Revista Chillán Antiguo & Vitrina Urbana N°14

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N° 14 - JUNIO 2014 valor $2000 - Chillán

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N° 14 - JUNIO 2014 valor $2000 - Chillán

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Número 14. JUNIO 2014. Representante Legal: Sociedad Castellano y Bustos SRL. actuando bajo el nombre de Ediciones Las Borgias Ltda. Domicilio Legal en Chillán. Email: [email protected]. 1000 ejemplares impresos en La Discusión, que solo actúa como impresor. Todos los derechos reservados.

DirectoresMarcia Castellano – Máximo Beltrán

EditoraMarcia Castellano

PeriodistasÚrsula Villavicencio – Marcia Castellano

Diseño gráficoMilton Vargas

VentasLaura Daza – Úrsula Villavicencio

En este número colaboran:

Ramón Bastías SandovalPatricio ContrerasRodrigo González

Felipe SandovalFabiola Salazar

Simi Jiménez

Agradecimientos aArchivo Diario La Discusión

Archivo Judicial de ChillánPaula Bustos

Elena Monsalvez Raúl Peña Y Lillo

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Avanzar con arraigo en la memoria.

Estos 434 de vida como ciudad, nos anudan a numero-sas historias y ricas vivencias que nos llegan a través de la oralidad, donde las conversaciones atadas a nuestros recuerdos nos ayudan a crecer como habitantes de esta urbe cuatro veces centenaria. Se trata de repetir, esta vez por escrito, lo que la memoria no puede retener cada vez que rasguñamos nuestros recuerdos. Pretendemos, sin ser historiadores, entregar otras hojas al libro de nuestra vidas; una suerte de memoria colectiva que necesitamos dejar por escrito en acto de gratitud por aquellos que nos entregaron estos recuerdos, entre silencios y susurros. Esta memoria, la columna que nos hermana a todos, los chillanejos la llevamos como equipaje en nuestras vidas; es el ingrediente que nos trasforma en mejores hombres. La memoria nos permite ser mejores ciudadanos porque sin ella, nos extraviamos en la historia; la brújula pierde su mercurio. Al hojear los recuerdos, Chillán se presenta con un gran apellido en esas conversaciones sociales donde los chi-llanejos todavía recuerdan los apellidos grandilocuentes de sus abuelos provenientes la de nobleza peninsular, pero eso es fantasía. Aunque el álbum familiar nos hable de oropeles, óxidos y de su gran arquitectura, que se fue con el terremoto de 1939, si no somos capaces de recons-truirnos y aceptar esta rica memoria como principal in-grediente del futuro,podemos caer en el estancamiento. Los invitamos a reconstruirse, y que la rica memoria que nos sustenta sea el abrigo para este propósito. Solo la memoria nos permitirá avanzar para que hojeemos nuestros álbumes con cariño, con respeto; en un ritual de agradecimiento. De esa manera, las aventuras y lo-gros pasados nos llegarán como un eslabón de una gran cadena que se pierde en el tiempo. Queremos recordar en este nuevo aniversario de nuestra ciudad, que los pueblos que no se miran a sí mismos y no conocen su historia -al igual que las personas que van por la vida sin analizar su pasado y sin conocerse a sí mismas-, corren el riesgo de repetir una y otra vez, los mismos errores. Es el momento de enfrentar el futuro con nuestra multiculturalidad y nuestra memoria herida a cuestas, para construir una ciudad donde todos tenga-mos un futuro, sea, cualquiera sea nuestro origen.

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La muerte y sus contradicciones terrenales

El hombre de las tijeras, las navajas y los secretos

Álbum de familia

Chillán bajo dos miradas

¿Por qué leer poesía hoy?

Vivienda sustentable, del discurso a la práctica

Entrevista al música y cantautor Sebastián Santa María

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CONTENIDO

Fotografía ContenidoFelipe Sandoval

[email protected]

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PORTADA

“Siempre me han llamado la atención los diseños de la locomo-ción colectiva, la variedad cromática, las formas de los distintos modelos, esta multiplicidad de estímulos visuales que entregan las micros en estos diseños en su desplazamiento por las ciudades; el que el usuario la reconozca únicamente por su color, sin ver siquiera un letrero, es una comunicación no verbal que en muchas ciudades se está perdiendo al estandarizar en uno solo el diseño de las diferentes líneas de micros”, así justifica el artista Christian Rojas Román la elección del tema que dio origen a “El Rápido de Chillán”, título de la obra que aparece en la portada de este mes.

Realizada en técnica mixta sobre tela, este trabajo obtuvo una mención honrosa en el VII Concurso de Pintura In-Situ 2014, or-ganizado por el Museo Interactivo Claudio Arrau León, de Chillán. Para su creación, Rojas sacó la máquina de su habitual contexto urbano para situarla en un paisaje montañoso, reproduciendo con ojo minucioso el diseño del vehículo que en este caso se transfor-ma en un ícono pop.

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Egresado de Licenciatura en Artes Plásticas mención Grabado en la Universidad de Concepción, profesor tallerista e integrante del taller de grabado Falucho 41 de Talcahuano, Christian Rojas no escapa a la regla general entre los artistas pues aclara que su inten-ción no es reproducir la realidad, sino interpretarla y transformar-la. Entre los temas recurrentes en su producción están el paisaje humano, geográfico y social, las formas orgánicas, los animales, las montañas, el cielo y las nubes, que aparecen en muchos de sus cuadros.

“El verdadero arte es aquel que incita, provoca y sacude al espectador. Mi trabajo es en gran parte intuitivo, improvisado, los resultados muchas veces son inesperados, no tengo una receta fija, trabajo casi por instinto, así el mensaje que deja la obra es abierto, si el público coincide conmigo en lo que percibió creo que mi pega está bien hecha. La información estética la propone el artista, pero no la maneja, la praxis del arte es de todos los días, de toda la vida”.

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y sus contradicciones terrenales

Ya no se escuchan los cascos de los caballos ataviados de negro llevando los coches fúnebres, pero las carrozas siguen llegando a diario y las tumbas en el Cementerio Municipal de Chillán proliferan. Desde

su inauguración en 1902 ha recibido a más 250 mil muertos, entre ellos los cuerpos anónimos de los fallecidos en el terremoto de 1939, los restos de una famosa madama y la tumba de cuatro hermanas asesinadas por su aristocrático progenitor. Las historias que a continuación conocerán nunca antes

habían sido develadas, hasta hoy.

POR Marcia Castellano - Úrsula Villavicencio FOTOS Máximo Beltrán

Monumento a los caídos, escultura de Helga Yufer.

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Hasta en la muerte la segmentación por barrios está presen-te: los árboles bien peinados, las amplias avenidas y el pasto recién cortado rodean los lujosos mausoleos decorados con mármoles, vitrales y esculturas del Cementerio Municipal de Chillán. Quebrando el espacio aparecen los bloques de nichos separados por pasillos estrechos, al igual que las casas parea-das y los edificios urbanos en bloque. Más allá comienza la heterogeneidad y se aprecia la simpleza de las tumbas sobrias pero bien ornamentadas, en coexistencia con la precariedad de las tumbas a las que se llega por senderos barrosos. Se trata de lechos de tierra cercados por rejas o deslindes imaginarios que se pierden entre la voraz maleza. Imposible no conmoverse con el desolador colorido del patio de los angelitos, donde la ternura y el dolor cohabitan entre esas cunas de tierra cerca-das por rejas de madera, plenas de juguetes, remolinos y flores. Como en la vida de carne y hueso, en el cementerio también confluyen todas las contradicciones sociales.

El duelo inconcluso

En el patio Nº3, cubierta por jardines, se encuentra la enorme fosa común donde fueron depositadas las víctimas del terre-moto del año 1939. A un costado, el “Monumento a los caídos” de la escultora Helga Yufer Kowald custodia el espacio con su inquietante belleza.

El historiador Marco Aurelio Reyes Coca, decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad del Bío-Bío, atesora el testimonio de un testigo directo de esos sucesos, Octavio Flores Castelli. Este chillanejo recién egresado de la Escuela de Suboficiales, fue destinado a Chillán con la misión de despejar las calles de la ciudad repletas de escombros y cadáveres. Para levantar a los fallecidos de 1939, que ya era una necesidad imperiosa de orden sanitario, debieron requisar todos los móviles (carretas) que había en la ciudad. Según relató a Reyes Coca, la mayoría de los cuerpos recogidos no tenía identificación, a menos que sus parientes los entregaran identificados, aunque en muchos casos había muerto toda la familia dificultando la labor. Las crónicas de la época hablan de 28 mil personas fallecidas que fueron a parar a la fosa común del Cementerio Municipal, cifra que en realidad es indetermi-nada pues no quedó el registro de defunción de todos ellos.

Con una magnitud de 7,8 grados Richter y 10 en la escala de Mercalli, la destrucción de la ciudad fue casi total. Nuevas cons-trucciones se levantaron sobre sus vestigios y bajo la tierra quedaron los restos de quienes no fueron recogidos por nadie, o de otros que fueron inhumados en el patio de la casa en es-pera de una mejor oportunidad para darles “digna sepultura”, oportunidad que nunca llegó.

Una experiencia poco común respecto a esta realidad, fue vivida por un grupo de personas entre los años 1992 y 2008. El matrimonio compuesto por Eugenio González y Elena Osorio, llegó a vivir a Chillán desde Santiago con el objetivo de formar una comunidad de adherentes al movimiento Gnóstico Internacional. Esta agrupación tenía el propósito de enseñar una forma de vida para el crecimiento personal y el desarrollo de capacidades cerebrales que tendríamos todas las personas, lo cual se lograría a través de ciertos ejercicios mentales.

Desde su arribo han habitado en varias casas y en todas dicen haber recibido revelaciones. Ellos aclaran que no se trata de fantasmas, más bien de la percepción de ciertas energías cuando los iniciados se encuentran en estado onírico o de FUNERARIA RIO VIEJO

Tumba en el patio de los angelitos.

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meditación. “Las casas nos contaban sus vivencias a través de los sueños, las que fuimos comprobando a medida que pasa-ban los años. A veces soñábamos lo mismo: una señora que atesoraba una cajita bajo la almohada; un señor elegante que buscaba a su hija; un hombre vestido con hábitos que tenía una cicatriz en el cráneo. La lista de sueños recurrentes es larga. Sueños que luego comentábamos con mi marido. Quisimos averiguar acerca de todo esto y empezamos a preguntar a vecinos mayores y en algún registro de las construcciones originales. Para resumir, todas estas historias tenían un punto en común: el terremoto de 1939, la manera violenta en que murieron muchos y el manejo posterior de sus restos. Con la mortandad de enero de 1939, no hubo tiempo para ritos ni ceremonias, esa fue una conclusión que creemos marca de una manera a esta ciudad”, comenta Elena Osorio. Para cumplir el rito, agrega, formaron un grupo de oración con personas de distintas religiones y solicitaron al Obispado de Chillán que se realizara una misa. “Podemos cambiar la influencia que carga-mos de ese dolor ajeno, que hacemos nuestro en lo cotidiano, sin darnos cuenta. Mover esa energía, liberar esa historia, ese es el propósito”, concluye.

Vecina non grata

“Hay que entender que se produce un quiebre en el Cemente-rio de Chillán causado por el terremoto de 1939, por lo que no hay registro de los dueños de las sepulturas anteriores a eso. Por lo demás, quedan pocos mausoleos anteriores a esa época”, nos explica el director del Cementerio Municipal, Gustavo Martín, quien aclara que el bloque de nichos conocido como “los terremoteados del 39”, fue demolido y los difuntos fueron

trasladados a otros sectores dentro del mismo recinto. “Nunca hubo un pensamiento patrimonial para preservar el cemente-rio”, acota el funcionario.

Uno de los pocos panteones que resistió al fuerte sismo perte-nece a una conocida madama del siglo pasado. Llamativo y a lo grande, como posiblemente fue la vida de su propietaria, es el aspecto del gran mausoleo que tiene inscrito el nombre de “Sabina Navarrete 1912”. Se trata de la conocida “Tía Sabina Navarrete”, dueña de la casa de remolienda más elegante de Chillán de aquel entonces. Quizá su mausoleo se inspiró en su mítico palacete ubicado en Purén con Arauco, sitio donde hoy se ubica el Servicio de Salud.

A través de la reja de hierro forjado puede verse una virgen quebrada en el suelo, lápidas partidas y plumas de palomas. En resumen, su tumba es como el burdel a la mañana siguiente de la juerga, pero una mañana que se quedó suspendida en el tiempo.

Es de imaginar el escándalo que se habrá generado en 1912 cuando la connotada regenta, la misma que llevaba en calesita a sus “niñas” para exhibirlas en las quintas de recreo de Chillán Viejo, se construyó un mausoleo con mármoles rojos y cúpula, justo entre los panteones de las familias más ilustres de la ciudad. A diferencia de los demás, ella puso en el frontis su nombre, apellido e iniciales “SN” forjadas, para desafiar sin mi-ramientos a sus ricos vecinos del patio Nº1, que la repudiaban tanto por su licenciosa vida como por haberse enamorado de un hombre veinticinco años menor.

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Nuestra Misión es dar tranquilidad a sus seres queridos

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La testigo más cercana a esta historia de amor es una mujer que avanzada edad quien, a través de su hija María, nos revela algunos pasajes de la vida de Sabina Navarrete. María, relata que su abuela y su madre – hoy de 90 años, a quien llamare-mos Ana -, llegaron del campo a casa de Sabina en la década de 1920; la primera como asesora del hogar, mientras que la pequeña Ana iba solo de visita a la residencia ubicada en Arau-co con Maipón. En ese entonces Sabina vivía con un hombre de origen francés, hijo de un relojero avecindado en la ciudad, que se había emparejado con la mujer cuando él apenas tenía 14 años y ella cerca de 40. La decisión del joven inmigrante causó la indignación y el quiebre definitivo con su familia, entonces Sabina se transformó en su amante y madre adoptiva. A partir de ese momento, la mujer se alejó de sus quehaceres en el burdel y se dedicó a la filantropía. “Era muy humanitaria y ayudaba mucho a las iglesias. La gente la quería mucho, pero también le tenían mucha envidia”, dice María trasvasijando lo que su madre le contó.

La ex madama y el francés estuvieron juntos durante casi 20 años, sin haber contraído matrimonio, hasta que un cáncer al estómago interrumpió el idilio. Sabina Navarrete Pasarina murió el 17 de noviembre de 1937. Le hacen compañía en el sepulcro su padre Juan, fallecido en 1905 (probablemente trasladado desde el Cementerio Parroquial) y María, la madre, muerta en 1914.

Pero la historia no termina ahí. El francés mantuvo el luto durante una década hasta que contrajo matrimonio con Ana, la misma mujer que nos transmitió esta historia en voz de su hija. María bien pudo ser hija de Ana y el francés, pero de esta unión solo nació un descendiente porque a los siete años de la boda el hombre murió. Sus restos no descansan junto a Sabina Na-varrete pues nunca fue su marido ni su heredero, ya que todos los bienes de la madama habían sido puestos en vida a nombre de él. Por esta razón, hoy en día en este mausoleo no queda ni el fantasma de una flor ni alguien que se haga cargo de reparar sus muros fisurados. El paso del tiempo hará lo suyo sin que un alma se apiade del recuerdo de esta mujer de origen humilde, oriunda de Mulchén, que comenzó como modista en el Ejército y terminó convertida en la más connotada madama de Chillán.

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Cuatro crímenes y ni un culpable

Tras una reja de hierro forjado y abriéndose espacio entre las telarañas, es posible divisar seis lápidas blancas al interior del mausoleo levantado en 1905, todas con data de muerte anterior al terremoto de 1939. Llama la atención que en dos de ellas estén inscritos dos nombres en cada una: Delfina y Margarita, María y Raquel. Ambas sepulturas tienen grabada la misma fecha de muerte: 10 de mayo de 1922. Se trata de la triste historia de las cuatro hermanas Ramírez Prunes, asesina-das por su propio padre, Francisco Ramírez Ham.

El mito urbano se ha encargado de contar esta historia y de sa-zonarla con telenovelescas escenas. Algo tienen de cierto. Sin embargo, el siguiente relato no corresponde a la fértil inventiva popular, sino a hechos documentados directamente en el Ar-chivo Judicial, Registro Civil, diarios de la época e información recabada en el Cementerio General de Santiago.

“La tragedia de ayer conmueve profundamente a la ciudad”, titulaba el diario La Discusión del jueves 11 de mayo de 1922. No era para menos, si al crimen se sumaba que el hechor era un ex diputado por Chillán electo en el periodo 1912-1915, militante del Partido Liberal, el reconocido hombre de nego-cios Francisco Ramírez Ham. Según se ha indagado, Ramírez también participó en una sociedad conformada por insignes señores que se hicieron cargo del diario La Discusión a partir de 1907, al morir repentinamente el propietario de ese enton-ces, Ángel Custodio Oyarzún. Posteriormente se sucedieron nuevos dueños en sociedades por acciones.

Nacido el 4 de junio de 1882, heredó la cuantiosa fortuna de su padre, Isaías Francisco Ramírez (1852-1910), este último vinculado a obras de beneficencia. Con mérito y trabajo incre-mentó sus bienes, llegando a convertirse en uno de los más acaudalados hombres de negocios de la época en Chillán. Pero los desaciertos empezaron a sucederse y vio la ruina financiera en su horizonte cercano, a tal punto que se vio obligado a ven-der algunas de sus propiedades, como el molino “San Pedro”, donde residía (ubicado en el camino al Cementerio Viejo o Pa-rroquial, cerca del actual consultorio Violeta Parra) y el molino “Wicker” (en Avenida Collín). Sin embargo, no pretendía eludir sus deudas y estaba en conversaciones con sus numerosos acreedores para encontrar un acuerdo.

Mausoleo de Sabina Navarrete.

Sabina Navarrete.

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En un extenso reportaje publicado por el rotativo hace casi cien años, se ofrecen antecedentes esclarecedores sobre el implicado, su vida y una cronología de lo sucedido la tarde del 10 de mayo de 1922. Cerca del mediodía, Ramírez pidió al chofer que lo trasladara hasta el río Ñuble junto a sus hijas Margarita y Delfina (gemelas, 10 años), María (7) y Raquel (5). Las niñas estaban al cuidado del padre ya que cinco años antes habían perdido a su madre, según figura inscrito en la lápida del mausoleo: Margarita Prunes, 1885-1917. Al llegar a su destino, Ramírez solicitó al chofer esperarlos mientras daban un paseo por el río, desde ahí se les perdió la huella. Según consta (textualmente) en el acta del proceso: “una vez en la orilla del río, entusiasmó a sus hijitas con la idea de bañarse junto con él, les hizo quitarse sus abrigos i sus zapatos i estan-do a la orilla del río las empujó hacia el agua, haciendo que las llevase la corriente; que él en seguida continuó con ellas dentro del río hasta que las vio desaparecer i después salió a la orilla i con una navaja de barba que había llevado se dio un corte en el brazo izquierdo a fin de causarse la muerte cortándose las arterias i que hecho esto perdió el conocimiento”. Así fue en-contrado a orillas del río, completamente mojado y sangrando, siendo enviado de inmediato al Hospital (hoy Liceo Industrial), específicamente a la pieza nº 4 del Pensionado. En tanto, los cuerpos inertes de María y Raquel fueron hallados horas más tarde y, tras cuatro días, los de la Margarita y Delfina.

Ramírez, agrega en su declaración que había tomado esta de-terminación días antes con la convicción de que no había otro camino para salvar a sus hijas de la miseria.

El 20 de septiembre de 1922 el reo fue trasladado desde la Cárcel (ubicada en el mismo emplazamiento actual) hasta el Hospital, con el fin de someterlo a peritajes siquiátricos. El informe presentado al juzgado el 10 de marzo de 1923, elaborado por los médicos Exequiel Rodríguez y José María Se-púlveda Bustos, concluyó que: “ha sido un acto perfectamente caracterizado de perturbación mental, la que hemos descrito i definido con el nombre de locura melancólica afectivo deliran-te. (…) Como consecuencia, no ha tenido inteligencia ni libertad en la ejecución del homicidio”. Con estos antecedentes más su irreprochable conducta anterior, el 19 de abril de 1923 el tribu-nal resolvió eximirlo de responsabilidad criminal y dictaminó enviarlo a la Casa de Orates de Santiago.

Consultado al respecto, el siquiatra Rodrigo Arrau, aclara que el diagnóstico anterior correspondería hoy a una depresión severa psicótica, que perfectamente pudo curarse con un trata-miento adecuado. Y todo indica que así sucedió, pues Francisco Ramírez Ham, sin haber cumplido un día de cárcel por sus cua-tro crímenes, rehízo su vida en Santiago y contrajo nuevamen-te matrimonio en 1930. Según los archivos del Registro Civil, fijó domicilio en Las Condes, tuvo un empleo que le permitió recibir una jubilación y murió el 1 de febrero de 1967, a los 84 años, a causa de una bronconeumonía. Sus restos yacen en el Cementerio General de Santiago. Más allá de lo patrimonial, las historias que guarda el Cemente-rio de Chillán son un reflejo de nuestra sociedad: en la muerte y en la vida la segmentación por linaje está presente.

Mausoleo Ramírez Ham.

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Christian Rodríguez, Boris Campos, Miguel Lagos Andres González y Claudia Escobar

Eduardo Ramírez, Claudia Guajardo Fabiola Salazar y Maria Jose Candia

Elgar Utreras, Diana de la Fuente, Pamela Utreras José Francisco Candia y Santiago Quezada

Miguel Vásquez, Orlando Seguel, Carmen Contreras, Julio Domínguez Nicole Flores, Yasna Espinoza, Carola Cerda

Q U E A P OYA L A C U LT U R AG ENTEInauguración de la Exposición del artista visual Boris

Campos Ernst. Martes 13 de mayo a las 19 hrs en la Sala Marta Colvin de la UBB.

L anzamiento del disco “Relato de locos” de artista Manuel Quezada . Viernes 30 de mayo a las 19:30 hrs en Sala Schafe r de la UBB,

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“Él vino acá, pasó por La Discusión, entró al local, me sa-ludó de mano y me dijo: ‘Pucha, ¿qué tiempo nos queda? Me habría echado un corte de pelo’. Y el que estaba en la silla le dijo: ‘Señor Allende, con todo respeto, yo le cedo el asiento al tiro’. Y le corté el pelo”. Así recuerda Remigio Islas a uno de sus más ilustre clientes, de paso por Chi-llán durante las elecciones presidenciales de 1958 donde resultó electo Jorge Alessandri Rodríguez. Aunque en esa oportunidad no ganó, al menos Salvador Allende se fue con un buen corte de pelo y el peluquero se quedó con una anécdota que contar.

Don Remigio, de 74 años, es propietario de la segunda peluquería más antigua de Chillán, peluquería Islas, ubicada en la calle El Roble. Se trata de esos lugares que parecen haberse detenido en la línea del tiempo, con sus sillones antiguos, cielo alto, un gran espejo biselado que data de los años 40 y decenas de navajas de barbero. Hace diez años ocupa este emblemático local, el tercero que ha tenido desde que comenzó hace 51 años a dedi-carse a este oficio y al de amolador, más conocido como afilador de tijeras. Sin embargo, relata, hoy en día atiende más gente que antes porque ahora corta con máquina eléctrica, esto le permite atender a un cliente en 10 minutos: “Antes, con la máquina ‘manuable’, eran casi 25 minutos igual que la afeitada también, era antes más len-to. Llegaron muchas navajas alemanas y norteamerica-nas de buena calidad que permiten trabajar más rápido”,

comenta, y para graficar cómo han cambiado los tiempos de pronto abre un cajón y saca su carné de peluquero, un antiguo documento de 1959 que avala su trayectoria. Se-gún relata, “antiguamente se rendía un examen ante una comisión examinadora de peluqueros” y el que aprobaba quedaba sindicalizado, “ahora cualquiera abre una escue-la de peluquería, hay mucho descontrol”, asegura.

El rebelde

Sin prisa observa desde los ventanales el andar de esta ciudad, a la que llegó junto a sus padres y ocho hermanos a fines de los años 40. Relata que el viaje hacia Chillán lo realizó a bordo de un tren desde Chuquicamata, huyendo de las grandes huelgas y matanzas obreras ocurridas en el gobierno de Gabriel González Videla. También recuer-da cómo su padre salvó obreros perseguidos por “comu-nistas”, ocultándolos entre los bultos a bordo del tren, el antiguo Longitudinal Norte, donde los pasajeros de pocos recursos viajaban sobre bancos de madera durante dos días para llegar al centro del país. Otro tren los trajo hasta Chillán. Fue la primera vez en su corta vida que Remigio vio pasto, árboles, lluvia y más lluvia.

Aprendió de su padre este oficio, con quien trabajó “des-de que tenía 11 años cuando salí del sexto de preparato-ria”, puntualiza. Sin embargo, su padre no era peluquero con credencial, sino que se ganaba la vida en Chillán

Remigio Islas

DE LAS TIJERAS, LAS NAVAJAS

POR Úrsula Villavicencio - FOTO Máximo Beltrán

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ejerciendo todo tipo de oficios que había aprendido en la explotación del mineral. Finalmente terminó como peluquero cuando se quedó sin trabajo en la minería, un oficio que aprendió observando a un peluquero japonés.

Pero las exiguas mesadas y la rígida educación, acaba-ron por impulsar a don Remigio a independizarse a los 19 años. “Mi padre me daba dinero para salir a tomar helados con mi polola, pero no tenía un sueldo”. Incluso, dice, no le dio su autorización para hacer el servicio mi-litar, quería tenerlo a su lado pero sin pagarle. Cansado, un buen día decidió marcharse a Santiago. “Me fui con una muda de ropa, llorando como cabro chico y volví a los tres años con una máquina eléctrica, bien terneado, cortando el pelo a navaja, que era algo que aquí no se conocía… Volví por mi mamá”. Ella le consiguió su primer local en el centro.

Por su oficio de peluquero, debe ser uno de los hom-bres que más secretos guarda en Chillán. ¿Cuál es la más íntima o lo más extraño que le haya contado un cliente?

“Uyyyy… Eso es secreto… Le tendría que contar cuánta cosa…Me acuerdo que vino una señora y me preguntó: ¿Don Remigio, mi esposo estuvo ayer aquí? No, no estuvo − le respondí yo − ¿Seguro?, me preguntó ella. Seguro, le dije yo. En la tarde llegó el marido y me reclamó: Oye qué fuiste a hacer… tenís poco de esto (señalando su cabeza). El hecho es que don Remigio debió ponerlo en su lugar y explicarle cómo debe mentir bien un esposo: A ver…, vamos a aclarar un puntito: esta es peluquería y no es nada sala de copuchentos… Si querís hacer una cuestión bien hecha ven acá y dime: Oye, puede venir mi señora porque yo le dije que estaba llena la peluquería y por eso me demoré tanto en llegar a la casa… ¿Ve que es fácil compadre? A mí que me diga cualquier compadre: No, yo a mi señora nunca le he mentido… No, no, no: eso no es así”.

¿Cómo han cambiado los chillanejos en este medio siglo que usted lleva cortándoles el cabello? ¿Cómo ha cambiado la ciudad?

“Ha habido un cambio grande, empezando por los autos. Antes había coches chicoteados, las victorias les llama-ban. Cuando era niño y vivía en población Chillancito, allí por donde está el hospital ahora, por la avenida Argen-tina pasaban las carretas con bueyes que vendían el carbón por carretadas…Mire, yo encuentro que la gente antes era más sana en sentimientos, no era tan egoísta... el egoísmo mata”.

¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido esta ciu-dad en los años que tiene usted viviendo aquí?

“Yo creo que los terremotos. El del 2010… y el del año 60 en Valdivia, que fue como a las dos de la tarde: eso fue terrible…

Sin embargo, don Remigio considera que los aconteci-mientos políticos más complejos los vivió a raíz del golpe militar de 1973, cuando por capricho de un militar que entró a cortarse el cabello al borde de la hora del toque

de queda, se vio obligado a volver tarde a su casa y fue detenido por una patrulla. También recuerda cómo debió defender a un dirigente del sindicato de peluqueros perseguido por su supuesta militancia política. A esta historia agrega la del hermano de un conocido y antiguo relojero de Chillán, cuyo cuerpo inerte apareció en un río: “un huasito le vio un reloj y se lo sacó porque estaba muerto; después lo mandó a arreglar ahí en el mercado ¿y sabe a quién le pasó el reloj? al papá del muchacho”. El padre interrogó al campesino prometiendo confidencia-lidad y así fue como pudo encontrar el cuerpo de su hijo junto a varios otros cuerpos.

¿Y cuál cree que fue el mejor momento de Chillán?

“Lo que a mí más me gustaba era cuando llegaban las fiestas de la primavera, cuando las escuelas sacaban carros alegóricos alrededor de la plaza. Cuando yo tenía como 14 años en esas fiestas vendía cartuchos de challa que recogía del piso: tres cartuchos en un peso”.

¿Si usted pudiera dirigirse a alguna de las autorida-des de la ciudad, qué les diría o qué les pediría que hicieran por Chillán?

“Al alcalde yo le diría: Sabe qué, señor alcalde, me gusta-ría que usted me acompañara para mostrarle la ciudad donde hay miles de baldosas que arreglar y hoyos que componer, porque donde usted ande saltan las baldosas lejos”.

Don Remigio llevó el estandarte de la lu-cha contra la pediculosis (vulgo piojos), allá por los años 70 y 80, cuando puso de moda una receta que nadie más co-nocía en Chillán en ese entonces y que él aprendió en uno de esos libros que le gusta leer. Aún hoy suele recibir consultas sobre esta buena receta que si bien hoy en día no se recomienda, tampoco falla.

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TERRAZATECHADA

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Si el 2013 los protagonistas fueron ocho edificios repre-sentativos de la arquitectura moderna, el 2014 los princi-pales festejados fueron doce oficios: cantoras, cocineras, feriantes, floristas, cecineros, rayueleros, poetas, pinto-res, alfareras, talabarteros, moteras y chicheros. “Pudi-mos contarles y enseñar a las familias que participaron ese día parte de nuestra y historia y tradición”, cuenta la presidenta de la Unión de Artesanos de Quinchamalí, Mónica Venegas.

Por segundo año consecutivo, la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán (UPA) organizó un com-pleto programa para celebrar la identidad de la ciudad y este año la actividades estuvieron centradas en cele-brar “Nuestra Herencia Viva”. Las masiva concurrencia a las distintas actividades demuestra que la comunidad chillaneja cada día valora más esas características que los hacen únicos, esas tradiciones y costumbres que quieren heredar a sus hijos y nietos y que no desean que desapa-rezcan.

Barrios también fueron protagonistas

Sin duda, lo más esperado por los vecinos de Santa Elvira, Ultraestación y Quinchamalí fueron las activi-dades realizadas en esos barrios. Una instancia que ha logrado“conectar una celebración nacional con identida-des locales, lo que permite generar un vínculo más direc-to y familiar. Se trata de bajar la celebración a lo cotidia-no”, explica la antropóloga de la UPA, América Escobar.

Las primeras cifras hablan de, al menos, seis mil personas disfrutando de las distintas actividades relaciondas con el Día del Patrimonio. Decenas de vecinos cada domingo de mayo festejaron su identidad en los barrios Santa Elvira, Ultraestación y Quinchamalí.

UPA Chillán recibió Premio de Conservación

“El trabajo que ha realizado la Unidad de Patrimonio nos llena de esperanza, porque es muestra palpable de que es posible reconocer y hacer una puesta en valor desde lo colectivo. Un trabajo así, fortalece los vínculos con la comunidad y, por qué no decir, los afectos”, fueron las palabras utilizadas por la Presi-denta Michelle Bachelet para referirse a la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán (UPA), institución que recibió el Premio Conservación de los Monumentos Nacionales en el marco de la celebra-

ción del Día del Patrimonio.

La ceremonia se realizó en el Museo Histórico Nacio-nal y el reconocimiento fue recibido por el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar Andonie, de manos de la Minis-tra de Cultura, Claudia Barattini, y el nuevo secreta-rio ejecutivo de Consejo de Monumentos Nacionales, José de Nordenflycht. “Estamos muy orgullosos por este premio, ya que reconoce el trabajo que hemos realizado en favor del rescate y puesta en valor de nuestro patrimonio y, a la vez, nos sentimos con ma-yor responsabilidad de seguir adelante y asumir nue-vos desafíos que continúen con el engrandecimiento

de nuestra identidad”, comento el edil.

M e s d e l Pat r i m o n i o d e a p o co co m i e n z a a s e r pa rt e d e l as t r a d i c i o n e s

d e lo s c h i l l a n e j o s

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POR Máximo Beltrán

Las tradiciones, recuerdos y fragmentos

iconográficos, son huellas que quedaron en el ca-mino para recordarnos de dónde comenzamos. Más que reliquias del pasado, las fotografías adquieren el valor de

catalizadoras del futuro”.

Album de familia

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1_ Sra. Emilia Mufdi Cuzmar. 1948. Aporte Sra. Laura González Mufdi. 2_ Sra. Sara Chavarría Herrera. 1931. Aporte Susana Villegas Silva. 3_ Sr. Manuel González Jara, primer alcalde de Chillán Viejo. 1926. Aporte Sr. Jaime González

Ramírez. 4_ Hermanos Jiménez Meriño, 1942. Aporte Eduardo Jiménez Pardo. 5_ Sra Olga Bocaz Retamal e hija. 1930. Aporte Ricardo Bocaz Bocaz. 6_ Sr. Rigall, Chillán 1930. Aporte Sra. Gladyz Rigall Zelada. 7_ Gimnasia, Escuela Normal de

Chillán, 1919. Aporte Sr. Carlos Alberto Salvo. 8_ Cuarto Año A, Preparatoria 1968. Aporte Sr. Eduardo Jiménez Pardo. 9_ Srs. Juanita San Martín. María Victoria Freire e Ignacio Freire. 1950. Aporte Rodrigo Sáez Freire. 10_ Familia Orbenes,

Barrio Ultraestación. 1900. Aporte Sr. Ramón Bastías Sandoval.

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Siempre me impactó saber que la ciudad de Chillán tuvie-ra varios siglos de antigüedad. Mi imaginación volaba a otros mundos pretéritos al oír decir que había sido fun-dada por el mariscal Martín Ruiz de Gamboa en un lejano invierno de 1580. Casi podía ver una sencilla empalizada con un foso, algunas casuchas y unas débiles antorchas iluminando la noche oscura. El frío, la humedad, la leja-nía de la capital de la Gobernación, debió haber conver-tido dicha fundación en todo un acontecimiento para ese pequeño grupo de españoles sedientos de aventura, fama y dinero. Otro tanto podemos imaginarnos de las comu-nidades mapuche que vivían en los alrededores y que ya conocían a los hispanos producto de las primeras enco-miendas relacionadas con la ciudad de La Concepción.

De aquel mestizaje nacieron nuestras familias; la Iglesia dio sentido de unidad monárquica a lugares tan alejados de España como nuestra ciudad cuatro veces centenaria; en un momento fuimos súbditos de un rey casi desco-nocido. Todo esto me daba material para más ensueños y fantasías de niño cuando en la escuela nos enseñaban que Chillán, en particular, y Ñuble, en general, fueron protagonistas de las luchas de la Patria Vieja. Casi puedo ver el viejo Chillán sitiado por Carrera, escuchar los tambores y algún cañón tronar. Nuevamente siento el aire

gélido, la escarcha y la lluvia chillaneja, veo ponchos deste-ñidos y húmedos y los pasos inquietos de don José Miguel.

Los siglos pasan y la ciudad de transforma, obligada por los terremotos y desastres. Su último gran cambio fue en 1939 que aún vive en nuestra memoria colectiva. Mi abuela era una niña para aquella noche de verano y con sus palabras me retrató el dolor y la pérdida, las casas crujiendo mientras el adobe se rompía y las nubes de polvo inundándolo todo. El estruendo y luego un breve silencio, finalmente el llanto y los gritos de dolor.

Se podría pensar que tengo una imagen triste de la ciudad, sin embargo es lo opuesto. Chillán se levantó de todos aquellos cataclismos y continuó su marcha en la historia. Sus vecinos tejieron redes solidarias para acompañarse en el dolor y ver a los niños crecer. Sus ins-tituciones trabajaron para el desarrollo y modernización de la ciudad y en algunos momentos hicieron un trabajo destacado. Recuerdo al doctor José María Sepúlveda Bustos y al intendente Vicente Méndez Urrejola, además de tantos otros hombres y mujeres anónimos.

Hoy mucho de esta “Gesta de cuatro siglos” se siente le-jana. Vivimos en un mundo de cambios culturales donde nacen nuevas identidades. Está por verse como serán los chillanejos del siglo XXI, es de esperar que tomen el testimonio de sus abuelos y padres para hacer de este espacio urbano una ciudad con futuro. Muchas tareas están pendientes, quizás muchos errores haya que reco-nocer. Pero las oportunidades están ahí, a la vuelta de la esquina, esperando que hombres y mujeres de espíritu constructivo caminen por el nuevo milenio.

Chillán bajo dos miradasChillán: Cuatro veces centenariaPOR Ramón Bastías SandovalSociólogo, Universidad de Concepción

Dos épocas del Paseo Arauco. Fotomontaje Máximo Beltrán.

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La cultura se entiende como la forma de vivir que se aprende en cada tiempo histórico y lugar. Es un concepto que pone de relieve las diferencias entre los pueblos y también se aplica a los distintos grupos dentro de una misma sociedad, donde es posible diferenciar colectivos que comparten códigos éticos, creencias o costumbres específicas; así, por ejemplo, podemos hablar de una cultura campesina en la Provincia de Ñuble.

Toda persona expresa y porta la cultura, desde aspectos triviales hasta nociones más profundas. Pero resulta di-fícil tomar distancia de la cultura propia y medirla con la misma vara que se aplica a las creencias de los otros. Por esto es que la idea de interculturalidad va más allá de la coexistencia territorial; es necesario incluir las nociones de poder y de desigualdad social.

En la historia de Chile se puede ver la subordinación de las distintas culturas indígenas existentes, impulsando el descrédito de cualquier elemento que se le asocie, inclu-so hasta transformar en un insulto el epíteto de “indio” o “indígena”. ¿Qué sucede en nuestra Región del Biobío o somos cortados todos con la misma tijera? Recordemos que esta zona se caracteriza por el carácter de frontera que adquirió en la relación histórica entre los europeos, en un primer momento y los criollos, después, princi-

palmente con el pueblo mapuche, debido a la barrera natural del río Biobío. Este aspecto favoreció una alta presencia militar e institucional y con ello, la devoción a la patria, a la Iglesia oficial y a la idea de que ya no había indígenas a este lado, sino campesinos herederos de tradiciones europeas. No es difícil escuchar todavía reivindicaciones de apellidos de abolengo aristocrático como prueba de estatus en el propio Chillán.

En cuanto a la desigualdad social como elemento diferen-ciador dentro de la cultura local, hay que reconocer que aunque se pueda compartir una cultura campesina en parte de nuestra provincia, no es lo mismo ser el dueño del campo que un inquilino o mediero; además de las di-ferencias económicas, prevalecen diferencias de prestigio y poder, en el uso del lenguaje, entre otras.

Por último, la migración es otro elemento que configura la diversidad cultural local. Los migrantes extranjeros, palestinos − varios muy importantes en la historia de Chillán −, chinos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, son parte de nuestra comunidad. Si bien la población de Ñuble es diversa culturalmente, estas diferencias son poco visualizadas, prevaleciendo creencias negativas sobre los indígenas que se aplican también a los extran-jeros indígenas y, por otra parte, marcadas diferencias sociales que constituyen barreras culturales.

Mirarnos y mirar a los demás como portadores de cultura, de una cultura digna, esa es la invitación en este aniversario y en adelante.

valoración de la diversidad cultural POR Simi Jiménez CarrascoAntropóloga, Universidad Austral de Chile

COLUMNA

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En el contexto del encuentro de poetas “Chillán Poesía” que se celebró del 15 al 17 de abril de este año, con la histórica presencia de Ernesto Cardenal en Chillán, seis niños de la Escuela México sorprendieron y enternecieron al público con sus ingenuas pero bien pensadas com-posiciones. A raíz de su participación, quisimos indagar qué nos mueve hoy hacia la poesía.

POR Úrsula Villavicencio FOTOS Patricio Contreras

¿POR QUÉ LEER POESÍA HOY?

Sergio Mansilla Rosabetty Muñoz Lila Calderon

Malena de Milli

José Ángel CuevasHugo GonzálezElgar Utreras

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Rosabetty, oriunda de Chiloé, desde hace 30 años realiza talleres de poe-sía con niños y de ellos han salido ta-lentos como Juan González, ganador del premio Roberto Bolaño en 2010.

“Yo creo que le han hecho una mala fama a la poesía y eso también tiene una razón de ser porque la poesía tiene una concentración tal de sen-tido que es una mirada crítica: una persona que lee poesía usa mecanis-mos mentales más complejos para entender, entonces es una persona más crítica. No son sujetos que sir-van para este sistema donde todo se consume rápidamente y se desecha cuando falla, la gente quiere que le den todo listo, deglutido, que no tengan que pensar, que no les genere conflicto. La poesía cuando se mues-tra, provoca”.

Oscar Saavedra, joven poeta san-tiaguino que en su rol de profesor realiza talleres para desarollar las capacidades poéticas de personas de toda edad. Recientemente los niños de su clase fueron premiados con el Concurso Latinoamericano del Cole-gio Raimapu.

“Cuando una persona se involucra con el lenguaje poético va generando autonomía, consciencia de sí misma, se define, se nombra, baila a través de sus palabras; porque una persona sin su lenguaje es una isla sin mar o un bosque sin árboles. Cuando se cons-truyen a partir de su propia palabra su pensamiento crece -reflexiona- y hace cambiar este mundo. La poesía es tan importante porque dice mucho y no se queda en algo estético sola-mente. Los niños tienen el lenguaje poético y lo desarrollan con un pe-queño estímulo creativo”.

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“En cada poema llevo una vida con-tándolo”. Parecen las palabras de un eximio poeta, pero se trata del sentir de Catalina Baeza, de 10 años, alum-na de la Escuela México, quien junto a sus compañeros asistió a los diarios encuentros de “Chillán Poesía” para conocer el trabajo de otros poetas, como ella.

Esta hermosa experiencia con los niños y la inquietud manifestada por tantos jóvenes que se acercaron a escuchar poesía durante los tres días que duró el encuentro, nos motivó a preguntarnos por qué leer poesía hoy, cuando existe la sensación colec-tiva de que ya no se lee poesía y entre los profesores está la justificada in-quietud de que ya no se enseña en la escuela. Reconocidos poetas y jóve-nes talentos nos hablaron al respecto.

Niños de la Escuela México: Valeria García (9) y José Navarro (10).

¿Por qué te gusta leer poesía?

Valeria García: “Anima el alma y uno puede leerla sin nervios”.

José Navarro: “Te inspira el alma”.

¿Por qué te gusta escribir poesía?

Valeria García: “Por expresar lo que uno siente”.

José Navarro: “La gente se siente feliz haciendo lo que le gusta”.

Rosabetty Muñoz, poetisa miembro de la Academia de la Lengua Chilena, y ganadora del Premio Pablo Neruda año 2000, el Premio Consejo Nacio-nal del Libro de Chile, Premio Altazor de las Artes Nacionales 2012.

Oscar Saavedra

José Navrro, Maximiliano Cabrera, Millaray Lara, Catalina Baeza, Valeria García y Francisca Illanes

José Ángel Cuevas, poeta nacional de la generación del 70.

“La poesía es como la filosofía de un país: para buscar la verdad de un país, están los poetas”.

Lila Calderón, reconocida poetisa nacional y cineasta, hija del poeta Alfonso Calderón, responde con Leve y Aleve (extracto):

La ciudad dorada / que la ciencia es-conde/por órdenes mayores/ descuel-ga sus estrofas/ hacia el interior de la tierra/y da rienda suelta al verso li-bre,/ al color /que encabritado sopla/con el rumor divino/avivando el agua /y el fuego / de la alquimia real. /Porque donde existe poesía/ efervesce el oro /que reviste los templos/y hace temblar el corazón./ Porque cuando hay poesía hay corazón/y zumban las estrellas en el pecho/ haciendo arder los mapas estelares/como perlas que brotan /desde el fondo de la fuente./Burbujas de sabiduría /que calman la sed/y sedan el miedo a la existencia/tan leve y aleve/y sin explicaciones.

Mauricio Castillo

Juan Cameron

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Juan Cameron, reconocido poeta de Valparaíso, galardo-nado con el premio Altazor de las Artes 2014.

“Es el único medio que te puede hacer descubrir el mun-do. Entonces, dejar de usar las palabras, o usarlas en un solo sentido directo, nos va achicando mentalmente cada vez más. La palabra nos permite leer, el leer nos hace cul-tos y el ser cultos, nos hace libres, en definitiva nos hace más felices. Realmente leer, especialmente poesía, es un camino que nos lleva a la realización personal”.

Sergio Mansilla, poeta nacional muy reconocido fuera de nuestro país.

“La poesía rescata las significaciones más profundas del idioma, que a la vez hacen posible generar una bella extrañeza por las cosas del mundo; eso no lo hace otra forma de utilización del lenguaje ni otro género. Como el ser humano necesita una experiencia de eternidad - independiente de su condición religiosa -, la poesía se la provee. Es una forma de experimentar el tiempo en una densidad apenas imaginada, por eso es que la poesía ha existido y va a seguir existiendo”.

Malena de Milli (seudónimo), joven poetisa de 24 años, quien ya publicó su primer libro en este género, Elegías, y ha ganado premios de poesía juvenil a nivel nacional.

“Nunca nadie debiera dejar de leer poesía, ni cuentos, ni novelas, ni teatro, porque siempre habrá, hasta para el más reacio, alguna forma de poesía, o de literatura, o más aún, alguna forma de arte con la cual pueda dialogar”.

Mauricio Castillo, “Chinoy”, cantautor y también poeta, hoy conocido a nivel internacional.

¿Por qué leer poesía hoy? “Para seguir siendo niños”.

¿Por qué escribirla y cantarla? “Para que otros puedan ser niños también”.

Elgar Utreras, poeta chillanejo y también profesor, autor de los libros En la calle de los ángeles y La casa.

“La poesía nos pone de pie frente al mundo con una mi-rada fresca, dejando de manifiesto lo que nos es oculto por motivos de nuestras ataduras adquiridas en nuestro diario quehacer, de una ceguera adoptada y complacien-te. Frente a ello la poesía nos ofrece un descanso, un atis-bo de luz en la oscuridad, un mundo posible a realizar donde los altos valores de la humanidad puedan reinar. La poesía es un desafío a nuestras vidas no solo en lo intelectual, emocional sino en lo vital, en lo que tenemos aún por hacer, en aquello que se nos exige, en esto de ser más hermanos el uno del otro y con el universo”.

Hugo González Hernández, poeta decimista y payador, ganador de concursos nacionales, responde como mejor sabe hacerlo:

“Vivenciar la poesía/en el canto, la escritura,/la audición o la lectura,/es ganar sabiduría,/es percibir la armonía/entre mente y corazón,/poesía es la expresión/ de valores soberanos/que nos hacen más humanos/en la comunica-ción”.

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El hijo de la novia

Comenta: Diana de la Fuente Poeta y profesora.

Director: Juan José Campanella País: Argentina Año 2001

El hijo de la novia es una historia conmovedora sobre la reivindicación y el compromiso con la familia. Su prota-gonista, Rafael (Ricardo Darín) es un hombre consumido por el trabajo que elude la responsabilidad familiar y se justifica a diario por su falta de tiempo. La madre (Norma Aleandro) se encuentra interna en un asilo afectada por el mal de Alzheimer, por esta condición no puede evi-denciar la ausencia del hijo. De este modo el retrato de la vejez se manifiesta a través del desamparo, la ingenui-dad, el delirio y la calidez en una enfermedad sin retorno. El descuido del hijo se contrasta con la imagen de un padre doliente (Héctor Alterio) que solo quiere cumplir la promesa que hizo algún día y que ella no recuerda, casarse ante la Iglesia.

La unión perfecta del drama y el humor, representa de manera sutil la búsqueda personal del ser humano al momento de replantearse en la vida. Un hijo al fin com-prende cuál es su misión, ayudar a su padre en la bús-queda de un sueño. Finalmente los diálogos inteligentes e intensos conforman un film profundo y hermoso en su sencillez que busca en imágenes cotidianas la respuesta a un propósito.

Noche Primitiva

Comenta: Elgar Utreras, poeta.

Autor: Jorge Cocio Editorial: Ediciones ICD Año 2013 Poesía en formato plaquette

“Noche Primitiva”, del músico chillanejo y licenciado en Filosofía de la Universidad de Concepción, Jorge Cocio, se ofrece como un disparo en la noche más oscura, como un relámpago de poesía que no evade su responsabilidad de alumbrarnos, aunque sea por breves instantes, el camino que a veces solo tanteamos. De la mano de intuiciones y poderosas visiones que surgen de la embriaguez del vitalismo con que se liberan las palabras, Jorge nos expone: “Madre, tengo miedo porque siento frío que no me reconozco esperando noches sentado en los ríos…” También nos dice, como un atisbo de lo que se espera: “Por un cielo a pedazos desde el otro lado hasta el frío de la madrugada, tan distante”. Donde la noche envuelve el lenguaje, en la espera del amanecer del Ser que “Desde el ardor transparente que irradia su savia convirtiéndola en mera adivinación…”, pareciera inclinarse sobre su propia lengua para poder nacer. No desconocemos que es una escritura enigmática, misteriosa, que a veces se entronca en la voz de los poetas chilenos Rosamel del Valle y Hum-berto Díaz Casanueva, que invita a la reflexión, cargado de interrogantes, de poblarnos los ojos con imágenes intensas y que nos susurra la realidad más completa que en su ocasión los Surrealistas exaltaron. Estas palabras son una bienvenida a este joven poeta, un abrazo a su respiro y como bien lo dijera en este verso: “¿Acaso es posible volver al último sonido de la primera noche?”.

QUÉ LEES

QUÉ VES

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Es oportuno ver cómo la vida de la Gran Logia fundada el 24 de mayo de 1862, se ha hermanado con la historia de nuestra patria en muchas de sus acciones más relevantes de progreso social. Podemos observar sus aportes en la prensa, en el Parlamento, en el ámbito universitario y en el Gobierno: Creación de la Sociedad de Instrucción Primaria con la aparición de las primeras escuelas; la Ley de Libertad de Culto; la Ley de los Cementerios Laicos; creación de la Universidad de Chile; la Ley de Matrimonio Civil; creación del Registro Civil; incorporación de ramos científicos al currículo de los liceos y más.

En el siglo XX es posible destacar, entre muchas, su parti-cipación en la Democratización de la enseñanza; separa-ción de la Iglesia del Estado; la Ley de Instrucción Prima-ria Obligatoria, Laica y Gratuita; la creación de Escuelas Técnicas y de Artesanos; creación de la Corporación de Fomento de la Producción; creación de la Universidad de Concepción.

Gran Logia de Chile: 152 años

Colegio Concepción de Chillán

Hoy, como siempre, Masonería constituye una asociación de personas que dentro de un sistema social y político, encuentra su derecho a ser y actuar acorde a su condi-ción humanista.

El conocimiento masónico se transmite por dos vías pa-ralelas: una escrita y la otra oral. En esta particularidad radica la importancia de la enseñanza que mantiene viva a la Orden Masónica permitiéndonos transmitir lo mejor de nosotros mismos a las nuevas generaciones.

La Masonería no es fácil de definir, porque cada uno de nosotros podría afirmar que se trata de una filosofía de vida, como la educación o como una experiencia perso-nal. Masonería en cambio se ocupa del mejoramiento del ser humano, ayudándolo a conocerse a sí mismo. Maso-nería ha transformado al hombre en institución y ha ele-vado el humanismo a nivel de arte. Basándose en estos resultados, esta trata a los jóvenes y a la educación de una manera muy particular, haciendo un paralelo entre el hombre y el joven, entre el humanismo y la educación.

Masonería actúa a través de sus miembros a modo de escuela, formándolos bajo los más elevados conceptos éticos y morales, impulsándolos a ser dignos y un ejem-plo para la sociedad en que actúan, independientemente de sus ideas políticas o religiosas.

Nuestras vidas están entregadas al estudio, todos, en mayor o menor grado, estamos contribuyendo a descubrir el secreto de la existencia”.

POR Hernán Constanzo González, rector Colegio Chillán.

Page 29: Revista Chillán Antiguo & Vitrina Urbana N°14

*Foto página 26: Grupo artí stico Colegio Concepción, en homenaje a la Gran Logia de Chile en sus 152 años

Hernán Constanzo González, rector Colegio Chillán.

Nuestro aporte a este movimiento en Chile y específicamente en la Provincia de Ñuble lo representan los Colegios Concepción de Chillán, Colegio Concepción San Carlos, Colegio Chillán de Chillán y Colegio Técnico Profesional Profesor Enrique Salinas Buscovich”.

La educación masónica en todos los tiempos, aboga por la formación de la inteligencia y de la voluntad como facultades específicas del espíritu humano. La dignidad masónica se basa en reconocer que toda persona es merecedora del respeto mutuo sin importar cómo ni quienes seamos.

Los masones siempre hemos buscado la Verdad, la palabra inspiradora, la luz guiadora. Nuestras vidas están entregadas al estudio, todos, en mayor o menor grado, estamos contribuyendo a descubrir el secreto de la existencia. La duda nos ayuda a descartar lo vano y a encontrar lo realmente útil para convertirnos en nuevas personas dedicadas al oficio de la reflexión.

En la actualidad la Masonería Universal se encuentra realizando una gran evolución educacional, acompañada de una comprometida visión de futuro. Nuestro aporte a este movimiento en Chile y específicamente en la Provin-cia de Ñuble lo representan los Colegios Concepción de Chillán, Colegio Concepción San Carlos, Colegio Chillán de Chillán y Colegio Técnico Profesional Profesor Enrique Salinas Buscovich. Pero, si tenemos en consideración que

la educación que ofrecemos no está exclusivamente di-rigida a nuestros Hermanos sino también a los profanos que poseen inquietudes y buscan respuestas, ¿por qué ser masón? ¿por qué ser integrante de un grupo juvenil laico?¿ porqué pertenecer a un grupo masónico femenino?.

Simplemente, porque Masonería representa el arte de educar al hombre y a la humanidad para la vida, mostrándoles todo aquello a lo que el ser humano está llamado a ser.

Page 30: Revista Chillán Antiguo & Vitrina Urbana N°14

PASO 1

Identifica los alimentos que requieres regularmente (le-chugas, tomates, acelgas, papas, etc.). Si no tienes patio o

antejardín, podrás utilizar macetas.

PASO 2

Revisa qué estás descartando como basura y qué puedes recuperar para enriquecer los suelos a cultivar. A través del

compostaje tus residuos orgánicos pueden transformarse en tierra fértil.

PASO 3

Destina un basurero únicamente para residuos orgánicos en donde depositar los restos de vegetales, cáscaras de huevo, bolsas de té, cáscaras de frutas y tubérculos, restos de poda,

servilletas.

PASO 4

Implementa una compostera (con o sin lombrices) para residuos orgánicos; puedes auto construir o comprar en el

comercio, hay diversos modelos disponibles de acuerdo a tu espacio.

PASO 5

Alimenta diariamente tu compostera con residuos orgánicos crudos generados, principalmente, a partir de la preparación

de los alimentos, cúbrelos con tierra, aserrín, hojas secas o paja. Si incorporas lombrices y/o guano de herbívoros se inocularán las bacterias y esto acelerará el proceso de

compostaje.

PASO 6

Asegura la multiplicación de las bacterias manteniendo la humedad, aireación y ph de los residuos en proceso de com-postaje. El ph debe ser levemente ácido y una temperatura

no mayor a 70ºC. Esto se consigue observando el comporta-miento de nuestro compost o lombricompost, así sabremos cuándo humedecer, cuándo voltear para incorporar oxígeno y disminuir temperatura y cuándo agregar paja, tierra o ase-rrín para mantener el equilibrio en el grado de acidez (ph),

así como evitar malos olores y conseguir un compost de buena calidad en un plazo no mayor a seis meses. Una buena compostera y un adecuado manejo eliminan la presencia de

roedores o moscas.

COMPOSTAJE

POR Fabiola Salazar, permacultora

Recomiendo esta página para mayor información: www.compostaenred.org

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SÉ el cambio que quiereS ver

#1

Page 31: Revista Chillán Antiguo & Vitrina Urbana N°14

Bitácora de dos soñadoresN°3

Mercado de Guadalajara

Museo de las momias, en Guanajuato.

Cerros de Guanajuato.Caro y Vic

Entramos a Guadalajara por una cuesta peligrosa y después de las tantas miles de curvas, sube y baja, llegamos a la Ruta del Tequila, pasando por varias plantaciones de agave, que es la planta de la cual se produce este licor.En Guadalajara nos alojó por una semana Rubén (a quien contactamos por Couchsur-fing), ya que tuvimos grandes dificultades para encontrar aceite vegetal quemado. La razón es positiva, por suer-te… acá existe una empresa que lo recolecta para reciclar-lo. Sin embargo, esto fue un problema para nosotros que tuvimos que aplanar la ciu-dad, en búsqueda de nuestro combustible.

En esa semana en Guadalajara fuimos al Mercado San Juan de Dios, a la mezcalería-bar-bailable-cumbianchero “Pare de sufrir”, a “echarnos unos tacos”, comer elotes (choclo cocido con mayonesa, crema y queso) y tamales (algo así como una humita mexica-na). Otro día nos tomamos el camión (micro) para ir a un poblado en las afueras de la ciudad llamado Tonalá, ya que los jueves y domingos se monta un gran tianguis de artesanía (feria) en la avenida principal.

Guadalajara es una ciudad bien grande, incluso en varias oportunidades sentimos como si estuviésemos caminando en distintos barrios de Santiago. Y algo que nos llamó mucho la atención, fue que casi en cada cuadra hay una iglesia.

Cerramos nuestro paso por esta hermosa ciudad y continuamos nuestro recorrido hacia la famo-sa ciudad colonial de Guanajuato. Son puros callejones angostos, con esquinas bien cerradas y varios túneles subterráneos laberínti-cos. Recorrimos el colorido centro histórico, visitamos sus iglesias y plazas, y nos perdimos caminando en sus maravillosos callejones, como el famoso “Callejón del Beso”. También fuimos al Museo de las Momias y visitamos el Iconográfico del Quijote.

Entre tanto caminar de un lado para otro y al ser Guanajuato una ciudad bien turística, nos cruzamos con varios restaurantes y apro-vechamos de buscar aceite. Acá nos fue bastante bien y logramos juntar como cien litros.

Dejamos Guanajuato con destino a San Miguel de Allende. Si bien el pueblo es precioso, está bien mantenido y bien pintado todo en colores mostaza y ladrillo, está demasiado sobrevalorado todo y creemos que se debe a la llegada de tanto gringo con plata que está dispuesto a pagar eso y más.

Definitivamente, ha sido una grata sorpresa esta pri-mera pasada por el interior de México y la gran gana-dora ha sido Guanajuato. Aunque no somos amantes de las grandes ciudades, nuestra experiencia en Guadalajara fue increíble, pero las expectativas que teníamos de San Miguel de Allende se derrumbaron al ver la explotación que ha sufrido con el turismo, aun-que sigue siendo un pueblo muy bonito.

Nuestra búsqueda se ha orientado hacia lugares que mantengan su belleza, pero también su inocencia. A nuestro juicio la inocencia de un lugar es posiblemente la mayor de sus bellezas, cuando puedes acceder al valor real de un produc-to y no uno inflado para turistas, cuando las cosas son como han sido por años y no modificadas para que se vean más lindas para otros… Compartir con gen-te local de verdad, de ver ceremonias o fiestas reales, no recreaciones, no shows armados… ese es el oro de nuestro viaje.

VISITANOS en upachalupa.org

y síguenos en nuestro viaje

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Page 32: Revista Chillán Antiguo & Vitrina Urbana N°14

Vivienda sostenible del discurso a la practica

Dicen que el hogar es el fiel reflejo de quienes lo habitan, sus

objetos y colores hablan de sus vivencias. Un buen ejemplo de esto se encuentra en la Colonia Bernardo

O`Higgins, donde una familia ha llevado la teoría a la práctica desarrollado un

modelo sostenible de vivienda. Desafiando la comodidad, la inmediatez y lo superfluo,

el estilo de vida que eligieron nos invita a repensar nuestro modo de vida actual.

POR Marcia Castellano

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La casa de Fabiola Salazar no tiene los habituales techos en A, cuatro muros exteriores, antejardín y entrada de auto en cemento; aquí nada se parece a un proyecto en serie de constructora, ni fue colocado por un capricho estético. Cada centímetro ha sido levantado con esfuerzo, ensayo y error. “Empezamos viviendo en una pequeña casa de paneles reciclados y así fuimos construyendo con la misma arcilla del lugar”, dice Fabiola, mientras nos guía por todos los rincones de la casa que comparte con su pareja y sus dos hijas, ubicada en la Colonia Bernardo O`Higgins.

Utilizando técnicas de bioconstrucción, comenzaron a levantar su vivienda a principios de 2010. Inicialmen-te fue concebido como un proyecto de asentamiento humano sustentable, denominado Ruka Trunkai (casa circular en mapudungun), donde vivían en comunidad con otras personas interesadas en aprender haciendo. En ese entonces, sin suficiente conocimiento, el primer intento como albañiles fue un fracaso. “Hay que aprender por experiencia y el desafío es ser pacientes porque uno quiere todo rápido, finalmente también tiene su gracia esperar. Soluciones lentas y pequeñas”, sostiene, esa es la consigna.

Sin apremio, botaron el domo que habían construido y en su lugar pusieron un octágono que fueron armando con botellas plásticas rellenas de tierra, unidas por barro y paja compactada. Este lugar hoy alberga la cocina comedor.

Hace un año optaron por la vida en familia, aunque continúan realizando mejoras en su terreno de media hectárea. Además del octágono, instalaron un domo para dormitorios y otro para alojar invitados. “El domo permi-te que la temperatura se distribuya y circule; energética-mente es estar dentro de un útero (domo significa mujer en mapudungun), se potencian las energías porque es una geometría sagrada”, dice satisfecha, mientras mira jugar a sus niñitas que revolotean a sus anchas por el agreste patio. En realidad, aquí todo parece un gran patio y las construcciones se presentan como de visita sobre el terreno, sin que la intervención humana altere violentamente el paisaje. “Soy una voluntaria más en este proyecto y mi misión es colaborar en reverdecer el pedazo de tierra donde me tocó estar. Hay un compro-miso profundo en esto y un disfrute, uno se siente más libre”, sostiene.

Una casa a la medida de sus necesidades

Convicción es la mejor palabra que define a esta familia, a tal punto que realizan esfuerzos de los muy que pocos serían capaces, pero que para ellos son tareas habituales. Así, por ejemplo, compostan sus residuos y devuelven a la tierra sus nutrientes para obtener de vuelta horta-lizas para el consumo familiar; recuperan las heces y orina utilizando el sistema de baño seco, que les permite deshacerse de estos para fertilizar la tierra; además, un generador eólico helicoidal les provee de energía para obtener agua de pozo, mientras que un panel solar les

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abastece de energía para cargar los teléfonos y el com-putador, aunque todavía es insuficiente para iluminar la casa donde, lógicamente, solo ocupan ampolletas LED. Por lo mismo, tampoco tienen televisión ni un refrigera-dor tradicional.

“Lo que más generan es admiración y sorpresa de que se puede hacer tanto con poco, igual a muchos les resulta extraño a veces, pero no nos declaramos cien por ciento sustentables, estamos en transición”, afirma tan resuelta que de inmediato empiezo a pensar qué otra cosas más podrían hacer. No se me ocurre. Probablemente leyendo mi mente, advierte: “No hay un razonamiento, actúas en consecuencia o te haces el leso. Una sociedad resiliente tiene su huerta, cocina lo que necesita, va abasteciéndo-se en la medida de sus necesidades. Cultivar nuestros alimentos es totalmente posible, solo debemos recordar cómo hacerlo, muchos de nuestros padres o abuelos lo experimentaron en su niñez o juventud, por lo tan-to es una herramienta, conocimiento o habilidad con gran potencial de recuperación. El cómo proveernos de alimentos, vivienda, energía, abrigo, educación, salud, es la pregunta que todo individuo debe hacerse, pero nos demoraremos una generación por lo menos en cambiarlo y nosotros somos la generación que tiene que sembrar conciencia en el resto”.

Ese afán cúbrelotodo

El arquitecto Mauricio Cárcamo conoce bien la Provincia de Ñuble porque vivió hasta su juventud en San Nicolás. Es doctor en Urbanismo y docente de la Facultad de Ar-quitectura de la Universidad de Chile, y en esta entrevista no explica cómo podemos contribuir a tener un entorno más sostenible. Según se deprende, todo es cuestión de actitud.

Cuando lo social, lo económico y lo medioambiental se intersectan podemos hablar de sostenibilidad. ¿Los proyectos arquitectónico estándar consideran esta visión holística?

Claramente no. Tanto la arquitectura, como el urbanis-mo y la casi extinta planificación, están en deuda con la sociedad. Un buen proyecto arquitectónico no pasa por los presupuestos asociados como se pretende flojamente hacer ver a menudo, pasa por la voluntad y capacidad de desarrollar soluciones integrales a partir de los insumos que se tienen. Los aspectos y efectos sociales de una po-tencial obra deben ser internalizados previamente en el proyecto y conciliados con el medioambiente, el presu-puesto y un sinnúmero de variables. Esa es la diferencia entre arquitectura y mera construcción. Especialmente en temas medioambientales, la sostenibilidad es una ac-titud traducible a prácticas diversas que la materializan. Puede tener que ver con los paneles solares, pero no solo con eso. La actitud sostenible se puede canalizar desde cómo se emplaza una vivienda, pasando por la orien-tación de las ventanas y la relación de los espacios sin siquiera tocar el presupuesto existente para edificarla.

Si hoy construyes una casa puedes optar a un diseño que aproveche esas energías pasivas. ¿Qué sucede con una casa que ya está construida?

Lo primero a tener en cuenta es que la sostenibilidad es una actitud y no una tecnología constructiva específica. Desde esa perspectiva, se puede partir por erradicar prácticas desfavorables o indolentes en nuestro quehacer diario, como el derroche de energía, de agua, de calefac-ción y el nulo tratamiento de residuos. Respecto de la edificación, existen diversas estrategias para acondicio-nar ex-post una vivienda existente. Se puede intervenir muros, ventanas, el complejo techumbre y suelos para optimizarlos térmicamente mediante la adición de productos, sustitución de elementos constructivos y/o materiales entre otras modificaciones menores pero con efectos sustantivos. Lo principal es definir una estrategia conjunta de eficiencia de la vivienda y no hacer esfuer-zos aislados o asincrónicos. No tiene mayor sentido, por ejemplo, reemplazar todas las ventanas por termopanel, si no se tratan los muros y la cubierta. Lo importante es la definición de un animus sostenible que oriente las ac-ciones desde el reemplazo de bombillas eléctricas, hasta las modificaciones constructivas.

Eso es dentro de la casa, pero en el exterior las cons-trucciones y la pavimentación de los patios le quitan verde a la ciudad, también agua porque disminuye la filtración hacia los suelos. ¿Qué responsabilidad le cabe a los ciudadanos en esto?

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Se trata de un problema sin muchos ocupados de él, pero con muchos responsables. Para cada predio urbano exis-tente se norma el coeficiente de ocupación del suelo; sin embargo, una norma que persigue conservar suelo libre se ve igualmente superada por en el afán «cubrelotodo» de los proyectos viales, peatonales o la más humilde pavimentación doméstica. Cuando tenemos inundacio-nes buscamos responsables en otros, pero todos hemos plastificado la ciudad. La solución para evitar las inunda-ciones se llama suelo y es el mejor dispositivo existente para drenar, absorber y reciclar el agua, pero orientamos todos nuestros esfuerzos a cubrirlo. Acciones a seguir existen varias: permitir al suelo y la vegetación realizar su trabajo; generar áreas verdes, jardines y aprender a convivir con el suelo natural, prefiriendo pavimentos que drenen el agua al tiempo que sean caminables. Permitir la existencia de suelo libre es una acción sostenible ele-mental, fundada en una “tecnología” gratuita.

Si al construir horizontalmente quita suelo verde, ¿qué problema medioambiental generan las edifica-ciones en altura?

Dentro de los efectos principales están los relacionados con el impacto visual, no solo en lo paisajístico, sino en cuanto a la privacidad. También existen efectos sobre el viento, cómo impacta y ventila la ciudad. Además en el aspecto climático hay una disminución del asoleamiento, tanto al exterior como al interior del edificio, lo que a su vez implica la demanda de energía extra para suplirlo.

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Sebastián Santa María, músico y cantautor

POR Rodrigo González ToroFOTOS Patricio Contreras.

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Pese a sus 26 años, Sebastián Santa María tiene una nutrida trayectoria musical que comienza en “Canto amargo” (2008) agrupación del género rock,-pop formada por Erick Contreras (guitarrista), Héctor Garrido (bajo eléctrico) y Oscar Salgado (baterista). En 2009 se presenta en el “Festival Carmenstock” realizado en El Carmen y posteriormente ingresa al proceso de selección en “Pepsi al máximo” concurso nacional de bandas emergentes realizado en Concepción. Pero es su profesora, la trovadora Lorena Valdebenito quién le mostrará el camino de la canción de autor, el saber popular y el estudio musicológico. “Ella me mostró a través de su música la honestidad con que deben ser escritas las letras, más que por un afán de éxito (como lo entiende la sociedad)”, dice el joven cantautor.

Santa María es invitado a realizar un concierto para celebrar la música de Spinetta, Charly García y Fito Páez, en el Centro de Extensión UBB. Colabora con el guitarrista Diego Medina y el proyecto “Lumieré”, grabando el videoclip “Vuelve a casa” y dos temas de estudio. Impulsa el proyecto “Centro Cultural Emprendarte-Casa Araña” junto al pintor Julio César Domínguez y Oscar Salgado (baterista y percusionista). Imparte guitarra popular y se dedica a la composición; además colabora con Editorial Bordes en los encuentros de poesía “En todas las esquinas” realizados en Graneros y Chillán. Un artista completo puede ser aquel que siempre está innovando, explorando nuevos horizontes, superándose a sí mismo en cada obra. Y este es el caso, absolutamente.

¿Cómo te iniciaste en la música?

Estudié en el internado Darío Barrueto Molinet y allí había un profesor que tenía un taller de música, de cueca y ahí fueron mis primeros acercamientos con la música, con la guitarra. Actualmente estudio en la UNACH (Universidad Adventista) y sin lugar a dudas creo que la pedagogía puede complementar mi rol como cantautor; facilitar a otros los conocimientos que te costaron obtener es una maravilla, ese es el verdadero espíritu.

¿Cuáles son tus principales influencias?

Uno siempre tiene sus compositores héroes por así decirlo. Una persona que es compositor debe escuchar mucha música y trasladar elementos de un estilo de música a otro, del Rock and Roll eléctrico a una guitarra electro acústica, o del Jazz en una canción Pop, es una mezcla de varios elementos. Para componer hay que escuchar mucha música, hindú, folclor latinoamericano, pero también está la influencia de la literatura.

¿Qué lugar ocupa la música en tu vida?

Lo que pasa es que nunca hubo un lugar, nunca hubo una decisión, es lo que es, no concibo la idea de no estar dedicado cien por ciento a esto.

¿Qué es la música para ti?

La música como concepto fue lo que me atrajo, porque es un arte que expresa emociones, sensaciones, sentimientos. Es una onda que viaja a través del aire

hasta tus oídos y puede producirte alegría, tristeza, euforia; además en el género canción que es el que más me gusta porque puedes expresar ideas o frases con melodías. Es de todas las artes la que más me gusta.

¿Crees que existe una escena musical en Chillán?

Existe, pero principalmente a un nivel underground, porque si bien hay bandas que tocan en bares, tocan música popular para entretener. El underground no está centrado en el espectáculo, está centrado en la música, los instrumentos, las palabras, el mensaje que se está transmitiendo.

¿A nivel institucional cómo ves la formación musical que se imparte?

En las instituciones que imparten música hay tanto ego que todavía no han sacado una orquesta juvenil para la ciudad. Existe una lucha de intereses, egos, no puedo entender cómo un profesor no es capaz de generar por lo menos un concierto una vez al año con otros colegas de otro conservatorio. Entonces se está formando alumnos con un perfil artístico determinado, pero que finalmente terminan emigrando a Talca o Santiago porque no tienen un nivel superior donde seguir sus estudios aquí.

¿Qué te parece el nivel de la música local? ¿Escuchas música de tus colegas?

Sí. Hay un buen nivel de bandas, un rock bastante alternativo, de mucha fuerza. Con líricas políticas, contestatarias, con una posición espiritual bien definida. Existe un perfil pragmático que se refleja en la música que están haciendo. Es un movimiento propio.

¿Hay alguna banda local que te parezca con mayor proyección? Nunca he visto a mis colegas de esa perspectiva porque los juicios de valor en el arte son despreciables. Capacidades, concepto, creatividad esos me parecen términos más adecuados. En lo que respecta a las bandas, la gran mayoría (Machocabrío, Neosol, Peñabull, Bad Seed, Acid Horses, entre otros) tienen una propuesta con una personalidad particular. De los solistas, me gusta mucho el trabajo de Fernando Muñoz, Paulina Facuse y Manuel Quezada, quien es quizá el que recoge la tradición de ser la voz de muchas personas, con líricas políticas y sociales.

¿Chillán es una ciudad interesante para hacer música?

Es una ciudad interesante porque siempre estás componiendo desde la otra vereda, desde la negación, existe mucho clasismo en la ciudad.

¿A qué te refieres con eso?

En la música no existe clasismo, es entre las personas, el público que acude a ciertas tocatas porque está tal nombre o apellido. No son capaces de sorprenderse e ir a escuchar música nueva, de personas que tienen otras propuestas. Existe música para cierto tipo de gente, pero me parece increíble que no valoren el Jazz y ahí te

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das cuenta el tipo de educación que está detrás de los rostros; escuchar música en vivo es una cultura, una forma de vida.

¿Qué opinión tienes de las bandas tributo?

Las bandas tributo en primer lugar son un muy buen negocio, pero están contribuyendo en la ciudad a que exista más música en vivo, a profesionalizar más los locales de nuestra ciudad. Siempre es grato ver bandas tributo de calidad como Los Sweaters, por ejemplo.

¿Qué aporte hizo el “Centro Cultural Emprendarte-Casa Araña” donde tu participaste?

El centro cultural era un sueño que tuvimos con el pintor Julio César Domínguez, gran amigo mío. La idea era convertir un espacio en un centro artístico pluricultural donde las artes visuales, la música y literatura trabajaran en conjunto. Si bien no se cumplían con muchas condiciones al respecto, acogimos el encuentro de poesía “En todas las esquinas” liderado por Max Fernández, de Editorial Bordes. Eso creo que fue un hito muy importante para nosotros, porque no es poesía institucional, sino poesía desde el margen. Editoriales como Bordes o Isidora Cartonera son importantísimas para los escritores jóvenes, porque te permiten editar libros sin los altos costos que por edición y distribución cobran las editoriales más grandes. Si me preguntas a mí, yo hubiera seguido en el proyecto, pero problemas de salud no me dejaron continuar.

¿Qué te parece que en algunos locales de la ciudad se les pague con canje a los artistas?

Me parece que es de una ignorancia infinita; primero porque el músico no necesita un bar como vitrina, para eso están los mass media y segundo, tocar en vivo no es fácil, requiere de ensayo, equipamiento, en síntesis una inversión de tiempo y recursos que un miserable canje no cubrirá jamás.

¿Cuáles son los principales temas que te interesan al momento de componer?

Escribo sobre temáticas comunes, no por ello menos importantes, desde la poesía. Por ejemplo en Gorrión utilizo la metáfora por comparación para describir el abandono del hogar de la esposa de un amigo.

¿Está en tus planes cercanos lanzar un disco?

Por el momento estoy trabajando en depurar mis canciones y encontrar los elementos que necesitan para quedarme tranquilo; no me gusta hacer música tan sólo para grabarla y distribuirla para ganar dinero -lo que no es malo-, pero mi opción va hacia otro lado; aunque creo que con estos dos años ya estoy más satisfecho que cuando comencé el proyecto de disco.

¿Crees que tu producción tiene un sello propio?

Si no lo creyera, para qué tocar.

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4 al 27 de junio. Inaugura-ción de la exposición “Cielo y Tierra” de las artistas Claudia Soto y María Inés Cura. En la Sala La Discusión, ubicada en dependencias del diario.

9 de junio y todos los lunes del mes. Ciclo de cine de Jean-LucGodard. A las 19 hrs, en la Sala Schafer del Centro de Extensión Ubb. Entrada liberada.

10 de junio al 7 de julio. Exposición fotográfica “Visualizarte” del Colectivo Apertura Focal. En el Museo Arrau, ubicado en Claudio Arrau 558.

19 de junio. Exhibición del mediometraje “El Parra Menos Parra” en el Centro de Extensión UBB-Sala Schäfer”,18 de Septiembre 580. Dos funciones:16hrs para estudiantes de UBB y 19 hrs abierto a público general (previo retiro de Invitaciones en Extensión UBB el 16 de junio). Entrada liberada.

12 de junio. Segundo En-cuentro de Danza. En la Gran Sala del Teatro Municipal, a las 19 hrs. Entrada liberada.

Todo junio. En el marco de MIRADOC, Video Club TheOz estrena “Los rockers: en busca de fama y rock & roll”, documental ganador del Festival In-Edit (2012). Funciones el 5, 6, 12, 13, 19 y 20 de junio, todos a las 19:15 hrs. Av. Libertad 723. Valor de entradas: general $1.000, estudiantes $500.

27 de junio. Gala del Ballet Folclórico Municipal. En la Gran Sala del Teatro Muni-cipal, a las 20 hrs. Entrada liberada.

11 de junio en el Teatro Municipal de Los Ángeles. 1er International Music, se presentara el guitarrista Australiano Frank Gambale y el bajista Christian Gálvez.Entradas a la venta en 18 de septiembre #458 esquina Libertad $10.000.

A géndAlo, vive lA culturA

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