Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Escuela de Periodismo Carlos Septién García MAESTRÍA EN PERIODISMO POLÍTICO RVOE ACUERDO SEP 2007128 19/II/2007 EL MOVIMIENTO DEL 10 DE JUNIO DE 1971. TESTIMONIOS GRAN REPORTAJE QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN PERIODISMO POLÍTICO PRESENTA: JOEL ORTEGA JUÁREZ ASESORA: DRA. MARTA DURÁN de HUERTA PATIÑO MÉXICO, D.F. NOVIEMBRE DE 2011

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Joel Ortega Juárez Noviembre, 2011

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Escuela de Periodismo Carlos Septién García

MAESTRÍAENPERIODISMOPOLÍTICORVOEACUERDOSEP200712819/II/2007

ELMOVIMIENTODEL10DEJUNIODE1971.TESTIMONIOS

GRANREPORTAJE

QUEPARAOBTENERELGRADODEMAESTROENPERIODISMOPOLÍTICO

PRESENTA:

JOELORTEGAJUÁREZ

ASESORA:DRA.MARTADURÁNdeHUERTAPATIÑO

MÉXICO,D.F.NOVIEMBREDE2011

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Para Belinda Haro permanente compañía en mis aventuras vitales e intelectuales; soporte amoroso y firme en los momentos críticos. Para Laura por su cariño filial siempre dispuesto a resolver los desafíos durante la elaboración de este testimonio. Para Joel por sus críticas, aportes griegos a estos alegatos latinos. Para Jose dulce y sabia en sus opiniones y su respaldo. Para Iliana por su cercanía y alegría motores de siempre, hoy enriquecidos por Hannah.

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AGRADECIMIENTOS

A mi asesora Marta Durán de Huerta, por sus consejos y las largas sesiones que dedicó

a este trabajo.

A Jenaro Villamil por sus generosas consideraciones para estos testimonios.

A José Luis Vázquez por su estímulo para iniciar este esfuerzo.

A José Reveles por su valioso testimonio.

A Enrique Herrera por su valiente renuncia y su confianza a este trabajo.

A Rosario Áviles por su amistad y solidaridad.

A Josefa Erreguerena quien me obsequió su experiencia teórica desde los umbrales de

esta labor.

A Claudia Estrella Velázquez por su apoyo desde el primer día en la Septién.

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ÍNDICE

Introducción 1TestimoniodeJoelOrtega 7TestimoniodeJoséReveles 43TestimoniodeEnriqueHerreraBurquetas 48Conclusión 50Anexos 55Bibliografía 96

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INTRODUCCIÓN

Las trampas ideológicas y políticas se ciernen permanentemente como inevitables

conjuras contra la objetividad y como sistemáticas tentaciones de protagonismo y

subjetividad; para recrear una épica, que puede convertirse en mercancía, para

sustentar, incluso, una forma de vida.

Es muy frecuente, en nuestros días, tanto en el periodismo cotidiano como en los

ensayos pretendidamente teóricos, colocar en el centro cuestiones estridentes, el viejo

amarillismo, que es por naturaleza una atmósfera de asuntos, affaires, muy vinculados

a las entretelas de las elites.

Quien escribe mientras ocurren los hechos deja documentado lo que la gente no sabía

entonces; por ejemplo que el muro estaba a punto de caer.

Estas reflexiones de Timothy Garton Ash, en su libro Historia del Presente; son desafíos

indescifrables, inéditos y hasta insolentes para quien trate (como es mi caso) de

apuntar algunas consideraciones en torno a acontecimientos vividos personal y

recientemente.

Por eso sostengo que, pese a todos sus inconvenientes, la aventura literaria de escribir “historia del presente” siempre ha merecido la pena, y ahora todavía más, por la forma de hacer y documentar historia en nuestros días; y porque le ha perjudicado la evolución habida en las profesiones del periodismo y la historia académica. No obstante, uno puede hartarse pronto de tanta introspección metodológica. En mi opinión el hábito generalizado y compulsivo de etiquetar, encasillar y compartimentar es una enfermedad de la vida intelectual moderna. Dejemos que el trabajo hable por si mismo. Al final, lo que importa es una sola cosa: ¿es el resultado auténtico, importante, interesante o conmovedor? Si lo es, que más da la etiqueta. Y si no lo es, entonces, no merece la pena leerlo1.

1GartonAsh,Timothy.Historiadelpresente.ensayos,retratosycrónicasdelaEuropadelos90.Barcelona,España:Tusquets,Tiempodememoria,2000.p.23.

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El objetivo central de éste trabajo es comprender la movilización del diez de junio de

1971.

Esta lucha ha sido relegada a un segundo plano, por buenas y malas razones, ante el

episodio libertario y trágico del movimiento del 68.

Cada profesión tiene su defecto característico. Si tuviera que resumirlo en una palabra,

diría que el defecto de la labor periodística es la superficialidad, y el del trabajo

académico, la irrealidad2.

En el México de los 60 y los 70 había comenzado la crisis de la hegemonía priista.

Su expresión social más aguda fueron los movimientos sindicales y de trabajadores de

finales de la década de los 50 y principios de los 60.

Una lucha por demandas salariales y recuperación de la organización sindical, generó

entre los ferrocarrileros un movimiento inédito. Consiguieron elegir democráticamente a

sus dirigentes, llevaron a Demetrio Vallejo a la Secretaría General de su Sindicato.

Lograron conquistar importantes demandas gremiales en la primera fase del

movimiento en 1958 y en la segunda que estalló una huelga en los primeros meses de

1959; sufrieron una desmedida represión del gobierno del presidente Adolfo López

Mateos.

El ejército tomó las instalaciones de Ferrocarriles Nacionales de México, miles de

trabajadores fueron encarcelados, los locales sindicales fueron ocupados por el ejército

o la policía y sus dirigentes fueron procesados por varios delitos, entre ellos el de

disolución social.

Valentín Campa, viejo dirigente comunista, Demetrio Vallejo y otros líderes sufrieron

varios años de prisión.

La lucha por su libertad se convirtió en emblemática.

David Alfaro Siqueiros y Filomeno Mata también fueron encarcelados, por haber creado

un Comité Pro Libertad de Presos Políticos.

2GartonAsh,Timothy.Ibid.,p.21

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Al gobierno no le importó apresar a uno de los mexicanos más prestigiado a nivel

mundial, como lo era el muralista David Alfaro Siqueiros.

Una situación semejante padeció el magisterio. Othón Salazar Ramírez encabezó una

lucha por la democratización de la Sección IX del Sindicato Nacional de Trabajadores

de la Educación, SNTE, que agrupaba a los maestros de primaria del Distrito Federal.

Los maestros consiguieron llevar a la Secretaría General de la Sección IX del SNTE al

profesor Gabriel Pérez Rivero compañero de Othón Salazar y miembro del Movimiento

Revolucionario del Magisterio.

Con esa dirección sindical obtuvieron significativas conquistas laborales y salariales.

Igual que los ferrocarrileros, los maestros fueron reprimidos. Othón Salazar también fue

encarcelado, aunque su prisión fue mucho menos prolongada que la de los

ferrocarrileros. Vallejo y Campa pasaron más de diez años en prisión, incluso Siqueiros

y Filomeno Mata permanecieron presos varios años.

Esa atmósfera autoritaria y represiva se extendía a todo el país y diversos sectores

sociales.

En 1962 el antiguo zapatista y líder agrario Rubén Jaramillo fue asesinado junto con su

esposa en el estado de Morelos. Muchos movimientos campesinos fueron sofocados

por el ejército.

Todos los años 60 los universitarios padecieron la represión estatal. Muchas

Universidades del país fueron ocupadas por el ejército.

El descontento se expandió a sectores de las capas medias.

En 1965 estalló un movimiento nacional entre los médicos de las instituciones de salud

públicas; su lucha también fue reprimida.

Este era el contexto político que dio origen a los movimientos del 68 y el diez de junio

que analizamos en este trabajo.

En ese marco se basa la hipótesis central:

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La lucha por ganar la calle efectuada por los manifestantes del jueves de corpus, el 10

de junio de 1971, en San Cosme; sintetizó la aspiración y defensa de las libertades

democráticas conculcadas, por décadas, bajo el régimen autoritario priista.

El hilo conductor del trabajo es mostrar el daño causado al desarrollo político nacional,

por la hegemonía de la cultura, ideología y políticas autoritarias del Estado envueltas

bajo los paradigmas de la Revolución Mexicana.

Al mismo tiempo, se intenta probar cómo se resistió a esa política desde el movimiento

social y político autónomo.

Los casos paradigmáticos de esa resistencia autónoma son el movimiento estudiantil

del 68 y la manifestación del diez de junio de 1971.

La hipótesis original de éste trabajo es el papel del movimiento estudiantil mexicano de

las décadas de los 60 y 70; que cumplió las tareas que Carlos Marx y Antonio Gramsci

le asignaban al Partido proletario.

Se trata del Partido en sentido histórico, no del partido electoral con registro del sistema

político mexicano actual.

Marx hablaba de nuestro partido en el gran sentido histórico, que concentra en sí mismo

los intereses revolucionarios de la sociedad, para llevar a cabo las tareas históricas que

surgen automáticamente de las tareas históricas de la revolución3.

Antonio Gramsci, dice “… el partido anticipa idealmente los momentos del proceso

histórico de la sociedad y se prepara para ser capaz de dominarlos cuando sucedan: se

convierte él mismo en coeficiente activo de la historia italiana y le preocupa de manera

sustantiva la autonomía del partido cuando señala: la autonomía y la independencia de

los asociados, es la primera condición necesaria para la vitalidad y la historicidad de

una asociación”.4

Según el criterio de esos pensadores, Marx y Gramsci, el partido es:

• Memoria histórica.

3Marx,Carlos,LasluchasdeclaseenFranciade1848a1850.4Gramsci,AntonioinElgritodelpueblo,14deseptiembrede1918.

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Ese papel lo desempeña el movimiento estudiantil cuando rescata la herencia de las

luchas de los trabajadores de fines de los años 50 y principios de los 60, principalmente

las de los ferrocarrileros, encabezados por Valentín Campa y Demetrio Vallejo. Esa

recuperación de la memoria histórica se expresa gráficamente en las imágenes de

ambos dirigentes, Vallejo y Campa, llevadas como cárteles en las manifestaciones del

movimiento de julio-diciembre de 1968.

• Vanguardia política.

Cuando los estudiantes movilizados asumen la lucha en defensa de los intereses

populares y se desplazan a los lugares en donde se realizan esas luchas, como las

fábricas y huelgas. Desempeñando entonces un papel de vanguardia política ante la

ausencia de un partido que lo desempeñe.

• Promotor y formador de organizadores sociales y políticos.

Al desplazarse a todas las luchas, a través de decenas y cientos de activistas que se

asumen como organizadores de los movimientos.

• Consciencia crítica.

Lo realizan de muchas maneras: distribuyendo periódicos, organizando conferencias,

círculos de estudio e incluso obras artísticas como el teatro, exposiciones pictóricas y

otras formas de expresión que dotan de consciencia a los movimientos.

• Constructor y educador de una nueva cultura.

Aquí podemos encuadrar las inmensas aportaciones del movimiento estudiantil a través

de múltiples expresiones en: conciertos, obras teatrales, cine clubes y otros.

En el cuerpo central del texto se trata el movimiento del diez de junio. También se

refiere el movimiento de los universitarios de Nuevo León como antecedente.

Es mi Testimonio como uno de los participantes, organizadores y quien encabezó la

manifestación del Jueves de Corpus, aquel 10 de junio de 1971 en las calles de San

Cosme.

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También se incluye el Testimonio de José Reveles, periodista que cubrió esa

manifestación y otros acontecimientos cruciales de esa etapa de la historia del país y lo

ha seguido haciendo a lo largo de más de cuarenta años.

Es un periodista muy reconocido que ha obtenido múltiples reconocimientos entre ellos

el Premio Nacional de Periodismo, en el género de Reportaje 2001.

Otro Testimonio muy valioso es el de Enrique Herrera, quien era Subsecretario de la

Secretaría de Comunicaciones y Transporte y Director fundador de Notimex durante el

gobierno de Luis Echeverría.

En un gesto de gran valentía renunció a ese alto cargo en protesta por la matanza de

estudiantes, perpetrada por el gobierno de Echeverría.

Narra como vivió ese 10 de junio de 1971, desde las entrañas del poder.

Se registran los debates en torno a la pertinencia de la realización de la manifestación y

la conducta ante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez y su política denominada

Apertura Democrática.

En las Conclusiones se abordan cuáles son y qué aportaciones tuvo el movimiento del

diez de junio de 1971, al proceso de cambios, largo y contradictorio, que sigue

enfrentando tendencias restauradoras. Estas intentan demostrar los avances y

retrocesos del movimiento social y las tareas y desafíos pendientes.

La bibliografía es un elemento central de la investigación, es una recopilación de los

libros, casi completa, editados hasta la fecha en torno al tema del movimiento

estudiantil.

También se integran como anexos, documentos muy importantes de esos días, entre

ellos el Manifiesto 10 de junio y la Carta de Renuncia de Enrique Herrera.

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TESTIMONIO DE JOEL ORTEGA

Nuevo León como el punto de partida del 10 de junio de 1971

Una cosa muy interesante es que luego de la masacre del 2 de octubre y en general

después de los movimientos del 68 a nivel mundial, todos los movimientos estudiantiles

se postraron, quedaron completamente derrotados y lo curioso es que en México que

hubo la matanza de Tlatelolco, se tuvo la capacidad de reconstruir el movimiento en un

periodo muy breve.

El lugar donde se dio ese renacimiento fue la Universidad de Nuevo León de Monterrey.

En Nuevo León, la Universidad dio una lucha a fines de 1970 por su autonomía,

entonces era Universidad de Nuevo León; punto, no tenían autonomía. Y esa lucha por

la autonomía, la encabezaron los estudiantes, profesores, trabajadores que militaban,

casi todos, en el Partido Comunista Mexicano. En esa Universidad había esa tradición,

de participación del Partido Comunista en el medio estudiantil, actuaban entre los

estudiantes a través de un movimiento que se llamaba, Movimiento de Estudiantes

Democráticos - MED.

Entre sus organizadores estaban Celso Garza Guajardo, Arturo Delgado, Arturo

Martínez Nateras, José Luis Sustaita y Oscar Guajardo. Entre los maestros, Tomás

González de Luna, Máximo de León Garza y Rolando Guzmán quien fue el primer

secretario general del Sindicato de profesores.

Es interesante recordar que entre los miembros de la Asociación de Jóvenes de la

Esperanza y la Fraternidad - AJEF, jóvenes masones, estaban César Yáñez, Pedro

Sánchez y Arturo Vives pioneros de las Fuerzas Populares de Liberación, semilla del

Ejército Zapatista de Liberación Nacional - EZLN, encabezado por el subcomandante

Marcos, quienes se sublevaron el primero de enero de 1994 y tomaron cuatro palacios

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municipales en Chiapas. Con enfrentamientos con el ejército, durante diez días, con

saldo de muchos muertos.

En Monterrey, también existía la OCU - Organización Católica Universitaria, de donde

surgieron muchos integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, entre ellos

Ignacio Salas Obregón, Oseas (apodo tomado de la Biblia: profeta que transmite la

palabra de Jehová).

Los integrantes del Partido Comunista eran muchachos radicales, conviene que nombre

algunos, uno de ellos era Raúl Ramos Zavala, quien dos o tres años después fue

asesinado por la policía política en una emboscada, en el Parque México en el Distrito

Federal. Cuando Raúl era profesor de Economía en la UNAM, fue de los fundadores de

la Liga Comunista 23 de Septiembre, de la corriente que se nombra Procesos porque

escribieron un texto que hablaba de los procesos y así les quedó como identidad.

Estaba también en ese movimiento estudiantil democrático, Eduardo González, que era

dirigente de la Escuela de Economía; fue después profesor de la UNAM y fue el

coordinador de la campaña electoral de Heberto Castillo, en 1988 para la presidencia

de la República por el Partido Mexicano Socialista - PMS, quien después declinó a favor

de Cuauhtémoc Cárdenas y se integró al Frente Democrático Nacional. El FDN realizó

la campaña más importante hasta ese momento de la izquierda. Incluso muchos

ciudadanos mexicanos creemos que ganó y fue víctima de un fraude colosal, por parte

de Manuel Bartlett y el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari.

Estos compañeros - Raúl Ramos Zavala fundador la Liga Comunista 23 de Septiembre

y dirigente de la Juventud Comunista, así como Eduardo González que murió unos

quince años después, en 1988 como coordinador de la campaña de Heberto Castillo-

eran los más destacados cuadros de la Juventud Comunista en Nuevo León.

Incluso había miembros del Partido Comunista, entre las autoridades de la Universidad

de Nuevo León, porque tenían mucha tradición en esa universidad.

También tenían fuerza entre el Sindicato de Profesores y el Sindicato de Trabajadores,

cosa que era bastante insólita, inédita en esa época, ahora ya no tiene chiste, pero en

esa época prácticamente era la única Universidad donde había sindicato de

trabajadores, de profesores y organización estudiantil.

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Eso les permitió, ganar esa batalla por la autonomía, a fines de 1970. Ante ello en 1971

el gobierno Federal de Luis Echeverría y el gobierno estatal de Eduardo A. Elizondo

Lozano, reaccionaron en contra de la Universidad y quisieron imponer una legislación

muy retrógrada, donde proponían como órgano de gobierno, una Asamblea

Universitaria; que estaba integrada por representantes de la patronal, de los sindicatos

oficiales del PRI y otros factores de poder en el Estado de Nuevo León.

Los universitarios todos, profesores, estudiantes, trabajadores y autoridades se

opusieron a esa Ley y empezó el Movimiento.

Comenzó con un campamento frente al Colegio Civil, antecedente de la Universidad de

Nuevo León, que era la sede de la Preparatoria. Ahí instalaron su campamento, método

de lucha novedoso en México en aquel entonces. No era una cosa frecuente como lo es

hoy, por ejemplo el campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas - SME.

Ese Campamento se instaló y duró varias semanas, meses, y a partir de esa lucha se

generó, un movimiento de solidaridad en todo el país. De enero a marzo de 1971 se

desarrolló una agitación por todo el país de los activistas. Entonces usábamos el verbo

agitar sin ningún rubor.

Yo fui a Sinaloa, a Guadalajara, a casi todas las Normales Rurales del país. Eran 29 en

todos los estados, por ejemplo en Chiapas, Matumactzá, en el sureste y hasta Salaices

en Chihuahua en el extremo norte. Tuvieron su auge con el gobierno del presidente

General Lázaro Cárdenas del Rio, en su sexenio de 1934 a 1940. Eran escuelas que

tenían internados, en donde vivían los estudiantes.

Todavía existen algunas, hace poco hubo un movimiento en la escuela Normal de

varones del Mexe, Hidalgo y otro en Ayotzinapa, Guerrero, normal donde estudió Lucio

Cabañas Barrientos, guerrillero rural, cercano al Partido Comunista, debido a su

militancia original en la Juventud Comunista.

Las normales eran para varones ó para muchachas, no había mixtas. Una normal de

mujeres es la de Palmira, en la salida de Cuernavaca hacia Acapulco.

En fin, yo conocí bastantes, en Galeana en Nuevo León, muy cerca de Monterrey, por

cierto, estaba otra Normal de mujeres. Pero después del 68 el Presidente Gustavo Díaz

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Ordaz cerró muchas de las normales, hubo una resistencia muy fuerte, contra esos

cierres.

La ira de Díaz Ordaz contra las Normales Rurales se produjo porque fueron las únicas

escuelas que después del 2 de octubre, hicieron un paro en contra del gobierno,

apoyando a los estudiantes del Distrito Federal – D. F.

Después de la matanza de Tlatelolco, se crearon los Comités de Lucha en la UNAM,

Politécnico, Chapingo, Universidad Iberoamericana, Colegio de México. Se logró

conformar un organismo que se denominaba, Comité Coordinador de Comités de

Lucha, que por economía de palabras se le puso CoCo.

Los comités de lucha fueron los herederos de los antiguos organismos de los

estudiantes del 68. Tampoco había las federaciones estudiantiles, que existían antes

del movimiento de ese año y que fueron combatidas por ser aparatos de control del

gobierno, semejantes al sindicalismo oficial, conocido como charro. Había comités de

lucha en cada escuela, en Economía, en Filosofía, en Ingeniería, en todos lados.

Ese Comité Coordinador de Comités de Lucha actuaba en esta zona del centro del

país, en el D.F. y su zona conurbada. Repito UNAM, Politécnico, Chapingo, Colegio de

México y Universidad Iberoamericana y Normal, Escuela Nacional de Maestros, y

Normal Superior éramos los que integrábamos el Comité Coordinador de Comités de

Lucha.

Alrededor de setenta escuelas, cada escuela tenía a tres representantes al comité

coordinador, quienes eran electos por una asamblea, la asamblea correspondiente de

Economía, de Ciencias, de Filosofía, de Chapingo, y éramos representantes

revocables, no había permanentes, si no cumplían las orientaciones de la asamblea los

removían, a quien fuera, no había lo que llamábamos, vacas sagradas. Cualquiera

podía ser representante, pero también podía ser destituido.

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Unión Obrero Estudiantil

Todo este proceso de solidaridad con Nuevo León, también se acompañó, eso es muy

importante recordarlo; de solidaridad con huelgas de trabajadores, sobre todo con la

que más fuerza tuvo, la más simbólica fue en la fábrica Ayotla textil, ubicada por la

carretera de Texcoco.

Una fábrica textil muy antigua, que estuvo en huelga, el movimiento universitario los

apoyó mucho.

Este segundo aspecto tiene mucha importancia porque durante el 68 aprendimos que

sin los obreros no íbamos a lograr nada.

Construir la llamada unión obrero-estudiantil, era una meta muy importante. Se intentó

en el 68 pero no se consumó.

Salvo en sectores aislados, del SME por ejemplo, conseguimos apoyo de los

trabajadores, incluso fueron a algunas de las manifestaciones, particularmente la del 13

de septiembre; la marcha del silencio. A ella fue un contingente más o menos de mil

trabajadores electricistas, quiénes fueron a pesar de su Dirección sindical, la que estaba

en desacuerdo con el movimiento, pero ellos fueron.

En general no hubo la respuesta que hubiéramos deseado. Hubo pocos trabajadores

que apoyaron al movimiento; aparte de los del SME: pequeños sectores de los

ferrocarrileros y una huelga de profesores de primaria del Distrito Federal, pero ésta fue

después del 2 de octubre.

No hubo respaldo obrero en términos de trascendencia.

No conseguimos lo que por ejemplo en Francia, sí logró el Mayo Francés, el apoyo de

los trabajadores.

Por eso se quedó como una meta, una obsesión, como una necesidad.

En el movimiento previo al 10 de junio de 1971, había simultáneamente dos metas

principales: apoyar a los universitarios de Nuevo León y a los trabajadores en huelga.

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Las huelgas locas

Eran pequeñas huelgas de fábricas, les llamaban huelgas locas; por varias razones.

Primero porque eran en pequeñas empresas, como Spicer en Coapa. Segundo porque

no se hacían ajustándose a la legalidad, o sea no se emplazaba a huelga ante la junta

de conciliación correspondiente.

Eran luchas de trabajadores que de facto estallaban la huelga, no se seguían

formalidades.

Las huelgas locas eran huelgas de facto, que Valentín Campa llamaba huelgas

constitucionales. El decía que en el artículo 123 de la Constitución, estaba establecido

el derecho de huelga y que las restricciones de la Ley Federal del Trabajo, no teníamos

porque respetarlas. Eran limitantes del derecho de huelga. Las huelgas

constitucionales, no es que fueran al margen del derecho; se apoyaban en la

Constitución, pero se hacían al margen de los trámites de la Ley Federal del Trabajo,

como la toma de notas del Comité Ejecutivo del Sindicato, tan perniciosa que se usó

recientemente para golpear al SME y luego liquidar la Compañía Mexicana de Luz y

Fuerza del Centro. Apoyábamos a trabajadores que tenían alguna demanda de tipo

salarial o de orden sindical; de reconocimiento de sus dirigentes: para eso se ponían en

huelga para presionar y obligar al gobierno a reconocer al sindicato. Eso ocurrió en

muchas pequeñas huelgas en fábricas, pero las más importantes que recuerdo fueron

Ayotla Textil y Spicer. En ambas huelgas, los estudiantes fueron un factor

importantísimo de apoyo; porque íbamos repartiendo volantes, haciendo guardias

nocturnas y diurnas en los piquetes de huelga; ahí se dio en la práctica la unión obrero-

estudiantil.

Libertad presos políticos

La movilización previa a al 10 de junio fue por un tercer factor; la libertad de los presos

políticos. Ese es el otro pie del Movimiento del 10 de Junio.

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Porque quedaban todos los presos del 68 y además seguían presos desde 13 años

atrás los presos ferrocarrileros, sobre todo Demetrio Vallejo y Valentín Campa.

Demetrio Vallejo fue detenido en marzo de 1959 y Valentín Campa un año después.

Valentín Campa se logró esconder un año en la clandestinidad, y tardaron un año en

detenerle. Fue por un error ó un rasgo humano de Valentín, que lo detuvieron.

Durante ese año se quedaba cada día en una casa diferente y un día dijo: voy a ver a

mi mamá y fue a ver a su mamá a un lugar aparentemente solo conocido por él, su

mamá y el grupo que lo apoyaba y cuando llegó ahí, lo detuvieron.

Pudo haber sido una delación, generalmente ese tipo de detenciones eran por delación

porque la policía mexicana actuaba siempre y sigue actuando así.

En éstos días vemos el caso del policía de Monterrey que detuvieron, acusado de haber

participado en el incendio del Casino Royale. Este cuate delató a sus compañeros y

luego le mataron a su familia entera. Quizá lo torturaron, lo obligaron, cierto o no, a

señalar, a "dedear" como se dice en el lenguaje delincuencial, a otras personas.

Aprovecho para contar algo que es muy triste, duro: Valentín Campa y Demetrio Vallejo

durante todos los años que estuvieron en la cárcel, no se dirigían la palabra uno al otro.

Porque ambos tenían criterios distintos sobre la huelga de ferrocarriles de 1958-59 y era

tan dura la manera de defender ideas o tan intransigente, como la queremos ver, que

llegaron al extremo de no dirigirse la palabra nunca.

Era terrible, si se toma en cuenta que además estaban prácticamente solos, entre

cientos de presos comunes, únicamente había algunos presos ferrocarrileros como

Miguel Aroche Parra, Alberto Lumbreras, J. Encarnación Pérez Gaytán Chón y Gilberto

Rojo Robles.

Fue una prisión tan larga y ni siquiera pudieron mantener la amistad, es algo

inexplicable, tremendo humanamente.

Ambos, Campa y Vallejo, eran hombres de los que ya tristemente no tenemos.

Eran obreros, para empezar, no eran ajenos a los obreros.

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Campa fue durante años trabajador de la fundidora de Monterrey, trabajador del acero y

luego ferrocarrilero, y Vallejo también fue peón de vía, no era de oficina. Eran

trabajadores reales.

Uno y otro con historias muy impresionantes. Hay biografías y testimonios muy

interesantes de ambos

Traté mucho a Valentín, incluso me escondí en su casa unos días, cuando protesté

ante Echeverría en 1975, durante su insolente visita a la UNAM.

Yo tuve como compañero a uno de los hijos de Demetrio Vallejo, en la Escuela de

Economía, Fernely Vallejo Garamendi, participó en el 10 de junio y en el Movimiento del

68. Vive. Es un cuate que esta casi ciego, es un promotor de los juegos de ajedrez, en

una carpa que está en la Ciudadela. Lo acabo de ver hace unos meses, precisamente

cuando fui a dejar mi libro 10 de junio: ganamos la calle, a la Biblioteca México. Platiqué

con él, es un muchacho pobrísimo. Con Demetrio Vallejo realicé una campaña electoral

en 1985, él en el distrito XVIII en el norte de la ciudad, donde estaba la refinería de

Atzcapozalco y yo en el IX que incluye el barrio de Santa Julia, donde nací.

Él iba en las listas plurinominales y llegó a ser diputado por unos meses, pues murió en

el mes de diciembre de ese año y se convirtió en diputado su suplente, Alejandro

Encinas.

Resumiendo, hasta ahora llevamos en éste recuento tres demandas: 1) apoyo a Nuevo

León; 2) unión obrero- estudiantil; 3) libertad a presos políticos.

Rechazo a la apertura democrática

Luego había una cuarta consigna, muy importante, que se forjó alrededor del

movimiento de reacción frente al gobierno: rechazo a la apertura democrática de Luis

Echeverría Álvarez.

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El Presidente Echeverría que había tomado posesión el 1° de diciembre de 1970, llegó

con una intención digamos de “restañar” las heridas políticas sociales que había dejado

la matanza del 68.

Ofreció una apertura democrática, es decir cambiar el autoritarismo. Eso fue pura

demagogia.

Algunos intelectuales incluso muy importantes le creyeron. Consideraron que la

apertura democrática de Echeverría era real, nos decían: démosle el beneficio de la

duda, y entre otros estaban: Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero, Fernando

Benítez, Carlos Fuentes, y otros que llegaron elaborar la idea conceptual, no era una

simple consigna, Echeverría ó el fascismo. Esa política lastimó al movimiento

democrático de izquierda, porque había un sector que creía en la apertura y nosotros

estábamos muy radicalizados, y decíamos lo contrario: rechazo a la apertura

democrática de LEA.

Teníamos un rechazo a Echeverría por su participación como secretario de

Gobernación en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz y su innegable complicidad con la

matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968.

Además porque su gobierno, recién iniciado, quería imponer una ley fascista en la

Universidad Autónoma de Nuevo León y mantenía la misma política de reprimir las

manifestaciones a fines de 1970 y 71.

Entonces había datos como para decir: no hay que confiar en el gobierno.

La represión se realizaba de manera combinada, se usaba a la policía y al ejército:

básicamente en la ciudad de México, eran los granaderos, pero si había mucha fuerza

del movimiento, recurrían al ejército.

También comenzaron a entrenar y preparar a los halcones, que eran un grupo

paramilitar, que entrenaba un militar, el entonces coronel Manuel Díaz Escobar

Figueroa.

Incluso parte de esos cuerpos militares represivos los entrenaron en Estados Unidos.

Los halcones, no eran ajenos al Estado: simplemente no eran cuerpos regulares de la

policía o el ejército, por ello no podían decir que el financiamiento lo hacía el Estado.

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Ahora sabemos que así fue.

Jorge Carrillo Olea, quien fue jefe de la sección segunda del Estado Mayor Presidencial

con Echeverría; nada menos que la encargada de realizar las labores de inteligencia;

acaba de publicar el libro México está en riesgo, donde asume que efectivamente

tenían ese cuerpo. También confirma que Echeverría y Fernando Gutiérrez Barrios

actuaron con toda la fuerza del Estado para impedir que los estudiantes: nos tomen la

calle. Su biografía es un compendio de fechorías contra la sociedad, incluyendo su

nefasto periodo como gobernador de Morelos, donde tuvo que renunciar por sus

vínculos con el crimen organizado.

Ya estamos en el cuarto punto rechazo a la apertura democrática.

Reforma universitaria nacional

El quinto punto esta vinculado al primero; reforma universitaria democrática a nivel

nacional.

Era la lucha por convertir a las universidades en instituciones gobernadas por

estudiantes y maestros, de manera democrática y no como era y sigue siendo por un

pequeño grupo como en la UNAM, a través de la Junta de Gobierno que son 15

integrantes que designan al rector y al resto de las autoridades universitarias.

Ese era el quinto punto del movimiento.

Había solidaridad con el movimiento a nivel internacional, particularmente con Chile.

Ganar la calle

Cuando tomó posesión el presidente Salvador Allende, el 4 de noviembre de 1970,

hicimos una manifestación interna en el Instituto Politécnico Nacional – IPN porque el

gobierno no nos dejó salir a la calle. Fue en la celebración del triunfo de Allende y de

Page 21: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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solidaridad con Ayotla, donde por primera vez utilizaron a los halcones, en el campus.

Los paramilitares utilizaron solamente kendos, no armas y entonces los estudiantes

logramos rechazar la agresión.

Todo este cuadro, a algunos nos hacía pensar, con cierta dosis de ingenuidad, que la

manifestación del 10 de junio, si la reprimían, iba a ser con kendos y bueno pues... ¡A

como nos toque!

Incluso en ciertas escuelas, por lo menos la mía, Economía, deliberadamente hicimos

palos muy gruesos para las mantas, con la intención de usarlos si había un choque con

los halcones.

Porque pensamos que no iba a pasar de eso: palos contra palos.

En eso confiábamos, porque éramos más y con la convicción de que los otros eran

cuerpos represivos, mercenarios y nunca es igual cómo lucha alguien por ideas, que

alguien que lucha por una paga, eso desde los griegos, no descubro el hilo negro.

Toda esta atmósfera fue gestando un gran movimiento, era como un embarazo, iba

creciendo el vientre de esa mujer rebelde, masiva, desde diciembre del 70.

Se conquista la autonomía en la Universidad de Nuevo León, se reanuda la lucha en

enero - marzo de 1971, por que hay una intención del Estado de frenarla, al imponer la

Ley Elizondo.

La lucha se expande por todo el país, se suma la causa de los obreros, la libertad de los

presos políticos, el rechazo a la apertura democrática y la conquista de la calle,

ejerciendo el derecho constitucional de manifestación.

El debate interno

Y en ese contexto se realizan asambleas muy intensas, muy agrias. Por un lado los que

pensábamos que había que rechazar la apertura democrática. Básicamente los comités

de lucha de Economía, de Chapingo, del Politécnico, de Medicina, de Ciencias

Políticas, y políticamente asociados o simpatizantes del Partido Comunista, de la

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Juventud Comunista y también de los grupos maoístas, de los grupos trotskistas o de

grupos castristas, como los que se agrupaban en Estrategia, que dirigían los maestros

Alonso Aguilar y Fernando Carmona en Economía quienes editaban una revista con

ese nombre. Todo eso era el bloque radical.

Y el bloque moderado, por llamarle de alguna manera, encabezado por escuelas como

la Facultad de Ciencias y dirigentes como Salvador Martínez de la Rocca, alias el Pino

(este personaje ha sido varias veces diputado federal, local y delegado, actualmente es

asesor de Marcelo Ebrard, donde hace campaña en favor del delfín del jefe de

Gobierno para sucederlo, el secretario de Educación, Mario Delgado) que había estado

preso en 68; por Gilberto Guevara Niebla que fue del Consejo Nacional de Huelga,

también estuvo preso, por Raúl Álvarez Garín fue dirigente del 68 y estuvo también

preso; por Miguel Eduardo Valle, el Búho, también estuvo preso y fue dirigente del

Consejo Nacional de Huelga - CNH, representando a la Escuela de Economía, como los

más connotados .

En el bloque radical; es muy importante no olvidarlo, estaban las Preparatorias

Populares, con sus líderes. Entre ellos, Joel Ochoa, lo recuerdo perfectamente porque

se llama igual que yo, el negro Ochoa le decíamos.

Es uno de los dirigentes actuales del movimiento chicano en Los Ángeles, California.

En ese Bloque estábamos los de Economía: Pablo Gómez, Gastón Martínez y yo

mismo; los de Medicina con Raúl Moreno Wonchee; los de Filosofía con Jesús

Sandoval. En Arquitectura los compañeros anarquistas como Germinal y hasta los

“acelerados” del Comité de Lucha de Derecho, como Pedro Castillo Salgado de triste

trayectoria y Carlos Arango Napoleón quien hoy es líder de los mexicanos migrantes en

Chicago , Illinois. a través de la Casa Aztlán.

Casi todos los del Politécnico y Chapingo.

El debate era muy fuerte, porque era entre compañeros, pero además los moderados

traían él áurea de ser los líderes del 68.

Les decíamos por eso, de manera un poco insolente: las vacas sagradas.

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Recuerdo mucho cuando regresaron a la escuela de Economía, Eduardo Valle el Búho

y Pablo Gómez.

Yo era el dirigente de la Asamblea y del Comité de Lucha, salieron de la cárcel y

regresaron de Chile a donde los había enviado el gobierno. Los recibimos con mucha

alegría, entusiasmo, emoción, ¡hasta lágrimas hubo!

No a los caudillitos

Pero, teníamos una resistencia muy grande a los líderes absolutos, sin control y

tratábamos de evitar el riesgo de que se convirtieran en figuras mesiánicas. En

caudillitos.

Recuerdo mi bienvenida les dije: bueno compañeros están otra vez con nosotros, nos

alegramos mucho por lo que han sido y los respetamos por lo que tuvieron que sufrir en

la cárcel y en su breve exilio; pero aquí, son uno más.

Se reintegran a la Asamblea y participan como cualquier otro, si sus opiniones, si sus

propuestas y su práctica, eso es muy importante, ese término ya nadie lo usa; su

práctica es reconocida por los muchachos, pueden volver a ser otra vez nuestros

representantes, pero aquí nadie tiene derecho de pernada.

Usaba esa frase un poco agresiva. Aquí se gana la representación desde abajo, y

bueno eso generaba ciertas molestias, muchas tensiones.

Recuerdo mucho, por ejemplo cuando el Búho cada reunión, cada asamblea, se paraba

y proponía además del orden del día que la asamblea elaboraba: primer punto

informes, siempre empezaba con informes, informábamos: en Chapingo se acordó tal

cosa, en Ingeniería ésta. Segundo punto: Nuevo León, otra vez se informaba, y al final

asuntos generales, que no eran tan generales, eran mas bien específicos ¿qué marcha

habría? ¿A dónde? ¿Qué día? Invariablemente el Búho proponía siempre, uno previo:

destitución de Joel Ortega del Comité de Lucha. Yo lo sometía a votación de la

Asamblea, porque era lo que había que hacer.

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Pablo Gómez me decía: ¡no hombre, no le hagas caso! No sí, le reviraba, es una

propuesta, la someto a votación.

La sometíamos y siempre perdía el Búho.

Porque ahí nosotros teníamos la ventaja de que la gente de Economía era muy radical

y el Búho pagaba su moderación porque obviamente la Asamblea no simpatizaba con

sus ideas de que Echeverría representaba un gobierno de apertura.

El radicalismo

Éramos bastante radicales, y había actitudes intransigentes.

A Heberto Castillo, que era de los que proponía creer en la apertura, le pusieron de

apodo Heberturo, jugando con apertura y su nombre Heberto, Heberturo, aperturo.

Cuando se paraba en un mitin o asamblea, la gente le gritaba: ¡Heberturo! como

agresión, no como algo meritorio.

Años después fui amigo de Heberto, o sea no quedó por fortuna mucho encono, pero

en esos días sí.

Echeverría con una gran habilidad el día 5 de junio de 1971, destituyó al gobernador

Elizondo, previamente el 4 derogó la Ley, y destituyó también al rector que era un

militar, Arnulfo Treviño Garza.

Los moderados decían: esto es un triunfo del movimiento, ya no hay que hacer una

manifestación, se echó atrás la Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León, se

destituyó al gobernador y al rector militar ¡es un triunfo!

En lugar de una manifestación en la calle, proponían los moderados, lo que tendríamos

que hacer es una manifestación dentro de Ciudad Universitaria, encabezada por el

rector de la UNAM, Pablo González Casanova y el rector de la Universidad de Nuevo

León, Ulises Leal, como marcha triunfal.

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Y el otro sector que yo encabezaba, que decíamos: no, sí se quitó la asamblea

universitaria fascistoide; sí se quitó la Ley Elizondo; sí se destituyó al gobernador, sí

quitaron al rector militar Treviño.

Pero, pequeño pero, las demandas del movimiento no se cumplieron.

Las razones de la marcha del jueves de Corpus

Estas eran: Ley democrática con cogobierno paritario y una transformación de la

Universidad. Reforma Universitaria Democrática.

Pero además recordemos que no sólo era el tema de la Universidad de Nuevo León,

estaba la demanda de libertad a los presos políticos; el apoyo al movimiento obrero; el

rechazo a la apertura y la reforma universitaria nacional.

Mientras eso no ocurra, no podemos cantar victoria y ceder.

Además estaba implícita otra demanda fundamental que era ¡ganar la calle!

Nos habían impedido manifestarnos:

Hay que ganar la calle, la calle no es de ellos. Es una libertad esencial.

Ese es el otro punto implícito.

Y hubo un debate muy intenso, íbamos a todas las asambleas a Ciencias Biológicas, a

la ESIME - Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica; a la ESIT - Escuela

Superior de Ingeniería Textil, a Chapingo Escuela Nacional de Agricultura; a la

Vocacional 3, a la prepa 6, en resumen a todas las escuelas.

En todas nos enfrentábamos con los representantes de la corriente moderada.

Casi en todas les ganamos los de la posición mas radical que éramos Pablo Gómez,

Raúl Moreno y yo, entre otros.

Nos enfrascábamos en debates a veces largos. De tres, cuatro horas, y al final se

votaba, fuimos ganando asamblea por asamblea. No fue mediante una encuesta. Había

que ganarles abajo, con votos reales, con votos de asamblea. Así lo hicimos.

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La gente estaba ahí y veía y participaba. Opinaba y a veces había golpes, por ejemplo;

en la asamblea de Medicina, tuvimos que bajar físicamente a los porros de la mesa,

porque se adueñaron del Comité de Lucha.

Fue muy dura esa discusión con los moderados y al final en la asamblea del 7 de junio,

votamos en el Comité Coordinador de Lucha y ganamos la posición de salir a la

manifestación.

Ahora el Pino, Salvador Martínez della Rocca dice que yo inventé votaciones de

acuerdos de asambleas.

Hace poco le dije: a ver Pino, esto se resuelve muy fácil, si dices que inventé

asambleas; ¿Por qué fuiste a la marcha? Pero no sólo por qué fuiste tú, sino lo más

importante: por qué fue la asamblea de Ciencias y las de las escuelas que ustedes

influían. Tu afirmación es absurda, me das un poder inaudito: logré movilizar a 10 mil

manifestantes el jueves de corpus, usando mi capacidad de manipulación.

Además eso lo viene a decir ahora, 40 años después, en un libro editado por la

Asamblea de Representantes del DF y la Universidad de Guadalajara que comanda el

mafioso Raúl Padilla. Significativos editores.

Nadie lo dijo en su momento porque no era cierto. Además, fraude no era un término

que se usara en el movimiento estudiantil. Es un término de la jerga electoral. Entonces

las cosas se definían en asambleas. No era una elección en urna. Ahí sí se puede

falsificar un voto. En una asamblea no. Las decisiones están a la vista.

La gente tiene derecho a dar su propia versión de la historia y eso es inevitable. Lo que

no se vale es mentir como lo hace el Pino.

Reconozco: fueron disciplinados y bueno ¡vaya disciplina! pusieron en riesgo su vida,

no era una votación en la Cámara de Diputados, sobre equis legislación. Ir a la marcha

del 10 de junio, era por lo menos arriesgar la libertad de compañeros que tenían tres

años de haber estado presos, o sea no era cualquier cosa, era serio.

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Tarde de 10 de junio de 1971

Llegamos a la manifestación alrededor de las cuatro de la tarde, la manifestación partía

a las cinco.

Lo recuerdo mucho porque salimos de Economía, donde estuvimos toda la mañana

haciendo mantas, organizando a los cuates y a los comités de lucha de otras escuelas.

Nos fuimos en metro y entre los que íbamos iba él compañero Alfonso Vadillo Bello –

esto es importante- que representaba a los estudiantes del Colegio de México, que por

primera vez iban a una manifestación con manta y todo, eso esta, en you tube en

internet, hay imágenes con fragmentos de la marcha y se ve la manta del Colegio de

México.

Fueron cinco del Colegio, pero bueno era muy importante porque era y es una escuela

muy elitista, entre otros, estaba Manuel Camacho Solís, que obviamente estaba en

contra de la manifestación. Era muy simbólico que estuvieran el Colegio de México y la

Universidad Iberoamericana, pero la Ibero ya había estado en 68, era simplemente una

ratificación, la Ibero aunque era y sigue siendo de élite, como sus directivos eran

jesuitas, también sus profesores, había cierta orientación progresista. Este es un

término que ya no se usa: progresista.

Los jesuitas tenían esta vocación por los pobres. Después del 68, cerraron el Colegio

Cumbres, de primaria y secundaria, porque sacaron la conclusión de que era inmoral

tener una escuela para niños ricos en un medio pobre como era México.

Yo me fui con Alfonso Vadillo a la manifestación y al llegar al entorno del Casco de

Santo Tomás, vimos que había mucha policía, muchos granaderos y dijimos, bueno

pues va a estar de la chingada, nos van a reprimir, nos van a impedir la manifestación.

Lo habían hecho muchas veces, citábamos a una manifestación y ya estaba ahí la

policía. O la suspendíamos, porque tampoco éramos suicidas o intentábamos salir, pero

generalmente fracasábamos. Se producían unos choques rápidos con la policía, unos

golpes, unos garrotazos y ¡vámonos! se disolvía la poca gente que se atrevía a salir.

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Sí salimos a la calle

Esta vez habíamos tomado la precaución, de antes de salir, hacer una asamblea rápida

del Comité Coordinador. La hicimos en el auditorio de la Escuela Nacional de Ciencias

Biológicas, para decidir de último minuto qué hacer.

Se volvió a discutir si salíamos o no y otra vez ganamos salir.

Me tocó ser el que subiera al techito de Ciencias Biológicas y desde ahí decirle a los

compañeros: el Comité Coordinador ha decidido que salimos. En ese momento había

dos o tres mil estudiantes.

Usábamos un megáfono, que nos prestaba un grupo que se llamaba Frente Sindical

Independiente, eran sindicalistas del Partido Comunista, que tenían sus oficinas en las

calles de Abraham González.

Minutos antes acababan de detener a Luis Sosa, que era dirigente del Frente Sindical

Independiente. Un viejo comunista, yucateco, ferrocarrilero. Eso está en la prensa del

día siguiente, a él lo usaron para demostrar la infiltración de los comunistas. Según el

gobierno éramos agentes de Moscú y La Habana. Toda esa teoría anticomunista de

Echeverría, la sigue sosteniendo. Dice que el 10 de junio, fue una conspiración Castro-

comunista y el 68 también.

La conspiración Castro-comunista

Lo dice en dos libros recientes: Luis Echeverría Álvarez: entre lo personal y lo político,

de Rogelio Cárdenas Estandía (Planeta, 2008) y en Conversaciones en San Jerónimo,

de Salvador del Río (Libros para todos, 2009).

En el primer libro afirma: “algunos muchachos mexicanos, los que estuvieron en los

Comités de Huelga, tenían contacto con la Embajada soviética, donde les daban sus

centavos, todo ello hizo crecer ese movimiento”5.

5CárdenasEstandía,Rogelio.LuisEcheverríaÁlvarezentrelopersonalylopolítico.México:Planeta,2008.p.80

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Antes de iniciar la manifestación detuvieron a Luis Sosa y a otro muchacho de

Economía que se llama Enrique Quintero, que luego lo sacaron fotografiado con un rifle,

para demostrar que había muchachos armados en la manifestación del 10 de junio. Lo

detuvieron y lo obligaron a posar con esas armas. Era tan absurdo e inverosímil que lo

tuvieron que sacar de los calabozos, porque era algo que no tenía sustento.

Comienza la manifestación

Decidimos salir, fue muy fuerte, yo recuerdo muy bien a un muchacho Rafael

Fernández Thomas, de origen español, él era el representante de la Ibero y me increpó,

ahí cuando estaba yo hablando y me dijo: ¡cabrón vas a ser responsable de esta

matanza! Eres un provocador y otras sandeces. Me pareció terrible, porque estás en

esa tensión de vida o muerte y un tipo te difama.

Salimos y empezamos a avanzar sobre la calle de Carpio que es donde está el Canal

11 y al llegar a la altura del Hospital que entonces se llamaba Rubén Leñero y que le

llamábamos la Cruz Verde, quizá porque no era privado como la Cruz Roja, sino era un

hospital de emergencia. Las ambulancias llevaban una cruz verde, para diferenciar que

no era la Cruz Roja que es privada, ya no existe la Cruz Verde.

Salimos, dimos vuelta en la calle donde estaba ese hospital de emergencia, y enfrente

estaba la Escuela Superior de Medicina, originalmente Escuela de Medicina Rural,

cuando el general Lázaro Cárdenas creó el Politécnico en 1936; formaban médicos

para el campo, por eso se llamaba Escuela de Medicina Rural, distinta a la Escuela

Nacional de Medicina de la UNAM. Había la idea de que el Politécnico era la escuela

popular y la UNAM de las capas medias para arriba. En ese tiempo le llamábamos la

peque, la pequeña burguesía. Hasta el lenguaje en eso cambió, éramos más ortodoxos

no decíamos clases medias, sino pequeña burguesía.

Dimos la vuelta en esa calle y al llegar a la esquina de Avenida Maestro Rural, que es la

parte posterior de la Escuela Normal de Maestros, dimos vuelta hacia el oriente para

encontrarnos en Avenida del Maestro, en esa Avenida en una primera desembocadura

Page 30: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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creo que es la calle de Sor Juana Inés, estaba un piquete de granaderos, una valla de

granaderos, un retén, que – valga la redundancia- nos retuvo y fuimos ante el oficial,

que no sé que grado tenía y nos dijo no pueden pasar, preguntamos: ¿Por qué?

Argumentamos, nos protege el artículo sexto constitucional que establece la libertad de

manifestación. Estamos ejerciendo nuestro derecho y nos respondió tenemos órdenes

de que no pasen, porque hay grupos hostiles a la manifestación que pueden agredirlos

y queremos evitar eso. Y nosotros respondimos: cumplan con su tarea que es respetar

la Constitución, ¡y no nos defiendas compadre! Para nuestra sorpresa ese retén se

abrió y el segundo retén también y otra vez hacíamos el ritual, estamos ejerciendo el

derecho de manifestar...

Sí que sí, ya volvimos a salir

Otra vez se volvió a abrir el tercer retén y entonces fue cuando surgió la consigna ¡no

que no si que sí ya volvimos a salir!

Pensamos, ya chingamos ya salimos. Avanzamos, pero al llegar a la desembocadura

de Avenida del Maestro y Calzada México Tacuba, en el Metro normal, primero llegó un

contingente aparentemente de estudiantes que gritaba; Ché, Ché Guevara. Algunos

compañeros cayeron en la trampa gritaban;“eh incorpórense compañeros.

Los halcones atacan con kendos

De pronto los halcones empezaron a golpear, con kendos.

En esa riña todo fue muy rápido, ha de haber sido cuestión de minutos o segundos.

Logramos repeler la agresión y entonces continuamos y atravesamos la Calzada

México Tacuba.

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Los halcones disparan

Íbamos cerca del cine Cosmos, cuando como está documentado por fotografías y

películas transformadas a videos; los halcones ya armados con pistolas y con armas

largas empezaron a disparar.

Y bueno ahí si ya fue el caos. Recuerdo mucho que yo oía un balazo y me decía: ¡en la

madre un herido, un muerto!

Lo sentía sobre mis espaldas porque yo pronuncié el acuerdo de salir.

Eso emocionalmente es estrujante; yo sentía la responsabilidad, estaban matando

chavos.

Pesaba en mi responsabilidad: el haber encabezado la marcha.

La matanza era obra del gobierno, no hay duda, pero sientes una cosa muy fuerte, una

emoción muy dura, porque es impotencia también, pero tampoco puedes echarte

p’atrás, bueno por lo menos a mí no me pasó, a lo mejor ocurre, yo no estaba

arrepentido.

Nada de pensar, que pendejos somos, somos provocadores, no, al revés estaba

completamente encolerizado con una rabia terrible contra el gobierno ¡¿Cómo, nos

disparan?!

Después del 2 de octubre ¡otra vez!

Era como una pesadilla.

No había figuras como hoy, que hay un líder que él decide por su cuenta.

Había un tejido, un colectivo, un colegio que decidía.

Y todos decidimos salir a la calle.

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Había que escapar

Estábamos en la entrada de Avenida del Maestro, que es la puerta oriente, cercana al

Metro Normal y a la Avenida San Cosme.

Para ir al otro extremo de la Normal había que recorrer una larga distancia, creo que es

un kilómetro y medio o dos.

Al extremo poniente casi contra esquina del antiguo Colegio Militar, hasta ahí había que

llegar para evadir la balacera.

En esa esquina había estado el Internado de la Normal que fue cerrado en 1960. Fue

en una ocupación del Ejército de la Escuela Normal, porque los estudiantes estaban en

contra del denominado “Plan de 11 años.”

A mí me tocó esa lucha, siendo casi un niño. Era un adolescente de 14 años,

Me tocó todo eso porque era de la zona y porque mi mamá era maestra de primaria y

mis primos estudiantes de la Normal.

Todavía está el edificio del internado ahí, se puede ver, enfrente está un edificio muy

viejo que fue sede de la primer Secretaría de Agricultura y de la primera sede de la

Escuela de Agricultura, que después se fue a Chapingo. En esa parte se instalaba la

exposición nacional ganadera, mucho antes del gobierno de Lázaro Cárdenas.

Después se convirtió en la Secundaria para varones de la Normal, donde estudió uno

de mis hermanos, por eso la conocía yo.

Brincar el muro

Íbamos en la carrera, dentro del campus normalista y de pronto había que brincar una

muralla de casi cuatro metros.

Entonces, no tenía los años de ahora, pero de todas maneras había que brincar mucho

para salvarnos.

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Aunque teníamos veintitantos años, brincar así de pronto era casi una hazaña de salto

de altura.

No se cómo, pero lo brincamos.

Ya brincado el muro, estaba la Calzada México Tacuba.

La huída por Santa Julia

Los halcones disparaban a lo bestia. Era como un tiro de feria, estaban disparando

sobre lo que se moviera. Había que atravesar, arriesgarse a atravesar, pero como yo

esa parte si la conozco muy bien, atravesamos a la altura de una tienda que se llamaba

La Verbena en la esquina con la calle de Tláhuac.

Aunque el miedo no anda en burro, me moví como pez en el agua ante los hechos

represivos; ese día y antes dentro y fuera del campus de la UNAM.

Fuimos primero a una vecindad en la calle Tamiahua y ahí la gente de la misma nos dio

café y un bolillo –porque esa es la conseja popular- para el susto. No me gustó algo que

vi de alguna gente ahí y dije vámonos a otra parte y nos fuimos a otra vecindad a la

calle de Chalco y ahí otra vez la conseja popular - tómense un té- y todo esto ha de

haber durado de las 6:00 p. m. como hasta las 7 de la noche; cuando terminó todo ese

periplo.

A las cinco de la tarde empezó la manifestación con todas las aduanas que ya narré,

luego el enfrentamiento, el refugio en la Normal, el brinco, luego la Santa Julia,

alrededor de las 7:00 p. m., estábamos como a cuatro calles de mi casa, de la casa de

mis papás en Mar Adriático, cruzando las vías del ferrocarril a Cuernavaca; antes de

finalizar el Colegio Militar, donde estaban las caballerizas.

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Tenían órdenes de matarnos

Hay evidencias de cómo se comunicaban los granaderos con los halcones. Eran fuerza

de apoyo de los halcones. Hay grabaciones que interceptó gente del movimiento de las

comunicaciones radiales de la policía.

Después con el tiempo cuando te enteras, casi te congelas.

El miedo te da después.

Cuando supimos lo que instruían por radio: ¡sí sobre estos cabrones¡ y nombraban a

varios, entre ellos a mí, pues dices, pues me salve de pura…

También los corresponsales extranjeros nos dijeron: escuchamos las grabaciones de

los comunicados entre la policía y los halcones, donde daban órdenes de disparar

sobre los dirigentes.

Esto sale en el cortometraje Halcones, de Carlos Mendoza, (Canal 6 de Julio, 2006).

Salimos bien de todo éste riesgo de muerte; llegué a casa de mis papás, con tres

compañeros; Víctor Barbosa Ponce de la Prepa dos; Jairo Calixto profesor normalista y

otonista; Alejandro Crespo de Economía.

Mi mamá o simulaba o no quiso demostrar mucha preocupación y le dije; pues mamá…

nada mas pasé porque necesito unas cosas y que nos prestes para tomar un taxi y

movernos.

¿Pero qué pasó?, preguntaba. No, no, nada todo está bien, no te preocupes.

La casa de mis padres estaba en Mar Adriático, en la Colonia Popotla, al extremo

norponiente de la ciudad, a una cuadra del árbol de la noche triste, y habíamos

convenido vernos en el sur de la ciudad, en Villa Coapa, con Pablo Gómez.

Él no había ido a la marcha por un acuerdo entre ambos, por insistencia mía; tengo que

decirlo.

Por una razón muy elemental. Le dije: Pablo acabas de regresar de Chile el 3 de junio y

después de tres años de estar en el bote. Tú te tienes que quedar, por si me agarran a

mi o por si me matan.

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Ya nos pasó al revés el 2 de octubre, te agarraron a ti y yo quedé libre, no tiene sentido

que otra vez estemos los dos y te toque a ti.

Además tú ya te chingaste tres años en el bote.

Pablo a regañadientes aceptó no ir a la manifestación. De todas maneras teníamos que

continuar la lucha después de la matanza en San Cosme.

Esto no es como un partido de fútbol, termina y cada quien se va a su casa. ¡No!

Ahí empezaba la bronca.

Fuimos hasta Coapa a casa de un compañero, Edgar Morales que era de la

Preparatoria 7. Dijimos: “estuvo de la chingada, hay que actuar, seguramente hay un

montón de muertos.”

El responsable de la matanza es el presidente Echeverría

Hay que denunciarlo, me dijo Pablo Gómez, bueno cabrón, tienes que ir

inmediatamente a un teléfono público y llamar a los periódicos.

Teníamos cierta intuición.

Llamé a El Día, dije: soy Joel Ortega del Comité de Lucha de Economía, acabamos de

salir de la matanza del 10 de junio y quiero declarar que la responsabilidad de esta

matanza es del presidente Echeverría.

Declaré eso y tuvimos intuición porque esa misma noche el gobierno elaboró la absurda

tesis que había ocurrido un enfrentamiento entre estudiantes. Entre los radicales y los

que no querían la manifestación, los radicales contra los moderados.

Esa era la verdadera causa de los muertos, según la siniestra tesis del gobierno de

Echeverría.

No fueron los halcones, ni la policía, nada de eso, fue un enfrentamiento entre

estudiantes. La misma chingadera que dijeron de la matanza de Tlatelolco.

Desgraciadamente algunos intelectuales repiten esa absurda tesis, cuarenta años

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después. Si esas absurdas tesis y análisis sesudos, continúan las víctimas se

convertirán en victimarios.

Alfonso Martínez Domínguez, entonces regente de la ciudad, dijo que eso de los

halcones era un mito. No existían.

Cuando era evidente que había ocurrido una matanza en San Cosme y no podían

seguir ocultándolo; Echeverría convocó a un mitin el 16 de junio en el Zócalo.

Echeverría culpa a los emisarios del pasado

Ahí responsabilizó a los emisarios del pasado de haber reprimido la manifestación.

Para manipular a la sociedad, destituyó a Martínez Domínguez, como regente de la

ciudad.

Lo hizo dizque para abrir una investigación.

Desde entonces manejó, que era víctima de los emisarios del pasado y de la conjura

Castro-Comunista.

Fue muy duro lo que ocurrió al día siguiente, el 11 de junio en las asambleas de la

UNAM y del Politécnico. A mí me tocaron sobre todo las de la UNAM, pues era terrible

había una gran tensión y miedo.

Ocurrieron cosas que pueden ser vistas hoy como de humor negro.

En Medicina había un cuerpo de un joven que estuvimos velando todo el tiempo y

después descubrimos que era un halcón.

Yo creo que murió por disparos entre ellos, los halcones. O quizá un disparo de algún

compañero.

Quizá hubo chavos que defensivamente dispararon una pistolita 22 o lo que sea. Eso

no cambia el cuadro general de la represión gubernamental.

Ahora lo puedo decir: Edmundo Jardón, que tiene dos o tres meses de haber muerto,

estuvo ahí y el afirmaba que él disparó.

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Le creí porque era un hombre valiente y no mentiroso. Sin presumirlo, lo había hecho

como algo de elemental defensa de su vida.

No descarto, que algunos estudiantes estuviesen armados.

Había diez mil estudiantes en la marcha, aún en el caso que hubiese cuatro o cinco

muchachos que llevaran su pistolita 22, y ante el embate de los halcones, dispararan,

nada cambia el salvajismo gubernamental.

No cambia la esencia del crimen de Estado perpetrado por el gobierno de Luis

Echeverría contra los estudiantes.

Fue una represión ordenada, planeada y ejecutada por el gobierno y su grupo

paramilitar los halcones.

Las órdenes de aprehensión

Esa misma noche, lo recuerdo perfectamente, Jacobo Zabludovsky leyó en su noticiario

de televisión, una lista de varios compañeros con orden de aprehensión.

Zabludovsky el conductor estrella; leyó una lista con órdenes de aprehensión contra

varios dirigentes del CoCo, entre otros Pablo Gómez, yo mismo, Marcos Gutiérrez. Nos

acusaba el gobierno de ser responsables de la masacre.

El 10 de junio de 1971, Zabludovsky ya era el conductor estrella del Canal dos.

No era el conductor en 1968, el 2 de octubre, como se afirma con frecuencia de manera

equivocada. Entonces, conducía el noticiario de la noche en televisión Ignacio Martínez

Carpinteyro. Era un espacio que hacían con Excélsior y duraba 15 minutos, no eran los

noticiarios tan largos de ahora.

La expectativa era sombría para cada uno de los integrantes del CoCo. Pensé: nos van

a dar en la madre.

Pero la reacción fue muy fuerte en la Universidad. La tarde del jueves de Corpus había

una conferencia en el auditorio Che Guevara.

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Participaba en ella entre otros Carlos Fuentes y hasta ahí llegaron los compañeros que

se salvaron en San Cosme ese jueves de Corpus, para denunciar la agresión y los

muertos causados por los halcones.

Carlos Fuentes se conmovió mucho y reaccionó bien y dijo: hay que condenar esta

matanza.

La reacción contra la matanza fue muy impresionante, el rector Pablo González

Casanova condenó la represión.

La terrible división

Lo duro vino después en las asambleas.

Gilberto Guevara, en una revista, que se llamaba Larga marcha, escribió que nosotros

los radicales, “éramos los gestores de la masacre”6.

Eso creó un clima muy duro. En un mitin el 12 junio, en el asta bandera de Ciudad

Universitaria frente a rectoría, los compañeros casi lincharon a Guevara.

Yo tuve que sacarlo prácticamente en vilo para que no lo mataran, porque la gente

estaba muy irritada contra él.

El daño ya estaba hecho. Ocurrió una división tremenda en el movimiento.

En medio de esa atmósfera de división, acusaciones mutuas entre los dirigentes del

movimiento, teníamos además la amenaza del gobierno de encarcelarnos mediante sus

órdenes de aprehensión.

6 Guevara Niebla, Gilberto, in Larga Marcha, junio de 1971, número extraordinario, citado en Gómez Álvarez,Pablo,Losestudiantes,laeducaciónylapolítica,México:EditorialNuestrotiempo,1971,p.81.

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La espada de Damocles

¡Las órdenes de aprehensión leídas por TV , las pudieron hacer efectivas cualquier día¡

Era una espada de Damocles. Puso en evidencia el llamado estado de derecho, sí

efectivamente fuimos objetos de una orden de aprehensión ¿Qué ocurrió? ¿Por qué se

suspendieron? ¿Por qué no se ejecutaron? ¿Para no empeorar más la situación o qué?

¿Cuál fue la lógica del gobierno para no ejecutar esas órdenes de aprehensión?

Fue una razón política.

Jurídicamente quedó el riesgo de una detención, porque no se canceló la órden de

aprehensión, tampoco fuimos amnistiados, no hubo una figura jurídica que la

suspendiera, Tampoco fuimos indultados, técnicamente, jurídicamente, nosotros

debimos haber sido presentados ante el Ministerio Público, para que el juez

determinara lo que procedía jurídicamente. Pero no hicieron nada con apego a derecho.

La matanza del 10 de junio fue un golpe brutal al movimiento estudiantil y al movimiento obrero

Nos golpeó terriblemente porque esa represión desmesurada, después de la anterior en

Tlatelolco, ya era demasiado, era too much para el movimiento, a lo mejor los activistas

se mantuvieron, pero no se mantuvo la mayoría de los estudiantes.

Vino un proceso de decadencia y de debilitamiento del movimiento.

En abril de 1972, intentamos y organizamos el Foro Nacional de Estudiantes, en el Che

Guevara, con gente de todo el país pero ya no tuvimos la capacidad de superar el golpe

represivo.

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La recuperación del movimiento tardó 15 años

El movimiento estudiantil tardó 15 años en recuperarse, hasta 1986 el movimiento,

como movimiento de masas, tardó 15 años en recuperarse, esa es la verdad.

La insurgencia sindical relevo del movimiento estudiantil

En el movimiento obrero hubo la llamada insurgencia sindical de 1976, los electricistas

de la Tendencia Democrática del SUTERM, Sindicato Único de Trabajadores

Electricistas de la República Mexicana- con Rafael Galván.

En el sector minero y del acero surgió una ola democratizadora.

Varias secciones del Sindicato Minero Metalúrgico fueron conquistadas por la izquierda,

En varias secciones se derrotó a la dirección sindical charra que encabezaba Napoleón

Gómez Sada. Llegamos a democratizar 20 secciones de las más importantes;

Cananea, Fundidora Monterrey; Lázaro Cárdenas. En fin, llegamos a tener las

secciones más importantes del Sindicato Minero en manos de la izquierda, de los

trabajadores, de distintas corrientes. Algunas secciones, curiosamente las dirigía Adolfo

Orive, que es actualmente el coordinador de diputados locales del PT en el D.F. y que

fue asesor de Carlos Salinas.

El entreguismo al gobierno del líder del sindicato minero Napoleón Gómez Sada era

tremendo. En 1968 nos dispararon cuando fuimos al local del sindicato que esta en las

calles de Vértiz, para impedir que habláramos con los trabajadores.

El movimiento democrático tenía fuerza en los electricistas, mineros, automotrices,

como la dirección del Sindicato de la Volks Wagen, que sigue siendo hasta la fecha

independiente y los de la de la Ford; de la General Motors y de otras automotrices;

además de la fuerza entre los trabajadores de cierta parte de la industria refresquera

como Pascual y en otras embotelladoras; además teníamos fuerza en sectores de los

telefonistas, antes de Hernández Juárez; en algunos de sectores del Sindicato

Petrolero.

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A todo ello se le denominó insurgencia sindical.

Construimos el FNAP - Frente Nacional de Acción Popular, que agrupaba a los

electricistas, estudiantes, universitarios, a la disidencia del SME, y los sectores

sindicales que mencione anteriormente.

En el movimiento estudiantil si tuvimos un repliegue.

El movimiento estudiantil jugó el papel del partido revolucionario

Mi tesis es que el movimiento estudiantil de los 60 y 70 jugó el papel del partido político,

o sea el papel que no jugaban los partidos políticos formales, esa tarea del partido

revolucionario la cumplió el movimiento estudiantil.

Tal como lo contemplaban Marx y Gramsci.

Esta idea ya la tiene también el doctor Mario Rivera que fue el primer preso de

disolución social en México, él era dirigente estudiantil en Guadalajara en 1960, y fue

preso por el apoyo de los estudiantes de Guadalajara a los ferrocarrileros.

El escribió un libro que se llama El estudiantado una clase social, donde sostiene que

los estudiantes son una clase social y cuando leyó mi libro 10 de Junio. Ganamos la

calle, me envió un texto donde, él comparte totalmente mi tesis del movimiento

estudiantil como partido de vanguardia

En México, yo creo que el movimiento estudiantil jugó ese papel porque había, una

orfandad.

El proletariado sin cabeza

José Revueltas dijo, que teníamos un proletariado sin cabeza, hasta llegó al extremo,

un poco Hegeliano, de hablar de un concepto de la inexistencia histórica de Partido

Comunista Mexicano.

Page 42: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Era una elaboración medio filosófica, pero en el fondo cierta.

Los trabajadores, los obreros en México no tuvieron, como en Chile hasta la fecha, a un

partido comunista real encabezando al movimiento.

El partido comunista mexicano era muy pequeño, marginal, casi reducido a los sectores

de intelectuales y artistas en los años de las décadas de 1920, a 1930.

La época de David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modotti, Julio

Antonio Mella.

Luego en la década de los 60, en el movimiento estudiantil.

Como partido comunista no fuimos nunca partido de trabajadores y eso explica todo lo

que ha ocurrido después.

Mi aportación en este sentido es que como movimiento estudiantil, desempeñamos el

rol del partido; no me refiero a una corriente, ni un grupo, ni a los integrantes del

movimiento en una universidad, sino el movimiento en su conjunto.

Éramos la vanguardia mientras los trabajadores estaban reprimidos, sometidos, el

movimiento estudiantil tenía esa capacidad de encabezar, teníamos la cantera de

organización, de programa, de formación de cuadros, porque ahí se formaban los

cuadros, en las asambleas, en brigadas, en los piquetes de huelga, en los periódicos

estudiantiles, hasta en lo artístico, en las obras de teatro, en la música y otras

manifestaciones del arte.

Éramos una masa politizada, formada, radicalizada, éramos también la memoria

histórica, guardábamos la memoria.

La consciencia nace en la lucha

Hay gente, por ejemplo Luis González de Alba que dice: ¡ay que no inventen, qué

íbamos a saber nosotros del pinche de Demetrio Vallejo y Valentín Campa! Yo ni sabía

que existían¡.

Page 43: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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El movimiento en 1968, 10 años después del movimiento ferrocarrilero, se encargaba

de rescatar las figuras de Campa y Vallejo; presidían las manifestaciones, ahí está el

papel de Partido en sentido de memoria histórica.

Los 300 mil estudiantes que iban a las marchas pues no sabían la biografía detallada

de Valentín Campa y Demetrio Vallejo, pero tenían la idea política de que eran dos

figuras del movimiento obrero que estaban en la cárcel por encabezar una huelga, ahí

está el papel de memoria del movimiento.

La memoria histórica

Es un mérito del movimiento rescatar la memoria de las luchas obreras, a pesar de la

banalización que hacen algunos.

Como en todas las luchas sociales, hay diversos niveles de consciencia en los

participantes.

En la revolución mexicana o en la guerra de independencia pues a lo mejor no se

sabían de memoria unos el Plan de Ayala u otros las reivindicaciones de Hidalgo, pero

el movimiento ahí esta, no se puede juzgar así como en un ejercicio de encuesta,

¿Usted aprueba ó desaprueba al señor Madero? eso es una pendejada, es decir la

historia no se puede medir así.

Escuela de cuadros

Así éramos una escuela de cuadros, de memoria, de liderazgo, de vanguardia como se

decía en términos leninistas.

Vladimir Ilich Lenin respetó mucho los movimientos de los cristianos, que se pararon

ante el Palacio del padrecito Zar Nicolás II, el domingo sangriento, aquel 22 de enero de

Page 44: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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1905 en San Petesburgo, para reivindicar sus demandas, y no se puso a juzgar si el

pope Georgi Gapón, era un revolucionario o no.

La masa, la que estaba ahí, era una masa revolucionaria, independientemente de que

supiera que existía el partido comunista.

Eso es irrelevante.

No es un examen de teoría política el que hacen las masas cuando se mueven, es una

experiencia que llevan sobre su espalda y que los hace aprender en horas lo que tarda

en aprender un estudiante de ciencias políticas en cinco semestres, ahí lo aprendes en

dos horas.

Eso era el movimiento estudiantil.

El salvajismo represivo

Por eso también la vileza, el salvajismo del Estado, no era una cosa de perversos,

enfermos psiquiátricamente.

No es un asunto de enfermos psiquiátricos lo que determina el comportamiento de

sátrapas como Hitler.

Si estaba loco o si era un judío frustrado, no es eso lo que le importa a la historia.

Que si Echeverría es de tales o cuales características emocionales o psiquiátricas es

secundario.

Echeverría ú otro hubieran jugado ese rol con su estilo, cada uno le imprime un

determinado estilo.

No es una persona la que tiene la responsabilidad completa del comportamiento

histórico.

No fue solo la perversión de Echeverría la que dio como resultado está represión, es un

sistema.

Page 45: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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No éramos toreros

A mí me han preguntado ¿eran valientes?

Respondo: yo no soy torero, cuando fuimos a la manifestación del 10 de junio, íbamos a

una marcha con nuestros carteles y libros, sin armas, no íbamos buscando la muerte.

Un torero deliberadamente se mete al ruedo, y entre los cuernos del toro arriesga la

vida.

Nosotros éramos gente que íbamos a encabezar un movimiento de masas, no íbamos a

morir, íbamos a luchar, no sabíamos que nos iban a recibir a balazos.

Ahí en ese momento no sé de donde surge un coraje, un valor, que se prueba o no, a

nosotros nos tocó probarlo y salir bien, a lo mejor en otras condiciones, yo veo a un

borracho con una pistola en la esquina y huyo.

No es una cosa de valores individuales, esos tienen que ver con el movimiento.

El movimiento te da una fuerza, una energía insospechadas.

Eso que conté antes, al escuchar los disparos y ver caer a los compañeros muertos, no

me inhibió, no me puso a llorar.

Me encabronó.

No dije ¡y ahora que voy a hacer; tomo el primer avión y salgo corriendo del país.!

No, no, no.

La lucha continúa

Pensé, bueno mañana tengo que estar en la asamblea, y a ver que chingados.

Lo primero era denunciar al gobierno de Echeverría como responsable de la matanza

en San Cosme.

Muerto de miedo sí, paralizado de miedo sí.

Page 46: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Además ya no había de otra, no había de otra.

¿Que hacía?

De todas maneras estaba con la orden de aprehensión contra mí.

Si querían me podían matar.

¿Qué hacía?

Mi defensa era denunciar.

Nosotros no teníamos una escuela de valor, de sacrificio, como los cristianos.

No es que nos entrenaran para las torturas.

Si teníamos una ventaja: la militancia en el Partido Comunista.

Teníamos equivocada, esquemática, doctrinariamente lo que sea, una explicación

política, intelectual del comportamiento del Estado.

Nuestro razonamiento era: esto funciona así, porque hay un sistema que opera así.

No fue un huracán, lo que ocurrió.

Fue un proceso político autoritario y represivo el que determinó la política represiva,

autoritaria aplicada con salvajismo el Jueves de Corpus en San Cosme aquel histórico

10 de junio de 1971, cuando ganamos la calle.

Page 47: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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TESTIMONIO DE JOSÉ REVELES

Soy periodista desde hace más de 40 años y era periodista en el 68 y en el 71,

obviamente. Me tocó vivir los dos acontecimientos de manera distinta y desde esas

épocas conozco a Joel Ortega.

Él era un estudiante de Economía, avanzado estudiante de Economía y enorme grillo

de la Facultad, era un líder muy conocido y en esas condiciones nos tratamos, yo como

periodista y ellos cómo estudiantes y nos tocó, para dar la referencia primera, antes del

10 de junio del 71; siete días antes en el retorno de los ex presos políticos del 68 que el

gobierno mexicano de una manera totalmente absurda los exilió, es decir les dio la

libertad, les dio una especie de indulto, amnistía pero, con la condición de que se fueran

del país, eran las épocas autoritarias, fue una expulsión del país.

Entonces nos tocó estar siete días antes juntos ahí en el Auditorio Che Guevara, de la

Facultad de Filosofía y Letras, en la recepción de los compañeros que regresaban

triunfalmente de Chile, seis días antes de la represión de los halcones.

Economía era como el bastión del activismo de izquierda en esos años en la UNAM,

participaban ahí, desde la izquierda más moderada, hasta la más radical.

Para poner dos ejemplos de un extremo y otro; en el extremo radical estaba David

Aguilar Mora, quien murió asesinado en Guatemala, con la complicidad del gobierno

mexicano en la guerrilla de Yon Sosa jefe de la guerrilla del Movimiento Revolucionario

13 de noviembre, MR13. David era trotskista.

Y en el extremo moderado Rolando Cordera, que era un extraordinario estudiante de la

Escuela, fue Presidente de la Sociedad de Alumnos, y recientemente fue miembro de la

Junta de Gobierno de la UNAM y su presidente.

Economía era como una escuela de cuadros políticos, pues más que de Economía, era

escuela de práctica política.

Page 48: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Había una vida asamblearia o parlamentaria, como les guste, en donde había estos

personajes: él Maestro David Ibarra que fue secretario de Hacienda por un lado y por el

otro, Pablo Gómez que es senador actual; Eduardo Valle, el Búho quien fue diputado

por el PMT-Partido Mexicano de los Trabajadores, fundado por el ingeniero Heberto

Castillo, Demetrio Vallejo y Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, entre otros;

también participaba en las asambleas de Economía, Oscar Levín que ha sido diputado

varias veces y que es ahora otra vez diputado del PRI; en fin, era una escuela de

mucha presencia y de activismo político.

El 4 de noviembre de 1970, fue la marcha por Ayotla Textil y la marcha por el triunfo de

la Unión Popular de Chile y salió de Ciencias Biológicas, en el Casco de Santo Tomás,

en ese momento fue frenada por Raúl Mendiolea Cerecero, que fue el terrible, temible y

sanguinario jefe de la Policía, un hombre bajo de estatura, muy fuerte y muy

amenazante. Iba vestido con sombrero texano y le dijeron a la manifestación -ustedes

no salen. Era la primera salida después del 68, por el triunfo de Allende y por la huelga

de Ayotla Textil, y dijo muchachos si ustedes salen los voy a tener que reprimir. Y me

recuerdo perfectamente que México estaba estrenando los tanques anti motín que

adquirió de Francia, después del 68 y que estaban parados en la calle pasando el

Hospital Rubén Leñero, pero la manifestación se desvió por la Calzada de los Gallos

porque estaban los tanques anti motín.

Llegando a la Calzada de los Gallos dio vuelta por lo que era Instituto Técnico que

ahora es Circuito Interior y en ese momento aparecen grupos perfectamente

organizados, armados con varas de kendo, digamos bloques como de 200 cada uno,

varios bloques para golpear a los estudiantes. Sólo habíamos dos periodistas,

estábamos Víctor Cázares de El Día y un servidor de Excélsior y publicamos la

información, que se publicó de éste tamañito, porque fue en la noche, ya no había

suficiente espacio y nadie le dio mucha importancia a grupos de choque, a un grupo de

hombres entrenados en tácticas de artes marciales que con el tiempo, si quieren les

cuento la historia, sé de donde salieron. El famoso jefe de los halcones que con el

tiempo se sabría, era el señor Manuel Díaz Escobar, quien era el jefe del Departamento

de Limpia del Gobierno del Distrito Federal, tenía organizados estos grupos.

Page 49: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Según Ángeles Magdaleno, investigadora de la Fiscalía de Delitos del Pasado, desde

San Luis Potosí varios años antes, estaban contratados por Alfonso Corona del Rosal y

terminaron siendo los halcones famosos del 10 de junio del 71; pero estamos dando el

antecedente del año anterior, en donde bueno, Víctor y yo nos salvamos de ser

golpeados con esas varas, eran temibles, con un sólo golpe te mandaban tres ó cuatro

metros lejos, y nos salvamos porque nos ocultamos en una tintorería.

Este es un antecedente que puede ubicar como actuaba el Gobierno mexicano, en el

presunto régimen de la Apertura Democrática, así lo llamaba Luis Echeverría Álvarez y

lo creyeron muchos intelectuales Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Enrique González

Pedrero o sea gente que creyó en este propósito político de Echeverría y que resultó un

hombre de doble cara, o sea era drásticamente represivo, había sido represivo en el 68;

siguió siendo represivo en el 71. Ahora mismo está saliendo de un proceso, por el cual

estuvo bajo arresto domiciliario casi tres años por ser reo del delito de genocidio. Un

hecho inédito en la historia de México. ¡Un ex presidente reo por genocidio!

Echeverría no iba a permitir salir a los estudiantes a la calle, punto. O sea no iban a

retomar la calle, había que pararlos a como de lugar y como sea, esa fue la orden que

no está expresa, pero que está. Se sabe después la historia, porque el ingeniero

Heberto Castillo que fue un perseguido en el 68, que fue fundador del Partido Mexicano

de los Trabajadores, tuvo una conversación con la víctima política al interior del sistema

del 10 de Junio del 71 que fue Alfonso Martínez Domínguez, claro en éste sistema es

“víctima” por un tiempo y luego es gobernador de Nuevo León, donde Martínez

Domínguez le reveló toda la operación de los halcones y la paranoia de Echeverría

ordenando quemar los cadáveres de los estudiantes muertos para no dejar huella de

ese magnicidio que él dirigió como presidente.

Otra víctima política de Echeverría, fue Rogelio Flores Curiel, jefe de la policía del DF

que fue destituido y después fue gobernador de Nayarit, una de las primeras

concertacesiones de la época.

Entonces, lo que yo quiero retomar es que Echeverría no iba a permitir que salieran los

estudiantes a la calle y fue un plan perfectamente diseñado, no fue casual, no fueron

los halcones un accidente. Fueron perfectamente preparados durante muchos años y

Page 50: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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llevaban pancartas con el Che Guevara. Iban vestidos como estudiantes, incluso iban

con tenis y dispuestos a pelear, pero ya no iban nada más con las varas de kendo, ya

iban con armas, y en el caso nuestro, en el caso que a mí me tocó vivir en el periódico

Excélsior publicamos, yo publiqué los nombres de los comandantes que dispararon

desde los autos, cuyas placas dimos en su momento y las placas de los vehículos

grises del Departamento de Limpia que llevaban a los halcones.

Todo esto lo pudimos documentar en su momento y por supuesto el asesinato de los

heridos que llegaron al Hospital Rubén Leñero; o sea un asesinato vil. Hay testimonios

de un médico, posteriormente con los años que publica un libro, incluso de como los

formaron, a los heridos, en pelotón de fusilamiento y ahí mismo en los patios de la Cruz

Verde, asesinaron a los estudiantes.

Todo esto está históricamente comprobado, en el momento era muy difícil

documentarlo para la prensa.

Veníamos de la represión del 68, del extremo autoritarismo en donde los periódicos no

publicaban todo, incluso aquellos que apoyaron al movimiento estudiantil del 68 como el

periódico El Día, en donde se publicaban los desplegados, un poco en Excélsior pero

casi exclusivamente El Día, simplemente guardó silencio el 3 de octubre del 68.

Yo cuento esto, el reportero Rodolfo Rojas, incluso fue herido estaba junto a Oriana

Falaci, en el tercer piso del edificio Chihuahua en Tlatelolco y el también recibió un

balazo en el glúteo igual que Oriana, pero el no se hizo famoso. El glúteo que se hizo

famoso fue el de Oriana en el mundo.

De todas maneras yo lo que quiero decir con esto es que los periódicos, los periodistas

y los medios tuvieron una actitud diferente a la del 68, en donde todo fue reprimido, el

gobierno no permitió ni media palabra.

Lo más cercano a la verdad fue lo que publicó Excélsior en ese momento cuando

empezaba a ser director Julio Scherer, justamente publica: Una manifestación

estudiantil es reprimida por el ejército en Tlatelolco.

Ya era todo un cambio, frente a la versión los demás periódicos.

Page 51: Reportaje modelo -El movimiento del 10 de junio de 1971. testimonios

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Excélsior no repitió la tesis absurda de que el ejército tuvo que contestar a los

subversivos que atacaron al gobierno.

Pero ya en el 71 hubo excelentes crónicas de lo que sucedió el 10 de junio. Las

recuerdo perfectamente en El Universal, fueron Elías Chávez y Jorge Avilés Randolph,

en El Heraldo periódico de derecha, la excelente crónica de Sotero García Reyes y

Juan Ibarrola; en Excélsior publicamos la crónica de 14 reporteros que estuvimos ahí

presentes.

O sea fue un cambio histórico en el modo de informar de la prensa

¿Por qué? ¿Porque éramos muy buenos periodistas? No, porque lo que ocurre es que

el gobierno estaba haciendo una propaganda de lo que era la apertura democrática y la

gente se la creía y le tomaba la palabra.

Su error fue que afectaron muchísimo a los periodistas, o sea robaron cámaras, equipo,

golpearon gente, reporteros y bueno, hubo una reacción de parte de la prensa.

Entonces hubo una diferencia de información que tuvo la sociedad entre el 68 que

estuvo totalmente vedada o prohibida y en el 71 ya no pudieron silenciar totalmente a la

prensa.

No porque Echeverría haya decretado la apertura democrática, sino porque había un

cambio en la sociedad a partir del 68.

La prensa dio una información mucho mas abierta. Yo creo que la prensa ahí creció, en

esos menos de tres años.

En relación con los grupos armados, tengo la información por otros libros que se han

publicado, que en 1971 ya aparecen jóvenes que quieren irse a la guerrilla que ya están

en la incipiente guerrilla y que deciden ir armados. Eso no quiere decir que el gobierno

tiene razón de que contestó un ataque de los estudiantes, no, era una medida

preventiva y algunos dicen que fueron armados, esto no está confirmado, se dice en

algunos libros por parte de los propios estudiantes. Pero creo que es una época muy

interesante, en la medida en que sí es la incubación de la guerrilla urbana mexicana.

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TESTIMONIO DE ENRIQUE HERRERA BURQUETAS

Enrique Herrera fue subsecretario de Comunicaciones y director de Notimex en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez.

Es poco conocida la valiente actitud de Enrique Herrera, ante la matanza del 10 de junio

de 1971.

El día 12 de junio de ese año, dirigió una carta a Luis Echeverría Álvarez, presidente

constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, donde renunciaba de manera

irrevocable a su cargo de subsecretario de Radiodifusión de la Secretaría de

Comunicaciones y Transportes –SCT, mismo que le había dado Echeverría, el 2 de

diciembre de 1970. (Anexo esa carta y otros documentos relacionados con su

renuncia).

En una carta adjunta a sus amigos, decía: Nos vamos con las manos limpias y la

conciencia tranquila. Nos vamos porque creemos que CONTEMPLAR UN CRIMEN EN

CALMA, ES COMETERLO.

Enrique Herrera me narró en una entrevista sostenida con él, el 10 de enero de 2011,

que en su carácter de director de Notimex, recibió del presidente una llamada desde las

7:30 de la mañana del 10 de junio, en ella le indicaba que se mantuviera en alerta

durante el día “por lo que ocurriría durante la manifestación del Casco de Santo

Tomás.”

Durante toda esa jornada, tuvo ocho conversaciones telefónicas con el presidente. La

más significativa fue la de las 7:30 de la noche cuando Herrera se comunicó con él,

para decirle que estaban llegando a la torre central de Telecomunicaciones -situada en

lo que hoy es Eje Central y antes Niño Perdido- periodistas sobrevivientes de la

matanza, bañados en sangre y con la vestimenta rota. A uno de ellos, le habían dado

un balazo en la pierna.

Me estaban demandando una posición del gobierno.

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Echeverría me dio órdenes de hacer una cadena nacional, yo lo cuestioné y él me dijo

que era necesaria para decir que: los emisarios del pasado y los agentes de la CIA,

fueron los que dispararon contra los estudiantes”

Me pareció que era absurdo y después tuve una conversación un poco álgida con él,

pues me dijo: le estoy ordenando que haga una cadena, el presidente de la República

soy yo, no usted.

A las dos de la tarde, ante la demanda de los corresponsales sobre sí podían acudir a

cubrir la manifestación del 10 de junio, Echeverría me dijo: Que vayan, que vayan.

En el México de aquella época no se movían ni las hojas de un árbol, sin la voluntad del

presidente.

Herrera me dijo en la conversación del 10 de enero de 2011, que Echeverría quiso

hacer responsables de la matanza a Carlos Hank González y a Alfonso Martínez

Domínguez. Lo cierto es que él daba directamente las órdenes para la operación del

grupo de los halcones, él ordenaba y hablaba directamente al capitán Luis de la

Barreda Moreno; ni siquiera Mario Moya, secretario de Gobernación era tomado en

cuenta.

Años después, Herrera platicó varias veces con Echeverría, en esas conversaciones le

hizo ver que era absurda su obsesión por achacarle a una conjura Castro-comunista, la

matanza del 10 de junio.

Don Luis ese día estuve cerca de usted todo el tiempo y nadie más que usted mismo,

operó toda la acción del gobierno y de sus cuerpos represivos que actuaron contra la

manifestación estudiantil.

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CONCLUSIÓN

El legado del 10 de junio

Probablemente existan muchos jóvenes ajenos a las preocupaciones políticas. No es

extraño por la decadencia de la clase política que ha envilecido esa práctica,

reduciéndola a una deleznable conducta de bazar; donde todo esta a la venta y al mejor

postor. Como lo vemos diariamente. También es una realidad estrujante, que bajo la

condición miserable de millones, sea casi humor negro, pretender que esas mayorías

se interesen en política.

Menos aún, cuando el país esta sometido a una violencia salvaje, producto de la

estrategia absurda de la Guerra emprendida por Felipe Calderón contra los cárteles de

narcotraficantes. Sí, ya es una realidad brutal que miles de jóvenes optan por integrarse

al mecanismo de producción, distribución y consumo de drogas de todo tipo; porque

ello les brinda ingresos y actividad imposibles de obtener en la economía formal; es

hipócrita lanzar exhortos moralinos y pedirles a esos muchachos que abandonen a esas

bandas. Las consecuencias son trágicas. Cada vez es mayor el número de jóvenes

muertos en esa terrible guerra. En esa medida la lucha y el movimiento por ejercer la

libertad de manifestación, que realizamos el 10 de junio de 1971; adquiere su

dimensión y profundidad histórica. El movimiento estudiantil de las décadas de los 60 y

70 desempeñó el papel del partido, en sentido histórico.

Esta hipótesis original sustentada al inicio, tiene sustento en las siguientes

consideraciones:

Se forjó como memoria histórica del movimiento social.

En medio de la desolación organizativa política, cultural e ideológica, debida a la

inexistencia histórica del Partido; el movimiento estudiantil articulaba la acumulación de

las luchas sociales precedentes. Su incansable denuncia al Estado por su política

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represiva contra el movimiento ferrocarrilero en 59-60 y el magisterial de esos mismos

años y la de los campesinos acribillados como Rubén Jaramillo; dotaban al proceso

social de una memoria imprescindible para mantener la lucha contra el despotismo.

Estuvo a la vanguardia de la resistencia al despotismo y autoritarismo de Estado.

Cada acción del movimiento estudiantil, en esas décadas de los 60 y 70, lo ponía a la

vanguardia de las luchas. Por eso mismo era víctima de la represión salvaje del Estado.

Formó la masa crítica de los activistas y cuadros disidentes.

Centenares o quizá miles de estudiantes se convirtieron en activistas. Sin su lucha, la

hegemonía de la cultura e ideologías dominantes del Estado, se hubieran impuesto sin

ninguna resistencia.

Alimentó, organizó y encabezó luchas en diversos sectores sociales: en el sindicalismo

autónomo; en el movimiento campesino; en el rico y creativo movimiento cultural e

intelectual.

Después del 68 y el 71 se produjo una especie de “gran marcha” de los estudiantes

hacia el movimiento popular.

El activismo a puerta de fábrica, penetrando los sindicatos “charros”, promoviendo

huelgas “locas” y luego fundando sindicatos (como los universitarios y el de los

trabajadores nucleares) o apoyando corrientes democratizadoras (en el Sindicato

Minero o entre los electricistas con la Tendencia Democrática) o incluso bloques

sindicales y populares como el Frente Nacional de Acción Popular-FNAP; todo ese

espectro de formas de organización y de lucha contó con la militancia de miles de

estudiantes.

La ausencia histórica del Partido; el proletariado sin cabeza de José Revueltas, tuvo en

el movimiento estudiantil un inédito sustituto.

Según Revueltas, la ausencia del partido se remonta al inicio del siglo XX, dice: “el

proletariado es la otra clase que participa en la revolución mexicana democrático-

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burguesa, como una clase sin partido… que se ha visto forzada a luchar sin que cuente

para ello con su propio partido”7.

Esa cabeza del proletariado imprevista, la que constituyó el movimiento estudiantil ,

cometió errores, excesos retóricos, sobre- ideologización y otros pecados; sin embargo

ello no demerita su contribución a construir una insólita forma de consciencia social.

A pesar de su intensidad, su resistencia y su autonomía, no pudo consolidar esos

cambios.

La generosidad del movimiento estudiantil y su gran dosis romántica, no pudieron

consolidar una opción política permanente.

Esa debilidad orgánica, tuvo enormes secuelas negativas.

La necesidad del partido, en el sentido de Marx y Gramsci, fue suplantada por los

aparatos electorales. Hoy padecemos esa perversión.

En las décadas posteriores, las luchas de la insurgencia sindical de los 70; la incursión

en la lucha electoral de las izquierdas; el imprevisto giro de la sucesión presidencial de

1988 con la escisión del PRI y los inesperados resultados electorales; el levantamiento

del EZLN en 1994; la derrota del PRI en el 2000; todo este proceso tuvo un desenlace

frustrante.

Si el Partido tuvo esa expresión tan inédita y contradictoria con los esquemas

dogmáticos, a través del movimiento estudiantil; ello no niega la viabilidad de la

hipótesis que aquí se propone.

El verde de la vida es siempre mejor que el gris de la Teoría, dijera Marx parafraseando

a Goethe.

Los movimientos sociales fueron sustituidos por una partidocracia voraz y corrupta.

Las organizaciones incipientes de la sociedad civil se convirtieron en empresas

privadas, dedicadas a obtener recursos públicos e incluso de oficinas extranjeras.

En el primer decenio del siglo XXI, se produjo un proceso de restauración, encabezado

por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. 7Revueltas,José,Unproletariadosincabeza,México,Lagos,1962,p.159y160.

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La izquierda oficial, el PRD y sus aliados, desvirtuaron sus identidades y se convirtieron

en aparatos reproductores del más descarnado oportunismo y pragmatismo.

El riesgo de una restauración abierta, a través del triunfo del PRI en las elecciones del

2012 o de una coalición PRD-PAN es una realidad.

A pesar de todos estos tropiezos, retrocesos y suplantaciones la contribución del

movimiento del 10 de junio, para conquistar y ejercer las libertades políticas es su gran

legado.

Los 42 del 10 de junio de 1971, murieron por la libertad.

Hace cuarenta años, cuando nos condenaron por salir a la calle y no entender el

momento político que implicaba la presidencia de Luis Echeverría, hubo una

consideración valiente, lúcida y premonitoria del significado de la manifestación del 10

de junio en San Cosme el año de 1971. No es la visión de los comunistas, sino la de un

periodista y militante de PAN, Gerardo Medina Valdés, cuyas palabras reproduzco in

extenso:

Lo ocurrido el 10 de junio en el perímetro escolar del Instituto Politécnico Nacional y la Escuela nacional de Maestros, no fue un hecho aislado ni puede ser visto así por quien esta atento al proceso nacional. El 10 de junio tiene un largo historial en nuestro país, sometido a un régimen cuyos representantes en el gobierno sólo verbalmente respetan la Constitución o la acatan en la medida en que no perjudica su grupo y se niegan a ver y entender lo profundo, acelerado e irreversible de los cambios que vienen operando en el mundo. Tan clara es la relación entre esa actitud y 10 de junio, que a través de las palabras oficiales y oficiosas en ocasión de estos hechos se puede ver Tlatelolco y más allá, muchos años más allá, toda la secuela de atentados cometidos contra los mexicanos que se han atrevido a ponerse de pie para denunciar a gritos la injusticia, para plantear alternativas distintas a la minoría del poder. El fraude electoral de 1929, el acoso a la Universidad Nacional en 1933, la sangrienta imposición del candidato oficial en 1940, la matanza de León en 1946, la ininterrumpida sucesión de robos electorales para no lesionar el equilibrio interno de la “familia revolucionaria”, el aplastamiento de las legítimas rebeldías de ferrocarrileros, petroleros, maestros y médicos la “ola verde” sobre Hermosillo, las bayonetas militares consumando la imposición en Baja California y Yucatán, la matanza de campesinos en la sierra de Puebla y en Jaltipán, Veracruz. Sí, todo eso y

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más puede contemplarse a través de las versiones oficiales sobre el 10 de junio.8

Aunque vivamos un tiempo de canallas; todo está por venir.

8MedinaValdés,Gerardo.Operación10dejunio.México:EdicionesUniverso,1972,p.21‐22.

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ANEXOS

a) Manifiesto10deJunio. 56b) Renunciaenprotestaporel10dejuniodeEnriqueHerrera,subsecretariodeRadiodifusióndelgobiernodeEcheverría. 61c) CrónicadelconflictodeMonterrey 68d) “QuincedíasdeMéxico:Unnuevocrimendelaburguesía”,enlaRevistaOposición,1al10dejuniode1971. 75e) DeclaracióndelPresídiumdelComitéCentraldelPartidoComunistaMexicano. 87f) “MesaRedonda:Laaperturademocráticayelmovimientoobreropopular”,15dejuliode1971,AuditorioChéGuevara.Campa,RevueltasCarrión,Valle,Ortega. 89g) EsquemadeunProgramaporlaReformaUniversitariademocrática. 92

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a) Manifiesto10deJunio.

“Manifiesto 10 de Junio”. In Oposición. 15 al 31 de julio de 1971, año II, No. 29, México, D.F.: Partido Comunista Mexicano. 40 p. pp. 9-10.

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b) Renunciaenprotestaporel10dejuniodeEnriqueHerrera,subsecretariode

RadiodifusióndelgobiernodeEcheverría.

Renuncia de Enrique Herrera, subsecretario de Radiodifusión del gobierno de Echeverría. 12 de junio de 1979. 6 p. Copias de los documentos personales enviados por Enrique Herrera a Joel Ortega y que incluyen: la renuncia; carta a sus amigos; recepción de Ignacio Ovalle; y la comunicación de Hugo Cervantes del Río de la presidencia (30 de julio de 1971).

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c) CrónicadelconflictodeMonterrey

Leyva, Emilio. « Crónica del conflicto en Monterrey ». In Aguilar Monteverde, Alonso y Pablo Gómez. Los estudiantes y la política. México : Nuestro Tiempo, 1971. pp. 63-73.

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d) “QuincedíasdeMéxico:Unnuevocrimendelaburguesía”,

enlaRevistaOposición,1al10dejuniode1971.

“Quince días de México: Un nuevo crimen de la burguesía”. In Oposición. Año II, No. 27, La lucha estudiantil en Monterrey. ¡Obreros y Estudiantes: UNIDOS CONTRA LA REPRESIÓN FASCISTA! México, D.F.: Partido Comunista Mexicano, 1° al 15 de junio de 1971. 40 p. pp. 3-12.

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e) DeclaracióndelPresídiumdelComitéCentraldelPartidoComunistaMexicano.

“Declaración del Presídium del Comité Central del Partido Comunista Mexicano”. In Oposición. Año II, No. 27, La lucha estudiantil en Monterrey. ¡Obreros y Estudiantes: UNIDOS CONTRA LA REPRESIÓN FASCISTA! México, D.F.: Partido Comunista Mexicano, 1° al 15 de junio de 1971. 40 p. Contraportada.

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f) “MesaRedonda:Laaperturademocráticayelmovimientoobreropopular”,

15dejuliode1971,AuditorioChéGuevara.

Campa,RevueltasCarrión,Valle,Ortega.

“Mesa Redonda: La apertura democrática y el movimiento obrero popular”. In Oposición. 15 al 31 de julio de 1971, año II, No. 29. México, D.F.: Partido Comunista Mexicano. 40 p. pp. 11-12.

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g) EsquemadeunProgramaporlaReformaUniversitariademocrática.

“Esquema de un Programa por la Reforma Universitaria democrática”. In Oposición. Año II, No. 28, México, D.F.: Partido Comunista Mexicano, 15 al 30 de junio de 1971. p., pp. 24-26.

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195. Condés Lara, Enrique. Represión y rebelión en México (1959-1985). Los años dorados del priato y los pilares ocultos del poder; 1968 y el fin de una etapa; Los acólitos del diablo. Vol. II. Porrúa, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2007. 245 p. Incluye CD con testimonios y documentos.

196. Condés Lara, Enrique. Represión y rebelión en México (1959-1985). Corea del Norte y México. El maoísmo en México. La Revolución Cubana y México. La cara desconocida del Partido Comunista Mexicano. Vol. III. Puebla, México: Porrúa, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2009. 296 p. Incluye CD con testimonios y documentos.

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La larga e interminable transición

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209. Prego, Victoria. Así se hizo la Transición. Barcelona: Plaza & Janés, 1995. 691 p. 210. Valle EsPinosa, Eduardo. El segundo disparo. La narcodemocracia mexicana.

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Los desafíos actuales

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214. López Obrador, Andrés Manuel. La mafia que se adueñó de México y el 2012. México: Grijalbo Mondadori, 2010. 214 p.

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