Semana 10 - Historica XXVIII
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7/24/2019 Semana 10 - Historica XXVIII
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HVTOII R
XXVIII.l (2004): 229-232
BURNS,
William. Decodificacin de quipus
Lima: Banco
Central de
Reserva
del Per Universidad Alas Peruanas, 2002, 203 p-
ginas.
Los
quipus, sistema
andino de registro
de informacin
basado en el
uso
de
cuerdas,
nudos y colores,
han
sido
utilizados
por
distintos
investigadores
para demostrar
la existencia
de
escritura en los
Andes
prehispnicos,
por
lo general
con
escasos resultados.
Uno de
los
ms
recientes
intentos
a este respecto es el libro objeto de la
presente
resea, escrito
por
el ingeniero textil ingls William Bums. Este justi
fica
su
propsito mediante
una
argumentacin empleada con
anterio
ridad por
estudiosos
con similares fines. Asume como
premisa
que
el
elevado desarrollo
cultural alcanzado por
la civilizacin
andina,
ejem
plificado
en
la creacin
del Tahuantinsuyo,
resulta
inconcebible
sin
un sistema
de escritura como medio de
registro y
transmisin de
informacin compleja.
De
ello se deriva
la necesidad
de
su
existencia
con
anterioridad
a la
conquista
espaola.
Un razonamiento de este tipo
requiere de una previa
explicacin
del concepto
de escritura
empleado, pues aunque este pudiera
pare-
cer
de una claridad
evidente,
en
realidad
est
definido de manera
vaga
y variable
segn
el contexto
de su empleo.
Mientras
algunos
autores lo
restringen
hasta
englobar exclusivamente
a aquellos siste
mas basados en
alfabetos, otros lo amplan
para incorporar
incluso
los
pictogramas
ms primitivos. Si bien Bums
no
discute explcita
mente esta
importante cuestin, ya desde la
introduccin
de su libro
anuncia
su propsito de
incluir a los
quipus dentro
de las ms estric
tas definiciones
de
escritura, al
considerarlos
un sistema fontico,
aunque
carente
de
vocales, al
modo
de
los alfabetos
hebreo
y fenicio.
Resulta
paradjico
notar
cmo
un autor que anuncia
ser
el
primero
en descifrar un
cdigo
nico al
punto de
que nadie ms
repar
en l,
intenta al mismo
tiempo
asimilarlo dentro
de modelos propios de la
cultura
occidental.
Pero en el libro
no
solo se
plantea
la existencia
de un tipo
de escri
tura andina sino
de
tres: quilcas, quipus y tocapus. Con respecto a las
primeras, el
autor no
aporta
mayores pruebas,
suponiendo
como
evi
dente
su
equivalencia
al
concepto
castellano
de
letras.
Este es
un
conocido
error
originado en las
traducciones
que para esta palabra
dan los vocabularios
quechuas
de los siglos XVI y XVII. As, por
ejemplo,
Domingo
de
Santo
Toms
consigna quillca
letra o
carta
mensajera , y Diego
Gonzlez
Holgun quellcca papel carta o escrip
tura . Sin
embargo,
al mismo
tiempo
se le asocian significados vincu-
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HlfTOIRI R
XXVIII.l
lados
al concepto de
pintar, por
ejemplo
quellccani escriuir debuxar
pintar
(Gonzlez
Holgun).
La explicacin ms
coherente
para esta
polisemia
establece que esta palabra y
sus
derivados
estuvieron
aso-
ciados
a la
idea de representacin
cromtica
en
el
quechua
prehisp-
nico, pasando a englobar el
concepto
de escritura tras su introduccin
por
los conquistadores. Es decir, se utiliz un trmino preexistente
para designar
una realidad nueva en
forma similar
a
como illapa
( rayo )
pas
a
designar
al arcabuz,
lo
cual no implica suponer su
existencia
en
los Andes
con anterioridad
a la
llegada de
los espaoles.
En cuanto a quipus y
tocapus
las
pruebas documentales aportadas
por Bwns
remiten
fundamentalmente
a
una
nica
(y tarda) fuente: la
Nueva
cornica y
buen gobiemo de Felipe Guaman Poma de Ayala. Es
en los
tocapus
de
las vestimentas
de
los soberanos incas representa-
dos
por el cronista indio
donde
se
encuentra
la clave
de todas
las
argumentaciones
de
Burns
al
identificarlos
como mensajes
cifrados en
una arcana escritura
andina. Para ello supone la existencia
de
un
correlato directo
entre estos recuadros
geomtricos propios de la texti-
lera incaica y los nombres
de
sus
portadores. De esta manera,
los
cuatro
tipos de
tocapus de
los ropajes del
primer
inca
corresponderan
a las slabas
MAN-CO-CA-PAC
y lo
mismo para
los
otros dos
ejemplos
consignados:
SIN-CHI-R-CA
e
INCA-R-CA.
Con el
fin
de
convertir estas
equivalencias silbicas
en
letras
asume, sin
sustento documental
alguno,
la existencia
de
un alfabeto quechua
prehispnico
carente de
vocales,
suposicin
que le
permite
correlacionar
cada tipo
de tocapu
representado
en la
crnica con una consonante
hasta llegar a un total
de
diez.
Burns
no
se
preocupa por
explicar aquellos casos
en
los cuales
sus
signos
consonnticos equivalen a slabas de ms de una consonante.
Por
ejemplo, el
signo equivalente
aMAN (en
Manco
Cpac) es
igual
al
empleado
para
SIN (en
Sinchi
Roca)
pero
solo
representara
a la letra
N.
Cmo
se deduce la primera
letra
de cada slaba?
Cabe
recordar
que
si
bien
alfabetos como
el
fenicio y el
hebreo resultan
funcionales
an
sin
emplear vocales,
estos
s
representan
cada consonante, pues
de otro
modo el
nmero de
interpretaciones posibles
para
cada pala-
bra
escrita alcanzara
niveles
inaceptables. Ahora
bien,
el autor s con-
signa
la equivalencia entre
uno
de sus
signos y
una
combinacin
de
consonantes,
NK
pero
esto parece
ms
bien una argucia empleada
para el caso
de
Inca Roca, cuyo nombre contiene cuatro slabas
pero
que
solo
porta
tres
tipos de
tocapus. Usando el NK
para
la
palabra
completa
INKA se
salva el
inconveniente.
El anlisis
del
alfabeto
propuesto
por Burns
para
el
quechua
plan-
tea otras
dificultades. Este
consta
de
diez
smbolos que
representan
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Torres Burns, ecodificacin
de
qu pus
las siguientes consonantes: H,
LL/W /Y
M, T,
R,
s, K/Q
P,
N, CH. Ntese
cmo un mismo smbolo representa a ms de
una
letra, por ejemplo
y Q o
LL,
w e Y. Al ser estas distinciones significativas
para
el que
chuahablante, el
uso
de
smbolos polivalentes
no
hace sino
aadir
ms dificultades al empleo
de
la
escritura
propuesta
pues un mismo
smbolo podra denotar ms de
una
consonante (LL, w o Y
por
ejem-
plo) combinada con
una
vocal no explcita y quiz con otra consonan-
te ms tampoco consignada
por
escrito.
Ciertamente
leer
con
cierta
fluidez
en
un sistema tal resultara una tarea titnica cuando
no
imposible.
Para pasar de un alfabeto
en
tocapus a
una
escritura
en
quipus
Bums
aventura una nueva
suposicin:
dado que ha
descubierto
un
alfabeto quechua basado
en diez
consonantes,
propone
establecer una
equivalencia entre estas y el sistema numrico incaico, tambin de
base
decimal. Asigna a cada
consonante un
nmero del
uno
al diez
en cuyo nombre en quechua est contenida la dicha consonante. Esta
relacin
puede
hacer referencia a la
letra
inicial del nmero
po r
ejemplo al nmero uno Huk) le corresponde la
H-
pero tambin a
una letra intermedia a l
nmero
tres
kiMsa)
se le vincula con la
M
y a
una
letra final-al nmero nueve isqoN) se le asocia la
N
Incluso
en
el caso
del
nmero
cinco
pichqa)
no
existe vnculo
alguno con
su
consonante
equivalente R),
clara
evidencia de
la
arbitrariedad de
estas relaciones. Un mtodo similar es empleado
para
asignar a cada
uno
de
estos nmeros/consonantes
un
color gracias a lo
cual
se
pueden
leer
de manera
fontica las secuencias cromticas
presentes
en
las cuerdas de los quipus.
Empleando. este armazn de suposiciones
no
comprobadas el
autor emprende la decodificacin de
diez
quipus tarea a la cual
dedica
buena
parte
del
libro. Llama
la
atencin la ausencia
de
cual-
quier discusin en tomo al lugar de origen y la p r o ~ l e antigedad
de los ejemplares analizados. Estos datos,
aunque
difciles de diluci-
dar,
son de
importancia decisiva pues
para analizar un
texto escrito
en
alfabeto fontico es necesario conocer el
idioma
empleado
con
mayor razn si se trata
de una
escritura de tan incierta interpretacin
como la
del sistema propuesto por
Bums. En
qu
idioma se
ha
escri-
to cada quipu? En aymara
puquina
quechua u otro? Si est en que
chua, qu dialecto
ha
sido empleado?
Los
Andes
prehispnicos pre-
sentaban un
complejo
panorama
lingstico, cuyas
profundas
implicancias
no han sido
tornadas
en
cuenta por el autor.
Para aquel incauto lector convencido de la verosimilitud de las
explicaciones de Burns, las transcripciones de quipus presentadas
en el libro
resultarn una
decepcin.
Aun
cuando el autor anuncia la
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posibilidad de
asentar leyes,
historias
y poemas mediante
cuerdas
nudos
y colores, los diez
ejemplares
analizados son interpretados
como censos
4), registros
de
produccin agrcola 3) y compilaciones
calendricas 3), es decir, funciones ya
sealadas
por quienes conside-
ran
a los
quipus
sistemas
mnemotcnicos
y de
contabilidad
pero
no
un tipo
de
escritura. Esta es la gran paradoja
del
libro: todo el esfuer-
zo
desarrollado para
demostrar la
viabilidad
de los
quipus como
escritura
alfabtica, solo lleva, en
la
prctica, a confirmar las mismas
interpretaciones de
la historiografa
tradicional
que Burns
tanto se
empea
en
rebatir. En el
proceso no
ha reparado en manipular las
escasas
fuentes documentales
empleadas ni en realizar juicios y supo-
siciones
carentes de sustento alguno para construir su
escritura
que-
chua.
Por estas
razones,
Decodificacin
de
quipus
no puede
ser
conside-
rada
una investigacin acadmica
seria, menos an una propuesta
digna
de
atencin.
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Vctor Torres Laca
ontificia Universidad
atlica del
Perz