Sara Jane

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Muchas veces nosotros nos acostumbramos a la presencia de Dios y con eso perdemos la alegría de compartir la mesa (comunión) con nuestro Dios. Nuestros tiempo con él ya no es como antes, pero el Padre usa todo lo que está a nuestro alrededor para enseñarnos sobre él. Nuestra vida con Dios no puede depender de las circunstancias, cuando todo me va bien estoy con él, pero en la aflicción busco en otras partes, ó al contrario sólo lo busco en los momentos de aflicción. Tengo una mascota (Molly) que me ha hecho ver esta verdad en la práctica. Vivimos en una urbanización y siempre que la saco a pasear hay un trecho donde la dejo libre sin cadena, pero hay otras partes donde pasan los autos y por eso le enseñe que no debe pasar sin la cadena. Eso se repite a cada salida, pero estos días salí con ella a las 12:30 a.m., y a esa hora ya no hay movimiento, entonces puedo dejarla tranquila sin cadena, pero me llamó la atención que cuando íbamos por todo el paseo ella estaba feliz sin la cadena, pero al llegar a esa parte donde siempre le pongo la cadena como ya era la 1:00 a.m. yo ni me preocupe en ponersela. Y así ni me preocupe y seguí caminando, pero cuando miro hacia tras, ella no caminó, se quedó allá sentada, yo la llamé muchas veces pero ella se sentó esperando que le ponga la cadena y cuando yo ya estaba enojada con ella y lista para regañarla Dios me hizo comprender que eso es en la práctica lo que sucede con nosotros en nuestra vida devocional (tiempo con Dios). Cundo todo está bien no nos preocupamos con los dardos de Satanás (los carros), parece que no necesitamos la presencia de Dios (cadena), cantamos que vivimos para él y con él pero no queremos estar ligados a él. Molly se quedo allí hasta que yo fuí por ella y le puse cadena, sólo entonces ella dio un brinco y caminó tranquila. Salí de ese paseo con mi fe renovada y dispuesta a luchar para mantenerme encadenada a mi Dios, la cadena es un privilegio de estar caminando con él. Espero que mis ojos se abran a cada día para no acostumbrarme a la presencia de Jesús para perder la sensibilidad de sentir su presencia. Que nuestro corazón pueda arder en su presencia y lo busquemos más y más a cada día. No se acostumbre a la presencia de Jesús Lucas 24:15, 31-32 (LBLA) "Y sucedió que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero El desapareció de la presencia de ellos. Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?" Por: Sara Jane (Misionera de la JMM)

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Experiencia de Sara Jane en Medellín, su campo misionero.

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  • Muchas veces nosotros nos acostumbramos a la presencia de Dios y con eso perdemos la alegra de compartir

    la mesa (comunin) con nuestro Dios. Nuestros tiempo con l ya no es como antes, pero el Padre usa todo lo

    que est a nuestro alrededor para ensearnos sobre l. Nuestra vida con Dios no puede depender de las

    circunstancias, cuando todo me va bien estoy con l, pero en la aiccin busco en otras partes, al contrario

    slo lo busco en los momentos de aiccin.

    Tengo una mascota (Molly) que me ha hecho ver esta verdad en la prctica. Vivimos en una urbanizacin y

    siempre que la saco a pasear hay un trecho donde la dejo libre sin cadena, pero hay otras partes donde pasan

    los autos y por eso le ensee que no debe pasar sin la cadena. Eso se repite a cada salida, pero estos das sal

    con ella a las 12:30 a.m., y a esa hora ya no hay movimiento, entonces puedo dejarla tranquila sin cadena, pero

    me llam la atencin que cuando bamos por todo el paseo ella estaba feliz sin la cadena, pero al llegar a esa

    parte donde siempre le pongo la cadena como ya era la 1:00 a.m. yo ni me preocupe en ponersela.

    Y as ni me preocupe y segu caminando, pero cuando miro hacia tras, ella no camin, se qued all sentada, yo

    la llam muchas veces pero ella se sent esperando que le ponga la cadena y cuando yo ya estaba enojada con

    ella y lista para regaarla Dios me hizo comprender que eso es en la prctica lo que sucede con nosotros en

    nuestra vida devocional (tiempo con Dios).

    Cundo todo est bien no nos preocupamos con los dardos de Satans (los carros), parece que no necesitamos

    la presencia de Dios (cadena), cantamos que vivimos para l y con l pero no queremos estar ligados a l. Molly

    se quedo all hasta que yo fu por ella y le puse cadena, slo entonces ella dio un brinco y camin tranquila.

    Sal de ese paseo con mi fe renovada y dispuesta a luchar para mantenerme encadenada a mi Dios, la cadena es

    un privilegio de estar caminando con l. Espero que mis ojos se abran a cada da para no acostumbrarme a la

    presencia de Jess para perder la sensibilidad de sentir su presencia.

    Que nuestro corazn pueda arder en su presencia y lo busquemos ms y ms a cada da.

    No se acostumbre a la presencia de Jess

    Lucas 24:15, 31-32 (LBLA)

    "Y sucedi que mientras conversaban y discutan, Jess mismo se acerc y

    caminaba con ellos.

    Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero El desapareci

    de la presencia de ellos. Y se dijeron el uno al otro: No arda nuestro

    corazn dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos

    abra las Escrituras?"

    Por: Sara Jane(Misionera de la JMM)