RESUMEN EJECUTIVO N3
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“PIGMALION EN LA GERENCIA”
RESUMEN EJECUTIVO 3
DIEGO FERNANDO YAMÁ ANDRADE
ARTURO ALEXANDER ORTEGA CORNEJO
Presentado a:
MARIA ISABEL MARTINEZ MUNAR
Magíster
UNIVERSIDAD MARIANA
FACULTAD DE POSGRADOS Y RELACIONES INTERNACIONALES
MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN Y COMPETITIVIDAD
MODULO GESTIÓN POR COMPETENCIAS
SAN JUAN DE PASTO
2012
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EFECTO PIGMALION
La mayoría de los padres son conscientes de que las expectativas de los maestros
sobre un niño se convierten en profecías autocumplidas: si un maestro cree que
un chico es lento, ese niño o niña se lo llegará a creer, y efectivamente aprenderá
de forma lenta. El pequeño afortunado que cause a su profesor la impresión de ser
brillante, también asumirá esa expectativa, y se superará para cumplirla. Este
hallazgo ha sido confirmado tantas veces, y en formas tan variadas, que ya ni
siquiera se discute. Las profecías autocumplidas resultan tan comunes en la
oficina como en las salas de la escuela básica. Si una gerente está convencida de
que los miembros de su equipo son de primera clase, esas personas superarán
seguramente en resultados a un equipo cuyo jefe crea lo contrario, aun cuando el
talento natural de ambos grupos sea similar. En este artículo de 1969, Livingston
destaca que el establecimiento de profecías positivas es notablemente difícil, y
ofrece a los gerentes algunos consejos al respecto: preste una especial atención
al primer año de un empleado, porque es cuando se fijan las expectativas.
Asegúrese de que los nuevos contratados trabajen con supervisores destacados,
y establezca expectativas altas para usted mismo.
El efecto Pigmalión es uno de los sucesos que, tanto en el ámbito laboral como en
el escolar, social y familiar, pueden ser más productivos o contraproducentes. Esto
supone, por tanto, algo importante de conocer y estudiar para los profesionales de
cualquier ámbito. A continuación se expondrá todo aquello que parece importante
de dicho efecto así como referencias para ampliar la información incluida en este
resumen y enfoque. Para comenzar definiremos algunos conceptos importantes
para la comprensión de dicho efecto:
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Efecto Pigmalión:
Suceso por el que una persona consigue lo que se proponía previamente a causa
de la creencia de que puede conseguirlo.
"Las expectativas y previsiones de los profesores sobre la forma en que de alguna
manera se conduciría a los alumnos, determinan precisamente las conductas que
los profesores esperaban." (Rosenthal y Jacobson).
Una profecía autocumplida es una expectativa que incita a las personas a actuar
en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.
Efecto Pigmalión positivo: El efecto Pigmalión positivo se refiere a aquel que
produce un efecto positivo en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el
cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y
del aspecto en concreto.
Efecto Pigmalión negativo: El efecto Pigmalión negativo es aquel que produce
que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa
disminuya o incluso desaparezca.
El efecto pigmalión tiene su origen en un mito griego consistente en un escultor
llamado Pigmalión (Πυγμαλίων en griego antiguo) que se enamoró de una de sus
creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba
como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la
escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita al
ver el amor que éste sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus
sueños.
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Pygmalión y Galatea, por Angelo Bronzino (1530) . Este suceso fue nombrado
como el efecto Pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo al crear una
escultura tan perfecta que llega a enamorarse de ella.
Productividad
Por ejemplo en el ámbito laboral Si un empleado recibe la continua aceptación de
su jefe, es muy posible que éste exhiba un alto desempeño en sus funciones y por
tanto su rendimiento sea más alto, a la vez que efectivo. Si por un contrario, sus
capacidades son siempre cuestionadas por parte del superior, la actitud indiferente
y desmotivación por parte del subordinado vaya aumentando, lo que
incuestionablemente conllevará una disminución de la cantidad y calidad de su
trabajo. En el mundo de la empresa, el Efecto Pigmalión viene a significar que
todo jefe tiene una imagen formada de sus colaboradores y les trata según ella;
pero lo más importante es que esa imagen es percibida por el colaborador aunque
el jefe no se la comunique. De tal manera que cuando es positiva, todo va bien,
pero cuando es negativa, ocurre todo lo contrario
“Pigmalión en la gerencia”, se explica de forma concisa el efecto Pigmalión en el
mundo organizacional, incidiendo en cómo, por norma general, las expectativas y
creencias que tienen los directivos respecto al comportamiento de sus
colaboradores se acaban cumpliendo.
Esto puede deberse a que somos mucho más trasparentes de lo que nos
imaginamos y, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, si
pensamos que una persona no es lo suficientemente buena para desempeñar
cualquier tarea, acabaremos transmitiéndole a dicha persona un cúmulo de dudas
e inseguridades que repercutirán negativamente en su rendimiento al realizar
dicha actividad, y muy posiblemente, podamos llegar a dañar su autoestima. En
este caso, estaríamos hablando de un efecto Pigmalíon negativo, aunque lo
mismo sucede a la inversa.
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Si pensamos, como líderes, que una persona que tenemos en nuestro equipo va
a destacar en el desempeño de su trabajo, le transmitiremos una confianza
esencial que fortalecerá enormemente la autoestima de dicha persona, teniendo
esto consecuencias muy positivas en su rendimiento y produciéndose, de esta
manera, el efecto Pigmalión positivo.
Al efecto Pigmalión, ya tenga consecuencias positivas o negativas, se le
denomina también profecía de autocumplimiento, ya que las expectativas que
nosotros tenemos sobre los demás, tarde o temprano, acabarán teniendo lugar.
Es así cómo se relata en la leyenda de Pigmalión, afamado escultor y rey de
Chipre que se enamoró de una de sus esculturas, Galatea. Dado que dedicaba
todo su tiempo y amor a su creación, creyendo enormemente en su escultura, la
diosa Venus otorgo vida a la estatua para hacer feliz a Pigmalión.
No me cabe ninguna duda que es completamente esencial creer tanto en nuestros
colaboradores como en sus posibilidades, porque es muy probable que lo que
pensemos sobre nuestros compañeros se acabe materializando tanto en su
bienestar subjetivo como en sus resultados.
Debemos ser conscientes de que un trato indiferente del directivo hacia sus
colaboradores no genera ningún contexto enriquecedor que pueda nutrir al equipo
para ayudarle a conseguir los objetivos marcados. Más bien sucede todo lo
contrario.
Ante la indiferencia, las personas que tenemos a nuestro cargo pueden llegar a
sentir que no nos preocupamos lo suficiente por ellos, e incluso pueden llegar a
sentirse utilizados o prescindibles, disminuyendo considerablemente su
aportación en el equipo. No es de extrañar que estas personas que no se sienten
valoradas aumenten su absentismo laboral o busquen otra organización donde
sí se tengan en cuenta sus actuaciones y su entrega.
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Por tanto, debemos poner especial atención tanto a nuestro comportamiento
como a las expectativas que generamos acerca de nuestros colaboradores,
puesto que mediante ellas estaremos condicionando a todo nuestro equipo y no
debemos olvidar nunca esas sabias palabras de J.W.Goethe que dicen lo
siguiente:
“Trata a una persona tal y como es y seguirá siendo lo que es; trátala como puede y debe ser y se convertirá en lo que puede y
debe ser”
Los gerentes exitosos no eligen a sus subordinados al azar o lanzando una
moneda al aire; son cuidadosos al seleccionar sólo a aquellos que “saben” que
tendrán éxito. Tal como indicó el gerente zonal de Metropolitan en Rockaway,
Alfred Oberlander: “Cualquier hombre o mujer que empiece con nosotros se
convertirá en un agente de seguros de vida de primera clase, o no le habríamos
pedido a él o a ella que se sumase al equipo”. Cuando se les presiona para
explicar cómo “saben” si una persona tendrá éxito, los mejores gerentes terminan
por decir normalmente algo así como: “Las cualidades no son tangibles, pero las
reconozco cuando las veo”. Tienen dificultad para ser explícitos, porque su
proceso de selección es intuitivo y basado en una inteligencia interpersonal que es
difícil de describir. La clave está en su capacidad para identificar subordinados
con los que podrían trabajar de forma efectiva; personas con quienes son
compatibles y con cuya química personal enganchan. Cometen errores, por
supuesto. Pero desisten de un subordinado en forma lenta, porque significa
también desistir de sí mismos, de su juicio y habilidad para seleccionar, formar y
motivar a las personas. Los gerentes menos eficaces seleccionan subordinados
de forma más rápida; y tiran la toalla antes, porque creen que la falta de
adecuación es culpa del subordinado, no de ellos.