RWilliams_Sociologia de La Cultura Cap 1

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Paidós Comunicación/4 Últimos títulos publicados: 10. P. Pavis - Diccionario del teatro 11. L. vilches - La lecrura de la imagen 12. A. Kornblit - Serniótica de las relacionesfamiliares 13. G. Durandin - La mentira en la propaganda política y en la pubiicidad 14. C. Morris - Fundamentos de la teoria de los signos 15. R. Pierantoní - El ojo y la idea 16. G. Deleuze - La imagen-movimierüo. Esrudios sobre cine 1 17. J. Aumont y otros - Estética dei cine 18. D. McQuail -Introducciân a la teoria de la comunicación de masas 19. V. Mosco - Fantasias etectrõnicas 20. P. Dubois - Ef acto fotográfico 21. R. Barthes - Lo obvio y lo obtuso 22. G. Kanizsa - Gramática de la visiôn 23. Costa - La crisís de la televisión pública 24. O. Ducrot - El decir y lo dicho 25. L. Vilches - Teoria de la imagen penodisuca 26. G. Deleuze - La imagen-tíempo. Estudios sobre cine 2 27. Grupo - Retórica general 28. R. Banhes - EI susurro dellenguaje 29. N. Chomsky - La nueva sintaxís 30. T. A. Sebeok y J. Umiker-Sebeok - Sheriock Holmes y Charles S. Peírce 31. J. Martínez Abadía - íntroduccion a la tecnologia audiovisual 32. A. Sohn, C. Ogan y J. Polich - La direccion de la empresa períodistica 33. J. L. Rodríguez Illera - Educación y comunicaclon 34. M. Rodrigo AIsina - La construccián de la noticia 35. L. Vilches - Manipuíacion de la información televisiva 36. J. Tusón - Elluju dellenguaje 37. D. Cassany - Describir el escrihír 38. N. Chomsky - Barreras 39. K. Krippendorff - Metodología de análisis de contenido 40. R. Barthes - La aventura semiológica 41. T. A. van Dijk - La noticia como discurso 42. J. Aumont y M. Mune - Análisis delfilm 43. R. Banhes - La câmara lúcida 44. L. Gomis - Teoria dei periodismo 45. A. Mattelart - La publicidad 46. E. Goffman - Los momentos y sus hombres 47. l.-C. Carriêre y P. Bonitzer - Prácüca dei guión cinematográfico 48. J. Aumont - La imagen 49. M. DiMaggio - Escribir para televisiân 50. P. M. Lewis y 1. Boorh - El media ínvisíbie 51. P. Weil- La comunicación global 52. J. M. Floch - Semiõtica, comunicación y marketing 53. M. Chion - La audiovísián 56. L. Vilches - La teíevísíán 57. W. Litt1ewood - La en.senanza de la comunicación oral 58. R. Debray - Vida y muerte de la imagen Raymond Williams Sociología de la cultura Ediciones Paidós Barcelona-Buenos Aires-México

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sociología de la cultura

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PaidósComunicación/4

Últimos títulos publicados:

10. P. Pavis -Diccionario del teatro11. L. vilches- La lecrura de laimagen12. A. Kornblit -Sernióticade las relacionesfamiliares13. G. Durandin- La mentiraen lapropagandapolítica y en lapubiicidad14. C. Morris - Fundamentosde la teoria de lossignos15. R.Pierantoní- El ojo y la idea16. G. Deleuze -La imagen-movimierüo.Esrudiossobrecine 117. J. Aumont y otros- Estéticadei cine18. D. McQuail -Introducciâna la teoria de la comunicaciónde masas19. V. Mosco -Fantasiasetectrõnicas20. P. Dubois -Ef actofotográfico21. R. Barthes- Lo obvio y lo obtuso22. G. Kanizsa -Gramáticade la visiôn23. pNセoN Costa -La crisísde la televisiónpública24. O. Ducrot -El decir y lo dicho25. L. Vilches - Teoria de la imagenpenodisuca26. G. Deleuze- La imagen-tíempo.Estudiossobrecine 227. Grupo セ - Retóricageneral28. R. Banhes- EI susurrodellenguaje29. N. Chomsky- La nuevasintaxís30. T. A. Sebeoky J. Umiker-Sebeok- SheriockHolmesy CharlesS. Peírce31. J.MartínezAbadía- íntroducciona la tecnologiaaudiovisual32. A. Sohn,C. Ogan y J. Polich - La direccionde la empresaperíodistica33. J.L. RodríguezIllera - Educacióny comunicaclon34. M. RodrigoAIsina - La construcciánde la noticia35. L. Vilches - Manipuíacionde la informacióntelevisiva36. J. Tusón- Elluju dellenguaje37. D. Cassany- Describirel escrihír38. N. Chomsky- Barreras39. K. Krippendorff- Metodologíade análisisde contenido40. R. Barthes- La aventurasemiológica41. T. A. van Dijk - La noticia comodiscurso42. J. Aumont y M. Mune - Análisisdelfilm43. R. Banhes -La câmaralúcida44. L. Gomis- Teoria dei periodismo45. A. Mattelart- Lapublicidad46. E. Goffman - Los momentosy sus hombres47. l.-C. Carriêrey P. Bonitzer- Prácücadei guión cinematográfico48. J. Aumont - La imagen49. M. DiMaggio - Escribir para televisiân50. P. M.Lewis y 1.Boorh -El mediaínvisíbie51. P.Weil- Lacomunicaciónglobal52. J. M. Floch - Semiõtica,comunicacióny marketing53. M. Chion - La audiovísián56. L. Vilches - La teíevísíán

57. W.Litt1ewood- La en.senanza de lacomunicaciónoral58. R. Debray- Vida y muertede la imagen

RaymondWilliams

Sociologíade la cultura

セ EdicionesPaidósBarcelona-BuenosAires-México

1. Bacia una sociologia de la cultura

La sociologia dela cultura, en sus formas más recientes yactivas, debe entenderse como una convergencia de intereses y mé-todos muy diversos.AI igual que otras convergencias, incluyepor lo menos tantas colisiones y fricciones como genuinos puntosde entendimiento. Actualmente trabajan enel1a tantas personasy en tantos países, que esta área ha entrado en una nueva fase.

Dentro de las categorias tradicionales,la sociologia dela cul-tura está considerada como un área discutible. Enla serie decampos habituales en los que trabajala sociologia,la sociologiade la cultura está situada, en todo caso, en uno de los últimos:no sólo vadespuésde los severos temas referidos ac1ases,índus-tria y política, familia o delincuencia, sino que encabeza unaespecie de cajón de sastre, tras los campos más definidos delasociologia dela religión, de la educación y deI conocimiento.

Parece, por tanto,subdesarrol1ada,y así es. No por una ver-

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daderacarenciade estudios específicos,aunqueaquí, como enotras partes, queda mucho por hacer. Sucedemás bien que,hastaque no se lareconozcacomo elámbitode unaconvergenciay como la problemáticade esta mismaconvergencia,la reacci6nhabitual, incluso aunquesea favorable (y esto escomparativa-mente raro entre la generaci6nde másedad,ya establecida),esconsiderariaapenascomo algo más que unagrupamientodifusode estudiosespecializados,ya seansobre comunicaci6n(en suforma específicamoderna: «los medias decomunicaci6n»)o so-breel campodiferenciadode especializaci6nque conocemos como«las artes» .

Por supuestoque considerarestas estudios como especializa-dos en un sentido práctico y operativo es bastanterazonable.Peraconsiderariascomo marginaleso periféricoses algo diferen-te. La convergenciamodernaque encarnala sociología contem-poráneade la cultura, es, de hecho, unintento de reformular,desde unconjunto específico deintereses,aquellasideas socialesy sociol6gicas generalesdentrode las cuales ha sidoposiblecon-siderar la comunicaci6n,el lenguajey el arte comomarginalesyperiféricos,o, en el mejor de los casos, como procesos socialessecundariasy derivados.Una sociologíamodernade la cultura,ya sea en sus estudios específicos o en susaportacionesa unasociología másgeneral,tendrácomo objetivo primero el investi-gar, activa yabiertamente,acercade estas relacionestransmitidasy asumidas,asícomo acercade otrasrelacionesposibles y demos-trables. Como tal, nos610 volverá de estamaneraa reformularsu propio campo,sino queplantearánuevascuestionesy aportaránuevaspruebasparael trabajogeneralde las ciencias sociales.

«Cultura»

Tanto el problemacomo el interésde la sociología de la cul-tura puedenpercibirsede inmediatoen la dificultad implícita desu término aparentementedefinitorio: «cultura».La historia y eluso de estetérmino excepcionalmentecomplejopuedeestudiarseen Kroeber y Kluckhohn (1952) y Williams (1958 y 1976). Estetérmino empiezapor designarun proceso-Ia cultura (cultivo)de granaso (cría y alimentaci6n)de animales,y por extensi6nlacultura (cultivo activo) de la mentehumana-y, a finales deisigla XVIII, especialmenteen alemány en inglés, acabapor desig-

nar una coniiguraciôn o generalizaci6ndei «espírita»que con-formaba«todo el modo de vida» de unpuebloen particular.Her-der (1784-1791)utiliz6 por primera vez el significativo plural,«culturas»,paradistinguiriadeliberadamentede cualquiersentidosingular,o como diríamosahora,unilineal, de «civilizaci6n». EIamplio término pluralista fue, por lo tanto, especialmenteimpor-tanteen el desarrollode la antropologíacomparadadei siglaXIX,

la cual hacontinuadodesignandouna forma devida completaydiferenciada.

Pero además seplanteanpreguntasfundamentalesacercadela naturalezade los elementosformativos o determinantesqueproducenestasculturasdiferenciadas.Las respuestasalternativasa estaspreguntashan producidouna serie de Significados efecti-vos, tanto dentrode la antropologíacomo, por extensi6n,a partirde ella: desdela.antiguainsistenciaen un«espírituconformador»-ideal, religioso o nacional-hasta un énfasis másmodernoenuna «culturavivida», la cual ha sidoprimariamentedeterminadapor otros procesossocíales,ahoradiversamentedesignados, a me-nudo formas particularesde orden politico o econômico. En lastradicionesintelectualesalternativasy enfrentadasque han surgi-do .de esteespectro de respuestas,la «cultura», en sí misma,oscila, por tanto, entre una dimensi6n de referencia significativa.mente total yotra confiadamenteparcial.

Mientras tanto, en su uso másgeneral,seproduceun intensodesarrollodei sentidode «cultura»como cultivo activo de la men-te. Podemosdistinguir unagama de significados que va: desdeI)un estado desarrollado de la mente,como en el caso de«unaper-sanacon cultura»,«unapersonaculta»; hasta2) los procesos deeste desarrollo,como es el caso de los «intereses culturales» y las«actividadesculturales»;y 3) los medios de estos procesos,como«Ias artes» y «Iasobras humanasintelectuales»en la cultura.Este último es el significadogeneral más común en nuestrapropia época, aunquetodos seutilizan. Coexisten, a veces in-c6modamente,con el usoantropol6gicoy el sociol6gico--éste,sumamenteextendido--que indica «todo el modo de vida» deun pueblo diferenciadoo de algún otro grupo social.

La dificultad dei términoespor lo tantoobvia, perapuede serfructíferamenteconsideradacomo el resultadode tiposanterioresde convergenciade intereses.Podemosdistinguir dos tipos princi-pales: a) el quesubrayael «espirituconiormador»de un modo devida global, que se manifiesta entoda la gama deactividadesso-

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ciales,peraque es más evidente en lasactividades«especíâcamen-te culturales»: el lenguaje, los estilosartísticos, las formas detrabajo intelectual; y b) el que destaca «unorden social global»,dentro dei cual unaculturaespecificable,por sus estilos artísticosy sus formas de trabajointelectual,seconsideracomo elproductodirecto oindirectode un ordenfundamentalmenteconstituidoporotras actividadessociales.

Estas posiciones con frecuencia se clasifican como a)idealistay b) materialista,aunquedebiera seíialarse que en b) la explica-ción materialistase reservageneralmentepara otras actividades«básicas», relegando la«cultura»a una versión dei«espíritucon-formador» (por supuesto,ahoracon bases diferentes y no prima-rias sinosecundarias).Sin embargo, laimportanciade cada unade estas posiciones, encontrastecon otras formas depensamiento,consisteen que conduce necesariamente a un estudiointensivo delas relaciones entre actividades«culturales»y otras formas de vidasocial. Cada posición implica un método amplio: en a)ilustracióny clarificación dei «espírituconforrnador»como en las historiasnacionales de los estilos artísticos y las formas de trabajo intelec-tual que manifiestan, en relación con otrasinstitucionesy activi-dades, los intereses y valorescentralesde un «pueblo»: en b), laexploración que va desde elcarácterconocido o, susceptible deserlo, de un orden social general, hasta las formas específicas queadquierensus manifestacionesculturales.

La sociología de lacultura,ai comenzar la segunda mitad deisigla xx, secomponíafundamentalmentede trabajosrealizadosapartir de estas dos posiciones, gran parte de ellos con gran valorlocal. Cada posiciónrepresentabauna forma de esa convergenciade intereses que el propio término«cultura», con su persistenteespectro de énfasis relacionales, ejemplificanotablemente.Pera enlos trabajoscontemporáneosse vatornandoevidente una nuevaclase de convergencia, si bien cada una de las posiciones anterio-res aún se mantiene y sepractica.

Esta tiene muchos elementos en común con b), por su interésen un orden social global,perasediferenciade b) por su insisten-cia en que la«prácticacultural» y la «produccióncultural» (sustérminosmás reconocibles) no se derivan simplemente de un or-den social, porotra parteya constituído,sino que son, en sí mis-mas, elementos esenciales en supropiaconstitución.Comparte, porlo tanto,algunos elementos con a), por su énfasis enconsiderarlasprácticas culturales (aunque ahora también se incluyen otras)

como constitutivas.Pera,en lugar dei «espírituconformador»quese considerabaconstituyentede todas las demásactívidades,con-sidera la cultura como el sistema significantea través dei cualnecesariamente(aunqueentre otros medias) unorden social secomunica, Sereproduce, se experimentay se investiga.

Existe, por lotanto, alguna convergenciaprácticaentre I) lossentidos antropológicos y sociológicos de lacultura como «todoun modo devida» diferenciado,dentrodei cual, ahora, un «siste-ma significante»característicoseconsiderano sólo como esencial,sino como esencialmente implicado entodaslas formas deactiví-dad social, y 2) el sentido más especializado, si bien más corrien-te, deculturacomo «actividades intelectuales yartísticas»,aunqueéstas,a causa dei énfasis sobre un sistema significante general, sedefinen ahora con mucha másamplitud, para incluir no sólo lasartes y formastradicionalesde producciónintelectual,sino tam-bién todas las«prácticassignificantes»-desdeel Ienguaje, pasan-do por las artes y la filosofía, hasta elperiodísmo,la moda y lapublicidad-que ahoraconstituyeneste campo complejo y nece-sariamenteextendido.

Este libra está escritodentro de los términos de esta conver-genciacontemporánea.En algunos de suscapítulos,especialmenteel 4, 5, 7 Y8, seconsiderancuestiones de ámbito general. En susotros capítulos,aunqueconsciente dei campo general, se concen-tra deliberadamenteen «Ias artes» en su sentidotradicional máscomún. Donde eltrabajode la nueva convergencia se ha llevadoa cabo mejor y con mayorfrecuencia,ha sido en la teoría generaly en los estudios sobre la «Ideologia», o en sus nuevas áreas espe-cíficas de interés, como los «medias decomunicacién»y la «cultu-ra de masas«[«popular culture»]. Existe, por lo tanto, no sóloun vacío que se debe llenar, en estas nuevos términos, sino tam-bién, a partir de lacalidadde algunos de los estudios sobre el arterealizados desde otras posiciones, una sensación de desafio: enefecto, una sensación de que tal vez, sobre todo en esta área toda-vía fundamental,deben serevaluadaslas cualidadesde las formasde pensamientorepresentadaspor esta convergencia contempo-ránea.

i,Por quê una «sociologia» de la cultura?

De lo dicho sedesprendecon claridadque en esta convergen-cia contemporânea,con su extensióndeliberaday su interconexión

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de los hastaahoraseparados(aunquesiemprerelacionados)sen-tidos de cultura, lo que ahorase denominacon frecuencia«estu-dios culturales»,es yauna ramade Ia sociologíageneral.Pero esmás unaramaen el sentidode un mododíferenciadode entradaen cuestionessociológicas generales que en elsentidode un áreareservadao especialízada.AI mismo tíempo,si bien es una clasede sociología queconcentrasu interésen todos los sistemas sig-nificantes, estánecesariay centralmentepreocupadapor Ia pro-duccióny Ias prácticasculturalesmanifiestas. Suenfoqueintegralrequiere,como veremos, nuevos tipos deanálísissocial de instí-tuciones yformacionesespecificamenteculturales.y Ia investiga-ción de Iasrelacionesexistentesentre éstasy, por una parte, losmedios materialesde produccióncultural, y, por otra, Ias formasculturalespropiamentedichas. Lo que haceconfluir estos elemen-tos es, específicamente,una socíología,pero, en función de Iaconvergencia,una sociología de nuevo tipo.

Ya hemos visto Iasdiferenciasteóricasentreéstay otras for-mas anterioresde convergencia.Ahora podemosindicar, aunquesólo seaesquemáticamente,Ias formas históricas que adquirióeste desarrollo.La nuevasociologia de Iacultura puedeconside-rarse comouna convergencia,y hastacierto punto como Ia trans-formación de dostendenciasbien definidas: una dentro deI pen-samiento social general y, más adelante,específicamentede Iasocíología,Ia otra dentro de Ia historia y el análísiscultural. Po-demos seiíalar brevementeIas contribucionesprincipales dentrode cadauna.

Las «cienciasculturales»y la sociología

FueVíco, en suLa nuevaciencia (1725-1744),el queinfundióa Ia vez unanuevaconfianza yuna direcciónparticularaI pensa-miento social, con suargumentode que «elmundode Iasociedadcivil ha sido atodasluceshechopor los hombres.. y deque«pues-to que loshombreslo han hechopuedenalbergaresperanzasdeconocerlo».Aquello que hastaentoncesera unargumentogeneralacercade Ia valídez de todas Ias ciencias sociales fuepuestoespe-cialmentede relíevepor Ia ideade Vico debuscarlos «principios»de Ia sociedadcivil «dentrode Iasmodificacionesde nuestrapro-pia mentehumana»,puestoque si Ia mentehumanaes modiiica-da, en y a través deIdesarrollosocial, se hacenecesarioun interés

de los estudios socialespor examinarIas formasculturales-paraVico, especialmente,el lenguaje-a travésde Ias cuales se mani-fiesta el desarrollosocial.

Esto apareceigualmenteen Herder(1784-1791),quienafiadióel conceptode formasculturalesespecíficas, pero en elcontexto,ya comentado,deI «espíritu conformador».Existen claras líneasde continuidadtanto de Vico como deHerderen Dilthey (1883),quienestablecióuna distinciónimportanteentre«Ias ciencias de Iacultura» (Geisteswissenschaften)y Ias «cienciasnaturales», Dilt-hey caracterizabaIas ciencias de Iacultura por el hecho de quesu «objeto deestudio»era creadopor los sereshumanos;elobser-vador observaprocesos en los cualesél mismo participa necesa-riamente,y por lo tanto es inevitable Ia existenciade diferentesmétodospara establecerpruebase interpretaciones.Dilthey defi-nió especificamenteel método a través deI difícilconceptode«verstehen»-una«comprensiónsimpática»o una «aprehensiónintuitiva» de Ias formashumanassociales yculturales-mientrasque aI mismo tiempoinsistía en que todos esosestudiosdebíanser históricos. Esta orientaciónse transmitió aI trabajo de MaxWeber y, a través deél, a una de Iastendenciasde Ia sociologíamoderna.

Pero tambiénestabancontribuyendoa Ia formaciónde Ia mo-derna sociología ideasbastantediferentes.Estas subrayabaneldescubrimiento,por el método diferente de Ia observaciónobje-tiva y el registro (con frecuenciapor analogía con Ias cienciasnaturales),de Ias leres de Ia organizaciónsocial. Cada una deestas tendenciastenía sus puntos fuertes y susdebilidades.Elmétodo deI «verstehen»podía ser bastanteinsuficiente para Iaexplícación,o podía recaeren el recurso (teóricamentecircular)deI «espírituconformador»,El métodode Iaobservaciónobjetiva,aun acumulandodatasempíricosindispensables,no era con fre-cuencialo bastanteconscientede Ia naturalezade algunos de losprocesosculturalesmenos tangibles,de éstoscomo elementosdeIa historiay, crucialmente,de los efectos que tiene sobre Ia obser-vación Ia situaciónespecífica social ycultural deI observador.

Estos problemas,en formas másrefinadas,han continuadopreocupandoa Ia teoria sociológica,pera sus efectos sobre IaSO·

ciología de Iacultura son ahoramuy importantes.El estudio deIas formas ytrabajosculturalescontinuó,por una afinidadobvia,siendo practicadopor los exponentesdeI «verstehen»,Por otraparte,derttro de Iacomentesociológicaprincipal, los hechos cul-

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turalesmás reductiblesai análisisobservacionaleran fundamen-talmentelas institucionesy los «productos»culturalesde las ins-tituciones. Dentro de la sociología engeneral,éstos fueron losinteresespersistentesde las dos convergenciashistóricasanterio-res. Cada una de ellas realizó unaimportantecontribución,perosu comunicaciónfue escasa y, enverdad, casi literalmente,nopudieronentablarningún diálogo.

1. Contribuciones de la sociología observacional

Así encontramosen la tradición dei análisis observacional(que en Inglaterray en los Estados Unidos seconsideracon fre-cuenciacomo sociologíatout court) un interéscreciente por lasinstitucionesculturales,en el momento en que, gracias a los desa-rrollos sociales recientes de laprensamoderna,dei cine y de laradio y de la televisión, surgeninstitucionesmayores y sus pro-duetos, quepodíanestudiarsepor medio de métodos ya general-mente accesibles. En estatradición, y antes de estedesarrollo,lasociología de lacultura se había concentradosignificativamenteen las áreas yainstitucionalizadasde la religión y laeducación.Puedendistinguirsetres clasesprovechosasde estudios: I) el delas institucionessociales y económicas decultura y, como alter-nativa, las definiciones de sus«productos»: 2) el de su con-tenido y 3) el de sus efectos.

1.1 Las instituciones

Se han hecho muchos estudios sobre lasinstitucionesmoder-nas decomunicacióndentro de una perspectivaexplícitamentesociológica (funcional). Como ejemplos véanse Lasswell(1948),Lazarsfeldy Merton (1948), Lazarsfeldy Stanton(1949). Otrosestudios acerca de las mismasinstitucionescombinanel análisisinstitucional con algo dehistoria -White (1947)- o con unaargumentacíônsocial general -e-Síebert, Petersony Schramm(1956). Es significativo que en esta área de los estudiosínstitu-cionales han sidodirectao indirectamenteplanteadosalgunos delos ínterrogantesmás importantesacerca de lanaturalezade lainvestigaciónsociológica.Gran parte dei trabajo norteamericano

anterior,muy desarrolladoempíricamenteen sus conceptos opera-tivos inmediatos,fue lIevado a cabodentro de una aceptaciónrelativamenteacrítica de la sociedad de mercado, en la que lasfunciones generales«comerciales»y de «socialízación»podíansu-ponerseinteractuanteso en conflicto.Tambiénera común descri-bir esta sociedad de mercado, apartir de una interpretaciónde lasociedad moderna,como una «sociedadde masas», en la cualdiferenteselementos, tales como losauditoriosamplios, larelativa«impersonalídad»de la transmisióno el «anonimato»de la recep-ción, y la «heterogeneidaddesorganizada» de las sociedades «de-mocráticasy comerciales» sefundíany en verdadseconfundían.Esta presuncióncondujoa la denominacióny a la metodología dela «mass communication» research,que aúndominala sociologíaortodoxa de la cultura. Para una crítica dei concepto y de susefectos, véase Williams (1974).

Irónicamente,el mismo concepto ydesignaciónresultabanma-nifiestos en estudios dediferente tipo, en los cuales seutilizabantécnicasobservacionalesy analiticascomparables,pero en el con-texto de unacrítica radical de lasinstitucionesy de sus funcionesen la sociedadcapitalista (una especificación de las formas par-ticulares de «socialización- y de «comunicación»dentro de unorden social y económico específico). Esta sociología explícita-mente propagandísticaestabapor supuestoen conflicto con laposición (sóloaparentemente)«neutrab de la faseanterior.Afia-día, necesariamente,elementos de análisis económico (de la pro-piedad de las Instituciones) y dehistoria política y econômica.Uno de losprincipalesejemplos es Schiller(1969), pero puedenverse tambiénWeinberg(1962), Murdock y Golding (1974)yelGlasgow University MediaGroup (1976).

Se han hechorelativamentepocos estudios sobre las moder-nas institucionesculturalesfuera de los camposdominantesde laprensa, la radio y la televisión, pero sobre cine véase Mayer(1948), y para enfoquesmás recientesAlbrecht, Barnetty Griff(1970). Estudios empíricos deinstitucionesculturalesmás anti-guas, utilizando procedimientostanto históricos como sociológi-cos, fueron realizados por Collins(1928), Beljame (1948), Altick(1957),Williams (1961) yEscarpit(1966).

1.2 El contenido

Los estudios sociológicos sobre el«contenido»cultural sehanI

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distinguido de otros estudios,por lo demáscomparables-sobrehistoria dei arte o de laliteratura-s-,por los presupuestosmeto-dológicos deianálisisobservacional.Así, el «análisisde conteni-do» se ha definido comouna «técnicade investigaci6npara ladescripci6nobjetiva, sistemáticay cuantitativadei contenidoma-nifiesto de lascomunicacioness(Wright [1959], 76). Este tra-bajo ha sido útil en dos áreasfundamentales:el análisis delos tipos de contenido -véanseBerelson (1950) y Williams(1962)-y de la selecci6n ydescripci6nde algunasfiguras socia-les, véaseLowenthal(1961). En el primer caso, elanálisisrequie-re necesariamenteprocedimientosde investigaci6nextensivosysistemáticos,en contrastecon el tratamientomásselectivoe incluoso arbitrario dei «contenido» en losestudiosno-socioI6gicos. Estose compruebatambiénen el último caso, en que lainvestigaci6ncultural sobre los«tipos»de ficci6npuedecombinarsecon un aná-lisis más amplio de la significaci6n social cambiantede algunasfiguras socialmente«típicas» (policiay detective,doctor,enferme-ra, sacerdote,delincuente,etc.).

EI análisis de contenidoha sido confrecuenciacriticado porsus hallazgos«meramentecuantitativos»,pero sus datos,aunquecon frecuencianecesitanuna interpretaci6nulterior, son esencia-les para cualquier sociología de lacultura desarrollada,no s610en los modernossistemas decomunicaci6n,dondela gran canti-dad de trabajoslo haceninevitable,sino tambíénen otros tiposde estudiosmás tradicionales. .

1.3 Losejectos

Las contribucionesmás evidentesde la sociologíaobservacio-nal se han dado en el estudio de los efectos.Esta tendenciare-quiereen sí misma unanálisissocíolõgíco,puestoque enalgunosaspectosestá claramenterelacionadacon el caráctersocial de al-gunas institucionesmodernas,muy particularmenteen la publíci-dad y la investigaci6nde mercado,pero tambíénen las investiga-ciones sobreaudienciay en el sondeode lasopinionespolíticas.La financiaci6n '!e investigacionesde estetipo ha alcanzadounadimensi6na la que no seaproximaningunaotra áreade investi-gaci6n sociol6gica. Peroademáspodemosdistinguir entre dostipos de estudios: a) estudiosoperacionales,por lo generalnopublicados,que estudianlos efectoscomo indicadoresde políticainternay de decisíonesde marketing: estudiode «actitudes»en la

investigaci6nde mercado,estudiosde respuestasa los programasen las investigacionessobre radio y televisi6n, sondeospoliticosprivados sobre «temasde actualidad»;y b) investigacióncriticaen la cual los efectos de losprogramasque muestranviolencia ode emisiones deradio y televisi6nde carácterpolitico, o de otrasformas específicas deproducci6n son evaluadastanto por susefectos sociales específicos comogenerales,con frecuenciaen res-puestaa una preocupaci6npública manifiesta.Gran parte de loque ahoraconocemos,en un áreaaúnmuy difícil y controvertida,acerca de las clasesdiferentes de «violencia televisiva» y susefectosdiferencialessobrenifios de diferentessectores sociales, oacercade los efectos de losdiferentestipos deprogramaspolíticosde radio y televisi6n -declaracionesde los partidos, reportajeselectorales,definici6n de los«principalestemas deactualidad»-procedede este tipo deinvestigaci6n.Como ejemplosvéanseHim-melweit, Oppenheimy Vince (1958), Blurnlery McQuail (1968),y, más engeneral,Lazarsfeldy Katz (1955), Halloran (1970) yHalloran, Brown y Chaney(1970).

En Williams (1974), puedeencontrarseuna crítica de los «es-tudios sobre losefectos»que planteael interroganteacerca de lasnormas socialessobre las que sepresumeoperan estos efectos.AI misrno tiempodeberíarecordarseque en losestudiosculturalesno sociolôglcos, así como enmuchaspublicacionesgenerales, lacuesti6ndei efecto se planteacasi siempresin muchao ningunaevidenciay con frecuencias610 por afirmaci6n simple e inclusocasual.Aqui, como enotraspartes,la contribuci6nsociológíca,sibien requierepor lo generalcierta crítica y perfeccionamiento,haresultadoindispensable.

2. La tradición alternativa

Fuera de la sociologíaobservacionalse produjo una conver-gencia tempranaentre teorias sociales de lacultura y lo que ha-bían sido, másespecíficamente,teoríasy estudiossobre arte decarácterfilosófico, hist6rico y crítico. Especialmenteocurri6 asíen la tradici6n alemana,en la que sedesarrollaronvarias escue-las importantes,y también fue esto lo quesucedi6desde el co-mienzo en una tradici6n marxistamás general,que ha sido par-

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ticularmenteactiva y, debesubrayarse,diversificadaen losúltimosanos.

Antes M pasara estacomplejaáreamoderna,deberíamosob-servar ciertos ejemplosfundamentalesde historia y análisis cul-tural, que no podríamoslIamar sociológicos, pero en los cualesseexploraronprácticamenteciertosconceptosy métodoscruciales.Son sobresalientesentre ellos, además de lostrabajosde Vico yHerder, ya considerados,los de Ruskin (1851-1856y 1857) YBurckhardt (1878), junto con la obra de Dilthey (1976). Puededecirseque obras de esta elase, y existen muchos otros ejemplosposibles,comienzande forma másevidentea partir dei arte y dela cultura reales encuestión,y por lo tantopuedenineluirseen lahistoria o la crítica. Sin embargo,son diferentesde la historiay de la crítica generales dei arte entanto que introducende ma-nera consciente, si bien de formasvariadas, conceptossocialesactivos como elementosnecesariospara la descripción y el aná-lisis. Su solapamientocon la modernasociología de laculturaen la tradición alternativaresultaentoncesclara.

Los estudiosmodernosponen elénfasisen tres aspectos gene-rales: 1) lascondicionessociales dei arte; 2) elmaterialsocial delas obrasde arte; y 3) las relaciones sociales en lasobrasde arte.

2.1 Condiciones sociales dei arte

El estudio de las condicionessociales dei arte sesuperpone,evidentemente,con la estéticageneraly con algunas ramas de lapsicología, así como con lahistoria. Dentro de este estudio se da,efectivamente,una división teériea fundamentalentre enfoquesprincipalmenteestéticos y psicológicos,por una parte,y enfoquesprincipalmentehistóricospor la otra. Algunos trabajosdei primertipo evitan toda consideraciónsocial y se salen denuestrocon-texto presente.Pero existentendenciassignificativas basadasenlo fundamentalsobre datos«estéticos»y «psicológicos» que obien a) introducenlas condicionessociales comomodificadoresdeun procesohumanoque deotra forma podría considerarserela-tivamenteconstante,o bien b) construyenperíodosgenerales deculturahumanadentrode los cuales florecenciertostipos de arte.Ejemplos de laprimera incluyen a Read (1936) yotras obrasdeuna orientación generalmente«social-freudiana»;de la última,con algunosprecedentesen Nietzsche (1872) yFrazer(1890), seencuentranen Weston(1920), [ung (1933) y Frye(1957).

EI aspectocomúnmás interesantede este tipo detrabajo,quepor lo general se aparta decididamentede la socíologíay quecon frecuenciale es hostil, es surelación con una tendenciadeipensamientomarxistasobre el arte. Ni Marx ni Engelsescribieronsistemáticamentesobre arte, pero de susescritossehan deducidoimportantesposicionesteóricas,las másconocidasde las cualesse refieren a los análisis sobre elmaterial social y lasrelacionessociales en lasobrasde arte, y serándiscutidasmásadelante.Peraexisten otros estudiosmarxistassobre los orígenes y las tipologíasdei arte quepertenecenpropiamentea estaprimeradivisión. Entreestosestudios,a modo de ejemplo, seineluyen Plejanov (1953),que relacionael arte con los«instintos o impulsos primitivos»;Kautsky (1927), que relacionael desarrollodei arte con el com-portamientoanimal evolucionado;Caudwell(1938),querelacionael arte con el «genótipo»,y Fischer(1963). Algunos elementos deestos enfoques,combinados(como también en Caudwell) conorientacionesespecíficamentehistóricas, pueden observarseenLukács (1969) yMarcuse(1978).

Es importantedistinguir los estúdiosde estanaturaleza,y sub-rayar su posible valorJ en comparacióneon esa versión más es-quemáticade lascondicionessociales dei arte (confrecuenciade-nominada «sociologlsmo» o «relativismo sociológico»), que esmás comúnmenteasociadaai marxismo.Ningún estudiosobre elarte puedeen última instanciadescuidarlos procesos físicos y lasnecesidadesdei organismohumano,con las cuales(véaseel capí-tulo 4) estántan estrechamenterelacionadoslos medios de pro-ducción. Esos procesospuedenestudiarsedirectamenteen fisío-logía y psicologíaexperimental,pero entonces surge elproblemacentral de la variabilidad de las elases detrabajo producidosapartir de estas bases(presumiblemente)comunes,ante la eviden-cia de la antropologíay de la historia. Las correlacionesen estaárea, especialmenteen los trabajos no marxistas,pero tambiénen la mayorpartede losestudiosmarxistashastaahora,han ten-dido a procedermenos apartir dei análisis seguro de los datosque a partir de unaconceptualizaciónrelativamentea priori, porlo generalde un tipo estrictamentecontemporáneo,a la cual losdatos de que sedispone se afiaden atítulo ilustrativo. Este esespecialmenteel caso en laabstracciónde las«prácticasmágicas»o de los «motivos econômicos» o dei «simbolismosexual» comoexplicacionesgenéricas dei arte de otrasculturas. Todos estosconceptoshansido aplicados,sucesivamente,a laspinturasprehis-

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エ イ ゥ セ 。 ウ de .Ias cuevas, conresultadosdiferentespero siemprearbi-traríos. Mientras tanto, la abstracciónde un «instinto estético»aislado de sucontextoy de otras relaciones,ha suprimido,aun-que confrecuenciase hayaaproximadoai tema, todo elproblemade lasprácticasconexas perovariables.

En la importanteobra de Mukarovsky (1970) y deMorawski(1974),puedenhallarsesustancialescorreccionesteóricas de estosprocedimientos.En términos de la sociologia de lacultura, estaárea puedeahoraredefinírseteóricamentecomo unestudiode lassituacionesy de lascondicionesde lasprácticas(véase el capítu-lo 4). Debemos,pues,observarcon detalle las formas enque losprocesos biológicosrelativamenteconstantesy los medios de pro-ducción relativamentevariablesse hancombinadoen formas a lavez específicamentevariablesy especificamentecomparables,siem-pre dentro de situacionessociales (histórico-sociales) específicas.Sin embargo,en comparacióncon otroscuerposde especulaciónconceptual,esta fundamentalsociologia de lacultura apenashacomenzado.

2.2 El material social en las obras de arte

EI estudiodei materialsocial en lasobrasde arte ha sido muyextenso, y, con frecuencia, se considera simplemente comoelcontenidototal de una sociología de lacultura. Gran partede él,de hecho, es máspropiamentehistórico, pero incluye una formu-lación o presupuestosociológico fundamental.Esto sepuedeob-servar セ ウ ー ・ 」 ゥ 。 ャ ュ ・ ョ エ ・ en la teoriade «la base y lasuperestructura»,generahzadade forma efectiva a la cultura por Plejanov(1953).Los problemasque presentaeste conceptoson consideradosenWilliams (1977). Dentro de estatendencia,los «hechos» o la «es-tructura» básicade una sociedady/ o períododadosse percibeno se establecenpor medio de un análisisgeneral,y su «reflejo»en las obras propiamentedichas sehilvana más o menos direc-tamente.De modo que tanto el contenidocomo la forma de lanuevanovela realistadei sigloXVIII puedenser presentadoscomodependientesdei hecho yaconocido de la crecienteimportanciasocial de laburguesiacomercial.Como ejemploprobadoe influoyente de estemétodo,véase Lukács (1950).

2.3 Las relaciones sociales en las obras de arte

En supuntomáscomplejo,el análisis deimaterialsocial en elarte seextiendehastael estudio de las relacionessociales. Estosucedeespecialmentecuandola idea dei«reflejo» -segúnla cuallas obrasde arteencarnandirectamenteel materialsocial preexis-tente---- esmodificadao reemplazadapor la idea de«mediación».

La mediaciónpuedereferirseen primer lugar a los procesosnecesariosde composición,en un medio específico; como tal, indi-ca las relacionesprácticasentre las formas artisticasy sociales(véase másadelante).Pero'en sus usos más comunes se refierea lo indirectode la relaciónentre laexperienciay su composición.La forma de estecarácterindirecto se interpretade maneravaria-ble según losdiferentesusos deiconcepto.Así, por ejemplo, lanovela deKafka, El Proceso,puedeleerse desdediferentesposi-ciones: a) como unamediaci6n por proyecci6n:un sistema socialarbitrario e irracional no sedescribedirectamente,en suspropiostérminos. sino que seproyecta,en sus aspectosesenciales,cornoextraíio y ajeno; b) como unamediaci6n a través dei descubri-miento deUna «correlaci6n obietiva»:se componeuna situacióny unos personajesparaexpresar,de unamaneraobjetiva, los sen-timientos subjetivoso reales-una culpa inexpresable-de loscuales provieneel impulso original parala composición;c) comomediaci6n en tanto que funci6n de los procesos sociales funda-mentales de la conciencia,en la cual ciertas crisis que nopuedenaprehenderse directamente se«cristalízan»en ciertas imágenesyformas artistidasdirectas,imágenes que porconsiguienteiluminanuna condiciónbásica (socialypsicológica);no sólo la alienaciónde Kafka sino unaalienacióngeneral.En c) esta«condiciónbási-ca»puedeestarreferidade maneravariablea la naturalezade todauna época, de unasociedaddeterminadaen un períodoconcreto,o de un grupo particulardentro de esa sociedad en eseperíodo.Todosestos casos, pero másobviamenteel segundoyen particu-lar el tercero,son potencialmentesociológicos, peroimplican tiposde análisis muydiferentesdei rastreode lasrelacionesdirectasdecontenidoy de forma. Los análisis queutilizan estos conceptos ymétodospuedenhallarseen Benjamin(1969), Goldmann(1964),Adorno (1967a) y eltrabajocolectivo de laimportanteEscuela deFrankfurt (véaseIay, 1973).

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Formas

Ha existido cierta convergencia entre eI análisis deI materialsocial y eI de Ias relaciones sociaIes en Ias obras de arte y eIaná-lisis de contenido deI material de comunicaciones descrito ante-riormente. En su presunci6n de un contenido sistemáticamenterastreabIe, ya sea reflejado o mediado, tienen muchos puntos encomún, y entre ambos han producido muchos trabajos valiosos.Pero en los últimos anos se ha producido una convergencia demayor influencia, tanto en los estudios de arte como en los estu-dias de comunicación, en tornoaI concepto de «formas». Esteinterés aparece notabIemente teorizado y ejemplificado en Lukács(1971), GoIdmann (1975) y BIoch y otros (1977), donde tambiénlo encontramos vigorosamente debatido. Un tratamiento extensode este tipo de análisis social se hace en los capítulos 5 y 6.

Formasy relaciones sociales

A partir deI análisis de lo que puede ser definido, dentro deesta tendencia, como Ias formas sociaIes deI arte, ha tenido lugarun cierto desarroIlo deI análisis de Ias formaciones sociaIes corres-pondientes. Existe un buen ejempIo en GoIdmann (1964), y tam-bién los estudios clásicos de pioneros comoGramsci(l971)y Ben-jamin (1973). Aquí nuevamente se da una cierta convergencia coneI trabajo de una tradici6n más directamentesocioI6gica,y espe-cialmente (aunque entonces se pIantean muchos problemasteéri-cos) con Mannheim (1936 y 1956), así como con unacantídaddeestudios empíricos sobre grupos y condiciones específicas(véaseBeljame, 1948). La socioIogía de Iasformacionesculturales,y susrelaciones con Ia más ampliamentepractícadasocioIogíade Iasinstituciones,se estudia directamente en loscapítulos2 y 3.

Ideología

Falta sefialar un área especialmente importante y difícil de IasocioIogía de Ia cultura, que ha sido prominente y a veces domi-nante en Ia convergencia actual. Setrata deI conjunto de proble-mas asociados con eI difícil término de«ídeología».

«Ideologia»es un término indispensabIe en eI análisis sacio-lõgico, pera eI primer niveI de dificultad reside en si se utilizapara describir: a) Iascreencias formalesy conscientesde unacIase o de otro grupo social, como en eI uso común deI término«ídeolõgíco»para indicarprincipias generaIes o posicionesteórí-cas o, como con frecuencia se hace, con resultados poco favora-bIes,paraindicar los dogmas; o b) Iavisiôn deimundoo perspec-tiva general características de una clase o de otro grupo social,que incIuye creencias formaIes y conscientes, pera también actitu-des, hábitos y sentimientos menos conscientes y formulados, e in-cluso presupuestos, comportamientos y compromisos incons-cientes.

Queda claro, en primer lugar, que eI análisissocioI6gicode Iacultura debe con frecuencia, incluso fundamentalmente,trabajarcon eI sentido a). Es unavía principal por media de Ia cuaI sepuede relacionar Ia producci6n cultural, con frecuencia de formamuy precisa, con Ias clases sociales y otros grupos que tambiénpueden definirse en otros términos sociaIes, por media deIaná-lisis político, econ6mico y ocupacional. Pera pronto queda claro,tambíén,que eI análisis cultural no puede confinarse aInível deIas creencias formaIes y conscientes.

Son necesarios dos tipos de extensi6n. En primer lugar, haciaesa área más amplia de los sentimientos y Ias actitudes y presupo-sícionesque usualmente marcan, de manera muy diferenciada, Iacultura de una cIase u otro grupoparticular. Esta área más am-plia y menos tangibIe también es importante para investigar Iacultura cambiante de lo que de otra forma es (digamos en tér-minos econ6micos) una clase continua o persistente. En taIes áreasdescubrimos toda una «coIoraci6n» vivida, y un área amplia deprácticasocial real, que son culturalmente específicas y por tantoanalíticamenteindíspensables.Por otra parte, en segundo lugar,existe Ia necesidad de una segunda extensi6n hacia esa área deIa producci6n cultural manifiesta que, por Ia naturaIeza de susformas, no es, o no lo es principal y únicamente, Ia expresi6n decreencias formaIes y conscientes, como lo son Ia filosofía, o Iareligi6n, o Ia teoria econ6mica o política, o Ias Ieyes; sino eI dra-ma, Ia ficci6n, Iapoesíay Ia pintura.

De hecho existen, con frecuencia, estrechas conexiones entreIas creencias formaIes y conscientes de una cIase u otro gruposocial y Ia producci6n culturalpropia de eIIos: setrata, en algu-nas ocasiones, de conexionesdirectas con las creencías,en eI

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contenido manifiesto incluído; frecuentemente,conexiones ras-treables con las relaciones,perspectivasy valores que esas creen-cias legitimizan o normalizan,como en las selecciones particula-res (énfasis y omisiones) dei tema; confrecuencia,también,cone-xiones analizables entre los sistemas de creencias y las formasartísticas, o entre ambosy una «posición y posicionamiento» enel mundo esencialmente subyacentes.

Eu este caso,e1 uso de «ideologia» como término común deesos estadios esencialmente diferentes dei análisiss610 puede serconfuso y equívoco. En el caso deicontenidomanifiesto no seplanteaun verdaderoproblema. Las selectividadescaracterísticastambiénpueden, sin mucho esfuerzo, ser lIamadas «ideológicas»,aunque con frecuencia debe tenerse en cuenta una persistenciacondicionadade ciertas formas artísticas queencarnanestas se-lecciones. Es en el caso de las congruencias másprofundasy delas congruencias posibles que el uso de «ideología»planteamásprohlemas,puesto que si la ideología es unpunto de refereneiafundamental,o incluso unpuntode origen, en niveles tan básicosde produccióny reproducci6nsocial es difícil, comopreviamenteen algunos usos de«cultura»,saber qué es lo que se dejaparatodos los otros procesos sociales.

Además, mientras «ideología» retiene, por el peso específicode su uso lingüístico, el sentido de creenciasorganizadas(ya seaformales y conscientes openetrantesy diluidas), con frecuenciapuede suponerse que tales sistemas son elverdaderoorigen detoda la producci6ncultural (y de hecho de toda la restante pro-ducci6n social). En el caso dei arte esto sería gravemente reducti-vo. Excluiría, por un lado, los procesos físicos y materiales direc-tos (véase elcapítulo4) en los que están basadas tantas artes, ypor otro, aquelIos procesos cruciales deelaboraci6ny reelabora-ci6n que son los elementos específicos-a diferenciade los ele-mentos susceptibles de serabstraídos-en el arte importante.Estos procesos van desde: a) lailustraci6n activa (todavía relati-vamente simple), a b) los tipos dereinvenci6nactiva y de descu-brimientoexploratorioy, fundamentalmente,c) la tensi6n, la con-tradicción o 10 que en otro contexto se denominaría disidencia.Tales procesoscubrentambién un espectro que va desde lo quepodemosconsiderar,simplemente, como«traducciónx de «ideolo-gía» a un materialdirectamentesensorio, a lo que puede conside-rarse con mayorpropiedad-en términos de procesos físicos y

materiales de la obra dearte-- como producciónde una clasedistinta y general.

Debemos entonces seiialar que, a menos que hagamos estasextensiones ymatizaciones,«ideologia», incluso y tal vez espe-cialmente en algunas influyentes tendenciascontemporáneasdeianálisis marxista,está repitiendo,como concepto, la historia deiconcepto de«cultura».En sus usos más específicos puede contri-buir en granmedidacomo vía de correcci6n a los usos generali-zadores de«cultura».Puedeabrir una brechaen la, con frecuen-cía, falsageneralidadde la expresi6n «todo el modo de vida» ydiferenciaradscripciones a clases específicas y otros grupos. Comotal, es,eu efecto, untérmino clave en los procedimientos de unasociología activa de lacultura, pero en sus usos más extendidosy generalizados puede convertirse en algonotablementeparecidoai «espírituconformador» de las teorías idealistas de lacultura,y esto puede suceder inclusocuandoofrece (pero no incluye oespecifica) una referencia en «últimainstancia»a la economía oai modo deproducción.

No es lageneralidadcomo tal la que es defectuosa. Las ideo-logías generales, en toda suprofundidady elaboración,deben, enefecto, considerarse entre las formas más notables deproduccióncultural colectiva. Pero esprecisamentea causa de que todas lasideologías significativas son efectivamenteprofundasy elaboradasque el concepto no puedeabstraersecomo una especie de«espí-ritu conformador»,que estuviera en las raíces de todaproduccióncultural. Decir que todaprácticacultural es«ideológica»no quie-re decir sino que (como en otros usos corrientes) toda práctica essignificante. Teniendo en cuenta todas ias dificultades de super-posición con otros usos más comunes, este sentido es aceptable.Pero es muy diferente adescribir toda produccióncultural como«ideologia», o como «dirigida por laideología»,porque lo queentonces se está omitiendo, como en los usos idealistas de «cultu-ra», es el conjunto de procesos reales y complejos a través de loscuales una «cultura» o una«ideología»son en sí mismasprodu-cidas. Y una sociologíamadurade la cultura debe preocuparsenecesariamentepor estos procesosproductivos. Estudiar una«ideología» y lo que«elIa» produce es una forma reconociblede filosofia idealista. Lo que el sociólogo o elhistoriador de laculturaestudianson las prácticas sociales y las relaciones socialesque producen no sólo «una cultura» o «unaideologia»sino, mássignificativamente, aquelIos estados y obras dinámicas y reales

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dentro de las cuales no sólo exislencontinuídadesy determinacio-nespersistentes,sino también tensiones,conflictos, resolucioneseirresoluciones, innovacionesy cambias reales.

Puede hacerse unaúltima observación acerca de los usosco-rrientes de«ideología»,Cuando secontrapone,como «falsa con-ciencía» o como«experiencia ilusória»eon la «cíencía» (véaseAlthusser, 1970, 1971), es con frecuencianotablementesimilar,eu efecto,a aquella presuntaárea de «experiencíacomún» contrala cual se ubica así misma la «observacióncientífica» de lasociologia empírica. No cabe duda de que las basesfilosóficas deestas tendencias son distintas e incluso opuestas. Pera la presun-ción de un método de explicación quepuedatomarsea priori«por encimá» de toda otraexperienciasocial yproduccióncultu-ral es en sí misma,cuandose la analiza, un hecho más en la sacio-logía de una faseparticularde lacultura.Sus modos de privilegio,en las institucionesy las prácticaspropiamentedichas, necesitánun estudio especialmente cuidadoso.

orientaciones

La sociologíacultural, por lo tanto, se ocupa de los procesossociales de todaproduccióncultural, incluyendo aquellas formasde producción que puedendenominarseideologías. Esta defineun campo, pero eltrabajo que ahorase estáhaciendo,desde tandiversospuntosde partida, es todavía una convergencia de inte-reses y de métodos y aún persistendiferenciasteóricas crucialesen cada estadio.Otro efecto de lavariedadde puntos departida,en la historia, la filosofia, los estudiosliterarios, la lingüística, laestética y la teoría social, así como en la misma sociología, esque siempre existe elproblemade la superposicióncon otras dis-ciplinas diferentes y sin embargo necesarias,

Una sociologia de la cultura debe interesarsepor las institu-ciones y formaciones de laproduccióncultural, pues éste es unode los máscaracterísticosde sus campos. Este es el tema dei se-gundo y tercer capítulos de este libro. Pero además una sociologíade la cultura debe interesarsetambiénpor las relaciones socialesde sus medios específicos deproducción. Este será el tema deicuartocapítulo. Debeestudiarademás la forma en que,dentrodela vida social, la«cultura»y la «produccióncultural» se identi-fican y se distinguen socialmente. En esto consiste el tema dei

quinto capítulo. En todas estas áreas hay superposiciones con lahistoria general y con lahistoria de las artesparticulares.Lasociología de lacultura no puedereemplazarlas,pero puedeplan-tear ai material que les espropío algunas cuestiones específica-mente sociológicas.

Una sociología de laculturadebe además, y muy obviamente,ocuparsede las formas artísticas específicas. Estas, ejemplificadasa partir dei drama, serán el tema deicapítulosexto. En esta árease da unasuperposicióncon el análisis crítico y con el estudiogeneral de los sistemas de signos, como en la semiótica. Lasocío-logía de las formasculturalesno puedereemplazara estas disci-plinas, pero aiponerel acento en la base social tanto como en labase de notación de los sistemas de signos, considerados entoncescomo sistemas significantes generales,planteacuestiones sociológi-cas específicas y afiade, a lo que deotra forma serían tipos deanálisisinternos,una dímensiónsocialdeliberadamenteampliada.

Una sociología de lacultura debe ademáspreocuparsepor elestudio de los procesos de«reproduccíón»cultural y social. Estees el tema deiséptimocapítulo. Aquí hay superposiciones eviden-tes con la teoría política y con la sociologíageneral;a las cualesla sociologíacultural no puedereemplazar,pero a las que puedeintentar aportar su propio tipo de datos ypruebas.Por fin, unasociología de laculturadebe ocuparse de losproblemasgeneralesy específicos de laorganizacióncultural. Este es el tema deicapítulooctavo. Aquí hay de nuevo superposiciones con la teoríapolítica y con la sociología general que la sociologíacultural nopuedereemplazar,pero a las que puedeintentarcontribuir con suacentocaracterísticoen la organización de los sistemas significan-tes y en los tipos especiales de formación social que seocupanprofesíonalmentede esto, incluyendo aquí la difícil categoría co-múnmente identificada como«intelectuales».En materiade orga-nización se producetambiénaquí unasuperposicióndirecta conel análisis econômico,y esta se estávolviendo especialmenteim-portanteen el estudio de las organizacionesculturalescapitalistasmodernas y especialmente en los«médiosde comunicación»,Elreciente desarrollo de una«economíapolítica de lacultura» (véa-se Schiller, 1969;Murdock y Golding, 1974; yGarnham,1977)es especialmente necesario y bienvenido, y debería ser visto nosólo como diferente, sino comocomplementariade una sociologíade la cultura.

Hemos descrito, por tanto, una convergencia,y los intereses

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y los métodos que,simultáneamente,han contribuido a ella, yque, en la mayoría de los casos, siguen teniendoimportanciamásallá de esta convergencia como disciplinas diferenciadas. Podemosahora dirigir la atención a las áreas específicas de sus preocupa-ciones directas.

2. Instituciones

Parece ser quecualquier sociología de lacultura apropiadadebe ser una sociologia histórica. Cuando contemplamos el grannúmero de tes!imonios sobre las relaciones de laproducci6ncul-tural, en,tartassociedadesy períodos históricos diferentes, quedaclaro que seríaimprudenteque adoptáramos,como primer cons-tructo teórico, algún esquema de explicaci6n universal o generalde las relaciones necesarias entre«cultura»y «sociedad»,

Gran parte de la sociología de laculturaexistente presupone,de forma inevitable en cierto sentido, las relaciones típicas o do-minantes deI periodo deI cual se ocupa,y procede aaportardatosdetallados sobre ellas. Pero luego puede suceder que estas relacio-nes seconviertanen una norma, apartir de la cual seinterpretanotros períodos o incluso, por contraste, se [uzgan, Las relacionesculturalesdeI «mercado» secomparancon las deI «patronazgo»,o la situaci6n deI «artistaprofesíonal»con la deI«productoresta-