TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS

JOHN PAUL LEDERACH & MICHELLE MAIESE

INTRODUCCIÓN1

He usado la frase “transformación de conflictos” desde finales de los ochentas. Recuerdo

aquella época porque se dio poco después de que tuviera una experiencia intensa en Centroamérica. Cuando llegué a Centroamérica mi vocabulario de enseñanza estaba plagado de la terminología propia de la resolución y manejo de conflictos. Sin embargo, pronto encontré que muchos de mis colegas latinoamericanos tenían preguntas, preocupaciones e incluso suspicacias respecto a lo que tales conceptos significaban.

Su preocupación radicaba en que el aplicar soluciones rápidas para problemas sociopolíticos profundos no cambiaría las cosas de una manera significativa. “Los conflictos suceden por una razón”, dirían ellos. “¿Esta idea de resolución es tan sólo otra forma de ocultar los cambios que verdaderamente se necesitan?”. Sus preocupaciones eran consecuentes con mi propia experiencia.

Las ideas que informan mucho de mi trabajo surgen del marco religioso anabautistamenonita. Este marco pone énfasis en el concepto de paz como inserto en el de justicia, la construcción de buenas relaciones y estructuras sociales mediante el respeto radical a los derechos humanos y la no-violencia como modo de vida. En el decurso de mi trabajo para encontrar respuestas constructivas a los conflictos violentos, me había convencido, cada vez más, de que mucho de lo que estaba haciendo era buscar un cambio constructivo. Recuerdo que para fines de la década de los ochenta habría hablado de este trabajo como de un proceso de transformación.

No obstante, esta noción de transformación planteó nuevas cuestiones. A pesar de sus problemas, el término “resolución” era más conocido y ampliamente aceptado en los principales círculos académicos y políticos. Por otro lado, el término “transformación” era considerado por muchos como algo muy cargado de valores, muy idealista o muy “new age”.

Sin embargo, para mí, el término era exacto, científicamente correcto y claro en su visión.

El término “transformación de conflictos” es exacto debido a que el núcleo de mi trabajo es, en efecto, el envolvimiento en iniciativas de cambio constructivo que incluyen y van más allá de la resolución de problemas particulares. Es científicamente correcto debido a que la literatura y la investigación acerca de los conflictos convergen en dos ideas comunes: 1) el conflicto es algo normal en las relaciones humanas; y, 2) el conflicto es un motor de cambio. Y “transformación” es un término claro en su visión debido a que enfoca el horizonte hacia el que nos dirigimos, en especial la construcción de relaciones y comunidades saludables, tanto

1 Este ensayo es un extracto del libro de J. P. Lederach titulado "The Little Book of Conflict Transformation", publicado por Good Books en el año 2003. Michelle Maise, graduada del Conflict Research Consortium, con la autorización de J. P. Lederach y la editorial, condensó en este ensayo las más de setenta páginas de material incluidas en el manuscrito original.

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local como globalmente. Este proceso requiere cambios importantes en las formas en que nos relacionamos.

En este ensayo, me embarcaré en una tensión creativa entre las metáforas de resolución y transformación a fin de agudizar el entendimiento sobre los conflictos. No obstante, esto no es hecho para minimizar o degradar al término “resolución” o a los muchos individuos que, creativamente, le dan preferencia y lo ven como el mejor prisma para entender su propio trabajo. Mi propósito es el de añadir una voz a la discusión en curso y buscar un mayor entendimiento y claridad en las relaciones humanas.

Pero las preguntas se mantienen, ¿Qué es esto de la transformación? Este ensayo es un intento por compartir mis ideas acerca de la transformación de conflictos como una orientación, una aproximación y un marco. En él se describe a la transformación como unos lentes y una estrategia para acercarnos al conflicto.

LOS LENTES DE LA TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS

En las situaciones cotidianas experimentamos el conflicto social como el momento en

que ocurre una ruptura en el discurso “natural” de nuestras relaciones. Una vez que el conflicto emerge, nos detenemos y advertimos que algo no está bien. La relación en la que la dificultad está surgiendo se vuelve complicada, no tan fácil y fluida como alguna vez lo fue. No tomamos las cosas más por su valor nominal, en cambio, dedicamos mayor tiempo y energía a interpretar el significado de las cosas. A medida que nuestra comunicación se hace más difícil, encontramos que es más y más complicado expresar nuestras percepciones y sentimientos. También encontramos que es más difícil entender lo que otros están haciendo y diciendo, y podríamos desarrollar sentimientos de desasosiego y ansiedad. Esto a menudo va acompañado por un creciente sentido de urgencia y frustración a medida que el conflicto progresa, especialmente si no se avizora el fin del mismo.

Si alguien que no está involucrado en la situación pregunta acerca de qué es el conflicto, nuestras explicaciones iniciales estarán típicamente enmarcadas en términos de los asuntos específicos con los que las partes están lidiando. Esto es el contenido del conflicto, los problemas inmediatos que deben ser resueltos a través de la resolución de problemas y la negociación.

No obstante, el enfoque transformativo aborda esta situación de un modo un tanto diferente. Esto se debe a que la transformación de conflictos es más que un grupo de técnicas específicas. La transformación de conflictos es una manera de ver y mirar, y provee un grupo de lentes a través de los cuales entendemos el conflicto social. Estos lentes nos hacen notar ciertos aspectos del conflicto, y nos ayudan a llevar el significado global del conflicto a un foco más definido.

Antes de ir más allá, debo describir aquello a lo que me refiero cuando hablo de lentes como herramientas transformativas. Recientemente compré anteojos que incluían aquellos que son llamados lentes progresivos. Esto significa que en mis anteojos tengo tres tipos diferentes de lentes dentro del mismo marco. Los primeros lentes ayudan a enfocar cosas ubicadas a una gran distancia y que de otra manera se verían muy borrosas. Los segundos hacen que los objetos que se encuentran a una distancia media se conviertan en una imagen clara. Y los terceros me ayudan a leer un libro o a insertar hilo de pescar en un anzuelo.

Transformación de conflictos 3

Es interesante notar tres cosas acerca de mis nuevos lentes y cómo ellas se relacionan con el enfoque transformativo. Primero, si trato de usar los lentes que sirven para mirar de cerca para mirar algo que está a una gran distancia, los lentes son contraproducentes e inútiles. Cada par de lentes tiene su función y sirve para poner en foco un aspecto específico de la realidad. Sin embargo, cuando se pone en foco una capa determinada de la realidad, las demás capas se encuentran borrosas. Si uno mira a través de una cámara con un lente teleobjetivo o a través de un microscopio a una muestra de bacteria, uno puede apreciar que esto se sucede de manera dramática.

Segundo, ningún tipo de lentes es capaz de poner en foco todo. Por el contrario, se necesitan múltiples lentes para ver los diferentes aspectos de una realidad compleja, uno no puede contar con un solo tipo de lentes para ver las múltiples capas de la complejidad.

Tercero, los tres tipos de lentes están sujetos en un solo marco. Se necesitan cada uno de los diferentes tipos de lentes para ver una particular porción de la realidad, y se necesita que ellos estén integrados para poder ver la imagen completa. Por ende, necesitamos lentes que nos ayuden a abordar aspectos específicos del conflicto así como un marco que los sujete a todos a fin de ver el conflicto como un todo.

Entonces, ¿qué lentes son útiles para poner en foco los variables aspectos de la complejidad del conflicto y a la vez crear una imagen del todo? Este ensayo sugerirá tres.

• Primero, necesitamos lentes para ver la situación inmediata.

• Segundo, necesitamos lentes para ver el pasado de los problemas inmediatos y los patrones de relaciones más profundos que dan forma al contexto del conflicto. Esto va más allá de encontrar una solución rápida a los problemas más próximos y busca abordar aquello que sucede en las relaciones humanas a un nivel más profundo.

• Tercero, necesitamos lentes que nos ayuden a imaginar un marco que los sostenga juntos y que creen una plataforma para abordar el contenido, el contexto y la estructura de las relaciones. Desde esta plataforma, las partes pueden empezar a encontrar respuestas y soluciones creativas.

TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS: UNA DEFINICIÓN SIMPLE

Aunque la definición es relativamente corta, sus varios componentes le dan cierto grado

de complejidad. Para una mejor comprensión de la transformación de conflictos es necesaria una explicación de cada uno de dichos componentes. Juntos, estos componentes intentan capturar las actitudes y orientaciones que traemos a la transformación creativa de conflictos, el punto de partida de tal aproximación y los varios procesos de cambio envueltos en la misma.

Visualizar y responder: El enfoque transformativo inicia con dos fundamentos proactivos: 1) una orientación positiva hacia el conflicto, y 2) la voluntad de involucrarse en el conflicto en un esfuerzo por producir un crecimiento o cambio constructivo. Aunque a menudo el conflicto produce ciclos prolongados de daño y destrucción, la llave para la transformación es la capacidad de visualizar el conflicto como una oportunidad con un potencial para generar de cambios constructivos. Por otra parte, responder implica una inclinación al envolvimiento

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directo y a un mayor entendimiento proveniente de la experiencia de la vida real. Tanto “visualizar” como “responder” representan las maneras en que nos orientamos hacia la presencia del conflicto en nuestras vidas, relaciones y comunidades.

Reflujo y flujo: El conflicto es una parte natural de las relaciones. Aunque las relaciones son algunas veces pacíficas y predecibles, en ciertas ocasiones los eventos y las circunstancias generan tensión e inestabilidad. Una mirada transformativa, antes que observar episodios de conflicto aislados, busca entender cómo estos episodios particulares están incrustados en el gran patrón de las relaciones humanas. El cambio es entendido tanto a nivel de problemas inmediatos como a nivel de patrones de interacción más amplios.

Oportunidades vivificadoras: Por un lado, estas palabras sugieren que la vida nos da el conflicto y que el conflicto es una parte natural de las experiencias y relaciones humanas. Antes que ver el conflicto como una amenaza, el enfoque transformativo ve el conflicto como una oportunidad valiosa para crecer y aumentar el entendimiento de nosotros mismos y de otros. El conflicto nos ayuda a detenernos, evaluar y tomar conocimiento. Sin el conflicto la vida sería un monótono plano topográfico de igualdad repetitiva y nuestras relaciones serían tristemente superficiales. Estas palabras también sugieren que el conflicto crea vida y mantiene todo en movimiento. Puede ser entendido como un motor de cambio que mantiene a las relaciones y a las estructuras sociales dinámicamente sensibles a las necesidades humanas.

Procesos de cambio constructivo: Esta idea enfatiza la capacidad del enfoque transformativo para construir cosas nuevas. La transformación de conflictos comienza con una meta central: el construir un cambio constructivo a partir de la energía creada por el conflicto. Pueden llevarse a cabo cambios constructivos al concentrar esta energía en las relaciones y estructuras subyacentes. La clave aquí es lograr que el conflicto pase de procesos destructivos a procesos constructivos. La tarea primordial de la transformación de conflictos no radica en encontrar soluciones rápidas a problemas inmediatos sino en generar plataformas creativas desde las cuales se pueda simultáneamente abordar problemas superficiales y cambiar las estructuras sociales y patrones de relaciones subyacentes.

Reducir la violencia y aumentar la justicia: La transformación debe ser capaz de responder a los retos, necesidades y realidades concretas de la vida. ¿Cómo abordar el conflicto de manera que reduzcamos la violencia y aumentemos la justicia en las relaciones humanas? Para reducir la violencia debemos abordar tanto los problemas notorios y los contenidos de cualquier disputa dada como sus patrones y causas subyacentes. Y para aumentar la justicia debemos asegurarnos de que las personas tengan acceso a procedimientos políticos y voz en las decisiones que afectan sus vidas.

La transformación de conflictos ve a la paz como algo centrado y enraizado en la calidad de las relaciones. Esto incluye tanto las interacciones cara-a-cara como a las maneras en que estructuramos nuestras relaciones sociales, políticas, económicas y culturales. En este sentido, la paz es un “proceso-estructura”, un fenómeno que es al mismo tiempo dinámico, adaptable y cambiante. En esencia, antes que ver a la paz como un “estado final” estático, la transformación de conflictos ve a la paz como a una cualidad de las relaciones en continua evolución y desarrollo. Ella es definida por los esfuerzos intencionales para abordar la emergencia natural del conflicto humano a través de aproximaciones no-violentas que tratan los problemas y aumentan el entendimiento, la igualdad y el respeto en las relaciones.

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Interacción directa y estructuras sociales: Las preocupaciones, señaladas líneas arriba, acerca de la violencia y la justicia sugieren que necesitamos desarrollar capacidades para envolvernos en procesos de cambio en los niveles interpersonal, intergrupal y socialestructural. Un grupo de capacidades apuntan a la intervención directa, cara a cara, entre personas o grupos. El otro grupo subraya la necesidad de ver, buscar y crear cambios en las formas en que organizamos las estructuras sociales, desde familias a complejas burocracias y estructuras a nivel global. Esto requiere la capacidad de entender y mantener el diálogo como medio fundamental de cambio constructivo.

En efecto, muchos de los mecanismos basados en habilidades que reducen la violencia están enraizados en capacidades comunicativas para intercambiar ideas, encontrar definiciones comunes y avanzar hacia soluciones. Mas el diálogo juega un rol crucial en el mantenimiento o cambio de las estructuras sociales. A través del diálogo, estas estructuras pueden ser modificadas a fin de que sean más sensibles y justas.

Relaciones humanas: Las relaciones son el corazón de la transformación de conflictos.

Antes que concentrarse exclusivamente en el contenido y sustancia de la disputa, el enfoque transformativo sugiere que la clave para entender el conflicto y desarrollar procesos de cambio creativos está en ver los aspectos menos visibles de la relación. Mientras que los problemas en torno a los que luchan las personas son importantes y requieren una respuesta creativa, las relaciones representan una red de conexiones que forman el contexto más amplio del conflicto. Es a partir de este contexto de relaciones que los problemas particulares emergen para o bien convertirse en problemas volátiles o ser resueltos rápidamente.

CONFLICTO Y CAMBIO

Tanto el conflicto como el cambio son una parte normal de la vida humana. El conflicto

está continuamente presente en las relaciones humanas, y la estructura de estas relaciones está en constante adaptación y cambio. Antes de hablar de los enfoques prácticos para la transformación de conflictos, es importante entender mejor la conexión entre conflicto y cambio.

Existen cuatro formas centrales en las que el conflicto impacta en las situaciones y cambia las cosas:

1. personal,

2. relacional,

3. estructural, y

4. cultural.2

Adicionalmente, podemos pensar en estos cambios en respuesta a dos cuestiones. En

primer lugar, desde una perspectiva descriptiva, ¿qué es lo que cambia el conflicto? Y, en segundo lugar, desde el punto de vista de responder al conflicto apenas surge, ¿qué tipos de

2 Ver Preparing for Peace (Syracuse University Press, 1995) y Building Peace (US Institute of Peace Press, 1999).

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cambio buscamos? En el primer campo, estamos simplemente reconociendo los patrones comunes y el impacto del conflicto social. En el segundo, reconocemos la necesidad de identificar cuáles serán nuestros valores e intenciones al buscar, activamente, responder, intervenir y crear cambios.

La dimensión personal alude a los cambios efectuados en y deseados para el individuo. Esto incluye los aspectos cognitivo, emocional, perceptivo y espiritual de la experiencia humana sobre el curso del conflicto. Desde una perspectiva descriptiva, la transformación sugiere que los individuos son afectados por el conflicto en formas tanto negativas como positivas. Por ejemplo, el conflicto afecta nuestro bienestar físico, autoestima, estabilidad emocional, capacidad para percibir atinadamente, y nuestra integridad espiritual. Prescriptivamente (e. gr., en relación a lo que uno debería hacer), la transformación representa la intervención deliberada para minimizar los efectos destructivos del conflicto social y maximizar su potencial para el crecimiento individual en los niveles físico, emocional y espiritual.

Metas de cambio en la transformación de conflictos

La transformación entiende el conflicto social como emergente de, y productor de cambios en, las dimensiones personal, relacional, estructural y cultural de la experiencia humana. Ella busca promover procesos constructivos dentro de cada una de estas dimensiones.

• Personal : Minimizar los efectos destructivos del conflicto social y maximizar el potencial de crecimiento personal en los niveles físico, emocional y espiritual.

• Relacional : Minimizar la comunicación poco funcional y maximizar el entendimiento.

• Estructural : Entender y abordar las causas principales del conflicto violento, promover mecanismos no-violentos, minimizar la violencia, fomentar estructuras que respondan a las necesidades humanas básicas y maximicen la participación pública.

• Cultural : Identificar y

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comprender los patrones culturales que contribuyen a la emergencia de expresiones violentas del conflicto e identificar recursos culturales para el manejo constructivo de los conflictos.

La dimensión relacional representa los cambios efectuados en y deseados para las relaciones cara-acara. Aquí son centrales los problemas de emociones, poder e

interdependencia, y los aspectos comunicativos e interactivos del conflicto. Descriptivamente, la transformación refiere a cómo los patrones de

comunicación e interacción en las relaciones son afectados por el conflicto. Ella observa más allá de los problemas visibles, apunta a los cambios subyacentes producidos por el conflicto en la manera en que las personas perciben, en lo que buscan y en cómo estructuran sus relaciones. Más importante aún, el conflicto explicita cuán cerca o distantes quieren estar las personas, cómo usarán y compartirán poder, lo que perciben de sí mismos y de los demás, y qué patrones de interacción querrían tener. Prescriptivamente, la

transformación representa la intervención intencional para minimizar la comunicación poco funcional y para maximizar el entendimiento mutuo. Esto incluye esfuerzos por traer a la superficie, de una manera más explícita, los miedos, esperanzas y metas relacionales de las personas involucradas.

La dimensión estructural pone de relieve las causas del conflicto que están subyacentes, y remarca las formas en las que las estructuras sociales, organizaciones e instituciones son construidas, mantenidas y modificadas por el conflicto. Esto se refiere a la manera en que las personas construyen y organizan las relaciones sociales, económicas e institucionales para satisfacer necesidades humanas básicas y proveer acceso a los recursos y a la toma de decisiones. En un nivel descriptivo, la transformación se refiere al análisis de las condiciones sociales que dan nacimiento al conflicto y a la manera en que el conflicto afecta el cambio social-estructural en las instituciones sociales, políticas y económicas existentes.

En un nivel prescriptivo, la transformación representa los esfuerzos por proveer perspectivas sobre las causas subyacentes y las condiciones sociales que crean y fomentan las expresiones violentas del conflicto, y promover mecanismos no-violentos que reduzcan la interacción adversarial y minimicen la violencia. La búsqueda de este cambio fomenta estructuras que se encuentran con las necesidades humanas básicas (justicia sustantiva) y maximizan la participación de las personas las decisiones que las afectan (justicia procedimental).

La dimensión cultural hace referencia a las maneras en que el conflicto modifica los patrones de la vida grupal así como a las formas en que la cultura afecta el desarrollo de procesos de manejo y respuesta a los conflictos. En un nivel descriptivo, la transformación busca entender cómo es que el conflicto afecta y cambia los patrones culturales de un grupo, y cómo es que aquellos patrones acumulados y compartidos afectan la manera en que las personas en un contexto dado entienden y responden al conflicto. Prescriptivamente, la transformación busca descubrir los patrones culturales que contribuyen a la generación de

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violencia en un contexto dado, e identificar y construir sobre la base de los recursos culturales y los mecanismos para el manejo de conflictos que existen.

LA VISIÓN GLOBAL: CONECTANDO RESOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN

Hasta aquí hemos hablado de los conceptos que

constituyen los varios componentes de la transformación de conflictos. Ahora quisiéramos trasladarnos del concepto de transformación a la práctica de la transformación. Para ello, debemos establecer un marco operativo de referencia para reflexionar acerca de y desarrollar el diseño de enfoques transformativos. Nuestro punto de partida requiere el desarrollo de la imagen de nuestro propósito, o lo que llamo la “visión global”. Desde que los conflictos son usualmente bastante complejos, el desarrollar una “visión global” nos ayuda a vislumbrar un propósito y una dirección. Sin ella, especialmente en el campo de los conflictos inflexibles, podemos fácilmente encontrarnos respondiendo a una miríada de problemas sin tener una clara visión de hacia a dónde apuntan nuestras respuestas. Podríamos resolver decenas de problemas sin crear necesariamente un cambio social constructivo importante en un nivel más profundo.

RESOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN: UNA PEQUEÑA COMPARACIÓN DE PERSPECTIVAS

Perspectiva de la resolución de

conflictos Perspectiva de la transformación de

conflictos

La pregunta clave ¿Cómo ponerle fin a algo que no

deseamos? ¿Cómo ponerle fin a algo destructivo y

construir algo deseable?

El foco Está centrado en el contenido. Está centrado en las relaciones.

El propósito Lograr un acuerdo y una solución a los problemas actuales que crean la crisis.

Promover procesos de cambio constructivo, inclusivos de, mas no limitados a, soluciones inmediatas.

El desarrollo del proceso

Está incrustado y construido alrededor de la inmediatez de las relaciones en las

que los problemas actuales han aparecido.

Procura responder a los síntomas e involucrarse en los sistemas dentro de

los que se incrustan las relaciones.

Marco temporal El horizonte está en el corto plazo. El horizonte está en el mediano o largo

plazo.

Perspectiva del conflicto

Ve la necesidad de desescalar los procesos de conflictos.

Ve el conflicto como una dinámica de reflujo (la desescalada del conflicto para

lograr un cambio constructivo) y flujo (la escalada del conflicto para obtener

un cambio constructivo).

La metáfora de la transformación provee una perspectiva expandida del tiempo, sitúa los problemas y crisis dentro de un marco de relaciones y contexto social, y crea lentes para visualizar tanto soluciones como cambios continuos.

Transformación de conflictos 9

Figura 1. Visión global de la transformación del conflicto.

CREANDO UN MAPA PARA LA TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS

Es algo común dentro del estudio de los conflictos el desarrollar un mapa que nos ayude

a envolvernos en la valoración y análisis del conflicto. De manera similar, es muy útil tener un mapa sobre qué entendemos por transformación. La Figura 1 provee una rápida mirada a uno de estos mapas, el cual puede ayudarnos a visualizar el desarrollo de una estrategia para la transformación constructiva del conflicto.

Este marco transformativo tiene tres componentes, cada uno de los cuales representa un

punto de exploración en el desarrollo de una respuesta al conflicto:

• la situación presente,

• el futuro deseado, y

• el desarrollo de procesos de cambio que conecten ambos.

El movimiento desde la situación presente al futuro deseado no se da en línea recta, más

bien se da como un grupo de iniciativas dinámicas que ponen en marcha los procesos de cambio y crear una plataforma sostenida para buscar el cambio a largo plazo. Tal marco enfatiza el reto de cómo ponerle fin a algo no deseado y cómo construir algo que sí deseado.

1era. Exploración: La situación presente El primer punto de exploración es la situación presente, el episodio del conflicto que nos

brinda una oportunidad para observar tanto al contenido de la disputa como a los patrones de relaciones en el contexto en que se expresa la disputa. Esto es representado gráficamente en la Figura 1 como un grupo de círculos o esferas concéntricas.

Un enfoque transformativo plantea dos preguntas importantes: ¿Cuáles son los problemas inmediatos que necesitan ser solucionados? ¿Cuál es el contexto global que necesita ser abordado a fin de cambiar los patrones destructivos? En otras palabras, el enfoque transformativo ve a los problemas actuales como expresión de un sistema más grande de patrones de relaciones. Va más allá de la expresión “episódica” del conflicto y se enfoca en los patrones históricos y relaciones en los que el conflicto está enraizado.

Puesto de otra manera, los problemas en desarrollo conectan el presente con el pasado. Los patrones sobre cómo han sido las cosas en el pasado proveen un contexto en el que los problemas parte de la disputa avanzan a la superficie. Pero aunque ellos ofrecen una

Estructural

.Desarrollo de procesos de cambio Exploración:3ra.

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oportunidad para recordar y reconocer, los problemas actuales no tienen el poder de cambiar aquello que ya ha brotado. El potencial para el cambio yace en nuestra habilidad para reconocer, entender y corregir lo que ha acontecido, y crear nuevas estructuras y formas de interactuar en el futuro.

2da. Exploración: El horizonte del futuro El segundo punto de exploración es el horizonte del futuro, la imagen de lo que

deseamos crear. Nos lleva a considerar lo que idealmente quisiéramos ver en tal lugar.

No obstante, este no es simplemente un modelo de cambio lineal, en el que hay un movimiento desde la situación presente al futuro deseado. Mientras que los problemas actuales actúan como un ímpetu hacia el cambio, el horizonte del futuro apunta hacia las posibilidades de lo que puede ser construido. Representa una energía social que informa y crea orientación. De esta manera, la flecha apunta no sólo hacia el futuro, apunta también hacia la situación inmediata y el rango de procesos de cambio que podrían emerger. Esta combinación de flechas sugiere que la transformación es tanto un proceso circular como un proceso linear, o lo que llamaremos proceso-estructura.

3ra. Exploración: El desarrollo de procesos de cambio El punto final de mayor exploración radica en el diseño y sostén de procesos de cambio.

Este más amplio componente requiere que pensemos la respuesta al conflicto como el desarrollo de procesos de cambio que asisten a la red de necesidades, relaciones y patrones interconectados. Debido a que los procesos de cambio deben abordar tanto los problemas inmediatos como los más amplios patrones estructurales y relacionales, necesitamos pensar en múltiples niveles y tipos de cambio antes que enfocarnos en una sola solución operacional. Los procesos de cambio deben no sólo promover solución a corto plazo sino también construir plataformas capaces de promover un cambio social a largo plazo.

Tomada como un todo, esta visión global provee unos lentes que nos permiten visualizar las posibilidades de respuesta inmediata y de cambios constructivos a largo plazo. Ello requiere la capacidad de ver a través y más allá de los problemas actuales hacia los patrones más profundos, a la vez que requiere la búsqueda de respuestas creativas que aborden los problemas de la vida real en tiempo real. No obstante, para una mejor comprensión de este enfoque, necesitamos explorar a mayor profundidad cómo es que las plataformas desde las que creamos cambios constructivos son conceptualizadas y desarrolladas como procesosestructuras.

PROCESOS-ESTRUCTURAS: PLATAFORMAS PARA LA TRANSFORMACIÓN

Ahora llegamos al lado operativo de la transformación. El reto clave es cómo apoyar y

mantener una plataforma con la capacidad de adaptarse y generar un cambio deseado

Transformación de conflictos 11

continuo y de responder creativamente a las necesidades inmediatas. Para envolvernos en este reto debemos entender las plataformas como procesos-estructuras.

En la física moderna, los procesos-estructuras se entienden como fenómenos naturales que son dinámicos, adaptables y cambiantes, a la vez que mantienen una forma y estructura funcionales y reconocibles.3 Margaret Wheately se refiere a ellos como a “cosas que mantienen su forma a lo largo del tiempo a la vez que sus estructuras no son rígidas”. 4 Los dos términos que componen este concepto, “proceso” y “estructura”, apuntan hacia dos características interdependientes: adaptabilidad y finalidad u objetivo. Los procesos de cambio transformativo deben incluir ambas características, deben ser lineares y circulares.

La transformación de conflictos es un viaje circular con un objetivo.

En términos simples, linear implica que las cosas se mueven de un punto a otro en línea recta. Ello es asociado con un entendimiento lógico-racional de los eventos en términos de causa y efecto. No obstante, en el campo social, los eventos tienden a moverse en direcciones muy amplias y no siempre visibles desde una perspectiva de corto plazo. En este campo, una perspectiva linear nos compele a retroceder y mirar la dirección en conjunto del conflicto social y el cambio que buscamos. Ello requiere que articulemos la manera en que pensamos que las cosas están relacionadas y la manera en que pensamos que el movimiento es creado. Específicamente, nos exige que miremos al patrón de interacción, no sólo a la experiencia inmediata, y entendamos los cambios dentro de estos patrones más amplios.

La idea de lo circular sugiere que necesitamos pensar cuidadosamente en cómo es que se desarrolla el cambio social en realidad. Esta noción de circularidad subraya algunos elementos configuradores de los procesos de cambio transformativo. En primer lugar, nos recuerda que las cosas están conectadas y en relación. En segundo término, sugiere que el crecimiento de algo a menudo se “nutre” de su propio proceso y dinámica. En otras palabras, opera como un circuito de retroalimentación. Y en tercer lugar, algo más crítico para nuestra exploración, un énfasis en la circularidad deja en claro que los procesos de cambio no son unidireccionales. La Figura 2 representa el cambio como un círculo, incluyendo cuatro experiencias que son comunes a aquellos que se encuentran en medio de un conflicto difícil.

3. Las cosas retroceden.

2. Las cosas se chocan

3 Ver la exposición de Margaret Wheatley acerca de esto en referencia a las organizaciones de aprendizaje en Leadership and the New Sciences (San Francisco, Barret-Koehler, 1994). 4 Wheately, 1994:16.

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4. Las cosas colapsan. con una pared, el

movimiento se detiene.

1. Las cosas avanzan.

1. Hay ocasiones en las que sentimos que el cambio que deseamos se está llevando a cabo. Las cosas avanzan y progresan, y aquello que esperamos poder construir está a la vista. 2. En otras ocasiones, sentimos que ha ocurrido un impase o que hemos "chocado con una pared". Nada sucede o los caminos para avanzar parecen haber sido bloqueados. 3. Algunas veces sentimos que los procesos de cambio están retrocediendo, y que lo que se había logrado se está desmoronando. En los peores casos oímos comentarios como "de un solo soplo se han traído abajo años de trabajo". El sentimiento de que estamos "nadando contra la corriente" o que vamos cuesta arriba es común a los procesos de cambio. 4. Finalmente, sentimos que estamos viviendo un completo fracaso. Parece como si todo estuviera cayendo y colapsando. Estos períodos tienden a ser profundamente deprimentes, y a menudo van acompañados de ecos como "debemos empezar desde cero".

Figura 2. El cambio entendido como un círculo.

Cada una de estas experiencias son partes integrantes del proceso de cambio y nos dan

algunas perspectivas importantes acerca del cambio. Primero, ningún punto en el tiempo determina el patrón más amplio. Por el contrario, el cambio abarca distintos grupos de patrones y direcciones. Segundo, debemos tener mucha cautela al avanzar muy rápidamente. Algunas veces el retroceder puede crear formas más innovadoras de avanzar, y el caer podría crear nuevas oportunidades para construir. Tercero, debemos estar conscientes de que la vida nunca es estática y que debemos adaptarnos constantemente.

La Figura 3 representa un proceso-estructura simple que incluye una red de círculos dinámicos que crean un momento conjunto y una dirección. Uno podría pensar esto como si se tratase de un rotini, una espiral hecha de patrones internos multi-direccionales que crean un movimiento común de conjunto. Dicho proceso-estructura incluye tanto el propósito asociado con lo linear y los circuitos de retroalimentación asociados con la circularidad.

Transformación de conflictos 13

Figura 3. Un proceso-estructura simple.

La clave para crear una plataforma para la transformación en medio de un conflicto social

yace en mantener una dosis saludable de perspectivas tanto lineares como circulares. Una plataforma transformativa es esencialmente esto: la construcción de una base constante y adaptable en el epicentro del conflicto a partir de la cual sea posible generar procesos que creen soluciones para las necesidades de corto plazo y provean la capacidad de trabajar en cambios constructivos estratégicos a largo plazo en un contexto sistémico Podemos visualizar dicha idea en la Figura 4, donde hemos añadido a nuestro procesoestructura la escalada emergente de los episodios de conflicto. A fin de comprender la idea de una plataforma transformativa, necesitamos visualizar la idea de una base continua a partir de la cual los procesos puedan ser generados. La escalad del conflicto crea oportunidades para establecer y mantener esta base. Desde el enfoque transformativo, el desarrollar un proceso para proveer un solución a los problemas presentes es importante pero no la clave. Lo central para la transformación es la construcción de una base que genere procesos que: 1) provean respuestas adaptables a las repeticiones inmediatas y futuras de los episodios de conflicto, y, 2) aborden los patrones sistémicos y relaciones más profundos y de largo plazo que producen expresiones del conflicto violentas y destructivas.

En otras palabras, una plataforma para la transformación de conflictos debe poder responder a corto plazo y ser estratégica a largo plazo. Las característica principal de tal plataforma es la capacidad para generar y re-generar procesos de cambio que den respuesta tanto a los episodios inmediatos como al contexto relacional. Ello es, de esta manera, un

rma transformativa.Platafo. 4Figura

Futuro Pasado fundos. a los problemas inmediatos y a los patrones más proa Base para la creación de procesos que den respuestPlataforma:

largo del tiempo. patrones visibles a lo Contexto relacional y Epicentro:

expresadas momentos distintos (crisis). problemas, contenidos, controversias :Episodios

relacional.

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proceso-estructura adaptable, uno que puede producir soluciones creativas a una variedad de problemas.

PRÁCTICAS PARA DESARROLLAR ESTRATEGIAS TRANSFORMATIVAS

En las secciones anteriores hemos descrito la transformación de conflictos como un

grupo de lentes que se combinan para crear una manera de ver el conflicto social y desarrollar respuestas. Aquí exploraremos cómo hacer que este marco sea aplicable mediante el esbozo de varias prácticas medulares que son útiles para abordar el conflicto social desde un enfoque transformativo.

Práctica 1: Desarrollar la capacidad de ver los problemas presentes como una ventana El enfoque transformativo se apoya en la capacidad de ver la situación presente sin ser

aplastado por las demandas de los problemas actuales, la urgencia que presiona para obtener una solución rápida, y la ansiedad que a menudo se desarrolla conforme el conflicto escala. La búsqueda de metas transformativas mayores requiere que veamos más allá de los problemas inmediatos y que los veamos como una ventana. Tal como vimos a través del cristal, al enfocar nuestra atención en lo que se sitúa tras la ventana, miramos a través de los problemas inmediatos para descubrir el contexto relacional y las causas subyacentes del conflicto. Esto es lo que algunos autores han llamado la capacidad para ver la diferencia entre el contenido del conflicto y su contexto relacional y emocional.5

Práctica 2: Desarrollar la capacidad de integrar múltiples marcos temporales Aproximarse a la situación inmediata como cuando nos aproximamos a una ventana

también implica la habilidad de ver al conflicto sin estar constreñido por una perspectiva de corto plazo. Esto no implica que las perspectivas de corto plazo nunca sean las apropiadas. La clave es la habilidad para reconocer las necesidades de múltiples marcos temporales y crear estrategias que integren las respuestas de corto plazo con el cambio a largo plazo. El abordar los episodios inmediatos y los patrones más amplios de relaciones requiere procesos con distintos marcos temporales. Procesos que podrían ser efectivos en un caso no necesariamente lo serán en otro. Para el analista orientado a la transformación, la capacidad clave es la habilidad de reconocer qué tipos de procesos y marcos temporales podrían ser necesitados para abordar distintos tipos de cambio.

Práctica 3: Desarrollar la capacidad de presentar las energías del conflicto como dilemas

5 Ver los comentarios de Hocker y Wilmot acerca del contenido y las relaciones en Interpersonal Conflict o la explicación de Edwin Friedman acerca de la ansiedad, los procesos emocionales y el contenido sintomático en Generation to Generation.

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Presentar los conflictos como si se tratase de dilemas implica alternar de un marco de referencia “y/o” a un marco de referencia “ambos/y”. En escenarios de violencia sostenida, algunas veces enfrentamos lo que pareciera ser una decisión imposible y que incluye contradicciones categóricas. Por ejemplo, los que trabajamos en agencias de asistencia y ayuda en Somalia a principios de los noventas luchamos con elecciones acerca de dónde poner nuestras energías y respuestas cuando ninguna de las aparentes opciones parecía adecuada. ¿Debíamos enviar comida y ayuda aun cuando sabíamos que los grupos armados tomarían ventaja de ello para continuar con la guerra o debíamos optar por no enviar comida y sentir que no hacíamos nada frente al enorme problema humanitario? Muy a menudo la manera en que enmarcamos nuestras preguntas limita nuestras estrategias. El enmarcar las elecciones posibles en términos “y/o” rígidos torna difícil el manejo de la complejidad.

Un cambio en nuestra manera de pensar emergió cuando re-enmarcamos nuestras preguntas a fin de reflejar la legitimidad de objetivos diferentes mas no incompatibles. Antes que aceptar un marco de referencia que presentaba nuestra situación como una elección entre un objetivo importante u otro, re-enmarcamos las preguntas en términos de objetivos interdependientes. ¿Cómo podemos construir capacidades para la paz en este escenario y al mismo tiempo crear mecanismos que den respuesta al reparto de ayuda humanitaria? La fórmula es esta: ¿Cómo podemos construir “A” y al mismo tiempo construir “B”? Esta manera de formular la pregunta crea la capacidad de reconocer aspectos diferentes pero interdependientes de una situación compleja y desarrollar respuestas integradoras. La capacidad para re-enmarcar el conflicto en este sentido nos permite identificar más claramente nuestros objetivos y buscar vías de acción más innovadoras.

Práctica 4: Desarrollar la capacidad de hacer que la complejidad sea una amiga y no lo contrario

En los conflictos, especialmente cuando ha habido una larga historia de patrones y

episodios que no fueron constructivamente abordados, las personas se sienten sobrecogidas. Podría parecer que la solución es muy complicada o que hay demasiadas cosas sucediendo a la vez como para siquiera intentar explicarlas. Cuando se da la escalada del conflicto, la complejidad describe una situación en la que nos sentimos forzados a vivir con marcos de referencia múltiples y en competencia acerca de lo que significan las cosas. También nos enfrentamos a múltiples cosas sucediendo en múltiples niveles, entre distintos grupos de personas, todo al mismo tiempo. Esto a menudo nos puede llevar a un sentido de ambigüedad, lo cual produce tres sentimientos: nos sentimos inseguros respecto al significado de todo, no estamos seguros de dónde es que todo sucede, y sentimos que tenemos poco o ningún control sobre lo que sucede. Esto a menudo lleva a las personas a buscar un escape o a encontrar una solución rápida.

Mas a fin de lidiar constructivamente con la complejidad, debemos convertirla en una amiga antes que en una enemiga y debemos reconocer su potencial para la construcción del cambio deseado. Una de las grandes ventajas de la complejidad radica en que el cambio no está atado exclusivamente a una sola cosa, acción u opción. La primera clave es confiar en la capacidad de los sistemas para generar opciones o vías para el cambio. La segunda, debemos ir tras aquellas opciones que parezcan ser más prometedoras para un cambio constructivo. Y la tercera, no debemos aferrarnos rígidamente a una idea o enfoque. Las vías potenciales

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para el cambio generadas en sistemas complejos son numerosas. La complejidad es una amiga especialmente cuando los ciclos y episodios del conflicto parecen apuntar hacia los mismos resultados una y otra vez. Es aquí donde el prestar cuidadosa atención a la multiplicidad de opciones puede crear nuevas formas de ver a los viejos patrones.

Práctica 5: Desarrollar la capacidad de oír y comprometer la voz de identidad y relación Hemos mencionado una y otra vez la necesidad de buscar y ver los patrones en el

contexto que sostiene a la situación presente. Esto implica la habilidad de reconocer y luego desarrollar procesos de respuesta que comprometan el núcleo más profundo del conflicto. Las dos principales “causas” del conflicto social son la identidad y la relación.

La identidad se entiende mejor como una dinámica relacional que está siendo redefinida constantemente. Ante todo, esto no se refiere a la negociación y acuerdo para resolver un problema material, sino a la protección de un sentido del yo y de la sobrevivencia grupal. Aun cuando raramente es abordada de manera explícita, la identidad da forma y mueve la expresión del conflicto. En el nivel más profundo, ella está alojada en las narrativas acerca de cómo se ven a sí mismas las personas, quiénes son, de dónde vienen, y aquello en lo que temen convertirse. Está profundamente enraizada, también, en sus relaciones con otros.

El principal reto para la transformación radica en cómo crear espacios y procesos que alienten a las personas a abordar y articular un sentido de identidad positivo en relación con otros mas no en reacción a ellos. Esto puede lograrse a través de tres vías:

• Primero, prestar atención al lenguaje, metáforas y expresiones que señalan las angustias de la identidad. Uno debe reconocerlas como problemas a fin de poder tratar con los problemas centrales de la identidad.

• Segundo, tender a apelar a la identidad antes que alejarse de ella. Reconocer que el conflicto requiere un proceso que aborde más explícitamente los problemas de identidad y relación. Generar soluciones para los problemas inmediatos no es suficiente.

• Tercero, diseñar procesos de transformación pensados como plataformas dinámicas que generan patrones repetitivos de intercambio y exploración antes que soluciones inmediatas negociadas.

Los tres principios guía que caracterizan este proceso de intercambio y exploración son:

honestidad, aprendizaje iterativo (e. gr., frecuente y acumulativo) e intercambio apropiado.

• Primero, debemos trabajar apuntando a la creación de espacios en los que las personas se sientan lo suficientemente seguras como para ser profundamente honestas consigo mismas, y con otros, acerca de sus miedos, esperanzas, daños y

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responsabilidades. La honestidad refleja el sentido de seguridad de las partes y construye confianza.

• Segundo, debemos crear múltiples puntos de acceso y examen frecuente para abordar la identidad. La negociación y definición de la identidad es un complejo proceso que requiere tanto procesos de interacción con otros como de reflexión interior acerca del yo. Este trabajo no es un proceso de toma de decisiones que se da una sola vez, sino más bien un proceso de aprendizaje continuo acerca del yo y de los otros. Esto requiere una plataforma continua para abordar las cuestiones concernientes a la identidad dentro del marco más amplio de un cambio constructivo.

• Tercero, la idea de intercambio apropiado llama la atención sobre la necesidad de diseñar un plan de trabajo sobre la identidad que respete a las personas. Además del diálogo directo cara-a-cara, existen muchas otras vías para aprender y profundizar en cuestiones relativas a la identidad y las relaciones. Dichas vías incluyen el diálogo con música, el diálogo con deporte, el diálogo con trabajo compartido para salvar el centro histórico de una ciudad, parques o montañas, etc. Cada una de estas vías puede hacer mucho más que el diálogo tradicional para mejorar el aprendizaje y el entendimiento.

Adicionalmente, es importante prestar atención a las percepciones de las personas

acerca de cómo es que la identidad está ligada al poder y la definición de los sistemas y estructuras que organizan y gobiernan sus relaciones. Esto es particularmente importante para las personas que sienten que su identidad está erosionada, marginada o bajo una severa coerción. Al tratar problemas con base en la identidad, los procesos deben hacer esfuerzos por entender las raíces de la percepción de las personas a la vez que enfocar los cambios sistémicos que se necesitan para asegurar un acceso y participación en condiciones de respeto.

CONCLUSIONES

Los lentes de la transformación de conflictos se focalizan en el potencial para un cambio

constructivo emergente de y catalizado por el surgimiento del conflicto social. Debido a que el potencial para un cambio mayor es inherente a cualquier episodio del conflicto, desde los niveles personales a los estructurales, los lentes pueden ser fácilmente aplicados a una amplia gama de conflictos.

Pueda que el calor de la complejidad brille en tu rostro.

Pueda que los vientos del buen cambio soplen gentilmente a tus espaldas.

Pueda que tu andar encuentre los caminos de la autenticidad.

¡Pueda que la red del cambio inicie!

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Una de las ventajas clave de este marco yace en su capacidad para desarrollar múltiples formas de respuesta. Recordando nuestra comparación anterior, sugerimos que la transformación construye sobre, e integra, la contribución y fortalezas del enfoque de resolución de conflictos. Un enfoque transformativo indaga tanto lo específico y aparentemente inmediato en el episodio del conflicto como el potencial para un cambio deseado y constructivo en una manera más amplia.

Es claro que existen campos en los que la transformación es limitada y donde una solución del problema que sea directa y rápida es la más apropiada. En las disputas en que las partes no tienen una relación importante y necesitan una solución al problema que sea rápida y final, es típico que apelen a la negociación y a la mediación. En tales casos la exploración de patrones estructurales y relacionales es de valor limitado. Por ejemplo, una disputa de negocios sobre un pago entre dos personas que se conocen muy poco y que difícilmente volverán a tener contacto no es un contexto a explorar con una aplicación transformativa.

No obstante, en casos donde las partes comparten un amplio pasado y tienen el potencial para desarrollar relaciones futuras importantes, y donde los episodios surgen dentro de un contexto organizacional, comunitario o inclusive más amplio, los enfoques de resolución podrían ser insuficientes. Si bien dichos enfoques podrían resolver los problemas inmediatos, dejan a un lado el gran potencial para un cambio constructivo. Esto es aún más importante en contextos donde existen ciclos repetidos, y profundamente enraizados, de episodios de conflicto que han creado patrones destructivos y violentos. En tales casos, deben buscarse vías que promuevan un cambio transformativo.

La transformación de conflictos trae ante nosotros algunas preguntas importantes: ¿Hacia dónde estamos encaminados? ¿Por qué hacemos este trabajo? ¿Qué esperamos aportar y construir? Estoy convencido, cada vez más, de que aquellos que trabajan en el campo de los medios alternativos de resolución de conflictos, y la vasta mayoría de personas y comunidades que desean encontrar formas más constructivas de abordar los conflictos en sus vidas, fueron atraídos hacia las perspectivas y prácticas de la resolución de conflictos debido a que buscaban un cambio. Querían que las sociedades humanas se trasladaran desde los patrones violentos y destructivos hacia su potencialidad para desarrollar capacidades creativas, constructivas y no-violentas con las que tratar el conflicto humano. Esto significa reemplazar los patrones de violencia y coerción con respeto, soluciones creativas, aumento del diálogo y mecanismos no-violentos de cambio social. Para lograr esto es necesaria una compleja red de procesos de cambio que se basen en una visión transformativa de la vida y las relaciones.