Saluda de CarlosPerales Pizarro,

presidente de la FAPueremos seguir siendo el espacio de referencia del pensa-miento progresista.Albert Camús, lo citaba en el primer Ide@logos, decía que “el gusto por la verdad no puede im-pedir la toma de partido y que ésta siempre debe estar a fa-vor de los que sufren la historia”. Y en estos momentos los sufridores de la historia son muchos. A ellos se dedica y ha de dedicarse nuestro proyecto. Y se hace necesario más con-tundencia y claridad en muchas cuestiones. Sólo citaré algu-

nas: contundencia en la lucha contra la pobreza infantil, que de forma discriminatoria trata el gobierno del PP, con criterios que provocan si-tuaciones escandalosas. Pero también debemos ser más contundentes exigiendo a la comunidad internacional que pare, porque tiene medios, la barbaridad que se comete contra el pueblo palestino. Según el centro de Información israelí sobre Derechos Humanos, en los últimos cinco años y hasta el 31 de mayo, habían sido asesinados 1.500 palestinos y unos 50 israelitas.

Queda mucho por hacer. Esta sociedad tiene a nuestra fundación a su disposición. El ritmo de producción de nuestros asesores y patronos es extraordinario. Presentaremos próximamente la más completa inves-tigación realizada sobre la represión del franquismo en Andalucía. Es necesario un mayor compromiso para con las víctimas del franquismo. Desde Andalucía lo estamos haciendo. Se requiere desde el Estado. No es admisible que ocupemos el segundo lugar, tras Camboya, en fosas co-munes. Tiene que ser el PSOE quien lidere de forma definitiva la puesta en marcha de una Comisión de la Verdad que investigue el franquismo y se responda a las víctimas desde la verdad, la justicia y la reparación. El documento sobre Federalismo ha sido clave y puede serlo aún más. Las encuestas que manifiestan que la ciudadanía catalana prefiere “la tercera vía”, puede y deber ser el inicio del camino de la solución.Stefan Sweig, que vivió las consecuencias de la sinrazón, escribiría: “he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea”.

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Revista Ideálogos nº3 2014Dirige: Juan María JiménezDiseño: Paco OcaImprime: Gandulfo Impresores

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La Fundación Alfonso Perales es el think tank del PSOE de Andalucía: una institución investigadora en el ámbito de la reflexión intelectual. Perseguimos prestigiar el debate político, cargándolo de rigor.

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La FAP edita libros y

documentos que

profundizan o refuerzan

las ideas progresistas

en la sociedad andaluza y

española.

LA FAP REALIzA DOcumENtOS cON EL ObjEtIvO DE quE tENgAN utILIDAD y quE PuEDAN SER LA bASE PARA LAS FutuRAS PROPuEStAS DEL PARtIDO A LA SOcIEDAD.

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IDEáLOgOS es nuestra plataforma universitaria. En ella debatimos sobre universidad, medio ambiente, cultura, emprendimiento…

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al debate. Dos personas, de reconocido prestigio

social o político, expresan sus ideas a través de

conversaciones distendidas y publicadas en Internet.

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publica artículos de autores de reconocido prestigio y recibe miles de visitas mensuales.

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a crisis económica, política y social en la que estamos es una gran Depresión a la que no sele ve salida y los daños producidos a la ciudadanía han conducido, lógica-

mente, a una fuerte desafección hacía la política. No aparecen nuevos liderazgos ni nuevas pro-puestas que nos hagan pensar en un rumbo diferente para esta Eu-ropa de la que formamos parte.

Desde la Fundación Alfonso Pe-rales, nos parece fundamental contribuir a este cambio nece-sario con propuestas nuevas y arriesgadas, como la que se hizo de una reforma federal del Estado autonómico, base de la Declara-ción de Granada del PSOE, en la que se explica porque la alterna-tiva a la organización territorial de España no puede ser otra que el Estado federal, previa reforma necesaria, y cada día más urgen-te, de la Constitución.

Ideálogos es nuestra plataforma-de ideas dialogadas, en la que participan diferentes personas de procedencia progresista, no partidaria, que buscan, desde el diálogo, ofrecer alternativas a los problemasque nos acucian: la Eu-ropa que queremos, los medios

de comunicación y el liderazgo de las mujeres o la denuncia de la reforma del aborto con la que el Gobierno quiere acabar con la li-bertad de las mujeres paradecidir sobre su maternidad o un nuevo modelo productivo. Es una plata-forma de análisis plural y diversa, como lo somos las personas y los territorios.

Para que la política sirva a la ciu-dadanía hay que tener proyecto y liderazgo; ideas que las encarnen personas que sepan transmitir-las. Tener o no capacidad de lide-razgo depende de muchos facto-res, que no siempre se alcanzan, pero es incuestionable que sin ideas no puede haber liderazgo. El liderazgo es una condición necesaria, pero no suficiente; las ideas son, por el contrario, siempre necesarias y deben ser consecuencia de un debate social capaz de dar respuesta a lo que la ciudadanía demanda. Para la iz-quierda, consolidar un proyecto programático solido es más ne-cesario que para la derecha. No sé si esjusto, pero es así. A los populismos crecientes no se les hace frente con descalificacio-nes fáciles que, inevitablemente, provocan reacciones favorables.Los populismos crecen cuando la gente tiene graves problemas rea-les, porque proponen soluciones

falsas, pero que dan esperanzas.

España necesita, como ocurrió durante la transición democrá-tica, un partido de izquierdas que sea alternativa de gobierno, devuelva la confianza a la ciu-dadanía y, formule propuestas que ilusionen; que no le hablen de “milagros”, pero sí que de al-ternativas serias, y creíbles, a la creación de empleo, a la recupe-ración del Estado del bienestar,a la igualdad y libertad recortadas y a los graves problemas terri-toriales que nos enfrentan. Este partido solo puede ser el PSOE, pero tiene que recuperaruna idea fuerza,como lo fue en su día la socialdemocracia. La ciudadanía necesita saber que propuestas hace el PSOE y para eso hacen falta ideas, liderazgo y un partido con capacidad de hacerlo posi-ble, dejando, definitivamente, de lado esas nocivas rencillas inter-nas. Centrarse en los problemas de la gente, con ideas y con diá-logos son los Ideálogos que pro-ponemos.

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Ideálogos

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Amparo Rubiales TorrejónDoctora en Derecho y vicepresiDenta ejecutiva De la Fap

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diendo con éxitos importantes como la paralización del proceso privatizador de la sanidad madrileña, aunque no han conseguido resultados eficaces a la hora de paralizar la injusta ley educativa ni la herida sangrante de los desahucios.

A la sociedad no se le ha escapado el hecho de que, mientras sufría los efectos de la crisis y pagaba las facturas de unas cuentas de las que no era respon-sable, los generadores de este desastre financiero no solo no asumían costes sino que sus pérdidas han sido saldadas con la inyección generosa de un dine-ro público sustraído de los bolsillos más modestos. A nadie se le escapa el carácter tramposo de esta cri-sis, la forma en que ha sido utilizada para cambiar las reglas de juego sociales y para hacer retroceder décadas los derechos sociales y laborales.

Por eso ahora no es que la sociedad no crea en los indicios de recuperación económica, es que saben que la simple recuperación de las cifras macroeco-nómicas, sin cambiar las leyes ni a los responsables políticos actuales, no supondrá ninguna recupera-ción para la economía familiar. Por eso, vamos a asistir a un proceso de empoderamiento y de exi-gencia social. Quienes vuelven al mercado laboral tras varios años de paro y encuentran contratos par-ciales de 400 euros, a quienes se les exigen jornadas interminables a cambio de contratos sin derechos laborales, a los que se les impone que paguen su propia alta como autónomos para trabajar en con-diciones leoninas, no van ahora a resignarse. Y es que no puede haber recuperación económica, sin recuperación de los derechos y la dignidad que se ha arrebatado al conjunto de los trabajadores. Tam-poco se va a aceptar un evidente deterioro de los servicios públicos mientras sus gestores proclaman que la economía mejora a pasos agigantados.

Ha habido un cambio de piel, una modificación en la conciencia social que ha empezado a expresarse y que exige compromisos, restitución derechos, res-peto a la ciudadanía. La sociedad no habla ya el mis-mo lenguaje que hace cuatro años. No es una gra-mática de queja, sino de exigencia la que empieza a balbucir, y vuelven a valorar la tremenda utilidad de la política. Más que nunca en la historia reciente, la demanda de cambios es tan patente, potente y justa. Espero que los destinatarios sepan leerla.

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Cambios, cambios, cambios

e suele pensar que la protesta social se produce en los momentos álgidos de las crisis económicas. La realidad contradice esta creencia y nos mues-tra que es precisamente cuando se aprecian indicios de una cierta recu-peración cuando la sociedad reclama participar en los beneficios que se

proclaman.

La sociedad española, en los primeros momentos de la crisis, quedó prácticamente paralizada. Aun-que había voces minoritarias que advertían sobre la burbuja inmobiliaria y el creciente endeudamiento de las familias, en general la sociedad se sorprendió de la intensidad de la crisis. Los think tank conser-vadores se empeñaron en teorizar una culpabilidad colectiva que se resumía en el lema “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Una vez po-pularizada afirmación -que como toda gran verdad a medias era una mentira monstruosa-, la mayor parte de la población aceptó con resignación recor-tes inmediatos de salarios y de condiciones labora-les. La conmoción ante la crisis, la falta de alternati-vas reales y el miedo a caer en el abismo, condujeron al éxito casi indiscutido de la teoría del shock según la cual la sociedad es capaz de aceptar todo tipo de males por miedo a un infierno descrito vívidamente por los poderes económicos y políticos.

La segunda fase de esta operación, ha sido aprove-char esta situación para producir un cambio en las estructuras sociales: una reforma laboral brutal, un descenso inusitado de los salarios reales, recortes de los servicios públicos y el desprestigio de los prin-cipios de igualdad, protección social y solidaridad. En esa fase, la respuesta social ha sido algo mayor y las sucesivas mareas ciudadanas se han ido suce-

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Concha CaballerolicenciaDa en Filología hispánica y analista política

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Adela Muñoz PáezcateDrática De Química inorgánica De la universiDaD De sevilla y escritora

tar la producción agrícola mediante el saneamiento del material vegetal, hacer que nuestro país sea líder mundial en campos de la medicina tan complejos como el trasplante de órganos, o en el diseño y pro-ducción de cerámica de revestimientos. La científica es una carrera larga que requiere de diez a doce años tras la obtención de un grado universitario para op-tar a un puesto con una cierta estabilidad, además del dominio de varios idiomas. Pero una vez con-seguido el puesto, los científicos tienen que seguir superando pruebas de evaluación que les permitan obtener financiación para sus proyectos de investi-gación. Estas exigencias no han impedido que en España haya habido todos estos años un plantel de aspirantes a científicos abundante y preparado, que han superado con éxito los controles más exigentes tanto en nuestro país como en el extranjero.

Lamentablemente, uno de los errores más graves de las políticas gubernamentales en la actual situación de crisis económica ha sido recortar drásticamente los fondos destinados a investigación, especialmen-te las partidas dedicadas a la incorporación de jó-venes al sistema de ciencia, tan importantes para el mismo como la savia para las plantas.

Si no queremos que nuestro país vea comprome-tido su desarrollo, es urgente que todas las fuerzas políticas tomen conciencia de la importancia de la investigación y suscriban un gran Pacto por la Cien-cia, que deje a ésta al margen de luchas partidistas y garantice la existencia de un presupuesto plurianual consolidado a la vez que mantenga elevados niveles de exigencia para la selección de personal que se in-corpora al sistema.

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Pacto por la Ciencia

pesar de que somos unos recién lle-gados, la historia de la ciencia en España en los últimos años es la cró-nica de un éxito. Así, mientras que en países como Inglaterra, Francia o Alemania ya en el siglo XVII existían institucionesque se ocupaban de la ciencia, en España estas instituciones

llegaron con la democracia. Sin embargo, a pesar de su juventud y de que la inversión en ciencia ha sido siempre inferior a la media europea, los resultados obtenidos en nuestro país son de primer orden. No cabe más que felicitarse por ello, porque no es posi-ble que un país salga con bien de una situación com-pleja sin un buen sistema de ciencia y tecnología, dado que éste es como su cerebro. Por ejemplo, la colonización de América no habría sido posible sin un centro de investigación de primer orden como fue la Casa de la Contratación fundada en Sevilla por los Reyes Católicos en 1504. La epopeya en la que está embarcada ahora España no es de menor envergadura, dado que tiene por delante la tarea de conquistar su lugar en el mundo del siglo XXI. Para ello,sus científicos no sólo tienen que satisfacer las necesidades planteadas en cuestiones vitales como salud, alimentación, vivienda, transporte o comuni-caciones, sino quehan de jugar un papel fundamen-tal a la hora de diseñar el mundo del futuro y defi-nir el papel que España desempeñará en él. Como hicieron hace apenas cuarenta años los estudiantes visionarios Hewlet y Packard, del Silicon Valley en California, al imaginar y construir las máquinas sin las que hoy no podemos vivir.

España cuenta con un sistema de ciencia formado por un ejército silencioso de algo más de 200.000 personas, que en el tiempo record de 40 años han so-lucionado problemas tan dispares como incremen-

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rante la Guerra Civil y la posguerra, la existencia de más 615 fosas comu-nes, los encarcelamientos masivos, los campos de concentración y de trabajo, las incautaciones de bienes y las multas a los “vencidos”, las de-puraciones de maestros, médicos y empleados públicos, las innumera-bles vejaciones y humillaciones a las mujeres andaluzas, los miles de republicanos que salieron al exilio, la represión contra el “maquis” o los centenares de andaluces privados de libertad por el Tribunal de Orden Público constituyen ya datos sufi-cientemente elocuentes -a comple-tar con nuevas investigaciones- del alcance que tuvo la violencia política en Andalucía durante el franquismo.

Los gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía no han mirado para otro lado ante la magnitud del exter-minio. Desde el año 2001 han veni-do desarrollando decretos y normas pioneras destinadas al reconoci-miento institucional y la recupera-ción de la dignidad de los andaluces y andaluzas víctimas de la Guerra Civil y la posguerra. No obstante, Andalucía requiere una legislación propia que profundice en las inicia-tivas realizadas e incorpore nuevos aspectos que den rango de Ley a lo que por justicia corresponde a las víctimas, a sus familiares y a la socie-dad andaluza en su conjunto. Una ley de Memoria Democrática enten-dida como compromiso ciudadano, ético y moral en pro del reconoci-miento público de quienes arriesga-ron su vida, de quienes la perdieron o fueron privados de su libertad y de sus bienes, y hasta de su propia historia y biografía personal por de-fender la libertad y la democracia. Una Ley cuyos pilares centrales han de ser: el derecho de las víctimas y el conjunto de la sociedad andaluza a conocer la verdad, a saber qué ocu-rrió, el derecho a la justicia o el deber de combatir la impunidad de los res-

La Memoria Histórica es la memoria de todos los demócratas

Fernando Martínez LópezcateDrático historia contemporánea ual. coorDinaDor Del grupo De expertos

ponsables de las violaciones de los derechos humanos y el derecho de las victimas a ver reparadas las con-secuencias de las violaciones de los derechos humanos que padecieron.

Junto a todo ello es preciso cons-truir un relato de nuestro pasado que abandone los planteamientos tradicionales de “todos fuimos cul-pables” o aquellos otros de claro sesgo revisionista sobre la necesidad de la equidistancia y la responsabi-lidad compartida, poco rigurosos con la génesis y las causas de la Gue-rra Civil, y centre su discurso en la destrucción de la democracia y de los demócratas. Como señalan los avances de la investigación históri-ca en los últimos años, la Guerra Civil y la represión posterior fueron la culminación de un proceso que puso fin a la democracia, protago-nizado por un sector del ejército y de la sociedad española que se opo-nían no solo a la continuidad de la Segunda República y su programa de reformas sino también a la cultu-ra democrática que había arraigado en la ciudadanía española y anda-luza desde finales del siglo XIX. Un comportamiento antidemocrático que se manifestó, una vez acabada la Guerra Civil, en la represión sistemá-tica y a conciencia de la posguerra y se mantuvo hasta el momento mis-mo de la muerte del dictador con los fusilamientos de 1975.

La recuperación de la memoria his-tórica ha de convertirse, en suma, en la construcción de un relato que, nutrido del discurso histórico más riguroso posible, explique nuestro pasado en una clave de defensa de los valores y de las instituciones de-mocráticas, que fomente el ejerci-cio de la virtud cívica y contribuya a consolidar y profundizar nuestro régimen democrático.

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a Memoria Histórica en An-dalucía y los rasgos que debe contemplar una ley de Memo-ria Democrática están siendo objeto de estudio y debate en el seno de la Fundación Al-fonso Perales. Varias cuestio-nes centran el eje de nuestras

reflexiones. En primer lugar el aná-lisis riguroso del alcance y la singu-laridad de la represión franquista en Andalucía, muy superior al de otras Comunidades Autónomas españo-las; en segundo, los principios que deben regir la elaboración de una ley de Memoria Democrática para nues-tra tierra; y por último, la búsqueda de repuesta a la pregunta ¿qué es lo que hay que recuperar en relación a la llamada “Memoria Histórica” y cuál ha ser la contribución del discurso histórico a su conformación?

Las investigaciones realizadas en las últimas décadas y las que se acome-ten en estos momentos en Anda-lucía ponen de relieve la magnitud del exterminio perpetrado por los militares rebeldes a la República y el nuevo estado franquista en nuestra tierra contra las bases sociales y po-líticas del republicanismo y el movi-miento obrero. El asesinato de más de 50.000 andaluces y andaluzas du-

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Javier Pérez RoyocateDrático De Derecho constitucional

electoral. Pero sí la tenemos de que se está aproxi-mando al umbral de irrelevancia.

Quiero decir con ello que el PSOE se encuentra en una situación en la que no se ha encontrado nunca en su historia centenaria. Pues nunca en su historia el PSOE había llegado tan alto y de ma-nera continuada en el sistema político español y, en consecuencia, nunca había experimentado el vértigo de la caída que está viviendo. Después de haber sido, con diferencia, el partido más fuerte de la democracia española, se encuentra al borde de la irrelevancia.

No es fácil evitar esa caída en la irrelevancia. Si se tratara simplemente de recuperar la confianza de la sociedad española en su capacidad de gestión, se necesitaría tiempo, pero no tendría por qué ha-ber particulares problemas. Lo que ocurre es que es en la integridad territorial del Estado donde el PSOE se la va jugar. Si el PSOE no consigue que su propuesta de articulación federal de España prospere, no podrá recuperar la posición central que ha tenido en el Estado democrático estos úl-timos cuarenta años.

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Recuperar la centralidad

años son muchos años. A lo largo de ellos el PSOE ha atravesado situaciones dramáticas en las que se jugaba su propia super-vivencia. Después de la muerte del general Franco y de la entrada en vigor de

la Constitución parecía, sin embargo, que la épo-ca de las coyunturas dramáticas había quedado atrás. La presencia del PSOE en la dirección polí-tica de la sociedad española se había normalizado y podría oscilar al alza o a la baja, pero "su lugar" en el sistema político español no era discutible.

Desde 2010 ya no es así. El 12 de mayo, tras el trámite de audiencia del presidente del Gobier-no en el Congreso de los Diputados, la sociedad española dictó sentencia sobre la responsabilidad del Gobierno socialista en la gestión de la crisis. Sentencia firme, únicamente revisable por ella misma. Todavía no lo ha hecho. Ni hay seguri-dad que lo vaya a hacer. El 28 de junio el TC hizo pública la STC 31/2010, sobre la reforma del Es-tatuto de Cataluña, con la que materialmente nos quedamos sin Constitución territorial, esto es, sin lo que ha sido la aportación más relevante del PSOE a la Constitución de España. El PSOE ha sido condenado como mal gestor de la economía y ha dejado de reconocérsele su aportación a la integración de las "nacionalidades" en un Estado común.

Han pasado ya cuatro años y nada hace pensar que haya mejorado la posición del PSOE. La evi-dencia empírica de naturaleza electoral de que disponemos nos indica lo contrario. No podemos tener seguridad de que se haya alcanzado el suelo

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o estamos en un callejón sin salida. La política nunca se reduce a una disyuntiva cuando se trata de organi-zar razonablemente la con-vivencia. La ciudadanía de Cataluña sabrá apreciar que no estamos condenados a

seguir como estamos o a la apertura de un proceso secesionista con vulnera-ción de la Constitución y consecuen-cias negativas para todos, de alcances imprevisibles. Hay otras alternativas y no solo para Cataluña, pues la deman-da ciudadana de cambio y regenera-ción democrática es muy profunda y ampliamente compartida en toda España, y las inconsistencias y proble-mas del Estado autonómico que de-ben ser resueltas afectan a todos los te-rritorios, si bien con distintos acentos.

Tenemos ante nosotros un gran reto y una gran posibilidad: pactar la apertu-ra de una reforma constitucional que garantice un nivel de autogobierno de calidad que supere incluso al que pre-tendió definir Cataluña en su Estatu-to y truncó en buena medida la STC 31/2010, así como un modelo adecua-do de gobierno compartido. Este ca-mino garantizaría plenamente el dere-cho a decidir de toda la ciudadanía en la vía llamada de “autodeterminación interna” por el Tribunal Supremo de Canadá en su reiteradamente citada Opinión (Avis) de 20 de agosto de 1998, consistente en la persecución

por una parte del pueblo de su desa-rrollo político, económico, social y cultural, pero “en el marco del Estado existente” cuando éste está dotado de un gobierno en el que está represen-tado todo el pueblo de su territorio, de conformidad con el principio de igualdad y sin discriminaciones.

Partiendo de que nuestro modelo de Estado es “materialmente” federal por su estructura, funcionamiento y grado de descentralización política, adquiere todo su sentido la propuesta de refor-ma federal, progresivamente entrevis-ta como la “desembocadura natural” del Estado autonómico y como el más sensato y racional punto de encuen-tro ante la cuestión territorial, uno de nuestros grandes e irresueltos proble-mas históricos.

En algunos medios de comunicación no deja de repetirse que habría que definir de qué federalismo estamos hablando. Ciertamente, esa sería la tarea a desarrollar por las formaciones políticas para encontrar el grado de consenso suficiente para la reforma. Pero la propuesta socialista no adolece de inconcreción, como a veces se dice con desconocimiento o con calculado interés. Venimos hablando de federa-lismo pluralista, social y cooperativo desde hace tiempo y con análisis muy concretos. El documento que planteó la cuestión quizás por primera vez en el contexto de crisis en que vivimos, “Por una reforma federal del Estado autonómico”, auspiciado por la Fun-dación Alfonso Perales (noviembre de 2012), contiene 89 páginas de aná-lisis, diagnósticos y propuestas para el debate fundamentadas en nuestra experiencia y en el panorama compa-rado. A este estudio han seguido otros en la misma línea, como es el caso de los elaborados en Cataluña, en la Comunidad Valenciana o en las Islas Baleares, y todos ellos, junto con el fondo común de los numerosos estu-dios académicos y el trabajo realizado

La reforma federal, una vía para que todos decidamos

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Gregorio Cámara VillarcateDrático De Derecho constitucional

por la Ejecutiva Federal, han inspirado en buena medida el resultado político de la “Declaración de Granada” y el documento que le sirve de base, “Ha-cia una estructura federal del Estado”, aprobado y adoptado por el Consejo Territorial del PSOE el 6 de Julio de 2013. Invitamos a su consulta.

Estos documentos señalan claramente las razones de la reforma, sus ejes y ele-mentos principales y las medidas con-cretas más importantes para llevarla a cabo, trazando un marco lo suficien-temente abierto como para no frustrar la posibilidad de llegar a los acuerdos necesarios en esta tarea común.

Tomando en consideración que el federalismo no se identifica con una ideología política concreta, siendo hoy fundamentalmente técnica polí-tica para organizar la diversidad en la unidad, los partidos políticos renuen-tes a contemplar las posibilidades de esta reforma deberían apreciar que lo que necesitamos en España es un re-novado pacto constitucional que dé respuestas viables a las necesidades actuales y a las aspiraciones ciudada-nas de mejora profunda de la vida po-lítica de todo el país, desde el respeto a la riqueza del pluralismo territorial que nos caracteriza y a la profundidad de las identidades que algunos territo-rios expresan. Un país cuya mayoría social, no solo la catalana, persigue su desarrollo político, económico, social y cultural. Un país que sabe recono-cer las singularidades de los distintos territorios que dan forma y presencia a la España plural y que será capaz de asumirlas en el marco de una igualdad integradora de la autonomía.

Una vez alcanzados estos acuerdos y formalizada la correspondiente inicia-tiva, se decidiría sobre la reforma por todo el pueblo español en el referen-dum constitucional previsto en el art. 168 y, así ratificada la misma, todos habríamos ejercido nuestro derecho y decidiríamos cotidianamente en los ámbitos de participación y decisión establecidos por la Constitución y los estatutos (o constituciones, en su caso, de las CCAA).

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LA FAP EN ImágENES

Patronos FAPSer hoy de izquierdas,de juan moscosoIdeálogos con mario jiménez y carmen Alborch

Ideálogos con á.gabilondo y maría gámez

Ideálogos con E. mendicutti y Adela muñoz Propuesta Federal de la FAP en cataluña

Liderazgo de mujeres

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Patronos FAP Penas y personas, de mercedes gallizo

Presentación documento 'Por una reforma Federal del Estado Autonómico'

mADRID

Los placeres de la edad, de carmen Alborch

Ideálogos con concha caballero y miguel Lorente

Ideálogos con Ignacio Escolar y juan torres

Ideálogos con L. g. montero y martirio tesoro

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