CIENCIA Y RELIGIÓN “¿EXISTE UN PUNTO DE ENCUENTRO?”

Alumno: VIÑALS LÓPEZ, Rocío Isabel Escuela: San Marcos, Salta Capital Profesor Guía: FERRARIO, Leonardo Federico

El hombre desde sus orígenes busca conocer y comprender el mundo que lo rodea. Esta naturaleza inquisidora nace en los seres humanos, del asombro y del miedo frente a lo desconocido. Este asombro vive intacto en nosotros desde que nacemos. Y es por culpa o por gracia del asombro que el hombre, en su afán de satisfacer las dudas inventa el conocimiento, las religiones y las ciencias como formas de explicación de lo desconocido.

Las sociedades prehistóricas creyeron en Dioses benéficos y maléficos a los cuales adoraban y respetaban por temor a los castigos divinos. Estos dioses les servían a su vez para organizar y comprender el mundo que se les presentaba amenazante e incomprensible.

La sociedad griega fue la primera que se preguntó el porque de las cosas, buscando una explicación racional a los fenómenos naturales, allí entre los primeros filósofos, comenzó a transitarse el camino de la ciencia.

La religión y la ciencia convivieron juntas durante mucho tiempo, incluso en las sociedades medievales, donde la ciencia estuvo sumida a la religión y muchos científicos por pensar diferente, fueron perseguidos y en algunos casos asesinados.

La ciencia a partir del renacimiento y en la Edad Moderna con la Revolución Industrial comenzó un camino de progreso indefinido, acompañado por la tecnología y por la esperanza de los seres humanos en la razón.

A partir de la modernidad la ciencia comenzó a proponer explicaciones a los problemas que agobiaban al hombre, ocupando un lugar de preeminencia respecto del conocimiento de la religión. El hombre moderno creyó que la ciencia era el futuro de la humanidad y la solución a todos sus conflictos.

Pero en la posmodernidad (mediados del siglo XX) se vieron algunos efectos negativos no deseables de la ciencia, tales como las bombas nucleares, la contaminación ambiental, y la manipulación genética. Todo esto fue por culpa de una ciencia al servicio de intereses principalmente económicos y no al servicio del hombre.

En los últimos 500 años la ciencia ha investigado con éxito los misterios del universo, ha vencido numerosas enfermedades y ha mejorado el nivel de vida de muchas personas. Sin embargo al resolver algunos problemas a creado otros como el aumento de la población, la contaminación y la posibilidad de una guerra nuclear. El científico no ha dado ni tampoco parece poder dar respuestas satisfactorias a como construir un mundo mejor. Incluso el aumento de conocimiento ha hecho cuestionar las formas tradicionales de creencias religiosas, con el resultado de una masiva perdida de la fe o la aparición de extraños cultos alternativos.

La ciencia ha trasformado al mundo, ha dado forma al curso de la historia y ha modificado radicalmente las creencias religiosas. Para muchos la ciencia moderna con su aparente dominio sobrehumano de la naturaleza, con su despliegue de maravillosas lógicas y con su creciente complejidad ha adquirido las características de un Dios Todopoderoso. Pero este nuevo dios

todopoderoso, ha mostrado sus límites y sus carencias y ha puesto sin quererlo a la humanidad en peligro de extinción.

La conciencia moral de los científicos

“¿Son compatibles los dogma religiosos con los nuevos hallazgos científicos?” En los últimos años los descubrimientos y experimentos hechos por la genética llegaron a

límites impensables. Nos asombramos con la clonación, el genoma humano, el bebe de probeta, el aborto, etc. La religión católica desde su Máximo jefe espiritual el Papa, rechaza todos los experimentos donde se manipula y pone en juego la vida humana.

También la comunidad científica a través de la bioética se cuestiona si son lícitos o ilícitos tales experimentos, pero más allá de dichos cuestionamientos, los experimentos continúan, principalmente movidos por intereses económicos.

En la historia de la Humanidad, tal parece que Dios fue remplazado por la ciencia y luego en la posmodernidad la ciencia fue remplazada por el mercado, la ciencia se vio empobrecida por el capitalismo y por las leyes del mercado, el cual se rige por reglas de la economía, sin tener en cuenta la dignidad del hombre y donde cada individuo es un número más.

Entonces ¿Cuál es el punto de encuentro entre la ciencia y la religión?

Como diría Albert Einstein - “la ciencia sin la religión está coja y la religión sin la ciencia está

ciega”- . Esto puede interpretarse como que la religión debe dejarse iluminar por los conocimientos del mundo que aportan las ciencias, y el trabajo científico dejarse impulsar por el sentimiento religioso. En un caso las formulaciones teológicas, deben de tener en cuenta los aportes que va presentando la ciencia, y en el lado de la práctica de la ciencias, se deben tener en cuenta las intuiciones éticas y morales que provienen del pensamiento religioso.

Estas son solo unas de las muchas maneras en las que la ciencia y la religión se complementan entre sí para crear una visión más completa de la realidad. La ciencia se puede ver completada con las perspectivas de totalidad y la apertura a la trascendencia que ofrecen las intuiciones religiosas, y a su vez el pensamiento religioso puede verse enriquecido por los adelantos en nuestro conocimiento de los fenómenos naturales.

¿Finalmente en que debemos creer?

En vez de seguir escogiendo entre ciencia y religión, deberíamos optar por un punto medio que

reconozca la dignidad de ambos mundos. Es decir, que la ciencia y la religión puedan cohabitar respetuosamente en un mundo de respeto y dignidad. Los individuos deben cultivar tanto la vida espiritual como una constante interrogación racional para experimentar plenamente las potencialidades de la condición humana.

Concluyo en que todo científico, en su condición de hombre, es producto de una cultura y de una sociedad y que como tal posee una conciencia social y moral. El punto de encuentro entre ciencia y religión debe ser esa misma conciencia moral, fundada en un mundo ético, religioso y científico, la ciencia al servicio de la vida y del hombre.

Bibliografia: Frassineti de Gallo y Salatino de Klein: “Filosofía”, AZ, 2005. Guillermo Obiols: “Lógica y Epistemología”, Para un pensamiento científico, Kapeluz. Eduardo Flichman - Andrea Pacífico: “Pensamiento científico”, La polémica epistemológica actual. Pro ciencia Conicet 1995. Felix Schuster: “Pensamiento científico”, Método y conocimiento en ciencias sociales, Humanismo y ciencia. Pro ciencia Conicet 1997. Guillermo Obiols: “Nuevo curso de lógica y filosofía”, Ed Kapeluz 1998 Marcelo Raffin, (Coordinador), “Filosofía” Editorial, Tinta Fresca.