra las plagas de miwdignacion; porque yo baxaré del -cielo á cas-tigar los pecados de los hombres; y la tierra medará la sangre que se hubiere bebido, y me mos-

tra-

Sermon

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sobre la Resurrecciotl de Jesucbristo. 339trará los muertos que hubiere ocultado. En estegran día _en que verás, ó muerte, tantos cuer pos _glorificados pasar de tu seno al de la divinidad,ide qué te habrá servido tu guadaña'? t,de qué tehabrá servido haberlos arrastrado triunfante á loss~pu1cros'? t,qué fruto cogerás en aquel último diade tu victoria momentanea'? Ubi est, mors, stimu-/us tuus'? Ubi est", mors, victoria tua '?

Sostenido de la mas dulce' confianza, podré enel dia de la resurreccion considerar así á la muer-te, y disminuir sus pasados triunfos. No, yo nola temeré: sus sombras, no harán mas que pasarpor ,delante de mí, para descubrirme des pues conmayor claridad al Dios que amo, y adoro: no te-rno baxar al sepulcro. Aunque me he de corrom-per allí, sé que he de salir de él mas brillante queel sol, y mas triunfante de la muerte, que 10 queella triunfó de mi , al echarme en él. Las entra:-'ñas de la tierra serán para mí, 10 que fueron lasde la ballena,para Jonás: y desde el sepulcro mis-mo os dirigiré, ó Señor, esta enérgica oracion devuestro Propheta, me habeis echado en una hon-da sima, me han sumergido las olas de vuestraindignacion, me ha tragado el abismo de la no-che, me ha rodeado un óceano tenebroso, hanpuesto sobre mí para siempre una losa, y he medicho á mí mismo, i he sido echado para siem-pre, ó Dios mio, de tu presencia'? Mas no; estoycierto de que he de ver algun dja vuestro santotemplo, y de que sabreis resucitar me á pesar dela corrupcion.

Cese ya la naturaleza de resentirse de su tem-v-v 2 po·

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340 Sermonporal dcstruccioll, no teman mis ojos cerrarse· ála luz, y no se me diga que la muerte es terri-ble. Lo es ciertamente para los malos que hande hallar en ella los tormentos; y que han deresucitar, para añadir á sus penas un oprobriosin fin. La muerte es terrible para los Philóso-phos que procuran desvanecer el terror de laotra vida, con la esperanza de una espantosaaniquilacion; pero yo, discípulo fiel de un Diosresucitado ¿, podría temer la muerte'? ¿ no creofirmemente que el que resucitó á Jesus, me resu-citará ~omo á él '? Si mi naturaleza no ob$tantese acongojare con la presencia de la muerte, metranquilizaré como Job, con solo este pensamien-to, yo sé que vive mi Redentor: lo sé, y esta es-peranza de verle, arraigada en mi corazon, ale-ja de mí todo temor: sé que des pues que me hu.•.biere convertido en polvo, volverá mi piel á cu-brir mi carne, y. mis huesos: mi cuerpo, este cuer-po que anímo, gozará de la presencia de mi Dios:mis ojos, estos ojos que ven ahora la luz, le ve-rán cara á cara;.y desde el seno de la inmortali-pad, triunfaré de la muerte, despreciaré sus ar-mas, y le preguntaré sin temor ¿en qué han para-do los vanos trophéos de su antiguo poder'? Ubiest, mors, stimulus tuus'? Ubi est, mors, victoriatua'?

Yo os adoro, Soberano vencedor de vuestrosenemigos y de los mios, y me felicito de vues-tros triunfos. Despues de vuestras célebres victo-rias del Demonio, del mundo y de la muerte, nospodeisciertamente hacer oir estos cánticos de ale-

grIa,

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sobre la Resurreccion de Jesuchristo. 34 t"

gria, ó enemigo, ~ffi••e hic iste f~l~rza, pa raderribarme; mas el ~enor me socorno con forta-leza, y me salvó CIDR los -portentos de su di'estra.Conspiraron contr,a iní todas l?s" naciones; mas'las humillé en el nombre del Señor': ,se aliaronpara cerearme ,y detener los progresos de minombre; mas triunfé de ellas en el nombre del,Señor: me rodearon como' ,abejas furiosas, y seinflamaron contra mí como zarza que arde: maslas abatí en el nombre del Señor. Ya van á reso":'nar estos alegres cánticos en los tabernáculos delos justo~: No volveré á morir, y viviré para cah-tar eternamente las alabanzas del Señor~ Me hahecho sufrir un áspero castigo por los pecadosde mi pueblo; mas no me ha abandonado entrelos brazos de la muerte. Abridme las puertas delsantuario de la justicia; entraré á dar las gra-cias al Señor, y me seguirán todos los justos.

, ..•SENOR,

Los Reyes tienen un medio mas de triunfarde la muerte, y es el merecer vivir ¿iem pie -enlos corazones de los 'vasallos. Esta gloriosa in-'mortalidad no puede dexar de ser el premio dela beneficencia, de aquella virtud que solo se em-plea en hacer felices, y que hace infelíz al Sobe-rano, quando impedido 'éste por las temporalescalamidades, no puede proporcionar bastante lapública felicidad.

Tal es la idea, Señor, que habeis dado de.vues-

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3-42 Sermonvuestro corazon á todos los Franceses; idea apre-ciable, que los -interesa en el esplendor de vues-tro trono, en la prosperidad de vuestras armas,y en la duracion y felicidad de vuestros dias;idea consoladora, que los sostiene en lossacrifi.cios , que eXIge el bien de la nadan; idea graba-da para siempre en sus coraz('nes, y que, pasan-do de generacion en generacion, perpetuará su~mor hasta el fin de los siglos. Vuestra Mages-lad, Señor, ha reconocido ya estos tiernos sen-timientos de sus vasallos. t,Podrian expresarlos deun modo mas reverente y afectuoso en la cons-ternacion con que os vieron tomar el mando delas armas, y volar al combate; en su suma aflíc-cion, quando viendo os detenido súbitamente enel camino de la celebridad, pensaron desfallecerde pena; en el gran gozo que experimentaron,quan.do os restituyó el cielo á la vehemencia desus deseos; enfin en las afectuosas aclamacionesque ea vuestra presencia hicieron resonar en lacapital el nombre de Luis el Amado, oyendose

. los écos en todas las provincias?Este es, Señor, el día mas felíz que puede es-

perar un Monarca deseoso de la sólida gloria. Esmas glorioso que los días triunfales que concediaRoma á sus Héroes, y que el dia en que el Con-quistador del Asia hizo su magnífica entrada enBabylonia. El título que se os da, excede á losmas honoríficos que han dado á los Reyes la ad-rniracion y gratitud de sus vasallos. Pero t. quédeberes no impone al mismo tiempo á vuestra Ma-~estad ~ ~qu.ésagraa.. empeños no ha contraído

con

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sobre la Resurreccion de Jesuchristo. 343con la nacion, v iendola preconizar este ilustretestimonio de su amor'? t,qué virtudes no exigeeste agradable título del Monarca que le ha ad-mil ido'?Supone las excelentes' qualidades que me-recieron á otros Soberanos los sobrenombres dejustos, de buenos, y de padres de la patria. Elanuncia virtudes mas loables y mas dignas de lahumanidad, que las que indica el lisonjero títuloque se dió á vuestro augusto bisabuelo. AsL es,Señor; en vano los, Reyes hacen mil esfuerzospor cubrirse de gloria, y adquirirse celebridad:el mas amado, el mas ju.stamente amado serásiempre el mas grande; y el mas amado es ,tam-bien el' que mas puede esperar la diadema inmor-tal que Dios reserva para lqs Reyes, que l~ ~onsegun su corazon. Así sea.

FIN.

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1N DIe E.

Sermones que se contienen en este segundo tomo.

Para el quarto Domingo de Quare sma , sobre 'la fi-delidad que se debe á ,los Soberanos .••••• Pág. I.

Para el Nlártes de la quarta semima de Quaresma,sobre las aflicciones...... • • • • • • • • • • •• 43'

Para el Viérnes de la quarta semana de QUólresma,. . sobre la Muerte ~.•.... ' ' ~ . oo. 8 1•

Para el quinto DomÍlJgo de Quarésma , sobre la In-credulidad " discurso primero: ~'" • •. • . • • .•• 1 17.

Para. el Mártes 4~la quinta semana de Qilaresma,sobre la incred~li~ad, discurso segund~. • • ... 160.

Para elViémes de la serna/la de Pqúon, sobre el- 'Miste~io dd 'id,C~Üt....•. ;.. '~~':. . . •.. .... 196.

¡" Para el Domingo' 1Jé Ramos, sobre la· Humanidad; ,de los· Soberano..s•••• ' • '. • •• • • ~'.- • • • . •• • • ~ i 35.Para el Viérnes Santo, sobce la Pasion de Jesll-

chri~to .. '.' ..• • • • • . •• • • • • • • ..• • • • •• • •• 270.

Para el día de Pasqua, sobre la Resurrección deJesuchrisro. • . . . . • • . . • • • . . .. .. • . • .. . . . ... 311•·.~~.r-, :1

.-1..1. 'Erratas.

Tomo l. p<ig.42 Hn. 1.0 dice rayos: lease rasgos.Pág. 96 Hn••• dice cecedit, cecedít: lease cecidir, cccidit.Tomo n. pág. 57lín. 7 dice vageaba'J: lease vagueaban.Pág. 273 lín. 28 dice, tardó, lease tardo.Pág. 309 lín. 5 dice elevaros: lease elevaos.

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