Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

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Editorial ¡Oh sorpresa! Ehécatl vuelve a los caminos terrenales del pueblo mágico tlaxcalteca y vuelve para crear nuevamente tolvaneras, que traducido en “vox populi”, comentarios, críticas, descalificaciones y uno que otro aplauso, pero al final de cuentas con una gran satisfacción de llegar a usted, apreciable lector. Sin embargo, si bien es cierto hemos creado polémica con algunos artículos en las diferentes ediciones que se hicieron (15 ejemplares) nuestro objetivo central es participar en los diferentes ámbitos tales como la política, economía y otros aspectos de la vida tlaxcalteca, pero principalmente en la cultura, ciencia y educación. Ehécatl es una revista abierta, plural, democrática. Es un trabajo de varios amigos, compañeros, vecinos, paisanos y de todos quienes deseen integrarse; obvio, contamos con un consejo editorial que da el visto bueno para poder publicar los artículos, pero nunca con un sentido chovinista, ni mucho menos, discriminatorio. Por otro lado, es sobresaliente también la participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia en este proyecto, principalmente de los profesores-investigadores; así como de su actual Directora la Profa. Leticia Ramírez por su disponibilidad en contribuir al presente trabajo. Es importante recordarles que nuestra publicación es trimestral y gratuita; tenemos grandes aspiraciones con esta

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Editorial

¡Oh sorpresa! Ehécatl vuelve a los caminos terrenales del pueblo mágico tlaxcalteca y vuelve para crear nuevamente tolvaneras, que traducido en “vox populi”, comentarios, críticas, descalificaciones y uno que otro aplauso, pero al final de cuentas con una gran satisfacción de llegar a usted, apreciable lector. Sin embargo, si bien es cierto hemos creado polémica con algunos artículos en las diferentes ediciones que se hicieron (15 ejemplares) nuestro objetivo central es participar en los diferentes ámbitos tales como la política, economía y otros aspectos de la vida tlaxcalteca, pero principalmente en la cultura, ciencia y educación.

Ehécatl es una revista abierta, plural, democrática. Es un trabajo de varios amigos, compañeros, vecinos, paisanos y de todos quienes deseen integrarse; obvio, contamos con un consejo editorial que da el visto bueno para poder publicar los artículos, pero nunca con un sentido chovinista, ni mucho menos, discriminatorio.

Por otro lado, es sobresaliente también la participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia en este proyecto, principalmente de los profesores-investigadores; así como de su actual Directora la Profa. Leticia Ramírez por su disponibilidad en contribuir al presente trabajo.

Es importante recordarles que nuestra publicación es trimestral y gratuita; tenemos grandes aspiraciones con esta revista, pero a decir verdad, dentro de esas grandes aspiraciones, nos conformaríamos con poder contribuir a lograr ser un pueblo de lectores.

AtentamenteProf. Javier González Corona

Director

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL EX-CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE SANTA MARIA DE LAS NIEVES, TOTOLAC, TLAXCALA.

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Arqlgo. Ramón Santacruz Cano.Centro INAH-Tlaxcala.

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA

Las ruinas del Ex-convento de las Nieves se ubican al noreste de la comunidad de San Juan Totolac, Tlaxcala, colinda al noroeste y suroeste con el río Totolac y la parte baja del cerro Metecatzin, mientras que al norte colinda con la Carretera Federal a San Martín Texmelucan, y al sureste con la Autopista Apizaco-San Martín Texmelucan y con el Río Zahuapan, respectivamente.

SITUACIÓN JURÍDICA

Es considerado Propiedad Federal con la clave R.F. I 29-01974-4, cuando menos desde 1991, según se consigna en el Oficio No. 192/91, de fecha 26 de junio de 1991, del Departamento de Control de Bienes Inmuebles Federales de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. Así mismo, en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del Estado de Tlaxcala, se le consigna con Régimen de Propiedad Federal y se asigna la clave: 290360010005.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Los primeros reportes que existen acerca de la construcción del ex convento de las Nieves datan de los años de 1575 a 1585, época en que se construyó en Totolac un monasterio de la orden franciscana. Construcción pequeña, de acuerdo con los datos recopilados por Gibson, albergó a un predicador y otro fraile. Señala este autor: “a pesar de estar situado entre dos ríos, no se inundó hasta 1596”. Este monasterio forma parte de los 10 primeros edificios franciscanos con que contó la provincia de Tlaxcala, hacia el Siglo XVI. Cabe señalar, la edificación de los mismos no siempre coincidió con la época de mayor auge de la evangelización, pues ésta adquiere mayor profundidad hacia 1540, mientras que muchos de los monasterios son posteriores a 1564.1

El acontecimiento al parecer el más significativo en la vida de los habitantes aquí radicados, debió ser el relativo al envió de 400 familias a finales del siglo XVI, a poblar las tierras de la gran chichimeca en el norte del país, hecho histórico que según la tradición oral se llevó a cabo en el Ex Convento de Nuestra Señora de Santa María de

1 La fecha es tomada en atención a que en enero de ese año, el cabildo sugiere que exista un mayor número de frailes en la

provincia y que éstos se distribuyan en otros puntos, dando con ello pauta para que se instrumenten dos etapas más de construcción, con lo que se levantan los monasterios de: Huamantla, Ixtacuixtla, Hueyotlipan, Chiautempan, Totolac, Atlangatepec y Nativitas, que se suman a los de Tlaxcala, Tepeyanco y Atlihuetzía.

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las Nieves, entre junio y octubre de 1591. En la actualidad se conmemora los días 6 de junio de cada año (Martínez Saldaña, 1998).

TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS

Como parte de una intervención arqueológica en su modalidad de rescate, a causa de la ampliación de drenaje pluvial, que el Ayuntamiento de Totolac realizó al sureste del monumento histórico en el segundo semestre del año 2009, se exploraron arqueológicamente, dos áreas entre los meses de julio y septiembre de ese año.

Dicha intervención arqueológica consistió en explorar los 61. 7 metros de largo por donde se realizó el tendido de tubos hidráulicos, mediante 13 pozos de sondeo alternados, de 2 x 2 metros por lado, excavados de manera vertical siguiendo niveles métricos a cada 20 centímetros, hasta lograr una profundidad que fluctuó entre los 2.50 metros y los 3.50 metros (Véase lámina 1 y 2).

Lámina 1. Planta arquitectónica del Convento de las Nieves.

Producto de la exploración, en los pozos número 12 y 13 se localizaron los restos bien conservados de lo que al parecer fue el muro perimetral del convento franciscano, dicha estructura sigue una orientación norte-sur, tiene 40 centímetros de ancho y una altura promedio de 1. 70 metros desde su arranque hasta su parte más alta (Véase láminas 2 y 3), fue construido con piedras careadas de xalnene y piedra caliza blanca, pegadas a partir de una argamasa de lodo. El material cerámico asociado sugiere que estuvo en funcionamiento hacia la segunda mitad del Siglo XVII y gran parte del Siglo XVIII, entre el 1600 y el 1780 d.C. (Véase lámina 3).

Lamina 2. Corte estratigráfico y distribución de pozos de sondeo.

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Lámina 3, Muro perimetral explorado en los pozos 12 y 13.Paralelo a la exploración del tramo arriba señalado, y siguiendo el Plan de Trabajo propuesto a la directora del Centro INAH Tlaxcala y a las autoridades del Ayuntamiento de Totolac, se inició la exploración en otra área del inmueble que por sus características arquitectónicas y espaciales nos pudiera dar información relacionada con la conformación cultural del monumento histórico, por ello, se determinó excavar dos pozos de sondeo de 2 x 2 metros, al interior de la nave principal del monumento (Véase figura 1).

La exploración de dichas unidades de excavación, denominadas para su registro “A” y “B”, se inició en la parte baja de dos nichos localizados en el muro o paredón sur y norte, respectivamente (Véase lámina 1). Como resultado de la intervención arqueológica, se exploró y registró un conjunto de nueve esqueletos humanos, de acuerdo a su disposición espacial (vertical y horizontal), se ubican y distribuyen en cuatro capas culturales, por ello se puede hablar de cuatro momentos o etapas de ocupación del inmueble.

La capa I tiene un espesor general de 50 centímetros y está conformada por tierra de color café claro. En ella, se depositaron ocho enterramientos de tipo primario2 directos (4 en el pozo “A” y 4 en el pozo “B”) (Véase lámina 4, 5 y 7), pues la sepultura fue realizada sobre la superficie de la tierra sin que se hayan utilizado cajas o féretros mortuorios. La posición de estos individuos en general, fue en decúbito dorsal extendido, con las manos cruzadas sobre el pecho, el tórax o la pelvis, a excepción del individuo cuatro, éste se depositó en decúbito lateral izquierdo extendido. El patrón general de los entierros sugiere prácticas mortuorias del cristianismo.

Lámina 4, Entierros 1 y 2, Pozo “A”, Capa I.Cabe señalar que todos los individuos fueron depositados siguiendo una orientación oeste-este. Los rostros (parece), vieran hacia la montaña “Matlalcuheyetl” (Véase láminas 5 y 7). El individuo seis presenta las mismas características mortuorias de los sujetos arriba descritos, con la particularidad que a éste se le colocaron tres cráneos humanos a manera de respaldo: el cráneo de dicho individuo descansa sobre otro colocado por debajo y en medio de los otros dos (Véase lámina 7 y 8). Por lo tanto, la 2 En este caso se les denominó primarios porque los entierros presentan una distribución anatómica correcta de los huesos.

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posición de los cráneos con respecto al sujeto que estamos describiendo, sugieren que se trata de una ofrenda cuyos elementos simbólicos contemplan el contexto general de los enterramientos localizados en ese lugar.

La capa II tiene un espesor de 50 centímetros y se localizó a 1 metro de profundidad, está conformada por tierra color café claro a oscuro. En el pozo “A”, se exploró parcialmente el cráneo y tórax de un individuo que presentaba una orientación oeste-este (Véase láminas 5 y 6).

La capa III presenta un espesor de 65 cm y se localizó a los 1.70 mts de profundidad, está conformada, en lo general, por tierra de color negro; se observan además fragmentos de aplanados en color blanco y rojo. En dicho estrato, en el pozo “A”, se registró un osario, conformado por los despojos de varios individuos (5 cráneos, dos huesos largos y varios fragmentos de costillas y vértebras), mismos que se depositaron en el piso original del monumento, construido a base de soleras de 30 centímetros por 20 cm, manufacturadas en barro cocido (Véase laminas 6).

La capa IV y más antigua, se ubica por debajo del piso del monumento, a 2 mts de profundidad, en ella, se excavó descubriéndose parcialmente los restos de un osario, además de los cimientos del paredón sur (Véase lámina 5 y 6).

Sobre el material arqueológico (cerámica y lítica), sólo se obtuvieron algunos fragmentos de tepalcates coloniales.

Hasta antes de la exploración de rescate arqueológico aquí presentada, los únicos referentes de carácter arqueológico relacionados con el Ex Convento de Nuestra Señora de Santa María de las Nieves y su periferia, eran: a) La información contenida en las cédulas de registro de los siete sitios arqueológicos ya registrados dentro de los límites territoriales de Totolac, Tlaxcala; y b) La información documental de carácter arqueológico a escala regional y los datos inferidos a partir del material cerámico localizado en el sitio, tratándose en su mayoría, de fragmentos de cuerpos, bordes y fondos; corresponden a objetos de uso domésticos, como: platos, cajetes, cuencos y ollas de diversos tamaños, similares a los tipos diagnósticos para la fase Tlaxcala (1100 d.C.-1520 d.C.), en particular las vajillas con decoración en Rojo-guinda y negro sobre fondo anaranjado, las policromas tipo códice y las café oscuro pulido ( García Cook y Merino Carrión, 1988: 321-330).

CONCLUSIÓN

El comportamiento de los entierros, en cuanto a su ubicación dentro de la nave principal del convento, permitió conocer parte del proceso cultural de las prácticas funerarias de los antiguos totolatecas. Quienes por causa de las constantes crecidas del río Totolac, hacia el 1750 abandonan el convento y se mudan, a la parte media baja del cerro Metecatzin. No obstante, los fieles continúan practicando sus rituales religiosos vinculados con la muerte dentro de los muros de su antigua iglesia, con ello, preparaban el alma del difunto para acceder a la Iglesia Triunfante, en tanto su cuerpo, esperando la resurrección al final de los tiempos, era depositado en una sepultura

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dentro del templo o en el Campo Santo. Esto último, abre nuevas vetas de investigación en cuanto al uso ritual del espacio y la trascendencia simbólica del mismo.

Se advierte por la evidencia arqueológica, que los rituales funerarios se practicaron en el Convento de las Nieves, cuando menos hasta 1802, cuando se pone en servicio la actual iglesia de Totolac.

Finalmente el análisis osteológico de los individuos para definir la edad, sexo, causa de muerte, actividad que realizaban en vida, enfermedades crónicas degenerativas, etc., está en proceso.

Con respecto al material arqueológico, en particular los especímenes cerámicos recuperados, se están elaborando los análisis y la propuesta de muestrario.

OBRAS CONSULTADAS

GIBSON CHARLES, TLAXCALA EN EL SIGLO XVI, FCE, 1991.GARCÍA, COOK A, “Una secuencia cultural para Tlaxcala”, en Antología de Tlaxcala, Vol. II, Ángel García Cook y Beatriz Leonor Merino Carrión compiladores, Lorena Mirambell Silva coordinadora, INAH –Gobierno del estado de Tlaxcala, México, 1997, pp. 57-89.

GARCÍA, COOK A. Y B. L. MERINO CARRIÓN, “Notas sobre la cerámica prehispánica en Tlaxcala”, en Ensayos de Alfarería Prehispánica e Histórica en Mesoamérica: Homenaje a Eduardo Noguera Auza, Mari Carmen Serra Puche y Carlos Navarrete Cáceres, UNAM, México, 1988, pp.275-342.

INAH, Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del Estado de Tlaxcala, 2 volúmenes, México, 1990.

MARTINEZ SALDAÑA TOMÁS, LA DIASPORA TLAXCALTECA: COLONIZACIÓN AGRÍCOLA DEL NORTE DE MÉXICO, ed. Gobierno del estado de Tlaxcala, Tlaxcala, 1998.

LAMINAS

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Lámina 5 Lámina 6

Lámina 7 Lámina 8

La Tlaltelpulchis.

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Una visión del cuerpo y el alma en la creencia de las brujas chupa sangre en Mazatecochco, Tlaxcala.

Este trabajo es el resultado de las investigaciones realizadas para el proyecto “Etnografía de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio”

Antrop. Ricardo Romano GarridoCIISDER

En Mazatecochco comu-nidad con raíces nahuas de Tlaxcala, existe la creencia de las brujas chupadoras de san-gre, Tlaltelpulchis o Tlahuelpul-chis. Su conversión es en for-ma de guajolote, pero también aparecen como bolas de fuego. En ambas transformaciones mantienen la peculiaridad de volar. Aparecen en las fronteras de la comunidad: en el jagüey (noreste del panteón municipal) y en las ruinas de la hacienda San Diego, en el sureste de la comunidad. Las brujas chupan a los niños recién nacidos, aun-que también lo hacen con adul-tos; además roban maíz. Los niños chupados por la bruja o el brujo no mueren desangra-dos, la bruja extrae el alma del torrente sanguíneo; de ahí la creencia: los brujos no hacen orificios al cuerpo para extraer la sangre pues logran succio-nar el alma en las partes donde el flujo de sangre esta más cerca de la superficie del cuerpo (articulaciones) por ello es común que la víctima aparezca con hematomas en la piel. El adulto chupa-do no muere pero suele aparecer con hematomas

en las coyunturas del cuerpo, se siente débil y distraído, con la mirada extraviada.

Este tipo de creencia está relacionada con la concepción del alma y del cuerpo, así como de los males en niños menores de tres años. Ocasiona temor a los pobladores pues, se vuelven precavidos colocando tijeras, espejos, tortillas y bolsitas de mostaza en el cuerpo de los niños para evitar ser chupados por las brujas.

El término en la lengua local usada por los pobladores para referirse a este tipo de hechiceras es el de Tlaltelpulchis cuya función es extraer el alma del cuerpo. Sólo lo logran en la conversión a guajolotes o bolas de fuego, pero su metamorfosis no es completa pues la bruja siendo guajolote necesita quitarse las patas para poder volar y tiende a conservar el rostro humano.

De acuerdo con la versión de mis informantes las brujas o tlaltelpuchis tienen el poder de conver-tirse en bolas de fuego o en guajolotes, esto les da la posibilidad de volar, siempre y cuando dejen sus piernas en el tlecuitl (fogón de la cocina), una vez desprendidas las piernas del cuerpo y colocadas las patas de un ave, las tlaltelpulchis se transforman en bolas de fuego o guajolotes, pero su metamorfosis, a diferencia del nagual, no es completa, pues aunque se convierten en guajolotes mantienen su rostro y cabellos humanos.

La transformación de bruja en ave o bola de fuego es parecida a la del nagual pero difiere porque no muta completamente a la forma animal, en el caso de transformarse en gua-jolote, pues tiene las

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patas y el cuerpo de esta ave incluyendo las alas, pero la cabeza es totalmente humana. Esta es la forma más común en como se desplazan las brujas hasta los hogares donde están las vícti-mas. Tienen la capacidad de encantar a los habitantes de la misma para entrar de noche y chupar la sangre a los niños, pues en el acto, los habitantes de la casa no se percatan de su presencia porque les “agarra un sueño pesado”.

La acepción “chupar sangre” difiere de la acción de sustraer sangre del cuerpo; más bien se refiere a la succión que la bruja realiza en la piel de la víctima. La bruja no hace ningún orificio para sacar el vital líquido, sólo se concreta a chupar la piel donde hay co-yunturas como en las articula-ciones de los brazos (codos, hombros y muñecas), en las piernas (cadera, rodillas y to-billos) así como partes blandas del cuerpo (cuello y la “mollera” en los niños recién nacidos). Las víctimas perecen, sobre todo los infantes, porque la bruja succionó algo que se encuentra en el torrente san-guíneo. Ese “algo” es conside-rado como el alma del niño, el aire cálido que da movimiento al cuerpo. Difiere del mal aire, (circula en la montaña y las ca-lles del pueblo) trae consigo enfermedades nerviosas como la parálisis en el rostro conoci-da localmente como “boca chueca”.

Desde el primer día de alumbramiento el cordón umbilical del recién nacido se pone en el tlecuil (tres piedras colocadas en forma triangular donde se ponen los maderos secos para hacer fuego y con ellos cocinar). Allí, en medio de las cenizas, se entierra el “ombligo” justo en el centro del tlecuil envuelto con un trapo “para que el niño esté calientito“.

Posteriormente y para evitar la muerte de un infante las mujeres de la casa, jóvenes y ancianas de la familia, dan un baño en temascal tanto a la madre como al niño para proporcionarle calor puesto que vienen de un estado frío. Este ritual del baño es acompañado con una friega con ramas de capulín a la recién parida; al niño solo se le baña con vapor (una piedra incandescente en contacto con chorros de agua). Posterior al baño la recién parida es ven-dada a la altura del vientre y ambos son conducidos a una habitación donde se enfrían gradualmente del calor proporcionado por el temascal “es el modo en que el calor se mete en los cuerpos del niño y la madre”.

En este primer ritual de alumbramiento al niño se le relaciona con el mundo humano; pero lejos de persuadir el poder de las brujas, éstas son atraídas por el calor emitido del recién nacido, a partir de ese momento acecharán para succionarle el alma. Por ello, las madres y la familia del recién nacido, se encargan de colocar todas las noches junto a la puerta de la casa, cruces hechas con palma bendita y con madera de ocote. Junto a la cama, donde duerme el niño, colocan espejos, tijeras, cuchillo o machete. Envuelven la cintura del recién nacido y dentro de ella colocan una bolsita de sal y una de mostaza, así como una mitad de tortilla en el ombligo del infante y la otra mitad en la espalda. Además ponen en una sábana alfileres y forman una cruz, así como riegan sal en el piso dibujando otra cruz. Estos elementos impiden el acercamiento de las brujas para succionar el alma del infante, durante todos los días hasta que el niño cumple los tres años.

No obstante, hay mujeres no precavidas y es cuando las brujas aprovechan para succionar el

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alma del menor. Mi informante Doña Juana3, de sesenta años, afirma: en ocasiones las brujas se ensañaban con algunas familias matando a varios niños en distintos años. Tal es el caso que le sucedió a ella, pues sus primeros dos hijos fueron chupados por la bruja, el tercero vivió, pero el cuarto murió porque la bruja también lo chupó; a partir del quinto, tomó todas las precauciones y con los otros hijos que tuvo (ocho en total) colocaba todas las noches los elementos antes descritos para ahuyentar a las brujas y así mantener a salvo a sus hijos.

La creen-cia de las brujas chupasangre está relaciona-da con la muer-te de niños pero también he re-gistrado testimonios de las brujas que chupan a personas adultas, como le ocurrió a Don Pascual4, campesino de sesen-ta años. Sostiene que hace seis años comenzó a sentirse desganado por las mañanas. Pasó varias días así, hasta que un día decide hablar con su esposa pues quería plantearle la separación, porque siempre amanecía en el piso y desnudo, esto le hacia suponer que su

mujer ya no lo quería, pues lo empujaba de la cama hasta tirarlo al piso. Sin embargo, su esposa negó los hechos y le contestó que ella tenía el sueño pesado esas últimas noches, y no se percataba de lo sucedido. Ante la negativa de su mujer de ser la responsable de que Don Pascual amaneciera en el suelo, decide comentárselo a sus hijos.

Los hijos de Don Pascual llegan a la con-clusión: la bruja lo visita todas las noches, pues además de amanecer desnudo y en el piso, también le aparecen moretones en los codos, en las rodillas y en el cuello. Toman la decisión de emboscarla así que los hijos se van turnando para velar el sueño de Don Pascual. Pero tras varias noches de vigilia, ellos

se dormían pues “les ganaba el sueño”. Una noche sintió una fuerte presencia junto a su cama, trato de abrir los ojos pero no pudo, luego, este espectro se le echó encima y trató de quitarle la ropa, fue cuando con mucha fuer-za de voluntad abrió los ojos y vio el rostro de una mujer de tez morena con el pelo largo, pero con el cuerpo, las alas y las patas del guajolote.

Fue entonces cuando encogió las piernas y con mucha esfuerzo aventó a la bruja hacía el espejo de un tocador donde rebotó y cayó al suelo, cuando Don Pascual quiso gritar para advertir a sus familiares, la bruja o “animal” se incorporó y de inmediato empren-dió el vuelo.

A partir de ese momento Don Pascual dejó de sentirse cansado y ya no amanece desnudo en el piso. Cuando le pregunté sobre las razones del por qué la bruja lo chupaba, él contestó sobre la posibilidad del contrato para hacerle daño. El caso de Don Pascual muestra a las brujas también con

3 El nombre es un anónimo para proteger la identidad de mi informante4 ibídem

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capacidad de chupar a adultos, solo que el daño es menos grave, pues no los mata. Don Pascual asegura que en otra ocasión llegó el brujo o “animal” para robarse el maíz de su granero. La forma del hurto no es muy clara pero asegura que tienen la capacidad de entrar por las rendijas de las cerraduras de las puertas, es decir, no sólo se transforman en guajolotes o bolas de fuego, también tienen la capacidad de escabullirse por entre pequeños orificios de las puertas, los techos o las paredes en una especie de entidades vaporosas.

Esta transformación poli-morfológica de las brujas les da la facilidad de volar (como guajolotes o como bolas de fuego), de escabullirse entre las rendijas (en una especie de humo) y de chupar el alma (con el rostro humano pero con el cuerpo de un guajolote). Y hace que la figura de las brujas o “animales”, como le suelen llamar los lugareños, sea más bien mítica que real. Pues si bien las muertes o los moreto-nes a modo de marcas dejados en la piel de sus víctimas suele ser la prueba convincente de su existencia, no hay señala-mientos o acusaciones abiertas de personas dedicadas a la brujería consideradas como brujas. Abundan diversos testi-monios de las muertes o los moretones dejados por los bru-jos así como de sus Aparicio-nes en forma de luces incan-descentes por los aires. Los

en-cuentros son muy raros, aun-que existen como el caso de Don Pascual, quien estuvo frente a frente con una bruja y luchó para salvar su vida.

Las brujas están asociadas a la concepción precolombina sobre las mujeres muertas en el parto y se les consideraba como mujeres guerreras, pero eran tomadas como entidades malignas de acuerdo con el texto de María de los Ángeles Ojeda Díaz quien hace un análisis interpretativo del Códice Borgia, sostiene:

En realidad a las Mujeres-Diosas muertas de parto se les consideraba como seres temibles y peligrosos, que se manifestaban en las cinco fechas en que descendían a la tierra: ce calli, ce ehecatl, ce quiahuitl, ce mazatl y ce ozomatli, "uno casa, uno viento, uno lluvia, uno venado y uno mono". En dos de las fechas encontramos datos que sitúan a la magia como campo de acción de estas temibles diosas las cuales andaban juntas por los aires. De hecho aquellas mujeres que nacían en el día ce ehecatl, -y sólo las mujeres- tendrían el poder de hechizar; para ésto desarticulaban la parte inferior de sus piernas y luego las cambiaban por patas de ave, lo que les daba la posibilidad de volar por los aires. Se les designaba como mometzcopinqui, (61) se quita las piernas". Y las que nacían en el día ce quiahuitl serían magas de las que podían quitarse una pierna (62). Hay que hacer notar que las mometzcopinqui pertenecen a la clase de magas poderosas denominadas tlacatecolotl "hombre búho" (63), caracterizadas por su labor de dañar con gran variedad de sortilegios (64) (Ojeda Díaz, http://www.arts-history.mx/sitios/index.php?id_sitio=5354&id_seccion=4556&id_subseccion=8520&id_documento=281).

Aunque la creencia de las Tlaltepulchis está presente entre los pobladores de Mazatecochco, el sentido interpretativo adquiere un significado en la concepción del alma y del cuerpo, así como de la salud y enfermedad que padecen los niños menores de tres años y derivan en muertes repentinas.

Las Tlaltelpulchis, están asociadas al fuego y a la extracción del alma de los niños a través del calor recibido por el entierro del ombligo en el tlecuil

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y el primer baño de temascal. Esta es la razón por la cual el niño pierde la vida pues aún no está del todo fortalecido con el calor dado por el fogón de la casa o tlecuil y por el baño de temascal. Sin embargo, el adulto no tan fácil-mente se debilita cuando es chupado por la bruja puesto que el calor del tlecuil y del baño de temascal está ya asi-milado por el cuerpo y esto da las defensas necesarias para mantener el alma hallada en la sangre.

Las tlaltelpulchis o tlahuelpulchis (como tam-bién registra Nutini, 1993) son personas que nacen con el conocimiento y el arte de la transformación y su capacidad de volar en forma de ave o bolas de fuego. El poder de las brujas está asociado al daño y muerte de niños en periodo de lactancia, condición que sitúa las sospechas en aquellas mujeres quie-nes no tienen desarrollado el sentido de la maternidad o han quedado traumadas por el pro-ceso de parto y rechazan a sus hijos.

Bibliografía

Félix Báez, Jorge, 2008.Entre los naguales y los santos, Universidad Veracruzana, México.

Tranfo, Luigi, 2004.Tono y nagual, en Italo Signorini, Los Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca,

Instituto Nacional Indigenista, México.

López Austin, Alfredo.Cuerpo Humano e Ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas, UNAM, México.

Nutini G., Hugo 1993.Bloodsucking Witchcraft: an epistemological study of anthropomorphic

supernaturalism in rural Tlaxcala, University of Arizona Press, USA.

Ojeda Díaz, María de los Ángeles.Las diosas en los códices del grupo Borgia. Las cihuateteos.

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http://www.artshistory.mx/sitios/index.php?id_sitio=5354&id_seccion=4556&id_subseccion=8520&id_documento=281

La lectura en el bachillerato

Prof. Jaime Hernández Martínez

Todo conocimiento, de cualquier índole, no está termi-nado, “es relativo”; aforismo bien aplicado al campo de la lingüística, donde a diario podemos encontrar “algo nuevo” (hablado, escrito o bajo otras circunstancias comunicativas).

La docencia, ejercicio de básica comunicación permite establecer dinámicas propias del uso de la lengua. Pues es ahí (escuela), donde, desafortunadamente, vamos a contactar con las lecturas, los textos y las obras literarias: debería de ser desde los hogares.

Preocupa el evidente fracaso en el contexto del aprendizaje del español. Es la lengua materna en nuestro país. Los niños desde preescolar, están reci-biendo información, conocimientos, recreación, etc., in-duciéndolos y preparándolos hacia el nivel de primaria, donde los pequeños trabajan 6 años, aspectos lin-güísticos ligados al español (obviamente: a la litera-tura).

Posteriormente ingresan a la secundaria y ahí durante tres años, nuevamente se retoman asuntos de la lengua y por supuesto, se amplía el panorama literario del educando.

Esto en teoría, nos permite afirmar: Los jóvenes que ingresan al bachillerato han cursado (con todo lo im-plicado: vivenciar, disfrutar, etc.) durante 12 años, la enseñanza-aprendizaje del Español y la Literatura.

- ¿Qué sucede cuando se diagnostica un grupo acerca de su gusto por la literatura?- ¿Qué autores o títulos de obras conoce y ha leído?- ¿Qué recuerdos gratos tiene acerca de sus lecturas en los niveles anteriores?

Las respuesta giran en torno a:- “No me gusta leer porque me aburro”; “me da sueño”; “no le encuentro chiste”, etc.- No conocen algún autor y por supuesto no han leído alguna.

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- No tienen recuerdos gratos o ingratos.

En un grupo de 50 alumnos 1 o 2 tiene cierta afición a la lectura recreativa.

¿Qué hacer? ¿Por dónde caminar ante estas impor-tantes capacidades, habili-dades y actitudes en la currícula del estudiante?

Uno de los múltiples problemas para los docentes que imparten Taller de Lectura y Redacción y Literatura es ¿que hacer para lograr en los jóvenes hábitos de lectura por “motu propio”?

Si consideramos a la lectura literaria (narrativa, lírica y/o dramática) como una actividad placentera, es inconcebible esta animadversión de los estudiantes de bachillerato hacia la lectura recreativa.

Este permite realizar una serie de reflexiones:

¿Serán culpables de esta situación los padres de familia?¿Será culpa de la pobreza y/o marginación?¿Será problema de las instituciones educativas?¿Será falta de formación y capacitación de docentes lectores?

En fin, las teorías del aprendizaje afirman: la adquisición de hábitos (en general), se ubica entre los 5 y 10 años de edad. Entonces la adquisición de hábitos de lectura

corresponden a la estancia del alumno en los niveles de preescolar y primaria, por una parte, por otra, resulta necesario admitir la corresponsabilidad de los padres de familia.*La realidad es triste, pero no podemos cruzarnos de bra-zos y no hacer nada al res-pecto.

El alumno posee competen-cias comunicativas tanto orales como escritas, ade-más conocimientos previos sobre la lengua “sistema lin-güístico del español. La tarea del docente es preci-samente reconocer dichas competencias y en razón de ello establecer estrategias que den significado o razón de ser a la relación alumno-texto.

(Continuará)

Bibliografía

1.- Gómez-Palacio, Margarita el al. La lectura en la escuela. Biblioteca para la actualización del maestro, SEP. 1995.

2.- Aguilar Camín, Héctor. Revista Club de Lectores. Otoño, 2007, Año 6.

3.- Goodman, Kenneth. El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y del desarrollo. Siglo XXI, 1982.

13

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* En una visita a Cuba pude observar como una familia revolucionaria apoya a sus hijos en sus tareas escolares. Ahí estaban los padres, los abuelos y los tíos, vertiendo sus ideas y estableciendo una comunicación admirable.

EL PATRIMONIO CULTURAL EDIFICADO DELESTADO DE TLAXCALA

Arqlgo. Román López GarcíaGMA-Apetatitlán

PRESENTACION

La conservación del Patrimonio Cultural Edificado es una responsabilidad importante del gobierno federal; la legislación vigente, señala: dicho Patrimonio es de interés social y de utilidad pública; se fundamenta en las tradiciones, conocimientos y valores, fundados en nuestros monumentos, desde los tiempos más remotos; son elementos básicos en la formación de nuestra conciencia histórica y en la definición de nuestra identidad nacional; y con ello, parte inseparable de la formación de la nacionalidad mexicana. En cuanto tales, no deben aislarse de los planes y programas nacionales; de los procesos económicos, sociales y políticos -del

presente y del futuro-, sino integrarse a ellos, vinculándolos con la realidad.

Este Patrimonio es un elemento central de la identidad y la soberanía

nacionales. Los valores que han unido a los mexicanos a lo largo de siglos se vuelven presente vivo a través de la

investigación, la recuperación y el cuidado de ese universo patrimonial; proyectan el futuro del país con solidez,

afirmando la viabilidad de la nación.

La investigación y la conservación del Patrimonio Cultural Edificado son tareas indeclinables del estado,

como representante de la sociedad. Su propósito es asegurar a los mexicanos del presente y del futuro el

disfrute y la vocación social de ese patrimonio acrecentado cada día, consolidado y en mejores condiciones para su

valoración.

Estas actividades constituyen premisas básicas de su misión y dan el sentido social de su existencia al área

del gobierno federal encargada, por antonomasia, de preservar lo que generaciones de mexicanos hemos

construido y atesorado. Es su misión cotidiana explicar la diversidad de nuestras culturas, ubicarlas con precisión en

el tiempo y en la geografía; comprender y difundir el sentido de esos bienes y de esas voces que llegan del

pasado e incesantemente transforman nuestro presente.

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Page 16: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

UBICACIÓN DEL PATRIMONIO

CULTURAL EDIFICADO COMO ELEMENTO

CENTRAL DEL DESARROLLO SOCIAL

DE TLAXCALA.

Mucho se ha hecho, a lo largo de

décadas, para recuperar, estudiar y preservar el

patrimonio cultural edificado, así como para ampliar su concepción y

disfrute. Lo extenso y complejo de estas tareas obligan hoy día a ajustes,

replanteamientos, revaloraciones; la labor

pendiente es inmensa pero también apasionante.

Prescinde del aislamiento y de la centralización; es trabajo conjunto y concertado pues suma esfuerzos y experiencias.

No se ha logrado que el Patrimonio Cultural Edificado de Tlaxcala ocupe un sitio fundamental en las políticas públicas. Ese lugar le será conferido en tanto se constituya en un componente esencial del desarrollo, otorgándole a éste un rostro social y humano más preciso. Los valores de la identidad nacional, así, habrán de articularse con los cambios económicos y sociales que se vayan

gestando, buscándose siempre una congruencia entre su preservación y los programas gubernamentales.

DIAGNOSTICO Y PERSPECTIVAS.

El gobierno federal es el encargado de llevar a la práctica la conservación, investigación, promoción y difusión del Patrimonio Cultural Edificado.

Las funciones reali-zadas se fundamentan en varias disposiciones jurídicas, entre Leyes, decretos, acuerdos y otros ordenamientos. Como

respuesta al reclamo de distintos sectores sociales, de fortalecer este conjunto jurídico, deberá promoverse un

análisis a fin de responder plenamente a las necesidades actuales del país.

El gobierno federal está obligado conforme al artículo 115 Constitucional y a la Ley Federal sobre

Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, a establecer nuevas formas de colaboración, coordinación y corresponsabilidad con las dependencias

federales, estatales y municipales; cuyas funciones y actividades representen sobre el Patrimonio Cultural. Sin

estas relaciones y sin programas colaborativos que unifiquen esfuerzos y recursos es prácticamente imposible

resolver el urgente problema: plantear el rescate, la conservación y el estudio de nuestro Patrimonio Cultural

Edificado.

El territorio de Tlaxcala es heredero de un variado y rico legado cultural desarrollado por los grupos

prehispánicos quienes se establecieron a lo largo y ancho del estado. Los museos y zonas arqueológicas preservan

y guardan con celo numerosos tesoros artísticos, que manos indígenas modelaron con devoción en sus edificios,

objetos religiosos y de la vida cotidiana. Su refinado sentido estético se refleja en esculturas talladas en piedra,

figurillas de barro profusamente decoradas, utensilios rituales y de uso diario.

La primera presencia humana en el territorio tlaxcalteca la testimonian los petrograbados y las pinturas

rupestres encontradas en unas peñas cercanas a la cabecera municipal de Emiliano Zapata y las Pinturas

Rupestres de Amaxac, entre otras. Estas manifestaciones

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Page 17: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

artísticas pueden corresponder a grupos

nómadas precerámicos, o bien a etapas más tardías,

cuando grupos sedentarios habían

logrado una organización social definida y una

religión elaborada. Desafortunadamente no

existen estudios o investigaciones por

especialistas en la materia donde especifiquen la

fecha o etapa de su creación, así como una

interpretación de los mismos.

Del año 10,000 al 4,000 a.C., el hombre

recorrió el actual territorio de Tlaxcala en pequeños

grupos nómadas, quienes vivían de la recolección de

frutas y hierbas silvestres así como de la caza de una fauna hoy desaparecida (mamut principalmente), y en condiciones climáticas más frías a las que prevalecen hoy.

Del año 4,000 al 1,700 a.C., los primeros habitantes de Tlaxcala transitan de la vida nómada a la sedentaria, gracias al descubrimiento de la agricultura, a un mayor conocimiento de las estaciones del año, y de los sitios con mayor abundancia de recursos, permaneciendo más tiempo en ellos hasta

llegar al umbral de los primeros asentamientos humanos permanentes. Con estos asentamientos comienza la formación de la cultura secular de Tlaxcala, cuyo testimonio está siendo reconstruido por los investigadores del pasado.

Los primeros restos de ocupación humana en el territorio tlaxcalteca datan del año 1,800 a.C., cuando agricultores, incipientes fueron construyendo viviendas permanentes y elaboraron cerámica, domesticaron animales, observaron los astros y registraron los cambios de estación. Evidencias arqueológicas de este momento las encontramos

principalmente en la jurisdicción de San Salvador Tzompantepec y en la región de Atlzayanca, entre otros.

Más tarde, entre los años 1,200 y 800 a.C., el desarrollo cultural y tecnológico continúa y el culto

religioso tuvo gran auge, pues los sacerdotes construyen altares para las ceremonias religiosas, así como pequeñas

plataformas y subestructuras. La cerámica alcanza un mayor desarrollo y se construyen canales de riego para

una agricultura de mayor productividad. Es en los terrenos de Tlatempa, Municipio de Apetatitlan de Antonio Carbajal,

donde por sus vestigios arqueológicos se reflejan estos hechos.

Del año 800 al 300 a.C., las aldeas se empezaron a convertir en villas, éstas crecieron y se convirtieron en

pueblos pues ya contaban con espacios para actividades cívico religiosas como centros ceremoniales. La sociedad

se fue haciendo más compleja, los sacerdotes y comerciantes alcanzaron prominencia social; los artesanos

empezaron a desarrollar una inusitada actividad. En esta época se inició una gran tradición en la fabricación de

telas, (aún persiste en gran parte de la entidad tlaxcalteca) y el intercambio con pueblos vecinos.

De este momento destaca el conjunto arquitectónico ceremonial del Xochitécatl, localizado al

suroeste del estado, metafóricamente en lengua nahuatl significa "El lugar del Linaje de las Flores", situado en la

cumbre de un cerro (antiguo volcán). Ahí destacados arquitectos trazaron y crearon, en honor a sus dioses de la

fertilidad este imponente centro de culto, conformado por cuatro basamentos en donde la “Pirámide de Las Flores”

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Page 18: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

presenta similares dimensiones a las de la célebre “Pirámide de La

Luna” de Teotihuacan. Xochitécatl se constituyó en un polo de importante

control religioso y político, dominaba las vastas y

fértiles planicies circundantes; a este lugar

acudían gentes y mercancías de apartadas

regiones como la costa del Golfo, Oaxaca, Puebla

y Valle de México.

Por otra parte, Teotihuacan, la gran

ciudad mesoamericana de la Cuenca de México

inicia su expansión hacia Tlaxcala, fundando

asentamientos distribuidos en una área

aproximada de 2,300 km2.

Abarcaban la parte noroeste, el norte y el extremo oeste de Tlaxcala. Al noroeste del estado se localiza el llamado por los especialistas "Corredor Teotihuacano", por localizarse conjuntos urbanos y ceremoniales que muestran claras influencias de Teotihuacan. Ocupaba una franja territorial de 10 a 12 kilómetros de ancho e iba de Tetla a Huamantla y El Carmen. El sitio más representativo

de la región noroeste es Tecoaque, "En donde están las Serpientes de Piedra”.

Asimismo, Cacaxtla vecino cercano del Xochitécatl, guarda en los palacios que forman el denominado "Gran Basamento", el grupo de pinturas murales mejor conservadas del acervo pictográfico de Mesoamérica, estas notables pinturas al fresco de probable influencia maya son un testimonio del alto grado (en materia artística) alcanzado por sus habitantes los olmeca-xicalanca; durante el periodo epiclásico (800-1,200 años d.C.).

Es durante el periodo posclásico (1,200-1,521 años d.C.) cuando Tlaxcala alcanza su

mayor índice poblacional, surgen numerosos centros de poder que se agrupan en torno a los famosos cuatro

señoríos: Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlán. En Tepeticpac donde aún hoy se pueden observar restos

de fosos, pasillos y murallas, son mudos testigos del esplendor que adquirió este señorío; en Ocotelulco y

Tizatlán, se presentan magníficos templos decorados al fresco aludiendo a sus preciados dioses.

El proceso de fusión de las culturas indígena e hispánica, en Tlaxcala fructificó con resultados artísticos notables, aquí los hábiles artistas regionales en armonía

con los misioneros franciscanos, originaron el extraordinario arte religioso novohispano, conservado en capillas, iglesias y conventos, donde custodian enormes riquezas en retablos, esculturas, pinturas y ornamentos

litúrgicos, interminables de mencionar. Baste citar al Ex-Convento Franciscano del siglo XVI, situado en el corazón

de la capital tlaxcalteca, donde en el Museo Regional del INAH, se albergan importantes colecciones de arte prehispánico y colonial; además, en el Museo de la

Memoria, administrado por el Gobierno del Estado, se exhibe una muestra importante de la historia tlaxcalteca.

Enclavada en la serranía que rodea la ciudad de Tlaxcala se encuentra la excelsa catedral de Ocotlán, en

cuyo interior pueden observarse los retablos de estilo barroco y el maravilloso Camarín de la Virgen. Dignos de mención son: el Santuario de San Miguel del Milagro, los

ex-conventos de Santa María Atlihuetzia y Tepeyanco, los restos arquitectónicos del ex-convento de Nuestra Señora

de las Nieves, lugar de donde salieron las 400 familias

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Page 19: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

tlaxcaltecas para colonizar el norte de México, entre otros muchos que por su

magnitud e impresionante arquitectura son

verdaderos tesoros del arte colonial orgullo de

Tlaxcala. Tampoco pasan desapercibidos los

grandes cascos de las ex-haciendas, pues fueron

motores de la economía estatal y nacional; así

como los inmuebles de las ex-fábricas textiles,

quienes crearon un gran desarrollo en la industria

textilera.

En nuestro Estado, la existencia de más de

1,200 sitios arqueológicos, en las

últimas décadas, se ha venido agravando el

deterioro y la amenaza de destrucción irreparable de

sus monumentos arqueológicos, debido a diversas circunstancias,

entre ellas, los programas de

desarrollo económico al no marchar integrados a las políticas de conservación del patrimonio cultural; los procesos incontrolados de crecimiento demográfico y los procesos de urbanización han provocado la destrucción o alteración de importantes edificios prehispánicos y sitios arqueológicos, afectando así el Patrimonio Cultural.

También la modificación de recursos naturales, sobre todo lo realizado en tierras de labor. Más grave aún, es la falta de coordinación entre las diferentes dependencias federales, estatales y municipales quienes promueven estos procesos y las dependencias encargadas directamente de la protección del Patrimonio Cultural Edificado.

Finalmente, otras consecuencias de la marginación de las dependencias culturales en las acciones que promueven la transformación profunda del Estado, han sido su debilitamiento económico y político para cumplir con sus fines, su continua práctica en custodios pasivos de la Ley y su habitual posición de críticos tardíos de hechos consumados que ya no se

pueden modificar; esto último ha provocado que estas instituciones se minimicen a una simple representación honorífica sin alguna consecuencia beneficiosa para la

conservación del Patrimonio Cultural Edificado.

OBJETIVOS

El objetivo principal es unificar los recursos institucionales, materiales y humanos disponibles por el

estado, para preservar e investigar su muy amplio Patrimonio Cultural Edificado, mediante acciones

concretas que impidan su pérdida o deterioro y permitan su mejor recuperación; de tal manera el conjunto de esos

bienes culturales se incorporarían efectivamente al Patrimonio de las actuales generaciones de tlaxcaltecas y

formarían parte de su conciencia y práctica históricas.

Línea de acción.

Integrar los tres órganos de gobierno; la preservación del patrimonio a las políticas públicas, a los

programas sociales y a los planes regionales de desarrollo.

La riqueza y variedad de nuestro Patrimonio Cultural Edificado es enorme; si bien su investigación y

conservación son responsabilidad fundamental del gobierno federal, también lo es con frecuencia, la

extraordinaria dimensión de la tarea pues no puede circunscribirse sólo a las dependencias del gobierno

federal. Por tal motivo, es impostergable compartir esta responsabilidad con el gobierno estatal y sus municipios,

18

Page 20: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

siempre en el marco de la normatividad vigente.

La participación de los tres órdenes de

gobierno redundará, sin duda, en la mejor

preservación y valoración social del patrimonio

cultural y dará lugar a una mayor conciencia sobre

su relevancia y significación. Sin

embargo, es condición de la corresponsabilidad que

se plantea, partir de una premisa básica: la

articulación de los criterios generales de acción con

las tareas por desarrollar. La búsqueda se centra en

compartir responsablemente un conjunto de acciones

institucionales en beneficio del propio

gobierno estatal y sus municipios, pero sobre

todo, del Patrimonio Cultural Edificado creado a lo largo de los siglos en

el territorio tlaxcalteca.

Un trabajo conjunto de los tres órdenes de gobierno con la colaboración de todos los tlaxcaltecas, permitirá una más sólida conservación de nuestro patrimonio y también apuntará hacia una explicación del mismo, no como suma de fragmentos, ni acumulación de jirones del pasado, sino como huellas de una historia

compleja y múltiple que da cuenta de los diversos perfiles étnicos, no sólo estatales, también regionales y nacionales.

De acuerdo con la situación actual del Patrimonio Cultural Edificado y los peligros amenazadores, es prioritario proponer los siguientes…

Objetivos sustantivos:

1) Tener una relación coordinada y permanente entre las dependencias federales, estatales y municipales, para establecer políticas de conservación y protección del Patrimonio

Cultural Edificado. 2) Promover la celebración de convenios en un marco de colaboración, así como acuerdos específicos, tendentes a aplicar políticas y programas de trabajo conjunto entre los tres niveles de gobierno.3) Desarrollar talleres y cursos sobre el Patrimonio

Cultural Edificado dirigidos a las autoridades estatales y municipales con la finalidad de promover su respeto y cuidado.

4) Fortalecer en el estado, entre los tres niveles de gobierno, la labor de sensibilización para la conservación y preservación del patrimonio cultural, a través de la información directa y permanente en los medios masivos de comunicación sobre las actividades dirigidas al rescate y conservación del Patrimonio Cultural Edificado. Elaboración de una cartilla ciudadana de conservación del Patrimonio Cultural Edificado. Elaboración de manuales básicos con los fundamentos jurídicos y técnicos para la protección del Patrimonio Cultural Edificado. Publicaciones de difusión general del Patrimonio Cultural Edificado.

5) Resolución progresiva de los problemas de uso y tenencia de la tierra en sitios y zonas arqueológicos.

6) Protección de monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos, a través de Declaratorias Presidenciales.

7) Mantenimiento, consolidación y restauración de monumentos inmuebles en zonas arqueológicas abiertas al público oficialmente.

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8) Rescatar los cascos de las ex-haciendas y ex-fábricas textiles para ponerlas en valor y darles un uso social y/o cultural.

9) Instituir nuevamente la Fundación Cacaxtla.

10) Crear Fundaciones o algún otro organismo jurídico, donde su finalidad principal sea la de obtener medios económicos, los cuales se apliquen en el rescate, conservación y difusión del Patrimonio Cultural Edificado. Y

11) Crear una institución y una Ley (estatales), cuyas funciones y propósitos sean proteger, rescatar, conservar y preservar el Patrimonio Cultural Edificado de Tlaxcala.

TECPATZIN: EL HEROE CULTURAL TLAXCALTECA DURANTE LA MIGRACION

“El es quien aparece y señala la brillante espada mágica que ha de matar al dragón, quien habla de la novia que espera y del castillo donde están los tesoros, el que aplica el bálsamo curativo a las más mortales heridas y finalmente despide al conquistador, de regre-so al mundo de la vida normal, des-pués de la gran aventura en la noche encantada”

Joseph Campbell

Arqlgo. José Eduardo Contreras MartínezCentro INAH Tlaxcala

____________________________________________________________Las migraciones señalan la búsqueda de un lugar mejor para vivir, donde la

abundancia de alimentos y un clima propicio proporcionarían las condiciones para la sobrevivencia y reproducción de los grupos humanos. Desde aquella lejana etapa donde el hombre vivió de la caza y recolección, la migración estacionaria dejó señales del carácter sagrado y benéfico dado a los lugares visitados. En el arte rupestre “francocantábrico” hay varios ejemplos de interés, ya que fue ejecutado en las profundidades de las partes más peligrosas y oscuras de las cavernas, aún cuando los hombres vivían únicamente en las entradas. El pintor debía descender a las misteriosas profundidades de la tierra para crear un animal pintado. La migración se convirtió desde entonces, en la peregrinación de la búsqueda del tiempo y el lugar ideal, mágico y sagrado5.

En Mesoamérica, ya avanzado el tiempo y después de haberse sucedido el surgimiento y decadencia de pueblos de importancia civilizatoria, existieron otros

5 Braidwood, Robert. El hombre prehistórico. México, Fondo de Cultura Económica, 2ª. Reimpresión, 1979.

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pueblos quienes buscaron su propio lugar en esta importante etapa de la historia humana. Éstos, copiaron esquemas históricos que permitieron crear y producir sus propias narraciones, llenándolas de situaciones, circunstancias, héroes y hazañas con un sentido y una justificación para su tiempo.

Con respecto a los héroes, sobresalen dos esquemas narrativos claramente diferenciados, definidos e identificados, relacionados con importantes situaciones culturales y migraciones de pueblos hegemónicos: los tolteca y los mexica.

Curiosamente ambos diseños narrativos fueron empleados para crear la migración e historia de los tlaxcaltecas y provienen de dos grupos distintos de fuentes documentales; abordan situaciones ocurridas en periodos de tiempo distintos, separados por un lapso considerable. Sin embargo se han querido ver como variantes de una misma narración. El presente trabajo tiene el objetivo en primer lugar en identificar el grupo de fuentes documentales de dónde proviene una de las versiones y en segundo lugar identificar el tiempo, el espacio y el contexto cultural en referencia, situando las características del héroe cultural en ese momento. Al determinar sus características culturales, determinaremos también el tiempo, el espacio y el contexto cultural que enmarca a la creación de su arquetipo y del cual proviene. Porque cada momento y cultura produjo el modelo del héroe quien sirve de guía y ejemplo para su pueblo.

La versión de los Mapas de Cuauhtinchan y de la Historia Tolteca- Chichimeca

Considerados por Paul Kirchhoff como crónicas que tratan la migración de los tolteca-chichimeca desde su salida de Tula y su paso por la región de Puebla-Tlaxcala. La información empieza, según estas fuentes, en un año VIII Acatl (1175) cuando los chichimecas se asentaron y conquistaron su propio territorio, después de haber servido como mercenarios a los toltecas-chichimecas en las guerras iniciadas para restablecer su señorío en Cholula6. La relación entre los tolteca y los chichimecas fue, como lo sugiere Paul Kirchhoff, no solo de vecindad sino de participación en un mismo sistema de relaciones donde los chichimecas tuvieron un papel periférico. Esto les permitió conservarse como unidad étnica y al mismo tiempo adquirir rasgos típicamente mesoamericanos sumados a su experiencia guerrera7. En Tula entonces, las relaciones entre los chichimeca y los tolteca muestran ciertos rasgos de dependencia y sumisión de los primeros hacía los segundos, esto se hace más claro durante su estancia en Cholula8.

Sin confusión alguna, estas fuentes históricas registran nexos sociales y culturales entre los toltecas y los chichimecas. Inclusive son resaltados en las características adoptadas por los héroes de estos últimos, tal y como veremos a continuación.

6 Los grupos chichimecas convocados fueron los cuauhtinchantlaca, los moquihuixca, los totomihuaque, los acolchichimeca, los tzauhteca, los zacateca, los texcalteca y los malpantlaca, que tenían la fama de ser grandes héroes y conquistadores.7 Kirchhoff, Paul. Historia Tolteca Chichimeca, México, FCE. 8 Olivera, Mercedes. Pillis y macehuales: Las formaciones sociales y los modos de producción de Tecali del siglo XII al XVI. México, ediciones de la casa chata n.6, 1978.

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Page 23: Revista Ehecatl Nueva Epoca Numero 16

Características del héroe tolteca

Entre el pueblo tolteca, el héroe en principio adquiere el carácter de civilizador; de esta manera:

“…en la prodigiosa visión de la Tollan de Quetzalcóatl, los aztecas, que son los redactores de los textos, le atribuyen a sus ancestros toltecas, y principalmente a su dios Quetzalcóatl, la creación del legado cultural sobre el que se asentó la vida civilizada en Mesoamérica… Es decir, en los mitos nahuas y mixtecos, Quetzalcóatl es el enviado divino que lleva al mundo terrestre los bienes de la civilización”9.

En Tula, la visión mítica de Quetzalcóatl dios, se subordinó y fusionó con la imagen de un personaje llamado Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, quien hizo hazañas guerreras, gobernó Tula en su máximo esplendor. Su nombre Ce Acatl le otorgó un atributo humano, un destino, ya que sitúa su fecha de nacimiento en 1 caña, es por tanto su nombre calendárico. La fusión de los rasgos del antiguo dios serpiente emplumada con el de un héroe cultural, caracteriza el momento de mayor esplendor tolteca. Otras características son su condición célibe y casta, su recogimiento en el templo, el ejercicio exigente de los ritos y penitencias, sus habilidades de brujo y principalmente la práctica del auto sacrificio, cualidades arquetípicas de las virtudes sacerdotales. Varios textos lo pintan como un innovador religioso que introdujo el auto sacrificio y lo impuso como una de las funciones ineludibles del sacerdocio en Tula10.

Pero el hecho trascendente del héroe tolteca se manifiesta en el momento de mayor crisis de su pueblo obligados a abandonar su ciudad de origen. Decide entonces convertirse en el guía de su gente para llevarlos a una nueva tierra, el Tlilan Tlapalan, lugar donde volverán a renacer las virtudes de la civilización por él enseñadas. La estancia de su pueblo en aquel lugar no será eterna, su regreso queda establecido para una fecha 1 Acatl, cuando regresará a ocupar nuevamente el trono abandonado.

“El héroe, por lo tanto, es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas personales y locales y ha alcanzado las formas humanas generales, válidas y normales… De aquí su elocuencia, no de la sociedad..., sino de la fuente inagotable a través de la cual la sociedad ha de renacer ”11.

La personalidad del héroe tolteca, ha opacado sin duda a la de otros pertenecientes a pueblos de menor trascendencia cultural, pero de igual significado. En la Historia Tolteca Chichimeca son otros los personajes quienes adquieren para sus pueblos, las actitudes arquetípicas del héroe cultural. A semejanza del Quetzalcóatl tolteca, ellos adquieren los atributos de civilizadores de su pueblo, pues adoptan al 9 Florescano, Enrique. El mito de Quetzlcóatl. México, Fondo de Cultura Económica, 2ª. Edición, 1999: 64. 10 Idid.11 Campbell, Joseph. El héroe de las mil caras: Psicoanálisis del mito. México, Fondo de Cultura Económica, 8ª. Reimpresión, 2001: 26.

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maíz como alimento, aceptan el auto sacrificio y los rangos estamentarios que caracterizan a los pueblos civilizados de Mesoamérica. Ellos serán los responsables de conducir a su pueblo a un nuevo espacio, un lugar prometido, donde florecerán las virtudes de la civilización mesoamericana12.

“…resulta claro que su finalidad y su efecto real era conducir a los pueblos a través de los difíciles umbrales de las transformaciones que demandan un cambio de normas no sólo de la vida consciente sino de la inconsciente. Los llamados ritos de “iniciación”, que ocupan un lugar tan prominente en la vida de las sociedades primitivas (ceremoniales de nacimiento, nombre, pubertad, matrimonio, entierro, etc.), se distinguen por ser ejercicios de separación formales y usualmente severos, donde la mente corta radical con las actitudes, ligas y normas de vida del estado que se ha dejado atrás. Después sigue un intervalo de retiro más o menos prolongado, durante el cual se llevan a cabo rituales con la finalidad de introducir al que pasa por la aventura de la vida a las formas y sentimientos propios de su nuevo estado, de manera que cuando, finalmente, se le considera maduro para volver al mundo normal, el iniciado ha de encontrarse en un estado similar al de recién nacido”13.

En la Historia Tolteca Chichimeca es Tecpatzin el señor de los texcalteca, uno de los personajes que acepta conducirlos al encuentro de la llanura, la tierra divina, lugar donde los tepilhuan chichimeca serían enflorados y saludados (Figura 1). Ya afuera de Chicomoztoc, los chichimeca se preguntan ¿con que hablarán nauatl?, ¿con qué hablarán los chichimeca? Es entonces cuando los toltecas toman de su morral la mazorca de maíz y se la dan de alimento a los señores chichimecas (Figura 1):

“…a Aquiyauatl a Teuhctlecozauhqui, a Tecpatzin, a Tzontecomatl y a Moquiuix. De inmediato los chichimeca empezaron a medio hablar”14.

Como comentan Kirchhoff, Odena y Reyes, “Se sigue, pues, en los ritos de creación, la humanidad imperfecta tiene que comer maíz para llegar a ser “realmente humana”15.

“He aquí que cuando salieron de Chicomoztoc, de dentro del Colhuacatepetl, hicieron el ayuno de los tlatoque. Cuatro días ayunaron, para ello nuestro padre, nuestro conquistador, se acostó en las ramas del mezquite blanco. Los tepilhuan chichimeca hicieron ayuno, pasaron aflicción durante cuatro noches y cuatro días. Al ayunar y padecer, el águila y el jaguar les dieron de beber, les dieron de comer…Y cuando se completaron las cuatro noches y los cuatro días luego

12 Kirchhoff, Paul, Lina Odena y Luis Reyes. La Historia Tolteca Chichimeca. México, Fondo de Cultura Económica y Gobierno del Estado de Puebla, 2ª. Edición 1989. 13 Campbell, Joseph. Op. Cit. 16- 17.14 Historia Tolteca Chichimeca. Op. Cit. 169.15 Ibid, nota 1 de la pagina 169.

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Icxicouatl y Quetzalteueyac (los toltecas), le perforaron el septum a los tepilhuan chichimeca con el hueso del águila y el hueso del jaguar”16 (Figuras 2 y 3).

La fuente histórica proporciona los nombres de los personajes y del grupo al cual pertenecen: Aquiauatl de los totomihuaque, Teuhctlecozauhqui de los quauhtinchan-tlaca, Tecpatzin de los tlaxcaltecas, Tzontecomatl el acolchichimeca, Moquiuix el chichimeca (Figura 2). Ellos son los que al terminar las cuatro noches y los cuatro días, son nombrados nuestro padre, nuestro conquistador, vinieron a ponerse en pie sobre la tierra y les dijeron a sus pueblos:

“_ ¡Ea, hagamos crecer, hagamos que (el dios) desee! ¡Tomemos por la base al quauhxicalli, al tonacapiaztli! ¡Tal vez estamos haciendo pasar hambre a nuestro creador, a nuestro hacedor! ¡Ea, completemos la obra!”17.

Después, los chichimecas entonan de pie un alegre canto y enseguida emprenden el camino, se alejan de Chicomoztoc.

El caudillo tlaxcalteca llamado en la Historia Tolteca Chichimeca con el nombre de Tecpatzin, recibe en la versión de la Relación de la ciudad y provincia de Tlaxcala (Relación geográfica del siglo XVI, 1984); el nombre de Ce Tecpatzin. Se trata de un nombre calendárico similar al otorgado a Topiltzin lo caracteriza como un personaje humano y conquistador18. Lina Odena comenta que el nombre calendárico es un rasgo cultural mixteca, el cual les fue dado tanto a Topiltzin como a Tecpatzin pertenecientes a un linaje donde, según la autora, lo mixteco y lo chichimeca están profundamente relacionados.

La Historia Tolteca Chichimeca reproduce en su narración, héroes semejantes al Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl de los toltecas; guías de pueblos en el tránsito de las limitaciones históricas personales y locales para alcanzar las formas generales, válidas y normales de los pueblos civilizados de Mesoamérica. Al respecto, las limitaciones históricas de los chichimecas son claras, no hablaban bien el idioma de los pueblos mesoamericanos, no se alimentaban con el maíz ni veneraban a dios alguno; tampoco obedecían ninguna jerarquía que caracterizaba a los pueblos civilizados del México antiguo. La importancia del personaje tolteca Ce Acatl Topiltzin, surge de limitaciones históricas de él y su pueblo; en primer lugar la del personaje inducido a beber pulque que le altera la razón y tiene como consecuencia un acto de incesto. Además reconocer ante un espejo de obsidiana su propia fealdad. En segundo lugar la gradual degradación social de los toltecas, pueblo con excesos de lujo, poder y lujuria, hicieron evidente su corrupción cultural.

De esta manera, cada héroe al transformarse culturalmente, muere como hombre de su tiempo, pero como hombre eterno -perfecto, no específico, universal- ha

16 Ibidem, 171.17 Ibídem, 174.18 Odena Quemes, Lina. “El señorío de Tepeticpac: arribo y origen de sus fundadores según fuentes escritas y pictográficas” en Códices y documentos sobre México: Primer Simposio. Constanza Vega (Coordinadora). México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, colección científica no. 286, pp. 211- 222.

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vuelto a nacer, como el Quetzalcóatl que en la hoguera se consume para convertirse en un nuevo ser esplendoroso. La siguiente tarea del héroe, es una hazaña formal, ha de volver a su pueblo transfigurado para enseñar las lecciones que ha aprendido sobre la renovación de la vida.

FIGURAS

Figura 1 Figura 2

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Figura 3

EL CAPULIN(Cuento)

Prof. Luis Pérez Cuautle

Fue un día común como cualquiera. Un día como de esos que suelen utilizar los enamorados para sentarse frente al mundo para no decirse nada. Como el que escoge un anciano para sentarse al final de su vida y acordarse de que aún vive.Y entonces ocurrió.

Así como el brillo del sol, tan necesariamente cierto. Tal vez por eso lo recuerdo.

Al momento en que mamá abrió su tienda, él estaba frente a ella maneando la cola en sincronía perfecta con las cabriolas de su cabeza; parecía sonreírle con el brillo de sus ojos negros, como la intensa luz diurna “¡Fuera! ¡Largo!”, dijo mi madre.

Entonces salí detrás de mamá para mostrarle mi mejor sonrisa, ésa que guardo para cuando mi padre compra mis zapatos. El movió todo su cuerpo al comprender mi alegría e intentó tocar mi mano en fraterna comunión:¡Lárgate!, volvió a decir mamá.

Después de un buen rato no volvió a pararse en el umbral del negocio.

Entonces decidí irme al patio para inventar aventuras con las herramientas que el albañil olvidó un día anterior. Mientras me disponía a fabricar emociones, un ruido en la cocina me hizo reaccionar. Entonces fui con cautela y me percaté: el perrito estaba degustando un pedazo de pan que mi hermano no comió y arrojó a un costado de la estufa.

El reloj del templo anunció. Faltaba un cuarto para las ocho de la

mañana. Los niños poco a poco subirían para llegar a tiempo al

colegio. Instantes más tarde, mi hermano se fue muy apresurado.

No se despidió de mí, mucho menos percibió al visitante quien

continuamente seguía a los niños en la calle haciendo alarde de sus

mejores actos lúdicos. Sin embargo, a cada instante volvía a pararse a la entrada

de la tienda.

Mamá comenzó a barrer en el interior del recinto detrás del mostrador mientras el animal miraba con el rabillo de sus ojos,

de forma disimulada, para marcar los límites de su entorno. Pero lo podía ver

desde cualquier parte donde me parara: a través del cristal que tiene el mostrador,

por encima de los jabones, limpiadores de

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pisos o detergentes para la ropa. Cada vez que mamá se encontraba distraída

atendiendo a la gente, limpiando por aquí o por allá o suministrándome algo para

comer, él se introducía por detrás de los recipientes contenedores de semillas. Se

echaba a descansar y con los ojos negros me suplicaba: “No le vayas a decir nada”.

Pero cuando ella se percataba del intruso, con la escoba en mano, lo golpeaba hasta que terminaba lloriqueando a media calle.

Así lo haría hasta cerca de medio día.

Nos miramos como mira el rico al mendigo: con amor compasivo. Le bajé mi taza con la leche que no había ingerido en el desayuno. Y antes de absorberla de un golpe me beso la mano. Le toqué su lomo suavemente y cuando me disponía abrazarlo una voz me lo impidió “¡Qué bonito capulín!, dijo mi abuelo. “¿Es tuyo?!“ ¡Si!”, respondí. Entonces lo levantó frente a él para mirarle su barriga. “¡Es perra!”, expresó para finalmente meterse a su habitación. En ese momento no entendí su tono despectivo. La solté y enese justo momento agachó sus patas traseras y se orinó, volvió su mirada a manera de disculpa y nuevamente se fue a buscar a un costado de la estufa. Pasado el medio día mi hermano llegó y ambos jugamos con ella.

En el jardín corría y brincaba; mordía las varitas, gruñía… y justo en esos momentos, mamá aparecía. Y no vaciló. Fue por la escoba para golpearla y no paró hasta verla fuera de la casa. Entristecidos por el acto, quedamos viendo a mamá con un poco de rabia.

Esta desapareció cuando mi hermano dijo que tomara una pieza de pan y me llevara la perra al otro lado del parque y le dejara el pan, así se distraería un poco y quizá olvidaría nuestra casa. Y efectivamente; la perra olvidó nuestra casa por escasos diez minutos. Doblegada ante las circunstancias mamá aceptó, recurrentemente, a ahuyentar a la perra durante toda la tarde.

La Capulina estuvo frente a la tienda incluso cuando a las ocho de la noche

comenzó a llover. La humedad se le untó al cuerpo y empezó a temblar y aullar de forma disimulada. Nosotros veíamos si el

rostro de mamá no hacía alguna mueca de consideración; dijo lo mismo que el

abuelo por la mañana. “Es perra”. Al reflexionar sobre nuestra actitud para

nuestros escasos años no hallábamos la diferencia entre perro y perra. ¿Por qué

aceptar un perro y no una perra? En eso estuvimos reflexionando hasta que mamá nos recostó en nuestra cama, en el cuarto

que está encima de la tienda y desde ahí seguimos

escuchando los ladridos de dolor de La Capulina:

suplicaba ser aceptada en la familia.

La monotonía de la lluvia y el calor de mi cama, hicieron que el duende del sueño caminara

entre el puente de la realidad y el silencio, para finalmente

depositar a mi alma sobre la playa del olvido nocturno. Y poco a poco, el polvo de la

luna me hizo un traje de fino tul que se desvaneció en el justo instante de

despertar.

Cuando mamá se levantó, lo hice también. Me sonrió sin decir palabra. Y en pocos

instantes estábamos frente a la cortina de

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la tienda para levantarla. Cuando esta se separó a escasos centímetros del suelo,

me agaché para tratar d descubrir las patas negras de La Capulina. No, no

estaba. Tanto mamá como yo miramos

ambos lados de la calle para descubrirla, pero no estaba. Se fue. Así ese día se convirtió en historia, que hoy comparto

contigo.

Las Pasaditas en San Rafael Tepatlaxco y San Bartolomé Cuahuixmatlac (Etnografía Religiosa).

J. A. Javier González Corona

En las comunidades de San Rafael Tepatlaxco y San Bartolomé Cuahuixmatlac, pertenecientes al municipio de Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, tienen en sus actividades religiosas populares el

peregrinar a diferentes santuarios anualmente, tanto al interior como al exterior del estado. Mismas que

requieren de una previa organización al evento durante todo el año. Dicha organización descansa en las llamadas “pasaditas”, éstas forman parte de

todo el contexto simbólico-ritual que implica la peregrinación.

Las “pasaditas” en términos generales con-sisten en trasladar cada mes a la imagen peregrina

de un domicilio a otro. El primer traslado se realiza el mismo día de regreso de la peregrinación; después

de escuchar misa, a manera de recibimiento en la iglesia de la comunidad, trasladan a la imagen

peregrina al domicilio del primer mayordomo quien termina su cargo; en este lugar se realiza un rezo

breve, posteriormente son agasajados con una exquisita comida, no sólo los peregrinos, sino

familias, amigos y personas en general que lleguen al domicilio. Posteriormente se traslada la imagen a la casa del primer mayordomo quien inicia su cargo.

Para el control de las visitas se realiza una calendarización considerando las solicitudes

existentes, aunque los primeros meses están reservados para quienes conforman la mayordomía.

El recibimiento dado a la imagen en los respectivos domicilios es significativo, pues cada

familia recibe al santo o a la virgen, según corres-ponda, con

un ritual lleno de fe para evitar des-gracias en el hogar. La

manera de recibir a la imagen, corresponderá a la atención que

les ofrezca el ser divino a sus peticiones. A treinta metros

antes de llegar a la casa sale la familia completa a recibir

al santo; llevando entre los integrantes una cera, ramos de flores y un incensario; en su encuentro se persignan y dan un beso al cristal del nicho; conduciéndolo a través de una alfombra de flores previamente realizada, al altar colocado en el patio o en uno de los cuartos de la casa, lugar donde le ofrecen rezos y cantos de bienvenida. Por último, en plan de fiesta y alegría por la visita, los de la casa ofrecen diferentes bocadillos a los asistentes.

Cuando la imagen se retira los ritos profano-religiosos son más significativos, pues no tan sólo le ofrecen oraciones, sino todo un rosario y cantos de despedida. En cuanto al

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agasajo ofrecido a las personas acompañantes es a través de un suculento desayuno.

Las “pasaditas” se reali-zan los días domingos por las mañanas (entre las 7 y las 11 horas). El traslado se hace me-diante una procesión donde destaca en su inicio la música de Teponaxtle, siguiéndole un representante de la fiscalía con su respectivo bastón de mando; le sigue una persona quien lleva un sahumerio e inmediata-mente continúa la imagen rodeada de personas quienes portan ramos de flores

y/o ceras; al final van las rezanderas. No falta el cohetero quien se adelanta o se atrasa a la

procesión según las indicaciones de los mayordomos.

Cabe destacar, las “pasaditas” se efectúan con todas las imágenes peregrinas en las

respectivas comunidades: Jesús de Tepalcingo, Vir-gen de Juquila, Virgen de La Caridad, San Miguel

del Milagro, Virgen de Guadalupe y Jesús de La Buena Muerte. Por consecuencia, es común ver en

algunos domingos, a más de tres procesiones cruzar su camino y mostrar actitudes de afecto y respeto

entre los asistentes, sobre todo por parte de los mayordomos e integrantes de la fiscalía. Claro que

no falta la broma en voz baja entre algunos cono-cidos o familiares: “ya te vas a la gorra, ¿qué no

tienes que comer en tu casa? pídeme y no pongas de pretexto al santito, ja, ja, ja...”.

Procesión en San Bartolomé Cuahuixmatlac

Sin duda, esta actividad religiosa popular, como otras, se desprenden del contex-to formal de la iglesia como ins-titución, sin embargo cumple un papel importante dentro del imaginario religioso de los pueblos, de ahí que Gilberto Giménez señala: “el catolicismo popular aparece en primera aproximación, como una forma de expresión religiosa propia de las capas populares marginadas, relativamente desviada de la norma eclesiástico institucional, y re-sultante, históricamente hablan-do, de la confluencia entre el catolicismo popular español y las religiones indígenas preco-lombinas”19. Dando por conse-cuencia una forma cultural muy propia en la actualidad para ver, entender y practicar la religión por parte de los diferentes pue-blos; creando con ello, una forma de identificarse cultural-mente entre ellos y a su vez, diferenciarse de los demás, ma-nifestando con ello, un valioso elemento de identidad cultural.

19 Jiménez, Gilberto, Cultura Popular y Religión en el Anahuac, Centro de Estudios Ecuménicos a.c., México, 1978.

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Identidades étnicas. Un ejemplo tlaxcalteca.

Hist. Nazario A. Sánchez MastranzoCentro INAH Tlaxcala

El estudio de la cultura de los pueblos nahuas de la región de La Malinche desde mediados del siglo pa-sado se ha venido realizando; diversos autores y otras tantas instituciones han emprendido el trabajo etnográ-fico para conocer desde dentro cual es la situación cultural de las distintas comunidades que conforman este espacio geográfico. Por lo tanto no se trata de hacer una crítica de los postulados teóricos ni de las corrientes desde donde se han realizado los distintos trabajos, sería incluso deshonesto si pretendemos con este trabajo proponer una síntesis del inmenso mar constituido por los datos aquí presentados. Tampoco se pretende asumir únicamente los datos de un solo autor, sino de presentar datos de otros autores, cotejados o corregidos en el campo mismo.

Este esfuerzo no es nuevo, ha sido un intención de los integrantes del equipo regional La Malinche, del Proyecto Nacional Etnografía de los Pueblos Indígenas de México, planteado desde 1999, cuando se comenzó a trabajar en la región; producto de ello son los distintos ensayos colectivos publicados en los volúmenes res-pectivos, pero también los artículos presentados en revistas especializadas, ponencias en foros temáticos, artículos de divulgación, etc.

Al observar en retrospectiva, podemos afirmar: el conocimiento etnográfico se ha incrementado. Las dis-tintas comunidades se encuentran inmersas en un proceso de modernización global, pero sin dejar de ser indígenas. Como lo ha afirmado Miguel Bartolomé, se encuentran en un momento de descaracterización cul-tural20. Pero también podemos afirmar que después de 500 años de dominio colonial los pueblos indígenas de Tlaxcala se resisten a dejar de serlo y han encontrado otros mecanismos para convivir con las exigencias de la modernidad.

Aquí cabe una re-flexión sobre el aspecto de lo indígena. La mayoría de la gente usa este término o el de “indio” como signo de-notativo de algún o algunos

individuos no inmersos en la modernidad, incluso

recientemente me han solicitado como perito para

certificar sí una persona era o no indígena; unos

abogados alegaban que una persona ya no es indígena

porque viste de mezclilla, habla castellano además de náhuatl, y su pueblo ha cre-

cido en términos de infra-estructura y de comunica-

ciones.

Es claro, los antropó-logos y los abogados vemos

de manera distinta la identidad étnica, básicamen-te donde se inscribe lo indí-gena, pero además para los antropólogos es una carac-

terística, no una suma de características, (para los abogados totalmente in-

mersos en el derecho posi-tivo). Sin embargo el

término indígena no se refiere a una categoría racial

20Miguel Alberto Bartolomé, Gente de costumbre, gente de razón. Las identidades étnicas en México, México, Siglo XXI-INI, 1997.

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sino más bien a la pertenencia dentro de un sistema de organización

social, imbricada en dos raíces: una herencia india, basada en los pueblos habitantes del actual territorio antes de la llegada de los conquistadores hispanos y otra española con un sinnúmero de influencias producto también del contacto con otros pueblos allá en Europa.21.

Otros investigadores han llamado a los actuales pueblos indígenas, en el caso de los nahuas, post-nahuas porque se refiere a poblaciones de descen-dencia indígena, hasta principios del siglo XX, hablaba náhuatl, usaba un vestuario distintivo, y se ganaban la vida como agricultores. A lo largo del siglo XX, estos pueblos cambiaron de idioma, del náhuatl pasaron al castellano, adoptaron un vestuario más urbano, y diversificaron sus actividades económicas.22

Comparto con la citada autora esta concepción de la identidad étnica de los pueblos de tradición nahua asentados en las faldas del volcán La Malinche, incluso donde podemos añadir acerca de la unión de los citados pueblos es la manera de percibir a la montaña: además de referente geográfico, espacial, lo es también desde el punto de vista ritual, donde han estructurado una serie de fechas alusivas con la petición de lluvias para la región, o bien, de concebir el interior de la montaña como el lugar donde habitan las almas de los muertos y a quienes se debe recibir en fechas preestablecidas.

Campesinos de Tlaxcala

Los comentarios aquí presentados permiten afir-mar sobre el pensamiento étnico y su persistencia a

pesar de las diferentes con-quistas y sometimiento de

los pueblos, pero lo más in-teresante es ver como las cuestiones de la moderni-

dad son adaptadas, no para rechazar lo étnico, sino más bien para reforzarlo, ese es

uno de los valores de los grupos étnicos: su capaci-dad de adaptación sin per-

der su identidad.

21Unas reflexión acerca de esta situación aparece en un libro reciente, Andrea Martínez Baracs, Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750, México, F.C.E-CIESAS, Colegio de Historia de Tlaxcala, 2008, pp. 22-23.22Eileen Mulhare de la Torre, Totimehuacan su historia y su vida actual, Puebla, H. Ayuntamiento de Puebla, 2001, pp. 29.

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Estrategias de acción comunitaria en un contexto dinámico

Antrop. Jaime Enrique Carreón FloresINAH-Tlaxcala

Tlaxcala, especialmente la región nahua de la Malinche, refleja una realidad contrastante, pues al lado de industrias consolidadas —caracterizan la carretera llamada Vía Corta— aparecen comercios y grandes extensiones de tierras de cultivo. Un conglomerado de actividades económicas permite suponer variaciones en la pauta de acción de los individuos. Sin embargo, dentro de este abigarrado paisaje de elementos, existen patrones que otorgan sentido a otro tipo de actividades, más del orden comunitario. Este es el caso del matrimonio; un momento culminante que marca la vida de dos jóvenes cuando unen sus vidas para formar un hogar.

En un primer momento se podrían considerar las decisiones que los actores efectúan con un carácter autónomo e individual; no obstante una decisión de este tipo es reformulada por los grupos parentales de los jóvenes; con ello, aparecen una serie de ritos, encaminados al establecimiento de alianzas articuladas sobre dos planos.

Este breve documento trata de describir de forma muy general lo anterior. Para ello retomamos el caso de una pareja de jóvenes quienes “decidieron unir sus vidas.” Uno de ellos es originario de La Magdalena Tlaltelulco y tiene 18 años, en tanto que la muchacha tiene pocos años de estar radicada en esa localidad y cuenta con 16 años.

Las circunstancias de cómo se llegó a esa decisión por parte de esos jóvenes y la forma posterior de los acontecimientos reflejan los caracteres de cada una de las familias. Esta es la historia: en cierta ocasión los jóvenes fueron sorprendidos por los padres de la muchacha en circunstancias nada agradables,23

por esto el padre de la muchacha decidió hablar con los padres del muchacho. Cuando se hubo aclarado el

asunto, los padres de ambos habían decidido casarlos; en el caso de los oriundos de La Magdalena, después de una reunión del joven con sus abuelos y sus padres, se lle-gó a la decisión: era necesa-rio responder al requerimien-to del padre “ofendido”. Mien-tras en el otro caso, se deci-dieron porque la hija se había empeñado en casarse y no estaban dispuestos a que en un momento pudiera fugarse con su novio. Así, con esos antecedentes, los padres del muchacho llegaron a la casa de los padres de la chica y sin ningún preámbulo rápida-mente pasaron al asunto que los tenía allí reunidos; des-pués de platicar los padres de la muchacha asintieron. Recibirían a los padres del novio para acordar la fecha de cuando habría de darse el “pedimento” o pedir la mano de la novia. En la fecha fijada llegaron los padres del mu-chacho, acompañados del sacerdote de la parroquia de La Magdalena Tlaltelulco, quien fue el encargado de pedir la mano de la novia. Llevaban dos chiquihuites, uno contenía pan de dulce y el otro llevaba fruta. Los padres del novio llevaban un

23 No habían llegado a la realización del coito.

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par de ceras; el padre llevaba una cera y la madre llevaba la otra cera, además de un ramo de flores blancas. La cera que llevaba el padre del muchacho fue encendida por el sacerdote y “la luz” fue ofrecida por éste a la virgen de La Magdalena, santa patrona de la localidad; cabe aclarar, en la casa de la novia no había altar doméstico. Posteriormente encendieron la otra cera, ésta rápidamente fue dada a los novios, quienes la tomaron con una mano, mientras se decía: que esa luz significaba la unión de los jóvenes y de las familias. Una vez hecho ese acto, la madre del novio entregó el ramo de flores a los padres de la muchacha.

Enseguida el sacerdote tomó la palabra, hizo la lectura de un evangelio de la Biblia y, una vez concluido el pasaje explicó su presencia: pidió a nombre de la familia del novio la mano de la muchacha. Al concluir preguntó si no había ningún reparo para que la boda se consumara; al no haber respuesta dio por concluida su tarea. Acto seguido, los padres de ambos muchachos se pusieron de acuerdo para la fecha a celebrarse la boda por lo civil y la boda religiosa. Posteriormente pasaron a comer y llegó un grupo musical contratado por los padres de la novia. Cuando se terminó el banquete, la comitiva se retiró y se dio por concluido el pedimento.

La celebración civil de la boda se llevó a cabo en la casa de los padres de la novia y los gastos corrieron a cuenta de ellos. El contrato nupcial se firmó en la presidencia auxiliar de la localidad, estando presentes los padres de ambos cónyuges y los testigos. Al termino de la ceremonia todos los asistentes se diri-gieron a la casa de los padres de la novia, lugar donde comieron y convivieron unos momentos entre música y brindis; ya entrada la noche el novio y sus padres se retiraron.

Como se observará hasta estos momentos, se observan dos espacios de acción de los grupos; el primero acotado a los ritos de pedimento realizado por la familia del novio, y el segundo al momento de la boda cívica financiada por los padres de la muchacha. Cada evento responde a dinámicas diferentes y se adecuan a lo que habrá de realizarse en las posteriores actividades rituales; para la familia del novio es el inicio de un proceso que culminará colocándola en un nuevo

lugar dentro del entramado de relaciones de la localidad; en tanto que para la familia de la muchacha él hecho se condensa en la figura de resarcimiento de la seguridad para su hija.

Y esa es justamente la pauta para cada una de las familias, pues abre un perio-do caracterizado por estable-cer pactos con las personas quienes fungirán como padri-nos del enlace. Es un mo-mento donde la familia del novio habrá de tener el rol fundamental, pues ellos se-rán los que realmente esta-blecerán los pactos; no obs-tante, entre los consuegros y los padrinos se dará un trato de compadres y los padres del novio casi obligarán a los padres de la novia a asistir a los eventos de la boda reli-giosa. Para la familia del no-vio es importante porque es la ocasión de reafirmar una costumbre y establecer nue-vas directrices al grupo. Des-de tal perspectiva, la selec-ción de un grupo de padrinos implica una estrategia puesta en marcha. Por un lado, es deseable seleccionar varios padrinos que se harán cargo de sufragar los gastos de arreglo de casa, de iglesia, conjunto, sonido, brindis, co-jín, zapatilla, lazo, biblia, me -dalla, invitaciones, video, be-bida, foto-estudio, recuerdos y pastel; entre más padrinos mejor es la boda a realizarse. Por el otro lado, existe un interés de reconocimiento,

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entre más padrinos, más amplio será el espectro de relaciones que habrán de permitir una proyección para la familia; esto permite ver la adecuación del com-padrazgo dentro del contexto dinámico de la región. Justamente en este espacio es donde las alianzas juegan un rol fundamental y convergen sobre una guía constituida por el padrino de velación, quien es el encargado de proporcionar los anillos y las arras, además de realizar el “asentamiento de la iglesia”. Radica en apartar la fecha para la misa y presentar a los novios en la iglesia. El pacto con cada uno de ellos sigue un patrón de acción, permite vislumbrar ele-mentos ideáticos que alimentan el universo simbólico y caracterizan la etapa de los ritos previos de pedimento. Así, para sellar el pacto a cada uno de los padrinos se les entrega una canasta (chiquihuite), contiene un cirio, pan de dulce y frutas. Además se acompaña con una botella de tequila o ron.

Para cada visita, los padres del muchacho pasan por los padres de la novia y juntos van a visitar a la persona seleccionada. De igual forma, los padres del novio antes ya han hablado con la persona quien fungirá como padrino para “llevar la canasta”. Juntos llegan a la casa de quien va a fungir como padrino. De igual forma son recibidos y adentro empieza a hablar el padre del novio; para ello enciende una cera, cuya la luz es ofrecida a la Santa Patrona, posteriormente dice “Ave María Purísima” y los dueños de la casa contestan “sin pecado concebida”. El padre continua: “siguiendo las costumbres venimos a hablar del compromiso que ya se habían apalabrado” y le responden que es así y agradecen haberse fijado en ellos. Después se entrega la canasta y la bebida. Y luego pasan a comer y beber alcohol.

El caso descrito se caracteriza porque los padrinos en su mayoría son comerciantes, venden mercancía (frutas, vajillas) en otros estados del país, por ejemplo Oaxaca, en tanto otros, venden abarrotes. Quizá por el tipo de actividades cada uno tiene una casa distinta de las demás. Los padrinos no solamente son de la localidad; uno es de Atlzayanca, tres de

Chiautempan y uno de San Marcos Contla; cuatro son del Estado de México, lugar de origen de la novia. Específicamente, el padrino de velación ocupa un lugar prominente dentro de la es-tructura de gobierno del Esta-do de Tlaxcala. El hecho de varios padrinos, sin duda, indica una amplitud en cuan-to a los alcances de las re-laciones que se establecen por parte de la familia del no-vio mediante un parentesco de índole ritual, y le proveen de un marco amplio de acción, sobre la base de dos factores: la construcción de un prestigio y una especie de convivencia donde se es-pera en un futuro, la concre-ción de un sistema de presta-ciones recíprocas, éstas ha-brán de descansar en la fi-gura del padrino de velación.

Así pues, la presencia de un tipo de matrimonio con miembros de origen diverso pudiera pensarse como una amenaza para la “costum-bre”, sin embargo se amolda para permitir la inclusión de nuevos elementos; además mantiene la reproducción so-cial dentro de una dinámica que en otros trabajos habre-mos de señalar, pues son parte de una estructura regio-nal de poder.

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EL INFIERNO

Se encuentran Felipe Calderón, Barak Obama y la Reina Isabel II de Inglaterra en el infierno. Obama le contaba a la Reina de Inglaterra que había un teléfono rojo en el infierno y que iba a hablar con el Diablo para pedirle autorización de usarlo. Rápidamente fue y le pidió al Diablo permiso para hacer una llamada a los Estados Unidos, pues quería saber cómo se quedaba el país después de su partida. El Diablo le concedió la llamada y habló durante 2 minutos. Al colgar, el Diablo le dijo que de la llamada eran 3 millones de dólares; Obama le hizo un cheque y le pagó. Al enterarse de esto, la Reina de Inglaterra quiso hacer lo mismo y llamó a Inglaterra durante 5 minutos y el

Diablo le pasó la cuenta de 10 millones de libras y también ella le pagó. Felipe Calderón también sintió ganas de llamar a México para ver cómo había dejado al país y habló por 3 horas. Cuando colgó, el diablo le dijo que eran 1.48 pesos. Calderón se quedó atónito, pues había visto el costo de las llamadas de los demás y le preguntó por qué era tan barato llamar a México. Y el Diablo le respondió: “Mira cabrón… con el desempleo, lo de la tenencia vehicular, el precio de la gasolina, el miserable salario mínimo, las reformas que aprobaste, tus nuevas políticas, la ley del ISSSTE , las reformas a PEMEX, el pinche tráfico de drogas, el IVA al 16%, el 3% a la telecomunicación. El costo de la vida en México se ha convertido en un verdadero infierno… y pues, de infierno a infierno, la llamada es local”.

EL EXAMEN

Una profesora de secundaria les recuerda a sus alumnos: el examen final será al día siguiente. Les dice que no habrá excusas admisibles para no presentarse, a excepción de una severa enfermedad, o la muerte de algún familiar directo. Jaimito, él de siempre, en el fondo del salón, pregunta por lo bajo: - ¿No podemos faltar por fatiga sexual extrema? La clase entera hace su mejor intento para contener las risas (con poco éxito). Cuando el silencio volvió al salón, la profesora sonrió simpáticamente al estudiante, sacudió su cabeza, y dulcemente le contestó su pregunta: - No, no es una excusa. En ese caso, escriba con la otra mano...

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