Robos Patrimonio Historico

24
Recibido: 06/06/2003 Aceptado: 09/06/2003 * Licenciado en Historia del Arte. Profesor de la E.S.C.R.B.C. de Madrid. S uele correr la voz: “Quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón”, que en versión con- temporánea amañó Proudhon para lanzar al mundo su dinamitera sentencia: “la propiedad es un robo”. El apropiarse de lo ajeno, que algo queda, resulta de lo más justificado, sobre todo si hablamos de reconoci- das obras de arte, por las que cual- quier coleccionista vendería su alma al diablo. Auri sacra fames que dijo Virgilio, sin distingos entre el Qüadrat d´or o el Barrio de Sala- manca, sobre todo si son requisa en tiempos de victoria. Filántropos, que son de admirar, van quedando pocos. Personalmente –y como casi todos los menesterosos– valoro los golpes de mayor cuantía, los perpe- trados contra los más poderosos, qui- zás los más escasos, porque no es igual mangonear la modesta sacris- tía de una iglesia rural –vesania anal- fabeta– que colarse de matute en el domicilio de un gran financiero secuestrador de objetos de arte por aplastante lógica especulativa 1 . Recientes reuniones de especia- listas han tratado de profundizar en tan escurridiza cuestión (cf. “Curso de protección del patrimonio ar- queológico dirigido a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en Murcia”, organizado por la Conse- jería de Cultura y Educación de la Región de Murcia (Murcia, 1994), de las “I Jornadas dedicadas a la lucha contra el fraude y el expolio de Bienes Culturales” organizadas por 12 • 109 ROBOS DE BIENES CULTURALES: EL BENEFICIO DE LA DUDA José Luis Hernando Garrido* En los países del sur de Europa el robo y la exportación ilícita de obras de arte siguen resultando una verdadera lacra. El coleccionismo y los altos precios alcanzados en el mercado internacional por el arte y las antigüedades, lejos de ser un freno, incenti- van el tráfico irregular. Se analizan aquí varios casos y situaciones –especialmente en territorio español– que perfilan un panorama preocupante del que no escapan ni los museos públicos. Paralelamente se pasa revista al ámbito del patrimonio bibliográfi- co y archivístico, cuya sangría no es siempre detectable, y se esboza la espinosa cues- tión del patrimonio arqueológico, todavía más desprotegido. Palabras clave: expolio, robo y exportación ilícita de obras de arte y antigüeda- des, contrabando, comercio de arte sustraído. THE THEFT OF CULTURAL HERITAGE: THE BENEFIT OF THE DOUBT In Southern European countries the plundering and illegal exportation of works of arts remains a very serious problem. Collecting and the high prices obtained on the international market for art and antiques not only fail to curb illegal trading but positively encourage it. This article analyses several cases and situations, mainly in Spain, that highlight a worrying phenomenon in which even state museums are implicated. It also looks at the field of biblio- graphic and archival heritage, the depletion of which is not always detectable, and briefly describes the controversial issue of archaeological heritage, which is even more vulnerable. Key words: plundering, theft and illegal exportation of works or art and anti- ques, contraband, stolen art trade. Pátina. Diciembre 2003. época II. Nº 12, pp. 109-124. ISSN:1133-2972 ANÁLISIS HISTÓRICO

Transcript of Robos Patrimonio Historico

Page 1: Robos Patrimonio Historico

Recibido: 06/06/2003Aceptado: 09/06/2003

* Licenciado en Historia del Arte.Profesor de la E.S.C.R.B.C. de Madrid.

Suele correr la voz: “Quién robaa un ladrón tiene cien años deperdón”, que en versión con-temporánea amañó Proudhon

para lanzar al mundo su dinamiterasentencia: “la propiedad es un robo”.El apropiarse de lo ajeno, que algoqueda, resulta de lo más justificado,sobre todo si hablamos de reconoci-das obras de arte, por las que cual-quier coleccionista vendería su almaal diablo. Auri sacra fames que dijoVirgilio, sin distingos entre elQüadrat d´or o el Barrio de Sala-manca, sobre todo si son requisa entiempos de victoria. Filántropos, queson de admirar, van quedando pocos.

Personalmente –y como casitodos los menesterosos– valoro losgolpes de mayor cuantía, los perpe-

trados contra los más poderosos, qui-zás los más escasos, porque no esigual mangonear la modesta sacris-tía de una iglesia rural –vesania anal-fabeta– que colarse de matute en eldomicilio de un gran financierosecuestrador de objetos de arte poraplastante lógica especulativa1.

Recientes reuniones de especia-listas han tratado de profundizar entan escurridiza cuestión (cf. “Cursode protección del patrimonio ar-queológico dirigido a los cuerpos yfuerzas de seguridad del Estado enMurcia”, organizado por la Conse-jería de Cultura y Educación de laRegión de Murcia (Murcia, 1994), delas “I Jornadas dedicadas a la luchacontra el fraude y el expolio deBienes Culturales” organizadas por

12 • 109

ROBOS DE BIENES CULTURALES:EL BENEFICIO DE LA DUDAJosé Luis Hernando Garrido*

En los países del sur de Europa el robo y la exportación ilícita de obras de arte siguenresultando una verdadera lacra. El coleccionismo y los altos precios alcanzados en elmercado internacional por el arte y las antigüedades, lejos de ser un freno, incenti-van el tráfico irregular. Se analizan aquí varios casos y situaciones –especialmente enterritorio español– que perfilan un panorama preocupante del que no escapan ni losmuseos públicos. Paralelamente se pasa revista al ámbito del patrimonio bibliográfi-co y archivístico, cuya sangría no es siempre detectable, y se esboza la espinosa cues-tión del patrimonio arqueológico, todavía más desprotegido.Palabras clave: expolio, robo y exportación ilícita de obras de arte y antigüeda-des, contrabando, comercio de arte sustraído.

THE THEFT OF CULTURAL HERITAGE: THE BENEFIT OF THE DOUBTIn Southern European countries the plundering and illegal exportation ofworks of arts remains a very serious problem. Collecting and the high pricesobtained on the international market for art and antiques not only fail to curbillegal trading but positively encourage it. This article analyses several casesand situations, mainly in Spain, that highlight a worrying phenomenon inwhich even state museums are implicated. It also looks at the field of biblio-graphic and archival heritage, the depletion of which is not always detectable,and briefly describes the controversial issue of archaeological heritage, whichis even more vulnerable.Key words: plundering, theft and illegal exportation of works or art and anti-ques, contraband, stolen art trade.

Pátina. Diciembre 2003. época II. Nº 12, pp. 109-124. ISSN:1133-2972 ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 2: Robos Patrimonio Historico

la Asociación Española de Museó-logos (Madrid, 9-11 de octubre de2000) o las “IV Jornadas de Sensi-bilización en el Patrimonio Cultural:La Seguridad de los Bienes delPatrimonio Histórico-Artístico” orga-nizadas por la Fundación Uncastillo-Centro del Románico (Uncastillo, 6-8 de junio de 2003))2.

René Alphonse van der Berghe,más conocido como Erik el Belga,que mantuvo en jaque a las policíasde media Europa durante los años70 y 80, reconocía, tras asumir milfechorías, que no se arrepentía decuanto hizo, fue feliz y vive feliz,como experto artístico en su resi-dencia a las afueras de Málaga, aun-que sueña con realizar un último tra-bajillo que tiene perfectamenteplanificado y que elegirá como vícti-ma el Vaticano3. Por suerte para Erik,los 384 años de cárcel pedidos porel fiscal quedaron en agua de borra-jas dado que fue absuelto por pres-cripción del procedimiento.

Pero no todos los robos son igua-les, como tampoco son iguales todoslos homicidios, todos los actos terro-ristas ni todos los estafadores.Cualquier delito, por monstruosoque sea, tiene sus circunstancias.Tendemos a ser cómodos, no sóloen el trabajo y la vida cotidiana sinoen los actos más abyectos, buscandoel lomo del más débil, para meren-dárnoslo con nocturnidad, sin testi-gos, porque la alevosía y la medio-cridad se nos suponen. Tal máximaparece aplicable a la sustracción debienes culturales, aunque en algu-nos casos la contundencia de laacción no siempre responda al vul-gar deseo de lucro.

Existen botines de guerra, apro-piaciones con rehenes, singularestomaduras de pelo, actos vandálicos4,ajustes de cuentas o férreas vengan-zas hermanadas con el timo. Pero enestas páginas nos decantaremos porlas más ordinarias, ajenas a los tristesrapapolvos bélicos y los bofetonescontra supuestos especialistas enperitar la fantochada más gorda almejor postor. Obviaremos aquí el líogenerado a raíz de la cumbre orga-nizada en Washington en noviembrede 1998 sobre el rastreo de los teso-ros artísticos incautados por los nazisa los judíos europeos durante laSegunda Guerra Mundial, o sobre lospremeditados saqueos del EjércitoRojo en una Alemania vencida5, esopor no hablar de las honorables reti-cencias de Estados Unidos a la horade suscribir la convención Unidroitpara frenar el tráfico ilícito de bien-es culturales6, darían para redactarinfinidad de trabajos no del todocorrectos.

Algún experto podría recrimi-narnos haber echado mano de fuen-tes periodísticas, tan sesgadas y con-fusas, somos conscientes de ello. Ytambién que los medios policiales–por poco sentido común y pru-dencia que tengan– no suelen divul-gar ni la tercera parte de lo quesaben. Es otro inconveniente con elque estamos obligados a convivir.Eso por no hablar de la clara dife-rencia que existe entre propietariosintocables y vulgares rateros, sobretodo si nos preguntamos sobre elconcepto de equidad ante la ley, ¿jusest ars boni et aequi?. Pero seme-jante discusión podría llevarnos has-ta un callejón sin salida, tan oscuro

y pecinoso que saldríamos trasqui-lados y molidos a collejas. ¡Déjate delatinajos y habla claro!, diría una per-sona en sus cabales. Recibiremos porambos costados. Que haya genero-sidad, y que luzcan los cardenales.

La mañana del 22 de agosto de1911 un hecho escandalizó a los fran-ceses haciéndoles olvidar el proble-ma marroquí, la dura represión ejer-cida contra los huelguistas e inclusolas amenazas de guerra que se cer-nían sobre Europa, Vicenzo Peruggia,pintor de brocha gorda que trabajóalgunos meses en el Museo delLouvre, había conseguido afanar nimás ni menos que La Gioconda, elenigmático cuadro de Leonardo. Lodescolgó poco antes de abrir las salasal público, retiró el marco dejándo-lo en una escalera de servicio, disi-muló la tabla entre su blusón y semarchó sin levantar sospechas,escondiendo la sublime obra maes-tra durante dos años y medio en suhumilde zahúrda. La policía llegó aregistrar la misma sin éxito, el comi-sario encargado del caso había redac-tado el informe sobre una mesa don-de permanecía la tabla cubierta conun tapete sin que se enterara de supresencia. Alfredo Geri, un anticua-rio florentino que recibió La Gio-conda de manos de Peruggia denun-ció el caso, el ladrón –que alegósentir la necesidad de restituir la obraa su patria de origen– cumplió unacondena de un año y quince días deprisión mientras el anticuario obtu-vo un premio de 25.000 francos dela Sociedad de Amigos del Louvre yuna condecoración del Ministerio deInstrucción Pública. Luego reclamóal gobierno galo un 10 % del valor

110 • 12

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

1 Vid. Josep BALLART, El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Barcelona, 1997; Ghislaire GUILLOTREAU, Art etcrime. La criminalité du monde artistique, sa répresentation, París, 1999.

2 Vid. además José Mª Aristóteles MAGÁN PERALES, "Mercado y cultura. Las expoliaciones de bienes culturales", en Actas del XICongreso de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Castellón, 1996. pp. 491-518; id., “La protección policial delPatrimonio Artístico: Aspectos legales y organizativos”, Patrimonio Cultural y Derecho, nº 5 (2001). Publicó algunos trabajosdivulgativos Prudencio MATEOS PÉREZ, “El expolio del patrimonio en España”, R & R, nº 12 (1998), pp. 68-74; id., “El expo-lio artístico continúa”, Descubrir el Arte, nº 20 (2000), pp. 72-77. Análisis recientes y en profundidad en J. Mª LLUENT, Expolioy fraude en el arte, Barcelona, 2002.

3 Vid. Julio LLAMAZARES, “Erik el Belga. El arte de robar”, El País Semanal, 23 de julio de 1995. pp. 10-20.4 Vid. trabajos ya clásicos como Louis RÉAU, Historie du vandalisme. Les monuments détruits de l´art français, París, 1994;

Dario GAMBONI, The Destruction of Art. Iconoclasm and Vandalism since the French Revolution, Londres, 1997.5 Pietro VERRI, "La suerte de los bienes culturales en los conflictos armados (1 y 2)", Revista Internacional de la Cruz Roja, nº

68 (1985), pp. 67-85 y nº 69 (1985), pp. 127-139; Thurstan SHAW, "¿Guardianes o propietarios?", Museum, nº 149 (1986), pp.46-48; E. Karl MEYER, El saqueo del pasado. Historia del tráfico internacional ilegal de obras de arte, México, 1990; LynnH. NICHOLAS, El saqueo de Europa. El destino de los tesoros de Europa en el Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial,Barcelona, 1996.

6 Pierre LALIVE, "Le projet de convention de l´Unidroit sur les biens culturels volés ou illicitement exportés", en InternationalArt Trade and Law, M. Briat y J. A. Freedberg (eds.), Deventer-París, 1993. pp. 17-40.

Page 3: Robos Patrimonio Historico

del cuadro en concepto de gratifica-ción por facilitar su recuperación,solicitud rechazada por un tribunalpues tal supuesto no quedaba con-templado en la legislación. La histo-ria es reveladora del triunfo de lahonestidad y del fracaso de la hon-radez. El responsable de la accióndirecta se echó novia, regresó aFrancia y murió en un pueblecito deAlta Saboya en 19477.

Nos referimos al caso Peruggia-Geri por ser el más sonado y antiguoentre los documentados a lo largodel pasado siglo XX. Parece un pocoaventurado calificar la sustracción dela Gioconda como intervención decariz nacionalista. Habrá que espe-rar casi un siglo para conocer esca-moteos de factible índole política,como el estudio Over Vitebsk pinta-do por Marc Chagall y robado en elMuseo Judío de Nueva York en juniode 20028. La única pista dejada porel ladrón fue un pequeño destorni-llador abandonado sobre la alfom-bra. Una carta mandada días despuésa la dirección del museo con mata-sellos del Bronx por un desconoci-do Comité Internacional para elArte y la Paz alegaba razones políti-cas para justificar la sustracción, elcuadro –valorado en 200 millones depesetas– no sería devuelto hasta queno se alcanzase la paz definitiva enel interminable conflicto que enfren-ta a israelíes y palestinos9. El mismorobo de El grito de Munch, acaecidoel 12 de febrero de 1994 en la GaleríaNacional de Oslo, fue reivindicadopor un grupo noruego de oposito-res al aborto. Consiguió recuperar-se el 7 de mayo en un hotel de la villacostera de Asgardsstrand, resultan-do tan excéntrica reclamación unabroma de mal gusto ideada por recal-

citrantes resacosos o eternos mili-tantes de la cobardía.

Erik, el famoso ladrón antes cita-do, escurría el bulto señalando queno fue el único beneficiado al prac-ticar tan malas artes, de sus goyeríasse beneficiaron también interme-diarios, anticuarios, políticos, perio-distas y sobre todo el clero, máximecuando calificaba sus operacionescomo rescates, dado que las piezaseran escamoteadas cuando estabansin inventariar, abandonadas, mediopodridas y a merced de las goteras.Es evidente que cada cual justificasus actuaciones como puede, sobretodo cuando en su caso Bélgica, losPaises Bajos y Luxemburgo se le habí-an quedado pequeños y manifesta-ba con dulcísima nostalgia que “robares un placer”. A lo visto untaba de lolindo a los aduaneros españoles quepermitían la salida de camiones ates-tados de piezas robadas gracias a lacolaboración de una banda formadapor fogueados excombatientes en lasguerras de Vietnam e Indochina. Enterritorio nacional nunca hubo bue-nos profesionales, al menos eso solíarepetir él.

La policía andaba buscándolo porlos bajos fondos y el caco declarabaorgulloso “yo me movía en otrosambientes”10. Sin demasiados tapu-jos indicaba: “Cuando hablamos decoleccionismo de arte hablamos delsupremo lujo, del máximo caprichoque puede tener un hombre despuésde tenerlo todo. Pagan lo que sea porla pieza que desean. Hablamos degente rica, muy poderosa, la altasociedad de Europa. En España nohay nadie de ese nivel; si acaso, el delas galletas Fontaneda, que tiene cua-tro o cinco palacios llenos de arte.Los demás, nada”11.

Erik fue el artífice de numerososrobos de encargo para selectos colec-cionistas de todo el mundo. Existetráfico ilícito porque hay demanda,existen ladrones porque hay instiga-dores y existen compra-ventas a pre-cios descomunales porque hay dine-ro a espuertas que intenta sercaptado por las principales casas desubastas12.

Otros profesionales del gremio dela sustracción fueron más aparatosos.El 29 de septiembre de 1996 dos enca-puchados contratados al efecto se pre-sentaron en el Museu Diocesà de laSeu d´Urgell, neutralizaron a la vigi-lanta con un aerosol paralizador, rom-pieron la vitrina protectora y se lleva-ron un manuscrito miniado, ni más nimenos que una copia del Comentarioal Apocalípsis de Beato de Liébana13,una tasación por lo bajo superaría los2.000 millones de pesetas. El supues-to cerebro había sido un tal GilbertJulien Ollier, ciudadano francés decabeza rapada que fue delatado porsu amante airado, las pistas policialescondujeron hasta Valencia, dondeencontraron el libro escondido en elinterior de una bolsa de deporte en laconsulta de un psiquiatra aficionadoal arte. También pudo recuperarse unmisal del siglo XVII que había sidorobado en 1995 del Museu Etnogràficde Ripoll. Pero lo más grave fue quela policía topara con ciertos docu-mentos de la prestigiosa Sotheby´s,responsable de subastar un cantoralrobado por el mismo personaje pro-cedente del monasterio de Santa Mariade l´Estany que había sido adjudica-do a un librero de Leipzig. El pende-jo había guillotinado y vendido elejemplar en forma de láminas sueltasque acabaron en manos de descono-cidos clientes.

12 • 111

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

7 Bernard BORINGE, “El robo de la Gioconda”, Historia y Vida, nº 41 (1971), pp. 48-55.8 Chagall regresó a su patria chica, Vitebsk, en 1914. Vid. Marc Chagall, Barcelona, 1995. nº 9; Marc Chagall. Les années rus-

es, 1907-1922, Musée d´Art moderne de la Ville de Paris, 1995. p. 130; Marc Chagall. Tradiciones judías, Fundación JuanMarch, Madrid, 1999.

9 El País, 22 de agosto de 2002. 10 Las competencias en materia de delitos contra la propiedad y el patrimonio corresponden en España a la Brigada de Patrimonio

Histórico dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial y al Grupo de Patrimonio de la Unidad Central Operativade la Guardia Civil (el SEPRONA –Servicio de Protección de la Naturaleza- en ámbitos rurales), amén de los Mossos d´Esquadrapara la comunidad autónoma catalana. Desde el punto de vista supranacional la colaboración de Interpol, cuya secretaría estáinstalada en Lyon y que cuenta con 90 efectivos policiales procedentes de 40 países diferentes, es de vital importancia (aInterpol sólo pertenecen cuerpos civiles como el Cuerpo Nacional de Policía y las autonómicas Ertzaintza y Mossosd´Esqüadra).

11 LLAMAZARES, op. cit., p. 16.12 Vid. Emy ARMAÑANZAS, El color del dinero: El boom de las subastas de arte, acontecimiento cultural, Bilbao, 1993.13 Completa ficha catalográfica de Anscari M. MUNDÓ y Manuel SÁNCHEZ MARIANA en Catálogo de la exposición Los Beatos.

Europalia 85. España, Madrid, 1985. p. 122.

Page 4: Robos Patrimonio Historico

La historia del ladrón de Beatosno termina aquí porque el TribunalSupremo tuvo que anular la conde-na de cuatro años de prisión impues-ta por la Audiencia de Lleida al ver-dadero responsable del robo puesutilizaba el nombre de otro ciuda-dano francés que nada tuvo que vercon los hechos. El auténtico ladrónfue encarcelado en la prisión deLleida, desde donde consiguió esca-par en 1998 cuando disfrutaba derégimen abierto sin que se hayanvuelto a tener noticias de él.

Se desconoce todo sobre el per-sonaje que durante seis años suplan-tó la personalidad de Gilbert JulienOllier porque el verdadero Gilbertfue detenido en el aeropuerto deBarajas en 2001 acusado de robo yquebrantamiento de condena, tras elmonumental susto y la estupefaccióninicial del transeúnte, la comproba-ción de sus huellas dactilares demos-tró que el turista francés recién dete-nido no coincidía con la personafugada del establecimiento peniten-ciario catalán. La policía sólo dispo-ne de las fotografías del verdaderoladrón, desconociendo su verdaderaidentidad aunque algunos sospechanque pueda estar residiendo en Brasil,pateándose el dinero que cobró delpsiquiatra valenciano. Desde el paíscarioca envió una misiva a los fun-cionarios de prisiones que le aten-dieron agradeciéndoles el exquisitotrato recibido durante su experien-cia carcelaria14. Gilbert aunque impe-cablemente calvo, no tenía un pelode tonto, permitiéndose hasta el lujode compadrear con la dirección car-celaria y ganar un concurso de poe-sía en lengua catalana a disputar entrelos confinados.

Peor lo hubiera tenido el posee-dor del Beato de la Seu d´Urgell dehaber tratado de vender el libro a uncoleccionista de verdad, porque pie-za tan extraordinaria hubiera resul-tado incolocable, a menos que un

caprichoso la quisiera para disfru-tarla en silencio, sin tener siquierala tentación de presumir de ella, taly como debe hacer quien consiguióatropar el Retrato de una dama y laMano del retrato del arzobispoFernando Valdés pintados porVelázquez y robados –junto a otroretrato de dama desconocida deJuan Carreño de Miranda y un SanCarlos Borromeo de Bayeu– en elmadrileño Palacio Real en 1989. Dehaber salido al mercado, hubieransido inmediatamente reconocidas eidentificadas15.

Entre la lista de obras de arteespañol robadas más buscadas porlas fuerzas y cuerpos de seguridad delestado figuran además las tablas delretablo de Arcenillas, pintado condestino a la catedral de Zamora porel prestigioso Fernando Gallego, artis-ta cuyo retablo mayor para la catedralde Ciudad Rodrigo se conserva en elmuseo norteamericano de Tucson(Arizona) tras ser enajenado contodas las de la ley y expatriado origi-nalmente hasta Richmond16.

La Brigada de PatrimonioHistórico de la Policia Judicial, orga-nizada tras la promulgación de laLey de Patrimonio de 1985, está for-mada por unos 100 agentes quecolaboran en la localización de pie-zas robadas desde hace más de cua-renta años, sumando un total demás de 10.000 objetos (pinturas deGoya, Zurbarán, Sorolla, Casas,Picasso, Dalí o Miró, tallas, objetosde orfebrería y muebles), 5.000 delos cuales se incluyen en un archi-vo informático. De las otras 5.000nada se sabe porque ni siquiera lle-garon a catalogarse conveniente-mente, careciendo de constanciafotográfica, de no ser algún que otrocliché recordatorio de un enlacematrimonial en cuyo fondo apare-ce una diminuta escultura robadatiempo después, un testimonio atodas luces insuficiente para garan-

tizar la autentificación. Diferentespiezas sustraídas en parroquias delsur de Lugo fueron recuperadasgracias al archivo fotográfico quehabía confeccionado el obispado.

Menos del 25 % de las obras dearte robadas son contemporáneas,el grueso es arte antiguo. Aunque notodas las sustracciones se denuncian,por ser piezas menores o –más razo-nablemente– por miedo al fisco.

Por fortuna, los tiempos de Erikel Belga quedaron atrás, en la actua-lidad apenas existen cacos que tra-bajen por encargo, en nuestro paísabundan los grupos escasamenteprofesionalizados que suelen proce-der de los suburbios de las grandescapitales, actuando de forma un tan-to amateur contra desprotegidasermitas, casonas solariegas y resi-dencias particulares. Una excepcióna la norma fue la recuperación enAlicante durante la operación “DonPelayo” de 23 piezas, entre ellas unaescultura gótica robada en 1993 enla iglesia de Santa María de Lebeña ydos ángeles a los que mutilaron gro-seramente sus alas para facilitar eltransporte17. La banda revendía elfruto de sus atracos a coleccionistase incluso les ofrecía la posibilidad derealizar ciertos robos “a la carta”18.

En algún caso concreto los robosfueron atribuidos a confiadas cua-drillas de albañiles no demasiadoduchos en calibrar la consideraciónde lo rapiñado. El producto de susactividades reporta a sus responsa-bles unos beneficios escasos, al con-trario de lo obtenido por posterio-res peristas y chamarileros queencauzan las piezas hacia destinosmás rentables. En 1998 los robos deobras de arte denunciados en Españaaumentaron un 53 % respecto al añoanterior, significando un incremen-to alarmante en comunidades comoCastilla-León, Valencia, Cataluña,Galicia, Navarra y Murcia19. El lide-razgo de la comunidad castellano-

112 • 12

14 El País, 6 de marzo de 2002.15 El País, 3 de octubre de 1999. Vid. además José GUDIOL RICART, Velázquez 1599-1660. Historia de su vida. Catálogo de su

obra. Estudio de la evolución de su técnica, Barcelona, 1982. p. 150, cat. 90 y fig. 134; Jonathan BROWN, Velázquez. Pintory cortesano, Madrid, 1992. pp. 273-274; Alfonso E. PÉREZ SÁNCHEZ, Juan Carreño de Miranda [1614-1685], Avilés, 1985.lám. 22.

16 Vid. Chandler Rathfon POST, A History of Spanish Painting. vol. IV-I. The Hispano-Flemish Style in North-Western Spain,Cambridge, 1933. pp. 138-150; M. R. QUINN, Fernando Gallego anf the retablo of Ciudad Rodrigo, Tucson, 1961.

17 Vid. Felipe CAMPUZANO RUÍZ, El gótico en Cantabria, Santander, 1985. p. 462.18 ABC, 7 de abril de 2001.19 ABC, 18 de abril de 1999. Los robos en domicilios privados son más frecuentes en zonas con elevado nivel de renta y gran can-

tidad de residencias secundarias como Madrid, Cataluña y Valencia.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 5: Robos Patrimonio Historico

leonesa en semejante ranking pare-ce ajustarse perfectamente a la rea-lidad dado que acumula más de lamitad de la riqueza patrimonial delestado. Una región con importantestesoros localizados en ámbitos rura-les escasamente poblados y suma-mente vulnerables resulta idóneapara los ladrones más dotados. Alrespecto debe valorarse como muypositiva la posibilidad de crear másmuseos comarcales de arte sacro,alternativa que implicaría la concen-tración de piezas radicadas hasta aho-ra en lugares sumamente insegurospara integrarlas en un único ámbitoperfectamente acondicionado.

Es triste, pero en nuestro paíssólo conseguimos recuperar la mitadde las piezas sustraídas20. Lo más fre-cuente es que estas se “enfríen”durante cinco o diez años, siendoposteriormente vendidas en paisesextranjeros. El poseedor de buena feno podrá ser nunca desposeído deuna pieza adquirida y conveniente-mente blanqueada21. Incluso un com-prador, a sabiendas de reconocer enel objeto un historial turbio, alcanza-rá plena autoridad sobre el mismo alos seis años de ser titular si no se hanemprendido acciones reivindicato-rias, pues ese es el plazo de pres-cripción fijado por la ley (se excep-túan las obras declaradas de interéscultural, incluidas en el inventariogeneral de bienes muebles o perte-necientes a museos públicos o ecle-siásticos que son imprescriptibles)22.

Para las piezas expatriadas a otrospaises de la CEE, la acción restituto-ria prescribirá a los 30 años desde lasalida del país de origen (75 años sise trata de piezas procedentes demuseos). Son tristes los casos de las19 placas en plata repujada de laarqueta de Sant Martirià de Banyoles(un par de ellas subastadas porSotheby´s Londres y otras 17 que aca-

baron en manos de una coleccionis-ta alemana)23, la Verónica de ElGreco robada en la iglesia del con-vento de Santo Domingo el Antiguode Toledo24 y el casco etrusco expo-liado del yacimiento de Les Sorresen Gavà (Barcelona)25.

Las autoridades españolas entra-ron en contacto con la ciudadana ho-landesa Johanna Maria Josee Dinjers,propietaria de las placas de la arque-ta gótica de Banyoles –robadas porla banda de Erik el Belga el 12 deenero de 1980– que obtuvo de unanticuario belga y que pedía por lasmismas unos 70 millones de pesetas(Joaquín Yarza Luaces, miembro dela Junta de Calificación, Valoracióny Exportación de Bienes del Patri-monio Histórico Español, había dic-taminado una tasación máxima de 43millones). Es probable que la holan-desa temiera ser desposeída de lasmismas o no pudiera cobrar el pre-cio final pactado en 66 millones, asíes que obró en consecuencia y ter-minó por vendérselas a otra colec-cionista alemana. Tras entablar nu-merosas negociaciones y cumplirinacabables trámites, la recuperaciónes cada vez más compleja. Por el lien-zo de El Greco un súbdito nipón resi-dente en Estados Unidos, que loadquirió en 1988, exige ahora 975millones. Desmoralizante.

Poco más puede hacerse quelocalizar las piezas pues cuando salenfuera de nuestras fronteras terminanen manos de propietarios bona fidey resultan de muy difícil rescate, deno ser pagando los escandalosos pre-cios de mercado calcados para obrasindignamente sustraídas.

Algunos instrumentos para dar lavoz de alarma y posibilitar la ulteriorrecuperación de objetos robados hansido diseñados por Interpol y otrascompañías privadas: desde 1999 In-terpol distribuye el CD The Stolen

Works of Art, con descripción e imá-genes de más de 16.000 piezas roba-das, disponible además en la red(www.interpol.int)), la británica revis-ta Trace creada en 1988, el IfarJournal (www.ifar.org), la web helvé-tica Artguardian.com. La IFAR nortea-mericana (International Foundationfor Art Research, que publica anual-mente informes como el Stolen ArtAlert o IFAR Reports) y posee una basede datos con 30.000 piezas sustraídasy The Art Loss Register, creada en 1991e instalada en Londres y Nueva York,quizás la mayor base de datos inter-nacional privada sobre obras de arterobadas (www.artloss.com) en la quecolaboran las más importantes casasde subastas británicas y norteameri-canas, el Art Theft Archive y varias aso-ciaciones de marchantes. Para incluiruna pieza robada en The Art LossRegister deberemos aportar repro-ducción fotográfica y rellenar un for-mulario, además de abonar unas 20libras por registro. Si el cliente–museos, marchantes o coleccionis-tas privados– desea consultar la base,deberá cotizar otros 50 dólares (es gra-tuito para agencias jurídicas).

Dijimos que la mayor parte delos robos denunciados en Españafueron obra de delincuentes muypoco organizados en operacionesbastante chapuceras. El 2 de enerode 2001 un camión que transporta-ba cuatro lienzos de María Blanchardprestados por el museo Petit Palaisde Ginebra con destino a una expo-sición temporal que se organizó enel centro cultural pamplonica Castillode Maya fue saqueado en un apar-camiento de la A 7 –cerca de Fi-gueres– tras sufrir una inoportunaavería. El transportista denunció enHostalets de Llers la sustracción delos lienzos y de mil camisas. La mer-cancía fue recuperada quince díasmás tarde por los Mossos d´Esqüa-

12 • 113

20 El Periódico del Arte, n º 25 (1999), p. 37.21 El artículo nº 464 del Código Civil señala que “la posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale a título”.22 Vid. Rodrigo PALLARÉS ZALDUMBIDE, "El tráfico ilícito: fracasos y éxitos", Museum, nº 34 (1982), pp. 132-134; Víctor FUEN-

TES CAMACHO, El tráfico ilícito internacional de bienes culturales (Perspectivas de derecho internacional privado), Madrid,1993; Miguel VIRGOS SOLANO, "Spain. National report on topic. 1.The regulatory framework for the free international circu-lation of objets of art", en International Art Trade and Law, M. Briat y J. A. Freedberg (eds.), Deventer-Paris, 1993. pp. 93-99;Luis MARTÍN REBOLLO, El comercio del arte y la Unión Europea, la legislación española del Patrimonio Histórico y el mer-cado interior: la normativa europea sobre exportación y tráfico de Bienes Culturales, Madrid, 1994.

23 La pieza fue obrada por los plateros Artau de Girona (1413-1453), vid. Núria DE DALMASES y Antoni JOSÉ PITARCH, L´artgòtic. s. XIV-XV, “Història de l´Art Català, III”, Barcelona, 1984. p. 302.

24 Vid. Manuel B. COSSÍO, El Greco, Madrid, 1981. nº 85; Catálogo de la exposición El Greco en Toledo, Madrid, 1982. pp. 117-123.

25 ABC, 2 de marzo de 1999.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 6: Robos Patrimonio Historico

dra en manos de una vendedoraambulante de 60 años que pagó porel total de la carga –camisas y cua-dros– 350.000 pesetas, cuando sólolos lienzos de la pintora cubista mon-tañesa estaban valorados en unos 140millones26. El delito está tipificadocomo receptación.

Por semejantes andurriales bu-ceó la operación “Pisuerga”, remata-da hacia mediados de febrero de2000, cuando la policía intervinovariopintas piezas (una silla de mon-tar con incrustaciones de plata delsiglo XVIII y un bargueño del XVIIrobado en un palacio de Llanes o unlote librario del mismo siglo que pro-cedía de otro domicilio particular enSanta Cruz de Iguña (Cantabria)). Elresponsable pespuntaba los golpesdesde un bar de Valladolid, dondearrancaban sus expediciones –conpotentes automóviles a nombre deterceras personas– que finalmenterecalaban en un garaje aledaño consu botín a punto.

Algunos de los delincuentes sonveteranos y reincidentes, como losdetenidos tras la operación “Cid”,implicados en 1980 en 34 robosentre los que destacaban las famosastablas de Pedro Berruguete de SantaEulalia de Paredes de Nava. No debie-ron aprender la lección pues fueronnuevamente detenidos en abril de1999 tras rematar una operación enMijangos (Burgos) y trasladar variastallas de los siglos XV y XVI hastadomicilios de Madrid y Miranda deEbro27.

Otros delincuentes se invisten desupuestos expertos, como una pare-ja que se ofreció al ayuntamiento deSan Vicente de Arévalo para restau-rar cuatro tablas del siglo XVI, ven-diéndolas después por un millón depesetas a un vecino de Xàtiva, conantecedentes por robo y receptaciónde obras de arte, y que a su vez trans-firió las mismas a un anticuario deValencia, que terminó por endosár-selas a un industrial de la ciudad,según pudo averiguar la policía trasconcluir con éxito la operación“Muralla”.

No es extraño que la región levan-tina sea escenario habitual de pes-quisas policiales a la búsqueda de pie-zas robadas, en Cullera fuerecuperado un lienzo atribuido altaller de Tiziano –aunque repintadoen el siglo XVIII– sustraído en 1991de un domicilio particular valencia-no. El cuadro había pasado la GuerraCivil protegido en el museo San PíoV, institución rememorada por MaxAub. Los últimos poseedores decla-raron haberlo adquirido en un rastri-llo por 150.000 pesetas. Poco antesde ser robado, los legítimos propie-tarios –afectos al mundo del colec-cionismo y la restauración– intenta-ron expertizar la pintura en Veneciapues alguien aventuró una tasaciónde 1.500 millones de pesetas si se cer-tificaba la proximidad al gran maestroitaliano. Un auténtico bombazo quenunca llegó a confirmarse ni pareceinteresara mucho hacerlo público. Deobtener una expertización satisfacto-ria en Venecia, desde la Serenissimael transporte hasta el mercado suizoo londinense sería pan comido: elcoleccionista-contrabandista de guan-te blanco como contrapunto delladrón de ganzúa y palanqueta.

En enero de 2002, durante laoperación “Turia”, desarrollada enXàtiva, Xaló y Albacete, la GuardiaCivil detuvo a nueve individuos. Losdelincuentes robaban material enValencia, Castilla y León y el sur deFrancia. Parece que fue Xàtiva el lugarelegido para comercializar las piezas(al vent, la cara al vent, la peça alvent, al vent del món...), algunasintercambiadas con otros delin-cuentes del mediodía francés, modusoperandi frecuentemente utilizadopara intentar dificultar su identifica-ción. Otros miembros de la banda seencargaban de falsificar facturas decompra-venta para colocárselas acuantos coleccionistas estuvieraninteresados28.

Lo que no resulta nada claro esque el octogenario receptor de unatabla del siglo XVI sustraída en unaermita de Torrijo del Campo (Teruel)hubiera sido el ejecutor material del

golpe. Fue detenido en enero de1998 junto a otros cuatro paisanosdurante el trascurso de la operación“Roca” que permitió recuperar unastreinta piezas de diferentes calibres.

Más expedito fue Cladis R. P.,delincuente valenciano acostum-brado al contrabando de tabacorubio que intentó ampliar negociotras hacerse con la colección priva-da de Anne Marie Graf, robada en1997 en la localidad suiza de Celigny(incluía obras de Picasso, Miró,Braque, Giacometti, Lope de Herreray otras atribuidas a Chagall, Goya ytal vez Rembrandt) y que pretendíacanjear por un alijo de cocaína29.Viajando a bordo de un Renault 21intentó atropellar a Lorenzo Mon-tero, jefe de la Brigada de Patri-monio, cuando le dio el alto. Aunquehuyó precipitadamente, fue deteni-do horas más tarde cerca de un cha-let en Pous de Martí, donde estabandepositadas las obras.

Otros mafiosos italianos, acos-tumbrados a trabajar con estupefa-cientes, armas y otras baratijas, yahabían ensayado la fórmula delcomercio ilícito de arte para tantearotras fuentes de ingresos. La policíaitaliana consiguió recuperar unsupuesto Rafael tras detener a unabanda que ofrecía, a mayores, otrasmercancías: material nuclear proce-dente de Rusia, Libia, Irán y otros pai-ses del este de Europa. El inspectorAldo Anghessa, responsable de laoperación, había contactado con losdelincuentes mostrándose interesa-do por el cuadro que vendían por elmódico precio de 26 millones depesetas. Había abierto cuenta corrien-te en un banco milanés y cuando losmafiosos comprobaron su autentici-dad accedieron a rematar la amaña-da operación. El cuadro había atra-vesado las fronteras italianas condocumentación falsificada que lo cata-logaba como obra menor de un pin-tor de la escuela de Umbria30.

Es sumamente raro que en unrobo de arte medie violencia o se lle-gue al extremo del crímen. Eso ocu-rrió con algunas piezas de la colec-

114 • 12

26 Vid. Liliane CAFFIN MADAULE, Maria Blanchard 1881-1932. Catalogue raisonné, 2 toms., San Sebastián, 1992.27 ABC, 25 de abril de 1999.28 El País, 25 de enero de 2001.29 El País, 17 de enero de 1999. Vid. además Prudencio MATEOS PÉREZ, “Expolio artístico. Narcotráfico y obras de arte”, Antiquaria,

nº 85 (1991), pp. 76-77, informando de la detención de tres presuntos narcotraficantes en Getafe y Fuenlabrada que pudie-ron haber adquirido 17 óleos del siglo XVII para blanquear dinero obtenido con el tráfico de estupefacientes.

30 La Razón, 2 de marzo de 1999.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 7: Robos Patrimonio Historico

ción del pintor Abel Martín, asesina-do por los hermanos Manuel yGonzalo Montezuma de Carvallo ensu chalet madrileño de El Plantío el4 de agosto de 1993. Hijos de unprestigioso médico, desde niños eranconocidos del artista, razón queexplica la confianza total de la vícti-ma, le hicieron subir hasta la buhar-dilla donde le taladaron la frente conuna varilla metálica. El jardín de laresidencia les sirvió para enterrar elcadáver, después seleccionaron laspiezas que juzgaron más interesan-tes (entre ellas varias esculturas deJulio González y otras pinturas has-ta constituir un lote valorado en 40millones de pesetas) y huyeron. Lapolicía detuvo a los presuntos asesi-nos en Coimbra a fines de 1993, sién-doles decomisadas algunas piezas,pero quedaron en libertad por faltade pruebas incriminatorias. Desdeentonces siguen en paradero desco-nocido aunque sobre ellos peseorden de busca y captura. La GuardiaCivil supo que uno de los delin-cuentes, haciéndose pasar por gale-rista, intentó vender un Poliakov yun Mompó por un precio sospe-chosamente bajo. En 1998 un gale-rista parisino denunció a Interpolque un marchante luso le había ofre-cido una escultura y siete pinturasque figuraban en una base de datosde arte robado. Las piezas aparecie-ron días después en una galería deBruselas, donde la Guardia Civilpudo recuperarlas mediante unaorden del juzgado nº 40 de Madrid31.

Pero más allá del crimen, enotros casos podemos verificar ver-daderos atentados contra los obje-

tos sustraídos. La Guardia Civil, encolaboración con los Carabinieri ita-lianos, pudo recuperar un calvariodel siglo XVI que había sido robadoen la ermita palentina de Torre Martede Astudillo una noche de agosto de199332. Receptado por un anticuariovalenciano, fue vendido a otro “pro-fesional” de Reggio Emilia, siendolocalizado en una residencia cam-pestre de San Girolamo di Guastalla.Lo peor del caso es que el propieta-rio trasalpino habia despolicromadoel crucificado y había iniciado simi-lar operación con la Virgen y SanJuan para impedir su identificación,un desmaquillaje de lo más rastreroy vandálico33.

Uno de los robos más sonadosde los últimos años fue el sufrido porEsther Koplowitz en su domiciliomadrileño del Paseo de la Habana.Ocurrió durante la madrugada del 8de agosto de 2001, cuando se esta-ban realizando algunas reformas enel piso –un humilde ático de 300metros– y las alarmas correspon-dientes (sensores térmicos y de pisa-das) estaban desconectadas de lacentral de seguridad. Los cacos gol-pearon y amordazaron al vigilantedel inmueble que aseguraba nopoder aportar información algunarespecto de sus agresores. Estos sellevaron una selecta colección de 19pinturas (Peter Brueghel el Joven, Elcolumpio y la La caída del burro deGoya valorados en 2.000 millones depesetas cada uno, Pisarro, Juan Gris,Gutiérrez Solana, Sorolla, AngladaCamarasa, Francisco Pradilla oFoujita) descolgadas y empaqueta-das, piedras chinas jabonosas del

siglo XVIII y una estatuilla egipciaShabli, abandonando diez tablasdedicadas a la Conquista de Méxicoque planteaban ciertos problemas detransporte. Los lienzos fueron des-embalados, desclavados de los mar-cos y enrollados, y contra todo pro-nóstico, aún perteneciendo a laadinerada empresaria vicepresiden-ta de Fomento de Construcciones yContratas, todos excepto uno care-cían de seguro34.

Desde un primer momento lapropietaria –temerosa de que fueravictima de una extorsión– sospechóque en el golpe pudieron haber par-ticipado personas cercanas a suentorno, hipótesis que fue seria-mente investigada por la policía35. Esevidente que cuadros tan conocidosy de tanta calidad como los Goyanunca hubieran encontrado com-prador, además, gran parte de laspinturas sustraídas habían sido decla-radas BIC. Las sospechas de EstherKoplowitz sobre la posibilidad quealguna persona cercana –empleados,vigilantes o amigos de la víctima–hubiera dado el soplo a los ladronesparecieron confirmarse, estos fue-ron a tiro hecho, trabajando conguantes y culminando el trabajo enun tiempo record36, saliendo por unapuerta trasera de la finca que casisiempre permanecía cerrada.

El 4 de diciembre de 2001 la poli-cía detuvo a seis personas acusadasdel robo en el domicilio de EstherKoplowitz aunque sin conseguirrecuperar ninguna de las piezas. Y loque era más importante, confirma-ron que el vigilante de seguridad, vio-lentado y amordazado durante la

12 • 115

31 El País, 18 de noviembre de 2000.32 Juan José MARTÍN GONZÁLEZ (dir.), Inventario artístico de Palencia y su provincia. tom. I. Ciudad de Palencia, antiguos

partidos judiciales de Palencia, Astudillo, Baltanás y Frechilla, Madrid, 1977. p. 82. El Cristo es obra de mediados del sigloXVI en tanto que la Virgen y el San Juan están próximos al estilo de Fernando de la Nestosa (del último cuarto de la mismacenturia).

33 ABC, 11 de noviembre de 2000.34 Señalan las compañías aseguradoras especializadas que más del 80 % de las colecciones privadas de arte español carecen de

seguro. Vid. ABC, 11 de agosto de 2001.35 ABC, 10 de agosto de 2001. La hija de la Esther Koplowitz, Esther Alcocer y su marido, ya habían sufrido un robo en su chalet

del Parque del Conde de Orgaz el 21 de mayo de 1999. Los ladrones amordazaron al hijo pequeño del matrimonio y a la niñe-ra, desempotraron y se llevaron la caja fuerte aunque despreciaron las obras de arte y una colección de armas antiguas quedecoraban el inmueble. Sólo se recuperó una pequeña parte del botín compuesto por joyas y alhajas en manos de la emplea-da de una casa vecina, quizás su parte correspondiente por haber facilitado a los cacos datos sobre el domicilio desvalijado.

36 El País, 12 de agosto de 2001. El artículo refiere el caso del robo en el domicilio del anticuario Jorge Candalé en agosto de1996. En aquella ocasión los ladrones golpearon y maniataron al dueño, robándole dos cuadros de Picasso y otros dos de JuanGris tasados en más de 800 millones de pesetas. Los delincuentes exigieron más tarde un rescate de 5 millones, aunque fue-ron finalmente detenidos y enchironados sin alcanzar sus propósitos. También entonces los cacos recibieron el soplo de unempleado de la galería de Candelé que se había hecho pasar por sobrino de Pilar de Borbón, picó alto el pájaro, razón quejustificaría la plena confianza depositada en él por el empresario.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 8: Robos Patrimonio Historico

operación, andaba metido en el ajo,su adornada versión de los hechosno podía convencer ni a un niño dediez años aunque los agentes sehicieron los suecos. En estos casosresulta de gran utilidad la pacienteescucha de llamadas telefónicas. Lapolicía llevaba vigilando todo estetiempo a los sospechosos, y no para-ron hasta conseguir una orden judi-cial que les permitió registrar variosdomicilios. De uno de estos huyó unindividuo al volante de un automó-vil tras disparar varias veces –porsuerte con muy mala puntería– con-tra uno de los policías que estuvo apunto de ser arrollado (recuerda lacinematográfica actuación de CladisR. P.). El huido debió sentirse fran-camente acorralado pues decidióentregarse 24 horas más tarde.

La policía pudo advertir quealguno de los vigilados llevaba untren de vida insostenible, adquirien-do lujosos coches de gran cilindra-da y propiedades en Marbella, fre-cuentando desenfrenadamenteMálaga, Ibiza o Valencia, insensible acualquier horario laboral37. Pero díasdespués los detenidos –tras intentarnegociar a través de sus abogadosuna compensación económica y ven-tajas en la instrucción si aparecían lasobras– fueron puestos en libertadbajo fianza con cargos38.

De antología el artículo redacta-do por Pablo Ordaz cuando la poli-cía consiguió recuperar diez de laspinturas robadas a la Koplowitz, unaverdadera joya del periodismo cen-trado en los delitos contra el patri-monio español: "La banda de Cáspercae en la trampa de la policía: Cienagentes camuflados de vendedoresde pañuelos, limpiadoras y expertosen arte recuperaron 10 de los cua-dros de Koplowitz"39. En realidad losresponsables directos del robo eranexpertos butroneros: Angel Suárez

Flores, alias Cásper, ya detenido encinco ocasiones en Madrid y la Costadel Sol y con antecedentes por tráfi-co de estupefacientes, contrabando,robo con fuerza y homicidio doloso,relacionado además con el intentode asesinato del abogado EmilioRodríguez Menéndez, convertidoahora en su letrado. La cosa es de tra-ca. Pero Cásper no trabajó en solita-rio, colaborando en la operaciónJuan Manuel Candela Sapieha, trin-cado siete veces por asuntillos dedrogas, contrabando, falsificación dedocumentos y atracos varios queconfesaba su admiración por la pro-fesionalidad y saber hacer de la poli-cía española. A los ya citados se sumóLuis Miguel del Mazo, el más pre-sentable, y que había recibido losfavores de su jefa, la mismísimaEsther Koplowitz, ofreciéndole varioskilos en acciones de FCC, no se vayana pensar ustedes.

Pero a las fuerzas policiales lesquedaba un asunto pendiente: recu-perar los valiosísimos lienzos. Y deci-dieron atajar por lo sano para pillara los ladrones con las manos en lamasa. Montaron un subrrealista dis-positivo –la operación "Cuba"– conun centenar de agentes distribuidospor los alrededores del MeliáCastilla de Capitán Haya, unos ven-dían paquetes de kleenek a los has-tiados automovilistas, otros repara-ban los semáforos, algunos ibandisfrazados de yonkis y mendigos ylos más cabizbajos realizaban traba-jos de limpieza con escasas mañascomo trabajadores en el interior delestablecimiento. Mientras tantoCásper había tragado el anzuelo yaccedió a una cita en una de las habi-taciones que debía mantener JuanManuel Candela –con Las tentacio-nes de San Antonio de Brueghel bajoel brazo– y un presunto expertoacompañado por un coleccionista

norteamericano podrido de millo-nes, en realidad un policía español yun colega del FBI. Cásper esperabaimpaciente en el vestíbulo del hotelhasta que fue detenido mansamen-te como un gazapo después que lapareja de policías mixtos hubierahecho lo propio con su compañerode correrías. En dos vehículos selocalizaron además otros nueve delos cuadros sustraídos en perfectoestado de conservación, del resto depiezas nunca más se supo.

Días después, Erik el Belga, elfamoso ladrón de guante blanco alque antes nos referimos, no pudoestar calladito y afirmaba que unrobo tan paleto no había podido serjamás obra de un verdadero profe-sional, incapaz de mezclarse con gen-tes tan barriobajeras. Para PabloOrdaz, no había ninguna duda sobrela capacidad artística de Cásper, yaque tras el golpe había escondidoalgunos de los lienzos bajo la camade una casa de citas40. Recuerda alcaso del famoso lote de dibujos(algunos de Durero y Rembrandt)robado del Museo Nacional de Bakú(Azerbaiyán) por un matrimonio (élex-luchador de lucha libre, ella ayu-dante del fiscal del estado de Bakú)que apareció apretujado bajo la camade otro ex-luchador azerbaiyano–ignorante del auténtico valor de lospapelotes– en un apartamento deBrooklyn. Los dibujos habían sidorapiñados en Bremen por el KGB trasla caída del régimen nazi y cedidosal museo de Bakú en 194741.

Otros ladrones optaron por sus-tracciones de pelaje más obtuso. Dosjóvenes robaron el 7 de abril de 2000ni más ni menos que el supuesto crá-neo del Papa Luna –Benedicto XIII–en el palacio de los condes de Argillode Sabiñán (Zaragoza), un caserónprivado del siglo XVI carente de lasadecuadas medidas de seguridad. Las

116 • 12

37 El Mundo, 11 de diciembre de 2001.38 ABC, 21 de enero de 2002.39 El País, 25 de junio de 2002.40 Tras el robo de la colección de Esther Koplowitz aparecieron en la prensa nacional infinidad de noticias dando cuenta del suce-

so. Sin duda debieron alarmar a más de algún colecionista que se puso presto a la tarea de contratar sistemas de seguridad ysuscribir seguros. Al respecto son reveladoras las informaciones comerciales sobre alarmas, puertas blindadas y seguros publi-cadas por Fernando BELDA, “Cómo proteger su colección de arte. Guía para evitar robos en su domicilio”, Subastas Siglo XXI,nº 21 (2001), pp. 6-10, incardinadas con datos perfectamente plausibles. Fue una verdadera desgracia para Cásper no haberfirmado ningún convenio de colaboración con alguna empresa del ramo, la verdad, se hubiera llevado un potosí sin correrriesgos. El primer punto del decálogo titulado ”Claves para evitar robos” que publicaba Belda es bastante explícito: “Póngaselodifícil a los ladrones contratando sistemas de seguridad: puertas blindadas, alarmas conectadas a centrales receptoras, rejasen las ventanas, circuitos cerrados de televisión, etc.”. Un soberbio comercial, hay gente para todo.

41 El País, 23 de julio de 2001.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 9: Robos Patrimonio Historico

autoridades aragonesas se apresura-ron a incoar expediente de declara-ción BIC como medida de “protec-ción efectiva” para la reliquia. Cincomeses más tarde y tras arduas inves-tigaciones, la Guardia Civil procedióa la detención de los supuestos res-ponsables de haberse llevado tanilustre despojo42. Quienes debieronllevarse un buen soponcio fueron losladrones que en enero de 2000 seagenciaron un busto en bronce deCarlos V que se encontraba a laspuertas del célebre cenobio de Yuste.Lo más interesante del caso es quela pieza, con un peso nada despre-ciable de 50 kilos, era en realidad unavulgar copia realizada por el escultorPérez Comendador a partir del ori-ginal de Pompeyo Leoni y según losexpertos carecía de valor económi-co43. Es posible que los fastos delcentenario del augusto emperadorpudieran haber influido en que loscacos tomaran nota de una piezacuya accesibilidad era declarada yvaloraron como negocio redondomientras se frotaban las manos.Quienes sí sabían con lo que arram-blaban fueron los ladrones que se lle-varon una cabeza esculpida de DoraMaar, única escultura de Picassoexpuesta en un espacio público, laglorieta parisina de Saint-Germaindes Près, donde fue instalada en 1956como homenaje al poeta GuillaumeApollinaire. Tasada en unos 25 millo-nes de pesetas, fue arrancada de suzócalo a martillazos.

El comercio considerado legalpuede esconder regalos envenena-dos. El 29 de mayo de 2000, díasantes de ser subastada en la salaFernando Durán de Madrid, la poli-cía pudo recuperar una Virgen conel Niño en madera tintada proce-dente de la iglesia de Saint-Gervasyde Dôme, había sido robada en 1983,terminando en manos de un colec-cionista español residente enHolanda que la ofertó a la firmamadrileña. A pesar de existir dudassobre su autenticidad –EsperanzaAragonés la consideró réplica delsiglo XX– el precio de salida era de12 millones de pesetas. Para una

escultura similar procedente deAuvernia que salió a la venta hacia lasmismas fechas en Sotheby´s Londres,se había realizado una estimación deentre 16 y 21 millones. No es deextrañar pues que los propietarioscon ganas de vender se arriesguen aemprender persuasivas exportacio-nes ilícitas, el precio alcanzado porun Goya en Nueva York o Londressiempre superará las expectativas delmercado nacional. Expertos juristascomo José Luis Alvarez han indicadoque más de la mitad del comercio dearte efectuado en España se realizacon piezas clandestinas en tanto el70-80 % del dinero que se mueve esnegro44.

En enero de 2000 la Guardía Civildetenía y acusaba de contrabando aun individuo que pretendía sacar ilí-citamente son destino a una anti-cuaria parisina un sofá realizado en1802 por el Real Taller de Ebanisteríapara uso del rey Carlos IV, la piezaestaba incluida en el inventario gene-ral de Bienes Muebles de laComunidad de Madrid y era inex-portable, al igual que ocurrió con dosóleos del siglo XVIII del mejicanoMiguel Cabrera –igualmente regis-trados y declarados inexportables–que un coleccionista mejicano inten-tó sacar a Francia siendo decomisa-dos en Irún. El siguiente destino delos lienzos expatriados eran losEstados Unidos45.

Algunos casos rezuman argu-mentos novelísticos. André Gilbertas,el alcalde de Chambery publicó en1994 L´inconnu d´Uccello, texto deficción con escaso éxito de crítica yventas que glosaba el robo de un cua-dro del florentino custodiado en unmuseo local cercano a Lyon. Pero lomás curioso del asunto es que unosladrones escasamente imaginativosdecidieron utilizar la novela deGilbertas para perpretar un robo enserio en el mismo Musée des Beaux-Arts de Chambery46. El cuadro deUccello quedaba desprotegido, ocu-pando un ángulo ciego, bajo la mio-pe mirada de la cámara de video delcircuito de seguridad, los vigilanteshabían desconectado la alarma. Diez

días después del robo, una llamadaanónima alertó que la tela –valoradaen casi 200 millones de pesetas– sehallaba suavemente depositada enun parking de Aix-les-Bains. Se tra-taba del retrato de un joven desco-nocido (ca. 1435-40) en cuya basesurge la premonitoria leyenda: “El finfa tutto”47.

Otra novela de autor ignoto –Elraid ruso, publicada por entregas enel rotativo Hemvärnen– parece estartras el robo sufrido por dos Renoir yun Rembrandt del Nationalmuseumde Estocolmo. Los atracadores pudie-ron haber devorado el relato mien-tras pasaban una temporadita en latrena. El golpe se prudujo dos minu-tos antes del cierre del museo, justoa las 14,58 horas del 22 de diciembrede 2000, cuando sonaron las tres alar-mas y la policía se presentó ipso fac-to descubriendo dos coches incen-diados en la acera inmediata aledificio. Mientras intentaban con-trolar el fuego y detectar posibles víc-timas, tres cacos armados con metra-lletas, enteramente vestidos de negroy cubiertos por pasamontañas, seintrodujeron en el museo, redujerona un vigilante y algunos visitantes ydescolgaron los lienzos que intro-dujeron en bolsas de plástico. Tresminutos después se dieron a la fugautilizando la puerta principal –la mis-ma que emplearon para acceder has-ta el museo– y una lancha rápida con-venientemente atracada junto alcanal adyacente que les estaba espe-rando. La embarcación fue abando-nada y localizada horas más tarde.

La policía sueca sospechó desdeel primer momento que el cerebrodel golpe había sido un ciudadanoruso –tiempo atrás residente enEstocolmo donde regentaba unaempresa de importación-exportaciónque comerciaba con joyas y petró-leo– con un amplio historial delicti-vo aunque inexperto en esto de losrobos de arte que pudo decidirse aintervenir tras haber recibido unsuculento encargo. Pero a causa delenorme revuelo internacional pro-vocado, el cliente de altos vuelosdebió poner pies en polvorosa.

12 • 117

42 ABC, 14 de octubre de 2000.43 ABC, 26 de enero de 2000.44 Vid. El Periódico del Arte, n º 8 (1998), p. 25.45 El País, 6 de enero de 2000.46 Vid. Franco y Stefano BORSI, Paolo Uccello, Londres-Nueva York, 1994. pp. 347-348.47 El País, 31 de enero de 1999.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 10: Robos Patrimonio Historico

A los pocos días –el 4 de enero–fueron detenidas cinco personas.Dos de los cuales, que poseían pasa-porte sueco, se habían fugado de lacárcel tiempo atrás48. La Interpol con-siguió detener en Londres a finalesde febrero de 2001 al verdadero res-ponsable del robo en el National-museum de Estocolmo: el ruso delque efectivamente ya sospechaban.Se había llevado el Rembrandt –unpequeño autorretrato pintado sobrecobre– bajo el brazo con la inten-ción de venderlo sin éxito en la capi-tal británica. Su experiencia comodelincuente era de lo más abultadapues había sido condenado a sieteaños tras perpretar un sonado roboa mano armada en Suecia en 1993.Fugado de presidio, había viajadopor todo el mundo acompañado deuna llamativa rubia, haciéndosepasar por noble o magnate petrole-ro con singular habilidad y astucia.Para la policía –que a través de ladirección del museo había hechosoñar a la banda con la consecuciónde una suntanciosa suma por larecuperación de las piezas– parecíaprobado que el delincuente deguante blanco había planificado elrobo desde la cárcel, engatusandoa cuatro jóvenes compinches –entre20 y 30 años– de miradas torvas ymanos largas49.

Auténtica maestría han desarro-llado los nórdicos por el procedi-miento del “robo con lancha” (nosreferimos antes al caso del Natio-nalmuseum aunque se registró otroen 1994 en el Museo Moderno deEstocolmo de donde fueron sustra-ídos varios lienzos de Picasso).También en 2001 y en menos de cin-co minutos una banda de lo más pro-fesional se apoderó de cuatro lien-zos de Anders Zorn –contemporáneode Joaquín Sorolla– y otros dos deLiljefors y Sager-Nelson en la GaleríaThielska de Estocolmo. Irrumpiendopor la puerta trasera a la vera delcanal, se marcharon con el orondobotín, burlando el celo de las alarmasy sin dejar ni una sola huella.

Por increíble que parezca unososados ladrones se llevaron un VanGogh de una entidad bancaria en laciudad holandesa de Den Bosch. Ellienzo, de apenas 40 x 29 cm, estabavalorado en 56 millones de pesetas50.Los responsables aprovecharon undía festivo para dar el golpe, pero res-petaron los fondos depositados enla caja fuerte, si duda inexpugnables.¡Hasta ahí podíamos llegar!.

Tampoco los intermediarios queobtuvieron tres lienzos de Picassotras la invasión iraquí de Kuwait en1990 se anduvieron con muchosescrúpulos –como si trataran con ter-neros o corderos lechales– a la horade intentar venderlos. La policía tur-ca detuvo a diferentes “tratantes”enSelçuk (la tela, un retrato de DoraMaar, había sido repintada y la firmavelada y vuelta a trazar), Izmir ySanliurfa, que habían introducido loslienzos desde territorio sirio. Lo máscurioso es que a los supuestos com-pradores –policías turcos conve-nientemente disfrazados de anti-cuario– se les pedían cantidadesdesaforadas (6 millones y medio, 15y 50 millones de dólares)51, aunquees obligado suponer que les emplu-maron las esposas antes de llegar alos intrincados vericuetos del rega-teo, especialidad magníficamentedominada por todo negociante oto-mano que se precie.

Stéphane Breitwieser, un consu-mado cleptómano alsaciano de 31años, consiguió, él solito, afanar 172obras de arte en palacios, museos ygalerías de seis paises europeos(Francia, Suiza, Alemania, Luxem-burgo, Holanda y Bélgica) hastamontar su propia colección de artevalorada en más de 2.000 millonesde euros (incluía obras de LucasCranach, Peter Brueghel, Watteau oBoucher) sin que nunca fuera pilla-do in fraganti. Finalmente le vinie-ron mal dadas y fue detenido en unmuseo de Lucerna en noviembre de2001. Esperamos que no le salga nin-gún émulo español. Lo más des-agradable del affaire del hábil ladrón,

además de cortar los lienzos con unanavaja, es que su madre Mireille, alenterarse de la detención, quiso des-prenderse por lo sano del incómododepósito de bienes culturales acu-mulado por su hijo en la casa familiarde Eschentzwiller. Y no se le ocurriómejor cosa que destrozar y tirar laspiezas a la basura o arrojarlas al canalRódano-Rin que pasa frente a sudomicilio. Las autoridades procedie-ron entonces a drenar el brazo nave-gable y consiguieron recuperar 110objetos preciosos. No tuvieron tantasuerte con la mayoría de los lienzos,volatilizados de un plumazo52.

A veces las medidas de seguridadfallan estrepitosamente, o el perso-nal no llega a tiempo para impedir lasustracción, este último contratiem-po sucedió en diciembre de 2002 enel museo Van Gogh de Amsterdam,cuando los ladrones se llevaron doslienzos del famoso pintor holandés.A pesar de saltar la alarma y quedarconstancia grabada de la acción enel circuito cerrado de televisión, lapolicía no pudo trincar a los autoresdel delito, sólo localizaron una esca-lera de mano utilizada para ascenderhasta el techo, desde donde rom-pieron el cristal de una ventana y des-cendieron por una vulgar soga has-ta el primer piso. Eligieron Feligresessaliendo de la iglesia calvinista deNuenen y Vista de la playa de Sche-veningen con tormenta53, quizás porestar en una sala cercana al lugar porel que penetraron, idéntica vía queutilizaron para darse a la fuga. LaHaya sufrió cinco días antes otrorobo de diamantes y piezas de joye-ría propiedad del estado portuguésdesaparecidos durante el desarrollode la exposición temporal De la pie-dra en bruto a la joya54.

Otro de los robos más recientes,el del impagable "Salero" de oro deBenvenuto Cellini en el Museo deHistoria del Arte de Viena, revelóque la existencia de una sofisticadaalarma había resultado inútil. Losdelincuentes habían ascendido porun andamio y –como en el museo de

118 • 12

48 ABC, 6 de enero de 2001.49 ABC, 5 de enero de 2001 y 25 de marzo de 2001.50 ABC, 16 de mayo de 1999.51 El País, 8 de junio de 2000, ABC, julio de 2000.52 El País, 18 de mayo de 2002.53 Vid. Evert VAN UIVERT y Louis VAN TILBORGH, Catálogo de la exposición. Pinturas. Vicent van Gogh. Rijksmuseum Vicent

van Gogh. Amsterdam, Madrid, 1990.54 ABC, 8 de diciembre de 2002; El Mundo, 8 de diciembre de 2002; El País, 10 de diciembre de 2002.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 11: Robos Patrimonio Historico

Amsterdam– forzaron una ventanapara acceder hasta el primer piso. Elportero descubrió el robo a las ochoy veinte de la mañana del domingo,quedándose con un palmo de nari-ces al contemplar, hecha añicos, lagruesa vitrina de vidrio que conteníala lujosa pieza. Los ladrones no se lle-varon nada más, razón que para lapolicía austríaca podría apuntar haciaun robo de encargo. El "Salero", pie-za única y excepcional que pertene-ció al archiduque Fernando II deHabsburgo, está valorado en cercade 50 millones de euros55.

Los reseñados casos europeos noparecer asemejarse mucho a losrobos efectuados en la Casa de Artesdel Ayuntamiento de Vigo a lo largode 1999, ejemplarizantes donde loshaya, pues los responsables, tras lle-varse dos cuadros de Laxeiro y otrode José Frau, optaron por devolver-los siguiendo curiosos procedi-mientos. El lienzo de Frau fue entre-gado por un sacerdote que alegóhaberlo recibido bajo secreto de con-fesión, vía de devolución hispánicade rancio abolengo, uno de losLaxeiros regresó gracias a un mar-chante a quien el presunto ladróndejó en depósito mientras que elotro lienzo fue remitido a la redac-ción del Faro de Vigo cuidadosa-mente embalado y acompañado deuna nota mecanografiada que denun-ciaba la falta de seguridad en la salagallega, vigilada por lánguidas cáma-ras y un único empleado56. Un robosimilar, aunque mucho mejor plani-ficado afectó a la Whitworth ArtGallery de Manchester en abril de2003. De allí sustrajeron tres acua-relas de Picasso, Van Gogh yGauguin que aparecieron junto almuro de unos arruinados retretespúblicos en un parque a 100 metrosdel museo. Una llamada anónimainformó de su paradero horas des-pués. Los ladrones habían deposita-do las acuarelas en el interior de uncartucho de cartón con una notadonde denunciaban graves fallos enlos sistemas de seguridad delmuseo57. Tampoco es de extrañarque ocurran casos similares puesalgún conservador encargado de la

Casa Museo del Greco en Toledoconfesaba que a finales de los 80, laseguridad nocturna del centro con-sistía en unas latas unidas entre sí yatadas a la puerta de ingreso quepermitía a los vigilantes echarse a dor-mir sin demasiadas preocupaciones58.

Como medida cautelar a todasluces voluntarista y pedestre pero demáxima efectividad que hubieralevantado las envidias de los vigilan-tes de la Casa-Museo del Greco cita-remos el óleo del mismo autor pro-cedente del templo parroquial deMartín Muñoz de las Posadas(Segovia). Entre 1983 y 2000 per-maneció “detenido” en el calabozodel cuartelillo de la Guardia Civil localtras ser descolgado del templo enrestauración. Evitaban así las natu-rales tentaciones entre los amigos delo ajeno que se habían cebado conel palacio de Espinosa de los Mon-teros de la misma población sego-viana y de donde se llevaron dos bar-gueños y una custodia de plata delsiglo XVI.

El cuadro apoyaba contra lapared en una dependencia de tresmetros cuadrados y otros tres dealtura acompañado de un pucherode barro que hacía las veces dehumificador, auténtica tecnologíapunta. Lo malo es que, de tanto encuanto, cuando algún detenido teníaque ocupar la celda, el lienzo debíaser trasladado hasta el despacho delsargento u otras dependencias delestablecimento. El cuadro, que tie-ne un abultado curriculum comosuperviviente, representa un Cal-vario con el posible donante. Du-rante la postguerra apareció ocultotras la pared de una capilla dondehabía sido ocultado para escapar alexpolio sufrido por la comarcadurante la francesada. Los vecinosde la localidad nunca vieron conbuenos ojos que la obra del famosocretense saliera fuera del caserío. Yadisuadieron al Marqués de Lozoya yal conde de Cedillo en la década de1950 cuando intentaron llevárselopara someterlo a un tratamiento derestauración –la malas lenguas ase-guran que les intentaron volcar elcoche aunque personalmente en

época tan sórdida nos resulte unaalgarada poco creíble– y volvieron arechazar que viajara hasta la Ex-posición Universal de Sevilla de199259.

Algunas desapariciones de pie-zas en museos públicos pudieronhaberse evitado optimizando lasmedidas de seguridad. Del museolocal de Tossa de Mar (Girona) des-apareció una pintura de 21 x 15 cm.(Dos carlins), las reducidas dimen-siones de la misma facilitaron su sus-tracción, aunque los responsablesreconocían que no todos los rinco-nes del inmueble quedaban prote-gidos por las cámaras de seguridad,nunca sospecharon que una simplegabardina podía obrar actuación tandiscreta.

Una separata de la revista Litoral,con las canciones que FedericoGarcía Lorca compiló entre 1921 y1924, fue robada de una vitrinadurante la celebración de una expo-sición temporal en la madrileñaResidencia de Estudiantes. El folle-to estaba asegurado en 400.000 pese-tas y no pudo llegar a ser recupera-do. La policía sospechaba quepudiera tratarse de un robo “deencargo” dado que el cristal de lavitrina fue forzado sin daños y quelas tres salas donde estuvo expuestala muestra contaban con la custodiade una pareja de vigilantes. Bien pen-sado, es difícil que unos cacos searriesguen a cometer un robo deencargo por el que iban a obteneringresos tan ridículos.

La Fundación Díaz-Caneja dePalencia perdió uno de los lienzosde su colección permanente –valo-rado en 5 millones de pesetas– el 20de mayo de 1999. Un informe quehizo público el secretario de la ins-titución castellana señalaba que lavaloración económica de la pieza“está claramente sobredimensiona-da, dado que un cuadro de esascaracterísticas [un paisaje de 31 x 54cm] difícilmente puede llegar en laactualidad a la mitad de esa canti-dad, como valor del mercado”. Unjuicio de lo más extraño y conclu-yente. El autor del robo desprendióla tela del marco ayudándose de un

12 • 119

55 El País, 12 de mayo de 2003.56 El País, 23 de abril de 1999.57 El País, 29 y 30 de abril de 2002.58 La Vanguardia, 13 de mayo de 1999.59 El País, 21 de diciembre de 1999; ABC, 21 de abril de 2000.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 12: Robos Patrimonio Historico

objeto cortante y depositó el basti-dor en la misma sala60.

El museo San Pío V de Valenciasufrió otro robo en noviembre de2001, un bol chino de la dinastía Songque se presentaba en una exposicióntemporal. Para acceder hasta la pie-za los delincuentes tuvieron que des-atornillar una vitrina, de nuevo fueradel alcance de las cámaras de seguri-dad, negligencia que resultó cara,sobre todo porque los organizadoresno se percataron de la desaparicióndel jarrón hasta que procedieron adesmontar la muestra.

El transporte de bienes cultura-les con destino a las miles de expo-siciones temporales organizadas entodo el mundo puede constituir unserio riesgo para las piezas prestadas.Es de sobra conocido el caso de ladesaparición en el aeropuerto deBarajas de una caja de 50 kilos depeso que contenía tres dibujos de lapintura rusa Liubov Popova que ibana ser expuestos en octubre del 2000en el Reina Sofía con motivo de lamuestra El teatro de los pintores enla Europa de las vanguardias. Lacaja –rotulada con las indicacionesexhibition material y paintings–procedía del Museo Estatal de ArteContemporáneo de Tesalónica y via-jó hasta el aeropuerto madrileño enla bodega de un vuelo de OlimpicAirways sin que llegara a recibirseen la terminal de carga. Algunos tes-tigos dijeron haber visto restos delembalaje en la Aduana nº 1, destina-da exclusivamente a la recepción depasajeros. En cualquier caso los dibu-jos volaron sin el preceptivo correodel museo heleno, razón de sumagravedad que explicaría desaparicióntan desafortunada. Por su parte lostécnicos de Tesalónica alegaron quea la llegada de la caja a Barajas no sepersonó ningún especialista delmuseo español61. Más gordo fue elextravío en el Georges Pompidou deParís de una escultura de Niki deSaint Phalle de tres metros de alto ycien kilos de peso, quizás destruídaen el interior de un embalaje demadera usado para un traslado por-que los empleados pensaron estar

frente a basura destinada al hornocrematorio62.

Hay situaciones en las que –porincreíble que resulte– el enemigoestá dentro. Una noticia de 1999 nosdejaba petrificados: Manuel Gasca,el ex-jefe de almacenes del barcelo-nés Museu Arqueològic de Cata-lunya había sido detenido como sos-pechoso de haberse apropiado demás de 4.000 piezas y centenar ymedio de grabados del siglo XVIII,algunos del afamado Piranesi. El pre-cio de mercado de los materialessaqueados en el museo debía rondarlos 400 millones de pesetas. El señorGasca ocupó el cargo entre 1995 y1997, fecha en la que se dio de bajapor enfermedad. En esta operación"Barcino", los miembros de la Bene-mérita averiguaron que el empleadodel museo cortaba los mejores gra-bados contenidos en libros para lue-go vendérselos a coleccionistas sinescrúpulos. Un anticuario de 50 añosfue también detenido y acusado dereceptación y encubrimiento.

La sustracción de un cotizadodibujo de Dalí dentro de una cárcelriza el rizo, ocurrió en el penal dealta seguridad de Rikers Island(Nueva York), que no es precisa-mente una reconocida instituciónmuseística. En 1965 Salvador Dalíhabía esbozado una crucifixión dedi-cada y donada a “la cantina de lospresos" (imaginamos que con el titá-nico retranqueo de la racanísimaGala), un pequeño detalle condes-cendente pues no pudo cumplir supromesa de visitar personalmente lapenitenciaría. La lámina permanecióen el mismo lugar, la cafetería delpresidio, hasta que en 1981 uninterno estampanó contra la mismauna taza de café que destruyó el cris-tal de protección y manchó ligera-mente el dibujo. Para evitar simila-res ocurrencias los funcionarosescondieron el boceto tras el sofá enuno de los despachos hasta quealguien tuvo la feliz idea de colgar-lo en la discreta sala de guardianes.Pero no fue un presidiario quien seapropió del dibujo –cuya tasaciónsuperaría ahora los 75 millones de

pesetas– sino uno de los guardiasque atravesaba un mal momentoeconómico y sustituyó el original poruna imitación, guardó el verdaderoen su taquilla y pudo sacarlo al exte-rior durante el desarrollo de unsimulacro de incendio63.

Frente a tal retahíla de apropia-ciones innecesarias e indebidas nossorprenden algunas noticias opti-mistas como la que afectó a WilliamBailey, un enmarcador de cuadros de63 años que olvidó en un andén delmetro de Nueva York un cartapaciocon una litografía de Picasso y unboceto de Sophie Matisse (bisnietadel célebre pintor francés). El pobrehombre tomó el tren y al darse cuen-ta del imperdonable olvido, bajó enla siguiente estación y regresó angus-tiado a la de partida para ver si habíatenido suerte. Como pueden supo-ner, la carpeta había desaparecido yal bueno de William casi le da unpatatús. Superó la zozobra inicial yse dedicó a poner cartelillos en elmetro prometiendo una recompen-sa para el alma cándida que le devol-viera las obras (el Picasso era un rega-lo de bodas y por el Sophie Matissepagó el propietario 6.500 dólares).Un vendedor ambulante de libros seapiadó de nuestro atribulado arte-sano y le citó en plena calle paradevolverle el hatillo previa gratifica-ción de 1.000 dólares64.

El expolio del patrimonio biblio-gráfico y archivístico presenta algu-nos rasgos diferenciales. En primerainstancia porque el grueso de losdelitos atentan contra institucionespúblicas, pueden tardar años en serdescubiertos y, accesoriamente, por-que los delincuentes suelen presen-tar un aspecto de gran pulcritud,moverse con la habilidad de un lin-ce, tener la cabeza muy clara, disi-mular que es un primor e inclusodesempeñar una actividad universi-taria y científica aparentemente librede toda tacha. En este tipo de hechosdelictivos el ánimo de lucro no siem-pre resulta el móvil principal. Son losmás indetectables. Nos movemosentre aguas pantanosas, dondemuchos usurpadores tienen más de

120 • 12

60 El Norte de Castilla, 4 de junio de 1999.61 El Mundo, 7 de octubre de 2000.62 ABC, 24 de enero de 2001. Por las mismas fechas un empleado de Sotheby´s trituró un Francis Bacon en el interior de su emba-

laje suponiéndolo vacío.63 El País, 3 de marzo de 2003; ABC, 9 de marzo de 2003.64 El País, 3 de junio de 2003.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 13: Robos Patrimonio Historico

exquisitos monteros que de taram-banas manirrotos o repugnantes cri-minales65. Los plagiarios suelen fusi-lar sus fuentes y hasta desean abrazaresos obscuros objetos de deseo, dis-frutando sus olores y texturas, terri-ble acto onanista que funde ternuray fetichismo.

En Francia un profesor de mecá-nica había sido encausado como res-ponsable del robo de un millar demanuscritos y libros en la bibliotecade Mont-Saint Odile. Se aprendió eltruco de introducirse hasta el depó-sito de la misma por un pasadizosecreto que descubrió hojeandoalgunos legajos de la BibliotecaUniversitaria de Estrasburgo y deci-dió sacar provecho a tan misteriosoconducto. La gendarmería localizólos materiales sustraídos en el domi-cilio del ladrón y aportó la pruebaadicional suministrada por una cin-ta grabada con la videocámara devigilancia que mostraba los paseitosdel docente66. La cosa no tuvo vuel-ta de hoja y terminó cantando.

Más próximo nos resulta el casode los cinco israelitas –uno de ellosel rabino Eliahou Zeituini, miembrode un centro de estudios hebraicosde Tel Avid– detenidos por llevarsecatorce manuscritos de la bibliotecadel monasterio de Montserrat. LaBenemérita recuperó los rarosmanuscritos –escritos en lengua rabí-nica oriental y cursiva alemana y enrabínico italianizado– días más tar-de, además de otros ejemplares quelos sustractores indicaron ser de pro-cedencia germánica.

Anthony Melnikas, profesor deHistoria del Arte en la Universidadde Ohio, fue juzgado por traficar conhojas de manuscritos renacentistasque guillotinó en la catedral deToledo y la Biblioteca del Vaticano,en esta última se hizo con variaspáginas anotadas de puño y letra delmismísimo Petrarca. La BibliotecaHistórica de Santa Cruz de la uni-versidad vallisoletana sufrió tambiénel robo de un libro editado enMadrid en 1740 que apareció en elcatalogo de la librería londinenseQuaricht. Fue recuperado en 1999gracias a la intervención del profe-

sor Enrique del Moral que había vis-to la referencia y su precio de venta:cerca de 600.000 pesetas. La pre-sencia de sellos de la biblioteca uni-versitaria estampados en el volumenpermitió su devolución. El librerobritánico lo había adquirido a otroprofesional barcelonés en una feriacelebrada en San Francisco en 1997.Por su parte el barcelonés lo habíaconseguido en una subasta madrile-ña de 1996.

En enero de 2002 la Guardia Civilremataba una operación en Madrid,Barcelona, Cantabria, Zaragoza yValencia donde consiguió recuperarmás de 700 manuscritos (datadosentre los siglos XI y XIX) que habíansido robados, hacía ya 40 años, enValencia en la casa-palacio del mar-qués de Cerdanyola. Los ejemplaresandaban vendiéndose en varias feriasde libros de antiguo, librerías de lan-ce, casas de subastas y el popularRastro madrileño67. El delito habíaprescrito, razón que hizo infructuo-sa cualquier detención. ¡A saber dón-de andarán los ladrones!.

A veces pagan justos por peca-dores. Eso le ocurrió a John Chidley,librero afincado en Granada, cuan-do fue arrestado por receptación delibros robados. Todo se debió a laactuación de un granadino, novio deuna investigadora que trabajaba enla Universidad de Harvard, aplicadoen la sustracción de casi 150 ejem-plares de la biblioteca del Depar-tamento de Bellas Artes. El fiel usua-rio fue vendiéndolos después avarios libreros españoles, siendoChidley uno de sus clientes (adqui-rió ediciones de Joaquín Ibarra yBenito Monfort). El azar y el celo delas excelentes bibliotecas universita-rias norteamericanas –ya las quisié-ramos aquí– hizo que Harvard soli-citara al librero de Granada uno delos ejemplares de los que había sidodesposeída y que figuraba en su catá-logo actualizado. Por fortuna, y pocoantes de remitirlo de vuelta a losEstados Unidos, Chidley comprobóque en una de las láminas se veíanrestos de un sello en seco que habíasido raspado pero donde aún podíanapreciarse las letras “HA(rvard

Universi)TY”. Inmediatamente co-municó la noticia a la prestigiosa uni-versidad y les envió el libro, ponién-dose además en contacto con otralibrería londinense a la que habíamandado otro volumen sospechosopara que fuera devuelto a la biblio-teca de Massachusetts. A pesar decolaborar con la policía norteameri-cana para intentar recomponer unlistado de obras robadas que permi-tieron detener al ladrón, Chidley fuevisitado por miembros de la Brigadade Patrimonio y detenido sin mayo-res comprobaciones. La historia tuvoun final feliz aunque el librero pasó24 horas en un calabozo sin recibirdemasiadas atenciones.

Mucho más esperpéntico fue elcaso del sacerdote Manuel de lasHeras, ex-director de la BibliotecaDiocesana de Zamora, que fue juz-gado por la Audiencia Provincial dela capital leonesa como responsabledel robo de 466 ejemplares –10 deellos incunables– que pasaba a JoséLuis Escudero, bibliófilo-librero cor-dobés y ex-profesor de la Universidadde Córdoba, para a su vez revendér-selos a otros profesionales naciona-les y del extranjero (algunos viajaronhasta San Francisco, Milán, Bogotá oParís). El cordobés pagó a de lasHeras un total de 10.700.000 pese-tas, aunque el valor de mercado delos lotes rondaba los 53 millones. Seconsiguieron recuperar 207 libros,algunos gracias a la colaboración delresponsable del expolio que duran-te el proceso confesó estar arrepen-tido, argumentando su defensor quepadecía "enajenación mental transi-toria". El ex-director de la bibiotecaindicaba: "no sé cómo pude hacer-lo; actuaba mecánicamente, auto-máticamente, por una manera de serque yo tengo y por no tener con-ciencia de la realidad"68, nos pre-guntamos si alguien que respondíade esta forma podía ejercer sus tare-as facultativas con un mínimo de pro-fesionalidad. Para rematar la faena,un experto indicaba que el presun-to ladrón estaba recibiendo atenciónpsiquiátrica por tener una "persona-lidad psicoafectiva inmadura (inge-nuo e influenciable)" y "podría pen-

12 • 121

65 Sobre la bibliomanía, sus excesos y su paisanaje nos parece modélico el trabajo de Yvette SÁNCHEZ, Coleccionismo y litera-tura, Madrid, 1999.

66 El País, 22 de mayo de 2002.67 El Mundo, 21 de noviembre de 2001.68 El Norte de Castilla, 28 de noviembre de 2000.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 14: Robos Patrimonio Historico

sarse que no es imputable". Al final,la Audiencia condenó al sacerdote yal bibliófilo a un año de prisión acada uno por un delito continuadode hurto, instando a los acusados aindemnizar al obispado de Zamoracon casi 38 millones de pesetas69.

Un auxiliar del Archivo HistóricoProvincial de León de 64 años fuedetenido en febrero de 2002 por sus-traer de la institución libros, docu-mentos, facsímiles y pergaminosdatados entre los siglos XVII y XIX.El funcionario negó los hechos ymanifestó que sólo tomó los mate-riales para estudiarlos en su domici-lio, donde se localizaron en torno uncentenar de legajos. Con más detreinta años de servicio no tenía aúnpensado jubilarse70. ¿Pensaría hacer-lo en breve?.

Los delincuentes españoles dedi-cados al robo de libros no han llega-do a la sofisticación de otros colegaseuropeos. En 1999 fueron denun-ciadas las operaciones de una bandaitaliana que había timado a más deveinte bibliófilos y libreros alemanes,británicos, norteamericanos, france-ses y suizos. En Scotland Yard nun-ca habían visto nada semejante. Lasvíctimas eran citadas en un palaceteveneciano donde les esperaba unsupuesto comprador: un rico colec-cionista italiano. Por descontadoacordaban acudir con el material enmano. Una vez recibidos, los estafa-dos escuchaban siempre la mismahistoria: el coleccionista italianohabía tenido que salir urgentemen-te para visitar a su madre moribun-da, así es que el expertizaje y la nego-ciación económica correrían a cargode su hijo. El mismo coleccionistatelefoneaba al palacete y hablaba per-sonamente con los interesados parasugerirles que depositaran allí suslibros aunque casi todos desconfia-ban y declinaban amablemente laoferta. Si no colaboraban por las bue-nas, se recurría a las malas artes. Elhijo del excelso bibliófilo ofrecía caféo champaña donde supuestamentevertía algún tipo de psicótico paraatontar a los vendedores que, abso-

lutamente embobados, aceptaban lapropuesta de prestar los lotes y con-certar cita para otro día. Todos lostimados declararon sentirse bien a lasalida del palazzo, aunque tras laentrevista estuvieron durmiendoalrededor de doce horas, levantán-dose presos de dolorosas molestías,y no solamente por haber perdidosus tesoros. Naturalmente los delin-cuentes ya habían volado con loslibros a cuestas.

Entre los ladrones de documen-tos archivísticos existen auténticosvirtuosos. Un tal Peter Bellwood figu-ra como el número 6 en una listaredactada por Scotland Yard con losnombres de los 10 delincuentes másbuscados de Inglaterra. Se le supo-ne responsable del robo de más de1.000 mapas antiguos en archivos,bibliotecas y museos de todaEuropa. Su imagen quedó registra-da por las cámaras de seguridad dela Biblioteca Real de Copenhaguemientras destazaba un libro antiguopara despojarlo de sus mapas. Tam-bién faltan varios mapas del valiosí-simo fondo de la Biblioteca Na-cional de Gales en Aberystwyth,aunque el ladrón de los ejemplaresgaleses pudiera ser un tal NeilWinstanley, con antecedentes porrobo en la Middle Temple Libraryde Londres. De Bellwood poco sesabe, a mediados de los 90 pasó añoy medio en chirona y después resi-dió en Yorkshire y Essex aunqueahora puede estar viviendo en cual-quier lugar de Europa pues su radiode acción laboral es lo suficiente-mente amplio. Mientras tanto pare-ce cometer selectos robos "a la car-ta" encargados por riquísimoscoleccionistas norteamericanos y delos emiratos árabes71.

Asunto más grave que el librario,al menos en nuestro país, es el delincesante expolio arqueológico,máxime cuando los “piteros" –ver-daderos terroristas del detectoris-mo– no sólo se hacen con suculen-tos lotes sino que además destrozansignificativamente el yacimiento,impidiendo el estudio provechoso

de materiales que, de no haber sidoviolados, quedarían perfectamentecontextualizados in aeternum72.

Estamos habituados a que laGuardia Civil incaute coleccionesarqueológicas particulares a lo largoy ancho del estado que sin ningúngénero de dudas son fruto delsaqueo más escandaloso: Belchite,Salas de los Infantes, Cuéllar,Valencia, Sevilla, Huelva, Ecija, etc.,aunque la palma se la lleve la comu-nidad andaluza, donde se expolia entorno al 60-70 % del patrimonioarqueológico hispano (el resto sue-le afectar mayormente a las dosCastillas y Extremadura).

Como le dijo el comandante depuesto de la Guardia Civil de un pue-blo sevillano a Fernando FernándezGómez un día que intentaba denun-ciar la excavación clandestina en unanecrópolis romana de la localidad:¿De qué van a vivir las "criaturas"?.Por su parte otros hispalensesadquieren tierras de labor no paracultivarlas sino para "escarbarlas".Los jornaleros más humildes se venobligados a buscar en el expolioarqueológico un pluriempleo esta-cional que permita suavizar las épo-cas de menor actividad agraria.Especialmente peligroso ha resulta-do el personal estadounidense ins-talado en las bases militares de Rotay Morón de la Frontera, expertos“detectoristas” que tienen muchamayor facilidad para introducir equi-pos de altas prestaciones y sacar delpaís todo tipo de hallazgos sin darexplicaciones a nadie.

En un cortijo cercano a Ecija, laGuardia Civil intervenía en febrerode 2002 –durante el transcurso de laoperación "Tambora"– un depósitode 200.000 piezas que datan desdeel 3.000 a. de C. a época altomedie-val: esculturas ibéricas y romanas,elementos arquitectónicos y epigrá-ficos, monedas romanas, visigodas ymusulmanas, una colección de sellosanfóricos (25 cajas) y armamento ibé-rico y romano figuran entre lo másdestacado. Materiales en suma queharían las delicias del museo arqueo-

122 • 12

69 El País, 30 de marzo de 2001.70 El País, 8 de febrero de 2002.71 El País, 20 de mayo de 2003.72 Sobre la cuestión vid. Ignacio RODRÍGUEZ TEMIÑO, "Los detectores de metal y el expolio del Patrimonio Arqueológico. Algunas

propuestas de actuación en Andalucía", Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº 30 (2000), pp. 32-49. Ysobre todo Fernando FERNÁNDEZ GÓMEZ "De excavaciones clandestinas, mercado de antigüedades y publicación de "hallaz-gos", Complutum Extra, 6-2 (1996), pp. 283-294.

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 15: Robos Patrimonio Historico

lógico más selecto. Las piezas seencontraban dispuestan en vitrinasy habían sido registradas con un rudi-mentario sistema que aportó datossobre su fecha de adquisición, pro-cedencia del objeto y hasta algunosmapas de expoliación. Un verdade-ro arsenal arqueológico que RicardoMarsal, automáticamente dispuestoa disposición judicial, fue atesoran-do durante años gracias a la colabo-ración de un amplio equipo de fur-tivos, surtiendo de excepcionalmaterial a cuantos coleccionistasmerodeaban el cortijo. Llegó al extre-mo de organizar un esperpénticogabinete de restauración donde sereconstruían y recomponían las pie-zas más interesantes. El grueso delmaterial procedía de yacimientos delBajo Guadalquivir y valle del Genil,aunque también atesoró materialesllegados desde tierras extremeñas yvalencianas73.

En noviembre del mismo año unregistro de la Guardia Civil consiguiórecuperar más de 2.500 piezasarqueológicas –entre ellas un cancelvisigodo– en el domicilio de un fur-tivo que había sido sorprendidohoras antes husmeando en un yaci-miento romano de Campo de Cuéllar(Segovia). El expoliador fue puestoen libertad con cargos tras prestardeclaración en el juzgado deCuéllar74. La operación "Zeus" efec-tuada en Valencia permitió la deten-ción de catorce individuos implica-dos en turbias redes de expolioarqueológico al tiempo que recupe-raba más de 7.000 piezas75.

Un colectivo de arqueólogosmallorquines denunciaba en febre-ro de 2002 las operaciones detecto-

ristas llevadas a cabo entre 1997 y2001 por un médico suizo, RupertKart Spillmann, en el castillo deSantueri (Felanitx). Sus paseos lehabían permitido hacerse con unaexcelente colección numismáticadatada entre los siglos III y XV, algoque el Consell de Mallorca habíacalificado como "hallazgo fortuito".Las piezas recuperadas habían sali-do ilegalmente hacia Suiza yAlemania. Un centro numismáticode Basilea y el doctor Lutz Ilisch –dela Universidad de Tubinga– poseíanen depósito las colecciones locali-zadas por Spillmann mientras pro-cedían a un concienzudo estudio enel que no quisieron involucrarsealgunos profesores de la UniversitatAutònoma de Barcelona por ladudosa legalidad de los lotes76. Enmarzo, un emisario italiano delsupuesto expoliador, un talAlexander Scarpati, se presentó anteel Consell de Mallorca haciendoentrega de 1.001 monedas proce-dentes del castillo de Santueri sinque la consejera de Cultura supierasi tal depósito incluía la totalidad delo extraído en el subsuelo del casti-llo mallorquín77. Un año despuéssupimos que el médico suizo reali-zaba anualmente en Santueri cuatrocampañas de quince días cada unapara "recuperar" material numismá-tico, al menos eso declaró ante eljuez instructor de Manacor, y quesiempre actuó "de buena fe" con ple-no conocimiento por parte de laadministración mallorquina78. Unasunto sospechosamente intrinca-do. Claro que sobre los constructo-res caníbales sabemos bastantescosas menos79, estos son más listos

que el hambre. ¡Dios nos libre decaer en sus garras!.

El volumen del expolio arqueo-lógico en territorio hispano alcanzacotas preocupantes, aunque pareceun juego de críos comparado con lorobado en otras latitudes: Nigeria,Mauritania, Jordania, Vietnam, Lí-bano, Kuwait, Afganistán, Irak, India,Pakistán, Perú, México, Guatemalaetc. En el valle de Shaigan (Afga-nistán) la venta de una estatua budis-ta había reportado 17.500.000 depesetas, cifra que equivale a la rentade todos los habitantes del valle porun periodo de diez años80. Ante situa-ciones de extrema pobreza, la salva-guarda del patrimonio arqueológicoes pura entelequia. En el mercadoneoyorquino hay muchos clientescapaces de ofrecer fortísimas sumaspor piezas de calidad: una estelaegípcia del 1.400 a. de C. fue adjudi-cada por 94 millones de pesetas, unselecto vidrio romano con el sellodel fabricante por 48 millones, unánfora policromada de estilo corin-tio por 13 millones, un sarcófagoromano del siglo II d. de C. por 20millones, una estatua etrusca en terra-cota por 12 millones, un torso roma-no de Dionisio por 11 millones, y así,suma y sigue. Casas de subastas tanemblemáticas como Sotheby´s fue-ron denunciadas por expolio arqueo-lógico en la India y exportación ile-gal de antigüedades en Italia tras laemisión del programa televisivo dela cadena Dispatches en 1997.Automáticamente fueron cesadosBrendan Lynch y Oliver Forge, res-ponsables de los departamentos dearte islámico e indio y de arqueolo-gía, pero los directivos siguieron allí81.

12 • 123

73 El País, 10 de febrero de 2002; R & R, nº 63 (2002), pp. 30-31.74 El País, 16 de noviembre de 2002.75 ABC, 9 de octubre de 2000.76 El País, 1 de marzo de 2002.77 El País, 19 de marzo de 2002.78 El País, 12 de marzo de 2003.79 Algunas sentencias judiciales poco menos que inauditas (la mitad resueltas con la absolución de los inculpados por falta de

pruebas o por el sobreseimiento de la causa), podemos entresacar en el tibio análisis –demasiado tibio, y no iremos más lejos-de Carlos de la CASA, Consuelo ESCRIBANO, José Javier FERNÁNDEZ y Jesús del VAL, "La ley del patrimonio histórico espa-ñol. Comentarios sobre su aplicación arqueológica en Castilla y León", Complutum, nº 9 (1998), pp. 255-277. En cuanto a losexpedientes sancionadores aplicados por la administración regional castellano-leonesa, la mayoría fueron resueltos con mul-tas a los infractores (de una cantidad media de 200.000 pesetas, a decir verdad, exiguo monto que debe provocar la más sono-ra de las carcajadas a quienes se dedican al comercio ilícito de antigüedades). Vid. además Mª Angeles QUEROL, "Los meca-nismos de protección del Patrimonio Arqueológico", Trabajos de Prehistoria, 49 (1992), pp. 27-34; id., "Intervenciones ydestrucciones: la gestión de la actividad arqueológica", Bol. de la ANABAD, XLV (1995), pp. 131-167; Mª Angeles QUEROL yBelén MARTÍNEZ DÍAZ, La gestión del patrimonio arqueológico en España, Madrid, 1996; Ignacio RODRÍGUEZ TEMIÑO,"Nuevas perspectivas en la protección del patrimonio arqueológico en el medio rural", Complutum, 9 (1998), pp. 279-291.

80 Vid. Robert KLUYVER, “Drogas y antigüedades”, El Periódico del Arte, nº 44 (2001), p. 36.

Robos de bienes culturales: el beneficio de la duda ANÁLISIS HISTÓRICO

Page 16: Robos Patrimonio Historico

En Italia los tombaroli suelencampear a sus anchas, sacando haciaSuiza y San Marino –a veces en con-nivencia con la Cosa Nostra– nume-rosos ajuares funerarios proceden-tes de yacimientos expoliados enSicilia, Calabria, Etruria, Apulia yCampania. Los lotes suelen terminarvendiéndose en los mercados britá-nicos, norteamericanos y, ocasional-mente, en Japón, beneficiándose desemejantes operaciones toda una redde tapados respetables: marchantes,profesores universitarios y funcio-narios de la administración públicaque en algunos casos fueron acusa-dos de asociación mafiosa. Muchomás difícil es probar la conexión efec-tiva entre semejantes personajes y eltalante de sus trapicheos. En Italia,al igual que en España, cualquier pie-za arqueológica es bien de dominiopúblico y por tanto inalienable, inex-portable e imprescriptible.

En 1999 y durante la operación“Nerón” la Guardia Civil –en colabora-

ción con el Comando para la Tutela delPatrimonio Artístico de los Carabi-nieri– consiguió desarticular una redinternacional de delincuentes –cincociudadanos italianos y uno español–dedicados al contrabando de obras dearte y otros efectos de interés etno-gráfico con destino a Italia. El primeroen caer fue un desalmado comercian-te que había logrado vender en Parmamaterial por valor de más de 9 millo-nes de pesetas. Poco tiempo despuésla Guardia Civil interceptaba en Arévaloun camión que había realizado un lar-go recorrido por localidades comoRairiz de Veiga (Ourense), Ponferraday Centelles (Barcelona). Registrado enla frontera de La Jonquera, fueron rete-nidos sus cuatro ocupantes y decomi-sada una carga de ¡25.000 kilos!. Doshórreos gallegos desmontados piedraa piedra y una fuente eran la causa detan pesado porte82. Les juro que no esninguna broma.

Uno se alegra entonces de quealgún adinerado y excéntrico pro-

pietario de fincas rústicas en tierrasitalianas haya visto desbaratado sucapricho gallego. El patrimonio etno-gráfico hispano, otra de las chulea-das cenicientas, empieza a sufrir pér-didas irreparables, cada vez másescaso y más manipulado en nuestrasociedad supertecnificada, va con-virtiéndose en apetecible objeto decomercio sobado por nostálgicos,decoradores y hosteleros.

También se interroga uno sobreel estado mental del siniestro per-sonaje capaz de adquirir la pareja dehórreos: ¿un Lord Elgin a feira?, ¿unproductor cinematográfico?, ¿unconstructor a la busca de ancianapiedra lamida por líquenes y mus-guillos?, ¿un emigrante podrido demillones y tocado por la morriña?,¿un avispado diseñador de jardines?,¿un empresario deseoso de montarun parque temático para recrearbucólicas estampas atlánticas?.

Siempre nos quedará el benefi-cio de la duda.

124 • 12

81 Vid. Boletín del Mercado. Suplemento de El Periódico del Arte, nº 3 (1997). Vid. además Juan Carlos BURGOS ESTRADA, "Elderecho internacional frente al tráfico del patrimonio arqueológico", Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico,nº 24 (1998), pp. 82-94.

82 Una semana más tarde un anticuario italiano fue detenido en el puerto de Barcelona cuando intentaba embarcar con destinoa Génova otro camión cargado de obras de arte que había adquirido a intermediarios de la ciudad condal, Madrid y Alhamade Aragón (Guadalajara).

José Luis HernandoANÁLISIS HISTÓRICO

Page 17: Robos Patrimonio Historico
Page 18: Robos Patrimonio Historico
Page 19: Robos Patrimonio Historico
Page 20: Robos Patrimonio Historico
Page 21: Robos Patrimonio Historico
Page 22: Robos Patrimonio Historico
Page 23: Robos Patrimonio Historico
Page 24: Robos Patrimonio Historico