SEMBLANZA DE MADRE MARIA JOSEFINA - Hermanas De La...

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SEMBLANZA DE MADRE MARIA JOSEFINA FUNDADORA DE LA CONGREGACIÓN HERMANAS DOMINICAS DE LA PROVIDENCIA SOCIAL CRISTIANA, O.P. La Estrella (Ant.), Febrero 9 de 2005.

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SEMBLANZA DE MADRE MARIA

JOSEFINA

FUNDADORA DE LA CONGREGACIÓN

HERMANAS DOMINICAS DE LA PROVIDENCIA SOCIAL CRISTIANA, O.P.

La Estrella (Ant.), Febrero 9 de 2005.

SEMBLANZA DE MADRE MARIA JOSEFINA

FUNDADORA DE LAS HERMANAS

DOMINICAS DE LA PROVIDENCIA

SOCIAL CRISTIANA.

La Estrella (Ant), febrero 9 de 2005.

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SEMBLANZA DE MADRE

MARIA JOSEFINA

FUNDADORA DE LA

CONGREGACIÓN DOMINICAS DE

LA PROVIDENCIA SOCIAL

CRISTIANA, O.P.

MARIA ADELA

El Municipio de la Estrella

ubicado en el Departamento de

Antioquia (Colombia) al sur del

Valle de Aburrá, hace honor a

su nombre. Acaso no luce como

estrella?... El magnífico

clima, la fertilidad de sus

tierras donde abundan frutos

para todos sus habitantes. La

verde secuencia de sus

montañas que da al paisaje

una

belleza imponderable. Una

arborización que nos oxigena

protegiéndonos de la creciente

contaminación urbana.

Riqueza natural a la cual se

unen la fe religiosa de sus

gentes y el imán irresistible de

María en su retablo de Nuestra

Señora del Rosario de

Chiquinquirá que recibe piadosa

veneración como Madre y

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Patrona de nuestra Patria y de

nuestro pueblo Siderence.

En este lugar, el 5 de Abril de

1907, en horas de la mañana,

nace Madre María Josefina, la

segunda entre once hermanos,

en el hogar de Joaquín Garcés

Mejía y Rosana Baena Escobar,

en una finca situada en las

afueras de la población a 1

Km. del parque principal.

Un día después de su

nacimiento el 6 de Abril de

1907 fue Bautizada en la

Parroquia de Nuestra Señora

del Rosario de Chiquinquirá de

la Estrella. Recibe el nombre

de MARIA ADELA; la bautizó el

Reverendo Padre Epifanio

Quiroz. Sus abuelos paternos

José María Garcés y Etelvina

Mejía fueron sus padrinos. Su

partida se encuentra en el libro

17, folio 199 No. 514 de dicha

Parroquia.

Entre los días 13, 14, 15, 16 y

17 de febrero de 1911, a la

edad de 3 años y 10 meses, es

confirmada por el Excelentísimo

Señor Manuel José Caycedo en

la misma Parroquia. Su

madrina fue Débora Baena

Escobar, tía materna. El

asiento de esta partida se

encuentra en el Libro Segundo

de confirmación. Se afianzan

los dones recibidos en el

Bautismo que la preparan para

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entregar su vida al servicio de

la Iglesia y de sus hermanos.

En un ambiente familiar pobre,

humilde, sencillo se cultivaban

la fe, los valores, principios

cristianos y morales que rodean

a MARIA ADELA, elementos que

influyen en su personalidad y

forman su carácter.

Templo Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

(Municipio de la Estrella –Ant.-).

INFANCIA

Al lado de sus padres, de su

hermano mayor Ernesto y sus

hermanos menores, fue

creciendo y destacándose por

sus dotes de inteligencia,

cultura, delicadeza, por su

temperamento fuerte pero,

sobre todo, por una delicada

piedad que sabía combinar con

la bondad y la autoridad en el

hogar.

Adelita, como cariñosamente la

llamaban, inició sus estudios de

primaria a la edad de 9 años,

en la Escuela Urbana del

Municipio de la Estrella (Ant.).

Recuerda ella con especial

cariño a sus maestras.

Continuó sus estudios en el

Colegio de las Hermanas

Dominicas de la Presentación

de la Estrella, como una de las

fundadoras del establecimiento

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que funcionaba donde hoy es

el Asilo de Ancianos. Dice de

ella su prima Margarita Mejía,

hoy Hermana de la

Presentación Elvira de la

Merced, “compañera en los

años superiores: Adelita, como

cariñosamente la llamábamos,

se distinguió por su

responsabilidad, aplicación,

disciplina; era compañera ideal,

sufría mucho con nuestros

comportamientos que distaban

tanto de los de ella, tan culta,

tan tierna, bondadosa y

delicada”.

Sus primeros años de Colegio

SU AMADO DEL ALMA

Según la fe que hereda de sus

padres, desde niña se destaca

por el amor a la Madre de su

Amado, María, y en su honor

mantiene un pequeño altar que

adorna diariamente con flores

del campo y luces. Un día se

aleja de su hogar en son de

una visita a un familiar con su

madre. Al regreso, encuentra

que la repisa que portaba la

estampa de María Inmaculada y

el florero se han hecho ceniza.

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Por un milagro no se quema la

casa. Se dice entonces, “me

ha querido dar mi Amado una

lección por el lugar en que he

puesto en mi corazón a su

Santísima Madre, antes que a

Él”.

Se prepara Adelita a su primera

Comunión con un grupo de

niñas de la Escuela. La

animan sus profesoras de

religión y las enseñanzas de su

madre en materia de fe y

principios religiosos profundos

que guardó en su corazón a lo

largo de toda su vida. En un

hermoso desfile va hasta el

Templo entonando el bello

canto “Ya llegó la fecha dulce

y bendecida”. Después de este

dulce coloquio con el Amado

de su Alma en la Parroquia,

pasa a la casa de su bisabuela

Claudina que le habla tierna y

cariñosamente del Jesús que

acaba de recibir y la invita a

frecuentar estos encuentros con

Jesús Eucaristía. ¡Que designios

los de Dios! Ya en las clases

superiores se destaca

claramente su enamoramiento

por Jesús.

Invita a sus compañeras a

tener un buen comportamiento,

a ir a la capilla antes de

iniciar las clases (mañana y

tarde). Era de admirar su

actitud piadosa y reverente

ante el Sagrario. Parecía

transformarse en un dulce

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coloquio con el Jesús que tanto

amaba. ¡ qué digo, que ama

tanto, tanto, tanto...! Como lo

comenta su prima Margarita

Mejía (Elvira de la Merced).

SU DIOS Y SU TODO

El esfuerzo, el sacrificio y el

desvelo de su madre por

educar a Adelita llegó a su

término. En noviembre de

1925 la cosecha estaba

madura; tenía entonces 18 años

y unos meses. Hora de ayudar

con su trabajo a su madre y a

la educación de sus hermanos

menores.

MARÍA ADELA

Se desempeña como maestra en

la Escuela de la Tablaza,

corregimiento del Municipio de

la Estrella. Todo en el hogar

de MARIA ADELA mejoraba con

su trabajo. Su cercanía con las

hermanas de la Presentación

hizo que la Hermana Elvira de

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la Merced, familiares y amigos

dijeran que Dios la había

llamado y marcado con su sello

para que le sirviera en la vida

religiosa. Era que la veían

frecuentar asiduamente los

sacramentos y prolongar las

visitas al Templo Parroquial a

acompañar a Jesús Eucaristía.

En muchas ocasiones lo hacía

con su señora madre. Esto

hizo que la Hermana María San

Pedro, Dominica de la

Presentación, descubriera su

fondo de bondad y en una

forma delicada y con acertada

dirección, la llevó a decidirse

por la vida religiosa.

Tenía 20 años. Con un gran

deseo de ingresar a la

Presentación, comunica a la

Madre Superiora, que sentía

fuertemente el llamado del

Señor... La Madre Superiora la

invita a escribir a la Madre

Provincial a Bogotá... La

respuesta no se hizo esperar.

Su madre dio el

consentimiento, bendiciendo al

Señor por haber escogido a su

hija como esposa.

El 8 de diciembre de 1927,

víspera de su ingreso a la

Congregación de las Hermanas

Dominicas de la Presentación,

celebró con fervor y alegría el

día de María Inmaculada.

Doña Ligia Garcés Baena, su

hermana, que la acompaña en

10

esta fecha con sus familiares y

amigos, cuenta que ADELITA se

retiró por unos momentos a un

lugar apartado. Ella la siguió

y la encontró como abismada.

Preguntándole más tarde sobre

qué le pasaba ADELITA le dice:

“negra, no has visto como la

Virgen estaba iluminada, me

miraba y sonreía”.

Dejó en sus familiares recuerdo

muy grato y dolor por su

partida, pues no veían

oportuno que dejara a su

mamá y a sus hermanos, por

la situación económica que

atravesaban, ya que su trabajo

era la única ayuda para el

sustento familiar pues su padre

había fallecido en un

accidente. Así se lo

manifestaron a ADELITA. Va

donde la Madre Superiora y le

dice que no ingresará a la

Comunidad. Ésta le respondió:

“ADELITA, se va hoy a la

Comunidad o no se va nunca y

se hará muy desgraciada”.

Pide, entonces, a Dios con gran

fervor que le envíe una

enfermedad, una fiebre, una

deshidratación como

manifestación de su Divina

Voluntad. Llega la hora de

partir y Dios no se manifiesta.

11

Su madre le dice: “Dios la

llamó; váyase tranquila, hija. Él

velará por nosotros”. Asiste a

la Eucaristía Parroquial y

emprende viaje el 10 de

diciembre para engrosar las

filas de La Presentación con 14

antioqueñas más.

ASI SON LOS

CAMINOS DE DIOS

Ya en el Noviciado de las

Hermanas Dominicas de la

Presentación, siente un nuevo

llamado de Dios a ser monja

de clausura. Lo comunica a

la maestra de novicias quien la

mira sorprendida y le dice:

“ADELITA, Dios la llamó;

florezca donde Dios la plantó”.

Obedece; permanece sumisa a

los designios de Dios a través

de su Superiora y el 10 de

julio de 1929, con su profesión,

toma el nombre de MARIA

JOSEFINA para conservar el

recuerdo de su hermana que

había muerto a la edad de

cinco años.

En 1935 la Congregación de las

Hermanas Dominicas de la

Presentación se organiza en

Provincias. MADRE MARIA

JOSEFINA pertenece entonces a

la Provincia de Medellín. Aquí

es destinada por la obediencia

a Pensilvania, ciudad de

Antioquia, Cisneros, Santa Marta

donde se desempeña como

profesora, destacándose por su

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bondad, dulzura y comprensión

con la niñez y la juventud.

Presta sus servicios como

auxiliar del Noviciado de

Medellín en calidad de

submaestra.

Por su sentido de pertenencia y

sus dotes de piedad, fue

nombrada Superiora del

Colegio, en la ciudad de

Antioquia, a petición del

Ilustrísimo Señor Francisco Toro,

Obispo de la Diócesis de

Antioquia. Regresa a esta

ciudad para evitar el cierre del

colegio. Decían: “se justifica

la existencia de este colegio

por la presencia de MADRE

MARIA JOSEFINA, por el ejemplo

y las enseñanzas que da a las

alumnas”.

Fue rectora del Colegio San

Miguel del Rosario, en

Barranquilla; del Colegio de la

Presentación en Cartagena y de

Nuestra Señora de Lourdes, en

Barranquilla. Se destacó por

su señorío, dulzura y espíritu

apostólico. Visitaba, ayudaba y

catequizaba, en los fines de

semana a los habitantes de los

barrios pobres de la ciudad.

Pasaba largas horas en oración.

Tenía gran devoción al Santo

Vía crucis. Diariamente y a

altas horas de la noche era

sorprendida por sus hermanas

en recogida oración. No era

extraño cuando se le buscaba

como Superiora, encontrarla

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detrás de una columna que

daba al Sagrario, arrodillada y

rígida como una estatua.

En una ocasión se le cerró la

puerta del oratorio y sin el

aire acondicionado, permaneció

toda la noche hasta que sus

hermanas llegaron en la

mañana a hacer la oración de

Comunidad. Se dice que fue

en este lugar donde recibió

nuevamente el llamado de Dios

para fundar una nueva familia

religiosa.

PARA EL MUNDO SIN

SER DEL MUNDO

La oración, el silencio, el ansia

de contemplar a Dios atraían

constantemente a MADRE MARIA

JOSEFINA. Por otro lado, la

pobreza de la gente de los

barrios marginados de la

ciudad de Barranquilla, en la

Costa Atlántica, a los que

visitaba los fines de semana

con sus hermanas de

Comunidad, afianzaron en su

corazón sentimientos

maternales. Empieza a vivir

una terrible lucha. En silencio

y abandonada a la Voluntad de

Dios. Es delegada en 1953

para participar en el capítulo

general de la Congregación de

las Hermanas Dominicas de la

Presentación, en Francia.

Guardaba, como María, todo en

su corazón.

Regresa a Colombia y en 1954

visita a su familia. Por

14

afirmación de un familiar se

cree que comentó a su mamá

el proyecto de fundar o al

menos la inquietud. Como es

normal en las vidas de las

almas entregadas al amor de

Dios fue criticada e

incomprendida por familiares,

compañeras, superiores y

jerarquía. Era de admirar su

oración y su presencia

permanente ante el Señor. En

Él encontró ayuda para su idea

de fundar.

Es llamada en 1959 a Francia

para exponer el proyecto de

fundación a sus superiores y

separarse de la Comunidad de

las Hermanas Dominicas de la

Presentación.

Este tiempo fue para MADRE

MARIA JOSEFINA de unión más

intensa con su Dios ya que no

tenía ninguna actividad

apostólica. Regresa en

noviembre a Barranquilla, al

Colegio de Lourdes y Monseñor

Germán Villa Gaviria que tanto

la apreciaba dijo: “Es un alma

toda de Dios y su Dios

misericordioso es el todo”.

En momentos de dolor, de

angustia, de soledad y silencio

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con su Dios discernía las voces

secretas que la invitaban a

implantar el evangelio entre los

pobres más pobres... Dónde,

cómo, con qué, no lo sabe,

pero su confianza en la

Providencia sigue trazando su

camino. Una luz: congregación

para jóvenes pobres de escasa

preparación intelectual que no

pueden realizar su ideal de

servir a Dios en otra

Congregación Religiosa.

UNA LUZ QUE SE APAGA

Con la venia de sus Superioras

General y Provincial, el 23 de

enero de 1960 la MADRE

MARIA JOSEFINA abrió una casa

en la ciudad de Barranquilla,

en el barrio Ciudad Jardín,

llamada “Selva Verde”, para

preparar jóvenes al apostolado

con el objetivo de fundar una

nueva Congregación religiosa.

Se les empezó a dar una

formación doméstica, cristiana,

moral, ascética, orientada a la

observancia de las virtudes

religiosas. Acudió gran número

de jóvenes que ansiaban

consagrarse al servicio de Dios

y de las almas. Poco tiempo

transcurrió, apenas dos años y

ya con un grupo de 52

catequistas que salían a

16

evangelizar en los barrios más

pobres, además de atender un

kinder de la localidad, un

nuevo camino... incertidumbre,

dolor, cruz, es en lo que se

convierte en síntesis su vida.

El 24 de enero de 1962 el

Arzobispo de Barranquilla

Monseñor Germán Villa Gaviria

pide a la Madre retirarse de su

Diócesis pues dice que su obra

no es necesaria por la creación

de un equipo móvil de

misioneros, pero la recomienda

porque reconoce que su

apostolado merece apoyo.

Se disuelve la familia de “Selva

Verde”. La oración, la

confianza y el abandono a la

Divina Providencia de MADRE

MARIA JOSEFINA es inmolación

y aceptación de la Voluntad de

Dios. Se reintegra nuevamente

a la Familia de la Presentación;

pasa cinco días en el orfanato

Santa Bernardita en

Barranquilla luego viene a la

casa Provincial de Medellín.

El 26 de agosto de 1962 es

destinada al Colegio de

Girardota como Superiora.

Fundó allí una residencia para

jóvenes campesinas pobres y

necesitadas que sostenía con la

ayuda de Cáritas Diocesana y

aportes de las cosechas de las

familias de las jóvenes.

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Tenía ella la mística de los

pobres, de las niñas huérfanas,

de escasos recursos para

estudiar. Manifestaba el deseo

de entregarse por completo a

este apostolado. Afrontaba una

gran lucha: seguir en las filas

de la Presentación, responder a

la llamada del Señor en el

servicio de los desprotegidos de

la sociedad?. Era una

constante y muda predicación

de oración sencilla y humilde,

de actitud permanente y

reverente ante su Dios.

Predicaba con su señorío, con

su dignidad, con el respeto y

la reverencia a la persona del

otro. Tenía presente el consejo

de Maria Poussepin en su

reglamento “Tened mucha

ternura hacia la juventud que

educáis”. Mujer de fe en la

Divina Providencia.

Una noche, a la madrugada,

sienten las hermanas ruidos

extraños en la casa, quién

será? llaman a la madre; quién

toca a su puerta dice Ella. Un

ladrón en casa, madre. Sale

presurosa; qué quiere hijo, no

robe, qué quiere?. Es que no

sabía defraudar a nadie. El

decir de la gente era: “La

madre tiene algo...” Si, tiene

dentro a Dios en lo más

profundo de su ser y por esto,

era toda bondad y sencillez

18

solicitud por el mejor estar de

sus hermanos.

El 3 de enero de 1967 la

obediencia le pide ir a la

ciudad de Medellín como

superiora local de la Casa

Provincial. Dice la Madre: “fue

para mí una gracia especial de

Dios. Las hermanas, todas

estudiantes, no tenían mayores

problemas. Pude dedicarme

por completo a la oración y el

silencio. Aquí terminé de

madurar la idea de la nueva

fundación”.

Hermanitas de la “Selva Verde”

DESIGNIOS DE

DIOS... ¡SIEMPRE IMPENETRABLES!

La manifestación de la Voluntad

de Dios, la hora de Dios ha

llegado y MADRE MARIA

JOSEFINA es exclaustrada el 15

de diciembre de 1967 por el

Decreto No 17612.

El 29 de febrero de 1968

MADRE MARIA JOSEFINA sale de

la Casa Provincial de la

Presentación con la Hermana

19

Stella Gallo Duque, camino

hacia la Estrella (Antioquia),

cuna de la familia Garcés

Baena, donde se enciende

nuevamente una Luz. Nace

PROVIDENCIA SOCIAL CRISTIANA

después de una larga visita a

Jesús Eucaristía y a Nuestra

Señora del Rosario de

Chiquinquirá en el Templo

Parroquial. La oración, la

confianza y el abandono en la

Divina Providencia dan a

MADRE MARIA JOSEFINA una

casa en préstamo favor de su

parienta Elvira Baena Escobar.

Primero de marzo, día del gran

sacrificio. El paso estaba dado.

Después de una mañana de

oración y de participar en la

Santa Eucaristía, un viernes a

las 11:00 a.m. se despoja del

hábito dominicano de las

Hermanas Dominicas de la

Presentación. “Nuestro Señor

es Bueno, no nos abandona”

era su frase favorita en los

días de la fundación.

Enseñó a los jóvenes a amar y

a confiar en Dios en la Cruzada

Eucarística que fundó y dirigió.

Fundó además hogares y

guarderías para niñas y niños;

dirigió el grupo de mujeres

pobres de la población en

talleres de cerámica donde

ganaban el pan honradamente.

A pesar de las incomprensiones,

las críticas, las dificultades y la

extremada pobreza, su Obra

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crecía y se extendía a los

distintos Municipios del

Departamento de Antioquia.

Con gran dedicación y

esmerado desvelo formaba las

jóvenes que engrosaban las filas

de la Obra de la PROVIDENCIA

SOCIAL CRISTIANA y las extendía

según las necesidades de la

Iglesia para hacer conocer,

amar y servir a Dios.

Su bondad era reconocida,

admirada y transmitida hasta

hacer exclamar “Ver a la Madre

es sentir la presencia de Dios.

Quien se le acerca recibe paz,

serenidad, tranquilidad; esta

mujer es de Dios”. Su celo

por la caridad y el bien de las

almas le hacían repetir

constantemente “Mis hermanas:

hagamos de los niños buenos

hijos de Dios”.

Envía hermanas a las catequesis

parroquiales y es celosa porque

los niños y las niñas protegidos

reciban diariamente la

instrucción y se les haga el

minuto de Dios en la noche.

Solía decir: “Todo es Bondad

de Dios, la Bondad de Dios no

se agota. Las manos de Padre

Dios están siempre abiertas

para dar, estemos nosotras

prestas a recibir y demos para

que el Padre Dios continúe

prodigando su Bondad”.

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“Dios y los niños nuestra razón de ser”.

ORACIÓN, CONFIANZA Y

ABANDONO.

La vida de la MADRE MARIA

JOSEFINA, impregnada de

oración, hacía que

permaneciera postrada de

rodillas largas horas ante el

Sagrario, a veces recitando el

salterio de María; otras, en

cruz ante la imagen del Divino

Rostro de su celda o con sus

brazos en alto pidiendo

misericordia y confiada por

completo a los designios de la

Voluntad del Padre,

abandonada en los brazos de

aquel en quien ha puesto toda

su confianza, en quien sabe

será todo en su vida. Ésta es

la base de su espiritualidad.

Abrazada a la Cruz, da

testimonio de gastar su vida

para la Gloria de Dios y el

bien de las almas. Su

preocupación, el celo por la

Gloria de Dios. Por esto, como

María, cumplía el Fiat de su sí,

en una vida oculta, silenciosa,

humilde y sobre todo de

mucha fe; fe probada por la

incomprensión, la intolerancia y

el lenguaje mudo de quienes

no comprenden que las obras

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de Dios conllevan la cruz, el

sacrificio y la inmolación.

OCULTA Y

CONTEMPLATIVA

Después de celebrar el Primer

capítulo general, el 7 de enero

de 1986 exclama: “Todo está

cumplido Señor” con cariño y

una voz de aliento y de ánimo

para sus hijas, sale sonriente a

despedirse de Nuestra Señora

del Rosario de Chiquinquirá al

Templo Parroquial, dejando la

casa de fundación el 28 de

febrero de 1986 hacia la

ciudad de Medellín, Hogar

Infantil Juan Pablo II.

El 3 de marzo de 1986 se

radica en el Municipio de

Sabaneta (Ant.) donde

permanece oculta y en actitud

contemplativa preparándose

para el encuentro definitivo con

el “Amor de sus Amores”. En

la sencillez y pobreza de su

celda ejerce el apostolado del

consejo, de la bondad, de la

alegría, de la amabilidad, de la

consolación, mientras se va

consumiendo en el silencio,

como un cirio por su familia

religiosa.

23

Su vida es una plegaria

constante y muda, un

testimonio vivo para sus hijas

que la rodean, la cuidan y

aprenden de ella la ternura y

la Bondad de Dios Padre.

Dedicada a la oración día y noche.

DE REGRESO A LA

CASA DEL PADRE

Las Capitulares del V Capítulo

General se presentan a la

Casa de reposo “La Chinca” el

13 de enero de 2001, para

poner en la oración de MADRE

MARIA JOSEFINA la elección del

día siguiente. En este

momento es sacada por sus

hijas y los funcionarios del

Hospital de la localidad para

ser atendida por los médicos

que la esperaban en el Centro

Hospitalario.

Ante la petición de sus hijas

esta misma noche regresa a la

Estrella, a la Casa Madre.

Consciente de la elección

Capitular y después de dar la

bendición al nuevo gobierno

general, empieza su salud a

desmejorar. Un gran desfile

de hermanas, ( sus hijas en el

24

espíritu) de altas personalidades

civiles y eclesiásticas llegan

continuamente a su celda.

Recibe los santos óleos en dos

ocasiones, la bendición de su

Santidad Juan Pablo II para los

últimos momentos de su vida y

el 24 de enero acompañada de

sus Novicias y Hermanas de

Comunidad pasa a la Casa del

Padre. Gran repique de

campanas, tres días de velación

en la Capilla; Eucaristías

constantes y el clamor ¡Ha

muerto una Santa; tienen una

intercesora en el cielo!. El 27

del mismo mes, es llevada a la

basílica menor de Nuestra

Señora del Rosario de

Chiquinquirá donde una gran

multitud la acompaña en señal

de gratitud y amor y sin

cansarse de decir “¡Ha muerto

una Santa, tienen una

intercesora en el cielo!”.

Preside la Eucaristía Monseñor

DARÍO MONSALVE M. Obispo

auxiliar de Medellín, MONSEÑOR

FLAVIO CALLE ZAPATA de la

Diócesis de Sonsón Rionegro y

20 sacerdotes más. Es

trasladada nuevamente a la

Casa Madre para ser sepultada

en la cripta ubicada en la

primitiva Capilla de la

Fundación. Hoy podemos decir

que la Madre vive, que su

Espíritu ilumina y que la Divina

Providencia es la respuesta a

su oración, a su confianza y

abandono en la Bondad de su

Buen Padre Dios.

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EL GRANO DE TRIGO

SIGUE FRUCTIFICANDO

Las Hermanas de la Providencia

Social Cristiana, como discípulas

fieles, continúan dando

respuesta en los campos de la

evangelización, la prevención y

protección de la niñez y la

juventud, la pastoral parroquial

y la catequesis, siendo

testimonio evangélico de la

herencia recibida; su acción

evangelizadora la realizan en

Colombia y Ecuador.

A la hora de su muerte, deja

una llama de fe, de amor y

esperanza que nunca se

apagará en el corazón de su

familia, de sus hijas, sus

amigos, sus benefactores. La

Comunidad cuenta con 99

hermanas profesas, 14 novicias,

6 postulantes, 6 aspirantes y

28 casas en Colombia y

Ecuador, donde se atiende

anualmente un promedio de

3000 niños, se da

acompañamiento espiritual a

sus padres y acudientes.

En la animación de la

Comunidad, como Superioras

Generales, han prestado su

servicio Madre María Josefina

26

(1968-1986), Madre Amanda

Idárraga Agudelo (1986-1991),

Madre María Josefina (1991-

1992), Madre Ana Onelia de las

Misericordias Roldán Medina

(1992-2001), Madre Nancy del

Perpetuo Velásquez Bermúdez

(2001-2006).

La Comunidad de la Casa de

Nuestro Buen Padre Dios, está

formada por 7 Hermanas que

han construido y edificado para

las generaciones actuales y

futuras y que, como fruto

maduro, han sido recogidas por

la bondad y la ternura del Dios

tres veces Santo.

La Gloria de Dios, el bien de

las almas en la persona de los

pobres y de los niños, es la

razón de ser de una hermana

de la Providencia Social

Cristiana, en una vida orante,

laboriosa y confiada en la

Divina Providencia.

Hermana Ana Onelia de las

Misericordias Roldán M, o.p.

27

HERMANAS DOMINICAS DE LA PROVIDENCIA SOCIAL CRISTIANA

“He aquí que vengo para hacer tu voluntad”

Más de un centenar de religiosas consagradas al servicio de Dios y de la

Iglesia viven en la Providencia amorosa de Dios Padre.

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NUESTRA MISIÓN

DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ

(Mt. 18. 5)

Basadas en las bienaventuranzas de Jesús, nos dedicamos a los más Pobres, en especial a los niños

desprotegidos, a las familias necesitadas, a la formación religiosa y moral de los pueblos y

caseríos y a compartir la bondad de Dios con nuestros hermanos y la Iglesia.

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LUGARES DE MISIÓN

Parroquias, Hogares Infantiles y Juveniles,

Guarderías, Comedores, Dispensarios y Regiones

apartadas donde llevar el mensaje de Jesús.

QUIERES SEGUIR A CRISTO COMO

RELIGIOSA EN NUESTRA COMUNIDAD?

Comunícate en el Departamento de Antioquia

(Colombia) al: 2790000, 2881564, 2545379.

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