Se agrava la situación fiscal

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4 - Se agrava la situación fiscal Provincias en rojo La desaceleración que atraviesa la economía argentina está ubicando a las provincias en un punto crítico de su solvencia fiscal. Aumento de impuestos, emisión de deuda y reducción de gastos en obras de infraestructura son los caminos que están siguiendo los gobernadores ante la inacción del Gobierno Nacional. Los analistas estiman que las jurisdicciones cerrarán este año con un bache financiero de 30.000 millones de pesos. ECONOMÍA Opinan: Orlando Ferreres - Ricardo Delgado - Rogelio Frigerio - Nadin Argañaraz riorarse nuevamente el año pasado, que cerró con un déficit consolidado del 0,4 % del PBI. Y para el 2012 se espera que este déficit alcance el 0.7 % del PBI. La primera explicación a esto es que el principal gasto de las provincias son los sueldos, que representan cerca del 60 % del total de los egresos. Como explica Orlando Ferreres, director de la consultora OJF y Asociados, ‹‹las provincias son las que tienen la mayor cantidad de empleados y los gastos en personal son Ricardo Delgado Rogelio Frigerio S ueldos en cuotas, pago de deuda a proveedores con bonos, aumento de los impuestos, reducción de gastos en obras de infraestructura y emisión de deuda son las alternativas que están siguiendo las provincias ante la reduc- ción en el crecimiento de sus ingresos, producto de la caída en el nivel de crecimiento de la economía. Tras registrar un superávit consolidado del 0,6 % del PBI en el 2010, el resultado fiscal de las provincias comenzó a dete- ECONOMÍA Nadin Argañaraz Orlando Ferreres

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Provincias en rojo

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Se agrava la situación fiscal

Provincias en rojoLa desaceleración que atraviesa la economía argentina está ubicando a las provincias en un punto crítico de su solvencia fiscal. Aumento de impuestos, emisión de deuda y reducción de gastos en obras de infraestructura son los caminos que están siguiendo los gobernadores ante la inacción del Gobierno Nacional. Los analistas estiman que las jurisdicciones cerrarán este año con un bache financiero de 30.000 millones de pesos.

ECONOMÍA

Opinan: Orlando Ferreres - Ricardo Delgado - Rogelio Frigerio - Nadin Argañaraz

riorarse nuevamente el año pasado, que cerró con un déficit consolidado del 0,4 % del PBI. Y para el 2012 se espera que este déficit alcance el 0.7 % del PBI.

La primera explicación a esto es que el principal gasto de las provincias son los sueldos, que representan cerca del 60 % del total de los egresos. Como explica Orlando Ferreres, director de la consultora OJF y Asociados, ‹‹las provincias son las que tienen la mayor cantidad de empleados y los gastos en personal son

Ricardo DelgadoRogelio Frigerio

Sueldos en cuotas, pago de deuda a proveedores con bonos, aumento de los impuestos, reducción de gastos en obras de infraestructura y emisión de deuda son las

alternativas que están siguiendo las provincias ante la reduc-ción en el crecimiento de sus ingresos, producto de la caída en el nivel de crecimiento de la economía.

Tras registrar un superávit consolidado del 0,6 % del PBI en el 2010, el resultado fiscal de las provincias comenzó a dete-

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‹‹Aumentar impuestos en un momento de des-aceleración económica no es lo aconsejable. Me parece que si las provincias siguen aumen-tando la presión impositiva, la realidad de las finanzas más que mejorar va a empeorar, porque la actividad económica va a caer››.

bastante inelásticos, por lo que, cuando cambia el ciclo econó-mico y no se expande el volumen de los ingresos en la misma medida que los gastos, se empieza a achicar el superávit››.

En esto coincidió Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, quien sostuvo que ‹‹hay provincias y provincias, pero en general, todas tienen el problema de que la carga salarial es muy importante. Entonces hacer esfuerzos en términos de reestructu-ración de gastos es muy complicado porque implica tocar gente››.

‹‹Esta situación no es nueva. Nosotros venimos alertando so-bre el deterioro de las cuentas fiscales provinciales desde hace varios años. Este tema no salía a la luz porque el Gobierno Na-cional, con un frente fiscal todavía sólido, salía todos los años a compensar a gran parte de estas provincias con recursos por fuera de la coparticipación para que pudieran honrar sus com-promisos. Pero el deterioro del modelo implicó un deterioro de las cuentas fiscales nacionales. La sábana se acortó y, como quiere tener recursos para sus gastos, el Gobierno ya no puede y no quiere ocuparse de las provincias y las deja, por lo menos hasta esta altura del año, libradas a su suerte››, explicó Rogelio Frigerio, presidente de la consultora Economía & Regiones.

El economista agregó que ‹‹en los años anteriores, en mar-zo o abril, se firmaban los convenios de asistencia financiera, y las provincias tenían cierta previsibilidad en relación con la asistencia del Gobierno Nacional. Este año todavía no se firmó nada ni se ejecutó nada de los 15.000 millones de pesos que están en el presupuesto para tal fin. Lo cual genera inconve-nientes en las provincias, que están teniendo problemas para pagar sueldos; se presenta la imposibilidad de pagar el medio aguinaldo, por lo menos, todo junto; se acumulan deudas con proveedores y contratistas. Esta no es una situación novedosa, lo novedoso es que el Gobierno Nacional se desentiende de un tema que él mismo causó al imponer un modelo de con-centración de recursos en sus manos, nunca antes visto en la historia. Si uno contabiliza todos los recursos, incluidos los del Banco Central (BCRA), la relación es 77 % por ciento de recur-sos para la Nación y 23 % para las 24 jurisdicciones. Esto no es sostenible en el tiempo y está mostrando signos de potencial crisis en algunas provincias››.

Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Aná-lisis Fiscal (IARAF), aportó más datos al explicar que, a partir de 2005, el gasto público provincial empezó a tener una tasa de crecimiento superior a los ingresos , y eso no se modificó hasta 2011, a excepción del 2010, cuando hubo un comportamiento distinto. ‹‹Ese crecimiento del gasto por encima de los ingresos consumió el ahorro fiscal, que fue máximo en 2004››.

Además del crecimiento del gasto, producto en gran par-te del aumento de los sueldos en un contexto inflacionario, se está produciendo una reducción de las fuentes de finan-ciamiento, tanto de los ingresos que recaudan las provincias como de los que provienen de la coparticipación.

En relación con los recursos tributarios propios, las fuentes de las provincias dependen principalmente de impuestos ligados al nivel de actividad económica. En una década, el impuesto a los ingresos brutos pasó de significar el 57 % de los ingresos provinciales a significar el 74 % de estos últimos. La desacelera-ción de la economía está reduciendo el nivel de crecimiento de la recaudación de estos impuestos. Mientras que, a febrero de 2011, lo recaudado por Ingresos Brutos creció un 39 % con res-pecto a 2010, en el mismo mes de este año, esa cifra se redujo a

un crecimiento del 28,1 % con respecto a 2011.‹‹Este año también tuvimos una sequía muy grande que

afectó la cosecha gruesa de soja, girasol y maíz en Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. Esto redujo el movimiento econó-mico, lo que provocó que el movimiento de ingresos brutos y de impuestos municipales fuera menor. Las provincias han inventado algunos impuestos, pero, si no hay movimiento, es difícil poder recaudar. A lo mejor, encuentren un mecanismo con los bonos propios o dándoselos a los proveedores o con el auxilio de la Nación. Pero el problema es que los munici-pios no pueden tener mucho déficit porque no hay quien los financie, y la única forma de financiamiento que encuentran es realizar los pagos de sueldos y los pagos a proveedores con retraso››, desarrolló Ferreres.

En cuanto a los fondos nacionales, estos representan, en promedio, alrededor del 60 % de los ingresos de las jurisdic-ciones. Según el informe elaborado por el IARAF, ‹‹Las fuentes de fondos provinciales muestran menor crecimiento en 2012, y los fondos nacionales automáticos enviados a provincias evidenciaron una menor velocidad de crecimiento ante la desaceleración de la recaudación de los impuestos nacionales coparticipables. Así, crecieron en el primer trimestre de 2012 un 27,7 % en la comparación interanual (cuando en el primer trimestre de 2011 lo habían hecho en un 38 %). Asimismo, si se analiza la evolución por separado de cada uno de los meses de esta primera parte de 2012 se pueden verificar tasas de au-mento cada vez más bajas a medida que transcurre el año››.

‹‹En relación con la coparticipación, hay un elemento que se debe tener en cuenta: en la Ley de Presupuesto Nacional de este año, se volvió a implementar la Ley de Financiamiento Educativo, por la cual la Nación le retiene a las provincias par-te de los ingresos que les corresponderían por coparticipación para que el gasto en educación llegue al 6 % del producto. Eso también implica un menor crecimiento, comparado con el año pasado, de los recursos que van a las provincias››, explicó Delgado. Las provincias reciben ese dinero, pero por ley debe destinarse a Educación y no a otras partidas.

A esta restricción en las fuentes de financiamiento, se suma el casi imposible acceso al mercado de crédito internacional, condicionado en gran parte por el riesgo país argentino.

‹‹El costo financiero para una provincia se calcula sobre la base de los 1100 puntos de riesgo país, a lo que se le suma el costo internacional y las comisiones, lo que da por resultado ta-sas de interés que rondan el 14 o 15 % en dólares. No hay forma

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de sostener ese tipo de endeudamiento››, enfatizó Ferreres.‹‹Los bonos de la provincia de Buenos Aires a 2015, hoy,

están rindiendo casi el 25 % en dólares. El bono de Córdoba, emitido en dólares a 2017, también rinde eso. Córdoba desis-tió de salir a buscar ayuda por 200 millones de dólares, porque la tasa que tiene que pagar, debido a la realidad internacional, es muy alta y el riesgo argentino se derrama a los estados pro-vinciales. Las únicas que salieron más o menos indemnes son la Ciudad de Buenos Aires y Salta, porque fueron al mercado antes de que la crisis estallara, como pasó a finales de abril y principios de mayo››, agregó Delgado.

Respondiendo a las crecientes restricciones

En este contexto de mayores restricciones económicas, las provincias intentan varios caminos. Por el lado del gasto en salarios, la primera medida es la finalización o la no renova-ción de los contratos de personal no permanente. Por el lado de los gastos de capital, se alarga el plazo de pago a provee-dores y contratistas. Otro ejemplo reciente del intento de las provincias por cubrir sus déficits fue el aumento del impues-to inmobiliario rural en la provincia de Buenos Aires. Hasta ahora, la ayuda del Gobierno Nacional ha sido la prórroga por dos años del pago de los vencimientos de la deuda que las provincias mantienen con el Estado.

Ferreres puntualizó que las provincias están siguiendo dis-tintos mecanismos para tratar de salir del paso. ‹‹Algunas se financian alquilando lebac y nobac. El aumento de impues-tos, si se cobra, va a tardar un tiempo. También están tratando de que salga la ley que les permita vender cheques a corto plazo. No hay una solución fácil a todo esto››.

‹‹Aumentar impuestos en un momento de desaceleración económica no es lo aconsejable —sostuvo Delgado—. Me parece que si las provincias siguen aumentando la presión impositiva, la realidad de las finanzas más que mejorar va a empeorar, porque la actividad económica va a caer››.

El documento del IARAF señala que ‹‹para 2012, el défi-cit primario llegaría al 0,7 % del producto (unos $16.000 millones) y el rojo fiscal al 0,9 % del PBI (unos $20.500 millones), luego de agregar los intereses en cuyo cómpu-to ya se descuenta el monto que las provincias no paga-rán por la postergación de los servicios de la deuda con la Nación decidida a finales de 2011. A esto debe sumár-

sele que vencen en el corriente año amortizaciones por más de $11.000 millones. Hay claramente un verdadero bache financiero en el nivel provincial de gobierno››.

‹‹Para mantener este año el mismo nivel de déficit, hacien-do algunos supuestos, se debería ajustar bastante el creci-miento del gasto primario. Pero, como el 50 % de los gastos son salarios, es difícil pensar que no aumente el déficit en relación con el producto en 2012››, destacó Delgado, en coin-cidencia con el informe.

A todo esto se suma la incertidumbre en torno a la in-formación que brindan las provincias sobre su situación fiscal, de la que no se tienen datos completos y por lo que es imposible conocer a ciencia cierta la realidad de cada provincia. ‹‹Cada vez, la información en Argentina es menos transparente y más difícil de conseguir››, se la-mentó Frigerio.

Argañaraz explicó que ‹‹la última información disponible es de marzo del año pasado. No hay información por pro-vincias; por eso, se trabaja con el consolidado. Puede que haya una o dos que tengan superávit, pero en general, to-das han tenido un comportamiento similar. Se estima para este año un bache financiero en el consolidado del orden de los 30.000 millones de pesos, pero, obviamente, hay que tener en cuenta la importancia relativa de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba››.

Sobre esto, Delgado agregó que ‹‹las provincias más com-prometidas son las más grandes. El año pasado, el conjunto de provincias, después de pagar intereses, tuvo un déficit del 0,5 % del PBI, del cual aproximadamente el 0,28 % correspon-dió a la provincia de Buenos Aires››.

¿Vuelven las cuasimonedas?

Un tema que salió a la luz, a raíz de las declaraciones de algunos gobernadores a los medios, fue la posibilidad de que se volvieran a utilizar cuasimonedas, como los tristemente célebres Patacones, un símbolo de la crisis del 2001/02.

‹‹No creo que todavía se recurra a las cuasimonedas. Tam-poco es una ecuación que uno pueda definir como algo taxa-tivo de acá a un año. Hoy no es un escenario probable. Las provincias van a agotar las otras fuentes y, de esa manera, van a evitar la emisión. En agosto/septiembre, cuando se vea la marcha de la recaudación, habrá que volver a evaluar la situación››, sostuvo Argañaraz.

‹‹El Gobierno Nacional no va a dejar emitir cuasimone-das, salvo que alguno se quiera pelear con este. Yo creo que van a recibir los fondos del BCRA o a través del Tesoro. Emi-tir cuasimonedas es un recurso de última instancia y mo-mentáneo porque no arregla prácticamente nada y sería un mensaje de “se viene el 2001”. La gente lo tomaría como que las cosas están terriblemente mal. El Gobierno lo va a impedir mientras pueda. Cuando se usaron estas monedas no pasó nada muy grave, fueron una especie de salida para que la gente cobrara menos, pero tuvieron que aceptarlo porque peor era cobrar nada. Pero, para esto, ya tendría-mos que estar en una crisis muy grave que por este año no se vislumbra››, explicó Ferreres.

Delgado tampoco ve todavía la posibilidad de emisión de

‹‹Las provincias son las que tienen la mayor can-tidad de empleados y los gastos en personal son bastante inelásticos, por lo que, cuando cambia el ciclo económico y no se expande el volumen de los ingresos en la misma medida que los gas-tos, se empieza a achicar el superávit››.

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cuasimonedas, ya que estas están asociadas a una caída im-portante de la actividad económica, y eso todavía no ocurre. ‹‹Hay desaceleración pero no estamos en recesión. En fun-ción de lo que suceda con la actividad económica global, en la Argentina, es una posibilidad, pero creo que sería una muy mala señal. Creo que hay alternativas antes, incluso desde el propio Gobierno Nacional››.

Para Frigerio, a su vez, en esta situación de extrema liquidez de la economía, no tiene lógica que las provincias emitan mo-nedas. ‹‹En la crisis de fines de la convertibilidad, teníamos una situación contraria, de iliquidez, y algunas cuasimonedas fun-cionaron, sobre todo, por una economía en negro que deman-daba billetes. Hoy está la misma economía en negro, pero so-bran los billetes. Se da la paradoja de que hay más billetes que nunca y los argentinos demandamos menos pesos que nunca porque no confiamos en un billete que deprecia todos los días su valor. En este contexto, emitir cuasimonedas no tiene nin-gún sentido. Yo creo que frente a una crisis que complique el pago de salarios todo es posible en las provincias. Sin embargo, no me parece lógico ni por el modelo ni por el contexto››.

Frigerio agregó que ‹‹tiene más lógica que, a través del BCRA, emitan un poco más, antes que las provincias emitan sus propias monedas››. Respecto a esta posibilidad, Delgado señaló lo siguiente: ‹‹la asistencia presupuestada es de 16.000 millones de pesos, pero el déficit seguramente será bastante superior, cercano a 28.000 millones de pesos. El Tesoro Na-cional tiene posibilidades de asistir a través del BCRA, pero, seguramente, haya mucha discrecionalidad y tendrá que ver el favor político más que las transferencias automáticas››.

Por su parte, Ferreres sostuvo que la situación fiscal del Go-bierno Nacional no le permite ‹‹salvar a nadie›› y agregó que ‹‹el resultado de la Nación para este año sería un déficit de unos 60.000 millones de pesos, por lo que también tiene ne-cesidad de financiamiento y, para eso, cambió la Carta Orgá-nica del BCRA, para tener más uso de reservas. Seguramente, de ahí salga la ayuda para las provincias porque, en definitiva, si las provincias no andan, tampoco anda la Nación››.

La solución de fondo

No hay soluciones mágicas a esta encrucijada en la que se han metido el Gobierno Nacional y los provinciales.

‹‹Hay una cuestión concreta: la desaceleración del cre-cimiento de los ingresos, que es totalmente lógica en un escenario de desaceleración de la actividad económica —explicó Argañaraz—. La solución de fondo es un gas-to público más eficiente en las provincias y una discu-sión a fondo de la relación nación-provincia en materia de financiamiento, cuyo principal elemento es la Ley de Coparticipación Federal. Hay cuestiones coyunturales y estructurales››.

Delgado, por su parte, destacó que ‹‹es importante que la Argentina recupere el crecimiento. En momentos cuando el crecimiento se desacelera, empiezan a florecer los pro-blemas más estructurales, y el déficit es uno de ellos››.

Ferreres destacó que la solución es bajar el gasto y ali-viar la carga impositiva para que las empresas vuelvan a respirar, ‹‹pero no porque esté mal gastar, sino porque se sobrepasó el nivel que es financiable a largo plazo››.

El economista sostuvo que el gasto, en proporción al producto, ha llegado de ‹‹28 % en 2003 a 45 % en la actua-lidad. Este año se llegará a 230.000 millones de dólares de gasto público, cuando lo que podría pagarse normalmen-te y ser financiable a largo plazo está cerca de los 95.000 millones de dólares››.

‹‹El Gobierno es consciente de que tiene que hacer esto, pero es impopular y tiene consecuencias políticas graves. Este año no hay elecciones, por lo que se podría haber hecho. Al principio, se puede generar malestar en la po-blación, pero, cuando se ve la mejoría en el bolsillo y en el país, la cosa cambia. Pero si uno hace ciertos recortes cerca de las elecciones, no hay tiempo de ver los bene-ficios, por lo que el año que viene, será difícil. Alrededor de cada diez años, la Argentina tiene una crisis del gasto público, que se manifiesta en otras variables, como atraso cambiario o inflación porque se emite mucho para cubrir el déficit, o como de deuda externa porque se toma deu-da. Hay momentos en que los precios de los granos dan para financiar un gasto un poco más alto. Pero ahora es-tamos viviendo un momento de vacas flacas: Europa anda mal; Estados Unidos mejoró un poquito, y China se está desacelerando. Tendríamos que haber pensado esto, ha-cer un fondo anticíclico y tener el dinero para seguir gas-tándolo, porque ahora tenemos que poner la plata que no tenemos››, destacó Ferreres.