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ESTRUCTURA SOCIAL DE LA ARGENTINA 1945-1983- SUSANA TORRADO PARTE 1 - EL MARCO TEORICO-METODOLOGICO Capitulo1: LOS INSTRUMENTOS DE ANALISIS En este capítulo lo que se intenta es establecer los distintos cambios que operan en la sociedad argentina siguiendo una periodización definida por los diversos modelos de acumulación dominante en el periodo de 1945- 1983. Allí encontramos cuatro momentos de este perfil de estructura social, que explican los cambios que sucedieron, en función de la naturaleza de cada estrategia de desarrollo. La Argentina que transita este periodo de observación es una sociedad caracterizada por la articulación de un modo de producción capitalista dominante, y de una forma de producción mercantil. Todas las clases sociales son signadas por las determinaciones estructurales (practicas económicas) y las superestructurales (prácticas jurídicas, políticas e ideológicas). El conjunto de individuos que forman parte de los procesos sociales que se desarrollan en una sociedad concreta define a los agentes sociales. La distribución de estos últimos según sus prácticas económicas conforman el objeto de estudio de la estructura de clases de esa sociedad concreta, un estudio que remite al análisis de las formas que en ella asume la división social del trabajo. A su vez, el objeto de análisis de la división social del trabajo es dar cuenta de las diferentes posiciones de cada uno de los procesos sociales que tienen lugar en la sociedad. De acuerdo a la caracterización de la sociedad argentina, durante el lapso de observación dicho sistema de posiciones, este se define por la articulación de relaciones de producción capitalista y de relaciones mercantiles simples.

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ESTRUCTURA SOCIAL DE LA ARGENTINA 1945-1983- SUSANA TORRADO

PARTE 1 - EL MARCO TEORICO-METODOLOGICO

Capitulo1: LOS INSTRUMENTOS DE ANALISISEn este capítulo lo que se intenta es establecer los distintos cambios que operan en la sociedad argentina siguiendo una periodización definida por los diversos modelos de acumulación dominante en el periodo de 1945-1983. Allí encontramos cuatro momentos de este perfil de estructura social, que explican los cambios que sucedieron, en función de la naturaleza de cada estrategia de desarrollo.La Argentina que transita este periodo de observación es una sociedad caracterizada por la articulación de un modo de producción capitalista dominante, y de una forma de producción mercantil.Todas las clases sociales son signadas por las determinaciones estructurales (practicas económicas) y las superestructurales (prácticas jurídicas, políticas e ideológicas).El conjunto de individuos que forman parte de los procesos sociales que se desarrollan en una sociedad concreta define a los agentes sociales. La distribución de estos últimos según sus prácticas económicas conforman el objeto de estudio de la estructura de clases de esa sociedad concreta, un estudio que remite al análisis de las formas que en ella asume la división social del trabajo.A su vez, el objeto de análisis de la división social del trabajo es dar cuenta de las diferentes posiciones de cada uno de los procesos sociales que tienen lugar en la sociedad.De acuerdo a la caracterización de la sociedad argentina, durante el lapso de observación dicho sistema de posiciones, este se define por la articulación de relaciones de producción capitalista y de relaciones mercantiles simples.Es prudente afirmar, que en las sociedades capitalistas la familia es la unidad principal en donde se opera la distribución de la renta a los fines del consumo, casi siempre bajo la autoridad del jefe de familia que es quien la percibe, es decir que la familia es la instancia en donde se verifica la participación indirecta de sus miembros inactivos en las relaciones de distribución que son propias de la sociedad en la que viven.El año 1945 marca la irrupción del peronismo en la vida política nacional, mientras que 1983 es el comienzo de una nueva etapa signada por el resurgimiento de la democracia y del radicalismo como postura alterna de poder.

En el medio de estas fechas, se suceden en el poder distintos bloques de dominación, cada uno de los cuales trato de imponer un modelo de acumulación distinto, acorde con sus intereses.

PARTE 2 - LOS PARAMETROS DE EVOLUCION

CAPITULO 2   - PARAMETROS ECONOMICO-POLITOCOS: LOS MODELOS DE ACUMULACION.

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En este capítulo es imprescindible discriminar las distintas estrategias de desarrollo:

Estrategia “justicialista”: (Periodo 1945-1955) El modelo justicialista nace como consecuencia de la crisis mundial de 1930, en ese entonces, la Argentina debe abandonar el modelo agroexportador instaurado como principal, desde fines del siglo XIX. Desde allí, se inicia un proceso de desarrollo industrial por sustitución de importaciones que había de perduraría casi 50 años, sufriendo sensibles diferencias en las estrategias de cada gobierno, en cada momento histórico.

Estrategia “desarrollista”: (Periodo 1958-1972): Se desarrolla dentro de un contexto donde el peronismo estaba proscripto de la vida política nacional. En 1958 accede al poder una alianza de la burguesía industrial nacional y el capital extranjero, representado por empresas transnacionales norteamericanas que afluyen al país en magnitudes significativas.A diferencia del modelo justicialista, aquí se impulsa una industrialización sustitutiva de bienes intermedios y de consumo durable en donde el incremento de la demanda está asegurado por la inversión, el gasto público y el consumo de bienes de lujo del reducido estrato social urbano de altos ingresos. Este modelo implica un proceso regresivo de concentración de ingresos.Aprovechando la existencia de mercados oligopólicos, durante este modelo se benefician las grandes empresas de capital concentrado donde predominaba el capital extranjero. Estas que incorporan tecnología de avanzada, invirtieron principalmente en las industrias química, petroquímica, automotriz y metalúrgica.

Estrategia “aperturista”: (Periodo 1976-1983) Las consecuencias de su transformación son lentas y se manifiestan durante tiempos muy prolongados.Este periodo comienza en medio de una profunda crisis económica y política del gobierno justicialista elegido democráticamente en 1973, y se profundizara luego del golpe militar que desplazara al gobierno peronista, mediante un golpe de estado en marzo de 1976. Este gobierno de facto adopto una estrategia de desarrollo totalmente diferente a las experimentadas en el pasado.Este bloque dominante estaba conformado por una alianza entre el estamento militar y el segmento más concentrado de la burguesía nacional y de las empresas transnacionales. Las fuerzas armadas llegan al poder apuntando a lograr un disciplinamiento social generalizando mediante un cambio drástico de la antigua estructura de relaciones económicas, sociales y políticas.

CAPITULO 4   - OTRAS PRECISIONES CONCEPTUALES

En este capítulo podemos ver que existen distintos tipos de relaciones de producción y

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posición social:

La relación salarial capitalista: La relación de producción típica del ámbito capitalista, vincula a un empleador con un trabajador, al cual el primero le compra su fuerza de trabajo por un precio determinado en un salario.

La producción mercantil simple: Existe en la sociedad argentina una fuerza de trabajo vinculada a la producción mercantil simple, cuya caracterización es menos precisa y consensuada que la de los asalariados capitalistas (precarios o no precarios). Son pequeños productores independientes que, situados en un amplio espectro de actividades relacionadas con la producción y comercialización e bienes y servicios, establecen relaciones de intercambio entre sí y con los agentes insertos en la producción en la esfera capitalista.

El servicio domestico: La fuerza de trabajo desempeñada por el servicio domestico, cuya posición está definida por relaciones que impropias del modo de producción capitalista y su forma económica. Estos trabajadores sean visualizados erróneamente ya como asalariados ya como independientes

El empleo marginal: Esta forma de empleo, define a un conjunto de posiciones ocupacionales emergentes de la forma específica que asume la articulación del modo de producción capitalista en sociedades dependientes. Está compuesta por trabajadores con baja o nula calificación o sin acceso a la educación formal, quienes por carecer de alternativas de inserción en la esfera laboral capitalista, se ocupan en forma alternativa, ya sea vendiendo su fuerza de trabajo en “changas” o en la oferta callejera de bienes o servicios de la más diversa índole.

Para medir la generación y utilización de la fuerza de trabajo se utilizan distintos mecanismos, es decir, el análisis de la determinación de la oferta y la demanda de trabajadores, así como las diversas formas de ajuste entre ambos parámetros que son propias de cada coyuntura económica.

Por otro lado, se encuentran aquellos que sirven para establecer el grado de formas de utilización de las fuerzas de trabajo a partir de conceptos tales como:- Desempleo abierto: trabajadores desocupados en búsqueda de empleo.- Desempleo oculto: trabajadores impropiamente contabilizados como inactivos por haber abandonado coyunturalmente la búsqueda de empleo.- Subempleo abierto: trabajadores que involuntariamente desarrollan una jornada de trabajo inferior a lo normal.- Subempleo oculto: trabajadores ocupados a tiempo completo en tareas de muy baja productividad, de carácter “ofrecido” más bien que “demandado”

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CAPITULO 5 - ESTRUCTURA SECTORIAL DE LA FUERZA DE TRABAJO

TRANSFERENCIAS INTERSECTORIALESDentro del periodo 1947-1960, el crecimiento del sector proviene básicamente del avance de dos ramas grandes que son total o parcialmente de carácter público: Transporte y almacenamiento, y administración pública y defensa.Durante 1960-1970, el acelerado ritmo de crecimiento sectorial se debe esencialmente a la ocupación privada. Así, comercio y servicios personales y de los hogares y restaurantes y hoteles, crecen a un ritmo superior al promedio.Ya en 1970-1980 se denotan rasgos que difieren de los precedentes. En esta década, tres ramas parcial o totalmente públicas administración pública y defensa, transporte y almacenamiento, y comunicación, muestran tasas negativas de crecimiento.

EL SECTOR AGROPECUARIOLas distintas oleadas de inmigrantes estuvo conformada principalmente por pequeños productores agrarios.Sin embargo, el volumen de agrarios convertidos en obreros por cuenta propia parece haberse estabilizado en el tiempo en una cifra cercana al medio millón de personas, lo que significa que también ellos transfirieron a las actividades “urbanas” por lo menos el total de su crecimiento vegetativo.

EL SECTOR INDUSTRIALEn 1947-1960, fue el único lapso en el que hubo dinamismo en la creación de empleo industrial; los nuevos puestos de trabajo se reparten de forma equitativa entre la clase media y la clase obrera.

El crecimiento de la clase media industrial se produce a través de la expansión de su estrato asalariado, compuesto por empleados administrativos.Durante 1960-1970, el insignificante crecimiento del empleo industrial constituye el balance neto de movimientos opuestos: por un lado disminución absoluta del pequeño empresariado y del artesanado industrial, y del número de los obreros asalariados.En el lapso 1970-1980, el escaso volumen de nuevos empleos industriales privilegia a la clase obrera asalariada.

EL SECTOR TERCIARIODurante 1947-1960, el empleo creado en el sector servicio y comercio, se reparte de forma aproximada entre el 60% para puestos de clase media y un 40% para puestos de clase obrera. Por otra parte, en el total de nuevos puestos terciarios adjudicados a la clase media, 2/3 corresponden a su estrato asalariado y 1/3 a su estrato autónomo; situación que continua durante la década en lo que concierne a la distribución del nuevo empleo terciario entre la clase media y la clase obrera.Ya en el periodo de 1970-1980 parecen agudizarse las tendencias: la expansión sectorial favorece aun más a la clase media y continúa el neto predominio del empleo asalariado.

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CAPITULO 6 - ESTRUCTURA SOCIAL DE LA FUERZA DE TRABAJO TOTAL

De este capítulo podemos rescatar que entre 1947 y 1960, el mayor ritmo de expansión correspondió a la clase media asalariada, seguida a distancia por los estratos autónomos y por la clase obrera asalariada.El periodo 1960-1970 muestra una dinámica distinta al procedente, en donde disminuye en términos absolutos el estrato autónomo de clase media, mientras que su estrato asalariado acelera el ritmo de crecimiento, seguido a corta distancia por los obreros autónomos y mucho mas distanciados por los asalariados.En la década 1970-1980 también se observan peculiaridades. El tope en el ritmo de crecimiento ha pasado ahora a la clase obrera autónoma, seguida de muy cerca por la clase media asalariada, al tiempo que se revierte crecimiento de la clase media autónoma y negativo el de la clase obrera asalariada.

CAPITULO 7 - ESTRUCTURA SOCIAL DE LA FUERZA DE TRABAJO “RURAL”

LA ESTRUCTURA SOCIAL AGRARIAPara comenzar, es necesario aclarar que es extraordinariamente difícil captar el rol que asume la renta de la tierra y sus diferentes formas de apropiación, la cual es una dimensión crucial en el contexto de esta problemática. Esto se relaciona con la diversidad de modalidades que puede revertir la valoración del capital en el campo, ya que, además de las actividades agro productivas propiamente dichas se incluyen otras que pueden funcionar como vías del gravamen de la renta y la ganancia agropecuaria.En segundo lugar, la producción agraria es la suma de dos actividades (agricultura y ganadería) de características productivas similares, sobre todo en el uso y tipo de inserción de la fuerza de trabajo. En tercer lugar, la producción agropecuaria de nuestro país es heterogénea desde el punto de vista regional, ya que aquí coexiste la pampa húmeda con economías agrarias regionales completamente disímiles a ella. A esto se añade la heterogeneidad ecológica, que es el tipo y calidad de la tierra existente aun dentro de una misma región. Esto determina que un “promedio nacional” de la estructura social agraria carezca por completo de sentido.Por último, es necesario marcar que los censos agropecuarios argentinos de los últimos cincuenta años son discontinuos y demuestran grandes falencias de validez, confiabilidad y comparabilidad.

CAPITULO 8 - ESTRUCTURA SOCIAL DE LA FUERZA DETRABAJO “URBANA”

En lo que concierne al desempleo abierto, se observa que los niveles globales son relativamente bajos (del orden de los prevalecientes en los países desarrollados) en el

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largo plazo, pero por el contrario, presentan frecuentes oscilaciones coyunturales.Durante el periodo 1954-1974 se consolido un nuevo patrón de funcionamiento de la industria argentina que junto con los oligopolios y la extranjerización del sector, indujo altísimos niveles de concentración y segmentación económicas dentro del universo de las empresas y un creciente grado de diferenciación social dentro de la fuerza de trabajo empleada en la misma. Es en este periodo donde crece el sector de construcción, el comercio minorista, todas las falanges del sector industrial, entre otrosDurante 1973-1984, se acentuó marcadamente la heterogeneidad estructural dentro del sector industrial.

En otras palabras, todos los sectores económicos tuvieron un enorme repunte en el lapso de tiempo comprendido entre 1945 y 1974, en donde la industria por generación de importaciones sumada a un estado interventor, no solo propicio un crecimiento en la economía global del país, sino que produjo grandes aumentos en los distintos niveles que rodean a la población. Aumentos en los niveles de educación, de salud, suba de salarios, acortamiento en las brechas que diferenciaban las distintas clases sociales son solo algunos de los aspectos que afloraron, con distintas fluctuaciones, en este periodo.

Sin embargo la implementación de una economía liberal en los 70, que cambio totalmente los paradigmas económicos de la nación, trajo consigo una desaceleración del modelo económico así como también provoco grandes niveles de desempleo, desniveles en los estratos de la sociedad, entre otras consecuencias

Es por eso que la morfología interna del estrato obrero asalariado cambio entre 1947 y 1974 de forma radical, tanto en su poder adquisitivo como en su dimensión social, ya que en este periodo de crecimiento la movilidad por el territorio argentino fue masivo; y cuando este crecimiento se estanco, las brechas sociales se agigantaron y nuevamente volvieron las aglomeraciones en zonas urbanas.

CAPITULO 11: Movilidad Social

En este capítulo, se marcan los distintos tipos de movimiento que sufrió la población a lo largo del periodo, más precisamente el sector obrero; así como también se muestran cuales fueron las causas de porque se produjeron estos cambios en la movilidad poblacional.

La movilidad social se define vulgarmente como el desplazamiento social entre diferentes lugares, por ejemplo de la zona rural a la zona urbana; sin embargo la definición restringida de la misma se refiere a la modificación en el numero relativo de posiciones disponibles en cada categoría de la estratificación social, por ejemplo, las distintas posiciones en la clase obrera o la clase media dependiendo de la evolución de la producción económica.

Existen varios tipos de movilidad social, algunos de ellos son:

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Movilidad estructural: eventuales movimientos ascendentes o descendientes de los individuos en la escala social causada por la modificación en el volumen relativo de las posiciones.

Movilidad por simulación o reemplazo: se origina en el hecho que parte de los individuos dejan las posiciones que ocupaban en un momento dado y las dejan disponibles para otros.

Movilidad demográfica: deriva de la menor fecundidad relativa de las familias de determinadas posiciones, las que no logran cubrir las plazas disponibles, de suerte que se producen puestos vacantes para ser llenados por otros estratos sociales.

Estos distintos tipos de movilidad social fueron acompañados con distintos mecanismos en pos de aumentar la oferta laboral. Estos movimientos se basaron en fomentar el aumento de natalidad en la población argentina, la cual se creía que era muy escasa; otro mecanismo fue el fomentar la inmigración de países limítrofes o no, a nuestro país para tomar mano de obra calificada, de la cual hacia mucha falta dentro del territorio nacional. Siguiendo con estos mecanismos, otro recurso fue incluir a la mujer dentro del ámbito laboral.

Sin embargo estos mecanismos implementados, si bien aumentaron la fuerza de trabajo, trajo como consecuencia una desregularización generalizada en el país. La mala planificación laboral, los escasos controles migratorios, y el constante cambio gubernamental y económico en el país provocaron que si bien la oferta laboral y la producción aumentaran, también aumentaran los déficits en la educación, en la pobreza y marginalidad, así como también constantes cambios en la movilidad estructural de cada estratificación de la población.

Este déficit en la educación produjo que se amplié una brecha dentro de esta movilidad social, donde la imposibilidad de obtener un título secundario por parte de los estratos más bajos de estas escalas de la población traía como consecuencia distintos puntos, como por ejemplo el descenso en el porcentaje de obreros calificados y la aglomeración de obreros de clase media y baja en empleos de escaza necesidad de capacitación.

Para marcar mejor como fueron los distintos movimientos en las distintas etapas de que abarcamos en este libro, es necesario vislumbrar las diferencias que existieron dentro del modelo desarrollista y el modelo justicialista, y cuáles fueron los cambios que se produjeron en ellas.

Dentro del modelo justicialista, se produce un realce en cuanto a oferta laboral y movimientos sociales. La creación de industrias provoco la migración y establecimiento de la población rural a la ciudad, generando así una clase obrera y media asalariada con un mejor modo de vida, la cual había recortado una gran brecha con las clases más altas de la estructura social; en otras palabras, si bien había diferencia, se había logrado un acercamiento o emparejamiento económico entre los distintos estratos de la población.

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Pero lo construido con el modelo justicialista, fue destruido dentro del modelo desarrollista en donde esta brecha volvió a aumentar considerablemente. Esto se debe a factores como la desaceleración económica, el cierre de industrias, la transformación de estas últimas en industrias de bienes y servicios, la desaceleración de la clase media asalariada, el aumento de empleo precario y la mano de obra autónoma.

En resumen, podemos decir que la movilidad social fue adaptándose a los distintos modelos económicos propuestos y llevados a cabo en el país. Y este constante cambio de modelo económico provoco que los niveles económicos y las carencias sociales y laborales aumentaran, provocando que, la clase media y obrera argentina deba doblegar su esfuerzo para mantener su lugar en el ámbito laboral, sabiendo que cada vez son más los inconvenientes que se cruza y menos los recursos que puede llegar a obtener para superarse.

CAPITULO 12: ESTRUCTURA SOCIAL DE LA FUERZA DE TRABAJO

En este capítulo se explica cómo, a través del censo de 1980, se divide la estructura social argentina, haciendo especialmente foco en la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población Residente en Hogares Particulares de Jefe Activo (PHP – JA).

La PEA está integrada por las personas que tienen una ocupación o que sin tenerla la están buscando activamente. Está compuesta por la población ocupada más la población desocupada. Mientras que, la PHP – JA abarca al grupo familiar que está incluido en un mismo domicilio en donde 1 persona trabaja y sustenta a las demás.

Y a su vez se van diferenciando distintos tipos de PEA configuran el PEA total del cual se van estructurando las distintas clases sociales de nuestros países, las cuales son:

Clase Alta: Esta clase comprende en su interior a los directores de empresa, gerentes del sector privado, Empleadores con más de 5 ocupados, propietarios de empresas etc. Es un estrato conformado por un núcleo de empresarios multiarticulados que, con justicia, pueden ser designado como la cúpula de las cúpulas de la actividad económica. Es este estrato, el que más se acerca a la delimitación de la clase alta argentina según el censo de la década del ´80.

Clase Media Autónoma: Según el censo de 1980, pueden hacerse distintas consideraciones acerca de este sector. En primer lugar, es primordial decir que este estrato social compone el 80% de las actividades terciaras de nuestro país. En segundo lugar, este sector se divide en 10% al subsector empresarial, 30% al microempresarial y el 60 restante al sector cuenta propia. En tercer lugar, hay que decir que el 70% de la misma está establecida en aglomeraciones urbanas. Y finalmente, es importante aclarar que la gran mayoría de los afectados a este sector social, son propietarios de modestos comercios o productores de servicios.

Clase Media Asalariada: Esta parte de la estructura social representan el 29,9% del PEA total; está compuesta por las capas más modestas de los asalariados no manuales residentes en las grandes aglomeraciones urbanas.

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Clase obrera Autónoma: Los trabajadores por cuenta propia representan en 1980 el 12,4% de la población total, su fuente de trabajo radica mayoritariamente en la construcción y en la actividad agropecuaria. Esta clase se establece en las zonas aledañas a su sector de trabajo.

Clase obrera Asalariada: Representan el 35% de la PEA total, su población se divide en actividades como la industrial, la agropecuaria, la construcción y el sector terciario. Se lo visualiza al estrato obrero asalariado como compuesto mayoritariamente por trabajadores calificados insertos en las empresas de mayor productividad en todo el espectro de actividades económicas y localizadas en las grandes urbes.

Trabajadores Marginales: Corresponden al 8,4% del PEA total, mayormente conformado por empleados domésticos y peones cuentapropistas. El trabajador marginal es aquel que participa ocasionalmente en la actividad económica y en la mayoría de los casos se lo excluye de la población económicamente activa. Más del 80% de la población de este estrato se establece en las grandes ciudades.

Sin embargo, la deficiencia y las falencias de los datos obtenidos en este censo, trae como consecuencia una heterogeneidad en las clases sociales, que hace que no se sepa a ciencia cierta cuáles son los verdaderos valores en los que se divide la sociedad argentina.

CAPITULO 13: CLASES SOCIALES Y CONDICIONES DE VIDA

Este capítulo hace foco en cómo son las condiciones de vida de las distintas clases sociales, y como el pertenecer a cada uno de estos sectores dictamina las mayor o menor calidad de vida que una persona o una familia puede llegar a obtener. En otras palabras quien se encuentra en la parte más alta de la estructura social u ocupacional, tendrá mejores niveles de bienestar que los que se encuentran en peldaños inferiores.

Sin embargo existen puntos en común entre las condiciones de vida de las distintas clases sociales, por ejemplo la accesibilidad a bienes o servicios de un determinado lujo es casi la misma entre la clase media y la clase obrera; pero hay que aclarar que existe un punto de fractura entre ambas que es lo que las diferencia y sus modos de vida.

Si bien, entre todas las clases existen puntos en común y diferencias entre sus subdivisiones, la clase obrera es en la que se observan mayores diferencias. Por un lado la clase obrera autónoma goza de un nivel de vida levemente superior al de los obreros calificados asalariados; y también dentro de la clase obrera asalariada, existen diferencias entre los obreros calificados y no calificados, ya que mientras los primeros se establecen en la ciudad, los segundos se establecen en el ámbito rural.

Pero como existen puntos comunes, también existen puntos de fractura entre las clases. Un ejemplo de estos puntos de fractura son los hogares de jefe de familia inactivo, esta ambivalencia entre clase media y clase obrera, marca los movimientos que pueden darse

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entre las distintas clases. Es decir que no existe una clase social fija para siempre sino que estas fluctúan según la economía del país.

CAPITULO 15: BALANCES SECTORIALES, SOCIALES Y DE BIENESTAR

El modelo justicialista 1945-1955: como consecuencia de la crisis post guerra en

Europa, debe abandonar el modelo agroexportador que, hegemonizado por las grandes

propietarios terratenientes de la Pampa Húmeda, había presidido su desenvolvimiento

desde fines del siglo XIX.

El periodo de 1930-1945 estuvo signado por el estancamiento de la actividad

agropecuaria tradicional y estimulo a la actividad industrial y por una moderada

inversión de capital extranjero en actividades industriales que funcionaban en

condiciones oligopólicas.

Hacia 1945 predominaban las empresas pequeñas y medianas de capital nacional. Allí

emerge el movimiento peronista como expresión de una nueva alianza de clases: la de la

clase obrera y los pequeños y medianos empresarios industriales. Se llevo a cabo un

proyecto de desarrollo industrial radicalmente distinto del propugnado hasta ese

momento en donde la industria constituye el objetivo central del proceso de desarrollo.

La industrialización sustitutiva basada en el mercado interno, es generada a través del

aumento del salario real, la demanda interna y la ocupación industrial y por esa vía, la

acumulación.

Hay un rasgo común a nuestros tres modelos en lo que concierne a empleo. Todos

indujeron el crecimiento de actividades no agropecuarias, razón por la cual se verificó

una notable transferencia de mano de obra agropecuaria hacia los sectores urbanos. Los

tres modelos difieren en lo que concierne a la forma en que se absorbe el empleo no

agropecuario según sus sectores y subsectores componentes:

El modelo del justicialismo (1945 – 1955) :

En cuanto a la estructura social agraria el modelo agroexportador vigente hasta 1930 se

mostro afectada durante los años de guerra y las post guerra, la más afectada por esta

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baja de exportaciones fue la agricultura, no ocurrió lo mismo con la ganadería, siguió

creciendo durante los años de estancamiento.

En cuanto a lo industrial, dada su muy baja mecanización, las empresas no pudieron

suplir la carencia de mano de obra abundante. La respuesta fue doble: un movimiento

hacia la ganadería, rubro con menores requerimientos laborales, y el mantenimiento de

una estructura extensiva diversificada y flexible.

Si bien durante 1945-1955 las medidas de gobierno peronista debilitaron el poder eco de

los propietarios terratenientes, no fueron afectadas sus bases de sustentación. No cambió

la estructura de la propiedad de la tierra, lo que cambió fueron las formas de apropiación

de la renta del suelo y la composición de las clases sociales en el campo.

La dinámica del mercado de trabajo durante la estrategia justicialista modifico un tanto

ese perfil inicial aunque no en forma drástica. El rápido crecimiento del empleo urbano

en un contexto de plena ocupación crecimiento global desempleo involucró tanto al

empleo asalariado como al empleo autónomo.

En cuanto al comercio minorista, se multiplican los pequeños propietarios de

establecimientos de venta de bienes básicos de consumo en su mayoría organizados por

cuenta propia. En la industria manufacturera suceda algo similar: crecimiento de

posiciones de clase media autónoma se debe a pequeños establecimientos artesanales,

unipersonales o familiares.

Siguiendo con el comercio minorista, es evidente que se produce una reestructuración

interna que denota una incipiente concentración y segmentación. La clase media

asalariada es la que crece más rápido que el promedio. Esta expansión se hace en su

mayor parte vía la multiplicación de puestos administración de la industria y en el sector

público.

En cambio, la clase obrera autónoma es la de menor crecimiento durante el

justicialismo. El incremento de posiciones propias del cuentapropismo obrero es

insignificante durante el modelo justicialista, concentrándose el existente en los

servicios de reparación y las manufacturas. Apenas si cambia la composición interna

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por ramas de los obreros asalariados urbanos, conservando un perfil en el que la

industria representa cerca del 50%.

El aumento del cuentapropismo en este lapso favoreció mucho más las posiciones de

clase media que las de clase obrera: claro predominio de los comerciantes y de la

producción manufacturera artesanal, la segunda con prevalencia de actividades ligadas a

la prestación de servicios de reparación y al artesanado industrial.

En cuanto a los balances de bienestar, la evolución real del salario directo, se constata

su persistente lentitud decrecimiento en el largo plazo. A medida que pasa el tiempo, los

asalariados argentinos se encuentran en una peor posición relativa respecto de los no

asalariados, a pesar del crecimiento general de la economía.

La evolución del salario indirecto, a pesar de las netas diferencias de orientación de las

sucesivas estrategias de desarrollo, en todas prevaleció implícitamente el énfasis sobre

el papel subordinado que debe desempeñar el Estado frente a la actividad privada y el

rol privilegiado que se asigna en esta materia a la acción de organizaciones

comparativas no estatales.

Durante la estrategia justicialista, el nivel de vida obrero mejoró gracias a que se

conjugaron favorablemente los aumentos en los salarios reales globales y una evolución

de la estructura de precios relativos que estimuló un consumo excedente siendo la causa

más importante de dicha evolución el comportamiento del Estado a través de sus

medidas de repercusión directa sobre los alquileres y los alimentos.

En cuanto a la seguridad social, hacia 1955 la seguridad social estaba lejos de cubrir al

conjunto de asalariados. Esta estuvo financiada por empresarios y trabajadores, con

efectos distributivos positivos sobre la población de menores recursos.

En cuanto a los niveles de vida, la esperanza de vida alcanzo niveles y ritmos que

colocaban a la Argentina en situación muy favorable respecto del conjunto de naciones

de América latina.

Respecto a la movilidad social, esta crece aceleradamente junto con el empleo urbano

con una mayor expansión comparativa de la clase media autónoma, la clase media

asalariada y la clase obrera asalariada.

El modelo desarrollista: 1958-1972

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En 1958 accede al poder un nuevo bloque caraca por la alianza de la burguesía

industrial nacional y el capital extranjero. La industria constituye el objetivo central del

proceso de desarrollo y se impulsa ahora una industrialización sustitutiva de bienes

intermedios. Este es un proceso regresivo de concentración de ingresos, con estrategias

disimiles a la justicialista. Ahora el papel de la industria manufacturera es prácticamente

nulo e induce la más rápida tercerización de la economía argentina en las últimas

décadas.

La estructura social agraria se basa en la mecanización y esto trae el crecimiento, esto es

influenciado por el sector público el cual estimula la adopción de tecnologías que

inducen el crecimiento paralelo y equilibrado de la producción de granos y de carne

vacuna.

Se acelera el crecimiento de la clase media por comparación con el de la clase obrera, al

tiempo que se modifica la composición interna de ambos agregados. Dentro de la clase

media, la expansión relativa beneficia casi exclusivamente al estrato asalariado;

mientras que la clase obrera predomina ahora el crecimiento del estrato autónomo. Allí

se experimenta un claro proceso de asalarización de la clase media y de desasalarización

de la clase obrera.

Se consolida un nuevo patrón de funcionamiento de la industria Argentina que indujo

altísimos niveles de concentración y segmentación empresarial. Un creciente grado de

diferenciación social dentro de la fuerza de trabajo ocupada en el mismo.

Dentro del sector comercio, se manifiesta su máxima capacidad de generar empleo al

mismo tiempo que profundiza su reestructuración interna en términos de mayor

concentración y heterogeneidad. Se expande excepcionalmente en términos

cuantitativos el número de pequeños comerciantes, así se consolida un estrato de

establecimientos modernos que, a la par que aumenta su absorción de empleo, ostenta

niveles crecientes de productividad.

La clase media asalariada obtuvo un aumento relativo de técnicos y profesionales por

comparación con los empleados administrativos y vendedores del comercial. También

creció el número de comerciantes a expensas de los pequeños propietarios

manufactureros.

En cuanto a la clase obrera autónoma, se dio un crecimiento de los empleados

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domésticos, y una rápida expansión de los trabajadores de los servicios, el transporte y

la construcción. Mientras que se redujo el peso del artesanado industrial en beneficio de

los trabajadores de los servicios y en menos medida de la construcción.

Dentro de la Clase obrera, la asalariada sufrió la disminución de obreros asalariados en

la industria y en el transporte, aumento considerable de los obreros asalariados en la

construcción y en el comercio.

En cuanto al bienestar social, existen marcadas diferencias del modelo anterior: la

evolución del salario real, el empleo y la productividad de la economía, y los resultados

de la distribución fueron muy distintos.

La política de aumentos salariales administrados que rigió durante estos años determino

que solo se transfiriera a los mismos una parte decreciente de los aumentos de

productividad que se lograron durante el período.

En cuanto a la educación y la medicina, se produjo una gran dotación y producción de

viviendas sociales indican que durante el desarrollismo, la oferta pública fue

rezagándose progresivamente de la demanda, afectando con mayor dureza a los sectores

de menores ingresos que son los que tienen por principal efecto el sector publico.

Coincidiendo con el modelo anterior, existió un Estado benefactor, sin embargo este no

garantizó efectos distributivos del bienestar, la dinámica del financiamiento del gasto

público y de la seguridad social.

En este período se verifica en promedio una notoria modernización y complejizarían de

la división social del trabajo en todos los sectores, cuya manifestación es la rápida

expansión de puestos de clase media asalariada.

El modelo aperturista 1976-1983:

A partir del golpe de estado en 1976, se adopto una estrategia de desarrollo

sustancialmente diferente de todas las experimentadas en el pasado. El Bloque

dominante que consolidaba una alianza entre estamento militar y el segmento más

concentrado de la burguesía nacional, dio por terminada a la industrialización como

objetivos central del proceso de desarrollo.

En cuanto al empleo urbano el ritmo de crecimiento fue más lento que en otras etapas.

El escaso empleo creado en la industria manufacturera no privilegia a los asalariados

Page 15: resumen Susana Torrado

sino que se distribuye entre todos los estratos sociales. Se invierte la tendencia del

sector a privilegiar la creación de empleo obrero asalariado. Casi la totalidad de los

nuevos obreros de la construcción son cuentapropistas, y en consecuencia a esto crecen

las ramas del comercio, los servicios financieros y las empresas, y el segmento privado

de los servicios sociales.

En cuanto a la estructura social urbana, dentro del periodo se experimentan mutaciones

inéditas por comparación con períodos precedentes; el ritmo de crecimiento del empleo

urbano fue notablemente más lento.

Se produce una expansión de la clase media respecto a la obrera y se modifican las

tendencias internas en cada sector de la sociedad. Ahora, es el estrato de clase media

autónoma el que lidera el crecimiento y la clase obrera autónoma es la que lidera

cómodamente las posiciones en términos de ritmo de crecimiento; mientras que la clase

obrera asalariada evoluciona a un ritmo casi nulo, de suerte que reduce sensiblemente su

peso en la estructura urbana.

Sin embargo este periodo, marca el avance del cuentapropismo y del empleo precario,

en donde se ensancha la distancia entre el ritmo de crecimiento del empleo por cuenta

propia de clase obrera y el de clase media a favor del primero.

Se detecta una mayor proporción de trabajadores secundarios de menos nivel de

calificación, ocupados en el comercio que trabajan jornadas largas por ingresos bajos,

esto trae aparejado el avance del empleo marginal. El conjunto de los asalariados

precarios constituye un segmento de trabajadores de baja calificación, insertos en el

estrato empresarial de menor productividad relativa, que padecen no solo mayor

vulnerabilidad laboral sino también jornadas de trabajo inferiores de los no precarios.

BIOGRAFIA DE LA AUTORA:

Susana Torrado: Susana Torrado es licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Demografía por la Universidad de París. Acaba de distribuirse Historia de la familia en la Argentina moderna (1870-2000) (Ediciones de la Flor), un monumental e imprescindible estudio sobre las transformaciones de la institución familiar en la Argentina, puestas en correlación con los diferentes modelos económicos.