R E L A C I O N E S

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E S T U D I O S D E H I S T O R I A Y S O C I E D A D

Formación y función de las fuerzas armadas

E L C O L E G I O D E M I C H O A C Á N

N Ú M E R O 1 1 0 P R I M A V E R A 2 0 0 7

R E L A C I O N E S

ISSN 0185-3929Depósito legal

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La revista Relaciones. Estudios de historia y sociedad, está en los índices Latindex (SistemaRegional de Información en línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe,España y Portugal), Clase (Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades),HAPI (Hispanic American Periodicals Index), así como en el Índice de Revistas Mexicanasde Investigación Científica y Tecnológica del CONACYT (desde 1997) y en la Red de RevistasCientíficas de América Latina y El Caribe (Red AlyC).

Con hincapié en México y sus realidades, Relaciones, estudios de historia y sociedad publicacontribuciones originales a la documentación, la narrativa histórica o etnográfica y al aná-lisis de la experiencia hispanoamericana, su organización, instituciones, novedades yantecedentes. Dentro de esta orientación sustantiva y general, la palabra clave, Relaciones,conjuga dos referentes: (1) uno teórico-metodológico: el estudio de los nexos y nodos (lasconexiones y redes) que otorgan una realidad concreta y específica a los procesos comple-jos de la historia y la sociedad; y (2) otro en las tradiciones político-culturales hispanoame-ricanas: un género descriptivo y narrativo, las “relaciones” para la descripción de lasIndias occidentales, que emergió en la conformación del imperio español.

N. B. La mayor parte de las actividades académicas y publicaciones que realiza El Colegio de Michoacán están subsidiadas por la Secretaría de Educación Pública

a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

PORTADA

Militares realistas, detalle,litografía siglo XIX.

R E V I S T A T R I M E S T R A L

P U B L I C A D A P O R

El Colegio de Michoacán...

F U N D A D O R

Luis González y González †

...

D I R E C T O R

Conrado Hernández López

...

C O N S E J O D E R E D A C C I Ó N

Laura Cházaro, Marco Calderón, Agustín Jacinto, Cristina Gutiérrez, Chantal Cramaussel,

Nora Edith Jiménez, Gustavo López, Olga Odgers

...

C O N S E J O E D I T O R I A L

Rafael Diego-Fernández (Presidente), Eduardo Zárate, Magdalena García, Cristina Monzón,

Carlos Tellez, Rosa Lucas, Martín Sánchez, Luis Ramírez y Hans Roskamp

...

C O N S E J O A S E S O R

Richard N. Adams, Antonio Alatorre, Jaime del Arenal Fenochio, Claude Bataillon,

Jean Pierre Berthe, David A. Brading, Thomas Calvo, Roberto Cantú, Philippe Caron,

Juan Manuel Durán Juárez, Jean-Marie Grassin, Robert V. Kemper, Esteban Krotz,

Jean Marie LeClézio, Thierry Linck, Andrés Lira González, Óscar Mazín,

Eduardo L. Menéndez Spina, Jean Meyer, José Luis de Rojas, Adeline Rucquoi,

Mario Humberto Ruz Sosa, J. Benedict Warren.

...

R E S P O N S A B L E D E E D I C I Ó N

Reynaldo Rico Ávila

...

D I S E Ñ O

Natalia Rojas Nieto / Impresión y Diseño

...

F O R M A C I Ó N

Manuel Rojas Ávila

...

V O L . X X V I I I N o . 1 1 0 P R I M A V E R A 2 0 0 7

C O N T E N I D O

Formación y función de las fuerzas armadas

PRESENTACIÓN

S E C C I Ó N T E M Á T I C AGian Luca Bales tra

LA FORMACIÓN DE LOS OFICIALES DEL EJÉRCITO ENTRE 1800 Y 1900. LA VARIANTE ITALIANA

Martín González de la Vara

EL VIRREY REVILLAGIGEDO Y LA DEFENSA DEL PUERTO DE VERACRUZ, 1789-1794

Moisés Guzmán Pérez

LECTURAS MILITARES. LIBROS, ESCRITOS Y MANUALES DE GUERRA EN LA INDEPENDENCIA, 1810-1821

D O C U M E N T OLA ¿SEGUNDA? CARTA DE ITURBIDE A GUERRERO(Presentación de Jaime del Arenal Fenochio, Escuela Libre de Derecho)

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C O N T E N I D O

S E C C I Ó N G E N E R A LRafae l Alarcón

RESTRICCIONES A LA INMIGRACIÓN EN ESTADOS UNIDOS Y MOVIMIENTO AGRARIO EN CHAVINDA, MICHOACÁN (1920-1942)

R E S E Ñ A SRichard A. Shweder y Byron Good (edi tores)

CLIFFORD GEERTZ BY HIS COLLEGUES,Chicago y Londres, The University of Chicago press, 2005, 145 p.(EDUARDO ZÁRATE HERNÁNDEZ, EL COLEGIO DE MICHOACÁN)

Richard J . Evans

LYING ABOUT HITLER: HISTORY, HOLOCAUST AND THE DAVID IRVING TRIAL,Nueva York, Basic Books, 2001, 318 p.(PHIL C. WEIGAND, EL COLEGIO DE MICHOACÁN)

Yunxiang Yan

PRIVATE LIFE UNDER SOCIALISM: LOVE, INTIMACY, AND FAMILYCHANGE IN A CHINESE VILLAGE, 1949-1999,Stanford, Stanford University Press, 2003, 289 p.(NOELIA VERONA MARTEL, EL COLEGIO DE MICHOACÁN)

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Pedro Bracamonte y Sosa

LA ENCARNACIÓN DE LA PROFECÍA CANEK EN CISTEIL,México, CIESAS (Colección peninsular), 2004, 207 p.Pedro Bracamonte y Sosa y Gabr ie la So l í s Robleda

REY CANEK. DOCUMENTOS SOBRE LA SUBLEVACIÓN MAYA DE 1761,México, CIESAS (Colección peninsular, Memoria documental), 2005, 302 p. (LAURA OLIVIA MACHUCA GALLEGOS, CIESAS-PROGRAMA PENINSULAR)

Raquel Gi l Moreno

CARAVANEROS Y TRASHUMANTES EN LOS ANDES MERIDIONALES. POBLACIÓN Y FAMILIA INDÍGENA EN LA PUNA DEL JUJUY, 1770-1870,Perú, IEP Ediciones, 2004, 320 p.(MARCELA MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, EL COLEGIO DE MICHOACÁN)

C O N T E N I D O

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Formación y función de las fuerzas armadas

esde el siglo XVIII, el distintivo de los militares cobraun carácter cada vez más profesional e institucionali-zado al formar parte de ejércitos o de fuerzas arma-das sujetas a una normatividad específica, es decir,que comparten una disciplina común, una jurisdic-

ción propia, una forma de vida reglamentada y un estilo particular en eldesempeño de su labor o de una serie de principios para hacer la gue-rra. Por eso, para Max Weber, los ejércitos permanentes son propios delas sociedades modernas donde la división del trabajo permite mante-ner a un grupo diferenciado y especializado que usa su habilidad gue-rrera como el medio de apropiación de la riqueza y el trabajo de otros.1

Es en este sentido que la sección temática de Relaciones. Estudios de His-

toria y Sociedad aborda la formación y la operación de los ejércitos comodos aspectos estrechamente ligados en el proceso de transformación dela guerra y de los cuerpos armados operado en los siglos XVIII y XIX, enel contexto político de la formación y la consolidación de los Estadosnacionales.

A diferencia de prácticas bélicas del pasado, muchas veces basadasen las capacidades y las habilidades individuales, entre los siglos XVIII y

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P R E S E N T A C I Ó N

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1 Max Weber, “La disciplina y la objetivación del carisma”, en Rafael Bañón y JoséAntonio Olmeda (eds.), La institución militar en el Estado contemporáneo, Madrid, AlianzaEditorial (Alianza Universidad, número 483), 1985, 71-80.

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XIX se observa un amplio proceso de institucionalización y de racionali-zación de la guerra y sus medios que influyó decididamente en la estra-tegia y la táctica, en la composición y el orden seguido por los ejércitosy, sobre todo, en los elementos tecnológicos que marcan las pautas en eldesarrollo de los combates. A partir de la Revolución Francesa y de lascampañas napoleónicas se estableció un cambio decisivo en la adminis-tración militar, el volumen de las tropas, el orden de los combates, etcé-tera. En el siglo XVIII empezaron a desaparecer gradualmente los ejér-citos regulados por conjuntos de normas dispersas y mal articuladas.Las nuevas ordenanzas reglamentan casi todos los aspectos de la vidamilitar y establecen el régimen jurídico de la esfera castrense. El ejércitose perfila como la institución secular encargada de llevar a buen tér-mino y de modo victorioso (la estrategia) unos objetivos políticos pormedio del uso de las armas en un campo de batalla (la guerra). De ahíque el proceso llevara al nacimiento de un nuevo ejército “nacional”:aquel que periódicamente recluta “ciudadanos de determinada edad ycircunstancia”, originado en la Revolución Francesa y “su filosofía deque todo ciudadano ha de ser soldado y todo soldado ciudadano”.2 Elpaso de súbdito a ciudadano supuso el compromiso de contribuir a ladefensa de la nación: la obligación constitucional expresada como con-tribución de sangre. Por eso la figura del soldado se convirtió en el ar-quetipo de la soberanía volcada al servicio de la patria.3

2 Valentina Fernández Vargas, Sangre o dinero. El mito del ejército nacional, Madrid,Alianza Editorial, 2004, 15.

3 Como la racionalidad organizativa de los ejércitos es territorial, unidad y naciónson conceptos ligados a las fuerzas armadas, cuya vocación nacional se debe a razonesde logística organizativa, si bien su centralización organizativa “se superpone material-mente a cualquier diseño político administrativo que se confiera al Estado Nación”.Véase Bañón y Olmeda, “El estudio de las fuerzas armadas”, en La institución militar, op.cit. 1985, 31.

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La gradual monopolización de la violencia marca la consolidacióndel Estado como el único medio legítimo para armonizar los conflictossociales. En el proceso se consolidan valores expresados hipotéticamen-te en el ejército: obediencia, disciplina y “espíritu de cuerpo” como laadaptación personal al cuerpo social. La nación, representada como per-sona sobrehumana y el objeto de culto, impone el principio de unani-midad en la pluralidad social en un cuerpo único, igualitario y discipli-nado en el que se consigna una apariencia de armonía basada en lasimetría jerarquizada.

Si las sociedades humanas han edificado su unidad y su indepen-dencia en torno a sus ejércitos (incluso antes de la aparición del Estado),puede decirse que muchos Estados modernos son una consecuencia desus ejércitos y no al revés. En el caso de Italia, el Estado y el ejércitode Piamonte tuvieron un papel decisivo en las campañas bélicas por launidad nacional en los años cruciales de 1792 a 1859. Por eso en “La for-mación de los oficiales entre 1800 y 1900. La variante italiana”, GianLuca Balestra muestra cómo la unificación italiana lograda en 1861 nollevó a superar la experiencia piamontesa por una organización nuevay el proceso de formación profesional y cultural de los oficiales no tuvocambios sustanciales en las siguientes décadas. La organización pia-montesa, después italiana, osciló entre la orientación francesa y la pru-siana pero los criterios normativos de los institutos de reclutamiento deoficiales permanecieron inspirados en el modelo francés.

Aquí se desprende un punto interesante porque si consolidar al Es-tado requería volver homogéneas a sociedades antes fragmentadas cul-turalmente e instituir una identidad nacional compartida por el conjun-to de la población, el ejército proporcionó el modelo para uniformar conbase en funciones comunes e imponer una estructura de jerarquías in-discutibles junto con el deber de morir por los deberes superiores de lapatria y de convertirse así en otro engranaje de la maquinaria del Estado

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moderno. Por eso, para Gian Luca Balestra, la reorganización radical dela enseñanza militar requería nuevas instituciones cuyo papel estaría li-gado estrechamente al que el ejército debía asumir a nivel nacional. Elcentro de los debates sobre la transformación de la institución, una vezlograda la unidad territorial, giró en torno a la creación, por medio dela enseñanza, de un grupo homogéneo de oficiales y la ampliación delcontenido general de sus estudios profesionales. Algunos veían al ejér-cito como defensor del orden constituido, pero otros lo consideraron un“catalizador” del proceso de unificación moral de las poblaciones italia-nas. En ambos casos, el oficial fue considerado un fundamento del Es-tado y su figura se delineó con cualidades morales que lo ponían porencima de la sociedad. Así, el ejército constituiría una base de la naciónno sólo por garantizar su defensa y seguridad, sino por formar parteesencial de sus mecanismos políticos y sociales.

Sin embargo, el proceso de institucionalización y racionalizacióntambién puede verse en Nueva España a fines del siglo XVIII, puesto queimplementar un ejército colonial y crear el sistema de intendencias fue-ron dos procesos contemporáneos e íntimamente relacionados en elintento del nuevo Estado unitario y centralista español por establecerformas de control jerárquicas y centralizadas con el fin de evitar la dis-persión del poder, consolidar el control y la seguridad interior y enfren-tar las amenazas del exterior. Como la racionalidad organizativa de lasfuerzas armadas es básicamente territorial (su labor consiste en defen-der un territorio determinado), el artículo “El virrey Revillagigedo yla defensa del puerto de Veracruz, 1789-1794” de Martín González de laVara muestra la manera en que se manifestó un incipiente proceso demilitarización de la vida novohispana en uno de sus puntos más estra-tégicos: el puerto de Veracruz. En particular, los proyectos y las medi-das tomadas por Revillagigedo favorables a un ejército colonial fuerte ydisciplinado frente a milicias reducidas, pero efectivas, parten del su-

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puesto de que la operación de los ejércitos y la movilización para la de-fensa de los puntos neurálgicos exigen indefectiblemente la existenciade un poder político y administrativo centralizado.

Curiosamente, Revillagigedo no necesitó hacer innovaciones radica-les, sino echar mano del sistema definido con anterioridad para lograrun equilibrio entre la eficacia y la economía. Su éxito se manifestó en lofinanciero al aligerar las cargas de la Real Hacienda, aunque no tuvooportunidad de mostrar su eficiencia en lo militar. De paso, convienedestacar otros puntos interesantes que se derivan del estudio porque dancuenta de contradicciones que se prolongan hasta la guerra de indepen-dencia: la desconfianza en los criollos, la alteración de la vida civil yadministrativa por la presencia militar, la elección entre los cuerpos arma-dos permanentes y los milicianos y, algo importante, la forma de afrontarel crecimiento constante del gasto militar. No es raro que para regular elsistema de sorteos se realizara el primer censo general de población deNueva España en 1793 ni que la concentración militar en Veracruz secombinara con la vocación mercantil del puerto. Sin embargo, este pa-norama militar cambia radicalmente con la guerra de independencia.

Si la implementación del ejército colonial y del sistema de intenden-cias fueron procesos íntimamente relacionados en Nueva España, am-bos tuvieron una continuidad muy desigual en la contienda posteriorpor la independencia, como expone Moisés Guzmán Pérez en “Lecturasmilitares. Libros, escritos y manuales de guerra en la Independencia,1810-1821”. En el campo insurgente, la Real Ordenanza de Intendentes de1786 mantuvo su utilidad para resolver asuntos de carácter administra-tivo, pero la guerra incrementó la relevancia de las Ordenanzas militares

de 1768, que proporcionaron bases orgánicas y administrativas, tácticasy estratégicas, para planear y realizar acciones armadas. En buena me-dida, ambos contendientes encontraran en la influencia francesa, yaconsolidada en España, una respuesta a la necesidad de disponer de

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obras de carácter militar y administrativo para organizar tropas y ponerorden en el caos causado por la guerra.4 Las Ordenanzas de 1768 culmi-naron el proceso de afrancesamiento que tiende a homogeneizar al ejér-cito en sus formas, su estructura y su organización, y son base de todolo que llega después. Su éxito es indiscutible, como corrobora el ar-tículo, al constituir un conjunto eficaz de normas para la regulación y elrégimen del ejército, y el buen gobierno de la tropa. Esto permitió a rea-listas e insurgentes compartir principios comunes al implementar, cadauno a su manera y con sus propios recursos, nuevos métodos y tácticasde combate e incluso aplicar nuevas tecnologías.

La disposición de los manuales y libros, como las Instrucciones mili-

tares de Federico II, resultaron indispensables en el momento de elabo-rar sus planes de ataque y de defensa o para el combate mismo. Frenteal enemigo realista, también sobresale el intento en el campo insurgentepor establecer un servicio militar basado en una naciente milicia nacio-nal, con la que se buscaba marcar la diferencia con el ejército español yfortalecer los lazos de identidad americana. Es así como la guerra inicia-da en 1810 transformó profundamente a la sociedad novohispana y creóuna nueva cultura ligada al uso de las armas y a nuevas formas de par-ticipación política. En un sentido más amplio, este artículo, que cierra la“Sección temática”, también muestra cómo las fuerzas armadas, comoorganización centralizada, son un dato originario de la nación y no unaconsecuencia accidental.

Por otra parte, en la sección “Documentos” publicamos una carta di-rigida por Agustín de Iturbide a Vicente Guerrero desde Teloloapan, enel actual estado de Guerrero, fechada el 20 de noviembre de 1820 y con-

4 Al respecto puede verse Manuel-Reyes García Hurtado, Traduciendo la guerra. In-fluencias extranjeras y recepción de las obras militares francesas en la España del siglo XVIII, LaCoruña, Universidade da Coruña, 1999.

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servada en la “Galería histórica” del municipio de Teloloapan. Esta car-ta, como destaca Jaime del Arenal en su presentación, permite replantearlas circunstancias que rodearon los primeros contactos entre Iturbide yGuerrero, y también deja ver la existencia de dos misivas previas: la pri-mera invitación de Iturbide y la respuesta de Guerrero, comentada en eldocumento ahora publicado. Este descubrimiento se vincula con otro:el reciente encuentro de los tomos de la colección “General Guerrero Co-rrespondencia”, la cual, de paso, permitió confirmar la autenticidad deldocumento hallado en Teloloapan. Todo esto constituye un suceso degran importancia ya que, hasta ahora, la historiografía registraba el 10de enero de 1821 como la fecha de la primera carta dirigida por Iturbidea Guerrero, y la primera respuesta de éste tenía fecha del 20 del mismomes. En cambio, la serie de datos proporcionados por los nuevos hallaz-gos contradicen la supuesta ausencia de una comunicación epistolarmás amplia y fluida. Pese a su brevedad, el texto que ahora se publicamenciona que la comunicación posterior entre ambos jefes será por víaepistolar, confirma la vinculación entre el movimiento de Guerrero y elde Hidalgo y anuncia la probabilidad de convencerse de una sola “causajusta”. No es todo. En la “Correspondencia de Guerrero” se encuentrandocenas de cartas dirigidas a Iturbide entre mayo y diciembre de 1821,lo cual lleva a plantear la existencia de comunicación abundante en eltomo I, que es el único que aún se halla perdido. Como puntualiza Jaimedel Arenal, la colección “General Guerrero Correspondencia” –que con-tiene 2547 documentos, menos los 195 perdidos– constituye un corpusdocumental valioso y hasta hoy desconocido para los estudiosos de laIndependencia mexicana, el establecimiento del Primer Imperio y la fun-dación del Estado mexicano.

Finalmente, en la “Sección general”, el artículo “Restricciones a lainmigración en Estados Unidos y movimiento agrario en Chavinda,Michoacán (1920-1942)” de Rafael Alarcón aborda el impacto en México

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de la política de inmigración implementada por Estados Unidos entre1920 y 1940, particularmente por sus efectos en Chavinda, una poblaciónmichoacana con una historia migratoria a Estados Unidos de más decien años. En el lapso estudiado, la política de inmigración norteameri-cana tuvo el objetivo de limitar la llegada masiva de gente provenientedel sur y este de Europa en el periodo de entreguerras. Basado principal-mente en entrevistas abiertas con informantes clave y en estudios decaso de personas de Chavinda que residieron en Estados Unidos entre1920 y 1940, Rafael Alarcón analiza el efecto que tuvieron las medidasrestrictivas en la población michoacana en el contexto de la posrevolu-ción y la guerra cristera, así como de una transición económica en el Ba-jío zamorano que pasa de los grandes propietarios a la aparición de losempresarios agrícolas. Aunque hubo deportaciones de mexicanos entre1929 y 1940, éstas se dieron sin una coordinación central y no tuvieronun efecto significativo. En estos años muchas familias pudieron mejorarsus condiciones de vida y lograron escapar de la violencia revoluciona-ria. Por la profunda división y la lejanía que supone la residencia en Es-tados Unidos, no fue sino hasta los cuarenta cuando se formaron las pri-meras “comunidades hijas” en algunas localidades de California. El casoes muy significativo porque, como destaca el autor, “Chavinda ejempli-fica muy bien la realidad de un número creciente de comunidades rura-les que están más vinculadas social y económicamente a Estados Unidosque al resto de México”.

Como última palabra sólo queda agradecer al público lector interesa-do en los estudios en los campos de las ciencias sociales y las humanida-des por compartir este espacio de diálogo a lo largo de 110 números.Enhorabuena para todos.

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