Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

download Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

of 12

Transcript of Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    1/12

    TEOREMA

    ~ ~ .~ )) (~~(J)I - J f "4 ..liD, .

    ~Aier~

    L t: '7 f ;rJ ~ ~ ~ t/l!_AbAJ) .

    DEPARTAMENTO DE LOGICA V FILOSOFIA DE LA C1ENCIA

    UNIVERSIDAD DE VALENCIA

    1980

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    2/12

    iNDICE

    pags.

    ARTICULOS

    Jean-Paul Sartre: Leyenda de la verdad ... ... ... ... 5

    C UlisesMoulines: Ontosernantica de las teorfas 25

    Francois Jacob: Biologia y sociedad 43

    J.L. Villacaiias: Las tesis de Kant sobre la nocionde existencia 55

    REVISTA DE LIBROS

    Q ?IMPRIME: GUIA DETASACIONES, S.L. ALCOBENDAS (MADRID)

    P. Gochet, Quine en perspective. Essaide philosophiccomparee. (A. Berga Oliver) ... ... ... ... 85

    P. Lorenzen, K. Lorenz,Dialogische Logik (E. Requena) 86R. Torretti, Philosophy of Geometry from Riemann to

    Poincare (J.P. Ubeda) ... ... ... ... 89I.M. Crombie, Andlisis de las doctrinas de Platon

    (G. Quintas) ... ... ... ... ... ... 93J. Wetlesen, The Sage and the Way.Spinoza's Ethics

    of Freedom (J. Rodriguez Marin) ... ... 95K: Graham, J.L. Austin,A Critique of Ordinary

    Language (L. Ml. Valdes) ... ... ... 99S. Firestone,La Dialectica del sexo (A. Sanchez) 100J. Passmore, La responsabilidad del hombre [rente

    ala naturaleza. Ecologia y tradiciones enOccidente (J. Alvarez) ... ... ... ... ... ... ... 103

    Deposito Legal M-22495-1980 ~" I.S.B.N. 84-370-0149-8

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    3/12

    LEYENDA DE LA VERDAD *

    Je an -Pa u l Sa rt re

    La verdad no nacio primero. Los belicosos nornadas no te-

    man necesidad de ella, sino mas bien de bellas creencias. LQuienpuede decir 10 que hay de verdadero en una batalla?

    A los lentos quehaceres del labrador solo les baste, mastarde, una verosimilitud de conjunto, una fe segura en la constan-cia de esas grandes masas sin fronteras, las estaciones. Imaginoque acogia de buen grado a los dioses erraticos y que escuchabasus maravillas sin inquietud ni sospecha, dejando en sus limbos a10 v erdadero y 10 falso, mientras por fuera el verde de las espigascobraba insensiblemente mayor semejanza con el amarillo. La fa-miliaridad con el crecimiento continuo de los cereales dab a unafuerza liviana a su espfritu. No exigia de los objetos ab arcados porsu vista que se encerrasen en los Ifrnites de una naturaleza sin ca-prichos, y recibia con parsimonia los subitos cambios por estessufridos, apelando a los mas oscuros poderes que en el habitabana fin de otorgarles una unidad aun demasiado diversa para n uestrarazon. Los gritos de la multitud no 10 asediaban hast a el fondo desus pensamientos, entre los cuales se sentia con la certidumbre deuna soledad absoluta. Eran estes fuerzas dudosas, profundamentea rraigadas, rebe ldes al d iscurso, y que n o parecian convenirIe masque a el solo. Su mirada iba del uno al otro, cual viajero que, deretorno a l hoga r, con sidera sucesivamente los rostros de su s fami-liares, los unos sonrientes, los otros bafiados en Iagrimas. Estos

    En memori a del gra n pensador re ci entemente fa ll ec ido, Teorema ofre-ce a sus lectores este olvidado ensayo de [uventud , que contiene ya en gee-

    men i mport ante s c laves del pensamient o sart ri ano. La not a que a fi adirnos alfina l de l a rt ic ulo inc luy e informa cion adicional,

    5

    ---- .- .......-,~.- . . . . . . . .-~-.

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    4/12

    6 Leyenda de fa verdad

    rostros se tendian hacia el en la penumbra, como plantas hacia elsol, y, a veces, le arredraba sentir en su interior tantas cosas vivas.

    La verdad procede del Comercio: acompafio en el merca-

    do a los primeros objetos manufacturados: habra aguardado al na-cimiento de estes para salir, armada de pies a cabeza, de la frente

    de los hombres.Concebidos para responder a nist icas necesidades, esos ob-

    jetos guardaban toda la primitiva simplicidad de estas: los vasos,bien redondos y con un asa grosera, no eran nada mas que el esbo-zo del gesto de beber. Los raspadores, los rastrillos, las piedras deafilar se limitaban a cobrar la apariencia del reverso de las accio-nes concertadas mas usuales. De ellos no habra mas que desgajarun solo pensamiento, pensarni ento en reposo, inmovil , mudo, sinedad, mas dependiente del objeto que de los espiritus, el primer

    pensarnien to impersonal de esos lejanos t iempos, que permanecia ,incluso en ausencia de los hombres, planeando por encima de las

    obras de sus dedos.Si el escept icismo, en efecto, vino de los campos, aportan-

    do l os argumentos del Calvo, del Cornudo, del Celernfn, es porqueninguna vision definitiva podia convenir al brote de las mieses. Pe-ro sobre los primeros instrumentos, muert os desde su nacimiento,habian de pronunciarse palabras inmutables. Lo que podia decirsede ellos vaha hasta su destrucci on y, aun entonces, ni nguna altera-ci on insensible venia a turbar el juicio: las vasijas, si cai an, se rom-pian en mil pedazos. Su pensamiento eponimo , subitarnente li be-rado, revoloteaba en los aires para volverse a posar sobre otras va-

    sijas.Los Artesanos, f ina lmen te, al moldear el SIlex 0 la arcilla

    no habian ignorado la preocupacion naciente por la forma. Perosu esfuerzo abrupt o, sofocado a medi o camino, se habia detenidobastante antes del dintel de la belleza, en ese dorninio confuso endonde los angulos, l as aristas, los pIanos, son los elementos innis-

    tintos del Arte y de 1 0 Verdadero.Tales como eran, los primeros artefactos humanos debian ..

    sobrepasar absolutamente las producciones naturales , y e l estuporen que, una vez perfectos, precipitaron a sus artesanos no puedecompararse mas que al de ciertos sabios ante las esenci as materna-

    r. IIII

    t

    .._. . .__.- _ . . . . ._------_._-------_. _ _. ~~~--.

    Leyenda de la verdad 7

    ticas. Ese estupo: los puso ados dedos de encontrar el famoso mi-to de los pensanuentos verdaderos.

    La Economia hizo el resto En el mercado I .fi . . . , os ingenuosan itriones de los dioses hicieron la experiencia del e - S

    . tic ngano. enun 10 antes de decir la verdad, porque se trataba solamente develar alg~nas natural~zas nuevas y singulares de las que no se sabiael grado Justo de reahdad .

    . Una respuesta espontanea puso de manifiesto al punto laspnmeras verdades. Estas no portaban aiin ese nombre de Verdadpara el ~ue t anta glori a se prometia: eran simpl emente precaucio-ne~ part iculares contra l os embusteros. Cada uno, dando vueltas ymas ,:,u~ltas a ~a vasija ?el mercader, tuvo cuidado de guardar ensu maxima ~a ~ dea particular de esa vasija y de referir a ella todossus ~escub~lmlent?s. Se convino en que una vasija no debra estaral ~lsmo t~e~po intacta y rajada. l.Quien hubiera osado fijar se-rnejantes Iimites a los frutos espontaneos de la tierra? P _h _ , . ero aqu lno se acia mas que exhurnar de la arcilla la intencion rnisma delalfarero. Se tomaron otras cien precauciones de esta especie queno fu~ron jamas deducidas de un principio general: la ocasionref lexIO_nes ~eterminadas, la naturaleza misma de las mercancia;producian s~gularmente estos reglamentos de la policia del mer-c~~o. Estas jovenes verdades no eran, pues, primero mas que prin-C1PIOSreguladores del t rueque, que concern ian a las relaciones delos l:ombres entre si y s.e,apIicaban a los productos de la industria.N~cIero~ de una reflexion del hombre sobre su obra, no sobre lasexistencias naturales.

    Facilrnente se establecio un mercado de pal bd dif a ras cuya se- /e no era iterente de la del mercado de subasta All' . t ...-bi b . 1 se ill ercam-ia an ost entaciones, calcul os, artificios, trucos circunspectos de"

    mercaderes. Los productos del discurso conocieron alli muchantes que los ot.ros, la racionalizacion. se impuso un mOdelo un~

    C?,' Fue como. sr, al detenerlo, se hubi eran tornado en considera-CIOn las necesidades, las posibilidades de compra de los mas po-~res. Se pusieron en circulacton entidades simpl es claras y no uti-lizables, ' I

    La p.ot encia del mercado l ibero a l os hombres de sus gran-des fuerzas interiores. En su mas secreto consejo introdujeron un

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    5/12

    8 Leyenda de fa verdad

    torno un banco de trabajo a imagen de sus instrumentos de ma-dera. 'Captaban en el fonda de ellos mismos naturalezas inimita-bles y las depositaban en el taller. Las golpeaban rudamente , c ur-vando1as, enderezandolas, haciendo sal tar los nudos y aserran-do las copas. Despues llevaban a 1a feria de las verdad:s fr~g~en-

    tos bien ali sados, b ien cuadricu lados, Ys in embargo mas proximosque los nuestros a su profundidad primera. ~on frecuencia suce-dia que uno fuera enganado, que comprara [umentos haraganes,malas palabras: uno se daba cuenta de aquello con el uso, a1 n ohaber podido efectuar la oportuna revision. De subito, como bes-tias m aquilladas que rev elan sus taras, esos pensamien tos teftido saparecian inexplicables Y desnudos. Entonces, en su terror de serel unico que los poseyese en su memoria, el hombre frustrado losarrojaba rabiosamente al suelo, Como consecuencia de semejantesaccidentes, se adquirio la costumbre de hacer con las palabrasco mo esos cambistas que muerden las monedas 0 que las hacen re-sonar sobre el marrnol: cada uno, desde su altura, las hacia caer alfonda de sf, espiando el sonido que producfan. As! nacio la evi-

    dencia, precauci6n contra esas precauciones. .'Pero nadie crefa practicar el cambio en estas matenas, III

    que hubiese en ellas una econorrua de 10 verdadero. Es que cadauno cuando hacia sus cuentas en el hogar, reencontrando en sumemoria sus pro pias mercanc las bajo sus recientes compras, p en-

    saba h aber adquirido algo nuev o sin h abe r cedid o nada .Asi. e l pensamiento ope raba len tamente su paso del estad o

    de capital inmobiliario a1 de bien mueble. Pero el hombre encon-traba en sf mismo una misteriosa perturbacion que intentaba ex-plicar co n recursos en su mayo r parte aun mitolog icos. Asi produ-jo, en dos tiempos, la leyenda de las Verdad~s. Experiment~ uncierto embarazo al rastrear un mite que tome tantas y tan diver-sas formas. Pa ra bien comenza r se 10 debe considera r como la tra s-posicion del desajuste interior de los contemporaneos- Y es este

    desajuste el que hay que pre cisar primero. . .El hombre, desde hacia largo tiempo, habra producido sus

    pensamientos como su vida, y estes se ad herian a s.u cue rp o ~omolos animales egipcios modelados por el sol en el limo del Nilo , amedio nacer y hundiendo en el fango sus patas inacabadas. No te-

    ~

    Leyenda de la verdad 9

    man otro vinculo con las cosas que la gran simpatra universal, niotra accion sobre ellas que la magica. No se les asemejaban comoun retrato a su rnodelo , sino como una hermana a su hermano,por un aire de familia; no expresaban mas a las plantas de 10 quelas plantas expresan al mar; pero viviendo, como las plantas, losv ientos y el mar, con estac iones, equ inocc ios, flujos, re flujos, e re -cimientos precoces y despues reta rdados, re trocesos, avances, flo-recimientos vacilantes, algo de deshecho y de terminado, unaforma de evo lucion, en fin, absolutamente natu ra l.

    Mas he aqui que un irresistible movimiento los empujabade repente al otro extremo del mundo, entre los productos de lain dustria . Se re tiraba cuidadosamente de ellos la vid a, se cortabantodos sus vmculos con la naturaleza, se Imporuan reglas tecnicas asu produccion , se los convertia, en fin, en exito precioso del art f-fice, aunque restasen inanimados, se les conferfa, al mismo tiern-po, el titulo pavoroso de "representaciones", nuevo honor, nuevo

    deber, y una muItitud anonirna se apifiaba apretadamente en el es-piritu de cada uno para controlar el ejercicio de Ia funcion repre-sentativa. EI hombre ya no estaba a solas consigo mismo. Cuandohabra tratado a sus pensamientos con los metodos industrialesque se Ie dictaban, ya no los reconocfa como suyos. Le plantabancara, ne tos, ind ependiente s, d esgajad os, tan diferente s de su v iday de su corazon que no podia creer que viniesen de el mismo,irnaginandose que lo s habfa introduc ido desde e l exterior. De estasuerte mutilado de 10 mejor d e sf', no le re staba co mo propia rnen-te suyo nada mas qu e los mo virn ientos organicos, la s pasion es, cie -gas agitaciones del cuerpo. Por encima de esta sufrida came, tor-

    tu rada por la ve rgiienza de sf, p laneaba Homunculus, el espiritu,del que ya se decia que era "impersonal". Se ve despuntar aqui' ala humildad cristiana. En poco tiempo el respeto,' la verguenza, lan ecesid ad de saber h icieron nace r primeramente cua tro Dio ses, singran conformidad en tre elIos, homonimos sin embargo, como losinnumerables Febos de Grecia.

    EI vulgo, mas incIinado, en general, a atribuir el valor a lamateria que al trabajo, di6 una sustancia preciosa y sutil a nues-tras ideas. Ellos la llamaron Verdad, y pensaban que si por el uso

    continuado .o~~~~-se'.bbr:rase toda traza del producto de~-' \.'\/'/

    . ~.,....

    _ _ _ _ _ ~ ~ ~ . - . = - = - . - = - - ~ - ~ . - = - . - . = .= = . - = - - - - ~ - ~ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---..- ..-.'.~-~-.-.--.-- ...---.- .

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    6/12

    10 Leyenda de la verdad

    nuest ros afanes, la verdad recuperana su lugar natural sin perdernada de su muy alto valor.

    Fue a la Forma, por el contrario, a la que los espiritus de-

    licados, impresionados mas bien por la diversidad de las recetastecnicas, le rindieron su culto. Ella se abaua desde el sol como unhalcon sobre su presa, y retomaba al punto el camino del cielo,dejando para siempre entre nosotros la maravillosa impronta desus garras, Esta diosa tom6 tambien el nombre de Verdad.

    La Magia dijo su palabra: la relaci6n de la idea con su ob-jeto fue concebida a imagen del lazo viviente e irreversible queurua con los hombres a las estatuillas de cera cuyo seno se hora-daba. Como un rito magico , se procedi6 a la fabricaci6n de laidea. Parecia que el hombre imitase en su coraz6n a las cosas, pa-ra atraerselas plenas de vida. Se di6 el nombre de verdad a este en-

    cantamiento. EI magico hechizo se extendi6 insensiblemente ala consideraci6n del objeto mismo. Pero el objeto de los pensa-mientos verdaderos no era entonces mas que el conjunto de lasobras del arte, vasos, cuchillos, omamentos, todo aquello queno sabna ser sin una abstracta justicia en sus proporciones. Seimagin6, como aun puede verse en Plat6n, en las ultimas paginasdel Filebo, una potencia divina de 1a M edida, fuerza viva que saca-ba a los seres de la Nada, y esta fuerza, proyecci6n en el mito dela industria humana, recibi6 por una asirnilaci6n natural el nom-bre de Verdad, de modo que pudo decirse desde entonces "no esporque es por 1 0 que es verdadero: es porque es vcrdadero".

    Forma, materia, re1aci6n, medida: ninguna de cstas cua-tro divinidades era 1 0 bastante fuerte para someter a las tres res-tantes. Las cuatro se acomodaron bien que mal a vivir en cornpa-f ila, esperando del exter ior su unificaci6n defini tiva.

    Algun preboste de entre los mercaderes concluy6 el asun-to: hasta entonces el comercio y 1 0 verdadero exigfan que loshombres llegasen a un acuerdo sobre ciertos principios, inicial-mente tan numerosos y tan particulares como los contratos: esepreboste se aprest6 a reducirlos. Era sin dud a un hombre brillan-te y abstracto, como aquellos que sustituyeron por el metro lasmedidas de nuestras antiguas provincias. De un rinc6n a otro dela plaza donde los mercaderes se hallaban agrupados segun las afi-

    Leyenda de fa verdad 11

    ),jI

    nidades de su negocio y en la ignorancia mas completa de las cos-tumbres que regian en los comercios vecinos, un heraldo aportola confusi6n y la inquietud anunciando que todos los principios

    particulares debian ser abandonados en beneficio de csta maximageneral.

    "Una cosa no puede ser ella misma y otra distinta de ellami sma al rnismo tiempo y bajo el mismo respecto".

    Cuando los mercaderes estuvi eron famili arizados con estanueva ley, todos los caminos que hubieran podido volver a dirigirla reflexi6n hacia el pasado, hacia una explicaci6n hist6rica, se en-contraron bloqueados. Pero al mismo tiempo los cuatro dioses ri-val es, fuertemente ligados los unos a los otros, perdieron sus con-tornos y s,e f undieron en uno solo. Este nuevo idolo, sin embargo,no r~~olvla en su seno sus antiguas incompatibilidades. (Qued6adrnitido que un pensamiento, para ser verdadero, debia refcrirsea un objeto existente, mientras que un objeto, para existir, debraser verdadero. Se acept6 que la Verdad de un pensamiento puedeser descubierta por la simple inspecci6n de esc pensamiento, y ala vez que esta verdad residia en la relacion de la idea con el obje-to). Lo que Ie conferta una unidad era a buen seguro una fuertevoluntad por parte de sus adeptos, al mismo tiempo que una grandespreocupaci6n por sus contradicci ones. De este modo nacieronlos gran des dioses, devorando de pi es a cabeza a l os dioses localescon todas sus armas y plenos de vida. Un halite sutil recorrio elmundo y las almas, Verdad en los Esptritus, Verdad en las Cosas,Ve.rdad en la estrecha union de los espiritus y las cosas, fuerzaul11ve.rsal ~ue no desfallece y que se deslizo pronto en ellugar deese dios S1l1 figura al que los salvajes primero, los sociologos des-pues, han l lama do Mana.

    Lo esencial en estas imaginaciones y que tuvo tantas se-cuelas en otros dorninios, fue el ultimo ornamento del idolo laeternidad. Esta venia de suyo, puesto que la timidez Ie impedia alhombre ,ver claro: 1 0 que el inventaba pensaba simpl emente que 1 0descubna. Era preciso, pues, que esas doncellas tan bellas existie-sen antes que el, en algun lugar secreto, en la zozobra unica de susader~z~s. La palabra "contemplaci6n", que hizo fortuna, disipolos ultunos reductos. No se trataba mas que de contemplar un

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    7/12

    dra a su vez a la muy real Democracia, constituci on original , unicaconstitucion, de la que los otros tipos de gobiemo no son mas queformas pasajeras.

    En vano ciertos filosofos han retrotrafdo a las edades deoro su preciosa Desigualdad : alh esta no encuentra lugar. Si sequiere recoger un ligero sedimento de ella, que se 10 busque en

    esas retrasadas poblaciones en donde las mujeres no t ienen penni-tido hablar entre sf ellenguaje de los hombres, que comporta otrasintaxis, otros principios, ot ro pensamiento. EI hombre se limita ahacerse comprender 10 justo para dominar. En 10 restan te, sus or-denes se situan en una esfera extranjera mas alla de 10 verdadero y10 falso, poblando esas almas i nferi ores de grandes bloques durosy sol itari os, como aeroli tos. Las ordenes caidas del ci elo, el senti -miento cornun de que los designios de l amo son impenetrables, laimposibilidad de concertar por principio un acuerdo con el, y,aunque fuese concertado, de hacer surgir caminos paralelos, t odo10 que, en fin, conduce a no usar mas que de la fuerza desnuda 0

    de una potencia intima y cuasi magica: he aqui 10 que puede pro-ducir la desigualdad entre los hombres.

    Pero delante de su nuevo Idolo, delante de la fria Verdad,los mas humildes se sentian iguales a los Grandes. EI esc1avo po-di a comprender las ordenes del amo 0, de no ser asi, era porque elarno habra obedeci do los dictados emanados de su estornago. To-

    He aqui pues a los hombres desposefdos, solos con su do mandarniento, por imperioso que fuera, suporua un acuerdocuerpo y despreciando a su cuerpo, con el espiritu aplastado so- previo. Poco importaba que los jefes fueran ricos ancianos, gene-bre esencias fabricadas. La naturaleza y sus secretos, los vientos, rales victoriosos, un rey hijo de reyes. Los jovenes de las famiIiaslos meteoros que repentinarnente atraviesan el cielo como un de- ricas, llevados de la mano por los sofistas, acaparaban en abundan-do que traza un signo sobre la arena, los arboles que tienden hacia cia las mercancias verbales. Por aqui y por alla, en las ferias, en la

    el sol sus brazos irregulares, los valles y las campifias que compo- plaza publica, ellos imporuan sus dictamenes. Pero, de acuerdonen con la luz y el color del tiempo conjuntos penetrados de un con 10 que precede, puede verse que este capital acumulado nosentido oscuro e insistente, todo se ha desvanecido. De igual mo- era mas que un cambio, precisamente porque todo el esfuerzo dedo una antorcha encendida en la noche reduce de sub ito el univer- los hombres habra tenido por objeto desligar de ellos mismos aso al unico rostro del que sostiene la llama. Nadie ha elevado la sus propios pensamientos; y que ese mentor efimero que se alza-mirada, nadie ha sofiado en hundir la Verdad como una espada en ba tras su arsenal de pensarnientos politicos no se imponia en vir-el corazon de las cosas: entre el advenimiento de esta Verdad y el tud de su naturaleza unica, sino al contrario, por acuerdo consen-reino de la Ciencia falta un eslabon. tido, buscado, con la multitud, y por la enonne cantidad de con-

    Di go pues que la Verdad, hija mitica del Comercio, engen- i \ - D 0 9 - ' ' > ' 't ratos par ticulares que tenia en el bo ls il lo .roO? r- .

    \f@,Ol,.1 \ \'. f'. .r: 'C ,. : V i

    12 Leyenda de fa verdad

    mundo impasible de relaciones imbricadas, de pasarnanerfa, denudos hechos y deshechos, de vestibules y pasadizos, de figurasdisolviendose en otras f iguras, de formas que una l igera desviac iontransformaba en otras formas, como esos dibujos geometricos queson hexagonos 0 triangulos segun los movimientos del ojo. El sa-crificio, como mas tarde en tiempos de las arguci as cristianas, fue

    completado por este razonamiento:"Yo soy libre de pensar 10 que quiera. Pero no puedo pen-

    sar mas que 10 verdadero, porque 10 que no es verdadero no es. Loverdadero, sin duda, existe de antemano, totalmente fabricado,totalmente compuesto, imponiendose ante mis ojos, y yo sientoen rm', como una i nquietud, el reproche de mi libertad frustrada:sin duda, pero a pesar de todo, sin embargo, soy libre de pensar 10que quiera, porque no quiero pensar mas que 10 verdadero y mi li-bertad no es mas que el poder de desligarme de las falsas aparien-cias y de m f mismo. Esto que me inquieta al presente no es otracosa que debilidad, egoismo de recien nacido. La recta razon po-

    ne las cosas en su lugar, mi cuerpo entre los otros cuerpos, y des-cubre el esquele to de las relac iones impersonales que sostienen mipobre carne de nada. Feliz de m f si puedo elevar las verdades queconstituyen mi esenci a hasta el seno de la Verdad-madre y reunir-las con el halite puro que circula a traves de esas fonnas sin defec-to" .

    Leyenda de fa verdad 13

    ~------... - . -- ....

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    8/12

    14 Leyenda de fa verdad

    Y he aquf como se presenta ante nosotros esta verdad: pa-ra los ojos de este tiempo la verdad esta alu, igualando a todas lascosas. Es mas sencillo detectarla, sin duda al guna,entre los intri-gantes. Pero cada ciudadano se confiesa a S 1mismo que si un so-fista le mostrara la idea verdadera, 61 sabna como conservarla s inque se exti nguiese en su memoria. Por otra parte, cuando Alcibra-des ha lanzado una idea ante el Agora, esta ya no le pertenece mas,y 61 n o puede conservar su renombre mas que a condicion de re-novar constantemente su provision.

    Y Socrates, al detenerse a discurrir con un esclavo sobrelas figuras de la Maternatica, era como si hubiera dicho: "Este es-clavo puede pertenecer al pritaneo con el mismo titulo que yo".

    La esencia de esta constitucion dernocratica, mas vieja quela hist oria, radica en que to d o hombre puede siempre reempl azaren un momenta dado a cualquier otro hombre, porque siempre esposible entre ell os un dialogo socratico basado en el acuerdo y enrazones. Fue el halite democratico el que inspire, bajo la mas ab-soluta de las monarqui as, a aquel que escribra:

    "EI buen senti do es Ia cosa mas extendida del mundo".Las ascendenci as divinas de los Faraones, el culto romano

    de los Emperadores, el derecho divino no son mas que juguetes,artificios u ornatos: yo me propongo contemplar en su desnu-dez al objeto de mis consideraciones, y por tanto dejo de lado aaquellos, Por otra parte, la ciudad que considero es la Ciudad de-mocrat ica , habi tada por Iguales .

    Al tas mural las protegen a los hombres contra toda amenazanatural, los bosques est an lejanos y mudos. Sol o, el cielo continuadescansando sobre estos muros, y ya algunos comienzan a trazar enel triangulos, Las casas son aline adassiguiendo las prescripciones deIa Medida, encerrando todas tras sus postigos un pensamiento ver-dadero. Cada ciudadano se siente rodeado, como si de un capara-zen se tratase, de este Universo artificial. Se vuelve hacia otrosrostros , intel igentes e inexpresivos, y concier ta prestamente innu-merables pactos logic o s. La Verdad es un tirano cruel y adorado: __en su nombre se puede persuadir al suicidio al mas feliz de loshombres. Circulad por esas cal les rect as y regulares: t odo en ell ases comercio, argucias, invenciones acompasadas. Solarnente el paja-

    Leyenda d e fa verd ad

    1I

    15

    ro, proyectando su sombra l igera sobre el bullicio de los charlat a-nes, vuela asaz alto para reconocer en ese concierto de clamores lafuerza vaga de las grandes voces naturales.

    Se aprendio a desconfiar del hombre solo. Los ancianos re-cordaban todavia con espanto laimprevisible y pavorosa arbitrarie-dad de los t iranos. Estos hombres inmensos y mister iosos, nacidosen la infancia de la Republica, como las especies gigantes en lainfancia del mundo, y a los que finalmente se habra degol lado porser de suyo poderosos, producian de sub i to sorprendentes cata-c1 ismos, tan desproporcionados incluso con su prop ia esta tura queuna vez consumado el desastre ya no era posible imputarselo aellos. En las puertas de la ciudad fue inscrito que solamente launion hace la fuerza y que aquel que hace sin ayuda la obra demuchos ha recur rido a los maleficios .

    De alu sobrevino un peligro fecundo: se habra dado caza alos taumaturgos; pero estes echaron raices en los bosques y fueasi como aparecio el temible l inaje de l os hombres profundos, co-mo surgidos de la tierra, que viajaban solos, inclinados sobre unbaston, Las aguas griegas han ref le jado, revelandoselas a e llos mis-mos, sus altas figuras sombnas y curtidas, y l os que asf se conocie-ron por el espejo de l a onda, cautivos de sus rostros, compusieronun extraf io aderezo con sus pensamien tos . a bien se mofaban deelIos, sin cuidarse de est a verdad que pesaba a 10 l ejos sobre lasciudades; 0 b ien , s i rememoraban sus propios semblan tes , ardien-tes y surcados, les atemorizaba considerar los cambios oscuros, lasformas sin geometna que portaban en sf y, en su extravio , seocul taban en secretos parajes: charlatanes 0 embaucadores de sfmismos, ninguna medida los refrenaba. La naturaleza los amaba,les prodigaba sus secretos. EI miedo les otorgaba admirables es-pec taculos , Se despertaban de sus ter rores omni-potentes , e rnbria-gados, henchidos de mala fe.

    Por necesi dad, por malicia, por vocacion profetica, estosmaravil losos canallas iban de ci udad en ciudad, llevando encade-nados, como si de osos se tratase, sus terribles conocimientos, yarrancaban la l imosna por intimidacion, dejandoles tirar un pocode la cadena.

    Hablaban de esas potencias inhumanas que rodean al

    '0 ' 0

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    9/12

    _______________________________________________ .~~~~~~~\~:.,~\!i.~(,!~~-------- ..._-...._ ... '0 '.0C~.~.plhG. t~l ' .

    16 Leyenda de fa verdad

    hombre y que los ciudadanos no querfan ver, contaban sus terro-res nocturnos, sus al egrias bajo el sol, y vagas resonancias desper-taban en el turbado espfritu de los iguales, como si por detras desus noci ones proverbiales hubiera quedado algo de monstruosocon 10 que no hubieran podido cornerciar y que los hubiera con-

    denado a la soledad.No hace faIta decir que se dio muerte a esos charlatanes,

    siempre que se los pudo acometer por la espalda. Pero cuando suraza fue extinguida, persistio una inquietud difusa: por detras deaquellas col inas peladas y famiIiares , de aquel las canteras de silex,l,que terrible espectaculo aguardaba a los hombres, que peligroinaudito amenazaba a l a Republica? Un senado resuelto envio unaexpedicion contra la naturaleza.

    Los primeros que, sintiendose sostenidos por todo el pue-blo de Iguales, pasearon sobre las cosas una mirada dernocrati caquedaron sorprendidos por la gran desigualdad de los efectos. Un

    germen que se podia sostener bajo la una daba nacimiento al masgrande de los arboles, una vibracion un poco fuerte de la voz hu-mana det erminaba a veces derrumbamientos. Mas sin embargo, es-teri les y cef iudos, los minerales permanecian inmoviles , engrefdosen sus secas formas. Lo que constituia otra y mucho mas peligro-sa tentacion es que ciertas naturalezas hablaban al espiritu y queotras no decfan nada. La arist ocracia natural parecia int olerable aaqueUos buenos ciudadanos. Asf pues, organi zaron el mundo ex-terior de manera que permaneciese como la mas bella conquistadel hombre. Enteramente ocupado el espiritu por sus bellas casascuadradas, sus redondas plazas, las gran des asambleas de donde se

    elevaban tantas palabras sabias, como, por encima de cad a hom-bre, una pequefta humareda particular, dividieron las fuerzas va-riables y espontaneas; de cada objeto retiraron cuidadosamentetoda capacidad personal: si esta piedra, al rodar, actuase, si fuesecausa de un cambio entre sus semejantes, hubiera sido subversivoimaginar que fuese responsable de tal cambio. Toda su eficacia levenia de una delegacion. De la misma manera que el mas oscurode los votantes sabia bien, cuando el dictador decIaraba la guerra,que ese terrible poder de vida y de muerte le era concedido desde,

    abajo: ' ,,-(I' C . N \ I ' ?\ \. . \, (0 \.:: - '. l~. f~" " ' w " I.\'~ ~ q

    .' f)~t \C o - .~t-_ ..._ _. .. _ ._ . ~ . Iv .

    j\.

    Leyenda de la verdad

    "Sin mi, pensaba, sin mf que 10 he elegido, l,podrfa enviarmeal combate? Pero yo mismo, l,habria podido provocar Ia gran per-turbac ion? Era prec iso e l concurso de mis camaradas".

    La fuerza pasaba de los un o s a los otros y, finalmente, albrazo que desgarraba el tratado. Una larga cadena, reuniones, ac-ciones regladas y concertadas ternan su terrnino en este gesto de-cisivo, y la fuerza no era propiamente de ninguno de elIos: Si al-guno hubi era sospechado tenerla por si solo, se Ie hubiera ejecuta-do sin dilacion. Cada uno no era mas que el delegado de otro 0 detodos los demas; considerado aparte no era mas que un mineral,una piedra muerta.

    Era, pues, legitimo y como piadoso para con la Ciudad su-poner una delegacion pareja en la naturaleza: era fundar un natu-ralismo de la democracia.

    De esta manera y gracias a una ingeniosidad enteramentehumana, la gran variedad de fenomenos dio lugar a una conve-n iente d iversidad de delegac iones. Pequefios ciudadanos denomi-nados atomos, mas inmoviles aun que un honesto comerciante dela ciudad si se los dejase solos, se comunicaban el uno al otro el po-der prestado, realizaban el sol, el cielo azul, la cola de los pavosreales, por solidaridad. Un elector se sentia a sus anchas en el se-no de la naturaleza, se congratulaba de la moralidad del espec-taculo , podia explicar a sus hijos mediante hell os ejernplos los be-neficios de la ayuda mutua .

    A un mismo Tiempo se desvanecian inquietantes miste-rios. Si, desde la muerte de los Viajeros, venia ya algun alivio dela idea de que no quedase persona alguna que hablara en terminos

    sombrios de esos secretos, cuanto mas tranquil izante, mas li gero,mas dernocratico amanecio el dia en que,se aprendio que la natu-raleza ya no tenia mas secretos: nada que debiera guardarse en 10mas profundo del corazon, como un viejo rencor, falto de pala-bras para expresarlo ; t odo era simple, desde la republica hasta 10infi nitamente pequefio , un movimiento mesurado que venia siern-pre del exterior y volvia a salir de los seres en la misma cantidadcon la que habra entrado, la faz del universo constante, animadaso lamente por una deliciosa mul tipl icidad de sonr isas . Los fan tas-mas se ocultaron en las oquedades de los arboles.

    17

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    10/12

    -_._._-- _ .. _------.....,...---------- . .18 Leyenda de fa verdad Leyenda de fa verdad 19

    Cuando el vencedor hi zo arrojar a sus pies los despojos delenemigo, dijo:

    "No temais. Mas alia de los montes no he encontrado masque una granmaquina un poco enmohecida, concebida si n econo-nua aunque todavia en buen uso. Mi mision ha terminado. Aotros corresponde la tarea de desmontar sus mecanismos".

    Se via entonces pulular multitud de sociedadcs reconoci-das como de utilidad publica por su caracter estri ctament e colec-tivo y a las que se denornino Sociedades llustradas. Sus prime-ros miembros fueron , s in duda , dernocratas fana ticos que abando-naron sus comercios 0 sus cargos para colonizar la Naturaleza adistancia. Para ser sabio, era preciso ante t odo ser hombre hones-to y buen ciudadano, poseer en el mas alto grado el espiritu detradicion. Cada uno de ellos dependia de uno de sus cofrades y es-te a su vez de otro sabio. Los objetos de su estudio sufrieron elcontragolpe de esta fraternidad: la naturaleza devine un poco masfraternal la solidaridad atornica se comprimio y cada sabio, afe-rrado al 'pasado, a sus multiples cofrades presentes, como el masconectado de los atomos, pudo penetrarse de la idea de que el noera nada, nada sin sus predecesores, nada sin sus descendientes yque no tenia otra mision que la de pulir, en la medida en que pu-d iera, la obra de la colec tividad.

    No abandonaban sus moradas, pero se hacian traer por losmilitares, al azar de l as conqui st as, grandes t rozos de natural eza,rusticos y sin desbastar, a los que se depositaba en las plazas, a lasombra matematica de los ed if icios .

    Sobre est os t rozos trasplantados, resecados por los l argosMas torri dos de transporte, deteriorados por los vaivenes, aplas-t ados por el fatal aparat o de la civilizacion, ensayaban, al princi-pio al azar y despues metodicamente, las mas recientes maravillasdel arte del cuchillero, del herrero, del rel ojero. Los int roduci anen moldes, los calentaban, congel aban, mezclaban, dividfan; em-pleaban para reducirlos fuerzas ya sometidas, como se utiliza enlas prisiones a los carneros para doblegar a los culpables que noquieren confesar. Llamaban leyes a l as relaciones constatadas en-tre una de sus rnaquinas y alguna produccion natural. Los culpa-bles confesaban aquello que se quer1.~. ~Que hubi erarnos hecho

    Puede leerse en ciertos filosofos, raza de la que vamos aocuparnos, que el espiritu esta totalmente arrnado, cuidadosa-mente compart imen tado, que es product or engrasado, lubr ican te,silencioso, de 10 inteligible y de la forma, pero que necesita de un

    papirotazo para sacarle del suefi o en que 10 sume su total t ranspa-renc ia. Sin 10 extranjero, si n aquello que viene del exterior opacoe ininteligible , se desvanecena en diafana luc idez . Pero que 10 in-forme int ente locamente at ravesar su ausencia, y el espiri tu se apo-derara de el, 10 sofocara, 10 fragrnentara, 10 laminara, 10 desencar-nara, ob ligandolo a arder en su c1aridad.

    Yo no 10 creo en absoluto, mas pienso que los fi losofos, na-cidos en el medio ambiente de las maquinas, han hecho como losantiguos hombres que elevaban hasta el seno de los Dioses los ob-jetos farnil iares de su entorno: 10 que dicen del espiritu ha sidoextraido de una reflexion sobre las rnaquinas y se aplica muy bien

    a elIas.Las maquinas han nacido mucho antes que la ci encia, ant es

    incluso que la verdad, de una idea de hombre arrojada en una ma-teria docil. La materia, pobre y desnuda, sin detalles, fue olvida-da, pero la idea, toda floreciente, se cebaba a sus expensas. Asifueron producidos el primer templo, el primer vaso, elprimer ob-jete que no se dispuso segun la muerte. Se perfeccionaron merceda modos de razonamiento que les eran propios, con prernisas rna-yores y menores hundidas en el hierro 0 l a arcil la. No debieron suprogreso a nada mas que a elias mismas, filtrando los aportes delmundo exterior, plegando los mas dociles a las exigencias de sus

    forrnas. Marcaron el primer triunfo de la idea practi ca, del pensa-mien to que no busca conocer, s ino imponerse.

    El art if ic io dernocrat ico de las Sociedades I lustradas fue pre-cisamente emplearlas para conocer. Como el prestidigitador queatrae la atencion del auditorio hacia sus mangas, en verdad vaciase inocentes, cuando el plato esta en su chaleco, hacian leer su co-razon a to do el que se les acercaba, diciendo:

    "Mirad, dejamos que los hechos vengan a nosotros sin dis-tincion. No hemos tornado partido, al haber adoptado una acti-tud contemplativa".

    Cierto. Pero, incluso al admitirlo, habian jugado con

    ,

    T"

    i

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    11/12

    2 0 Leyenda de la verdad

    ventaja: entre su alma pasivamente abierta, inofensiva, y el suce-so , inte rp oruan la idea preconcebida , la toma de pa rtido d eforrna-dora, l a obs tinacion inhumana y mecanica. Las rnaquinas estrin alacecho en las esquinas. Una bagatela basta para poner en movi-miento su s en grana jes. Atrapan una mosca, la dig ieren ,y producenun a m aqu ina. Dise fiadas cuid ado samen te pa ra n o rea liza r mas q ueun solo gesto, todo les sirve de pretexto para llevarIo a cabo. Elm ercu ric d el ba ro rn etro, pesado, purificado, contenido , sabe des-cender y subir, nada mas. Todavia hace falta, se did, un atisbode homogeneidad entre las maquinas y ciertos aspectos de lanaturaleza. Sin duda: es asunto del sabio prestar ofdo al menormu rm ullo e imagina r e l artilugi o qu e 10 revelara. Pero ese rnurmu-110de la t ierra y este pensam iento estric to d e l os hom bres, reun i-dos un instante por el apremio, no discurren en el mismo sentido.Ese ligero estremecimiento, si la tinta roja 10 f ij a en el d iagrama,no es ya 10 mismo. Y p or o tra parte , si el ba rome tro , transpo rtadoaquf y a lla, perm anecie se mu do, las precau cion es estan b ien torna -das, y esos mutism os se Haman constancia.

    Un tribuno del pueblo debio inquietarse por estas violen-

    cias:"i,Esta is seguros, le s d ijo, de que todo se haya hecho leg al-

    mente? Ciertamente. Sabemos bien que la naturaleza ingrata nonos ha dado jamas la menor serial de aprobacion. Pero sabemuy bien decir no cuando quiere: su silencio es aquiescencia". EIhombre politico guardo silencio: reconocia de paso uno de sus

    argumentos:" i,Decls que los Africanos sufren por la colonizacion? Pero,

    entonces 10 dinan, se rebelanan. Y sin embargo, podeis verlos, atodas horas, grav es y tranq uilos. Son d emasiado in gratos p ara feli-citarse publicamente de nuestra proteccion. Pero no dicen nada,10 que viene a ser 10 mismo".

    Mas la naturaleza no dice ni si ni no. Ella no sabe pensarpo r contrarios ni o posicion : ella se calla . Los pensa rnien tos dicenno; las maquinas dicen no, adustas ideas que aprisionan entre sus

    ga rra s un trozo de b ronce 0 de acero.Originalmente el sabio era libre en el dominic virgen que

    habra elegido, bajo dos condiciones: debra dar una cuenta exacta;

    Leyenda de la verdad

    de los resultados que obterua al tratar a la naturaleza por una rna-quina; su pensamiento debra ofrecer desde el primer in stante unaspecto razo nab lemente civ ico , Pero las So ciedades ilu stradas so ntrad icion alistas y, a la generacion siguiente, u na te rcera con dicio nvino a afiadirse a las otras dos: era preciso que las teorias nuevasse mantuviesen de acuerdo con las de los cofrades difuntos, Deafio en afio se fue estrechando la trama: razones ocultas resist iansordamente a las tentativas demasiado personales. Llegaba uncritico que las ponfa de manifiesto: la primera contradiccionarrojaba por tierra el nuevo entramado. Fue Descartes muertoquien convenci6 a Newton de error, y no el sol, al que en nadapreocupa si emite por relacion a los hombres pequerusimas partr-culas 0 rapidisirnas ondas.

    En mas de un caso, sin duda, el recien venido invirtio lasafirmaciones de sus predecesores. Eso fue, se dice, porque habraencontrado un hecho nuevo e irreductible. Pero esto nos remitea las maquinas. Porque ese hecho, como ya 10 he dicho, esta fa-bricado por ellas. Ahora bien, entre una afirmacion teorica y lasmaquinas, el sabio p ued e e legir siemp re : pero, prec isamen te, eligesiempre estas ultimas, porque son 10 qu e hay de mas tradicio nalen la ciencia. Bajo su divisa oficial "Salvar los fenomenos" yo ad i -vino la formula secreta "Salvar los Instrumentos" .. Su fuerza estaahi', porque no es a tal 0 cual enunciado cuyo autor pudiera aunser encontrado al que han otorgado su fe, sino a los mas oscuros,a los mas antiguos basamentos, a los procedimientos, a las medi-das, a conceptos tan comprometidos que han devenido invisibles,a 10 esen cia l en fin: 10 que no fue inventado por nadie. No recha-zan, a fin de cuentas, mas que la obra de los hombres que no se

    olv idan bastante , de los malos ciudadanos.Asr g uardaban en cad enadas su s fue rzas ce losas y furiosas

    de aprob acio n, e l orgullo , la colera, l a ciega y violenta parc ialidad,la injust ic ia , todo 10 que hace de la adhesion una obscena y gozo-sa bacanal, todo 10 q ue con dicio na un pensamiento fu erte =-inc lu-so, ay, el amor. La multitud, la multitud sola opinaba en su inte-rior con un sordo murmullo; y ninguno considero jamas los pensa-mientos que producian mas que desde el punto de vista de otro.

    La ciudad tome cuidado de estos huerfanos, los educe con

    21

  • 8/4/2019 Sartre 1929 Leyenda de La Verdad

    12/12

    -------- --~------------

    22 Leyenda de fa verdad Leyenda de fa verdad 23

    sus dedos puros. No hay nadie que no los hay a podido ver a horafija, pasar en mas por lascalles en el ingrato esplendor de su be-Ileza. Entonces cada uno se deterua con respeto, paseando sus mi-radas por los uni forrnes sombnos, s in poder f ij ar las sobre ningunrostro. Pero nadie se incline jarnas sobre ellos con ternura, pen-sando : "Es mi hijo".

    Aqui' me detengo: una grande y pesada paz teina sobre elmundo , Ia q ue saben establecer los pueblos con quistadores. To doesta tranquilo. Los indigenas de mares lejanos envian en tributoel ambar y Ia purpura; 1 0 seco y 1 0 humedo, 1 0 calido y 1 0 frfopagan i ndistintamente el irnpuesto de 1 0 verdadero. Los militaresy los sabios no tienen otro recurso para divertirse que ajustar lasfronteras, los unos provocando insurrecciones para poder repri-mirlas, los otros cazando con verde red los atornos disidentes. Laciudad se aburre en el centro de sus conquistas, con la mirada fijasob re esta tierra inmensa y multicolor qu e supo dos veces red ucir.

    Ellector sonde: "Usted nos habla de una epoca muy leja-na y de juegos de nifios, Ha pasado el tiempo de la fe del carbo-nero. Le dire que con respecto a las verdades cientificas, cada unoconserva hoy su afectada reserva. Deberia cantar mas bien el pro-greso y el paso de esta barba rie a nuestras luces".

    Lo hare. Contare el nacimiento de 1 0 probable, mas verda-dero que 1 0 verdadero, con su cortejo de filosofos. Cantare a estehijo tardio venido del Hastic y de la Verdad.

    Pe ro esa es una ley end a para gran des.

    social, la democracia), "Leyenda de 10 probable" (10 probable representabala filosofla abstracta y su correia to social, la aristocracia) y "Leyenda delhombre solo" (donde se exponfa el campo, superior a los anteriores , d e lain d agacion filosofica individual y concreta y la actitud social anarquista).

    En el segundo volurnen de las memorias de Simone de Beauvoir(La Force de I 'age, Paris: Gallimard 1960, pp. 49-50) s e l ee e st e c em en ta-r io : " [Sar tre J admiraba los mitos, a los que, por razones antilogas, habfa re-currido Platen, y no va ci iab a e n i mi tar lo s. Pero e stc procedimiento desacos-tumbrado Irnpon ia a su .batallador pensamiento enojosas limitaciones quese reflejaban en el envaramiento de su estilo. Algo de nuevo, sin embargo,s urgfa ba jo esta armadura; en La legende de Ia verite se anunciaban las masrecientes tcorfas de Sartre; ya vinculaba los diversos modos del pensamien-to a las estructuras de los grupos humanos. "La verdad procede del comer-cio ", escribfa ; ligaba el comercio a la democracia; cuando los ciudadanosse consideran como intereambiables, se obligan a ernitir sobre el mundo jui-cios iden ticos, y la ciencia expresa este acuerdo de sus espfritus. Las elitesdesdefian esta universalidad; forjan, para su solo usa, esas ideas que se de-nominan generales y que no alcanzan mas que a una ineierta probabilidad.Sartr e d etes ta ba tod av ia mas esas ideologfas de capilla que el unanimismo

    de los cicntfficos. Reservaba su sirnpatfa para los taumaturgos, que, exclui-dos de la Ciudad, de su logica, de sus matemdticas, vagan s oli ta ri os p or lu-gares salvajes y, para conocer las cosas, no dan crcdito mas que a sus ojos,Asf otorgaba unicamente al artista, al eseritor, al filosofo, a aquellos aquienes llamaba "los hombres solos", el privilegio de captar en vivo la rea-lidad".

    Al mismo tiempo que formula, ya desde los inicios de la pro duccionintelectual sartr iana, la idea de la filosoffa como mensaje de salvaclon,este eserito juvenil se caracteriza por ser el unico en el que se fundenenterarnente en uno los dos proyectos de creaclon literaria y creacion filo-sofica que Sartr e luego , sin menoscabo de Ia unidad basica de su obra, secuidarfa de separar convenientemente. En su autoblograffa filmada de1977, e l p ro pio autor se refiere a La legende de la verite como "una especiede ensayo de encontrar una relacion entre literatura y fllosoffa", a proposi-to de 10 cual "al presen te ... he cambiado por complete, No pienso que la

    filosoffa pueda expresarse litcrariamente. Debe tratar de 10 concreto ... Pe-ro tiene un lenguaje tecnico que es preciso ernplear " (SARTRE. Un filmrealise par Alexandre Astruc et Michel Contat. Paris: Gallimard, 1977,pp.4142).

    EI fragmento aquf traducido fue publicado por recorncndacion dePaul Nizan en la revista Bifur, numero 8, junio de 1931, pp. 77-96. (EI rna-nuscrito completo de la obra La legende de la verite habfa s ido terminadopor Sartre en 1929). Posteriormente este fragrnento fue reimpreso comoapen dice en las pdgmas 531-545 dellibro de M. Contat, M. Rybalka, Lesdcrits de Sartre. Chronologie, Bibliographie commentee , Paris, 1970, por laEditorial Gallimard, que ha cedido a Teorema los derechos de la versioncastellana.

    Traduccion de Carmen Garcia Trevijano

    N. del T. Este ensayo constituye la unica porcion publicada de unao br a m as ar np li a, La legende de la verite, que Sartre compuso en su juven-tud y ha quedado en 10 dermis inedita. Esta "extrafia mezcla de filosoffa ,mito y literatura ", como la denomina Istvan Meszaros. constaba de tres par-tes: "Leyenda de 10 cierto " (10 cierto representaba la ciencia y su correlato

    ~