Semana Agro

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8/20/2019 Semana Agro http://slidepdf.com/reader/full/semana-agro 1/4 PUBLICADO: 06/02/2016 El agro: una oportunidad de oro Colombia podría convertirse en una potencia alimentaria en el transcurso de las próximas dos décadas. La clave está en desarrollar una agroindustria competitiva. ¿Cómo acelerar este motor? La semana pasada, el Dane publicó cifras desalentadoras sobre las exportaciones en 2015. Las ventas colombianas al exterior cayeron 35 por ciento, es decir, se exportaron 19.000 millones de dólares menos que en 2014. Como ya se sabe, la principal razón es el desplome del precio del petróleo, que ha golpeado muy duro a Colombia debido a la alta concentración de este producto dentro de la canasta exportadora. Las ventas externas de petróleo y sus derivados disminuyeron 50 por ciento el año pasado, y responden por casi una tercera parte de la caída exportadora total. Por eso, el país no tiene otro camino que buscar cómo reemplazar los ingresos que aportaba el petróleo cuando los precios estaban en auge. Incluso, aún si estos se recuperaran, Colombia está en mora de ampliar su oferta exportadora para tener un crecimiento más balanceado. Es decir, hay que ajustar el modelo económico para que otros sectores tomen el liderazgo exportador.

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PUBLICADO: 06/02/2016

El agro: una oportunidad de oro

Colombia podría convertirse en una potencia alimentaria en

el transcurso de las próximas dos décadas. La clave está en

desarrollar una agroindustria competitiva. ¿Cómo acelerar

este motor?

La semana pasada, el Dane publicó cifras desalentadoras sobre las exportaciones en 2015. Las

ventas colombianas al exterior cayeron 35 por ciento, es decir, se exportaron 19.000 millones

de dólares menos que en 2014. Como ya se sabe, la principal razón es el desplome del precio

del petróleo, que ha golpeado muy duro a Colombia debido a la alta concentración de este

producto dentro de la canasta exportadora. Las ventas externas de petróleo y sus derivados

disminuyeron 50 por ciento el año pasado, y responden por casi una tercera parte de la caída

exportadora total.

Por eso, el país no tiene otro camino que buscar cómo reemplazar los ingresos que aportaba el

petróleo cuando los precios estaban en auge. Incluso, aún si estos se recuperaran, Colombiaestá en mora de ampliar su oferta exportadora para tener un crecimiento más balanceado. Es

decir, hay que ajustar el modelo económico para que otros sectores tomen el liderazgo

exportador.

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Con esta realidad presente, los expertos están de acuerdo sobre el importante papel que

podría jugar la agroindustria en este nuevo escenario. La agroindustria o agronegocios –como

lo llaman algunos– involucra desde la producción agrícola propiamente dicha, pasando por el

proceso de poscosecha y el procesamiento, hasta la comercialización nacional e internacional.

Hay motivos para pensar que el país está ante una oportunidad única que no puede

desaprovechar. Para empezar, el sector tiene un enorme potencial de crecimiento gracias a la

dinámica de la oferta y la demanda global de alimentos. Según The Economist en las próximascuatro décadas la humanidad tendrá que producir más alimentos que los generados en todos

los años pasados juntos. Otras autoridades mundiales señalan que la producción de comida

tendrá que aumentar entre el 70 y el 100 por ciento para 2050, con el fin de alimentar a la

población estimada, para entonces, en 9.000 millones de personas.

Esto significa para Colombia una magnífica oportunidad, pues, según la FAO, es una de las siete

naciones que puede volverse despensa mundial de alimentos, gracias a que tiene suficiente

tierra para ampliar la frontera agrícola sin necesidad de tumbar bosques. Además, goza de

privilegios naturales como ser el tercer país con mayores recursos de agua y con diversidad

climática.

Hay otras circunstancias que hacen pensar que este es el momento para impulsar la

agroindustria como un nuevo motor. Entre ellas, los tratados de libre comercio, que dan

acceso a mercados; el ambicioso programa de infraestructura, que busca desvanecer una de

las viejas barreras a la competitividad; y el propio acuerdo de paz con las Farc, que

seguramente tendrá efectos positivos sobre la inversión en el campo. No es un secreto que el

prolongado conflicto ahuyentó a muchos, desde agricultores tradicionales hasta potencialesinversionistas.

Mauricio Samper, director general en Colombia de Seaf (Small Enterprise Assistance Funds),

empresa especializada en administrar fondos de capital privado en mercados emergentes, cree

que hay muchas oportunidades en el país. Como conocedor del sector, pues ha sido gerente

de Cargill Foods Colombia y emprendedor de proyectos agroindustriales, afirma que se están

disipando las principales barreras que han limitado el desarrollo y han alejado a los

inversionistas. El año pasado, Seaf comenzó a constituir un fondo de 60 millones de dólares

para invertir en pequeñas y medianas empresas del sector agronegocios que se encuentren en

etapa de crecimiento. “Tenemos preferencia por modelos de negocio que estén buscando

expansión en mercados de exportación”, afirma.

Pacific Agri Capital es otro inversionista internacional que también le está apostando al campo.

Esta compañía ha ayudado a financiar exitosos programas agrícolas en Perú y está trabajando

en Colombia con un proyecto de 5.000 hectáreas de cacao, lo que sobrepasa cualquier

iniciativa realizada en el país con esta importante materia prima.

El hecho de que haya inversionistas interesados en apoyar proyectos agroindustriales es una

buena señal, porque significa que están viendo el potencial y saben que obtendrán retornos

financieros importantes. El campo tiene que ser rentable. Actualmente, cinco fondos de capital

privado desarrollan agronegocios.

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La verdad es que se necesitan grandes capitales no solo para poner a producir la tierra, sino

para transformar y procesar los productos del campo. Un buen ejemplo de los cuantiosos

recursos que se requieren en muchos casos es la Orinoquia, donde, dadas las características

de la tierra, para comenzar un proyecto se necesita invertir en maquinaria y tratamiento de

suelos sumas que superan los 100 millones de dólares.

Pocas veces se había visto tantas fuerzas jalonando para el mismo lado. El presidente de la

Andi, Bruce Mac Master, dice que la industria está llamada a jugar un rol clave en el sector deagronegocios porque tiene acceso a la financiación, a la tecnología, al talento humano y a los

mercados. “Creemos que esta es una oportunidad para que Colombia se inserte en las cadenas

globales de valor”.

Según Mac Master, con el potencial que tiene el país, puede aspirar a ser uno de los diez

mayores productores de alimentos del mundo en las dos próximas décadas. “Desde la Andi

estamos tomando este reto muy en serio y por eso venimos trabajando en desarrollar y

estimular la agroindustria”.

Para el presidente de la SAC, Rafael Mejía, esta es la ocasión para que Colombia sustituya

importaciones y tenga otro renglón exportador líder. Según el dirigente, el país importa

aproximadamente el 28 por ciento de los alimentos que consume, y, por lo tanto,

desaprovecha su potencial no solo de producir su comida, sino de vender a otros mercados.

“Pero para que haya agroindustria necesitamos un sector primario bien desarrollado”, dice, lo

cual requiere propiciar condiciones favorables a la inversión en el campo, como bienes

públicos, seguridad jurídica y una tributación atractiva para los empresarios. Mejía dice que se

están dando pasos importante para apoyar al sector primario. Por ejemplo, la creación de las

Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social, Zidres, que dan seguridad jurídica

sobre la propiedad de la tierra, aspecto fundamental para atraer desarrollo al campo

colombiano. “Esta ley reconoce la importancia e incentiva la producción a gran escala”. Otro

paso importante es el plan Colombia Siembra, que impulsa el Ministerio de Agricultura con el

sector privado. Este programa busca incrementar en 1 millón de hectáreas el área sembrada

en Colombia, de ahora a 2018. Esto tiene el propósito de sustituir la mitad de los 10 millones

de toneladas que hoy se importan de alimentos.

La presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture, afirma que el gobierno está

consciente de que esta es una oportunidad “Colombia enfrenta el reto de cambiar la estructura

de su canasta exportadora hacia bienes de mayor valor agregado y existen varios segmentos

agroindustriales que pueden impulsarlo”.

Colombia es el séptimo exportador de productos agroindustriales en América Latina después

de Brasil, México, Argentina, Chile, Ecuador y Perú, pero tiene potencial para tener una

posición mucho más relevante. La clave está, dice Lacouture, en enfocarse en los sectores

donde tenga una clara ventaja comparativa ya sea natural o de mercado.

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En síntesis, si Colombia aprovecha sus ventajas y sus privilegios naturales, y logra desarrollar

una agroindustria competitiva, resolvería muchos problemas, entre ellos el desempleo en el

campo, lo que para el posconflicto que se avecina sería una oportunidad de oro.

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