Revista Stella Maris Junio 2010

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Stella Maris Edición N° 98 Junio 2010 Edición N° 98 Junio 2010 Transformemos nuestro Transformemos nuestro corazón y seamos una corazón y seamos una comunidad misionera comunidad misionera

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Revista bi mensual del Obispado de Valparaíso

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Stella MarisEdición N° 98 Junio 2010Edición N° 98 Junio 2010

Transformemos nuestro Transformemos nuestro corazón y seamos una corazón y seamos una comunidad misioneracomunidad misionera

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Stella Maris2 Nº 98 - JUNIO 20102

Portada

Sumario

Editorial

Formación

Refl exión “La importancia de la espiritualidad en nuestras vidas”

Comentario “¿Cómo aceptamos y superamos la crisis interna de la Iglesia?”

Refl exión “Pentecostés en Tiempos de Misión Continental”

Gráfi cas Diocesanas

Noticias Pastorales

Comentario

¿Cuál ha sido el aporte de la Iglesia en estos 200 años de independencia?

Decretos

Aniversarios

“Virgen del Carmen, Madre del Consuelo visitó Isla Robinson Crusoe”

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STELLA MARISREVISTA DIOCESANA

BIMENSUALNº 98 JUNIO 2010

Domicilio LegalChacabuco 1701, ValparaísoFono 2255538 Fax 2254452

E-mail [email protected]

DirectorMonseñor

Santiago Silva Retamales

Editora y PeriodistaMaría Eugenia Quitral V.

ColaboradoraAna María Carvacho E.

Diseño e ImpresiónImprenta Comercial El Mercurio de

Valparaíso S.A.P.

sumario

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Stella Maris3Nº 98 - JUNIO 2010 3

Hemos quedado ciertamente sorprendidos con lo sucedido durante el Año Especial Sacerdotal, que a nivel de la Iglesia Uni-versal acaba de terminar el pasado 11 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón. Cuando lo iniciamos teníamos grandes esperanzas e ilusiones. Pensamos que sería un año de grandes alegrías y gozos

y no fue así. En todo el mundo, y también en nuestra Patria, se desencadenaron una serie de procesos, con gran cobertura mediá-tica, que dejaron al desnudo fragilidades, pecados y delitos de sacerdotes, especialmente dolorosos porque los ofendidos eran en muchos casos menores. En diferentes niveles se abrieron debates de todo tipo, poniendo en duda temas importantes, valiosos y delicados para nosotros, como el celibato. Se cuestionó duramente, a veces con razón muchas veces sin ella, a pastores de nues-tra Iglesia por el modo como enfrentaron en algunas oportunidades los casos. Todos opinaron. Varios “pontifi caron”. Y muchos, muchos olvidaron a los miles de hermanos sacerdotes, especialmente misioneros, que “no son noticia” porque día a día y noche a noche entregan silenciosamente su vida, a veces llegando hasta el martirio, sin coberturas periodísticas ni exposiciones mediáticas cumpliendo aquella palabra de Jesús “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha” (Mateo 6, 3). Hemos pasado grandes penas y vergüenzas. ¿Pero es sólo esto lo que nos queda de este Año Especial Sacerdotal? No. Rotundamente no. A pesar de todo, el Señor nos ha bendecido con largueza. En primer lugar, con el ejemplo y el valiente y claro ministerio y magisterio del Papa Benedicto XVI que asumió los temas “de frente”: reconoció los hechos, pidió reiteradamente perdón a Dios y a las víctimas y se reunió con algunas de ellas para escuchar sus testimonios y consolarlos. Nos llamó a enfrentar los temas con verdad, justicia y rigor, y a reparar los daños cometidos. Nos llamó reiteradamente a todos los miembros de la Iglesia a la oración y a la penitencia. Reiteró, a través de los organismos competentes de la Santa Sede, y adecuó a las actuales circunstancias las directivas precisas en cuanto al modo de proceder en situaciones similares. Reiteró las normas sobre la cuidadosa selección de los candidatos al presbiterado. Y sobre todo, y especialmente en las celebra-ciones de culminación de este Año, junto a miles de hermanos presbíteros que, llegados de todo el mundo, concelebraron con él, nos habló de la santidad y belleza del sacerdocio, de la necesidad que el mundo y la iglesia tienen de este ministerio de salvación para todos, de la importancia del celibato como camino de santidad, entrega y disponibilidad para quien está llamado por Dios a vivirlo. También en nuestras comunidades hemos visto los frutos de este Año Especial Sacerdotal. Todos, fi e-les y pastores, hemos tomado nueva conciencia de la fragilidad humana del sacerdote y cómo es impo-sible vivir santamente este ministerio sin contar con el apoyo, cariño, respeto y oración de nuestros fi eles. También los sacerdotes hemos tomado nueva conciencia de la responsabilidad de cada uno de nosotros en lo que se refi ere a la santidad y pureza de nuestra vida, a la responsabilidad personal e indelegable por nuestra propia fi delidad y por la fi delidad que le debemos al Pueblo de Dios. De la responsabilidad que todos los presbíteros tenemos respecto a los demás hermanos en el presbiterado. Se ha rezado mucho. Hemos acudido confi adamente a la intercesión gloriosa de la Virgen Santísima, Madre y Reina especialísima de los sacerdotes y seminaristas. Muchos ancianos, enfermos y sufrientes han ofrecido sus penas y dolores por la santifi cación de sus pastores. Las hermanas consagradas, particularmente las de clausura, han tomado bajo su “cuidado” ante el Señor a los sacerdotes, orando diariamente por cada uno de ellos recordándolos por sus nombres. Y también la pena, la vergüenza y el dolor nos han enseñado a ser más humildes, cercanos y comprensivos frente al dolor y las debilidades de los demás. Les bendice de corazón,

Gonzalo Duarte García de Cortázar ss.cc.Obispo de Valparaíso

Editorial

Sorprendidos

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Stella Maris4 Nº 98 - JUNIO 2010

Refl exión4

Fuego y luz para la Misión

Jaime Coiro C.1

Refl exión

La Misión Continental es un envío (es decir, una “misión”, una tarea) personal y eclesial (es decir, a cada uno y a la comunidad eclesial en su con-

junto), que nos hace el Señor Jesucristo, animado por el Espíritu Santo. ¿A qué se nos envía? A compartir el Evangelio de la Vida con cada persona, empezando por aquellos que se han alejado de la Iglesia, y también a ofrecer este proyecto vital, respetuosamente, a quienes no comparten nuestra fe.

La Misión Continental es un impulso misionero de toda la Iglesia en América Latina y el Caribe, cuyo objetivo funda-mental es poner a la Iglesia, y a todos en la Iglesia, en un es-tado de misión permanente. Esto implica un cambio decisivo en el modo de hacer pastoral y supone transitar desde una pastoral rutinaria a otra decidi-damente misionera. Signifi ca, que todos en la Iglesia podamos ser, también decididamente, servidores de la Vida, de un modo especial en los ambientes de mayor sufrimiento y desesperanza.

Un “nuevo Pentecostés”

¿Cómo se hace, cómo se vive la Misión Continental? Con el método de Jesús y la asistencia del Espíritu: ante todo escuchando con atención, percibiendo la realidad con interés; luego preguntando, buscando conocer, siempre en una atenta y respetuosa apertura al otro. No es casualidad que el acontecimiento de Aparecida, la conferencia de obispos latinoamericanos que desde el año 2007 impulsó esta Misión, haya sido llamada por

los propios pastores como un “nuevo Pentecostés”. Es que la espiritualidad del Cenáculo marcó las sesiones: los sucesores de los apóstoles junto a María, Nuestra Señora Aparecida. Providencialmente la misma fi esta del Espíritu Santo transcurrió durante la V Conferencia y ese fue un momento de mucha gracia en el caminar de la asamblea. ¿Qué deberíamos esperar como fruto de este “nuevo Pentecostés”? ¿No sería acaso comu-

nidades remecidas, trans-formadas, renovadas en la esperanza tras un anuncio lleno del Espíritu Santo?

Como en Pentecostés, la Mi-sión Continental se conjuga junto al verbo “salir”. No son tiempos de quedarse en los templos esperando a que otros vengan. Queremos ser Iglesia madre que sale al encuentro, sobre todo de los

que han caído, los que sufren, los que dudan. Quere-mos ser una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misionera.

Nuestros pastores nos han dicho claramente que la Misión conlleva una conversión personal, pastoral y eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales. Por lo mismo, se nos piden cambios profundos en nuestra manera de vivir la fe, de organizar la pastoral, de administrar la Iglesia y de servir al mundo. Se nos llama a abandonar aquellos estilos y estructuras que no ayudan a que las personas tengamos un encuentro profundo con Cristo.

Si se trata de anunciar esta experiencia de Dios en

Una especial inquietud, un movimiento, un ardor distinto recorre nuestras comunidades. Es la acción del Espíritu que suscita en nosotros, discípulos misioneros del Señor, un impulso renovador de nuestra propia fe que busca situar a la Iglesia -y a todos en la Iglesia- en un estado permanente de Misión.

“De repente vino del cielo un ruidosemejante a un viento impetuoso,

y llenó toda la casa donde se encontraban” (Hch 2, 2)

nfoeslle

CsijusolooIgen

1 Jaime Coiro C., periodista, es Director de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal de Chile.

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Stella Maris5Nº 98 - JUNIO 2010

SSSSSSSttttttteeeeeelllllllaaaaaa MMMMMaaaaaarrrriiiiiiiisssssss555555NºNºº 9 998 88 -- JUJUJUUUJUUNININN O O OOOO 202020202010101010

Comentario55555

nuestras vidas, y de hacerlo con la tremenda capaci-dad de convicción que la gracia nos regala, nuestro primer desafío será entonces vivir profundamente este camino de conversión. Sí, y partiendo por casa, por los agentes evangelizadores, los párrocos, consagrados y personal apostólico, los catequistas, animadores, cola-boradores laicos.

No hablamos aquí de una cruzada para aumentar la cantidad de católicos. Todo lo contrario, porque el Evangelio crece por desborde de alegría, por contagio espiritual y nunca por proselitismo. Tampoco habla-mos de llenarnos de actividades, de copar el calenda-rio pastoral con eventos misioneros, porque la Misión Continental no es un período extraordinario con fecha de término y metas de logro, sino un nuevo modo de vivir nuestro ser cristiano.

El Espíritu nos suscita la búsqueda de un diálogo gene-roso con el mundo en que vivimos y con las diversas culturas con las que convivimos, creyentes o no. Nos interesa más bien llegar a “interlocutores” que a des-tinatarios. Y no les buscamos para adoctrinarles, sino para compartir con ellas nuestra personal experiencia de fe en el Señor Jesucristo. Él es, en palabra de los obispos en Aparecida, nuestro “mayor tesoro”.

La Misión Continental no se puede reducir a los niveles territoriales de la parroquia. Ciertamente la comuni-dad parroquial es un lugar privilegiado en este desafío, pero también este impulso debe alcanzar a colegios, universidades, monasterios y conventos, congregacio-nes religiosas, institutos seculares, movimientos apos-tólicos y nuevas comunidades. A partir de ellos podre-mos también dar pasos más avanzados y utilizar los modernos medios de comunicación y sus tecnologías, las comunidades virtuales y redes sociales que también pueden ser vehículos de evangelización.

Una Iglesia renovada en el ardor misionero

Nuestra sociedad vive tiempos de cambios. Nuestra Iglesia vive tiempos de prueba. Ambas realidades pue-den ser motivo de incertidumbre. En tiempos de crisis y dudas, de dolores y culpas, que el Espíritu de santidad nos ayude, desde la novedad del Evangelio, a ser una comunidad más humilde, más discípula y misionera,

más parecida a Cristo, el Señor:

- Una Iglesia palabra en que el testimonio vivo de las personas proclama la Verdad de Dios desde la expe-riencia de Cristo.

- Una Iglesia comunidad de discípulos que contemplan y escuchan a Jesús, como también a los hermanos en quienes Él nos habla, particularmente los más desam-parados y débiles.

- Una Iglesia escuela que forma discípulos misioneros. No maestros ni adoctrinadores ni jueces. Una Iglesia maestra que enseña desde la vida, con humildad y ca-riño.

- Una Iglesia servidora que lava los pies de una huma-nidad con sed de sentido y de Dios, que consagra su vocación desde la humildad y que la pone al servicio de las personas.

- Una Iglesia alegre que se estremece de gozo por el tesoro que se nos ha regalado, Cristo el Señor, y que no deja de proclamarlo con inagotable esperanza.

- Una Iglesia madre que es todo amor y misericordia, que acoge al caído y le ayuda a levantarse, que corrige al que yerra, que se desvela por ver a sus hijos reuni-dos y contentos.

- Una Iglesia familia de hermanos y hermanas distintos entre sí, donde la diversidad no ensucia sino que la enriquece y construye como “casa y escuela de comu-nión”.

- Una Iglesia Sacramento que pone a Cristo presente en el centro y fundamento de toda su acción, a través de una profunda espiritualidad, orante y eucarística.

- Una Iglesia solidaria que se encuentra con el Señor en la cruz y en el dolor de los hermanos, que entiende que “el pobre es Cristo” y que la solidaridad es una alternativa humanizante en tiempos de globalización.

- Una Iglesia viva que no se contenta con ser especta-dora de la historia, sino que acompaña a la humani-dad, dialoga con sus culturas y las interpela con auda-cia profética desde el corazón del Evangelio.

Refl exión

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Stella Maris6 Nº 98 - JUNIO 20106

Me pidieron compartir mi visión sobre este tema. En el fondo responder a una pregunta que me parece clave como cristiano: ¿Es importante la

espiritualidad en nuestra vida cotidiana?. Mi análisis será desde mi experiencia de vida eclesial que ha estado mar-cada por la espiritualidad ignaciana en la Comunidad de Vida Cristiana a partir de los Ejercicios de san Ignacio de Loyola.

Siento que la respuesta a esta pregunta surge de consta-tar que Dios está permanentemente revelando su amor infi nito sobre nosotros y que lo hace siempre, no tan solo en los momentos en que hacemos un retiro o asistimos a una jornada o a una bella liturgia. Su Amor está siempre. Somos nosotros los que tendemos a limitar el encuen-tro con Él en esas experiencias místicas y nos puede llegar a parecer que para estar en el amor de Dios, debemos vivir la mayor cantidad de retiros y liturgias. Eso me hace recordar el pasaje de Pe-dro en el monte Tabor: “Hagamos tres carpas” le nació decir ante tan hermosa experiencia. Y Jesús lo invita a bajar a la vida cotidiana. Creo que lo mismo pue-de pasar con nosotros ahora. El Señor quiere habitar y reinar en lo cotidiano: en la casa, en los lugares de estudio y de trabajo, en el barrio, en la comu-nidad. Estoy convencido que es en nuestra vida cotidiana donde Él se hace presente y es allí donde se juega nuestra acción de respuesta a su amor incondicional.

Cuando he sentido el amor de alguien me nace retornarlo. Y para un amor infi nito como el de Dios con mayor razón quiero amarle devuelta con todo mi corazón, con toda mi fuerza, con toda mi alma. Pero, ciertamente no siempre lo he demostrado y entonces Él me pregunta como a Pedro: “¿Me amas?” y también le respondo “Señor, sabes que te quiero”. Su respuesta nuevamente es: “Entonces, cuida de mis ovejas”. Y lo repite tantas veces como vea que me puedo estar yo apartando. Él está preocupado por mí, quiere mi felicidad, pero de igual modo quiere la de mis hermanos. Su deseo es que le ame sirviendo a quienes me rodean. Pienso que esa es la misión, ese es el gran

mandamiento que nos dejó Jesús.

La misión entonces está en el mundo, está en la vida: “Ama a mi rebaño”. Me pregunto ¿Quiénes son el reba-ño del Señor?. Creo que todos, pero por sobre todo los más cercanos y los más débiles. Los más cercanos porque si no los cuidamos, probablemente nadie lo haga. Y los más débiles porque si no los apoyamos ahora, pueden colapsar en sus vidas. Los hijos, los papás, los esposos, los hermanos desatendidos le producen un gran dolor a Dios. Al mismo tiempo, el Señor nos llama a tener una

opción preferencial por quienes viven en situaciones extremas, son más que un programa social, son una misión recibida directamente.

El asistir a liturgias y retiros está muy bien, en la medida que éstos sean alimentos para mi espíritu en el en-cuentro con Dios en la vida, de modo que al salir de estas instancias, mi vida quede centrada en Jesucristo y su Evangelio. Dios quiere salirse de los altares, quiere escaparse de los templos y anidar un altar en nuestras manos, en nuestra mesa cotidiana y habitar en templos improvisados en los escritorios de nuestras ofi cinas, en

las salas de clase, en el taller, en el centro comunitario, en nuestros hogares. Desde allí podrá construirse esa iglesia pobre y humilde de cada día que es la iglesia que Jesús siempre nos ha invitado a vivir.

La espiritualidad es un encuentro personal con el Señor. Pero la vida es concretamente interacción con los otros que nos rodean, y en ellos está Dios, a quien me nace amarle tanto. Por eso es que creo que la espiritualidad se vive en lo cotidiano. Jesús es mi modelo, quiero seguirle, imitarle, sentir lo que Él sentía, amar como Él amaba. Y Jesús lo hacía en las calles de los pueblos, en las casas de sus amigos, llamando y amando. Se dice de Él que pasó haciendo el bien. Hablaba con propiedad, por eso es que le seguían. Jesús vino a anunciar un Reino que Él mismo empezó a construir. Jesús no predicó la miseri-cordia, actuó con misericordia, siempre nos enseñó con su ejemplo. Ese es el camino al que nos llama. ¿Cómo?

La importancia de la espiritualidad

Refl exión

Miguel Collado, CVX

en nuestras vidas

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Ebacqvslotemhlo

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Stella Maris7Nº 98 - JUNIO 2010 7

Refl exión

Estoy convencido que es siendo consecuentes y la conse-cuencia se juega en el día a día. Mis valores surgen desde la oración y se ponen en práctica en mi acción concreta. Contemplo a Dios, inspirándome en Él, amando como Él. Pero el amor se pone en obras, no sólo en palabras, de allí la importancia de querer ser un contemplativo, pero en la acción.

Para ponerlo en práctica me pregunto ¿Qué hace Jesús para llevar a cabo su propósito?. Se une con otros. For-ma una comunidad. No con los mejores, no con los más santos ni con los más instruidos. Llama a los sencillos y también a los pecadores, a los despreciados como los co-bradores de impuestos, prostitutas. Llama a los humildes pescadores y sale a convocar a los más excluidos. A los que no tienen mayores poderes ni benefi cios. Entonces, con todas mis limitaciones puedo también sentirme lla-mado a acoger a los excluidos, a los que sufren injusticia. Por allí estuvieron sus prioridades. La espiritualidad no se vive sola, se vive con los otros y para los otros. De allí que me gusta que nuestra Iglesia sea un cuerpo comunitario en que nos unimos para servir a otros. Desde la pequeñez de un grano de mostaza, desde la humildad y paciencia de un sembrador. Desde allí ir siguiendo al Señor cada día. Buscando encontrar y hacer la voluntad de Dios, en cada momento.

Muchas de mis decisiones pueden haberse inspirado des-de retiros espirituales, pero fi nalmente tenían que poner-se en práctica en lo cotidiano. ¿Qué hago?, ¿Qué elijo? … ¿Qué es lo que Dios quiere que haga? Son preguntas que me llegan en cada momento y me he convencido que la respuesta está en buscar aquello que más me acerque a Él mismo. Entonces, preguntándome si lo que quiero hacer me acerca o me aleja del Señor me ha facilitado la respuesta para resolver desde lo pequeño. ¿Cómo saber si esto es agradable al Señor? ¿Cómo darme cuenta si es-toy por el camino del servicio o del egoísmo?… ¿Lo que quiero hacer es más amor?… Por allí pareciera estar la respuesta. Entonces quedarse callado, no intervenir, creer que lo que yo diga o haga no cambiará nada, echarle la culpa a los otros y quedarme sentado contemplando lo que pasa tiende a ser un camino egoísta.

Creo que a ser profetas nos llama Jesús. ¿Cómo? Con-templando al mundo con la mirada de Él. ¿Qué ve Dios aquí? ¿Cómo ve el Señor esto? También escuchando lo que el Señor oye. ¿Cuál es el clamor que le llega al Padre?… ¿Qué gritos le interpelan?… Escuchando y observando como Dios, podremos empezar a sentir lo que su corazón sagrado siente. Sólo así, escuchándolo, podremos salir a denunciar y hablar proféticamente lo que el Señor quiere decirnos. Nuestra acción pue-de ser profética si de verdad nos ponemos en su lugar para tratar de sentir como Él. Así nuestra acción será inspirada en lo que Dios quiere de nosotros y nuestro

actuar pasará a ser lo que Él quiere que hagamos en su nombre.

Parece difícil de lograr, pero en la práctica es posible al tener la posibilidad de vivir ejercicios espirituales que me conduzcan a este objetivo para luego llevarlo a la acción en la vida misma, de modo de poder encontrar a Cristo en todo, en cada persona, en cada lugar, en cada mo-mento de mi vida. Creo que haciendo esto en comunidad podremos llegar a ser el cuerpo profético que Él anhela, podremos ser el cuerpo místico que Jesús quiere: una Iglesia viva y cotidiana que se anida en la humildad y en la pobreza de corazón.

Entonces: ¿Es importante la espiritualidad en la vida?. Creo fi rmemente que no tan sólo es importante, sino que es fundamental en la vida de un cristiano. Humildemente pienso que a eso estamos llamados: A dar testimonio de lo que Jesús nos enseñó. Si queremos ser sus apóstoles, sus discípulos misioneros, necesitamos vivir apostólica-mente llevando la espiritualidad a nuestras vidas.

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Stella Maris8 Nº 98 - JUNIO 20108

Pederastia,

Jesús Herreros, S.M.

Comentario

crisis y sacerdocio

No existe la pede-rastia en la Iglesia desde los últimos

cincuenta años, sino des-de siempre. Pero yo afi r-mo, con experiencia, que ese delito es muy supe-rior en otras institucio-nes. Tengo la experiencia de haber vivido en Chile cincuenta años y trabaja-do en cuatro colegios. En todos ellos, hemos teni-do que despedir a algún profesor por abuso a menores. No hubo cau-sas jurídicas en ninguno de esos episodios, que yo sepa. No revelamos esa debilidad del profesor a nadie, pues creíamos que se debía respetar a la persona y que ésta podría recuperarse…

¿Somos encubridores?... Hicimos lo que enton-ces se hacía: expulsarlo. Los padres de los niños quedaron conformes. ¿Vendrán hoy a reclamar-nos encubrimiento o compensación económica? No sabíamos si lo sucedido era solo una falta gravísima o si la persona necesitaba tratamiento psiquiátrico, y esos profesores continuaron des-empeñándose en otros colegios o se dedicaron a otras cosas.

No hace más de diez años que sabemos que no se puede seguir obrando así y que debe haber una denuncia judicial por parte del colegio o los padres. Esa ha sido la norma que nos ha entre-gado la Iglesia.

Esta institución es pecadora. Lo somos todos, los que han cometido el crimen de pederastia

-as-

o ebilidad del profesor a

y los que hemos actuado mal en otros ámbitos, con silencio y aprovechamien-to de nuestros estatus, o con prepotencia al intentar imponer normas, sintiéndo-nos poseedores de la ver-dad y excluyendo a quienes Jesucristo hacía sentar a su mesa.

Tenemos mucho que cam-biar para seguirlo verdade-ramente, viviendo con los pobres, sanando, perdonan-do, liberando, anunciando la misericordia de Dios. O, como dice san Pablo, procla-

mando que su Evangelio es el anuncio del amor universal de Él, para quien no hay diferencia entre cristianos o no cristianos, creyentes o agnósticos.

Jesucristo se ha revelado como el Dios de Todos, el Padre que espera al hijo que se ha ido o que está perdido para celebrar con él un banquete. Esa Igle-sia es la que necesitamos nosotros, los pecadores.

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Stella Maris9Nº 98 - JUNIO 2010

Stella Maris9Nº 9988 - JUJUNIO 2010 9

A un grupo grande de cristianos quiero decirles que no hay que aprovechar esta situación para reclamar sacerdotes casados. Estos existen en iglesias católicas no romanas —y, por supuesto, en la ortodoxa— y es obvia la posibilidad y la necesidad de que se llegue a ello algún día: el ministerio sacerdotal no exige el celibato. Pero, por encima de eso, necesitamos hoy sacerdotes bien formados, capaces de compartir y discernir con los laicos los problemas del mundo moder-no; esa es una demanda urgente.

No seamos tambor de resonancia en una cam-paña. Los sacerdotes, ya sea casados o célibes, seguirán siendo débiles y pecadores. Si los acep-tamos casados, añadiríamos nuevas fragilidades: hijos drogadictos, familias enriquecidas amigas

del dinero o divorciados semejantes a los demás, como lo promueve la cultura que nos envuelve.

Para el mundo católico es un bien enorme el de las personas célibes que siguen a Jesucristo céli-be, entregado a la voluntad del Padre y que vive fraternalmente, pues su familia, su madre y sus hermanos son los que acogen la Palabra.

La historia nos ha enseñado que hombres célibes han enriquecido la Iglesia y la han hecho brillar ante el mundo con místicos, profetas y mártires. Consagrados célibes han marcado en la historia de esta los momentos más importantes en su re-novación cristiana. Hay cosas más importantes para cambiar, en vez de aprovechar esta coyun-tura para reclamar sacerdotes casados.

Comentario Stella Maris9Nº 98 - JUNIO 2010

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Stella Maris10 Nº 98 - JUNIO 201010

Gráfi casDiocesanas

Alrededor de mil agentes pastorales

de las comunidades parroquiales

de la Diócesis participaron en las

Asambleas Decanales que organizó

la Vicaría de Pastoral y las Áreas

Pastorales presentes en la Diócesis.

En ellas se presentó el Plan Pastoral

para el presente año y los encarga-

dos de las Áreas Pastorales se re-

unieron con sus agentes pastorales.

Cientos de fi eles se congregaron en la Pa-rroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Con – Con para recibir a su nuevo párroco, el Padre Rafael Osorio y también para agrade-cer los más de cuarenta años de servicio del Padre Mario Erazo.

En la Parroquia de Algarrobo se celebró a los

catequistas con una once en el salón parro-quial. El P. Sergio Murillo les entregó un saludo

agradeciendo su labor pastoral y les invito a renovar su compromiso al servicio del Anuncio

de Cristo.

Gráfi cas

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Stella Maris11Nº 98 - JUNIO 2010 11

Una Eucaristía y una procesión se realizaron el domingo de Pentecos-tés en la Parroquia Santa Isabel de Hungría de El Melón. Participaron bailes religiosos de la zona que con su entusiasmo y cariño a la Virgen del Carmen expresaron su piedad y compromiso eclesial con toda la Iglesia.

Con mucha alegría se celebró la ordenación sacerdotal del Diácono Celso Acuña Pizarro en la comuni-

dad de la parroquia Nuestra Señora de Andacollo del Cerro Ramadi-

tas. El Padre Celso pertenece a la Sociedad de las Divinas Vocaciones,

comúnmente llamados como los Padres Vocacionistas.

Un compartir fraterno se vivió en el Encuentro de Asesores Eclesiásticos y Coordinadores de Movimientos con los Obispos de nuestra Diócesis, Mons. Gonzalo Duarte y Mons. Santiago Silva.

Gráfi cas

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Stella Maris12 Nº 98 - JUNIO 2010

FormaciónFormación12

Comunidad que propone el SENTIDO profundo de la vida y la historia a la luz de la Palabra de Dios,

haaciendo ARDER el corazón por la pertinencia de su propuessta(Buena Nueva) y de su origen (Cristo).

No sóloo forma, sino que reinterpreta la vida a la luz de la Palabr de Dia os,dando SENTIDO a la existencia.

Enseña las verdades de la fe en íntima relacrr ión con la vida.Ofrece una catequesis kerkk igmática como respuesta a las

ansias de los hombres y mrr ujeres de hoy. Coloca la Palabra de Dios en el centro de la vrr ida cristiana y pastoral.

Suscita espacios para reinterpretar la proprr ia vida (retiros).

CComomuniuniddEUCARISTÍA y

como lugar de encreconoce en el grit

salvació

No sólo celebra un rito, sino extendie

a)- la inmolación o donaciónb))- la salvación o liberación de

sociedad sec)-- el amor o comunión de Jesú

CCelebra la Eucaristía como memle ofrece

GeneraVive el ma el mandamien

particularm

Comunidad que estimula la ADMIRACIÓN por Jesús, acom apaña en la

OPCIÓN pers go deonal por Él y educa en el diálogORACCIÓN con el Señor, parr a INVOVV LUCRARLO n la v en ida de

cada día.

o haNo sólo abla de Jesús, sino que suscita la OPCIÓN perssonal y vital por persu p ssona y su obra y acompaña los procesos de f y cone y versión.

Tr sansparrenta criterios, conductas, economía… y atrae a Crrr is o por el amor ytouna espiritualidad integral.

Ora y enseña a orar. Mira con simpatía al mundo. No le asustan las realirr daded s

humanas ni huye de ellas.

v

Comunidad que SALE alencuentro de lorr s hermanos, CAMINA con elloA s

y DIALOGA lo de elloA s, para hacerse cargo de tristezzas asy esperanzas, de vidas e historias humanas.

No sólo acoge a los que llegan, sino que sale al encuentr oo de lorr s hermanoos haciéndose, por el DIÁLOGO, compañer n elloa de camino con s.

Pressente en todos los ambientes y acontecimientos: celebraci eones, aniversarios, duelos, enfermedades, conflictos…Atiende los diversos y nuevos grupos humanos. Acompaña en el dolor y en la desorientación.Se repiensa para ser cada vez más cercana,

hhumildeumilde, s, serervviidordoraa..

él”… “Yo soy la verdad”… “VVVieieieron y sesese qqq qqueuuu daron con Jn 1,39 y 14,6

CChhhhiiiilllleeee para t, uuunnnaaa mesa odos

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Stella Maris13Nº 98 - JUNIO 2010

FormaciónFormación13

dad qdad queue BBRROOTTAATTT de la de la AACONDUCE a la EUCARISTÍA

cuentro con el Srr eñor cuyo rostro seo de tantos rostros que anhelan la

ón del Cordero de Dios.

que HACE EUCARÍSTICA LA EXISTENCIA,ndo en la vida cotidiana: n de Jesús para que todos tengan vida plena;e Jesús para que la historia de cada uno y de la ea “historia de salvación”, ys para hacer un mundo más fraterno y solidarioo.

orial de un pueblo reunido por Dios que ho y aquíy y aqe a su Hijo como vida plena. a comunidades cristianas.

amor en su dimensión sto del amor en su dimensión solil daria, mente con pobres y err xcluidos.

Comunidad que COMPARPP TE la exxperiencia de Dios, haciendo APOSTÓLICA su vA ivvencia y su fe, y

TESTIMONIA al SA eñor por desborde dee GOZO PAPP SCUAL.

No sólo suscita testigos convencidos, sino TESTIGOS CONVIN NTECEN Spor la experiencia del Resucitado y la ALEGRÍA de anA unciarlo.

Alegre y esperanzada, no en razón del poder, lorr s bienes, las seguridades…, sino porque su Señorr ha resucitado.

Impulsa y acompaña al laicado en las tarreas de la srr ociedad.

Nuestras orientaciones pastorales diocesanas nos están invitando para este año comenzar a dar pasos de conversión pastoral, es decir, r nos plantean pasar de

una pastortt al rr de conservacvv ión a una pastortt al rr decididamente tt misionerarr . Pero ¿Qué entendemos por una pastoral decididamente misionera? ¿Cómo podemos enfatizar una

pastoral misionera en las parroquias, establecimientos educacionales y movimientos?Este año en todo el país se ha querido destacar la Eucaristía como lugar de

encuentro con el Señor y uno de los textos bíblicos que nos hablan de ella es el relatode los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35). Queremos, a partir de este relato eucarístico, desarrollar la espiritualidad misionera de nuestras comunidades.Cuando uno lee el evangelio de Lucas descubre la intención que tiene el Evangelista de plantear su Evangelio como un camino desde Galilea hacia Jerusalén, Jerusalén

es sin duda, el culmen del Evangelio, es el lugar donde se desarrolla la muerte yrreesurrección de Jesús, la llegada del Espíritu Santo, el envío a la misión. Por esta

razón el abandonar Jerusalén y caminar a Emaús puede interpretarse como el desviarse o desorientarse de la vocación por la que fueron convocados estos discípulos. El encuentro con Jesús

Resucitado al partir el pan no sólo los hizo volver a Jerusalén sino que también a reencontrarse con la identidad de su vocación. El partir el pan de Jesús en Emaús equivale sin duda, a la celebración de laEucaristía, por esta razón en ella se nos abren los ojos para volver a la identidad misionera de nuestravocación eclesial y en los gestos de Jesús podemos encontrar las claves de renovación misionera denuestras comunidades.Por esta razón, hemos elaborado un esquema con los gestos de Jesús que pueden inspirar una actitud misionera de nuestras comunidades, pero no nos hagamos ilusiones, sin el encuentro vital con Jesús en la Eucaristía serán en vano nuestras ganas de cambiar nuestras comunidades.

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Noticias

Noticiaspastorales

Decanato

Zona Algarrobo, El Quisco, Casablanca, Lo Vásquez

Zona Limache – Quillota y La Calera

Zona Quilpué – Villa Alemana

Fecha

Sábado 26 de Junio

Sábado 3 de Julio

Sábado 10 de Julio

Lugar

Casa de Jornada de Lo Vásquez

Instituto Rafael Ariztía

Colegio Champagnat

Retiros Zonales Se invita a TODOS los Agentes Pastorales de las Parroquias, Movimientos Laicales y Es-tablecimientos Educacionales de nuestra Diócesis a participar de los Retiros Zonales en silencio organizados por Vicaría de Pastoral del Obispado de Valparaíso. Se realizarán desde las 8:30 hasta las 14:00 horas. La inscripción es abierta y tiene un costo de $1000.Las personas que asistan a los retiros deben llevar Biblia, cuaderno y lápiz. Las fechas y lugares son las siguientes:

Curso de Formación de Pastoral Juvenil DiocesanaEl Equipo de Formación de la Pastoral Juvenil ha preparado Cursos para Animadores y Asesores para las comunidades de la diócesis. Valor: $15.000 por persona. También ofrecen cursos para parroquias o de-canatos. Para informaciones e inscripción envía un mail a [email protected] Las fechas son las siguientes:15- 16 y 17 de Julio: Curso de Asesores Nivel I -II y III.Lugar: Casa de Retiros de Casa-blanca.4 y 5 de Septiembre: Curso de Animadores Nivel I-IILugar: Por confi rmar.

Celebración Diocesana del Día del CatequistaEl 29 de mayo bajo el lema “”En el año del Bicentenario: Los catequistas damos gracias y renovamos nuestro compromiso de anunciar a Cristo” nos reunimos en el colegio Carlos Cousiño unos 140 catequistas de la Diócesis para celebrar su día. Fue una jornada de refl exión y fi esta!. El encuentro comenzó con un tiempo de recreación con dinámicas y cantos a cargo del coro de la Pastoral Juvenil del Colegio “San Pedro Nolasco”. La oración dio paso a la escucha de la Palabra de Dios que invitó a todos los catequistas a comenzar la jornada en un clima de refl exión y agradecimiento al Padre Dios por nuestro ser de discípulos y misioneros. A continuación se introdujo los tres momentos del trabajo por mesas, teniendo como base la lectura de los discípulos de Emaús para una lectura orante de la Palabra.Todos nos sentimos muy gratamente sorprendidos de la participación y del trabajo de las diferentes mesas, donde se percibió la tarea y el compromiso que cada catequista realiza con fe y alegría. Posteriormente, nos trasladamos a la Capilla, donde se celebró la Eucaristía presidida por nuestro obispo Monseñor Gonzalo Duarte y concelebrada con el obispo auxiliar Monseñor Santiago Silva y el Padre Renzo Ramelli. Durante su homilía agradeció la labor que hacen los catequistas semana a semana como sembradores de la fe en tantos niños, jóvenes y adultos de nues-tras parroquias; una labor valiosa y que la Diócesis agradece profundamente.Ana María Ponce Marchant Comisión Diocesano de Catequesis

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Noticias

Día del Catequista en otros decanatosEn el Decanato Juan XXIII se celebró en la parroquia San Luis Gonzaga donde se organizaron dinámicas y formación. Asistie-ron 110 catequistas junto con su Decano el P. Carlos Morales, y también los Padres Gonzalo Bravo, Juan Rodríguez y Jorge Manríquez. Culminó con la Misa presidida por Monseñor Gonza-lo Duarte. En el Decanato Sta. María del Almendral se celebró en la Pa-rroquia Los Doce Apóstoles. La Misa fue ofi ciada por el P. José Luis Cancino y en su homilía se refi rió a la labor del Catequista en la Iglesia. Participaron 52 ca-tequistas y cada parroquia pre-sentó un número artístico. En el Decanato Santa María de Marga Marga fue celebra-da en el Colegio Aconcagua de Quilpue.

Seamos animadores parroquiales de la comunicaciónCon mucho entusiasmo y alegría se rea-lizó la I Jornada Diocesana de Comunica-dores Parroquiales en la que participaron más de 20 animadores parroquiales de la comunicación.En un primer momento, acompañados por el Diácono Permanente Leonardo Fernández, los participantes refl exiona-ron sobre la importancia de la comuni-cación en sus comunidades y del servicio que ellos realizan.En un segundo momento, el Director del Área de Comunicaciones de la CECh, Jai-me Coiro compartió el tema: ¿Cómo ser comunicador parroquial en los tiempos que estamos viviendo como Iglesia?. Junto con ello, los alentó en la tarea de animar las comunicaciones de sus comu-nidades y no sólo ser instrumentos de difusión. Programa de TV “Los Caminos de la Iglesia”Todos los domingos de 19:30 a 20:00 horas se emite por UCV Televisión el programa “Los Caminos de la Iglesia”. Este espacio es producido entre el Obispado de Valpa-raíso y UCV TV.

Día de la Infancia MisioneraEl DIM, Día de la Infancia Misionera se celebró el 19 de junio en el Gimnasio del Colegio Champagñat de Villa Ale-mana. La Eucaristía fue presidida por Mons. Jorge Vega, Obispo Prelado de Illapel y Director Nacional de las OMP El encuentro culminó con una camita misionera al centro de la ciudad. El lema del mes es “La Infancia Misionera: Sin confi nes, sin fronteras”.

Departamento de Educación CatólicaEncuentro de Directores de Colegios CatólicosEn mayo se realizó el Encuentro de Directores de Colegios Católi-cos, en el colegio Seminario San Rafael de Viña del Mar, donde se contó con la presencia de Mons. Gonzalo Duarte y del Padre Jai-me Castellón, s.j. quien guió el tema: “La vocación y originalidad del profesor católico, a la luz del pensamiento educativo y social de San Alberto Hurtado”.

Eucaristía de AniversarioEl miércoles 23 de junio se efectuó la Eucaristía con motivo de celebración del 16° Aniversario del Departamento de Educación Católica, la que fue presidida por Mons. Gonzalo Duarte en la Pa-rroquia San Juan Bosco.

Misa por Padre René PienoviEl domingo 4 de julio a las 11:30 horas en la Iglesia Catedral de Valparaíso se efectuará una Eucaristía en memoria de los 25 años de falle-cimiento del P. René Pienovi gestor del Refugio de Cristo. La Eucaristía será presidida por Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso.

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Noticias16

Escritura del Evangelio de San Juan en la FODECDirectores y coordinadores de la Fundación ODEC, fueron partíci-pes del taller Pastoral dirigido por Monseñor Santiago Silva, en las dependencias del DEC, cuyo ob-jetivo era profundizar en la lectio divina y hacer de este método una forma facilitadora para acceder a un encuentro personal con Cristo. En la ocasión, se inició la escritura del Evangelio de San Juan que padres, apoderados, alumnos, asistentes de la educación y profesores escribirán en cada establecimiento educacional.

Jornada de directores y encargado pastora-les de la FODECEn una jornada para coordinar diferentes actividades que pro-muevan el concepto y la actitud de “misión permanente”, Monse-ñor Javier Prado, ben-dijo el nuevo oratorio

del colegio Niño Jesús de Praga, de Quillota, y las imágenes de la Virgen del Carmen, que a partir del segundo semestre peregrinarán por los establecimientos FODEC.En Agosto, alumnos y profesores peregrinarán al Templo Votivo de Maipú y al Santuario del padre Alberto Hurtado, contex-tualizado dentro del marco de la Misión Continental.

Área de Formación “Effata”Taller de EucaristíaEn Mayo se realizó un Taller de Eucaristía en la Parroquia Corazón de Ma-ría en el que participaron 30 personas pertenecientes a la sede parroquial y a las diferentes capillas. Catequistas, Diáconos, animadores, equipos de liturgia y fi eles en general se reunieron cada martes para descubrir la Eu-caristía como celebración de encuentro de los discípulos misioneros con Cristo resucitado.Durante Junio se realiza el Taller de Eucaristía en la Parroquia Nuestra Se-ñora de la Esperanza (los Lunes a las 19:00 hrs.) y en la Parroquia Buen Pastor de Playa Ancha (los Martes a las 19:30 hrs.)Hasta la fecha alrededor de 200 laicos de nuestra diócesis han participado

de los talleres de exten-sión “Effata”¿Cómo puedo partici-par de los talleres de extensión “Effata”?Todas las parroquias, comunidades, colegios y movimientos pue-den solicitar los talleres de los lugares de encuentro de los dis-cípulos misioneros (Eucaristía, Lectio Divina, Misión Continental, Doctrina Social de la Iglesia) escribiendo a [email protected] o llamando al 225 55 38 anexo 235 ó 245. El costo es de $500 por persona.

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Stella Maris17Nº 98 - JUNIO 2010

Noticias17

Pastoral FamiliarLa Pastoral Familiar Diocesana, asumiendo su mi-sión, se ha propuesto la tarea de poner a disposi-ción de la Diócesis, talleres para ir en apoyo de las familias. Éstos tienen como objetivo fundamental, que la familia, vaya descubriendo y reafi rmando su vocación, profundicen en su amor, y en este caminar descubra la presencia de Dios, y desde esta experiencia gozosa pueda vivir fecundamen-te su dimensión.El primero de estos talleres llamado “La Familia un Taller”, se trabajará en el Decanato de La Cale-ra. La fecha se avisará oportunamente. Se invita a todas las familias de ese Decanato a participar de esta hermosa experiencia.Esta Área Pastoral tiene distintas instancias que pone a disposición de todas las comunidades de la Diócesis para apoyarlos y acompañarlos en to-das las acciones que emprendan para fortalecer y cuidar nuestro gran tesoro: “La Familia”.Cabe hacer notar que, llamamos Familia a todo grupo humano que vive bajo un mismo techo, comparte la misma mesa, y está unida por el amor.

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Quizás suene fuerte y hasta de mal gusto el título de este artí-culo, pero creo que refl eja, en

cierto modo, el hecho de que después de 41 años de existencia en nuestro Se-minario Mayor no haya ingresado nin-gún joven para iniciar su formación sa-cerdotal. Las causas, los responsables, los motivos pueden ser muchos y las explicaciones también: falta de oración; de estrategias adecuadas para los jóve-nes de hoy; de compromiso; de testi-monios creíbles; de acompañamiento; los últimos escándalos en la Iglesia; el ambiente hedonista que rodea a los jó-venes, la crisis valórica y familiar, etc.

Como seminario estamos en una etapa de refl exión, diagnóstico y revisión del tema; lo que podemos ase-gurar en este momento de nuestra historia son dos aspectos: en primer lugar que todos somos respon-sables y en segundo lugar, que como todas las crisis, se nos presenta una oportunidad de renovación en nuestras estrategias vocacionales. Quiero detenerme en el primer aspecto porque me parece fundamental para revitalizar el compromiso de toda nuestra Iglesia por el fomento de las vocaciones de especial consa-gración.

Es preciso entonces, tomar conciencia como cristia-nos que la vocación, llamada de Dios, nace en una experiencia de comunidad y a la vez, genera un compromiso con la Iglesia universal, sólo las comu-nidades cristianas vivas saben acoger las vocaciones y después acompañarlas en su desarrollo, como una mamá vela por el crecimiento y la felicidad de un hijo. «La pastoral vocacional tiene como sujeto activo, como protagonista, a la comunidad eclesial como tal, en sus diversas expresiones: desde la Iglesia universal a la Iglesia particular y, análogamente, desde ésta a la parroquia y a todos los estamentos del pueblo de Dios» (Pastores dabo vobis, 41).

Sin duda, frente a los desafíos del mundo de hoy, se necesita mayor audacia evangélica para realizar

el compromiso de promoción vocacional según la invitación del Señor a pedir insistentemente obreros para la difusión del Reino de Dios (Mt 9, 37-38). En este sentido, «Evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial» (Evangelii nuntiandi, 60).

Estas vocaciones exigen respeto y acogida, plena dis-ponibilidad para poner en juego la propia existencia, y una constante oración de súplica. Suponen, ade-más, una amorosa atención y un sabio y prudente discernimiento de los brotes de vocación presentes en el corazón de muchos adolescentes y jóvenes. «Es muy urgente, sobre todo hoy, que se difunda y arrai-gue la convicción de que todos los miembros de la Iglesia, sin excluir ninguno, tienen la responsabilidad de cuidar las vocaciones» (Pastores dabo vobis, 41).

Algunos piensan que Dios sabe a quién llamar y cuán-do llamar y por tanto a nosotros no nos queda sino esperar. La iniciativa divina no exime al hombre del compromiso que le corresponde. De hecho, muchos llamados alcanzan la certeza de la elección divina a través de circunstancias favorables, determinadas también por la vida de la comunidad cristiana.

Estoy convencido que muchos jóvenes que hoy están desorientados por el consumismo y por la crisis de ideales, pueden encontrar en el testimonio coherente

¿Terremoto

Pbro. Erwin Prieto L., Rector Pontifi cio Seminario Mayor San Rafael

Vocacional?

de refl exión, el compromiso de promoción vocacional según la invitación del Señor a pedir insistentemente obreros

Comentario

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Stella Maris19Nº 98 - JUNIO 2010 19

y gozoso de los sacerdotes, seminaristas, reli-giosos, religiosas y de toda la comunidad cris-tiana, una respuesta contundente de la alegría que signifi ca abrir el corazón para acoger con generosidad el don de la vocación a la consa-gración.

Toda vocación entonces nace, se alimenta y se desarrolla en la Iglesia y a ella está vinculada por origen, desarrollo, destino y misión. Por esta razón nuestras comunidades diocesanas y parroquiales están llamadas a reforzar el compromiso en favor de las vocaciones al sa-cerdocio y a la vida consagrada, sobre todo, con el anuncio de la Palabra, con la celebra-ción de los sacramentos y con el testimonio de la caridad.

Es urgente que en todas nuestras instancias pastorales diocesanas, en todas las comuni-dades educativas, parroquias y movimientos se instale explícitamente y sin temores una auténtica pastoral vocacional que suscite jóvenes comprometidos y capaces de con-sagrarse al Señor.

En este sentido, la pastoral vocacional compromete a todos los miembros de la Iglesia. En primer lugar, a los obispos, que hacen presente, con su ministerio de pastores, al Señor Jesús en la comunidad. A ellos compete promover cualquier actividad adecuada en favor de las vocaciones, recordando a todos los fi e-les este compromiso fundamental, cuya expresión principal sigue siendo la oración. Junto al obispo, los presbíteros, tanto diocesanos como religiosos, así como los seminaristas, desempeñan un papel de gran importancia. Animando las comunidades ecle-siales, pueden contribuir en gran medida a suscitar y orientar las vocaciones con el acompañamiento es-piritual y con el ejemplo de una vida vivida con gozo en favor de sus hermanos. Asimismo, es importante la labor de los catequistas, que tienen con frecuencia un contacto prolongado y directo con los niños, los adolescentes y los jóvenes, sobre todo a lo largo de la preparación para los sacramentos de la iniciación

cristiana. También ellos tie-nen el deber de mostrar el valor y la importancia de las vocaciones especiales en la Iglesia, contribuyen-do, de este modo, a hacer que los creyentes vivan plenamente la llamada que Dios les dirige para el bien de todos. A los enfermos, ancianos, privados de libertad y todos los que sufren que con su entrega en la oración y los sacrifi cios de cada día hacen patente el mandato del Señor de pedir al Dueño de la mies que envíe más operarios para extender su Reino.

El terremoto que vivimos hace unos meses en el país nos mostró lo peor y lo mejor de lo nuestro; nos “desnudó” como nación y nos dio la oportunidad de mejorar lo que no funcionó. El hecho de que nuestro seminario no tuviera este año ningún ingreso signifi -ca también la oportunidad de revisar nuestro com-promiso personal con las vocaciones y buscar unidos los caminos para suscitar las vocaciones que nuestra Iglesia de Valparaíso necesita.

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Stella Maris20 Nº 98 - JUNIO 201020

Poner a la Iglesia Católica de Chile en perspectiva his-tórica a propósito del Bicentenario de la República nos debiera llevar a plantearnos algunas formas de

mirar desde 1810 hacia nuestros días. Al revisar lo que se ha escrito al respecto, nos podríamos dar cuenta que hay miradas más institucionales que centran su mirada en los sucesivos gobiernos epis-copales, otros destacan las tensiones que existían mientras la Iglesia no estaba separada del Estado, o hacen una aproximación desde una mirada crítica a partir del rol que la Iglesia jugaba frente a los confl ictos sociales, has-ta quienes destacan la con-tribución que ella ha hecho al proceso de avanzar desde condiciones sociales menos favorables para el desarro-llo humano a condiciones de vida cada vez más equitativas, especialmente, para los más ne-cesitados.

De hecho, daremos una mirada muy limitada a estos 200 años, desde la últi-ma perspectiva planteada, y trataremos de ejemplifi car, a través de la obra de algunos her-manos religiosos y laicos, cómo la Iglesia Católica de Chile ha jugado un papel muy importante en la construcción del país que hoy tenemos. Esta forma de ver asume que la Iglesia como sacramento de la presencia de Dios en el mundo rebasa los límites institucionales para hacerse “fermento en la masa” encarnándose en la historia de Chile y visibilizándose en diversos acontecimientos.

Si partimos nuestro camino en la Primera Junta de Gobier-no del 18 de septiembre de 1810, veremos que entre los constituyentes de la misma se encontraba el Obispo José Martínez de Aldunate quien, pese a fallecer al año siguien-te, dio su decidido apoyo a este movimiento que inició al camino que nos convertiría en república independiente.

En la misma línea, de apoyo a la causa independentista, sobresalió Fray Camilo Henríquez fundador del periódi-

co “La Aurora de Chile” y autor de muchos escritos que resaltaban los ideales libertarios. Dentro de la jerarquía destacó la posición del Obispo de Concepción José Igna-cio Cienfuegos que, incluso, defendió ante la Santa Sede la condición de Chile como un pueblo libre y soberano y

que después de la batalla de Chacabuco expresó “Dios no admite ni puede admitir votos con-

tra la libertad del hombre. La libertad que proclama el sistema de América es una

libertad racional y saludable fundada en la igualdad, en la justicia y en el Evangelio santo”. Con la inaugura-ción de la República se esparcían las semillas de lo que más tarde, a fi nes del siglo XIX, vendría a ser refrendado por el surgimiento de la Doctrina Social de la Iglesia.

Si bien existían estas posturas a favor de la independencia, tam-

bién había otras que defendían la monarquía en contra de la lucha

de los criollos emancipadores. La discusión de estas ideas no llegaba al

pueblo que, en un gran número, vivía sin acceso a la educación, confi nado a una vida

rural como inquilinos de haciendas y fundos.

Así como algunos laicos y religiosos más ilustrados plan-teaban sus ideas frente a los acontecimientos, el pueblo del siglo XIX, dada su condición, fue desarrollando y aco-giendo prácticas religiosas que fueron permeando, no sólo la vida de la Iglesia sino que la cultura de nuestro país, fuerte fue la devoción del Sagrado Corazón o el can-to campesino a lo humano y lo divino que como muchas expresiones de la religiosidad popular subsisten hasta nuestros días.

La infl uencia de la Iglesia en la construcción del país se fue dando, también a través de la educación que diversas congregaciones, a partir de la creación de escuelas e insti-tutos, fueron entregando a las distintas clases sociales.

A fi nes del siglo XIX, más tarde que en Europa, pero con consecuencias similares, el país comenzó a conocer mo-vimientos sociales producto de la llamada Revolución

La Iglesia en el Bicentenario de nuestro país

Carlos Cortés Segovia. Profesor de Historia

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Comentario

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Industrial que provocó desplazamientos poblacionales desde los campos a las ciudades. En Chile estos desplazamientos es-tuvieron motivados, además, por la obtención y explotación de grandes yacimientos de salitre en el Norte después de la Guerra del Pacífi co. Las condiciones de explotación de los mi-neros hicieron surgir organizaciones sindicales que generaron huelgas en las que muchos de ellos perdieron sus vidas. La organización sindical se extendió a principios del siglo XX, al resto del país. Si bien, al igual que frente a las luchas de la independencia, no hubo una sola voz ante el confl icto social, al menos en esta oportunidad, la voz del Papa León XIII en la Encíclica “Rerum Novarum” servía de apoyo y fuente de inspi-ración para lo que se daría en llamar el catolicismo social que representó la preocupación de religiosos y laicos por lograr mejores condiciones laborales y de vida para los trabajadores.

Nombres importantes de señalar en este compromiso social de la Iglesia son el del Arzobispo de Santiago y Cardenal don José María Caro quien era de origen campesino y supo in-terpretar las enseñanzas del Evangelio y el Magisterio favo-reciendo la organización sindical y generando movimientos laicales de trabajadores. En esta línea también se destaca la fi gura del Obispo Manuel Larraín cuya infl uencia no sólo se dejó sentir en Chile y se proyectó al resto de América Latina, los sacerdotes Fernando Vives y Alberto Hurtado promotores y formadores de laicos que, desde la acción sindical y política, van a tener un protagonismo importante en la historia del si-glo XX. El último de ellos nuestro Santo, que no sólo expresó sus ideas, organizó a los trabajadores, predicó el Evangelio sino que, además, con sus manos construyó una gran obra que crece día a día.

Nuestra historia reciente está jalonada por testimonios que han dejado una impronta en este recorrido de 200 años, ahí están: don Raúl Silva Henríquez con su amor por la vida, por los pobres, por los niños; don Francisco Valdés Subercaseaux Obispo y Misionero entre las comunidades mapuches; don Alejandro Goic cuya voz profética, en torno a la necesidad de poner justicia en la distribución de la riqueza partiendo por el establecimiento de un salario ético, ha sido escuchada por las máximas autoridades y podría convertirse en una realidad que pone de relieve la dignidad que todo hijo de esta tierra posee por ser hijo de Dios.

Decíamos que la limitación de espacio nos hace ser mezqui-nos en las menciones, hemos destacado a algunos servido-res que han ido más allá de los limites institucionales y que con sus testimonios han sido reconocidos, por personas de distintas creencias e ideologías, como constructores de esta República Bicentenaria. Día a día, hay laicos y religiosos que, desde diferentes lugares, siembran semillas del Reino en este país que tanto queremos; ellos junto a todos los que nos han precedido han dado forma a una amalgama de fe y vida que hoy por hoy nos hace sentirnos con esperanzas y fuerzas para hacer de Chile, cada día más, una “Copia feliz del edén”.

Comentario

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Decretos

Decretos- Por decreto de fecha 25 de marzo se acepta la renuncia, por límite de edad, del Pbro. Mario Erazo Flores al cargo de Párroco de la Parroquia “Ntra. Sra. de las Mercedes” de Concón.

- Por decreto de fecha 25 de marzo se nombra Párroco de la Parroquia “Ntra. Sra. de las Mercedes” de Concón, al Pbro. Rafael Osorio Cofré.

- Por decreto de fecha 12 de abril se nombró al Pbro. Jaime Godoy Rivera, Vicario Parroquial de la Parroquia “Sagra-dos Corazones de Jesús y María” de Quilpué.

- Por decreto de fecha 22 de abril han sido nombrados Vicarios Parroquiales de la Parroquia “Santísima Trinidad” de Limache los Padres Fr. Alfredo Sagredo Ahumada y Fr. Adrián Venegas Palacios con todas las facultades propias del ofi cio.

- Por decreto de fecha 22 de abril son nombrados Vicarios Parroquiales de la Parroquia “San Pío X” de El Belloto, los Padres Cristián Sapiains Arrué y Ricardo Labbé Jaramillo, de la Congregación de los Sagrados Estigmas de Nuestro Señor Jesucristo.

- Por decreto de fecha 22 de abril se concede licencia al Prof. Titular del Instituto de Ciencias Religiosas “Ad Instar Facultatis” de la Pontifi cia Universidad Católica de Valparaíso, don Jorge Mendoza Valdebenito para publicar el libro “La Conferencia Episcopal y el Tema Valórico 1962-2009”.

- Por decreto de fecha 22 de abril fue llamado a recibir la Ordenación Presbiteral el diácono Celso Héctor Acuña Pízarro, religioso de la Congregación de la Sociedad de las Sagradas Vocaciones.

- Por decreto de fecha 7 de mayo han sido nombrados Vicarios Parroquiales de la Parroquia “San Vicente Paul” el Padre Carlos de la Rivera Rojas y P. Pablo González Sandoval.

- Por decreto de fecha 20 de mayo ha sido nombrado Vicario Parroquial de la Parroquia “Ntra. Sra. del Pilar” de Valparaíso, el Padre Patricio Pulgar Hills, c.s.j.

- Por decreto de fecha 24 de mayo se ha autorizado a la Asociación Internacional Privada de Fieles “Canción Nueva” para trabajar pastoralmente en la Diócesis de Valparaíso. Dicha Institución deberá integrarse a la Coordinación de Movimientos Laicales de la Vicaría de Pastoral Diocesana.

- Por decreto de fecha 26 de mayo, se ha nombrado Administrador Parroquial de la Parroquia “San Rafael” de Nueva Aurora al Pbro. Mauricio González Minvielle.

- Por decreto de fecha 28 de mayo ha sido destinado a la Dirección de Asistencia Religiosa de la Pontifi cia Universidad Católica de Valparaíso el Pbro. Ricardo Smith Ortega para apoyar la atención pastoral de las diversas Escuelas de esa Universidad.

- Por decreto de fecha 28 de mayo se ha nombrado Párroco de la Parroquia “La Asunción de María” al Pbro. Marcelo Catril Mora, sin perjuicio de su responsabilidad en el cargo de Asesor Diocesano de la Pastoral Juvenil. Tomará pose-sión de su cargo el 24 de junio en la Santa Misa de las 19.30 hrs.

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Aniversarios

Cumpleaños CleroJunio25 Rafael Osorio 27 Carlos Morales

Julio1 Jorge Bosagna 4 Juan Rodríguez 10 Rodolfo Briones 14 Pedro Zúñiga 23 Jaime Fernández 26 Mario Erazo 28 Jaime Godoy30 Mauricio González

Agosto2 Jaime Da Fonseca 3 Reginald Roques14 Jorge Calderón 16 Jorge Patricio Marambio 22 Mauro Ojeda

Aniversarios OrdenaciónJunio29 Manuel Gómez

Julio1 Braulio Jeldres 1 Erwin Prieto 1 Renzo Ramelli 1 Juan Rodríguez 1 Ricardo Smith 5 Dietrich Lorenz 8 Gonzalo Duarte 13 Sergio Barría 13 Rodolfo Briones 13 Rafael Osorio 14 Sergio Murillo 14 Luis Enrique Sagredo 15 Kepa Bilbao

Agosto15 Juan Henríquez 15 Ramón Tapia

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Virgen del Carmen, Madre del Consuelo

visitó Isla Robinson Crusoe