Revista RebelArte Nº 4, Cultura y cambio

REVISTA COLABORATIVA DE MESAS DE CONVERGENCIA

+ SUMARIO

EDITA. Mesas de Convergencia y Accin Ciudadana, Promotora de Crdoba

La emergencia de nuevas prcticas culturales en la ciudad (mapeo de las iniciativas independientes surgidas en Crdoba durante los ltimos aos) Jos David Luna

La cultura en la ciudad y sus cambios

Irene Lzaro

Crdoba, ciudad de las dos culturas

ngel Ramrez

Trabajo. Cultura. Ciudad Antonio Romero

A la bsqueda de sinergias creativas

Noelia Centeno

Apuntes sobre una reformulacin del discurso y la accin cultural en Crdoba Javier Lucena

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Presentacin

Mesas de Convergencia de Crdoba 4

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PROMOTORA DE CRDOBA M

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CULTURA PARA EL AO DEL CAMBIO

Gua para poner la ciudad patas arriba

En un ao de mltiples procesos electorales que apuntan a una redefinicin del panorama poltico en todos los mbitos de nuestro pas, incluido el local, la cultura tampoco es - ni puede ser - ajena a estos procesos de cambio. Mientras la creacin artstica permaneci en la periferia del sistema, su propia marginalidad le garantizaba una cierta autonoma. Pero cuando la metstasis neoliberal le alcanz de lleno y la incorpor como una mercanca ms en el mercado, la cultura pas a ser subsidiaria de la economa y una prioridad de las polticas pblicas que representan a los grandes intereses econmicos.

Se pasa as ya, no a defender la cultura por s misma, por su valor antropolgico y constitutivo del ser humano, de su libertad, sino como parte de otras estrategias. En nuestra ciudad esto se ha reflejado en su supeditacin a las estrategias tursticas, de venta de la marca Crdoba, lo que a su vez se ha traducido, entre otras cosas, en un resalte de los aspectos ms tradicionalistas y costumbristas.

Pero por debajo de o en paralelo a - la industria turstica y de sus servidores polticos, existe una evidente resistencia a ese proceso economicista que se refleja en un creciente nmero de iniciativas grupales, iniciativas que vienen a plantear una nueva accin cultural desde abajo y en red, comprometida con la libertad, con la ciudadana y con la bsqueda de un modo de vida digno.

Sin embargo, para que la posibilidad de cambio que estos nuevos proyectos culturales de base plantean se materialice, todava parece necesario que den pasos ms all, los que les permita generar un discurso autnomo y configurar un sujeto capaz de disputar la hegemona a los poderes hoy dominantes. Esa posibilidad puede estar ms cerca de lo que nos imaginamos y, desde luego y en gran medida, depende de nosotr@s mism@s.

Los artculos que siguen sealan en tal direccin.

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Licenciado en H del Arte y posgrado en Animacin sociocultural, ocio y tiempo libre, centra su actividad profesional en los mbitos de la cultura y el desarrollo local.

Actualmente trabaja como dinamizador cultural y colabora en distintos colectivos y plataformas relacionadas con la cultura y la participacin ciudadana.

Desde su amplio conocimiento de los movimientos creativos locales, Jos David Luna pone de manifiesto como, ante la escasa o nula predisposicin de las administraciones pblicas a generar procesos participativos para fomentar una ciudadana activa culturalmente, se han multiplicado en Crdoba las iniciativas independientes de artistas, gestores y creativos de todos los sectores, que introducen nuevas corrientes, nuevas prcticas y nuevos acercamientos a la cultura.

Hay das en los que te preguntas ha cambiado algo desde el ltimo da en que me pregunt si haba cambiado algo? Plantearte esto en el mbito de la cultura es, cuanto menos, laborioso, ya que se trata de un sector que se rige por dinmicas fluctuantes y que, a pesar de que integra a las manifestaciones tradicionales, es sensible al cambio en gran medida. Pero hay que planterselo. Es necesario satisfacer esa pregunta sobre el estado de las cosas culturales y hay que responderla de manera seria, rigurosa, imparcial. Bueno, pues tomamos los datos del observatorio cultural de Crdoba y ya est, cuestin de relacionar valores y poco ms

Y ahora resulta que Crdoba, pretendida ciudad de la cultura y todo eso, no tiene observatorio cultural.

Licenciado en Historia del Arte

La emergencia de nuevas prcticas

culturales en la ciudad

Jos David Luna

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La emergencia de nuevas prcticas culturales en la ciudad (mapeo de las iniciativas independientes surgidas en Crdoba

durante los ltimos aos)

Y ahora resulta que Crdoba, pretendida ciudad de la cultura y todo eso, no tiene observatorio cultural

Vista la ausencia de datos crebles que radiografen la evolucin de la cultura en la ciudad, la tarea de recopilar el devenir cultural ha de acometerse en plan voyeur, fisgando, recopilando, descubriendo.

Siendo as, el mapeo de las iniciativas independientes surgidas en Crdoba en los ltimos aos (valga la catarsis 2016 como punto de partida) adolecer de verdad absoluta, pero podr ofrecer un ligero acercamiento a la realidad que compartimos ahora: la cultura ms dinmica y actual crece desde el mbito privado al margen de los canales que ofrece la administracin pblica.

La cultura ms dinmica y actual crece desde el mbito privado al margen de los canales que ofrece la administracin pblica

La cultura desde la funcin pblica encuentra su justificacin en que est reconocida como un derecho constitucional y, por tanto, debe ser atendida por los poderes pblicos que representan a la comunidad.

Cuando se practica el derecho a la cultura se supera el rol de mero consumidor y estamos ms cerca de un estatus de agente promotor, comprometido y protagonista de su ciudadana

Ahora bien, la diferencia en la gestin pblica de las cosas culturales est en entender el derecho como una posesin o, por el contrario, hacerlo como una accin. Las obligaciones se poseen para cumplirlas, pero no parece tan asumido que los derechos, ms all de poseerlos, estn ah para ejercerlos. Cuando se practica el derecho a la cultura se supera el rol de mero consumidor y estamos ms cerca de un estatus de agente promotor, comprometido y protagonista de su ciudadana.

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La administracin pblica debera desarrollar su gestin orientndola a la plena participacin de los administrados. Pero no es as. Las programaciones culturales tienen ms de productos de laboratorio-despacho (que responden a criterios personalistas), que de procesos de participacin cultural, ms encaminados al crecimiento colectivo de la ciudadana a travs de la corresponsabilidad en la gestin de su propia identidad.

Las programaciones culturales tienen ms de productos de laboratorio-despacho (que res-ponden a criterios personalistas), que de procesos de participacin cultural

No abogo por una cultura monopolizada por el sector pblico (respiren), sino por una cultura auspiciada y atendida por la comunidad que la genera a travs de sus instituciones. La cultura fluye de manera natural entre las personas, y tanto es as que no existe civilizacin o comunidad humana que no haya generado sus propias manifestaciones como reflejo de sus valores, inquietudes y circunstancias. La cultura es, por tanto, un bien natural, como el agua, que no requiere de una gnesis artificial.

Pero como ocurre con el agua, es oportuno aprovechar su corriente para sacar el mayor rdito, hay que potenciar sus efectos, hay que facilitar su transcurso, nuevamente, natural. Aqu quiz est el reto de toda gestin pblica: facilitar que los que hacen cultura puedan hacerla en las mejores condiciones y desde la perspectiva del bien comn.

Por qu surgen las iniciativas privadas al margen de los cauces pblicos establecidos para la cultura? Pues posiblemente porque esos cauces no estn pensados para acompaar, sino para determinar. Las iniciativas que encuentran cabida en la gestin pblica deben ser, estar y parecer adecuadas a la lnea (y los tiempos) que marca ese hbrido de laboratorio-despacho tcnico-poltico. Y claro, esto para la cultura que fluye libre y desenfadada, pues es malo.

No abogo por una cultura monopolizada por el sector pblico (respiren), sino por una cultura auspiciada y atendida por la comunidad que la genera a travs de sus instituciones

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Por qu surgen las iniciativas privadas al margen de los cauces pblicos establecidos para la cultura? Pues posiblemente porque esos cauces no estn pensados para acompaar, sino para determinar

Pero una mala canalizacin, una mala azuda, un mal dique no impiden que el agua siga manando. Igual ocurre con las expresiones culturales, que si no caben en el esquema pblico, buscan o encuentran (depende de los casos) otras vas para hacerse presentes.

En Crdoba, en el campo del patrimonio cultural hemos descubierto que La arqueologa somos todos de la mano de un proyecto universitario del Grupo Ssifo que se localiza en una entidad pblica, s, pero en una que pertenece al mbito cientfico y no al administrativo. Un enfoque participativo y listo! las piedras del pasado generan educacin y ocio a partes iguales.

En esta lnea (en la de usar el patrimonio allende el turismo) la gente de Colaborativa tuvo que apelar al espritu de una seora americana, Jane Jacobs, para plantear un acercamiento a nuestro territorio de manera directa, sin intermediarios, por la que cualquier persona puede disear, programar y desarrollar un paseo por los lugares de la ciudad que ms le interesaran. Patrimonio, urbanismo y ciudadana protagonista.

Cuando se practica el derecho a la cultura se supera el rol de mero consumidor y estamos ms cerca de un estatus de agente promotor, comprometido y protagonista de su ciudadana

En la primera edicin, Crdoba fue una de las principales ciudades a nivel mundial en programar paseos por sus calles. Mientras, desde lo pblico, la tematizacin con lucecitas y proyecciones de dudoso estilo copaban las innovaciones en materia patrimonial

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Otras formas de poseer el patrimonio han surgido. Crdoba ha sido entregada a los trazadores de rutas que, por unas cuantas monedas, disfrazan a la ciudad ahora de misteriosa, ahora de shopping, ahora de gastronmica y ahora de leyenda Y para cerrar, mientras que nuestras administraciones reinauguraban un museo a la tortura (animal) o celebraban el nosecuantos aniversario de la parte de un edificio, la ciudadana ha tenido que organizarse para que no le roben la otra parte. La plataforma que denuncia los abusos de la Dicesis cordobesa sobre nuestro principal recurso cultural representa la capacidad del patrimonio para empoderar a la ciudadana y, de paso, avergonzar a sus gobernantes.

La expresin contempornea en Crdoba es, entre todos los tipos de manifestaciones culturales existentes, la ms desamparada

Lleg El Arsenal con la municin que muchos esperaban: oferta de formacin, actividades de creacin, momentos para la reflexin y voluntad de networking (ya saben, de crear redes y eso). Se rompi el concepto de exhibicin para dar paso al de construccin, mucho ms participativo y, por ello, ms exitoso en estos tiempos. Lleg tambin el calor de La Fragua, que se version en Combo para vivir en la ciudad. Dura tarea la de propiciar el encuentro de ciudadana con artistas alojados en lo conceptual, en lo crptico, en lo expresionista.

Pero un pequeo cuartel general y una notable visin artstica parecen estar sirviendo para ello, o al menos para poder decir que la cultura ms vanguardista tambin se deja ver en Crdoba gracias a una tcnica de efectividad probada: los intercambios y las residencias artsticas, mtodos que hacen posible el trasvase de pensamientos y concepciones estticas desde el Renacimiento hasta el doble check de Whatsapp.

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Tan escasos son los lugares para programar de manera independiente que hubo que sacar el teatro a la calle, provocando un Cortocircuito en el estatismo conceptual dominante. Salir a las calles con el teatro y subir a las azoteas con la msica y la oratoria de Red de Tejas, una propuesta sevillana que cont con gran aceptacin y con la presencia amiga de la polica local demandada por los vecinos. As somos aqu, muy comprensivos (en Semana Santa, claro).

Y tambin entraron las artes contemporneas en la casa del noble. El Palacio de Viana, aunque parece ser que solamente durante una ensoacin, abri las puertas a las propuestas locales y dej entrar a la msica de la mano de Eureka, al teatro con Avanti, al Cinexound con La Bella Varsovia. Tambin las tecnologas y las nuevas formas de comunicacin han encontrado su hueco, y aparecen en Cosfera, o en la Ciudad Creativa, o con los Geoinquietos. Y ahora estamos a la espera de un nuevo lugar para la Crdoba Ciudad Creativa en La Prgola.

Y las letras, pues tirando. La convalecencia que casi liquida a Cosmopotica ha sido dura e incierta, pero entre tanto los Luneados se dedicaron escribir y leer cosas de su Departamento de Cosas, y hay quien se remanga y prepara una exquisita Borona cultural con letras.

Y la msica, pues si no es de violn o corneta (que sta s que ha encontrado ms acomodacin en el cauce pblico), anda abriendo espacios a base de la frmula concierto + copa. Nuevas salas como Hangar, Ambig Golden o Rockola se suman a los ya clsicos de la noche cordobesa, como Jazz Caf, El Automtico Long Rock o Metrpolis. Por ah, en un polgono, el colectivo Recycle est proponiendo rock a su gusto y por su cuenta. Pues eso, seguro que muy a gusto.

Resisten los de siempre. El Teatro Avanti, la Fundacin Gala, Carmen del Campo y algo ms. Pero llegan otros nuevos, especialmente en el campo de la sociocultura, eso que es la cultura cuando promueve otras cosas que no tienen tanto que ver con el enriquecimiento individual como con el desarrollo comunitario. La Casa Azul parece recoger el testigo del hoy menos dinmico Crculo Cultural Juan XXIII, y plantea encuentros y actividades de participacin social y cultural, tambin como La Tejedora.

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En el sur, el Centro Social Rey Heredia ha puesto en marcha, entre otras muchas cosas, Radio Dignidad, una emisora que valida la comunicacin directa de la ciudadana y es altavoz de los movimientos y colectivos ms implicados en el da a da local. Una radio que, siendo ilegal y funcionando sin apoyo econmico, ha conseguido implantar un proyecto cultural de proceso en la zona, algo que Urban Sur, con toda la legalidad y financiacin de su parte, no ha querido/podido/sabido promover. Onda Palmeras y Radio Kalle vienen a demostrar que una emisora de radio es buena herramienta cultural cuando se trabaja a nivel de barrio, sin menospreciar al audiovisual que, en la misma lnea, produce El Entendedero o a otros conceptos de comunicacin social como La Trama Comunicaccin.

Y a nivel barrio, incluso de calle, sigue Goval y su vecindad de Calle Imgenes, poniendo la creatividad al servicio de la expresin en comn. Y los patios, claro. Ah siguen enriqueciendo, sin contraprestacin alguna, a los servicios tursticos, ah siguen

Y son ms las iniciativas abiertas y cercanas a la ciudadana, como las Urban Knitting, que han tomado las calles para tejer redes con lana, o los Urban Sketchers, que convocan a dibujantes para compartir un escenario urbano plasmndolo en un cuaderno.

Ahora es el momento de protagonizar. Mientras que desde lo pblico siguen intentando convocar con el evento que trae al famoso de turno, con la obra del mes o con el flamenqun ms grande del mundo, desde lo privado asumen su papel en la creacin del espacio pblico de la cultura, dando algunas pistas de por dnde irn los tiros en los prximos aos

Y las Personas Libro, leyendo a la intemperie. Y tambin est en la calle Klara, la Violinista del Puente, y hasta otros msicos, con menos papeles. Y no fue la calle sino la plaza lo que tomaron en Abades para usarla de manera creativa, a cielo abierto. Y la muchachada, qu hacemos? pues a La Casa de Tomasa, por ejemplo, a aprender que la ciudad la crean tambin las personas y, por tanto, podemos pensarla juntos para vivir mejor.

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Ahora es el momento de protagonizar. Mientras que desde lo pblico siguen intentando convocar con el evento que trae al famoso de turno, con la obra del mes o con el flamenqun ms grande del mundo, desde lo privado asumen su papel en la creacin del espacio pblico de la cultura, dando algunas pistas de por dnde irn los tiros en los prximos aos. Para estar al tanto, seguir consultando Andalocio y Cordpolis, y si tengo tiempo y la sesera con fuerzas, echando un vistazo a Ars Operandi o profundizando en publicaciones como RebelArte (aqu presente).

Este repaso no pretende ser una relacin exhaustiva, nadie se moleste si no tuvo mencin. Para tener derecho a queja, este mapeo no debera haberlo hecho un tipo como yo en su propio laboratorio-despacho, sino un equipo cualificado en el departamento de prospeccin del Observatorio Cultural de Crdoba al servicio y en colaboracin con el conjunto de agentes culturales de la ciudad. Eso por lo menos.

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Actriz

La cultura en la ciudad y sus

cambios

Irene Lzaro

Actriz, licenciada por la R.E.S.A.D. de Madrid. Trabaja como actriz profesional desde el ao 2001, desarrollando a la par labores pedaggicas en torno al teatro y las discapacidades (ha dirigido grupos de teatro de las Asociaciones Down y de Autismo de Crdoba), as como de produccin teatral (creadora de Efmera S.C. y miembro de Corto Circuito Crdoba)

Desde su experiencia como actriz, pedagoga y productora teatral, Irene, frente al derrotismo que las actuales circunstancias podran propiciar, reivindica el arriesgado y valiente papel de l@s creativ@s de nuestra ciudad que da a da luchan no slo por subsistir, sino sobre todo por acercar a la ciudadana a la cultura, desde un planteamiento de compromiso con la misma, pero tambin con la convivencia y la libertad.

Hace ya tres aos que me instal en Crdoba, ciudad de la que sal en 1997. Mucho ha llovido desde entonces. De aquellos aos recuerdo una Crdoba donde gentes con mucho talento se reunan en espacios en los que la diversin y la necesidad de expresarse artsticamente iban de la mano. Era fcil encontrar locales donde podamos experimentar con la puesta en escena, el teatro, la poesa y, por supuesto, la msica. De aquel tiempo recuerdo a Anbal Soto, Mara Morales, Teresa Rivera y muchos ms que siguieron su camino en busca de trabajo y formacin. En esa tropa de creadores, estaba yo.

Recuerdo una conversacin con mi hermana en la que se quejaba del abandono de la ciudad por parte de tantos creadores. Entonces slo pude responder por m: necesitaba buscar y aprender ms sobre mi oficio de actriz para algn da volver y tener algo ms que ofrecer. No fui la nica que regres.

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Necesitaba buscar y aprender ms sobre mi oficio de actriz para algn da volver y tener algo ms que ofrecer. No fui la nica que regres

Lo hice en plena crisis. Pero cundo no ha estado en crisis el arte? La subida del IVA levant en armas a las salas alternativas, que hicieron un llamamiento a los creadores escnicos del pas. Estaba en Sevilla y decid regresar a Crdoba para conocer a los que ya estaban aqu y seguan trabajando por y para la cultura de nuestra ciudad. Siempre me alegrar de haberlo hecho.

En 2012, encontr a grandes creadores, bailarines, actores, artistas plsticos, fotgrafos, creadores audiovisuales, pintores, msicos, diseadores grficos, muchos amigos y otros conocidos, que desde haca mucho tiempo continuaban su labor artstica en Crdoba. La lista es larga en nombres y disciplinas. Personalmente creo que el arte es un todo, no entiendo la vida sin msica, sin la poesa de una imagen en sus distintos formatos y desde la escena que es, especficamente, mi campo.

Enumerarlos a todos sera imposible, pero es obligado destacar el trabajo de Pepe Ciclo con el circo y su aportacin a esta ciudad, unificando a un colectivo cada vez mayor y con mucha profesin en la mochila. Espacios como El Enjambre y La Nave, donde trabajan y forman a nuevos profesionales de las distintas disciplinas circenses en nuestra ciudad. El Teatro Avanti, que con el esfuerzo de sus gestores y su amor por la escena acercan el teatro a nios y adultos. As como El Teatro-Laboratorio de Raquel Toledo, donde se dan cita muchos amigos y curiosos por el trabajo de la interpretacin como algo vital para su entrenamiento personal.

En 2012, encontr a grandes creadores, bailarines, actores, artistas plsticos, fotgrafos, creadores audiovisuales, pintores, msicos, diseadores grficos, muchos amigos y otros conocidos, que desde haca mucho tiempo continuaban su labor artstica en Crdoba

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Y si hablo de espacios para el encuentro del arte contemporneo tengo que destacar la labor de El Arsenal, al que he visto nacer y crecer, donde las artes escnicas como la danza y el teatro se unen con las artes plsticas y la escritura creativa de la mano de Paco Nevado , Antonio Blzquez y Guadalupe Esquinas.

Me gustara hacer referencia al trabajo que realizamos con Corto Circuito, micro-escena itinerante en Crdoba, desde hace ya casi tres aos, donde nuestra principal inquietud era la de acercar las artes escnicas al pblico en espacios no convencionales para la escena, y por la que han pasado creadores de diferentes disciplinas artsticas de nuestra ciudad y otras ciudades andaluzas como Mlaga, Sevilla y Granada.

Todos estos espacios y lugares de encuentro, sin ayudas insti-tucionales, trabajan cada da para generar encuentros entre creadores y pblico; para que la cultura sea activa y provechosa para los ciudadanos y visitantes de nuestra ciudad

Todos estos espacios y lugares de encuentro, sin ayudas institucionales, trabajan cada da para generar encuentros entre creadores y pblico; para que la cultura sea activa y provechosa para los ciudadanos y visitantes de nuestra ciudad. Estamos en una bsqueda constante, aunando esfuerzos para mantener nuestra profesin en el lugar que le corresponde de respeto y vala.

Creativos son aquellos que no se dejan llevar por el tedio de lo establecido y buscan incansables -aunque a veces muy cansados- nuevos caminos para el encuentro de la cultura, por una sociedad ms libre y creativa. Muchos han vencido al miedo de salir de su zona de confort para vivir en la ms absoluta incertidumbre.

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En mi opinin, la creatividad debe ser fomentada desde la niez. Una persona creativa no es slo aquella con una gran imaginacin, sino la que es capaz de aplicarla con sus propias herramientas para reinventarse cada da. En muchos casos la creatividad es ms una forma de vida, una necesidad por darse a la sociedad no solo con su arte y buen hacer, sino creando lugares de encuentro y nuevos puntos de partida.

Creativos son aquellos que no se dejan llevar por el tedio de lo establecido y buscan incansables -aunque a veces muy cansados- nuevos caminos para el encuentro de la cultura, por una sociedad ms libre y creativa. Muchos han vencido al miedo de salir de su zona de confort para vivir en la ms absoluta incertidumbre. Con la creatividad seremos capaces de vencer a la frustracin que conlleva la falta de trabajo, aunque muchas veces el vrtigo es insoportable y tu casero no entiende de pagos atrasados.

Necesitamos nios y jvenes que puedan desarrollar su capacidad creativa, capaces de reinventarse, porque todo cambia y ya no nos valen las estructuras de nuestros abuelos.

Crdoba ha sido y ser siempre una ciudad frtil y productora de artistas. El futuro siempre ser incierto, pero, como decimos en teatro: aqu y ahora y si esto no me sirve, si esta emocin o sentimiento no es el que me lleva a la accin, hay que probar otro camino. Opciones tenemos todas las que queramos y seamos capaces de inventar y reinventar.

En Crdoba, igual que en otras ciudades y pases, he conocido a muchas personas que un da decidieron aplicar sus conocimientos y experiencia en un campo concreto. Emplearon su formacin en idear una nueva salida diferente para aportar algo ms a la sociedad y a s mismos. Yo llevo 20 aos hacindolo desde el estudio y la prctica de la puesta en escena. No siempre realic mi trabajo de actriz en los escenarios, me he reinventado muchas veces y espero poder seguir hacindolo.

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Socilogo

Crdoba, ciudad de las

dos culturas

ngel Ramrez

FOTO DEL AUTOR

Socilogo del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC), dedicado a la investigacin social y especia-lizado en tcnicas de inves-tigacin cualitativa, tambin trabaj entre 2010 y 2011 en la Fundacin Crdoba Ciudad Cultural.

En la actualidad forma parte del colectivo Ciudad Creativa y colabora con distintas iniciativas ciudadanas como El Arsenal, Espacio de Interferencias Creativas o esta misma revista, Rebel-Arte.

Para ngel Ramrez, existe una tendencia a la polarizacin creciente inducida por el capitalismo financiero, que ha terminado afectando tambin a la cultura, de modo que se han abierto dos caminos opuestos: la cultura mercantilizada, bajo la tutela combinada y al servicio - de la industria del ocio y el turismo y las instituciones; frente a la cultura irreductible de un ecosistema de iniciativas alternativas, intercomunicadas, que se empean en constituir lo real a base de tiempo, esfuerzo, saber, independencia y una inequvoca y rebelde voluntad de ser s mismo

ltimamente todo se polariza. Despus de aos hablando de complejidades, interacciones y efectos no deseados, hemos descubierto que el menos deseado de todos los efectos era que todo eso eran juegos florales y que lo que de verdad ocurra es que la mayora ramos cada vez ms pobres, ms dbiles, y la minora se estaba pudriendo en riqueza. Diverta la liquidez, el riesgo y el pensamiento dbil, pero cuando nos hemos venido a dar cuenta estbamos ms en una novela de Dickens que en una utopa transgnero e igualitaria.

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De pronto los matices se han vuelto irrelevantes, cuando te estn avasallando la intensidad de la luz o la temperatura ambiente no importan demasiado. Esta mquina de polarizar, de llevar a los extremos las cosas que es el capitalismo financiero, donde no hay fondo que no sea reptil, ha terminado contaminando tambin a la cultura. O ests conmigo o ests contra m, o hacemos cultura al servicio de los mltiples dispositivos generadores de marcas, estrategias de distincin, identidades mercantilizables, espacios no place dispuestos para el consumo, o eres un titiritero noalaguerra. En el bando de los buenos estn todas las artes aplicadas a ser aplicadas, que discurren por los diseos, las animaciones, el high tech, las sinergias, los contenidos para regeneraciones, branding, posicionamientos y plataformas.

Esta mquina de polarizar, de llevarte a los extremos las cosas que es el capitalismo financiero, donde no hay fondo que no sea reptil, ha terminado contami-nando tambin a la cultura

Adems de encontrarse en los muchos logos en pisos cutres que ve usted por sus calles, todo esto est capitaneado por reptiles sin fondo, agencias y clusters.

En el mbito local, los dispositivos neoproductivistas simblicos coexisten con los poderes decimonnicos residenciados en los teatros a la italiana de los bulevares, que hacen las veces de saln en los cadveres urbanos en que se han convertido los centros de ciudad. Esos pretenciosos y clasistas teatros, junto con las pginas de los flyers an denominadas prensa local, constituyen los espacios por los que son vomitadas las imgenes de compaas, festejos e interculturalidades vacuas. Todo cocinado, servido y promovido por tres o cuatro agentes institucionales que acuerdan con hosteleros y agencias de viajes unos paquetes para todas las familias que en Crdoba son; pepesoeros dominatrix, gafapastas hipsters y barriales de crculo, y las que nos visitan, lobotomizados intoxicados por la fritanga. Tres salas de teatro, dos de exposiciones, un par de acciones de calle, y algn esbozo de arte pblico son suficientes para que las tres tristes tribus se mantengan inalterables e iguales a s mismas por los siglos de los siglos amn, y el flujo de visitantes pernoctantes califique positivamente en las webs la experiencia.

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Solo existen estas plataformas al servicio de las idiotizantes industrias del ocio y el turismo, y la estetizacin del saqueo de los designers and engineers.

Est eso y est, perdnenme por la zafiedad pero forma parte de la polarizacin, dar por culo. Hay gente que da mucho por culo, porque en algn momento de las dcadas pasadas metaboliz alguna de las trazas de pensamiento emancipador que circularon y se resiste a ser para otro que no sea s mismo o lo que su santa voluntad elige. Por no se sabe muy bien qu, quedaron enganchados a algunas de las experiencias que organizaban las vidas de unos cuantos, y dan sus horas por la gente que vive en su barrio, por generar transformaciones en su entorno, o por formar parte de los privilegiados que ven, hablan o suean de otro modo.

Se trata de islotes donde se arrisca ese pequeo pueblo en armas contra la soledad que es la poesa segn Egea

Estos ltimos componen una red de recuerdos, impulsos y esfuerzos construida con una artesana de gestin que maximiza algunos inputs pblicos, colaboraciones, y un indeterminado contexto generado por las mltiples combinaciones que se han producido en las ltimas dcadas entre todas las experiencias vecinas. Las conversaciones producen efectos inesperados, y en nuestro caso un ecosistema de referencias, pistas y claves compartidas que no paran de recombinarse hasta formar una especie de realidad paralela, una suerte de laberinto que requiere iniciacin para ser descifrado. Esa malla de encuentros va deslizando por los lugares ms infrecuentes pequeas huellas que dan sentido a algunos pliegues del espacio arrasado por la alianza decimonnica / tardomoderna.

Se trata de islotes donde se arrisca ese pequeo pueblo en armas contra la soledad que es la poesa segn Egea, poticas de la imagen, la palabra, el cuerpo, poticas absurdas e irnicas que se expresan de mil formas y se intercambian con una generosidad imposible fuera de la trama.

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Son cuarenta, quizs cincuenta seminmadas que se reparten las esquinas y se comunican por una red de tneles que ha concluido por vaciar la base y sustento de una ciudad cada vez ms ajena a s misma y exhibicionista.

Me senta mejor con las negociaciones, los intercambios y los homenajes de otros tiempos, pero alguien rompi la baraja y no hay ms remedio que echarse al monte

ltimamente todo se polariza y solo nos queda sumarnos a esa guerra de guerrillas que se empea en constituir lo real a base de tiempo, esfuerzo, saber, independencia y una inequvoca y rebelde voluntad de ser s mismo, u orbitar o encarnar el universo servil heredero del conformismo y la ignorancia que siempre es el msculo del poder.

Me senta mejor con las negociaciones, los intercambios y los homenajes de otros tiempos, pero alguien rompi la baraja y no hay ms remedio que echarse al monte y, ahora que lo pienso y miro con distancia, casi mejor as.

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Guitarrista, compositor y

guionista

Trabajo. Cultura. Ciudad

Antonio Romero

Profesor de msica en la enseanza pblica. Artista multidisciplinar. Guitarrista, compositor y guionista. En los ltimos aos ha sido el autor y director de la compaa teatral Poliposedas, realizador y guionista de dos vdeos documentales de contenido social y diseador de sistemas sonoros para danza contem-pornea.

Compagina lo anterior con su actividad como guitarrista de jazz.

Para Antonio Romero, la cultura en Crdoba sufre un contexto nada favorable, debido a que no se valora en s misma sino supeditada al turismo, el patrimonio, la tradicin, etc., adems de encontrarse sometida a un enfoque tpico que la vincula a la bohemia, una forma de disimular la acentuada precariedad laboral de la mayora de los artistas. Todo lo cual exigira un profundo cambio de las polticas culturales en nuestra ciudad.

Hablar y opinar sobre la situacin actual de la cultura en Espaa, an ms en Andaluca, e incluso atreverse a hacerlo en referencia a una ciudad como Crdoba, es partir de premisas ancladas en lugares tristemente comunes; la fatalidad y el desencanto acamparn a los pies de los muros de la ciudad, miraremos desde all con impotencia la muralla y, al otro lado, en el baluarte de la tradicin y el espejismo de la recuperacin econmica, desfilarn hordas cofrades, ejrcitos de comedores de pipas y una caterva de turistas plcidamente desorientados nos preguntarn por un lugar agradable de tapas y flamenco.

http://www.antonio-romero.net/trayectoria.html

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Una ciudad, en la que hoy por hoy existen menos buenas prcticas culturales que nunca, pero donde, a la vez, siguen apareciendo centros de cierta experimentacin, individuos y grupos, que se oponen al pensamiento nico de la autocomplacencia y futilidad provinciana, a la dictadura del inters y el beneficio irreflexivo

El movimiento es constante, todo se mueve, y no hay que ser un orculo para intuir que la aventura del saber y la creacin son pulsiones mejores que pugnan contra la mediocridad, el miedo y la complacencia, todo ello en un pas, en una comunidad autnoma, en una ciudad, en la que hoy por hoy existen menos buenas prcticas culturales que nunca, pero donde, a la vez, siguen apareciendo centros de cierta experimentacin, individuos y grupos, que se oponen al pensamiento nico de la autocomplacencia y futilidad provinciana, a la dictadura del inters y el beneficio irreflexivo.

Se trata de experiencias de riesgo y vocacin de creacin y comunidad; vaya, en primer lugar, mi respeto hacia la osada y obstinacin de algunas de ellas: La Casa Azul, Creativa, El Arsenal, La Culpable, La Nave. Feminismo, cine, diseo, teatro, danza contempornea, msica. Qu mundo inservible, qu enorme distraccin.

Defiendo que la cultura, su potencia y producto material o inmaterial (entre el que incluyo procesos de creacin y cambio social), es un derecho ciudadano legtimo por s mismo, no ornamental ni necesariamente vinculado a la actividad turstica o unido en un potaje de necesidad al patrimonio o a la religin

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Dice el ministro Wert, mximo responsable de la cultura institucional del Estado, que las enseanzas artsticas distraen de las asignaturas importantes (1). Afirma el presidente Rajoy que la prioridad es el sector turstico y la hostelera (2). La ministra de empleo, Ftima Bez, agradece pblicamente a la Virgen del Roco que nos saque de la crisis (3). Jos Antonio Nieto, alcalde de Crdoba, financia las fiestas populares de la ciudad recortando a movimientos vecinales y colegios (4). Defiendo que la cultura, su potencia y producto material o inmaterial (entre el que incluyo procesos de creacin y cambio social), es un derecho ciudadano legtimo por s mismo, no ornamental ni necesariamente vinculado a la actividad turstica o unido en un potaje de necesidad al patrimonio o a la religin, aderezado todo con los caldos de la competencia, el desarrollo economicista (que no econmico) y esa palabra detestable que algn ocurrente sistmico invent para referirse a vivir de tu trabajo auto-precarizndote pero sin responder ante un jefe aparente: el emprendizaje (5).

El halo de impotencia y desilusin que envuelve el trabajo cultural es consecuencia de una actitud deliberada, legislada y ejecutada desde determinadas instancias polticas de este pas, regin y ciudad, que se alan con la empresa y el conservadurismo ms rancio

Afirmo que el halo de impotencia y desilusin que envuelve el trabajo cultural es consecuencia de una actitud deliberada, legislada y ejecutada desde determinadas instancias polticas de este pas, regin y ciudad, que se alan con la empresa y el conservadurismo ms rancio, para establecer aspectos preferenciales de atencin que no son los de una escala humana (sanidad, educacin, dependencia, cultura). La cultura y sus actores tambin son accesorios, recortables, suprimibles, por lo tanto, innecesarios. El atozinamiento y la barbarie estn servidas.

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Bien, ya me he desahogado, ya les he dado su merecido. Este era el sitio comn al que me refera anteriormente: la queja, el relato victimista del nosotras, pobres personas de presunto talento mal encaminado hacia profesiones improductivas. Cundo dejarn todos esos individuos excntricos de aspirar a pintar, esculpir, disear o tocar un instrumento, en lugar de regularizar su creatividad en un marco de trabajo convencional: la empresa o el atomismo del trabajador autnomo.

Otro matiz diferenciador del imaginario colectivo relativo al trabajo cultural, a saber, la creacin es libre y bohemia. La libertad y la bohemia son falacias reducionistas que se quedan en la apariencia del hecho de que Crdoba, hoy por hoy, expulsa la creatividad

Otro lugar comn, el artista se marcha, y si los jvenes aventureros (6) contemplan la posibilidad de la movilidad exterior (7) para poder ejercer una formacin o vida profesional digna all donde se lo permitan, los trabajadores y trabajadoras culturales, expuestos endmicamente a la incertidumbre de un trabajo incluso de especificidad ambigua en la legislacin laboral espaola (8), parecen especialmente condenados a hacer las maletas a la primera de turno. Ah aparece otro matiz diferenciador del imaginario colectivo relativo al trabajo cultural, a saber, la creacin es libre y bohemia. La libertad y la bohemia son falacias reducionistas que se quedan en la apariencia del hecho de que Crdoba, hoy por hoy, expulsa la creatividad.

Que la cultura pueda ser (o no) un trabajo y una actividad econmica en Crdoba, est totalmente por hacer

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Que la cultura pueda ser (o no) un trabajo y una actividad econmica en Crdoba, est totalmente por hacer. Vivimos en una ciudad que se enfrenta a desafos nuevos como son la acogida y colaboracin con aquellos centros y programas educativos que incentiven una lnea social en la creacin, expresin y comunicacin artstica; la atencin a la realidad cultural desatendida (iniciativas independientes y creadores locales); socializacin de las infraestructuras existentes, ponerlas al servicio de actores socio-culturales de la ciudad (apertura de horarios y flexibilizacin de uso); inicio de un dilogo y puesta en valor de la creacin vigente e invisibilizada a travs del fomento de empresas culturales ticas y del fomento de una economa social de la cultura;

apuesta por la cogestin de mdulos especficos de la programacin municipal con actores de las redes locales: asociaciones y colectivos, artistas y gestores cordobeses (apoyo al asociacionismo cultural); por ltimo, limitar la temporalidad de los cargos pblicos, facilitando las rotaciones y la sana regeneracin poltica. Todo lo anterior son solo posibles lneas de trabajo. Est todo por hacer. Recuerden por favor esto cuando vayan a depositar su voto en las prximas elecciones municipales.

(1) http://www.lavozdelagomera.com/2013/03/08/la-educacion-artistica-distrae-de-las-demas-asignaturas/ (2) http://www.eldiario.es/cultura/politicas_culturales/DEN2015-prioridad-turismo-Cultura_0_360115144.html (3) http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/06/andalucia/1338999694.html (4) http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/04/andalucia/1404497450_747838.html (5) http://es.wikipedia.org/wiki/Emprendedor (6) http://politica.elpais.com/politica/2012/11/30/actualidad/1354286966_753467.html (7) http://economia.elpais.com/economia/2013/04/17/actualidad/1366187892_058898.html (8) Hoy por hoy, el Rgimen Especial de Artistas y Toreros, sigue siendo un ente turbio al que ni siquiera conviene mucho acogerse.

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Licenciada en Historia del Arte

A la bsqueda de

sinergias creativas

Noelia Centeno

Licenciada en Historia del Arte, especializada en la crtica de la creacin contempornea y la cultura visual, dentro del marco de estudios del Museo Reina Sofa. En la actualidad est realizando una tesis doctoral sobre creacin artstica y energa rural en Crdoba, trabaja en la coordinacin de Scarpia y colabora con El Arsenal (encuentros Nocturnos) y con la revista Ars Operandi.

Desde su experiencia como activista y como investigadora del movimiento creativo vinculado a la cultura contempornea en Crdoba, Noelia Centeno ha detectado un tejido de una especial riqueza que viene a configurar modestamente - un modo propio, de base, colaborativo y sostenible, con grandes potencialidades, un ecosistema cultural que, ms all de la mera queja por la falta de apoyos institucionales o las carencias del mercado, requiere de investigacin, debate, formulacin de propuestas, trabajo en red y accin.

Llegu a la ciudad en 2009 casi de casualidad, por amor. Aunque bonito y utpico, no fue nada fcil instalarme en Crdoba. Haba nacido, crecido, vivido y trabajado en Barcelona. A otro tempo y ritmo urbano. Inmersa en prisas, ocupaciones y tediosos desplazamientos. Sin espacios. Por lo que dedicarme un ao a mi misma en una pequea y tranquila ciudad al Sur de Espaa, para estudiar historia del arte y descubrir su patrimonio histrico y artstico, sonaba muy extico y tentador para una chica del Norte. Para mi sorpresa, y ante el exceso de tiempo libre y la necesidad de desenvolverme en una ciudad desconocida, se abra un inmenso vaco de inseguridades individualistas y prejuicios por el contraste cultural, que casi me llevaron a abandonar mi estancia.

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Pero un cmulo de casualidades me acercaron a conectar con la creacin contempornea del lugar, entre el clmax y el declive de Crdoba 2016. Primero fue Scarpia, luego El Arsenal, despus mi expatriacin en el marco de un Master de Arte Contemporneo y Cultura Visual en el MNCARS (Museo Reina Sofa) Y en un proceso personal y relacional de investigacin y aprendizaje con el entorno, habiendo asumido vivir en la contradiccin y la desterritorializacin continua, me arriesgu a analizar el sector artstico y cultural de Crdoba a la bsqueda intuitiva de un fenmeno que haba percibido como propio: la emergencia de sinergias creativas sostenibles.

Me arriesgu a analizar el sector artstico y cultural de Crdoba a la bsqueda intuitiva de un fenmeno que haba percibido como propio: la emergencia de sinergias creativas sostenibles

E insisto, arriesgu. Ante un modelo de poltica cultural inexistente y disperso. Cerrada al dilogo con especialistas y creadores locales e independientes. En actitud escptica hacia el arte y la cultura contempornea. Tanto por los aos previos de derroche y mala gestin presupuestaria, como por un gobierno actual conservador ms preocupado por el contenido y evitar la polmica. Que aboga por una cultura populista y de entretenimiento. Enfocada al turismo cultural y un ecosistema empresarial de innovacin tecnolgica. Donde una idea de comunidad creativa, en el sentido de ayuda, colaboracin e intercambio generacional, se encuentra debilitada por falta de apoyo institucional e impulso comercial. O en una situacin endogmica de promocin individualista.

Era necesario empezar a evaluar y repensar el entorno artstico y cultural contemporneo, bien fuese desde el mbito acadmico, creativo o divulgativo

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As como invisible o inaccesible para gran parte de la ciudadana, bien sea por puro desconocimiento o por desinters. En este mapa tan desolador, complejo, crtico y confuso por qu apostar cientficamente por un fenmeno que pareca no existir en la realidad? por un espacio de produccin pequeo que ni tan siquiera encajaba con los grandes modelos de creacin de otras ciudades? Porque era necesario.

Era necesario empezar a evaluar y repensar el entorno artstico y cultural contemporneo, bien fuese desde el mbito acadmico, creativo o divulgativo. Era necesario dejar de quejarse de la situacin crtica del sector y empezar a hablar de ella, a todas horas y en todas partes. Era necesario pararse a reflexionar, aprender a detectar los sntomas y ofrecer soluciones a partir de las alternativas locales ya existentes. Pero lo ms necesario, era tomar conciencia de que ese fenmeno exista, aunque fuese a pequea escala.

En El Arsenal, Nocturnos I, encuentro de Cultura Avanzada Independiente de Crdoba. La idea inicial era crear una red colaborativa de apoyo mutuo () y una mesa final de trabajo compartido

Con la intencin de conocer, conectar y visibilizar a todos los proyectos, colectivos o creadores emergentes de la ciudad de Crdoba, Paco Nevado y yo organizamos la noche del 14 de junio de 2013 un evento en El Arsenal, Nocturnos I, encuentro de Cultura Avanzada Independiente de Crdoba. La idea inicial era crear una red colaborativa de apoyo mutuo, y desarrollar en colectivo frmulas y herramientas colaborativas frente a la desidia institucional, a partir de una serie de demostraciones de danza, msica y teatro, intervenciones artsticas, miniconferencias, y una mesa final de trabajo compartido. La situacin se desbord por varios motivos.

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Una cosa quedaba clara. Pese al inmovilismo de las polticas culturales locales y la precariedad de los medios y herramientas, en la ciudad circulaban numerosos procesos de creacin experimental comunitaria

Como organizadores no fuimos conscientes de la repercusin de la convocatoria y se presentaron ms de 30 proyectos creativos en la provincia, donde cada uno quera vender lo suyo y al final de la jornada fue imposible ponerse de acuerdo sobre los objetivos iniciales para crear una red de apoyo mutuo. El debate gir en torno a las dificultades econmicas de la gestin cultural independiente as como hacia la finalidad del encuentro. Unos queran unirse para generar sinergias colaborativas y otros preferan seguir en solitario. Unos conceban su proyecto como recurso y otros como produccin. Unos lo vean desde un aspecto social y otros desde la pura expresin esttica. Sin embargo, una cosa quedaba clara.

Pese al inmovilismo de las polticas culturales locales y la precariedad de los medios y herramientas, en la ciudad circulaban numerosos procesos de creacin experimental comunitaria, ms cercanos y relacionales, como respuesta a la ansiedad y la necesidad individual. Y donde cada uno impulsaba y sostena al otro en una red abierta de influencias que se expanden y rebotan hacia otras comunidades creativas fuera de la provincia.

Sigo defendiendo la idea de un modelo de creacin cultural propio basado en la sostenibilidad, al margen de los grandes centros neurlgicos como Mlaga, Madrid o Barcelona, entre otros

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A fecha de hoy, y despus de la resaca diurna de la II edicin de Nocturnos, celebrada el pasado 25 de abril en el espacio de creacin MODO, coordinada por El Arsenal, sigo defendiendo la idea de un modelo de creacin cultural propio basado en la sostenibilidad, al margen de los grandes centros neurlgicos como Mlaga, Madrid o Barcelona, entre otros. S, quizs construido demasiado poco a poco, sin hacerse explcito potencialmente dentro de un tejido local, pero adaptado a sus propias necesidades y posibilidades de expansin relacional y experimental con otras comunidades en afinidad creativa fuera de la provincia

Ante la falta de expectativa profesional y de autoestima personal en un estado de excepcin a la crtica y la creatividad, se trata de encontrar puntos de anclaje entre las nuevas formas de accin e investigacin de los creadores y las dialcticas de los procesos sociales en el medio rural y urbano. De establecer puentes entre la educacin, la creacin contempornea y la ciudadana. De documentar y difundir los procesos estticos de un modo ms cercano y honesto, sealando objetivos, resultados, problemas, resoluciones y efectos. De promover sesiones pblicas de trabajo y grupos de investigacin colaborativos para reflexionar sobre posibles protocolos que faciliten el desarrollo de lneas innovadoras en un entorno de produccin cultural y artstica. De apostar por la profesionalizacin y el asociacionismo en red que represente al sector creativo y cultural en su conjunto. De hacer en lugar de quejarse. Pero de verdad.

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Socilogo

Apuntes sobre una reformulacin del

discurso y la accin cultural en

Crdoba

Javier Lucena

Socilogo, que ha trabajado tanto en el mbito de la gestin cultural como de los servicios sociales en la administracin pblica, pertenece a la plataforma Mesas de Conver-gencia de Crdoba, donde colabora, junto a otros compaeros y compaeras, en la edicin de las revistas Con-ver-Gente y Rebel-Arte.

Un autntico cambio cultural pasara, a juicio del autor, por una modificacin del discurso y la accin al respecto en la ciudad que, abandonando la mera queja, intente configurar un sujeto autonmo en lucha por la hegemona cultural, hoy ejercida por la alianza del lobby turstico empresarial con los poderes pblicos.

Apunte 1.- Crdoba, dnde la comunidad cultural?:

Partamos de un somero inventario, no exhaustivo, de algunos de los principales acontecimientos culturales de los ltimos aos en nuestra ciudad: el fracaso del proyecto de la Capitalidad Cultural, que no fue slo la prdida de la nominacin, sino el comienzo del fin en Crdoba del enfoque gran evento; el surgimiento de numerosas iniciativas autnomas de pequeo formato como Teatro Avanti, la Casa Azul, El Arsenal, la Bella Varsovia, Combo, CosFera, La Culpable, el Centro Creativo La Prgola, etc., etc., que no obstante no logran todava - dominar el panorama cultural de la ciudad; la supeditacin de la cultura a las polticas tursticas, con el consiguiente predominio de la componente econmica ms depredadora del entorno; el seguidismo insustancial del periodo PP respecto a las polticas culturales anteriores; las deficiencias de las infraestructuras culturales (la eterna reforma del Museo Arqueolgico; la prescindible rehabilitacin del Museo Taurino; la dilacin del C4 y otros equipamientos); el aplastante peso del nuevo Centro de Congresos en el debate pblico y en las inversiones culturales; la debilidad de una economa local incapaz de ofrecer medios de vida dignos a los artistas de la ciudad...

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Apuntes sobre una reformulacin del discurso y la accin cultural en Crdoba

Un ecosistema cultural, el de nuestra ciudad, que no se articula como comunidad

El papel subsidiario y desestructurado de la cultura que refleja este inventario se refleja en la incapacidad del sector para plantear una plataforma reivindicativa comn, un discurso alternativo colectivo, limitndose a quejas parciales y a iniciativas aisladas, cada una en su particular parcela.

Un ecosistema cultural, el de nuestra ciudad, que no se articula como comunidad.

Apunte 2.- Turismo, eventos y heteronoma cultural:

Con todo, quizs el principal rasgo de ese ecosistema cultural cordobs de los ltimos aos sea su heteronoma, es decir, la apuntada supeditacin de la cultura al negocio turstico, lo que ha provocado un dao importante no slo a la cultura, sino al conjunto de la ciudad.

Sin el papel jugado por el lobby turstico, en connivencia con el poder poltico, no se entenderan los magnos eventos, ni los mayores despropsitos de la inversin pblica megalomaniaca que ha sufrido y sigue sufriendo esta ciudad: las decenas de millones de euros enterrados en un aeropuerto sin aviones o en el culebrn del Palacio de Congresos de una ciudad patrimonial, ubicado finalmente en un polgono industrial.

Quizs el principal rasgo de ese ecosistema cultural cordobs de los ltimos aos sea su heteronoma, es decir, la apuntada supeditacin de la cultura al negocio turstico, lo que ha provocado un dao importante no slo a la cultura, sino al conjunto de la ciudad

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Frente al manido discurso del turismo como riqueza de la ciudad, la realidad apunta a que se trata de un sector donde prima la precariedad del empleo, con salarios nfimos y alta presencia de irregularidades laborales de todo tipo; un sector cuyos mximos beneficios salen fuera de Crdoba, por va de los grandes grupos hoteleros, dejando atrs slo las migajas y una ciudad cada vez ms banalizada, convertida en un parque temtico del costumbrismo, la versin de la ciudad como postal aeja, su mercantilizacin como foto fija que viene del pasado y que debe permanecer inalterable. Eso por no hablar, del desplazamiento de la poblacin autctona de la zona ms patrimonial y su sustitucin por negocios de todo tipo, muchos de ellos poco o nada respetuosos con el entorno, con el uso convivencial del espacio pblico.

Si queremos recuperar el papel autnomo, liberador de la cultura, hay que someter a profunda revisin la poltica turstica de Crdoba

Si queremos recuperar el papel autnomo, liberador de la cultura, hay que someter a profunda revisin la poltica turstica de Crdoba, apostando por un nuevo modelo turstico que limite las capacidades de carga; destematice la Judera y el entorno de la Mezquita, insuflando vida ciudadana en el entorno; imponga una aportacin de las grandes empresas tursticas a la sostenibilidad del patrimonio; reduzca el impacto negativo sobre la ciudad de la actividad turstica; proponga un acuerdo entre los agentes por la generacin de empleo de calidad en el sector, incluidos controles y auditoras; fomente la contribucin a la oferta cultural de la ciudad, dando salida a los creadores locales; etc. Pero sobre todo, en ese nuevo modelo, los poderes econmicos deben quedar sujetos a la voluntad polticodemocrtica representativa de la ciudad y no ejercer como virreyes sectoriales que detraen recursos pblicos en beneficio propio, so pretexto de su dudosa y problemtica contribucin a la riqueza local.

Y, sobre todo, huyamos de los grandes eventos como de la peste.

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Apunte 3.- El cambio inmvil:

En ese contexto de supeditacin al lobby turstico, adems de su actitud cmplice con el mismo, las instituciones pblicas han mantenido un triste papel cultural. La Diputacin, liquidando cuanto de innovador haba puesto en marcha en aos anteriores (Fundacin Bot, Sala Puertanueva, el programa Perifricos) La Junta de Andaluca, sin apenas ms presencia que como fantasma en pena por los salones vacos de un C4 abandonado antes de nacer. Y qu decir del Ayuntamiento, que presenta como un xito el mantener lo que haba, la continuidad de lo previamente existente. Pero este cambio inmvil (1) tiene evidentes costurones que lo ponen en cuestin: las amenazas a la viabilidad de la Orquesta de Crdoba; la precariedad de medios, al borde del colapso, de la digna red municipal de Bibliotecas; la reapertura de un Museo Taurino con contenidos decimonnicos similares a los que tena en su creacin, ignorando las visiones crticas del fenmeno taurino que se

vienen abriendo camino; la salida de la Sala Victoria del mbito cultural para sacrificarla a la hostelera; el abandono de La Prgola ms de tres aos, demorando la puesta en marcha de uno de los mejores proyectos creativos de esta ciudad; la renuncia al Centro de Visitantes, por no autorizarles su conversin cmo no - en un recinto hostelero; la inhibicin cmplice ante la apropiacin de la Mezquita y un gran volumen del patrimonio local por el Obispado, con un claro ataque a cualquier filosofa ecumnica y dejando en una pattica milonga el tan trado y llevado paradigma de Crdoba, la Crdoba de las tres culturas y el dilogo intercultural; o la remodelacin de un edificio tan emblemtico como el antiguo Convento Regina para Museo Cofrade. Y as podramos seguir hasta el agotamiento, poniendo en evidencia un deterioro por podredumbre de unas polticas culturales que persiguen la inmovilidad, el fin de la historia local, una foto fija que vender a los visitantes, foto fija que se muestra en todo su esplendor en esa invasin de muertos vivientes, esa plaga de estatuas costumbristas que padece la ciudad.

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Apunte 4.- El disco rayado del quejo contemporneo:

Pero no valen excusas: la ausencia de capacidad organizativa, de presin e interlocucin de los propios creadores tambin contribuye a este estado de cosas. Reconozcmoslo: no existe un sujeto cultural, aunque s haya actores culturales. O peor an: no existe un discurso/accin que formule un sujeto cultural autnomo a la vez que lo constituye. Porque no existe un espacio cultural fijo y predeterminado, sino que ese espacio se construye da a da y cambia continuamente, ese espacio lo determina quien lo nombra y acta discursivamente sobre el mismo desde posiciones de lucha por la hegemona y no desde el lamento o una vocacin de marginalidad o desde la endogamia (2)

Y, sobre todo, huyamos de los grandes eventos como de la peste

Porque ms que discurso, lo que ha habido ha sido un lamento, un largo y sostenido lamento en torno a lo contemporneo. Parece obvio o debiera parecerlo - que toda cultura que se hace en la actualidad es contempornea, casi por tautologa, si tomamos la segunda acepcin que da el RAE a esta palabra: Perteneciente o relativo al tiempo o poca en que se vive.

En tal sentido, un falso debate ha atenazado la ciudad. Falso en cuanto los agentes culturales han permitido que el terreno de juego lo defina y trace la santa alianza entre mercado (industria turstica) y poder poltico. Y ese terreno ha sido el de la cultura como identidad.

Ese quejo contemporneo, que se repite una y otra vez en los ltimos aos ya demasiados -, y que paradjicamente nos remite no a lo ms actual sino a lo ms arcaico, al tradicional lamento tan caracterstico de esta tierra de Mara Santsima, quedaba recogido recientemente en el resumen que se ofreca de los debates al respecto realizados en el centro Combo (3):

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Y an cuando sus elementos tomados por separado son veraces, sin embargo el diagnstico no acierta porque no es capaz de dotarse de un sentido, de definir un terreno de juego autnomo, un discurso propio que pugne por la hegemona.

Define Alba Rico (4) cuatro acepciones de cultura: una antropolgica, la que nos constituye en seres humanos y nos separa de la naturaleza; otra identitaria, aquella que habla de nosotros como diferentes de otros; una tercera, la que a partir de la memoria, la imaginacin y el pensamiento se opone a la ignorancia; y, por ltimo, la creativa, la que busca establecer unas obras, un espacio perdurable y compartido por todos los seres humanos. Pues bien, el terreno de juego lo han definido en esta ciudad, desde arriba, en el mbito de lo identitario, de modo que tradicin se contrapondra a contemporneo, y en ese campo de juego los creadores, que entraron al trapo, no podan, no pueden sino ir a la defensiva.

Apunte 5.- La construccin y la accin de un discurso cultural autnomo.

Hay, pues, que cambiar el terreno de juego, un terreno que definan los agentes culturales ciudadanos. Un terreno que propicie la vinculacin, bajo un discurso autnomo, de esos agentes, pero que tambin pelee decididamente por la hegemona, por atraerse a las mayoras; un discurso que debiera primar la cultura como creacin y situar ah la confrontacin. Como parte de ese proceso, los agentes culturales tienen tambin que resituarse en el contexto sociopoltico, buscar alianzas que les refuercen. No vale la estrategia de la simple demanda a las instituciones, esperando sus ddivas; tampoco la de la cofrada del santo reproche, una y otra vez denunciando la estrechez de miras de las administraciones pblicas.

Un deterioro por podredumbre de unas polticas culturales que persiguen la inmovilidad, el fin de la historia local, una foto fija que vender a los visitantes

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Resulta increble y sorprendente que cuando el pas, en estos dos, tres ltimos aos, a partir del 15M, ha vivido un proceso acelerado de cambio, los creadores locales hayan permanecido fuera de ese debate en cuanto tales. Nada parecido al colectivo Enmedio de Barcelona y sus talleres y acciones contra el mal, por poner un ejemplo, ha surgido en Crdoba; ninguna apuesta decisiva de los creadores por trazar una alianza con todos estos movimientos emancipadores que estn poniendo en cuestin el orden sociopoltico y econmico, que estn contribuyendo a la reconfiguracin de la polis.

Pero no valen excusas: la ausencia de capacidad orga-nizativa, de presin e inter-locucin de los propios creadores tambin contribuye a este estado de cosas

De modo parecido, llama la atencin que en el mbito cultural no se haya producido ninguna experiencia de comunicacin alternativa como tantas que, a pesar de sus limitaciones, han florecido en la ciudad en estos ltimos tiempos, una vez ms vinculadas a lo sociopoltico: Radio Dignidad, Onda Palmeras, Radio Kalle, El Entendedero TV, esta propia revista Rebel-Arte y su hermana Con-ver-Gente, etc. No tienen nada qu decir a la ciudad los creadores locales, los proyectos y colectivos culturales?, quin mejor que los artistas para dominar las herramientas de la comunicacin?, a qu esperan para hacerse visibles a travs de sus propios medios autnomos?

Hay, pues, que cambiar el terreno de juego, un terreno que definan los agentes culturales ciudadanos

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O para terminar con esta relacin de lo que no ha sido capaz de generar el movimiento creativo en Crdoba: por qu no un Rey Heredia de la cultura, una Acampada Dignidad cultural? Resulta triste ver como la movilizacin en torno a la ocupacin de este colegio no ha contado con una accin decidida y colectiva de los creadores y agentes culturales de nuestra ciudad, salvo muy contadas excepciones, y eso que sus protagonistas evidenciaron pronto que, entre sus reivindicaciones, tambin se inclua la accin cultural: biblioteca, lecturas de poesa, conciertos, etc.

Ninguna apuesta decisiva de los creadores por trazar una alianza con todos estos movimientos emancipadores que estn poniendo en cuestin el orden sociopoltico y econmico, que estn contribuyendo a la reconfiguracin de la polis

Apunte 6: Cultura, derechos humanos y procomn:

A la hora de buscar algunos elementos que puedan contribuir al nuevo discurso/accin del sujeto cultural en Crdoba, hay dos componentes que estimo imprescindibles. Uno es el que tiene que ver con los derechos humanos y su extensin a la cultura, la mejor va de engarce con esos otros movimientos sociopolticos que pueden ser nuestros aliados en la bsqueda de una nueva hegemona cultural en la ciudad.

Como mantiene Santiago Eraso (5), hay que plantear una nueva visin de la cultura como bien comn, que permita que no sea slo una mercanca de consumo. Una cultura que a la par facilite el acceso democrtico y generalice unas condiciones dignas de vida a los creadores y trabajadores de la cultura, hoy pauperizados. Una cultura que sea sobre todo una herramienta de construccin de ciudadana crtica

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Es esa construccin de un procomn que sera el segundo componente - la mejor oportunidad para constituir una autntica comunidad cultural, ajena a todo corporativismo, uno de los peligros y de las lacras que pueden abortar su propio nacimiento o existencia. Porque procomn y comunidad van indisolublemente unidos. La relacin entre procomn y comunidad es estructural nos dicen ahora Antonio Lafuente y Alberto Corsn -, al extremo de que no hay procomn sin comunidad, ni comunidad sin procomn Se trata pues de constituir una comunidad de afectados por la degradacin de la cultura en nuestra ciudad, en primer lugar, y hacerla visible.

Es esa construccin de un procomn la mejor oportu-nidad para constituir una autn-tica comunidad cultural () Porque procomn y comunidad van indisolublemente unidos

Para hacerse visibles, para que su mal sea reconocido como tal, tendrn que probar su capacidad para identificar la naturaleza del problema, disear las variables que permitan rastrearlo, objetivar el conflicto que denuncian, enmarcarlo en narrativas verosmiles, movilizarlo por las redes pertinentes, cobijarlo bajo el manto de lo jurdico, conceptualizarlo buscando resonancias y acercarlo al lenguaje de los aliados. Nada exige ms esfuerzo que hacerse visible, una tarea tanto ms herclea cuanto ms heterodoxa, perifrica, minoritaria o marginal sea la situacin de la que parte la comunidad, tras la degradacin del bien que la constituye (6)

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Es esa construccin de un procomn que sera el segundo componente - la mejor oportunidad para constituir una autntica comunidad cultural, ajena a todo corporativismo, uno de los peligros y de las lacras que pueden abortar su propio nacimiento o existencia. Porque procomn y comunidad van indisolublemente unidos.

La relacin entre procomn y comunidad es estructural nos dicen ahora Antonio Lafuente y Alberto Corsn -, al extremo de que no hay procomn sin comunidad, ni comunidad sin procomn Se trata pues de constituir una comunidad de afectados por la degradacin de la cultura en nuestra ciudad, en primer lugar, y hacerla visible.

(1) Tomo la expresin del libro El cambio inmvil. Transformaciones y permanencias de una lite de poder (Crdoba, SS. XVI-XIX) Enrique Soria Mesa

(2) Sobre estos temas, ver IC Revista Cientfica de Informacin y Comunicacin. 2014, 11. Conversacin con igo Errejn Galvn. http://www.icjournal-ojs.org/index.php/IC-Journal/article/view/307/293

(3) Dificultad del pblico para acercarse al arte contemporneo; carencia de pedagoga. Desinters de las instituciones por el arte contemporneo. Desencanto con el proyecto CC 2016 y su modelo espectacular y con el dirigismo poltico. Endogamia del mundo creativo e indiferencia hacia la sociedad. Falta de accin en red de los creadores y de estrategia de visibilizacin, contando con los medios de comunicacin. Falta apostar menos por los eventos y ms por la participacin, la continuidad y la labor cotidiana Para ms informacin ver http://cordopolis.es/2015/01/20/cuatro-semanas-de-ideas-en-la-sala-combo/

(4) El naufragio del hombre. Carlos Fernndez Liria y Santiago Alba Rico.

(5) Democracia y acceso a la cultura. Santiago Eraso. https://santieraso.wordpress.com/2015/02/06/democracia-y-acceso-a-la-cultura/ Del mismo autor de El Diario.es: http://www.eldiario.es/norte/recuperar-sentido-social-Cultura- concepto_0_370263113.html

(6) Economas y tecnologas del don. Antonio Lafuente y Alberto Corsn, en: http://ecosfron.org/ecosfron/wp-content/uploads/DOSSIERES- EsF-16-El-procom%C3%BAn-y-los-bienes-comunes.pdf

La revista REBEL-ARTE es una propuesta de accin colaborativa de Mesas de Convergencia y Accin Ciudadana, Promotora de Crdoba

Damos las gracias a todas las personas y colectivos que

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Mesas de Convergencia y Accin Ciudadana, Promotora de Crdoba

Revista RebelArte Nº 4, Cultura y cambio

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