Religion noveno
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Ministerio de Educacin Pblica
Departamento de Educacin Religiosa
Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Curso Lectivo 2012
Nombre del estudiante
Cuaderno de apuntes.
Ad usum privatum scholae
Nivel: NOVENO AO
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Mane nobiscum Domine: Qudate con nosotros, Seor (Lc 24, 29) Noveno ao
1 | P a g e
Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
1. Estimar las garantas del costarricense a la luz de criterios cristianos sobre la dignidad humana.
Las garantas del costarricense a la luz de criterios cristianos sobre la dignidad humana.
Los Derecho Humanos
El valor de los derechos humanos
El movimiento hacia la identificacin y la proclamacin de los derechos del hombre es uno de los esfuerzos ms relevantes para responda eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad humana. La Iglesia ve en estos derechos la extraordinaria ocasin que nuestro tiempo ofrece para que, mediante su consolidacin, la dignidad humana sea reconocida ms eficazmente y promovida universalmente como caracterstica impresa por Dios Creador en su criatura. El Magisterio de la Iglesia no ha dejado de evaluar positivamente la Declaracin Universal de los Derechos del Hombre, proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que Juan Pablo II ha definido una piedra miliar en el camino del progreso moral de la humanidad La raz de los derechos del hombre se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo ser humano. Esta dignidad, connatural a la vida humana e igual en toda persona, se descubre y se comprende, ante todo, con la razn. El fundamento natural de los derechos aparece an ms slido si, a la luz de la fe, se considera que la dignidad humana, despus de haber sido otorgada por Dios y herida profundamente por el pecado, fue asumida y redimida por Jesucristo mediante su encarnacin, muerte y resurreccin. La fuente ltima de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes pblicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador. Estos derechos son universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningn concepto. Universales, porque estn presentes en todos los seres humanos, sin excepcin alguna de tiempo, de lugar o de sujeto. Inviolables, en cuanto inherentes a la persona humana y a su dignidad y porque sera vano proclamar los derechos, si al mismo tiempo no se realizase todo esfuerzo para que sea debidamente asegurado su respeto por parte de todos, en todas partes y con referencia a quien sea. Inalienables, porque nadie puede privar legtimamente de estos derechos a uno slo de sus semejantes, sea quien sea, porque sera ir contra su propia naturaleza.
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Mane nobiscum Domine: Qudate con nosotros, Seor (Lc 24, 29) Noveno ao
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Los derechos del hombre exigen ser tutelados no slo singularmente, sino en su conjunto: una proteccin parcial de ellos equivaldra a una especie de falta de reconocimiento. Estos derechos corresponden a las exigencias de la dignidad humana y comportan, en primer lugar, la satisfaccin de las necesidades esenciales materiales y espirituales de la persona: Tales derechos se refieren a todas las fases de la vida y en cualquier contexto poltico, social, econmico o cultural. Son un conjunto unitario, orientado decididamente a la promocin de cada uno de los aspectos del bien de la persona y de la sociedad... La promocin integral de todas las categoras de los derechos humanos es la verdadera garanta del pleno respeto por cada uno de los derechos. Universalidad e indivisibilidad son las lneas distintivas de los derechos humanos: Son dos principios gua que exigen siempre la necesidad de arraigar los derechos humanos en las diversas culturas, as como de profundizar en su dimensin jurdica con el fin de asegurar su pleno respeto.
Los valores fundamentales de la vida social
Relacin entre principios y valores
La doctrina social de la Iglesia, adems de los principios que deben presidir la edificacin de una sociedad digna del hombre, indica tambin valores fundamentales. La relacin entre principios y valores es indudablemente de reciprocidad, en cuanto que los valores sociales expresan el aprecio que se debe atribuir a aquellos determinados aspectos del bien moral que los principios se proponen conseguir, ofrecindose como puntos de referencia para la estructuracin oportuna y la conduccin ordenada de la vida social. Los valores requieren, por consiguiente, tanto la prctica de los principios fundamentales de la vida social, como el ejercicio personal de las virtudes y, por ende, las actitudes morales correspondientes a los valores mismos.
Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana, cuyo autntico desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor. Su prctica es el camino seguro y necesario para alcanzar la perfeccin personal y una convivencia social ms humana; constituyen la referencia imprescindible para los responsables de la vida pblica, llamados a realizar las reformas sustanciales de las estructuras econmicas, polticas, culturales y tecnolgicas, y los cambios necesarios en las instituciones. El respeto de la legtima autonoma de las realidades terrenas lleva a la Iglesia a no asumir competencias especficas de orden tcnico y temporal, pero no le impide intervenir para mostrar cmo, en las diferentes opciones del hombre, estos valores son afirmados o, por el contrario, negados.
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La verdad
Los hombres tienen una especial obligacin de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y atestiguarla responsablemente Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones sociales: la convivencia de los seres humanos dentro de una comunidad, en efecto, es ordenada, fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad. Las personas y los grupos sociales cuanto ms se esfuerzan por resolver los problemas sociales segn la verdad, tanto ms se alejan del arbitrio y se adecuan a las exigencias objetivas de la moralidad. Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la bsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a alguna de ellas, sea promovida en todos los mbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de relativizar sus exigencias o de ofenderla. Es una cuestin que afecta particularmente al mundo de la comunicacin pblica y al de la economa. En ellos, el uso sin escrpulos del dinero plantea interrogantes cada vez ms urgentes, que remiten necesariamente a una exigencia de transparencia y de honestidad en la actuacin personal y social.
La libertad
La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que ste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana.No se debe restringir el significado de la libertad, considerndola desde una perspectiva puramente individualista y reducindola a un ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia autonoma personal: Lejos de perfeccionarse en una total autarqua del yo y en la ausencia de relaciones, la libertad existe verdaderamente slo cuando los lazos recprocos, regulados por la verdad y la justicia, unen a las personas. La comprensin de la libertad se vuelve profunda y amplia cuando sta es tutelada, tambin a nivel social, en la totalidad de sus dimen-siones.
El valor de la libertad, como expresin de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocacin personal; es decir, puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y polticas; expresar sus propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir iniciativas de carcter econmico, social y poltico. Todo ello debe realizarse en el marco de un slido contexto jurdico, dentro de los lmites del bien comn y del orden pblico y, en todos los casos, bajo el signo de la responsabilidad.
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La libertad, por otra parte, debe ejercerse tambin como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente como capacidad de desapego efectivo de todo lo que puede obstaculizar el crecimiento personal, familiar y social. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de s mismo con vistas al autntico bien, en el horizonte del bien comn universal.
La justicia
La justicia es un valor que acompaa al ejercicio de la correspondiente virtud moral cardinal. Segn su formulacin ms clsica, consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prjimo lo que les es debido. Desde el punto de vista subjetivo, la justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona, mientras que desde el punto de vista objetivo, constituye el criterio deter-minante de la moralidad en el mbito nter subjetivo y social.
El Magisterio social invoca el respeto de las formas clsicas de la justicia: la conmutativa, la distributiva y la legal. Un relieve cada vez mayor ha adquirido en el Magisterio la justicia social, que representa un verdadero y propio desarrollo de la justicia general, reguladora de las relaciones sociales segn el criterio de la observancia de la ley. La justicia social es una exigencia vinculada con la cuestin social, que hoy se manifiesta con una dimensin mundial; concierne a los aspectos sociales, polticos y econmicos y, sobre todo, a la dimensin estructural de los problemas y las soluciones correspondientes.
La justicia resulta particularmente importante en el contexto actual, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, a pesar de las proclamaciones de propsitos, est seriamente amenazado por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del tener.
La justicia, conforme a estos criterios, es considerada de forma reducida, mientras que adquiere un significado ms pleno y autntico en la antropologa cristiana. La justicia, en efecto, no es una simple convencin humana, porque lo que es justo no est determinado originariamente por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano.
La plena verdad sobre el hombre permite superar la visin contractual de la justicia, que es una visin limitada, y abrirla al horizonte de la solidaridad y del amor: Por s sola, la justicia no basta. Ms an, puede llegar a negarse a s misma, si no se abre a la fuerza ms profunda que e el amor. En efecto, junto al valor de la justicia, la doctrina social coloca el de la solidaridad, en cuanto va privilegiada de la paz. Si la paz es fruto de la justicia, hoy se podra decir, con la misma exactitud y anloga fuerza de inspiracin bblica1, Opi solidaritatis pax, la paz como fruto de la solidaridad. La meta de la paz, en efecto, slo se alcanzar con la realizacin de la justicia social
1 Ver Is 32,17; St 32,17
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internacional, y adems con la prctica de las virtudes que favorecen 1a convivencia y nos ensean a vivir unidos, para construir juntos, dando recibiendo, una sociedad nueva y un mundo mejor. Actividades: Confeccione un collage donde represente los diversos valores que se han estudiado en clase. Bibliografa:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N152-203). Del Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
2. Valorar las implicaciones que tienen los derechos, las garantas y los deberes humanos en la vivencia de la dignidad.
Implicaciones que tienen los derechos, las garantas y los deberes humanos en la vivencia cristiana de la dignidad.
El Respeto de la Persona Humana
La justicia social slo puede ser conseguida en el respeto de la dignidad trascendente del hombre. La persona representa el fin ltimo de la sociedad, que le est ordenada: La defensa y la promocin de la dignidad humana "nos han sido confiadas por el Creador, y de las que son rigurosa y responsablemente deudores los hombres y mujeres en cada coyuntura de la historia"2 El respeto de la persona humana implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. Fundan la legitimidad moral de toda autoridad: menosprecindolos o negndose a reconocerlos en su legislacin positiva, una sociedad mina su propia legitimidad moral. Sin este respeto, una autoridad slo puede apoyarse en la fuerza o en la violencia para obtener la obediencia de sus sbditos. Corresponde a la Iglesia recordar estos derechos a los hombres de buena voluntad y distinguirlos de reivindicaciones abusivas o falsas. El respeto a la persona humana pasa por el respeto del principio: "que cada uno, sin ninguna excepcin, debe considerar al prjimo como 'otro yo', cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente"3. Ninguna legislacin podra por s misma hacer desaparecer los temores, los prejuicios, las actitudes de soberbia y de egosmo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas. Estos comportamientos slo cesan con la caridad que ve en cada hombre un "prjimo", un hermano. El deber de hacerse prjimo de otro y de servirle activamente se hace ms acuciante todava cuando ste est ms necesitado en cualquier sector de la vida humana. "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos mos ms pequeos, a m me lo hicisteis"4. Este deber se extiende a los que no piensan ni actan como nosotros. La enseanza de Cristo exige incluso el perdn de las ofensas. Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos5. La liberacin en el espritu del
2 Sollicitudo Rei Socialis, carta encclica del Papa Juan Pablo II. 1987: (SRS) N47
3 Gaudium et Spes (GS) N27
4 Mt 25,40
5 Ver Mt 5,43-44
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evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al mal que hace en cuanto enemigo. IGUALDAD Y DIFERENCIAS ENTRE LOS HOMBRES. Creados a imagen del Dios nico, dotados de una misma alma racional, todos los hombres poseen una misma naturaleza y un mismo origen. Rescatados por el sacrificio de Cristo, todos son llamados a participar en la misma bienaventuranza divina: todos gozan por tanto de una misma dignidad. La igualdad entre los hombres se deriva esencialmente de su dignidad personal y de los derechos que dimanan de ella:
Hay que superar y eliminar, como contraria al plan de Dios, toda forma de discriminacin en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condicin social, lengua o religin6
Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual. Necesita de los dems. Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo que se refiere a la edad, a las capacidades fsicas, a las aptitudes intelectuales o morales, a las circunstancias de que cada uno se pudo beneficiar, a la distribucin de las riquezas. Los "talentos" no estn distribuidos por igual7. Estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de "talentos" particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten. Las diferencias alientan y con frecuencia obligan a las personas a la magnanimidad, a la benevolencia y a la comunicacin. Incitan a las culturas a enriquecerse unas a otras: Existen tambin desigualdades escandalosas que afectan a millones de hombres y mujeres. Estn en abierta contradiccin con el evangelio: La igual dignidad de las personas exige que se llegue a una situacin de vida ms humana y ms justa. Pues las excesivas desigualdades econmicas y sociales entre los miembros o los pueblos de una nica familia humana resultan escandalosas y se oponen a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y tambin a la paz social e internacional. Actividades: 1.Conceptualice la frase dignidad humana. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________
6 GS N29
7 Ver Mt 25,14-30; Lc 19,11-27
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2.Mencione al menos tres formas de denigrar la dignidad humana. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Segn los designios de Dios como debera comportarse una persona cristiana ante su prjimo. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Catecismo de la Iglesia Catlica (CIC N1929-1938)
Gaudium et Spes (GS), constitucin pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual. Concilio Ecumnico Vaticano II. Edicin oficial, Biblioteca de Autores Cristianos (BAC)
El Bien Comn
Conforme a la naturaleza social del hombre, el bien de cada uno est necesariamente relacionado con el bien comn. Este slo puede ser definido con referencia a la persona humana: No vivis aislados, cerrados en vosotros mismos, como si estuvieseis ya justificados sino reunos para buscar juntos lo que constituye el inters comn (Bernab, ep. 4,10). Por bien comn, es preciso entender "el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir ms plena y fcilmente su propia perfeccin"8. El bien comn afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y ms an por la de aquellos que ejercen la autoridad. Comporta tres elementos esenciales: Supone, en primer lugar, el respeto a la persona en cuanto tal. En nombre del bien comn, las autoridades estn obligadas a respetar los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. La sociedad debe permitir a cada uno de sus miembros realizar su vocacin. En particular, el bien comn reside en las condiciones de ejercicio de las libertades naturales que son indispensables para el desarrollo de la vocacin humana: derecho actuar de acuerdo con la recta norma de su conciencia, a la proteccin de la vida privada y a la justa libertad, tambin en materia religiosa.
8 GS N26
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En segundo lugar, el bien comn exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo. El desarrollo es el resumen de todos los deberes sociales. Ciertamente corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien comn, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educacin y cultura, informacin adecuada, derecho de fundar una familia, etc. El bien comn implica, finalmente, la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo. Supone, por tanto, que la autoridad asegura, por medios honestos, la seguridad de la sociedad y la de sus miembros, y fundamenta el derecho a la legtima defensa individual y colectiva. Si toda comunidad humana posee un bien comn que la configura en cuanto tal, la realizacin ms completa de este bien comn se verifica en la comunidad poltica. Corresponde al Estado defender y promover el bien comn de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las corporaciones intermedias. Las dependencias humanas se intensifican. Se extienden poco a poco a la tierra entera. La unidad de la familia humana que agrupa a seres que poseen una misma dignidad natural, implica un bien comn universal. Este requiere una organizacin de la comunidad de naciones capaz de "proveer a las diferentes necesidades de los hombres, tanto en los campos de la vida social a los que pertenecen la alimentacin, la sanidad, la educacin...como no pocas situaciones particulares que pueden surgir en algunas partes, como son...socorrer en sus sufrimientos a los prfugos dispersos por todo el mundo o de ayudar a los emigrantes y a sus familias"9 El bien comn est siempre orientado hacia el progreso de las personas: "El orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas...y no al contrario" (GS 26). Este orden tiene por base la verdad, se edifica en la justicia, es vivificado por el amor. Actividades 1.Qu se entiende por bien comn? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.Mencione tres tareas que supone el bien comn. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________
9 GS N84
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3.Comente cmo se comienza a ser cristiano. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 4.Transcriba las palabras que un israelita reza cada da, y con la cual resume el ncleo de su existencia. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 5.Seale cul es el nuevo mandamiento que dejo Jess, y explquelo brevemente. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Catecismo de la Iglesia Catlica (CIC N1905-1919)
Gaudium et Spes (GS N26; 74; 84), constitucin pastoral sobre la Iglesia
en el mundo actual. Concilio Ecumnico Vaticano II. Edicin oficial,
Biblioteca de Autores Cristianos (BAC)
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Mane nobiscum Domine: Qudate con nosotros, Seor (Lc 24, 29) Noveno ao
11 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
3. Considerar el proyecto de vida y compromiso cristiano para la transformacin de la realidad cultural.
El proyecto de vida y compromiso cristiano con la transformacin de la realidad cultural.
Dios es Amor
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en l10. Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazn de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y tambin la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Hemos credo en el amor de Dios: as puede expresar el cristiano la opcin fundamental (decisin tomada desde la libertad fundamental) de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisin tica o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientacin decisiva. La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el ncleo de la fe de Israel, dndole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. El israelita creyente reza cada da con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, resumen el ncleo de su existencia: Escucha, Israel: El Seor nuestro Dios es solamente uno. Amars al Seor con todo el corazn, con toda el alma, con todas las fuerzas11. Jess, hace de los dos mandamientos un nico precepto: Ha unido el mandamiento del amor a Dios con el del amor al prjimo, contenido en el Libro del Levtico: Amars a tu prjimo como a ti mismo12. Dios es quien nos ha amado primero13. Ahora el amor ya no es slo un mandamiento, sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.
10
1 Jn 4, 16 11
Dt 6, 4-5 12
Lv 19, 18; cf. Mc 12, 29- 31 13
Ver Jn 4, 10
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12 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Actividades: Confeccione, en una hoja blanca, un collage en donde represente diferentes formas de amor al prjimo. Bibliografa:
Deus Caritas Est (DCS N1) Carta encclica del Papa Benedicto XVI, sobre el amor cristiano, Roma, 25 de diciembre de 2005.
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13 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
4. Constatar caractersticas de la persona de Jess como ser libre y comprometido con la humanidad, que orientan su seguimiento.
Caractersticas de la persona de Jess como ser libre y comprometido con la humanidad, que orientan su seguimiento.
La importancia de la libertad como seguidor de Cristo.
Tiene que revalorarse entre nosotros la imagen cristiana de los hombres; tiene que volver a resonar esa palabra en que viene recogindose ya de tiempo atrs un exceso ideal de nuestros pueblos: LIBERTAD. La libertad que es a un tiempo don y tarea. Libertad que no se alcanza de veras sin liberacin integral y que es, en un sentido vlido, meta del hombre segn nuestra fe, puesto que para la libertad, Cristo nos ha liberado14 a fin de que tengamos vida y la tengamos en abundancia como hijos de Dios y coherederos con el mismo Cristo15 La libertad es siempre aquella capacidad que en principio tenemos todos para disponer de nosotros mismos a fin de ir construyendo una comunin y una participacin que han de plasmarse en realidades definitivas, sobre tres planos inseparables: la relacin del hombre con el mundo, como seor; con las personas como hermano y con Dios como hijo. Por la libertad, proyectada sobre el mundo material de la naturaleza y de la tcnica, el hombre (siempre comunidad de esfuerzos mltiples) logra la inicial realizacin de su dignidad: someter ese mundo a travs del trabajo y de la sabidura y humanizarlo, de acuerdo con el designio del Creador. Pero la dignidad del hombre verdaderamente libre exige que no se deje encerrar en los valores del mundo, particularmente los materiales, sino que, como ser espiritual, se libere de cualquier esclavitud y vaya ms all, hacia el plano superior de las relaciones personales, en donde se encuentra consigo mismo y con los dems. La dignidad de los hombres se realiza aqu en el amor fraterno, entendido con toda la amplitud que le ha dado el Evangelio y que incluye el servicio mutuo, la aceptacin y promocin prctica de los otros, especialmente de los ms necesitados.
14
Gal 5,1 15
Rom 8,17
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14 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Actividades: Mencione 3 aspectos que nos hacen seres libres gracias a la libertad que Dios nos ha dado; partiendo de una convivencia democrtica, tica, tolerante y pacfica. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Documento de Puebla (DP N321-324) Conclusiones de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla, Mxico, 1979.
La familia, santuario de la vida En plan del Creador y Redentor, la familia descubre no solo su identidad sino tambin su misin: custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida, a travs de cuatro cometidos fundamentales:
a. La misin de la familia es vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas que se caracteriza por la unidad y la indisolubilidad. La familia es el lugar privilegiado para la realizacin personal junto con los seres amados.
b. Ser como el santuario de la vida, servidora de la vida, ya que el derecho a la
vida es la base de todos los derechos humanos. Este servicio no se reduce a la sola procreacin, sino que es ayuda eficaz para transmitir y educar en valores autnticamente humanos y cristianos.
c. Ser clula primera y vital de la sociedad. Por naturaleza y vocacin la familia
debe ser promotora del desarrollo, protagonista de una autntica poltica familiar.
d. Ser Iglesia domstica que acoge, vive, celebra y anuncia la palabra de Dios, es santuario donde se edifica la santidad y desde donde la Iglesia y el mundo pueden ser santificados.
No obstante las graves crisis de la familia, constatamos que muchas familias latinoamericanas y del Caribe se esfuerzan y viven llenas de esperanza y con fidelidad
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15 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
el proyecto de Dios Creador y Redentor, la fidelidad, la apertura a la vida, la educacin cristiana de los hijos y el compromiso con la Iglesia y el mundo. Actividades:
1. Mencione y defina cinco valores cristianos que encontramos en las familias del mundo actual.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2. Recorte y pegue cinco imgenes que representen compromisos que va a realizar para vivir como una familia ejemplar de la comunidad. Bibliografa
Documento de Santo Domingo (DSD N214) Conclusiones de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Santo Domingo, Republica Dominicana, 1992.
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16 | P a g e Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas
Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
5. Practicar principios cristianos en la vivencia del compromiso personal con el fortalecimiento de valores cristianos
Valores religiosos y ticos a fortalecer en la cultura costarricense.
Evangelizacin de la cultura
Cultura y culturas:
Con la palabra cultura se indica el modo particular como, en un pueblo, los hombres cultivan su relacin con la naturaleza, entre s mismos y con Dios de modo que puedan llegar a un nivel verdadera y plenamente humano. Es el estilo de vida comn que caracteriza a los diversos pueblos; por ello se habla de pluralidad de culturas
La cultura as entendida, abarca la totalidad de la vida de un pueblo: el conjunto de valores que lo animan y de desvalores que lo debilitan y que al ser participados en comn por sus miembros, los rene en base a una misma conciencia colectiva La cultura comprende, asimismo, las formas a travs de las cuales aquellos valores o desvalores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la lengua, las instituciones y estructuras de convivencia social, cuando no son impedidas o reprimidas por la intervencin de otras culturas dominantes.
Lo esencial de la cultura est constituida por la actitud con que un pueblo afirma o niega una vinculacin religiosa con Dios, por los valores o desvalores religiosos. stos tienen que ver con el sentido ltimo de la existencia y radican en aquella zona ms profunda, donde el hombre encuentra respuestas a las preguntas bsicas y definitivas que lo acosan, sea que se las proporcionen con una orientacin positivamente religiosa o, por el contrario, atea. De aqu que la religin o la irreligin sean inspiradoras de todos los restantes rdenes de la cultura- familiar, econmico, poltico, artstico, etc.- en cuanto los libera hacia lo trascendente o los en cierra en su propio sentido inmanente.
La evangelizacin, que tiene en cuenta a todo el hombre, busca alcanzarlo en su totalidad, a partir de su dimensin religiosa. La cultura es una actividad creadora del hombre, con la que responde a la vocacin de Dios, que le pide perfeccionar toda la creacin y en ella sus propias capacidades y cualidades espirituales y corporales.
La cultura se va formando y se transforma en base a la continua experiencia histrica y vital de los pueblos; se transmite a travs del proceso de tradicin generacional. El hombre, pues, nace y se desarrolla en el seno de una determinada sociedad, condicionado y enriquecido por una cultura particular; la recibe, la modifica creativamente y la sigue transmitiendo. La cultura es una realidad histrica y social.
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Siempre sometidas a nuevos desarrollos, al recproco encuentro e interpretacin, las culturas pasan, en su proceso histrico, por perodos en que se ven desafiadas por nuevos valores o desvalores, por la necesidad de realizacin de nuevas sntesis vitales. La Iglesia se siente llamada a estar presente con el Evangelio, particularmente en los perodos en que decaen y mueren viejas formas segn las cuales el hombre ha organizado sus valores y su convivencia, para dar lugar a nuevas sntesis. Es mejor evangelizar las nuevas formas culturales en su mismo nacimiento y no cuando ya estn crecidas y estabilizadas. ste es el actual desafo global que enfrenta la Iglesia, ya que se puede hablar con razn de una nueva poca de la historia humana. Por esto, la Iglesia latinoamericana busca dar un nuevo impulso a la evangelizacin de nuestro Continente.
Actividades: 1.Investigue en distintos medios de comunicacin escrita, sobre el papel del cristiano en el fortalecimiento de valores religiosos, ticos y cvicos en nuestra cultura; y pegue un recorte alusivo en el siguiente cuadro.
I. Anote 5 valores que reflejen su estilo de vida en la cultura, donde respetan
las diversidades individuales, culturales, ticas y sociales.
____________________________________. ____________________________________. ____________________________________. ____________________________________. ____________________________________.
Bibliografa:
Documento de Puebla (DP N385-392) Conclusiones de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla, Mxico, 1979.
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Vivir el Evangelio sirviendo a la persona y a la sociedad Acogiendo y anunciando el Evangelio con la fuerza del Espritu, la Iglesia se constituye en comunidad evangelizada y evangelizadora y, precisamente por esto, se hace sierva de los hombres. En ella los fieles laicos participan en la misin de servir a las personas y a la sociedad. Es cierto que la Iglesia tiene como fin supremo el Reino de Dios, del que "constituye en la tierra el germen e inicio", y est, por tanto, totalmente consagrada a la glorificacin del Padre. Pero el Reino es fuente de plena liberacin y de salvacin total para los hombres: con stos, pues, la Iglesia camina y vive, realmente y enteramente solidaria con su historia. Habiendo recibido el encargo de manifestar al mundo el misterio de Dios que resplandece en Cristo Jess, al mismo tiempo la Iglesia revela el hombre al hombre, le hace conocer el sentido de su existencia, le abre a la entera verdad sobre l y sobre su destino. Desde esta perspectiva la Iglesia est llamada, a causa de su misma misin evangelizadora, a servir al hombre. Tal servicio se enraza primariamente en el hecho prodigioso y sorprendente de que, "con la encarnacin, el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a cada hombre". Por eso el hombre "es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misin: l es la primera va fundamental de la Iglesia, va trazada por el mismo Cristo, va que inalterablemente pasa a travs de la Encarnacin y de la Redencin". Precisamente en este sentido se haba expresado, repetidamente y con singular claridad y fuerza, el Concilio Vaticano II en sus diversos documentos. Volvamos a leer un texto -especialmente clarificador- de la Constitucin Gaudium et spes: "Ciertamente la Iglesia, persiguiendo su propio fin salvfico, no slo comunica al hombre la vida divina, sino que, en cierto modo, tambin difunde el reflejo de su luz sobre el universo mundo, sobre todo por el hecho de que sana y eleva la dignidad humana, consolida la cohesin de la sociedad, y llena de ms profundo sentido la actividad cotidiana de los hombres. Cree la Iglesia que de esta manera, por medio de sus hijos y por medio de su entera comunidad, puede ofrecer una gran ayuda para hacer ms humana la familia de los hombres y su historia". En esta contribucin a la familia humana de la que es responsable la Iglesia entera, los fieles laicos ocupan un puesto concreto, a causa de su "ndole secular", que les compromete, con modos propios e insustituibles, en la animacin cristiana del orden temporal.
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Actividades: 1. Escriba tres opciones que tenemos como cristianos para fortalecer la convivencia democrtica y pacifica segn principios cristianos en distintos mbitos y situaciones de la vida cotidiana. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2. Anotar 3 compromisos que tengo como cristiano segn el texto anterior para la construccin de una sociedad mas justa. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografa:
Familiaris Consortio (FC N36), exhortacin apostlica del Papa Juan Pablo II, sobre la misin de la familia cristiana en el mundo actual, 1981.
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
6. Apreciar la sexualidad humana segn principios cristianos y la dignidad de la persona.
La sexualidad humana segn principios cristianos y la dignidad de la persona.
Hombre y Mujer los creo...16 "Dios es amor y vive en s mismo un misterio de comunin personal de amor. Crendola a su imagen ... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocacin, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunin"17 "Dios cre el hombre a imagen suya...hombre y mujer los cre". "Creced y multiplicaos"18; "el da en que Dios cre al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los cre varn y hembra, los bendijo, y los llam "Hombre" en el da de su creacin"19. La sexualidad afecta a todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y su alma. Concierne particularmente a la afectividad, la capacidad de amar y de procrear y, de manera ms general, a la aptitud para establecer vnculos de comunin con otro. Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad fsicas, morales y espirituales, estn orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armona de la pareja y de la sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la necesidad y el apoyo mutuos. "Creando al hombre varn y mujer, Dios da la dignidad personal de igual modo al hombre y a la mujer"20. El hombre es una persona, y esto se aplica en la misma medida al hombre y a la mujer, porque los dos fueron creados a imagen y semejanza de un Dios personal. Cada uno de los sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta, imagen del poder y de la ternura de Dios. La unin del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne la generosidad y la fecundidad del Creador: "el
16
Gn 1,27 17
FC N11 18
Ver Gn 1,28s 19
Ver Gn 5,1-2 20
FC N22; ver GS N49
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hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne"21. De esta unin proceden todas las generaciones humanas22. Jess vino a restaurar la creacin en la pureza de sus orgenes. En el Sermn de la montaa interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: "Habis odo que se dijo: `no cometers adulterio'. Pues yo os digo: `todo el que mira a una mujer desendola, ya cometi adulterio con ella en su corazn'"23. El hombre no debe separar lo que Dos ha unido24. La Tradicin de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como una regulacin completa de la sexualidad humana. Actividades: 1.Defina personalmente el concepto sexualidad humana. Luego investigue y escriba la definicin del concepto de sexualidad humana que ensea la Iglesia y el que ensea la sociedad actual. Sexualidad humana definicin personal ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Sexualidad humana definicin de la iglesia ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Sexualidad humana definicin de la sociedad ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.Qu aspectos de la persona afecta la sexualidad humana? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Mencione el nombre de los 6 elementos que conforman la unidad corprea espiritual de la persona. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________
21
Gn 2,24 22
Ver Gn 4,1-2.25-26; 5,1 23
Mt 5,27-28 24
Ver Mt 19,6
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4.Para las enseanzas de la Iglesia: hombre y mujer son iguales y distintos al mismo tiempo, segn lo ledo, explique la frase anterior. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Catecismo de la Iglesia Catlica (CIC N2331-2336)
Jess: Dios asume plenamente nuestra humanidad La experiencia de Jess de hacerse ser humano y vivir esta humanidad en todas sus dimensiones (excepto el pecado) da a la corporeidad su valor y trascendencia. Si Jess se hizo hombre y vivi como humano, asumiendo una corporeidad, no podemos decir que la vida temporal y el cuerpo estn por fuera del proyecto de salvacin. Cuerpo y Espritu son dos dimensiones inseparables de la existencia humana y slo si se desarrollan ambas de una manera integral y armnica, la persona alcanza su madurez.
. El ser humano fue creado en dos sexos: hombre y mujer. La identidad humana se define, entonces en dos posibilidades: masculina y femenina. Cada sexo tiene sus caractersticas especficas tanto en el orden fsico como psicolgico y espiritual. Pero son iguales en su dignidad, sus facultades, y sus deberes y derechos. Por eso la Iglesia dice que hombre y mujer son iguales y distintos al mismo tiempo; no idnticos pero s
Uni
dad
co
rp
reo
esp
irit
ual Racionalidad
Conciencia
Capacidad de transformar la naturaleza
Libertad
Relacionalidad
Capacidad de Amar
La sexualidad debe estar
integrada con todas estas
dimensiones de la persona
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iguales en dignidad personal; son semejantes para entenderse, diferentes para complementarse recprocamente25. La cultura ha atribuido cualidades, caractersticas, oficios, defectos, maneras de ser y actuar diferentes segn el sexo al cual se pertenezca. Esta asignacin cultural ha sido profundamente injusta con ambos sexos, impidindole a cada uno de ellos la expresin en alguno de los mbitos de la vivencia cotidiana. En relacin con la sexualidad es necesario destacar fundamentalmente la posicin de igualdad entre hombre y mujer (igualdad en su corporeidad, en sus sentimientos, emociones, expresiones, dignidad y responsabilidades); la diferencia natural que se expresa culturalmente entre los dos sexos, pero siempre superando el machismo y la discriminacin de uno de ellos. Plantea igualmente, la posibilidad de asumir y ejecutar funciones que tradicionalmente se han atribuido al otro sexo, poniendo como lmite la libertad individual (no la mayor o menor valoracin que la sociedad asigna a ellas). Actividades: 1.Explique al menos dos diferencias fsicas y dos diferencias emocionales que poseen el hombre y la mujer. Diferencias fsicas __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Diferencias emocionales __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2.Anote el nombre de las dimensiones de la persona humana. __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
25
Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica. Orientaciones educativas sobre el amor humano N25, 1983.
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
7. Juzgar la sexualidad humana desde la perspectiva de la vocacin humana.
La sexualidad humana desde la perspectiva de la vocacin humana.
Ser pareja: mximo smbolo del amor de Dios
La vocacin existencial del ser humano hacia el amor sexuado tiene su modelo en la pareja heterosexual (hombre-mujer). La relacin hombre (esposo) mujer (esposa) adquiere tal trascendencia dentro del cristianismo que se convierte en el signo del amor de Dios hacia los seres humanos y de Jess hacia su Iglesia. El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolucin de fuerzas naturales o inconcientes: es una sabia institucin del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante la entrega personal del uno al otro, tienden a su mutuo perfeccionamiento personal y colaboran con Dios en la generacin y la educacin de nuevas vidas, Las caractersticas de ese amor conyugal son exigentes por cuanto se constituyen en signo del amor de Dios:
Siendo la pareja el contexto tpico de la sexualidad y el amor, no se concibe que ese amor pueda ser parcial (don de una parte de s mismo y no de la totalidad), que involucre slo una parte de la vida (los fines de semana, algunos meses, unos pocos aos), que existe solamente mientras se obtienen beneficios o ventajas de ese amor pero desaparezca frente a la primera dificultad o contrariedad; que exija cambios totales en el ser del otro; que pueda ser compartido o repartido con un tercero. Es una entrega total del uno al otro.
Plenamente humano Total Fiel y exclusivo hasta la muerte Fecundo
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Actividades: 1.Explique las cinco caractersticas del amor conyugal. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.Comente por qu la unin sexual de los esposo es una entrega de donacin total. _____________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Confeccione un acrstico con la palabra amor.
____________________________________ Bibliografa:
Conferencia Episcopal de Costa Rica. Educacin en la sexualidad: gua
para padres de familia y educadores, 2001, p 82-87.
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
8. Considerar condiciones actuales del trabajo en la realidad costarricense segn criterios cristianos de promocin y realizacin humana
Condiciones actuales del trabajo en la realidad costarricense segn criterios cristianos de promocin y realizacin humana.
El Trabajo Humano
Al hombre le dijo: Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del rbol del que Yo te haba prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacars de ella
el alimento por todos los das de tu vida. Espinas y cardos te dar, mientras le pides las hortalizas que comes. Con el sudor de tu frente comers tu pan hasta que vuelvas a la
tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al polvo volvers. (Gn 3, 17-19)
La tarea de cultivar y custodiar la tierra: El Antiguo Testamento presenta a Dios como Creador omnipotente26, que plasma al hombre a su imagen y lo invita a trabajar la tierra27, y a custodiar el jardn del Edn en donde lo ha puesto28. Dios confa a la primera pareja humana la tarea de someter la tierra y de dominar todo ser viviente29. El dominio del hombre sobre los dems seres vivos, sin embargo, no debe ser desptico e irracional; al contrario, l debe cultivar y custodiar30 los bienes creados por Dios: bienes que el hombre no ha creado sino que ha recibido como un don precioso, confiado a su responsabilidad por el Creador. Cultivar la tierra significa no abandonarla a s misma; dominarla es tener cuidado de ella, as como un rey sabio cuida de su pueblo y un pastor de su grey. En el designio del Creador, las realidades creadas, buenas en s mismas, existen en funcin del hombre. El asombro ante el misterio de la grandeza del hombre hace exclamar al salmista: Qu es el hombre para que de l te acuerdes, el hijo de Adn, para que de l te cuides? Apenas inferior a un dios le hiciste, coronndole de gloria y de esplendor; le hiciste seor de las obras de tus manos, todo fue puesto por t bajo sus pies31. El trabajo pertenece a la condicin originaria del hombre y precede a su cada; no es, por ello, ni un castigo ni una maldicin. Se convierte en fatiga y pena a causa del
26
Ver Gn 2,2; Jb 38-41; Sal 104; Sal 147 27
Ver Gn 2,5-6 28
Ver Gn 2,15 29
Ver Gn 1,28 30
Ver Gn 2,15 31
Sal 8,5-7
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pecado de Adn y Eva, que rompen su relacin confiada y armoniosa con Dios32. La prohibicin de comer del rbol de la ciencia del bien y del mal33 recuerda al hombre que ha recibido todo como don y que sigue siendo una criatura y no el Creador.
El trabajo debe ser honrado porque es fuente de riqueza o, al menos, de condiciones para una vida decorosa, y, en general, instrumento eficaz contra la pobreza34. Pero no se debe ceder a la tentacin de idolatrarlo, porque en l no se puede encontrar el sentido ltimo y definitivo de la vida. El trabajo es esencial, pero es Dios, no el trabajo, la fuente de la vida y el fin del hombre.
El culmen de la enseanza bblica sobre el trabajo es el mandamiento del descanso sabtico. El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad ms plena, la del Sbado eterno35. El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la Creacin hasta la Redencin, reconocerse a s mismos como obra suya36, y dar gracias por su vida y su subsistencia a l, que de ellas es el Autor. Actividades: Bibliografa: Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N255-258). Del Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.
32
Ver Gn 3, 6-8 33
Gn 2,17 34
Ver Pr 10,4 35
Ver Heb 4,9-10 36
Ver Ef 2,10
En pequeos grupos exprese los tres principales aprendizajes del la lectura:
1
2
3
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
9. Juzgar criterios cristianos que orientan la relacin entre vocacin, equidad de gnero y trabajo humano
Criterios cristianos que orientan la relacin entre vocacin, equidad de gnero y trabajo humano
El Acceso al Trabajo
El acceso al trabajo y a la profesin debe estar abierto a todos sin discriminacin injusta, hombres y mujeres, sanos y disminuidos, autctonos e inmigrados. En funcin de las circunstancias, la sociedad debe por su parte ayudar a los ciudadanos a procurarse un trabajo y un empleo. El salario justo es el fruto legtimo del trabajo. Nuestra Constitucin Poltica de Costa Rica, establece en su art. #57: Todo trabajador tendr derecho a un salario mnimo, de fijacin peridica, por jornada normal, que le procure bienestar y existencia digna. El salario ser siempre igual para trabajo igual en idnticas condiciones de eficiencia. Negarlo o retenerlo puede constituir una grave injusticia37. Para determinar la remuneracin justa se han de tener en cuenta a la vez las necesidades y las contribuciones de cada uno. "El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que l y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, as como las condiciones de la empresa y el bien comn"38. El acuerdo de las partes no basta para justificar moralmente el importe del salario. La huelga es moralmente legtima cuando se presenta como un recurso inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado. Resulta moralmente inaceptable cuando va acompaada de violencias o tambin cuando se lleva a cabo en funcin de objetivos no directamente vinculados a las condiciones de trabajo o contrarios al bien comn. Es injusto no pagar a los organismos de seguridad social las cotizaciones establecidas por las autoridades legtimas. La privacin de empleo a causa de la huelga es casi siempre para su vctima un atentado contra su dignidad y una amenaza para el equilibrio de la vida. Adems del dao personal padecido, de esa privacin se derivan riesgos numerosos para su hogar.
37
Ver Lv 19,13; Dt 24,1415; St 5,4 38
GS N67
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Actividades: 1.Explique por qu se dice que todas las personas tienen acceso al trabajo.
___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________
2.Cundo puede ser una huelga legtima?
___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________
Bibliografa:
Catecismo de la Iglesia Catlica (CIC N 2433-2436)
Constitucin Poltica de Costa Rica (art N57). Edicin conmemorativa de su cincuentenario (1949-1999). La Nacin, 08 de noviembre de 1999.
Gaudium et Spes (GS), Constitucin Dogmtica del Concilio Ecumnico Vaticano II, sobre la Iglesia en el mundo actual: del 07 de diciembre de 1965.
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Los derechos de los hombres y mujeres del trabajo Los derechos humanos que brotan del trabajo, entran precisamente dentro del ms amplio contexto de los derechos fundamentales de la persona. Sin embargo, en el mbito de este contexto, tienen un carcter peculiar que corresponde a la naturaleza especfica del trabajo humano; y precisamente hay que considerarlos segn este carcter. El trabajo es, como queda dicho, una obligacin, es decir, un deber del hombre y esto en el mltiple sentido de esta palabra. El hombre debe trabajar bien sea por el hecho de que el Creador lo ha ordenado, bien sea por el hecho de su propia humanidad, cuyo mantenimiento y desarrollo exigen el trabajo. El hombre debe trabajar por respeto al prjimo, especialmente por respeto a la propia familia, pero tambin a la sociedad a la que pertenece, a la nacin de la que es hijo o hija, a la entera familia humana de la que es miembro, ya que es heredero del trabajo de generaciones y al mismo tiempo coartfice del futuro de aquellos que vendrn despus de l con el sucederse de la historia39. Segn la encclica Rerum Novarum el estado tiene el deber primario de salvar el alma del trabajador individual. La proteccin de individuo no es un fin en s mismo sino tan slo el camino y el instrumento para perfeccionar la vida del alma con el conocimiento de la verdad y el amor del bien40. Debe ser vocacin del Estado y de la Iglesia asegurar la salvacin de cada ciudadano del pas, especialmente entre la clase trabajadora que constituye la parte dbil y pobre de la sociedad. Cualquier organizacin social tiene adems el deber de conducir a los trabajadores hacia la perfeccin religiosa y moral41. Derechos del trabajador costarricense: El pago puntual, justo y exacto del salario, que garantice una existencia digna al
trabajador y a su familia. El seguro social y los permisos necesarios por incapacidad. El descanso semanal. Las vacaciones anuales y el aguinaldo. Las prestaciones sociales. El derecho a la pensin, sea por razones de edad, o bien por incapacidad
permanente. El derecho a la incapacidad por maternidad y todo lo que eso conlleva, en el
caso de la mujer. La prevencin de accidentes laborales. El derecho de la mujer de ser tratada en igualdad de condiciones del varn en
cuanto a derechos laborales se trata; por consiguiente, un embarazo no justifica su despido.
39
LE N16 40
RN N30 41
RN N39
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Poder asociarse a gremios que le sirvan para proteger sus legtimos derechos. Exigir que se valore su trabajo por la calidad y no slo por la cantidad.
El eje central de la encclica Rerum Novarum es que el trabajador es un hombre, es decir una persona, que se concentra en su altsima dignidad: no tratar a los obreros como esclavos; respetar en ellos la dignidad de la persona humana, ennoblecida por el carcter cristiano42. Esta dignidad es inviolable: el espritu es el que lleva esculpida en s la imagen y la semejanza divina [...]. En esto todos los hombres son iguales [...]. a nadie le es lcito violar impunemente la dignidad del hombre, de quien Dios mismo dispone con gran respeto43. Actividades: 1.Coloque en el primer cuadro la idea principal y en los siguientes escriba las ideas por orden de importancia. (Sobre los dos contenidos del Trabajo Humano)
42
RN N16 43
RN N32
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2. Confeccione un brochur con diversos derechos que posee el hombre y la mujer en su ambiente laboral
Bibliografa:
Laborem Exercens (LE), Carta Encclica sobre el trabajo humano, de su santidad Juan Pablo II. Dado en Ciudad del Vaticano 14 de septiembre de 1981.
Rerum Novarum (RN), Carta Encclica sobre la situacin de los obreros, de su santidad Len XIII; promulgada el 15 de mayo de 1891.
El fenmeno del trabajo infantil y la emigracin
a. El trabajo infantil.
El trabajo infantil y de menores, en sus formas intolerables, constituye un tipo ce violencia menos visible, mas no por ello menos terrible. Una violencia que, ms all de todas las implicaciones polticas, econmicas y jurdicas, sigue siendo esencialmente un problema moral. Len XIII ya adverta: En cuanto a los nios, se ha de evitar cuidadosamente y sobre todo que entren en talleres antes de que la edad haya dado el suficiente desarrollo a su cuerpo, a su inteligencia y a su alma. Puesto que la actividad precoz agosta, como a las hierbas tiernas, las fuerzas que brotan de la infancia, con lo que la constitucin de la niez vendra a destruirse por completo. La plaga del trabajo infantil, a ms de cien aos de distancia, todava no ha sido eliminada. Es verdad que, al menos por el momento, en ciertos pases, la contribucin de los nios con su trabajo al presupuesto familiar y a las economas nacionales es irrenunciable y que, en algn modo, ciertas formas de trabajo a tiempo parcial pueden ser provechosas para los mismos nios; con todo ello, la doctrina social denuncia el aumento de la explotacin laboral de los menores en condiciones de autntica es-clavitud. Esta explotacin constituye una grave violacin de la dignidad humana de la que todo individuo es portador, prescindiendo de que sea pequeo o aparentemente insignificante en trminos utilitarios.
b. La emigracin y el trabajo La inmigracin puede ser un recurso ms que un obstculo para el desarrollo. En el mundo actual, en el que el desequilibrio entre pases ricos y pases pobres se agrava y el desarrollo de las comunicaciones reduce rpidamente las distancias, crece la emigracin de personas en busca de mejores condiciones de vida, procedentes de las zonas menos favorecidas de la tierra; su llegada a los pases desarrollados, a menudo
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es percibida como una amenaza para los elevados niveles de bienestar, alcanzados gracias a decenios de crecimiento econmico. Los inmigrantes, sin embargo, en la mayora de los casos, responden a un requerimiento en la esfera del trabajo que de otra forma quedara insatisfecho, en sectores y territorios en los que la mano de obra local es insuficiente o no est dispuesta a aportar su contribucin laboral.
Las instituciones de los pases que reciben inmigrantes deben vigilar cuidadosamente para que no se difunda la tentacin de explotar a los trabajadores extranjeros, privndoles de los derechos garantizados a los trabajadores nacionales, que deben ser asegurados a todos sin discriminaciones. La regulacin de los flujos migratorios segn criterios de equidad y de equilibrio es una de las condiciones indispensables para conseguir que la insercin se realice con las garantas que exige la dignidad de la persona humana. Los inmigrantes deben ser recibidos en cuanto personas y ayudados, junto con sus familias, a integrarse en la vida social. En este sentido, se ha de respetar y promover el derecho a la reunin de sus familias. Al mismo tiempo, en la medida de lo posible, han de favorecerse todas aquellas condiciones que permiten mayores posibilidades de trabajo en sus lugares de origen. Actividades: 1.Explique dos consecuencias del trabajo infantil. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.Por qu se dice que la inmigracin puede ser un recurso ms que un obstculo para el desarrollo? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N296-298). Del Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.
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La Iglesia y el Desarrollo Fiel a la enseanza y al ejemplo de su Divino Fundador, que como seal de su misin dio al mundo el anuncio de la Buena Nueva a los pobres, la Iglesia nunca ha dejado de promover la elevacin humana de los pueblos, a los cuales llevaba la fe en Jesucristo. Al mismo tiempo que iglesias en las comunidades, y sus misioneros han construido centros asistenciales y hospitales, escuelas y universidades. Pero ya no bastan las iniciativas locales e individuales. La actual situacin del mundo exige una solucin de conjunto que arranque de una clara visin de todos los aspectos econmicos, sociales, culturales y espirituales. Merced a la experiencia que de la humanidad tiene, la Iglesia, sin pretender en modo alguno mezclarse en lo poltico de los Estados, est "atenta exclusivamente a continuar, guiada por el Espritu Parclito, la obra misma de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido" El desarrollo no se reduce a un simple crecimiento econmico. Para ser autntico, el desarrollo ha de ser integral, es decir, debe promover a todos los hombres y a todo el hombre. Con gran exactitud lo ha subrayado un eminente experto: "Nosotros no aceptamos la separacin entre lo econmico y lo humano, ni entre el desarrollo y la civilizacin en que se halla inserto. Para nosotros es el hombre lo que cuenta, cada hombre, todo grupo de hombres, hasta comprender la humanidad entera". En los designios de Dios cada hombre est llamado a un determinado desarrollo, porque toda vida es una vocacin. Desde su nacimiento, a todos se ha dado, como en germen, un conjunto de aptitudes y cualidades para que las hagan fructificar: su floracin, durante la educacin recibida en el propio ambiente y por el personal esfuerzo propio, permitir a cada uno orientarse hacia su destino, que le ha sido sealado por el Creador. Por la inteligencia y la libertad, el hombre es responsable, as de su propio crecimiento como de su salvacin. Ayudado por los que le educan y le rodean, cada uno contina siempre, cualesquiera sean los influjos en l ejercidos, siendo el principal artfice de su xito o de su fracaso: slo por el esfuerzo de su inteligencia y de su voluntad el hombre puede crecer en humanidad, valer ms, ser ms. As como la creacin entera se halla ordenada a su Creador, la criatura espiritual est obligada a orientar espontneamente su vida hacia Dios, verdad primera y bien soberano. Pero cada uno de los hombres es miembro de la sociedad, pertenece a la humanidad entera. No se trata slo de este o aquel hombre, sino que todos los hombres estn llamados a un pleno desarrollo. Bibliografa:
L. J. Lebret. O. P., Dynamique concrete du dveloppement. Paris, "Economie et Humanisme", Les Editions Ouvrieres, 1961.
Populorum Progressio (PP N12-14.18) Carta Encclica del Papa Pablo VI, sobre el desarrollo de los pueblos. Promulgada el 26 de Marzo de 1967.
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Mane nobiscum Domine: Qudate con nosotros, Seor (Lc 24, 29) Noveno ao
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
10 Estimar la creacin al servicio del ser humano desde la ptica de la tica cristiana de desarrollo
La creacin al servicio del ser humano desde la ptica de la tica cristiana de desarrollo.
Ciencia y tecnologa
La naturaleza aparece como un instrumento en las manos del hombre, una realidad que l debe manipular constantemente, especialmente mediante la tecnologa. A partir del presupuesto, que se ha revelado errado, de que existe una cantidad ilimitada de energa y de recursos utilizables, que su regeneracin inmediata es posible y que los efectos negativos de las manipulaciones de la naturaleza pueden ser fcilmente absorbidos, se ha difundido y prevalece una concepcin reductiva que entiende el mundo natural en clave mecanicista y el desarrollo en clave consumista. El primado atribuido al hacer y al tener ms que al ser, es causa de graves formas de alienacin humana.
Una actitud semejante no deriva de la investigacin cientfica y tecnolgica, sino de una ideologa cientificista y tecncrata que tiende a condicionarla. La ciencia y la tcnica, con su progreso, no eliminan la necesidad de trascendencia y no son de por s causa de la secularizacin exasperada que conduce al nihilismo; mientras avanzan en su camino, plantean cuestiones acerca de su sentido y hacen crecer la necesidad de respetar la dimensin trascendente de la persona humana y de la misma creacin. El Magisterio subraya la responsabilidad humana de preservar un ambiente ntegro y sano para todos: La humanidad de hoy, si logra conjugar las nuevas capacidades cientficas con una fuerte dimensin tica, ciertamente ser capaz de promover el ambiente como casa y como recurso, en favor del hombre y de todos los hombres; de eliminar los factores de contaminacin; y de asegurar condiciones de adecuada higiene y salud tanto para pequeos grupos como para grandes asentamientos humanos. La tecnologa que contamina, tambin puede descontaminar; la produccin que acumula, tambin puede distribuir equitativamente, a condicin de que prevalezca la tica del respeto a la vida, a la dignidad del hombre y a los derechos de las generaciones humanas presentes y futuras44. Actividades: 1.Anote tres formas de como la ciencia y la tecnologa pueden ayudar al ser humano en su labor diaria. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________
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Discurso Ambiente y Salud N5
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Bibliografa:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, ao 2004. (CDSI N462)
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre Ambiente y salud (24 de marzo de 1997), N5: L'0sservatore Romano, edicin espaola, 11 de abril de 1997, pg. 7.
Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
11 Juzgar los efectos de los avances cientficos y de los productos tecnolgicos en la sostenibilidad integral desde el Plan de Dios
Los efectos de los avances cientficos y de los productos tecnolgicos en la sostenibilidad integral desde el Plan de Dios.
Visin Cristiana de la Creacin
La visin cristiana de la creacin conlleva un juicio positivo sobre la licitud de las intervenciones del hombre en la naturaleza, sin excluir los dems seres vivos, y, al mismo tiempo, comporta una enrgica llamada al sentido de la responsabilidad.
La naturaleza, en efecto, no es una realidad sagrada o divina, vedada a la accin humana. Es, ms bien, un don entregado por el Creador a la comunidad humana, confiado a la inteligencia y a la responsabilidad moral del hombre. Por ello, el hombre no comete un acto ilcito cuando, respetando el orden, la belleza y la utilidad de cada ser vivo y de su funcin en el ecosistema, interviene modificando algunas de las caractersticas y propiedades de estos.
Si bien, las intervenciones del hombre que daan los seres vivos o el medio ambiente son deplorables, son en cambio encomiables las que se traducen en una mejora de aqullos. La licitud del uso de las tcnicas biolgicas y biogenticas no agota toda la problemtica tica: como en cualquier comportamiento humano, es necesario valorar cuidadosamente su utilidad real y sus posibles consecuencias, tambin en trminos de riesgo. En el mbito de las intervenciones tcnico-cientficas que poseen una amplia y profunda repercusin sobre los organismos vivos, con la posibilidad de consecuencias notables a largo plazo, no es lcito actuar con irresponsabilidad ni a la ligera.
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Las modernas biotecnologas tienen un fuerte impacto social, econmico y poltico, en el plano local, nacional e internacional: se han de valorar segn los criterios ticos que deben orientar siempre las actividades y las relaciones humanas en el mbito socioeconmico y poltico. Es necesario tener presentes, sobre todo, los criterios de justicia y solidaridad, a los que deben sujetarse, en primer lugar, los individuos y grupos que trabajan en la investigacin y la comercializacin en el campo de las biotecnologas. En cualquier caso, no se debe caer en el error de creer que la sola difusin de los beneficios vinculados a las nuevas biotecnologas pueda resolver todos los apremiantes problemas de pobreza y subdesarrollo que subyugan an a tantos pases del mundo. Actividades: 1.Defina el concepto de biotecnologa. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.Defina el concepto de biogentica. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Brinde ejemplos de tcnicas biogenticas. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, ao 2004. (CDSI N473-474)
Pontificia Academia para la Vida, Biotecnologas animales y vegetales. Nuevas fronteras y nuevas responsabilidades. Librera Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1999.
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
12 Juzgar el compromiso cristiano como seguidor de Cristo segn criterios cristianos
El compromiso cristiano como seguidor de Cristo segn criterios cristianos
Testigos del amor
Mientras ustedes permanezcan en m y mis palabras permanezcan en ustedes,
Pidan lo que quieran y lo conseguirn. Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen
abundantes frutos: entonces pasan a ser discpulos mos.
Como el Padre me am, as tambin los he amado yo: permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecern en mi amor,
como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
(Jn 15, 7-10) En esto conocern todos que sois discpulos mos: si os tenis amor los unos a los otros45. Si verdaderamente hemos contemplado el rostro de Cristo, nuestro compromiso cristiano se inspirar en el mandamiento nuevo que l nos dio: Que, como yo os he amado, as os amis tambin vosotros los unos a los otros46. Otro aspecto importante en que ser necesario poner un decidido empeo en la comunin (koinona), que encarna y manifiesta la esencia misma del misterio de la Iglesia. La comunin es el fruto y la manifestacin de aquel amor que, surgiendo del corazn del eterno Padre, se derrama en nosotros a travs del Espritu que Jess nos da47, para hacer de todos nosotros un solo corazn y una sola alma48. Realizando esta comunin de amor, la Iglesia se manifiesta como sacramento, o sea, signo e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad del gnero humano. Nos lo recuerda el apstol Pablo en el himno a la caridad: aunque hablramos las lenguas de los hombres y los ngeles, y tuviramos una fe que mueve las montaas, si faltamos a la caridad, todo sera nada49.
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Jn 13,35 46
Jn 13,34 47
Ver Rm 5,5 48
Hch 4,32 49
Ver 1 Co 13,2
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La caridad es verdaderamente el corazn de la Iglesia, como bien intuy santa Teresa de Lisieux, a la que he querido proclamar Doctora de la Iglesia, precisamente como experta en la scientia amoris: Comprend que la Iglesia tena un Corazn y que este Corazn arda de amor. Entend que slo el amor mova a los miembros de la Iglesia [...]. Entend que el amor comprenda todas las vocaciones, que el Amor era todo. Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunin: ste es el gran desafo que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder tambin a las profundas esperanzas del mundo. Qu significa todo esto en concreto? hace falta promover una espiritualidad de la comunin, proponindola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano. Espiritualidad de la comunin significa ante todo:
una mirada del corazn sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida tambin en el rostro de los hermanos que estn a nuestro lado.
Es adems, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo mstico y, por tanto, como uno que me pertenece, para saber compartir sus alegras y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad.
Es tambin capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un don para m, adems de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente.
Es saber dar espacio al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros50 y rechazando las tentaciones egostas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias.
No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco serviran los instrumentos externos de la comunin. Se convertiran en medios sin alma, mscaras de comunin ms que sus modos de expresin y crecimiento. Actividades: 1.Explique brevemente el concepto de Espiritualidad de la comunin. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografa:
Carta Apostlica Novo Millennio Ineunte (N42-43), al concluir el gran jubileo del 2000, Vaticano, 6 de enero, Solemnidad de la Epifana del Seor, del ao 2001.
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Ver Ga 6,2
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Fecha: ______________________. Trimestre________.
Objetivo especifico Contenido
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Juzgar opciones que tiene el seguidor de Cristo como ser autnomo, libre y responsable.
Opciones que tiene el seguidor de Cristo como ser autnomo, libre y responsable.
Recordemos la lectura del Evangelio de la Misa del XXV domingo del tiempo ordinario, ciclo A: Mt, 20, 1-16)
En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos esta parbola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer sali a contratar
jornaleros para su via. Despus de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mand a la via.
Sali otra vez a media maana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
Id tambin vosotros a mi via, y os pagar lo debido. Ellos fueron. Sali de nuevo hacia medioda y a media tarde, e
hizo lo mismo. Sali al caer la tarde y encontr a otros, parados, y
les dijo: Cmo es que estis aqu el da entero sin
trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. El les dijo: Id tambin vosotros a mi via. Cuando oscureci, el dueo dijo al capataz: Llama a los jornaleros y pgales el jornal,
empezando por los ltimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer, y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibiran ms, pero ellos tambin recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
Estos ltimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del da y el bochorno.
El replic a uno de ellos:
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Amigo, no te hago ninguna injusticia. No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este ltimo igual que a ti. Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? O vas a tener t envidia porque yo soy bueno?
As, los ltimos sern los primeros y los primeros los ltimos Los obreros de la via del Seor: La variedad de las vocaciones Segn la parbola evanglica, el "dueo de casa" llama a los obreros a su via a distintas horas de la jornada: a algunos al alba, a otros hacia las nueve de la maana, todava a otros al medioda y a la tres, a los ltimos hacia las cinco51. En el comentario a esta pgina del Evangelio, San Gregorio Magno interpreta las diversas horas de la llamada ponindolas en relacin con las edades de la vida. "Es posible -escribe- aplicar la diversidad de las horas a las diversas edades del hombre. En esta interpretacin nuestra, la maana puede representar ciertamente la infancia. Despus, la tercera hora se puede entender como la adolescencia: el sol sube hacia lo alto del cielo, es decir crece el ardor de la edad. La sexta hora es la juventud: el sol est como en el medio del cielo, esto es, en esta edad se refuerza la plenitud del vigor. La ancianidad representa la hora novena, porque como el sol declina desde lo alto de su eje, as comienza a perder esta edad el ardor de la juventud. La hora undcima es la edad de aqullos muy avanzados en los aos (...). Los obreros, por tanto, son llamados a la via a distintas horas, como para indicar que a la vida santa uno es conducido durante la infancia, otro en la juventud, otro en la ancianidad y otro en la edad ms avanzada". Podemos asumir y ampliar el comentario de San Gregorio Magno en relacin a la extraordinaria variedad de personas presentes en la Iglesia, todas y cada una llamadas a trabajar por el advenimiento del Reino de Dios, segn la diversidad de vocaciones y situaciones, carismas y funciones. Es una variedad ligada no slo a la edad, sino tambin a las diferencias de sexo y a la diversidad de dotes, a las vocaciones y condiciones de vida; es una variedad que hace ms viva y concreta la riqueza de la Iglesia. "La Iglesia mira a los jvenes; es ms, la Iglesia de manera especial se mira a s misma en los jvenes, en todos vosotros y, a la vez, en cada una y en cada uno de vosotros. Os escribo, jvenes, porque habis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijos mos, porque habis conocido al Padre (...). Os escribo, jvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios habita en vosotros"52. En nuestra generacin, al final del s