Selva Almada. La Cautiva.

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Almada, Selva. “La cautiva”. 2014? http://www.bn.gov.ar/la-cautiva La cautiva Selva Almada Poniendo la oreja contra la tierra podía sentirlos a lo lejos. Tamtam tamtam tamtam. Los cascos de los caballos latiendo como el corazón de la pampa. Un hormigueo en la piel finísima del blanco pabellón, un cosquilleo que se iba desparramando por el resto de su cuerpo. Un hueco en la panza. Ganas de hacer pis. Sin poder moverse. Echada sobre el suelo como las perras los días de calor. Se quedaba horas oyendo el galope de esos diablos que no llegaban nunca. Que no dejaban nunca de anunciarse. Que se vienen. Que se vienen. Que se vienen. Pero no llegan nunca. ¿Qué olor tendrían? Volvía la cara contra la tierra, olisqueaba. Olor así ¿a pasto y a bosta? A grasa de animal, a cuero de caballo. Los genitales sudados y enrojecidos y agrandados por el frote contra el lomo de los pingos, montando en pelo, bestia sobre bestia. Si nadie la veía, mordía las hebras del pasto que cubría el suelo como una pelambre verde, duro y ralo como el pelo que le cubría a ella los sobacos y la entrepierna. Mordía las hebras pinchudas del pasto, levemente puesta en cuatro patas, ofreciéndose pudorosa a ese latido que venía desde lejos. Que se viene. Que se viene. Que se viene. Pero no llega nunca. No llega como no llega el aguacero. Que se anuncia tronando en la distancia. Que se hace esperar. Que se hace querer. Después volver a los quehaceres cotidianos. Ayudar a la mamá. Limpiarle los mocos al más pequeño de la prole de su padre. Cebarle mate a papaíto, el viejo cojudo, criollo de pura cepa, que la mira desde atrás de la cerrazón del deseo. Hija de la pernada. Concebida para servir a otro macho blanco criollo, parecido a su padre, con quien parirá hijos hasta que se le venza el cuerpo, hijos para poblar la pampa, para sembrarla de lado a lado, para robársela a los cardos, a los diablos, a los infieles que tamtam tamtam tamtam rondan. A la caída del sol encerrarse en la penumbra de la pieza compartida con las hermanas. Lavarse en el fuentón con agua tibia. Verse el cuerpo de a fragmentos. Ahora un pecho, transparente de tan pálido, cruzado por los arroyitos azules de las venas, la escarapela rosa del pezón en el medio. Ahora otro pecho igual. Ahora el paño húmedo deslizándose por las partes. Un dedo recorriendo la canaleta de blanda carnadura, un dedo que se frena, que se topa, que aprieta suavemente el pimpollo de ceibo que se abre justito en el centro. Ahora las redondeces de las ancas. Mano y paño al tanteo debajo del largo camisón ajustado en el cogote. Y el corazón latiendo tamtam tamtam tamtam como los cascos de los diablos. Dormir con un solo ojo. El otro abierto, de consigna, esperando porque se vienen, se vienen, se vienen, pero no llegan nunca. Hasta que un día, el suelo tiembla, se hace la noche en plena tarde, la tarde es una sola polvareda, el

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Almada, Selva. La cautiva. 2014?http://www.bn.gv.a!/la"cautivaLa cautivaSelva Almada Poniendo la oreja contra la tierra poda sentirlos a lo lejos. Tamtam tamtam tamtam. Los cascos de loscaballos latiendo como el corazn de la pampa. Un hormigueo en la piel finsima del blanco pabelln uncos!uilleo !ue se iba desparramando por el resto de su cuerpo. Un hueco en la panza. "anas de hacerpis. Sin poder moverse. #chada sobre el suelo como las perras los das de calor.Se !uedaba horas o$endo el galope de esos diablos !ue no llegaban nunca. %ue no dejaban nunca deanunciarse.%ue se vienen. %ue se vienen. %ue se vienen.Pero no llegan nunca.&%u' olor tendran( )olva la cara contra la tierra olis!ueaba. *lor as &a pasto $ a bosta( A grasa deanimal a cuero de caballo. Los genitales sudados $ enrojecidos $ agrandados por el frote contra el lomode los pingos montando en pelo bestia sobre bestia.Si nadie la vea morda las hebras del pasto !ue cubra el suelo como una pelambre verde duro $ ralocomo el pelo !ue le cubra a ella los sobacos $ la entrepierna. +orda las hebras pinchudas del pastolevemente puesta en cuatro patas ofreci'ndose pudorosa a ese latido !ue vena desde lejos.%ue se viene. %ue se viene. %ue se viene.Pero no llega nunca.,o llega como no llega el aguacero. %ue se anuncia tronando en la distancia. %ue se hace esperar. %uese hace !uerer.-espu's volver a los !uehaceres cotidianos. A$udar a la mam.. Limpiarle los mocos al m.s pe!ue/o dela prole de su padre. 0ebarle mate a papato el viejo cojudo criollo de pura cepa !ue la mira desde atr.sde la cerrazn del deseo. 1ija de la pernada. 0oncebida para servir a otro macho blanco criollo parecidoa supadrecon !uien parir. hijoshasta !ue sele venza el cuerpohijos para poblarla pampa parasembrarla de lado a lado para rob.rsela a los cardos a los diablos a losinfieles !ue tamtam tamtam tamtam rondan.A la cada del sol encerrarse en la penumbra de la pieza compartida con las hermanas. Lavarse en elfuentn con agua tibia. )erse elcuerpo de a fragmentos. Ahora un pecho transparente de tan p.lidocruzado por los arro$itos azules de las venas la escarapela rosa del pezn en el medio. Ahora otro pechoigual.Ahorael pa/oh2medodesliz.ndoseporlaspartes. Undedorecorriendolacanaletadeblandacarnadura un dedo !ue se frena !ue se topa !ue aprieta suavemente el pimpollode ceibo !ue se abre justito en el centro. Ahora las redondeces de las ancas. +ano $ pa/o altanteodebajo del largo camisn ajustado en el cogote. 3 el corazn latiendo tamtam tamtam tamtam como loscascos de los diablos.-ormir con un solo ojo. #l otro abierto de consigna esperando por!ue se vienen se vienen se vienenpero no llegan nunca. 1asta !ue un da el suelo tiembla se hace la noche en plena tarde la tarde es unasola polvareda el mundo se desarma en cascotazos. Todos corren. 0hillan las mujeres $ los cros. #lla se!ueda sola clavada a la tierra !ue se abre bajo sus pies.0lavada como un mojn en la pampa. Siente los tirones de los su$os la ropa rasgada por las buenasvoluntades de sus vecinos. Pero ella se !ueda !uieta hundida en el suelo como una estaca.1asta !ue alguien la arranca de un solo tirn fiero la desclava la cruza sobre el lomo del caballo. Lospechosdesnudosgolpeandocontrael flancodel animal. #l cabellosesuelta seenreda sevuelvecrencha se pega en mechones sudados a la piel !ue la ropa en jirones deja al descubierto. )e pasar latierra debajo de ella a toda velocidad a todo galope tendido. La sangre bombea en las arterias. La manodel diablo presionando sobre su nuca. Los tres4 mujer caballo infiel vueltos unossolo. 1uele el incendio el casero arrasado la carne de los su$os coci'ndose lentamente por el fuego.Sabe !ue se alejan $ siente alivio. Sabe !ue cuando el caballo por fin se detenga ser. poseda entre lascortaderas. Te5torealizadoporlaescritoraSelva Almadasobrelaobra Lacautiva de6uan+anuel 7lanesenelmarco de la e5posicin conjunta de la 7iblioteca ,acional +ariano +oreno el +useo ,acional de 7ellasArtes $ la Televisin P2blica La seduccin fatal.