Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

download Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

of 56

Transcript of Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    1/56

    1

    ROSTROS

    DE NUESTRAMEMORIAA finales del ao 2001, se dise una nueva etapa de los

    Cuadernos de Cine Colombiano y, en general, de todas las

    publicaciones de la Cinemateca Distrital con un propsito

    fundamental: convertirlas en referencia obligada para las

    presentes y futuras investigaciones sobre cine nacional.

    En un comienzo, los nuevos Cuadernosbuscaron dar una

    mirada panormica a los aos del audiovisual nacional en

    los que no se publicaron (1986-2001) y sentar las bases

    para abordar en el futuro, por lo menos, tres ngulos del

    audiovisual nacional: el documental, el argumental y el

    patrimonial (aunque en sentido estricto todos los enfoques

    enunciados tienen valor patrimonial). Durante 2003, se han

    publicado tres cuadernos que no respetan de manera

    rigurosa el orden inicialmente planteado, pero que cumplen

    con nuestros objetivos: Balance argumental(No. 1), Acevedo

    e hijos(No. 2), y Vctor Gaviria(No. 3). Ahora presentamos

    Rostros y rastros, el cuarto nmero, compuesto de dos

    ensayos y una extensa filmografa dedicados a este

    experimento valluno que uni a estudiantes y profesores,

    un canal regional de televisin, y una universidad estatal,

    para crear un conjunto de rostros de nuestra memoria y una

    escuela de documental en Colombia.

    La pasin que existe en el Valle del Cauca por

    las imgenes en movimiento no es cosa nue-

    va. De hecho, el primer xito de taquilla del

    cine nacional no fue una cinta de Hollywood,

    sino una obra rodada en esta regin: Mara

    (Mximo Calvo Olmedo y Alfredo del Diestro,

    1922), realizada por la empresa calea Co-

    lombia Film Company. Tambin en Cali nacie-

    ron, en los aos veinte y cuarenta, las empre-

    sas Cali Films, productora del censurado

    argumental Garras de oro (P. P. Jambrina,

    1928) y Calvo Films Company, productora de

    Flores del Valle (Mximo Calvo, 1941). Para

    quienes nos apasionan las imgenes naciona-

    les, no es cuento nuevo el hecho de cmo una

    gran empresa exhibidora de Colombia, en alian-

    za con las majorsde los Estados Unidos, fue

    acabando con las posibilidades de expresin

    del cine nacional y sistemticamente se en-

    carg de aprovechar las debilidades de las

    productoras colombianas para hundir sus na-

    cientes proyectos.1 Despus de los cuarenta

    se hizo la sombra sobre el cine valluno.

    1 Para mayor informacin sobre este

    episodio oscuro del cine nacional, ver:

    La llegada de una sola voz y

    El nacimiento de un monopolio,

    en Cuadernos de Cine Colombiano,

    N 2, Acevedo e hijos, Bogot, 2003,

    pp. 18-21 y Hernando Salcedo Silva,

    Crnicas del cine colombiano: 1897-

    1950, Bogot, Carlos Valencia

    Editores, 1981.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    2/56

    2

    Entre la oscuridad de las propias pantallas y el brillante despliegue del

    cine mundial, el amor por el cine reencarn en los aos setenta en

    cinefilia y en una explosin de crticos y creadores a quienes, en Co-lombia, llamamos la gente de Caliwood. En estos aos surgen las

    primeras imgenes de una Cali que se perfila entre el realismo inicial

    de Carlos Mayolo y la erudicin cinematogrfica de Luis Ospina y

    entre el universo gtico de Andrs Caicedo y el trpico y la salsa

    que todos respiraban.2 En esta poca nacen tambin pequeas com-

    paas como IPCO Films, productora de Tacones (Pascual Guerre-

    ro, 1981), aunque, como en el resto de Colombia, fue Focine pro-tagonista en la produccin de este periodo. Las contradicciones

    propias de esta empresa estatal de fomento al cine y su poste-

    rior desaparicin en 1993 oscurecieron de nuevo las esperan-

    zas de los creadores audiovisuales del Valle del Cauca. Sin una

    industria desarrollada y con un inconsistente apoyo estatal,

    nada parecera augurar la sobrevivencia de las imgenes en

    movimiento, pero en los aos ochenta Cali pas por una con-juncin de hechos que a la larga se mostraron provechosos:

    una feliz transformacin tecnolgica; el compromiso de la

    Universidad del Valle; la fundacin de Telepacfico; la emi-

    gracin de algunos caleos a la televisin bogotana; la to-

    zudez de gente como Luis Ospina, 3 y la apropiacin de los

    nuevos medios que lograron, entre otros, Juan Fernando

    Franco, Guillermo Bejarano, Rafael Quintero, Csar

    Foto

    de

    Sergio

    Rueda

    2 En esta presentacin no quiero dejar de mencionar ni agradecer

    a otro representante del viejo Caliwood: Ramiro Arbelez, un

    creador que mut su amor por la propia obra en la pasin de

    ensear a otros y seguir los rastros de la historia audiovisual

    colombiana. A la sabidura de Ramiro, profesor de la Universidad

    del Valle, tambin se debe la existencia de este cuarto cuaderno.3 Ospina ha retratado sus contradictorias relaciones con el video

    en un excelente texto titulado Vini, video, vici. El video como

    resurreccin,en revista El Malpensante, No. 48, Bogot, agosto-

    septiembre de 2003, pp. 24-50.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    3/56

    3

    Salazar (sonidista), Luis Hernndez (fotgrafo), Antonio Dorado, scar

    Bernal (fotgrafo) y scar Campo. Todos estos sucesos revelaron a

    Caliwood y a sus hijos una cajita de salvacin para sus obsesiones: elvideo.

    Con una herencia como sta no es raro que apareciera Rostros y

    rastros (1988-2001), a pesar de lo cual no deja de sorprender la

    versatilidad y permanencia de las propuestas de este proyecto: la

    experimentacin del gnero; el mutuo respeto entre veteranos y

    estudiantes, y el constante redescubrimiento de Colombia. La mejorprueba del acierto de este proyecto es que hoy persiste como

    una referencia para los documentalistas colombianos y contina

    habitando la televisin nacional y las salas de circuito alternati-

    vo. Este cuaderno celebra su vigencia. Lo que estos rostros

    atestiguan y lo que se ha demostrado en medio de tantas y tan

    brillantes transformaciones del audiovisual valluno, es que la

    necesidad de narrar con imgenes fluye en Cali como unafuente poderosa y creativa. Mientras que para muchos co-

    lombianos el centro de produccin audiovisual nacional pa-

    rece existir slo en Bogot, este conjunto de obras demues-

    tran que la Colombia audiovisual no se asienta nicamente

    en el altiplano y que, incluso sin grandes recursos, cuenta

    con lo verdaderamente imprescindible: talento, oficio y

    constancia.

    Julin David Correa Restrepo

    Foto

    de

    Serg

    ioR

    u

    ed

    a

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    4/564

    RASTROSDOCUMENTALES

    1

    1 Este artculo est dedicado

    a scar Campo, sin l

    Rostros y rastros no tendra

    huella. [Nota del autor]

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    5/565

    En los ltimos quince aos el paisaje audiovisualcolombiano se ha transformado radicalmente.

    Sobrepasando las telenovelas cuya cuantiosa produccin

    sigue estando concentrada en pocas manos el

    documental es el sector ms activo, porque ha permitido la

    expresin de muchas personas y grupos de diversos

    orgenes a ambos lados de la cmara. Tanto, que fue

    posible sostener (y en algunos casos todava se sostiene),

    una programacin en varios canales regionales de

    televisin y en la cadena nacional estatal; de igual forma,

    ha sido nutrida la participacin en concursos, festivales,

    muestras y encuentros que han destacado el documental

    como gnero autnomo, digno de programacin, promocin

    y reflexin permanentes. En nuestro pas el documental ha

    sido instrumento de exploracin y conocimiento, forjador

    de identidad; ha ayudado al reconocimiento de

    la heterogeneidad cultural; ha denunciado injusticias; ha

    contribuido a la defensa de minoras desconocidas

    o discriminadas; ha cuestionado roles sexuales; ha

    descubierto talentos; ha revelado secretos; ha explorado

    la mente y los sentimientos; ha gritado para evitar la

    destruccin de patrimonios, la extincin del agua, floras,

    faunas y culturas; nos ha ayudado a entender, pero

    tambin a amar y odiar las ciudades; ha sido testigo de las

    guerras y sus consecuencias; ha olfateado trazas

    y evidencias; ha reconstruido procesos; ha escrito o

    corregido la historia local; ha servido de divertimento y

    padecimiento; ha sido instrumento de expresin personal,

    grupal, institucional, oficial y marginal; ha promocionado

    tanto causas nobles como equvocos; ha servido para decir

    muchas cosas importantes, pero tambin algunas

    tonteras, aunque hayan sido dichas con talento.

    Ramiro Arbelez

    Licenciado en Historia con

    estudios de maestra en Cine

    y Televisin en la Universidad

    de Sao Paulo. Perteneci al

    Cine Club de Cali y a la

    redaccin de la revista Ojo al

    Cine. Dirigi durante diez

    aos la cinemateca del

    Museo La Tertulia de Cali.

    Actualmente es profesor

    titular de la Escuela de

    Comunicacin Social de la

    Universidad del Valle y

    director del postgrado en

    Prcticas Audiovisuales de la

    misma universidad.

    Areito en concierto (Eduardo Carvajal y Beatriz Llano, 1989). Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    6/566

    El canal comenz abriendo posibilidades de

    expresin que no existan en la televisin cen-

    tralizada y esto entusiasm a varios grupos

    de jvenes y a sectores independientes de los

    poderes poltico, econmico, o de la comunica-

    cin aunque a ellos tambin, claro est.

    Para ese momento los espectadores de cine

    seguan huyendo de las salas cinematogrfi-

    cas para refugiarse en sus televisores o en

    sus videocaseteras. El video era una tecnolo-

    ga de produccin ms asequible a estratos

    medios de la poblacin, muy lejos del alto cos-

    to y de los complejos procesos de revelado,

    sonorizacin y montaje que demandaba el cine.

    Tambin exista un buen nmero de profesio-

    nales de la comunicacin egresados de dos

    planes de estudio (uno de ellos con ms de

    diez aos de existencia), que se encargaron

    de los procesos productivos, organizacionales

    y gerenciales de las pequeas nuevas empre-

    sas. Adems, haba una cierta familiaridad con

    el documental televisivo, no slo por lo poco

    que podamos ver en los canales nacionales,

    sino tambin porque ya estbamos invadidos

    de antenas parablicas que nos brindaban mu-

    chas horas de documentales internacionales.

    Igualmente, exista una gran regin por des-

    cubrir: un mar, montaas, valles, ciudades, y

    muchos temas, gentes y problemas inditos

    en las pantallas. Pero, sobre todo, haba unas

    ganas incontenibles de expresarse, como con-

    Buena parte de la historia del documental de

    estos ltimos quince aos ha sido escrita des-

    de el Valle del Cauca, especialmente, desde

    Cali y particularmente impulsada por la crea-

    cin del canal regional de televisin en 1988,

    como consecuencia de la descentralizacin de

    la televisin que haba comenzado tres aos

    antes con la creacin de Telecaribe. Telepacfico

    comenz precisamente cuando se haba deja-

    do de hacer cine en Cali: el ltimo corto desti-

    nado a la pantalla grande, En busca de Mara,

    se haba realizado en 1985; el ltimo largo,

    La mansin de Araucaima, se haba rodado en

    1986 y el ltimo mediometraje, Las andanzas

    de Juan Mximo Gris, en 1987. Despus, va-

    rios actores, tcnicos, productores de campo

    y, al menos, un director emigraron a la capital

    y poco tiempo ms tarde, con el cierre de

    Focine, fueron impelidos a trabajar en televi-

    sin. El campo qued abierto en el Valle para

    el surgimiento de una nueva generacin

    audiovisual. Luis Ospina hizo la transicin; per-

    teneciente a la generacin anterior, en 1986

    ya haba probado la tecnologa del video con

    un largometraje donde le haca un homenaje a

    un amigo desaparecido, AndrsCaicedo: unos

    pocos buenos amigos. Su siguiente produccin

    en video, Ojo y vista: peligra la vida del artista

    (1988)fue la encargada de inaugurar el canal

    y el espacio documental Rostros y rastros de

    la programadora UV-TV.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    7/567

    Retrato de un escritor en el trpico (scar Campo, 1989). Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    8/568

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    9/569

    secuencia de 35 aos de mudez; de ser espectadores re-

    signados de la televisin centralizada; de reconocernos en

    una imagen distorsionada de nosotros mismos, pero reali-

    zada en Bogot y en la que estbamos caricaturescamente

    reducidos a nuestro modo de hablar o de bailar. Telepacfico

    se dedic a la tarea de construir la nueva imagen. En estos

    quince aos tambin le cabe al documental cierta cuota de

    responsabilidad en la imagen que tenemos hoy; de igual

    forma, de la historia que podemos contar y mostrar de la

    regin, del Valle y de Cali. Y no slo Rostros y rastros, ya

    que no ha sido el nico espacio documental del canal. Hay

    que destacar tambin los espacios documentales Imge-

    nes del Pacfico, de temprana desaparicin, y ms tarde

    A la Sena . Aunque es obvio que por medio del canal, igual-

    mente, han contribuido a la construccin de la imagen

    de la regin muchos tipos de programas, varios de ellos

    cercanos a lo documental, como algunos de perfil informa-

    tivo y de crnica, pero de ellos no nos corresponde hablar

    aqu.

    Uno de los sectores que ms se interes en el canal y,

    particularmente en el documental, fue el sector acadmi-

    co. La Universidad del Valle, con su programadora UV-TV,

    particip en la primera licitacin donde se le adjudic, en-

    tre otros, el espacio documental de media hora semanal

    Rostros y rastros. A pesar de las inconsistencias de pro-

    gramacin, tanto de parte de UV-TV como del canal, el

    espacio logr mantenerse en el aire por trece aos, pero-

    do durante el cual atraves muchas crisis, tanto propias

    como ajenas; algunas de stas fueron sorteadas mediante

    la coproduccin con otras entidades del Estado, lo que afor-

    tunadamente hizo posible no slo subsistir, sino tambin

    que el espacio se conociera mejor en el mbito nacional.

    Hoy, lo que finalmente cuenta no son los 45 premios nacio-

    nales e internacionales conseguidos en ese lapso, sino loFernellFranco:es

    crituradelucesysombras(scarCampo

    yMaraClaraBorrero,1995).FotodeLu

    isHernndez

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    10/56

    10

    que el espacio permiti como vehculo de comunicacin para personas,

    grupos y comunidades de la regin; haber otorgado la palabra a sus gen-

    tes; haber explorado y registrado nuestra ciudad y nuestras culturas; haber

    revelado pasados olvidados; haber ayudado a entendernos y a problemati-

    zarnos; pero tambin habernos divertido o conmovido, pues al fin y al cabo

    no se trataba slo de quexpresaban los programas, sino de cmologra-

    ban llegar a los espectadores. Lo que cuenta es lo que queda de reto porsuperar, la her encia sociolgica, metodolgica y esttica a recoger, corre-

    gir y continuar.

    Cmo se logr? Creemos que hubo dos factores estructurales sobre los

    cuales se construy la experiencia de Rostros y rastros. En primer lugar,

    el hecho de pertenecer a una programadora de una universidad pblica,

    que a su vez contaba con un plan de estudios de comunicacin social. Esole dio varias ventajas y otras tantas desventajas que finalmente pesaron

    en favor del espacio.

    Del carcter universitario, Rostros y rastros recogi la libertad de cte-

    dra, lo cual se reflej no slo en la escogencia de los directores de los

    programas, sino tambin en la seleccin de los temas y problemas, y en la

    forma de plantearlos. Contar con un respaldo universitario en muchoscampos del saber (no slo en comunicacin social), nutri de investigacio-

    nes, problemticas, estrategias metodolgicas y, en muchos momentos,

    mano de obra (profesoral y estudiantil) para los documentales. De esta

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    11/56

    11

    El ltimo canto del guerrero (Elsa Vsquez y Eduardo Carvajal, 1990). Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    12/56

    12

    sus receptores. Por un lado, el canal recono-

    ca la importancia del espacio usufructuando

    el prestigio que le otorgaba; por otro, ceda a

    la fuerza creciente de la competencia comer-

    cial, que vino a agudizarse con la creacin de

    los canales privados. En eso tambin radic la

    importancia de Rostros y rastros: en el des-

    perdicio de su potencialidad para crear audien-

    cia.

    Ni la incoherencia programtica de UV-TV, ni

    el tratamiento de segunda que recibi del ca-

    nal, lograron opacar la calidad de los docu-

    mentales, que finalmente hicieron su fama in-

    dividualmente, ms como programas de video,

    vistos, revistos y discutidos en universidades,

    coloquios y grupos de estudio, que como pro-

    gramas televisivos.

    Los dems factores que entraron en juego, ya

    no estructurales sino contingentes, espont-

    neos o aleatorios, por lo mismo no fueron bus-

    cados, slo llegaron o estaban all. En Rostros

    y rastros confluyeron: por una parte, muchos

    directores jvenes con ganas de hacer cosas

    nuevas; un equipo artstico-tcnico inicial que

    fue forjndose con el programa, con una sen-

    sibilidad que ellos mismos no saban de dnde

    vena; esto logr una preocupacin y un par-

    metro especial de imagen y sonido que los

    equipos artstico-tcnicos posteriores tuvie-

    ron el reto de superar. Por otra, una realidad

    social y cultural conflictiva, muy rica en histo-

    rias, personajes, imgenes, msicas y soni-dos inditos, que nunca o casi nunca haban

    sido objeto de tratamiento audiovisual. En esos

    manera, al tiempo que el espacio brindaba un

    entrenamiento prctico con una experiencia

    real, se ahorraba el costo investigativo, un

    rubro oneroso que se ha convertido desde hace

    mucho en el fundamento del xito en la pro-

    duccin internacional de documentales. Sin

    contar el aporte que el espacio hizo a la divul-

    gacin y socializacin de los resultados de mu-

    chas investigaciones, que de otra forma hu-

    bieran quedado en anaqueles de bibliotecas.

    El carcter pblico posibilit la apertura crti-

    ca y, por lo tanto, la discusin, los consejos,

    las sugerencias y las propuestas venidas de

    los ms diversos sectores; tantos, que a ve-

    ces Rostros y rastros se saturaba de voces

    sin orden ni concierto y esto se reflej en una

    errtica poltica de programacin, que no en-

    cauzaba el espacio hacia metas prefijadas y lo

    dejaba suelto a merced de los vientos. Por

    esa razn, el efecto en la audiencia no fue

    acumulativo a partir de series, ganchos pro-

    blemticos o estrategias episdicas; lo que

    habla muy bien de la calidad individual de los

    documentales que se tenan que defender so-

    los, sin contar con el apoyo de una fuerza

    programtica, por lo menos explcita. Pero,

    tal vez, ese laissez-fairefue lo que contribuy

    al xito de la frmula.

    El segundo factor estructural fue el hecho de

    que por diversas razones y aun en medio de

    muchos momentos de crisis, el canal Telepac-

    fico permiti la continuidad del espacio; aun-

    que lo someti a un tratamiento de segunda,al cambiarlo continuamente de horario y de

    da, lo que dificult la formacin de hbitos en

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    13/56

    13Circo (Carlos Pontn, 1990). Foto de Luis Hernndez

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    14/56

    14

    Adis a Cali-Ah diosa Khali (Luis Ospina, 1990), H. Tejada, Luis Ospina y scar Bernal. Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    15/56

    15

    trece aos se alcanzaron a cubrir muchos te-

    mas y hacer una clasificacin de ellos, lo que

    nos puede dar una idea del espectro alcanzado.

    En primer lugar, destacamos aquello que atae

    al universo de la ciudad: desde sus culturas,

    topografa, lugares, arquitectura, pasando por

    sus personajes, su historia y sus instituciones,

    hasta problemas urbanos como marginalidad,

    poblamiento, contaminacin, basuras y comu-

    nicacin. En segundo lugar, colocamos lo con-

    cerniente a los oficios: el espacio abri los

    micrfonos y las cmaras a vendedores ambu-

    lantes, artistas, msicos, bailarines, modelos,

    enfermeras, recicladores, locos, nios de la ca-

    lle, prostitutas, sepultureros, coleccionistas,

    pjaros, amas de casa, serenateros, saltim-

    banquis, travestis, presos, payasos, areneros,

    servidoras domsticas, soldados, marineros,

    pandilleros, raperos, rockeros, porristas y has-

    ta tramoyistas. En tercer lugar, se privilegi

    el arte y la cultura, tanto la culta como la po-

    pular y la masiva, al incluir tradiciones, folclor

    y expresiones religiosas; el programa traz

    perfiles de escritores, pintores, fotgrafos,

    msicos, orquestas, periodistas, intelectuales,

    toreros, artesanos, cuenteros, carnavales, fes-tivales, celebraciones, entretenimientos, pa-

    seos, eventos deportivos, brujeras, encanta-

    mientos, sueos, ilusiones, romeras; en fin,

    ritos de vida, amor y muerte... y no slo urba-

    nos. Por ltimo, Rostros y rastros dedic una

    mirada especial a roles y grupos sociales o de

    seres vivos en minora, dbiles, marginados,dominados, explotados, en extincin, en tra-

    gedia o en conflicto, como la mujer, las ma-

    dres, los homosexuales, los desplazados, los

    jvenes, los nios, los ancianos, los enfermos,

    los negros, los indgenas, los judos, los anti-

    taurinos, la naturaleza, los terremotos, las ava-

    lanchas, los ros, las lagunas, el agua, todos.

    No se podr quejar el historiador de la ausen-

    cia de material para reconstruir la memoria y

    la cultura de la regin durante el siglo XX, ya

    que inclusive en l tiene documentacin sobre

    las guerras: la de Corea, la del Per, la de los

    aos cincuenta, la del narcotrfico, la del te-

    rrorismo, la del Golfo, la callejera, la rural, la

    cotidiana, la domstica, la de los medios, e

    incluso, la del porvenir, que sepultar la ciu-

    dad. En ese momento, lo nico que se resca-

    tarn sern los videos de Rostros y rastros,

    segn se predice en uno de los ltimos docu-

    mentales de scar Campo.

    Pero aunque puedan ser tiles los temas, por

    s solos no constituyen el aporte que vale la

    pena recoger de esta experiencia; igual o me-

    jor coleccin de tpicos se puede encontrar

    en el archivo de un peridico o de una bibliote-

    ca. Adems de su papel como agente activo

    en la regin haya sido pequeo o grande su

    aporte y de su funcin como fuente de lahistoria, Rostros y rastros debe ser rescata-

    do como experiencia esttica. A ella nos refe-

    ramos renglones atrs cuando subrayamos

    el cmo llegaba a sus espectadores. Y todo

    empez con la herencia de Luis Ospina, que

    tiene a su vez antecedentes en el documental

    estadounidense y en el cinma vritfrancs:el respeto por el otro. Esto implica otorgarle

    la palabra, para que sea l quien se exprese y

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    16/56

    16

    implicara abandonar el modelo. Se entendi

    que todo documental es una interpretacin de

    la realidad, una representacin y, por lo tan-

    to, una pieza subjetiva De manera que lo que

    hay que hacer es manipular para expresar bien

    lo que se quiere sobre aquello de lo que se

    habla; para convencer, para interrogar, para

    conmover... El documental hay que hacerlo, ela-

    borarlo, porque la realidad no se introduce es-

    pontneamente al encender la cmara y gra-badora. qu ingenuo es el declogo de Dog-

    ma!. De all que el cuidado por la imagen y

    el sonido no se hizo esperar; y no slo por lo

    que dice Godard, que colocar la cmara ya es

    una opcin moral, sino porque adems se tra-

    ta de poesa, de belleza o de fealdad, de est-

    tica. Por la misma razn, el tiro que mata alcamargrafo que el 11 de septiembre de

    1973 grab su propio asesinato durante el

    golpe militar chileno, es ms conmovedor con

    el sonido que se le puso despus, al emitir la

    noticia, que simplemente mudo, como origi-

    nalmente se registr. Aqu se trata de realis-

    mo y no slo de realidad, tal como en FataMorgana (1970), el documental de Herzog;

    se trata de expresionismo y no slo de vaco

    desrtico.

    Pero hay una frontera que no puede traspa-

    sarse cuando se manipula la imagen y el soni-

    cuya escritura final sigue estando en las manos

    del director; por lo tanto, el peligro impositivo

    vuelve a aparecer en la manipulacin de la ima-

    gen y del sonido. Los testimonios pueden ser

    cortados, descontextualizados y combinados

    con otros testimonios y otras imgenes al an-

    tojo del dir ector. Tamaa ilusin democrtica

    la de ceder la palabra! Porque nada garantiza

    que lo construido haga justicia a quien ofrece

    su voz y su rostro. Por lo tanto, lo mejor esmostrar las cartas de entrada, descubrir las

    pretensiones de ambas partes y negociar. En

    este sentido, el documental sera una negocia-

    cin que se debera firmar cuando estuviera

    editado, terminado, y no inmediatamente des-

    pus de grabado. Muchas veces asistimos a

    la sonrisa aprobatoria del entrevistado cuandose le preguntaba en caliente, aperndolo de

    monitor y de audfonos, si estaba de acuerdo

    con lo que se haba grabado. Varias veces, tam-

    bin, vimos la sorpresa en su rostro cuando

    posteriormente poda ver, incrdulo, lo que se

    haba hecho con su declaracin original. Pero,

    no es que ceder la palabra o manipular los testi-monios sea incorrecto, lo incorrecto es obrar

    a espaldas del entrevistado, hacindole creer

    y creyendo que es un producto a dos manos.

    Rostros y rastros se dio cuenta de esta ilusin

    ms temprano que tarde, aunque esto no le

    cuente su historia. Se trata primero de una

    necesidad social (la de ser odo) y luego de

    una tica (la de ceder la palabra) que tiene

    repercusin en la estructura del documental.

    O, como dice Sartre, cada tcnica revela una

    metafsica. No ms uso de locutores que sus-

    tituyen a ciudadanos o campesinos registra-

    dos por la imagen. La descentralizacin de la

    televisin vino, en nuestro caso, seguida de

    una tica democratizadora.

    El viejo modelo del documental con locutor fue-

    ra de cuadro, impersonal, expositivo y, sobre

    todo extrao al mundo representado, fue com-

    batido entonces con los testimonios de los pro-

    tagonistas o testigos de los hechos. El nuevo

    modelo otorg tanto valor a la palabra del otroque el director hizo todo lo posible por des-

    aparecer y no dejar huella, a pesar de que

    segua siendo el interlocutor o provocador de

    los entrevistados. Perdida la capacidad orien-

    tadora e impositiva del locutor del viejo mode-

    lo, la funcin organizadora pas a radicar com-

    pletamente en el montaje y en el lenguaje es-crito de los ttulos o subttulos.

    De manera que el documental, al ser construi-

    do con la intervencin tanto de los que estn

    delante como de los que estn detrs de la

    cmara y grabadora, realmente es una pieza

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    17/56

    17

    do, so pena de crear un desbalance en el do-

    cumental hacia lo formal y alejarlo de su pro-

    psito representativo. Rostros y rastros no

    estuvo exento de esta tentacin. En algunos

    documentales de la primera poca hubo un

    excesivo uso de efectos plsticos: imagen frag-

    mentada, desaplomo del horizonte, strobo,

    distorsin, saturacin, decoloracin, contras-

    te, reverberacin, ecos. Afortunadamente, ese

    engolosinamiento con lo tcnico se disolvirpidamente. Esto no significa que no se pue-

    dan usar efectos de ese tipo en un documen-

    tal, lo que hay que hacer es usarlos en cohe-

    rencia con lo que se expresa, con el mundo

    que se est representando. Por eso, no mo-

    lestan cuando se construyen con ellos pers-

    pectivas subjetivas, se objetivan ilusiones oensoaciones, se enfatiza una crudeza, se crea

    una puntuacin o una figura retrica necesa-

    ria al discurso (de imgenes y sonidos), con

    cualquier otro propsito.

    Darle ms protagonismo a la imagen y dismi-

    nuir la excesiva manipulacin de los testimo-nios para hacerle perder un poco de peso a la

    palabra, sirvi en Rostros y rastros para co-

    municar mundos individuales, como lo demos-

    traron muy bien Hernando Tejada, tejedor de

    sueos (1990), de Antonio Dorado y Mara

    Clara Borrero; scar Muoz (1992), de scar

    Campo y Astrid Muoz; Fernell Franco, escri-

    tura de luces y sombras (1995), de . Campo

    y M. C. Borrero y Un ngel subterrneo (1992),

    de . Campo. Adems, supona un trabajo

    conjunto en el que el protagonista estaba en

    disposicin de preparar todo con el director

    del documental para no dejar margen al error.

    Tanto que era posible introducir algunas pues-

    tas en escena y dramatizaciones para evocar

    mejor el mundo del protagonista. Dramatiza-ciones que no tenan la fuerza suficiente para

    hacer perder suestatus al documental, pues

    estaban dentro de una estructura documen-

    tal dominante o eran desactivadas anulando

    su sonido o supeditndolo a lo verbal.

    A Rostros y rastros le cost muchos aos su-perar el modelo de los testimonios o como ha

    sido llamado por algunos, el modelo de los

    bustos hablantes;2 de hecho, este modelo si-

    gui siendo vlido y fue utilizado por varios di-

    rectores que intervinieron hasta el final del

    espacio, por lo que su abandono no fue un com-

    portamiento homogneo. Implic sobre todoentender que el modelo expositivo, con locu-

    tor fuera de cuadro y sin testimonios con-

    tra el que haba reaccionado el modelo de los

    bustos no era por s mismo autoritario,

    impositivo o categrico, y poda usarse

    recursivamente siempre que fuera necesario.

    2 Citado por C. Aguilera y A.

    Gutirrez en Documentalcolombiano: temticas y

    discursos, Cali, Universidad del

    Valle, 2002, p. 142.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    18/56

    18

    Si no vase el uso en extremo que hace del

    locutor fuera de cuadro, aunque en primera

    persona, Informe sobre un mundo ciego

    (2001), de scar Campo, uno de los ltimos

    documentales de Rostros y rastros. Pero aun

    as, los directores que quisieron optar por una

    alternativa al modelo de los bustos se enfren-

    taron a dos opciones:

    1. Dejar de esconderse detrs de la cmara

    (salir del armario), para provocar el testi-

    monio dentro de cuadro y asumirse como

    sujeto corporal en igualdad de condiciones

    que el testigo; es decir, crear un dilogo o

    propiciar una interactividad dentro de cua-

    dro. Esta opcin comienza a probarse par-

    cialmente con Plaza de Caicedo: la vida al

    improviso (1991), de Antonio Dorado y

    avanza un poco ms con Vida de estrella

    (1996), de C. Rodrguez y J. Espinosa, ElCoronel encontr quien le escriba (1997),

    de F. Gmez y otros (fuera de Rostros y

    rastros) o con Nuestra pelcula, de Luis

    Ospina (fuera de Rostros y rastros). En

    este caso el documentalista (o su sustitu-

    to), acta ms como estimulador, catali-

    zador, testigo o sombra perceptible delmundo que documenta. Este modelo, en

    el extremo, permite optar por la au-

    tobiografa aumentando la subjetividad,

    cuando en su acto de desenmascaramien-

    to el documentalista se vuelve protagonis-

    ta, como es la tendencia de Hielo, de Juan

    Devis y un poco la de Diario de viaje, deSantiago Gmez, ambos documentales

    antioqueos (no de Rostros y rastros).

    Un nombre para desplazado (Carlos Hoyos, ngela Osorio y

    Juan David Velsquez, 2003). Foto Archivo Cinemateca Distrital

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    19/56

    19

    2. Si la primera opcin fue quitarse la ms-

    cara, la segunda consisti en colocrsela

    mejor; en otras palabras, si se trata

    de representacin, representemos bien

    untado un dedo untada toda la ma-

    no, mejoremos la mimesisusando to-

    dos los recursos disponibles. Esta opcin

    entendi, sobre todo, que la fuerza del

    discurso directo contenida en la voz expo-

    sitiva fuera de cuadro, poda doblarse

    usando tambin el cuerpo; es decir, alguien

    que interpela al espectador mirndolo

    directamente y ya no a un supuesto en-

    trevistador fuera de cuadro; no contes-

    tando preguntas, sino disparando un

    monlogo verbal lo ms coherente posi-

    ble, con el que organiza los argumentos o

    la historia que est contando. ste es el

    mecanismo de Un ngel del pantano y El

    proyecto del diablo (1999), de . Campo,donde lo verbal domina todava el flujo de

    imgenes, algunas de las cuales son es-

    cenas muy bien preparadas, pero supedi-

    tadas al discurso oral que se est desa-

    rrollando. Un dispositivo inherente a esta

    opcin consiste en que el protagonista

    habla en primera persona desde el pre-sente de la imagen, aunque puede contar

    episodios pasados de su historia. El mo-

    delo expositivo clsico de locucin fuera

    de cuadro prefera la tercera persona, su-

    puestamente ms objetiva; pero ya vemos

    que asumir la subjetividad implica, entre

    otras cosas, tambin, un cambio de per-sona gramatical por medio del cual se

    acorta la distancia con el espectador; esto

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    20/56

    20

    es lo que sucede con Informe sobre un

    mundo ciego, por ejemplo.

    Y puestos a prepararlo todo de la mejor ma-

    nera, quin garantiza que el protagonista del

    documental sea en realidad el mismo del even-

    to o historia real que se cuenta? Quin ga-

    rantiza que es una historia real? El documen-

    tal mismo como discurso no, por supuesto.

    Entonces esa garanta tiene que estar fuera

    del documental. En el caso del asesinato del

    camargrafo en Chile, quin garantiz que era

    una toma real de su propio asesinato? Qu

    hizo creer a los espectadores que estaban

    delante de la huella de un hecho real? Los otros

    medios, las agencias internacionales de noti-

    cias, el prestigio y seriedad del noticiero que

    lo pas, el conocimiento que algunos testigos

    tenan del hecho; todo menos la propia cinta

    que contena el disparo a cmara. Por qu

    me pregunto esto si todo el tiempo he dicho

    que el documental es una representacin, un

    discurso y no la realidad? Por qu me devuel-

    vo? Debe ser porque conozco que algunos ya

    se lo han preguntado. Pero, de todas formas

    hay algo en el estatus del documental que con-

    tina estando por fuera de l y la mayora de

    la gente sigue haciendo la ecuacin documen-

    tal igual a verdad, a hecho sucedido; y esta

    ecuacin, que parece persistir en l desde su

    nacimiento, es propiciada tambin por los

    medios y por otros mecanismos instituciona-

    les. Yo apenas puedo aqu seguir hablando

    sobre el discurso y si el discurso documental

    est bien construido, tiene la fuerza suficiente

    para conmover, analizar, preguntar o conven-

    cer al espectador.

    Perfeccionar el discurso representativo posi-

    bilita no slo hacer puestas en escena, recons-

    trucciones y dramatizaciones supeditadas al

    carcter documental que de todas formas

    se usan desde el Nanook (1920-1922) de

    Robert Flaherty, sino tambin usar otros

    mecanismos posibles, aun sabiendo que son

    de uso corriente en el medio televisivo, como

    es el caso de la estructura del videoclip, que

    es otra tendencia fuerte en los documentales

    de Rostros y rastros y en el contemporneo.

    O sea, tal como lo han advertido otros analis-

    tas mucho antes que nosotros, al documental

    le est pasando como al que anda entre la

    miel algo se le pega, pues al tener prctica-

    mente como nico vehculo de difusin la tele-

    visin, es comprensible que empiece a absor-

    ber otros estilos, lenguajes, discursos, formas,

    tratamientos y actitudes de uso televisivo.

    Entendido as uno no puede pasar por alto la

    semejanza entre el presentador de un progra-

    ma de crnica o de periodismo en profundi-

    3 La verdad acerca de la

    no-ficcin, en Una memoria

    obstinada: en torno al

    documental. Taller de

    Comunicacin, No. 5, Cali,

    Escuela de Comunicacin

    Social, Universidad del

    Valle, 2002, p. 40.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    21/56

    21

    dad de televisin, con el protagonista-orador

    de algunos nuevos documentales.

    Por qu el uso de puesta en escena, de dra-

    matizacin, de videoclip, o de animacin (otra

    tcnica empleada en la narracin de ficcin)

    no alcanza a colocar en peligro el carcter del

    documental que los emplea? Nos parece que

    es simplemente porque la estructura docu-

    mental sigue dominando. En el caso de la dra-

    matizacin, esto quiere decir que a pesar de

    la fuerza centrfuga que tiene su poder de

    crear digesis est inhibida de varias ma-

    neras: o porque se le quita su sonido (dilo-

    gos, ambiente) o porque se la subordina al

    verbo del locutor, o porque se la interrumpe o

    se la fragmenta en combinacin con imge-

    nes y sonidos del discurso documental donde

    est insertada. Esto equivale a decir que no

    se le permite desarrollar autnomamente su

    flujo audiovisual narrativo (lenguaje cinemato-

    grfico) ni para crear expectativas, ni para

    desarrollar conflictos, ni para solucionar des-

    enlaces como discurso dominante, so pena de

    colocar en riesgo la fuerza centrpeta, el hilo a

    tierra que le da estatus al documental.

    A pesar de que en Rostros y rastros hubo

    mucha preocupacin por explorar y perfeccio-

    nar el discurso documental, por buscar otras

    formas de argumentar o narrar, son realmen-

    te pocos los documentales que cuestionaron

    el discurso mismo, que ironizaron sus elemen-

    tos expresivos constitutivos. Tenemos en men-

    te dos: Piel de gallina (1998), de Carlos Espi-

    nosa y Mnica Arroyave, y C27H462 (1998)

    de . Arango y Vivian Uns. Ambos emplean

    la locucin expositiva fuera y dentro de cua-

    dro, aparentemente en su uso ms objetivo y

    serio, pero todo el tiempo la contrastan, la

    contradicen o la ironizan con el flujo de imge-

    nes, desbaratando su presunta autoridad, su

    aparente cientificidad o verdad histrica. Para

    ello recurren a varias tcnicas expresivas, no

    slo puesta en escena, sino tambin anima-

    cin, videoclip, fragmentos de documentales

    o noticieros, trabajo sonoro y efectos sobre la

    imagen, para lograr un discurso novedoso, muy

    acorde con la nueva visin que reclaman para

    el tema que estn tratando. En el primer caso,

    se trata de la relacin del hombre y la natura-

    leza, de lo que ha sido la absurda racionalidad

    (la industrializacin) o la deshumanizacin a

    que nos ha llevado. En el segundo, del tema

    de la legalizacin de la cocana, o mejor, de la

    doble moral de los Estados que supuestamente

    combaten el narcotrfico. Ambos documenta-

    les, por su naturaleza, tienen un componente

    poltico muy fuerte, que se los da no slo la

    importancia o actualidad inherentes a los te-

    mas, sino tambin la intencin evidente de

    socavar ideas contemporneas de uso corrien-

    te y oficial. Por esto, su meritorio trabajo cr-

    tico es doble: no slo golpean la ideologa sino,

    tambin, se burlan de uno de los dispositivos

    ms aceptados para hablar de la verdad his-

    trica.

    Valdra la pena la aper tura de espacios donde

    se permitiera repasar los principales aportes,

    aciertos y errores de los trece aos de esta

    experiencia de comunicacin audiovisual so-

    bre la que hemos querido slo presentar un

    abrebocas; pero, desafortunadamente y, se-

    gn la informacin que tenemos hasta ahora,

    ni siquiera est asegurada la existencia del

    archivo que contiene cerca de trescientos do-

    cumentales, cuya gran mayora se conservan

    todava en cintas de video U-matic, que como

    todo el mundo sabe, son de rpido deterioro.

    Una vez ms se demuestra el poco valor que,

    desafortunadamente en nuestro pas, se le da

    a la conservacin de la memoria. Es una iro-

    na, como dice Michael Renov, que: [...] mien-

    tras las formas televisivas de no-ficcin (y par-

    ticularmente el documental) se multiplican ex-

    ponencialmente, el documental siga luchando

    por su identidad pblica y su viabilidad finan-

    ciera.3

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    22/56

    22

    LA REALIDAD MS ALLDEL PERIODISMO

    Foto revista kinetoscpio

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    23/56

    23

    El documental independiente, como el

    que se realiza en la serie Rostros y

    rastros, producida en Cali durante doce

    aos, siempre ha tenido la intencin de

    alejarse del reportaje y otros gneros

    periodsticos; sin embargo, no est tan

    lejos del movimiento del nuevo periodis-

    moque surgi a mediados de los aos

    sesenta en Norteamrica y que puso

    patas arriba las acartonadas salas de

    redaccin de aquella poca. Uno como

    fenmeno a nivel escrito, donde por

    primera vez el reportaje se elev a la

    categora de arte, y el otro como

    experimentacin audiovisual, tienen

    puntos comunes. A ellos subyace la

    pregunta por qu uno se convierte en

    fenmeno y traspasa sus propias

    fronteras y el otro, despus de haber

    obtenido reconocimientos, vuelve a lo

    local y tiende a desaparecer.

    Mara Fernanda Luna Rassa

    Comunicadora social de la

    Universidad del Valle. Se ha

    dedicado a la escritura y la

    realizacin audiovisual. Ha sido

    colaboradora y jefe de redaccin

    del peridico universitario La

    Palabray redactora de la pgina

    cultural del peridico El Tiempo-

    Cali. Actualmente dirige el

    programa de divulgacin de la

    Universidad Santiago de Cali y

    trabaja en proyectos de realizacin

    documental.

    En las primeras pocas del nuevo periodismo,

    los que redactaban noticias a punta de cables

    de agencias, sin moverse mucho de su escri-

    torio, comenzaron a preocuparse. El reporta-

    je, gracias a un grupo de periodistas que ex-

    periment con las formas, tom una dimen-

    sin esttica y esta hazaa, que lleg incluso

    a remover los cimientos de la novela como

    gnero, no fue fcil de aceptar.

    La realidad reflejada en estos artculos comen-

    z a parecerse tanto a la ficcin que muchospensaban que gran parte de lo que estaba es-

    cribiendo el grupo de locos norteamericanos

    era inventado. Tom Wolfe, Guy Talese, Norman

    Mailer, Barbara Goldsmith, Joe Mc Ginnis, que

    hoy son nombres impresos en letras de mol-

    de, eran en ese momento slo annimos

    freelanceque escriban artculos por encargopara revistas populares.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    24/56

    24

    El nuevo periodismo, etiqueta que se acu en alguna tertulia norteameri-

    cana de 1966, aunque pretenda no seguir ninguna regla, tena una seriede procedimientos que lograban sacar a relucir la humanidad de los perso-

    najes involucrados en las historias. Tom Wolfe en su libro El nuevo perio-

    dismose refiere a tcnicas como el dilogo realista, la construccin esce-

    na por escena que evita la narracin histrica, el punto de vista del prota-

    gonista, la autorreferencia del escritor, y los detalles visuales que expre-

    san la posicin en el mundo de los personajes.

    Lgicamente, se le pide al lector que conserve las proporciones en esta

    analoga, que no llega a ser del todo descabellada, pero que se arriesga a

    aproximar grandes distancias. El nuevo periodismo alcanz las dimensio-

    nes de un fenmeno de mercado y se dio a conocer en el mundo debida-

    mente etiquetado y divulgado, a travs de los grandes medios de comuni-

    cacin norteamericanos. La serie Rostros y rastros ha permanecido en el

    orden de lo nacional. Pero tienen en comn que son bsquedas por subver-tir un orden establecido, retratando la realidad, cuestionando los procedi-

    mientos del periodismo tradicional y expresndose a travs de formas

    scar Campo. Foto Revista Kinetoscopio

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    25/56

    25

    que, aunque son propias de medios de comunicacin masivos, alcanzan la

    categora de arte.

    El documental Rostros y rastros tuvo, desde sus inicios, la intencin de

    alejarse de lo periodstico. Hacer el quite a las convenciones dio como

    resultado un documental sin narrador, que haca uso de los inter ttulos, elmontaje cercano al videoclipy las formas de mirar propias del cine de

    ficcin: fadea negro, plano secuencia, msica que exprese los sentimien-

    tos del personaje, uso del sonido ambiente, primeros planos expresivos,

    entre otros tratamientos audiovisuales, que al usarse para el documental,

    casi por costumbre considerado como un gnero informativo, constituan

    todo un reto de experimentacin visual.

    En los comienzos del canal regional Telepacfico se emitan otros progra-

    mas de corte periodstico: Temas del da, Que siga la chivayChiva depor-

    tes; stos hacan parte de la parrilla de programacin habitual cuando

    surgi la propuesta de Rostros y rastroselaborada por los documentalistas

    caleos scar Campo y Luis Ospina. Este programa, que sali al aire por

    primera vez la noche del jueves 15 de septiembre de 1988, naci como

    una alternativa que marcara la diferencia. Segn scar Campo, con Ros-

    trosy rastros se pretenda crear un texto audiovisual ms complejo en el

    que los personajes se revelaran por s mismos.

    Los cruces: novela-periodismo, cine-documental

    Carlos Mayolo, Luis Ospina, Eduardo Carvajal, Ana Mara Echeverri, Lisandro

    Duque, Sergio Dow, entre otros, eran algunos de los realizadores de esa

    primera etapa de Rostros y rastros. Muchos tenan en comn una forma-cin en el mbito cinematogrfico. Conservaban, por lo tanto, esa libertad

    creativa a la que se refiere la montajista francesa Anne Baudry:

    Esta libertad no tiene nada que ver con una combinacin al infinito de

    imgenes y sonidos, ni con la tentacin de manipular el sentido []

    Cuando elimino a priori la posibilidad de valerme de un plano de ilustra-

    cin de un discurso por ejemplo, y coloco algunas reglas tanto estticascomo ticas, trato de trazar una frontera entre el documental y el repor-

    taje y ubico el documental al lado del cine.1

    1Memorias. Primera muestra

    internacional de cine y video

    documental, Bogot, Ministerio

    de Cultura, 2000.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    26/56

    26

    E t t d bi r l d m t l l l d d l i r

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    27/56

    27

    Este acto de ubicar el documental al lado del cine sur-

    gi, en el caso de esta serie, como una intencin deli-

    berada. Luis Ospina cuenta que cuando estudiaba cine

    en Los ngeles, los de la escuela de video, que se ubi-

    caban un piso ms abajo que la suya, eran mirados

    literalmente, como si estuvieran un escaln por deba-jo de los cineastas.2 Las cosas cambiaron, Ospina fue

    el primero que trajo a Rostrosy rastros las ltimas

    tendencias del documental televisivo, sin embargo, el

    espectro del cine permaneca en la mente de muchos

    realizadores y el video se convirti, en esta primera

    etapa, en una herramienta para evocar el sptimo arte.

    De hecho, muchos de los que trabajaban en Rostrosyrastros haban hecho o soaban con hacer un

    largometraje. Este comportamiento es anlogo al de

    los periodistas que salan a buscar personajes litera-

    rios en la vida real, desfogando as su sueo de alejarse

    de los medios para escribir una novela. Sin embargo,

    de acuerdo con el anlisis de Tom Wolfe, esta bsque-

    da los hizo llegar ms all, al comenzar a mezclar gne-ros y formatos:

    En este nuevo periodismo no existen reglas sacerdo-

    tales; en cualquier caso todava no Si el periodista

    quiere saltar del punto de vista en tercera persona

    a otro en primera persona dentro de la misma esce-

    na, o dentro y fuera del punto de vista de diferentespersonajes, o incluso de la voz omnisciente del narra-

    dor al monlogo interior de otra persona como

    ocurre en The Electric Kool AidTest, lo hace.

    Para los brbaros glotones slo existe con relacin

    a la tcnica la ley del proscrito: arrebatar, usar,

    improvisar. El resultado es una forma que no es

    simplemente igual que una novela. Consume procedi-mientos que da la casualidad que se han originado

    con la novela y los mezcla con otro procedimiento.3

    2 Luis Ospina, Rostros y

    rastros, tres aos, UV-TV, julio

    de 1991.3 Tom Wolfe, El nuevo

    periodismo, Barcelona,

    Anagrama, 1976.Circo(CarlosPontn,1990).FotodeLuisHernndez

    El uso del video a la manera de cine da como resultado nuevas propues

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    28/56

    28

    El uso del video, a la manera de cine, da como resultado nuevas propues-

    tas en cuanto a la recepcin: ya no son los mismos programas que se

    acostumbra a ver en televisin. Rostros y rastros propone una forma de

    hacer documental que hasta el momento no haba sido vista en Colombia y

    que tampoco se inspiraba en un solo movimiento importado, no se estaba

    hablando de cinema verdad, de cine directo, o del documental de la BBC.Tampoco de documental antropolgico o etnogrfico, aunque poda tomar

    herramientas de todos. Ms que reglas a seguir haba unos acuerdos

    tcitos de lo que no deba hacerse: se pensaba en evitar convenciones

    propias del reportaje como la voz en off, el uso de imgenes ilustrativas,

    que fueron ignoradas desde los primeros programas, y poco espacio para

    el sonido ambiente. Cada realizador poda y deba! hacer documenta-

    les desde su propia mirada. Sostiene Campo que Rostros y rastros seconcibi como un espacio de libertad, donde cada ocho das pasara una

    persona distinta, planteando una cosa distinta.

    Los procedimientos

    La ausencia del narrador en offcorresponda a una tendencia del momento

    de renunciar a una voz autoritaria. Luis Ospina se refiere a la necesidad deencontrar un discurso coherente en edicin, sin necesidad de recurrir a un

    narrador que le diga al espectador cmo pensar. Esta tendencia se haba

    dado antes en el nuevo periodismo. Al igual que los documentales, consi-

    derados por muchos un gnero aburrido, en el que un locutor ilustraba

    acerca de un tema, la voz del narrador era uno de los grandes problemas

    en la literatura de no ficcin que se haba hecho hasta los aos sesenta.

    Tom Wolfe afirma al respecto que la mayora de los escritores de no fic-cin sin saberlo, lo hacan en una tradicin britnica de ms de un siglo:

    [...] se daba por entendido que el narrador debe asumir una voz tranquila,

    cultivada, y de hecho, distinguida.4

    Este deseo de eliminar la voz de la conciencia tiene que ver con la certeza

    de la muerte de los grandes discursos; ya no se hablaba de verdades

    generales, muchos estaban buscando la verdad en los detalles, en laspequeas historias, en las miradas desde el otro.

    4Ibd.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    29/56

    29

    Nicols Buenaventura (fotgrafo), Luis

    Hernndez (cmara) y Csar Salazar

    (sonido). Foto de Eduardo Carvajal

    Otro punto en comn con el nuevo periodismo fue el trabajo

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    30/56

    30

    Otro punto en comn con el nuevo periodismo fue el trabajo

    con personajes marginales. Dice scar Campo que haba como

    un consenso: tenan que poner a hablar personas que no ha-

    ban pasado por las pantallas de la televisin colombiana.

    Esta tendencia se dio en el nuevo periodismo, donde sus re-

    dactores recibieron el apodo de los Mud Rakers, porque pa-recan sacar las historias de las alcantarillas de la sociedad.

    Temas que nadie quera tocar, personajes que no eran ejem-

    plo de nada, comenzaron a ser objeto de la mirada de estos

    periodistas y de los mejores artculos que se haban publica-

    do en mucho tiempo. Un ejemplo es Joe Louis, un hroe del

    deporte que no est en sus mejores pocas, sino que por el

    contrario se vuelve cada vez ms viejo, ms calvo y ms tris-te. Estos investigadores que usaban las piernas para cami-

    nar por los sitios que iban a retratar y la persistencia para

    ver en el otro ms de lo que quera mostrar, lograban una

    profundidad que no se obtena en los ritmos de la labor perio-

    dstica, como sostiene Tom Wolfe: Slo a travs del trabajo

    de preparacin ms minucioso, era posible, fuera de la fic-

    cin, utilizar escenas completas, dilogo prolongado, puntode vista y monlogo interior.5

    En los documentales de Rostros y rastros se recuerdan per-

    sonajes como el Loco Guerra o Mr. Fly, El ltimo tramoyista

    (1989) de Antonio Dorado; seres marginales como la Larva

    en El proyecto del diablo (1999), que ms que un retrato se

    convierte en un ensayo audiovisual inspirado en las pelculasde Peter Greenaway, o El ngel subterrneo (1991), donde

    scar Campo se adentra en la mente de su personaje a tra-

    vs del montaje de su propio discurso. El cruce con referen-

    cias literarias aporta el punto de vista del realizador sobre

    ellos. Todo esto sin necesidad de recurrir al narrador.

    Tom Wolfe se refiere al uso del punto de vista como recursopara construir los personajes: A veces utilic el punto de

    vista en sentido jamesiano con que lo entienden los novelis-

    5Ibd.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    31/56

    31Circo (Carlos Pontn, 1990) Foto de Luis Hernndez

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    32/56

    32

    tas, para entrar en seguida en la mente de un personaje, para vivir el

    mundo a travs de su sistema nervioso central a lo largo de una escena

    determinada.6

    ste es justo el caso de los personajes que se cuentan a s mismos como

    el monlogo en Fernell Franco, escritura de luces y sombras (1995), docu-

    mental donde Mara Clara Borrero y scar Campo filtran el mundo a tra-

    vs del lente de una cmara fotogrfica. Aqu hay otra particularidad y es

    no recurrir a una construccin lineal, sino que las escenas saltan unas a

    otras, armando en vez de una cronologa histrica, un tiempo mental. Otrocaso de estos personajes, pero construidos de manera grupal, lo hace

    Luis Ospina en Arte sano cuadro a cuadro (1989), donde va mostrando con

    entrevistados encontrados en la calle, la filosofa de vida de personajes

    arquetpicos de la vida moderna como el hippiey el punk. ste fue el pri-

    mer intento de videoclipque se produjo en Rostros.

    La obtencin de estos testimonios implic una forma de investigacin cer-cana a la etnografa que tomaba mucho ms tiempo que el periodismo

    tradicional. Muchos documentales implicaban de tres a seis meses de

    indagacin y relacin con los personajes. Un ejemplo es Karen (1992),

    documental realizado por un grupo de estudiantes de Comunicacin Social

    de la Universidad del Valle que indagaron la vida de los travestis de la calle

    Octava en Cali, convivieron con ellos y, finalmente, se decidieron por ese

    nico personaje que retrata, a travs del monlogo, toda la desazn deuna vida estigmatizada por la sociedad.

    Este documental logr una confesin, no un testimonio para la cmara,

    desde las angustias mismas del ser. La indagacin se complement con

    una puesta en escena del protagonista que daba el testimonio desde dis-

    tintos lugares: su cama al llegar cansado de trabajar, una casa vaca, llena

    de fotos que lo hacen evocar la familia perdida por su condicin homo-sexual, un tocador, y finalmente una silla iluminada slo con un reflector,

    como denunciando la condicin de actor de su propia vida. La luz jugaba un

    6Ibd.

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    33/56

    33

    papel importante, pues los planos se oscurecan a medida que se ahonda-

    ban en las profundidades de este ser humano. La ficcin tambin hizo su

    aparicin, especialmente en la msica, el humo, los ligueros y otras con-venciones de femme fataleque aqu resultaban crueles y gritaban, desde

    los actos de Karen, un deseo de ser mujer.

    Los nuevos periodistas tambin hacan este tipo de investigaciones, bus-

    cando detalles humanos consuman ms tiempo que los reporteros de

    peridicos o revistas. Fomentaron la costumbre de pasarse das enteros

    con la gente sobre la que estaban escribiendo. Semanas en algunos ca-sos.7 La idea era ir mucho ms all de donde haba llegado el periodismo.

    La ciudad como personaje

    En varios documentales apareca la ciudad como personaje. En un momento

    en que Cali se desmoronaba, muchos documentales tuvieron la tendencia

    a reflejar esa destruccin. La ciudad se convirti en el motivo de obsesionesy derrotas de varios realizadores. As se hicieron trabajos interesantes

    como Demoliciones, Adis a Cali-Ah diosa Khali (1992) de Luis Ospina,

    relato audiovisual que parte de un hecho concreto que le sucede al realiza-

    dor como es la demolicin de su propia casa, y deja en claro una declara-

    cin: A veces pienso que el mundo est cambiando y que no vale la pena

    seguir hablando de s mismo. As que, siendo fiel a la frase, recurre a

    testimonios de otros artistas que tienen la seguridad de que esa ciudadest en decadencia; lo ms interesante es la mezcla de los testimonios de

    quienes tienen la demolicin como profesin, para quienes la destruccin

    es un negocio y la memoria un obstculo. Una reflexin de la ciudad que

    parte de la pura subjetividad del autor pero que logra abrir la mirada hacia

    un punto de vista compartido (y refutado). Realizado en la dcada de los

    noventa, sigue tan actual, porque como lo vaticina scar Muoz, uno de

    los artistas entrevistados: Cali seguir igual, pero peor. Ms de diezaos despus, a quien pasee por la ciudad en el plano secuencia de un bus

    desde la calle Quinta, no le quedar duda de ello.

    7Ibd.

    Adis a Cali-Ah diosa Khali (Luis Ospina, 1990), Luis Ospina y scar Bernal.

    Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    34/56

    34

    Otro recurso utilizado para contar la ciudad es el

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    35/56

    35

    juego con los ritmos, enDiario de plaza, la vida de

    improviso se muestra la actividad de un lugar que

    todos los das nace y muere: la Plaza de Caicedo, en

    el corazn de Cali. Aqu Antonio Dorado, se inspira

    en Dziga Vertov. Muy a propsito su documental em-pieza con la declaracin del cineasta ruso: Tene-

    mos el derecho, no slo a no realizar pelculas de

    gran consumo, sino tambin a crear films que en-

    gendren films, stos son un riesgo necesario para

    obtener futuras victorias. Urbania (1995), un

    videoarte realizado por Martn Ocampo y Amanda

    Rueda, en ese momento estudiantes de comunica-cin social, experimenta con el videoclipdesde una

    mirada joven. Aunque sigue la tradicin de la pelcu-

    la de Walter Rutmann, Berln, sinfona de una gran

    ciudad (1928). La voz desaparece casi por comple-

    to como elemento denotativo con excepcin de unos

    cuantos interttulos y juegos de palabras que son

    casi parte de la banda sonora.

    El nuevo periodismo cre la ciudad como personaje

    en el clebre libro de Guy Talese, Crnicas de Nueva

    York. Rostros y rastros crea Cali y siente nostalgia

    por ella. Se atreve a mirar la ciudad, sin morbo,

    desde un lado que traspasa, as sea con dolor, el

    engao de ser tan positivos, aunque los muros secaigan ante nuestros ojos.

    En directo

    La mayora de estos documentales se rigen por una

    potica de lo visual donde lo importante es expresar

    emociones y despertarlas en el espectador a travsde la manipulacin de la imagen real. Pero la potica

    tambin aparece en algunos casos en el tratamien-

    La palabra del diablo (Carlos Mayolo, 1989) Foto de Luis Hernndez

    to directo, un gnero importado que se aplica en casos particulares como

    L d l (1997) d l bi (

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    36/56

    36

    Los amantes del puente (1997), un documental que tambin (y esto parece

    constituirse en una marca de estilo por contagio) empieza con una decla-

    racin textual: Jos y Oliva viven bajo un puente en el ro Cali del cual han

    sido sus inquilinos permanentes. Desde all, ms que recalcar su pobreza

    intentamos retratar su intimidad, respetar su tiempo, sus movimientos,su insistencia para amarse.

    En esta pelcula los realizadores, quienes deciden trabajar con un mnimo

    equipo de produccin, hacen tambin las labores tcnicas y logran que los

    personajes vivan sus vidas frente a la cmara. Logran retratar momentos

    tan ntimos como el bao diario, en las orillas del ro Cali o tan emotivos

    como establecer un pequeo orden en su casa, una vivienda construida

    Un nombre para desplazado (Carlos Hoyos,

    ngela Osorio y Juan David Velsquez, 2003).

    Foto Archivo Cinemateca Distrital

    bajo un lugar ajeno, dentro del cual han expresado sus sentimientos apro-

    i d d l Ell mi m m i l d l q

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    37/56

    37

    pindose de l. Ellos mismos, seres marginales de los que no se conoce

    su origen, se confiesan como Don Quijote y Dulcinea; Jos dice que l es

    un loco como Don Quijote, que fue tan loco que volvi a Miguel de Cervantes

    Saavedra en uno de los grandes genios de la literatura.

    Sin embargo, es difcil encontrar herederos de esa vertiente del cine di-

    recto; scar Campo lo atribuye a que ha prevalecido el documental como

    texto, donde se conjugan varias posibilidades y se homologan tratamien-

    tos que al hacer uso de un solo formato, seran imposibles de combinar.

    Independencia

    Rostros y rastros parti del postulado de que todas las personas que con

    experiencia o sin ella quisieran dinamizar su capacidad de investigacin,

    de creacin y de propuesta de un lenguaje visual tuvieran cabida en este

    espacio, que se plante como una bsqueda ilimitada del documental. Aqu

    los realizadores tenan la posibilidad de construir un estilo, de dirigirse a

    un espectador participativo y ste tena derecho de no caer en la rutina,

    pues no saba con qu se iba a encontrar en cada emisin.

    Esto fue consecuencia en gran parte de las lgicas de produccin, puesto

    que Rostros y rastros era hecho por realizadores independientes. La ma-

    yora de los directores dedicaban tres, seis u ocho meses a cada proyec-

    to; muchos eran profesores, otros estudiantes o investigadores, gente

    para quienes los documentales constituan una especie de proyecto de

    vida y lo abordaban con el inters de poder practicar una labor que notena y sigue sin tener espacio en la televisin colombiana.

    El nuevo periodismo tambin cont con personas que trabajaban por el

    placer de escribir buenas historias y se calentaban la cabeza como cola-

    boradores independientes lo que segn Wolfe [...] era un sistema garan-

    tizado de permanecer annimo.8 Casi como ser documentalista, un tra-

    bajo que en el medio colombiano no es entendido como un cargo. El ladobueno radica en que esa independencia daba, a su vez, libertad creativa

    para cada realizacin.

    8Ibd.

    Sin embargo, ms all de esa libertad creativa, haba algo que unificaba la

    mayora de los documentales de Rostros y rastros y fue la tcnica; por

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    38/56

    38

    mayora de los documentales de Rostros y rastros y fue la tcnica; por

    ello, se pens en que el equipo inicial de camargrafos y sonidistas fuese

    el mismo. Nombres como Hernando Tejada, Csar Salazar, Luis Hernndez,

    scar Bernal y, posteriormente, Carlos Duque y Diego Jimnez le dieron a

    los documentales una factura audiovisual de calidad con ciertos sellos deestilo como encuadres inusuales, cmara en movimiento, cuadros con

    mucho espacio para las entrevistas, que evitaran la sensacin de bustos

    parlantes, entre otros.

    Aunque esto no dejaba de lado aquellos relatos que se sostenan ante todo

    con la fuerza del testimonio. La palabra retom su fuerza en documentales

    como Recuerdos de sangre (1990) de scar Campo y Astrid Muoz, unahistoria de relatos aterradores contados con la ms absoluta normalidad,

    por boca de quienes haban sido o conocido a los Pjaros en los aos

    cincuenta, aquellos ejecutores de una violencia que golpe a muchos pue-

    blos del norte del Valle. Aqu la imagen se apoya sobre todo en archivo de

    pelculas de la poca, pero son los entrevistados los que le dan vida al

    relato, actuando sus recuerdos de vctimas o victimarios. O en Navarro,

    cuento de sombras (1991) un documental de estudiantes, en el que seretrata la vida de madres y nios que viven en un basurero. Lo curioso es

    que la mirada, que pudo ser amarillista, se transforma en un genuino

    descubrimiento de las relaciones que se pueden establecer aun en el lugar

    ms desolador, donde el dinero es lo ms importante, tanto que el docu-

    mental cierra con el testimonio de una mujer a la que le gusta trabajar en

    la basura: [...] porque all uno se encuentra cadenitas de oro.

    Todas estas historias fueron creando una vanguardia en la televisin regio-

    nal; Rostros y rastros es un hito en la historia del documental colombiano

    y lo interesante es que proviene, no del medio televisivo, sino desde el

    mbito acadmico. La Universidad del Valle aport el peso de la investiga-

    cin y logr que la produccin entrara en ritmos ms pausados, distintos

    a los del fast foodde la televisin comercial.

    El ltimo tramoyista (Antonio Dorado, 1989) Foto de Eduardo Carvajal

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    39/56

    39

    Primeros premios

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    40/56

    40

    Los premios no tar daron en llegar. Ojo y vista, peligra la vida del artista, el

    primer programa emitido en Rostros, obtuvo el primer lugar en el XIII

    Festival Internacional de Cine y Super 8 de Caracas en 1988; El ltimo

    tramoyista gan el India Catalina a mejor programa documental en el XXIXFestival de cine de Cartagena, en 1989; en el mismo ao los periodistas le

    otorgaron el premio Gama a Ms all de las noticias como mejor programa

    de Telepacfico. Con Recuerdos de sangre, Rostros y rastros vuelve a ganar

    en el Festival de cine de Cartagena de 1990 y, en 1992, Un ngel subte-

    rrneo obtiene el premio a mejor documental en el Festival de Cine y Video

    de La Habana.

    Continuando con la analoga, para Rostros y rastros el reconocimiento lle-

    g ms rpido que para los nuevos periodistas, quienes en principio tuvie-

    ron que soportar cientos de crticas contra su estilo. En Norteamrica se

    otorga el premio Cojones deHierro, para periodistas independientes. ste,

    no tan prestigioso, fue el primer reconocimiento del grupo y lo gan Hunter

    Thompson, un periodista de California que pas dieciocho meses con los

    ngeles del Infierno para escribir La extraa y terrible saga de los motoci-clistas proscritos. La verdadera celebracin tuvo que esperar hasta que

    sali A sangre fra, la novela que The New Yorkerpublic por captulos en

    el ao 1965 y con la cual el gnero gan respetabilidad literaria. A los

    escritores les aterraba la etiqueta de periodistas, insistan en que esta-

    ban escribiendo novelas cortas, pero la verdad es que haba surgido un

    nuevo gnero: la novela de no ficcin.

    Los estudiantes

    Muchos documentalistas tradicionales llegaron a reclamar la realidad cuan-

    do comenzaron a ver los trabajos de los estudiantes, proyectados en las

    muestras internacionales de documental en Bogot. A pesar de la distan-

    cia, era una actitud muy parecida a quienes en los sesenta gritaban ante

    los relatos de los nuevos periodistas: se lo estn inventando! Segn scarCampo lo que ocurra es que adems de los caminos formales se estaban

    encontrando nuevas formas de hacer documental. As aparecieron traba-

    jos que utilizaron la imagen como concepto. Piel degallina (1998), de

    Mnica Arroyave y Carlos Espinosa, ganador de premios en Mxico y Ar-

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    41/56

    41

    y y p , g p y

    gentina; es un juego visual con el tema de la industria de los pollos, donde

    a travs de entrevistas a personajes inventados se hacen relaciones trans-

    versales con la vida programada del hombre de hoy. Otros continuaron

    con el cuestionamiento a temas coyunturales, es el caso de Legalizacin(1998) de Vivian Uns que a travs de un relato humorstico y del uso del

    animatic, versa sobre la industria de las drogas. Este documental obtuvo

    reconocimiento en Canad.

    Siguiendo la vertiente de la actualidad, pero ms apoyado en el testimonio

    est xodo, las voces (2000) de lvaro Girn y Mnica Bravo. Este docu-

    mental gan el premio de periodismo Alfonso Bonilla Aragn; en l, a tra-vs de testimonios conseguidos en un aeropuerto, se desarrolla el tema

    del exilio voluntario o involuntario de quienes abandonan Colombia. Aqu se

    destaca el trabajo con el sonido y el montaje de testimonios que constru-

    yen un mismo relato, el del desarraigo.

    A partir de la dcada de los noventa, Rostros y rastros incluy cada vez

    ms realizaciones de estudiantes; en esta etapa que an contina, la pro-duccin se hace con la financiacin de la Comisin Nacional de Televisin:

    los proyectos de Vidas cruzadas (documentales de media hora) y Tres di-

    mensiones (retratos de quince minutos sobre arte) sostienen la produc-

    cin de Rostros y rastros desde el ao 2000, la mayora realizada por

    estudiantes de ltimos semestres de Comunicacin Social de la Universi-

    dad del Valle.

    El tema de la violencia vuelve a retomarse. Los desplazados surgen como

    personajes de varios documentales: Ruta 387 (2000)de Jos Snchez,

    sobre una comunidad desplazada, recibi varios premios: DocAmateur

    del Canal Plus de Espaa y mejor documental en el Festival de Gran Cana-

    rias y en el de Navarra.

    En Docupolis, una muestra que se realiza cada ao en Barcelona, se reco-noci La marcha del ladrillo (2001), de Mauricio Vergara, el seguimiento

    de un artista que construye una casa efmera en el centro de la ciudad.

    Estos estudiantes, que le dieron un giro a la realizacin de Rostros y ras-

    tros, ya no son aquellos herederos del cine, sino una generacin que creci

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    42/56

    42

    absorbiendo el video; que tiende ms a experimentar con las posibilidades

    tcnicas de la imagen, sobre todo a nivel de la edicin, al aprovechar la

    aparicin de los equipos de edicin caseros y las cmaras digitales. En

    cuanto a contenido, se incluyen investigaciones y tendencias de la academia,hablan de posmodernidad, de tribus urbanas, de paseantes, de hibridacio-

    nes. Incluso se retoma una tendencia que ya haba trabajado Carlos Mayolo

    a mediados de los setenta: el falso documental. La pelculaVampiros de la

    miseria(1975), denunciaba la explotacin de la pobreza que hacan mu-

    chos documentales y retrataba la forma como unos documentalistas per-

    seguan indigentes para retratarlos. Manual inconcluso para el silencio

    (2001) deAndrs Santacruz y Mara Fernanda Luna, seleccionado para lamuestra Docupolis y para la de documental colombiano en Toulouse, reto-

    m la idea del found footage(material encontrado); en l, se reflejaba a

    travs de imgenes de archivo de diversos noticieros, la situacin del

    desplazamiento a travs del silencio como una constante en los territorios

    de la violencia. Una manera de utilizar las imgenes de la informacin para

    cuestionar, a travs de un tratamiento audiovisual que respeta los tiem-

    pos de la imagen, la capacidad insensibilizadora de la noticia.

    Otro documental que se vali de la tcnica de material encontrado, combi-

    nada con entrevistas a jvenes, obtuvo el premio Input como mejor docu-

    mental en Holanda. El trabajo No hay pas (2003)de Guillermo Arias, es

    un juego visual donde se entrecruzan testimonios sobre la violencia e im-

    genes retomadas de otras producciones. Trabajados con tcnicas de edi-

    cin que acercan el documental a una recreacin pictrica, no construyenrelatos coherentes, ms bien buscan dejar impresiones en el espectador.

    Eplogo

    Rostros y rastros es una de las apuestas ms arriesgadas que se ha

    hecho en la historia de la televisin colombiana. La pregunta es cmo ir

    ms all para hacer de ello una industria, cmo superar la condicin dedepender de los subsidios del Estado. El domingo 16 de septiembre del

    2001, el programa se emiti por ltima vez en el canal regional Telepacfico,

    debido a que la deuda de emisin no pudo ser cubierta. En su reemplazo

    pas a emitirse un musical. Segn scar Campo, Rostrosy rastros conti-

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    43/56

    43

    na pues se emite a travs del canal universitario.

    A diferencia del nuevo periodismo, que despus de ser cuestionado, fue

    apoyado por los medios norteamericanos y se convirti en un fenmeno,aqu sucede lo contrario; despus del cuestionamiento y la confirmacin

    de la calidad a travs de mltiples premios y reconocimientos, algo debi-

    damente marcado, etiquetado e impulsado, que podra traer beneficios,

    tiende a desaparecer. Razn tenan los documentalistas cuando presenta-

    ban la ciudad como algo que tiende a borrar su memoria. Ahora quiere

    incluso borrar el reflejo de esta memoria, porque parece que, como la

    madrastra de Blancanieves, slo le interesa mirarse en los espejos que lamuestran bella, as sea un engao visual. Por qu cerrar los ojos ante la

    fealdad, la marginalidad, los problemas? La televisin no es una caja de

    fantasas y es difcil de creer que slo obtengan apoyo institucional los

    proyectos que quieren mostrar una Colombia positiva. A dnde irn a

    parar los rostros que no se ven en los espejos? Porque es seguro que por

    dejar de mirarlos, no van a desaparecer. Quizs sera ms inteligente usar

    lo alternativo y convertirlo en una opcin, ahora ms que nunca, cuando latelevisin est vida de propuestas que puedan competir en el mercado de

    las diferencias.

    Un nombre para desplazado (Carlos Hoyos,

    ngela Osorio y Juan David Velsquez, 2003).

    Foto Archivo Cinemateca Distrital

    FILMOGRAFA

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    44/56

    44

    1988

    Ojo y vista: peligra la vida del artista (Luis

    Ospina, 26 min.)

    Historia de una cancin (Adolfo Cardona, 25

    min.)Buscando la meloda (Rafael Quintero,25

    min.)

    Mirante en cuadro I (Guillermo Bejarano, 27

    min.)

    Mirante en cuadro II (Guillermo Bejarano, 30

    min.)

    Rastro de amor I (Carlos Fernndez de Soto,25 min.)

    Rastro de amor II (Carlos Fernndez de

    Soto, 25 min.)

    1989

    Rodando con Blacky (Guillermo Bejarano, 25

    min.)

    Ms de la mitad de los sueos (S. Meja y G.

    Velasco, 27 min.)Interior a tres bandas (Fernando Lpez, 25

    min.)

    Entre risas y marionetas (Armando Soto, 25

    min.)

    La vida es muy dura (Nicols Buenaventura,

    Julio Gonzlez, Carlos Fernndez, 25 min.)

    Carmina Burana: montaje de un sueo(Fernando Calero, 25 min.)

    Jan Bartelsman (Erick Bongue y Jan

    Bartelsman, 25 min.)

    Banderilleros (Jaime Gutirrez, 28 min.)

    Artesano: cuadra a cuadra (Luis Ospina, 25

    min.)

    El ltimo tramoyista (Antonio Dorado y

    Fernando Lpez, 28 min.)

    Mr. Fly en Caliwood (Antonio Dorado y

    Fernando Lpez, 27 min.)Relato tras las rejas (scar Campo e Isabel

    Moreno, 27 min.)

    El Cali que se fue (Beatriz Llano y scar

    Campo, 27 min.)

    Rigoletto entre telones (Fernando Calero, 25

    min.)

    Retrato de un escritor en el trpico (scarCampo, 27 min.)

    La msica en los tiempos del ruido

    (Cinexperiencia [Nicols Buenaventura y

    otros], 26 min.)

    FILMOGRAFA

    SERIE ROSTROS

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    45/56

    45

    Guerra contra el Per (scar Campo e Isabel

    Moreno, 25 min.)

    Todo me gusta de ti (Diego Villegas Hurtado,

    25 min.)

    La palabra del diablo I (Carlos Mayolo, 27

    min.)La palabra del diablo II (Carlos Mayolo, 27

    min.)

    Tatines y matachines (Carlos Mayolo, 27

    min.)

    Areito en concierto (Eduardo Carvajal y

    Beatriz Llano, 25 min.)

    Para quin canto yo (Fernando Lpez, 25min.)

    Fotofijaciones (Luis Ospina, 26 min.)

    Sonora Poncea 40 (Antonio Dorado, 25

    min.)

    El rostro de la muerte (scar Agredo, 27

    min.)

    La escritura del sol (Cinexperiencia [Nicols

    Buenaventura y otros], 25 min.)

    Colombianos in Korea (Ana Fernanda

    Martnez, 25 min.)Rojos (Antonio Dorado, 27 min.)

    Festival de teatro en Manizales (Ana Mara

    Echeverri, 25 min.)

    De tripas corazones (Silvia Meja, 26 min.)

    1990

    Strip Tease (Juan Fernando Franco y Rafael

    Quintero, 25 min.)

    El ltimo canto del guerrero (Eduardo Carvajal

    y Elsa Vsquez, 27 min.)

    Ro Cauca I (Fernando Bern e Isabel Moreno,

    25 min.)

    Ro Cauca II (Fernando Bern e Isabel More-

    no, 25 min.)

    Slo para hombres (Silvia Meja, 27 min.)

    Circo (Carlos Pontn, 26 min.)Tumba la caa (Beatriz Llano, 26 min.)

    Recuerdos de sangre I (Astrid Muoz y

    scar Campo, 25 min.)

    Recuerdos de sangre II (Astrid Muoz y

    scar Campo, 25 min.)

    Adis a Cali. Ah diosa Kali (Luis Ospina, 27 min.)

    Cali: plano x plano (Luis Ospina, 25 min.)Los judos no son como los pintan (Manuel

    Bergrum, 27 min.)

    Gorgona (Doris Eder, 26 min.)

    Los realizadores (Luis Ospina, 27 min.)

    Y RASTROS

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    46/56

    46

    Grupo de teatro Katakali (Ana Mara

    Echeverry, 31 min.)

    Univalle 45 aos (Beatriz Llano, 25 min.)

    El hombre que saba demasiado (Carlos

    Fernndez de Soto, 27 min.)

    Rodrigo Uribe (Carlos Pontn, 26 min.)Compaa Ilimitada (Fernando Lpez, 28 min.)

    Marineros (Fernando Bern e Isabel Moreno,

    28 min.)

    Festival de Manizales I (Guillermo Bejarano,

    25 min.)

    Festival de Manizales II (Guillermo Bejarano,

    24 min.)Las puertas del cielo (Carlos Fernndez de

    Soto, 25 min.)

    La siempre viva (Alberto Bejarano, 28 min.)

    Sudando fro (Juan Fernando Franco, 28 min.)

    Se busca pblico (Adolfo Cardona, 26 min.)

    Tejedor de sueos (Antonio Dorado y Mara

    Clara Borrero, 25 min.)

    1991

    Juego profundo (Isabel Moreno y Fernando

    Bern, 25 min.)

    Punkametal (Fernando Borrero, 26 min.)

    El diario de una plaza (Antonio Dorado, 27

    min.)

    Zaranda de sueos (Carlos Fernando

    Rodrguez y Alex Escobar, 26 min.)Haciendas del Valle (Bertha Albn de

    Carvajal y Margarita Garrido, 25 min.)

    Gonzalo Echeverry (Ana Mara Echeverry y

    Adalgiza Charria, 26 min.)

    Golfo Prsico (Diana Vargas, 26 min.)

    La ltima vaporina (Carlos Pontn, 25 min.)

    Albeiro Garca (Manuel Bergrum, 27 min.)

    Kali-Yuga (Gerardo Otero, 25 min.)

    Los duelistas (Jos Urbano, 26 min.)

    Tres aos de Rostros y Rastros (CarlosFernndez de Soto, 25 min.)

    Tiempos de guerra (Antonio Dorado, 29 min.)

    Elementos de pasin I (Guillermo Bejarano,

    26 min.)

    Elementos de pasin II (Guillermo Bejarano,

    27 min.)

    El hombre del armario I (Jorge Echeverry, 25min.)

    El hombre del armario II (Jorge Echeverry,

    31 min.)

    El duende enamorado (scar Campo, 25 min.)

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    47/56

    47

    Mujeres al borde de un ataque de nervios

    (Ana Fernanda Martnez y Carlos Fernndez

    de Soto, 25 min.)

    1992

    Historia de ambulantes (Antonio Dorado, 25

    min.)

    Un ngel subterrneo (scar Campo, 25 min.)

    Cine de barriada (Fernando Borrero, 25 min.)

    De qu me estn hablando? (Alexandra

    Martnez y Vicky Guevara, 26 min.)

    Demonios (Orlando Puente, 25 min.)Estados alterados (Fernando Borrero, 26 min.)

    Entre travestis (Guido Hoyos y Mnica

    Surez, 25 min.)

    Porno Hot Video (Diana Vargas, 27 min.)

    Con el viento a tu favor (Silvia Meja, 25 min.)

    Bsame Colombia (Claudia Echenique, 25 min.)

    Agelulo (Paula Trujillo, Alberto Bejarano y

    Csar Castro, 28 min.)

    Karen (Clara Ramrez, Mnica Surez y

    Guido Hoyos, 26 min.)Embarazo precoz (Diana Vargas, 26 min.)

    scar Muoz (scar Campo y Astrid Muoz,

    25 min.)

    Adoraciones al Nio Dios en el N. Cauca

    (Ramiro Arbelez y Juan Fernando Franco,

    25 min.)

    Rostros annimos (Alejandro Flrez, GuidoHoyos y Mnica Surez, 25 min.)

    Cambio de tercio (Manuel Bergrum, 27 min.)

    Rumba de la Ocho (Jorge Caicedo y Ximena

    Franco, 27 min.)

    1993

    Un colombiano en New York (Alberto

    Bejarano, 26 min.)

    Ecomundo 92 (scar Campo, 26 min.)

    Puerto Chontaduro (Patricia Alzate y JennyMartnez, 26 min.)

    Evocando desde el trpico (Alberto Bejarano,

    25 min.)

    Casa de brujas (scar Campo, 25 min.)

    lvaro Mutis I (Diana Vargas, 28 min.)

    lvaro Mutis II (Diana Vargas, 28 min.)

    Instalaciones (Juan Fernando Franco, 27min.)

    Los soantes (Diana Vargas, 26 min.)

    Escritores del Valle (Amanda Rueda, 26

    min.)

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    48/56

    48

    Temporada en el infierno (Fernando

    Rodrguez y Orlando Cajamarca, 29 min.)

    Mujeres en escena (Esquina Latina, 26 min.)

    Drama estudiantes (Carlos Rodrguez y Olga

    Criollo, 28 min.)

    Manzana T (Adalgiza Charria, 27 min.)Un charco no tan azul (Carlos Pontn, 27

    min.)

    1994

    Rock Cutting (Juan Fernando Franco, 27 min.)

    Daltrey (Juan Fernando Franco, 27 min.)Terremoto de Popayn I (Antonio Dorado, 28

    min.)

    Terremoto de Popayn II (Antonio Dorado, 28

    min.)

    Terremoto de Popayn III (Antonio Dorado,

    28 min.)

    Crnica roja (scar Campo y Mara Clara

    Borrero, 25 min.)

    Antonio Caballero I (Diana Vargas, 26 min.)

    Antonio Caballero II (Diana Vargas, 28 min.)Solo de guitarra (Andrs Monps, 15 min.)

    Rosas en el infierno (Mara Isabel Escobar,

    15 min.)

    Amazonas (Astrid Muoz, 24 min.)

    Santa Rosa (Rodrigo Daza, 25 min.)

    Trajines del ocaso (Alexandra Martnez, 25 min.)

    Amapola (Astrid Muoz, 26 min.)Ancianos I (Jos Hleap, 25 min.)

    Ancianos II (Jos Hleap, 26 min.)

    Hctor Lavoe (Diana Vargas, 25 min.)

    Los aos verdes (Astrid Muoz, 25 min.)

    Parqueadas en domingo (Tania Arboleda,

    Claudia Rojas y Diego Jimnez, 25 min.)

    Carlos Holgun Sardi (Diego Hernn Canal

    1992-1994, 25 min.)

    1995

    Modelos (Antonio Dorado, 27 min.)

    Del puente pall (Mara Ximena Lpez y

    Juan Carlos Gil, 27 min.)

    Buenaventura (Antonio Dorado, 28 min.)

    Fernell Franco, escritura de luces y sombras

    (scar Campo y Mara Clara Borrero, 29 min.)Crnicas de Cali (Sandra Escobar, James

    Trivio, Rogelio Navarro y otros, 25 min.)

    El Valle: ltima frontera (Adolfo Cardona, 28

    min.)

  • 7/23/2019 Rostros y Rastros: La realidad mas alla del periodismo

    49/56

    49

    Escritores (Antonio Dorado, 28 min.)

    Arquitectura 50 aos (Carlos Eduardo

    Rodrguez, 26 min.)

    Urbania (Amanda Rueda y Martn Ocampo,

    25 min.)

    Artes visuales I (scar Campo, 27 min.)Artes visuales II (scar Campo, 27 min.)

    Notas claves sobre la msica (Fernando

    Lpez, 27 min.)

    Mono Nez (Ana Fernanda Martnez y

    Carlos Fernndez de Soto, 26 min.)

    Galera (Jorge Navas, 27 min.)

    Festival de arte (Patricia Alzate, 25 min.)Mara Ballet (Pepe Bayona, 28 min.)

    Cuentos regionales (estudiantes de

    comunicacin social, 27 min.)

    Cao Cristales (Jos Katn, 27 min.)

    Aterciopelados (Carlos Eduardo Rodrguez y

    Amanda Rueda, 28 min.)

    1996

    Pacfico negro (scar Campo, 26 min.)Sinfona a Lila (Daniel Vallejo, 15 min.)

    Rquiem final (Yaneth Yepes, 15 min.)

    Segmentos de cemento (Alex Buenda, 15 min.)

    Feminismo (Amanda Rueda y Adalgiza

    Charria, 28 min.)

    Artefacto (Eduardo Moreno, Lorena Daz y

    otros, 13 min.)Una escultura de la muerte (Eduardo

    Moreno, Lorena Daz y otros, 13 min.)

    Camioneros (Heidi Caaveral, Mauricio

    Zapata y Patricia Villegas, 15 min.)