Romances de Tradición Oral Conservados Entre Los Negros de Colombia. Germán de Granda

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Romances de Tradición Oral Conservados Entre Los Negros de Colombia. Germán de Granda

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  • T H E S A V R V SB O L E T N

    D E L I N S T I T U T O C A R O Y C U E R V O

    TOMO XXXI Mayo-Agosto 1976 NMERO 2

    ROMANCES DE TRADICIN ORALCONSERVADOS ENTRE LOS NEGROS

    DEL OCCIDENTE DE COLOMBIA

    El inters por el romancero espaol y por los problemasde toda ndole que plantea se ha manifestado, en los ltimosaos, en la aparicin de numerosas obras de investigacin entrelas que se destacan por su importancia las que tocan temas re-lacionados con la transmisin tradicional de los romances y suinterpretacin terica 1, las que tratan problemas lingsticos'con ellos relacionados y, naturalmente, las que, mediante inves-tigaciones de campo, amplan la nmina de variantes cono-cidas 3.

    1 Vanse, como ejemplo, G. DI STEFANO, Sincrona e diacronia nel romanzero,

    Pisa, 1967; D. DEVOTO, Sobre el estudio folklrico del romancero espaol: propo-siciones para un mtodo de estudio de la transmisin tradicional, en Bulletin His-panique, 57, 1955, pgs. 233-291; PAUL BNICHOU, Creacin potica en el roman-cero tradicional, Madrid, 1968; DIEGO CATALN, Siete siglos de romancero, Madrid,1969, y Por campos del romancero: estudio sobre la tradicin oral moderna, Ma-drid, 1970; MANUEL ALVAR, El romancero: tradicionalidad y pervivencia, Barce-lona, 1970.

    ' Vase J. SZERTICS, Tiempo y verbo en el romancero viejo, Madrid, 1967.* Por ejemplo D. CATALN, et al., La flor de la marauela: romancero general

    de las Islas Canarias, Madrid, 1969 (2 vols).

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    Estas lneas de investigacin, que presentan una de sus msrecientes e interesantes manifestaciones en el coloquio de Ma-drid patrocinado por el Seminario Menndez Pidal4, tienenun excepcional campo de aplicacin en Hispanoamrica comolo testimonia no slo la conocida bibliografa de M. E. Sim-mons sino la continuada aparicin de trabajos que, despusde 1963 (fecha en que dicha bibliografa fue publicada), hanseguido presentando nuevas aportaciones americanas al roman-cero hispnico. Entre ellos quiz el ms notable es el excep-cional volumen dedicado por Gisela Beutler al romancero co-lombiano6 en el cual se recogen y analizan sabiamente grancantidad de materiales procedentes tanto de documentos es-critos como de la tradicin oral actual, siendo stos ltimosrecopilados por la autora en un tenaz y laborioso trabajo decampo.

    Teniendo en cuenta la excepcional riqueza y abundanciide las versiones romancsticas contenidas en el libro citado, hedudado bastante antes de presentar aqu algunas variantes ms,recogidas por m en territorio colombiano con ocasin de lasinvestigaciones dialectales que, patrocinadas por el InstitutoCaro y Cuervo de Bogot, he realizado en los aos 1973, 1974y 1975. Al fin me han decidido a ello, a pesar de lo limitadode mis materiales, algunas consideraciones de peso, entre lascuales citar slo la conveniencia de dar a conocer todas lasvariantes romancsticas que se puedan conocer, por pocas quesean, segn repetidas veces han recomendado, por ejemplo,Ramn Menndez Pidal7 y M. Alvar8; la circunstancia de

    * El romancero en la tradicin oral moderna, ler. Coloquio Internacional. Ed.a cargo de D. Cataln y Samuel G. Armistead con la colaboracin de AntonioSnchez Romeralo, Madrid, 1973.

    * A bibliography of the Romance and related jorms in Spaish America,Bloomington, 1963.

    * Studien zum spanischen Romancero in Kolumbien in seiner schriftlichenund mndlichen berliejerung von der Ztit der Eroberung bis zur Gegenwart,Heidelberg, 1969.

    ' "...importa no desatender ninguna de las muestras, siempre escasas, quehayamos podido recoger... deben ser publicadas todas las que hoy se logren aco-piar", en Romancero Hispnico, II, Madrid, 1968, pg. 445.

    * En El Romancero. Tradicionaiidad y pervivencia, Madrid, 1970, pg. 34.

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    que los textos que presento hayan sido recogidos en el rea msarcaizante de Colombia0, la zona de poblacin negra de lacosta del Pacfico, y el hecho de que alguno de mis textos nohaya sido presentado en el trabajo de G. Beutler en versionesparalelas a la ma, mientras que las otras lo han sido con va-riantes bastante diferenciadas de las aqu recogidas.

    1. ROMANCE DEL CONDE OLINOS

    Aunque muy abundante en la tradicin oral peninsular ysefard10, no lo es tanto en la americana, en la que slo se hanrecogido, hasta ahora, versiones de Argentina ", Venezuela 12,Cuba 13, Puerto Rico14 y Repblica Dominicana 15, adems de

    ' GISELA BEUTLER, ob. cit., pg. 161.10

    As en M. MENNDEZ PELAYO, Suplemento a Primavera y Flor de romances(Antologa de poetas lricos castellanos, IX, Madrid, 1945); R. MENNDEZ PIDAL,Los romances de Amrica y otros estudios, Buenos Aires, 1943, pg. 157; ARCADIODE LARREA PALACN, Romances de Telun, Madrid, 1952, pgs. 179-184; KURTSCHINDLER, Fok music and poetry oj Spain and Portugal, New York, 1941, pgs.54-55, etc.

    11 CIRO BAYO, Romancerillo del Plata, Madrid, 1913, pgs. 18-19; ISMAEL

    MOYA, Romancero, II, Buenos Aires, 1941, pgs. 5-14 y 256; JUAN DRAGHI-LUCERO,Cancionero popular cuyano, Mendoza, 1938, pg. 3; Juno ARAMBURU, El folklorede los nios, Buenos Aires, 1940.

    " JOS DE ONS. El celo de los duendes: una variante americana del romancedel Conde Olinos, en Cuadernos Americanos, 23(3), 1964, pgs. 219-229; PEDROMONTESINOS, DOS romances viejos, en Revista Nacional de Cultura, nm. 24, pgs.45-46; ISAAC J. PARDO, Viejos romances espaoles en la tradicin popular vene-zolana, en Revista Nacional de Cultura, 5, nm. 36, pgs. 42-44; ISABEL ARETZ-TIIIELE, Primera seleccin de canciones y danzas tradicionales para escolares, Bue-nos Aires, s. a., pgs. 633-635; FRANCISCO MONROY PITTALUCA, Cuentos y romancestradicionales en Cazarla (llanos del Gtirico), en Archivos Venezolanos de Folklore,1(2), 1952, pg. 370.

    1S JOS MARA CHACN Y CALVO, Romances tradicionales, en Ensayos de lite-

    ratura cubana, Madrid, 1922, pgs. 149-151." MARA CADILLA DE MARTNEZ, La poesa popular en Puerto Rico, Madrid,

    1933, pgs. 170-172.EDNA GARRIDO, Versiones dominicanas de romances espaoles, Santo Do-

    mingo, 1946, pg. 55.

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    las colombianas aportadas por A. Pardo Tovar 18 y G. Beutler17.Ha estudiado su posible gnesis W. Entwistle18.

    La versin que aqu presento me fue dicha por Juana Ri-va, de 40 aos, natural de Gina, casero perteneciente al Mu-nicipio de Baha Solano (Puerto Mutis), Departamento delChoc.

    Levntate, Colderillo 19La maana de un San JuanDale agua a tu caballoA las orillas del marToda el agua que bebiToda se le fue en cantarMarineros y caminantesSe pusieron a escucharLe dijo la Reina a su hija"Levntate, no durmsVen que bonito cantaLa sirena en el mar""Esa no es sirena, madre,Me desmera en el cantarEse es el colderilloQue con l me he de casar""No te casars, no, hijaYo lo debo de matar""Que si usted lo mata, madre,Yo viva no he de quedar"Y la madre, recelosa,Ella lo mand a matarMaten uno y maten dosQue mueran en santa paz

    19 Los cantares tradicionales del Bando, Bogot, 1960, pg. 31.

    17 Ob. di., pgs. 233-236.

    18 El conde Olinos, en Revista de Filologa Espaola, 35, 1951, pgs. 237-248.

    " No teniendo este trabajo finalidad lingstica, no he credo necesario con-servar las peculiaridades fonticas de las versiones recogidas, entre las que se en-cuentran la evolucin r, la neutralizacin muy marcada de fonemas conso-nanticos implosivos, la aspiracin o prdida de -s, etc. Slo hago una excepcin yes la conservacin de la forma [colderillo], con evolucin -r > - / muy probable,para preservar un rasgo fontico que incide tambin en el mbito lxico y se-mntico al no percibir la informante la identidad entre las formas [colderillo]y [corderillo], esta ltima origen indudable de aqulla.

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    Del uno se hace una iglesiaDel otro un famoso altarDe la cabeza del condeNaci un verde naranjalT te vuelves naranjitoY yo un verde naranjalNos iremos a hacer fiestaEn las orillas del mar2 0 .

    En esta versin, bastante completa y relativamente arcaica,se preservan los cuatro elementos bsicos de la estructura delromance, tal como se ha conservado en las variantes ms gene-ralizadas de la Pennsula y del mbito sefard:

    (1) El conde da agua a su caballo a las orillas del mar el dade San Juan,

    (2) Su canto sugestiona a madre e hija, creyendo aqulla quees el de la sirena,

    (3) La hija descubre su amor por el conde y ambos son muer-tos por la madre,

    (4) Se realizan transformaciones de los cadveres en rboles,en fuente y ro, en garza o paloma y gaviln, etc.21.

    Tambin se observa la no contaminacin, extremadamen-te frecuente en Espaa y Amrica y entre los sefardes, de esteromance con el del Infante Arnaldos, facilitada por la coinci-dencia, cronolgica y tambin, parcialmente, temtica, entreambos (da de San Juan, tema del canto). Es, igualmente,

    30 Segn mi informante, detrs de cada cuatro versos del romance (estrofas)

    se canta el respondido siguiente:

    Vaya un lejos vaya un lejosVaya un lejos de la mar.

    n Al considerar paradigmtica esta estructura cuadrimembre del romance, dejo

    de lado, lgicamente, las versiones amplias, como la asturiana recogida por Me-nndez Pelayo y estudiada por Entwistle, que de ningn modo pueden conside-rarse representativas de la tradicin peninsular y sefard.

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    interesante en esta versin la doble transformacin final (eniglesia y altar, en naranjal y naranjo) de los dos amantes queno se da en algunas de las recogidas contemporneamente (enCuba y Puerto Rico, por ejemplo); se reduce a una sola enotras (en algunos textos venezolanos) o se verifica de diferen-te modo (Repblica Dominicana, Venezuela, versiones colom-bianas y peninsulares con transformacin en iglesia y altar yen paloma y gaviln).

    2. ROMANCE DE BLANCAFLOR Y FILOMENA

    Este terrible romance, originado en el mito clsico deProgne y Filomela, debi existir ya a fines del siglo xv o prin-cipios del xvi en la tradicin peninsular " , a pesar de que noaparece en el Cancionero de romances de Amberes, en el Ro-mancero general de Duran o en la Primavera y flor de roman-ces de Wolf y Hartman23. S se presenta, en cambio, abundan-temente en la actualidad en Espaa y entre los sefardes24 y,con menor intensidad, en Hispanoamrica, posiblemente porlo estremecedor del argumento y a pesar de que los compo-nentes ms macabros del mismo suelen ser omitidos en la tra-dicin oral americana. Se encuentra, en la Amrica espaola,

    ~ M. MENNDEZ PELAYO, Suplemento a Primavera y Flor de Romances (An-tologa de poetas lricos castellanos, tomo IX, Madrid, 1945); R. MENNDEZ PIDAL,Romancero hispnico, I, Madrid, 1953, pgs. 160-161.

    a R. MENNDEZ PIDAL, ob. cit., en la nota anterior.

    21 M. MENNDEZ PELAYO, (ob. cit., en nota anterior) recoge versiones astu-

    rianas y andaluzas, KURT SCHINDLER (ob. cit., pgs. 62-63) extremeas, Cosso YMAZA SOLANO (Romancero popular de la Montaa, Santander, 1933, pgs. 315-318)santanderinas, LARREA PALACN (ob. cit., pgs. 344-345) sefardes.

    55 JULIO VICUA CIFUENTES, Romances populares y vulgares, Santiago, 1912,

    pgs. 57-75.

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    en Chile25, Repblica Dominicana20, Argentina27, Nicara-gua28, Puerto Rico29, Colombia30 y Venezuela31.

    La versin que aqu presento me fue dicha tambin porJuana Riva, natural del casero de Gina (Municipio de BahaSolano o Puerto Mutis, Departamento del Choc):

    Estaba la blanca JuanaArrimada a la candelaCon sus dos hijas preciosasBlancaflor y FilomenaA eso pas un pastorSe enamor de una de ellasSe casa con BlancaflorY muere por FilomenaEstando recin casadoSe fue el pastor pa(ra) su tierraA los dos aos cabalesVolvi a casa de su suegra"Buenas tardes tenga, suegra""Buenas tardes tenga, yernoCmo queda Blancaflor?""De parto queda, seoraY le manda suplicarQue le mande a Filomena""A Filomena no mandoPorque est nia y doncella""Mndela no ms, seoraLa llevo con mucho cuidadoLa llevo como cuadaY tambin como dueo de ella""Dentre, Filomena, al cuartoVstase de seda negra

    " EDNA GARRIDO, ob. cit., pg. 51.57

    ISMAEL MOYA, ob. cit., pgs. 405-406; JUAN ALFONSO CARRIZO, Cancioneropopular de Salta, Buenos Aires, 1933, pgs. 10-12.

    28 ERNESTO MEJA SNCHEZ, Romances y corridos nicaragenses, en Anuario

    de la Sociedad Folklrica de Mxico, 5, 1944, pgs. 57-60." MARA CADILLA DE MARTNEZ, ob. cit., pgs. 166-168; AURELIO M. ESPINOSA,

    Romances en Puerto Rico, en Revtte Hispanique, 43, 1918, pgs. 328-329.80

    GISELA BEUTLER, ob. cit., pgs. 244-248.

    PILAR ALMOINA DE CARRERA, Versin indita del romance de Blancajlor, enPapel Literario de El Nacional (Caracas), 3 de abril de 1966.

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    Que le manda suplicarSu hermanita blanca y bella"En la mitad del caminoHizo el pastor uso de ellaY para que no contaraLa lengua se la cortA eso pas un pastorPor seitas ella le habl"Llvemele all esta cartaA mi hermana Blancaflor"Blancaflor cogi la cartaDe ese susto malpari"Apresen a mi maridoPor picaro y por traidor.Ya no me llamen la blancaNi tampoco Blancaflor".

    Esta versin, ms depurada que la de "El Conde Olinos"segn lo evidencian sus fallos de asonancia y la prdida (co-mn, por otra parte, a todas las versiones colombianas) delnombre del forzador (Tereno, Turquillo, Traquillo, Traqunen la Pennsula y entre los sefardes), suprime, como la mayorparte de las versiones americanas, los escalofriantes detalles dela venganza de Blancaflor. Esta abreviacin del modelo penin-sular ha obligado a los annimos refundidores colombianos aremodelar la ltima parte del romance y a variar, incluso, suasonancia que de ea pasa, en ella, a . Este cambio de asonan-cia que no se da en las variantes peninsulares y sefardes ni enotros puntos de Amrica como Puerto Rico, tuvo lugar tambinen Chile, como lo constat con sorpresa R. Menndez Pidal,quien crey que se trataba de un caso aislado32. Esta versincolombiana y las recogidas por G. Beutler demuestran lo err-neo de esta opinin y la extensin en Amrica del paradigma,

    M "Lo particular de las versiones chilenas recogidas por el Sr. Vicua Cifuen-

    tcs y que no se ha hallado hasta ahora eri ninguna peninsular es que el romancecambia de asonante en su mitad, terminando en 6 la narracin que empieza en a;en este final refundido se suprime la feroz venganza de Blancaflor que, siguiendola fbula clsica, cuentan las versiones no refundidas" (R. MENNDEZ PIDAL, LOSromances de Amrica y otros estudios, Buenos Aires, 1943, pgs. 25-26).

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    abreviado y con dos asonancias sucesivas, encontrado en Chilepor Vicua Cifuentes.

    Caractersticas paralelas a la versin anterior, en cuanto ala refundicin final y. al cambio del asonante original a por6 en dicho segmento, se dan en la variante transcrita a conti-nuacin, en la que se observan menos corrupciones textuales,en lo relativo al mantenimiento de la rima, que en la variantede Baha Solano y algunos rasgos de desarrollo (carta escritacon sangre, justicia del Emperador, ejecucin en el lugar de laviolacin de Filomena) que, divergentes de aquella, parecenobedecer a un paradigma narrativo simultneamente ms brevey detallado y perceptiblemente ms conservador.

    Me fue dicho este texto en Riosucio (Departamento delChoc, regin del Atrato o Bajo Choc) por don Manuel Val-ds Becerra, de 50 aos, abogado, natural de Istmina (AltoChoc, regin del San Juan), quien la aprendi en el caserode Santa Rita (Municipio de Condoto, Alto Choc), a orillasdel ro Ir.

    Cantaba la blanca JuanaArrimada a la candelaCon sus dos hijas doncellasBlancaflor y FilomenaEn esas pas un pastorSe enamor de una de ellasSe casa con BlancaflorY mora por FilomenaA los seis meses y medioVolvi el pastor de su tierraDiciendo que BlancaflorMandaba por Filomena"Filomena no la mandoPorque est nia y doncella""Mndela usted no msQue all la vern con ella"En la mitad del caminoPastor viol a FilomenaY para que no contaseLleg y le cort la lenguaFilomena con su sangreLe escribi a la Blanca bella

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    De todo eso BlancaflorLe cuenta al EmperadorY cogieron al pastorY lo ahorcaron por traidorEn el sitio en que violaraA la hermana de Blancaflor.

    3. ROMANCE DE SANTA ROSA

    Este romance, recogido en Barbacoas (Nario) por G.Beutler33 en una nica versin, debe derivarse de alguna delas biografas populares que, desde muy pocos aos despusdel fallecimiento de la Santa (1617), se difundan en territorioamericano, en el que ha sido siempre grande la devocin porella 34. El haberse conservado versiones tradicionales en formade romance de algunos episodios de su vida en tierras del occi-dente de Colombia puede explicarse por las frecuentes relacio-nes que las reas del Pacfico del Virreinato de Nueva Granada(pertenecientes antes al Virreinato del Per) mantuvieron conla metrpoli limea durante todo el perodo colonial.

    La versin aqu recogida me fue dicha por Dimas A. Pa-lacios Gonzlez, de 52 aos, natural de Crtegui (Departa-mento del Choc), carpintero y minero de profesin.

    Santa Rosa fue dichosaPor virtud que Dios le dioCuando la encanonizaronRosas el cielo lloviQu dichosa fue esa madreQue a Santa Rosa pariUn nio lleg onde RosaLe dijo de esa manera"Dame, Rosa, una limosnaQue vos sos la limosnera"Rosa se qued penosaPorque no tena qu darle

    ** Ob. cit., pig. 227, nm. 83.54

    Vase, por ejemplo, JOS TORRE REVELLO, Un catlogo impreso de libros paravender en las Indias Occidentales en el siglo xvn, en Boletn del Instituto de In-vestigaciones Histricas (Buenos Aires), 7, 1929, pg. 249.

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    Meti la mano y sacDel cuello una linda imagenA los tres das de maanaLleg onde el padre de Rosa"Mira que tu hija me ha dadoPrenda y palabra de esposa""Yo no creo en tus palabrasNi tampoco en mi hija RosaPorque en el cielo no hayOtra Santa ms dichosa".

    Se trata de un texto que, adems de constituir el testimo-nio de la extensin de este romance muy al norte de Barbacoas,donde recogi su aislada versin G. Beutler, lo mejora y com-pleta en su primera parte anque, por el contrario, en la variantebarbacoana se explicita la significacin del romance, trunco enCrtegui, facilitando la identificacin del nio con un demoniotentador.

    4. ROMANCES DE LA PASIN

    De entre las abundantsimas composiciones que sobre estetema existen en el rea de poblacin negra del occidente co-lombiano y de las cuales G. Beutler ha recogido solamente unapequea parte, presento ahora dos, en forma de romance, re-servando las dems para darlas a conocer en futuros trabajos.Aunque la primera de ellas ofrece ligeras semejanzas con unromance de Pasin recogido por la investigadora alemana35,no existen en su libro versiones paralelas a las que aqu trans-cribo.

    El primer texto me fue dicho tambin por Dimas A. Pa-lacios Gonzlez, de Crtegui (Choc):

    Camina la Virgen puraEn busca de su hijo amadoCaminemos, Virgen puraCaminemos al CalvarioQue a los pasos que llevamos

    Ob. cit.. pg. 221, nm. 63 (de Condoto, Choc).

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    Ya lo estn ajusticiandoEntre judos y judasIba mal acompaadoUna soga en la gargantaQue de all lo iban tirandoYa le remachan los grillosYa le remachan los clavosYa le pegan la lanzadaA su divino costadoSan Juan y la MagdalenaDel suelo lo alevantaronLa sangre que derramabaBa en el cliz sagradoEl hombre que lo bebieseSer bienaventuradoSer rey en esta vidaY en la otra coronado.

    Tambin procede de Dimas A. Palacios Gonzlez el ro-mance que sigue, el cual, como el anterior, no aparece tampocoen la recopilacin de G. Beutler.

    La Virgen pidi un pasajeA orilla de un mar sagradoCon tantas embarcacionesNingn pasaje le han dadoBaj San Gabriel del cieloY le dice a los judos"Delen pasaje a MaraQue va a la muerte de su hijo"Cuando la Virgen pasLos judos se azararon"Esta bendita mujerQue ha venido hacia este lado"La Virgen, llena de dolorHoy les dice a los judos"Ahora s que erraron bienHan hecho lo que han querido"Aunque llore y se lamenteLicencia le pide a DiosLas luces 'tan encendidasQuien la encendi la apag'.

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    5. ROMANCE DE LA VIRGEN Y EL CIEGO

    Este romance, bien conocido en la tradicin oral peninsu-lar, es frecuente en Amrica3G, especialmente en Colombia37.En este pas est particularmente extendido en la zona de po-blacin negra del rea pacfica. Por mi experiencia personal,puedo decir que el "romance de la Virgen y el ciego" o "delas naranjas" es conocido en la totalidad de las localidades deesta zona que he recorrido, desde Tumaco, junto a la fronteraecuatoriana, hasta Acand, en la panamea.

    Me limitar aqu a transcribir una sola versin, recogidaen Tumaco (Departamento de Nario), que me fue dicha porPrimitiva Coime, natural del casero de Tierrafirmita (Playi-tas) perteneciente al Municipio de Mosquera (Nario), resi-dente en el barrio tumaqueo de Pantano de Vargas y deavanzadsima edad38.

    Camina la Virgen puraDel valle para BelnEn la mitad del caminoPidi el nio agua a beber"No la beberes, mi nioNo la beberes, mi bienPorque las aguas 'tan turbias,Ros y fuentes tambin"Camina ms adelanteTop con un triste ciego

    M Para la Repblica Dominicana vase E. .GARRIDO, ob. cit., pg. 61; para

    Nicaragua MEJA SNCHEZ, art. cit., pgs. 7-1-75; para Venezuela R. OLIVARES FI-GUEROA, (Folklore venezolano, Caracas, 1948, pg. 74); para Chile VICUA CI-FUENTES, ob. cit., pgs. 159-165; para Argentina CARRIZO, ob. cit., pg. 3, y MO-YA, ob. cit., pg. 180; para Cuba CAROLINA PONCET Y CRDENAS, El romance enCuba, La Habana, 1914, pg. 104.

    " Vanse JUAN DE DIOS ARIAS, El romance en la tradicin santandereana, II,Bucaramanga, 1954, pgs. 130-131; Jos ANTONIO LEN REY, Espritu de mi orien-te, I, Bogot, 1951, pg. 29; JOS IGNACIO PERDOMO ESCOBAR, Msica y msicos enla poca colonial, en Boletn de Historia y Antigedades, nm. 327, 1942, pg.61, etc.

    88 Segn sus palabras, tena ocho aos "cuando la guerra de los mil das" (a

    fines del siglo pasado), de modo que en 1973 deba contar unos 84 aos.

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    Ciego que nada no vaCiego que nada no ve"Ciego, dame una naranjaP'al nio aplacar la sed""Seora, ah est el naranjoCoja la qu'es menesterCjalas de en una en unaFloridas de tres en tres"La Virgen iba bien lejosY el ciego alcanzaba a ver"Quin sera esta gran seoraQue me hizo esta gran mercedSi sera la Virgen puraO el glorioso San Jos?".

    Muy semejante a las versiones recogidas por G. Beutler39en Barbacoas (Nario) y en Istmina, Condoto y Quibd (Cho-c), parece derivar del mismo prototipo que ellas, ms breveque el que se da en otras zonas de Colombia y, quiz por ello,ms bello en su condensacin potica.

    6. ROMANCE DE LA VIRGEN CAMINANTE

    G. Beutler40 slo recoge una versin de este romance, pro-cedente de Condoto (Choc). La variante paralela que aqupresento es ms extensa y tiene una segunda parte, inexistenteen la facilitada por la investigadora alemana, de una granbelleza lrica, comparable a la que se da slo en las ms no-tables creaciones del Cancionero hispnico tradicional. Estaversin me fue dicha por Climo Mosquera, natural de Cr-tegui (Departamento del Choc), de 68 aos, minero y agri-cultor.

    La Virgen va caminandoPor una montaa oscuraY al vuelo de la perdizSe le present la mua

    Ob. cit., pgs. 208-215.Ob. cit., pg. 215. Titula este romance ha Virgen y la perdiz.

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    La Virgen volte y dijo"Bendita sea esta ave"El Nio le contest"La pluma menos la carne"La Virgen va caminandoY extendiendo en el romeroLos ngeles van cantandoLas aguas se suspendieronLa Virgen va caminandoDebajo del verde olivoLas hojas se desgranaronPara no mojar al Nio.

    7. ROMANCE DE LA MAGDALENA41

    No aparece en el libro de Gisela Beutler ninguna versinparalela a la que aqu transcribo.

    El romance me fue dicho en Crtegui por Dimas A. Pala-cios Gonzlez, ya mencionado anteriormente como informante.

    Ven, piadosas, venA ver la muerte de DiosAl pie de la Cruz estabanTodas muertas de dolorVe qu bulla y qu alborotoVan los malvados haciendoCon el peso de la cruzVa tropicando y cayendoUna piadosa mujerCay al suelo desmayadaDe ver la muerte de su Hijo,La sangre que derramabaEn la casa de PilatoSentenciaron a JessQue ha de cargar con anheloCien aos la santa cruzUna piadosa mujerCon su manto lo limpiaba

    41 Aunque, por su temtica, es un romance de la Pasin, conservo la deno-

    minacin que le dio mi informante.

  • 2 2 4 GERMN DE GRANDA BICC, XXXI, 1976

    Por ver si comparecaY qu libertad le dabanEn la casa de PilatoEstaba la MagdalenaHincadita de rodillasSuplicndole sus penas.

    8. ROMANCE DEL BAUTISMO DE CRISTO

    No lo recoge G. Beutler en su obra. El texto siguiente loobtuve de Juana Riva, de Gina (Municipio de Baha Solanoo Puerto Mutis), Departamento del Choc, ya citada comoinformante:

    "Para m no hay sol ni lunaPara m no hay claridadSolamente me acompaaUna triste oscuridadUna triste oscuridadMe acompaa el da de hoyLe mando a decir a San JuanDe la manera que estoyDe la manera que estoyLe mando a decir a San JuanQue aqu le estoy aguardandoEn el ro de Jordn".San Juan se anduvo muy breveEn el instante lleg"Qu quieres, mi primo hermano?Qu quieres, mi gran seor?""Lo que quiero es que me entreguesLa llave de mi tesoroYo quiero que me bauticesYo no quiero estar ms moro"."Decme, mi primo hermano,Cmo es que te pongo yo""Ponme Jess y MaraQue as es que me llamo yo".En el ro de Jordn,Cosa que jams se ha visto,Cristo bautiz a San JuanY San Juan bautiz a Cristo.

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    Se destaca en este texto la utilizacin frecuente del cambiode asonancia, lo que dota a la estructura romancstica de unaarticulacin predominantemente estrfica y basada en unida-des cuaternarias con rima diferenciada, aunque esto ltimo noacontece con regularidad. Es caracterstica de algunos de losromances tradicionales ms recientes del occidente colombiano.

    9. ROMANCE DE LA VIRGEN EN BUSCA DE JESS42

    La versin que aqu presento tiene un paralelismo generalcon algunas de las recogidas por G. Beutler43, pero difiere deellas en cuanto a detalles importantes de la narracin, comoson, por ejemplo, la intervencin de San Juan y los detallesmateriales del recorrido realizado por Jess antes de llegar alCalvario, que no existen en esta versin y s en las recopiladaspor la investigadora alemana. El texto recogido por m es msbreve y rpido y tambin, creo, ms valioso estticamente quelas otras variantes colombianas hasta ahora publicadas. Obtuveel romance de Clemencia Surez, natural de San Juan de Mi-cay (Municipio de El Tambo), Departamento del Cauca, deunos 50 aos de edad44, dedicada a labores de minera:

    Jesucristo se ha perdidoSu madre lo anda buscandoPreguntando si le han vistoUn lucero relumbrando"Por aqu pas, seora,Iba p'al Monte CalvarioSe aparece con los hombresA morir crucificado.

    " Al igual que el romance a que se refiere la nota anterior, se trata aqude un texto que encaja perfectamente entre los que tienen la Pasin de Cristocomo tema. Tambin en este caso conservo el ttulo propuesto por la informanteaunque no sea satisfactorio.

    " Especialmente con las versiones que llevan los nmeros 66 y 67 (pg. 222de la ob. cit.), procedentes de Condoto c Istmina (Choc) respectivamente.

    " La informante dijo desconocer su edad.

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    10. ROMANCE DE LA RESURRECCIN DE CRISTO

    Tampoco ha sido recogido este romance en la valiosa in-vestigacin de G. Beutler. Yo lo obtuve de Ismael Asprilla,natural y vecino de Nvita (Departamento del Choc, zona delSan Juan), de 48 aos, minero de profesin.

    Tres veces se dice SantoTres veces se dice AmnTres veces naci MaraEn el portal de BelnEn el portal de BelnNaci Cristo, vida ma,Recordando a los mortalesY a la Custodia divinaMuri Cristo, qu dolor!Resucit, qu alegra!Pero no subi a los cielosHasta los cuarenta dasJueves Santo muri DiosY resucit el domingoEso est escrito en la BibliaPorque Dios fue quien lo hizo.

    Es notable, en este texto, el cambio de asonancia y la ten-dencia estrfica que antes ya constatamos en otro caso, ademsdel empleo, en una ocasin, de un procedimiento potico, ca-racterstico de algunas de las versiones ms recientes de losromances de tradicin oral en esta zona y consistente en larepeticin de un verso al final de una tirada y al comienzo dela siguiente. Parece existir tambin en esta versin un fuerteelemento no popular, posiblemente de origen eclesistico.

    11. LA HISTORIA DE TAD

    El romance vulgar que a continuacin transcribo, total-mente desprovisto de contenido potico, tiene el valor de ofre-cer un testimonio indudable de la validez, en poca casi ac-

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    fual45, de la forma mtrica romance para finalidades narrativasen el rea occidental de Colombia, de poblacin negra. Aunquela dcima glosada es, hoy da, predominante como vehculo dela poetizacin popular, en esta zona el romance es, an, insus-tituible para la exposicin, relativamente prolongada, de acon-tecimientos y sucesos reales o imaginarios. El texto aqu repro-ducido me fue dicho por Zoraida Ibargen, natural y vecinade Nvita (Departamento del Choc), de 43 aos, dedicada alas labores mineras:

    El veinticinco de julioDel ao de treinta y dosVengo a contar una historiaDel pleito que hubo en Tad46Justiniano all muriQue lo mat un antioqueoEl hombre estaba pequeoAcababa de jovencearTambin lo van a matarPorque tiene su delitoY que no tena el poderIgualmente a JesucristoEl hermano de SigifredoQue llamaba GuachataEn el pleito de TadSali colgando las tripasJuancito tuvo la culpaQue este pleito se formaraPorque atac a JustinianoPor la calle a pualadasJustiniano se pasabay Meja lo estaba viendoY as mand al hermanoQue lo fuera persiguiendoEl hombre se arrepintiY se meti en una casaY deca a los tadoseos"Yo se los pago con plata"Los tadoseos dijeron

    Si atendemos al propio texto, este romance fue compuesto en 1932.Localidad del Departamento del Choc, zona del San Juan o Alto Choc.

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    "No queremos su dineroA como muri JustinianoAcabsmoslo con torpedo"Rompimos bultos de arroz.Kerosn, jabn y velasRompimos todas las bodegasPorque estbamos ofendosTambin que nos opusimosA la muerte de JustinianoEl alcalde cuando sintiSemejante estremocinSe le puso en la memoria"Esto s es revolucin"Al momento cogi el bastnY telegrafi a IstminaA hacerle saber a AsprillaQue el asunto estaba graveAsprilla se suspendiY telegrafi a Quibd"Que vengan doscientos hombresQue pelean en Tad"Se prepar el IntendenteCon trescientos bien armadosCuando lleg el telegramaQue ya haba terminadoYa se acab el mes de julioComenzamos el ao enteroY hay doscientos tadoseosEn la crcel prisionerosQuisiramos que el IntendenteSe bajara de QuibdPara que se confesaraCmo fue el pleito en TadY el primero que confieseCmo fue el pleito en TadLo consumen en la crcelPorque ese fue el que mat 4T.

    " El suceso es histrico y se debi a la antipata de los chocoanos por losanoqueos blancos que, dedicados especialmente al comercio, se encuentran enla mayor parte de los ncleos poblacionales del Choc y que, demasiadas veces,manifiestan sentimientos negativos, de base racial, por los habitantes de las reas,de poblacin negra, donde residen.

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    Deseara que este trabajo, cuyo nico mrito consiste,quiz, en la presentacin de materiales recogidos directamenteen una zona colombiana de acceso marcadamente difcil y enla que se dan circunstancias de toda ndole que condicionanmuy negativamente el trabajo de campo, constituyera una pe-quea aportacin al tema estudiado y, al mismo tiempo, unaincitacin a los investigadores para que, a pesar de la durezadel empeo, exploren a fondo unas reas geogrficas que, porsus circunstancias histricas, geogrficas y sociolgicas 48, cons-tituyen, an hoy, una zona privilegiada para los estudios lin-gsticos, folclricos y de cultura tradicional49 afrohispnica.

    GERMN DE GRANDA.

    Universidad Autnoma de Madrid.

    48 La mejor orientacin sobre estos temas se encuentra en las obras siguientes:

    ROBERT C. WEST, The Pacific Lowlands of Colombia: A Negroid rea of theAmerican Tropics, Baton Rouge, 1967; AQUILES ESCALANTE, La minera del ham-bre: Condolo y la Choc-Pacfico, Barranquilla, 1971, y NORMAN E. WHITTEN jr.,Black. Frontiersmen. A South American Case, New York, 1974.

    " Algunos de mis trabajos han intentado abordar diferentes facetas de estaproblemtica en relacin con el rea de poblacin negra del occidente colombiano.Vanse, en especial, Chigualo en el litoral pacfico del Departamento de Nario(Colombia), en Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares, 29 (3-4), 1973,pgs. 409-415; Tcnicas y vocabulario de la orfebrera del oro en Barbacoas (Co-lombia), en la misma revista, 30, 1974, pgs. 29-41; Dcimas tradicionales enIscuand (Nario, Colombia), en la misma revista, 30, 1974, pgs. 315-321; Dia-lectologa, historia social y sociologa lingstica de Iscuand (Departamento deNario, Colombia), en Thesaurus (Bogot, 28 (3), 1973, pgs. 445-470; Diatopa,diastrata y diacrona de un fenmeno fontico dialectal en el occidente de Co-lombia, en la misma revista, 29, 1974, pgs. 221-253; Notas para una tipologa delas frmulas orales en un rea colombiana de poblacin negra, en Revista Espa-ola de Lingstica, 4, 1974, pgs. 363-374. Este ltimo artculo puede constituiruna til introduccin al tema tratado en el presente trabajo, ya que intenta plan-tear, sobre base sociolgica, una valoracin de las funciones comunitarias quecumplen, en una comunidad representativa del rea negra del occidente de Co-lombia, las frmulas orales existentes en ella, entre las que se cuenta el romance.

    CampoTexto: THESAURUS. Tomo XXXI. Nm. 2 (1976). Germn DE GRANDA. Romances de tradicin ...